Roberto Celaya Figueroa
…para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas y nosotros por medio de él (I Corintios 8:6)
Dedicatoria
A la Iglesia de Dios (7° Día)
Página web habla hispana: http://www.iglesiadediosapostolica.org/ Página web oficinas centrales: http://www.churchofgod-7thday.org/
Índice
Introducción ............................................................................................... 1
El hombre interior ...................................................................................... 2
Humano ...................................................................................................... 13 El código genético ........................................................................... 17 ADN ......................................................................................... 19 Cromosomas .......................................................................... 20 Genes ...................................................................................... 21 Regeneración celular ............................................................. 23 La propuesta .................................................................................... 25 El inicio ............................................................................................. 28 La terminación ................................................................................. 35 A manera de cierre........................................................................... 42
Una verdad a-s-o-m-b-r-o-s-a ............................................................... 44 Información recibida........................................................................ 44 Información percibida ..................................................................... 47 Información contribuida .................................................................. 54
Información contribuida............................................................................ 70 Ver ..................................................................................................... 71 Oír ...................................................................................................... 75 Hablar ................................................................................................ 79
Tocar ................................................................................................. 86 Oler .................................................................................................... 90 Sentir ................................................................................................. 94 Pensar ............................................................................................... 98
Información inspirada ............................................................................. 104
Alma, espíritu y Espíritu.......................................................................... 117 El alma ............................................................................................ 117 El espíritu........................................................................................ 118 El Espíritu ....................................................................................... 120 Interacción ...................................................................................... 127
La fe y las obras....................................................................................... 135 Fe ..................................................................................................... 136 Obras ............................................................................................... 140
Profetas, sacerdotes y reyes .................................................................. 146 Profetas........................................................................................... 146 Sacerdotes...................................................................................... 150 Reyes .............................................................................................. 152
Cristo en nosotros ................................................................................... 160
Conclusión ............................................................................................... 169
Introducción
¿Alguna vez te has preguntado qué es aquello que nos define como humanos?, ¿será nuestra cultura?, ¿serán nuestras características físicas?, ¿será eso que mencionamos como el espíritu que cada uno posee? Sin duda que este tipo de reflexiones, en vez de considerarse un ejercicio ocioso, permite mediante la reflexión avanzar en la comprensión de lo que somos.
De igual forma lo anterior nos lleva a analizar la manera en que tenemos de entender e interactuar con nuestro derredor, desde la naturaleza, las personas, el universo mismo, y, en el caso de los elegidos, Dios y el llamamiento al que se ha respondido.
La finalidad que persigue la presente es que al término de la misma se tenga esa comprensión que permita identificar aquello que nos define como humano, que explicite los diferentes tipo de información relacionados con nuestra persona, que permita entender en este sentido lo que la Escritura presenta como el hombre interior, y que de manera práctica lleve a lo que en ese sentido puede uno hacer en el contexto del llamamiento al que se ha respondidos.
Si se logra este objetivo sea conforme a la voluntad del Padre y para la mayor gloria de Dios en Cristo Jesús. 1
El hombre interior
La Escritura, de principio a fin, está llena de referencias, de manera directa o indirecta, a lo que se conoce como el hombre interior y de las cuales pueden inferirse ciertas características y condiciones referidas dicho término.
2 Corintios 4:16-18 Por tanto no desfallecemos, antes bien, aunque nuestro hombre exterior va decayendo, sin embargo nuestro hombre interior se renueva de día en día. Pues [esta] aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación, al no poner nuestra vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
Aquí Pablo utiliza de manera explícita el término hombre interior señalando del mismo que, aunque el hombre exterior se va desgastando, el interior constantemente se va renovando, renovación que en cierta forma tiene que ver con lo que a continuación de dicho proceso dice, es decir, cierto sufrimiento inherente en ello que finalmente producirá frutos eternos.
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Salmos 51:6 He aquí, tú deseas la verdad en lo más íntimo, y en lo secreto me harás conocer sabiduría.
Aquí, si bien no se explicita el término hombre interior, relacionado con la cita vista anteriormente puede uno inferir que se refiere a ello ya que la cita anterior hablaba de una renovación constante del hombre interior y esta cita habla de verdad y sabiduría que en lo más íntimo, en lo más secreto, se le revela a uno.
Proverbios 20:27 Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre que escudriña lo más profundo de su ser.
En la misma tónica del comentario a la cita anteriormente vista, esta señala que Dios escudriña lo más profundo del ser, referencia indirecta a ese hombre interior que en la primer cita mencionaba Pablo.
Lucas 11:40-41 Necios, el que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro?, dad más bien lo que está dentro como obra de caridad, y entonces todo os será limpio.
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En esta admonición que Jesús hace a los líderes religiosos de su tiempo por su legalismo en limpiar las cosas exteriormente descuidando la limpieza interna, de nueva cuenta la referencia a ese hombre interior está presente señalando a Dios como el hacedor de todo, tanto lo externo como lo interno, señalando que aquello bueno que tiene su fuente precisamente en ese hombre interior es lo que finalmente hace que todo sea limpio, correcto y edificante pues.
Romanos 2:29 sino que es judío el que lo es interiormente, y la circuncisión es la del corazón, por el Espíritu, no por la letra; la alabanza del cual no procede de los hombres, sino de Dios.
En esta cita Pablo escribiendo a los de Roma de nueva cuenta hace referencia indirectamente al hombre interior ya que desde el inicio de la misma señala que judío es aquel que lo es interiormente siendo que la circuncisión buscada es la del corazón, no la de la carne.
Proverbios 20:30 Los azotes que hieren limpian del mal, y los golpes llegan a lo más profundo del cuerpo.
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Esta cita, tomada literalmente, apuntaría a una situación referida a la carne, más sin embargo la misma solamente en ese término no tiene totalmente sentido ya que si bien tomada la primera parte como eso de que los azotes pueden fungir como una medida correctiva, la segunda parte no tiene mucha correspondencia pues carnalmente apuntaría a daños corporales profundos, más sin embrago, si se toma en el contexto del hombre interior, esos golpes que llegan a lo más profundo apuntaría al castigo que incide en el hombre interior corrigiéndolo.
Mateo 7:15 Cuidaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
En esta advertencia que Jesús hace en su momento a sus discípulos puede verse de nueva cuenta la referencia indirecta al hombre interior, de otra forma, ¿cómo es que alguien por dentro podría ser un lobo?, la única explicación es que dicha expresión no puede tomarse de manera literal sino que debe ser entendida en el contexto de esa dualidad donde el hombre exterior se presenta con una apariencia engañosa mientras que el hombre interior, lo que realmente es, es completamente lo contrario.
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Mateo 23:25 (Lucas 11:39) ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque limpiáis el exterior del vaso y del plato, pero por dentro están llenos de robo y de desenfreno.
De nueva cuenta Jesús, en esta admonición a los líderes religiosos de su tiempo, les señala ese legalismo vacío que para nada representaba lo que realmente eran, por el contrario, claramente les dice que si bien ellos tienen el cuidado de limpiar las cosas externamente, ellos mismos por dentro están llenos de robo y desenfreno (la cita de Lucas agrega que están llenos de maldad), ¿cómo puede estar uno por dentro lleno de robo, desenfreno y maldad?, aquí es donde entra el término hombre interior el cual, en este punto, va quedando claro que es más definitivo y definitorio que el hombre exterior, es decir, el hombre interior es realmente lo que uno es, mientras que el hombre exterior es lo que uno aparenta o cuando mucho lo que los demás pueden percibir de uno, aclarando que en los llamados estos dos términos no deben tener contradicción, es decir, uno debe ser y uno debe mostrar lo mismo, de otra forma cae en engaño e hipocresía.
Mateo 23:28 Así también vosotros, por fuera parecéis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad.
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Esta cita está en el contexto de la cita anterior y sirve para confirmar lo dicho anteriormente ya que la misma de nueva cuenta establece una dualidad referida al hombre externo y al hombre interior señalando precisamente esa contradicción donde el hombre externo se presenta como justo, el hombre interior está lleno de hipocresía e iniquidad.
Mateo 23:27 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.
De nueva cuenta, y en el mismo tenor de lo comentado en las dos citas precedentes, de nueva cuenta Jesús señala como es que en el caso de los líderes religiosos de su tiempo, aquellos se presentaban por fuera hermosos, pero por dentro estaban llenos de huesos de muerto e inmundicia, ¿cómo puede alguien tener por dentro huesos de muerto?, el término hace referencia a aquello sin vida, completamente estéril, seco, y no sólo eso sino que incluso desagradable, repulsivo.
Mateo 23:26 ¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de adentro del vaso y del plato, para que lo de afuera también quede limpio.
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Cerrando la idea presentada en las tres citas anteriores, en esta admonición de Jesús a los líderes religiosos de su tiempo les señala que limpien el vaso en cuanto a su interior para que lo de fuera quede también limpio, siendo que en el contexto de la cita, el término vaso se refiere precisamente a la persona que cada uno de ellos eran, siendo interesante que les señala que la prioridad debe estar en limpiar dicho vaso, su persona pues, de manera interna, es decir, limpiar su hombre interior para que el hombre exterior de igual forma quede limpio. Lo interesante de estas cuatro citas, la presenta y las tres precedentes, es que Jesús en ninguna forma presenta al hombre interior como algo ajeno a quienes los escuchaban, de hecho si se leen de nuevo las citas puede darse cuenta que en las mismas las dos referencias indirectas a hombre exterior y hombre exterior son presentadas como los dos lados de una sola moneda: las personas mismas, pues de igual forma les dice como son externamente para luego comparar como son internamente, es decir, ellos son tanto el hombre exterior, que se desgasta, como el hombre interior, que permanece pero puede irse renovando, como decía Pablo en la primer cita que se comentó.
1 Pedro 3:4 sino [que sea] el yo interno, con el adorno incorruptible de un espíritu tierno y sereno, lo cual es precioso delante de Dios.
En esta cita de la primer carta de Pedro, la referencia al hombre interior es clara cuando señala un yo interno caracterizado por un espíritu tierno y 8
sereno, siendo que, a diferencia de las citas vistas anteriormente donde Jesús les indicaba la contradicción existente en los líderes religiosos donde por fuera aparentaban una cosa mientras que por dentro eran otra, en el caso de los elegidos no debe existir tal contradicción siendo que el hombre exterior debe ser un reflejo de ese hombre interior caracterizado por un espíritu tierno y sereno.
Efesios 3:16 que os conceda, conforme a las riquezas de su gloria, ser fortalecidos con poder por su Espíritu en el hombre interior;
En esta petición al Padre expresada por Pablo, este ora porque cada uno de quienes han respondido a Su llamado puedan ser fortalecidos con el poder del Espíritu de Dios en el hombre interior, de nueva cuenta el término es directamente expresado siendo que en la tónica de todo lo anteriormente comentado habla de una renovación, de una edificación que se lleva desde dentro, referido a esto como el hombre interior, que finalmente construye lo que uno está llamado a ser.
Juan 14:17 [es decir,] el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque ni le ve ni le conoce, [pero] vosotros sí le conocéis porque mora con vosotros y estará en vosotros.
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En esta cita Jesús, hablando del Espíritu de Dios, les señala que el mismo mora en quienes le han aceptado, ¿dónde puede morar ese Espíritu de Dios?, “¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?” (1 Corintios 3:16), así que el Espíritu de Dios mora en cada uno de los que han respondido al llamado, cómo es esto se desarrollará en la presente obra pero qué es lo que ocasiona esto está dado por las dos citas siguientes.
Colosenses 3:10 y os habéis vestido del nuevo [hombre,] el cual se va renovando hacia un verdadero conocimiento, conforme a la imagen de aquel que lo creó; Aquí está una de las consecuencias de tener en uno morando el Espíritu de Dios: la renovación del entendimiento hacia el verdadero conocimiento y no sólo eso sino que, como la misma cita lo dice en su parte final, esta renovación del entendimiento hacia el verdadero conocimiento va en el sentido de reflejar a Aquel que nos creó.
2 Corintios 3:18 Pero nosotros todos, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu.
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En el mismo orden de la cita anteriormente cita, esta señala esa transformación que se va dando en cada uno de los elegidos que han respondido al llamado y que por la acción del Espíritu de Dios que mora en cada uno va siendo renovado el entendimiento hacia el verdadero conocimiento, como señalaba la cita anterior, trayendo como consecuencia una transformación que va de gloria en gloria.
En fin, más citas podrían traerse a colación referidas a lo que se ha comentado hasta este momento y que apuntan a una realidad que la Escritura refiere como un hombre interior que sustenta, guía y define lo que es el hombre exterior.
Las citas anteriormente comentadas, así como muchas otras que referidas a lo mismo pudieran presentarse, son por demás conocidas por los llamados a salvación en el presente siglo. Las mismas siempre han sido entendidas más bien con un carácter alegórico, es decir, que las mismas representan algo y que no deben ser tomadas literalmente, en ese sentido el hombre interior se toma como una referencia a la mente o los sentimientos que uno posee o incluso a algo más etéreo como el alma que nos da vida o el espíritu del hombre que da conciencia, más sin embargo, la comparación constante del hombre exterior —concreto, tangible, medible y observable— con el hombre interior —entendido como algo difuso, intangible, no medible ni observable— establece el primer llamado de atención ya que dos cosas 11
que no guardan correspondencia no pueden ser comparadas pero, pero aún: no puede usarse el mismo término —hombre— para referirse a dos cosas completa, total y radicalmente diferente, ¿entonces?, ¿a qué se refiere el término hombre interior?, ¿podrá referirse a algo concreto, tangible, medible y observable?, esta es la premisa de la presente obra, premisa que permitirá entender a cabalidad todas las citas vistas anteriormente, más aquella que al respecto puedan considerarse, entendiendo como es ese proceso que se da relativo al hombre interior y, más aún: cómo es que uno, de manera consciente, intencionada y volitiva puede participar en dicho proceso, pero para ello, lo primero que debe clarificarse es ¿a qué puede estarse refiriendo el término hombre interior?, para lo cual lo primero que debe comprenderse es ¿qué es lo que nos define como humanos?
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Humano
¿Qué es lo que nos define como humanos?
No nos adelantemos dando una respuesta a priori sino que más bien vamos viendo si la misma puede de una manera natural surgir.
Bebés, niños, jóvenes, adultos o ancianos. Realmente si lo pensamos bien son mucho muy diferentes.
Un bebé, por ejemplo, no ha desarrollado muchas cuestiones en su organismo requeridas para su vida, de hecho hay mucha información referida al desarrollo del bebé mes a mes durante su primer año de vida que muestran ese proceso: mover la cabeza, sus primeros dientes, sentarse, agarrar, caminar y demás son posibles por el desarrollo de bebé, pero comparativamente es muy diferente el bebé de la etapa que le sigue, ¡incluso hasta tiene más huesos! 215 contra 206 de adulto, esto último pues hay huesos en el bebé que en su desarrollo se van soldando.
Un niño, que ha por lo menos quintuplicado el tamaño y peso de cuando sí mismo era bebé, ya comienza a tener más características personales, camina, habla, piensa, decide, pero aún están en procesos cambios que lo llevará a la siguiente etapa, uno de esos cambios tiene que ver con los
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cambios hormonales y el acondicionamiento sexual requerido para lo que le sigue.
El joven, que por lo menos ha doblado en estatura y triplicado en peso a sí mismo de cuando era niño, ya ha llegado a una etapa donde su desarrollo le permite una interacción dinámica con el mundo de una manera más consciente, independiente. Pero de igual forma hay cambios que sigue en él, cambios que al concretarse lo llevará a la siguiente etapa.
En la etapa adulta hay una estabilidad, si se compara con los años de la niñez o juventud, pero también hay cambios. El metabolismo se ralentiza, las canas comienzan a aparecer, algunos problemas de salud, así como cambios o desaparición de cuestiones relativas a la fertilidad sexual. Todo como preámbulo de lo que sigue.
En la vejez vienen cambios que generalmente van en detrimento de lo que se era, no sólo lo característico de ella como las canas o arrugas, sino algunos hormonales y otros que afectan la capacidad de ver u oír, problemas más fuertes de salud y en algunos casos dificultades cognitivas en mayor o menor intensidad.
Este resumen relacionado con las etapas de la vida de bebés, niños, jóvenes, adultos o ancianos es sumamente escueta ya que los cambios físicos, químicos, biológicos que cada etapa experimenta son cientos, miles 14
–las células estomacales se regeneran cada cinco días, los glóbulos rojos cada 120 días, lo que más tarda, nuestro esqueleto, es renovado completamente cada diez años, ¡y eso sin considerar los cambios intelectuales o emocionales que está por cientos, miles o millones!-, con lo uno se enfrenta a cientos, miles, millones de expresiones de individualidad pero referidas al mismo ser. Dicho de otra forma, durante su vida, alguien literalmente vivirá a través de miles, millones de configuraciones cambiantes y dinámicas pero siempre será el mismo humano.
Un bebé es mucho muy distinto de un niño, pero es un humano. Un niño es mucho muy distinto de un joven, pero es un humano. Un joven es mucho muy distinto de un adulto, pero es un humano. Un adulto es mucho muy distinto de un anciano, pero es un humano.
Esto es importante tenerlo en cuenta ya que si uno sabe y reconoce en un bebé, en un niño, en un joven, en un adulto o en un anciano, que son tan diferentes y cambiados entre sí, a un humano, eso quiere decir que hay algo constante, permanente, que nos permite eso. De otra forma no se entendería que a todo eso tan diferente y cambiado uno le dijera humano y pero aún: que uno lo refiriera a una misma individualidad personalizada de por vida.
Bebés, niños, jóvenes, adultos o ancianos. Realmente si lo pensamos un poco todas esas etapas de desarrollo son muy diferentes entre sí. Física, 15
química, biológica, intelectual, y emocionalmente hablando casi casi podríamos hablar de seres completamente diferentes, aunque sabemos que se trata del mismo, más sin embargo algo deben compartir algo deben tener en común que implique un trato igualitario a bebés, niños, jóvenes, adultos o ancianos en cuanto a no pedir ni procurar de manera discrecional su muerte, ¿qué podría ser ese algo en común?, mejor aún ¿podrá, si es que existe ese algo, ser concreto, objetivo, medible, cuantificable, al grado que nos permita dejar de lado la subjetividad y la arbitrariedad?
No puede ser el lenguaje, la compresión, la autoconciencia, la independencia, no puede ser la sexualidad, la autosuficiencia, la capacidad intelectual y un sinfín de cuestiones que cambian de una etapa a otra. Tiene 16
que ser algo que sea constante, que permanezca, que no cambie y que defina lo que en común tiene todas esas etapas comentadas. Algo que lo mismo una eminencia en su adultez que deviene en senilidad en la ancianidad lo tenga; algo que lo mismo que un bebé sin desarrollo sexual que posteriormente cambia a un joven en plena capacidad reproductiva tenga; algo que lo mismo alguien con ciertas características en cierta etapa y que deviene en otro con otras características en otra etapa tenga, ¿qué podríamos proponer para ello?
El código genético. No tenemos mucho que pensar la cuestión anterior ya que de todas las cosas que pudiéramos nombrar que constituyen un bebé, niño, joven, adulto o anciano, solamente las referidas su código genético son aquellas que no cambian, que se mantienen constante durante toda su existencia, tan así que un cambio en ellas iría en detrimento mortal de su salud. Pero, ¿qué es ese código genético?
El código genético es, por decirlo en cierta forma, todas las instrucciones requeridas para la existencia, desarrollo y cohesión de cada individuo. “Las instrucciones que se encuentran en el código posibilitan, así, la organización en secuencia de una manera acertada de los aminoácidos que son necesarios para la vida, produciendo cadenas que se definen como las proteínas, y que de la misma manera crean estructuras aún más grandes o
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desempeñan funciones específicas e imprescindibles. Cada ser vivo en particular tiene su propio código genético”1. ¿Dónde se encuentra ese código genético? El código genético se encuentra en la secuencia de nucleótidos del ácido desoxirribonucleico (ADN), estás secuencias determinan la función de las proteínas que produce una célula.
Si bien el código genético se encuentra en el ADN, hay que dejar muy en claro que el ADN no es el código genético, el código genético se refiere a la información que contiene el ADN. Algo así como un libro físico o dispositivo electrónico que tuviese esa información, la información no es el libro ni el dispositivo, pero el libro o el dispositivo la contienen.
Respecto de esto se ha calculado que la información genética contenida en el ADN de una bacteria unicelular, como la E. coli, contiene suficiente información para llenar todos los libros de cualquiera de las bibliotecas más grandes del mundo2, en el caso de un organismo multicelular complejo como lo es un ser humano, esta cantidad excede hasta cantidades estratosféricas.
Pero, ¿qué es el ADN y de dónde viene?
1
ESPACIOCIENCIA.COM, EL CÓDIGO GENÉTICO EN LA INFORMACIÓN GENÉTICA, https://espaciociencia.com/el-adn-y-la-genetica-trabajo-de-4o-de-eso/ 2 allaboutscience.org, Doble Hélice del ADN - Código de Información, https://www.allaboutscience.org/spanish/doble-helice-del-adn.htm
18
ADN. El ADN es una molécula contenida en los cromosomas que comprende las instrucciones biológicas que hacen de cada especie algo único. El ADN, son las instrucciones que se pasan de los organismos adultos a sus descendientes durante la reproducción. El ADN está formado por unos componentes químicos básicos denominados nucleótidos. Estos componentes básicos incluyen un grupo fosfato, un grupo de azúcar y una de cuatro tipos de bases nitrogenadas alternativas. Para formar una hebra de ADN, los nucleótidos se unen formando cadenas, alternando con los grupos de fosfato y azúcar.
Los cuatro tipos de bases nitrogenadas encontradas en los nucleótidos son: adenina (A), timina (T), guanina (G) y citosina (C). El orden, o secuencia, de estas bases determina qué instrucciones biológicas (gen) están contenidas en una hebra de ADN. Por ejemplo, la secuencia ATCGTT pudiera dar instrucciones para ojos azules, mientras que ATCGCT pudiera indicar ojos de color café.
En el caso de los seres humanos , la colección completa de ADN, o el genoma humano, consta de 3 mil millones de bases organizados en 23
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pares de cromosomas, y conteniendo alrededor de 20,000 genes3. Son los cromosomas los que transportan el ADN. Bebé, niño, joven, adulto o anciano, en todas estas etapas se tendrá el mismo ADN.
Cromosomas. Los cromosomas son estructuras que se encuentran en el centro (núcleo) de las células que transportan fragmentos largos de ADN. Los cromosomas vienen en pares. Normalmente, cada célula en el cuerpo humano tiene 23 pares de cromosomas (46 cromosomas en total), de los cuales la mitad proviene de la madre y la otra mitad del padre4. Todas las células del cuerpo, excepto las células sexuales o gametos (óvulo y espermatozoide), tienen 23 pares de estructuras (46 en total) llamadas cromosomas. Los cromosomas contienen todo el material genético que pasa de padres a hijos. No obstante, el óvulo y el espermatozoide solo tienen la mitad; es decir, tienen 23 cromosomas (un solo miembro de cada par). Mediante un complejo proceso de división llamado meiosis, los gametos han perdido la otra mitad de sus cromosomas5.
En la fecundación, padre y madre aportan cada uno 23 cromosomas dando un cigoto, inicio de la vida humana, conteniendo de manera personalísima y particular sus propios 46 cromosomas. Bebé, niño, joven, adulto o anciano, en todas estas etapas se tendrán los mismos cromosomas. 3
genome.gov, “Ácido desoxirribonucleico (ADN)”, The National Human Genome Research Institute, https://www.genome.gov/27534788/about-the-institute/ 4 medlineplus.gov, “Cromosomas”, U.S. National Library of Medicine, U.S. Department of Health and Human, Services National Institutes of Health, https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/002327.htm 5 cepvi.com, LA FECUNDACIÓN, http://www.cepvi.com/index.php/psicologia-infantil/desarrollo/lafecundacion?start=1
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Genes. Un gen es un segmento corto de ADN. Los genes le dicen al cuerpo cómo producir proteínas específicas. Hay aproximadamente 20,000 genes en cada célula del cuerpo humano. Juntos forman constituyen el material hereditario para el cuerpo humano y la forma como funciona. La composición genética de una persona se llama genotipo. Los genes están compuestos de ADN. Las hebras de ADN conforman parte de los cromosomas. Los cromosomas tienen pares apareados de una copia de un gen específico. El gen se presenta en la misma posición en cada cromosoma. Los rasgos genéticos, como el color de los ojos, son dominantes o recesivos: Los rasgos dominantes son controlados por un gen en el par de cromosomas. Los rasgos recesivos requieren que ambos genes
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en el par de genes trabajen juntos6. Bebé, niño, joven, adulto o anciano, en todas estas etapas se tendrán los mismos genes.
Bebé, niño, joven, adulto o anciano, en todas estas etapas se tendrán los mismos cromosomas, el mismo ADN y los mismos genes. No tendrán los mismos pensamientos, conocimientos ni capacidad cognitiva e intelectual, no se tendrán las mismas emociones, sentimientos ni facultad afectiva, no se tendrá la misma fuerza, vigor ni potencia vita, prácticamente nada que pudiésemos señalar en nuestra vida en un momento dado, física, emocional, intelectualmente hablando permanecería sin cambio, nada excepto nuestros cromosomas, nuestro ADN y nuestros genes.
A esto le llamamos el código genético y es tan exclusivamente diferente y particular en cada individuo –incluso el de un no nacido con respecto al de la madre- que puede usarse una muestra del mismo obtenida en cualquier momento de la vida de alguien para usarse en cualquier otro momento para identificarlo.
Aquí es dónde viene la parte interesante ya que, como se dijo, todo en nuestro cuerpo se renueva cada cierto tiempo, incluyendo, obvio, las células y con ello lo que contienen –cromosomas, ADN y genes-, así que alguien pudiera señalar que eso tampoco es permanente, ¡y tiene razón! Pero
6
medlineplus.gov, “Genes”, U.S. National Library of Medicine, U.S. Department of Health and Human, Services National Institutes of Health, https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/002371.htm
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claramente se señaló anteriormente que lo único permanente, constante, es el código genético, es decir, la información, no los cromosomas, ADN o genes que la contienen y que son renovados, si no la información la cual no cambia. ¿Cómo es esto?
Regeneración celular. El proceso de división de una célula en dos células hijas se llama mitosis. Este es el método normal de regeneración celular, usado por todas las células de nuestro cuerpo excepto las que producen espermatozoides y óvulos. El primer paso de la mitosis es el copiado del ADN. Mientras se hace esta copia, la célula sigue teniendo su apariencia habitual. La auténtica acción comienza cuando los cromosomas se enrollan y se hacen visibles, y la membrana que rodea al núcleo de la célula desaparece. Después de varios pasos, la célula se divide en dos. Todo el proceso es como coger un globo hinchado, rodearlo con los dedos por su parte central y apretar.
A medida que una célula se prepara para dividirse, debe hacer una copia de cada uno de sus cromosomas. Las dos copias de un cromosoma se llaman cromátidas hermanas. Las cromátidas hermanas son idénticas y están unidas una con la otra por proteínas llamadas cohesinas. La unión entre las cromátidas hermanas es más fuerte en el centrómero, una región del ADN que es importante para su separación durante fases posteriores de la división celular. Mientras las cromátidas hermanas están conectadas en el centrómero, se consideran como un cromosoma. Sin embargo, tan pronto 23
como se separan durante la división celular, cada una se considera un cromosoma diferente. ¿Por qué las células someten a sus cromosomas a este proceso de replicación, condensación y separación? La respuesta corta es: para cerciorarse que durante la división celular, cada nueva célula obtenga exactamente una copia de cada cromosoma7.
Esto es algo así como si toda nuestra existencia, desarrollo y cohesión estuviera contenido en un libro, o en millones, pero que ese libro, o esos libros, solo pudieran durar unos días, meses o años antes de deshacerse y que por lo tanto debieran ser copiados de manera íntegra e idéntica, así uno podría seguir leyendo le atapa que sigue en otro libro cuando el anterior se deshiciera. Primeros, dientes, desarrollo sexual, arrugas y canas, senilidad, cualquier cosa que seamos o nos pase en toda nuestra vida está escrita, por decirlo así, en ese código que se copia una y otra vez de manera exacta e idéntica.
7
es.khanacademy.org, Cromosomas, https://es.khanacademy.org/science/biology/cellularmolecular-biology/intro-to-cell-division/a/dna-and-chromosomes-article
24
De esta forma nuestra verdadera esencia es intangible, ya que se refiere al código genético, es decir, a la información que contienen, sin ellos serlo, los cromosomas, el ADN y los genes.
La propuesta. Pensemos un poco en esto, ya que de aquí depende toda esta exposición: cualquier cosa que podamos señalar definen un individuo (personalidad, raciocinio, lenguaje, color, conciencia, etc.), cualquier cosa, puede o no existir en un momento dado de su vida, excepto el código genético contenido en los cromosomas, el ADN y nuestros genes, eso desde el principio y hasta el final de nuestra vida existen y no sólo existe sino que rigen todo el proceso de desarrollo de nuestra vida dándole cohesión. Puede haber individuos sin conciencia, sin raciocinio, incluso bebés que han nacido sin cerebro u órganos vitales pero que viven algunos minutos y por lo tanto son bebés, seres ya nacidos, pero nunca jamás nadie podrá encontrar un individuo que no tenga un código genético.
Esta propuesta se considera es pertinente pues si se propone cualquier otra cosa que sólo exista en un momento dado de nuestra vida o existiendo cambiase, ese estaría proponiendo algo que no es constante y por lo tanto no nos define ni forma parte intrínseca de lo que somos sino que es momentánea y circunstancial, siendo que si es momentánea y circunstancial no es requerida para nuestra existencia.
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La constancia, permanencia e inmutabilidad de nuestro código genético contenido en nuestros cromosomas, nuestro ADN y nuestros genes son requisito sin el cual es imposible no sólo nuestro desarrollo sino nuestra existencia misma.
Hay que hacer una pausa en este punto para explicar el termino humano propuesto y no de bebé, niño, joven, adulto o anciano, menos el de persona, Bebé, niño, joven, adulto o anciano serán las etapas de desarrollo de un humano y dado que humano es el término general por el que nos referiremos a un bebé, un niño, un joven, un adulto o un anciano, eso que denominamos humano deberá tener las características constantes 26
inamovibles referidas a nuestro código genético contenido en nuestros cromosomas, nuestro ADN y nuestros genes.
Este punto es sumamente importante pues hemos dejado de lado las especulaciones filosóficas o religiosas que sobre el tema del aborto pudieran verterse y nos hemos circunscrito al tema común, verificable, medible y observable de la ciencia para establecer un punto de acuerdo donde llamaremos humano, a eso que comparta durante toda su existencia el mismo código genético contenido en sus cromosomas, ADN y los genes.
¿Por qué es importante este punto? Por tres cosas, la primera es por qué se ha propuesto algo científico, algo concreto, algo común que no solo define sino construye eso que llamaremos humano y que pasa por las etapas de bebé, niño, joven, adulto o anciano. Seamos honestos: ¿habrá algo más constante, más invariable, más definido que pueda proponerse de manera clara, concreta y objetiva en este sentido?
La segunda cosa por la que es importante el punto anterior es que nos permite identificar, como lo haremos más delante, el momento mismo en que eso que hemos llamado humano comienza a serlo, ¿será al nacer?, ¿a los nueves meses de gestación?, ¿a los seis?, ¿a los tres?
La tercera cosa por la que es importante, es porque permite, como se verá más delante, definir eso que la Escritura señala como el hombre interior y 27
todavía más: ver la manera práctica de la aplicación de ello en la vida cristiana.
Si convenimos referirnos a las diferentes etapas de nuestro desarrollo como las diferentes etapas de un humano, si definimos concreta, observable, medible, es decir científicamente que eso humano se referirá a lo constante e invariable en la vida que sería el código genético contenido en los cromosomas, el ADN y los genes, entonces la pregunta sería en qué momento esa combinación deviene en lo que hemos llamado humano.
El inicio. Si estamos en el entendido propuesto la pregunta obligada es ¿cuándo comenzamos humanamente hablando? Todos hemos visto esa serie de fotos que de alguna persona se nos han mostrado donde vemos su cambio de bebé a niño, de niño a joven, de joven a adulto, de adulto a anciano. Hay algunas animaciones que utiliza cientos de fotos tomadas a algunas personas para mostrar su cambio paulatino por esas etapas. Esas animaciones pueden de igual forma hacerse al revés para mostrar un desarrollo en sentido contrario, es decir, de anciano a adulto, de adulto a joven, de joven a niño, de niño a bebé.
Supongamos que todo el desarrollo de alguien pudiera ponerse en una animación y que partiendo desde el final diéramos marcha atrás, en reversa. Sin duda alguna sería interesante el ir viendo la involución de su desarrollo. Es más que claro que cada fotograma de esa animación nos mostraría al 28
mismo humano pero un momento previo. Con eso en mente llegamos al punto exacto de su nacimiento, pero ¿dónde estaba ese humano momentos antes de eso?
Si esa misma animación pudiera seguirse en reversa hasta abarcar su desarrollo antes de nacer veríamos al feto transformarse en embrión, luego al embrión en gástrula, luego a la gástrula en blástula, luego a la blástula en mórula, y luego a la mórula en cigoto. ¿Será ese acaso el inicio del desarrollo de eso que llamamos humano? Desde cigoto hasta la vejez pasando por todas las etapas que hemos comentado, no podemos decir científicamente hablando que nos estamos refiriendo a algo diferente. En realidad se trata de lo mismo sólo que en diferentes etapas de su desarrollo.
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Bueno, pero ¿de dónde vino ese cigoto? El cigoto comienza en el momento mismo en que el espermatozoide se une con el óvulo y lo fecunda. ¿Entonces el humano comienza antes del cigoto? No, no comienza antes del cigoto. De nuevo si tomamos la cuestión constante, inamovible de lo que hemos señalado que define a eso que llamamos humano, cromosomas, ADN y genes, tenemos que reconocer que el espermatozoide y el óvulo sí son dos cosas muy distintas del cigoto. Como ya se mencionó el humano, y eso desde el cigoto, tiene 23 pares de cromosomas (46 cromosomas en total), de los cuales la mitad proviene de la madre y la otra mitad del padre, es decir, el espermatozoide aporta 23 pares de cromosomas y el óvulo los otros 23. Así el cigoto tiene 46 cromosomas, no 23, por lo que de la combinación de los 23 cromosomas del espermatozoide y de los 23 cromosomas del óvulo, surge algo muy diferente genéticamente hablando que posee 46 cromosomas.
Pero ya que estamos en esto de las animaciones hacia adelante u hacia atrás del desarrollo de un humano, pongamos una prueba contundente que demuestra lo completamente diferente que es un cigoto de un espermatozoide o un óvulo: su desarrollo ulterior. Los espermatozoides viven entre 24 y 48 horas, máximo, dependiendo de las condiciones del interior de la vagina, un óvulo vive entre 12 y 24 horas después de la ovulación, pero incluso en un extremo caso hipotético que pudieran darse las condiciones para que un espermatozoide o un óvulo pudieran seguir vivos más tiempo estos no se transforman en nada más. Un 30
espermatozoide será espermatozoide desde que comienza su vida en él y hasta que muere, un óvulo será un óvulo desde que comienza su vida en él y hasta que muere. Un cigoto no. Un cigoto, si se dan las condiciones, seguirá su desarrollo pasando por todas las etapas mencionadas hasta devenir en un humano nacido el cual todavía continuará su desarrollo.
Si planteamos correctamente la pregunta y nos preguntamos cuando comienza su desarrollo eso que hemos llamado humano y que consta de 46 cromosomas, el mismo ADN y los mismos genes que permitirán todo su desarrollo, necesaria y forzosamente deberá contestarse que es en el momento mismo en que el óvulo es fecundado por el espermatozoide generando lo que conocemos como cigoto.
De nuevo haciendo uso de la animación en reversa, alguien de 80 años tiene sus cromosomas, su ADN y sus genes, yendo hacia atrás, digamos a 31
los 40 años veríamos exactamente los mismos cromosomas, ADN y genes, si retrocedemos aún más, ahora a los 20 años de nuevo encontramos los mismos cromosomas, ADN y genes, si llegamos al punto donde está recién nacido veríamos de igual forma los mismos cromosomas, ADN y genes, y si continuamos hacia atrás en todas sus etapas pre parto - cigoto, mórula, blástula, gástrula, embrión, feto- en cada fase veríamos los mismos cromosomas, ADN y genes. Lo único que puede definir a un individuo necesaria y forzosamente debe ser algo que le sea constante durante toda su existencia, no algo que puede o no existir en un momento dado de su vida, luego entonces, si ese algo existe en cualquiera de sus etapas, en todas esas etapas estamos hablando del mismo individuo en su sustancia fundamental, sino, ¿qué otra cosa podríamos proponer para definir a ese individuo?, ¿algo que va y viene?, ¿algo que existe o no?, ¿algo que arbitrariamente propongamos –como el tener desarrollado el sistema nervioso-?
Si tuviésemos que referirnos a las etapas de desarrollo de un humano, definido como humano aquello que durante toda su vida tendrá los mismos cromosomas, el mismo ADN y los mismos genes, necesaria y forzosamente tendríamos que decir que estas etapas son: cigoto, mórula, blástula, gástrula, embrión, feto, bebé, niño, joven, adulto, anciano; donde mórula, blástula, gástrula, embrión, feto son etapas humanas de desarrollo pre-parto y bebé, niño, joven, adulto, anciano son etapas de desarrollo humano postparto. 32
Si recorremos en reversa la animación del desarrollo de un humano llegamos a un punto en cual éste comenzó y que es exacta y específicamente desde el momento mismo de la fecundación del óvulo por el espermatozoide.
Antes de eso había dos condiciones, si se permite la expresión, un espermatozoide y un óvulo que no tienen por sí mismo lo que el cigoto tiene, cromosomas, ADN y genes, y que devendrá en todas las etapas de desarrollo de un humano, ni tampoco aquellos pueden desarrollarse en otra cosa por sí mismos por lo que la diferenciación es clara.
Pero bueno, se ha determinado a través de una ideación animada el momento mismo en que eso que se puede denominar humano comienza: el momento mismo de la fecundación, pero ¿desde ese entonces se tienen los cromosomas, el ADN y los genes que se tendrán toda la vida? La respuesta es sí. El cigoto una vez iniciada su etapa, comienza, y de hecho requiere para su desarrollo, el tener los cromosomas, el ADN y los genes para ello.
De anciano a adulto, de adulto a joven, de joven a niño, de niño a bebé, de bebé a feto, de feto a embrión, de embrión a gástrula, de gástrula a blástula, de blástula a mórula, de mórula a cigoto.
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¿Dónde comienza el desarrollo de eso que llamamos humano? En el cigoto, en el óvulo fecundado por el espermatozoide.
¿Dónde comenzarán los cambios que regirán el desarrollo de eso que llamamos humano? En el cigoto, en el óvulo fecundado por el espermatozoide.
¿Dónde comienzan a existir los cromosomas tal y como existirán durante toda la vida de es que llamamos humano? En el cigoto, en el óvulo fecundado por el espermatozoide.
¿Dónde comienza a existir el ADN tal y como existirán durante toda la vida de es que llamamos humano? En el cigoto, en el óvulo fecundado por el espermatozoide.
¿Dónde comienzan a existir los genes tal y como existirán durante toda la vida de es que llamamos humano? En el cigoto, en el óvulo fecundado por el espermatozoide.
¿Cuándo comienza a existir el código genético de lo que llamamos humano y que contiene durante todas sus etapas de desarrollo las mismas características básicas que lo rigen? En el cigoto, en el óvulo fecundado por el espermatozoide.
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¿Cuándo comienza eso que llamamos humano? En el cigoto, en el óvulo fecundado por el espermatozoide.
Es cierto: hay diferentes niveles de desarrollo, diferentes niveles de sensibilidad, diferentes niveles de conciencia en toda las etapas de desarrollo de un humano, tanto pre como post partos, pero ya quedamos no tomar lo cambiante, lo inconstante, lo que puede o no estar, ya que eso mismo implica no es necesario para la existencia humana, sino tomar eso constante, invariable, que por sí mismo muestra y demuestra que es requerido para formar y conformar lo que podríamos llamar humano.
La terminación. Aunque no es tema de la presente obra, no podemos concluir sin comentar un poco sobre algo que muchos pasan de largo cuando se discute el tema: las razones médicas del aborto8. En la mayoría de los países donde el aborto es legal se manejan plazos para el mismo alrededor de las 12 semanas de gestación, ¿alguna vez alguien se ha preguntado por qué ese límite de tiempo? Es decir, ¿por qué no permitir abortar a los 4, 7 o incluso 9 meses de embarazo? ¿Será que antes de ese plazo no son humanos, no tienen los mismos cromosomas, ADN o genes que durante toda su vida tendrían si se les permitiese nacer?
8
Para un discernimiento mayor sobre este tema se sugiere la obra “HUMANO”. Descargar gratis sin compromiso ni seguimiento en www.rocefi.com.mx, Menú Libros, Sección Ebooks Gratis, Apartado Liderazgo.
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Todas las discusiones que se han hecho por médicos, biólogos, y demás expertos no han girado en torno a que si lo que está en el vientre de la mujer antes de las 12 semanas es o no humano, eso sería un absurdo pues una mujer humana solo puede dar a luz humanos, la argumentación ha girado en torno a que antes de ese plazo el sistema nervioso del no nacido no se ha desarrollado al grado de sentir dolor, así que el argumento es que se aborte un no nacido, independientemente si se trata de un humano o no, siempre y cuando éste no sienta dolor. En ningún lugar del mundo donde se ha despenalizado el argumento es si lo que se gesta es o no humano, sino si a cierta etapa de su desarrollo siente o no dolor. Pero la pregunta considero debería ser si es o no un humano, un humano en desarrollo, un humano no nacido, pero un humano aún. Si se considera que sí es un humano (en etapa cigotal, embrionaria o fetal), un humano no nacido pues, entonces se está matando un humano, si se considera que no es un humano (repito: ningún médico, biólogo o demás expertos argumentaría eso) entonces habría que contestar (1) ¿qué es lo que se está gestando en el vientre de la mujer?, (2) ¿en qué momento eso que no es humano se vuelve humano?, (3) ¿por qué, es decir, qué ha sucedido, para que eso que no era humano se ha vuelto de repente un humano?.
Hay mucho que pudiera decirse del razonamiento anterior (por ejemplo: Si la premisa es que no sienta dolor ¿es procedente pensar que anestesiando un feto de 9 meses para abortarlo se cumple esa condición?), pero no es motivo de discusión entrar en todas esas escaramuzas que 36
secundariamente surgen cuando se obvia el tema central: matar o no matar selectiva y discrecionalmente humanos, pero sí se menciona esto pues algunos creen erróneamente lo que se comentó en el párrafo anterior: que antes de ese límite de tiempo el no nacido no es humano o dicho eufemísticamente no es persona.
Se ha querido dejar para el final este concepto esbozado anteriormente: persona, pues hay quienes pretendiendo desvirtuar el argumento principal, es o no es humano, señalan que un embrión no es una persona, ¡y tienen razón!
En el lenguaje cotidiano, la palabra persona hace referencia a un ser con poder de raciocinio que posee conciencia sobre sí mismo y que cuenta con su propia identidad. Una persona es un ser capaz de vivir en sociedad y que tiene sensibilidad, además de contar con inteligencia y voluntad, aspectos típicos de la humanidad. Para la psicología, una persona es alguien específico (el concepto abarca los aspectos físicos y psíquicos del sujeto que lo definen en función de su condición de singular y único). En el ámbito del derecho, una persona es todo ente que, por sus características, está habilitado para tener derechos y asumir obligaciones. Por eso se habla de distintos tipos de personas: personas físicas (como se define a los seres humanos) y personas de existencia ideal o jurídica (grupo donde se agrupan
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las corporaciones, las sociedades, el Estado, las organizaciones sociales, etc.)9.
Así que como vemos en efecto un embrión no es una persona, pero de la misma forma podemos ver en las diversos enfoques situaciones excluyentes donde no cabría tampoco un bebé, un niño e incluso un anciano que hubiese venido a menos en sus facultades. Por ejemplo la definición dice que “persona es un ser capaz de vivir en sociedad”, bueno, entonces un recién nacido no es persona pues en el estricto sentido de la expresión no puede por sí mismo vivir en sociedad, un joven no sería persona si está afectado de su entendimiento que no tiene “raciocinio [ni] posee conciencia sobre sí mismo“ un anciano cuyas facultades mentales ha venido a menos ha dejado de ser persona pues no “está habilitado para tener derechos y asumir obligaciones”, o incluso un joven o adulto en estado inconsciente por accidente o enfermedad no es persona pues no cuenta con “con inteligencia y voluntad”.
Persona es un término muy específico para referirnos a ciertas facetas de un humano, término que implica cuestiones jurídicas, sociales, intelectuales, etc., luego entonces no hay que constreñirnos a esa definición pues la generalización del término requerido nos lleva al término humano, no persona.
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Julián Pérez Porto y Ana Gardey, , CONCEPTO DE PERSONA, definicion.de, https://definicion.de/persona/
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En este mismo orden de ideas existe la tendencia a presentar argumentaciones que mezclan los conceptos anteriores, por ejemplo, decir que un embrión no es un bebé así como una semilla no es un árbol, por ejemplo de un naranjo. Eso es correcto pero el racionamiento está en el mejor de los casos incompleto o en el peor, mal llevado. Semilla y árbol son dos fases de la etapa de desarrollo de un naranjo, así como un embrión (o cualquiera de las etapas pre parto) son fases de desarrollo de un humano.
En efecto, una semilla no es un árbol, pero es una semilla de naranjo (si no fuera así no sabríamos que clases de semillas tenemos hasta que germinarán y se desarrollaran), luego la semilla se transforma en un germinado de naranjo, luego en un brote de naranjo, luego en un arbusto de naranjo, hasta llegar a ser un árbol de naranjo. De igual forma el embrión aún no es un bebé, pero es un embrión de humano, embrión que antes fue cigoto, mórula, blástula, gástrula, todos de humano, ese embrión de humano, luego será un feto de humano, por fin llegará luego a ser un bebé de humano, luego un niño de humano, luego un joven de humano, luego un adulto de humano y por último un anciano de humano. La cuestión no es hablar y comparar etapas sino referirnos a lo fundamental: el naranjo lo es desde la semilla y hasta el árbol, el humano lo es desde el cigoto hasta la ancianidad.
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“¡Pero el cigoto, mórula o embrión no sienten! ¡o no tienen conciencia! ¡o no piensa!” –podrá alguien todavía querer argumentar, aunque el argumento no va en el sentido de si siente, tiene conciencia o piensa, sino de si estamos hablando de un humano. Pero bueno, entonces si una entidad (para llamarle de cierta forma) que tiene exactamente el mismo código genético contenido en sus cromosomas, ADN y genes que tendría al nacer y durante toda su vida, no la vamos considerar humana solo porque decidimos arbitrariamente que esa característica es la que nos gustó para darle esa categorización, ¿quiere decir que alguien ya nacido que por cualquier circunstancia llegase a no sentir –anestesiado, por ejemplo-, a no tener conciencia –desmayado por ejemplo-, o a no pensar –en coma por ejemplodejaría de ser humano para volver a serlo una vez que vuelva a sentir, tener conciencia o pensar? Absurdo. En todos esos casos se trataría de un
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humano, un humano que por accidente o enfermedad, o cualquier otra circunstancia, cayeron en alguno de esos estados, pero que no ha dejado de ser humano.
Tal vez el caso más extremo, porque es similar a criterio de los países donde se permite el aborto, es considera –de nuevo de manera arbitraria- la actividad cerebral del embrión como indicativo de procesión para el aborto. Como ya se comentó el razonamiento es que no siente dolor, no si eso no humano, pero hay casos donde personas adultas han experimentado muerte cerebral, es decir, su actividad cerebral ha cesado y vuelven con el tiempo a readquirirla. Si la actividad cerebral es indicativo de ser humano, ¿qué era ese individuo cuando dejó de tenerla? Sigue siendo un humano, pero en un momento crítico de su existencia, ningún médico diría es algo diferente. Lo mismo aplicaría para cualquier otra función de nuestro organismo pues la muerte clínica, por ejemplo, implica que el corazón no late y el paciente no respira, pero de igual forma hay casos de que son vueltos a la vida. En fin. No puede proponerse algo que puede o no estar presente en alguna etapa del desarrollo de la vida humana. Para poder relacionarla con eso que denominamos humanos tendría que ser algo que necesaria y forzosamente esté en todo momento, desde el inicio y hasta el final, y si ese algo también existe en las etapas pre natales, estaríamos hablando incluso en el caso de los no nacidos, en cualquiera de todas sus etapas de un ser humano.
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Decir que un embrión no es una persona, es como decir que un niño no es un adulto, ambas expresiones son correctas, pero decir que por eso puede matarse a uno u otro no es correcto si aceptamos la premisa de no matar humanos y si hemos definido humano con aquellas condicionantes constantes e invariables requeridas para que este sea. La cuestión luego entonces no es sentirnos con permiso de matar a aquello que no es persona, sino en sentirnos con permiso de matar a aquello que no es humano y si el humano empieza desde el cigoto, desde la fecundación del óvulo por el espermatozoide, tendríamos un límite que no podríamos franquear.
A manera de cierre. Para poder decir que algo nos define como humanos ese algo debe ser condicionante sin la cual no puede darse el desarrollo, ni la existencia aún, de lo que llamaríamos humano. Cualquier cosa que durante toda nuestra existencia puede ir y venir, estar o no estar, ser y dejar de ser, no reúne esa característica de ser definitiva y definitoria para nuestra existencia. Lo único que podría reunir esa característica es algo que desde siempre estuviese en nosotros, que fuese constante, permanente, ese algo es el código genético contenido en los cromosomas, el ADN, los genes.
Si retrocedemos la animación del desarrollo de nuestra vida hasta la etapa pre-parto y seguimos hacia atrás llegaremos a un punto específico a partir del cual comenzó todo el desarrollo, una entidad que antes de ese punto no existía, un condición que en ese momento reúne la características 42
constantes y permanentes del código genético contenido en los cromosomas, el ADN y los genes: el cigoto, el momento mismo cuando el óvulo es fecundado por el espermatozoide. A partir de ahí comienza lo que podríamos llamar humano. Un humano que pasará por muchas etapas, pre y post parto, pero que desde ese momento reúne lo que es requerido para su existencia y lo que permanecerá constante para sustentar ese desarrollo.
Si después de lo comentado convenimos en que eso que nos define como humanos es aquello que en nosotros, desde nuestro primer instante de existencia, es constante, inamovible –el código genético contenidos en los cromosomas, ADN y genes-, y si eso está presente desde la fecundación del óvulo por el espermatozoide, entonces desde ese punto comienza la existencia de un humano.
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Una verdad a-s-o-m-b-r-o-s-a
En el apartado anterior se propuso al código genético contenido en los cromosomas, el ADN y los genes como eso concreto, tangible, medible y observable que nos define como humanos desde la concepción y hasta la muerte, esto ya que aquello es lo único que de manera constantes y permanente puede encontrarse en cada uno de nosotros y que permitiría pensar que en cada caso se refiere uno no solo a un humano sino al mismo humano a lo largo de la vida y a pesar de todos los cambios que se presenten.
Esto de inicio es algo más que maravilloso, pero detrás de ello viene una verdad a-s-o-m-b-r-o-s-a, ¿y cuál es esa?, ¡que la esencia de lo que somos es literalmente intangible y que uno, de manera consciente, intencionada y volitiva puede participar en dicho proceso!, pero expliquemos esto.
Información recibida.
Se ha propuesto que lo que nos define como humanos, y no sólo como humanos sino como el mismo humano a lo largo de nuestra vida y a pesar de todos los cambios que se presenten, es el código genético contenido en los cromosomas, el ADN y los genes, pero si lo pensamos bien el código genético sólo es el vehículo que lleva lo que lo hace relevante: la 44
información que contiene, aquella que hemos recibido y que de alguna forma u otra define mucho de lo que somos en la vida: altura, color de ojos, cierta manera de caminar, forma de hablar y un sinfín de etcéteras.
Pensemos en el código genético como en un libro, un libro no es la información que contiene pero el mismo sirve para transmitirla. El material de que está hecho un libro —papel, tinta, etc.— bien podría estar presente en las mismas condiciones y cantidades en otro libro pero conteniendo información diferente, de esta forma lo que define a un libro es la información que contiene. De igual forma el código genético de cada humano contiene una información particularísima de ese humano, en sentido estricto es esa información la que nos definiría como humanos, pero la misma es intangible, no puede verse, de esta forma el código genético — concreto, tangible, medible y observable— suple esa deficiencia al presentarse como algo que sí podemos identificar.
Para entender aún más esto volvamos al ejemplo del libro. Como ya se comentó, todo libro contiene información ¡pero no hay manera de entregar esa información sin el libro!, ¿o acaso alguien pudiera pedir que se le diera en su mano la información que contiene un libro sin entregar dicho libro, es decir: pedir única y exclusivamente la información? No hay manera. La información, sea la que sea, sólo puede entregarse a través de algún medio, pero el medio mismo no es la información sino sólo lo que entrega la información. 45
Al hablar entregamos información, pero el hablar no es la información sino sólo la manera en que entregamos esta. Lo mismo puede decirse de ver una película, de escuchar una canción, de mirar una pintura, etc., la información necesita de un medio para entregarse, de otra forma no podría hacerse esto, pero el medio que se utilice no es la información en sí, la cual siempre será intangible, sino solamente es el canal a través de la cual la misma fluye.
De esta forma el código genético —concreto, tangible, medible y observable— contiene esa información —indeterminada, intangible, inconmensurable e imperceptible— que define a cada uno como humano y no sólo como humano sino como el mismo humano a lo largo de la vida y a pesar de todos los cambios que se experimenten.
Pero esto, a saber: que la esencia de lo que somos es literalmente intangible, es apenas la mitad de esa verdad a-s-o-m-b-r-o-s-a, la otra mitad tiene que ver con la comprensión de que uno, de manera consciente, intencionada y volitiva puede participar en dicho proceso.
Veamos esto último pero vayamos por partes. 46
Información percibida.
Se comentó que lo que nos define como humano, y no como humano sino como el mismo humano a lo largo de la vida independientemente de los cambios que se experimenten, es el código genético contenido en los cromosomas, el ADN y los genes.
De igual forma se comentó que ese código genético es apenas el vehículo por medio del cual lo sustancial que nos define como humano, la información que el mismo guarda, es contenida.
Hasta ahí todo bien, pero ahora lo siguiente tiene que ver con la información que se percibe a lo largo de nuestra existencia.
¿Puedes recordar algún evento de cuando tenías tres, cuatro o cinco años?, ¿te puedes acordar de alguna anécdota familiar de cuando eras niño?, ¿tienes algún recuerdo de tu etapa escolar en la primaria?, ¿sí?, aquí lo interesante: ¿dónde pudo haberse guardado esa información?, pensemos un poco esto antes de contestar.
Si como ya se comentó desde el inicio de esta obra todo en nosotros cambia, si no hay nada —o casi nada— constante, ¿dónde puede guardarse toda la información que a lo largo de nuestra vida se percibe?, 47
de nuevo: lo que se proponga deberá ser algo que permanezca constante, de otra forma esa información se desvirtuaría, se corrompería o en el peor de los casos se perdería, y ante esto ¿qué opción queda?, la misma que nos define como humano, lo único que a lo largo de nuestra vida es constante y permanente: el código genético.
De esta forma el código genético no contiene solamente la información que ya traemos y que nos define como humanos, información que a lo largo de nuestra vida tendrá incidencia en nuestro desarrollo, sino que también aprehende —de aprehender: captar algo por medio del intelecto o los sentidos— y conserva esa información en él.
Pero bueno, si bien la conclusión anterior es una a la que se ha llegado de manera lógica, ¿hay evidencia científica que la apoye?, sí que la hay.
Déjame te comparto un extracto de una, de tantas notas, que uno puede encontrar en la red de la información, donde la comunidad científica da por hecho lo anterior, a saber: que el código genético, en la forma concreta, tangible, medible y observable del ADN, es un vehículo idóneo para almacenar información:
“Las investigaciones sobre cómo almacenar datos en el ADN no son nuevas. Son muchas las universidades e instituciones científicas que llevan varias décadas trabajando en esta posibilidad. Pero un estudio 48
reciente entre la Universidad de Harvard y el Instituto Europeo de Bioinformática (IEB) ha demostrado que el avance en la manipulación del ADN podría hacer posible y práctico utilizar el ADN como unidad de almacenamiento de información muy pronto.
“Producimos datos a una velocidad abrumadora. De hecho, las tecnologías encargadas del almacenamiento de información, discos duros o memorias portátiles, no tienen suficiente capacidad para almacenar los datos al ritmo que se generan. Y no es que tengamos que guardar o almacenar toda la información, pero ya que no vamos a dejar de producirla, ya sea a través de fotos, películas y archivos varios, hay que buscar nuevas formas de almacenaje para que toda esa información no se pierda.
“El ADN se desarrolló hace milenios para almacenar la información genética o como planos para la construcción de proteínas. Pero, además, con el tiempo y las numerosas investigaciones se ha demostrado que el ADN se puede utilizar para muchas más cosas, entre ellas, por ejemplo, para guardar y almacenar información como lo hacemos en un disco duro externo.
“Los medios de almacenamiento tradicionales que conocemos como discos duros, DVD o USB almacenan datos digitales cambiando las
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propiedades magnéticas, ópticas o eléctricas de un material para almacenar ceros y unos.
“A la hora de almacenar datos en el ADN, el concepto es el mismo pero el proceso es totalmente diferente.
“¿Cómo es posible guardar información digital en el ADN? Las moléculas de ADN son secuencias largas de moléculas más pequeñas (los nucleótidos), adenina, citosina, timina y guanina (A, C, T y G). En lugar de crear secuencias con ceros y unos, como en los medios electrónicos, el almacenamiento de ADN utiliza secuencias de esas moléculas más pequeñas.
“La idea es asignar patrones de datos digitales a los nucleótidos del ADN. Por ejemplo, 00 podría ser el equivalente a A, 01 el equivalente a C, 10 el equivalente a T y 11 a G. Pongamos por caso que queremos almacenar una imagen, habría que comenzar con su codificación como un archivo digital, como un JPEG. Este archivo está representado por una larga cadena de ceros y unos. Los primeros ocho bits del archivo son 01111000; Los dividimos en pares – 01 11 10 00 – que corresponden a C-G-T-A. Ese es el orden en el que nos unimos a los nucleótidos para formar una hebra de ADN.
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“Por eso para guardar los datos en el ADN hay que dividir la información en secuencias más pequeñas y añadir un indicador que, llegado el momento de leer lo almacenado, garantice que los fragmentos están en el orden correcto.
“Los científicos trabajan en lo que es el equivalente genético de un bit, la unidad mínima de información, con la que puede representarse dos valores, cero/apagado o uno/encendido. Los datos pueden leerse con facilidad ya que las secciones del ADN brillan con color rojo o verde dependiendo de la orientación de los segmentos del ADN. Además, al tratarse de una memoria no volátil almacena información sin consumir energía.
“En el IEB han seguido la misma estructura de la molécula helicoidal, pero con un lenguaje que nada tiene que ver con el de los seres vivos. Dicha molécula, en el mundo de la biología, se mantiene unida por cuatro grupos químicos que cuando se establecen con un determinado orden contiene las instrucciones genéticas que necesita un organismo vivo para desarrollarse y conservarse.
“Los archivos digitales pueden ser bastante grandes, sin embargo, las hebras de ADN individuales tienen que ser mucho más cortas. A la hora de guardar un archivo digital en el ADN, los dígitos binarios que representan la información son traducidos al código del equipo. 51
“Una máquina de síntesis de ADN estándar es la encargada de producir en serie la secuencia correspondiente. Si algunos fragmentos se dañan no se perderán los datos ya que producen múltiples copias de fragmentos superpuestos y cada uno de esos fragmentos contiene detalles de indexación que identifican en qué lugar se almacena dicha secuencia.
“Una vez determinado el orden en el que deben ir las letras, las secuencias de ADN se fabrican letra por letra con reacciones químicas según la letra. Este proceso trae otro beneficio además del almacenamiento de ADN: las copias de seguridad, ya que en lugar de hacer una hebra, las reacciones químicas generan muchos hilos idénticos a la vez, esto significa que se generan muchas copias antes de pasar a la siguiente hebra de la serie.
“¿Cómo se lee esa información? Para leer esa información se utiliza una máquina de secuencias que es exactamente igual a las que se utilizan para el análisis del ADN genómico en las células. La maquinaria identifica las moléculas y genera una secuencia de letras por molécula que posteriormente se decodifica en una secuencia binaria de ceros y unos en orden. En este punto es donde entran en juego las múltiples copias que se crean ya que el proceso de lectura podría destruir el ADN. 52
“Ventajas de guardar datos en el ADN. Tal y como explica Ewan Birney, del Instituto Europeo de Bioinformática (IEB) en Hinxton, es que “una de las grandes ventajas de utilizar ADN para almacenar información es que no es necesario utilizar electricidad”. Además, y a diferencia de otros sistemas de almacenamiento que se utilizan en la actualidad como discos duros externos, almacenar información en el ADN no requiere de un mantenimiento constante ni de problemas de incompatibilidad con versiones anteriores. Mientras haya vida, la información en el ADN no quedará obsoleta.
“Por el momento el almacenamiento de datos en el ADN es experimental. Antes de que sea una práctica común, es un proceso que tiene que ser totalmente automatizado y mejorado, tanto el de construcción como el de lectura. Por ejemplo, para que te hagas una idea, para almacenar una foto media del iPhone en el ADN tardaríamos varias horas, un proceso en el que se invierte menos de un segundo si lo guardas en el móvil o lo pasas al ordenador. Es posible que los investigadores encuentren la forma barata y rápida para guardar información digital en el sistema de almacenamiento de datos más antiguo de la naturaleza” 10.
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La estructura del ADN parece ser la forma más idónea para almacenar información, https://blogthinkbig.com/el-adn-es-el-nuevo-usb
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De nuevo: salvo el código genético, no hay otra cosa que sea permanente y constante que pueda proponerse para mantener la información que a lo largo de la vida vamos obteniendo.
¿Y qué es lo que percibimos? Literalmente infinitud de información. Lo que ves, oyes, tocas, gustas, hueles ¡e incluso lo que mentalmente se genera! Es literalmente infinito y todo ello se guarda en nuestro código genético, de esta forma lo que somos —lo que ya traemos—, más lo que percibimos a lo largo de nuestra vida —lo que vamos recibiendo— van configurando ese código genético que nos define como humanos, como humanos particularísimos, diferentes unos de otros.
Información contribuida.
Si bien lo que percibimos en el transcurso de nuestra existencia es literalmente infinito, y que todo eso que percibimos es guardado en nuestro código genético, lo más maravilloso de todo es que uno, de manera consciente, intencionada y volitiva puede participar en dicho proceso, ¿cómo?, mediante lo que de manera consciente, intencionada y volitiva podemos hacer.
Es una realidad que lo percibimos del mundo es literalmente infinito, y lo que es más: poco podemos hacer para cambiar esa realidad, pero existe 54
una realidad a nuestro alcance en la cual sí podemos incidir, la cual sí podemos cambiar, y que por mínima que sea muchas veces es decisiva en el Camino que se ha elegido andar: lo que de manera consciente, intencionada y volitiva podemos hacer.
Pensemos un poco en ello. La gran mayoría de lo que percibimos no lo controlamos, sí interactuamos con ello pero lo mismo excede nuestra capacidad de control; por el contrario, aquello en lo que consciente, intencionada y volitivamente participamos de manera activa sí podemos controlarlo, sí podemos incidir en ello y con ello cambiar lo que estamos guardando en nuestro código genético. Siguiendo ese razonamiento ¿de qué podremos llegar a ser responsables: de aquello que no controlamos o de aquello que controlamos?, de manera personal me inclino más por lo segundo, luego entonces en vez de torturarnos con las cosas que percibimos y que desafortunadamente no podemos hacer mucho para cambiar, mejor enfoquemos nuestra fuerza, nuestra capacidad, en aquello que sí podemos controlar cambiando así lo que guardamos en nuestro código genético, ¿y cómo podemos hacer esto?, esto se verá en el siguiente capítulo.
En este punto, y antes de pasar en el siguiente capítulo a la parte medular de la presente obra, lo que contribuimos, permítaseme proponer una
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respuesta a la incógnita que siempre ha intrigado a la humanidad: ¿por qué soñamos?
Los estudiosos de la naturaleza humana siempre se han sentido intrigados por el fenómeno onírico, la razón subyacente tras el sueño que experimentamos. Psicólogos, educadores, biólogos, y demás, todos proponen ideas que buscan explicar la naturaleza de aquello que llamamos soñar, desafortunadamente dichas explicaciones son sólo eso, intentos por explicar lo inexplicable pero el mismo esfuerzo se queda corto siendo que a la fecha permanece esto como un misterio.
Lo más extraño aún es que otros seres vivos también sueña: perros, gatos, vacas, ballenas, delfines, peces, etc., y la evidencia apunta a que todo ser vivo de alguna forma sueña, tiene etapas de descanso, de un dormir profundo, donde se da eso que llamamos sueños. Con todo y todo la pregunta sigue en el aire ¿por qué soñamos?
Antes de tratar de responder la pregunta anterior veamos en qué consiste el dormir y el soñar.
“Existen dos tipos de sueño: aquel con movimientos oculares rápidos (MOR) y otros sin ellos (NMOR o profundo); cada uno incide en distintos aspectos de nuestro bienestar […] El sueño NMOR, siempre tan reparador, es el más intenso. A veces también recibe la 56
denominación de “sueño de ondas lentas” porque ralentiza considerablemente las ondas encefálicas. Cuando se pasa de la fase más ligera a la más profunda, la respiración y el ritmo cardiaco son más pausados, los músculos se destensan y las ondas cerebrales se desaceleran aún más (cursivas mías en toda la cita).
“Por el contrario, en el MOR, la etapa durante la cual se manifiestan la mayor parte de nuestros sueños, el ritmo cardiaco y la respiración alcanzan valores cercanos a los que presentamos en la vigila.
“El cerebro se activa y los ojos se mueven con rapidez debajo de los párpados. Los músculos se quedan temporalmente paralizados con el propósito de garantizar nuestra seguridad en caso de que seamos proclives a representar lo que ocurre en nuestra imaginación […]
“A lo largo de la noche se experimenta el NMOR (más profundo y reparador) en mayor medida, y muy poco MOR en cada ciclo. Conforme se acerca la mañana, cuando el organismo está más repuesto y el segmento NMOR ya no es tan necesario, aumenta la presencia de su contraparte en cada iteración.
“A medida que avanza la noche, estos lapsos de MOR se prolongan un poco más, mientras que la parte del sueño se reduce. Por lo tanto, la mayor parte del MOR se da en la últimas horas de reposo, y la 57
mayor cantidad del sueño intenso se produce al inicio del proceso en cuestión […] ambos son fundamentales para la salud y el bienestar en general”11
La dinámica misma del dormir y en ello del soñar es la que ha intrigado a los estudiosos del tema desde siempre. Se sabe, como ha quedado más que claro, la manera en que esto se desarrolla, pero lo que aún no se ha podido responder es por qué esto se da así, es decir, cuál es la razón de ello. Lo interesante de la explicación anterior, que es lo que se ha resaltado en la cita, y que debe tenerse en cuenta es que (1) hay un estado de inconciencia, lo que llamaríamos propiamente el dormir, (2) hay dos estados de sueños, uno con movimientos oculares rápidos (MOR) y otros sin ellos (NMOR o profundo), y (3) ambos estados funcionan de manera independiente pero relacionada: A lo largo de la noche se experimenta el NMOR (más profundo y reparador) en mayor medida, y muy poco MOR en cada ciclo. Conforme se acerca la mañana, cuando el organismo está más repuesto y el segmento NMOR ya no es tan necesario, aumenta la presencia de su contraparte en cada iteración […] Por lo tanto, la mayor parte del MOR se da en la últimas horas de reposo, y la mayor cantidad del sueño intenso se produce al inicio del proceso en cuestión. ¿Cómo podría explicarse todo esto?
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Lisa Fields, La Importancia de Dormir, Selecciones Reader´s Digest, Abril 2020
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Después de todo lo anteriormente explicado permítaseme proponer una respuesta a lo anterior: el soñar no es más que la consecuencia del guardado de la información que percibimos o que contribuimos en nuestro código genético.
Quisiera explicar lo anterior.
La cuestión del soñar lleva dos aspectos: el dormir y el sueño. El dormir es el acto de inconciencia donde dejamos de percibir información o de contribuir con ella, el soñar es esa actividad onírica que se da en los niveles más profundos del dormir, con esto en mente ¿por qué necesitamos dormir?, y ¿qué podría ser el soñar?
Durante el día percibimos literalmente un sinfín de información, de igual forma de manera consciente, intencionada y volitiva contribuimos con mucha información, pero —y esto es muy importante tenerlo en cuenta— ya estamos en actividad, es decir, al estar conscientes estamos, por decirlo así, funcionando. Ese funcionamiento implica una asombrosa interacción física, mental emocional y espiritual la cual tiene como base la información contenida en el código genético, sea recibida, percibida o contribuida, siendo que la misma no puede ser modificada de ninguna manera mientras se está consciente pues esa conciencia requiere de la inmovilidad de aquella base para funcionar. De esta forma, se requiere un período de cesación de esa actividad que permita a la información que se ha percibido 59
o con la que se ha contribuido ser guardada como tal en el código genético, es por ello la necesidad de dormir, de cesar al mínimo toda actividad vivencial.
Esto podemos verlo en muchos ejemplos de lo que el hombre ha creado: maquinarias, aparatos, sistemas, procesos. Nada puede modificarse mientras la esencia de lo mismo está en actividad, todo requiere de cesar esa actividad para que, siendo modificado en su esencia, al reiniciarse pueda hacerlo sobre una nueva base, siendo que esa modificación-reinicio son los ciclos de sueño se conocen, siendo la vigilia el ciclo final donde el reinicio es completo y total, por eso después de una noche de dormir y soñar todo se ve y se siente diferente, en mayor o menor grado, pero diferente.
Y el soñar, ¿por qué se da? Al estarse guardando en nuestro código genético la información que percibimos o que generamos, la misma, de manera aleatoria, puede generar bloques de coherencia que permitan esbozar una historia.
La información que contiene nuestro código genético se basa en información recibida, percibida o contribuida, pero esas vivencias no son definitivas ni definitorias sino que las mismas están siempre incompletas, o dicho más correctamente, siguen en proceso. Así, cuando entra nueva información, sea percibida o generada, la misma puede unirse con otra 60
información que ya estuviese ahí generando un bloque coherente que al ser percibida da como resultado lo que llamamos soñar.
La información que tenemos en nuestro código genético, tanto recibida, percibida o contribuida, es como un gran rompecabezas, como un rompecabezas con infinitas piezas, piezas que no solo están en dos o tres dimensiones, sino en un sinfín de dimensiones, siendo que cada pieza de nueva información que se guarda en ello puede, como una pieza nueva de rompecabezas, unirse con la información que ya se tiene generando un bloque coherente de nueva información que es percibido como sueño.
Esta es la razón propuesta para entender por qué los sueños son tan raros, tan fantasiosos, y al mismo tiempo porque los mismos empiezan de la nada y terminan de la nada. Son raros, son fantasiosos, porque el bloque coherente de información que se generó es literalmente inventado al unir información percibida o contribuida con información ya existente. Los mismos empiezan de la nada y terminan en la nada porque el bloque coherente de información tiene un punto donde empieza y otro donde termina, siendo que más allá no existe esa coherencia que permita darle continuidad al sueño, igual que una pieza de rompecabezas que unida a otras, en un rompecabezas infinito y por lo mismo incompleto, genera una porción del mismo identificable pero que tiene un principio identificado y un final determinado.
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De esta forma, por ejemplo, información —recibida, percibida o contribuida— de hace años o décadas puede completarse —siempre parcialmente— una noche al dormir y generar un sueño, de igual forma información —recibida, percibida o contribuida— del mismo día puede completarse —siempre parcialmente— una noche al dormir y generar también un sueño. Así el sueño siempre vendrá a la conciencia cuando la información que se agrega genera un bloque coherente de información que permite ello, no importa que las piezas del mismo estén repartidas a lo largo de nuestra vida misma.
Lo dicho hasta aquí de esto tiene referente escritural cuando en Job se señala:
Job 33 15
Por sueño, en visión nocturna,
Cuando el sueño cae sobre los hombres, Cuando se adormecen sobre el lecho, 16
Entonces revela al oído de los hombres,
Y les señala su consejo, 17
Para quitar al hombre de su obra,
Y apartar del varón la soberbia. 18
Detendrá su alma del sepulcro,
Y su vida de que perezca a espada.
Pero bueno, antes de pasar al siguiente apartado tal vez surja la siguiente pregunta: si el código genético es exactamente el mismo desde la
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concepción y hasta la muerte, ¿cómo puede almacenarse información en él, sea percibida o contribuida, sin modificar su estructura?
El planteamiento anterior es aparentemente correcto ya que uno esperaría que si el código genético es modificado por información que en él se almacena, sea esta percibida o contribuida, el mismo debería modificarse, pero la cuestión estriba en que, como ya se mencionó, el código genético es el vehículo visible por medio del cual la información en el mismo es contenida pero el mismo no es la información en sí.
Ya se explicó esto con la analogía de un libro, permítaseme ahora presentar lo mismo con la analogía de cajas contenedoras.
El código genético —contenido en cromosomas, ADN y genes— es como una seria de cajas contenedoras, muy particularísimas, diferentes entre un individuo y otro, de hecho únicas en su forma, tamaño o color, que cada persona dese nacer y hasta morir tiene y mantiene, pero cada caja sirve para contener información siendo que las cajas mismas no son la información, sino sólo lo que la contiene. Esa información puede ser lo mismo información que ya se traiga —lo que somos—, información que se perciba —lo que percibimos—, o información que se aporte —lo que contribuimos—, pero las cajas, que siempre son exactamente las mismas, no son la información en sí, sino sólo lo que la contiene.
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Lo mismo pasa con el código genético. Dicho código es particularísimo en cada individuo, de hecho único, pero el mismo —contenido en cromosomas, ADN y genes— sólo es la percepción visible de aquello donde la información —de lo que somos, lo que percibimos o lo que contribuimos— es contenida, de esta forma, y siguiendo con el ejemplo de las cajas, hay lugar en ellas para almacenar información —percibida y/o contribuida— sin que dicho código genético se modifique pues el mismo sólo son las cajas de contenedoras de las que hemos sido dotados.
Pero bueno, si bien a la conclusión anterior se ha llegado de manera lógica, ¿habrá evidencia científica que la apoye?, sí que la hay, curiosamente en la forma de lo que la ciencia ha llamado “ADN basura”.
¿Qué es el ADN basura?
“Desde hace muchos años sabemos que nuestra información genética está plasmada en el ADN, con sus famosas estructuras de doble cadena de nucleótidos en forma de doble hélice…. El ADN de todo ser vivo y de algunos virus contiene las instrucciones necesarias para construir los componentes de las células, como pueden ser las proteínas y las moléculas de ARN.
“Dentro del ADN o ácido desoxirribonucleico, algunos segmentos específicos son los encargados de almacenar la información genética 64
y se les llama por tanto genes. Aunque se podría pensar que la mayor parte de nuestro ADN son genes, nada más lejos de la realidad, ya que sólo un 2 por ciento aproximadamente se encarga de esta función. El resto es lo que se ha pasado a denominar ADN no codificado, pero se ha popularizado, debido a la prensa en los años 60, con el nombre de DNA junk o en su traducción al español ADN basura. Por otro lado, mientras que en humanos tenemos este 98% aproximado de ADN no codificado, el genoma bacterial contiene tan solo un 2% aproximado de ADN no codificado12.
Es interesante, en la nota anterior, que como se menciona en el último párrafo “mientras que en humanos tenemos este 98% aproximado de ADN no codificado, el genoma bacterial contiene tan solo un 2% aproximado de ADN no codificado”
Sobre esto, otra nota señala que:
“Al menos tres cuartas partes del genoma humano está compuesto de 'ADN basura' no funcional (sin uso o sin importancia), y la proporción real es probablemente mayor, a tenor de las conclusiones del estudio llevado a cabo por el investigador Dan Graur, de la Universidad de Houston (EE. UU.) y que recoge la revista Genome Biology and Evolution. 12
Qué es y para qué sirve el ADN basura o ADN no codificado, https://blogthinkbig.com/adn-nocodificado
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… “Graur calcula que la porción funcional del genoma humano probablemente constituye solo de un 10 a un 15% de nuestro ADN total, con un límite superior del 25%. El resto de nuestro genoma -en algún punto entre el 75 y el 90% de nuestro ADN- es lo que se denomina ADN basura: no necesariamente materia genética nociva o tóxica, pero sí secuencias de nucleótidos ilegibles y fragmentadas que no son funcionales en términos de codificación de proteínas que estimulan las reacciones químicas importantes en nuestro organismo13.
El descubrimiento anterior ha creado una polémica en la ciencia ya que “en la actualidad, se asiste a un intenso debate sobre esta parte del genoma, su posible funcionalidad y su importancia evolutiva y médica”14, la propuesta que en la presente obra se maneja para resolver este enigma, considerando todo lo que anteriormente en la misma sobre el tema se ha dicho, es que eso que se percibe como “ADN basura” no son sino esas cajas contenedoras —para retomar la analogía manejada anteriormente— que no se puede identificar una función específica —lo que somos— ya que se trata de espacios diseñados para contener información que se perciba y/o que se contribuya.
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El 75% del genoma humano es 'ADN basura', https://www.muyinteresante.es/ciencia/articulo/el75-del-genoma-humano-es-adn-basura-291500379701 14 El enigma del ADN basura, https://www.bbvaopenmind.com/ciencia/biociencias/el-enigma-deladn-basura/
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De nueva cuenta recuérdese que el código genético —contenido en cromosomas, ADN y genes— no es la información en sí, sino el vehículo visible que la contiene, luego entonces ese ADN basura se trata de esas cajas contenedoras a las cuales no se les ha hallado uso —desde el punto de vista de lo que somos— porque la función de las mismas es guardar lo que se percibe y/o se contribuye.
Por último, y para cerrar este apartado y pasar al siguiente, es notable que según los cálculos presentados anteriormente es relativamente insignificante el ADN que cumple una función vital en el ser humano —2%, 5%, 10%, dependiendo el estudio— mientras que el resto es ADN “basura”, que como se dijo, su función es guardar información que se perciba y/o se contribuya, ¿por qué es notable?, por la literalmente infinita capacidad que para esto último aquello proporciona. Piénsese en esto: si con un 2%, 5% o 10% de ADN funcional puede guardarse toda la información requerida para la vida de un individuo desde su nacimiento y hasta su muerte —lo cual incluye las literalmente miles de funciones que diariamente en su organismo se realizan— la capacidad de ese restante ADN “basura” —las cajas contenedoras donde se guarda lo que se percibe y/o contribuye— supera todo lo que en nuestra vida pudiésemos percibir y/o contribuir, es decir, hay una capacidad excesivamente sobrada para lo anterior lo cual nos lleva a
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concluir que esa es la finalidad del ser humano: percibir y/o contribuir información.
Por último, y esto es de resaltar, esa información recibida la que se ha estado haciendo referencia, no incluye solamente cuestiones físicas, químicas o biológicas, sino —increíblemente también cuestiones— cognitivas, emocionales y espirituales.
Romanos 2 1 Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo. 2
Más sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales
cosas es según verdad. 3
¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y
haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios? 4
¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y
longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento? 5
Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti
mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, 6
el cual pagará a cada uno conforme a sus obras:
7
vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y
honra e inmortalidad, 8
pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la
verdad, sino que obedecen a la injusticia;
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9
tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el
judío primeramente y también el griego, 10
pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío
primeramente y también al griego; 11
porque no hay acepción de personas para con Dios.
12
Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán;
y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; 13
porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los
hacedores de la ley serán justificados. 14
Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por
naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, 15
mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando
testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, 16
en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los
hombres, conforme a mi evangelio.
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Información contribuida
La información contribuida es aquella que requiere de nuestra voluntad para ser accesada al código genético, de esta forma esta información se diferencia de la recibida—que no podemos interactuar volitivamente con ella— o con la percibida —cuya interacción volitiva es mínima—.
Mateo 16:26 Pues ¿qué provecho obtendrá un hombre si gana el mundo entero, pero pierde su alma? O ¿qué dará un hombre a cambio de su alma?
Lucas 9:24 Porque el que quiera salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por causa de mí, ése la salvará.
La información contribuida queda fuera del rango de interacción del alma dado que requiere de aplicación volitiva, consciente, intencionada, y por lo tanto sólo es posible de ser interactuada a través del espíritu.
Gálatas 5:24 Pues los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
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Ahora bien, esa acción volitiva, dadas nuestras características como humanos, se realiza aplicando dicha voluntad al ver, oír, hablar, tocar, oler, sentir y pensar.
Ver.
Relacionado con el ver, lo que contribuimos está en función de esa capacidad volitiva para privarse de aquello que no es edificante y buscar lo que pueda ser de utilidad para el llamamiento al que se ha respondido.
Las dos citas siguientes hacen referencia a los mismo: la ventana del alma son los ojos, si nuestros ojos, en vez de buscar aquello que sirva para edificación, van en pos de lo que agrade a nuestra naturaleza humana, la cual es rebelde y contraria a los designios de Dios.
Mateo 6:22-23 La lámpara del cuerpo es el ojo; por eso, si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará lleno de luz. Más si tu ojo fuere malo, todo tu cuerpo será tenebroso. Así que, si la lumbre que en ti hay son tinieblas, ¿cuántas serán las mismas tinieblas?
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Lucas 11:34 La antorcha del cuerpo es el ojo: pues si tu ojo fuere simple, también todo tu cuerpo será resplandeciente; más si fuere malo, también tu cuerpo será tenebroso.
En este sentido, quien deja de lado la instrucción y pone sus ojos en aquello que la misma previene, se hace a sí mismo reo de condenación.
Proverbios 21:4 Ojos altivos y corazón arrogante, lámpara de los impíos; eso es pecado.
Isaías 5:20 ¡Ay de los que llaman al mal bien y al bien mal, que tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas, que tienen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!
¿Qué puede hacerse para contribuir?, buscar en la Palabra escrita y la Palabra hecha carne la instrucción, corrección, edificación, perfeccionamiento y santificación que de nosotros espera nuestro Padre Dios.
Salmos 119:18 Abre mis ojos, para que vea las maravillas de tu ley. 72
Salmos 119:105 Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.
Proverbios 6:23 Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza luz, y camino de vida las reprensiones de la instrucción
Salmos 19:8 Los preceptos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; el mandamiento de Jehová es puro, que alumbra los ojos.
Salmos 18:28 Tú enciendes mi lámpara, oh Jehová; mi Dios que alumbra mis tinieblas.
Hechos 26:18 para que abras sus ojos a fin de que se vuelvan de la oscuridad a la luz, y del dominio de Satanás a Dios, para que reciban, por la fe en mí, el perdón de pecados y herencia entre los que han sido santificados.
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La exhortación escritural es tan clara, tan vehemente, que de manera simbólica, en cuanto al ver, señala que si algo que en ese sentido uno hace y es contrario a la instrucción, eso debe ser extirpado de la vida propia a riesgo de acarrear condenación si no se hace.
Mateo 5:28 Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.
Mateo 5:29 Y si tu ojo derecho te es ocasión de pecar, arráncalo y écha[lo] de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno.
Mateo 18:9 Y si tu ojo te es ocasión de pecar, arráncatelo y échalo de ti. Te es mejor entrar en la vida con un solo ojo, que teniendo dos ojos, ser echado en el infierno de fuego.
Marcos 9:47 Y si tu ojo te es ocasión de pecar, sácatelo; te es mejor entrar al reino de Dios con un solo ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno
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Con todo y todo y respecto al ver, el hecho de atender lo que anteriormente se ha comentado respecto de esto, no debe llevar a la autocomplacencia de sentirnos más que los demás, mucho menos jueces y censores de los otros, sino que en humildad debemos primero que trabajar en nosotros para entonces ayudar al hermano.
Mateo 7:3-5 ¿Y por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo?, ¿o cómo puedes decir a tu hermano: ``Déjame sacarte la mota del ojo", cuando la viga está en tu ojo?, ¿hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad para sacar la mota del ojo de tu hermano.
Oír.
Relacionado con el oír, lo que contribuimos, al igual que con el ver está en función de esa capacidad volitiva para privarse de aquello que no es edificante y buscar lo que pueda ser de utilidad para el llamamiento al que se ha respondido.
Las dos citas siguientes hacen referencia a la importancia que en el plan de salvación que Dios ha establecido para con la humanidad, tiene precisamente el oír ya que para llegar al correcto entendimiento se requiere 75
escuchar la verdad siendo que esto traerá como consecuencia vida en quien acepte la instrucción.
Romanos 10:17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Mateo 4:4 El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
Ahora bien, ese oír no implica sólo escuchar y ya, sino guardar lo que se ha escuchado, lo cual implica meditarlo, reflexionarlo, e ir creciendo en el entendimiento de las verdades que por medio del Espíritu de Dios, a través de la Palabra escrita y de la Palabra hecha carne, nos son reveladas.
Proverbios 6:20 Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, y no dejes la enseñanza de tu madre.
Lucas 11:28 Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.
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Deuteronomio 13:4 En pos de Jehová vuestro Dios andaréis; a él temeréis, guardaréis sus mandamientos y escucharéis su voz, a él serviréis, y a él seguiréis.
De esta forma el oír, es decir, el prestar atención a la instrucción es requisito ineludible para alcanzar salvación, después de todo ¿cómo actuará uno en consecuencia si desconoce aquello que puede darle la edificación necesaria? Con todo y todo, y si bien el oír es el paso inicial en el Camino, la verdad que a través de ese medio llega a uno no debe quedarse estéril, es decir, sólo a nivel de conocimiento, sino que la misma debe ponerse por obra.
Mateo 7:24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.
Santiago 1:22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
Malaquías 2:2 Si no oyereis, y si no decidís de corazón dar gloria a mi nombre, ha dicho Jehová de los ejércitos, enviaré maldición sobre vosotros, y 77
maldeciré vuestras bendiciones; y aun las he maldecido, porque no os habéis decidido de corazón.
La revelación de la verdad es progresiva, no caótica sino ordenada, no errática sino edificante.
Jeremías 33:3 Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.
Revelación 3:20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
De igual forma, las verdades a las que se va accediendo deben ponerse a disposición de los demás para su propia edificación, para liberarlos del cautiverio del Enemigo, del Mundo y de la Carne y hacerles partícipes de la promesas dadas a los elegidos, obvio: si es que escuchan.
Hechos 16:25 Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían.
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Mateo 18:15 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano.
Hablar.
Relacionado con el hablar, lo que contribuimos, al igual que con el ver y el oír, está en función de esa capacidad volitiva para privarse de aquello que no es edificante y buscar lo que pueda ser de utilidad para el llamamiento al que se ha respondido.
Las citas siguientes hacen referencia a esa necesidad de que de nuestra boca solo salgan palabras que sirvan para cumplir con la Gran Comisión –ir por todo el mundo y proclamar el Evangelio (Marcos 16:15-18 –, para testimonio ante las naciones, para ser sal de la tierra y luz del mundo y para la edificación del Cuerpo de Cristo.
Efesios 4:29 No salga de vuestra boca ninguna palabra mala, sino sólo la que sea buena para edificación, según la necesidad [del momento,] para que imparta gracia a los que escuchan.
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Colosenses 4:6 Que vuestra conversación sea siempre con gracia, sazonada [como] con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada persona.
Mateo 5:37 Antes bien, sea vuestro hablar: ``Sí, sí" [o] ``No, no"; y lo que es más de esto, procede del mal.
Santiago 5:12 Y sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni con ningún otro juramento; antes bien, sea vuestro sí, sí, y vuestro no, no, para que no caigáis bajo juicio.
Proverbios 12:22 Los labios mentirosos son abominación a Jehová; pero los que hacen verdad son su contentamiento.
El poder que la Escritura revela respecto de nuestro hablar es claro y definitorio.
Proverbios 18:21 La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos.
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Por eso los consejos que da la Palabra referido al cuidar de nuestro hablar.
Proverbios 13:3 El que guarda su boca guarda su alma; más el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.
Proverbios 15:4 La lengua apacible es árbol de vida; más la perversidad de ella es quebrantamiento de espíritu.
Santiago 3:10 De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.
Salmos 34:13 Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño.
Proverbios 4:24 Aparta de ti la perversidad de la boca, y aleja de ti la iniquidad de los labios.
Para lo anterior, Pablo escribiendo a los de Colosas les indica aquello de lo que deben desprenderse, entre lo que hay lo que él llama lenguaje soez. Lo interesante de todo esto que Pablo menciona es que si es contrario a la 81
voluntad de Dios todo procede de lo mismo –el Enemigo, el Mundo y la Carne– siendo así que ese lenguaje soez tiene de igual forma referentes y relación con los otros aspectos que Pablo menciona –ira, enojo, malicia, maledicencia–, ¿o se podrá tener un lenguaje soez que no contenga trazas de ira, enojo, malicia o maledicencia?, no lo creo.
Colosenses 3:8 Pero ahora desechad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, maledicencia, lenguaje soez de vuestra boca.
Referido sobre esto mismo, Jesús en su momento aclaró a los de su tiempo como es que lo que uno dice está íntimamente relacionado con lo que uno piensa o siente siendo esto, el decir, el paso necesario para que aquello pensado o sentido venga a realización.
Mateo 5:21-22 Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.
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Mateo 15:18-20 Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre.
Es así como puede entenderse aquel dicho del Maestro dónde señalaba que lo que sale de uno, empezando por el hablar, es lo que finalmente termina definiéndonos.
Mateo 12:35 El hombre bueno de [su] buen tesoro saca cosas buenas; y el hombre malo de [su] mal tesoro saca cosas malas.
Es por ello que, conforme señala la Escritura, incluso de nuestro hablar, dicho con ociosidad, deberemos rendir cuentas.
Mateo 12:36 Más yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.
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Lucas 12:13 Por tanto, todo lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo que habéis hablado al oído en los aposentos, se proclamará en las azoteas.
Por lo que hay que ser cautos con aquello que sale de nuestra boca y la única manera de ser cautos es pensar un poco en lo que está por decirse a la luz de la revelación que sobre ello la Palabra nos ha entregado.
Santiago 1:19 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse.
Proverbios 10:19 En las muchas palabras no falta pecado; más el que refrena sus labios es prudente.
Finalmente, lo que en nuestra boca debe estar presente en todo momento, son las maravillas que Dios ha hecho como pate de Su plan para con la humanidad.
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Colosenses 4:5-6 Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo. Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.
Tito 2:1 Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina.
Salmos 71:8 Sea llena mi boca de tu alabanza, de tu gloria todo el día.
Salmos 19:14 Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Jehová, roca mía, y redentor mío.
Salmos 31:4 Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca.
Salmos 105:1 Alabad a Jehová, invocad su nombre; dad a conocer sus obras en los pueblos.
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Colosenses 3:17 Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
Tocar.
Relacionado con el tocar, lo que contribuimos, al igual que con el ver, el oír y el hablar, está en función de esa capacidad volitiva para privarse de aquello que no es edificante y buscar lo que pueda ser de utilidad para el llamamiento al que se ha respondido.
Las citas siguientes hacen referencia a esa necesidad de aquellas acciones mediante las cuales interactuamos con el mundo, sean un reflejo de esa fe que decimos profesar contribuyendo las mismas, como ya se ha comentado, para cumplir con la Gran Comisión –ir por todo el mundo y proclamar el Evangelio–, para testimonio ante las naciones, para ser sal de la tierra y luz del mundo y para la edificación del Cuerpo de Cristo.
Como puede verse en la cita a continuación, literalmente desde el inicio de la humanidad, Dios ha estado con ella instruyéndola en aquellas cosas que le eran convenientes, sea que las mismas le acarreaban gozo y paz, como que de igual forman les permitían crecer en el conocimiento de Dios, tristemente la humanidad en muchas ocasiones ha desobedecido lo que de 86
Dios viene yendo en pos de sus propios pensamientos con las desastrosas y dolorosas consecuencias que todos conocemos.
Génesis 3:3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto, ha dicho Dios: “No comeréis de él, ni lo tocaréis, para que no muráis"
Ahora bien, respecto de aquello de lo cual se ha instruido no hacer, la instrucción alcanza incluso a la manera en que uno debe tratar con aquellas personas que, rebelándose contra la Palabra, optan por hacer lo que prohibido está.
Éxodo 19:13 “Ninguna mano lo tocará, sino que será apedreado o asaeteado; sea animal o sea hombre, no vivirá" Cuando suene largamente la bocina ellos subirán al monte.
Números 16:26 y habló a la congregación, diciendo: Apartaos ahora de las tiendas de estos malvados, y no toquéis nada que les pertenezca, no sea que perezcáis con todo su pecado.
De igual forma, la instrucción de Dios no se ha limitado en aquello que no convenía a la humanidad hacer sino incluso ha instruido en aquellas cosas 87
que siendo convenientes hacer pero que las mismas deben hacerse con cierto orden para reflejar el carácter santo de las mismas.
Números 4:15 Cuando Aarón y sus hijos hayan terminado de cubrir los [objetos] sagrados y todos los utensilios del santuario, cuando el campamento esté para trasladarse, vendrán después los hijos de Coat para transportar[los,] pero que no toquen los [objetos] sagrados pues morirían. Estas son las cosas que transportarán los hijos de Coat en la tienda de reunión.
Pero incluso en lo anterior, es decir, en aquello que se ha entregado como instrucción para sí hacer uno debe tener cuidado en no imponer cargas que vayan más allá de lo que la Escritura establece pues se corre el riesgo de invalidarla.
Lucas 11:46 Y Él dijo: ¡Ay también de vosotros, intérpretes de la ley!, porque cargáis a los hombres con cargas difíciles de llevar, y vosotros ni siquiera tocáis las cargas con uno de vuestros dedos.
En cuanto a la instrucción entregada a Su pueblo, Dios sabe que en muchas ocasiones nuestra naturaleza pecaminosa nos inclinará a hacer aquello que es contrario a la voluntad de Dios, ante esto el desarrollo del carácter de 88
Dios en nosotros por medio de Su Santo Espíritu, debe llevarnos a decisiones fuertes, enérgicas, que simbólicamente presentadas como cortarse la mano que lleve a uno a pecar simbolizan ese rechazo, inmediato, contundente, a toda acción que sea contraria con el llamamiento del que hemos sido objeto.
Mateo 5:30 Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.
Mateo 18:8 Y si tu mano o tu pie te es ocasión de pecar, córtatelo y échalo de ti; te es mejor entrar en la vida manco o cojo, que teniendo dos manos y dos pies, ser echado en el fuego eterno.
Marcos 9:43 Y si tu mano te es ocasión de pecar, córtala; te es mejor entrar en la vida manco, que teniendo las dos manos ir al infierno, al fuego inextinguible 89
Oler.
Relacionado con el oler, lo que contribuimos, al igual que con el ver, el oír, el hablar y el tocar, está en función de esa capacidad volitiva para privarse de aquello que no es edificante y buscar lo que pueda ser de utilidad para el llamamiento al que se ha respondido.
A diferencia del ver, oír, hablar o tocar, el oler en la Escritura es más sutil. No hay una cita que de alguna forma identifique la acción olfativa respecto de lo que es correcto para Dios de aquello que no lo es, como en el caso de los otros sentidos, de hecho, la mayoría de las citas que tienen al oler como referencia lo hacen en función de Dios, es decir, Él es el que puede percibir el aroma de lo que somos siendo ese aroma agradable o no para Él, con todo y todo, de manera indirecta uno puede percibir a través de esas citas el carácter perfecto y santo de Dios y, conforme al llamamiento, buscar replicarlo en nuestras vidas.
Las citas siguientes hacen referencia precisamente a lo que a Dios le parece agradable de lo que no, siendo en este caso el sentido del olfato, simbólicamente hablando, el que permite establecer esa diferencia, lo cual, de igual manera, entrega instrucción que permite nuestra edificación.
Es más que sabido que algo muerto, un cadáver pues, despide aromas que son por demás desagradables. De igual forma, espiritualmente hablando, 90
quien no ha venido a salvación reo del pecado es y por lo tanto muerto en sí mismo por lo que el aroma espiritual que despide es más que desagradable. Por el contrario, aquella persona que respondiendo al llamamiento del Padre para venir a salvación en el presente siglo se ha arrepentido de sus pecados siendo bautizado y recibiendo el Espíritu de Dios, ha pasado de muerte a vida (Juan 5:24; 1 Juan 3:14) con lo que su aroma ha cambiado. Lo importante de la cita a continuación, referida al tema del presente apartado, es que el esforzarse por vivir una vida conforme a la voluntad de Dios permitirá mantener ese aroma en uno, siendo que si uno descuida esto el aroma desagradable de la muerte puede regresar envolviéndonos.
2 Corintios 2:15-16 Porque fragante aroma de Cristo somos para Dios entre los que se salvan y entre los que se pierden; para unos, olor de muerte para muerte, y para otros, olor de vida para vida. Y para estas cosas ¿quién está capacitado?
De igual forma, y relacionado con el vivir acristiano, aquellas acciones justas que los santificados llevan a cabo conforme a la voluntad de Dios, llegan a ser para Él aroma agradable, siendo que la Escritura presenta precisamente el modelo de la vida cristiana que uno debe seguir para que todo lo que se haga cumpla con este ideal.
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Filipenses 4:18 Pero lo he recibido todo y tengo abundancia; estoy bien abastecido, habiendo recibido de Epafrodito lo que habéis enviado: fragante aroma, sacrificio aceptable, agradable a Dios.
El sacrificio de Cristo, cumplimiento de todas las figuras de los sacrificios que en el Antiguo Testamento se ofrecían, llegó al Padre como agradable aroma. De igual forma, “El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo” (1 Juan 2:6) siendo el principal referente de ello el amor, primero a Dios (Marcos 12:30) y en segundo lugar al prójimo (Marcos 12:31), siendo que esto, vivido conforme al llamamiento que se ha respondido, de igual forma sube como aroma agradable a Dios.
Efesios 5:2 y andad en amor, así como también Cristo os amó y se dio a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios, como fragante aroma.
La Escritura exhorta constantemente a los redimidos a vivir conforme al hombre nuevo (Efesios 4:22) crucificando la carne con sus pasiones y deseos (Gálatas 5:24), pues sabemos que “los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios” (1 Corintios 6:9-10), ya que si “si sufrimos, también 92
reinaremos con él; si le negáremos, él también nos negará” (2 Timoteo 2:1214)
Romanos 12:1 Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos [como] sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, [que es] vuestro culto racional.
Como se comentó al inicio, al responder al llamado del Padre para venir a salvación en el presente siglo, el aroma de los elegidos ha cambiado. Con todo y todo seguimos siendo débiles, torpes y cobardes, más sin embargo en nosotros está la esperanza de que si nos mantenemos fieles (Revelación 2.10) seremos transformados a la venida de nuestro Señor (1 Corintios 15:52) siendo semejantes a Él (1 Juan 3:2) con lo que nuestro aroma, por siempre y para siempre, será agradable para nuestro Padre.
Ezequiel 20:41 Como aroma agradable os aceptaré, cuando os haya sacado de entre los pueblos y os haya recogido de las tierras donde estáis dispersos; y mostraré mi santidad entre vosotros a la vista de las naciones.
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Sentir.
Si bien el hablar, el oír, el ver, el tocar y el oler se enfocan a acciones volitivas que relacionadas con lo que contribuimos deben considerarse a la luz de la Escritura para privarse de aquello que no es edificante y buscar lo que pueda ser de utilidad para el llamamiento al que se ha respondido, en nuestro interior generalmente hay dos procesos que tienen verificativo previo y los cuales, de igual forma, deben ser considerados según la Palabra: el sentir y el pensar.
Sobre el sentir, las citas siguientes hacen referencia a ese cuidado que los elegidos que hemos respondido al llamado del Padre para venir a salvación debemos presentar con relación a las emociones que como parte de lo que somos llegamos a experimentar, esto porque, contrariamente a la corriente del mundo, dichas emociones no definen de tal forma que inexorablemente estemos sujetos a sus vaivenes sino que las mismas, al igual que todo lo que somos, pueden ser controladas, edificadas, perfeccionadas y santificadas.
Primeramente hay que entender que existe un estado natural y otro espiritual referido al sentir, siendo que los elegidos deben transitar del primero hacia el segundo para mostrar en sí el carácter de hijos de Dios.
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Proverbios 16:32 Mejor es el lento para la ira que el poderoso, y el que domina su espíritu que el que toma una ciudad.
Pero para lo anterior debe reconocerse lo que ya se dijo, que el estado inicial de nuestro sentir es natural y por lo tanto contrario a Dios, pero que con la ayuda de Su Espíritu puede ser edificado para mostrar Su carácter.
Jeremías 17:9 Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?
Mateo 15:18-20 Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre.
Lo anterior, por propia definición, es imposible realizarlo a nosotros por nosotros mismos, pero si confiadamente nos ponemos en las manos de Dios, Su Espíritu irá desarrollando en nosotros Su carácter perfecto y santo.
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Salmos 51:10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
Siendo que el resultado final de dicho proceso será el habilitarnos para heredar las promesas.
Mateo 5:8 Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
Salmos 139:23 Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis inquietudes.
Proverbios 3:5-6 Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócele en todos tus caminos, y Él enderezará tus sendas.
Filipenses 4:7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús.
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Ahora bien, ¿y qué nos corresponde a nosotros? Si bien el Espíritu de nuestro Padre Dios comienza desde el mismo momento en que aceptamos su llamamiento a trabajar en nosotros, es menester de nuestra parte participar activamente en dicho proceso, no porque nuestro esfuerzo lo logre, sino porque es requerido para que el Espíritu pueda trabajar en cada uno de nosotros.
Colosenses 3:2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
Romanos 8:6 Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz;
De esta forma puede entenderse que lo que nos es requerido es crecer en fe, sí, pero también poner por obra esa fe que decimos profesar.
Hebreos 11:9-10 Por la fe [Abrahám] habitó como extranjero en la tierra de la promesa como en [tierra] extraña, viviendo en tiendas como Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa, porque esperaba la ciudad que tiene cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
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2 Corintios 5:7 (porque por fe andamos, no por vista);
Romanos 1:17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe [y] para fe; como está escrito: MAS EL JUSTO POR LA FE VIVIRA.
Santiago 1:22-25 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, este es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Más el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este será bienaventurado en lo que hace.
Pensar.
Como ya se comentó, el hablar, el oír, el ver, el tocar y el oler se enfocan a acciones volitivas que relacionadas con lo que contribuimos deben considerarse a la luz de la Escritura para privarse de aquello que no es edificante y buscar lo que pueda ser de utilidad para el llamamiento al que 98
se ha respondido. De igual forma se dijo que en nuestro interior generalmente hay dos procesos que tienen verificativo previo y los cuales, de igual forma, deben ser considerados según la Palabra: el sentir y el pensar.
Sobre el sentir ya se comentó lo pertinente en el apartado anterior, toca ahora el turno al pensar.
Respecto del pensar, las citas siguientes hacen referencia a ese cuidado que los elegidos que hemos respondido al llamado del Padre para venir a salvación debemos presentar con relación a los pensamientos que como parte de lo que somos llegamos a experimentar, esto porque, contrariamente a la corriente del mundo, dichos pensamientos no definen de tal forma que inexorablemente estemos sujetos a sus vaivenes sino que los mismos, al igual que los sentimientos vistos anteriormente y de hecho todo lo que somos, pueden ser controlados, edificados, perfeccionados y santificados.
Lo primero de verse, es que en cuestión del pensamiento correcto, este no surge de manera espontánea en nuestra vida, tampoco tiene que ver con la formación secular que uno reciba, sino que finalmente se sustenta en la revelación que deviene del Padre de Sus verdades contenidas en Su Palabra, por lo que es ésta, en primera y última instancia, la que debe guiar la maduración de ese pensamiento correcto. 99
Proverbios 22:17 Inclina tu oído y oye las palabras de los sabios, y aplica tu corazón a mi conocimiento;
Ahora bien, el conocimiento y la comprensión que devienen de la Palabra debe servir para edificar sobre ello ese pensamiento que finalmente será el que guía lo que somos y lo que hacemos, siendo esto posible a través del estudio, la meditación y la oración con y por medio de la Palabra.
Filipenses 4:8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto meditad.
Lo anterior debe traer como consecuencia natural –natural hablando de manera espiritual, no natural en su acepción carnal– tanto a la corrección como a la edificación en uno del correcto pensamiento, lo primero reflejado en el arrepentimiento de lo que es incorrecto, lo segundo a través de la instrucción y la motivación.
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Isaías 55:7 Abandone el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová que tendrá de él compasión, al Dios nuestro, que será amplio en perdonar.
Colosenses 3:2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
Job 37:14 Escucha esto, Job, detente y considera las maravillas de Dios.
Hageo 1:5 Ahora pues, así dice Jehová de los ejércitos: Considerad bien vuestros caminos.
Siendo que en ese proceso nuestro pensamiento irá modificándose para reflejar, como Cristo, el carácter perfecto y santo de nuestro Padre Dios.
Lucas 13:2 Respondiendo [Jesús,] les dijo: ¿Pensáis que estos galileos eran [más] pecadores que todos los [demás] galileos, porque sufrieron esto?
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Romanos 14:14 Yo sé, y estoy convencido en el Señor Jesús, de que nada es inmundo en sí mismo; pero para el que estima que algo es inmundo, para él lo es.
1 Corintios 13:11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; [pero] cuando llegué a ser hombre, dejé las cosas de niño.
1 Corintios 14:15 Entonces ¿qué? Oraré con el espíritu, pero también oraré con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero también cantaré con el entendimiento.
1 Corintios 14:20 Hermanos, no seáis niños en la manera de pensar; más bien, sed niños en la malicia, pero en la manera de pensar sed maduros.
La meta de todo lo anterior, el objetivo de todo ese proceso, es formar a Cristo en nosotros (Gálatas 4:19), quien es a su vez imagen del Dios invisible (Colosenses 1:15)
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Efesios 4:23 y que seáis renovados en el espíritu de vuestra mente,
2 Timoteo 2:7 Considera lo que digo, pues el Señor te dará entendimiento en todo.
1 Pedro 4:1 Por tanto, puesto que Cristo ha padecido en la carne, armaos también vosotros con el mismo propósito, pues quien ha padecido en la carne ha terminado con el pecado
Filipenses 2:5 Haya, [pues,] en vosotros esta actitud que hubo también en Cristo Jesús,
Filipenses 3:15 Así que todos los que somos perfectos, tengamos esta [misma] actitud; y si en algo tenéis una actitud distinta, eso también os lo revelará Dios;
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Información inspirada
La revelación más impactante que hace la Escritura, después del plan de salvación diseñado por Dios desde la eternidad, es el hecho de que podemos participar activamente en ello.
Como ya se comentó, la esencia del ser humano es intangible, con todo y todo eso intangible se vuelve tangible cuando podemos identificar, como se ha hecho, aquello que en el hombre no cambia y por consiguiente evidencia lo que en él es inmanente en cuanto a su naturaleza, de igual forma, esto permite identificar que en eso intangible no sólo va lo que por naturaleza misma ya contiene, sino también aquella información que de nuestro interactuar con la realidad deviene, pero aún más: uno de manera consciente, deliberada, con propósito pues, puede participar en este proceso como la misma Escritura lo señala.
Esta participación en este proceso en la Escritura es conocida como adquirir conocimiento, pero no conocimiento mundano sino conocimiento divino, y sobre esto hay que hacer tres aclaraciones.
La primer aclaración, y muy importante, es que cuando se menciona adquirir conocimiento no se refiere de manera exclusiva ni excluyente a los procesos cognitivos inherentes de manera común a esa frase, sino que se refiere a ese conocimiento vivencial que de igual forma incide, afecta, 104
modifica a quienes participan en ello de manera material, intelectual, emocional y espiritual. Es por ello que la Escritura es vehemente en exhortar a poner por obra la fe que uno dice profesar:
Santiago 2 14
Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y
no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? 15
Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen
necesidad del mantenimiento de cada día, 16
y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero
no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? 17
Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.
El poner por obra permite no sólo conocer algo sino que, si ese algo es significativo, llegar a sentirlo, a palparlo, a entenderlo, lo cual lleva a quien así hace a transformarse. Esto, como se dijo al inicio, es importante tenerlo en mente pues las referencias escriturales que mencionan esta adquisición de conocimiento deben entenderse en el amplio sentido de la expresión para no quedarse en un mero ejercicio intelectual, sino en un vivir conforme a la Palabra para llegar a transformarnos en la Palabra.
La segunda aclaración, respecto de este adquirir conocimiento, es que dado que este conocimiento no es mundano sino divino, necesaria y 105
forzosamente debe hacerse mediante y por la acción del Espíritu de Dios — aquí es donde entra el cuarto tipo de información que igualmente puede pasar a ser parte del código genético: la información inspirada—. No hay manera en que el ser humano, de manera natural y por sus propios esfuerzos o capacidades, pueda llegar a aprehender el conocimiento — material, emocional, intelectual y espiritual— al que hace referencia la Escritura, es así como se vuelve imperante, por un lado recibir con el bautismo y la imposición de manos el Espíritu de Dios para iniciar ese andar por el Camino y, por otro lado, constantemente, en oración, pedir al Padre que revele las verdades que desea sean conocidas por uno, que ayude a poner esas verdades por obra, y que esas verdades transformen a cada uno en aquello que Dios pensó desde la Eternidad.
Jeremías 33:3 Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces
La tercer y última aclaración, es que esta adquisición de conocimiento, conocimiento divino que nos transforma física, mental, emocional y espiritualmente, es un proceso que se está dando en el presente siglo, y que de la misma forma, por nuestra aún naturaleza pecaminosa, débil, cobarde, es imperfecto:
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1 Corintios 8:2 Si alguno cree que sabe algo, no ha aprendido todavía como lo debe saber
1 Corintios 13:9 Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos
1 Corintios 13:10 pero cuando venga lo perfecto, lo incompleto se acabará.
1 Corintios 13:12 Porque ahora vemos por un espejo, veladamente, pero entonces veremos cara a cara; ahora conozco en parte, pero entonces conoceré plenamente, como he sido conocido.
Esto quiere decir que habrá cosas que no se comprendan, más aún, que habrá cosas que aunque se comprendan costará ponerlas por obra, y todavía más, que incluso aquellas cosas que no se comprendan del todo pero que se pongan por obra, no necesariamente harán de manera definitiva y definitoria un cambio físico, emocional, intelectual o espiritual, pero —y esto es lo importante— nuestra participación volitiva en ello es el requisito necesario para alcanzar aquel estado futuro donde la revelación sea plena y nuestra participación en la familia de Dios como hijos suyos sea perfecta y santa. 107
2 Pedro 3:18 antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A Él [sea] la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.
La adquisición del conocimiento al que hace referencia la Escritura es un proceso que, emulando los procesos naturales del humano carnal, de igual forma va edificando al hombre espiritual.
Efesios 3:17-19 de manera que Cristo more por la fe en vuestros corazones; [y] que arraigados y cimentados en amor, seáis capaces de comprender con todos los santos cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad, y de conocer el amor de Cristo que sobrepasa el conocimiento, para que seáis llenos hasta [la medida de] toda la plenitud de Dios.
La comprensión que en el Camino uno va obteniendo permite, por la acción del Espíritu de Dios, acceder a conocimiento que de manera natural no se podría acceder, pero que más importante aún, lleva a los elegidos a la plenitud del mismo.
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1 Pedro 2:2 desead como niños recién nacidos, la leche pura de la palabra, para que por ella crezcáis para salvación,
De nueva cuenta, emulando los procesos naturales del hombre carnal, al venir a salvación respondiendo al llamado del Padre y siendo bautizados para perdón de los pecados y recibiendo el Espíritu de Dios por la imposición de las manos, uno comienza a adquirir ese conocimiento que sólo la Palabra de Dios revela. Padreo aquí referencia eso con la leche espiritual, pero claramente señala que eso será mientras uno esté en el estado de niño recién nacido, ¿recién nacido a qué?, a la vida nueva que en Cristo hemos sido llamados (Efesios 4-17-32), pero de igual forma la Escritura insta a avanzar, a no quedarse en la leche espiritual apta para niños recién nacidos sino crecer en ese conocimiento que permita acceder al alimento sólido, es decir, verdades más amplias, más profundas.
Colosenses 3:16 Que la palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros, con toda sabiduría enseñándoos y amonestándoos unos a otros con salmos, himnos [y] canciones espirituales, cantando a Dios con acción de gracias en vuestros corazones.
¿Cómo puede uno participar en este proceso de aprehender conocimiento divino que sea ingresado en nuestra esencia? Aquí Pablo da unas 109
sugerencias que permiten entender que lo que uno ve, oye, habla, hace, piensa o siente va incidiendo en esa información, en ese conocimiento — material, intelectual, emocional y espiritual— que es ingresado de manera consciente, deliberada, con propósito, en la esencia que somos.
1 Timoteo 4:15 Reflexiona sobre estas cosas; dedícate a ellas, para que tu aprovechamiento sea evidente a todos.
Pablo escribiendo a Timoteo, en el mismo orden de lo que ya se ha comentado, de nueva cuenta señala la manera en que el conocimiento divino es accesado con la participación de cada uno en la esencia misma de lo que se es: fe y obras. Reflexionar implica ese proceso mediante el cual uno adquiere conocimiento, comprensión, pero luego, para que ese conocimiento permee las otras áreas de la persona —física, mental, emocional y espiritual— debe ser puesto por obra.
Efesios 4:15 sino que hablando la verdad en amor, crezcamos en todos [los aspectos] en aquel que es la cabeza, [es decir,] Cristo,
De igual forma, Pablo escribiendo a los Efesios hace hincapié en que todo nuestro ser debe estar volcado en adquirir ese conocimiento al que hace referencia la Escritura, en aprehenderlo hasta ingresarlo en la esencia 110
misma de lo que somos: hablando la verdad en amor. Aquí aparece otro rasgo interesante de notar e importante de poner en práctica: el testimonio, la proclamación, forma parte —de hecho una parte decisiva— para que ese conocimiento que se ha ido adquiriendo, a través de un fluir a los demás, termine por impregnar en lo más profundo la esencia misma de lo que somos.
1 Corintios 13:11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; [pero] cuando llegué a ser hombre, dejé las cosas de niño.
En cita precedente Pedro ha instado a desear la leche espiritual, pero con la aclaración de que esto es mientras uno está en la condición de niño recién nacido, en esta cita Pablo señala que esto es un proceso que debe llevarnos a, en su momento, dejar las cosas de niño y llegar a ser hombres, siendo que si uno no está avanzando en ello es que se ha quedado estancado en dicho proceso lo cual no es fatal en el sentido que no pueda hacerse algo pero sí requiere de la participación volitiva de cada uno para procurar que aquello que se vea, hable, oiga, haga, piense o sienta sea en el sentido de la adquisición del conocimiento al que hace referencia la Escritura.
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Colosenses 2:6-7 Por tanto, de la manera que recibisteis a Cristo Jesús el Señor, [así] andad en El; firmemente arraigados y edificados en El y confirmados en vuestra fe, tal como fuisteis instruidos, rebosando de gratitud.
Dado que la adquisición del conocimiento al que hace referencia la Escritura es un proceso, dicho proceso debe cuidarse, ¿por qué?, porque el mismo puede ser maleado por el Enemigo, por el Mundo o por la carne, ¿y cómo será eso?, como lo ha sido en toda la historia humana, como queda evidenciado por la Escritura, como nos muestra la historia de la iglesia: cuando ese conocimiento se aleja de las verdades reveladas siendo que para cuidar de ello, para edificar en la verdad, dicho conocimiento debe constantemente estar siendo contrastado con la Ley y el Testimonio (Isaías 8:20), con las doctrinas de la iglesia, columna y sostén de la verdad (1 Timoteo 3:15).
Colosenses 3:9-10 No mintáis los unos a los otros, puesto que habéis desechado al viejo hombre con sus [malos] hábitos, y os habéis vestido del nuevo [hombre,] el cual se va renovando hacia un verdadero conocimiento, conforme a la imagen de aquel que lo creó;
Cuando uno comprende cómo funciona la esencia del ser humano y la manera en que volitivamente uno puede participar con el Espíritu de Dios 112
que mora en cada elegido para adquirir conocimiento, para aprehender comprensión, comienza a ver cómo es que la Escritura rebosa de sugerencias, de consejos muy prácticos para ello, sugerencias y consejos que, si bien están a la mano de todos, implican esfuerzo para ser ingresados en la esencia de lo que se es incidiendo en cada uno de manera física, mental, emocional y espiritual.
Hebreos 6:1-2 Por tanto, dejando las enseñanzas elementales acerca de Cristo, avancemos hacia la madurez, no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas y de la fe hacia Dios, de la enseñanza sobre lavamientos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno.
De nueva cuenta Pablo es reiterativo en el sentido de ese avance, de ese crecimiento que se espera de los elegidos donde del conocimiento básico, primario, fundamental que son las doctrinas de la iglesia, se avance a través del estudio, la oración y la meditación hacia verdades más profundas, verdades que deberán ser puestas por obra para que ingresadas en la esencia de lo que se es, permita la transformación personal física, mental, emocional y espiritual.
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Juan 15:5 Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer.
En consonancia con lo que ya se ha comentado, en esta cita Cristo señala una verdad que debe ser considerada por todo aquel que anda en el Camino, no son las ideas, los pensamientos o las razones de cada uno las que deben guiar ese crecimiento en el conocimiento que menciona la Escritura, sino que deben ser las ideas, los pensamientos y las razones divinas las que deben ir cambiando a uno, las que deben ir moldeando a uno, por eso Jesús claramente señala que separados de Él nada se puede hacer, nada se puede lograr, siendo así la pregunta es aquello que veo, oigo, hablo, hago, pienso o siento ¿tiene su fuente en la Palabra, escrita y hecha carne?, si la respuesta es no, cuidado: se está uno nutriendo de alimento que terminará por accesarse en nuestra esencia pero que no ayudará para nada en cuanto al llamamiento que del Padre se ha respondido.
Santiago 1:2-4 Tened por sumo gozo, hermanos míos, el que [os] halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia, y que la paciencia tenga [su] perfecto resultado, para que seáis perfectos y completos, sin que [os] falte nada. 114
Romanos 5:3-4 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza;
No puede negarse que este adquirir conocimiento, conocimiento conforme a lo que la Escritura señala, al ser contrario a la naturaleza de cada uno, al ser contrario de la corriente del Mundo, al ser contrario de las intenciones del Enemigo, generan un conflicto que deviene en pruebas, tribulaciones, sufrimientos, pero de igual forma e incluso estos estados negativos, sirven para el propósito para el cual cada uno fue llamado ya que como señala la Palabra “sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito” (Romanos 8:28).
2 Corintios 3:18 Pero nosotros todos, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu.
¿Cuál es la finalidad de este adquirir conocimiento, de este aprehender las verdades? Como ya se ha comentado: la transformación física, mental, emocional y espiritual, transformación imposible para el ser humano pero posible para Dios (Lucas 18:27), transformación que si bien fuera de nuestro 115
alcance exige, requiere de nuestra participaciรณn volitiva, siendo que el sentido de la misma, es decir de esa transformaciรณn, es llegar a reflejar a Cristo en nosotros (2 Corintios 3:18).
116
Alma, espíritu y Espíritu
En este punto de la presente obra, y antes del último apartado con el que la misma cerrará, es menester comentar la manera en que se interactúa con los distintos tipos de información que se han comentado, a saber: recibida, percibida, contribuida e inspirada, y para ello es menester hablar del alma, del espíritu y del Espíritu.
El alma. El alma no es esa cosa intangible y etérea que está en nosotros y que al morir va a algún lugar, como algunas religiones propugnan, escrituralmente hablando el alma viene siendo esa fuerza vital que anima a todo ser vivo, fuerza vital que al ser retirada ocasiona lo que se conoce como muerte.
La palabra alma se traduce del hebreo ׁשֶפְ נְ ל, lə·ne·p̄eš, que significa un ser vivo, literalmente un ser cuya característica principal es que respira. En Génesis 2:7 se menciona la creación de Adán señalando que “entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser (ׁשֶפְ נְ ל, lə·ne·p̄eš) viviente”. Exactamente la misma palabra es usada para referirse a la vida animal, Génesis 1:30 señala “y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida (literalmente: en que hay aliento (ׁשֶפְ נְ ל, lə·ne·p̄eš) de vida), toda planta verde les será para comer. Y fue así”. De esta forma, tanto hombres como 117
animales y por ende todo ser vivo comparten lo que se podría señalar como alma pero no referido a una entidad espiritual que habita en cada uno sino al aliento de vida que a todo ser viviente anima.
Lo anterior queda más que claro cuando se ve en la Escritura la manera en la que se identifica al alma (ׁשֶפְ נְ ל, lə·ne·p̄eš), lo cual solo puede ser aplicado a algo materialmente vivo, no a un ser espiritual: el alma puede tocar un cadáver (Levítico 5:2), alimentarse (Levítico 7:20), trabajar (Levítico 23:30), comer (Deuteronomio 12:20), morir (Ezequiel 18:4, 20), ser cortada del pueblo (Éxodo 12:15, 19; 31:14), entre otras citas.
De esta forma la comprensión escritural permite entender que el termino alma no se refiere a una entidad espiritual habitando en cada uno de nosotros sino a ese aliento de vida que anima a todo ser.
El espíritu. El espíritu es otro término que generalmente se usa de manera indistinta como sinónimo de alma y que de manera ajena a la Escritura es aplicado para referirse a una entidad no física que habita en cada uno de nosotros. Curiosamente la Palabra deja muy en claro que tanto alma como espíritu son cosas diferentes aunque están íntimamente relacionadas.
La palabra espíritu se traduce del hebreo םחּו֭ ר,ָ rū·ḥām, que significa literalmente aliento o viento, lo interesante de esto es la manera en que la 118
Escritura presenta el cómo actúa este aliento en los seres vivos y esto es dando conocimiento, inteligencia, entendimiento y conciencia.
1 Corintios 2:14 Pero el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las puede entender, porque se disciernen espiritualmente.
Job 32:8 Pero hay un espíritu en el hombre, y el soplo del Todopoderoso le da entendimiento.
Proverbios 20:27 Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre que escudriña lo más profundo de su ser.
1 Corintios 2:11 Porque entre los hombres, ¿quién conoce los [pensamientos] de un hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Asimismo, nadie conoce los [pensamientos] de Dios, sino el Espíritu de Dios.
De que los animales tienen conocimiento, inteligencia, entendimiento y conciencia no hay duda, no solo lo vemos sino que la Escritura atestigua de ello. En el diálogo que Dios sostiene con Job le llega a preguntar en un 119
momento “¿quién puso en el ibis la sabiduría o quién dio al gallo la inteligencia?” (Job 38:36), con todo y todo el conocimiento, la inteligencia, el entendimiento y la conciencia de los animales es muy básica y limitada, instintiva podría decirse. Por su parte el conocimiento, la inteligencia, el entendimiento y la conciencia del hombre son excesivamente complejos, prácticamente ilimitados, preponderantemente volitivos, pero en ambos casos se refiere a ese entendimiento que permite tanto a los unos como los otros el interactuar con el universo, con los demás y consigo mismos.
El Espíritu. Cuando se habla del Espíritu —así con mayúscula al inicio— uno se está refiriendo al aliento, al viento de Dios que al igual que el espíritu imparte conocimiento, inteligencia, entendimiento y conciencia pero en este caso cuya fuente es Dios, por eso también la denominación de este como el Espíritu Santo.
Antes que nada, el Espíritu Santo no es una persona sino más bien es un poder, una fuerza del Padre que Él da a quienes vienen a ser salvos.
Lucas 11:13 13
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a
vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
120
1 Juan 4:13 13
En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en
que nos ha dado de su Espíritu.
2 Timoteo 1:7-9 7
Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de
amor y de dominio propio.
Efesios 1:17 17
para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os
dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él,
Romanos 8:15 15
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez
en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!
1 Juan 3:24 24
Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en
él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.
Hechos 5:32 32
Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el
Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen. Dios es nuestro Padre y Jesús nuestro Salvador, si el Espíritu Santo fuera una persona uno esperaría encontrar se le mencionara en los saludos epistolares del Nuevo Testamento, ¿es así? 121
Romanos 1:1-3, 8 Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios, que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras, acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne… Primeramente doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo con respecto a todos vosotros, de que vuestra fe se divulga por todo el mundo
1 Corintios 1:1, 3 Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes… Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo
2 Corintios 1:1-2 Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, a la iglesia de Dios que está en Corinto, con todos los santos que están en toda Acaya: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo
Gálatas 1:1-3 Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y por Dios el Padre que lo resucitó de los muertos), Gracia y paz sean a vosotros, de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo 122
Efesios 1:1-2 Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Éfeso: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo
Filipenses 1:2 Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo
Colosenses 1:1-2 Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo
1 Tesalonicenses 1:1 Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo
2 Tesalonicenses 1:1-2 Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios nuestro Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo 123
1 Timoteo 1:1-2 Pablo, apóstol de Jesucristo por mandato de Dios nuestro Salvador, y del Señor Jesucristo nuestra esperanza. A Timoteo, verdadero hijo en la fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor
2 Timoteo 1:1-2 Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, según la promesa de la vida que es en Cristo Jesús, a Timoteo, amado hijo: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y de Jesucristo nuestro Señor
Tito 1:1, 4 Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe de los escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que es según la piedad, a Tito, verdadero hijo en la común fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo nuestro Salvador
Filemón 1:3 Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo 124
Hebreos 1:1-2 Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo
Santiago 1:1 Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud
1 Pedro 1:1-2 Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas
2 Pedro 1:2 Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús
125
1 Juan 1:3 lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo
2 Juan 3 Sea con vosotros gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo, Hijo del Padre, en verdad y en amor
Judas 1 Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo, a los llamados, santificados en Dios Padre, y guardados en Jesucristo
Revelación 1:1La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan
Jesús fue engendrado por el Espíritu Santo, “el nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo… Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es” (Mateo 1:18, 20), si fuera una persona él sería su Padre, más sin embargo ¿quién dijo Jesús que lo era? “Estas 126
cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese” (Juan 17:1-5).
El Espíritu Santo es indispensable en la vida del creyente, “pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir” (Juan 16:13), “más el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Juan 14:26).
Interacción.
Ahora bien, ¿cómo interactúa el alma, el espíritu y el Espíritu con la información recibida, percibida, contribuida e inspirada? Esta pregunta no es menos importante, más sin embargo, ¿podrá de alguna forma ser respondida? Esa es la propuesta del presente apartado.
127
Primero partamos de lo que sabemos —o bien: que hemos concluido— de los apartados anteriores, a saber: que el código genético son esos contenedores donde tiene cabida la información recibida, percibida, contribuida e inspirada, cada una diferente entre sí pero íntimamente relacionada. Con este entendimiento puede procederse a correlacionar cada información, considerando las características propias de una, sea con el alma y/o el espíritu y/o el Espíritu.
Sabemos que la información recibida es la que desde el origen de la existencia de todo ser viva, incluyéndonos, está contenida en el código genético. Esta información tiene que ver con cuestiones físicas, químicas y biológicas y, en el caso del hombre, incluso con cuestiones mentales, emocionales y espirituales. Ahora bien, esas cuestiones no pueden ser modificadas a voluntad por ningún ser vivo, las mismas nos constriñen e impelen a vivir de cierta forma y con ciertas características, luego entonces aquello –entre alma, espíritu y Espíritu- que accese a ella debe ser algo que esté relacionado directamente con la vida y que actúe en esa interacción, por así decirlo, casi en automático.
El alma viene siendo es fuerza vital que anima a todo ser, dicha fuerza, para desempeñar su cometido, el cual está relacionado con la vida misma, requiere de interactuar con la información recibida, la que ya se tiene desde el inicio de cada vida y que se relaciona con las literalmente miles de funciones que cada organismo desempeña casi inconscientemente pero 128
que sirven para el desarrollo de la vida misma en cada uno. Sólo el alma, de manera automática, cuasi-instintiva, tiene acceso a esta información interactuando con ella.
Por su parte la información percibida es aquella que le llega a todo ser vivo por los sentidos. Esto puede ser de igual forma ajeno a la voluntad (por ejemplo escuchar un ruido) pero también volitivo (por ejemplo mirar hacia algo un lado con la finalidad de ver algo). De esta forma la información percibida puede ser automática o voluntaria, luego entonces aquello –entre alma, espíritu y Espíritu- que accese a ella debe ser algo que esté relacionado directamente con el percibir y que actúe en esa interacción, por así decirlo, tanto en automático como voluntariamente.
La información percibida, también es accesada por el alma — automáticamente, se aclara— interactuando con ella, pero esa interacción no es exclusiva del alma sino que también el espíritu puede hacerlo — volitivamente, se indica—, de esta forma la información percibida es interactuada tanto por el alma como por el espíritu, por el alma cuando esta interacción es instintiva, por el espíritu cuando esta interacción es voluntaria.
Estos dos tipos de información —recibida y percibida— y aquello que interactúa con ella —alma y espíritu— es lo único que como humanos compartimos con la naturaleza, aunque cualitativamente de un nivel muy 129
superior. Las dos tipos de información que siguen —contribuida e inspirada— son propias del ser humano siendo la contribuida común a toda la humanidad y la inspirada exclusiva de los elegidos que han respondido al llamamiento del Padre para venir a salvación.
La información contribuida es aquella que requiere de nuestra voluntad para ser accesada al código genético, de esta forma esta información se diferencia de la recibida—que no podemos interactuar volitivamente con ella— o con la percibida —cuya interacción volitiva es mínima—.
La información contribuida queda fuera del rango de interacción del alma dado que requiere de aplicación volitiva, consciente, intencionada, y por lo tanto sólo es posible de ser interactuada a través del espíritu.
La información inspirada, por su parte, es aquella que se refiere a las verdades divinas. Este tipo de información está completamente fuera del alcance de nosotros pero puede ser accesada por el Espíritu y compartida a nosotros —accesada a nuestro código— para irnos transformando. Esta información, a diferencia de las otras tres, sólo está disponible para aquellos que han recibido al Espíritu de Dios y que actúan consecuentemente con el llamado al que han respondido.
La información inspirada, como se señaló, sólo puede ser accesada por el Espíritu, pero en el caso de los que han respondido al llamamiento del 130
Padre para venir a salvación en el presente siglo, el tener en sí el Espíritu de Dios les permite por su medio percibir las cuestiones divinas y ser edificados por ellas.
El siguiente esquema resume lo señalado hasta aquí en el presente apartado:
Todo esto que se ha explicado hasta aquí en el presente apartado no tiene un fin meramente especulativo sino eminentemente práctico ya que permite ver cómo es que la acción consciente y volitiva de cada uno de los elegidos que han respondido al llamado del Padre para venir a salvación en el presente siglo puede inclinar la balanza sea a las cosas del mundo o a las cosas de Dios, es decir el espíritu puede decidir si va tras las cosas del alma o más bien las cosas del Espíritu. 131
1 Corintios 2:10-16 10
Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el
Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. 11
Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el
espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. 12
Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu
que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, 13
lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría
humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. 14
Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de
Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. 15
En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado
de nadie. 16
Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le
instruirá? Más nosotros tenemos la mente de Cristo.
Con todo lo dicho hasta aquí, lo señalado por la Escritura como guardar los estatutos, sus mandamientos, sus ordenanzas y/o sus testimonios adquiere una nueva comprensión pues se refiere a esa acción volitiva para que 132
nuestro espíritu actuando junto con el Espíritu incorpore en nuestro código genético la información inspirada haciendo de esta información contribuida y por ende información percibida.
Deuteronomio 6:17 Debéis guardar diligentemente los mandamientos del SEÑOR vuestro Dios, y sus testimonios y estatutos que te ha mandado.
1 Reyes 2:3 Guarda los mandatos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, guardando sus estatutos, sus mandamientos, sus ordenanzas y sus testimonios, conforme a lo que está escrito en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y dondequiera que vayas,
Salmos 25:10 Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad para aquellos que guardan su pacto y sus testimonios.
Salmos 119:111 Tus testimonios he tomado como herencia para siempre, porque son el gozo de mi corazón.
133
Revelación 19:10 Entonces caí a sus pies para adorarle. Y me dijo: No hagas eso; yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos que poseen el testimonio de Jesús; adora a Dios. Pues el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.
134
La fe y las obras
Salmos 119:2 reconoce a todo aquel que guarde los testimonios de Dios llamando a aquel bienaventurado, “Bienaventurados los que guardan sus testimonios”, pero ¿cómo se guardan esos testimonios?, ¿estudiando la Palabra?, ¿memorizando citas bíblicas? Si vemos la Escritura de principio a fin será visible la necesidad de la fe y de las obras, es decir, entender lo mismo que hacer. Ese entendimiento no es solo mental sino también emocional, espiritual ¡e incluso material!, luego entonces el hacer debe ir en el mismo orden: o, mental, emocional y espiritual. De esto se deduce que los testimonios de Dios, basados en Su Palabra escrita y en Su Palabra hecha carne son netamente vivenciales, deben abarcar todo nuestro ser. Somos como una caja fuerte de, no, mejor: como un Arca de la Alianza en proceso, en nosotros deben guardarse los testimonios a través del saber, la fe, y el hacer, las obras.
De los cuatro tipo de información relacionados con la vida humana – recibida, percibida, contribuida e inspirada–, los tres últimos –percibido, contribuido e inspirado– son aquellos donde cada persona tiene injerencia, siendo que el fiel de la balanza es aquello que se refiere a lo que puede ser contribuido ya que con ello podemos incidir en lo percibido y acceder a lo inspirado, pero para ambas cuestiones se requiere de la acción volitiva de cada uno siendo que esa acción volitiva tiene dos vertientes: la fe y las obras. 135
Esto es muy importante tenerlo en cuenta ya que la fe y las obras, ambas no sólo una de las dos, permite ir fijando en nuestro código genético esa información inspirada que nos permite avanzar a lo que estamos llamados a ser: hijos de Dios.
Fe.
La fe es “la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1), de igual forma es lo primero que debe tener verificativo en la vida del creyente, “la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10:17), de hecho “sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan” (Hebreos 11:6). De esta forma la fe viene a través del estudio, la meditación, la oración que de la Palabra, por la Palabra y con la Palabra, se hace.
Gálatas 2:20 He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí.
136
Santiago 1:6 Pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento.
2 Corintios 5:7 Vivimos por fe, no por vista.
Juan 11:40 ¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios? —le contestó Jesús.
1 Pedro 1:8-9 Ustedes lo aman a pesar de no haberlo visto; y, aunque no lo ven ahora, creen en él y se alegran con un gozo indescriptible y glorioso, pues están obteniendo la meta de su fe, que es su salvación.
Juan 11:25-26 Entonces Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto?
1 Juan 5:4 ...porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Esta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe.
137
Marcos 10:52 Puedes irte —le dijo Jesús—; tu fe te ha sanado. Al momento recobró la vista y empezó a seguir a Jesús por el camino.
Hebreos 11:11 Por la fe Abraham, a pesar de su avanzada edad y de que Sara misma era estéril, recibió fuerza para tener hijos, porque consideró fiel al que le había hecho la promesa.
Gálatas 3:26-27 Todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús, porque todos los que han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo.
Romanos 1:17 De hecho, en el evangelio se revela la justicia que proviene de Dios, la cual es por fe de principio a fin, tal como está escrito: «El justo vivirá por la fe».
1 Corintios 16:13 Manténganse alerta; permanezcan firmes en la fe; sean valientes y fuertes.
138
Hebreos 12:2 Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.
Mateo 17:20 Les aseguro que, si tuvieran fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrían decirle a esta montaña: “Trasládate de aquí para allá”, y se trasladaría. Para ustedes nada sería imposible.
Romanos 10:17 Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo.
Romanos 10:8-9 Esta es la palabra de fe que predicamos: que, si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo.
139
Efesios 2:8-9 Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte.
Efesios 6:16 Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno.
1 Juan 5:5 ¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
Juan 6:29 Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios: que creáis en el que Él ha enviado.
Obras.
Por otra parte, las obras son requeridas para fijar de manera vivencial en nuestro código genético lo que a través de la fe se ha percibido, es por ello que la Palabra señala que la fe sin obras es muerta en sí misma (Santiago 2:17). Sobre esto nuestro Señor fue muy claro cuando dijo “por tanto, 140
cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca” (Mateo 7:24) y para mayor énfasis y claridad dijo “No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21).
De igual forma, Jacobo, el medio hermano de Jesús aclara en su carta señala “pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Más el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace” (Santiago 1:22-25)
Cristo, como nuestro hermano mayor, nos ha dado ejemplo de lo que espera cuando de poner la fe por obra se trata.
Juan 4:34 Jesús les dijo: Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y llevar a cabo su obra.
141
Juan 5:36 Pero el testimonio que yo tengo es mayor que [el de] Juan; porque las obras que el Padre me ha dado para llevar a cabo, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado.
Juan 9:4 Nosotros debemos hacer las obras del que me envió mientras es de día; la noche viene cuando nadie puede trabajar.
Juan 10:32 Jesús les dijo: Os he mostrado muchas obras buenas [que son] del Padre. ¿Por cuál de ellas me apedreáis?
Juan 10:37 Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis;
Juan 15:24 Si yo no hubiera hecho entre ellos las obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora las han visto, y me han odiado a mí y también a mi Padre.
Juan 17:4 Yo te glorifiqué en la tierra, habiendo terminado la obra que me diste que hiciera. 142
De igual manera, siendo seguidores de Cristo, la Palabra nos exhorta a actuar en congruencia con nuestro llamamiento.
Juan 6:28 Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios?
Efesios 2:10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para [hacer] buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.
Eclesiastés 3:10 He visto la tarea que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que en ella se ocupen.
Hechos 22:10 Y yo dije: “¿Qué debo hacer, Señor?” Y el Señor me dijo: “Levántate y entra a Damasco; y allí se te dirá todo lo que se ha ordenado que hagas”
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Mateo 19:16 Y he aquí se le acercó uno y dijo: Maestro, ¿qué bien haré para obtener la vida eterna?
Marcos 10:17 Cuando salía para seguir su camino, vino uno corriendo, y arrodillándose delante de Él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?
Lucas 10:25 Y he aquí, cierto intérprete de la ley se levantó, y para ponerle a prueba dijo: Maestro, ¿qué haré para heredar la vida eterna?
Lucas 18:18 Y cierto [hombre] prominente le preguntó, diciendo: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?
Hageo 2:4 “Pero ahora, esfuérzate, Zorobabel” –declara Jehová– “esfuérzate tú también, Josué, hijo de Josadac, sumo sacerdote, y esforzaos todos vosotros, pueblo de la tierra” –declara Jehová– “y trabajad, porque yo estoy con vosotros” –declara Jehová de los ejércitos.
144
Zacarías 8:16 “Estas son las cosas que debéis hacer: decid la verdad unos a otros, juzgad con verdad y con juicio de paz en vuestras puertas”
Mateo 7:12 Por eso, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, así también haced vosotros con ellos, porque esta es la ley y los profetas.
Lucas 6:31 Y así como queréis que los hombres os hagan, haced con ellos de la misma manera.
1 Corintios 16:10 Si llega Timoteo, ved que esté con vosotros sin temor, pues él hace la obra del Señor como también yo.
Revelación 2:26 Y al vencedor, al que guarda mis obras hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones
145
Profetas, sacerdotes y reyes
En la figura de Cristo podemos ver reestablecido el sacerdocio de Melquisedec, aunque en esta ocasión de manera eterna, de igual forma, si se ha restablecido el sacerdocio de Melquisedec en la figura de nuestro Señor Jesús (Hebreos 7:12), y si nosotros estamos llamados a ser coherederos con Él (Romanos 8:17) y de igual forma ser profetas (Marcos 16:15-18), reyes y sacerdotes (Revelación 1:6), se hace necesario que en nuestra persona se identifiquen esas tres funciones, “porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica” (Efesios 2:10).
De igual forma, con la comprensión hasta aquí adquirida, podrá verse lo referido a estas funciones con relación a la fe y las obras como parte de la información recibida, percibida, contribuida e inspirada.
Profetas.
Al igual que Cristo, quien decide seguirle como parte de la respuesta al llamamiento del que se ha sido objeto, tiene la encomienda de proclamar la verdad que del Padre ha sido revelada.
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Romanos 10:14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quién les predique?
Hechos 8:30-31 Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees? Él dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él… Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús.
Estas dos citas hacen énfasis en la necesidad que tiene quien quiere conocer la verdad del Padre, de contar con alguien que lo guíe en el conocimiento de Dios de manera correcta, lo cual es corroborado con la sentencia siguiente:
Romanos 10:17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Es por ello que lo que se conoce como la Gran Comisión implica, para el cristiano, proclamar el mensaje del Evangelio: 147
Mateo 28:19 Por tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones, y bautícenlos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Marcos 16:15 Y les dijo: «Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura.
Lucas 24:47-48 y que en su nombre se predicara el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando por Jerusalén. De esto, ustedes son testigos.
Hechos 1:8 pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.
Mateo 5:14-16 14
»Ustedes son la luz de este mundo. Una ciudad en lo alto de un
cerro no puede esconderse. 15 Ni se enciende una lámpara para ponerla bajo un cajón; antes bien, se la pone en alto para que alumbre a todos los que están en la casa. 16 Del mismo modo, 148
procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo.
El entendimiento, acatamiento y realización de esta función, la de profeta, puede verse desde los primeros momentos de la iglesia naciente:
Hechos 2:38 Y Pedro les dijo: Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.
En ese sentido, quien así hiciere será reconocido, más sin embargo quien no desempeñe esta función será rechazado:
Mateo 24:45-51 45
¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor
sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? 46
Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le
halle haciendo así. 47
De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá.
48
Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en
venir; 149
49
y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber
con los borrachos, 50
vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la
hora que no sabe, 51
y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí
será el lloro y el crujir de dientes.
Sacerdotes.
La función sacerdotal, bajo al sacerdocio de Melquisedec reestablecido por Cristo, implica para el cristiano su desempeño a través de Jesús como Sumo Sacerdote:
Hebreos 10:19-20 Entonces, hermanos, puesto que tenemos confianza para entrar al Lugar Santísimo por la sangre de Jesús, por un camino nuevo y vivo que El inauguró para nosotros por medio del velo, es decir, Su carne
Este acceso al Lugar Santísimo, ganado por Cristo, implica para los cristianos la compartir con Jesús la función sacerdotal:
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1 Pedro 2:9 Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anuncien las virtudes de Aquél que los llamó de las tinieblas a Su luz admirable.
Romanos 15:16 para ser ministro de Cristo Jesús a los gentiles, ministrando a manera de sacerdote el evangelio de Dios, a fin de que la ofrenda que hago de los gentiles sea aceptable, santificada por el Espíritu Santo.
Este desempeño de la función sacerdotal por los cristianos no implica la perfección y santidad de estos últimos sino el inicio de la función en tanto los creyentes son edificados:
1 Pedro 2:5 también ustedes, como piedras vivas, sean edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.
Y como parte de esta función hay desempeños específicos a los que los creyentes con llamados unidos a Cristo Jesús:
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Romanos 12:1 Por tanto, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable (agradable) a Dios, que es el culto racional de ustedes.
Romanos 6:13 ni presentéis los miembros de vuestro cuerpo al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.
Hebreos 13:15-16 Así que ofrezcamos continuamente a Dios, por medio de Jesucristo, un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que confiesan su nombre. No se olviden de hacer el bien y de compartir con otros lo que tienen, porque ésos son los sacrificios que agradan a Dios.
Reyes.
La función de rey como parte de quienes han sido llamados a salvación en el presente siglo, tiene una connotación principalmente profética:
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Revelación 1:5-6 Y Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los signos de los siglos. Amén
Revelación 5:10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.
Revelación 20:6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.
Isaías 2:3 (Miqueas 4:2) Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalem la palabra de Jehová.
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Más sin embargo los desempeños inherentes a la función real, tienen verificativo inicial en el presente siglo en la vida de los creyentes:
Mateo 20:25-28 Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Más entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
1 Corintios 6:1-4 ¿Osa alguno de vosotros, cuando tiene algo contra otro, ir a juicio delante de los injustos, y no delante de los santos? ¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas? ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida? Sí, pues, tenéis juicios sobre cosas de esta vida, ¿ponéis para juzgar a los que son de menor estima en la iglesia?
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Esta función real implica que en el presente siglo, los llamados a salvación, deben poner a trabajar los talentos con los que han sido dotados, ya que quien hace así será reconocido, mientras que quien no produce será condenado:
Mateo 25:14-30 14
Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos,
llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. 15
A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno
conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. 16
Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y
ganó otros cinco talentos. 17
Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos.
18
Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el
dinero de su señor. 19
Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y
arregló cuentas con ellos. 20
Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco
talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. 21
Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel,
sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
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22
Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor,
dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. 23
Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel,
sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. 24
Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor,
te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; 25
por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí
tienes lo que es tuyo. 26
Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías
que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. 27
Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir
yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. 28
Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos.
29
Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene,
aun lo que tiene le será quitado. 30
Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y
el crujir de dientes.
Lo anterior puede enlazarse con la parábola de las minas ya que, quienes en este siglo trabajen con aquello que se les dotó buscando primero el
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Reino de Dios y SU justicia, serán recompensados en el siglo venidero, bajo el reinado de Cristo, de dominio sobre ciudades:
Lucas 19:11-27 11
Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por
cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente. 12
Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un
reino y volver. 13
Y llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas, y les dijo:
Negociad entre tanto que vengo. 14
Pero sus conciudadanos le aborrecían, y enviaron tras él una
embajada, diciendo: No queremos que éste reine sobre nosotros. 15
Aconteció que vuelto él, después de recibir el reino, mandó llamar
ante él a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno. 16
Vino el primero, diciendo: Señor, tu mina ha ganado diez minas.
17
Él le dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel,
tendrás autoridad sobre diez ciudades. 18
Vino otro, diciendo: Señor, tu mina ha producido cinco minas.
19
Y también a éste dijo: Tú también sé sobre cinco ciudades.
20
Vino otro, diciendo: Señor, aquí está tu mina, la cual he tenido
guardada en un pañuelo; 157
21
porque tuve miedo de ti, por cuanto eres hombre severo, que tomas
lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste. 22
Entonces él le dijo: Mal siervo, por tu propia boca te juzgo. Sabías
que yo era hombre severo, que tomo lo que no puse, y que siego lo que no sembré; 23
¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco, para que al volver
yo, lo hubiera recibido con los intereses? 24
Y dijo a los que estaban presentes: Quitadle la mina, y dadla al que
tiene las diez minas. 25
Ellos le dijeron: Señor, tiene diez minas.
26
Pues yo os digo que a todo el que tiene, se le dará; más al que no
tiene, aun lo que tiene se le quitará. 27
Y también a aquellos mis enemigos que no querían que yo reinase
sobre ellos, traedlos acá, y decapitadlos delante de mí.
Como puede verse, los cristianos, a imagen de su Señor, incorporan en su persona las tres funciones de profeta, sacerdote y rey, con todo y todo la pregunta sería ¿cuál de estas tres funciones tiene preponderancia en el siglo actual? “Bienaventurado y santo es el que tiene parte en la primera resurrección; la muerte segunda no tiene poder sobre éstos sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con El por mil años” (Revelación 20:6), como puede verse, si bien en el presente siglo las tres funciones de
158
profeta, sacerdote y rey están siendo desempeñadas por los cristianos, la realización plena de las dos últimas está condicionada a ser considerados para participar en la primer resurrección, luego entonces la función que en la actualidad tienen mayor preponderancia es precisamente la de profeta.
Si bien la cita anterior permite llegar a esta conclusión, este razonamiento no es del todo necesario ya que leyendo las citas referidas a las funciones que como profeta, sacerdote y rey debe desempeñar un cristiano, como ya se han visto, puede evidenciarse que el llamado preponderante para este siglo, que no el único, es precisamente el ser profeta.
Entender esto no es cosa menor ya que implica el comprender, aceptar y ejercer los desempeños aunados con la función de profeta proclamando el Evangelio, siendo de esta forma luz del mundo, y dando testimonio a las naciones de la verdad del Padre.
159
Cristo en nosotros
“Cristo en nosotros” hace referencia tanto al proceso como al resultado que por medio del Espíritu de Dios se está realizando en nosotros en el presente siglo: llevarnos, como dice la Escritura en Efesios 4:13, “a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”.
La Lectura Bíblica de Colosenses 1:5-29 habla precisamente de dicho proceso, de la manera en que uno puede participar de él, y del objetivo del mismo, lo que finalmente se conseguirá.
Colosenses 1 5
a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la
cual ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio, 6
que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva
fruto y crece también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad, 7
como lo habéis aprendido de Epafras, nuestro consiervo amado, que
es un fiel ministro de Cristo para vosotros, 8
quien también nos ha declarado vuestro amor en el Espíritu.
9
Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos
de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, 160
10
para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo,
llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; 11
fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria,
para toda paciencia y longanimidad; 12
con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar
de la herencia de los santos en luz; 13
el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al
reino de su amado Hijo, 14
en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.
15
Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.
16
Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los
cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. 17
Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;
18
y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio,
el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; 19
por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,
De igual forma, el Texto Áureo de Colosenses 1:27 resume lo anterior cuando señala que “Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de 161
gloria”, es decir, un proceso mediante el cual uno va adquiriendo conocimiento, no mundano, sino divino, que permite la transformación de uno física, mental, emocional y espiritual, hasta llevarnos a reflejar a Cristo mismo, quien es a su vez imagen del Dios invisible, como señala Colosenses 1:15, “Él [Cristo] es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación”, o dicho de otra forma, para llegar a estar llenos del conocimiento de la voluntad de Dios en sabiduría e inteligencia espiritual, como señala Colosenses 1:9, “Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual”.
Y aquí radica el centro de todo este proceso pues ese adquirir conocimiento es lo que permite que el mismo se dé, pero hay que entender que este adquirir conocimiento no se refiere únicamente a las cuestiones cognitivas, mentales, sino que debe permear todo nuestro ser hasta incidir en nosotros física, mental, emocional y espiritualmente, es por ello que además de crecer en la fe la Escritura nos insta a ponerla por obra, a testimoniar esa fe, a proclamarla.
Este proceso se vislumbra cuando Romanos 6:4-6 señala que en Cristo, simbólicamente con el bautismo, se ha sido sepultado, “porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente 162
con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado”; pero de igual forma señala que así como se ha sido sepultado en Cristo, de igual forma se guarda la esperanza de en Él ser resucitados; y 1 Corintios 15:43-44 es más claro cuando señala, respecto de esto, que primero se siembra lo natural, pero que luego se cosecha lo espiritual, “se siembra en deshonra, se resucita en gloria; se siembra en debilidad, se resucita en poder; 44 se siembra un cuerpo natural, se resucita un cuerpo espiritual. Si hay un cuerpo natural, hay también un cuerpo espiritual”.
Este llamado al que se ha respondido nos ha llevado a forma parte del Cuerpo de Cristo, Su iglesia, como señala Efesios 5:30, “porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos” y 1 Corintios 12:1214, “Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos”. Así, siguiendo el símil que establece la Escritura en estas citas, si uno deja de ser parte de la iglesia, deja de ser parte del Cuerpo de Cristo. Ahora bien, en ambos casos, es decir, siendo parte de la iglesia, del Cuerpo de Cristo, o no siendo parte de ella, hay que tener claridad de la 163
seriedad, de la gravedad de cualquiera de las dos decisiones ya que siendo parte estamos llamados a ser perfecto y santos, no tibios o mediocres, y si no se es parte la expectativa que queda es la condenación.
En este punto hay que aclarar que este formar parte de la iglesia no quiere decir simplemente estar en ella, seguirse congregando, sino en tener en nosotros, como parte de la iglesia, ese espíritu de caridad, de fraternidad de unos con otros que permita la edificación mutua, ¿o podrá alguien creer que sólo con ser parte de la iglesia ya se es uno con el Cuerpo de Cristo cuando se genera, participa, se validan murmuraciones, juicios, rebeldías, condenaciones y un actuar que más que claro es antiescritural de unos para con otros? No nos engañemos, esto no es así y quien así actúa, aunque siga en la iglesia, ha dejado de ser parte de ella ya que, siguiendo el símil que la Escritura presente respecto de esto, los miembros del cuerpo no pueden estar divididos entre sí ni mucho menos enfrentados con el cuerpo.
Siguiendo con el tema, se comentó al inicio que la Escritura permite entender el proceso que en nosotros se está llevando, la manera en que uno puede participar en él, y los resultados que del mismo se espera.
Este proceso es pasar de lo animal a lo espiritual, como señala 1 Corintios 15:46, “más lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual”, e implica renovar nuestro entendimiento, como señala Romanos 12:2, “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de 164
vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” y Efesios 4:23, “y renovaos en el espíritu de vuestra mente”; este renovar nuestro entendimiento se refiere a adquirir conocimiento, no mundano, sino divino, que permita ser accesado en nuestra esencia misma y transformarnos física, mental, emocional y espiritualmente, hasta que, como dice Gálatas 4:19, Cristo sea formado en nosotros, “hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros”. De nuevo: este adquirir conocimiento no se circunscribe a lo cognitivo, a procesos mentales, sino a todo nuestro ser, a esa comprensión que a base de entendimiento y ejercicio de las verdades reveladas nos cambia, nos transforma física, mental, emocional y espiritualmente hablando, siendo que podemos incidir en ello positivamente, como de nosotros se espera, o negativamente, como el Enemigo, el Mundo y nuestra propia concupiscencia nos impele.
Esta nuestra participación es decisiva, de hecho es esperada, más bien: exigida por el Padre para que dicho proceso se lleve a cabo, ¿y cómo participamos de ella?, todo lo que vemos, oímos, hablamos, decimos, hacemos, pensamos o sentimos nos van transformando en nuestra esencia, todo ello coadyuva o entorpece el propósito de Dios, pues como dice 1 Corintios 10:23, “todo me es lícito, más no todo me edifica”, en este sentido cada quien debe evaluar a la luz de esta instrucción aquello con lo que se está nutriendo: música, videos, películas, programas, lecturas, conversaciones, vestimentas, modas, pensamientos, acciones, emociones, 165
todo participa, positiva o negativamente, en este proceso de transformación al que hemos sido llamados.
Ahora bien, como este conocimiento –en su acepción más amplia referida a la comprensión de verdades divinas que incide en cada uno física, emocional, intelectual y espiritualmente– no es mundano, sino divino, se contrapone con nuestra naturaleza pecaminosa, pero además se contrapone con los designios del Enemigo y con las intenciones del Mundo, lo cual genera tribulación, pruebas, pero como dice Romanos 5:3-5, incluso esas adversidades obran para edificación en uno en tanto uno siga en el Camino y manteniéndose fiel se esfuerce por alcanzar las promesas del Padre, “y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”, por lo que incluso en estas adversidades uno debe estar gozoso pues si estamos en las manos de Dios incluso esto será para nuestro bien, para nuestra edificación, para nuestro perfeccionamiento, para nuestra santificación.
Esto es importante comprenderlo claramente pues permite entender las tribulaciones por las que en el presente siglo se padecen, la manera en que uno de manera consciente, deliberada, con propósito pues, puede participar
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de este proceso, y lo que se espera del mismo, a saber: el cumplimiento de las promesas que del Padre se han recibido.
Con todo y todo hay que entender, que comprender, que si bien nuestra participación es esperada, exigida para que este proceso se lleva a cabo, ésta no es definitiva ni definitoria para lograr el mismo, eso es imposible para uno, pero no imposible para Dios, pero esa participación evidencia nuestro deseo de alcanzar lo que el Padre pensó para cada uno de nosotros desde la eternidad y nos habilita para acceder a las promesas que se nos han hecho.
Dios, como menciona 1 Corintios 1:26-31, escogió lo débil, menospreciado y vil del mundo para llevarlo a la perfección y la santidad, a la plenitud de Cristo, “pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia. Más por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor”, como señala Efesios 4:13 “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”, así que con humildad no 167
se debe olvidar uno de donde ha venido, pero con gozo y esperanza no debe de dejar de poner la mirada en la promesas que del Padre se han recibido.
Que el Santo Espíritu de nuestro Padre Dios que mora en nosotros nos ilumine y fortalezca para vivir en el entendimiento del proceso que en el presente siglo se está llevando en cada uno para llevar de lo mortal a lo inmortal, de lo imperfecto a lo perfecto, de lo pecaminoso a lo santificado, de lo que ahorita somos a reflejar a Cristo en nosotros, entendiendo que nuestra participación en ello es requerida, exigida más bien, y que esta participación está dada por lo vemos, oímos, hablamos, hacemos, pensamos y sentimos, siendo que si somos guiados por la Palabra, escrita y hecha carne, todo lo que somos, hacemos y tenemos actuará para llevarnos a alcanzar las promesas que de Dios hemos recibido, conforme a la voluntad del Padre y para Su mayor gloria en Cristo Jesús.
168
Conclusión
Si bien la cuestión sobre lo que nos define como humanos seguirá siendo un tema de discusión, la premisa de la presente obra se centra en presentar respecto de esto al código genético, materialmente hablando, como aquello que puede esgrimirse para tal efecto, pero de igual forma, extendiéndose en ese razonamiento, identificar que en última instancia realmente lo que nos define como humanos es lo que contiene el código genético: información.
La cuestión de la información que el código genético contiene o puede contener puede abordarse identificando la misma en información recibida, información percibida, información contribuida e información inspirada.
La información recibida es la que desde nuestra concepción contiene el código genético. La información percibida es aquella que deviene del uso de nuestros sentidos, incluyendo la razón y las emociones. La información contribuida es aquella que es accesada en nuestro código genético mediante el uso de nuestra capacidad volitiva. Y la información inspirada es aquella que puede accesarse a nuestro código genético por medio del Espíritu de Dios.
De estos cuatro tipos de información, las dos primeras —la información recibida y la información percibida— compartimos con la naturaleza en general, la información contribuida es exclusiva del género humano, y la 169
información inspirada está disponible como prerrogativa para los elegidos que han respondido al llamamiento del Padre para venir a salvación en el presente siglo.
Para aquellos que conforman el Cuerpo de Cristo, son estos tres últimos tipos de información, sobre todo la inspirada, los que tienen relevancia en el andar por el Camino, de igual forma la manera de accesar esta información en nuestro código genético implica lo mismo el saber que el hacer, estando lo primero relacionado con la fe mientras que lo segundo está relacionad con las obras, esto porque el acceso de la información al código genético siempre es de manera vivencial.
Sobre esto, si bien, no es nuestro esfuerzo el que logra irnos edificando conforme a la voluntad el Padre sino que más bien es Su Espíritu actuando en nosotros, la parte que nos corresponde es exigida, de igual manera es importante entender el fin último de todo esto: alcanzar la estatura perfecta de Cristo conformándonos a Su imagen quien es a su vez imagen invisible del Dios viviente.
Estamos llamados a ser imagen de Cristo (Gálatas 4:19) como Cristo es imagen de Dios (Colosenses 1:15), esto implica despojarnos del hombre viejo y vestirnos del nuevo (Efesios 4:22-24) "hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo" 170
(Efesios 4:13). Parte de esto implica sufrir pero hay más, el llamado es a dejar nuestra nada, nuestra carnalidad, nuestra pecaminosidad, para alcanzar el todo, lo espiritual, la santidad. Que el Santo Espíritu de nuestro Padre Dios que mora en nosotros nos ilumine y fortalezca para vivir negándonos a nosotros mismos, tomando nuestra cruz y siguiendo a Cristo hasta el cumplimiento de las promesas que se nos han dado, conforme a la voluntad del Padre y para Su mayor gloria en Cristo Jesús.
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Paz a vos
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El hombre interior
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Primera edición
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