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Editorial
Nuestro andar por la vida puede en ocasiones enfrentarse a obstáculos que parecen insalvables, y tal vez lo sean, pero eso no implica que debamos dejar de caminar, en otros senderos, por otros rumbos, pero siempre avanzando.
¿Alguna vez te has entretenido trazando en esos laberintos, que vienen como diversión en algunas revistas, un camino para llegar a la salida? Yo creo que sí y también creo que te ha pasado, igual que a mí, que en ocasiones llegas a lo que conocemos como “callejón sin salida” donde llegamos a un punto por el que ya no podemos avanzar más. En este punto, ¿qué es lo que hacemos? Así es: intentar otro camino.
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Este ejemplo sencillo nos permite traer una técnica, una estrategia, cuando llegamos a algún “callejón sin salida” en nuestra vida: intentar otro rumbo para encaminar nuestros pasos.
Esto de “intentar otro rumbo para encaminar nuestros pasos” no quiere decir darnos por vencido en nuestra búsqueda de alguna meta u objetivo y plantearnos otra para seguirla, sino sentarnos un momento para evaluar la situación y decidir nuevas formas de lograr lo que nos propongamos. Por experiencia y después de muchos cursos, conferencias y talleres sobre liderazgo, emprendedurismo y motivación, convencido estoy que prácticamente no existe algo que realmente nos sea imposible.
No quiero con esto minimizar lo que nos pasa, al contrario, quiero que incluso en la tempestad ue puede implicar el vivir un evento como cuando “se nos acaba el mundo” podamos tener una manera de seguir nuestro andar, así que ya lo sabes si sientes que tu mundo se acaba, ¡crea uno nuevo y comienza tu andar en él!
¡Éxito!