Tu fe te ha salvado -Comprensión espiritual de los milagros de Jesús-

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Roberto Celaya Figueroa


…para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas y nosotros por medio de él (I Corintios 8:6)


Dedicatoria

A la Iglesia de Dios (7° Día)

Página web habla hispana: http://www.iglesiadediosapostolica.org/ Página web oficinas centrales: http://www.churchofgod-7thday.org/


Índice

Introducción ........................................................................................................

1

Las bodas de Caná ............................................................................................

3

La curación milagrosa del hijo del noble ............................................................ 12 Milagro en la piscina de Betesda........................................................................ 18 Milagro de los peces .......................................................................................... 26 La curación milagrosa de un endemoniado ........................................................ 31 La curación milagrosa de la suegra de Pedro .................................................... 35 La curación milagrosa de muchos enfermos y enfermas ................................... 40 La curación milagrosa de un leproso .................................................................. 46 La curación milagrosa de un paralítico ............................................................... 52 La curación milagrosa del hombre con una mano seca ..................................... 58 La curación milagrosa del siervo del centurión................................................... 62 Milagrosa resurrección del hijo de la viuda de Naín ........................................... 71 La curación milagrosa de un endemoniado ........................................................ 81 Cristo milagrosamente calma la tormenta .......................................................... 89 Jesús cura a los endemoniados gadarenos ....................................................... 93 Curación de una mujer con flujo de sangre ........................................................ 99 Resucitación de la hija de Jairo .......................................................................... 106 Curación de dos ciegos ...................................................................................... 112 Curación de un mudo ......................................................................................... 115 La alimentación de los cinco mil y de los cuatro mil ........................................... 118 Jesús camina sobre el agua ............................................................................... 134 La curación milagrosa de la hija de la mujer sirofenicia ..................................... 161 La curación milagrosa del hombre sordo y mudo ............................................... 173 La curación milagrosa de muchos enfermos ...................................................... 188 La curación milagrosa de un hombre ciego ........................................................ 191 La curación milagrosa de un muchacho endemoniado ...................................... 196 La curación milagrosa de un ciego de nacimiento.............................................. 228


Jesús sana a una mujer en el día de Shabat // La curación milagrosa del hombre con la hidropesía // La milagrosa resurrección de Lázaro .................................. 236 La curación milagrosa de los diez leprosos ........................................................ 283 La curación milagrosa del ciego Bartimeo .......................................................... 296 Milagrosa marchitez de la higuera estéril ........................................................... 301 Cristo cura milagrosamente la oreja de Malco ................................................... 313

Conclusión.......................................................................................................... 327


Introducción

Cuando uno aborda las relatorías contenidas en los Evangelios referidas a los milagros que realizó Jesús no puede menos que sentir tocado en las fibras más profundas del ser por la sensibilidad, la empatía y la caridad de nuestro Señor mostradas en cada situación.

Las enseñanzas de dichos milagros son más que evidentes, de hecho alguna de las mismas son explicadas en el mismo contexto del relato, con todo y todo quien anda en el Camino sabe que “todo escriba docto en el reino de los cielos, es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas” (Mateo 13:52), de esta forma el contenido de dichas relatorías no puede circunscribirse única y exclusivamente al ámbito evidente sino que las mismas pueden ser fuente inagotable de instrucción, corrección, edificación, perfeccionamiento y santificación.

Esto último es más que evidente cuando el estudioso de la Palabra se topa, en los relatos comentados, con situaciones en ocasiones que, por decir lo menos, atraen la atención: aparentes contradicciones, minuciosidad en ciertos detalles al parecer irrelevantes, actitudes aparentemente contradictorias tanto de Jesús como de aquellos a su alrededor, en fin, cuestiones que la mente natural busca de alguna forma explicar para mantener la integridad de la Escritura (Juan 10:35), pero no debe ser la mente natural la que busque explicar aquello mencionado sino, en todo caso, dejar que la Palabra se interprete a sí misma.

Esta es la idea de la presente obra, a saber: buscar una comprensión espiritual, más amplia, más profunda, referida a los milagros que hizo Jesús. Con todo y todo hay que aclarar que la exposición de estas ideas no es de ninguna manera doctrinal, en todo caso pudiera decirse que el sentido de la misma es devocional, pero como no puede haber devoción sin doctrina esta última es la que debe servir de referente para todo lo que al respecto se diga. 1


En el abordaje de las relatorías relativas a los milagros de Jesús, más allá de la comprensión tradicional de las historias presentadas, lo que se busca en todos los casos es esa comprensión subyacente que, bajo la luz de la Palabra y la guía de la doctrina de la iglesia de Dios, dichas relatorías pueden presentar.

Con todo y todo, en la exposición de estas ideas, habrá quienes al estarlas leyendo puedan decir “yo entiendo de otra forma este relato”, ¿mi respuesta? “¡Excelente!”; alguien más pudiera señalar “yo veo algo más de lo aquí explicado”, ¿mi respuesta? “¡Excelente!”; y otro más pudiera indicar “yo veo algo diferente a lo aquí explicado”, ¿mi respuesta? “¡Excelente!”. Así es “¡Excelente!”, ¿sabes por qué?, ¡por qué de eso se trata! Pablo escribiendo a los Efesios se refiere a esto como la multiforme sabiduría de Dios (Efesios 3:10), de esta forma no puede decirse que la Escritura contiene una sola, única y exclusiva forma de entenderse, lo cual ya debería ser evidente para todo aquel familiarizado con ella, pero sí en todos los casos esas cosas viejas y esas cosas nuevas que se extraigan de ella deben siempre y en todo momento estar en consonancia con la doctrina de la iglesia, columna y fundamento de la verdad (1 Timoteo 3:15) de ahí en fuera no debe ser mayor motivo de discusión pues en estas exposiciones de ideas se estaría hablando de verdades de comprensión, siendo esta compresión, dada la multiforme sabiduría de Dios, de igual forma variada, no se estaría hablando de verdades de salvación, las cuales, como ya se indicó, están claramente establecidas en la iglesia de Dios, en lo que son sus principios doctrinales, siendo éstas las mismas a lo largo de sus dos mil años.

Que el Santo Espíritu de nuestro Padre Dios que mora en cada uno guíe la comprensión de las verdades espirituales subyacente a la relatoría referida a los milagros de Jesús, avanzando de esta forma en el conocimiento de Dios y Su Hijo, para que pueda obtenerse de ello esa edificación que permita poner por obra esa fe que se dice profesar, conforma a la voluntad del Padre y para Su mayor gloria en Cristo Jesús. 2


Las bodas de Caná

Juan 2 1

Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la

madre de Jesús. 2

Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos.

3

Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino.

4

Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora.

5

Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere.

6

Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la

purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros. 7

Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba.

8

Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron.

9

Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde

era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo, 10

y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido

mucho, entonces el inferior; más tú has reservado el buen vino hasta ahora. 11

Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su

gloria; y sus discípulos creyeron en él.

El milagro que se presenta como parte de la relatoría de lo que se conoce como las bodas de Caná es el que se conoce como aquel que abre la serie de señales que Jesús haría durante su vida pública. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿qué representan las tinajas?, ¿por qué son seis?, ¿por qué de piedra?, ¿por qué verter agua en ellas?, ¿por qué llenarlas hasta arriba?, ¿qué representan los siervos que siguen las instrucciones de Jesús al respecto?, ¿por qué a cada tinaja le cabían

3


dos o tres cántaros?, ¿por qué dicha agua se transformó en vino?, ¿por qué el dicho del maestresala de “tú has reservado el buen vino hasta ahora”?

¿Qué representan las tinajas? Empecemos con las tinajas, ¿qué podrán representar?, Jeremías permite inferir de inicio que las mismas se refieren a cada persona.

Jeremías 18:1-6 1

Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo:

2

Levántate y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras.

3

Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda.

4

Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la

hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla. 5

Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

6

¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel?

dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel.

¿Por qué seis tinajas? La segunda inferencia para concluir esto, es decir, que las tinajas representan personas, es que las mismas son seis, siendo que seis es el número que identifica al hombre pues éste fue creado al sexto día

Génesis 1:26-27, 31 26

Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a

nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 27

Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y

hembra los creó. …

4


31

Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran

manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.

¿Por qué las tinajas son de piedra?, para representar la dureza del corazón humano, dureza que sólo puede ser cambiada por el Espíritu de Dios

Ezequiel 11:19-20 19

Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y

quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne, 20

para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y los

cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por Dios.

¿Por qué verter agua en las tinajas?, siguiendo el comentario anterior, esa transformación requerida para que cualquier humano venga a ser hijo de Dios solo puede ser obrada por el Espíritu de Dios, el cual está representado en el relato por agua que debe ser vertida en cada tinaja.

Juan 7:37-39 Y en el último día, el gran [día] de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz, diciendo: Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba. El que cree en mí, como ha dicho la Escritura: ``De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva." Pero Él decía esto del Espíritu, que los que habían creído en El habían de recibir; porque el Espíritu no había [sido dado] todavía, pues Jesús aún no había sido glorificado.

Isaías 44:3 Porque derramaré agua sobre la [tierra] sedienta, y torrentes sobre la tierra seca; derramaré mi Espíritu sobre tu posteridad, y mi bendición sobre tus descendientes.

5


Juan 4:14 pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna.

1 Corintios 12:13 Pues por un mismo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo cuerpo, ya judíos o griegos, ya esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber del mismo Espíritu.

¿Por qué llenar las tinajas de agua hasta arriba?, siguiendo el comentario anterior, porque se requiere que en cada uno de nosotros el Espíritu de Dios abunde.

Juan 3:34 Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medida

Efesios 3:20 Y a aquel que es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que obra en nosotros

Romanos 5:17 Porque si por la transgresión de uno, por éste reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por medio de uno, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.

2 Corintios 8:2 pues en medio de una gran prueba de aflicción, abundó su gozo, y su profunda pobreza sobreabundó en la riqueza de su liberalidad.

6


Romanos 5:20 Y la ley se introdujo para que abundara la transgresión, pero donde el pecado abundó, sobreabundó la gracia,

Salmos 36:8 Se sacian de la abundancia de tu casa, y les das a beber del río de tus delicias.

¿Qué representan los siervos que siguen las instrucciones de Jesús al respecto?, esta parte es más que interesante. Fijémonos que todo el milagro referido a las bodas de Caná lo hace Jesús, pero que en el proceso del mismo requiere de la ayuda de quienes estaban sirviendo en las bodas, ¿quiénes son esos servidores que atendiendo las instrucciones de Jesús coadyuvan a que el agua —el Espíritu de Dios— llene las tinajas —cada persona?, son aquellos puestos por el Espíritu para alimentar a los de Su Casa.

Mateo 24 45

¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su

casa para que les dé el alimento a tiempo? 46

Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle

haciendo así.

Efesios 4 11

Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros,

evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12

a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la

edificación del cuerpo de Cristo, 13

hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo

de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;

7


14

para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo

viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, 15

sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que

es la cabeza, esto es, Cristo, 16

de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las

coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.

¿Por qué a cada tinaja le cabían dos o tres cántaros?, redacción curiosa de inicio, ¿por qué?, por lo general de la misma, no dice que a cada tinaja le cabían dos cántaros o bien que a cada tinaja le cabían tres cántaros, sino que a cada tinaja le cabían dos o tres cántaros, dado que la Escritura es inspirada por Dios, ¿el Espíritu no estaba seguro cuantos cántaros le cabían a cada tinaja teniendo que inspirar el escribir que a cada una le cabían dos o tres?, claro que no, aquí la idea subyacente es la referida al testimonio.

Deuteronomio 19:15 No se levantará un solo testigo contra un hombre por cualquier iniquidad o por cualquier pecado que haya cometido; el caso será confirmado por el testimonio de dos o tres testigos.

Zacarías 4 11

Hablé más, y le dije: ¿Qué significan estos dos olivos a la derecha del

candelabro y a su izquierda? 12

Hablé aún de nuevo, y le dije: ¿Qué significan las dos ramas de olivo que

por medio de dos tubos de oro vierten de sí aceite como oro? 13

Y me respondió diciendo: ¿No sabes qué es esto? Y dije: Señor mío, no.

14

Y él dijo: Estos son los dos ungidos que están delante del Señor de toda

la tierra.

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Mateo 18:16 Mas si no te oyere, toma aún contigo uno ó dos, para que en boca de dos ó de tres testigos conste toda palabra.

Juan 8:17 Aun en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero.

2 Corintios 13:1 Ésta es la tercera vez que voy a vosotros. Por boca de dos o de tres testigos toda palabra será establecida.

Lucas 10:1 Después de estas cosas, designó el Señor también a otros setenta, y los envió de dos en dos delante de su faz, a toda ciudad y lugar a donde Él había de venir.

Hebreos 6:18 para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros.

De esta forma los dos o tres cántaros que son vaciados en cada tinaja se refieren al testimonio de la verdad, verdad contenida en la iglesia de Dios y testimonio de ella que sólo pueden dar quienes han sido constituidos por el Espíritu para ello en la misma.

1 Timoteo 3:15 te escribo para que sepas cómo debe conducirse uno en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios vivo, columna y sostén de la verdad

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Romanos 10:14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?

Romanos 10:17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.

Juntando estas tres últimas explicaciones vemos que no es dado que cada quien vaya a donde quiera y se sirva agua de donde mejor le parezca, sino que el agua es dada por los siervos siguiendo las instrucciones de Jesús, dicho de otra forma por quienes Jesús puso al frente de Su iglesia para edificación de los santos, de otra forma el resultado sería muy distinto del presentado

Efesios 4 4

un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma

esperanza de vuestra vocación; 5

un Señor, una fe, un bautismo,

6

un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.

7

Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del

don de Cristo.

¿Por qué dicha agua se transformó en vino?, El significado bíblico de vino es un símbolo de felicidad (Génesis 14:18), consuelo (Proverbios 31:6), medicina (1 Timoteo 5:23) y abundancia (Proverbios 3:10), además representa al Espíritu Santo (Efesios 5:18) y la participación de la naturaleza del Hijo de Dios por medio de la reconciliación obtenida por su sacrificio redentor (Lucas 22:10-20). ¿Por qué la narración concluye con el dicho del maestresala de “tú has reservado el buen vino hasta ahora”? Porque todo lo contenido en lo que se conoce como el Antiguo Testamento no era sino sombras de lo venidero (Hebreos 10:1; 10


Colosenses 2:17) siendo Jesús el cumplimiento, la plenitud de aquello (Romanos 10:4), “todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; más tú has reservado el buen vino hasta ahora” hace referencia a esos dos momentos consignados en la Palabra como el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, siendo que el primero, como sombra de lo venidero, solo prefiguró la plenitud de la revelación que en Jesús y por Jesús vendría y tendría cumplimiento, siendo así que el mejor vino empezaría con su venida.

De esta forma, a través de la relatoría referida a las bodas de Caná, tenemos el mensaje de que en este período de gracia, donde el sacrificio redentor de Jesús nos ha traído reconciliación con el Padre, cada uno de nosotros debemos ser llenos del Espíritu de Dios a través de la verdad contenida en Su iglesia hasta llegar a ser transformados a imagen de Jesús reflejando en nosotros el carácter perfecto y santo del Padre.

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La curación milagrosa del hijo del noble

Juan 4 46

Vino, pues, Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el

agua en vino. Y había en Capernaum un oficial del rey, cuyo hijo estaba enfermo. 47

Este, cuando oyó que Jesús había llegado de Judea a Galilea, vino a él y

le rogó que descendiese y sanase a su hijo, que estaba a punto de morir. 48

Entonces Jesús le dijo: Si no viereis señales y prodigios, no creeréis.

49

El oficial del rey le dijo: Señor, desciende antes que mi hijo muera.

50

Jesús le dijo: Ve, tu hijo vive. Y el hombre creyó la palabra que Jesús le

dijo, y se fue. 51

Cuando ya él descendía, sus siervos salieron a recibirle, y le dieron

nuevas, diciendo: Tu hijo vive. 52

Entonces él les preguntó a qué hora había comenzado a estar mejor. Y le

dijeron: Ayer a las siete le dejó la fiebre. 53

El padre entonces entendió que aquella era la hora en que Jesús le había

dicho: Tu hijo vive; y creyó él con toda su casa. 54

Esta segunda señal hizo Jesús, cuando fue de Judea a Galilea.

El milagro que relata Juan y que según sus propias palabras fue el segundo que Jesús hizo, es un milagro referido a la sanación del hijo de un noble el cual estaba enfermo. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿qué representa ese oficial del rey?, ¿qué significa que su hijo estuviera enfermo?, ¿qué implicación hay en que Jesús fuera de Judea a Galilea?, ¿por qué esa frase de Jesús ante la solicitud de sanidad por parte del oficial del rey que parece no tener relación alguna con lo relatado: “Si no viereis señales y prodigios, no creeréis”?, ¿qué significa la frase del oficial del rey “desciende antes que mi hijo muera”?, ¿qué implica el dicho de Jesús al oficial del rey en el sentido de “Ve, tu hijo vive”?, ¿qué significa que el 12


oficial del rey se fue?, ¿por qué específicamente se señala que a las siete la fiebre había dejado al hijo?, ¿qué implica que como resultado de este milagro el oficial del rey y toda su casa creyó?

¿Qué representa el oficial del rey mencionado en el relato así como su hijo? Dios es rey (Salmos 146:10; 47:8; Salmos 93:1), en sentido estricto Jesús en el príncipe (Isaías 9:6), más sin embargo de manera práctica, ya que Jesús actúa en nombre y con la autoridad del Padre se le denomina de igual forma rey (Juan 18:37; Timoteo 6:15; Revelación 17:14), con todo y todo en este relato el que viene a Jesús es presentado como un oficial del rey, es decir, alguien puesto por el rey pero que no es su heredero, el príncipe llamado a reinar, sino un oficial. Ahora bien los oficiales de los reyes estaban para cuidar el orden y sancionar las infracciones al mismo. En ese sentido, si se considera al rey como Dios y si el oficial del rey no es el hijo el cual es Jesús, ¿qué podrá ser?, considerando que ha sido puesto por Dios, el rey, sobre su hijo, no Jesús quien es el príncipe llamado a reinar, sino otro hijo, ¿y qué otro hijo tiene Dios?, su pueblo: “y dirás á Faraón: Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito” (Éxodo 4:22), de esta forma si ese hijo enfermo mencionado en el relato es el pueblo de Dios, ¿qué dispuso Dios sobre su pueblo para cuidar el orden y sancionar las infracciones al mismo?, la Ley de Dios.

De esta forma se entiende por qué se menciona de igual forma que ese hijo enfermo es hijo del oficial del rey ya que la Ley, como tutora del pueblo de Dios, actuaba en su momento en nombre del padre del mismo, “de manera que la Ley ha venido a ser nuestro tutor para conducirnos a Cristo, a fin de que seamos justificados por la fe” (Gálatas 3:24).

¿Qué significa que el hijo del oficial estuviera enfermo?, considerando lo dicho anteriormente el relato va adquiriendo mayor entendimiento ya que el oficial del rey lo único que podía hacer, no era dar vida, sino solo señalar la condición enferma del hijo, condición que apuntaba a su muerte, lo cual es coherente con la 13


función de la Ley: “ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado” (Romanos 3:20), de esta forma, el oficial del rey, la Ley de Dios, señalaba lo que era una realidad, el estado del pueblo estando por morir sin la posibilidad de que ésta pudiera hacer nada, salvo acudir con quien sí podía hacer algo: Jesús: “porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne” (Romanos 8:3).

¿Qué implicación hay en que Jesús fuera de Judea a Galilea?, dada la manera en que se va a desarrollar el relato y las conclusiones del mismo, el que Jesús fuera de Judea a Galilea adquiere relevancia ya que, como se sabe, Galilea era una tierra considerada tierra de gentiles (Isaías 9:1; Mateo 4:15), así que lo que va a suceder tiene relación con este hecho, el cual se retomará más delante.

¿Por qué esa frase de Jesús ante la solicitud de sanidad por parte del oficial del rey: “Si no viereis señales y prodigios, no creeréis”? Si uno se atiene al relato, esta frase de Jesús parecería no tener relación pues nadie le está pidiendo señales para creer en Él, como en otras ocasiones los dirigentes religiosos lo harán, de hecho si uno se atiene al relato el que el oficial vaya a pedirle que sane a su hijo implicaría que sí tiene fe, que sí cree en Jesús, ¿si no como acercarse a Él para pedirle sane a su hijo?, así que esa frase debe tener un significado ulterior.

Para entender el sentido de esta frase dada por Jesús debe verse como la misma es dicha a la mitad del relato, precisamente antes de que Jesús de sanidad, vida, al hijo enfermo, con todo y todo ¿quiénes eran los que constantemente le pedían a Jesús señales para creer?, como ya se comentó anteriormente, los líderes religiosos de su tiempo (Mateo 12:38; 16:1), luego entonces ese dicho de Jesús, a la mitad del relato, actúa como parteaguas entre el hijo que está muerto y la nueva condición del hijo que posteriormente se verá vuelto a la vida, hijo vuelto a la vida

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cuya identidad se verá más delante y se entenderá el porqué de esta frase que divide esos dos momentos y esas dos condiciones del hijo del oficial del rey. ¿Qué significa la frase del oficial del rey “desciende antes que mi hijo muera”?, ya se vio que el hijo enfermo, a punto de morir, del relato es el pueblo de Dios, de igual forma el oficial del rey que señala la condición moribunda del mismo es la Ley de Dios, con esto la frase “desciende antes que mi hijo muera” adquiere relevancia ya que señala al descenso del cielo que hizo el Hijo de Dios para traer redención a Su pueblo (Juan 6:51-58). ¿Qué implica el dicho de Jesús al oficial del rey en el sentido de “ve, tu hijo vive”?, la frase “ve, tu hijo vive” tiene una clara indicación en la sanidad del hijo del oficial, cuyas identidades ya se comentaron, lo interesante es que la frase no es en el sentido de que el hijo ha sido sanado, ya que solo estaba enfermo según el relato, sino que la vida había vuelto a él, de esta forma dos condiciones hay en ese hijo, la previa a la sanación donde está enfermo a punto de morir y la otra después de la sanación donde la salud, la vida ha vuelto a él, siendo que, como se comentó en el punto anterior, el descenso de Jesús es lo que logra esto al redimir a Su pueblo ante el Padre con su sacrificio redentor. De esta forma este hijo que ahora vive es ese pueblo de Dios que ha sido redimido por la sangre de Cristo.

En este punto hay que aclarar que el hijo, tal como se comentó, se refiere al pueblo de Dios pero en dos momentos y con dos condiciones, el previo a la sanación es el pueblo histórico de Israel, mientras que en el momento posterior a la sanación, el pueblo representa a la iglesia de Dios donde gentiles tienen cabida, por eso, y ahora se entiende, el hecho de que Jesús fuera de Judea, referencia directa al pueblo histórico de Israel, a Galilea, referencia directa a los gentiles que serían injertados como parte del pueblo de Dios (Romanos 11:11-24), con todo y todo ambos son pueblo de Dios (Efesios 2:14) y para efectos del relato presentan la historia de la salvación en dos momentos, es por eso la frase de Jesús a la mitad del relato “si no viereis señales y prodigios, no creeréis” ya que refiere a las 15


dos condiciones de su pueblo en esos dos momentos mencionados: previo a la salvación, con el pueblo histórico de Israel donde pedían señales para creer, y el posterior a la salvación, con la iglesia de Dios, la cual en esa nueva etapa ya camina por fe, no por vista (2 Corintios 5:7).

¿Qué significa que el oficial del rey se fue? De todo el relato tal vez esta sea la parte más impactante, la más reveladora, ya que, como ya se comentó, si este oficial del rey representa a la Ley de Dios, es interesante que el relato no señala que el oficial ya no tuvo injerencia en la vida del hijo, sino que se fue y siguió con él cumpliendo sus funciones, ¿por qué se dice que esta parte tal vez sea la parte más impactante, la más reveladora?, ¡porque implica que después del sacrificio redentor de Jesús la Ley de Dios siguió teniendo validez y vigencia para Su Pueblo!, postura que el mundo rechaza señalando la abrogación de dicha Ley pero que la Escritura señala la vigencia por siempre y para siempre de ésta.

¿Por qué específicamente se señala que a las siete la fiebre había dejado al hijo? El simbolismo del número siete indicado, además del entendimiento material, contenido en el relato, y espiritual, comentado a lo largo de esta exposición de ideas, apunta a la restauración plena del pueblo de Dios la cual está representada por las fiestas santas de Dios: las cuatro primeras ya realizadas: Pascua, Panes sin levadura, Primicias, Pentecostés, y las tres restantes por realizarse: Trompetas, Expiación y Tabernáculos1.

¿Qué implica que como resultado de este milagro el oficial del rey y toda su casa creyó? Si se considera que según la Escritura “cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa”, puede entenderse como es que esta expresión de fe aquí contenida implica esa vida nueva que viene a través de creer en Jesús, “porque en verdad, a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva, como

1

Para un discernimiento del simbolismo de estas fiestas decretadas por Dios para su pueblo se sugiere la obra “Las Fiestas Solemnes de Jehová -El Plan de Dios con respecto a Su familia-”. Descargar gratis sin compromiso ni seguimiento en www.rocefi.com.mx, Menú Libros, Sección Ebooks Gratis, Apartado Cristianismo.

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también a ellos [el pueblo histórico de Israel]; pero la palabra que ellos oyeron no les aprovechó por no ir acompañada por la fe en los que la oyeron”, de esta forma la Ley adquiere relevancia, vida nueva, al igual que el pueblo de Dios, con la fe que es expresada en el Hijo del hombre.

De esta forma, a través de esta relatoría referida a la sanación de este hijo de este noble, tenemos el mensaje de los dos momentos referidos al pueblo de Dios: previo a la redención ganada por Jesús, donde el pueblo bajo la Ley sólo podía por medio de esta entender lo que era pecado sin poder salvarse de sus consecuencias, y posterior a la redención ganada por Jesús donde ese mismo pueblo, donde caben judíos y gentiles, ha sido vivificado por la sangre de Cristo siendo que la Ley sigue teniendo vigencia con el mismo sentido, señalar lo que es pecado, pero ahora con la esperanza de una vida eterna.

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Milagro en la piscina de Betesda

Juan 5 1 Después de estas cosas había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén. 2

Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos. 3

En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. 4

Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese. 5

Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo.

6

Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? 7

Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque

cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. 8

Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda.

9

Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era Shabbat aquel día. 10

Entonces los judíos dijeron a aquel que había sido sanado: Es Shabbat; no te es lícito llevar tu lecho. 11

Él les respondió: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda. 12

Entonces le preguntaron: ¿Quién es el que te dijo: Toma tu lecho y anda?

13

Y el que había sido sanado no sabía quién fuese, porque Jesús se había apartado de la gente que estaba en aquel lugar. 14

Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor. 18


15

El hombre se fue, y dio aviso a los judíos, que Jesús era el que le había sanado. 16

Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en Shabbat. 17

Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.

18

Por esto los judíos aún más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el Shabbat, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios.

El siguiente milagro que relata Juan, es un milagro referido a la curación de un enfermo el cual, según el relato, tenía treinta y ocho años en esa condición. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿a qué fiesta de los judíos se refiere el relato?, ¿qué significa la referencia que el estanque del relato estaba cerca de la puerta de las ovejas?, ¿qué implica que el estanque se llamase Betesda?, ¿por qué dicho estanque tenía cinco pórticos?, ¿qué significa el hecho de que un ángel descendiese de tiempo en tiempo y agitando el agua se curase el primero que ahí entrase?, ¿qué quieren decir los treinta y ocho años que el enfermo llevaba en esa condición?, ¿por qué la pregunta más que evidente hecha por Jesús al hombre enfermo de que si éste quería ser sanado?, ¿qué quieren decir las palabras de Jesús al momento de curar al hombre enfermo de “Levántate, toma tu lecho, y anda”?, ¿qué implica la reconvención hecha por los judíos al hombre sanado al decirle que por ser Shabbat éste no debería estar cargando su lecho?, ¿qué quieren decir las palabras de Jesús al volver a ver al hombre sanado de “Mira, has sido sanado; no peques más”?, ¿qué quiere decir que los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle?, qué significa la frase de Jesús de “mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo”?

19


¿A qué fiesta de los judíos se refiere el relato? Los relatos sobre la vida de Jesús contienen muchas referencias a las fiestas que el pueblo observaba referidas a aquellas que habían sido instituidas como parte del Pacto de Dios con Israel. En ocasiones no se indica la fiesta pero eso puede deducirse del contexto, por ejemplo Juan 7:1-39, menciona un evento como los comentados que tuvo como marco una fiesta, dicha fiesta, aunque no se menciona, puede deducirse que se trata la de los Tabernáculos, ¿por qué?, porque sólo eran tres las fiestas en las que Israel tenía que subir a Jerusalén: Panes sin Levadura, Pentecostés y Tabernáculos (Deuteronomio 16:16), pero de esas tres, la única que tenía un último y gran día (Juan 7:37) era la de los Tabernáculos (Levítico 23:34, 36, 39; Números 29:35). En otras ocasiones la misma Escritura declara qué fiesta se trata, por ejemplo Mateo 26:17-19, Marco 14:12-16, y Lucas 22:7-13 mencionan en sus relatos lo relativo a eventos efectuados en la Pascua. Con todo y todo, ¿puede saberse o deducirse a qué fiesta se refiere el relato de Juan 5:1-18?, la respuesta es no, no hay manera de saberlo ni por que esto sea declarado por el relato ni por que pueda deducirse del contexto del mismo, ¿entonces? El hecho de que no pueda saberse a qué fiesta se refiere el relato es muy significativo por lo demás que el mismo entrega y que a continuación se desarrollará, pero el significado primordial de esto es que se refiere simbólicamente a todas las fiestas cuyo centro en todo caso siempre es Cristo.

¿Qué significa la referencia que el estanque del relato estaba cerca de la puerta de las ovejas? Jesús se identifica a sí mismo como el buen pastor que da su vida por sus ovejas (Juan 10:11-16), en ese sentido Él vino a las ovejas perdidas de la casa de Israel (Mateo 15:24) así como también para llamar a aquellas otras ovejas que no eran de ese redil, los gentiles (Juan 10:16), en este sentido lo que en el contexto del relato acontecerá tiene este referente, como se verá a continuación. ¿Qué implica que el estanque se llamase Betesda? Betesda, ‫חסדא בית‬, significa casa de gracia. Con esto ya comienza a tener un contexto entendible el relato pues con la venida de Cristo, centro de todas las fiestas, comenzó la realización 20


de estas y el llamamiento de todas aquellas ovejas que le pertenecen. De igual forma es interesante que se tratase de un estanque, es decir, que las referencias curativas del relato giren en torno al agua que ahí había, ¿por qué se dice que es interesante? En la Escritura el agua simboliza la Palabra (Efesios 5:26), de igual forma representa la acción del Espíritu Santo (Juan 7:37-39), unidas estas dos definiciones tenemos la Palabra Viviente, Cristo, por eso en la condición para tener esas aguas que nos conviertan en Palabra Vicente es venir a Cristo: "El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva" (Juan 7:38). Ahora bien, creer en Cristo no solo es creer lo que Él es sino también creer lo que nosotros podemos ser, después de todo Él vino a salvarnos para llegar a ser eso, así que no se puede creer en Dios y Su Hijo y a la vez dudar si será capaz de lograr en nosotros lo que fue pensado desde la eternidad: ser imagen de Cristo quien es a su vez imagen del Dios invisible (Colosenses 1:15) como parte de la familia divina (Efesios 2:19).

¿Por qué dicho estanque tenía cinco pórticos? Recuérdese que esos cinco pórticos eran los accesos al estanque, quienes iban ahí a buscar curación eran los enfermos, los cinco pórticos sólo les permitían llegar al estanque y curarse, no que los pórticos pudieran hacerlo. En este sentido esos cinco pórticos representan la Ley, tano de Dios como de Moisés, contenida en los primeros cinco libros de la Escritura, lo que se conoce como Torah, ‫הָרּת‬. ‫ֹו‬ La paga del pecado es la muerte (Romanos 6:23) y la Ley precisamente lo que hace es señalar aquello que es pecado (Romanos 7:7) pero nomás, la Ley no salva, quien salva es Cristo. Luego entonces esos pórticos señalan a la Ley que por un lado da el conocimiento del pecado, sin el cual uno no puede buscar la salvación del mismo.

¿Qué significa el hecho de que un ángel descendiese de tiempo en tiempo y agitando el agua se curase el primero que ahí entrase? No puede negarse que en lo que se conoce como el Antiguo Testamento hubo hombres y mujeres de Dios que fueron ungidos por Su Espíritu como David (1 Samuel 16:12-13) o Eliseo (2 Reyes 2:13-16), pero para la gran generalidad esto no estaba disponible (Juan 21


7:38), por eso la indicación del relato respecto del ángel que descendiendo de tiempo en tiempo y agitando el agua se curase el primero que entrase al estanque, situación que cambiaría una vez Cristo ascendiera al Padre y fuese enviado el Espíritu de Verdad sobre todo aquel que aceptara Su sacrificio redentor.

¿Qué quieren decir los treinta y ocho años que el enfermo llevaba en esa condición? El relato de Éxodo presenta al pueblo de Israel vagando por el desierto cuarenta años (Números 14:33), pero específicamente desde Cades-barnea cruzar el torrente de Zered la Escritura señala que fueron treinta y ocho años (Deuteronomio 2:14), de esta forma los treinta y ocho años de padecimiento del enfermo del relato hacen referencia a ese tiempo posterior a la prevaricación de Israel y previo a la entrada en la Tierra prometida.

¿Por qué la pregunta más que evidente hecha por Jesús al hombre enfermo de que si éste quería ser sanado? Esta parte del relato entregado por Juan se nota un poco irrelevante ya que si la persona enferma se encontraba en ese estanque de curación era más que evidente que la misma buscaba curación, luego entonces ¿por qué Jesús preguntar lo evidente? La palabra para sanado se ha traducido del griego ὑγιὴς, hygiēs, que si bien puede referirse a estar saludable, es decir bien en cuerpo, también figuradamente puede referirse a ser fiel en doctrina, en otras palabras la pregunta, dado lo obvio de la condición carnal del enfermo, apunta más bien a su condición espiritual: la necesidad de ser salvo.

¿Qué quieren decir las palabras de Jesús al momento de curar al hombre enfermo de “Levántate, toma tu lecho, y anda”? Esta parte, que pareciera ser la más comprensible, es la parte nodal del relato, sobre todo por lo que presenta el mismo más delante referido al testimonio que da el hombre curado ante aquellos de su pueblo. Un lecho sólo tiene tres entendimientos: dormir en él, estar postrado mientras se convalece de una enfermedad, o bien ser el lugar donde alguien que ha muerto está postrado. Dado que el relato continua presentando al hombre sanado dando testimonio de Jesús, esto representa a los seguidores que a partir 22


de ahí durante los siglos posteriores darían el mismo testimonio ante las naciones, ¿y el lecho?, simboliza el centro de la predicación: Cristo crucificado, como señala Pablo: “Cuando fui a vosotros, hermanos, proclamándoos el testimonio de Dios, no fui con superioridad de palabra o de sabiduría, pues nada me propuse saber entre vosotros, excepto a Jesucristo, y éste crucificado” (1 Corintios 2:2) y llevando siempre en el cuerpo por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo (2 Corintios 4:10).

1 Corintios 1:18-23 18

Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los

que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. 19

Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el entendimiento de los entendidos.

20

¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el

disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? 21

Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios

mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. 22

Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría;

23

pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente

tropezadero, y para los gentiles locura

De esta forma el que el hombre sanado tome su lecho tiene una clara referencia a que el sentido de su testimonio, si: será primeramente su curación, pero en términos generales referido al fundamento del mismo en torno a los padecimientos de Cristo como nuestro salvador.

¿Qué implica la reconvención hecha por los judíos al hombre sanado al decirle que por ser Shabbat éste no debería estar cargando su lecho? Implica ese rechazo al mensaje del Evangelio, del Evangelio verdadero no el distorsionado 23


que el mundo ha seguido, que a lo largo de los siglos el testimonio de la iglesia padecería. Curiosamente, el rechazo generalizado al testimonio de la iglesia de Dios usa la misma Palabra contra ello ¡tal como los religiosos del relato!, esto se comentará de nuevo a continuación.

¿Qué quieren decir las palabras de Jesús al volver a ver al hombre sanado de “Mira, has sido sanado; no peques más”? Muy interesante entender esto en el contexto de lo hasta aquí explicado porque si bien la Ley no salva, eso no implica que una vez uno salvado la misma sea desechada, ¿por qué?, porque la Palabra claramente dice que “pecado es transgresión de la Ley” (1 Juan 3:4), por lo que parafraseando a Jesús en su admonición al enfermo sanado bien podría decirse “Mira, has sido sanado; no [violes la Ley de Dios] más”. Como se dijo anteriormente, el mundo rechaza este mensaje, a saber, que la Ley de Dios sigue vigente ¡usando la misma Escritura contra ello!, es por eso que los religiosos del tiempo de Jesús son presentados argumentando doctrinalmente algo que contravenía a la Palabra. En este punto hay que aclarar que la discusión no estriba en cuanto a la vigencia o no del cuarto mandamiento de la Ley de Dios2 sino en la comprensión defectuosa de ello que termina por invalidar la Palabra de Dios, igual que en estos dos mil años de la iglesia donde el mundo que se dice cristiano rechaza el mensaje usando la misma Palabra contra ello. ¿Qué significa la frase de Jesús de “mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo”? En el contexto del relato, considerando la realización de las fiestas que como sombras apuntaban al cumplimiento iniciado con la venida de nuestro Señor, hacen referencia al inicio del cumplimiento del Plan de Dios para con Su familia3.

2

Para una comprensión plena, tanto en extensión como en profundidad, del cuarto mandamiento de la Ley de Dios se sugiere la obra “Acuérdate del Shabat”. Descargar gratis sin compromiso ni seguimiento en www.rocefi.com.mx, Menú Libros, Sección Ebooks Gratis, Apartado Cristianismo. 3 Para un discernimiento del simbolismo de estas fiestas decretadas por Dios para su pueblo se sugiere la obra “Las Fiestas Solemnes de Jehová -El Plan de Dios con respecto a Su familia-”. Descargar gratis sin compromiso ni seguimiento en www.rocefi.com.mx, Menú Libros, Sección Ebooks Gratis, Apartado Cristianismo.

24


De esta forma, a través de esta relatoría referida a la sanación de este hombre enfermo en el estanque de Betesda, tenemos el mensaje del inicio del cumplimiento de las fiestas de Dios que simbolizan el plan de Dios para con Su familia, inicio comenzado con la primer venida de nuestro Señor y cuyo sacrificio redentor permitiría a todos los que aceptaran dicho sacrificio el acceso al Espíritu de Dios a través de la gracia, gracia que no implica deshacerse de la Ley, la cual es finalmente la que nos lleva a Cristo mediante el conocimiento de nuestro pecado, sino comenzara cumplirla ahora en el Espíritu, no para salvarnos sino porque ya somos salvos, de igual forma apunta al testimonio de la iglesia en estos dos mil años, testimonio basado en los sufrimientos y muerte de Cristo, testimonio que sería rechazado por las naciones.

25


Milagro de los peces

Lucas 5:1-11 (Mateo 4:18-22; Marcos 1:16-20) 1

Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se

agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. 2

Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores,

habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. 3

Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la

apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud. 4

Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad

vuestras redes para pescar. 5

Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado

trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. 6

Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se

rompía. 7

Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca,

para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. 8

Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate

de mí, Señor, porque soy hombre pecador. 9

Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él,

y de todos los que estaban con él, 10

y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros

de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. 11

Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron.

En la relatoría anterior, Lucas presenta el llamamiento de Pedro, Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, Mateo y Marcos agregaran al relato a Andrés, el hermano de Pedro, de ahí en fuera el reato de Lucas es el más completo, recoge lo de los 26


otros dos y además lo amplía con muchos detalles. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿qué significa que el lago del relato se llamase Genesaret?, ¿qué simbolizan las dos barcas?, ¿qué implicaciones tiene que Cristo haya entrado en una de las dos barcas?, ¿qué significa la instrucción de Cristo a Pero respecto de bogar mar adentro, y echad vuestras redes para pescar?, ¿qué significa los dichos de Pedro respecto de que toda la noche habían estado trabajando y nada habían pescado?, una vez que se da la pesca milagrosa ¿qué significa el que los de esa barca hiciesen señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles viniendo éstos y llenando ambas barcas?

¿Qué significa que el lago del relato se llamase Genesaret?, es interesante, por lo que el mismo relato irá entregando que el lugar donde ocurren los eventos se llame Genesaret, el significado de Genesaret es Jardín de las Riquezas, Jardín del Príncipe o bien Vergel Principesco, de esta forma el nombre hace referencia a un sitio de gran exuberancia que le pertenece al príncipe, en este caso el príncipe es Jesús, la exuberancia del jardín está reflejada en la pesca en abundancia cuyo significado se comentará más delante.

¿Qué simbolizan las dos barcas?, pudo haber habido una barca, tal vez incluso más de dos, después de todo era un lugar común de pesca, más sin embargo el relato señala que eran dos las barcas que había, estas dos barcas simbolizan a los dos pueblos que menciona Pablo en Efesios 2:14, el Israel histórico del Antiguo Testamento y el Israel de Dios, la iglesia de Dios, del nuevo testamento (Gálatas 6:16), siendo que ambos conforman lo que se conoce como la familia de Dios (Efesios 2:19).

¿Qué implicaciones tiene que Cristo haya entrado en una de las dos barcas?, el Israel histórico del Antiguo Testamento contó con la Palabra escrita, la Escritura, el Israel de Dios con la Palabra hecha carne, Jesús, las promesas de la Palabra 27


escrita tienen su cumplimiento con el advenimiento de la Palabra hecha carne, Jesús, el cual es cabeza de la iglesia (Efesios 1:22; 5:23; Colosenses 1:18), de esta forma el simbolismo de Cristo entrando en una de las barcas apunta a la realización de las promesas de la Palabra escrita dada al Israel histórico en el Israel de Dios, la iglesia.

¿Qué significa la instrucción de Cristo a Pero respecto de bogar mar adentro, y echad vuestras redes para pescar? Las aguas simbolizan en la Escritura pueblos, multitudes, naciones y lenguas (Revelación 17:15), de esta forma la instrucción de Cristo a Pedro, simbolizando éste último a la iglesia, apunta a la Gran Comisión de “ir por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15), en ese sentido los peces simbolizan a todos aquellos que respondiendo al llamado del Padre vienen a salvación.

¿Qué significa los dichos de Pedro respecto de que toda la noche habían estado trabajando y nada habían pescado? Jesús es la luz del mundo (Juan 8:12), hasta antes de su venida el mundo estaba en tinieblas (Isaías 9:2; Mateo 4:16), de esta forma estos dichos de Pedro apuntan a la etapa previa, antes de la venida de Cristo, donde si bien se contaba con la Palabra escrita, se requería el cumplimiento pleno de la misma en la persona de Jesús, siendo que una vez venido este el día a comenzado a despuntar dejando atrás la noche.

Una vez que se da la pesca milagrosa ¿qué significa el que los de esa barca hiciesen señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles viniendo éstos y llenando ambas barcas? Esto es muy interesante ya que apunta a un evento aún por realizarse en el futuro: cuando Israel venga a salvación y junto con la iglesia completen el plan divino respecto de la familia de Dios.

El capítulo 11 de Romanos es muy significativo en cuanto a esto último:

28


Romanos 11 1

Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera.

Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. 2

No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció…

… 7

¿Qué pues? Lo que buscaba Israel, no lo ha alcanzado; pero los

escogidos sí lo han alcanzado, y los demás fueron endurecidos; 8

como está escrito: Dios les dio espíritu de estupor, ojos con que no vean y

oídos con que no oigan, hasta el día de hoy. … 11

Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna

manera; pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos. 12

Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de

los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración? … 15

Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su

admisión, sino vida de entre los muertos? … 25

Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no

seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; 26

y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad.

27

Y este será mi pacto con ellos,

Cuando yo quite sus pecados. 28

Así que en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros;

pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres. 29

Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios. 29


30

Pues como vosotros también en otro tiempo erais desobedientes a Dios,

pero ahora habéis alcanzado misericordia por la desobediencia de ellos, 31

así también éstos ahora han sido desobedientes, para que por la

misericordia concedida a vosotros, ellos también alcancen misericordia. 32

Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de

todos. 33

¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios!

¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! 34

Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?

35

¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado?

36

Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por

los siglos. Amén.

De esta forma, a través de esta relatoría referida a esta pesca milagrosa, en el contexto del llamamiento de cuatro de sus apóstoles, se tiene la comprensión del desarrollo de plan de salvación en dos partes, la primera con el Israel histórico, el cual contó con la Palabra escrita y relativamente poco éxito entre las naciones, la segunda con el Israel de Dios, Su iglesia, con una pesca abundante entre las naciones referida a todos los elegidos que respondiendo al llamado del Padre vendría a salvación, pero de igual forma conteniendo la promesa de una ulterior restauración del Israel histórico el cual, unido al Israel de Dios, Su iglesia, conformarían lo que se conoce como la familia de Dios.

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La curación milagrosa de un endemoniado

Marcos 1:23-27 (Lucas 4:33-36) 23

Pero había en la sinagoga de ellos un hombre con espíritu inmundo, que

dio voces, 24

diciendo: ¡Ah!, ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido

para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios. 25

Pero Jesús le reprendió, diciendo: ¡Cállate, y sal de él!

26

Y el espíritu inmundo, sacudiéndole con violencia, y clamando a gran voz,

salió de él. 27

Y todos se asombraron, de tal manera que discutían entre sí, diciendo:

¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es esta, que con autoridad manda aun a los espíritus inmundos, y le obedecen?

Este milagro presentado por Marcos, el cual es retomado por Lucas, puede verse a Jesús expulsando un espíritu inmundo que tenía sometido a un hombre. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿Por qué el relato inicia señalando que Jesús fue a la sinagoga de ellos?, ¿qué representa este hombre con espíritu inmundo?, ¿qué implica que el espíritu inmundo haya señalado respecto de Jesús “¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios”?, ¿qué implica que Jesús haya reconvenido al espíritu inmundo diciendo “¡Cállate, y sal de él!?, ¿qué implica que después de la orden de Jesús “el espíritu inmundo, sacudiéndole con violencia, y clamando a gran voz, salió de él”?, ¿qué implica el asombro que embargó a todos después de presenciar este milagro?

¿Por qué el relato inicia señalando que Jesús fue a la sinagoga de ellos? Este inicio del relato debería ser más que suficiente para señalar que hay algo más en la narración de lo que la misma entrega, ¿por qué?, porque propiamente dicho no había una sinagoga “de ellos” a la que fuera Jesús sino que era su misma 31


sinagoga, como señala Lucas 4:16, en una ocasión “Jesús llegó a Nazaret, donde había sido criado, y según Su costumbre, entró en la sinagoga el día de reposo, y se levantó a leer”, de esta forma no había una sinagoga “de ellos” sino que era la sinagoga de los Judíos siendo que siendo él judío ésa era su propia sinagoga, pero entonces ¿por qué el relato la presenta como algo ajeno a Jesús?, porque se requiere esa diferenciación para lo que se presentará a continuación, pero de inicio ¿de quién era la sinagoga?, es decir, ¿quiénes eran ellos?, obvio la respuesta es los judíos, de esta forma Jesús viene a su pueblo, pero, como se verá más delante, éstos no le reconocen, a pesar de los milagros y señales hechos, rechazándole.

¿Qué representa este hombre con espíritu inmundo? Si el señalamiento de que Jesús vino a la sinagoga “de ellos” implica que Jesús vino a su pueblo, éste hombre con espíritu inmundo representa precisamente al pueblo de Israel, pero ¿a qué espíritu inmundo se refiere esta sentencia? Dios puede enviar o permitir que ciertos espíritus vengan sobre las personas que son rebeldes, duras de cerviz: 1 Samuel 16:14-23 señala respecto del Rey Saúl que por su rebeldía el “Espíritu de Jehová se apartó de Saúl, y le atormentaba un espíritu malo de parte de Jehová. Y los criados de Saúl le dijeron: He aquí ahora, un espíritu malo de parte de Dios te atormenta”, de igual forma Pablo en 2 Tesalonicenses 2:11 señala que a los inicuos “Dios les enviará un poder engañoso, para que crean en la mentira”, con todo y todo, ¿qué simboliza este espíritu inmundo en el pueblo de Israel?, simboliza esa ceguera espiritual que les impidió aceptar a Jesús como el Mesías prometido: “Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis sabios en vuestra propia opinión: que a Israel le ha acontecido un endurecimiento parcial hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles” (Romanos 11:25), “pero el entendimiento de ellos se endureció; porque hasta el día de hoy, en la lectura del antiguo pacto el mismo velo permanece sin alzarse, pues sólo en Cristo es quitado” (2 Corintios 3:13).

32


¿Qué implica que el espíritu inmundo haya señalado respecto de Jesús “¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios”? La expresión de este espíritu inmundo registrada en la Escritura, en el contexto de lo hasta ahorita explicado, simboliza esa actitud del pueblo de Israel, sobre todo en la figura de sus líderes, quienes a pesar de todos los milagros y señales de Jesús (Mateo 11:20-24), a pesar de lo que la Palabra señalaba respecto del Mesías (Juan 5:39), lo rechazaron. Cuando Nicodemo va a visitar a Jesús ¿qué es lo que le dice?, “sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer las señales que tú haces si Dios no está con él” (Juan 3:2), con todo y todo lo rechazaron (Lucas 19:42). Esta parte del relato señala al pueblo de Israel rechazando a su Mesías en su primer venida, pero la historia no termina ahí. ¿Qué implica que Jesús haya reconvenido al espíritu inmundo diciendo “¡Cállate, y sal de él!”? Esta segunda interacción de Jesús con el hombre con espíritu inmundo tiene su referente a Cristo pero en su segunda venida dónde éste callará a aquellos, es decir, silenciara todas esas doctrinas, tradiciones e ideas que les impiden acceder al verdadero conocimiento (Marcos 7:9-13). ¿Qué implica que después de la orden de Jesús “el espíritu inmundo, sacudiéndole con violencia, y clamando a gran voz, salió de él”? Relacionado con lo comentado anteriormente, será ese momento en que la anterior ofuscación espiritual sea retirada permitiendo a Israel acceder a la verdad plena: “Y destruirá en este monte la cobertura que cubre todos los pueblos, el velo que está extendido sobre todas las naciones” (Isaías 25:7).

¿Qué implica el asombro que embargó a todos después de presenciar este milagro? Implica ese reconocimiento de la excelsa magnificencia de Dios en cuanto al proceso que la historia de la salvación, incluyendo lo anteriormente comentado, ha tenido lugar: “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus 33


caminos!” (Romanos 11:33), “porque si su exclusión [de Israel] es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos?” (Romanos 11:15).

De esta forma, a través de esta relatoría referida a la curación de este hombre poseído por un espíritu inmundo, puede verse el panorama de la historia de la salvación referida al papel del pueblo de Israel en los dos momentos de interacción con el Mesías: un primer momento donde, a pesar de las señales y milagros hechos por Jesús, a pesar de lo que la Escritura señalaba de Él, el pueblo de Israel lo rechaza cegado en su entendimiento; y un segundo momento donde al regreso de Jesús el velo que cubre el entendimiento de Israel es retirado siendo su reivindicación motivo de gloria para ellos y para todas las naciones. .

34


La curación milagrosa de la suegra de Pedro

Mateo 8:14-15 (Lucas 4:38-39) 14

Vino Jesús a casa de Pedro, y vio a la suegra de éste postrada en cama,

con fiebre. 15

Y tocó su mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó, y les servía.

Mateo al igual que Lucas nos presentas una breve relatoría que gira en torno a la curación de un pariente, político pero pariente al fin, de uno de los apóstoles, Pedro; en dicha relatoría Jesús cura a la suegra de Pedro la cual se encontraba en cama con fiebre. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿qué implica que Jesús hubiese ido a la casa de Pedro?, ¿a quién o qué representa la suegra de Pedro?, ¿qué quiere decir que la suegra de Pedro estuviese postrada en cama con fiebre?, ¿qué implica que Jesús la hubiese tocado en la mano?, ¿qué simboliza que una vez hecho lo anterior la fiebre hubiese dejado a la suegra de Pedro?, ¿qué quiere decir que una vez curada la suegra de Pedro ella se levantase y les sirviese?

¿Qué implica que Jesús hubiese ido a la casa de Pedro?, para responder esto se debe preguntar ¿cuál es la casa de Pedro?, naturalmente hablando es precisamente su hogar, eso es más que claro, pero espiritualmente hablando ¿cuál era la casa de Pedro?, ¡la casa de Judá! “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:11-12). De esta forma se establece desde el inicio el simbolismo de Jesús viniendo a la casa de Judá.

¿A quién o qué representa la suegra de Pedro? Para responder esto hay que ver una cuestión interesante de inicio: aunque se menciona que la mujer en cuestión es la suegra de Pedro no se menciona para nada a la esposa de Pedro, esto no quiere decir que Pedro no tuviera esposa, lo cual es más que evidente ya que no 35


tendría explicación alguna que la suegra de éste estuviera viviendo en su casa si él ya no tuviera esposa. Más sin embargo este detalle que debe tomarse en cuenta permite establecer la relación de Pedro con su suegra para ver el simbolismo de ésta. La suegra de Pedro tiene una implicación de autoridad filioparental directa en el caso de la suegra de Pedro con su esposa, pero en el caso de Pedro no existe esa relación, más sin embargo hay una similar en la figura de su madre política referida a la autoridad que ella representa, en este sentido, la suegra de Pedro representa a la Ley dada por Dios a su pueblo como parte del pacto consignado entre ambos, siendo que si la figura de suegra no es igual a la de madre, puede decirse entonces que la autoridad de ésta no es relacional sino procesal, algo similar al caso de un tutor que sin ser el padre cuida de los hijos: “De manera que la ley ha sido nuestro tutor, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuéramos justificados por la fe” (Gálatas 3:24), así que aquí la suegra de Pedro, cual tutora, simboliza la Ley.

¿Qué quiere decir que la suegra de Pedro estuviese postrada en cama con fiebre? En la Escritura el fuego tiene un carácter de juicio, dicho juicio puede ser purificador (1 Ped.4:12) o bien condenatorio (Revelación 20:8, 10, 14), en este sentido, en concordancia con lo anteriormente dicho sobre la suegra de Pedro, la fiebre implica ese juicio relativo a la Ley, ¿qué tan severa era la Ley? “cualquiera que guarda toda la ley, pero tropieza en un [punto,] se ha hecho culpable de todos” (Santiago 2:10), y Pablo escribiendo a los Gálatas señala “porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá” (Gálatas 3:10-11). De esta forma la fiebre implica ese fuego relacionado con el juicio relativo a la Ley de Dios.

¿Qué implica que Jesús la hubiese tocado en la mano? En ocasiones para comprender un pasaje escritural previamente se debe comprender otro, este es el caso para esto. Cuando Dios se la aparece a Moisés y lo envía con Faraón, le da 36


instrucciones sobre la manera en que éste deberá presentarse ante él, una de estas instrucciones le señala “Entonces Moisés respondió diciendo: He aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz; porque dirán: No te ha aparecido Jehová. Y Jehová dijo: ¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara. Él le dijo: Échala en tierra. Y él la echó en tierra, y se hizo una culebra; y Moisés huía de ella. Entonces dijo Jehová a Moisés: Extiende tu mano, y tómala por la cola. Y él extendió su mano, y la tomó, y se volvió vara en su mano” (Éxodo 1:1-4). Aquí la serpiente simboliza la Ley y el brazo de Moisés tomándola simboliza al Cristo, ¿cómo puede concluirse esto?, porque entre esa cita y el versículo 9 y siguientes hay una señal que Moisés nunca hace frente a Faraón a pesar de que Dios lo instruyó en ello: “Por esto creerán que se te ha aparecido Jehová, el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob. Le dijo además Jehová: Mete ahora tu mano en tu seno. Y él metió la mano en su seno; y cuando la sacó, he aquí que su mano estaba leprosa como la nieve. Y dijo: Vuelve a meter tu mano en tu seno. Y él volvió a meter su mano en su seno; y al sacarla de nuevo del seno, he aquí que se había vuelto como la otra carne. Si aconteciere que no te creyeren ni obedecieren a la voz de la primera señal, creerán a la voz de la postrera”. En la Escritura las referencias a la mano o el brazo de Dios señalan a la figura del Mesías, ¿cómo se sabe esto?, Isaías 53:1-2 inicia de esta forma: “¿Quién ha creído a nuestro anuncio?, ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová? Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, más sin atractivo para que le deseemos”, tómese nota que Isaías comienza preguntando sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová para luego señalar de éste que no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, más sin atractivo para que le deseemos, ¿a quién se refiere?, ¡a Cristo!, de esta forma, volviendo sobre la cita de Éxodo 1:1-4 la mano que estando sana se vuelve enferma y luego vuelve a aparecer sana apunta al Cristo quien primeramente se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres (Filipenses 2:7) el cual fue “fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él, y por sus heridas hemos sido sanados” (Isaías 53:5) pero que 37


“aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvación de los que ansiosamente le esperan” (Hebreos 9:28). Con esto puede decirse, al igual que la cita de Éxodo 1:1-4, que Cristo tocando con su mano a la suegra de Pedro, la Ley de Dios, la toma como Moisés a la serpiente. ¿Qué simboliza que una vez hecho lo anterior la fiebre hubiese dejado a la suegra de Pedro?, siguiendo con la comprensión anterior y considerando de igual forma el relato de Éxodo 1:1-4, cuando Moisés vuelve a tomar la serpiente, la serpiente deja de serlo para volver a ser una vara, es decir, pierde la mortandad relacionada con su veneno para volverse un instrumento de guía y corrección en la mano de Moisés que simboliza a Cristo, de esta forma el que al tocar Cristo a la suegra de Pedro ésta deje de tener fiebre implica que los efectos perniciosos de la Ley han dejado de tener efecto en aquellos que respondiendo al llamamiento del Padre han venido a salvación en el presente siglo: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu” (Romanos 8:1-2).

¿Qué quiere decir que una vez curada la suegra de Pedro ella se levantase y les sirviese? La Ley no es mala, al contrario, es santa (Romanos 7:12) y perfecta (Santiago 1:25), pero nuestra carnalidad nos impide cumplirla en el presente siglo en perfección y santidad siendo que la justificación de la misma la tenemos por Cristo Jesús: “Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu” (Romanos 8:1-4). De esta forma la suegra de Pedro, una vez curada, al levantarse para servirles, señala a esa Ley que antes era muerte para todos, no es 38


desechada, dejada de lado, sino que la misma se vuelve en instrumento de justicia, de perfección y de santidad, es decir, en vez de condenarnos comienza a servirnos.

De esta forma, a través de esta relatoría referida a la curación de la suegra de Pedro, puede entenderse el simbolismo de la misma donde la Ley, personificada por la suegra de Pedro, en vez de ser desechada con el advenimiento de Cristo, cambia su naturaleza de juicio y condena por otra de servicio a favor de los elegidos para que alcancen perfección y santidad, todo por medio de Jesucristo.

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La curación milagrosa de muchos enfermos y enfermas

Mateo 8:16-17 (Lucas 4:40-41) 16

Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la

palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos [Lucas: y él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba, v. 40]; 17

para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El

mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.

En esta breve relatoría que presenta Mateo y es replicada por Lucas, se presenta a Jesús de manera general curando a muchos enfermos, algunos poseídos y otros con dolencias, los cuales eran sanados. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿qué implica que los enfermos no hayan venido a Jesús sino que hayan sido traídos?, ¿por qué Mateo dice que con la palabra eran sanados mientras que Lucas señala que sanaban cuando Jesús les ponía sus manos?, ¿qué implicaciones tiene la referencia de que lo señalado por la relatoría en cuestión fuese tenido como el cumplimiento de las profecías que sobre el Mesías se habían hecho?

¿Qué implica que los enfermos no hayan venido a Jesús sino que hayan sido traídos? En muchas narraciones que la Escritura presenta donde Jesús sana a enfermos, son éstos los que vienen a Él, más sin embargo en la relatoría en cuestión los enfermos son traídos a Él, ¿qué implica esto? Como se verá más delante, la acción de traer enfermos a Jesús apunta a la labor que la iglesia de Dios haría en estos últimos dos mil años: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mateo 28:1920), “y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que 40


creyere y fuere bautizado, será salvo; más el que no creyere, será condenado” (Marcos 16:15-16), “y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y vosotros sois testigos de estas cosas” (Lucas 24:46-48). Como puede verse la labor de la iglesia implicaba ir a todo el mundo a proclamar las Buenas Nuevas siendo que de ésta forma la gente que oyese se salvaría: “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!” (Romanos 10:14-15). Es por eso que en el relato en cuestión los enfermos son traídos, no vienen a Jesús de sí y por sí sino que hay quienes los traen, como se verá más delate esos que traen a aquellos son los testigos de Él que a lo largo de la historia de la iglesia de Dios estaría cumpliendo con la comisión que les fue encomendada.

¿Por qué Mateo dice que con la palabra eran sanados mientras que Lucas señala que sanaban cuando Jesús les ponía sus manos? Cuando los estudiosos de la Escritura encuentran referencias en ella a los mismos eventos pero con ligeras modificaciones tienden a explicar esto señalando que los escritores plasmaron diferentes aspectos de un mismo relato a manera de complementar el mismo, esta explicación puede tener algo de verdad pero de igual forma pone en entredicho la labor del Espíritu de Dios obrando a través de los escritores bíblicos, por otro lado, si se considera que “toda Escritura es inspirada por Dios” (2 Timoteo 3:16) no podrá menos que reconocerse y aceptarse de que, incluso considerando la fragilidad de los instrumentos humanos usados por Dios para trasmitir Su Palabra, lo plasmado en ella refleja, no lo que los escritores bíblicos percibieron sino lo que Dios quiso transmitir, en este sentido ¿por qué Mateo y Lucas disienten en cuanto a la manera en que los enfermos eran sanados por Jesús?, porque la Escritura

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busca entregar una comprensión adicional a lo literalmente plasmado en los relatos. Mateo señala que los enfermos eran curados por la Palabra, Lucas por su parte señala que eran sanados imponiéndoles Jesús las manos. Ambos relatos deben ser verdaderos, de esta forma ambas maneras de sanar por Jesús debieron ser aplicadas, pero ¿por qué un escritor bíblico resalta una mientras que otro resalta otra?, de nuevo: porque la Escritura desea atraer nuestra atención a algo que desea comprendamos: que se está refiriendo a aquellos que a través de la proclamación de las Buenas Nuevas respondan al llamamiento del Padre para venir a salvación en el presente siglo.

Mateo hace énfasis a que Cristo los sanaba con la Palabra, esta referencia apunta a la Escritura, la Palabra de Dios.

Hebreos 4:12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.

2 Timoteo 3:16-17 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.

Salmos 119:105 Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.

Salmos 119:9 ¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra.

Lucas 11:28 42


Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.

Isaías 40:8 Secase la hierba, marchitase la flor; más la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.

Salmos 18:30 En cuanto a Dios, perfecto es su camino, y acrisolada la palabra de Jehová; escudo es a todos los que en él esperan.

Mateo 4:4 El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

De esta forma el indicativo de la curación por la Palabra apunta a la Escritura, después de todo Jesús mismo señaló “yo no he hablado por mi propia cuenta, sino que el Padre mismo que me ha enviado me ha dado mandamiento sobre lo que he de decir y lo que he de hablar” (Juan 12:49).

Por su parte Lucas señala que eran sanado mediante la imposición de manos por parte de Jesús, esto es significativo pues en la Escritura las referencias a la manos o el brazo de Dios apuntan precisamente al Mesías, ¿cómo se sabe esto?, Isaías 53:1-2 inicia de esta forma: “¿Quién ha creído a nuestro anuncio?, ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová? Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, más sin atractivo para que le deseemos”, tómese nota que Isaías comienza preguntando sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová para luego señalar de éste que no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, más sin atractivo para que le deseemos, ¿a quién se refiere?, ¡a Cristo!

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Ahora bien, si se junta lo señalado por Mateo y lo señalado por Lucas puede tenerse el panorama de que los enfermos eran sanados tanto por la palabra de Jesús como por su imposición de manos, y precisamente ¿cómo son definidos aquellos que han sido hechos salvos, los santos a quienes se considera parte de la familia de Dios? “Entonces el dragón se enfureció contra la mujer, y salió para hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús” (Revelación 12:17), “Aquí está la perseverancia de los santos que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (Revelación 14:12), en ambas cita la referencia primaria a los mandamientos de Dios apuntan a Su decálogo, pero en un sentido más amplio a toda Su Palabra, de igual forma el indicativo del testimonio de Jesús habla de la manera en que la palabra escrita es realizada en la persona de Jesús y replicada en la figura de todos sus seguidores. De esta forma lo señalado por Mateo y Lucas respecto de la manera en que los enfermos eran sanados, por la palabra de Jesús y por la imposición de Su mano, apunta a los salvos quienes en sí mismo retienen los mandamientos de Dios en particular y toda Su Palabra en general así como la realización de ésta en la vida de cada uno siendo así testigos de Cristo mismo.

¿Qué implicaciones tiene la referencia de que lo señalado por la relatoría en cuestión fuese tenido como el cumplimiento de las profecías que sobre el Mesías se habían hecho? En varias partes de la Escritura, con referencia a Jesús, muchas de sus acciones son enmarcadas dentro del cumplimiento de profecías que en la Palabra quedaron consignadas. Más allá de la aplicación literal de esto, a saber: que Cristo cumplió exactamente lo que de Él se había predicho, este cierre de la relatoría relativa a la cita en cuestión está íntimamente relacionada con lo comentado anteriormente respecto que los salvos son aquellos que en sí tienen la palabra, los mandamientos de Dios de manera particular y la Escritura de manera general, así como la realización de ello en la vida de cada uno, ¿por qué?, porque la Escritura señala claramente que “el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía” (Revelación 19:10), esta cita de manera textual implica que Jesús cumplió hasta ese momento todo lo que de Él se había escrito dando de esta 44


forma vida a la Escritura, por eso el señalamiento de que Su testimonio es el espíritu de la profecía, porque le da vida a ésta realizándola, así Cristo es la Palabra hecha carne (Juan 1:14), Cristo es la misma Escritura pero viviente, de igual forma sus seguidores deben ser imagen de Él (1 Juan 3:2) quien es a su vez imagen del Dios invisible (Colosenses 1:15) viviendo la Palabra, alimentándonos de la Palabra, llegando a ser, como Cristo, la Palabra viviente.

De esta forma, a través de esta relatoría referida de manera genérica a la curación de muchos enfermos, algunos endemoniados, otros poseídos por demonios, mediante la palabra de Jesús o la imposición de sus manos, hace referencia a los elegidos que respondiendo al llamamiento del Padre para venir a salvación en el presente siglo tienen en sí mismos tanto la Palabra escrita, la Escritura, como la Palabra hecha carne, el testimonio de Jesús, llegando ellos mismos a reflejar el carácter perfecto y santo del Padre llegando a ser imagen de Cristo quien es a su vez imagen del Dios viviente

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La curación milagrosa de un leproso

Mateo 8:1-4 (Marcos 1.40-45; Lucas 5.12-16) 1

Cuando descendió Jesús del monte, le seguía mucha gente.

2

Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres,

puedes limpiarme. 3

Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante

su lepra desapareció. 4

Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; sino ve, muéstrate al

sacerdote, y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para testimonio a ellos.

En esta relatoría que presenta Mateo, y que replican Marcos y Lucas, está una de las primeras curaciones relacionadas con una enfermedad que, aparte del sufrimiento físico, ocasionaba un sufrimiento emocional por la exclusión social que la misma implicaba: la lepra. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿qué quiere decir que Jesús descendió del monte?, ¿qué simboliza la persona que estaba enferma de lepra?, ¿por qué el leproso, en vez de pedir curación, pone en Cristo la decisión de sanarlo si es que así Él lo quiere?, ¿qué implica que Jesús hubiese extendido su mano tocándole para sanarle?, ¿por qué Jesús enfáticamente le dice que no cuente lo acontecido a nadie?, ¿por qué Jesús lo manda a que se presente con los sacerdotes dando la ofrenda que Moisés prescribió para testimonio de ellos?

¿Qué quiere decir que Jesús descendió del monte? Es más que claro que todos los relatos escriturales tienen un entendimiento literal, en este caso Jesús literalmente baja del monte, pero de igual forma hay comprensión espiritual en ello: por un lado implica el descenso que hizo Jesús para venir en nuestra

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salvación: “El que descendió, es el mismo que también subió sobre todos los cielos para llenar todas las cosas” (Efesios 4:10).

¿Qué simboliza la persona que estaba enferma de lepra? La persona del relato en efecto padecía de esta enfermedad, pero ¿qué simboliza? La cuestión de la lepra, como se comentó, era un asunto de salud pública por lo que aquellos que padecían esta enfermedad no sólo sufrían por ella en su aspecto físico sino también en su aspecto emocional pues eran excluidos de la comunidad en tanto durara su enfermedad: “Y el leproso en quien hubiere llaga llevará vestidos rasgados y su cabeza descubierta, y embozado pregonará: ¡Inmundo! ¡Inmundo! Todo el tiempo que la llaga estuviere en él, será inmundo; estará impuro, y habitará solo; fuera del campamento será su morada” (Levítico 13:45-46). Considerando esto, ¿Quiénes eran aquellos que espiritualmente estaban ajenos a las promesas del pacto? Pablo escribiendo a los gentiles les dice “recordad que en ese tiempo estabais separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel, extraños a los pactos de la promesa, sin tener esperanza, y sin Dios en el mundo”. Si había alguien que para el pueblo de Israel debía ser tratado como un leproso, ésos eran los gentiles: “Ustedes saben que no es lícito para un Judío asociarse con un extranjero o visitarlo, pero Dios me ha mostrado que a ningún hombre debo llamar impuro o inmundo” (Hechos 10:28). Un gentil era considerado inmundo, el mismo adjetivo que estaba obligado a gritar el enfermo de lepra para alertar a quienes se le acercaran en tanto durara su enfermedad. De esta forma el leproso del relato apunta a esos gentiles que vendría a salvación.

¿Por qué el leproso, en vez de pedir curación, pone en Cristo la decisión de sanarlo si es que así Él lo quiere? La comprensión anterior de que el leproso del relato apunta a esos gentiles que vendría a salvación permite entender por qué el leproso, en vez de pedir curación, pone en Cristo la decisión de sanarlo si es que así Él lo quiere: porque los gentiles estaban excluidos de las promesas, no había manera en que éstos se consideraran, como el pueblo de Israel, con algún derecho que deviniese del pacto que Dios había hecho con su pueblo, por eso que 47


a lo más que podía aspirar, en ese entendimiento, era lo que de pura misericordia se le otorgase.

¿Qué implica que Jesús hubiese extendido su mano tocándole para sanarle? Esto es significativo pues en la Escritura las referencias a la manos o el brazo de Dios apuntan precisamente al Mesías, ¿cómo se sabe esto?, Isaías 53:1-2 inicia de esta forma: “¿Quién ha creído a nuestro anuncio?, ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová? Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, más sin atractivo para que le deseemos”, tómese nota que Isaías comienza preguntando sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová para luego señalar de éste que no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, más sin atractivo para que le deseemos, ¿a quién se refiere?, ¡a Cristo! Ahora bien, lo más interesante de esto es la expresión de que Jesús extendió su brazo para tocarle, es decir, se alargó más allá de su entorno para poder llegar a quien así lo necesitaba, con lo que anteriormente se ha comenzado, apunta a es salvación que también llegaría a los gentiles: “Por esta causa yo, Pablo, prisionero de Cristo Jesús por amor de vosotros los gentiles si en verdad habéis oído de la dispensación de la gracia de Dios que me fue dada para vosotros; que por revelación me fue dado a conocer el misterio, tal como antes os escribí brevemente. En vista de lo cual, leyendo, podréis comprender mi discernimiento del misterio de Cristo, 5que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora ha sido revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu; a saber, que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, participando igualmente de la promesa en Cristo Jesús mediante el evangelio, del cual fui hecho ministro, conforme al don de la gracia de Dios que se me ha concedido según la eficacia de su poder” (Efesios 3:1-7).

¿Por qué Jesús enfáticamente le dice que no cuente lo acontecido a nadie? Esto tal vez sea una de las cuestiones más raras del relato, ¿por qué?, por tres razones: primera, si algo debían hacer los seguidores de Jesús era precisamente 48


dar testimonio, no el callarse de ello (Hechos 1:8); segunda, porque al ir con el sacerdote, como luego le indicaría Jesús, el suceso sería más que conocido (Mateo 8:4 ); y tercera, porque dicha curación sería más que visible en la comunidad lo cual generaría preguntas de ésta y respuestas del sanado; entonces ¿por qué Jesús pediría el no comentar el suceso con nadie? Esto se responde en el contexto de lo que sigue.

¿Por qué Jesús lo manda a que se presente con los sacerdotes dando la ofrenda que Moisés prescribió para testimonio de ellos? Esta es la parte que permite entender lo anterior y el señalamiento de que esto era para testimonio de aquellos apunta a no sólo creer de palabra sino a mostrar a Cristo e nuestra vida con hechos: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21), “más sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos” (Santiago 1:22), “por tanto [dijo Jesús], cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca” (Mateo 7:24), “porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los que cumplen la ley, ésos serán justificados” (Romanos 2:13).

Ahora bien, la referencia a dar la ofrenda que Moisés prescribió para testimonio de ellos no apunta, en sentido espiritual, a seguir realizando los sacrificios y prescripciones contenidas en Levítico 14:1-9, sino en sentido espiritual a mostrar al mundo la realización de lo que aquello tipificaba. La Ley era sombra de lo venidero (Hebreos 10:1), en este caso las disposiciones de Levítico 14:1-9 apuntaban a lo que en su momento Cristo realizaría.

Levítico 14:1-9 1

Y habló Jehová a Moisés, diciendo:

2

Esta será la ley para el leproso cuando se limpiare: Será traído al

sacerdote, 49


3

y éste saldrá fuera del campamento y lo examinará; y si ve que está sana

la plaga de la lepra del leproso, 4

el sacerdote mandará luego que se tomen para el que se purifica dos

avecillas vivas, limpias, y madera de cedro, grana e hisopo. 5

Y mandará el sacerdote matar una avecilla en un vaso de barro sobre

aguas corrientes. 6

Después tomará la avecilla viva, el cedro, la grana y el hisopo, y los

mojará con la avecilla viva en la sangre de la avecilla muerta sobre las aguas corrientes; 7

y rociará siete veces sobre el que se purifica de la lepra, y le declarará

limpio; y soltará la avecilla viva en el campo. 8

Y el que se purifica lavará sus vestidos, y raerá todo su pelo, y se lavará

con agua, y será limpio; y después entrará en el campamento, y morará fuera de su tienda siete días. 9

Y el séptimo día raerá todo el pelo de su cabeza, su barba y las cejas de

sus ojos y todo su pelo, y lavará sus vestidos, y lavará su cuerpo en agua, y será limpio.

La relación en esta disposición se asemeja a la contenida en Levítico 16 relacionada con el día del perdón, solo que aquí son dos avecillas y allá dos cabras, pero de igual forma uno era muerto y el otro dejado libre, la diferencia estriba en que en el caso del leproso sanado el sacrificio era individual mientras que en el día del perdón el sacrificio era comunitario, con todo y todo en ambos casos el simbolismo con Cristo era más que claro: Él es el sacrificio perfecto que trae a todos sanación, salvación (Isaías 53:5), de igual forma Él es quien carga sobre sí nuestras culpas llevándolas a dónde jamás puedan ser recordadas (Miqueas 7:19).

De esta forma, a través de esta relatoría referida a la curación del leproso, hace referencia a aquellos inmundos excluidos de las promesas divinas, los gentiles, los cuales vendría a salvación, siendo que en su vida no debían de conformarse con 50


expresar su fe sino vivirla de tal modo que esto fungiese como testimonio ante las naciones.

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La curación milagrosa de un paralítico

Mateo 9:1-8 (Marcos 2:1-12; Lucas 5:17-26) 1

Entonces, entrando Jesús en la barca, pasó al otro lado y vino a su ciudad.

2

Y sucedió que le trajeron un paralítico [Marcos: que era cargado por

cuatro, v. 3], tendido sobre una cama; [Marcos: Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico, v. 4] y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados. 3

Entonces algunos de los escribas decían dentro de sí: Este blasfema.

4

Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis mal

en vuestros corazones? 5

Porque, ¿qué es más fácil, decir: Los pecados te son perdonados, o decir:

Levántate y anda? 6

Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra

para perdonar pecados (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa. 7

Entonces él se levantó y se fue a su casa.

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Y la gente, al verlo, se maravilló y glorificó a Dios, que había dado tal

potestad a los hombres.

La relatoría que presenta Mateo y que replican con leves adecuaciones Marcos y Lucas, tiene que ver con un paralítico que es sanado por Jesús. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿a qué o a quién representa el paralítico?, ¿qué implica que era cargado por cuatro personas?, ¿qué simboliza, como añade Marcos, que como no podían acercarse a Jesús a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico?, ¿por qué la frase de Jesús de “tus pecados te son perdonados” 52


cuando casi siempre la expresión en cada milagro era referida a la curación debida?, ¿qué implica lo dicho por Jesús al paralítico una vez sanado de que se levantase, tomase su cama, y se fuera a su casa?, ¿qué o a quienes simbolizan aquellas gentes que viendo este milagro se maravilló y glorificó a Dios?

¿A qué o a quién representa el paralítico? Cada enfermedad que Jesús curaba tenía ciertas peculiaridades, algunas características que permiten entender su significado, en este caso la parálisis implica no poderse desplazar por sí mismo, no poder caminar, lo cual aún es más evidente cuando se señala que el enfermo era llevado por cuatro personas. Salmos 119:105-140 señala “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”, de esta forma todo aquel que en Israel quisiera caminar delante del Señor tenía de que asirse para ello, pero esto era imposible para el caso de los gentiles quienes no tenían la Escritura ni mucho menos eran parte de las promesas del Pacto, en este caso, y por lo que se comentará a continuación, este paralítico representa a esos gentiles que no podían caminar ante Dios.

¿Qué implica que era cargado por cuatro personas? Se está comentando que el paralítico representaba a los gentiles los cuales, sin la Escritura y sin el Pacto, no podían caminar delante de Dios, en ese sentido la redención de Jesús permite que los mismos sean injertados en ese olivo que es la familia de Dios, ahora bien ¿dónde se presenta precisamente la historia de la redención obtenida por medio de Jesús?, ¡en los cuatro Evangelios!, de esta forma estas cuatro personas que cargaban al paralítico simbolizan a los cuatro Evangelio que contienen lo necesario para llevar a toda persona a Jesús.

¿Qué simboliza, como añade Marcos, que como no podían acercarse a Jesús a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico? Si se está hablando que el paralítico representa a los gentiles y que las cuatro personas que lo cargan representan los cuatro Evangelios, entonces se está refiriendo esto al período de 53


la iglesia, entonces ¿qué significará esa abertura que se tuvo que hacer en el techo para traer al paralítico ante Jesús?

En este punto es necesario entender el concepto que entrega el diseño del Tabernáculo. El perímetro del Tabernáculo medía 1,500 codos, lo que sigue es el lugar santo que medía en volumen 2,000 codos, por último está el lugar santísimo que en volumen medía 1,000 codos. ¿Qué pueden significar estas medidas?

Aparte de las medidas en sí, hay que considerar que las mismas van apareciendo ante cualquiera que accediese al Tabernáculo en ese orden, es decir, primero se encontraría uno con el perímetro del Tabernáculo, luego con el lugar santo, y luego con el lugar santísimo. En ese orden de ideas, ¿dónde encontramos una sucesión cronológica de eventos relacionados con los números 1,500, 2,000 y 1,000? Para el estudioso de las Escrituras esto no representa mayor problema pues la historia misma de la salvación entrega de manera específica, y no sólo específica sino incluso exclusiva para evitar confusiones, esa sucesión numérica, a saber: 1,500 años relativos a la era de las leyes mosaicas, 2,000 años relativos a la era de la iglesia, y 1,000 años relativos al milenio.

No existe en toda la Escritura una sucesión cronológica de eventos relacionada de manera consecutiva con los números que el Tabernáculo entrega.

Esta comprensión, aunada al entendimiento del Arca y su contenido, que en su momento se comentó, sientan las bases para entender la simbología del Tabernáculo y las verdades subyacentes que esta entrega.

De esta forma puede comenzarse a comprender que las verdades que entrega la simbología del Tabernáculo no se refiere a algo estático, sino a algo dinámico, a

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un proceso en sí mismo, al proceso relativo a la historia de la salvación, como dice el subtítulo de la presente obra: una fotografía de la familia de Dios4.

Con esto puede entender porque fue necesario que los cuatro que cargaban al paralítico tuvieran que abrir el hecho: el período de la iglesia está dado por el Lugar Santo del Tabernáculo siendo que solo ese, además del Lugar Santísimo, estaban techados, pero aunque el Lugar Santísimo estaba techado éste representa el Milenio donde la etapa previa de la historia de la salvación se habrá cumplimentado siendo que en el periodo de la iglesia es dónde se puede dar esto. La imagen de abrir el techo para hacer descender al enfermo a Jesús apunta al período referido a la historia de la iglesia donde aquellos que fuesen a ser salvados serán llevados a formar parte de esta, simbolizado esto por el Lugar Santo, techado, que es necesario abrir para todos los elegidos. ¿Por qué la frase de Jesús de “tus pecados te son perdonados” cuando casi siempre la expresión en cada milagro era referida a la curación debida? Todo en el relato permite concluir lo dicho con anterioridad, pero esto señalado aquí lo confirma aún más. En muchas ocasiones Jesús al curar hace referencia a esa sanación: “quiero, sé sano”, “levántate y anda”, etc., pero aquí se expresa de una manera enigmática que además comienza a exacerbar los ánimos de sus detractores al sentir estos, en sus propias palabras, que se hace igual a Dios al perdonar los pecados, ¿por qué Jesús actuaría así? ¡Precisamente para hacer énfasis en la historia de la iglesia referida anteriormente dónde todo aquel que lo reconociese como su redentor y viniese a salvación sería sanado de sus dolencias, en este caso, del pecado!

¿Qué implica lo dicho por Jesús al paralítico una vez sanado de que se levantase, tomase su cama, y se fuera a su casa? Esta parte, que pareciera ser la más

4

Para un discernimiento del simbolismo del diseño del Tabernáculo se sugiere la obra “El tabernáculo de reunión -Una fotografía dinámica de la familia de Dios-”. Descargar gratis sin compromiso ni seguimiento en www.rocefi.com.mx, Menú Libros, Sección Ebooks Gratis, Apartado Cristianismo.

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comprensible, es la parte nodal del relato, sobre todo por lo que presenta el mismo más delante referido al testimonio que da el hombre curado ante aquellos de su pueblo. Un lecho sólo tiene tres entendimientos: dormir en él, estar postrado mientras se convalece de una enfermedad, o bien ser el lugar donde alguien que ha muerto está postrado. Dado que el relato continua presentando al hombre sanado dando testimonio de Jesús, esto representa a los seguidores que a partir de ahí durante los siglos posteriores darían el mismo testimonio ante las naciones, ¿y el lecho?, simboliza el centro de la predicación: Cristo crucificado, como señala Pablo: “Cuando fui a vosotros, hermanos, proclamándoos el testimonio de Dios, no fui con superioridad de palabra o de sabiduría, pues nada me propuse saber entre vosotros, excepto a Jesucristo, y éste crucificado” (1 Corintios 2:2) y llevando siempre en el cuerpo por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo (2 Corintios 4:10).

1 Corintios 1:18-23 18

Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los

que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. 19

Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el entendimiento de los entendidos.

20

¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el

disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? 21

Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios

mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. 22

Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría;

23

pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente

tropezadero, y para los gentiles locura

De esta forma el que el hombre sanado tome su lecho tiene una clara referencia a que el sentido de su testimonio, si: será primeramente su curación, pero en 56


términos generales referido al fundamento del mismo en torno a los padecimientos de Cristo como nuestro salvador.

¿Qué o a quienes simbolizan aquellas gentes que viendo este milagro se maravilló y glorificó a Dios? Aquí habla de manera general de todos aquellos que viendo las obras de Dios en Su iglesia reconocerían al Mesías y vendrían a salvación respondiendo al llamamiento del Padre.

De esta forma, a través de esta relatoría referida a esta curación, se apunta a aquellas personas que en la era de la iglesia serían salvas, siendo éstas introducidas en el Lugar Santo, representativo de dicha era, a través del mensaje contenido en los Evangelios.

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La curación milagrosa del hombre con una mano seca

Mateo 12:9-14 (Marcos 3:1-6; Lucas 6:6-11) 9

Pasando de allí, vino a la sinagoga de ellos.

10

Y he aquí había allí uno que tenía seca una mano; y preguntaron a Jesús,

para poder acusarle: ¿Es lícito sanar en Shabat? 11

Él les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si

ésta cayere en un hoyo en Shabat, no le eche mano, y la levante? 12

Pues ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es

lícito hacer el bien en los días de Shabat. 13

Entonces dijo a aquel hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue

restaurada sana como la otra. 14

Y salidos los fariseos, tuvieron consejo contra Jesús para destruirle.

En esta relatoría que nos presenta Mateo, y que replican casi textualmente Marcos y Lucas, se tiene el caso de la curación milagrosa del hombre con una mano seca. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿por qué se señala al inicio del relato que Jesús vino a la sinagoga de ellos?, ¿qué simboliza la mano seca del hombre enfermo?, ¿qué tema subyacente está detrás de la cuestión de si es lícito o no sanar en Shabat?, ¿qué simboliza la mano restaurada del hombre enfermo?

¿Por qué se señala al inicio del relato que Jesús vino a la sinagoga de ellos? Este inicio del relato debería ser más que suficiente para señalar que hay algo más en la narración de lo que la misma entrega, ¿por qué?, porque propiamente dicho no había una sinagoga “de ellos” a la que fuera Jesús sino que era su misma sinagoga, como señala Lucas 4:16, en una ocasión “Jesús llegó a Nazaret, donde había sido criado, y según Su costumbre, entró en la sinagoga el día de reposo, y se levantó a leer”, de esta forma no había una sinagoga “de ellos” sino que era la sinagoga de los Judíos siendo que siendo él judío ésa era su propia sinagoga, 58


pero entonces ¿por qué el relato la presenta como algo ajeno a Jesús?, porque se requiere esa diferenciación para lo que se presentará a continuación, pero de inicio ¿de quién era la sinagoga?, es decir, ¿quiénes eran ellos?, obvio la respuesta es los judíos, de esta forma Jesús viene a su pueblo, pero, como se verá más delante, éstos no le reconocen, a pesar de los milagros y señales hechos, rechazándole.

¿Qué simboliza la mano seca del hombre enfermo? Ya se comentó que la indicación de que Jesús fue a la sinagoga de ellos apunta en específico a los judíos, luego entonces el hombre enfermo los representa, pero ¿qué simboliza la mano seca del hombre enfermo que es sanada? La mano tiene que ver con acción, ejecución, de esta forma la misma apunta a las obras, pero en el caso de Israel sus obras estaban faltas, secas, pues a las mismas les hacía falta la fe: “Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos [el pueblo de Israel liberado de Egipto en su trayecto a la tierra prometida]; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron” (Hebreos 4:1-2).

¿Qué tema subyacente está detrás de la cuestión de si es lícito o no sanar en Shabat? Dado que la santidad del Shabat no es el asunto en cuestión la cuestión estriba más bien en la manera de entender esto ya que, como se verá a continuación, esa falta de entendimiento puede dar lugar, como en muchas ocasiones a que siguiendo doctrinas de hombres se invalide la Ley de Dios (Marcos 7:8-13).

Pero adicionalmente a lo dicho con anterioridad hay una cuestión más que interesante con este tema: “¿Es lícito sanar en Shabat?... ¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si ésta cayere en un hoyo en Shabat, no le eche mano, y la levante?... es lícito hacer el bien en los días de Shabat”. ¿Qué es lo

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interesante?, que no hay una sola indicación, ni siquiera remota, que permita inferir algún cambio en la observancia del Shabat. En Juan 7:37-39 tenemos un relato donde puede verse lo que se señala: “En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado”. Como puede verse, Juan introduce una aclaración sobre el tema que trata ya que como el mismo lo escribió alrededor del 70 d.C. bien podía, en retrospectiva, insertar algunos comentarios aclaradores. De igual forma Mateo escribió su Evangelio alrededor del año 60 d.C. por lo que bien pudo aclarar el asunto del Shabat si es que la observancia del mismo hubiese cambiado pero al respecto no hay nada en el escrito que pudiera llevar al lector a inferir eso. Por otra parte —y esto es sumamente importante— está el mismo dicho de Jesús “es lícito hacer el bien en los días de Shabat”, ya que la construcción de la sentencia implica clarificar, no que la observancia del mismo había cambiado, sino entender a cabalidad lo que la misma implicaba siendo que hacer el bien sí estaba (y está) permitido, luego entonces por deducción lógica excluyente habrá cosas que no lo estén.

De esta forma se reitera que la discusión no estribaba en cambio alguno respecto de la observancia del Shabat sino más bien en malinterpretaciones al respecto en que habían incurrido algunas autoridades religiosas de la época y si para el 60 d.C. la observancia del Shabat no había cambiado para la iglesia de Dios es lógico conlcuir que dicha norma, al igual que el resto de los mandamientos de la Ley de Dios tienen vigencia, permanencia y observancia.

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¿Qué simboliza la mano restaurada del hombre enfermo? Como ya se comentó, la mano tiene que ver con acción, ejecución, de esta forma la misma apunta a las obras, pero en el caso de Israel sus obras estaban faltas, secas, pues a las mismas les hacía falta la fe, en este sentido es Jesús quien restaura la mano seca del hombre enfermo lo cual apunta a la fe, fe en Cristo necesaria para que la buena nueva, que históricamente se le anunció al pueblo de Israel, les aprovechase.

Lo interesante de esto es que Jesús le pide de inicio algo que era imposible: que extendiese su mano. El hombre enfermo, teniendo la mano seca, no podía extenderla, pero Jesús le dice que lo haga siendo que entonces puede hacerlo. La lectura de esto es que Cristo sana, sí, que se requiere fe para ello, también, que la fe debe ir unida a la acción, de igual forma así es, pero lo más importante es que debe hacerse conforme Jesús lo indica: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” (Mateo 7:21-23).

De esta forma, a través de esta relatoría referida a la curación de este enfermo que tenía la mano seca, se apunta a aquellos judíos que creyendo en Jesús unirían a las Buenas Nuevas que históricamente se les habían proclamado la fe necesaria en Cristo para que aquello les fuera de provecho.

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La curación milagrosa del siervo del centurión

Mateo 8:5-13 (Lucas 7:1-10) 5

Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole,

6

y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente

atormentado. 7

Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré.

8

Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi

techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará. 9

Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes

soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. 10

Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo,

que ni aun en Israel he hallado tanta fe. 11

Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán

con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos; 12

más los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el

lloro y el crujir de dientes. 13

Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su

criado fue sanado en aquella misma hora.

En esta relatoría que nos presenta Mateo, y que replica Lucas, se tiene el caso de la curación milagrosa del siervo del centurión. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿qué implica que Jesús hubiese efectuado este milagro en Capernaum?, ¿a quién representa el centurión del relato y su criado?, ¿qué implica que el criado estuviese paralítico?, ¿qué significa la frase de Jesús, previa a la curación del criado enfermo, de “Yo iré y le sanaré”?, ¿qué significa la respuesta del centurión a Jesús en el sentido de “solamente di la palabra, y mi criado sanará”?, ¿a qué apunta la explicación del centurión de “Porque también yo 62


soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace”?, ¿qué implica al dicho de Jesús, en respuesta a lo anterior, de “de cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe”?, ¿qué implicaciones tiene al resto de la respuesta de Jesús en el sentido de “Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos; más los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes”, ¿qué implica el cierre del relato con el dicho de Jesús señalando al centurión “ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora”?

¿Qué implica que Jesús hubiese efectuado este milagro en Capernaum? Capernaum viene del hebreo ‫[ רַפְּ ר םֹוחָנ‬Kəfar Nāḥūm], “pueblo de Nahum”, y Nahum, ‫םֹוחָנ‬, significa "El que da consuelo", así que el significado de Capernaum es “el pueblo del que da consuelo”, sobre esto es interesante considerar que no es “el pueblo que da consuelo” sino “el pueblo del que da consuelo”, es decir, el pueblo que le pertenece a aquel que da consuelo, ahora bien ¿a qué pueblo se referirá y quien es ese que da consuelo?, para responder eso hay que entender a quién representa el centurión del relato y su criado.

¿A quién representa el centurión del relato y su criado? Un centurión era un oficial del ejército romano que contaba con mando táctico y administrativo, de esta forma el centurión señala a los pueblos gentiles, en cuanto su criado, el mismo señala a los integrantes de esos pueblos, de esta forma el centurión simboliza los pueblos gentiles, el criado simboliza a cada uno de los integrantes de dichos pueblos.

Con esto puede entonces entenderse lo relativo al nombre de Capernaum,” el pueblo del que da consuelo”: ese pueblo es el de los gentiles, el que da consuelo, como se verá más delante, es Jesús quien con su venida extiende la gracia a ellos.

63


¿Qué implica que el criado estuviese paralítico?, en este caso el estar paralítico, a diferencia de estar tullido o cojo, implica una total incapacidad de desplazarse, esta referencia, considerando de igual forma lo dicho anteriormente, señala a los pueblos gentiles, pues como dice Pablo, estos estaban hasta el advenimiento de Jesús “separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel, extraños a los pactos de la promesa, sin tener esperanza, y sin Dios en el mundo” (Efesios 2:12). De manera específica, ni contaban con la palabra pero tampoco contaban con la fe, ambas requeridas para que las Buenas Nuevas fueran de provecho (Hebreos 4:2), hecho que cambio con la venida de nuestro Señor. ¿Qué significa la frase de Jesús, previa a la curación del criado enfermo, de “Yo iré y le sanaré”?, siguiendo la comprensión que hasta ahorita se tiene, esta declaratoria apuntaba al hecho de que Jesús, Su mensaje, Su sacrificio redentor y las promesas aunadas a la gracia, alcanzarían también a los pueblos gentiles, obvio, la manera futura del indicativo de esto señalaba a lo que comenzaría más delante con la labor de la iglesia de Dios. ¿Qué significa la respuesta del centurión a Jesús en el sentido de “solamente di la palabra, y mi criado sanará”? Siguiendo con lo dicho anteriormente, implicaba el reconocimiento de que no era necesario que Jesús fuera personalmente pues la misma palabra que Él había proclamado, si llegaba a los gentiles y éstos la aceptaban, le granjearía la salvación deseada. ¿A qué apunta la explicación del centurión de “Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace”? Continuando con la idea anterior, el señalamiento del centurión de los hombres que él tienen a cargo para cumplir su voluntad apuntaba a la labor que durante dos mil años haría la iglesia de Dios cumpliendo la comisión que su Señor les confiaría: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a 64


los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán” (Marcos 16:15-18), “y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mateo 28:18-20); “entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y vosotros sois testigos de estas cosas. He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto” (Lucas 24.45-49). ¿Qué implica al dicho de Jesús, en respuesta a lo anterior, de “de cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe”? Esto confirma lo dicho anteriormente ya que la era de la iglesia se sustenta en la fe en el sacrificio redentor de Jesús: “Ustedes lo aman a pesar de no haberlo visto; y aunque no lo ven ahora, creen en él y se alegran con un gozo indescriptible y glorioso, pues están obteniendo la meta de su fe, que es su salvación” (1 Pedro 1:8-9). ¿Qué implicaciones tiene al resto de la respuesta de Jesús en el sentido de “Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos; más los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes”? Esta referencia es más que clara y señala el inicio de la era de la iglesia, como se ha comentado anteriormente, dejando de lado, temporalmente, al pueblo histórico de Israel, la parábola de los labradores malvados lo expone gráficamente.

65


Mateo 21 33

Oíd otra parábola: Hubo un hombre, padre de familia, el cual plantó una

viña, la cercó de vallado, cavó en ella un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores, y se fue lejos. 34

Y cuando se acercó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los

labradores, para que recibiesen sus frutos. 35

Mas los labradores, tomando a los siervos, a uno golpearon, a otro

mataron, y a otro apedrearon. 36

Envió de nuevo otros siervos, más que los primeros; e hicieron con ellos

de la misma manera. 37

Finalmente les envió su hijo, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo.

38

Mas los labradores, cuando vieron al hijo, dijeron entre sí: Este es el

heredero; venid, matémosle, y apoderémonos de su heredad. 39

Y tomándole, le echaron fuera de la viña, y le mataron.

40

Cuando venga, pues, el señor de la viña, ¿qué hará a aquellos

labradores? 41

Le dijeron: A los malos destruirá sin misericordia, y arrendará su viña a

otros labradores, que le paguen el fruto a su tiempo. 42

Jesús les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras:

La piedra que desecharon los edificadores, Ha venido a ser cabeza del ángulo. El Señor ha hecho esto, Y es cosa maravillosa a nuestros ojos? 43

Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será

dado a gente que produzca los frutos de él. 44

Y el que cayere sobre esta piedra será quebrantado; y sobre quien ella

cayere, le desmenuzará. 45

Y oyendo sus parábolas los principales sacerdotes y los fariseos,

entendieron que hablaba de ellos. 46

Pero al buscar cómo echarle mano, temían al pueblo, porque éste le tenía

por profeta. 66


Pablo escribiendo a los Romanos retoma este tema aclarando los puntos que pudieran prestarse a malinterpretaciones.

Romanos 11 1

Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera.

Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. 2

No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció. ¿O no

sabéis qué dice de Elías la Escritura, cómo invoca a Dios contra Israel, diciendo: 3

Señor, a tus profetas han dado muerte, y tus altares han derribado; y sólo

yo he quedado, y procuran matarme? 4

Pero ¿qué le dice la divina respuesta? Me he reservado siete mil hombres,

que no han doblado la rodilla delante de Baal. 5

Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por

gracia. 6

Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es

gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra. 7

¿Qué pues? Lo que buscaba Israel, no lo ha alcanzado; pero los

escogidos sí lo han alcanzado, y los demás fueron endurecidos; 8

como está escrito: Dios les dio espíritu de estupor, ojos con que no vean y

oídos con que no oigan, hasta el día de hoy. 9

Y David dice: Sea vuelto su convite en trampa y en red, En tropezadero y en retribución;

10

Sean oscurecidos sus ojos para que no vean,

Y agóbiales la espalda para siempre.

67


11

Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna

manera; pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos. 12

Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de

los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración? 13

Porque a vosotros hablo, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol a los

gentiles, honro mi ministerio, 14

por si en alguna manera pueda provocar a celos a los de mi sangre, y

hacer salvos a algunos de ellos. 15

Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su

admisión, sino vida de entre los muertos? 16

Si las primicias son santas, también lo es la masa restante; y si la raíz es

santa, también lo son las ramas. 17

Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo

silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo, 18

no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la

raíz, sino la raíz a ti. 19

Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado.

20

Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en

pie. No te ensoberbezcas, sino teme. 21

Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te

perdonará. 22

Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente

para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado. 23

Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues

poderoso es Dios para volverlos a injertar. 24

Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza es olivo silvestre, y

contra naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo? 68


25

Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no

seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; 26

y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad.

27

Y este será mi pacto con ellos,

Cuando yo quite sus pecados. 28

Así que en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros;

pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres. 29

Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.

30

Pues como vosotros también en otro tiempo erais desobedientes a Dios,

pero ahora habéis alcanzado misericordia por la desobediencia de ellos, 31

así también éstos ahora han sido desobedientes, para que por la

misericordia concedida a vosotros, ellos también alcancen misericordia. 32

Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de

todos. 33

¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios!

¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! 34

Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?

35

¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado?

36

Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por

los siglos. Amén. ¿Qué implica el cierre del relato con el dicho de Jesús señalando al centurión “Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora”? Es la confirmación de todo lo comprendido anteriormente. La sentencia definitiva de que tal cual las cosas se habían expuesto así sería: como creíste, te sea hecho.

De esta forma, a través de esta relatoría referida a la curación de este paralítico, siervo de este centurión romano, se apunta a los gentiles los cuales serían 69


incorporados a la familia de Dios mediante la labor de la iglesia de Dios a través de la proclamación de las Buenas Nuevas contenidas en la Palabra uniendo a ello la fe en el sacrificio redentor de Jesús

70


Milagrosa resurrección del hijo de la viuda de Naín

Lucas 7 11

Aconteció después, que él iba a la ciudad que se llama Naín, e iban con

él muchos de sus discípulos, y una gran multitud. 12

Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a

enterrar a un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad. 13

Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores.

14

Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo:

Joven, a ti te digo, levántate. 15

Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar. Y lo dio

a su madre. 16

Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se

ha levantado entre nosotros; y: Dios ha visitado a su pueblo. 17

Y se extendió la fama de él por toda Judea, y por toda la región de

alrededor.

En este relato que nos presenta Lucas se muestra una de las primeras resurrecciones que Jesús efectuó durante su ministerio: el del hijo muerto de una viuda. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿Qué implica que la ciudad donde se efectuó el milagro se llamase Naín?, ¿qué simboliza que a Jesús le acompañase muchos de sus discípulos, y una gran multitud?, ¿qué simboliza el hijo muerto así como su madre, la viuda de Naín?, ¿qué significa lo señalado en el relato respecto de la viuda con su hijo muerto cuando dice que “el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores?”, ¿qué simboliza la resurrección del hijo muerto sobre todo en cuanto a la orden de Jesús “Joven, a ti te digo, levántate” y a lo que sucede después señalado en el relato como que el joven “se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar”? 71


¿Qué implica que la ciudad donde se efectuó el milagro se llamase Naín? Naín viene del griego: Ναΐν , Naín, "deleitoso [belleza]" o "pasto [prado]", ahora bien, ¿quién es Aquel que en lugares de delicados pastos nos hace descansar?

Salmo 23 1

Jehová es mi pastor; nada me faltará.

2

En lugares de delicados pastos me hará descansar;

Junto a aguas de reposo me pastoreará. 3

Confortará mi alma;

Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. 4

Aunque ande en valle de sombra de muerte,

No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. 5

Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;

Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. 6

Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi

vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días.

Ahora bien, Cristo como la imagen del Dios invisible (Colosenses 1:15) es quien lo revela actuando en Su nombre (Mateo 11:27), por eso Él se presenta como el Buen Pastor.

Juan 10 11

Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.

12

Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las

ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. 13

Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las

ovejas. 14

Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, 72


15

así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por

las ovejas. 16

También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también

debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor. 17

Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a

tomar. 18

Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para

ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.

En este caso el nombre de Naín, prado deleitoso, apunta, y entregará comprensión relativa, al papel de Jesús como ese Buen Pastor que en lugares de delicados pastos nos hace descansar.

¿Qué simboliza que a Jesús le acompañase muchos de sus discípulos, y una gran multitud? El señalamiento de que los discípulos de Jesús, así como una gran multitud, acompañaban a Jesús, apunta a la organización de la iglesia que Él conferiría antes de partir.

Efesios 2 11

Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en

cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. 12

En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y

ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. 13

Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos,

habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. 14

Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la

pared intermedia de separación,

73


15

aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos

expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, 16

y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo

cuerpo, matando en ella las enemistades. 17

Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos,

y a los que estaban cerca; 18

porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un

mismo Espíritu al Padre. 19

Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los

santos, y miembros de la familia de Dios, 20

edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la

principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, 21

en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un

templo santo en el Señor; 22

en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de

Dios en el Espíritu.

¿Qué simboliza el hijo muerto así como su madre, la viuda de Naín? Una mujer en la Escritura simboliza una iglesia (Revelación 19:7-8; 21:9; 2 Corintio 11:2; Efesios 5:25-27), en este caso se trata de una iglesia cuyo marido está muerto. Ahora bien, en la Escritura sólo hay dos grupos de personas: el Israel histórico y los pueblos gentiles, ¿cuál de esos dos tendrá un esposo muerto? Es más que obvio que no puede ser el Israel histórico ya que, más allá de las rebeliones e infidelidades propias del pueblo, el marido de este, Dios, vive por siempre (1 Timoteo 1:17) luego entonces debe referirse a los pueblos gentiles los cuales, referidos a sus religiones, doctrinas y creencias estaban casados con dioses falsos por lo tanto muertos.

Salmo 135 74


15

Los ídolos de las naciones son plata y oro,

Obra de manos de hombres. 16

Tienen boca, y no hablan;

Tienen ojos, y no ven; 17

Tienen orejas, y no oyen;

Tampoco hay aliento en sus bocas. 18

Semejantes a ellos son los que los hacen,

Y todos los que en ellos confían.

Sobre esta iglesia, esta viuda que a partir de la proclamación del Evangelio a los gentiles vendría a desposarse con el verdadero Dios viviente, veras y verdadero, nuestro Señor la tipificó en la parábola de los labradores malvados.

Mateo 21 33

Oíd otra parábola: Hubo un hombre, padre de familia, el cual plantó una

viña, la cercó de vallado, cavó en ella un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores, y se fue lejos. 34

Y cuando se acercó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los

labradores, para que recibiesen sus frutos. 35

Mas los labradores, tomando a los siervos, a uno golpearon, a otro

mataron, y a otro apedrearon. 36

Envió de nuevo otros siervos, más que los primeros; e hicieron con ellos

de la misma manera. 37

Finalmente les envió su hijo, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo.

38

Mas los labradores, cuando vieron al hijo, dijeron entre sí: Este es el

heredero; venid, matémosle, y apoderémonos de su heredad. 39

Y tomándole, le echaron fuera de la viña, y le mataron.

40

Cuando venga, pues, el señor de la viña, ¿qué hará a aquellos

labradores? 41

Le dijeron: A los malos destruirá sin misericordia, y arrendará su viña a

otros labradores, que le paguen el fruto a su tiempo. 75


42

Jesús les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras:

La piedra que desecharon los edificadores, Ha venido a ser cabeza del ángulo. El Señor ha hecho esto, Y es cosa maravillosa a nuestros ojos? m 43

Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será

dado a gente que produzca los frutos de él. 44

Y el que cayere sobre esta piedra será quebrantado; y sobre quien ella

cayere, le desmenuzará. 45

Y oyendo sus parábolas los principales sacerdotes y los fariseos,

entendieron que hablaba de ellos.

En cuanto al hijo muerto este señala a aquellos que, estando muertos en sus pecados, alcanzarían salvación por medio del sacrificio redentor de Jesús.

Efesios 2 1

Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y

pecados, 2

en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este

mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, 3

entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los

deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. 4

Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,

5

aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con

Cristo (por gracia sois salvos), 6

y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los

lugares celestiales con Cristo Jesús,

76


7

para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia

en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. 8

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros,

pues es don de Dios; 9

no por obras, para que nadie se gloríe.

10

Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras,

las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Así, esta viuda representa a esa iglesia desposada con dioses muertos que vendría a ser desposada con el Dios viviente, iglesia que de inicio estaría conformada por aquellos de Israel que habrían de ser salvos (Hechos 2:47) pero subsecuentemente estaría mayoritariamente formada por gentiles (Hechos 18: 6). Siguiendo la comprensión hasta ahorita entregada la viuda representa esa iglesia hasta ese momento sin marido o más bien desposada con un marido muerto, dioses falsos, y el hijo muerto los integrantes de la misma sin vida aún.

¿Qué significa lo señalado en el relato respecto de la viuda con su hijo muerto cuando dice que “el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores”? Con la comprensión hasta este punto puede entenderse que esta referencia apunta a esa misericordia que Dios tuvo de aquellos pueblos que vagaban sin pastor, ajenos a las promesas (Efesios 2:12), lo interesante del relato es que a diferencia de la gran mayoría de los milagros donde quien padece pide curación, en este caso la viuda no es la que inicia el diálogo sino Cristo mismo compadeciéndose de ella, esto refleja aquello que señaló el profeta Isaías referido a los gentiles cuando señaló “Fui buscado por los que no preguntaban por mí; fui hallado por los que no me buscaban. Dije a gente que no invocaba mi nombre: Heme aquí, heme aquí” (Isaías 65:1), retomando esta cita, y confirmando con ello lo aquí señalado, Pablo escribiendo a los de Roma les dice al respecto

77


Romanos 10 1

Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por

Israel, es para salvación. 2

Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no

conforme a ciencia. 3

Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya

propia, no se han sujetado a la justicia de Dios; 4

porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.

5

Porque de la justicia que es por la ley Moisés escribe así: El hombre que

haga estas cosas, vivirá por ellas. 6

Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién

subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a Cristo); 7

o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para hacer subir a Cristo de

entre los muertos). 8

Más ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu

corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: 9

que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu

corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10

Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa

para salvación. 11

Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será

avergonzado. 12

Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es

Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; 13

porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.

14

¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo

creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? 15

¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán

hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! 78


16

Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién

ha creído a nuestro anuncio? 17

Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.

18

Pero digo: ¿No han oído? Antes bien,

Por toda la tierra ha salido la voz de ellos, Y hasta los fines de la tierra sus palabras. 19

También digo: ¿No ha conocido esto Israel? Primeramente Moisés dice:

Yo os provocaré a celos con un pueblo que no es pueblo; Con pueblo insensato os provocaré a ira. 20

E Isaías dice resueltamente:

Fui hallado de los que no me buscaban; Me manifesté a los que no preguntaban por mí. 21

Pero acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo

rebelde y contradictor.

Y respecto a que Jesús se compadeció de ella, siguiendo la misma línea de razonamiento Pedro en su primer carta corrobora lo hasta aquí señalado cuando, refiriéndose a la iglesia de Dios, señala “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia” (1 Pedro 2:9‭-10).‭‭

¿Qué significa lo señalado en el relato respecto de la viuda con su hijo muerto cuando dice que “el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores?” Con el entendimiento anterior es fácil concluir que Jesús se está acercando a Su esposa, la que sería la iglesia de Dios, para compadecerla, cuando antes no había sido compadecida, dando vida a su hijo muerto, símbolo de los integrantes de Su pueblo. Pero viendo el relato Jesús sólo le da vida al hijo muerto de la viuda lo cual simboliza, como ya se comentó anteriormente, que no será sino hasta las 79


Bodas del Cordero cuando Jesús, siguiendo el símil del novio y su novia, se despose con Su pueblo.

¿Qué simboliza la resurrección del hijo muerto sobre todo en cuanto a la orden de Jesús “Joven, a ti te digo, levántate” y a lo que sucede después señalado en el relato como que el joven “se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar”? Las dos primeras partes de la cita son claras a estas alturas: es Cristo quien da la vida y aquellos que estaban muertos en sus pecados son hechos salvos, en cuanto a la última parte de la misma, “comenzó a hablar”, se refiere a esa proclama del Evangelio que iniciaría con el tiempo de la iglesia de Dios.

De esta forma, a través de esta relatoría referida a la resurrección del hijo de la viuda de Naín, se apunta a la restauración de la relación de Dios con Su familia en la figura de Cristo y Su pueblo, restauración iniciada en la era de la iglesia, cuyos miembros hechos salvos del pecado proclamarían al mundo las verdades del Evangelio, restauración que tendrá plena realización con las Bodas del Cordero cuando Jesús, siguiendo el símil del novio y su novia, será uno con Su pueblo.

80


La curación milagrosa de un endemoniado

Mateo 12:22-37 (Mr. 3:20-30; Lc. 11:14-23) 22

Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego y mudo; y le sanó, de tal

manera que el ciego y mudo veía y hablaba. 23

Y toda la gente estaba atónita, y decía: ¿Será éste aquel Hijo de David?

24

Mas los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios sino

por Beelzebú, príncipe de los demonios. 25

Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido

contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá. 26

Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo,

pues, permanecerá su reino? 27

Y si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿por quién los echan

vuestros hijos? Por tanto, ellos serán vuestros jueces. 28

Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha

llegado a vosotros el reino de Dios. 29

Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y

saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa. 30

El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge,

desparrama. 31

Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los

hombres; más la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. 32

A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será

perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero. 33

O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el árbol malo, y su fruto

malo; porque por el fruto se conoce el árbol. 34

¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos?

Porque de la abundancia del corazón habla la boca. 81


35

El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el

hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas. 36

Más yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de

ella darán cuenta en el día del juicio. 37

Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás

condenado.

La relatoría del milagro que nos presenta Mateo, y que replican Marco y Lucas, es una de las más cortas de todos los milagros que hizo Jesús, con todo y todo a raíz de este se da una exposición de ideas por parte de Jesús ante el señalamiento de que lo que Él hace lo hace por obra del príncipe de los demonios, exposición extensa comparada con la relatoría del milagro. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿qué o a quién representa el endemoniado que estaba ciego y mudo y que una vez curado por Jesús pudo ver y hablar?, ¿a quiénes representan los fariseos que decían “este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios”?, ¿qué significa la extensa respuesta que da Jesús y que incluye diferentes analogías?, ¿qué es la blasfemia contra el Espíritu Santo que menciona Jesús y que tiene que ver con todos los ejemplos que en su respuesta Jesús presenta?

¿Qué o a quién representa el endemoniado que estaba ciego y mudo y que una vez curado por Jesús pudo ver y hablar? Estar ciego carnalmente implica no poder ver, pero a nivel espiritual implica no poder discernir las verdades reveladas. Ahora bien, ¿cómo puede hacerse esto último? La Escritura dice sobre sí misma “lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”, de igual forma Jesús hablando a los de su tiempo, y en su figura a todos los cristianos de todos los tiempos, les dijo “yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12), de esta forma el ver, espiritualmente hablando, es posible sólo gracias a la Palabra escrita y a la Palabra hecha carne. 82


Por su parte, y en consonancia con lo anterior, sólo aquel que ve puede proclamar las verdades reveladas, de hecho éste es un requisito para salvación, como dice Pablo escribiendo a los de Roma “porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación”. De esta forma este ciego y mudo representa a todos aquellos que sin la Palabra escrita y la Palabra hecha carne no pueden comprender las verdades reveladas y por lo tanto no pueden proclamarlas al mundo. ¿A quiénes representan los fariseos que decían “este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios”? Considerando lo dicho anteriormente representa a todos aquellos que no teniendo la Palabra escrita y la Palabra hecha carne carecen de comprensión espiritual y señalan a aquellos que como parte de su llamamiento proclaman las verdades reveladas a lo largo de toda la historia de la familia de Dios (2 Crónicas 36:16; Nehemías 9:26; Hechos 7:52; 1 Tesalonicenses 2:15).

¿Qué significa la extensa respuesta que da Jesús y que incluye diferentes analogías? La extensa respuesta de Jesús al señalamiento de los fariseos debería ser algo que por sí mismo llamara la atención, ¿por qué?, como se comentó por la extensión de la misma, sí, pero también por las aparentemente divergentes y repetitivas analogías que la misma incluye, pero con la comprensión anterior puede abordarse.

Lo primero que se observa es que los versículos 31 y 32, referido a la blasfemia contra el Espíritu Santo, funciona a manera de gozne dividiendo la exposición de Jesús en dos: los versículos del 25 al 30 de un lado y los del 33 al 37 por el otro lado. Esta división no es arbitraria ya que ambos grupos manejan providencialmente tres analogías y una sentencia cada uno: versículos del 25 al 30 presentan las analogías del reino dividido, de Satanás echando fuera a Satanás, del ladrón que quiere robar la casa del hombre fuerte, y la sentencia de que quien no está con Jesús está contra él; por su parte los versículos del 33 al 37 83


presentan las analogías de los arboles bueno y malo y sus frutos, del corazón cuya abundancia se refleja en lo que se habla, de los hombres bueno y malo que sacan lo mismo de su corazón, y la sentencia de que de toda palabra se dará cuenta en el juicio siendo justificado o condenado por ellas.

De manera general puede decirse que el primer grupo apunta a una división contradictoria que enfrenta dos verdades terminando por invalidarlas, por su parte el segundo grupo apunta a ese hablar que bien puede testificar las verdades reveladas o actuar en sentido contrario. Curiosamente ambos grupos están relacionados cada uno con los padecimientos del endemoniado que no podía ver ni hablar hasta que Jesús lo sanó.

Se comentó que la ceguera espiritual se da cuando no se cuenta con la Palabra escrita y con la Palabra hecha carne. Providencialmente la Escritura define a los santos como aquellos que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús (Revelación 12:17; 14:12), lo primero apunta al Antiguo Testamento cuya centro es la Ley de Dios, lo segundo al Nuevo Testamento cuyo centro es Jesús. Curiosamente los dos grupos relacionados con la iglesia de Dios pero también contrarios a esta no cumplen con este criterio: los judíos históricos sí tienen el Antiguo Testamento pero rechazan el Nuevo no aceptando a Jesús como el Mesías esperado, mientras que la gran mayoría de la cristiandad rechaza de manera práctica el Antiguo Testamento señalando la Ley de Dios como algo superado por la gracia. De esta forma las analogías contenidas en los versículos del 25 al 30 —relativas a las analogías del reino dividido, de Satanás echando fuera a Satanás, del ladrón que quiere robar la casa del hombre fuerte, y la sentencia de que quien no está con Jesús está contra él— se refieren a ambos grupos contradictorios que al carecer de esa luz que es la Palabra escrita y la Palabra echa carne no acceden a la comprensión plena de las verdades reveladas.

84


En cuanto a estar mudo, esto, como se comentó, se refiere la incapacidad de proclamar las verdades reveladas como resultado de lo anterior, de no poder ver. En consonancia con lo dicho anteriormente, sólo aquellos que poseyendo la Palabra escrita y la Palabra echa carne pueden testificar de aquellas verdades reveladas siendo que los que rechazan alguna de esas dos, señalando una división inexistente, quedan incapacitados para ello por su misma ceguera espiritual. De esta forma las analogías contenidas en los versículos del 33 al 37 —relativas a las analogías de los arboles bueno y malo y sus frutos, del corazón cuya abundancia se refleja en lo que se habla, de los hombres bueno y malo que sacan lo mismo de su corazón, y la sentencia de que de toda palabra se dará cuenta en el juicio siendo justificado o condenado por ellas— diferencia a aquellos que tienen la luz de la Palabra escrita y de la Palabra echa carne que les permite testificar de las verdades reveladas de aquellos que careciendo de lo primero no pueden hacer lo segundo.

¿Qué es la blasfemia contra el Espíritu Santo que menciona Jesús y que tiene que ver con todos los ejemplos que en su respuesta Jesús presenta? Por último, ¿qué significa eso de la blasfemia contra el Espíritu Santo y a quien va dirigida esa exhortación? Sobre esto se ha escrito mucho siendo que una opinión mayoritaria señala que la blasfemia del Espíritu Santo es adjudicar a los demonio algo cuya fuente es de Dios, esta postura se entiende pues previo a los versículos 31 y 32 que contienen lo referido pareciera que Jesús lo explica previamente con las analogías del reino dividido, de Satanás echando fuera a Satanás, del ladrón que quiere robar la casa del hombre fuerte, pero un análisis concienzudo no permite sostener esa postura, ¿por qué?, porque Satanás engaña al mundo entero, no a algunos sino a la inmensa mayoría (Revelación 12:9) de igual forma en la actualidad las naciones tienen velado el correcto entendimiento (Isaías 25:7) luego entonces ¿cómo hacerlos responsables de algo que no es su responsabilidad pero cuya carencia les impide comprender las verdades reveladas?, pero entonces, de 85


nuevo: ¿qué significa eso de la blasfemia contra el Espíritu Santo y a quien va dirigida esa exhortación? Dado que lo expuesto versículos 31 y 32, referido a la blasfemia contra el Espíritu Santo, funciona como ya se mencionó a manera de gozne dividiendo la exposición de Jesús en dos, y dado que esas dos divisiones apuntan a quienes sin contar con la Palabra escrita y la Palabra echa carne carecen de la luz para comprender las verdades reveladas estando incapacitados para testificar sobre ellas, y dado que los únicos que no caen en ninguno de los grupos es la iglesia de Dios, ¿podría lo expuesto versículos 31 y 32 lo expuesto versículos 31 y 32 ser un exhorto para ellos?

Antes de responder a lo anterior, ¿qué es la blasfemia contra el Espíritu Santo? Sobre la blasfemia contra el Espíritu Santo, Mateo en su relatoría señala “Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; más la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero”, por su parte Marcos repite casi lo mismo pero agregando información que permite comprender a qué se está refiriendo dicha sentencia: “De cierto os digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias cualesquiera que sean; pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno”. Ya se comentó porque eso de la blasfemia contra el Espíritu Santo no puede referirse, como señalan algunos, a adjudicar las acciones de Dios a obras de demonios, pero ¿entonces?, para resolver esto la cuestión estriba en dejar que la Escritura se interprete a sí misma, no en elucubrar con nuestra mente tratando de descifrar por nosotros su contenido.

Con lo anterior en mente, ¿en qué parte de la Escritura —de hecho en qué única parte de la Escritura— se señala aquello que es imperdonable?

86


Hebreos 10 26

Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el

conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, 27

sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de

devorar a los adversarios. 28

El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos

muere irremisiblemente. 29

¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de

Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?

Pensemos esto: Dios, por medio del sacrificio redentor de Su Hijo, perdona los pecados, todos no sólo algunos, a aquellos que lo aceptan como su redentor (Colosenses 1:14; Romanos 3:24; 1 Corintios 1:30; Efesios 1:7), pero una vez redimidos, su uno voluntaria y conscientemente rechaza esa dádiva que a través de la sangre derramada del Cordero nos reconcilia, ya no queda más que hacer sino que lo que espera es condenación, de hecho esto es providencialmente presentado en la redacción anterior de tal forma que permite entenderlo en el contexto de la blasfemia contra el Espíritu Santo: “¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?” (versículo 29).

Claramente lo expuesto en Hebreos 10 habla de esa afrenta, esa blasfemia, contra el Espíritu Santo, como el rechazo voluntario y consiente de la redención que se ha obtenido, luego entonces, y dado que esto último sólo aplica a los elegidos que respondiendo al llamamiento del Padre para venir a salvación en el presente siglo, ese exhorto es para la iglesia de Dios, siendo que lo mencionado por Mateo en los versículos 31 y 32, referidos a la blasfemia contra el Espíritu Santo, que se mencionó funciona como gozne, es un exhorto a la iglesia de Dios para que no se deslice ni a izquierda ni a derecha, es decir, ni hacia un grupo ni 87


hacia otro, sino que retenga la Palabra escrita, el Antiguo Testamento cuyo centro es la Ley de Dios, y la Palabra echa carne, el Nuevo Testamento cuyo centro es Jesús, para no exponerse a ser reos de condenación al rechazar la salvación que se les ha otorgado.

De esta forma, a través de esta relatoría referida a este endemoniado ciego y mudo que es curado por Jesús, se refiere a aquellos que, no teniendo la luz que emana de la Palabra escrita y de la Palabra echa carne, no pueden testificar de las verdades reveladas, pero de igual forma exhorta a la iglesia de Dios a estar vigilante para no inclinarse ni a uno ni a otro grupo corriendo el riesgo de perder la salvación que se le ha otorgado.

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Cristo milagrosamente calma la tormenta

Mateo 8:24-27 (Marcos 4:37-41; Lucas 8:23-25) 24

Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las

olas cubrían la barca; pero él dormía. 25

Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos,

que perecemos! 26

Él les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces,

levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. 27

Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun

los vientos y el mar le obedecen?

En la relatoría que presenta Mateo y que replican Marcos y Lucas, se muestra a Jesús calmando la tempestad mientras Él con sus discípulos cruzaban la mar. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿qué representa la tempestad en la mar?, ¿qué simboliza la barca?, ¿qué implica que Jesús durmiese?, ¿qué simboliza el que los discípulos le dijeran a Jesús “¡Señor, sálvanos, que perecemos!”?, ¿por qué Jesús reconvino a sus discípulos llamándolos hombres de poca fe?, ¿qué implica que Jesús, después de reconvenir a sus discípulos, se levantó, reprendió a los vientos y al mar y se hizo grande bonanza?

¿Qué representa la tempestad en la mar? Las aguas en la Escritura, referidas a la humanidad, representan pueblos y muchedumbres y naciones y lenguas (Revelación 17:15), en el caso de aguas embravecidas éstas representan conflictos, guerras, enfrentamientos, confrontaciones (Salmos 124:5; Daniel 7:2; Revelación 7:1), en cierta forma esa tempestad en el mar representa la historia humana misma.

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¿Qué simboliza la barca? Si el mar embravecido representa la historia humana cargada de conflictos, guerras, enfrentamientos, confrontaciones, ¿qué representara la barca?, es más que evidente algo que si bien está en la mar no es parte de la misma y que lleva en ella un grupo particular de personas, ¿qué personas aunque están en el mundo no son parte de Él? ¡la iglesia de Dios!: “Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad” (Juan 17:14-17), “si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. Mas todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado” (Juan 15:18-21); “no améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Juan 2:15-17). Así la barca representa a la iglesia de Dios, simbolismo refrendado por el hecho de que representando a esa iglesia en la barca van los discípulos de Cristo (Efesios 4:11-16; Efesios 2:19-20). Esa iglesia es humana, representado esto por la barca de madera, símbolo esto último de los hombres (Marcos 8:24), pero en su interior lleva a Cristo.

¿Qué implica que Jesús durmiese? Dormir en la Escritura simboliza la muerte (Salmos 90:3-6; Job 7:21; Salmos 13:3; Daniel 12:2; Mateo 9:24), de esta forma hay un mensaje muy fuerte, claro y evidente referenciado a la muerte de Jesús, ¿pero qué mensaje es ese?

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¿Qué simboliza el que los discípulos le dijeran a Jesús “¡Señor, sálvanos, que perecemos!”? La palabra “sálvanos” en esta cita permite responder la pregunta anterior y le da sentido a toda la relatoría ya que la misma, espiritualmente hablando, apunta precisamente a la salvación, ¿y cómo se obtiene esta salvación?, ¡acudiendo a Jesús por ella como hicieron en la relatoría los discípulos!, de esta forma la comprensión hasta aquí implica a aquellos que de entre las naciones son elegidos por el Padre (Juan 6:44) para venir a salvación en el presente siglo respondiendo a ese llamado aceptando a Jesús como su Señor y Salvador.

¿Por qué Jesús reconvino a sus discípulos llamándolos hombres de poca fe? Esta expresión pareciera no tener sentido ya que si los discípulos acudieron a Jesús es porque creían que Él podía hacer algo, entonces ¿Por qué llamarlos hombres de poca fe?, para evidenciar la miseria humana, miseria de dónde el Padre llamó a los elegidos: “Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia. Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor” (1 Corintios 1:26-31).

¿Qué implica que Jesús, después de reconvenir a sus discípulos, se levantó, reprendió a los vientos y al mar y se hizo grande bonanza? Con la comprensión adquirida hasta aquí es fácil entender que ese levantarse habla de la resurrección de Jesús “al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella” (Hechos 2:24), a quien se la ha dado toda potestad en el cielo y en la tierra (Mateo 28:18), siendo que dese esta era esos seguidores disfrutan de los frutos del Espíritu (Gálatas. 5:22-23) con la promesa 91


de que en el siglo venidero sean con Cristo reyes y sacerdotes (Revelación 1:6, 5:10).

De esta forma, a través de esta relatoría referida a la tempestad que fue calmada por Jesús, la misma se refiere al papel de la iglesia de Dios en estos dos mil años donde todos aquellos elegidos que del mundo respondan al llamamiento del Padre para venir a salvación en el presente siglo y acudan a Jesús aceptándolo como su Señor y Salvador, se hacen merecedores de las promesas disfrutando desde esta era de los frutos del Espíritu y en el siglo venidero de ser parte de la familia de Dios.

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Jesús cura a los endemoniados gadarenos

Mateo 8:28-34 (Marcos 5:1-15; Lucas 8:27-35) 28

Cuando llegó a la otra orilla, a la tierra de los gadarenos, vinieron a su

encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, feroces en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino [Les ataban con cadenas pero éstos las rompían [Marcos: vv. 3 y 4; Lucas: v.29). 29

Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios?

¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo? 30

Estaba paciendo lejos de ellos un hato de muchos cerdos.

31

Y los demonios le rogaron diciendo: Si nos echas fuera, permítenos ir a

aquel hato de cerdos. 32

Él les dijo: Id. Y ellos salieron, y se fueron a aquel hato de cerdos

[Marcos: los cuales eran como dos mil, v.2]; y he aquí, todo el hato de cerdos se precipitó en el mar por un despeñadero, y perecieron en las aguas. 33

Y los que los apacentaban huyeron, y viniendo a la ciudad, contaron

todas las cosas, y lo que había pasado con los endemoniados. 34

Y toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y cuando le vieron, le

rogaron que se fuera de sus contornos.

La relatoría que nos presenta Mateo, y que repiten Marcos y Lucas agregando más detalles, muestra a Jesús sanando a dos hombres que estaban poseídos por espíritus inmundos. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿qué simboliza que el milagro se realizase en la tierra de los gadarenos?, ¿qué representan esos dos endemoniados que salían de los sepulcros?, ¿por qué los demonios que poseían a los hombres le preguntaron a Jesús si éste había venido atormentarlos antes de tiempo?, ¿qué representan los dos mil cerdos a los cuales fueron los demonios mismos que luego se precipitaron a las aguas desapareciendo?, ¿qué implica que 93


después de esto toda la ciudad haya salido al encuentro de Jesús rogándole que se fuera de sus contornos?

¿Qué simboliza que el milagro se realizase en la tierra de los gadarenos? Gadara era una ciudad griega que pertenecía a la Decápolis la cual estaba a unos 9.5 km al sudeste del Mar de Galilea, su nombre viene del griego Γαδαρηνός, gadarnós, "rodeado [encerrado entre paredes]", de esta forma el entendimiento del milagro implica que éste iba a tener realce en tierra gentil y que por el significado del nombre de la región implicaba ir a quienes estaban encerrados entre paredes, cautivos.

¿Qué representan esos dos endemoniados que salían de los sepulcros? La mayor parte de los milagros mostrados por los diferentes escritores de los Evangelios, son mayormente concordantes, en ocasiones algún escritor bíblico agrega información adicional, detalles que permiten entender lo que la misma Palabra presenta, pero en el caso de este milagro referido a la curación de los endemoniados gadarenos se tiene el problema de lo que aparentemente es una contradicción ya que Mateo señala específica y claramente que se trata de dos hombre con espíritu inmundo (v. 28) mientras que Marcos (v. 2) y Lucas (v. 27) señalan que se trataba de uno, ¿cómo entender esto?

En realidad no hay contradicción, como se comentará a continuación, pero este detalle de inicio debería llamar la atención para comprender que hay un entendimiento subyacente en el relato.

Pero bueno, ¿se trataba de dos endemoniados o de uno?, en realidad se trataba de dos endemoniados, ¿pero entonces por qué Marcos y Lucas señalan a uno?, porque Marcos y Lucas, cada uno, se enfoca en uno de esos dos endemoniados, mientras que Mateo habla de los dos.

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La redacción de Marcos y Lucas son casi iguales, incluso en los detalles que adicionalmente al relato de Mateo agregan, pero hay un detalle sutil que permite diferenciar a cada uno de los hombres a los cuales aquellos escritores se refieren: los dos, Marcos y Lucas, señalan que el endemoniado al que hacen referencia vivía en los sepulcros y que aunque se le ataba éste se liberaba de sus ataduras, pero —esto es importante considerarlo— Lucas agrega tres cuestiones adicionales que ni Mateo ni Marcos señalan: su endemoniado no vestía ropa (v. 27), no moraba en casa (v.27) y era impelido por el demonio a los desiertos (v. 29), de aquí puede deducirse que el endemoniado mencionado por Marcos es otro diferente al mencionado por Lucas siendo que esos dos endemoniados son lo que de manera conjunta menciona Mateo, en ese entendido, ¿en qué parte de la Escritura se menciona de algo representado por dos, los cuales son liberados, y de igual forma presentados como si fueran uno sólo?

Efesios 2 11

Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en

cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. 12

En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y

ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. 13

Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos,

habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. 14

Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la

pared intermedia de separación, 15

aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos

expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, 16

y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo

cuerpo, matando en ella las enemistades.

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De esta forma estos dos endemoniados representan al pueblo de Dios formado, en la era del Evangelio, por los rescatados del Israel histórico, el pueblo de Israel y los rescatados del Israel de Dios, la iglesia. Ambos estaban en cadenas, unos con la ley y otros sin la ley, pero encadenados; “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado para llevar la buena noticia a los pobres; me ha enviado a anunciar libertad a los presos” (Lucas 4:18).

En cuanto a andar en los sepulcros implica ese caminar donde no hay vida, siendo que la vida es dada por Jesús (Juan 14:6), sobre esto es providencialmente curioso que el capítulo de Efesios 2, mencionado anteriormente, inicie señalando “él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados” (v.1), de esta forma ese andar entre sepulcros implica esa vida entre los pecados que sólo traían muerte y desolación.

¿Y lo dicho por Lucas en el sentido de que su endemoniado no vestía ropa (v. 27), no moraba en casa (v.27) y era impelido por el demonio a los desiertos (v. 29)?, esto nos confirma aún más que la identidad del hombre al que él se refiere es la de los gentiles. Como se mencionó, ambos pueblos, Israel y los gentiles, estaban entre cadenas, viviendo entre la muerte, pero loa gentiles estaban aún en más desventaja ya que, como escribe Pablo a los Romanos “a [los israelitas] pertenece la adopción como hijos, y la gloria, los pactos, la promulgación de la ley, el culto y las promesas, de quienes son los patriarcas, y de quienes, según la carne, procede el Cristo, el cual está sobre todas las cosas, Dios bendito por los siglos” (Romanos 9:4), pero en el caso de los gentiles éstos estaban sin nada, completamente desnudos, no moraban en casa estando “alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo” (Efesios 2:12), y vivían en el desierto, el mundo donde no había nada del agua viva referida a las verdades reveladas (Juan 4:13-14).

De esta forma el endemoniado de Marcos representa a aquellos que del Israel histórico habrían de aceptar las Buenas Nuevas, mientras que el endemoniado de 96


Lucas representa a los gentiles que en su momento serían injertados en el olivo (Romanos 11:11-35), olivo que representa a la familia de Dios con las ramas naturales, el Israel histórico, y las ramas injertadas, los gentiles.

¿Por qué los demonios que poseían a los hombres le preguntaron a Jesús si éste había venido atormentarlos antes de tiempo?, porque más delante se hablará de ese tiempo en los cuales aquellos habrían de ser atormentados, esto es, al regreso de nuestro Señor, siendo que esta referencia permite entender que hay un tiempo para ello y que ese tiempo se deducirá del resto del relato.

¿Qué representan los dos mil cerdos a los cuales fueron los demonios mismos que luego se precipitaron a las aguas desapareciendo?, si como se comentó anteriormente hay un tiempo en el cual entonces sí los demonios serán atormentados cuando al regreso de Cristo éstos sean sujetados (Revelación 20:2), ¿qué significará el número dos mil mencionado aquí?, ¡los dos mil años de la era de la iglesia! Por su parte los cerdos recibiendo esos espíritus inmundos representan esos pecados que son quitados de quienes reciben a Cristo como su Señor y Salvador, pues, como señala el profeta Miqueas, “El [Dios] volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados” (Miqueas 7:19).

¿Qué implica que después de esto toda la ciudad haya salido al encuentro de Jesús rogándole que se fuera de sus contornos? Uno esperaría que después de un milagro como este la ciudad entera recibiese a Jesús de otra forma ya que Él había venido, y lo había demostrado, a dar salud, liberación, vida, pero la reacción de la ciudad es adversa, dado que se está hablando en el contexto de la era de la iglesia hay que entender que ese rechazo a Jesús simboliza el rechazo a la obra que a través de Su iglesia haría durante estos dos mil años, ya que como la misma Escritura presenta a esta iglesia la misma sería pequeña (Lucas 12:32), perseguida (Mateo 10:22; 24:9), débil y despreciada por el mundo (Juan 15:19; 17:16; 1 Juan 2:15). 97


De esta forma, a través de esta relatoría referida la liberación de los dos endemoniados gadarenos, la misma representa la labor de la iglesia en estos dos mil años donde, a pesar de ser pequeña, perseguida, débil y despreciada por el mundo, tanto israelitas físicos como israelitas espirituales serían injertados en la familia de Dios siendo liberados, por el sacrificio redentor de Jesús, de las consecuencias de sus pecados.

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Curación de una mujer con flujo de sangre

Mateo 9:20-22 (Marcos 5:25-34; Lucas 8:43-48) 20

Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años,

se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; 21

porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva.

22

Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha

salvado. Y la mujer fue salva desde aquella hora.

La relatoría que presenta Mateo y que repiten Marcos y Lucas extendiéndose en los detalles, presenta a Jesús sanando a una mujer que tenía flujo de sangre desde hacía doce años. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿a quién representa esta mujer enferma?, ¿qué significa que tuviese flujo de sangre?, ¿qué implicaciones tiene que su padecimiento ya llevase doce años?, ¿qué simboliza el que se hubiese curado tocando el borde el manto de Jesús?

¿A quién representa esta mujer enferma? Una mujer en la Escritura simboliza una iglesia (Revelación 19:7-8; 21:9; 2 Corintio 11:2; Efesios 5:25-27), iglesia en el sentido más amplio referido a la familia de Dios, a lo cual la Escritura se refiere con el término de Israel, término el cual es menester aclarar.

Cuando uno lee la Escritura, encuentra en la misma admoniciones y promesas dadas a Israel, estas admoniciones y promesas pueden ser históricas (ya acontecidas), exhortativas (acontecidas o no pero que sirven de instrucción, de corrección, de edificación), o proféticas (que aún no han sucedido), pero en todos los casos el lector generalmente las ubica referidas única y exclusivamente al Israel carnal, físico y terrenal, sin darse cuenta que también aplican a la iglesia de Dios, para ello hay que entender el significado de Israel más allá del claro y evidente referido al pueblo judío. 99


Hay que entender que en la Escritura, la palabra Israel puede referirse, sí, al pueblo carnal, físico y terrenal de Israel, pero también hace referencia a todo aquel quien es llamado por Dios y llega a formar parte de Su familia.

Cuando el nombre de Jacob es cambiado a Israel (Génesis 32:29), la misma Escritura explica su significado pleno. Israel viene de ‫יאראי‬, Yisra'el, que significa El que Lucha con Dios, pero la Escritura completa el significado pleno al señalar en la cita dada que ese cambio se da no sólo por haber luchado con Dios y los hombres (incluso hombres impíos habían luchado con Dios y con los hombres, como Caín o Nimrod) pero en el caso de Jacob él había vencido, es así como Israel se refiere a El Que Vence, lo cual abarca tanto el Antiguo como el Nuevo testamento, es decir tanto al pueblo carnal, físico y terrenal de Israel como a los llamados a formar parte de la iglesia de Dios, es decir, en Israel nos estamos refiriendo a la familia de Dios conformada por todo aquel que vence.

Sobre esto, es interesante notar en el capítulo 6 de Gálatas, como es que Pablo hace mención al Israel de Dios (Gálatas 6:16). La carta va dirigida no al Israel carnal, físico y terrenal sino a la iglesia de Dios, de hecho es una admonición contra aquellos que querían llevar a los nuevos creyentes de nuevo a judaizar sometiéndose a las prescripciones que habían sido superadas por el sacrificio redentor de nuestro Señor Jesús. “Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo. Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la circuncisión, sino una nueva creación. Y a todos los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea a ellos, y al Israel de Dios” (Gálatas 6:14-16). Así, Pablo, al referirse al Israel de Dios en un contexto ajeno al Israel carnal, físico y terrenal, se dirige a la iglesia de Dios, de hecho podemos decir, en la misma línea de lo ya comentado, que se dirige a todo aquel que siendo llamado llega a vencer pues “ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gálatas 3:28; cfr. Romanos 11:11-24) 100


De esto último es interesante que las cartas que Jesús por medio de Juan envía a las iglesias en Revelación siempre se refiere las promesas que esperan al que venza (Revelación 2:7, 11, 17, 26: 3:5, 12, 21), siguiendo la tónica de lo expresado, al que llegue a ser Israel.

Con esta comprensión puede entenderse una profecía dada por Jesús que sigue desconcertando a los estudiosos de la Escritura.

Mateo 10:23 Cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo, que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del Hombre.

Interpretaciones van e interpretaciones vienen respecto de la cita anterior, algunos más prudentes la obvian para no entrar en conflicto ya que la lectura de la misma es contradictoria a primera vista. Jesus, refiriéndose a la encomienda de proclamar el Evangelio, dice a Sus seguidores que si los persiguen en una ciudad vayan a otra, pero luego viene la profecía a la que se hace referencia: “porque de cierto os digo, que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del Hombre”. Es más que evidente que hace mucho, de hecho incluso en el tiempo de la iglesia primitiva, los discípulos de Jesús recorrieron todas las ciudades de Israel, incluso considerando que el exhorto a sus discípulos va dirigido a Sus seguidores de todos los tiempos es difícil argumentar que en la actualidad no se han recorrido todas las ciudades de Israel. Pero hay más, ya que esta cita estaría en contraposición con otra misma de Jesús cuando al enviar a Sus discípulos a predicar el Evangelio les dice “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8), así que aquí Jesús dice que Sus discípulos le serían testigos en toda –no parte- Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra, ¿entonces?, ¿los discípulos no acabarían de predicar 101


en todo Israel para cuando Jesús regresara (Mateo 10:23) o más bien si terminarían y no sólo con Judea y Samaria (Israel) sino incluso hasta las confines más recónditos de la tierra (Hechos 1:8)?, ¿cómo conciliar estas dos citas aparentemente contradictorias?

Vista de la manera tradicional donde Israel se refiera al estado judío el conflicto anterior subiste y de hecho no hay manera de resolverlo, pero con la comprensión referida a que Israel se refiere a El Que Vence puede entenderse la anterior profecía bajo una nueva luz donde la referencia a las ciudades de Israel es un indicativo de todos aquellos lugares alrededor el mundo donde vivieren en todos los tiempos aquellos que habrían de ser llamados a salvación en el presente siglo: “porque de cierto os digo, que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de [Los Que Vencen], antes que venga el Hijo del Hombre”.

Cuando se lea en la Escritura admoniciones y promesas para Israel, llévalas a la luz de su significado como una exhortación personal a El Que Vence y tómalas para tu edificación, pues son dichas también para ti, para toda la iglesia de Dios, por el llamamiento del que has sido objeto, para que seas acreditado entre los llamados y elegidos que son hallados fieles (Revelación 17:14) y contado entre los vencedores (Romanos 8:29-39; 1 Juan 5:4-5).

De esta forma, y retomando la relatoría de Mateo respecto de la curación de la mujer con flujo, ésta representa a la congregación, a la iglesia, a la familia de Dios.

¿Qué significa que la mujer del relato tuviese flujo de sangre? El significado es claro, escrituralmente hablando, “la vida de la carne está en la sangre” (Levítico 17:11), por lo que la mujer tuviese flujo implica que la vida se le estaba yendo, en otras palabras, estaba muriendo. Esto es lógico porque, tanto para el Israel histórico como el Israel de Dios, se requería del sacrificio redentor del Mesías para que de muerte pasáramos a vida (1 Juan 3:14).

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¿Qué implicaciones tiene que su padecimiento ya llevase doce años? El doce en la Escritura representa autoridad, gobierno. Doce eran las tribus de Israel, cada una con un príncipe a la cabeza (Génesis 49:28; Números 13:2; Josué 22:14), de igual forma doce eran los Apóstoles puestos por nuestro Señor como fundamento de Su iglesia (Marcos 3:13-19; 1 Corintios 12:28; Efesios 2:20). Por cierto, con este entendimiento puede comprenderse el simbolismo de los veinticuatro ancianos que están ante el trono en el libro de Revelación (Revelación 4:4, 20): estos representan a los dos pueblos de los cuales nuestro Señor hizo uno (Efesios 2:14) referido este uno a la familia de Dios (Efesios 2:19).

Así que en la relatoría presentada por Mateo referida al milagro en cuestión, el número doce representa a ese gobierno, esa autoridad, referida tanto al Israel histórico como al Israel de Dios, pero, como se verá más delante, en un punto en específico donde los dos se tocan.

¿Qué simboliza el que se hubiese curado tocando el borde el manto de Jesús? Como ya se comentó, el doce que aparece en el relato, referido al tiempo que la mujer en cuestión había estado enferma, representa a ese gobierno, esa autoridad, referida tanto al Israel histórico como al Israel de Dios, pero, a diferencia de las citas de Revelación que presentan, en la figura de los veinticuatro ancianos juntos que implican la unión del Israel histórico con el Israel de Dios, aquí no hay tal sino que el número doce, en la vida de la mujer enferma, apunta a un antes y a un después, es decir, separa y diferencia al Israel histórico del Israel de Dios, ¿y cuál es ese momento?, cuando la mujer toca el borde del manto de Jesús y es sanada, esto referido a la salvación traída por Jesús que sólo algunos del Israel histórico aceptaron pasando a formar parte de la iglesia de Dios mayoritariamente formada, con el paso del tiempo, por gentiles.

Pero ¿qué simboliza el que se hubiese curado tocando el borde el manto de Jesús? Los mantos que usaban los judíos en aquellos tiempos eran muy especiales. Su hechura tenía un significado muy profundo. Seguramente Jesús 103


usaba un manto de oración conocido como talit. Este talit debía tener cuatro puntas sobresalientes (Deut. 22:12), cada una de estas cuatro esquinas estaban conformadas por unos flecos o borlas, o tzitzit, el largo de estos flecos no estaba establecido, pero los fariseos lo usaban muy largo para dar la impresión de que eran muy clementes (Mateo 23:5).Dice la Biblia que la mujer tocó el borde del manto de Jesús (Lucas 8:44). La palabra en griego para "borde" es "kraspedon" que significa "fleco". Es decir, la mujer tocó estos flecos del manto. La mujer entendía a la perfección lo que significaba el borde del manto de Jesús y pensaba que con tocar solamente este borde o fleco bastaría para sanar. Pero, ¿qué simboliza eso sobre todo por la cuestión de que la mujer representa, después de tocar el manto, después de obtener la salvación, a la iglesia de Dios?

Como se comentó, el traer ese borde o fleco era en observancia a las leyes mosaicas, más sin embargo, como bien puede entenderse, era un mandamiento pequeño en relación con otros de mayor alcance, tan pequeño era que algunos traían bordes o flecos largos mientras que otros cortos, no era cuestión de discusión, era casi como parte de la indumentaria tradicional. La iglesia de Dios no está bajo las leyes mosaicas pero sí bajo la Ley de Dios, en este sentido el que esta mujer, que antes de tocar el manto de Jesús representa al Israel histórico y después de tocar el manto de Jesús representa al Israel de Dios, represente la familia de Dios implica que hay un mandamiento que ambos pueblos comparten, un mandamiento que es considerado en la actualidad como el más pequeño, ¿cuál es ese mandamiento?, de nuevo: la iglesia de Dios no está bajo las leyes mosaicas pero sí, al igual que el Israel histórico, bajo la Ley de Dios, luego entonces es ahí donde debe buscarse ese mandamiento que a ojos del mundo es el más pequeño, ¿y cómo identificar cuál es el mandamiento más pequeño?, aquel que no importe cambiar e incluso inobservar, ¿cuál es ese?, la observancia del séptimo día de la semana como el día de reposo para Dios.

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Tanto en Israel histórico como la iglesia de Dios, que observan los Diez Mandamientos, cumplen la santidad del Shabat, no así el mundo el cual, en la figura de la ramera de Revelación, y sus hijas, lo ha pretendido invalidar.

De esta forma el mandamiento señal, aquel que identifica a ambos pueblos, se mantiene tanto para el Israel histórico como para el Israel de Dios en la figura de la observancia del séptimo día de la semana como día de reposo para el Señor, eso implica que los dos pueblos, representados por esta mujer, tengan un punto de unión en el mandamiento ms pequeño que para ambos tiene validez, vigencia y observancia.

De esta forma, a través de esta relatoría referida la sanación de esta mujer con flujo de sangre representa le sanación, la salvación que en un momento de la historia Dios trajo para su pueblo en la figura de Jesús, siendo que la mujer representa a ese pueblo de Dios referido, antes de la sanación al Israel histórico y después de la sanación al Israel de Dios, siendo que ambos se tocan por aquel mandamiento que aunque siendo para el mundo el más pequeño les da identidad como familia de Dios: la observancia del Shabat.

105


Resucitación de la hija de Jairo Mateo 9:18-19, 23-26 (Marcos 5:21-24, 35-43; Lucas 8:40-42, 49-56) 18

Mientras él les decía estas cosas, vino un hombre principal [Marcos: de la

sinagoga llamado Jairo, v.22] y se postró ante él, diciendo: Mi hija acaba de morir; mas ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá. 19

Y se levantó Jesús, y le siguió con sus discípulos.

… 23

Al entrar Jesús en la casa del principal, viendo a los que tocaban flautas,

y la gente que hacía alboroto, 24

les dijo: Apartaos, porque la niña no está muerta, sino duerme. Y se

burlaban de él. 25

Pero cuando la gente había sido echada fuera, entró, y tomó de la mano

a la niña, y ella se levantó [y mandó Jesús que se le diese de comer (Marcos 5:43; Lucas 8:55)] 26

Y se difundió la fama de esto por toda aquella tierra.

En la relatoría que presenta Mateo y que replican Marcos y Lucas, se presenta s Jesús resucitando a la hija de un principal de la sinagoga que la Palabra presenta como Jairo. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿Qué implica que se le haya acercado un principal de la sinagoga llamado Jairo para pedir por su hija?, ¿qué representa que la niña estuviese muerta pero que Jairo supiera que con poner la mano sobre ella viviría?, ¿por qué una vez que Jesús resucita a la hija de Jairo pide que se le dé de comer a la niña?

¿Qué implica que se le haya acercado un principal de la sinagoga llamado Jairo para pedir por su hija? Para iniciar la comprensión de esta relatoría hay que ver un detalle de la misma, ésta está incluida a la mitad del relato visto anteriormente de la curación de la mujer con flujo de sangre. Esto es sumamente significativo ya que, como se vio anteriormente, aquel relato hablada de los dos pueblos, el Israel 106


histórico y el Israel de Dios, unidos por un mismo sello distintivo, la observancia del Shabat, siendo que representaba como es que Jesús iniciaba el periodo de la iglesia. En este sentido la resucitación de la hija de Jairo no rompe con aquella idea sino que, al estar a la mitad de aquel relato, la confirma.

Quien viene a pedir la ayuda de Jesús es un principal de la sinagoga, de esta forma representa al Israel histórico, ya puede irse dando cuenta que la niña es el Israel de Dios, la iglesia, quien surge, por así decirlo, del Israel histórico aunque se expande para dar cabida en ella a los gentiles. Es interesante que el nombre Jairo venga del griego χαίρω, que significa "alegría, gozo", ¿qué alegría, qué gozo habría de experimentar el Israel histórico, ¡el cumplimiento de las promesas dadas por medio del Mesías!, obvio esto para aquellos del Israel histórico que en esta etapa, junto con los gentiles de igual forma llamados a salvación, aceptase a Jesús como su redentor.

¿Qué representa que la niña estuviese muerta pero que Jairo supiera que con poner la mano sobre ella viviría? La idea de que la niña estuviera muerta es clara: ésta no tenía vida. La niña representa a la iglesia que habría de ser establecida por Cristo siendo que hasta ese momento la misma no existía, no tenía vida.

Ahora bien, en cuanto a que Jairo supiera que Jesús, con poner la mano sobre ella, la haría vivir, tiene un simbolismo muy profundo y para ello hay que entender que significa la mano, el brazo, en la Escritura.

El Antiguo Testamento reboza de expresiones que, referidas a la intervención de Dios en la historia de la humanidad en general y de Su pueblo en específico, adjudican esto al brazo, la mano o la diestra de Jehová (Isaías 59:16; Jeremías 16:21; Jeremías 32:17; Éxodo 3:20-22; Deuteronomio 5:15; 1 Reyes 8:42; 2 Reyes 17:36; Salmos 44:3; Isaías 31:3; Deuteronomio 33:1‭-2), ¿qué representa la mano, el brazo de Jehová?‭‭

107


En el Evangelio de Juan se recoge el sentir de muchos que, a pesar de las señales que Cristo hacía, se negaban a aceptarlo como el Mesías, actitud que había sido profetizada tiempo atrás.

Juan 12 36

Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz.

Incredulidad de los judíos Estas cosas habló Jesús, y se fue y se ocultó de ellos. 37

Pero a pesar de que había hecho tantas señales delante de ellos, no

creían en él; 38

para que se cumpliese la palabra del profeta Isaías, que dijo: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y a quién se ha revelado el brazo del Señor?

39

Por esto no podían creer, porque también dijo Isaías:

40

Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón;

Para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón, Y se conviertan, y yo los sane. 41

Isaías dijo esto cuando vio su gloria, y habló acerca de él.

La profecía de Isaías a que hace referencia la cita anterior, contenida en el capítulo 53 de ese libro de la Escritura, terminará por dar luz sobre el asunto del brazo, la mano o la diestra de Jehová.

Isaías 53 1

¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el

brazo de Jehová? 2

Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay

parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos.

108


3

Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores,

experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. 4

Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y

nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 5

Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el

castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. 6

Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su

camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. 7

Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al

matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. 8

Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará?

Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. 9

Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su

muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. 10

Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento.

Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. 11

Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su

conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. 12

Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá

despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.

Sin duda alguna las expresiones contenidas en dicho capítulo de Isaías son de todos conocidas como profecías sobre el papel redentor que Cristo desempeñaría, pero lo interesante es la manera en que inicia dicho capítulo “¿sobre quién se ha 109


manifestado el brazo de Jehová?” (v. 1), a partir de ahí los siguientes versículos se referirán a ese brazo de Jehová: “no hay parecer en él [el brazo de Jehová], ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo [el brazo de Jehová] para que le deseemos” (v. 2), “despreciado y desechado [el brazo de Jehová] entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos [el brazo de Jehová] (v. 3), ciertamente llevó él [el brazo de Jehová] nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido” (v. 4), más él [el brazo de Jehová] herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (v. 5), y así.

¿A quién se refiere Isaías cuando al inicio de este capítulo menciona al brazo de Jehová?, ¿quién ese ese brazo de Jehová referenciado como “varón de dolores, experimentado en quebranto” (v. 3) que “llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido” (v. 4) y que fue “herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados [cuyo] castigo de nuestra paz fue sobre él, y [que] por su llaga fuimos nosotros curados” (v. 5)? La respuesta es Cristo.

Así que esta profecía referida al brazo de Jehová es una referencia al papel redentor de Cristo, luego entonces ambos términos se refieren a lo mismo: el Mesías, Jesús, nuestro Señor y Salvador, el brazo, la mano, la diestra de Jehová.

Con esta comprensión puede entenderse que el que Jairo supiera que Jesús, con poner la mano sobre su hija, la haría vivir, implica que Él mismo estaría con Su iglesia, como Él mismo lo dijo: “he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20).

¿Por qué una vez que Jesús resucita a la hija de Jairo pide que se le dé de comer a la niña? El comer en la Escritura, a parte de la connotación natural referida a 110


ello, también tiene una connotación espiritual que claramente apunta a alimentarse de la Palabra de Dios, “no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4), de esta forma, con este simbolismo, a partir de que la iglesia de Dios viene a la existencia viviendo, comienza a alimentarse de la Palabra de Dios, tanto de la escrita, la Biblia, como de la hecha carne, Jesús, por eso a los santos en Revelación se les define como aquellos “que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (Revelación 14:12).

De esta forma, a través de esta relatoría referida a la resucitación de la hija de Jairo, se presenta la iglesia que recién naciendo en ese tiempo como una niña, iniciaría su constitución con los judíos que aceptasen a Jesús como su salvador — por eso el hecho de ser hija de un principal de la sinagoga—, siendo que con el tiempo incorporaría también en ella a los gentiles que viniesen a salvación, alimentándose desde el inicio de la Palabra, tanto la escrita como la hecha carne, teniendo a Jesús, el brazo, la mano de Dios, con ella hasta el fin de los tiempos.

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Curación de dos ciegos

Mateo 9 27

Pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo:

¡Ten misericordia de nosotros, Hijo de David! 28

Y llegado a la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les dijo: ¿Creéis que

puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí, Señor. 29

Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho.

30

Y los ojos de ellos fueron abiertos. Y Jesús les encargó rigurosamente,

diciendo: Mirad que nadie lo sepa.

La relatoría que presenta Mateo de la curación de los dos ciegos, corta y que no replica ningún otro evangelista, es clara y entendible. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿a qué o a quién representan los dos ciegos?, ¿qué implica que los ciegos, para atraer la atención de Jesús, le gritasen “¡Ten misericordia de nosotros, Hijo de David!”?, ¿Qué simboliza el que Jesús, al tocarle los ojos para sanarles, les dijese “Conforme a vuestra fe os sea hecho”?, ¿qué quiere decir que “los ojos de ellos fueron abiertos”?, ¿por qué Jesús les mandaría rigurosamente no decirle de este milagro a nadie?

¿A qué o a quién representan los dos ciegos? Aquí se tiene a dos personas que estando enfermas son sanadas por Jesús. La sanidad tiene que ver con la salvación, luego entonces estas dos personas representan a aquellos dos pueblos, el Israel histórico y el Israel de Dios de los cuales Jesús hizo uno (Efesios 2:14). ¿Qué implica que los ciegos, para atraer la atención de Jesús, le gritasen “¡Ten misericordia de nosotros, Hijo de David!”? El término Hijo de David aplicado al Mesías era un término profético extraído de las Escrituras, luego entonces el que 112


los dos ciegos del relato, que representan al Israel histórico y al Israel de Dios, se refiriesen a Jesús con ese título implica, primero que conocían la Palabra, según que en ella identificaban aquellas características relativas al Mesías, y tercero que esa comprensión les permitía ver en Jesús el cumplimiento de las promesas dadas al respecto, estas tres cosas sólo podían darse tanto en aquellos judíos carnales como en aquellos judíos espirituales que fuesen llamados por el Padre para venir a salvación en el presente siglo como parte de Su iglesia (Romanos 2:28-29).

¿Qué simboliza el que Jesús, al tocarle los ojos para sanarles, les dijese “Conforme a vuestra fe os sea hecho”? El pueblo de Israel siempre tuvo la Palabra de Dios, pero, como señala Pablo escribiendo a los Hebreos, esto no les aprovechó al no unir a ese conocimiento la fe necesaria para la correcta comprensión. “Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron” (Hebreos 4:2), de esta forma el reconocimiento de la fe que hace Jesús implica que los elegidos que respondiendo al llamado del Padre viniesen a salvación, fuesen del Israel histórico o del Israel de Dios, tendrían la fe necesaria para alcanzar la comprensión de las verdades reveladas. ¿Qué quiere decir que “los ojos de ellos fueron abiertos”? Pasar de la ceguera a poder ver literalmente implica pasar de las tinieblas a la luz. La Palabra escrita, la Biblia, es descrita como aquello que puede guiar el andar del creyente, “Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino” (Salmos 119:105), pero la correcta comprensión y aplicación de la misma solo deviene a través de la fe en Jesús como el Mesías, como el redentor de la humanidad, “Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12), de esta forma la Palabra echa carne da la luz necesaria para entender y aplicar la Palabra escrita y que ambas guíen el andar del creyente por el Camino hacia las promesas del Padre.

113


¿Por qué Jesús les mandaría rigurosamente no decirle de este milagro a nadie? Exhorto enigmático por parte de nuestro Señor, ¿por qué habrían de callar tal milagro?, pero aún: ¿realmente podrían callar tal milagro?, pensemos esto: aunque los ciegos no dijesen nada el milagro en ellos iba a ser evidente, entonces ¿Por qué la petición de Jesús de no decir nada de ello? Obvio que esto no tiene una aplicación material entendible, como anteriormente se ha señalado, luego entonces lo que debe buscarse es la comprensión espiritual de dicha prescripción, ¿y cuál pudiera ser esa comprensión espiritual?, el no buscar que la gente creyese basados únicamente en las señales y milagros que estarían viendo “porque por fe andamos, no por vista” (2 Corintios 5:7), ¿y esto por qué?, porque habría de venir el tiempo en que se levantarían “falsos Cristos y falsos profetas, y mostrarán grandes señales y prodigios, para así engañar, de ser posible, aun a los escogidos” (Mateo 24:24), en ese sentido la comprensión subyacente a todo el relato implica para el elegido no creer sólo por los milagros y señales que viese a lo largo de los dos mil años de la iglesia sino que enfocara su fe en la Palabra escrita y en la Palabra echa carne para no ser engañado.

De esta forma, a través de esta relatoría referida a la curación de estos dos ciegos se representa a los dos pueblos que mediante el sacrificio redentor de Jesús serían uno, siendo que los elegidos unirían la fe en Jesús con la Palabra escrita, no en los milagros y señales que a lo largo de la historia de la iglesia verían, para avanzar sin ser engañados en el Camino hacia las promesas del Padre.

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Curación de un mudo

Mateo 9 32

Mientras salían ellos, he aquí, le trajeron un mudo, endemoniado.

33

Y echado fuera el demonio, el mudo habló; y la gente se maravillaba, y

decía: Nunca se ha visto cosa semejante en Israel.

La relatoría que presenta Mateo, muy corta por cierto y que ningún otro evangelista replica, versa sobre la curación de una persona que estaba muda tras lo cual recobra el habla. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿Qué significa que el mudo, pudiendo ir a Jesús, haya sido llevado por otros?, ¿qué simboliza que una vez curado el mudo pudo hablar?, ¿qué implica que la gente reconociera que nunca antes se había visto cosa semejante en Israel?

¿Qué significa que el mudo, pudiendo ir a Jesús, haya sido llevado por otros? Es interesante que el mudo hubiese sido llevado por otros. Generalmente cuando se ve una situación así es porque el enfermo tiene algún problema que le impide ir por sí mismo a Jesús, como en el caso de alguien ciego o bien paralítico, pero en el caso de esta persona muda, dicho problema no le impide ir por sí mismo hacia Jesús, siendo así ¿qué puede significar esto? El mudo sanado representa a todos aquellos que respondiendo al llamado del Padre para venir a salvación en el presente siglo son sanados, salvados, de las consecuencias del pecado, luego entonces esos que llevan a esta persona enferma a Jesús serán aquellos emisarios del Evangelio que pongan por obra la Gran Comisión de nuestro Señor encomendada a Su iglesia: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado será salvo; pero el que no crea será condenado” (Marcos 16:15-16).

115


¿Qué simboliza que una vez curado el mudo pudo hablar? El hablar, escrituralmente, tiene que ver con la proclamación de las verdades reveladas. David inspiradamente escribió “abre, Señor, mis labios, y mi boca proclamará tu alabanza” (Salmos 51:15), de esta forma esta persona curada representa a aquellos que habrían de ser salvos y que a su vez, por la acción del Espíritu en ellos, serían capaces de a su vez ir por todo el mundo proclamando las Buenas Nuevas.

¿Qué implica que la gente reconociera que nunca antes se había visto cosa semejante en Israel? El pueblo histórico de Israel sin duda alguna es único sobre la tierra, a ellos “pertenece la adopción como hijos, y la gloria, los pactos, la promulgación de la ley, el culto y las promesas, de quienes son los patriarcas, y de quienes, según la carne, procede el Cristo” (Romanos 9:4), con todo y todo Pablo se expresa de ellos diciendo que “también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron” (Hebreos 4:2), de esta forma la Palabra que habían escuchado no les aprovechó, ¿cómo podían a su vez ellos hablar esa Palabra si no tenían la revelación que con el advenimiento del Mesías podría accederse?, de esta forma esta expresión de aquellos testigos de esta curación apunta precisamente al límite espiritual del cual el pueblo histórico de Israel no pasó pero que la iglesia de Dios, el Israel de Dios, sí podría franquear, no por sí misma, sino por la acción del Espíritu en ella, por eso Cristo refiriéndose al respecto señaló en su momento “pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber” (Juan 16:13-15).

De esta forma, a través de esta relatoría referida a la curación de este mudo, se representa a los elegidos que respondiendo al llamamiento del Padre viniesen a salvación en el presente siglo alcanzando ellos, por la acción del Espíritu, la 116


comprensión de las verdades reveladas que no alcanzó Israel y convirtiéndose así en proclamadores de dichas verdades a través de la divulgación de las Buenas Nuevas a todas las naciones.

117


La alimentación de los cinco mil y de los cuatro mil

Mateo 14:13-21 (Marcos 6:30-44; Lucas Mateo 15:32-39 (Marcos 8:1-9) 9:12-17; Juan 6:1-13)

1

13

gran multitud, y no tenían qué comer,

Oyéndolo Jesús, se apartó de allí en

En aquellos días, como había una

una barca a un lugar desierto y

Jesús llamó a sus discípulos, y les dijo:

apartado; y cuando la gente lo oyó, le

2

siguió a pie desde las ciudades.

ya hace tres días que están conmigo, y

14

no tienen qué comer;

Y saliendo Jesús, vio una gran

Tengo compasión de la gente, porque

multitud, y tuvo compasión de ellos, y

3

sanó a los que de ellos estaban

casas, se desmayarán en el camino,

enfermos.

pues algunos de ellos han venido de

15

lejos.

Cuando anochecía, se acercaron a él

4

sus discípulos, diciendo: El lugar es

y si los enviare en ayunas a sus

Sus discípulos le respondieron: ¿De

desierto, y la hora ya pasada; despide a dónde podrá alguien saciar de pan a la multitud, para que vayan por las

éstos aquí en el desierto?

aldeas y compren de comer.

5

16

tenéis? Ellos dijeron: Siete.

Jesús les dijo: No tienen necesidad

Él les preguntó: ¿Cuántos panes

de irse; dadles vosotros de comer.

6

17

recostase en tierra; y tomando los siete

Y ellos dijeron: No tenemos aquí sino

Entonces mandó a la multitud que se

cinco panes [Juan: de cebada, v. 9) y

panes, habiendo dado gracias, los

dos peces.

partió, y dio a sus discípulos para que

18

Él les dijo: Traédmelos acá.

los pusiesen delante; y los pusieron

19

Entonces mandó a la gente

delante de la multitud.

recostarse sobre la hierba; y tomando

7

los cinco panes y los dos peces, y

pececillos; y los bendijo, y mandó que

levantando los ojos al cielo, bendijo, y

también los pusiesen delante.

partió y dio los panes a los discípulos, y

8

los discípulos a la multitud.

recogieron de los pedazos que habían

20

sobrado, siete canastas.

Y comieron todos, y se saciaron; y

recogieron lo que sobró de los pedazos,

9

118

Tenían también unos pocos

Y comieron, y se saciaron; y

Eran los que comieron, como cuatro


doce cestas llenas. 21

mil; y los despidió.

Y los que comieron fueron como

cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.

Los Evangelio presentan dos momentos distintos en los cuales Jesús alimentó de manera milagrosa a una multitud, momentos con características similares, pero a la vez diferentes, que permiten inferir lo primero, a saber: que se trata de eventos diferentes, no del mismo como algunos sostienes, máxime que Jesús mismo señala esto en Marcos 8:19-21: “Cuando partí los cinco panes entre cinco mil, ¿cuántas cestas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Doce. Y cuando los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Siete”, de esta forma tenemos dos eventos diferentes, pero entonces, ¿por qué aquí se presentan juntos?, ¡por que los dos se refieren a un mismo proceso solo que desde diferentes perspectivas!

Esto de que los dos se refieren a un mismo proceso pero desde diferentes perspectivas permite ser inferido por la misma cita de Marcos 8 pues ahí Jesús pone a los dos eventos como parte de lo mismo.

Marcos 8 15

Y él les mandó, diciendo: Mirad, guardaos de la levadura de los

fariseos, y de la levadura de Herodes. 16

Y discutían entre sí, diciendo: Es porque no trajimos pan.

17

Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Qué discutís, porque no tenéis pan?

¿No entendéis ni comprendéis? ¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón? 18

¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís? ¿Y no recordáis?

19

Cuando partí los cinco panes entre cinco mil, ¿cuántas cestas llenas de

los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Doce.

119


20

Y cuando los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de

los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Siete. 21

Y les dijo: ¿Cómo aún no entendéis?

La frase final de Jesús “¿cómo aún no entendéis?” apunta a que hay un entendimiento subyacente en ambas milagros los cuales deben verse de manera conjunta, de igual forma el contexto de la instrucción referida a la cuestión de la levadura todavía arroja mayor luz sobre el asunto confirmando lo dicho anteriormente, como se verá en el desarrollo del presente apartado, pero además la misma explicación permitirá corroborar de que ambos milagros deben verse como parte de un todo.

Ambas relatorías, replicadas por otros evangelistas, presentan una situación que vista de manera general es muy parecida: una multitud que sigue a Jesús la cual es alimentada de manera milagrosa mediante la multiplicación de los panes y los peces. Las circunstancias de ambos relatos son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿por qué en el primer relato la gente alimentada llevaba el mismo día con Jesús mientras que en el Segundo relato ya habían andado con Él por tres días?, ¿qué simbolizan los cinco panes y los dos peces del primer relato y los siete panes y unos cuantos pececillos del segundo relato con los que se alimentó a la multitud?, ¿qué simbolizan las doce cestas del primer relato y las siete cestas del segundo relato que al final de la alimentación fueron recogidas con lo que sobró?, ¿qué simbolizan los cinco mil hombres del primer relato y los cuatro mil del segundo relato, sin contar mujeres ni niños, que fueron alimentados de esta forma?

A veces la comprensión subyacente referida a los milagros de Jesús implica el entendimiento de algo en ella que a su vez requiere la confirmación de otra parte del relato, pero al mismo tiempo esa otra parte del relato requiere la confirmación de lo que busca confirmar ratificar, esto porque en realidad toda la verdad 120


contenida en la Escritura forma un todo coherente, interdependiente, pero dado que es necesario comenzar por alguna parte en ocasiones se hará esto aunque se requiere conocer toda la explicación de cada relato para entonces ver esa coherencia e interdependencia. Este es el caso de ambos relatos, por lo que se pide algo de paciencia y la lectura de toda la explicación del presente apartado para lograr lo anterior, pero debiendo comenzar por alguna parte se señalará de manera general que ambos relatos se refiere al período de la iglesia de Dios, solo que el primer relato habla de su inicio mientras que el segundo relato habla de su conclusión, con esta explicación general se procederá a abordar cada una de las interrogantes anteriormente expresadas.

¿Por qué en el primer relato la gente alimentada llevaba el mismo día con Jesús mientras que en el Segundo relato ya habían andado con Él por tres días? Porque, como ya se indicó y se corroborará conforme se aborden las demás interrogantes, el primer relato se refiere al inicio de la era de la iglesia de Dios mientras que el segundo se refiere a su conclusión. Las personas que en el primer relato andaba con Jesús son aquellas que lo comenzaron a seguir ese mismo día, en el segundo relato se señala que las personas que seguían a Jesús ya llevaban tres días con Él.

Si para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día (2 Pedro 3:8), se entiende que los siete días creativos se refieren a los siete mil años dados para cumplimentar el plan de Dios para con la humanidad. Para corrobora esto se tiene el dicho de Dios a Adán cuando en el Jardín de Edén lo previno diciendo “más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Génesis 2:17), Adán no murió el mismo día, literalmente entendido, que comió del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, pero sí murió en el primer milenio, “el total de los días que Adán vivió fue de novecientos treinta años, y murió” (Génesis 5:5), con lo que se cumple lo dicho por Dios a la luz de lo señalado por Pedro.

121


Utilizando la cronología de los personajes bíblicos puede entenderse como es que de manera general antes del nacimiento de Jesús se tienen cuatro mil años de historia y después del nacimiento de Jesús dos mil años de historia, ¿y qué nos dice la Escritura?, “nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él” (Oseas 6:2), así que considerando esta profecía, esos tres días del segundo relato de la alimentación milagrosa de la multitud, cuando ya llevaban tres días con él, se refiere a la etapa ultima de la iglesia de Dios cuando al tercer día, bajo la perspectiva de lo dicho por Pedro, es recogida por nuestro Señor.

¿Qué simbolizan los cinco panes y los dos peces del primer relato y los siete panes y unos cuantos pececillos del segundo relato con los que se alimentó a la multitud? Veamos primero la cuestión relativa simplemente a la figura de los panes. El pan en la Escritura tiene un fuerte referente con el ser alimentados de manera espiritual por Dios, Mateo 4:4, citando a Deuteronomio 8:3, señala la máxima de que “no sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”, luego entonces el significado de las piezas de pan debe buscarse en ese sentido, a saber: que las mismas representa a la Palabra de Dios, ¿pero qué Palabra y por qué cinco en un relato y siete en otro?

Referido a los cinco panes del primer relato, si se habla de la Palabra de Dios con referencia a algo que pueda ser identificado con el número cinco y que al mismo tiempo implique un sentido básico de lo mismo, lo único que puede tener tal referencia es lo que se conoce como la Ley, los primeros cinco libros de la Biblia conocidos como los de Moisés, tan diferente es el tratamiento de estos cinco libros que en Deuteronomio 17:18 se instruye a que todo rey en Israel debía hacer una copia de los mismos para su propio uso. De esta forma estos cinco panes representan la Palabra escrita, representada en esta simbología con los primeros libros de la Biblia que se conocen como la Ley y que tiene un fuerte referente en cuanto a la fe en la forma de la doctrina en que se cree. En cuanto a los siete panes del segundo relato, siguiendo el mismo orden de lo expresado a la luz de lo 122


referido en cuanto a que ambos relatos se refiere a la era de la iglesia, sabiendo que dicha era se abrió con la Pascua de nuestro Señor y se culminará con la fiesta de los Tabernáculos, el sentido de los siete panes es el proceso del cumplimiento de las sombras que representaban las siete fiestas de Dios las cuales se cumplimentaran en la era de la iglesia siendo que cuatro ya se han cumplido — Pascua, Primicias, Panes sin levadura y Pentecostés— estando tres por cumplirse —Trompetas, Expiación y Tabernáculos—. De esta forma los cinco panes del primer relato y los siete panes del segundo apuntan a la Palabra de Dios, en el primer caso con la referencia a la Ley y en el segundo con la referencia al cumplimiento de lo que la misma expresa en las sombras de las fiestas decretadas por Dios para con Su pueblo las cuales se cumplimentarán en la era de la iglesia 5. Sobre este simbolismo, y para ir confirmando lo dicho hasta ahorita, a saber: que ambos relatos se refieren a la era de la iglesia pero el primero a sus inicios mientras que el segundo a su conclusión, se tiene el señalamiento de Juan referido a la primera alimentación milagrosa que menciona, en Juan 6:9, que los panes del relato eran de cebada, ¿y eso que tiene que ver?, que la cebada era lo primero que se cosechaba, con lo que la referencia, de nuevo al inicio de la cumplimentación de las fiestas de Dios, es más que clara siendo ese relato aplicable al inicio de la era de la iglesia luego entonces el segundo, por lo que se comentará al respecto, a su conclusión.

En cuanto a los peces, si se sigue la misma línea del pensamiento anterior se facilita su entendimiento ya que si el simbolismo de los panes apunta a la fe ejercida sobre la Escritura, sería necesaria su contraparte, a saber las obras, para que el testimonio estuviere completo, “sed hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismos” (Santiago 1:22), esto se confirma con mayor claridad cuando se tiene en cuenta que el número dos apunta precisamente al testimonio que ante el mundo dan los elegidos (Zacarías 4:3; 11:14; Juan 15:27;

5

Para un discernimiento del simbolismo de estas fiestas decretadas por Dios para su pueblo se sugiere la obra “Las Fiestas Solemnes de Jehová -El Plan de Dios con respecto a Su familia-”. Descargar gratis sin compromiso ni seguimiento en www.rocefi.com.mx, Menú Libros, Sección Ebooks Gratis, Apartado Cristianismo.

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Hechos 1:8; Mateo 24:14; Génesis 41:32; Hebreos 6:18), de esta forma los dos peces apuntan al testimonio de la fe que se dice profesar que los elegidos deben mostrar ante el mundo, pero ¿por qué en el primer relato hay dos peces mientras que en el segundo se mencionan unos cuantos pececillos?, los dos peces del inicio tienen el referente general del testimonio de los elegidos, los unos cuantos pececillos del final tienen el referente de esos elegidos que son pocos aunque surgen de muchos que son llamados (Mateo 22:14). De esta forma los peces apuntan al testimonio que los elegidos dan, los dos peces apuntando al testimonio general de los miembros de la iglesia de iniciado desde sus comienzos, los unos cuantos de pececillos apuntando al balance final de toda la historia de la iglesia donde se corroboraría que muchos fueron llamados pero pocos los escogidos.

Pero, ¿por qué tanto panes como peces son comidos por la multitud?, ¡porque esa es precisamente la forma en que los demás se alimentan: por la Escritura, sí, pero también por el testimonio que el elegido da ante los demás de la vida que refleja aquello en lo que cree! Un resumen muy claro de esto lo hace Pablo escribiendo a los de Roma:

Romanos 2 17

He aquí, tú tienes el sobrenombre de judío, y te apoyas en la ley, y te

glorías en Dios, 18

y conoces su voluntad, e instruido por la ley apruebas lo mejor,

19

y confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en

tinieblas, 20

instructor de los indoctos, maestro de niños, que tienes en la ley la forma

de la ciencia y de la verdad. 21

Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que

predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas? 22

Tú que dices que no se ha de adulterar, ¿adulteras? Tú que abominas de

los ídolos, ¿cometes sacrilegio? 23

Tú que te jactas de la ley, ¿con infracción de la ley deshonras a Dios? 124


24

Porque como está escrito, el nombre de Dios es blasfemado entre los

gentiles por causa de vosotros. 25

Pues en verdad la circuncisión aprovecha, si guardas la ley; pero si eres

transgresor de la ley, tu circuncisión viene a ser incircuncisión. 26

Si, pues, el incircunciso guardare las ordenanzas de la ley, ¿no será

tenida su incircuncisión como circuncisión? 27

Y el que físicamente es incircunciso, pero guarda perfectamente la ley, te

condenará a ti, que con la letra de la ley y con la circuncisión eres transgresor de la ley. 28

Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se

hace exteriormente en la carne; 29

sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del

corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.

¿Qué simbolizan las doce cestas del primer relato y las siete cestas del segundo relato que al final de la alimentación fueron recogidas con lo que sobró? El doce en la Escritura representa autoridad, gobierno. Doce eran las tribus de Israel, cada una con un príncipe a la cabeza (Génesis 49:28; Números 13:2; Josué 22:14), de igual forma doce eran los Apóstoles puestos por nuestro Señor como fundamento de Su iglesia (Marcos 3:13-19; 1 Corintios 12:28; Efesios 2:20), de esta forma el doce habla de esta autoridad conferida por Dios a aquellos de Su pueblo que les permite enseñar, instruir, corregir y edificar con autoridad. En la misma línea de pensamiento, y retomando lo dicho anteriormente, las siete cestas del segundo relato representan esa autoridad de la iglesia de Dios que estaría presenta en todo el período de la iglesia, período en el cual, como ya se comentó, vendrían a realización las sombras representadas por las siete fiestas que Dios decretó para Su pueblo como parte de Su pacto, fiestas que inician con la realización de la Pascua y concluirán con la realización de la fiesta de los Tabernáculos.

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¿Qué simbolizan los cinco mil hombres del primer relato y los cuatro mil del segundo relato, sin contar mujeres ni niños, que fueron alimentados de esta forma? Esta pregunta es la que permitirá corroborar lo dicho hasta ahorita en el sentido de que ambos relatos se refieren a la era de la iglesia, sólo que el primero al inicio de esta mientras que el segundo a su conclusión.

A lo largo de la historia los estudiosos de la Escritura han tratado de entender el simbolismo subyacente tanto a los cinco mil hombres del primer relato como a los cuatro mil hombres del segundo que fueron alimentados milagrosamente por Cristo. Explicaciones van y vienen, algunas divergentes otras convergentes, pero todas con el común denominador de la poca base escritural para las mismas, después de todo en la Escritura no hay una sola mención concreta y específica al número cinco mil o al número cuatro mil que permita inferir algo sobre estos dos relatos, de esta forma, por ejemplo, en cuanto a los cinco mil hombres alimentados del primer relato, se señala que cinco es el número de la gracia con el único argumento que Dios de gracia nos ha dado cinco sentidos, luego el mil por el cual es multiplicado ese cinco significa plenitud con el único argumento que en el milenio habrá plenitud, algo parecido con los cuatro mil hombres alimentados del segundo relato, pero como puede verse de algo muy vago que supuestamente se ve en la Escritura se hace un argumento mucho uy general para llegar a una conclusión que cuadra pero no convence.

¿Cuál es el problema?, el problema es que los cinco mil hombres del primer relato y los cuatro mil hombres del segundo relato, alimentados milagrosamente por Jesús, no pueden abordarse, estudiarse y entenderse como cosas separadas sino que, como ya se indicó, dado que ambos relatos se refieren a lo mismo, a saber: la era de la iglesia, sólo que el primero al inicio de esta mientras que el segundo a su conclusión, los hombres alimentados deben verse como un todo, es decir, como nueve mil hombres que milagrosamente fueron alimentados por Jesús. Solo así puede entenderse eso, solo así puede verse como un todo ambos relatos y

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solo así puede corroborarse lo dicho hasta este momento. Entonces, ¿qué significan los nueve mil hombres alimentados milagrosamente por Jesús?

Ya se tiene el entendimiento de que los cinco panes del primer relato con los que Jesús alimentó a la multitud hace referencia a la Escritura en la forma básica de los primeros libros de la misma conocidos como la Ley, de igual forma los siete panes del segundo relato apuntan a la cumplimentación de las fiestas de Dios en la era de la iglesia, cumplimentación que concluirá con la realización de la fiesta de los Tabernáculos; de igual forma se entiende que la contraparte requerida en la forma del testimonio que se dé está representada por los dos peces del primer relato mientras que los unos cuantos pececillos del segundo apuntan a esos pocos escogidos de los muchos que son llamado, así como que ambas cuestiones la llevan a cabo aquellos elegidos del pueblo de Dios que con autoridad, durante toda la era de la iglesia, enseñan, instruyen, corrigen y edifican, con este panorama, ¿qué podrán simbolizar, no los cinco mil hombres alimentados en el primer relato ni los cuatro mil hombres alimentados en el segundo relato sino los nueve mil hombres alimentados considerando ambos relatos?

Lo primero que hay que ver es que en realidad no fueron solo nueve mil personas las alimentadas pues claramente ambos relatos señalan que esto se dice sin contar las mujeres y los niños, luego entonces fueron más pero los nueve mil hombres mencionados tiene un simbolismo que debe entenderse, de nuevo ¿qué podrá significar?

Se ha hablado que ambos relatos referidos a la alimentación milagrosa de las multitudes se refieren a la era de la iglesia, en toda la Escritura sólo hay un momento en que la simbología al respecto, aunada a las tres eras de la historia de la humanidad y al cumplimiento del plan de Dios para con ella, es más que claro y ese momento tiene que ver con las indicaciones que se dieron en lo que se conoce como el Antiguo Testamento para la construcción del Tabernáculo. No puede aquí explicarse todo lo referente a la simbología del Tabernáculo, para ello 127


se sugiere la obra “El tabernáculo de reunión -Una fotografía dinámica de la familia de Dios-”6, pero lo que sí puede decirse es que el Atrio, con sus 1,500 codos lineales representa los 1,500 años de la era del pueblo histórico de Israel, el Lugar Santo con sus 2,000 codos cúbicos representa los 2,000 años de la era de la iglesia, y el Lugar Santísimo con sus 1,000 codos cúbicos representan los 1,000 años de la era del Milenio.

Hay mucha simbología aunada a las instrucciones específicas que Dios dio a Su pueblo relativas a la construcción del Tabernáculo, de nuevo: se recomienda la obra anteriormente mencionada, pero lo que sí puede mencionarse aquí, para poder avanzar en la comprensión de los nueve mil hombres alimentados, es que las tres paredes del Tabernáculo estaban formadas por tablas de madera de

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acacia (Éxodo 36:20), la madera en la Escritura simboliza a los hombres (Marcos 8:24) luego entonces las paredes del Tabernáculo simbolizan a todos aquellos pasan a formar parte de la familia de Dios, primero en los dos mil años de la iglesia y luego en el Milenio, sobre las tablas hay que resaltar el señalamiento de que las tablas de madera de acacia eran derechas (Éxodo 36:20) apuntan hacia la vida de perfección y santidad que está llamado todo creyente, tanto en la fe como en las obras, esto es importante tenerlo en cuenta para el resto de los cálculos referidos a esto.

Dado que la alimentación de los nueve mil hombres apunta a la era de la iglesia, como ya se comentó, es menester enfocarse entonces a lo que el Lugar Santo puede entregar como comprensión al respecto.

Cada una de las dos paredes del Lugar Santo, como ya se dijo, medían 20 codos de longitud, de igual forma la altura del mismo era de 10 codos, de esta forma el área total de las paredes era de 200 codos para cada pared resultante de multiplicar los 20 codos de longitud por los 10 codos de altura. Dado que eran dos paredes se tienen 400 codos en total referido a ello. Como se comentó las tablas de madera de acacia eran derechas (Éxodo 36:20), lo cual apunta hacia la vida de perfección y santidad que está llamado todo creyente, tanto en la fe como en las obras. El que las paredes estén separadas, que no se unan por si mismas, apunta a aquella pezuña hendida de los animales aptos para el consumo humano lo cual simboliza el andar del creyente, andar que se basa tanto en la fe como en las obras, de esta forma esa rectitud de los 400 codos debe reflejarse tanto en la fe como en las obras, en las dos, por lo que los 400 codos puede multiplicarse por dos, lo cual implicaría, como se dijo, el andar recto, 400 codos de las tablas, tanto en la fe como en las obras, lo cual nos da 800 codos.

Como ya se comentó, los panes simbolizan la Escritura, cuyo referente es la fe, mientras que los peces simbolizan el Testimonio, cuyo referente son las obras, tanto la fe como las obras tienen su referente en los Diez Mandamientos de la Ley 129


de Dios, material y espiritualmente entendidos, sólo que el primero en cuanto al entendimiento y el segundo en cuanto a la acción. De esta forma la fe se expresa en la comprensión de los Diez Mandamientos, de igual forma las obras se expresan en la comprensión de los Diez Mandamientos, de lo cual tomamos como referente el número diez.

Si ese diez, referido a los Diez Mandamientos, lo multiplicamos por aquellos 800 codos resultantes de multiplicar los 400 codos del total del área de las dos paredes del Tabernáculo por dos, referidos este dos a la fe y a las obras, se tiene un total de 8,000 con lo que uno ya se acerca a los nueve mil hombres alimentados en esa era de la iglesia, pero, un momento, faltan aún mil para ello.

Lo que pasa es que falta considerar la entrada del Tabernáculo la cual estaba franqueada por un velo (Éxodo 26:31-35), dicho velo media 10 codos de longitud por 10 codos de altura, lo que da 100 codos de área total. Ese velo de la puerta de entrada al Tabernáculo, así como el velo de la puerta de entrada del Atrio y el velo de la puerta de entrada del Lugar Santísimo representan a Jesús7, en el caso de los elegidos, en tanto nuestra naturaleza no sea cambiada existirá esa dualidad expresada por Pablo en Romanos 7

Romanos 7 14

Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al

pecado. 15

Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo

que aborrezco, eso hago. 16

Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.

17

De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que

mora en mí.

7

De nueva cuenta: se sugiere la obra “El tabernáculo de reunión -Una fotografía dinámica de la familia de Dios-” para una comprensión de esto. Descargar gratis sin compromiso ni seguimiento en www.rocefi.com.mx, Menú Libros, Sección Ebooks Gratis, Apartado Cristianismo.

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18

Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el

querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. 19

Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.

20

Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en

mí. 21

Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.

22

Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;

23

pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi

mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. 24

¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?

25

Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con

la mente sirvo a la ley de Dios, más con la carne a la ley del pecado.

Por eso lo comentado anteriormente referido a la fe y las obras en los cuales debe reflejarse la obediencia al Padre referida a Sus Diez Mandamientos, pero en el caso de Jesús no hay tal dualidad, no hay tal conflicto, de esta forma el velo de entrada al Lugar Santo, cuya área total es de 100 codos solo se multiplica por 10 que son los Diez Mandamientos sin multiplicar estos por dos, la fe y las obras, ya que, como se dijo, en Cristo no hay dualidad ni conflicto sino una unidad en su sentir, pensar y hacer. De esta forma esos 100 codos del área total del velo de la entrada del Lugar Santo multiplicados por 10 que en la figura de los Diez Mandamientos simbolizan ese actuar conforme a la voluntad del Padre, dan los 1,000 faltantes con lo que, junto con los 8,000 obtenidos anteriormente, se tienen los 9,000 referidos a los elegidos que durante la era de la iglesia son alimentados por la Palabra y el Testimonio. “Pero —alguien podría preguntar—, si el velo de la entrada del Tabernáculo representa a Cristo, ¿por qué las medidas del mismo son utilizadas aquí para complementar las medidas de las paredes del Lugar Santo y dar los 9,000

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requeridos?”, lo que pasa es que, como señala Gálatas 3:27 “todos los que [hemos sido] bautizados en Cristo, de Cristo [nos habemos] revestido”.

El simbolismo de las paredes del Tabernáculo, referido a los elegidos en la era del Milenio y el velo de la entrada de la puerta del Lugar Santo, referido a Cristo de quien todo bautizado es vestido, es providencial pues ello apunta al bautismo, en la forma del velo de la puerta de entrada del Lugar Santo, y de la edificación que una vez dentro del Lugar Santo, en la era de la iglesia, es requerida para todo miembro del Cuerpo de Cristo para crecer, para ser edificados derechos (Éxodo 36:20), apuntando hacia la vida de perfección y santidad que está llamado todo creyente. De igual forma el contenido del Lugar Santo —el Candelero, al Altar del Incienso y la Mesa de los Panes de la Preposición— tiene un profundo significado referido a esta era de la iglesia para lo cual, como ya se ha hecho, se sugiere la obra “El tabernáculo de reunión -Una fotografía dinámica de la familia de Dios-”8.

¿Y por qué no se considera en estos cálculos el techo del Lugar Santo que estaba formado por las diferentes cubiertas del Tabernáculo? Por qué las cubiertas, de cabra, de carnero teñidas de rojo y de tejón, señaladas en Éxodo 2:67-14, tienen otro simbolismo. Mientras que el velo de la puerta de entrada al Lugar Santo, que simboliza a Cristo, apunta a ese revestimiento de Cristo que tiene lugar en todo elegido que aceptando el llamamiento del Padre para venir a salvación en el presente siglo es bautizad y las paredes hablan precisamente de la edificación de cada uno de los elegidos, las cubiertas apuntan a las tres funciones que desempeña Cristo: la de cabra, su función de profeta, la de carnero teñida de rojo, su función de sacerdote, y la de tejón, su función de rey 9.

8

Descargar gratis sin compromiso ni seguimiento en www.rocefi.com.mx, Menú Libros, Sección Ebooks Gratis, Apartado Cristianismo. 9 De nueva cuenta: se sugiere la obra “El tabernáculo de reunión -Una fotografía dinámica de la familia de Dios-” para una comprensión de esto. Descargar gratis sin compromiso ni seguimiento en www.rocefi.com.mx, Menú Libros, Sección Ebooks Gratis, Apartado Cristianismo.

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¿Cómo podemos estar seguros que las cubiertas del Tabernáculo de pieles de cabras, carneros teñidas de rojo y tejón con exclusivas de Cristo y no pueden ser aplicadas a los elegidos? Porque las mismas, que cubren tanto en Lugar Santo como el Lugar Santísimo, y que simbolizan, en ese orden, las funciones de profeta, sacerdote y rey, no tienen lugar en los elegidos en la era de la iglesia, el Lugar Santo, siendo que éstos en ese tiempo sólo actúan como profetas y no siendo sino hasta el Milenio en que los mismos serán con Cristo reyes y sacerdotes, por lo tanto las tres funciones de las cubiertas que están sobre el lugar santo, al no poderse aplicar por esta razón a los elegidos, son exclusivas de Cristo.

¿Y por qué, en estos cálculos, no se considera la otra división formada por el velo de la puerta de entrada al Lugar Santísimo? Por qué ese velo, si bien sirve para delimitar el Lugar Santo —cuyo volumen nos permite identificar su relación de éste con los 2,000 años de la era de la iglesia— y dividir éste del Lugar Santísimo, el mismo no es parte de él sino más bien, como claramente está identificado, es la puerta de acceso al Lugar Santísimo.

De esta forma, a través de estas relatorías, que deben ser vistas como un todo, referida a los dos momentos de la alimentación milagrosa de la multitud por parte de Jesús, se representa la era de la iglesia, tanto en sus inicios como en sus conclusiones, siendo que durante la misma aquellos que respondan al llamamiento del Padre para venir a salvación en el presente siglo, y sean revestidos mediante el bautismo de Cristo, se alimentarán de ella tanto en la fe como en las obras, siendo edificados por el Espíritu, referenciando esto en el cumplimiento de la voluntad de Dios expresada en sus Diez Mandamientos.

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Jesús camina sobre el agua

Mateo 14 (Juan 6:16-21; Marcos 6:45-52) 22

En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de

él a la otra ribera [Juan: iban cruzando el mar hacia Capernaum, v. 17], entre tanto que él despedía a la multitud. 23

Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la

noche, estaba allí solo. 24

Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el

viento era contrario. 25

Mas a la cuarta vigilia de la noche [Juan: cuando habían remado como

veinticinco o treinta estadios, v. 19], Jesús vino a ellos andando sobre el mar. 26

Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un

fantasma! Y dieron voces de miedo. 27

Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no

temáis! 28

Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya

a ti sobre las aguas. 29

Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las

aguas para ir a Jesús. 30

Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio

voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! 31

Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de

poca fe! ¿Por qué dudaste? 32

Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento [Juan: la cual

llegó en seguida a la tierra adonde iban, v. 21].

La relatoría que presenta mateo y que replican Juan y Marcos agregando algunos detalles, tiene su referente en un milagro hecho por Jesús cuando caminando sobre alas aguas va al encuentro de sus discípulos quienes en ese momento 134


cruzaban un mar embravecido trayendo tranquilidad, paz y seguridad. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿qué implica que Jesús hubiese hecho a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera?, ¿qué simboliza que el lugar hacia donde se dirigiesen fuese Capernaum?, ¿qué significa que la barca estuviere en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario?, ¿qué implicaciones tiene el que a la cuarta vigilia de la noche, cuando habían remado como veinticinco o treinta estadios, Jesús haya venido a ellos andando sobre el mar?, ¿qué simboliza lo acontecido a Padre cuando saliendo de la barca para ir al encuentro de Jesús comienza a hundirse siendo rescatado por Él?, ¿qué significa que una vez que Jesús rescata a Pedro y suben a la barca llegan en seguida a la tierra adonde iban?

¿Qué implica que Jesús hubiese hecho a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera? La idea de desplazarse en separado, los discípulos por un lado y Jesús por el otro, tiene su correspondiente cuando, una vez resucitado Cristo, el ángel que estaba en el sepulcro donde había estado enterrado Jesús le indica a las mujeres les indica que más delante, en Galilea, se encontrarían con Él: “Pero [el ángel] les dijo: No os asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el crucificado. Ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar donde le pusieron. Pero id, decid a sus discípulos y a Pedro: Él va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, tal como os dijo” (Marcos 16:6-7), luego entonces, y más con lo que se verá en el presente desarrollo, este milagro se refiere a la segunda venida de Cristo cuando una vez resucitado le dice a Su iglesia se adelante en la gran comisión (Mateo 28:19-20) siendo que Él los encontraría al final de ese trayecto.

¿Qué simboliza que el lugar hacia donde se dirigiesen fuese Capernaum? Capernaum significa “pueblo del que da consuelo”, siendo que, considerando lo ha dicho anteriormente, los discípulos en el relato, simbolizando el trayecto de la 135


iglesia de Dios en estos dos mil años, se van dirigiendo al “pueblo del que da consuelo”, es decir, al reino venidero, el cual iniciará al regreso de nuestro Señor. Sobre esto, a saber: que el que da consuelo se refiere a Jesús, Juan lo presenta claramente, providencialmente, en el mismo contexto de lo dicho anteriormente: “No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí. En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; si no fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes. Voy a prepararles un lugar. Y, si me voy y se lo preparo, vendré para llevármelos conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté. Ustedes ya conocen el camino para ir adonde yo voy” (Juan 14:1-4), de igual forma es Jesús quien ora al Padre para que a Su glesia le sea enviado el consolador, el Espíritu Santo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros” (Juan 14:15-17). De esta forma Jesús es el que da consuelo y el pueblo hacia donde la iglesia se dirige es precisamente el Reino de Dios.

¿Qué significa que la barca estuviere en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario? Esta visión retrata fielmente la historia y características de la iglesia de Dios: pequeña (Lucas 12:32), perseguida (Mateo 10:22; 24:9), débil y despreciada por el mundo (Juan 15:19; 17:16; 1 Juan 2:15); en contraposición con la ramera, la iglesia apóstata de Rev. 13: 11-18; 17: 1-8; 17: 15-18; 18: grande (Revelación 17:1, 15), perseguidora (Revelación 17:6; 18:24), y poderosa y apreciada por el mundo (Revelación 17:2; 18:3, 9-10), la cual está representada

¿Qué implicaciones tiene el que a la cuarta vigilia de la noche, cuando habían remado como veinticinco o treinta estadios, Jesús haya venido a ellos andando sobre el mar? Esto es interesante, y de hecho es lo que permite entender que la parte medular del relato se refiere a la segunda venida de Jesús. Los romanos dividían la noche en cuatro vigilias, que generalmente estaban numeradas (Mateo 136


14:25; Marcos 6:48; 13:35; Lucas 12:38): la primera vigilia (tarde), de las 18 horas a las 21; la segunda (media noche), de las 21 a las 24; la tercera (el canto del gallo), de cero a tres horas; la cuarta (la mañana), de 3 a 6. De esta forma, considerando lo que se ha dicho antes, que el trayecto de la barca con los discípulos tiene su referente en la historia de la iglesia de Dios, entonces esa cuarta vigilia se refiere al último momento del periodo de la misma, es decir, previo a la venida de nuestro Señor. Esto es corroborado aún más cuando Juan agrega que lo acontecido sucede cuando habían remado como veinticinco o treinta estadios, siendo este treinta una analogía del tercer milenio en el cual Cristo regresa: “nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él” (Oseas 6:2). Así que el evento apunta al momento previo, no inmediato pero sí previo, a la segunda venida de nuestro Señor. El hecho de que se mencione que viene caminando sobre el mar, el cual representa pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas (Revelación 17:15) habla de la manera en que al regreso de Cristo en las nubes, por encima de todo y de todos, todo ojo le verá (Revelación 1:7).

¿Qué simboliza lo acontecido a Padre cuando saliendo de la barca para ir al encuentro de Jesús comienza a hundirse siendo rescatado por Él? Dado que todo apunta al momento previo, no inmediato pero sí previo, a la segunda venida de nuestro Señor, esto se refiere a la situación que acontecerá a la iglesia de Dios relacionada con su muerte, la muerte de la iglesia de Dios, lo cual merece una explicación detallada.

Respecto de Su iglesia, Dios nos dice como le ha conferido poder para que por su misma prédica los injustos se acarreen juicio (v. 5), para acarrear maldiciones sobre los inicuos (v. 6 p.p.), para mostrar las abominaciones de la tierra y acarrear sobre los herejes e incrédulos el castigo a sus acciones (v. 6 u.p.).

La persecución iniciada a la iglesia desde su fundación concluirá con la supresión (física y/o espiritual) de su obra aquí en la tierra por parte de la Bestia en su última 137


resurrección al inicio de la última semana profética de la historia (v. 7), con lo que el mundo quitará la luz que lo alumbraba (v. 8) siendo esto motivo de alegría de los rebeldes e inicuos (vv. 9-10).

La última semana de la historia humana (Daniel 9:27) mencionada en la profecía de las 70 semanas de Daniel, puede dividirse en dos partes, los primeros 3 años y medio en que la Bestia hace un pacto con la tierra del esplendor, y los segundos 3 años y medio cuando rompe el pacto y entra en ella colocando la abominación desoladora. Al inicio de esa semana profética (Daniel 12: 7, 1-6) la obra de la iglesia de Dios es suprimida durante los primeros 3 años y medio (yendo a la tumba, símil de los días de Noé previos al diluvio (Génesis 7:4; Mt. 24:37; 1 Pedro 3:20‭-21; Colosenses. 2:12); cuando inicia el segundo período de tres años y medio viene el rapto de la iglesia (v. 11-12), símil de la ascensión de Jesús a la mitad de la semana de los Panes sin Levadura (Juan 20:1-18; Éxodo 12:15-20), cuando Jesús viene a la tierra llegando hasta las nubes y se lleva a Sus santos (resucitados y transformados) a la Nueva Jerusalén mientras en los últimos tres años y medio del presente siglo caen las pagas postreras de Dios contenidas en las copas de la ira de Rev. 16 estando ellos a salvo de esto en sus aposentos (v. 13). Sobre esto último, algunas Biblias traducen la última parte del v. 13 como “los supervivientes, sobrecogidos de espanto, alabaron al Dios del cielo”, que sería una traducción más acorde con el sentido de la frase y el hilo conductor de la narración.‭

De toda la explicación del capítulo 11 de Revelación lo que puede resaltarse es que los dos testigos representan el testimonio que desde la ascensión de Jesús correspondió a Su iglesia dar ante el mundo. Este punto es importante tenerlo en mente pues muchas interpretaciones hay en sentido totalmente absurdos que terminan siendo aceptadas, aunque no comprendidas, por quienes quieren entender la revelación. Todo el libro de Revelación es simbólico, pero algunos adjudican interpretación a los símbolos que la misma revelación presente mientras 138


que otros símbolos no son tomados como tal y se les da una interpretación literal, así en este caso algunas personas señalan que los dos testigos son dos personas reales e individuales que aparecerán al final de los tiempos y que las señales que Revelación presenta de ellos son literales. De nuevo, usando la capacidad mental que Dios nos dio, esto es absurdo. Es absurdo porque si algo es claro en la historia de la humanidad es que ésta fácilmente es llevada en pos de creencias y prácticas cuando ve señales que terminan engañándola, luego entonces, si estos dos testigos fueran personas reales y estas señales fueran literales uno esperaría ver convencimiento de quienes los vieran pero al contrario, la profecía señala rechazo y muerte para ellos, luego entonces las señales que sobre estos dos testigos presenta la revelación debe ser entendida como símbolos y los mismos interpretados a la luz de la Escritura llevando en consecuencia a entender que los dos testigos son de igual símbolo que apuntan hacia una realidad que debe entenderse. Después de entender que los dos testigos se refieren al testimonio de la iglesia de Dios, la otra parte importante para el presente apartado que el Capítulo 11 de Revelación entrega es la referida a la muerte de estos. Si los dos testigos se refiere a la iglesia de Dios la muerte de estos apunta hacia la terminación de la misma, pero de igual forma esta idea debe explicarse, ¿por qué?, por la sencilla e importante razón que Cristo dijo que Su iglesia nunca moriría (...las puertas del Hades[sepulcro] no prevalecerán contra ella…” -Mateo 16:18-), luego entonces ¿cómo es que aquí se está proponiendo que la misma, previo al advenimiento de Cristo, cesará su existencia?

En efecto Cristo dijo que Su iglesia siempre existiría, pero este siempre existir tiene una condicionante que la misma Escritura da y tiene que ver precisamente con la segunda venida de Cristo, (“…he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo… - Mateo 28:20). La iglesia de Dios, desde su constitución y hasta el momento previo a la segunda venida de Cristo nunca dejaría de existir, pero su cesación al final de los tiempos serviría como señal de que el advenimiento es inminente. De nueva cuenta, esta cesación de la iglesia de Dios 139


no es una interpretación pues la misma información que entrega Revelación 11 señala de los dos testigos, el testimonio de la iglesia, que este sería muerto, terminaría. Este punto requiere aún de mayor análisis antes de avanzar.

Para quien estudia el libro de Revelación bajo la mirada tradicional del mundo que no bebe de la verdad doctrinal de la iglesia de Dios, un aspecto que lo confunde y mucho es que dicha revelación, si bien habla en muchas partes del fin del presente siglo, no menciona, según esto, uno de los aspectos más asombrosos de toda la historia de la humanidad y que es la resurrección de los muertos, sobre todo de los fieles muertos en Cristo. Pensemos esto, tal vez después del evento que corresponde a la segunda venida de Cristo, la resurrección de todas las personas fieles que han muerto fieles a lo largo de la historia de la humanidad no se menciona en el libro de Revelación.

El capítulo 20 muestra a los fieles resucitados siendo reyes y sacerdotes con Cristo pero no menciona en sí el evento de la resurrección, ¿cómo podría la revelación pasar por alto algo tan portentoso? Si a alguien se le pregunta en qué parte de Revelación se menciona específicamente la resurrección de los que murieron fieles en Cristo a la segunda venida de Él, no podrá mostrar, bajo la óptima de la interpretación ajena a las verdades doctrinales de la iglesia de Dios, mostrar un solo versículo que hable de ese evento, ¡pero Revelación sí habla de la resurrección de los fieles muertos en Cristo!, esta resurrección es la que mencionan los versículos 11 y 12 del capítulo 11 de revelación referido a los dos testigos.

Pensemos un poco en esto. Pablo de manera inspirada nos habla del orden en que se dará la resurrección de los muerto, “…cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo en su venida (1 Corintios 15:23), “pues el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero. Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados 140


juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre” (1 Tesalonicenses 4:16-17). Así tenemos que a la venida de Cristo los muertos resucitan, los fieles son transformados, y juntos suben a recibir a su Señor. Si estos dos testigos que presenta Revelación 11 fueran dos personas reales, lo que que muestra este capítulo de Revelación rompería todo el esquema presentado inspiradamente por Pablo referido a tal evento, ¿por qué?, pues por que según Revelación 11 tendríamos que estas dos personas resucitan previo a la resurrección de los fieles muertos en Cristo cuando Pablo claramente señala que primero resucitan todos los muertos en Cristo, luego los vivos son transformados y luego ambos suben a recibir a Su señor. Así que con la interpretación de que los dos testigos son personas reales tenemos un grave problema: no pueden resucitar antes que todos los muertos fieles en Cristo, tampoco pueden resucitar después pues hay un orden en la resurrección, luego entonces tendrían que resucitar junto con todos los fieles muertos en Cristo ¡pero Revelación 11 no dice nada de eso! No dice nada si es que se considera que los dos testigos son personas reales y que las señales que dice la Escritura que hacen deben ser tomadas de forma literal, pero si se es congruente con todo lo que la Escritura dice de la figura de los dos testigos deberá reconocerse que el símbolo que a través de ellos se entrega se refiere al testimonio que desde la ascensión de Jesús quedó encomendada a Su iglesia a dar en el mundo (Marcos 16:15-18). Entendiendo así esto, y de igual forma entendiendo que las señales aunadas a los dos testigos deben ser entendidas dentro del simbolismo que presenta, la muerte de los mismos se refiere a la cesación de la iglesia de Dios y el volver a la vida que se menciona en los versículos 11 y 12 se refiere al portentoso evento de la resurrección de los muertos y la ascensión de los mismos a recibir a su Señor que regresa.

Todo lo comentado hasta aquí es de suma importancia para entender la revelación profética entregada en las citas con las que inicia el presente apartado. Una vez entendido lo anteriormente expuesto puede entonces abordarse dichas citas que 141


nos dicen cuándo y cómo viene el Hijo del Hombre, cuándo y cómo cesa la iglesia de Dios, y qué sucede posteriormente.

La profecía de las citas con las que inicia el presente apartado señalan que la venida del Hijo del Hombre debe tomar de referencia para su entendimiento lo acontecido en los días de Noé, ahora bien, tomando como referencia la profecía de Jesús contenida en las citas con las que inicia el presente apartado, ¿qué pasó en los días de Noé?

Mateo 24 38

Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo,

casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, 39

y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será

también la venida del Hijo del Hombre.

Esta referencia a los días de Noé es muy clara pues dice (1) que la gente comía, bebía y se casaba, (2) que Noé entró en el Arca, y (3) que vino el diluvio.

Yendo a Génesis encontramos la escena a la que se refiere la cita anterior:

Génesis 7 1

Dijo luego Jehová a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he

visto justo delante de mí en esta generación. … 4

Porque pasados aún siete días, yo haré llover sobre la tierra cuarenta días

y cuarenta noches; y raeré de sobre la faz de la tierra a todo ser viviente que hice. 5

E hizo Noé conforme a todo lo que le mandó Jehová.

6

Era Noé de seiscientos años cuando el diluvio de las aguas vino sobre la

tierra. 142


Entendiendo ambas referencias anteriores, esto implica que, al igual que la iglesia de Dios, Noé fue el testimonio de Dios sobre la tierra siendo él mismo pregonero de justicia mientras construía al Arca (2 Pedro 2:5), luego él y su familia entran en el Arca, y por último a los siete días después que Noé y su familia entraron en el Arca viene el diluvio.

Aquí comenzamos a develar la profecía entregada en las citas con las que inicia el presente apartado.

Siendo Dios nuestro creador y sabiendo cuán curiosos somos os humanos, en muchas partes de la Escritura Dios nos entrega información que está construida de tal forma que llame nuestra atención pues hay más que se quiere revelar que lo evidente. Aunque uno no conociera mucho de la Escritura las citas anteriores deberían llamarnos nuestra atención por la manera curiosa en que Dios se refiere al tiempo: para el lapso entre que Noé entra al Arca y el diluvio viene Dios dice pasarán siete días, pero en cuanto al tiempo en que estará lloviendo Dios dice serán cuarenta días y cuarenta noches, ¿por qué usaría en la misma sentencia dos maneras diferentes para referirse a lapsos de tiempo? La cuestión es que hay una referencia clara a lo que en tiempos de Noé acontecería pero también hay información adicional que escudriñando la diferencia anterior se nos puede ser mostrada.

Una regla de la profecía es que días son años (Daniel 7:25; Revelación 12:6; Números 14:33-34; Ezequiel 4:6). Así, cuando proféticamente se habla de días hay un cumplimiento dual referido a días literales pero también a años, pero no así cuando claramente se dice días y noches donde la misma construcción gramática impide darle el significado dual de años (como cuando Jesús habla del lapso de tiempo que estaría en la tumba, no dice sólo tres días, sino tres días y tres noches, Mateo 12:40).

143


Si consideramos esto, aquí se rompería la regla pues en el versículo 4 Dios mismo en profecía dice algo que va a pasar, el diluvio vendrá en siete días, pero si esto pasó así únicamente entonces no se cumple la regla mencionada, a menos que lo dicho aquí por Dios tenga otro cumplimiento donde los días se vuelvan años. Ese cumplimiento dual está dado por los dichos de Cristo contenidos en las citas con las que comienza el presenta apartado y que se refieren a los días de Noé ya que de la misma manera será la venida del Hijo del Hombre.

Noé es el testimonio, el diluvio es el juicio. El símil con la iglesia de Dios es evidente, pero entonces ¿dónde cabe los siete días que en profecía significarían siete años?

Daniel 9:24-27 contiene la famosa profecía de las setenta semana, setenta semanas dentro de las cuales una, la última, es a la que se refiere la semana que Dios da de inter entre que Noé entra al Arca con su familia y viene el diluvio.

Daniel 9 24

Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa

ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. 25

Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y

edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. 26

Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías,

mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones. 27

Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la

semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre 144


de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador. La revelación que se le da a Daniel comienza señalando que “Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos”, estas setentas semanas, como ya se comentó anteriormente, se refiere a semanas proféticas, es decir, cada semana, de siete días, significan 7 años, por lo que setenta semanas es un plazo de 490 años, pero ¿a qué se refiere ese plazo? La misma revelación lo va indicando.

Antes de ver a qué se refieren esas 70 semanas, volviendo con la cita anterior, vemos que esas setenta semanas están dadas primeramente “sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad”. A lo largo de esta obra se ha señalado como es que la frase “tu pueblo” debe entenderse a la luz de lo que la profecía revela siendo que si la revelación implica la historia relativa al Antiguo Testamento se refiere al Israel físico, más sin embargo cuando se refiere la revelación a la historia relativa al Nuevo Testamento se refiere a la iglesia de Dios. En este caso las 490 semanas se referirán en parte a uno, en parte al otro y en ocasiones a ambos.

Lo siguiente que hay que considerar es que según esta cita las setentas semanas están determinadas “para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos”, esta sentencia hace referencia a dos momentos: uno referido al Israel físico, del cual se comentará a continuación, “terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad”, y otro referido a la iglesia de Dios y el fin de los tiempos, “traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía”.

145


A continuación la revelación otorgada a Daniel indica que para esas setenta semanas “desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos”, así tenemos que la primer revelación del plazo de setenta semanas se refiere a sesenta y nueve semanas, “siete semanas, y sesenta y dos semanas”, por lo que la semana restante es aparte, no debe juntarse con esta primera revelación, de otra forma así se hubiera entregado la profecía.

El primer plazo que se menciona, el de las sesenta y nueve semanas, es decir, 483 años, debe contarse “desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe”. En 457 a.C., Artajerjes I emitió el decreto en cuestión (Esdras 7:7, 11-26) para que los judíos que regresaran a su tierra pudieran restaurar y edificar Jerusalén (recordemos que los Judíos, es decir, el reino del sur, habían sido deportados a Babilonia por Nabucodonosor, pero cuando Babilonia cae ante el imperio medo-persa Ciro decreta que pueden regresar a su tierra). Si al 457 a.C. se le suman 483 años llegamos al 27 d.C., fecha en que Jesús, de 30 años (Números 4:3), inició públicamente Su misión, con lo que la primera parte de esta profecía que atañe al Israel físico se cumplió a cabalidad.

Si bien la profecía puede ser entendida esto no quiere decir que sea sencilla sino que conforme uno la estudia más y más va descubriendo más niveles de revelación, un conocimiento cada vez más amplio y profundo. Viene este comentario a colación porque si bien esta profecía que se está analizando tiene que ver con el plazo que debería existir entre el decreto dado para reconstruir Jerusalén y el inicio de la misión de Jesús, también la profecía arroja información intermedia.

Sobre esto si bien estamos hablando de un plazo inicial de sesenta y nueve semanas, es curioso que ese plazo se entrega señalado como “siete semanas, y 146


sesenta y dos semanas”, es decir, es un solo plazo inicial, separado de la última semana que falta para completar las setenta semanas, pero se entrega enunciado como “siete semanas, y sesenta y dos semanas”. Esto es porque hay información específica sobre la reconstrucción de Jerusalén: “se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos”, esto porque fueron 49 años, en tiempos angustiosos, los que se requirieron para que, una vez emitido el decreto en cuestión ya comentado, la plaza y el muro de Jerusalén quedarán edificados, relatado en los libros de Esdras y Nehemías.

Después de esto se hace una separación relativa a las setenta semanas entre las primeras sesenta y nueve y la semana faltante, última de la historia de la humanidad en este siglo. Posterior a lo anteriormente revelado y comentado, la revelación a Daniel le dice que “después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones”. La primera parte de esta cita se refiere precisamente a la muerte del Mesías, la segunda parte se refiere a la destrucción que sufrió Jerusalén en el año 70 d.C. por parte de los romanos a cargo de Tito. Así tenemos que las sesenta y nueve semanas llegan hasta el inicio de la misión de Jesús en el año 27 d.C., después viene esta información sobre el Mesías y sobre la Ciudad Santa con lo que, de nuevo, la última semana es puesta aparte de las primeras sesenta y nueve. Termina esta revelación dada a Daniel señalando que “Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador”.

Esta cita se refiere a la semana faltante en el conteo de las setenta semanas, a los últimos siete años de la historia humana previos a la segunda venida de Cristo. 147


Esta cita está relacionada con Daniel 12:7 referida a los “tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo” (tres años y medio), primera parte de la última semana profética (siete años) de la historia humana. Esta última semana profética (siete años) de la historia de la humanidad en el presente siglo puede dividirse en dos partes, los primeros 3 años y medio (tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo) en que la Bestia, el imperio romano restaurado, hace un pacto con la tierra del esplendor (y por otra semana confirmará el pacto con muchos), físicamente hablando de Israel, y los segundos 3 años y medio cuando rompe el pacto (a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda ) y entra en ella colocando la abominación desoladora, de la cual se hablará más delante. Al inicio de esa semana profética (Daniel 12: 7, 1-6) la obra de la iglesia de Dios es suprimida durante los primeros 3 años y medio, tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo, yendo a la tumba, símil de los días de Noé previos al diluvio (Génesis 7:4; Mateo 24:37; 1 Pedro 3:20‭-21; Colosenses. 2:12); cuando inicia el segundo período de tres años y medio viene el rapto de la iglesia (Revelación 11:11-12), símil de la ascensión de Jesús a la mitad de la semana de los Panes sin Levadura (Juan 20:1-18; Éxodo. 12:15-20), cuando Jesús viene a la tierra llegando hasta las nubes y se lleva a Sus santos (resucitados y transformados) a la Nueva Jerusalén mientras en los últimos tres años y medio del presente siglo caen las pagas postreras de Dios contenidas en las copas de la ira de Revelación 16 estando ellos a salvo de esto en sus aposentos (Revelación 11:13). Sobre esto último, algunas Biblias traducen la última parte de Revelación 11:13 como “los supervivientes, sobrecogidos de espanto, alabaron al Dios del cielo”, que sería una traducción más acorde con el sentido de la frase y el hilo conductor de la narración10.‭

En este entendido, la última semana aún está por venir, pero, como se ha visto, las setenta semanas deben considerarse proféticas por lo que sus días son años, 10

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luego entonces la última semana nos habla de los últimos siete años de la historia de la humanidad.

El versículo 27 de la profecía de Daniel es el que tiene relevancia para el análisis que se está haciendo de las citas con las que inicia el presente apartado: “Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador”.

Tenemos que en esa última semana de la historia de la humanidad, los últimos siete años del presente siglo, a la mitad de dicha semana, a los tres años y medio iniciales de esos últimos siete años de la historia de la humanidad, cesa el sacrificio y la oblación, dado que este tiempo es el tiempo actual ¿quién o quiénes en la actualidad hacen ese sacrificio y esa oblación? ¡la iglesia de Dios!, así que aquí de nuevo se menciona esa cesación de la existencia de la iglesia de Dios la cual ocurre a la mitad de los últimos siete años de la historia de la humanidad. La expresión “a la mitad de la semana” en otras versiones se traduce “en media semana” pues en el original la misma hace referencia no a un punto en específico de tiempo sino a un período de tiempo: en la última semana de la humanidad, los primeros tres años y medio cesa al testimonio que desde su fundación ha dado al mundo la iglesia de Dios ¡lo cual concuerda con Revelación 11 que señala en los versículos 9 a 12 sobre los dos testigos, la iglesia de Dios que la misma estaría muerta tres días y medio, que comprendidos proféticamente se refiere al mismo periodo dado por Daniel: 3 años y medio.

Así tenemos que en la última semana de la historia de la humanidad el testimonio de la iglesia de Dios va a cesar, luego entonces por deducción lógica esa cesación se da al inicio de los tres años y medio en que la iglesia está muerta. Así tenemos el cuadro de que viendo los últimos siete años de la historia de la humanidad al inicio de los mismos cesa el testimonio de la iglesia de Dios al morir esta, pasan 149


tres años y medio, viene la resurrección de los fieles que murieron en Cristo los cuales suben a recibir a su Señor quedando tres años y medio en los cuales caen las siete plagas postreras de la ira de Dios ya que las mismas no caen sobre la iglesia la cual para entonces está resguardada en la Nueva Jerusalén.

Con esto en mente podemos entender por qué en Revelación 8:12 se dice que relativo a las primeras plagas de las siete trompetas “El cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, y la tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas, para que se oscureciese la tercera parte de ellos, y no hubiese luz en la tercera parte del día, y asimismo de la noche”, mientras que relativo a las siete plagas postreras de la ira de Dios Revelación 16:10 señala “El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia; y su reino se cubrió de tinieblas, y mordían de dolor sus lenguas”. La iglesia, siendo luz del mundo (Mateo 5:14-16) ha alumbrado en estos dos mil años en medio de las tinieblas del presente siglo (Juan 12:35) a esa pequeña parte que respondiendo al llamado han venido a la verdad mientras que una gran mayoría la ha rechazado (Juan 3:19), período referido en Revelación a las plagas presentadas como trompetas que sobre la humanidad impía caen, pero cuando caen las siete plagas postreras de la ira de Dios representadas como copas, la iglesia de Dios, la luz del mundo, ya no está sobre la tierra, con lo que las tinieblas son totales11.

Volviendo a las citas con las que inicia el presente apartado podemos comenzar a comprenderlas.

Noé, como pregonero de justicia, es el símil del testimonio que da la iglesia de Dios durante toda su historia, al inicio de la última semana de la entonces historia de la humanidad Noé entra en el Arca y a la semana viene el diluvio. ¿Qué

11

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significa que Noé entre en el Arca al inicio de la última semana de la historia de la humanidad de aquel entonces? Sobre la última semana de la historia de la humanidad de nuestros tiempos, con relación a los elegidos, hay tres interpretaciones: que los mismos son recogidos al inicio de esa última semana, última semana en la cual caen las siete plagas postreras de la ira de Dios; que los elegidos son recogidos a mitad de la semana con lo que reciben por tres años y medio, junto con la humanidad, parte de las plagas postreras de la ira de Dios como para purificarse; o bien, que los elegidos son recogidos después de la última semana, los últimos siete años, de la historia de la humanidad, con lo que pasan por los siete años y reciben las siete plagas postreras de la ira de Dios (algunas variantes de esto indican que si bien los elegidos estarían aún en la tierra, estos serían protegidos de las plagas postreras de la ira de Dios por intervención de Dios mismo). Pero si logramos entender que significa que Noé entre el Arca al inicio de la última semana de la historia de la humanidad de aquel entonces podremos resolver esto, pero para ello ¿qué significa que Noé entre el Arca?, ¿podemos referirlo como que es protegido, como que se oculta, cómo que desaparece?

Si vemos lo que la Escritura indica del simbolismo de Noé en el Arca vemos que esto es bautismo, “[hubo] quienes en otro tiempo fueron desobedientes cuando la paciencia de Dios esperaba en los días de Noé, durante la construcción del arca, en la cual unos pocos, es decir, ocho personas, fueron salvadas por medio del agua. Y correspondiendo a esto, el bautismo ahora os salva (no quitando la suciedad de la carne, sino como una petición a Dios de una buena conciencia) mediante la resurrección de Jesucristo” (1 Pedro 3:20-21), y el bautismo es símil de ser sepultados, muertos, con Cristo, “…habiendo sido sepultados con El en el bautismo…” (Colosenses 2:12), “…hemos sido sepultados con El por medio del bautismo para muerte…” (Romanos 6:4), así que el ingreso de Noé al Arca es proféticamente un símbolo sobre ir a la tumba, siendo que las citas con las que inicia el presente apartado adquieren entendimiento: Noé es el símil del testimonio que la iglesia de Dios ha dado durante toda su historia, al inicio de la última 151


semana de la humanidad, la iglesia, al igual que Noé, va a la tumba, desaparece de la vida al cesar la suya, a la semana de que la iglesia de Dios va a la tumba viene el fin del presente siglo, pero por el entendimiento que hemos obtenido sabemos que en ese inter debe (1) la iglesia resucitar, (2) ascender a la Nueva Jerusalén, y (3) ser testigo de las plagas postreras de la ira de Dios, y como Daniel y Revelación indican que la cesación de la vida de la iglesia durará tres años y medio al término de los mismos la misma es insuflada de nuevo con vida, es entonces cuando el cuadro completo de los últimos siete años de la historia de la humanidad adquiere comprensión: Al inicio de la última semana de la humanidad la iglesia de Dios es muerta, dura tres años y medio en esa forma, al término de los tres años y medio Cristo regresa y recoge a los suyos (la fase de siega) los cuales son resucitados y puestos a salvo en la Nueva Jerusalén, siendo éstos testigos de las siete plagas postreras de la ira de Dios que caen sobre la humanidad rebelde en los últimos tres años y medio de la última semana profética de la historia de la humanidad, al término de los cuales Cristo con Sus santos regresa a someter a las naciones (la fase de guerra) e iniciar el reino milenio.

Se ha comentado reiteradamente, con sustento escritural, que lo santos resucitados/transformados ascenderán para encontrarse con su Señor y serán resguardados en la Nueva Jerusalén mientras caen las siete plagas postreras de la ira de Dios. Más sin embargo es interesante como esto está contenido en las figuras que nos dan las citas con las que inició el presente apartado, sobre todo las de Lucas.

Sobre estos tiempos del fin Lucas agrega la figura relacionada con el símil de lo que sucedió en los dais de Lot con la destrucción de Sodoma y Gomorra, esto para indicar el ambiente general que en el mundo se viviría cuando la iglesia de Dios cesaría su vida en este mundo previo a la venida del Hijo del Hombre: “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, 152


implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita” ( 2 Timoteo 3:1-5).

Pero recordemos que lo dicho por Cristo era una profecía, así todas las citas correspondientes están relacionadas, siendo que si lo relativo a Noé tiene, aparte de su verificativo histórico una enseñanza profética, de igual forma lo relativo a Lot debe tener de igual forma una enseñanza profética, y si lo relativo a Noé tenía que ver con la iglesia de Dios, específicamente el momento de ir a la tumba (al inicio de los últimos siete años del presente siglo), cuánto duraría en ella (tres años y medio), cuánto por ende durarían las siete plagas postreras de la ira de Dios (el resto de los siete años, los otros tres años y medio) y a partir del primer momento cuando sería el fin del presente siglo (siete años después que la iglesia de Dios fue a la tumba), siendo así de igual forma lo relativo a Lot tiene que referirse a algo concerniente para la iglesia de Dios en ese mismo período, ¿qué podrá ser?, ¡la puesta a salvo previo a la caída de las plagas postreras de Dios!

El capítulo 19 de Génesis nos narra el evento relacionado con la destrucción de Sodoma y Gomorra y la figura en ello de Lot y su familia. Como podemos leer los ángeles llegaron a Sodoma para corroborar para Dios el nivel de corrupción existente y en función de ello destruir las ciudades. Lot lleva a los ángeles a su casa siendo que los habitantes tratan de sacarlos para abusar de ello. Lo ángeles ciegan a la gente y aquí viene la parte que interesa y que se relaciona con todo lo dicho anteriormente: 12

Y dijeron los varones a Lot: ¿Tienes aquí alguno más? Yernos, y tus hijos

y tus hijas, y todo lo que tienes en la ciudad, sácalo de este lugar; 13

porque vamos a destruir este lugar, por cuanto el clamor contra ellos ha

subido de punto delante de Jehová; por tanto, Jehová nos ha enviado para destruirlo. 153


14

Entonces salió Lot y habló a sus yernos, los que habían de tomar sus

hijas, y les dijo: Levantaos, salid de este lugar; porque Jehová va a destruir esta ciudad. Más pareció a sus yernos como que se burlaba. 15

Y al rayar el alba, los ángeles daban prisa a Lot, diciendo: Levántate,

toma tu mujer, y tus dos hijas que se hallan aquí, para que no perezcas en el castigo de la ciudad. 16

Y deteniéndose él, los varones asieron de su mano, y de la mano de su

mujer y de las manos de sus dos hijas, según la misericordia de Jehová para con él; y lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad. 17

Y cuando los hubieron llevado fuera, dijeron: Escapa por tu vida; no mires

tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas. 18

Pero Lot les dijo: No, yo os ruego, señores míos.

19

He aquí ahora ha hallado vuestro siervo gracia en vuestros ojos, y habéis

engrandecido vuestra misericordia que habéis hecho conmigo dándome la vida; más yo no podré escapar al monte, no sea que me alcance el mal, y muera. 20

He aquí ahora esta ciudad está cerca para huir allá, la cual es pequeña;

dejadme escapar ahora allá (¿no es ella pequeña?), y salvaré mi vida. 21

Y le respondió: He aquí he recibido también tu súplica sobre esto, y no

destruiré la ciudad de que has hablado. 22

Date prisa, escápate allá; porque nada podré hacer hasta que hayas

llegado allí. Por eso fue llamado el nombre de la ciudad, Zoar. 23

El sol salía sobre la tierra, cuando Lot llegó a Zoar.

24

Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y

fuego de parte de Jehová desde los cielos; 25

y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores

de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra. 26

Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua

de sal.

154


De lo anterior vemos cómo es que Lot, en la figura de la iglesia en la profecía entregada por Jesucristo contenida en las citas con las que inicia el presente apartado, tenía que ser retirado de la ciudad antes de que el castigo viniese sobre los habitantes, de hecho los mismos ángeles señalan que “nada podré[mos] hacer hasta que hayas llegado allí” (v. 22). Si bien fueron seis personas las que debieron salvares (Lot y su esposa, sus dos hijas y sus dos yernos), al final solo tres se salvaron pues los yernos no tomaron en serio a Lot y su esposa vio detrás convirtiéndose en estatua de sal (v. 26), lo cual es dicho cuando se señala que de dos que estén en ese momento en la tierra, uno será tomado y el otro dejado (Mateo 24:40-41; Lucas 17:34). De igual forma es significativo que Lot y sus hijas, la mitad de los que debieron salvarse, huyen hacia Zoar, que quiere decir pequeña, lo cual recuerda lo dicho por Jesús para Su iglesia: “no temáis, manada pequeña; porque al Padre ha placido daros el reino” (Lucas 12:32).

Así, la cita comentada referida a Lot tiene otra enseñanza relacionada con los días del fin. Es interesante que mientras que Noé entra al Arca y luego viene el diluvio, en el caso de Lot éste sale del lugar que sería destruido con lo que el el castigo divino en forma de fuego y azufre no cae sobre él siendo él mismo testigo de la destrucción. De nuevo la figura de Lot es sombra de cuando la iglesia será sacada de la tierra previo a la caída de las siete plagas postreras de la ira de Dios, retiro que se dará cuando los muertos resuciten y los vivos sean transformados subiendo a recibir a Cristo en la fase de siega y siendo protegidos en la Nueva Jerusalén para ser testigos de las siete plagas postreras de la ira de Dios que caerán sobre la tierra mientras ellos están protegidos.

Como elemento adicional para corroborar que el relato del diluvio, y la entrada de Noé en el Arca, y el fin de los tiempos, y la ida de la iglesia de Dios a la tumba, están conectados, tenemos a Pedro haciendo ese enlace cuando señala “…en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, por lo cual el mundo de entonces 155


pereció anegado en agua; pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos” (2 Pedro 3:5-7).

Esta muerte de la iglesia de Dios a la que se hace referencia refiere puede ser material, espiritual o ambas. Algunos morirán físicamente, pero dado que el testimonio terminará, y por todo lo que en otros apartados se ha visto, puede ser que algunos de la iglesia queden vivos pero esa luz del mundo y esa sal de la tierra se habrá perdido. Es así como la iglesia al inicio de los últimos siete años de la historia de la humanidad habrá terminado sea física o espiritualmente, pero habrá terminado: “…por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará…” (Mateo 24:12), “…Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?...” (Lucas 18:8). Amor y fe, como ya se ha visto, son cuestiones relacionadas exclusivamente con la iglesia de Dios, entendiendo el amor con la definición escritural de guardar los mandamientos de Dios (1 Juan 5:3) y fe, fe verdadera, respecto de la verdad revelada (Judas 1:3; Romanos 16:17; 1 Juan 2:19; 2:24; Colosenses 1:23; 1 Tesalonicenses 4:1; Hebreos 2:1-4; Tito 1:9; 1 Corintios 15:1-2, 58; Gálatas 1:6-9; 1 Timoteo 6:3-5)

En realidad visto de esta manera esto sí es una señal pues cuando veamos que la iglesia ha cesado su existencia, sea física o espiritualmente, dejando de ser sal de la tierra y luz del mundo, la última semana de la historia de la humanidad habrá iniciado y la segunda venida de Cristo será inminente.

Este debería ser un mensaje de urgencia sobre todo para la iglesia de Dios con el imperativo que Cristo nos da, tanto en las revelaciones que se han visto a lo largo de la presente obra como las contenidas en el libro de Revelación que giran alrededor de lo mismo: estar alerta, velad y orad.

La muerte de la iglesia de Dios no puede detenerse, ya ha sido profetizado, pero si se nos ha advertido es para que estemos alertas, para que velemos, para que 156


oremos y para que no perdamos las promesas que se nos han dado. De hecho toda la profecía en la Escritura siempre va dirigida a los elegidos del Señor, siendo que ésta debe tomarse como admonición, corrección y urgencia pero también con la esperanza aunada a las promesas que se nos han hecho.

Pero bueno, para cerrar este apartado vamos proponiendo un ejercicio para contrastar lo aquí expuesto con la realidad. Con las ideas que se han comentado, no sólo aquí sino a lo largo de esta obra, uno puede voltear y ver la tendencia reciente en la iglesia de Dios y el estado actual de sus miembros. Si uno ve relajación en el cumplimiento de los mandamientos, si uno ve que la iglesia titila como una luz por apagarse siendo poca luz la que da sobre el mundo, si uno ve que en la iglesia se han infiltrado prácticas mundanas, si uno ve que hay poco crecimiento en entendimiento doctrinal e incluso en ocasiones desviaciones, si uno ve contiendas y disensiones, si uno ve la música que los miembros oyen, las modas que forman parte de su ser, las fiestas que del mundo ha incorporado, las prácticas en muchos casos con raíces paganas que se han infiltrado, ¿es congruente esto con lo que se ha expuesto hasta aquí en la presente obra? Cada quien saque sus conclusiones.

Pero, ¿qué le queda al que quiera no sólo estar entre los llamados y elegidos sino entre los que son fieles cuando ya se dijo que lo anterior no puede detenerse? El estar alerta, el velar y el orar. Es como si al salir de la congregación e ir caminando todos los hermanos y hermanas se viniera un viento que levanta polvo, pero luego ese viento crece tumbando a algunos hermanos y hermanas, y sigue intensificándose hasta ser un viento huracanado que incluso levanta hermanos y hermanas y los avienta por el aire, ¿qué haría quien deseara salvarse?, lo más lógico sería agarrarse con todas sus fuerzas de algo fijo al suelo. Lo mismo pasa por quien viendo lo que se nos ha profetizado, lo cual ya está aquí, se afianza en la Roca que es Cristo, se afianza en las verdades doctrinales de la iglesia de Dios, esta alerta, velando y orando, estudiando la Escritura para corrección, edificación,

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perfeccionamiento y santificación, y clamando al Padre para ser considerado entre los que estarán de pie cuando el Hijo del Hombre regrese.

¿Cuál es la perspectiva para la iglesia de Dios del fin de los tiempos a la venida del Hijo del Hombre? Los versículos finales de las citas con las que inicia el presente apartado nos responden esto: “Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada” (Mateo 24:40-41; cfr. Lucas 17:34-36). Estas citas, como se dice, son para la iglesia de Dios, no para la humanidad. Recordemos que muchos son llamados y pocos elegidos (Mateo 22:14) y que la puerta y el camino que lleva a la vida pocos lo hallan (Mateo 7:13-14), de igual forma que el Enemigo engaña a todo el mundo (Revelación 12:9), es así como si esta cita se refiriese a la humanidad tendríamos que la mitad fue tomada mientras que la mitad fue dejada, pero las citas nos dicen que son realmente pocos los elegidos quienes encuentran la puerta y el camino que va a a la vida mientras que el resto del mundo vive bajo el engaño del Enemigo, siendo así entonces estas citas no pueden referirse al mundo, pero sí pueden referirse a la iglesia de Dios donde no todos serán tomados al regreso de Cristo sino solo aquellos que hayan llegado a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo (Efesios 4:13).

Con este entendimiento volvamos a leer la parábola de las diez vírgenes y comprenderemos que se refiere a la iglesia de Dios, no al mundo sino a la iglesia de Dios al regreso de Cristo donde, como se indicó anteriormente, la mitad será tomada y la mitad dejada:

Mateo 25:1-13 1

Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que

tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. 2

Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas.

3

Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; 158


4

mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus

lámparas. 5

Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron.

6

Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a

recibirle! 7

Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus

lámparas. 8

Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque

nuestras lámparas se apagan. 9

Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras

y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. 10

Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban

preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. 11

Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor,

ábrenos! 12

Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.

13

Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre

ha de venir.

¿Qué significa que una vez que Jesús rescata a Pedro y suben a la barca llegan en seguida a la tierra adonde iban? Con todo lo comentado anteriormente puede entenderse que esto señalado se refiere a ese momento previo a la caída de las plagas postreras de Dios cuando Cristo recoge a Su iglesia para posteriormente dar inicio, después de las plagas y el sometimiento de las naciones, con el Reino de Dios en su fase inicial referida al milenio.

De esta forma, a través de esta relatoría, se presenta de manera sucinta la historia de la iglesia Dios, pequeña, débil y despreciada, siendo que al final delos tiempos la misma, saliéndose de los límites que la misma persecución les imprimió, permitirá la levadura del mundo la permee al grado de ahogarla para ser 159


rescatada por Cristo previo a su regreso para iniciar, con aquellos que hayan sido encontrados fieles, el Reino de Dios, en su fase inicial referida al milenio, como reyes y sacerdotes con Cristo.

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La curación milagrosa de la hija de la mujer sirofenicia

Mateo 15:21-28 (Marcos 7:24-30) 21

Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón.

22

Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región

clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio. 23

Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus

discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros. 24

El respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la

casa de Israel. 25

Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme!

26

Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a

los perrillos. 27

Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que

caen de la mesa de sus amos. 28

Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase

contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora [Marcos: Y cuando llegó ella a su casa, halló que el demonio había salido, y a la hija acostada en la cama, v. 30].

La relatoría que presentan Mateo y Marcos muestra a Jesús curando a la hija de una mujer sirofenicia. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿qué implica que Jesús su hubiese ido a la región de Tiro y Sidón?, ¿qué simboliza la mujer cananea, sirofenicia, con la hija gravemente atormentada por demonios?, ¿cómo puede entenderse el intercambio discursivo entre Jesús y la mujer sirofenicia?, ¿qué simboliza el final del relato donde Jesús sana a la hija de la mujer sirofenciia atormentada por demonios?

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¿Qué implica que Jesús su hubiese ido a la región de Tiro y Sidón? Significativo, para el entendimiento del relato, es que Jesús se hubiese ido a una región eminentemente gentil. Ahora bien, Tiro viene del hebreo Tsôr, que significa “roca”, mientras que Sidón proviene del hebreo Tsîdôn, que significa “pescando [pesca]”, dado que Jesús es la roca (1 Corintios 10:4), luego entonces se entiende que Jesús fue a esa región para pescar en el entendido de que esa pesca se refiere a aquellos que habrían de ser llamados a salvación (Mateo 4:18-20).

¿Qué simboliza la mujer cananea, sirofenicia, con la hija gravemente atormentada por demonios? Una mujer en la Escritura simboliza una iglesia (Revelación 19:7-8; 21:9; 2 Corintio 11:2; Efesios 5:25-27), en este caso, dado que se trata de une mujer gentil, alejada de las promesas, se refiere a esa congregación pagana, de manera general, formada por gentiles, pero que tiene una hija que será sanada por Jesús, es decir, de esa congregación pagana, en el sentido más amplio de aquellos que estaban alejados de las promesas (2 Corintios 7:1), saldrán algunos, pocos (Mateo 22:14), que respondan al llamado.

¿Cómo puede entenderse el intercambio discursivo entre Jesús y la mujer sirofenicia? Tal vez este intercambio discursivo sea uno de los más difíciles de entender en los Evangelio, ¿por qué?, porque visto superficialmente presenta a un Jesús contrario a lo que todo de Él se sabe: alguien que de inicio no quiere ayudar a una persona que lo necesita y peor aún. Alguien que compara a los gentiles con los perrillos. Los estudiosos de la Palabra, tratando de conciliar esto, llegan a explicaciones que si bien permiten salvar el asunto, no resisten la prueba del análisis.

Hay quienes señalan que Jesús quería mostrar cómo es que la salvación estaba destinada de inicio solo para los judíos, pero esto no puede sostenerse cuando Él mismo en una ocasión sanó al siervo de un centurión romano (Juan 4:43-54), de igual forma se tiene cuando fue a la región de Samaria donde muchos aceptaron 162


su mensaje (Juan 4:1-42). Hay otros que señalan que Jesús, al negarse de inicio a siquiera escuchar a la mujer sirofenicia quería que su fe fuese demostrada, pero esa explicación casi lo presenta en un papel de insensibilidad caritativa que es contraria incluso a lo que Él mismo exhortaba a sus seguidores, como en la parábola del Buen Samaritano (Lucas 10:25-37). Pero lo más difícil de explicar es la alusión de Jesús a los gentiles como perrillos, si bien los judíos así veían a los gentiles, en el caso de Jesús, venido a salvar a todos (Juan 12:44-50), es algo menos que incomprensible tanto con su persona como con su vocación. ¿Entonces?

Para avanzar en la comprensión de esto hay que prestar atención a la parte medular del intercambio discursivo la cual es más que evidente es aquel punto en el cual dicha plática toma otro curso, lo cual está dado en los versículos 26 y 27: “Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos”. Antes de ese momento Jesús, aparentemente no estaba dispuesto a ayudar a la mujer gentil, pero después de la respuesta de esta Jesús aparentemente cambia de parecer y la ayuda. Dado que este es el punto de quiebre puede uno tratar de entender qué comprensión el mismo entrega.

En ese punto de quiebre hay tres símbolos que rescatar: el pan de los hijos, la mesa en la que está, y aquellos mencionados como perrillos.

Dado que la venida de Cristo tiene su referente en el cumplimiento del plan de salvación para con la humanidad, habrá que buscar algo que lo represente y que contenga lo mismo panes que mesa donde estos son colocados, siendo que el único referente de esto es precisamente el Tabernáculo de Reunión, específicamente en la mesa de los panes de la preposición ubicada,

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providencialmente, en el Lugar Santo, ¿por qué providencialmente?, porque el Lugar Santo simboliza la era de la iglesia abierta a la venida de nuestro Señor12.

Después de las indicaciones relativas al Arca, antes de entrar a las disposiciones de la construcción del Tabernáculo, se habla de lo que se conoce como la mesa del pan de la proposición.

Aunque en este apartado no se indica, sino más delante, hay que señalar que en esta mesa se colocaban dos pilas de pan diariamente, seis panes en una pila y seis en otra, panes que debían amasarse sin levadura (Levítico 24:5-9), el número doce inmediatamente trae a la mente las doce tribus de Israel, pero ¿por qué dos pilas?, porque se está hablando de los dos pueblos que serían uno, Israel y los gentiles (Efesios 2:14).

Aquí hay que aclarar la cuestión relativa al término de Israel.

Cuando uno lee la Escritura, encuentra en la misma admoniciones y promesas dadas a Israel, estas admoniciones y promesas pueden ser históricas (ya acontecidas), exhortativas (acontecidas o no pero que sirven de instrucción, de corrección, de edificación), o proféticas (que aún no han sucedido), pero en todos los casos el lector generalmente las ubica referidas única y exclusivamente al Israel carnal, físico y terrenal, sin darse cuenta que también aplican a la iglesia de Dios, para ello hay que entender el significado de Israel más allá del claro y evidente referido al pueblo judío.

Hay que entender que en la Escritura, la palabra Israel puede referirse, sí, al pueblo carnal, físico y terrenal de Israel, pero también hace referencia a todo aquel quien es llamado por Dios y llega a formar parte de Su familia.

12

Para un discernimiento del simbolismo del diseño del Tabernáculo se sugiere la obra “El tabernáculo de reunión -Una fotografía dinámica de la familia de Dios-”. Descargar gratis sin compromiso ni seguimiento en www.rocefi.com.mx, Menú Libros, Sección Ebooks Gratis, Apartado Cristianismo.

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Cuando el nombre de Jacob es cambiado a Israel (Génesis 32:29), la misma Escritura explica su significado pleno. Israel viene de ‫יאראי‬, Yisra'el, que significa El que Lucha con Dios, pero la Escritura completa el significado pleno al señalar en la cita dada que ese cambio se da no sólo por haber luchado con Dios y los hombres (incluso hombres impíos habían luchado con Dios y con los hombres, como Caín o Nimrod) pero en el caso de Jacob él había vencido, es así como Israel se refiere a El Que Vence, lo cual abarca tanto el Antiguo como el Nuevo testamento, es decir tanto al pueblo carnal, físico y terrenal de Israel como a los llamados a formar parte de la iglesia de Dios, es decir, en Israel nos estamos refiriendo a la familia de Dios conformada por todo aquel que vence.

Sobre esto, es interesante notar en el capítulo 6 de Gálatas, como es que Pablo hace mención al Israel de Dios (Gálatas 6:16). La carta va dirigida no al Israel carnal, físico y terrenal sino a la iglesia de Dios, de hecho es una admonición contra aquellos que querían llevar a los nuevos creyentes de nuevo a judaizar sometiéndose a las prescripciones que habían sido superadas por el sacrificio redentor de nuestro Señor Jesús. “Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo. Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la circuncisión, sino una nueva creación. Y a todos los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea a ellos, y al Israel de Dios” (Gálatas 6:14-16). Así, Pablo, al referirse al Israel de Dios en un contexto ajeno al Israel carnal, físico y terrenal, se dirige a la iglesia de Dios, de hecho podemos decir, en la misma línea de lo ya comentado, que se dirige a todo aquel que siendo llamado llega a vencer pues “ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gálatas 3:28; cfr. Romanos 11:11-24)

De esto último es interesante que las cartas que Jesús por medio de Juan envía a las iglesias en Revelación siempre se refiere las promesas que esperan al que

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venza (Revelación 2:7, 11, 17, 26: 3:5, 12, 21), siguiendo la tónica de lo expresado, al que llegue a ser Israel.

Con esta comprensión puede entenderse una profecía dada por Jesús que sigue desconcertando a los estudiosos de la Escritura.

Mateo 10:23 Cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo, que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del Hombre.

Interpretaciones van e interpretaciones vienen respecto de la cita anterior, algunos más prudentes la obvian para no entrar en conflicto ya que la lectura de la misma es contradictoria a primera vista. Jesus, refiriéndose a la encomienda de proclamar el Evangelio, dice a Sus seguidores que si los persiguen en una ciudad vayan a otra, pero luego viene la profecía a la que se hace referencia: “porque de cierto os digo, que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del Hombre”. Es más que evidente que hace mucho, de hecho incluso en el tiempo de la iglesia primitiva, los discípulos de Jesús recorrieron todas las ciudades de Israel, incluso considerando que el exhorto a sus discípulos va dirigido a Sus seguidores de todos los tiempos es difícil argumentar que en la actualidad no se han recorrido todas las ciudades de Israel. Pero hay más, ya que esta cita estaría en contraposición con otra misma de Jesús cuando al enviar a Sus discípulos a predicar el Evangelio les dice “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8), así que aquí Jesús dice que Sus discípulos le serían testigos en toda –no parte- Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra, ¿entonces?, ¿los discípulos no acabarían de predicar en todo Israel para cuando Jesús regresara (Mateo 10:23) o más bien si terminarían y no sólo con Judea y Samaria (Israel) sino incluso hasta las confines

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más recónditos de la tierra (Hechos 1:8)?, ¿cómo conciliar estas dos citas aparentemente contradictorias?

Vista de la manera tradicional donde Israel se refiera al estado judío el conflicto anterior subiste y de hecho no hay manera de resolverlo, pero con la comprensión referida a que Israel se refiere a El Que Vence puede entenderse la anterior profecía bajo una nueva luz donde la referencia a las ciudades de Israel es un indicativo de todos aquellos lugares alrededor el mundo donde vivieren en todos los tiempos aquellos que habrían de ser llamados a salvación en el presente siglo: “porque de cierto os digo, que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de [Los Que Vencen], antes que venga el Hijo del Hombre”.

Así que cuando se lea en la Escritura admoniciones y promesas para Israel, hay que llevarlas a la luz de su significado como una exhortación personal a El Que Vence y tomarlas para la edificación, pues son dichas también para uno, para toda la iglesia de Dios, por el llamamiento del que se ha sido objeto, para que ser acreditado entre los llamados y elegidos que son hallados fieles (Revelación 17:14) y contado entre los vencedores (Romanos 8:29-39; 1 Juan 5:4-5).

Así esas dos pilas de pan hablan de la familia de Dios. Entonces es que puede abordarse la cuestión de la mesa sobre la cual estarían.

Éxodo 25 23

Harás asimismo una mesa de madera de acacia; su longitud será de dos

codos, y de un codo su anchura, y su altura de codo y medio. 24

Y la cubrirás de oro puro, y le harás una cornisa de oro alrededor.

25

Le harás también una moldura alrededor, de un palmo menor de anchura,

y harás a la moldura una cornisa de oro alrededor. 26

Y le harás cuatro anillos de oro, los cuales pondrás en las cuatro

esquinas que corresponden a sus cuatro patas.

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27

Los anillos estarán debajo de la moldura, para lugares de las varas para

llevar la mesa. 28

Harás las varas de madera de acacia, y las cubrirás de oro, y con ellas

será llevada la mesa. 29

Harás también sus platos, sus cucharas, sus cubiertas y sus tazones, con

que se libará; de oro fino los harás. 30

Y pondrás sobre la mesa el pan de la proposición delante de mí

continuamente.

Esta mesa, así como el candelabro que se verá a continuación, estaban en lo que se conoce, y que más delante se verá, como el lugar Santo, este estaba antes del lugar Santísimo siendo que ambos lugares estaban separados por un velo. Ahora bien, si los panes sobre la mesa simbolizan la familia de Dios, los dos pueblos de los cuales hace uno, ¿qué simbolizará la mesa en sí?

Al igual que anteriormente con los anillos del Arca y las varas para los mismos, en este caso hay que ver el uso que la mesa tenía y que es servir de soporte, de lugar de resguardo, de protección y contención de lo que en ella se ponía, en este caso, de las dos pilas de panes, si las dos pilas son el Pueblo de Dios, Su familia, ¿qué será eso que la soporta, la resguarda, la protege, la contiene? La Congregación, como se le conocía en el Antiguo Testamento, la Iglesia, como se le conoce en el Nuevo Testamento, es decir, aquella asamblea con organización y estructura, con normas y procesos, que sirven para la edificación de los llamados a salvación.

Es interesante que de la mesa para los panes de la proposición sí se entreguen sus medidas completas: longitud de dos codos, un codo su ancho, y altura de codo y medio (v. 23), el área total es tres. ¿Y qué dice la Escritura? Con el testimonio de dos o tres testigos versará toda verdad (Números 35:30; Deuteronomio 19:15; Mateo 18:16, 2 Corintios 13:1; 1 Timoteo 5:19; Hebreos 10:28), de igual forma se señala que donde dos o tres están reunidos en nombre 168


de Jesús, Él mismo está ahí presente (Mateo 18:20), ambas cuestiones, el testimonio y comunidad hablan precisamente de la Asamblea de Dios, Su congregación, Su iglesia.

La lectura de las indicaciones relativas a la mesa de los panes de la proposición traen de manera automática una imagen ya conocida previamente: el Arca de la Alianza. Ambas están hechas de madera recubierta de oro (v. 23 y 24), ambas son rectangulares (v. 23), ambas tienen una cornisa y una moldura (v. 24 y 25), ambas tienen cuatro anillos en sus cuatro esquina (v. 26 y 27), ambas son transportadas con varas de madera cubiertas de oro (v. 28). Si bien todo el simbolismo subyacente a estas imágenes ya se comentó al abordar el Arca, Cristo, aquí se tiene una aplicación relativa a la congregación, a la iglesia, y si bien en el caso de Cristo el simbolismo entregado apuntaba a una comprensión del mismo plena, completa y total en el caso de su iglesia debe adecuarse pues la misma no será perfecta sino hasta su venida y la transformación gloriosa de los hijos de Dios, por eso es que en las disposiciones del Tabernáculo la mesa de los panes de la preposición junto con los panes se encontraba en el lugar Santo, no en el lugar Santísimo.

Pero continuando en la línea del pensamiento anterior, la comprensión del simbolismo del Arca permite ver que existe una relación muy estrecha con el simbolismo de la mesa de los panes de la preposición, siendo que si la mesa viene a ser la congregación, la iglesia, esto se entiende pues la misma es llamada Cuerpo de Cristo (1 Corintios 12:12-27) y Cristo llamado Su cabeza (Efesios 1:22; Efesios 5:23; Colosenses 1:18), siendo así que el cuerpo no puede ser diferente de la cabeza sino por el contrario reflejar en su naturaleza muchas coincidencias, es por eso que la lectura de las indicaciones de la mesa de los panes de la preposición traen de manera natural las indicaciones relativas al Arca ya que ambas tienen una relación estrecha, el Arca como Cristo, cabeza de la congregación, de la iglesia, y le mesa como dicha congregación, dicha iglesia, cuerpo de Cristo. 169


Como complemento de la mesa de los panes de la preposición se indicaba que debían hacerse platos, cucharas, cubiertas y tazones de oro para su uso (v. 29). Dado que los platos, cucharas, cubiertas y tazones eran algo que se usaba en relación a las disposiciones relativas a los panes de la preposición y que tenían que ver con un uso en ello, su significado está aunado a lo que cada miembro de la congregación, de la iglesia, puede aportar para la edificación del Cuerpo de Cristo (1 Corintios 12).

El último versículo relativo a los panes de la preposición, el 30, señala que dichos panes deberían estar continuamente delante de Dios. Esto habla de cómo es que en todos los tiempos, en todas las edades, debía existir la congregación de Dios, Su iglesia, en el Antiguo Testamento en la figura del Pueblo de Israel, en el Nuevo Testamento en la figura de la iglesia de Dios, conformando ambos una sola familia: la familia de Dios. Siendo que para ambos existen promesas y profecías de su continua existencia a lo largo de los siglos, sin interrupción ni cesación, hasta que el plan divino sea consumado.

Con esta comprensión puede avanzarse a entender ese intercambio discursivo entre Jesús y la mujer sirofenicia. Los perrillos en efecto se refiere a los gentiles, el término es usado por Jesús, no de manera peroyativa, sino para simbolizar ese sentimiento del pueblo elegido, el Israel histórico, hacia ellos quienes, aun siendo olivos silvestre (Romanos 11:11-24), habrían de ser injertados en la familia de Dios, éstos estaban “alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo” (Efesios 2:12-13), lo cual es mucho peor que decir perrillos, pero Jesús usa el término de manera enfática para que no haya duda de a quienes se están refiriendo: a los gentiles que serían injertados en el olivo natural.

Pero ¿por qué ese dar del pan de los hijos a los perrillos simbolizaría que los gentiles habrían de ser injertados, como olivo silvestre, en el olivo natural?, ¡por 170


que el pan de la proposición solo podía ser comido por Aharón y sus hijos como sacerdotes de Dios!, “y será de Aarón y de sus hijos, los cuales lo comerán en lugar santo; porque es cosa muy santa para él, de las ofrendas encendidas a Jehová, por derecho perpetuo” (Levítico 24:9), de hecho Jesús es reiterativo en esto cuando señala “cómo entró [David] en la casa de Dios y comieron los panes consagrados, que no les era lícito comer, ni a él ni a los que estaban con él, sino sólo a los sacerdotes” (Mateo 12:4).

De esta forma la figura de los perrillos es más que necesaria para que no haya lugar a dudas, para que quede claro, como es que Jesús se estaba refiriendo de manera concreta a los gentiles que como olivo silvestre habrían de ser injertados en el olivo natural, haciéndose coherederos de las promesas: “Y cantaban un cántico nuevo, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre compraste para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación. Y los has hecho un reino y sacerdotes para nuestro Dios; y reinarán sobre la tierra” (Revelación 5:9-10) ¿Pero qué hay con el dicho de Jesús de que “no está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos”?, ¿si no está bien porque finalmente lo haría Jesús?, ¿eso quiere decir que Jesús hizo algo que no estaba bien? La expresión “no está bien” debe entenderse más bien como “no es lo ideal”, “no es lo que debería ser”, “no es lo que óptimamente se había establecido”, pero que finalmente será conforme al plan de Dios incluso a pesar de las torpezas, debilidades, cobardías y pecados de la humanidad. Es lo mismo que finalmente sucedió cuando los judíos, habiendo rechazado la salvación, obligaron a Pablo y Bernabé a declarar “a vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; más puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles” (Hechos 13:46). En efecto, no era ese el ideal, el ideal hubiese sido que todo Israel aceptase el mensaje de Jesús y que a través de él las naciones viniesen a salvación, con todo y todo eso ya estaba en el plan de Dios pero Jesús, con ese dicho, deja palpable de que 171


había una forma mejor que Dios había pensado pero que no es aceptada por su pueblo siendo que entonces se desarrolla en otro sentido el plan de Dio pues incluso a pesar del hombre lo que Él ha planeado se logra (Isaías 55:10-11).

¿Qué simboliza el final del relato donde Jesús sana a la hija de la mujer sirofenciia atormentada por demonios? Como se comentó desde el principio, simboliza a aquellos poco de entre las naciones gentiles de los muchos que habrían de ser llamados y que aceptarían la salvación a lo largo de los dos mil años de la iglesia de Dios.

De esta forma, con el relato de la sanación por parte de Jesús de la hija de la mujer sirofenicia, se deja constancia de esos gentiles que como olivo silvestre, como perrillo que eran vistos por el pueblo de Israel, habrían de ser injertados en al olivo natural llegando a ser, con los que hiciesen lo mismo del Israel histórico, el Israel de Dios, dejando de ser perrillos para ser reyes y sacerdotes como hijos de Dios en Su familia.

172


La curación milagrosa del hombre sordo y mudo

Marcos 7 31

Volviendo a salir de la región de Tiro, vino por Sidón al mar de Galilea,

pasando por la región de Decápolis. 32

Y le trajeron un sordo y tartamudo, y le rogaron que le pusiera la mano

encima. 33

Y tomándole aparte de la gente, metió los dedos en las orejas de él, y

escupiendo, tocó su lengua; 34

y levantando los ojos al cielo, gimió, y le dijo: Efata, es decir: Sé abierto.

35

Al momento fueron abiertos sus oídos, y se desató la ligadura de su

lengua, y hablaba bien.

Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿qué representa la región dónde este milagro fue realizado?, ¿qué infiere el que Jesús tomase al sordo y tartamudo aparte?, ¿qué simboliza que el hombre estuviese sordo y fuese tartamudo?, ¿qué implica que Jesús le hubiese tocado en los oídos y en la lengua para sanarlo?, ¿por qué Jesús dice Efata, es decir: Sé abierto, para sanar al hombre?, ¿qué implica que el hombre le fueran abiertos sus oídos y se le hubiese desatado la ligadura de su lengua hablando bien después de eso?

¿Qué representa la región dónde este milagro fue realizado? Tiro y Sidón eran ciudades gentiles. La referencia de Jesús en un área gentil nos habla de ese llamamiento que en la era de la iglesia los gentiles habrían de tener para venir a salvación.

¿Qué infiere el que Jesús tomase al sordo y tartamudo aparte? Santo implica algo que es apartado para usarse conforme a la voluntad divina, de esta forma este apartar al sordo y tartamudo por parte de Jesús habla de ese llamamiento que 173


implica, para los llamados a ser santos, a apartarse del mundo para dedicarse al servicio de Dios.

¿Qué simboliza que el hombre estuviese sordo y fuese tartamudo? Es más que claro que la sordera y la tartamudez del hombre tiene su referente con el conocimiento de la verdad, como escrituralmente es revelada, y su proclamación: “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! Más no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” (Romanos 10:14-17). De esta forma el conocer las verdades reveladas y estar en capacidad de transmitirlas están íntimamente relacionados, siendo que en el relato, el hombre enfermo simboliza a aquellos que antes de venir a salvación están incapacitados para ello.

¿Qué implica que Jesús le hubiese tocado en los oídos y en la lengua para sanarlo? El relato muestra a un hombre que si bien estaba sordo no era del todo mudo sino que era tartamudo, es decir, no podía expresarse con claridad. De esta forma se simboliza aquellos que si bien pueden tener acceso a parte de la verdad revelada, el desconocimiento de lo que le da sentido a la misma, Jesús, les impide proclamarla de manera íntegra. De esta forma, el que Jesús le hubiese tocado, simboliza esa necesidad de aceptar a Jesús como Mesías para que toda la Escritura tenga sentido. Es Cristo quien entra por los oídos para dar el entendimiento necesario para que en la proclamación de las verdades que se haga vaya de igual forma Cristo revelado.

Ahora bien, el relato nos presenta un proceso muy claro: primero metió los dedos en las orejas del sordo y tartamudo, luego escupió, y por último le tocó la lengua. Providencialmente este es el proceso para venir a salvación. Como dice Romanos 174


10:17 la fe es por el oír la Palabra de Dios, ¿qué Palabra?, el Antiguo y el Nuevo Testamento, la Palabra escrita, la Biblia y la Palabra, echa carne, Jesús, de esta forma esta dualidad está simbolizada en que Jesús le tocó ambos oídos para que fuesen abiertos, para que pudiese entender. Luego Jesús escupe, la salvia a manera de agua simboliza al Espíritu Santo que Jesús enviaría del Padre, como dice Juan 15:26. Por último, al tocar la lengua del sordo y tartamudo, éste comienza a hablar bien, símbolo de que ahora sí está en posibilidad de expresar las verdades divinas. Estos tres pasos son los que todo elegido que responde al llamado del Padre para venir a salvación en el presente siglo sigue: primero oye la Palabra, luego se bautiza y recibe el Espíritu Santo, por último comienza a proclamar las verdades divinas de palabra, mediante la doctrina, y de hecho, mediante las obras.

¿Por qué Jesús dice Efata, es decir: Sé abierto, para sanar al hombre? Lo primero que hay que decir sobre esto es que providencialmente de una manera muy clara queda de evidencia esos dos pueblos de los cuales el sacrificio redentor de nuestro Señor Jesús haría uno (Efesios 2:14), porque de una manera muy simbólica queda patente esto cuando se usa un idioma, el griego del nuevo testamento, para transliteralizar una palabra dicha en arameo el cual, como el hebreo, tenían raíces comunes cuyos orígenes comunes es la lengua paleohebrea.

Dado que esta es la parte que llama la atención de relato es más que evidente que la misma contiene comprensión medular que debe llegar a entenderse. ¿Por qué se dice que esta parte del relato es la que llama la atención?, primero, porque el relato en sí es corto, como para no desviar la atención, siendo que este dicho de Jesús relata en el mismo; segundo, porque hay milagros incluso más asombrosos de Jesús, pero pocos en los que se inserte un diálogo en lengua original; y, tercero, porque la inclusión de dicha palabra es más que atípica ya que está escrita en griego pero proviene del arameo el cual, como el hebreo, tenían raíces comunes. 175


La palabra Efata se ha escrito en griego como Ἐφφαθά, más sin embargo es la transliteración de la pronunciación en arameo y hebreo. En arameo Efata se escribe

mientras que en hebreo se escribe ‫אפתח‬, con todo y todo estas

dos últimas lenguas se derivan del paleo-hebreo

, todas leídas de

derecha a izquierda, cuyo significado simbólico es:

Letra

Simboliza

Significa

Cabeza de buey

Fuerza, poder, líder

Boca abierta

Hablar

Palos cruzados

Marca, sello, señal, pacto

Hombre con los brazos levantados

Manifestar, revelar

De esta forma hay un simbolismo muy profundo relacionado con la curación del hombre por parte de Jesús donde se le inviste de poder para proclamar las verdades reveladas mostrando ese sello a manera de señal relativo a un pacto que le permite revelar de manera exclusiva el significado de las mismas. Esto se refiere a todos que aceptando el llamamiento del Padre han venido a salvación en el presente siglo, pero ¿cuál es ese sello a manera de señal relativo a un pacto que identifica a los verdaderos seguidores?, después de todo nuestro mismo Señor nos previno diciendo en su momento “porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán”, es así que aquellos que realmente sean miembros del Cuerpo de Cristo deben tener algún sello, alguna marca, que a manera de señal referida a un pacto que permita identificarlos, ¿cuál puede ser esa?, el único pacto que Dios ha hecho con Su pueblo tiene su referente en la entrega de los Diez Mandamientos en el Monte Sinaí, y de esos Diez Mandamientos el único que es concretamente identificado como un sello, como una marca, es el cuarto, el relativo a la observancia del séptimo día de la semana, así que adelantando la respuesta puede decirse que esa marca, que ese sello distintivo de los verdaderos hijos de Dios, es la observancia del Shabat. Expliquemos eso. 176


La palabra que se traduce como sábado o ben reposo en algunas traducciones, referida al séptimo día de la semana, deviene de la palabra hebrea ‫שבת‬, shabat. Si bien shabat se refiere a cesar, desistir, descansar, su significado escritural es más profundo.

Veamos como de todos los días, el séptimo es el único que tiene nombre. En Génesis 1, durante el proceso de creación, vemos que cada día fue nombrado como primero, segundo, tercero, etc. Pero cuando en Éxodo 20:8-11 se entregan la observancia el séptimo día de la semana como parte de los Diez Mandamientos, así como en todas las citas que se refiera a dicha observancia, la referencia a ese día le otorga un nombre: Shabat.

La evidencia de que Shabat tiene un su significado escritural es más profundo, el cual más delante veremos, salta a la vista cuando leemos en Éxodo 31:15 “seis días se trabajará, más el día séptimo es Shabat de reposo consagrado a Jehová; cualquiera que trabaje en el día de Shabat, ciertamente morirá”. Si el entendimiento de Shabat se quedara en que sólo significa cesar, desistir, descansar, tendríamos esa traducción diciendo que “…el día séptimo es descanso de reposo consagrado a Jehová…”. Lo cual no tiene sentido. Esta cita caramente asigna un nombre al sétimo día de la semana, Shabat, e indica que el mismo es de reposo, luego entonces, ¿qué significado escritural tiene Shabat?

La palabra Shabat es la pronunciación que deviene de la palabra hebrea que se refiere a ello y que a lo largo del tiempo en el idioma hebreo se ha escrito de la siguiente manera.

177


Del lado izquierdo se encuentra Shabat escrito en hebreo antiguo, el inicio de la escritura hebrea, en medio está escrito en lo que se conoce como paleo hebreo, una evolución posterior, y a la derecha está escrito en el hebreo moderno, la más reciente. En este punto hay que aclarar que el hebreo se lee de derecha a izquierda. La primer letra es la Shin, la segunda es la Bet y la tercera la Taw. Como puede verse, el hebreo en sus inicios - hebreo antiguo- era un idioma cuyos símbolos representaban algo. En este caso específico la letra Shin representaba los dientes, la letra Bet la tienda donde se vivía, y la letra Taw era una cruz a manera de marca o señal.

Esto es importante ya que si se quiere entender el significado del Shabat en su originen prístino debe entenderse lo que se buscaba representar.

Sin extendernos mucho en esto, por ejemplo, puede señalarse como es que la palabra Ben, que significa hijo en el idioma hebreo, está conformada por la letra Bet y la letra Nun. Bet como se dijo se refiere a la tienda como hogar y Nun es una semilla germinando, así la idea que deviene de Ben, hijo, es la semilla del hogar que germina, simbolismo que encierra el significado de los hijos, la simiente que germina en la casa y que le da continuidad a la misma.

Volviendo sobre el Shabat, vemos que los símbolos antiguos de la palabra misma devienen de dientes, tienda (entendida como la casa, el hogar) y señal. Comenzando con la primera letra, la Shin, ¿en qué situaciones las personas muestran sus dientes? Hay dos momentos en los que esto sucede: uno cuando se está alegre, otro cuando se está comiendo. La letra Bet, como ya se comentó, simboliza una tienda entendida ésta como casa, hogar. Mientras que la Tau es una señal. Juntando las dos primeras, Shin y Tau tenemos la imagen de mostrar 178


los dientes por alegrarse y alimentarse estando en casa. Este es el significado sencillo, básico, de esa imagen. La última letra muestra que esto debe ser visto como señal.

De nuevo: es importante entender a qué se refiere Shabat pues eso nos permitirá entender algunas referencias escriturales que parecen complicadas en cuanto su significado a la vez que nos permitirá comprender la sustancia, naturaleza y sentido del Shabat.

El cuarto mandamiento señala claramente que seis días se trabajarán y el séptimo se descansará (Ex. 20: 8-11), leído de esa forma podría pensarse que con el sólo hecho de descansar se está cumpliendo, por ejemplo, quedándose en cama durmiendo y dormitando todo el día, pero el significado de Shabat va más allá, así como otras citas que terminan dando entendimiento sobre a qué se refiere ese reposo.

El mostrar los dientes por alegrarse y alimentarse está implícito en las referencias que sobre el Shabat se tienen. Isaías 58:13-14 señala “Si retrajeres del Shabat tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado”. Las referencias a considerar el sábado como delicia y a deleitarse en Jehová son los referentes al simbolismo de mostrar los dientes en casa por alegrarse, de igual forma la referencia a la alimentación que viene de Jehová es un indicativo de los dientes que se muestran para alimentarse.

Sobre esto último es interesante como que la referencia de la alimentación pasa por el señalamiento que la misma viene de la boca de Jehová lo cual nos refiere a Deuteronomio 8:3 que señala que “…no sólo de pan vivirá el hombre, más de todo 179


lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre”. Sobre esta misma línea de pensamiento hay que notar como es que Lucas 4:16, en la figura de nuestro Señor Jesucristo, nos confirma que el sábado es precisamente el día en que uno debe buscar alimentarse de la Palabra que salé de la boca de Jehová, “Y vino a Nazaret, donde había sido criado; y entró, conforme a su costumbre, el día del Shabat en la sinagoga, y se levantó a leer”. Esto pasa por congregarse, enseñar y aprender. Esto último que pudiera parecer más que obvio es sumamente importante para entender algunos pasajes escriturales.

Aunque evidente no podemos dejar de señalar que la referencia al Shabat en el mandamiento pasa por descansar ese día, “Trabaja seis días, y haz en ellos todo lo que tengas que hacer, pero el día séptimo será un día de reposo para honrar al Señor tu Dios. No hagas en ese día ningún trabajo, ni tampoco tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni tampoco los extranjeros que vivan en tus ciudades” (Éxodo 20:9-10), aunque más delante se abordará la manera de guardar el sábado, lo cual genera un sinfín de preguntas sobre el cómo, la misma Escritura nos da luz sobre este tema pues la referencia principal estriba en no realizar trabajo servil y en no comprar ni vender.

Sobre lo primero el mandamiento es muy claro al respecto, sobre lo segundo Nehemías 13:15-20 nos da el referente, En aquellos días vi en Judá a algunos que pisaban en lagares en el Shabat, y que acarreaban haces, y cargaban asnos con vino, y también de uvas, de higos y toda suerte de carga, y que traían a Jerusalén en día de Shabat; y los amonesté acerca del día en que vendían las provisiones. También había en la ciudad tirios que traían pescado y toda mercadería, y vendían en el Shabat a los hijos de Judá en Jerusalén. Y reprendí a los señores de Judá y les dije: ¿Qué mala cosa es esta que vosotros hacéis, profanando así el día de Shabat? ¿No hicieron así vuestros padres, y trajo nuestro Dios todo este mal sobre nosotros y sobre esta ciudad? ¿Y vosotros añadís ira sobre Israel profanando el Shabat? Sucedió, pues, que cuando iba oscureciendo a las puertas de Jerusalén antes del Shabat, dije que se cerrasen las puertas, y 180


ordené que no las abriesen hasta después del Shabat; y puse a las puertas algunos de mis criados, para que en día de Shabat no introdujeran carga. Y se quedaron fuera de Jerusalén una y dos veces los negociantes y los que vendían toda especie de mercancía”.

Por último, la Tau, como se mencionó, era una cruz a manera de marca o señal, es así como el sábado como día para estar en casa (tanto la casa familiar como la casa de oración), para gozarse en Jehová y ser alimentados a través de la enseñanza y el aprendizaje, es la señal de todo aquel que forma parte de la familia de Dios. Más delante volveremos sobre este punto.

En este momento, con el significado primordial de Shabat, podemos avanzar hacia el primer Shabat de la historia y de paso entender un pasaje escritural que siempre ha intrigado a los creyentes, la referencia de que Jehová al parecer necesita reposar pues se cansa. El primer Shabat está relatado en Génesis 2:1-3, “fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación”.

Inmediatamente después de que en el sexto día Jehová termina su creación con el hombre, la Escritura nos señala que en el séptimo día Jehová reposó de toda su obra, en esta cita la palabra para reposar es ָׁ‫ֹ֙ו בְּת‬, Shabat, ¿significa eso que Dios se cansa y requiere de reposo? Antes de contestar esto veamos una cita más que nos dará luz sobre lo que Dios hizo el séptimo día y luego, volviendo sobre el significado de Shabat, entenderemos a qué se está refiriendo este reposo.

Génesis 2:8 nos dice que una vez que concluyó Jehová su obra creadora colocó al hombre en el Jardín de Edén. Aquí es importante tener en mente la sucesión de 181


eventos para entender algo crucial del séptimo día. Como es sabido de todos, en el Jardín de Edén había toda clase de árboles agradables a la vista y buenos para comer de ellos (Génesis 2:9), pero también había un árbol del cual no se habría de comer, el Árbol de la Ciencia del Bien y el Mal (Génesis 2:9, 17). Ahora bien, todos los días son días creativos, no sólo parte de ellos, sino todo el día en sí, siendo sólo el séptimo de reposo. El hombre es la última creación de Dios luego entonces no es errado pensar que fue creado al final del sexto día ya que si hubiera sido al principio o incluso a la mitad el resto del día Dios hubiera ya entrado en el reposo, lo cual no es así sino que la Escritura nos dice que reposó hasta el séptimo día. En ese caso una vez creado el hombre al final del sexto día, como culmen de su obra creadora después de la cual ya no haría más, Dios lo pone en el Jardín de Edén, ¿cuándo habría de decirle Dios lo referente a la prohibición de comer del Árbol de la Ciencia del Bien y el Mal?, es más que evidente que de inmediato.

Dado que Génesis 1:31 nos habla del término del día sexto, sin mencionar la admonición de Dios al hombre sobre lo referente del Árbol de la Ciencia del Bien y el Mal, y considerando lo comentado anteriormente, es lógico concluir que eso se hizo recién iniciado el día séptimo, el día en que Dios estaba reposando.

En este punto hay que aclarar, y tener muy en cuenta para el resto del estudio, que los días judíos, en consonancia con la Escritura (Génesis 1:5, 8, 13, 19, 23, 31), comenzaban a la puesta del sol, la primera parte de los mismos era la parte oscura y la segunda parte de los mismos era la pare clara, terminando estos a la puesta de sol del día siguiente. Con esto en mente procuraremos entender el reposo de Dios en el primer Shabat de la historia.

Génesis 2:1 nos muestra cómo es que para el Séptimo día Dios había concluido su obra creadora, lo cual tiene su referente en el mandamiento sobre ese día que señala que no se hará trabajo en él. Dios así no estaba creando más ese día, sino que al cesar su actividad creadora estaba entrando en el Shabat. Pero, ¿Por qué se señala que Dios reposó?, ¿acaso Dios se cansa y requiere descanso? 182


Toda la introducción al respecto del Shabat fue con el objetivo de quitar el pensamiento de lo que para nosotros en la actualidad pueden significar las palabras reposo o descanso, sobre todo relacionadas con el día de reposo cristiano, y llevarnos al pensamiento original de lo que significaban al referirse al Shabat. Como ya vimos, Shabat tiene una connotación referida a gozarse en Jehová y ser alimentados por él en la casa, tanto familiar como de oración. Si se nos permitiese, la cita de Génesis 2:1-3, en vez de decir que Dios reposó el séptimo día, dado que la palabra para reposó es ָׁ‫ֹ֙ו בְּת‬, Shabat, bien podríamos decir que hizo Shabat, o excediéndonos en esa libertad expresiva, podríamos decir que Dios sabadeó el séptimo día, ¿cómo es que Dios hizo Shabat, sabadeó, el séptimo día? primero cesando de toda obra posterior a la creación que ya había concluido, segundo gozándose en la creación concluida la cual había visto era toda buena, y tercero, y muy importante, predicando Su verdad en ese séptimo día.

Como vimos, la connotación de Shabat implica la alimentación en casa, esa alimentación, venida de Dios, requiere enseñanza y aprendizaje, Dios no puede ser instruido, pero sí puede instruir, así Dios al hablarle al hombre sobre la cuestión del Árbol de la Ciencia del Bien y el Mal estaba proclamando Su verdad a través de Su palabra con la intención, como siempre, de que el hombre viviera.

Es así como la expresión de Génesis 2:1-3 de que Dios reposó no debe entenderse en el ámbito natural del hombre, quien sí necesita ese descanso pues se cansa, sino en el ámbito divino del significado de Shabat pues Dios mismo estaba mostrando la manera de guardar el séptimo día al cesar sus trabajos, alegrarse en la creación y predicar Su palabra. De igual forma, y para completar la imagen anterior, Adán ese séptimo día bien podría estar reposando, de igual forma gozándose en la creación, pero si no hubiese tenido instrucción el sentido del Shabat no se hubiera completado, es así como la predica de Dios respecto de Su verdad, recién iniciado el Shabat, con respecto al árbol de la Ciencia del Bien

183


y el Mal permite tanto a él, como a Adán, cumplir la parte de enseñanzaaprendizaje de las verdades divinas requeridas por el Shabat.

Por último, la Tau, como se mencionó, era una cruz a manera de marca o señal, es así como el sábado como día para estar en casa (tanto la casa familiar como la casa de oración), para gozarse en Jehová y ser alimentados a través de la enseñanza y el aprendizaje, es la señal de todo aquel que forma parte de la familia de Dios. Sobre ese punto es asombrosamente claro como lo señala Éxodo 31:12-17, “habló además Jehová a Moisés, diciendo: Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis Shabats; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico. Así que guardaréis el Shabat, porque santo es a vosotros; el que lo profanare, de cierto morirá; porque cualquiera que hiciere obra alguna en él, aquella persona será cortada de en medio de su pueblo. Seis días se trabajará, más el día séptimo es Shabat de reposo consagrado a Jehová; cualquiera que trabaje en el Shabat, ciertamente morirá. Guardarán, pues, el Shabat los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó”. De manera contundente se señala como es que el Shabat señal entre Dios y todos los que respondiesen a Su llamado (v. 13), esa señal sería perpetua (v. 17), y esa señal sería con el fin de mostrar que Él es Jehová quien santifica a Su pueblo (v. 13), es decir, identificaría al Pueblo de Dios, esto último lo repite Ezequiel 20:12, 20, “Y les di también mis Shabats, para que fuesen por señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico… y santificad mis Shabats, y sean por señal entre mí y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová vuestro Dios”.

En este punto hay que hacer una aclaración pues quien lee el versículo 17 al leer que la señal es para con los israelitas, puede pensar que el Shabat era sólo para 184


el pueblo carnal, físico y terrenal de Israel. Si bien esto es cierto también el término abarca todo el Pueblo de Dios, Su familia.

Primeramente hay que tener claridad que la santificación del séptimo día, así como la observancia del primer Shabat de la historia de la humanidad, se dio mucho antes de que existiese el pueblo carnal, físico y terrenal de Israel.

En segundo lugar tenemos la declaratoria de Jesús quien en Marcos 2:27 que señala que el Sábado fue hecho por causa del hombre (está causa se refiere a la necesidad de descansar, de alegrarse en Dios y de ser alimentado por Él), no por causa de los judíos o de los israelitas, sino por causa del hombre.

En tercer lugar, y aunque se aceptase que el sábado es sólo para los judíos, hay que entender que todo aquel que se allegase a Dios, incluso siendo extranjero, estaría sujeto a la misma Ley, “habrá una misma ley para ustedes; será tanto para el extranjero como para el nativo, porque Yo soy Jehová su Dios” (Levítico 24:22), “una sola ley habrá, una sola ordenanza, para vosotros y para el extranjero que reside con vosotros” (Números 15:16). Isaías 56:3-5 es claro en esto, “y el extranjero que sigue a Jehová no hable diciendo: Me apartará totalmente Jehová de su pueblo. Ni diga el eunuco: He aquí yo soy árbol seco. Porque así dijo Jehová: A los eunucos que guarden mis Shabats, y escojan lo que yo quiero, y abracen mi pacto, yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca perecerá”. De igual forma Pablo lo retoma cuando habla del olivo silvestre (las naciones gentiles) son injertadas junto con el olivo natural (el pueblo de Israel) siendo ambos la familia de Dios (Romanos 11:16-24).

Y por último, hay que entender que en la Escritura, la palabra Israel puede referirse, sí, al pueblo carnal, físico y terrenal de Israel, pero también hace referencia a todo aquel quien es llamado por Dios y llega a formar parte de Su familia. Cuando el nombre de Jacob es cambiado a Israel (Génesis 32:29), la 185


misma Escritura explica su significado. Israel viene de ‫יאראי‬, Yisra'el, que significa El que Lucha con Dios, pero la Escritura completa el significado pleno al señalar en la cita dada que se le cambió no sólo porque había luchado con Dios y los hombres (incluso hombres impíos habían luchado con Dios y con los hombres, como Caín o Nimrod) pero en el caso de Jacob él había vencido, es así como Israel se refiere a El Que Vence, lo cual abarca tanto el Antiguo como el Nuevo testamento así como el pueblo carnal, físico y terrenal de Israel y la iglesia de Dios, es decir, nos referimos a la familia de Dios conformada por todo aquel que vence. De esto último es interesante que las cartas que Jesús por medio de Juan envía a las iglesias siempre se refiere las promesas que esperan al que venza (Revelación 2:7, 11, 17, 26: 3:5, 12, 21).

Sobre esto, es interesante notar en el capítulo 6 de Gálatas, como es que Pablo hace mención al Israel de Dios (Gálatas 6:16). La carta va dirigida no al Israel carnal, físico y terrenal sino a la iglesia de Dios, de hecho es una admonición contra aquellos que querían llevar a los nuevos creyentes de nuevo a judaizar sometiéndose a las prescripciones que habían sido superadas por el sacrificio redentor de nuestro Señor Jesús. “Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo. Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la circuncisión, sino una nueva creación. Y a todos los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea a ellos, y al Israel de Dios” (Gálatas 6:14-16). Así, Pablo, al referirse al Israel de Dios en un contexto ajeno al Israel carnal, físico y terrenal, se dirige a la iglesia de Dios, de hecho podemos decir, en la misma línea de lo ya comentado, que se dirige a todo aquel llamado que venza.

Así que reposar el séptimo día, que se refiere a dejar de hacer trabajos serviles y al hecho de comprar y vender, gozándonos en Jehová y alimentándonos de Su verdad por medio de la enseñanza y el aprendizaje de Su palabra, es señal que identifica al Pueblo de Dios de manera perpetua.

186


Para cerrar este apartado sobre la sustancia, naturaleza y sentido del sábado, es interesante notar que en la cita de Isaías 45:18 “Porque así dijo Jehová, que creó los cielos, él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano, para que fuese habitada la creó: Yo Jehová, y ninguno más que yo”, la palabra habitada es ‫י ָֹו֙בָת‬, lā·še·ḇe, la cual tiene su raíz en ‫שבת‬, Shabat, de hecho como puede verse, de derecha a izquierda las tres últimas letras son tal cual las mismas, así la frase de la cita que sobre la tierra dice “para que fuese habitada la creó” bien pudiera parafrasearse, perdonando la libertad de la expresión, como “para que fuese sabadeada la creó”, y como ya se comprendió la sustancia, naturaleza y sentido del sábado entendemos que el propósito original de la tierra, propósito que se cumplirá, es que los hijos de Dios vivan en ella reposando de sus obras, con gozo ante Jehová, y creciendo a través de la enseñanza-aprendizaje en el conocimiento de Dios, es decir, haciendo Shabat, sabadeando.

Volviendo al relato de la curación por parte de Jesús del sordo y tartamudo, ¿qué implica que el hombre le fueran abiertos sus oídos y se le hubiese desatado la ligadura de su lengua hablando bien después de eso? Con la comprensión, anterior implica que, el hombre, una vez aceptando a Jesús, estuvo en capacidad no solo de entender las verdades reveladas sino de proceder con integridad.

De esta forma el relato de la curación de este hombre sordo y tartamudo por parte de Jesús apunta a aquellos discípulos, a aquellos verdaderos discípulos, que diferenciados del resto por ese sello que implica el cumplimiento de los mandamientos cuyo mandamiento señal, visible, es la observancia del shabat, a lo largo de los dos mil años de historia de la iglesia, entendiendo las verdades reveladas al aceptar a Jesús como su salvador —quien le da sentido a toda la Escritura— estarían en posibilidad de proclamarlas con integridad.

187


La curación milagrosa de muchos enfermos

Mateo 15 30

Y se le acercó mucha gente que traía consigo a cojos, ciegos, mudos,

mancos, y otros muchos enfermos; y los pusieron a los pies de Jesús, y los sanó; 31

de manera que la multitud se maravillaba, viendo a los mudos hablar, a

los mancos sanados, a los cojos andar, y a los ciegos ver; y glorificaban al Dios de Israel.

La relatoría que presenta de manera exclusiva Mateo tiene más visos de ser una visión general de toda la labor curativa de Jesús. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿qué significan esos cojos, ciegos, mudos, mancos que eran puestos a los pies de Jesús para ser sanados?, ¿qué implica el que, una vez sanados, los mudos pudiesen hablar, los mancos restablecerse, los cojos andar, y a ciegos ver?

¿Qué significan esos cojos, ciegos, mudos, mancos que eran puestos a los pies de Jesús para ser sanados? Las enfermedades físicas en el pueblo de Israel tenían una connotación relacionada con el pecado (Juan 9:2), si bien Cristo reconvino esta forma de pensar (Juan 9:3) la comprensión escritural implica que las cuestiones materiales, en este caso las enfermedades que aquejaban a aquellos que eran sanados por Jesús, tenían un mensaje que espiritualmente debe comprenderse, no en cuanto al pecado al cual se relacionaban como un castigo del mismo sino más bien a lo que espiritualmente representaban.

Este es el caso de estos cojos, ciegos, mudos y mancos que son presentados en forma genérica por Mateo siendo sanados por Jesús.

188


Un cojo es alguien que tiene alguna deficiencia que le impide caminar correctamente; un ciego, de igual forma, muestra un padecimiento que le impide ver; un mudo, por su parte, no puede hablar; mientras que un manco tiene problemas para usar sus extremidades superiores.

Esa es la lectura física, material, pero la misma tiene una lectura espiritual. El cojo representa a aquellos que no andan conforme a la voluntad de Dios, “el que anda en rectitud teme a Jehová, pero el de perversos caminos le desprecia” (Proverbios 14:2); un ciego representa a aquel que vive en esa oscuridad espiritual que le impide avanzar en el Camino, “lámpara es a mis pies tu Palabra, y lumbrera a mi camino” (Salmos 119:105); un mudo representa a aquel que su falta de comprensión le impide hablar correctamente las verdades reveladas, “y tú le hablarás, y pondrás las palabras en su boca; y yo estaré con tu boca y con su boca y os enseñaré lo que habéis de hacer” (Éxodo 4:15); y un manco representa a todo aquel que no obra conforme a la voluntad de Dios, “no todo el que me dice: "Señor, Señor", entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21).

¿Qué implica el que, una vez sanados, los mudos pudiesen hablar, los mancos restablecerse, los cojos andar, y a ciegos ver? Siguiendo el orden de las ideas expresadas, el que los mudos pudiesen hablar, los mancos restablecerse, los cojos andar, y los ciegos ver, implica que la sanación que deviene de aceptar a Jesús en sus vidas les permitía realizar de conformidad con la voluntad el Padre, aquello para lo cual antes estaban espiritualmente imposibilitados. El cojo comenzando a andar conforme a la voluntad de Dios, “la senda de los rectos es apartarse del mal; el que guarda su camino preserva su alma” (Proverbios 16:17); un ciego representa a aquel que vive en esa oscuridad espiritual que le impide avanzar en el Camino, “envía tu luz y tu verdad; que ellas me guíen, que me lleven a tu santo monte, y a tus moradas” (Salmos 43:3); un 189


mudo representa a aquel que su falta de comprensión le impide hablar correctamente las verdades reveladas, “ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que has de hablar” (Éxodo 4:12); y un manco representa a todo aquel que no obra conforme a la voluntad de Dios, “porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los que cumplen la ley, ésos serán justificados” (Romanos 2:13).

De esta forma el relato de la curación de estos que genéricamente son presentados como mudos, mancos, cojos, y ciegos, hablan de aquellas personas cuyas deficiencias espirituales son sanadas al aceptar a Jesús como su Señor y su Salvador, como su redentor, pudiendo de esta forma hablar, hacer, andar y ver, espiritualmente hablando, conforme a la voluntad del Padre y para Su mayor gloria en Cristo Jesús.

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La curación milagrosa de un hombre ciego

Marcos 8 22

Vino luego a Betsaida; y le trajeron un ciego, y le rogaron que le tocase.

23

Entonces, tomando la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea; y

escupiendo en sus ojos, le puso las manos encima, y le preguntó si veía algo. 24

El, mirando, dijo: Veo los hombres como árboles, pero los veo que andan.

25

Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirase; y

fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos. 26

Y lo envió a su casa, diciendo: No entres en la aldea, ni lo digas a nadie

en la aldea.

La relatoría que presenta Mateo de manera exclusiva presenta a Jesús sanando a un hombre ciego. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿qué implica que la curación fuse realizada en Betsaida?, ¿qué simboliza el que el hombre estuviese ciego?, ¿por qué era necesario que Cristo le tocase?, ¿por qué Jesús saca al hombre ciego de la aldea antes de curarlo?, ¿qué implica la manera tan particular en que Jesús cura al hombre ciego?, ¿por qué una vez curado el hombre ciego, Jesús lo manda a su casa a la vez que le dice no entre de nuevo en la aldea y mucho menos habla del milagro con nadie?

¿Qué implica que la curación fuse realizada en Betsaida? Betsaida viene del hebreo ‫ צידּת בית‬y significa casa de pesca, dado que Jesús, al llamar a sus discípulos lo hizo diciendo “venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres” (Mateo 4:18-20), luego entonces el referente de la comprensión subyacente al relato señala a la era de la iglesia.

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¿Qué simboliza el que el hombre estuviese ciego? Un ciego representa a aquel que vive en esa oscuridad espiritual, “el camino de los impíos es como las tinieblas, no saben en qué tropiezan” (Proverbios 4:19),

¿Por qué era necesario que Cristo le tocase? Jesús se presenta a sí mismo como la Luz del mundo, “otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12), de igual forma la Escritura se refiere a sí misma como esa lámpara para nuestros pies, como esa lumbrera para nuestro camino, “lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino” (Salmos 119:105). Ambas indicaciones se refieren a lo mismo, la primera a la Palabra hecha carne y la segunda a la Palabra escrita. Lo interesante es que ambas son complementarias: se requiere de la Palabra escrita para identificar al Mesías, y se requiere al Mesías para entender a plenitud las verdades reveladas en la Palabra escrita. Cuando uno rechaza alguna de las dos, como los judíos que rechazaron a Jesús como el Mesías o algunos grupos que se autodenominan cristianos pero enseñan que el Antiguo Testamento ya no tiene prevalencia, rechaza aquello que le permitirá andar por ese Camino, conocer esa Verdad y vivir esa Vida que le permita alcanzar las promesas que han sido entregadas. De esta forma era necesario que Cristo le alumbrase, espiritualmente al hombre ciego, la Escritura para comprensión de esta, de igual forma la comprensión cabal de esta le permitiría conocer al Cristo. Es así, como más delante se verá, que se requiere de los dos testamentos, el Antiguo y el Nuevo, a la luz de Jesucristo.

¿Por qué Jesús saca al hombre ciego de la aldea antes de curarlo? Jesús nunca oculta los pormenores que responder al llamamiento implica, sobre esta cuestión, Él siempre ha sido muy claro que sus seguidores, desde el momento en que lo aceptan, dejan de ser parte de este mundo, con el rechazo que de este eso implica: “Si el mundo os odia, sabéis que me ha odiado a mí antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero como no sois del mundo, sino que yo os escogí de entre el mundo, por eso el mundo os odia. Acordaos de la 192


palabra que yo os dije: ``Un siervo no es mayor que su señor. Si me persiguieron a mí, también os perseguirán a vosotros; si guardaron mi palabra, también guardarán la vuestra” (Juan 15:18-20).

¿Qué implica la manera tan particular en que Jesús cura al hombre ciego? Cuestiones como esta deberían ser más que suficiente para vislumbrar que los relatos escriturales tienen mucha más información que la que naturalmente se percibe, de otra forma pareciera que Cristo no tiene suficiente poder pues primero busca curar al ciego logrando una curación parcial para luego volver a intentarlo curándolo completamente, pero la realidad, como se señaló, es que esta anomalía es puesta en la Escritura para despertar el interés que permita escudriñar más en ella y sacar la enseñanza que subyace a simple vista.

La saliva que usa Jesús en un primer momento tiene su referente en esa agua que sale de la boca, el agua en la Escritura simboliza la Palabra (Efesios 5:26; Juan 15:3-5), de igual forma es significativo que en este relato, como saliva, salga de la boca de Jesús, ya que Él ha sido el que ha dado la Palabra13. De esta forma este simbolismo apunta a la Palabra escrita, la Biblia, en ese entonces referida al Antiguo Testamento que era con lo que se contaba, pero de igual forma, al repetir la acción apunta a los dos testamentos: el Antiguo y el Nuevo. Pero de igual forma, al ser Jesús quien realiza la curación, apunta a que ambos deben verse y considerarse bajo la luz que Él proporciona.

Para mayor corroboración de esto puede verse que una vez que Jesús pone en los ojos del ciego esa saliva éste le dice que ve a los hombres como árboles que caminan, la Palabra se refiere a sí misma, en lo relativo al Antiguo Testamento, como que primero es lo natura, luego lo espiritual (1 Corintios 15:46), de igual

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forma se indica que la Ley, referente medular del Antiguo Testamento, sostenía las sombras de lo que había de venir (Hebreos 10:1).

De esta forma este primer momento apunta a la Escritura que en ese momento se tenía, a lo que se conoce como el Antiguo Testamento el cual, como señaló Jesús en su momento, apuntaba a Él (Juan 5:46-47), pero de igual forma al repetir la acción apunta a ambos testamentos, al Antiguo y al Nuevo a la luz de Jesús.

Con todo y todo, como puede verse en la respuesta del hombre ciego a este primer momento, se requiere de Cristo para que sea Él quien de luz sobre la Palabra, es por eso que hay un segundo momento donde Jesús ya no le pone saliva, simbolizando que la Escritura ya había sido dada, pero que sí le pone las manos, símbolo de Él mismo14 quien alumbra la Palabra para llegar a la comprensión plena de la misma, siendo que hasta ese momento, que simboliza cuando alguien acepta a Jesús como su Señor y Salvador, la comprensión de la Palabra es total permitiendo ver con claridad las verdades reveladas.

¿Por qué una vez curado el hombre ciego, Jesús lo manda a su casa a la vez que le dice no entre de nuevo en la aldea y mucho menos habla del milagro con nadie? Es de suponerse que el hombre ciego no vivía en la aldea sino que fue llevado ahí para ser curado por Jesús, pero independientemente de eso, el simbolismo en esto es que una vez sacado por Jesús de ese sistema de pecado que simboliza la era actual, se es requerido en el nacido de nuevo que no regrese a aquel estado de donde fue rescatado: “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el

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que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?” (Hebreos 10:26-29). En cuanto a la instrucción de no contar lo acontecido a nadie es por el hecho de que lo que debe mover al creyente, más que los hechos milagrosos, los cuales el Enemigo incluso puede usar para engañar (Revelación 16:14), es la fe (2 Corintios 5:7) basada en la Palabra contenida tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, es decir, en la Ley y el Testimonio, respectivamente ( Isaías 8:20).

De esta forma esta relatoría presentada por Mateo referida a la curación de un hombre ciego señala a aquellos llamados a salvación que como parte de la comprensión de las verdades reveladas requieren tanto de la Palabra escrita, la Biblia, íntegra e integralmente considerada, como de la Palabra hecha carne, Jesús mismo.

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La curación milagrosa de un muchacho endemoniado

Mateo 17:14-21 (Marcos 9:14-29; Lucas 9:37-43) 14

Cuando llegaron al gentío, vino a él un hombre que se arrodilló delante de

él, diciendo: 15

Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático, y padece muchísimo;

porque muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua. 16

Y lo he traído a tus discípulos, pero no le han podido sanar.

17

Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta

cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo acá. [Marcos: “Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad” (v. 23-24) 18

Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y éste quedó

sano desde aquella hora. 19

Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué

nosotros no pudimos echarlo fuera? 20

Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si

tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible. 21

Pero este género no sale sino con oración y ayuno.

La relatoría que presenta Mateo y replican Marcos y Lucas, presentan a Jesús sanando al hijo de un hombre después de que sus discípulos no pudieron. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿Qué implica que el demonio que tenía poseído al hijo del hombre en ocasiones lo arrojara al fuego y en otras al agua?, ¿qué significa que los discípulos no hubiesen podido expulsar en una primera instancia a ese tipo de demonio en particular?, ¿a quién se dirige Jesús cuando se refiere a la generación incrédula y perversa, a sus discípulos que no pudieron sacar al 196


demonio, al hombre que venía con lo que parece ser poca fe, a todos los que ahí estaban?, ¿qué quiere decir que una vez que Jesús reprende al demonio que tenía poseído al hijo del hombre este queda sano a partir de esa hora?, ¿qué significa la explicación que da Jesús del por qué los discípulos no pudieron sacar a ese tipo de demonio del hijo del hombre?

¿Qué implica que el demonio que tenía poseído al hijo del hombre en ocasiones lo arrojara al fuego y en otras al agua? La idea de fuego, escrituralmente hablando, implica enojo, furor (Levítico 10:9-10; Revelación 19:20; 20:10; 20:14; 2 Pedro 3:7-12; Malaquías 3:2; 1 Corintios 3:12-15). Una confirmación de esto lo tenemos en Génesis 31:36 que señala como es que “Entonces Jacob se enojó, y riñó con Labán; y respondió Jacob y dijo a Labán: ¿Qué transgresión es la mía?, ¿cuál es mi pecado, para que con tanto ardor hayas venido en mi persecución?” La palabra enojó se ha traducido del hebreo ‫ר ְּחִּ֥ חְּ ר‬, way·yi·ḥar, que significa enfadado, enojado, enfurecido, pero también quemar, encender, arder15. Ahora bien, ¿qué significan las aguas? En la Escritura las aguas, espiritualmente hablando, se refiere al Santo Espíritu de nuestro Padre Dios (Juan 7:37-39; Isaías 44:3; Juan 4:14; 1 Corintios 12:13). De esta forma queda claro que la comprensión espiritual que busca entregar este relato apunta a que el demonio hace a quienes tiene sujetos, como en el caso del hijo del hombre del relato, a trastabillar entre dos caminos, el del Enemigo y el de Dios, lo cual es reprobado en la Escritura: “Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra” (1 Reyes 18:21).

¿Qué significa que los discípulos no hubiesen podido expulsar en una primera instancia a ese tipo de demonio en particular? Más delante viene una respuesta que permite entender esto, pero se tratará parte de ello en este punto. Algunos, viendo aquella respuesta de Jesús, “este género no sale sino con oración y ayuno” (v. 21), hacen toda una disertación sobre diferentes jerarquías que componen el 15

biblehub.com, 2734. Charah, https://biblehub.com/hebrew/2734.htm

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reino espiritual del Enemigo. Si bien en la Escritura hay algo de esto, sin contradecir ese supuesto es más que evidente que hay una comprensión subyacente en el relato, ¿por qué?, porque claramente Jesús al inicio de su ministerio, una vez que llamó a los doce, “les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos y para sanar toda enfermedad y toda dolencia” (Mateo 10:1), pretender que Jesús les dio poder solo para algunos demonios contradice lo dicho en esta cita, de igual forma no se entendería, si así hubiese ido, que Jesús luego se molestase con los discípulos por no poder sacar cierto tipo de demonios cuando Él mismo no les dio poder para ello. De esta forma, como se ha dicho, debe haber una comprensión subyacente al relato, ¿cuál puede ser esta?

Si se entiende que a partir Su venida Jesús inauguraba la era de la iglesia, corroborado esto por el llamamiento y la comisión a sus discípulos, esa incapacidad debe entenderse relativa a ese período, es decir, aunque la iglesia de Dios en estos dos mil años ha desempeñado esa labor que Cristo les encomendó, es más que claro que el Enemigo aún no ha sido quitado de en medio por lo que habrá cuestiones que no serán resueltas sino hasta el regreso de nuestro Señor: [A la Bestia] “se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación” (Revelación 13:7). Esto se corroborará y ampliara más delante.

¿A quién se dirige Jesús cuando se refiere a la generación incrédula y perversa, a sus discípulos que no pudieron sacar al demonio, al hombre que venía con lo que parece ser poca fe, a todos los que ahí estaban? Pareciera Jesús se refiriese a sus discípulos pues son ellos los que no tuvieron la fe suficiente para expulsar al demonio del hijo del hombre del relato, sobre todo porque más delante cuando, ellos preguntan la razón de eso, Él les indica que fue por eso (v. 19-20). También pudiera referirse al hombre, al padre del muchacho poseído, pues al parecer su fe no es suficiente por la misma solicitud que hace éste último a Jesús de que le aumente la fe para ello (Marcos 9:23-24). Pero lo que permite entender a quienes se refiere Jesús es la palabra dicha en su sentencia cuando señala a toda una 198


generación: “¡Oh generación incrédula y perversa!” (v. 17), luego entonces no se puede referir a sus discípulos ni al hombre cuyo hijo estaba enfermo, ¿se referirá a quienes ahí estaban presenciando todo? Tampoco pues una generación implica a todo un grupo que pertenece a un período de tiempo en la historia social, siendo que, con lo que se comentó anteriormente, que el indicativo de Jesús a esa generación incrédula y perversa apunta a todos aquellos que de la humanidad formasen parte de ella en estos dos mil años de la iglesia los cuales en su totalidad son engañados en el actual siglo por el Enemigo: “Y fue arrojado el gran dragón, la serpiente antigua que se llama el diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él” (Revelación 12:9).

¿Qué quiere decir que una vez que Jesús reprende al demonio que tenía poseído al hijo del hombre este queda sano a partir de esa hora? Siempre la Escritura hace señalamientos que buscan atraer la atención para descubrir en ella mayor comprensión cada vez, tanto en alcance como en profundidad, en este caso el señalamiento redundante de que fue sano a partir de esa hora implica que hay algo más que se quiere mostrar con ello ya que es más que evidente que cuando alguien es sanado lo es a partir de la hora en que eso sucede.

La comprensión subyacente en el relato, siguiendo la línea de la argumentación, apunta a la historia de la humanidad que llegado el momento terminará en lo que se refiere al presente siglo, lo cual se confirma cuando en ese sentido se hace referencia a períodos de tiempo conclusivos: “Y los reyes de la tierra que cometieron actos de inmoralidad y vivieron sensualmente con ella, llorarán y se lamentarán por ella cuando vean el humo de su incendio, mirando de pie desde lejos por causa del temor de su tormento, y diciendo: Ay, ay, la gran ciudad, Babilonia, la ciudad fuerte!, porque en una hora ha llegado tu juicio” (Revelación 18:10). De esta forma, como se comentó antes, llegará un momento en que el Enemigo completamente sea quitado de en medio la cual, como se sabe, será al inicio del Milenio: “Y vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo 199


y una gran cadena en su mano. Prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el Diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo, y lo cerró y lo selló sobre él, para que no engañara más a las naciones, hasta que se cumplieran los mil años; después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo” (Revelación 20:1-3).

¿Qué significa la explicación que da Jesús del por qué los discípulos no pudieron sacar a ese tipo de demonio del hijo del hombre? Con esto se va a cerrar la argumentación anteriormente presentada cumplimentando la comprensión de lo dicho hasta aquí.

Para ello debe considerarse la respuesta de Jesús a sus discípulos relativa a la incapacidad de estos de sacar al demonio aquel: “Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible. Pero este género no sale sino con oración y ayuno” (v. 20-21). Dicha respuesta consta de tres considerandos: la poca fe de los discípulos, la disertación relativa al grano de mostaza, y lo relativo a la manera en que ese tipo de demonios puede ser expulsado basado en oración y ayuno.

Lo de la poca fe, a la luz de lo dicho hasta aquí, se refiere a que la misma no es suficiente en el presente siglo para quitar el Enemigo de en medio lo cual, como se dijo, será cumplimentado al regreso de nuestro Señor.

Ahora bien, en cuanto a la disertación relativa al grano de mostaza, inmediatamente se relaciona esto con aquella parábola que sobre lo mismo en su momento nuestro Señor dijo.

Sobre las parábolas del Reino de Dios se entiende que las mismas, se refieres al proceso en el cual este llegará a plena realización, de igual forma puede

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suponerse, erróneamente, que todas las parábolas hablan de lo mismo, lo cual no es así, cada parábola muestra una parte, un aspecto, de dicho proceso.

En este caso, esta parábola, conocida como la de la semilla de mostaza, arroja mayor luz sobre la forma en que el Reino de Dios vendrá a plena realización, siendo que esta mayor luz que arroja, esperanzadora y tranquilizadora, la sustenta en lo que presenta: un proceso natural mediante el cual la semilla de mostaza alcanza su plenitud.

Mateo 13 (Mr. 4.30-32; Lc. 13.18-19) 31

Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al

grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; 32

el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando

ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.

Dos versículos son suficientes para exponer esta parábola. El versículo 31 señala la similitud del Reino de Dios con una semilla de mostaza que un hombre toma y siembra en el campo, el versículo 32 señala que dicha semilla, una vez que crece, se hace un arbusto muy frondoso, tanto que las aves del cielo ponen en él sus nidos.

De la parábola del sembrador ya vista, se entiende que quien siembra siempre es el Hijo del Hombre, el Cristo, y que el campo es el mundo, pero entonces ¿qué es la semilla? Como se comentó al inicio de la presente obra, al referirse uno al Reino de Dios -de hecho a cualquier reino-, uno debe referirse a cuatro cosas: un rey, un territorio, leyes y normas y súbditos. De igual forma, como ya se comentó, estos cuatro aspectos en el Reino de Dios están dados por Dios mismo a través de Jesucristo, la tierra como punto nodal del reino aunque el universo en sí como alcance pleno del mismo, la Ley de Dios, Sus Diez Mandamientos, y los santos

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que alcanzando la estatura perfecta de Cristo pasan a formar parte de la familia de Dios.

Considerando estos cuatro aspectos, ¿a qué podrá referirse la semilla de mostaza la cual necesita crecer, desarrollarse, llegar a plenitud?, no puede ser a Dios ni a Su Hijo, los cuales son perfectos o santos, tampoco a la tierra o el universo los cuales, si bien ahorita son imperfectos los mismos están a la espera de la liberación de los hijos de Dios (Romanos 8:19), es decir, su realización depende de la realización de los hijos de Dios; tampoco puede referirse a la Ley de Dios la cual es perfecta y santa ( Santiago 1:25; Romanos 7:12), con lo que sólo queda a los súbditos de ese reino, a los hijos de Dios, los santos que alcanzando plena realización están habilitados para formar parte de ese reino. “Y él mismo [—Cristo—] constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:11-13) permite entender que en el presente siglo, los llamados a salvación, están en un proceso tendiente a reflejar el carácter perfecto y santo del Padre, lo cual será pleno al regreso de Cristo cuando viéndole como es seamos semejantes a Él (1 Juan 3:2).

Si bien este entendimiento es importante, la correcta comprensión del mismo pasa, como se comentó al inicio, por comprender que dicho proceso se desarrolla de manera natural.

A pesar de que la Escritura es clara en cuanto a que la salvación nos viene de gracia, por la infinita misericordia y eterno amor del Padre, mediante el sacrificio redentor de Jesús, hay quienes sienten en su interior que es su esfuerzo, sus logros, sus méritos, los que les permiten alcanzar las promesas, lo cual trae 202


decepción cada vez que se cae, se tropieza, se peca, haciendo dudar si las promesas podrán ser alcanzadas por uno, pero siguiendo la línea de pensamiento de la parábola de la semilla de mostaza, ¿cuáles son los esfuerzos, logros o méritos que permiten a la semilla de mostaza transformarse en un gran arbusto donde la aves del cielo hacen su nido?, la respuesta es: ninguno, nada.

Ahora bien, una cosa es que el desarrollo en nosotros del carácter perfecto y sano del Padre se está efectuando en el presente siglo, de manera natural, y otra muy distinta que no existan condiciones que cumplir para que aquello se dé de manera natural.

Pensemos esto. La semilla de mostaza, con las condiciones necesaria, logra de manera natural su desarrollo, ¿y cuáles son esas condiciones necesarias?, aparte de ser sembrada contar con agua, con desyerbe de maleza, con control de plagas, todo ello a la mano de quien la cuida, más sin embargo, la maravilla de la transformación de la semilla de mostaza en un arbusto frondoso es hecho de manera natural, según lo dispuso Dios.

De igual forma, el desarrollo en el presente siglo del carácter perfecto y santo del Padre lo lleva a cabo Él, pero de nosotros se requiere una vida apartada para Dios para que en nosotros existan las condiciones idóneas que permitan esto.

Esto es importante considerarlo para no pretender con nuestro esfuerzo, con nuestros logros, con nuestros méritos, invadir la esfera de acción de Dios y pretender descubrir la forma en que podemos, según nuestros pensamientos, alcanzar la perfección y santidad que nos son requeridas.

Eclesiastés 11 5

Como tú no sabes cuál es el camino del viento, o cómo crecen los huesos

en el vientre de la mujer encinta, así ignoras la obra de Dios, el cual hace todas las cosas. 203


6

Por la mañana siembra tu semilla, y a la tarde no dejes reposar tu mano;

porque no sabes cuál es lo mejor, si esto o aquello, o si lo uno y lo otro es igualmente bueno.

1 Corintios 15:42 Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción.

Lo que de nosotros se espera puede ser imperfecto, pero dichas condiciones, incluso imperfectas, nos son requeridas para que el Santo Espíritu de nuestro Padre Dios que mora en nosotros haga su trabajo.

Hay quienes se deprimen, se desalientan, pues por más que se esfuerzan no logran aún alcanzar la victoria sobre ciertos aspectos de su vida, considerando la parábola de la semilla de mostaza, y conforme al resto de la Escritura, debe entenderse que la semilla de mostaza, uno mismo, está en proceso de llegar ser lo que de ella se espera, uno no puede adelantar los procesos naturales de la semilla, de igual forma uno no puede adelantar los procesos espirituales del carácter del Padre que se está desarrollando en nosotros una obra en nuestros días que no creeríamos si se nos contara (Habacuc 1:5; Hechos 13:41), “A eso se refieren las Escrituras cuando dicen: «Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente ha imaginado lo que Dios tiene preparado para quienes lo aman»” (1 Corintios 2:9; Isaías 64:4), de nuestra parte está el seguir esforzándonos por presentar las condiciones, imperfectas sí, pero necesarias, mediante las cuales dicho proceso se llevará a cabo en nosotros hasta alcanzar la estatura perfecta de Cristo (Efesios 4:13).

De esta forma, en consonancia con todo lo hasta aquí señalado, el referente a la semilla de mostaza habla de ese período, la era de la iglesia, en que el Cuerpo de Cristo está siendo edificado hasta alcanzar la estatura perfecta de Él (Efesios 4:13). 204


Por último, la indicación de que este tipo de demonio sólo sale con oración y ayuno permite corroborar lo dicho hasta aquí, ¿por qué?, porque el referente del mismo apunta a ese momento que, como se dijo, el Enemigo será quitado de en medio siendo ese momento al inicio del Milenio el cual, considerando las fiestas que Dios decretó para Su pueblo como parte de Su pacto, apunta al Día de la Expiación, única de las fiestas en que no hay regocijo sino aflicción y ayuno, y que de igual forma apunta a ese periodo en que la humanidad será liberada del sometimiento al Enemigo. Veamos un poco de esto para tener la comprensión completa del relato.

La penúltima fiesta en el orden de las establecidas por Dios era la de la Expiación. Expiación viene del hebreo Teru'ah, ‫ריפרר‬, que significa cubrir, expiar, condonar, cancelar, perdonar, reconciliar, es una palabra que que denota expiación o la acción de cubrir algo. Como señala Levítico Levítico 16:29 esta fiesta se celebraba en “en el mes séptimo, a los diez días del mes”, el séptimo mes era Tishri (Septiembre-Octubre), es decir, es la segunda y penúltima fiesta de las tres consideradas de otoño: Trompetas, Expiación, y Tabernáculos. Todos en algún momento dado nos hemos hecho la pregunta sobre el destino de aquellas personas que no tuvieron la oportunidad de conocer la salvación a través de Jesús y no solo a quienes de manera literal nunca oyeron hablar de Él sino incluso de aquellos que creyendo conocerlo han estado oyendo y siguiendo una doctrina falsificada sobre Cristo en alguna de las miles de sectas que se dicen cristianas pero que forman parte del esfuerzo del Enemigo por engañar al mundo entero. Si pensamos un poco sobre la historia de la humanidad podemos identificar en ella estos dos grandes grupos: aquellos que nunca oyeron hablar de Jesús y aquellos que aunque sí han oído hablar de Él esto ha sido a través de un mensaje tergiversado en el seno de alguna de las sectas que se dicen cristianas sin ser la verdadera iglesia fundada por Jesús y vivificada por el Santo Espíritu de Dios. 205


En el primer caso tenemos los literalmente miles de millones de personas que han vivido en diferentes épocas de la historia de la humanidad y que nunca pudieron tener la posibilidad de oír de Jesús: Sumerios, Babilonios, Asirios, Fenicios, Persas, Olmecas, Toltecas, Aztecas, Mayas, Incas, Japoneses, Mongoles, Vikingos, y un sinfín de pueblos, estados, reinos y naciones que jamás oyeron hablar de Jesús. En el segundo caso tenemos las diferentes sectas cristianas, entre grandes y pequeñas denominaciones, que suman más de 33,000 en la actualidad, fuera, diferentes y aparte de la verdadera iglesia de Dios y que creen en un Cristo y creen en un Evangelio, pero es un Cristo falsificado Cristo y un Evangelio tergiversado. La pregunta entonces muy concreta: ¿Qué pasa con quienes nunca tuvieron la posibilidad de conocer a Jesús? La Fiesta de la Expiación permite entender esto. Veamos. Como ha quedado más que evidente, las Fiestas Solemnes de Jehová presentan y representan el Plan de Dios sobre la humanidad en su desarrollo cronológico: Primero la Pascua, que representa el sacrificio redentor de Jesús, luego Panes sin Levadura, que representa la vida que a partir de la redención obtenida por Jesús cada cristiano debe vivir, luego Primicias que es Jesús mismo resucitado como el primero de muchos hermanos, luego Pentecostés que es el resto de cristianos llamados, escogidos y fieles en este siglo, y Trompetas, que es la segunda venida de Jesús por sus llamados, escogidos y fieles mismos que son resucitados/transformados. Hasta aquí vamos y queda claro el desarrollo cronológico de las fiestas de Dios como parte de Su plan para la humanidad. Con esto en mente ¿para quienes es la Fiesta de la Expiación? Entender esto es muy importante.

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En la Fiesta de las Trompetas, previo a la de la Expiación, vimos que se refiere a la segunda venida de Jesús por sus llamados, escogidos y fieles mismos que son resucitados/transformados. De estos llamados, escogidos y fieles la Escritura se refiere a ellos de la siguiente forma: “Bienaventurado y santo es el que tiene parte en la primera resurrección; la muerte segunda no tiene poder sobre éstos sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con Él por mil años” (Revelación 20:6). Es decir, son los santos y santas resucitados/transformados al regreso de Jesús que serán reyes y sacerdotes con Él durante el milenio. Lo importante a resaltar para entender la Fiesta de la Expiación es que, como se señala, “la muerte segunda no tiene poder sobre éstos”. Entonces, ¿para quienes es la Fiesta de la Expiación? Vamos analizando primero la Fiesta en sí. La Fiesta de la Expiación, que es de reposo (Levítico 16:29, 31; Levítico 23:28, 30, 32) es la única de las fiestas decretadas por Dios con una connotación de tristeza, de pesar, de hecho mientras que en las demás fiestas hay gozo, comida y bebida, en esta hay aflicción (Levítico 16:29, 31; Levítico 23:27; Números 29:7). Esta tristeza, este llanto, este lamento, está de igual forma señalada en la Escritura para la humanidad para un tiempo futuro. “Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito” (Zacarías 12:10); “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra se lamentarán sobre él. Así sea. Amén” (Revelación 1:7); “Allí os acordaréis de vuestros caminos y de todas vuestras obras con las que os habéis contaminado, y os aborreceréis a vosotros mismos por todas las iniquidades que habéis cometido” (Ezequiel 20:43); “Entonces cambiaré vuestras fiestas en llanto y todos vuestros cantos en lamento; pondré cilicio sobre todo lomo y calvicie sobre toda cabeza; haré que sea como duelo por hijo único, y su fin,

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como día de amargura” (Amós 8:10); “Ahora bien —afirma el Señor —, vuélvanse a mí de todo corazón, con ayuno, llantos y lamentos” (Joel 2:12) ¿Por qué es todo esa tristeza, este pesar, esta aflicción? “Porque en este día se hará expiación por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová” (Levítico 16:30), “porque es día de expiación, para reconciliaros delante de Jehová vuestro Dios” (Levítico 23:28). Pero, ¿para quién? Los santos y santas resucitados/transformados que al regreso de Jesús son con Él reyes y sacerdotes durante mil años gozan de la bienaventuranza de que “la muerte segunda no tiene poder sobre éstos”, entonces, ¿para quién es esta expiación? Si Revelación 20:6 llama a la resurrección/transformación de los santos y santas llamados, escogidos y fieles, a regreso de Jesús, al inicio del milenio, “la primera resurrección”, entonces debe haber una segunda resurrección, ¿quiénes resucitan en esa segunda resurrección? Revelación 20:5 nos dice que “los demás muertos no volvieron a la vida hasta que se cumplieron los mil años”. ¿Cuáles “demás muertos”? Pues los que no tomaron parte en la primera resurrección, es decir, tanto aquellos que nunca oyeron hablar de Jesús como aquellos que aunque sí han oído hablar de Él esto ha sido a través de un mensaje tergiversado en el seno de alguna de las sectas que se dicen cristianas sin ser la verdadera iglesia fundada por Jesús y vivificada por el Santo Espíritu de Dios, en otras palabras, todos los que no calificaron para ser considerados llamados, escogidos y fieles y participar de la primer resurrección, al regreso de Jesús, y ser al inicio del milenio reyes y sacerdotes con Él. ¿Y para qué son resucitados todos estos que no calificaron para participar de la primera resurrección?

Si nos atenemos a la Escritura en cuanto al sentido de

esta fiesta sería para que participen de la “expiación [que se hará] por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová” (Levítico 16:30), “porque es día de expiación, para [ser] reconcilia[dos] delante de Jehová vuestro Dios” (Levítico 23:28). ¿Pero que no los que son resucitados al final del milenio son echados al Lago de Fuego, “Pero los cobardes, incrédulos, abominables, 208


asesinos, inmorales, hechiceros, idólatras y todos los mentirosos tendrán su herencia en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda” (Revelación 21:8)? No, sólo los que no se hallen inscritos en al Libro de la Vida, “Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras…. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego” (Revelación 20:13, 15). Vamos analizando más este punto. Generalmente, respecto a qué va a pasar con aquellas personas que no tuvieron la oportunidad de conocer la salvación a través de Jesús, hay dos visiones: una severa y otra laxa. La severa dice que aquellas personas que no tuvieron la oportunidad de conocer la salvación a través de Jesús simplemente se van a condenar. La permisiva dice que aquellas personas que no tuvieron la oportunidad de conocer la salvación a través de Jesús, de alguna forma, serán juzgadas según su conciencia y sus obras y por ende pueden incluso así salvarse. Veamos a detalle cada una de estas posturas. Como se señaló la opción en extremo severa dice que solo quienes aceptaron a Jesús se salvan, los que no, no se salvan. Esta se sustenta precisamente en las citas que hemos visto de Revelación que mencionan las dos resurrecciones ya que dicen que como a primera resurrección es para los santos y la segunda para condenación no hay opción para quienes no conocieron a Jesús. Además la Escritura constantemente nos indica que los impíos serán destruidos (Salmos 37:38; Proverbios 14:11; Salmos 94:23; Salmos 28:5; Salmos 73:19; Salmos 92:7; 2 Pedro 3:6; Proverbios 10:29; Oseas 7:13; Daniel 8:25; Filipenses 1:28; 1 Timoteo 6:9; Romanos 9:22; Filipenses 3:19; 2 Tesalonicenses 1:9; 2 Timoteo 2:14; 2 Pedro 2:3; 2 Pedro 2:12; 2 Pedro 3:7; Judas 1:10). La destrucción de los impíos no está en duda, la pregunta sería ¿cómo, cuándo y por qué será destruidos?

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Detengámonos un momento y pensemos si realmente lo anterior es coherente con el Padre amoroso que tenemos (1 Juan 4:8), con la imagen de ese Padre que quiere que todos los hombres sean salvos y que vengan al conocimiento de la verdad (1 Timoteo 2:4), y que quiere que nadie muera (2 Pedro 3:9). Es decir, los miles y miles de millones de personas que nunca tuvieron la oportunidad de conocer a Jesús, ¿será simplemente olvidados o destruidos? Si nosotros que somos malos veríamos esto extremadamente injusto, ¿podemos pensar que nuestro Padre, que es Santo y Perfecto, lo verá justo? (Mateo 7:11). Toda Escritura muestra un Padre amoroso que con vehemencia busca al hombre procurando su salvación y dándole siempre la oportunidad de escoger libremente sea la vida o sea la muerte (Deuteronomio 30:19), ejemplos y ejemplos tenemos de cómo es que Dios proclama su Verdad antes de acarrear el castigo por la desobediencia (historia de Noé ante las gentes de su tiempo antes del diluvio, historia de Jonás ante Nínive para su arrepentimiento, historia de Moises ante el Faraón para que dejara ir a Israel, historia de los profetas enviados por Dios a Israel y de Judá antes del cautiverio), ¿cómo compensar eso con la idea de nuestro Dios condenando al olvido o la muerte a quienes vivieron engañados, esclavizados, sin oportunidad de conocer y optar por la verdad? Tanto Hechos 10:34 como Romanos 2:11 nos indican que Dios no hace acepción de personas, pero la opción de la salvación sólo para quienes pudieron oír de Jesús, el verdadero Jesús, crea una contradicción con este punto. Aparte tenemos la verdad de quien seduce y engaña al mundo entero es el Diablo (Revelación 12:9), pero esta opción castiga a aquellos que fueron engañados por el Enemigo y siguieron otra fe, otra doctrina, ajena a la de Dios. También está el caso de aquellos que como los Escribas y Fariseos cierran el reino de los cielos a los hombres no entrando ellos ni dejando entrar (Mateo 23:13) pero esta opción castiga a aquellos que aunque deseándolo no pudieron acceder a la Verdad pues otros no se los permitieron.

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Además tenemos la declaración de quien llama, de quien trae a la Verdad, es el Padre (Juan 6:44, 65; Hechos 2:39), e incluso de que Él mismo la oculta “como está escrito: Dios les dio [a los israelitas) espíritu de estupor, ojos con que no vean y oídos con que no oigan, hasta el día de hoy” (Romanos 11:8), pero esta opción resulta en que si aunque el Padre no ha llamado o le ha ocultado la Verdad a alguien ese alguien es condenado pues nunca pudo conocer a Jesús, peor aún: respecto de la voluntad de Dios se nos dice que Él “quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Timoteo 2:4). Por último, si el caso fuera de salvarse sólo por conocer la Verdad revelada por el Padre y su Hijo, esto debería ser una prioridad, pero al contario vemos a Jesús señalando claramente que cuando Él hablaba en parábolas era para ocultar la verdad y evitar que la multitudes entendieran, se convirtieran y fueran salvas (Marcos 4:11-12; Lucas 8:10; Mateo 13:13-15). Mucho puede decirse al respecto pero esta idea de olvido o condenación de quienes no tuvieron la oportunidad de conocer a Jesús contraría toda la Escritura y no hay manera de conciliarla con la idea de un Padre justo y más que justo: misericordioso y todo amor. ¿Entonces? La otra opción es la laxa, la cual es en extremo condescendiente, y señala que incluso los que no conocieron a Jesús podrán salvarse cuando sus vidas y sus obras sean evaluadas. Esta opción se basa en las múltiples y variadas escrituras que clara y coincidentemente señalan que los hombres serán juzgados según sus obras (Revelación 20:13,2:23; Jeremías 17:10; Mateo 12:36-37,16:27; 2 Corintios 5:10; Proverbios 24:12; Romanos 2:5-6; Marcos 9:49). Pero aceptar esto es prácticamente y contra toda Escritura hacer irrelevante e innecesario el sacrificio de Jesús, además que va en contra de las múltiples escrituras que señalan la realidad de los hombres ante Dios:

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Marcos 10:18 “Y Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino sólo uno, Dios”. Romanos 3:10 “Como está escrito: "no hay uno justo, ni aún uno” Romanos 3:23 “…por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. Romanos 5:12 “…la muerte se extendió a todos los hombres, porque todos pecaron.” Pero también se nos dice cómo venimos a reconciliarnos con nuestro Padre: Romanos 6:23 “Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” Romanos 3:24 “siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús” 1 Juan 4:9 “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él” 1 Corintios 15:22 “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados” 1 Juan 1:7 “pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” 1 Juan 5:13 “Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios”

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Además la necesidad de conocer, aceptar y vivir la Palabra de Dios queda expuesto en la parábola del sembrador cuando al explicarla (Lucas 8:11-15) Jesús dice a sus discípulos: “Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios. Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven. Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan. La que cayó entre espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto. Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia”. Tenemos además las palabras de Jesús a Nicodemo cuando hablan del nacer de nuevo, donde Jesús de manera clara, haciendo doble énfasis, señala que “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios”. (Juan 3:5) Por último para quienes, a pesar de lo anteriormente señalado por la Escritura, creen que hay alguna otra forma de salvarse sin Cristo, haciendo por lo tanto irrelevante Su sacrificio redentor, veamos lo que nos dice Hechos 4:12 “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”. Como puede verse la opción de salvación por obras sin conocer y aceptar a Jesús con todo lo que ello implica es contraria a la Escritura, deja en nada el sacrificio de Jesús, hace irrelevante la recepción del Santo Espíritu, hace innecesaria la vida cristiana y contradice puntos doctrinales de nuestra fe, pero entonces ¿a qué se refiere eso de que existirá un juicio basado en las obras de las personas?

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Pero no sólo hay esas dos opciones sino que, leyendo la Palabra de Dios podemos encontrar una tercera, acorde con la Fiesta de la Expiación así como toda la Escritura, la cual permite que incluso los que no tuvieron la posibilidad de conocer a Jesús tienen en un momento dado esa posibilidad. Antes que nada y primeramente hay que dejar muy claro que sólo existen dos resurrecciones generales, y si existen dos resurrecciones generales existen sólo dos tipos de resucitados: aquellos que van a vida y aquellos que van muerte, de nuevo la cuestión, para estos últimos, es cuándo, dónde y por qué. Dado que ya vimos el significado de la primera resurrección y que clara, explícita y tajantemente sólo participan en ella los justos (Lucas 14:14), los que creen en Jesús (Juan 6:39-40), los llamados por el Padre (Juan 6:44), los perseguidos por el testimonio de Jesús y por la palabra de Dios (Revelación 20:4), quienes reinan con Cristo en el milenio, nos queda ver si hay espacio para que quienes no tuvieron la oportunidad de conocer a Jesús sean resucitado al final del milenio, junto con los que van a condenación (Revelación 20:12- 15). Esta segunda resurrección, como en su momento se señaló, se señala que “Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego” (Revelación 20:15), también se dejó abierta la pregunta de si esto puede implicar que hay más quienes son resucitado y que no van a condenación. Veamos el orden de la resurrección. 1 Corintios 15:23-24 “Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia”. La palabra “fin” en la expresión “luego el fin” en la cita anterior, se ha traducido de la palabra griega telos, τέλος, que hace referencia a la consumación de un proceso, al cierre del mismo con todos su resultados. [Esta raíz ( tel- ) significa 214


"llegar al final ( objetivo )", está bien ilustrado con el telescopio, el cual va desplegándose (extendiéndose) una etapa a la vez para funcionar a toda potencia (efectividad de la capacidad)]. Así que si vemos las etapas y en la primera está Cristo, las primicias, en la segunda los que sean de Él a su venida, la conclusión de este proceso [telos, τέλος] se refiere al resto de la humanidad. Aunque tanto Revelación 20:15 como 1 Corintios 15:23-24 infieren un período posterior al milenio donde quienes no conocieron a Jesús pueden conocerlo y decidir si se acepta o no, hay que ser honestos y señalar que esto no está clara, explícita y tajantemente señalado (como el caso de la primer resurrección), pero ¿no hay más escrituras que apoyen esta idea? Ahora veamos otras escrituras que hacen necesaria esa oportunidad para todos de conocer y aceptar o rechazar a Jesús. Revelación 1:7 He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén. Para que todos los linajes de la tierra hagan lamentación por Jesús (Sumerios, Babilonios, Asirios, Fenicios, Persas, Olmecas, Toltecas, Aztecas, Mayas, Incas, Japoneses, Mongoles, Vikingos, y un sinfín de pueblos, estados, reinos y naciones que jamás oyeron la predicación de la Buena Nueva), se requiere que todos vuelvan a la vida y escuchen el Evangelio con la opción de aceptar o rechazar a Jesús, de otra forma sólo serían unos cuantos linajes (de hecho muy pocos linajes según Mateo 24:22) Respecto de esto mismo ¿qué nos dice Jesús en Mateo 7:14 y Mateo 22:14? Mateo 7:14 porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. Mateo 22:14 Porque muchos son llamados, y pocos escogidos. 215


¿Más sin embargo que nos dice Revelación 7:9? Revelación 7:9 Después de estas cosas miré, y he aquí una gran multitud, la cual ninguno podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas y con palmas en sus manos Vemos como si bien son pocos los escogidos, pocos los que hallan el camino a la vida, la multitud de Revelación 7:9 no se puede contar y es, igual que Revelación 1:7 , de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas (de nuevo: Sumerios, Babilonios, Asirios, Fenicios, Persas, Olmecas, Toltecas, Aztecas, Mayas, Incas, Japoneses, Mongoles, Vikingos, y un sinfín de pueblos, estados, reinos y naciones que jamás oyeron la predicación de la Buena Nueva). Isaías es enfático en que habrá un momento en que todos conocerán la verdad que hasta ahorita ha estado velada y vedada: Isaías 25:7 Y destruirá en este monte la cubierta con que están cubiertos todos los pueblos, y el velo que envuelve a todas las naciones. Y los santos resucitados mostrarán la verdad a todos quienes no la oyeron: Isaías 66:18-19: Porque yo conozco sus obras y sus pensamientos; tiempo vendrá para juntar a todas las naciones y lenguas; y vendrán, y verán mi gloria. Y pondré entre ellos señal, y enviaré de los escapados de ellos (santos resucitados) a las naciones, a Tarsis, a Fut y Lud que disparan arco, a Tubal y a Javán, a las costas lejanas que no oyeron de mí, ni vieron mi gloria; y publicarán mi gloria entre las naciones. La única manera que todos los linajes (Revelación 1:7) y todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas (Revelación 7:9), quienes nunca oyeron la verdad de Dios, estén presentes al final de este siglo es que estén precisamente todos y 216


todas y que todos y todas tengan la oportunidad de conocer la verdad (Isaías 25:7). No hay otra forma. Ahora bien, quienes “no oyeron la verdad de Dios” no puede referirse solo a quienes nunca escucharon de Dios, su Hijo y la salvación revelada en Su palabra sino incluso aquellos que, engañados por el enemigo, oyeron de otro Dios, otro Hijo y otra salvación, falsa y no verdadera (Gálatas 1:6-9; 2 Corintios 11:4; Mateo 24:24). La única oportunidad es conocer la verdad de Dios, su Hijo y la salvación revelada en Su palabra, no otra, y optar con libertad aceptarla o no. Pero hay más. Revelación 20:11-15 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios [el resto de la humanidad que no participó en la primera resurrección]; y los libros fueron abiertos [libros, biblos, βίβλος: la Verdad contenida en las Escrituras] , y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras [al optar o rechazar la salvación y demostrar con hechos (su vida y sus obras) su decisión que será para vida o muerte]. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras [al optar o rechazar la salvación y demostrar con hechos (su vida y sus obras) su decisión que será para vida o muerte]. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida [al rechazar la salvación y demostrar con hechos (su vida y sus obras) su decisión que será para muerte] fue lanzado al lago de fuego. La palabra para juzgados es el griego ekrithēsan, ἐκρίθησαν, que deriva de krinó, κρίνω, y que puede significar juzgados, juzgar, decidir. Es decir, puede referirse a un proceso que tiene cierta duración y que se usa para dirimir una cuestión, no única y exclusivamente a la parte final del mismo cuando se dicta ya una 217


sentencia. Es decir, el juicio de Revelación 20:11-15 puede referirse a ese período para que todos los que nunca tuvieron la oportunidad de conocer la Verdad puedan conocerla, ser corregidos (castigados) y puedan optar o rechazar la salvación y demostrar con hechos (su vida y sus obras) su decisión que será para vida o muerte. Respecto al castigo como corrección, vemos esto muy caramente en Lucas 12:4728: “Porque el siervo que entendió la voluntad de su señor, y no se apercibió, ni hizo conforme a su voluntad, será azotado mucho. Pero el que no la sabía, e hizo cosas que merecían castigo, será azotado poco. A todo el que se le haya dado mucho, mucho se demandará de él; y al que mucho le han confiado, más le exigirán”. Así tenemos un período de corrección, período que no puede ser al inicio del milenio, luego entonces puede ser después y para todos los seres humanos. También Proverbios 3:12 nos dice que “Porque Jehová al que ama castiga, como el padre al hijo a quien quiere”. Así que hay castigo que es para corrección, lo mismo que castigo que es para destrucción. De no ser así, ¿cómo podría entenderse lo dicho en Mateo 5:19? Veamos: “De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos”. Es algo ilógico pensar que alguien que quebranta los mandamientos, y no solo solo quebranta sino que enseña a los demás a quebrantarlos, pueda estar en el reino venidero. Pero si se piensa en esa resurrección general, donde todos podrán comprender la Verdad y decidir libremente entre aceptarla o rechazarla, es más que evidente que en ese momento se caerá en cuenta de los errores, desviaciones y rebeldías siendo señalados quienes así hicieron como pequeños, es decir, que no dieron la medida para el reino (Efesios 4:13), pero en un señalamiento que les permita corrección. Es así como en esa resurrección se deja claro quien estuvo en la verdad y quien

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en el error y que tanto se desviaron para entonces proceder a corrección y subsecuentemente a las promesas del Padre16. Para concluir la exposición de esta opción vemos que no hay nada en las Escrituras que impida después del Milenio la opción para todos los que no conocieron a Jesus el conocerle, el aceptarle con todo lo que esto implica e ir a vida eterna o el rechazarle e ir a condenación. De hecho la Fiesta de la Expiación indica eso claramente cuando señala que “en este día se hará expiación por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová” (Levítico 16:30), “porque es día de expiación, para reconciliaros delante de Jehová vuestro Dios” (Levítico 23:28). Volviendo a la Fiesta de la Expiación, es interesante notar que, mientras que el resto de las Fiestas hablan en general de gozo, de reposo, de ofrendas, ésta y la Pascua contienen indicaciones muy precisas, en este caso incluso adicionales, de cómo llevarla a cabo. Levítico 16 1

Habló Jehová a Moisés después de la muerte de los dos hijos de Aarón,

cuando se acercaron delante de Jehová, y murieron. 2

Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón tu hermano, que no en todo tiempo

entre en el santuario detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera; porque yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio. 3

Con esto entrará Aarón en el santuario: con un becerro para expiación, y

un carnero para holocausto. 4

Se vestirá la túnica santa de lino, y sobre su cuerpo tendrá calzoncillos de

lino, y se ceñirá el cinto de lino, y con la mitra de lino se cubrirá. Son las

16

Para un discernimiento del destino de aquellos que a lo largo de toda la historia de la humanidad no conocieron la Verdad se sugiere la obra “Los otros muertos -¿Qué pasa con quienes no conocieron a Jesús?”. Descargar gratis sin compromiso ni seguimiento en www.rocefi.com.mx, Menú Libros, Sección Ebooks Gratis, Apartado Cristianismo.

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santas vestiduras; con ellas se ha de vestir después de lavar su cuerpo con agua. 5

Y de la congregación de los hijos de Israel tomará dos machos cabríos

para expiación, y un carnero para holocausto. 6

Y hará traer Aarón el becerro de la expiación que es suyo, y hará la

reconciliación por sí y por su casa. 7

Después tomará los dos machos cabríos y los presentará delante de

Jehová, a la puerta del tabernáculo de reunión. 8

Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos; una suerte por

Jehová, y otra suerte por Azazel. 9

Y hará traer Aarón el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por

Jehová, y lo ofrecerá en expiación. 10

Más el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Azazel, lo

presentará vivo delante de Jehová para hacer la reconciliación sobre él, para enviarlo a Azazel al desierto. 11

Y hará traer Aarón el becerro que era para expiación suya, y hará la

reconciliación por sí y por su casa, y degollará en expiación el becerro que es suyo. 12

Después tomará un incensario lleno de brasas de fuego del altar de

delante de Jehová, y sus puños llenos del perfume aromático molido, y lo llevará detrás del velo. 13

Y pondrá el perfume sobre el fuego delante de Jehová, y la nube del

perfume cubrirá el propiciatorio que está sobre el testimonio, para que no muera. 14

Tomará luego de la sangre del becerro, y la rociará con su dedo hacia el

propiciatorio al lado oriental; hacia el propiciatorio esparcirá con su dedo siete veces de aquella sangre. 15

Después degollará el macho cabrío en expiación por el pecado del

pueblo, y llevará la sangre detrás del velo adentro, y hará de la sangre como hizo con la sangre del becerro, y la esparcirá sobre el propiciatorio y delante del propiciatorio. 220


16

Así purificará el santuario, a causa de las impurezas de los hijos de Israel,

de sus rebeliones y de todos sus pecados; de la misma manera hará también al tabernáculo de reunión, el cual reside entre ellos en medio de sus impurezas. 17

Ningún hombre estará en el tabernáculo de reunión cuando él entre a

hacer la expiación en el santuario, hasta que él salga, y haya hecho la expiación por sí, por su casa y por toda la congregación de Israel. 18

Y saldrá al altar que está delante de Jehová, y lo expiará, y tomará de la

sangre del becerro y de la sangre del macho cabrío, y la pondrá sobre los cuernos del altar alrededor. 19

Y esparcirá sobre él de la sangre con su dedo siete veces, y lo limpiará, y

lo santificará de las inmundicias de los hijos de Israel. 20

Cuando hubiere acabado de expiar el santuario y el tabernáculo de

reunión y el altar, hará traer el macho cabrío vivo; 21

y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y

confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado para esto. 22

Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a

tierra inhabitada; y dejará ir el macho cabrío por el desierto. 23

Después vendrá Aarón al tabernáculo de reunión, y se quitará las

vestiduras de lino que había vestido para entrar en el santuario, y las pondrá allí. 24

Lavará luego su cuerpo con agua en el lugar del santuario, y después de

ponerse sus vestidos saldrá, y hará su holocausto, y el holocausto del pueblo, y hará la expiación por sí y por el pueblo. 25

Y quemará en el altar la grosura del sacrificio por el pecado.

26

El que hubiere llevado el macho cabrío a Azazel, lavará sus vestidos,

lavará también con agua su cuerpo, y después entrará en el campamento.

221


27

Y sacarán fuera del campamento el becerro y el macho cabrío inmolados

por el pecado, cuya sangre fue llevada al santuario para hacer la expiación; y quemarán en el fuego su piel, su carne y su estiércol. 28

El que los quemare lavará sus vestidos, lavará también su cuerpo con

agua, y después podrá entrar en el campamento. 29

Y esto tendréis por estatuto perpetuo: En el mes séptimo, a los diez días

del mes, afligiréis vuestras almas, y ninguna obra haréis, ni el natural ni el extranjero que mora entre vosotros. 30

Porque en este día se hará expiación por vosotros, y seréis limpios de

todos vuestros pecados delante de Jehová. 31

Día de reposo es para vosotros, y afligiréis vuestras almas; es estatuto

perpetuo. 32

Hará la expiación el sacerdote que fuere ungido y consagrado para ser

sacerdote en lugar de su padre; y se vestirá las vestiduras de lino, las vestiduras sagradas. 33

Y hará la expiación por el santuario santo, y el tabernáculo de reunión;

también hará expiación por el altar, por los sacerdotes y por todo el pueblo de la congregación. 34

Y esto tendréis como estatuto perpetuo, para hacer expiación una vez al

año por todos los pecados de Israel. Y Moisés lo hizo como Jehová le mandó.

Los versículos del 2 al 4 son sombra o imagen de la función sacerdotal que desempeñaría de una vez y para siempre Jesús: “Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón tu hermano, que no en todo tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera; porque yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio. Con esto entrará Aarón en el santuario: con un becerro para expiación, y un carnero para holocausto. Se vestirá la túnica santa de lino, y sobre su cuerpo tendrá calzoncillos de lino, y se ceñirá el cinto de lino, y con la mitra de lino se cubrirá. Son las santas vestiduras; con ellas se ha de vestir después de lavar su cuerpo con agua” 222


Hebreos 9:7: pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo; Hebreos 4:16: Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. Hebreos 6:18-20: 18 para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec. Mateo 27:51: Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron.

Los versículos del 7 al 10 nos hablan de dos machos cabríos, ambos son sombra o imagen de la redención que íbamos a obtener a través de Jesús. “Y hará traer Aarón el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Jehová, y lo ofrecerá en expiación” (v. 9), la cual es sombra o imagen de la muerte de Jesús “quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados” (1 Pedro 2:24), como dijo Juan cuando vio a Jesús “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29). Respecto del otro macho cabrío “sobre el cual cayere la suerte por Azazel, lo presentará vivo delante de Jehová para hacer la reconciliación sobre él, para enviarlo a Azazel al desierto” (v. 10), éste es sombra o imagen de como Jesús quitaría de nosotros apartándolo de la presencia de Dios, “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones” (Salmos 103:12), “Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos” (Isaías 53:11). 223


Los vv. 12 y 13 son sombra del camino franco que Cristo nos iba a abrir detrás del velo hacia la presencia de Dios. “Después tomará un incensario lleno de brasas de fuego del altar de delante de Jehová, y sus puños llenos del perfume aromático molido, y lo llevará detrás del velo. Y pondrá el perfume sobre el fuego delante de Jehová, y la nube del perfume cubrirá el propiciatorio que está sobre el testimonio, para que no muera”. Recordemos que “detrás del segundo velo había un tabernáculo llamado el Lugar Santísimo” (Hebreos 9:3), “queriendo el Espíritu Santo dar a entender esto: que el camino al Lugar Santísimo aún no había sido revelado en tanto que el primer tabernáculo permaneciera en pie” (Hebreos 9:8). Jesús accede hacia el lugar santísimo “por el camino que él nos consagró nuevo y vivo, por el velo, esto es, por su carne” (Hebreos 10:20), como Él mismo dijo “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6), por lo cual “tenemos como ancla del alma, una esperanza segura y firme, y que penetra hasta detrás del velo” (Hebreos 6:19). El versículo 27, de Levítico 16, “Y sacarán fuera del campamento el becerro y el macho cabrío inmolados por el pecado, cuya sangre fue llevada al santuario para hacer la expiación; y quemarán en el fuego su piel, su carne y su estiércol”, hace referencia, de igual forma, al sacrificio redentor de Jesús. “Porque los cuerpos de aquellos animales cuya sangre a causa del pecado es introducida en el santuario por el sumo sacerdote, son quemados fuera del campamento. Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta. Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio; porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir” (Hebreos 13:11-14) La imagen o sombra de los dos machos cabríos de Expiación, representan el sacrificio redentor de Jesús, tal como proféticamente lo describió el profeta Isaías: Isaías 53 1

¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el

brazo de Jehová?

224


2

Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay

parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. 3

Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores,

experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. 4

Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y

nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 5

Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el

castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. 6

Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su

camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. 7

Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al

matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. 8

Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará?

Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. 9

Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su

muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. 10

Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento.

Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. 11

Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su

conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. 12

Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá

despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.

225


Como una anotación adicional a lo comentado sobre esta fiesta, está la cuestión de algo que en el pueblo de Israel se conocía como el jubileo. El jubileo era una indicación dada por Dios y que uno puede leer en el capítulo 25 de Levítico, donde cada cincuenta años se ponían los esclavos en libertad, se dejaban de trabajar las tierras y se restituían las posesiones que se habían comprado, lo interesante es que el inicio del jubileo estaba decretado a iniciar, cada cincuenta años, con la fiesta de Expiación, la cual como ya se ha visto es el día 10 del séptimo mes. 8

Y contarás siete semanas de años, siete veces siete años, de modo que

los días de las siete semanas de años vendrán a serte cuarenta y nueve años. 9

Entonces harás tocar fuertemente la trompeta en el mes séptimo a los diez

días del mes; el día de la expiación haréis tocar la trompeta por toda vuestra tierra. 10

Y santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis libertad en la tierra a todos

sus moradores; ese año os será de jubileo, y volveréis cada uno a vuestra posesión, y cada cual volverá a su familia.

Pudiendo iniciar en cualquier momento o en cualquier fiesta, Dios decreta que el inicio del jubileo coincida, cada cincuenta años, con la fiesta de Expiación, declarando aún más la naturaleza de esta última, pues el jubileo gira en torno a la liberación del esclavo o cautivo, la restitución de los familiares y la reintegración de las posesiones perdidas.

Después de todo lo que se ha mencionado sobre esta fiesta, queda más claro el significado de la misma, sobre todo si consideramos, como se hizo al inicio de este apartado referido a dicha fiesta, que el nombre de la misma no es condenación, castigo, destrucción, separación, culpa, sino Expiación, que como vimos significa cubrir, expiar, condonar, cancelar, perdonar, reconciliar. “He escuchado tu oración y he visto tus lágrimas. Voy a sanarte, y en tres días podrás subir al templo del Señor” (2 Reyes 20:5) 226


“Y en aquel día dirás: Te doy gracias, oh Jehová, porque aunque estabas airado conmigo, se ha apartado tu ira y me has consolado” (Isaías 12:1)

Este cubrimiento, expiación, condonación, cancelación, perdón o reconciliación, nos dan la pauta para la siguiente y última fiesta, la de los Tabernáculos, cuando en Jeremías 31:34 dice: “Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado”.

Por último, y al igual que en las demás fiestas, Números 29:8-11 nos habla holocaustos, ofrendas y libaciones que complementa esta festividad con toda la solemnidad, plenitud y perfección de la misma.

De esta forma, la explicación que Jesús da a sus discípulos en el sentido de por qué no pudieron éstos expulsar a aquel demonio del hijo de aquel hombre apunta a esos tres momentos que inician a partir de su primer venida y se consumarán a su regreso: la poca fe es como inician los elegidos, lo relativo a la semilla de mostaza es ese trabajo que el Espíritu del Padre realiza en aquellos hasta llevarlos a la estatura perfecta de Cristo, por su parte el indicativo a la oración y ayuna apuntan al Día de la Expiación cuando, como se vio, la única oportunidad de salvación sea otorgada a la humanidad cumplimentándose así el plan de Dios para con Su familia.

De esta forma la relatoría de la sanación del hijo de aquel hombre sometido por el demonio, sanación que no pudieron en su momento hacer los discípulos, señala estos dos mil años de historia de la iglesia donde tanto la humanidad como los mismos elegidos seguirían bajo el influjo del Enemigo, influjo que no sería quitado sino al regreso de nuestro Señor cuando aquel sería eliminado liberando así por fin a la humanidad de ese sometimiento y trayendo esa sanación que deviene de ello. 227


La curación milagrosa de un ciego de nacimiento

Juan 9 1

Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento.

2

Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus

padres, para que haya nacido ciego? 3

Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las

obras de Dios se manifiesten en él. 4

Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día

dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar. 5

Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.

6

Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo

los ojos del ciego, 7

y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es Enviado).

Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo.

La relatoría que de manera exclusiva presenta Juan muestra a Jesús curando a un ciego de nacimiento. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿qué implica que el enfermo fuese un ciego de nacimiento?, ¿por qué la pregunta sobre quién era culpable de la ceguera del hombre, si él o sus padres, hecha por los discípulos a Jesús?, ¿qué implica la respuesta que Jesús da a sus discípulos sobre la pregunta anterior?, ¿qué simboliza la manera tan peculiar en que Jesús cura al hombre siego de nacimiento?

¿Qué implica que el enfermo fuese un ciego de nacimiento? Estar ciego carnalmente implica no poder ver, pero a nivel espiritual implica no poder discernir las verdades reveladas, a diferencia de aquellos que espiritualmente sí pueden ver, “porque antes erais tinieblas, pero ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de la luz” (Efesios 5:8). Ahora bien, ¿cómo puede hacerse esto último? La 228


Escritura dice sobre sí misma “lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”, de igual forma Jesús hablando a los de su tiempo, y en su figura a todos los cristianos de todos los tiempos, les dijo “yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12), de esta forma el ver, espiritualmente hablando, es posible sólo gracias a la Palabra escrita y a la Palabra hecha carne.

¿Por qué la pregunta sobre quién era culpable de la ceguera del hombre, si él o sus padres, hecha por los discípulos a Jesús? Esta pregunta es por demás interesante, no solo porque, como era el pensar del pueblo de Israel en ese entonces relacionado con el hecho de que la causa de los sufrimientos era el pecado, propios o ajenos, en este caso incluso de los padres, sino porque incluso los discípulos le adjudican al hombre ciego la responsabilidad de ello cuando él había nacido así por lo que no era posible hubiese pecado antes de eso.

Con todo y todo esta era una forma muy peculiar de pensar en el pueblo de Israel, que refleja la naturaleza esa característica de la naturaleza humana donde todo busca entenderse desde la perspectiva propia en vez de dejar que sea la revelación de Dios la que guíe el entendimiento. Esto podemos verlo muy claramente en el libro de Job donde las explicaciones que los amigos de él dan a las calamidades que le han acontecido tienen este referente: “Recuerda ahora, ¿quién siendo inocente ha perecido jamás? ¿O dónde han sido destruidos los rectos? Por lo que yo he visto, los que aran iniquidad y los que siembran aflicción, eso siegan” (Job 4:7-8); “he aquí, Dios no rechaza al íntegro, ni sostiene a los malhechores” (Job 8:20); “si en tu mano hay iniquidad y la alejas de ti y no permites que la maldad more en tus tiendas, entonces, ciertamente levantarás tu rostro sin mancha, estarás firme y no temerás. Tu vida será más radiante que el mediodía” (Job 11:14-15, 17); argumentos que son rechazados en su momento por Dios mismo, “Y aconteció que después que habló Jehová estas palabras á Job, Jehová dijo a Eliphaz Temanita: Mi ira se encendió contra ti y tus dos

229


compañeros: porque no habéis hablado por mí lo recto, como mi siervo Job” (Job 42:7).

Todo lo registrado en la Escritura es para nuestra propia edificación (1 Corintios 10:11; Romanos 15:4), siendo que en este caso deja ver el deplorable estado comprensivo que se guardaba en el tiempo de Jesús entre el pueblo de Israel, situación de la que no eran ajenos los discípulos. Dado que la era de la iglesia es inaugurada por Jesús siendo ésta representativa de los discípulos, esto registrado simboliza el pensamiento de algunos y en ocasiones muchos en la iglesia de Dios que a lo largo de los siglos, como en el caso de los amigos de Job, adjudicarían los dolores de los paganos y las tribulaciones de los elegidos a sus fallas, a sus tropiezos, a sus pecados.

¿Qué implica la respuesta que Jesús da a sus discípulos sobre la pregunta anterior? La respuesta que da Cristo es eminentemente correctiva, pero esa respuesta, por lo comentado anteriormente, no debe circunscribirse sólo a ese momento, sino traerse a estos dos mil años de historia de la iglesia, sobre todo a la actualidad, para nuestra propia edificación, y entender que lo malo que le pasa a los malos, así como lo malo que le pasa a los buenos, si bien puede tener su origen en castigos de Dios por ello (Isaías 3:11), generalmente correctivos (Proverbios 3:12), de igual forma pueden acaecer por las circunstancias propias del mundo: “Me volví y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; sino que tiempo y ocasión acontecen a todos” (Eclesiastés 9:11), por lo que esto se vuelve un llamado a no tomar el papel de Dios en el sentido inquisitivo, acusador, justiciero, pues desconocemos las formas y maneras que Dios tiene de actuar: “porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (Isaías 55:8-9). Pero lo sí puede saberse con certeza y decirse con seguridad, es que todo sucede conforme 230


al plan de Dios: “No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él” (v. 3). Esto último es realmente asombroso pues tanto el malo como el bueno tienen su parte en el plan de Dios. Para concluir esta argumentación, si las penalidades que se sufren en este mundo fueran siempre y en todo momento consecuencias del pecado, tendría que señalarse entonces que Pablo era un pecador pues él mismo declara haber sufrido a causa de enfermedad: “Pues vosotros sabéis que a causa de una enfermedad del cuerpo os anuncié el evangelio al principio; y no me despreciasteis ni desechasteis por la prueba que tenía en mi cuerpo, antes bien me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús” (Gálatas 4:13-14). De esta forma, la respuesta de Cristo busca corregir esa opinión errada que en algunos, y en ocasiones en muchos, ha prevalecido en estos dos mil años de historia de la iglesia a su interior.

¿Qué simboliza la manera tan peculiar en que Jesús cura al hombre siego de nacimiento? Cuando la Escritura presenta cuestiones que de manera natural captan nuestra atención es con la intención de que esa curiosidad innata en el ser humano lo lleve a indagar en las verdades que las mismas contienen de manera más profunda o con mayor alcance: “Gloria de Dios es encubrir un asunto; pero honra del rey es escudriñarlo” (Proverbios 25:2), curiosamente cuando algunos ven este tipo de cuestiones, en vez de indagar, le dan una explicación somera, superficial, privándose de la edificación adicional que pudieran recibir. Este es uno de los casos. “Escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego” (v. 6). ¿Por qué Jesús necesitaría hacer lodo con su saliva para curar a este ciego cuando en otras ocasiones solo necesitaba de decirlo?, para quien no está versado en las verdades escriturales esto pudiera parecerle un acto de taumaturgia, pero dado que Jesús no necesita de ninguna cuestión accesoria para curar, luego entonces es más que evidente que el hacerlo es dado para captar la atención de quien escudriña la Palabra y para entregar, de la misma forma, 231


edificación adicional. Con todo y todo ¿qué puede significar el que Jesús, para curar al hombre ciego, hubiese escupido en tierra haciendo lodo con la saliva y untándoselo a los ojos del ciego? Vemos viendo, ¿cómo fue creado el hombre? “Entonces Jehová formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida; y fue el hombre un ser viviente” (Génesis 2:7). Muchos dan por hecho que Dios formó al hombre con barro, lo cual implica tierra humedecida, pero el relato bíblico no dice eso sino que lo formó del polvo de la tierra insuflándole vida. De ahí se desprende que el hombre lo que tenía era una vida natural siendo que al morir el hombre vuelve al polvo del que fue hecho y el aliento de vida regresa a Dios (Eclesiastés 12:7), pero con la venida de Cristo, aquellos que lo acepten como su Señor y Salvador, tienen la promesa de la vida eterna: “Entonces Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del Hombre y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre que vive me envió, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. Este es el pan que descendió del cielo; no como el que vuestros padres comieron, y murieron; el que come este pan vivirá para siempre” (Juan 6:53-58). El requisito para lo anterior es poseer el Espíritu de Dios: “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros” (Romanos 8:11), el cual se obtiene cuando después del arrepentimiento uno se bautiza (Hechos 2:38) y lo recibe mediante la imposición de las manos (Hechos 8:17), obvio que debe vivir una vida de santificación siendo fiel hasta el final (Revelación 2:10)..

El simbolismo del Espíritu de Dios siempre está relacionado con el agua: 232


Juan 7:37-39 Y en el último día, el gran [día] de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz, diciendo: Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba. El que cree en mí, como ha dicho la Escritura: ``De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva." Pero Él decía esto del Espíritu, que los que habían creído en El habían de recibir; porque el Espíritu no había [sido dado] todavía, pues Jesús aún no había sido glorificado.

Isaías 44:3 Porque derramaré agua sobre la [tierra] sedienta, y torrentes sobre la tierra seca; derramaré mi Espíritu sobre tu posteridad, y mi bendición sobre tus descendientes.

Juan 4:14 pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna.

1 Corintios 12:13 Pues por un mismo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo cuerpo, ya judíos o griegos, ya esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber del mismo Espíritu.

De esta forma el simbolismo de la manera en que Jesús cura el hombre ciego queda completa ya que la saliva habla de esa agua que procede de Dios, Su propio Espíritu, a través de Cristo, (Juan 14:26; 15:26), siendo que tocando esa misma tierra, ese mismo polvo del que el hombre está hecho, le puede dar vida, representada en el relato por la sanidad, pero que apunta a la vida eterna al alcance de todo aquel que la acepte, por eso el relato claramente señala que Jesús escupió —símbolo del agua, del Espíritu— en tierra —símbolo del polvo, de 233


la vida natural— creando lodo, algo diferente, lo que en términos cristianos pudiéramos llamar el hombre nuevo, en el cual solo hay sanidad, salvación.

Esto es más que claro con la exposición que Pablo realiza al respecto:

1 Corintios 15 42

Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción,

resucitará en incorrupción. 43

Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad,

resucitará en poder. 44

Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo

animal, y hay cuerpo espiritual. 45

Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma

viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante. 46

Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual.

47

El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el

Señor, es del cielo. 48

Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales

también los celestiales. 49

Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la

imagen del celestial.

La parte final del relato señala que Jesús le manda al ciego a lavarse el estanque de Siloé yendo éste, lavándose y regresando viendo. Esto habla de la gran comisión. Siloé viene del hebreo Shilôaj —del verbo shâlaj, “enviar”—, “enviado”, de esta forma el hombre es “enviado”, todo lo cual simboliza a los elegidos que en estos dos mil años de la iglesia de Dios irían por el mundo cumpliendo la gran comisión de que Jesús les encomendaría:

234


Mateo 28:19 Por tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones, y bautícenlos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Marcos 16:15 Y les dijo: «Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura.

Lucas 24:47-48 y que en su nombre se predicara el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando por Jerusalén. De esto, ustedes son testigos.

Siendo que esa comisión no solo es en beneficio de aquellos que escuchen y atiendan las verdades de salvación (Marcos 16:16), sino también de los elegidos los cuales a través de su testimonio alcanzarían las promesas que les fueron dadas (Mateo 10:22; Lucas 21:19).

De esta forma el relato de la curación de este hombre ciego por parte de Jesús habla de aquellos que al responder el llamamiento del Padre para venir a salvación en el presente siglo, aceptando a Jesús como su Redentor, reciben e Espíritu de Dios el cual insufla nueva vida a ese polvo haciéndolo lodo, una criatura nueva, que mediante el cumplimiento de la gran comisión dada por Jesús alcanza, a través del testimonio, las promesas dadas.

235


Jesús sana a una mujer en el día de Shabat // La curación milagrosa del hombre con la hidropesía // La milagrosa resurrección de Lázaro

Estas tres curaciones que nos presenta Lucas, las dos primeras, y Juan la última, si bien son diferentes en cuanto a tiempos, lugares, personajes y circunstancias guardan una íntima relación la una con la otra por lo que se abordarán de manera conjunta, primero una, luego otra y al final la última, pero de manera interrelacionada entre sí, al concluir esto se verá la razón de ello.

Jesús sana a una mujer en el día de Shabat

Lucas 13 10

Enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de Shabat;

11

y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de

enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar. 12

Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad.

13

Y puso las manos sobre ella; y ella se enderezó luego, y glorificaba a

Dios. 14

Pero el principal de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiese sanado

en el día de Shabat dijo a la gente: Seis días hay en que se debe trabajar; en éstos, pues, venid y sed sanados, y no en día de Shabat. 15

Entonces el Señor le respondió y dijo: Hipócrita, cada uno de vosotros

¿no desata en el día de Shabat su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber? 16

Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no

se le debía desatar de esta ligadura en el día de Shabat? 236


17

Al decir él estas cosas, se avergonzaban todos sus adversarios; pero

todo el pueblo se regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por él.

La primer relatoría, ubicada en Judea, que presenta de manera exclusiva Lucas muestra a Jesús sanando a una mujer, curación que por realizarla en Shabat le generó controversia con los líderes religiosos de ese tiempo. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿qué implica que Jesús estuviese enseñando en el día de Shabat?, ¿qué simboliza que la mujer hubiese estado enferma durante 18 años, enfermedad que la obligaba a estar encorvada?, ¿qué implica el intercambio discursivo entre el principal de la Sinagoga y Jesús respecto de la controversia que se generó por Jesús haber curado a esa mujer en el día de Shabat?

¿Qué implica que Jesús estuviese enseñando en el día de Shabat? El entendimiento escritural permite comprender cómo es que los siete días creativos tienen una correspondencia con los 7,000 años asignados a la historia de la humanidad, 6,000 años bajo dominio del hombre y 1,000 bajo el reinado de Jesús. Tres bases escriturales hay para esto: una, el indicativo de la Palabra en el sentido de que para Dios mil años son como un día y un día como mil años (2 Pedro 3:8); dos, la prevención dada por Dios a Adán de que no comiere del árbol de la ciencia del bien y el mal pues el día que comiere de él ese mismo día moriría (Génesis 2:17), Adán no murió el mismo día que comió del árbol de la ciencia del bien y el mal sino que vivió 930 años (Génesis 5:3-4) con lo que murió en su primer milenio; y tres, el indicativo de que queda un reposo para el pueblo de Dios (Hebreos 4:9), reposos cuyo referente con el séptimo día es más que evidente, el cual apunta al milenio siendo esta comprensión necesaria para entender en alcance y profundidad el relato ya que, de esta forma, el que Jesús estuviese enseñando en Shabat apunta al Milenio cuando Él esté reinando sobre la tierra enseñando a las naciones la Ley de Dios (Miqueas 4:2; Isaías 2:3; Jeremías 31:6; Jeremías 50:4,5).

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¿Qué simboliza que la mujer hubiese estado enferma durante 18 años, enfermedad que la obligaba a estar encorvada? El andar encorvada señala a no andar rectamente (Proverbios 14:2; Salmos 11:7; Isaías 26:7), con este entendimiento, y con la comprensión anterior, puede entenderse a qué se refiere esos 18 años en que la mujer, representativa de la humanidad, había padecido de la enfermedad en cuestión.

El número 6 es indicativo del hombre, reflejo de la humanidad, ya que él fue creado al sexto día (Génesis 1:24-26), de esta forma, en el 18 mencionado, se tienen tres periodo referido a la humanidad, curiosamente el diseño del Tabernáculo también implicaba tres período referidos a la historia de la humanidad17: el Atrio, la era de la Ley, el Lugar Santo, la era de la iglesia, y el Lugar Santísimo, la era del Milenio.

De esta forma la mujer representa esa humanidad que en ninguno de esos tres momentos pudo acceder a las promesas divinas otorgadas, es decir, a aquellos que nunca tuvieron esa oportunidad, lo cual lleva a la pregunta ¿qué pasa con quienes nunca tuvieron la posibilidad de conocer a Jesús?, pregunta cuya respuesta permitirá entender la última pregunta que se verá luego respecto de ¿qué implica el intercambio discursivo entre el principal de la Sinagoga y Jesús respecto de la controversia que se generó por Jesús haber curado a esa mujer en el día de Shabat?, así que veamos: ¿qué pasa con quienes nunca tuvieron la posibilidad de conocer a Jesús?, para responder esto debe comprenderse el significado de la fiesta que habla precisamente de ello: la del Día de la Expiación.

Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio contienen las indicaciones sobre las fechas, los requisitos, los cuidados previos y la manera de desarrollar las siete fiestas que Dios le estableció a Su pueblo y que hablaban de antemano sobre el

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Para un discernimiento del simbolismo del diseño del Tabernáculo se sugiere la obra “El tabernáculo de reunión -Una fotografía dinámica de la familia de Dios-”. Descargar gratis sin compromiso ni seguimiento en www.rocefi.com.mx, Menú Libros, Sección Ebooks Gratis, Apartado Cristianismo.

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plan de Dios sobre la humanidad. Las cuatro primeras - Pascua, Panes sin levadura, Primicias, y Pentecostés- eran fiestas que se celebraban en primavera y que ya han sido cumplidas con la primer venida de Jesús; las tres restantes Trompetas, Expiación, y Tabernáculos- eran fiestas de Otoño y su cumplimiento, como veremos al abordarlas, está pendiente a verificarse con la segunda venida de Jesús18.

La fiesta que permite entender la pregunta formulada es la fiesta de la Expiación. Expiación viene del hebreo Teru'ah, ‫ריפרר‬, que significa cubrir, expiar, condonar, cancelar, perdonar, reconciliar, es una palabra que que denota expiación o la acción de cubrir algo. Como señala Levítico Levítico 16:29 esta fiesta se celebraba en “en el mes séptimo, a los diez días del mes”, el séptimo mes era Tishri (Septiembre-Octubre), es decir, es la segunda y penúltima fiesta de las tres consideradas de otoño: Trompetas, Expiación, y Tabernáculos.

Todos en algún momento dado nos hemos hecho la pregunta sobre el destino de aquellas personas que no tuvieron la oportunidad de conocer la salvación a través de Jesús y no solo a quienes de manera literal nunca oyeron hablar de Él sino incluso de aquellos que creyendo conocerlo han estado oyendo y siguiendo una doctrina falsificada sobre Cristo en alguna de las miles de sectas que se dicen cristianas pero que forman parte del esfuerzo del Enemigo por engañar al mundo entero.

Si pensamos un poco sobre la historia de la humanidad podemos identificar en ella estos dos grandes grupos: aquellos que nunca oyeron hablar de Jesús y aquellos que aunque sí han oído hablar de Él esto ha sido a través de un mensaje tergiversado en el seno de alguna de las sectas que se dicen cristianas sin ser la verdadera iglesia fundada por Jesús y vivificada por el Santo Espíritu de Dios.

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Para un discernimiento del simbolismo de estas fiestas decretadas por Dios para su pueblo se sugiere la obra “Las Fiestas Solemnes de Jehová -El Plan de Dios con respecto a Su familia-”. Descargar gratis sin compromiso ni seguimiento en www.rocefi.com.mx, Menú Libros, Sección Ebooks Gratis, Apartado Cristianismo.

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En el primer caso tenemos los literalmente miles de millones de personas que han vivido en diferentes épocas de la historia de la humanidad y que nunca pudieron tener la posibilidad de oír de Jesús: Sumerios, Babilonios, Asirios, Fenicios, Persas, Olmecas, Toltecas, Aztecas, Mayas, Incas, Japoneses, Mongoles, Vikingos, y un sinfín de pueblos, estados, reinos y naciones que jamás oyeron hablar de Jesús.

En el segundo caso tenemos las diferentes sectas cristianas, entre grandes y pequeñas denominaciones, que suman más de 33,000 en la actualidad, fuera, diferentes y aparte de la verdadera iglesia de Dios y que creen en un Cristo y creen en un Evangelio, pero es un Cristo falsificado Cristo y un Evangelio tergiversado.

La pregunta entonces muy concreta: ¿Qué pasa con quienes nunca tuvieron la posibilidad de conocer a Jesús? La Fiesta de la Expiación permite entender esto. Veamos.

Como ha quedado más que evidente, las Fiestas Solemnes de Jehová presentan y representan el Plan de Dios sobre la humanidad en su desarrollo cronológico: Primero la Pascua, que representa el sacrificio redentor de Jesús, luego Panes sin Levadura, que representa la vida que a partir de la redención obtenida por Jesús cada cristiano debe vivir, luego Primicias que es Jesus mismo resucitado como el primero de muchos hermanos, luego Pentecostés que es el resto de cristianos llamados, escogidos y fieles en este siglo, y Trompetas, que es la segunda venida de Jesús por sus llamados, escogidos y fieles mismos que son resucitados/transformados. Hasta aquí vamos y queda claro el desarrollo cronológico de las fiestas de Dios como parte de Su plan para la humanidad. Con esto en mente ¿para quienes es la Fiesta de la Expiación? Entender esto es muy importante.

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En la Fiesta de las Trompetas, previo a la de la Expiación, vimos que se refiere a la segunda venida de Jesús por sus llamados, escogidos y fieles mismos que son resucitados/transformados. De estos llamados, escogidos y fieles la Escritura se refiere a ellos de la siguiente forma: “Bienaventurado y santo es el que tiene parte en la primera resurrección; la muerte segunda no tiene poder sobre éstos sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con Él por mil años” (Revelación 20:6). Es decir, son los santos y santas resucitados/transformados al regreso de Jesús que serán reyes y sacerdotes con Él durante el milenio. Lo importante a resaltar para entender la Fiesta de la Expiación es que, como se señala, “la muerte segunda no tiene poder sobre éstos”. Entonces, ¿para quienes es la Fiesta de la Expiación?

Vamos analizando primero la Fiesta en sí.

La Fiesta de la Expiación, que es de reposo (Levítico 16:29, 31; Levítico 23:28, 30, 32) es la única de las fiestas decretadas por Dios con una connotación de tristeza, de pesar, de hecho mientras que en las demás fiestas hay gozo, comida y bebida, en esta hay aflicción (Levítico 16:29, 31; Levítico 23:27; Números 29:7).

Esta tristeza, este llanto, este lamento, está de igual forma señalada en la Escritura para la humanidad para un tiempo futuro. “Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito” (Zacarías 12:10); “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra se lamentarán sobre él. Así sea. Amén” (Revelación 1:7); “Allí os acordaréis de vuestros caminos y de todas vuestras obras con las que os habéis contaminado, y os aborreceréis a vosotros mismos por todas las iniquidades que habéis cometido” (Ezequiel 20:43); “Entonces cambiaré vuestras fiestas en llanto y todos vuestros cantos en lamento; pondré cilicio sobre todo lomo y calvicie sobre toda cabeza; haré que sea como duelo por hijo único, y su fin, 241


como día de amargura” (Amós 8:10); “Ahora bien —afirma el Señor —, vuélvanse a mí de todo corazón, con ayuno, llantos y lamentos” (Joel 2:12) ¿Por qué es todo esa tristeza, este pesar, esta aflicción? “Porque en este día se hará expiación por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová” (Levítico 16:30), “porque es día de expiación, para reconciliaros delante de Jehová vuestro Dios” (Levítico 23:28). Pero, ¿para quién? Los santos y santas resucitados/transformados que al regreso de Jesús son con Él reyes y sacerdotes durante mil años gozan de la bienaventuranza de que “la muerte segunda no tiene poder sobre éstos”, entonces, ¿para quién es esta expiación? Si Revelación 20:6 llama a la resurrección/transformación de los santos y santas llamados, escogidos y fieles, a regreso de Jesús, al inicio del milenio, “la primera resurrección”, entonces debe haber una segunda resurrección, ¿quiénes resucitan en esa segunda resurrección? Revelación 20:5 nos dice que “los demás muertos no volvieron a la vida hasta que se cumplieron los mil años”. ¿Cuáles “demás muertos”? Pues los que no tomaron parte en la primera resurrección, es decir, tanto aquellos que nunca oyeron hablar de Jesús como aquellos que aunque sí han oído hablar de Él esto ha sido a través de un mensaje tergiversado en el seno de alguna de las sectas que se dicen cristianas sin ser la verdadera iglesia fundada por Jesús y vivificada por el Santo Espíritu de Dios, en otras palabras, todos los que no calificaron para ser considerados llamados, escogidos y fieles y participar de la primer resurrección, al regreso de Jesús, y ser al inicio del milenio reyes y sacerdotes con Él.

¿Y para qué son resucitados todos estos que no calificaron para participar de la primera resurrección?

Si nos atenemos a la Escritura en cuanto al sentido de

esta fiesta sería para que participen de la “expiación [que se hará] por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová” (Levítico 16:30), “porque es día de expiación, para [ser] reconcilia[dos] delante de Jehová vuestro Dios” (Levítico 23:28). ¿Pero que no los que son resucitados al final del milenio son echados al Lago de Fuego, “Pero los cobardes, incrédulos, abominables, asesinos, inmorales, hechiceros, idólatras y todos los mentirosos tendrán su 242


herencia en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda” (Revelación 21:8)? No, sólo los que no se hallen inscritos en al Libro de la Vida, “Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras…. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego” (Revelación 20:13, 15).

Vamos analizando más este punto.

Generalmente, respecto a qué va a pasar con aquellas personas que no tuvieron la oportunidad de conocer la salvación a través de Jesús, hay dos visiones: una severa y otra laxa. La severa dice que aquellas personas que no tuvieron la oportunidad de conocer la salvación a través de Jesús simplemente se van a condenar. La permisiva dice que aquellas personas que no tuvieron la oportunidad de conocer la salvación a través de Jesús, de alguna forma, serán juzgadas según su conciencia y sus obras y por ende pueden incluso así salvarse. Veamos a detalle cada una de estas posturas.

Como se señaló la opción en extremo severa dice que solo quienes aceptaron a Jesús se salvan, los que no, no se salvan. Esta se sustenta precisamente en las citas que hemos visto de Revelación que mencionan las dos resurrecciones ya que dicen que como a primera resurrección es para los santos y la segunda para condenación no hay opción para quienes no conocieron a Jesús. Además la Escritura constantemente nos indica que los impíos serán destruidos (Salmos 37:38; Proverbios 14:11; Salmos 94:23; Salmos 28:5; Salmos 73:19; Salmos 92:7; 2 Pedro 3:6; Proverbios 10:29; Oseas 7:13; Daniel 8:25; Filipenses 1:28; 1 Timoteo 6:9; Romanos 9:22; Filipenses 3:19; 2 Tesalonicenses 1:9; 2 Timoteo 2:14; 2 Pedro 2:3; 2 Pedro 2:12; 2 Pedro 3:7; Judas 1:10). La destrucción de los impíos no está en duda, la pregunta sería ¿cómo, cuándo y por qué será destruidos?

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Detengámonos un momento y pensemos si realmente lo anterior es coherente con el Padre amoroso que tenemos (1 Juan 4:8), con la imagen de ese Padre que quiere que todos los hombres sean salvos y que vengan al conocimiento de la verdad (1 Timoteo 2:4), y que quiere que nadie muera (2 Pedro 3:9). Es decir, los miles y miles de millones de personas que nunca tuvieron la oportunidad de conocer a Jesús, ¿será simplemente olvidados o destruidos? Si nosotros que somos malos veríamos esto extremadamente injusto, ¿podemos pensar que nuestro Padre, que es Santo y Perfecto, lo verá justo? (Mateo 7:11). Toda Escritura muestra un Padre amoroso que con vehemencia busca al hombre procurando su salvación y dándole siempre la oportunidad de escoger libremente sea la vida o sea la muerte (Deuteronomio 30:19), ejemplos y ejemplos tenemos de cómo es que Dios proclama su Verdad antes de acarrear el castigo por la desobediencia (historia de Noé ante las gentes de su tiempo antes del diluvio, historia de Jonás ante Nínive para su arrepentimiento, historia de Moises ante el Faraón para que dejara ir a Israel, historia de los profetas enviados por Dios a Israel y de Judá antes del cautiverio), ¿cómo compensar eso con la idea de nuestro Dios condenando al olvido o la muerte a quienes vivieron engañados, esclavizados, sin oportunidad de conocer y optar por la verdad?

Tanto Hechos 10:34 como Romanos 2:11 nos indican que Dios no hace acepción de personas, pero la opción de la salvación sólo para quienes pudieron oír de Jesús, el verdadero Jesús, crea una contradicción con este punto.

Aparte tenemos la verdad de quien seduce y engaña al mundo entero es el Diablo (Revelación 12:9), pero esta opción castiga a aquellos que fueron engañados por el Enemigo y siguieron otra fe, otra doctrina, ajena a la de Dios. También está el caso de aquellos que como los Escribas y Fariseos cierran el reino de los cielos a los hombres no entrando ellos ni dejando entrar (Mateo 23:13) pero esta opción castiga a aquellos que aunque deseándolo no pudieron acceder a la Verdad pues otros no se los permitieron.

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Además tenemos la declaración de quien llama, de quien trae a la Verdad, es el Padre (Juan 6:44, 65; Hechos 2:39), e incluso de que Él mismo la oculta “como está escrito: Dios les dio [a los israelitas) espíritu de estupor, ojos con que no vean y oídos con que no oigan, hasta el día de hoy” (Romanos 11:8), pero esta opción resulta en que si aunque el Padre no ha llamado o le ha ocultado la Verdad a alguien ese alguien es condenado pues nunca pudo conocer a Jesús, peor aún: respecto de la voluntad de Dios se nos dice que Él “quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Timoteo 2:4).

Por último, si el caso fuera de salvarse sólo por conocer la Verdad revelada por el Padre y su Hijo, esto debería ser una prioridad, pero al contario vemos a Jesús señalando claramente que cuando Él hablaba en parábolas era para ocultar la verdad y evitar que la multitudes entendieran, se convirtieran y fueran salvas (Marcos 4:11-12; Lucas 8:10; Mateo 13:13-15). Mucho puede decirse al respecto pero esta idea de olvido o condenación de quienes no tuvieron la oportunidad de conocer a Jesús contraría toda la Escritura y no hay manera de conciliarla con la idea de un Padre justo y más que justo: misericordioso y todo amor. ¿Entonces?

La otra opción es la laxa, la cual es en extremo condescendiente, y señala que incluso los que no conocieron a Jesús podrán salvarse cuando sus vidas y sus obras sean evaluadas. Esta opción se basa en las múltiples y variadas escrituras que clara y coincidentemente señalan que los hombres serán juzgados según sus obras (Revelación 20:13,2:23; Jeremías 17:10; Mateo 12:36-37,16:27; 2 Corintios 5:10; Proverbios 24:12; Romanos 2:5-6; Marcos 9:49).

Pero aceptar esto es prácticamente y contra toda Escritura hacer irrelevante e innecesario el sacrificio de Jesús, además que va en contra de las múltiples escrituras que señalan la realidad de los hombres ante Dios:

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Marcos 10:18 “Y Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino sólo uno, Dios”. Romanos 3:10 “Como está escrito: "no hay uno justo, ni aún uno” Romanos 3:23 “…por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. Romanos 5:12 “…la muerte se extendió a todos los hombres, porque todos pecaron.”

Pero también se nos dice cómo venimos a reconciliarnos con nuestro Padre: Romanos 6:23 “Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” Romanos 3:24 “siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús” 1 Juan 4:9 “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él” 1 Corintios 15:22 “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados” 1 Juan 1:7 “pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” 1 Juan 5:13 “Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios” 246


Además la necesidad de conocer, aceptar y vivir la Palabra de Dios queda expuesto en la parábola del sembrador cuando al explicarla (Lucas 8:11-15) Jesús dice a sus discípulos: “Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios. Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven. Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan. La que cayó entre espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto. Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia”.

Tenemos además las palabras de Jesús a Nicodemo cuando hablan del nacer de nuevo, donde Jesús de manera clara, haciendo doble énfasis, señala que “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios”. (Juan 3:5)

Por último para quienes, a pesar de lo anteriormente señalado por la Escritura, creen que hay alguna otra forma de salvarse sin Cristo, haciendo por lo tanto irrelevante Su sacrificio redentor, veamos lo que nos dice Hechos 4:12 “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”.

Como puede verse la opción de salvación por obras sin conocer y aceptar a Jesús con todo lo que ello implica es contraria a la Escritura, deja en nada el sacrificio de Jesús, hace irrelevante la recepción del Santo Espíritu, hace innecesaria la vida cristiana y contradice puntos doctrinales de nuestra fe, pero entonces ¿a qué se refiere eso de que existirá un juicio basado en las obras de las personas?

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Pero no sólo hay esas dos opciones sino que, leyendo la Palabra de Dios podemos encontrar una tercera, acorde con la Fiesta de la Expiación así como toda la Escritura, la cual permite que incluso los que no tuvieron la posibilidad de conocer a Jesús tienen en un momento dado esa posibilidad.

Antes que nada y primeramente hay que dejar muy claro que sólo existen dos resurrecciones generales, y si existen dos resurrecciones generales existen sólo dos tipos de resucitados: aquellos que van a vida y aquellos que van muerte, de nuevo la cuestión, para estos últimos, es cuándo, dónde y por qué.

Dado que ya vimos el significado de la primera resurrección y que clara, explícita y tajantemente sólo participan en ella los justos (Lucas 14:14), los que creen en Jesús (Juan 6:39-40), los llamados por el Padre (Juan 6:44), los perseguidos por el testimonio de Jesús y por la palabra de Dios (Revelación 20:4), quienes reinan con Cristo en el milenio, nos queda ver si hay espacio para que quienes no tuvieron la oportunidad de conocer a Jesús sean resucitado al final del milenio, junto con los que van a condenación (Revelación 20:12- 15). Esta segunda resurrección, como en su momento se señaló, se señala que “Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego” (Revelación 20:15), también se dejó abierta la pregunta de si esto puede implicar que hay más quienes son resucitado y que no van a condenación. Veamos el orden de la resurrección. 1 Corintios 15:23-24 “Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia”. La palabra “fin” en la expresión “luego el fin” en la cita anterior, se ha traducido de la palabra griega telos, τέλος, que hace referencia a la consumación de un proceso, al cierre del mismo con todos su resultados. [Esta raíz ( tel- ) significa "llegar al final ( objetivo )", está bien ilustrado con el telescopio, el cual va 248


desplegándose (extendiéndose) una etapa a la vez para funcionar a toda potencia (efectividad de la capacidad)]. Así que si vemos las etapas y en la primera está Cristo, las primicias, en la segunda los que sean de Él a su venida, la conclusión de este proceso [telos, τέλος] se refiere al resto de la humanidad.

Aunque tanto Revelación 20:15 como 1 Corintios 15:23-24 infieren un período posterior al milenio donde quienes no conocieron a Jesús pueden conocerlo y decidir si se acepta o no, hay que ser honestos y señalar que esto no está clara, explícita y tajantemente señalado (como el caso de la primer resurrección), pero ¿no hay más escrituras que apoyen esta idea?

Ahora veamos otras escrituras que hacen necesaria esa oportunidad para todos de conocer y aceptar o rechazar a Jesús.

Revelación 1:7 He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén. Para que todos los linajes de la tierra hagan lamentación por Jesús (Sumerios, Babilonios, Asirios, Fenicios, Persas, Olmecas, Toltecas, Aztecas, Mayas, Incas, Japoneses, Mongoles, Vikingos, y un sinfín de pueblos, estados, reinos y naciones que jamás oyeron la predicación de la Buena Nueva), se requiere que todos vuelvan a la vida y escuchen el Evangelio con la opción de aceptar o rechazar a Jesús, de otra forma sólo serían unos cuantos linajes (de hecho muy pocos linajes según Mateo 24:22)

Respecto de esto mismo ¿qué nos dice Jesús en Mateo 7:14 y Mateo 22:14?

Mateo 7:14 porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.

Mateo 22:14 Porque muchos son llamados, y pocos escogidos.

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¿Más sin embargo que nos dice Revelación 7:9?

Revelación 7:9 Después de estas cosas miré, y he aquí una gran multitud, la cual ninguno podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas y con palmas en sus manos

Vemos como si bien son pocos los escogidos, pocos los que hallan el camino a la vida, la multitud de Revelación 7:9 no se puede contar y es, igual que Revelación 1:7 , de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas (de nuevo: Sumerios, Babilonios, Asirios, Fenicios, Persas, Olmecas, Toltecas, Aztecas, Mayas, Incas, Japoneses, Mongoles, Vikingos, y un sinfín de pueblos, estados, reinos y naciones que jamás oyeron la predicación de la Buena Nueva).

Isaías es enfático en que habrá un momento en que todos conocerán la verdad que hasta ahorita ha estado velada y vedada:

Isaías 25:7 Y destruirá en este monte la cubierta con que están cubiertos todos los pueblos, y el velo que envuelve a todas las naciones.

Y los santos resucitados mostrarán la verdad a todos quienes no la oyeron:

Isaías 66:18-19: Porque yo conozco sus obras y sus pensamientos; tiempo vendrá para juntar a todas las naciones y lenguas; y vendrán, y verán mi gloria. Y pondré entre ellos señal, y enviaré de los escapados de ellos (santos resucitados) a las naciones, a Tarsis, a Fut y Lud que disparan arco, a Tubal y a Javán, a las costas lejanas que no oyeron de mí, ni vieron mi gloria; y publicarán mi gloria entre las naciones.

La única manera que todos los linajes (Revelación 1:7) y todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas (Revelación 7:9), quienes nunca oyeron la verdad de 250


Dios, estén presentes al final de este siglo es que estén precisamente todos y todas y que todos y todas tengan la oportunidad de conocer la verdad (Isaías 25:7). No hay otra forma. Ahora bien, quienes “no oyeron la verdad de Dios” no puede referirse solo a quienes nunca escucharon de Dios, su Hijo y la salvación revelada en Su palabra sino incluso aquellos que, engañados por el enemigo, oyeron de otro Dios, otro Hijo y otra salvación, falsa y no verdadera (Gálatas 1:6-9; 2 Corintios 11:4; Mateo 24:24). La única oportunidad es conocer la verdad de Dios, su Hijo y la salvación revelada en Su palabra, no otra, y optar con libertad aceptarla o no. Pero hay más.

Revelación 20:11-15 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios [el resto de la humanidad que no participó en la primera resurrección]; y los libros fueron abiertos [libros, biblos, βίβλος: la Verdad contenida en las Escrituras] , y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras [al optar o rechazar la salvación y demostrar con hechos (su vida y sus obras) su decisión que será para vida o muerte]. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras [al optar o rechazar la salvación y demostrar con hechos (su vida y sus obras) su decisión que será para vida o muerte]. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida [al rechazar la salvación y demostrar con hechos (su vida y sus obras) su decisión que será para muerte] fue lanzado al lago de fuego. La palabra para juzgados es el griego ekrithēsan, ἐκρίθησαν, que deriva de krinó, κρίνω, y que puede significar juzgados, juzgar, decidir. Es decir, puede referirse a un proceso que tiene cierta duración y que se usa para dirimir una cuestión, no única y exclusivamente a la parte final del mismo cuando se dicta ya una 251


sentencia. Es decir, el juicio de Revelación 20:11-15 puede referirse a ese período para que todos los que nunca tuvieron la oportunidad de conocer la Verdad puedan conocerla, ser corregidos (castigados) y puedan optar o rechazar la salvación y demostrar con hechos (su vida y sus obras) su decisión que será para vida o muerte.

Respecto al castigo como corrección, vemos esto muy caramente en Lucas 12:4728: “Porque el siervo que entendió la voluntad de su señor, y no se apercibió, ni hizo conforme a su voluntad, será azotado mucho. Pero el que no la sabía, e hizo cosas que merecían castigo, será azotado poco. A todo el que se le haya dado mucho, mucho se demandará de él; y al que mucho le han confiado, más le exigirán”. Así tenemos un período de corrección, período que no puede ser al inicio del milenio, luego entonces puede ser después y para todos los seres humanos. También Proverbios 3:12 nos dice que “Porque Jehová al que ama castiga, como el padre al hijo a quien quiere”. Así que hay castigo que es para corrección, lo mismo que castigo que es para destrucción. De no ser así, ¿cómo podría entenderse lo dicho en Mateo 5:19? Veamos: “De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos”. Es algo ilógico pensar que alguien que quebranta los mandamientos, y no solo solo quebranta sino que enseña a los demás a quebrantarlos, pueda estar en el reino venidero. Pero si se piensa en esa resurrección general, donde todos podrán comprender la Verdad y decidir libremente entre aceptarla o rechazarla, es más que evidente que en ese momento se caerá en cuenta de los errores, desviaciones y rebeldías siendo señalados quienes así hicieron como pequeños, es decir, que no dieron la medida para el reino (Efesios 4:13), pero en un señalamiento que les permita corrección. Es así como en esa resurrección se deja claro quien estuvo en la verdad y quien

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en el error y que tanto se desviaron para entonces proceder a corrección y subsecuentemente a las promesas del Padre19.

Para concluir la exposición de esta opción vemos que no hay nada en las Escrituras que impida después del Milenio la opción para todos los que no conocieron a Jesus el conocerle, el aceptarle con todo lo que esto implica e ir a vida eterna o el rechazarle e ir a condenación. De hecho la Fiesta de la Expiación indica eso claramente cuando señala que “en este día se hará expiación por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová” (Levítico 16:30), “porque es día de expiación, para reconciliaros delante de Jehová vuestro Dios” (Levítico 23:28).

Volviendo a la Fiesta de la Expiación, es interesante notar que, mientras que el resto de las Fiestas hablan en general de gozo, de reposo, de ofrendas, ésta y la Pascua contienen indicaciones muy precisas, en este caso incluso adicionales, de cómo llevarla a cabo.

Levítico 16 1

Habló Jehová a Moisés después de la muerte de los dos hijos de Aarón,

cuando se acercaron delante de Jehová, y murieron. 2

Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón tu hermano, que no en todo tiempo

entre en el santuario detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera; porque yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio. 3

Con esto entrará Aarón en el santuario: con un becerro para expiación, y

un carnero para holocausto.

19

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253


4

Se vestirá la túnica santa de lino, y sobre su cuerpo tendrá calzoncillos de

lino, y se ceñirá el cinto de lino, y con la mitra de lino se cubrirá. Son las santas vestiduras; con ellas se ha de vestir después de lavar su cuerpo con agua. 5

Y de la congregación de los hijos de Israel tomará dos machos cabríos

para expiación, y un carnero para holocausto. 6

Y hará traer Aarón el becerro de la expiación que es suyo, y hará la

reconciliación por sí y por su casa. 7

Después tomará los dos machos cabríos y los presentará delante de

Jehová, a la puerta del tabernáculo de reunión. 8

Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos; una suerte por

Jehová, y otra suerte por Azazel. 9

Y hará traer Aarón el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por

Jehová, y lo ofrecerá en expiación. 10

Más el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Azazel, lo

presentará vivo delante de Jehová para hacer la reconciliación sobre él, para enviarlo a Azazel al desierto. 11

Y hará traer Aarón el becerro que era para expiación suya, y hará la

reconciliación por sí y por su casa, y degollará en expiación el becerro que es suyo. 12

Después tomará un incensario lleno de brasas de fuego del altar de

delante de Jehová, y sus puños llenos del perfume aromático molido, y lo llevará detrás del velo. 13

Y pondrá el perfume sobre el fuego delante de Jehová, y la nube del

perfume cubrirá el propiciatorio que está sobre el testimonio, para que no muera. 14

Tomará luego de la sangre del becerro, y la rociará con su dedo hacia el

propiciatorio al lado oriental; hacia el propiciatorio esparcirá con su dedo siete veces de aquella sangre. 15

Después degollará el macho cabrío en expiación por el pecado del

pueblo, y llevará la sangre detrás del velo adentro, y hará de la sangre 254


como hizo con la sangre del becerro, y la esparcirá sobre el propiciatorio y delante del propiciatorio. 16

Así purificará el santuario, a causa de las impurezas de los hijos de Israel,

de sus rebeliones y de todos sus pecados; de la misma manera hará también al tabernáculo de reunión, el cual reside entre ellos en medio de sus impurezas. 17

Ningún hombre estará en el tabernáculo de reunión cuando él entre a

hacer la expiación en el santuario, hasta que él salga, y haya hecho la expiación por sí, por su casa y por toda la congregación de Israel. 18

Y saldrá al altar que está delante de Jehová, y lo expiará, y tomará de la

sangre del becerro y de la sangre del macho cabrío, y la pondrá sobre los cuernos del altar alrededor. 19

Y esparcirá sobre él de la sangre con su dedo siete veces, y lo limpiará, y

lo santificará de las inmundicias de los hijos de Israel. 20

Cuando hubiere acabado de expiar el santuario y el tabernáculo de

reunión y el altar, hará traer el macho cabrío vivo; 21

y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y

confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado para esto. 22

Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a

tierra inhabitada; y dejará ir el macho cabrío por el desierto. 23

Después vendrá Aarón al tabernáculo de reunión, y se quitará las

vestiduras de lino que había vestido para entrar en el santuario, y las pondrá allí. 24

Lavará luego su cuerpo con agua en el lugar del santuario, y después de

ponerse sus vestidos saldrá, y hará su holocausto, y el holocausto del pueblo, y hará la expiación por sí y por el pueblo. 25

Y quemará en el altar la grosura del sacrificio por el pecado.

26

El que hubiere llevado el macho cabrío a Azazel, lavará sus vestidos,

lavará también con agua su cuerpo, y después entrará en el campamento. 255


27

Y sacarán fuera del campamento el becerro y el macho cabrío inmolados

por el pecado, cuya sangre fue llevada al santuario para hacer la expiación; y quemarán en el fuego su piel, su carne y su estiércol. 28

El que los quemare lavará sus vestidos, lavará también su cuerpo con

agua, y después podrá entrar en el campamento. 29

Y esto tendréis por estatuto perpetuo: En el mes séptimo, a los diez días

del mes, afligiréis vuestras almas, y ninguna obra haréis, ni el natural ni el extranjero que mora entre vosotros. 30

Porque en este día se hará expiación por vosotros, y seréis limpios de

todos vuestros pecados delante de Jehová. 31

Día de reposo es para vosotros, y afligiréis vuestras almas; es estatuto

perpetuo. 32

Hará la expiación el sacerdote que fuere ungido y consagrado para ser

sacerdote en lugar de su padre; y se vestirá las vestiduras de lino, las vestiduras sagradas. 33

Y hará la expiación por el santuario santo, y el tabernáculo de reunión;

también hará expiación por el altar, por los sacerdotes y por todo el pueblo de la congregación. 34

Y esto tendréis como estatuto perpetuo, para hacer expiación una vez al

año por todos los pecados de Israel. Y Moisés lo hizo como Jehová le mandó.

Los versículos del 2 al 4 son sombra o imagen de la función sacerdotal que desempeñaría de una vez y para siempre Jesús: “Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón tu hermano, que no en todo tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera; porque yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio. Con esto entrará Aarón en el santuario: con un becerro para expiación, y un carnero para holocausto. Se vestirá la túnica santa de lino, y sobre su cuerpo tendrá calzoncillos de lino, y se ceñirá el cinto de lino, y con la mitra de lino se cubrirá. Son las santas vestiduras; con ellas se ha de vestir después de lavar su cuerpo con agua” 256


Hebreos 9:7: pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo;

Hebreos 4:16: Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.

Hebreos 6:18-20: 18 para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.

Mateo 27:51: Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron.

Los versículos del 7 al 10 nos hablan de dos machos cabríos, ambos son sombra o imagen de la redención que íbamos a obtener a través de Jesús. “Y hará traer Aarón el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Jehová, y lo ofrecerá en expiación” (v. 9), la cual es sombra o imagen de la muerte de Jesús “quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados” (1 Pedro 2:24), como dijo Juan cuando vio a Jesús “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29). Respecto del otro macho cabrío “sobre el cual cayere la suerte por Azazel, lo presentará vivo delante de Jehová para hacer la reconciliación sobre él, para enviarlo a Azazel al desierto” (v. 10), éste es sombra o imagen de como Jesús quitaría de nosotros apartándolo de la presencia de Dios, “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones” (Salmos 103:12), “Verá el fruto de la aflicción de su 257


alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos” (Isaías 53:11).

Los vv. 12 y 13 son sombra del camino franco que Cristo nos iba a abrir detrás del velo hacia la presencia de Dios. “Después tomará un incensario lleno de brasas de fuego del altar de delante de Jehová, y sus puños llenos del perfume aromático molido, y lo llevará detrás del velo. Y pondrá el perfume sobre el fuego delante de Jehová, y la nube del perfume cubrirá el propiciatorio que está sobre el testimonio, para que no muera”. Recordemos que “detrás del segundo velo había un tabernáculo llamado el Lugar Santísimo” (Hebreos 9:3), “queriendo el Espíritu Santo dar a entender esto: que el camino al Lugar Santísimo aún no había sido revelado en tanto que el primer tabernáculo permaneciera en pie” (Hebreos 9:8). Jesús accede hacia el lugar santísimo “por el camino que él nos consagró nuevo y vivo, por el velo, esto es, por su carne” (Hebreos 10:20), como Él mismo dijo “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6), por lo cual “tenemos como ancla del alma, una esperanza segura y firme, y que penetra hasta detrás del velo” (Hebreos 6:19). El versículo 27, de Levítico 16, “Y sacarán fuera del campamento el becerro y el macho cabrío inmolados por el pecado, cuya sangre fue llevada al santuario para hacer la expiación; y quemarán en el fuego su piel, su carne y su estiércol”, hace referencia, de igual forma, al sacrificio redentor de Jesús. “Porque los cuerpos de aquellos animales cuya sangre a causa del pecado es introducida en el santuario por el sumo sacerdote, son quemados fuera del campamento. Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta. Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio; porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir” (Hebreos 13:11-14)

La imagen o sombra de los dos machos cabríos de Expiación, representan el sacrificio redentor de Jesús, tal como proféticamente lo describió el profeta Isaías: 258


Isaías 53 1

¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el

brazo de Jehová? 2

Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay

parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. 3

Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores,

experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. 4

Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y

nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 5

Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el

castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. 6

Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su

camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. 7

Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al

matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. 8

Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará?

Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. 9

Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su

muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. 10

Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento.

Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. 11

Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su

conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.

259


12

Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá

despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.

Como una anotación adicional a lo comentado sobre esta fiesta, está la cuestión de algo que en el pueblo de Israel se conocía como el jubileo. El jubileo era una indicación dada por Dios y que uno puede leer en el capítulo 25 de Levítico, donde cada cincuenta años se ponían los esclavos en libertad, se dejaban de trabajar las tierras y se restituían las posesiones que se habían comprado, lo interesante es que el inicio del jubileo estaba decretado a iniciar, cada cincuenta años, con la fiesta de Expiación, la cual como ya se ha visto es el día 10 del séptimo mes. 8

Y contarás siete semanas de años, siete veces siete años, de modo que

los días de las siete semanas de años vendrán a serte cuarenta y nueve años. 9

Entonces harás tocar fuertemente la trompeta en el mes séptimo a los

diez días del mes; el día de la expiación haréis tocar la trompeta por toda vuestra tierra. 10

Y santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis libertad en la tierra a

todos sus moradores; ese año os será de jubileo, y volveréis cada uno a vuestra posesión, y cada cual volverá a su familia.

Pudiendo iniciar en cualquier momento o en cualquier fiesta, Dios decreta que el inicio del jubileo coincida, cada cincuenta años, con la fiesta de Expiación, declarando aún más la naturaleza de esta última, pues el jubileo gira en torno a la liberación del esclavo o cautivo, la restitución de los familiares y la reintegración de las posesiones perdidas.

Después de todo lo que se ha mencionado sobre esta fiesta, queda más claro el significado de la misma, sobre todo si consideramos, como se hizo al inicio de este apartado referido a dicha fiesta, que el nombre de la misma no es condenación, 260


castigo, destrucción, separación, culpa, sino Expiación, que como vimos significa cubrir, expiar, condonar, cancelar, perdonar, reconciliar. “He escuchado tu oración y he visto tus lágrimas. Voy a sanarte, y en tres días podrás subir al templo del Señor” (2 Reyes 20:5) “Y en aquel día dirás: Te doy gracias, oh Jehová, porque aunque estabas airado conmigo, se ha apartado tu ira y me has consolado” (Isaías 12:1)

Este cubrimiento, expiación, condonación, cancelación, perdón o reconciliación, nos dan la pauta para la siguiente y última fiesta, la de los Tabernáculos, cuando en Jeremías 31:34 dice: “Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado”20.

De esta forma, la curación de esta mujer apunta a esa humanidad que una vez concluido el Milenio tendrá la oportunidad de decidir entre aceptar la verdad o rechazarla y granjearse la vida eterna o la muerte eterna.

¿Qué implica el intercambio discursivo entre el principal de la Sinagoga y Jesús respecto de la controversia que se generó por Jesús haber curado a esa mujer en el día de Shabat? Con la comprensión hasta aquí obtenida puede tratarse de entender qué implica el intercambio discursivo entre el principal de la Sinagoga y Jesús respecto de la controversia que se generó por Jesús haber curado a esa mujer en el día de Shabat, sobre todo identificando a quién representa este principal de la Sinagoga, que por simple analogía, uno puede de inicio referirlo a alguien preponderante en la historia de la salvación, sobre todo en la era de la

20

Para un discernimiento del destino de aquellos que a lo largo de toda la historia de la humanidad no conocieron la Verdad se sugiere la obra “Los otros muertos -¿Qué pasa con quienes no conocieron a Jesús?”. Descargar gratis sin compromiso ni seguimiento en www.rocefi.com.mx, Menú Libros, Sección Ebooks Gratis, Apartado Cristianismo.

261


iglesia. Providencialmente lo que permite responder esto es la parábola del hijo pródigo, sobre todo en cuanto a identificar a quién representa aquel otro hijo que se quedó con el Padre mientras el hijo, después llamado pródigo, se iba a despilfarrar la herencia.

La parábola referida como la del hijo pródigo es un de las más conocidas de la Escritura, con todo y todo, si bien el hijo que vuelve a casa y el padre que lo recibe son objeto de extensos comentarios, la figura del otro hijo, el hermano que se queda en casa, siempre ha sido relegada no siendo merecedora de más que algunos breves comentarios, pero a la luz de lo que se ha visto sobre el tema desarrollado en la presente obra, puede verse que su figura es más que relevante en cuanto a lo que se ha estado comentado, y más que relevante profética, siendo así ¿a quién representa el hermano que se queda en casa, el otro hijo?

Lucas 15 11

También dijo: Un hombre tenía dos hijos;

12

y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes

que me corresponde; y les repartió los bienes. 13

No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a

una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. 14

Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella

provincia, y comenzó a faltarle. 15

Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le

envió a su hacienda para que apacentase cerdos. 16

Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos,

pero nadie le daba. 17

Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen

abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! 18

Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y

contra ti.

262


19

Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus

jornaleros. 20

Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su

padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. 21

Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy

digno de ser llamado tu hijo. 22

Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y

poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. 23

Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta;

24

porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es

hallado. Y comenzaron a regocijarse. 25

Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la

casa, oyó la música y las danzas; 26

y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.

27

Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro

gordo, por haberle recibido bueno y sano. 28

Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le

rogaba que entrase. 29

Más él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no

habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. 30

Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras,

has hecho matar para él el becerro gordo. 31

Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son

tuyas. 32

Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano

era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.

La parábola del hijo pródigo es una de las más conocidas de la Escritura y no solo de las más conocidas sino incluso está entre aquellas de las que se ha escrito 263


bastante y se han presentado muchas predicaciones. La razón de ello es que la misericordia y el amor del padre en la historia, símbolo de la misericordia y el amor de Dios Padre, es algo que motiva, que ánima, que llena de esperanza y gozo.

Si bien en dicha parábola la figura del llamado hijo pródigo y del padre no están a discusión, la figura del hijo obediente, del que se queda en casa, siempre ha sido enigmática, ¿a quién representa? Y más aún ¿qué tiene que ver esta parábola con el tema tratado en la presente obra? Ambas preguntas buscarán ser contestadas en el presente apartado.

El hijo pródigo representa a todo aquel desobediente que rebelándose contra el Padre va por sus caminos perdiéndose hasta que la experiencia lo lleva a valorar lo que con el Padre se tenía moviendo a su regreso, el padre representa a Dios quien nos ama en todo momento y cuya misericordia lo mueve no sólo a aceptar de regreso al hijo sino a alegrarse de su regreso renovándole, restaurándole, pero ¿a quién representa el hijo obediente, aquel que quedó en casa?, ¿qué relación guarda esta parábola con el tema desarrollado a lo largo de la presente obra?

No se analizará toda la parábola pues, como se comentó, es más que conocida y los símbolos que presenta, al menos en lo que se refiere al hijo pródigo y al padre, son entendibles, como se ha comentado anteriormente, más sin embargo se hará énfasis en ciertos versículos que permitirán entender a quién representa el hijo obediente, aquel que se queda en casa, y qué relación tiene esta parábola con el tema desarrollado en la presente obra.

De igual forma hay que aclarar que, como toda la Escritura, no hay un solo, único, exclusivo y excluyente significado, la Palabra de Dios contiene muchas enseñanzas, lo cual de igual forma aplica para la parábola en cuestión, más sin embargo, como en el caso presente, hay entendimiento en la presente parábola, adicional al que es por todos conocidos, que permiten agregar comprensión al tema desarrollado en la presente obra. 264


Vamos viendo.

Lo primero que se ve y se conoce en la parábola es la situación descrita en los versículos 12 y 13 donde el hijo le pide al padre sus bienes para irse a una provincia lejana donde los desperdicia, ¿qué son estos bienes?

Si bien, como ya se comentó anteriormente, la pregunta anterior puede responderse de muchas maneras, una de esas maneras permite entenderla en el contexto de lo analizado en la presente obra, para ello habrá que preguntarse ¿qué bien o bienes poseen, en común y de igual forma, todas aquellas personas que a lo largo de la historia de la humanidad, representados por este hijo, ha sido desobedientes al Padre rechazándole?, ¿podrán ser bienes materiales tales como riqueza o salud?, ¿podrán ser bienes inmateriales tales como fama, renombre o poder?, ¿podrán ser bienes intangibles tales como inteligencia o sabiduría? Pensemos un poco en esto ya que cualquier cosa que pudiera decirse, como las mencionadas anteriormente, no son encontradas en todos aquellas personas que pudieran ser consideradas como representadas por el hijo pródigo, ¿por qué?, porque algunos han tenido riquezas o salud mientras que otros no, porque algunos han tenido fama, renombre o poder mientras que otros no, porque algunos han tenido inteligencia o sabiduría mientras que otros no, y así cualquier cosa que pudiese considerarse como esos bienes que solicitados por el hijo son dados por el padre, desperdiciándolos el primero, podrán ser hallados en algunas personas mientras que en otras no, así que ¿qué podrán ser esos bienes en el entendido de que deben ser comunes a todos los hombres que a lo largo de la historia pueden ser identificados como el hijo pródigo?

Para ir cerrando este cuestionamiento, ¿qué bien da Dios a todos los hombres?, ¿qué bien es común para todos, ricos o pobres, saludables o enfermos, famosos, con renombre o poder o no, inteligentes y sabios o ignorantes y necios? La única

265


respuesta que encaja en todas las situaciones y que incluso es requisito para que todas las situaciones mencionadas puedan darse es la vida.

Sin la vida no puede haber riqueza ni pobreza, salud o enfermedad, fama, renombre y poder o todo lo contrario, inteligencia y sabiduría o ignorancia y necesidad, así que esos bienes que aquí son entregados por el padre al hijo para que éste los desperdicie es en primera instancia la vida misma.

Una vez entendido esto puede verse que, como dice el versículo 14, el hijo al que se le entregaron los bienes que le correspondía, los malgastó, pero no solo los malgastó sino que, como dice dicho versículo, los malgastó todo, siendo que siguiendo el razonamiento anterior puede identificarse esto como una vida completa y totalmente desperdiciada, siendo así que alguien que desperdicia su vida y la malgasta sin haber venido a salvación muere en esa circunstancia, ¿qué destino puede esperarle a alguien así?

De lo comentado en la presente obra se sostiene esa posibilidad para que todos aquellos que no llegaron en el presente sigo al conocimiento del Hijo de Dios aceptando la salvación conseguida por Su sacrificio redentor tendrán su oportunidad, no una segunda sino realmente la primera y la única, una vez resucitados al final del milenio, con todo y todo ¿qué tiene que ver este entendimiento con la parábola en cuestión?

Los versículos 14 al 17 muestran al hijo cayendo en cuenta de lo anteriormente comentado, es decir, de la salvación a la que nunca tuvo acceso, dándose cuenta de la verdad y procediendo a arrepentimiento. Del versículo 18 al 24 muestra la reacción del padre quien venido a misericordia, por el amor que tenía hacia su hijo, le acepta de vuelta y le renueva, le restaura.

Esto es importante considerarlo a la luz de lo que se ha venido comentado en el presente apartado así como en lo que se ha señalado a lo largo de la presente 266


obra con relación a que alguien que desperdicia su vida actual sin venir a salvación puede tener esa única posibilidad solamente después del milenio, ya que al inicio serán levantados y glorificados aquellos que habiendo respondido al llamado son encontrados fieles. En este mismo orden de ideas es interesante que en los versículos anteriormente mencionados se presenta primeramente la imagen del hijo levantándose (v. 18), símbolo de esa resurrección después del milenio, y que tras arrepentirse y aceptar la salvación ofrecida es renovado, restaurado en cuerpo de gloria como lo fueron los santos al inicio del milenio (v. 22).

Sobre este punto hay que ver otra situación interesante: tanto en el versículo 24 como en el 32, en la explicación que el padre da al hijo obediente, se menciona que la fiesta y el regocijo que muestra el padre es por que el llamado hijo pródigo estaba muerto y ha revivido. Si bien esta frase se han comentado en el sentido espiritual que la misma tiene, lo cual no se pone a discusión pues, como ya se dijo, la Escritura entrega en un mismo relato, en una misma cita mucha información y no solo una única, exclusiva y excluyente, para el tema tratado a lo largo de la presente obra su entendimiento también puede ser material referido a esa resurrección física a darse al final del milenio para los otros muertos.

Más sin embargo, lo interesante de la cita anterior es que la misma, como puede verse, es repetida dos veces, esto como una manera de apuntar, no a la primer resurrección reservada al inicio del milenio para los santos, sino a la segunda resurrección a darse para los otros muertos al final de milenio.

Pero aún más interesante es la referencia a una fiesta que hace al padre por lo anterior, ¿a qué fiesta puede referirse?, una vez visto en el apartado anterior lo relativo a las fiestas de Dios, sobre todo a la del Día de la Expiación, no puede quedar duda que la referencia aquí es muy clara al respecto y, como ya se vio cuando se analizó el Día de la Expiación, esa fiesta no es de condenación, de destrucción o de muerte, sino de perdón, de reconciliación para quien así lo desease. 267


Así podemos ver que una de las preguntas iniciales, ¿qué tiene que ver la presente parábola con al tema tratado a lo largo de esta obra? queda respondido ya que la referencia a la vida desperdiciada, la posterior resurrección de los otros muertos, la salvación ofrecida y aceptada por quienes así lo quieran y el regocijo aunado a la fiesta relativa de las establecidas por Dios es más que evidente, pero ¿a quién representa el hijo obediente, aquel que se quedó en casa?

Primeramente veamos a quienes no representa. ¿Podrá representar, como algunos argumentan, al pueblo histórico de Israel? Algunos señalan que el hijo que se queda en casa es el pueblo histórico de Israel más sin embargo un análisis somero de esta aseveración hace ver su improcedencia, baste señalar la manera en que Cristo se refería a los líderes religiosos de su tiempo (Mateo 23), al señalamiento de Jesús de que el reino les sería quitado y dados a otros que produjeran frutos (Mateo 21:43), y de que los judíos son como esas ramas del olivo que han sido desgajadas para en él injertar las ramas silvestres que representan a los gentiles (Romanos 11) teniendo los primeros el entendimiento velado incluso hasta la fecha (2 Corintios 3:14). Compárese eso con lo dicho por el hijo obediente (v. 29) y refrendado por el padre (v. 31) de que el hijo obediente siempre ha estado con el padre obedeciéndole. No hay manera de conciliar esto.

Tampoco pueden ser los paganos que no han sido llamados a salvación e incluso tampoco los que llamados cristianos que estando en algunas de las miles de denominaciones de la babilonia religiosa del mundo dicen “Señor, Señor” pero no obedecen (Mateo 7:21-23).

Entonces, ¿a quién representa el hijo obediente, aquel que se queda en casa? Si no puede ser el Israel histórico, si no pueden ser los paganos, si no pueden ser aquellos que llamados cristianos no forman parte de los elegidos, ¿a quién puede representar el hijo obediente, aquel que se queda en casa?

268


Siguiendo ese proceso de exclusión solo queda un grupo de personas: aquellos que son reconocidos como llamados, elegidos y fieles (Revelación 17:14). Pero ¿por qué se presenta a estos llamados, elegidos y fieles con esta actitud?

Si bien no puede generalizarse, cuando se ha expuesto el tema desarrollado en la presente obra a aquellos que en el presente siglo pueden ser considerados al menos como entre los llamados y elegidos, la actitud de algunos ha sido de rechazo, después de todo -y humanamente ablando tienen razón- ¿qué caso tiene en este siglo obedecer a Dios, padecer incluso por ello, cuando al final todos tendrán la oportunidad de salvarse?

Con esto no es difícil vislumbrar un escenario donde, tal como se ha comentado a lo largo de la presente obra, al final del milenio, todos aquellos que no llegaron al conocimiento de Cristo, tengan la primer oportunidad, no la segunda sino la primera, de ser salvos, pero de igual forma es posible vislumbrar en ese escenario al menos a una parte de los llamados, elegidos y fieles con los mismos señalamientos, los mismos reclamos, del hijo obediente, del que se quedó en casa, hacia el Padre.

La parábola no entrega mayor información, ¿aceptó el hijo obediente la explicación del Padre y se unió a la fiesta por el hijo que había regresado? Considerando toda la Escritura es factible pensar que así será, considérese el hecho de que sobre estos santos resucitados al inicio del milenio la segunda muerte ya no tiene potestad, si no entendieran al Padre ¿estarán eternamente alejados de Él?, inconcebible, ninguna escritura relativa al Reino de Dios permite establecer esta posibilidad, de hecho, ante esta perspectiva, la prueba final para los llamados, elegidos y fieles no será sino hasta ese momento, cuando el amor y misericordia, que claro que tienen, refleje no su carácter sino el carácter perfecto y santo del Padre.

269


Pero aun así queda un pregunta por responder ¿qué caso tiene en este siglo obedecer a Dios, padecer incluso por ello, cuando al final todos tendrán la oportunidad de salvarse? Esta pregunta tiene dos respuestas complementarias, la primera respuesta es que aquellos llamados y elegidos que sean considerados fieles resucitarán al inicio del milenio siendo reyes y sacerdotes con Cristo en este período siendo que la segunda muerte ya no tendrá potestad sobre ellos, ¿parece poco esto?

La segunda respuesta es que aquellos que al final del milenio sean resucitados y se les de la posibilidad de aceptar la salvación tendrán que demostrar bajo las mismas circunstancias que los resucitados al inicio del milenio, la obediencia al Padre, es por ello que, como señala Revelación 20:7 -y los cristianos que leen la Escritura siempre se han preguntado ¿por qué?-, Satanás es soltado justo cuando estos otros muertos son resucitados, al final del milenio, para ser probados ellos de igual manera y bajo las mismas circunstancias, que como lo fueron quienes se consideraron dignos de resucitar al inicio del milenio.

Así que la parábola del hijo pródigo, adicionalmente a las reflexiones espirituales que al respecto puedan darse y que son válidas por sí mismas, contiene este mensaje adicional, esta enseñanza que permite agregar comprensión al tema tratado permitiendo concluir que ese principal de la sinagoga molesto por que Jesús cura a la mujer en Shabat representa a aquellos de la iglesia que molestos ante esa primera y única oportunidad, no una segunda sino una primera y única, tendrán que aprender una última lección de caridad, empatía y humildad.

De esta forma, el relato de la curación en Shabat por parte de Jesús de esta mujer encorvada que durante dieciocho años había estado enferma, con la consecuente molestia del principal de la sinagoga, apunta a esa humanidad que nunca habiendo conocido a Jesús, al Jesús real, a la verdad real, tendrá esa primera y única oportunidad para ello después del Milenio, oportunidad que en algunos de los elegidos que hayan calificado para ser con Cristo reyes y sacerdotes implicará 270


contrariedad y molestia aprendiendo estos de ello una última lección de caridad, empatía y humildad.

Ahora veamos lo relativo a la segunda relatoría, a la curación milagrosa del hombre con la hidropesía.

La curación milagrosa del hombre con la hidropesía

Lucas 14 Aconteció un día de Shabat, que habiendo entrado para comer en casa de un gobernante, que era fariseo, éstos le acechaban. 2

Y he aquí estaba delante de él un hombre hidrópico.

3

Entonces Jesús habló a los intérpretes de la ley y a los fariseos, diciendo:

¿Es lícito sanar en el día de Shabat? 4

Más ellos callaron. Y él, tomándole, le sanó, y le despidió.

5

Y dirigiéndose a ellos, dijo: ¿Quién de vosotros, si su asno o su buey cae

en algún pozo, no lo sacará inmediatamente, aunque sea en día de Shabat? 6

Y no le podían replicar a estas cosas.

Esta relatoría, ubicada en Perea, que de igual forma presenta de manera exclusiva Lucas, presenta a Jesús curando a un hidrópico. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿Qué implica que el milagro de la curación del hidrópico hubiese sido hecho, de igual forma que el anterior, en el día de Shabat?, ¿qué simboliza el hombre enfermo, el hidrópico?, ¿qué simboliza la curación de la cual el hombre hidrópico fue objeto por parte de Jesús?

271


En este punto alguien pudiera preguntarse qué relación tienen esta curación con la anterior, después de todo una es de una mujer y la otra de un hombre, ambos de enfermedades completamente diferentes, una es realizada en Judea la otra en Perea, es cierto que ambas son hechas en Shabat pero dada la distancia de ambas ciudades es evidente que en días diferentes, así que ¿qué relación puede haber entre ambas como para considerarlas juntas?

La respuesta es sencilla y providencialmente lo que hace de eslabón que una ambas relatorías es la parábola que se usó en la relatoría anterior para identificar al principal de la Sinagoga: La parábola del hijo pródigo.

Sobre aquella parábola siempre ha habido mucho qué decir, pero algo que queda siempre de duda es ¿qué pasó con el hijo que quedándose con el Padre se molesta por el trato que recibe el hijo pródigo? Providencialmente la respuesta siempre ha estado a la vista, pero no en el lugar que uno supondría, sino precisamente en la relatoría de la curación de este hombre hidrópico.

Se señaló, usando la parábola del hijo pródigo, que el principal de la sinagoga representaba a aquellos elegidos calificados para ser reyes y sacerdotes en el Milenio que molestos ante esa primera y única oportunidad dada a quienes nunca tuvieron una de aceptar a Jesús, no una segunda sino una primera y única, tendrán que aprender una última lección de caridad, empatía y humildad. En este sentido, y dado que ellos son ese hijo que siempre estuvo con el Padre, la pregunta es ¿cuál es el desenlace después de que este se muestra contrariado, molesto por la decisión del Padre?, es decir, ¿qué va a pasar con esos reyes y sacerdotes que estén molestos, contrariados por aquella primera y única oportunidad dada al final del Milenio a quienes nunca tuvieron una de aceptar a Jesús? La respuesta está en la curación del hidrópico. Así que veámosla.

¿Qué implica que el milagro de la curación del hidrópico hubiese sido hecho, de igual forma que el anterior, en el día de Shabat? Ya se comentó para el caso de la 272


mujer enferma, que este indicativo, además de las circunstancias restantes de la curación, apuntan al Milenio, sobre todo el final del mismo. No se será redundante en ello.

¿Qué simboliza el hombre enfermo, el hidrópico? Nada en la Escritura es casual, de esta forma habría que preguntarse ¿por qué el detalle minucioso de mencionar la enfermedad específica que padecía este hombre? Veamos. La hidropesía es la acumulación de líquido en el peritoneo, que se halla en el vientre, aunque también aparece en los tobillos, muñecas, brazos y cuello como consecuencia de una deficiencia en las funciones digestivas o en las excretoras de los riñones o de la piel de la persona que la padece, dicho de manera coloquial, retención de agua.

El simbolismo del Espíritu de Dios siempre está relacionado con el agua:

Juan 7:37-39 Y en el último día, el gran [día] de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz, diciendo: Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba. El que cree en mí, como ha dicho la Escritura: ``De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva." Pero Él decía esto del Espíritu, que los que habían creído en El habían de recibir; porque el Espíritu no había [sido dado] todavía, pues Jesús aún no había sido glorificado.

Isaías 44:3 Porque derramaré agua sobre la [tierra] sedienta, y torrentes sobre la tierra seca; derramaré mi Espíritu sobre tu posteridad, y mi bendición sobre tus descendientes.

Juan 4:14 pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna. 273


1 Corintios 12:13 Pues por un mismo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo cuerpo, ya judíos o griegos, ya esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber del mismo Espíritu.

De esta forma, y en concordancia con lo dicho en la relatoría de la curación de la mujer en Shabat sobre el principal de la sinagoga, tomando como referencia la parábola del hijo pródigo, este hombre hidrópico, lleno de agua, lleno del Espíritu Santo, representa a aquellos elegidos que calificaron para ser reyes y sacerdotes con Cristo, pero que de igual forma que el hidrópico, eso los ha hinchado hasta dejar de lado la empatía, la caridad, “el conocimiento envanece [hincha, dicen otras versiones], pero el amor edifica [algunas versiones en vez de amor dicen caridad]” (1 Corintios 8:1), sobre todo cuando aquellos miles de millones que nunca tuvieron en su vida de aceptar o rechazar a Jesús les sea dada esa oportunidad al final del Milenio

¿Qué simboliza la curación de la cual el hombre hidrópico fue objeto por parte de Jesús? Está más que claro: estos elegidos recibirán una última lección de humildad, empatía y caridad siendo curados de aquello que les impedía ser perfectos y santos como Su Señor lo era, después de todo si éste último estaba dando esa única y exclusiva oportunidad y aquellos se sentían molestos, contrariados, es obvio que algo les hacía falta aún por aprender.

Con este entendimiento y de manera escritural se resuelve la parábola del hijo pródigo en cuanto a qué pasó con el hijo mayor: este de igual forma fue curado, fue sanado, entrando, junto con el hijo pródigo al gozo de su padre.

De esta forma la relatoría de la curación del hidrópico apunta aquellos elegidos que hayan calificado para ser reyes y sacerdotes con Cristo pero que se sentirán 274


contrariados, molestos ante esa única y exclusiva oportunidad de aceptar o rechazar a Jesús dada al final del Milenio a aquellos que nunca la tuvieron, pero que aprenderán la lección de humildad, empatía y caridad y junto con sus hermanos entraran en el gozo de su padre.

Milagrosa resurrección de Lázaro

Juan 11 17

Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en

el sepulcro. 18

Betania estaba cerca de Jerusalén, como a quince estadios;

19

y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas

por su hermano. 20

Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero

María se quedó en casa. 21

Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no

habría muerto. 22

Más también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará.

23

Jesús le dijo: Tu hermano resucitará.

24

Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero.

25

Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque

esté muerto, vivirá. 26

Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?

27

Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que

has venido al mundo. 28

Habiendo dicho esto, fue y llamó a María su hermana, diciéndole en

secreto: El Maestro está aquí y te llama. 29

Ella, cuando lo oyó, se levantó de prisa y vino a él.

30

Jesús todavía no había entrado en la aldea, sino que estaba en el lugar

donde Marta le había encontrado. 275


31

Entonces los judíos que estaban en casa con ella y la consolaban,

cuando vieron que María se había levantado de prisa y había salido, la siguieron, diciendo: Va al sepulcro a llorar allí. 32

María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies,

diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano. 33

Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban,

también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió, 34

y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve.

35

Jesús lloró.

36

Dijeron entonces los judíos: Mirad cómo le amaba.

37

Y algunos de ellos dijeron: ¿No podía éste, que abrió los ojos al ciego,

haber hecho también que Lázaro no muriera? 38

Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una

cueva, y tenía una piedra puesta encima. 39

Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le

dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. 40

Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?

41

Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y

Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. 42

Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que

está alrededor, para que crean que tú me has enviado. 43

Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera!

44

Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el

rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir. 45

Entonces muchos de los judíos que habían venido para acompañar a

María, y vieron lo que hizo Jesús, creyeron en él. 46

Pero algunos de ellos fueron a los fariseos y les dijeron lo que Jesús

había hecho.

276


La relatoría que presenta de manera exclusiva Juan, muestra a Jesús resucitando a Lázaro, su amigo, quien ya tenía cuatro días de muerto. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo surge una reflexiva de la lectura de esta narración: ¿qué simboliza este milagro, y sobre todo, cómo está relacionado con los otros dos ya comentados?

¿Qué simboliza este milagro, y sobre todo, cómo está relacionado con los otros dos ya comentados?

A título personal se puede comentar que este es uno de los relatos relativos a las curaciones milagrosas que realizó Jesús más entrañables de toda la Escritura, casi casi es un detalle divino para alguien muy particular de la historia humana, un detalle envuelto en un amor desbordante que si bien contiene infinidad de comprensión adicional, ese detalle, del cual se hablará de manera medular, opaca todo lo demás.

Para entender ese detalle y responder al mismo tiempo la pregunta formulada, hay que reparar en varias cuestiones que permiten entender la comprensión subyacente que busca entregar la Palabra, se irán abordando esas cuestiones de manera que permitan entender el relato en su amplitud y profundidad.

Lo primero que se resalta en el relato es el indicativo de manera reiterada a que los judíos estaban en el contexto del mismo: “muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas por su hermano” (v. 19), “los judíos que estaban en casa con ella [con María] y la consolaban” (v. 31), “Jesús entonces, al verla llorando [a María], y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió” (v. 33), “dijeron entonces los judíos: Mirad cómo le amaba” (v. 36), “entonces muchos de los judíos que habían venido para acompañar a María, y vieron lo que hizo Jesús, creyeron en él” (v. 45), luego entonces es un relato cuyo énfasis permite ver que se refiere, no a toda la 277


humanidad, no a los elegidos calificados para ser reyes y sacerdotes con Jesús, sino al pueblo judío histórico.

Lo segundo que se ve, es que por un lado están Martha y María y por otro Lázaro, el hermano de ellas fallecido, ¿qué puede eso simbolizar? Los tres son judíos, pero unos están vivos mientras que los otros están muertos, ¿qué puede simbolizar esto?, providencialmente el mismo relato da la pauta para entender esto cuando pone en boca de Jesús las palabras “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá” (v. 25), luego entonces Martha y María representa a aquellos judíos que a lo largo de la historia en la era de la iglesia hubiesen aceptado a Jesús como Su Mesías, como Su redentor, ¿por qué tienen que ser dos?, porque dos es el testimonio (Zacarías 4:3; 11:14; Juan 15:27; Hechos 1:8; Mateo 24:14; Génesis. 41:32; Hebreos 6:18), el cual, al relacionarse con la fe en Jesús, se refiere a la era de la iglesia. Pero hay más, como corroboración de esto Jesús específicamente, después de decirle a Martha que él es la resurrección y la vida y el que cree en Él aunque esté muerto vivirá, le pregunta “¿Crees esto?” (v. 26) respondiendo ella “Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo” (v. 27). De esta forma, como se señaló Martha y María representan representa a aquellos judíos que a lo largo de la historia en la era de la iglesia hubiesen aceptado a Jesús como Su Mesías, como Su redentor, pero entonces ¿qué representa Lázaro?, por exclusión representa a aquellos judíos que a lo largo de la historia en la era de la iglesia no hubiesen aceptado a Jesús como Su Mesías, como Su redentor.

Lo tercero que se ve es que se menciona al inicio del relato que Betania, donde se realizaría el milagro se encontraba a quince estadios de distancia de Jerusalén. Es interesante que Betania, transcrita al griego Βηθανία, Beth anya, signifique Casa de Dios, así tenemos algunos judíos que en la Casa de Dios estaban vivos, representados por Martha y María, mientras que otros, representados por Lázaro, estaban muertos.

278


Ahora va a comenzarse el relato a relacionar con los otros dos milagros ya vistos, el de la mujer encorvada y el del hombre hidrópico. Se menciona que la distancia era de quince estadios, un estadio eran 400 codos, medida básica usada para la construcción del Arca de Noé (Génesis 6:15), el Tabernáculo de Reunión21 (Éxodo 26:2) y el Templo de Ezequiel, también conocido como Tercer Templo22 (Ezequiel 43:13), de esta forma esos quince estadios representan 6,000 codos, lo cual apunta, simbólicamente y relacionándolo con los otros dos milagros ya comentados, con toda la historia de la humanidad, de esta forma el milagro va a representar algo que va a pasar con el pueblo histórico judío después de la conclusión de estos 6,000 años de historia de la humanidad, específicamente al final del Milenio, igual que el resto de la humanidad que nunca tuvo la oportunidad de aceptar a Jesús como su Señor y Salvador. Para corrobora esto último puede verse como se indica que el milagro de la resurrección de Lázaro tendría verificativo al cuarto día de este estar muerto (vv. 17, 39), es decir, después del Milenio ya que las tres eras de la historia de la humanidad, antes de la oportunidad general para toda ella son: la era de la Ley, la era de la iglesia, y la era del Milenio, la cuarta era es posterior a este último.

Ya no hay más que decir, el relato, con lo comentado hasta aquí, redunda en lo dicho para los dos milagros anteriores, a saber, que después del Milenio viene esa oportunidad única y exclusiva, no una segunda oportunidad sino la única y exclusiva, para aquellos que nunca tuvieron esa opción de aceptar o rechazar a Jesús como su Señor y Salvador.

Pero al ser esto redundante, reiterativo con lo ya dicho anteriormente, no arroja precisamente mayor información sobre lo ya dio, cuando mucho la especificidad 21

Para un discernimiento del simbolismo del diseño del Tabernáculo se sugiere la obra “El tabernáculo de reunión -Una fotografía dinámica de la familia de Dios-”. Descargar gratis sin compromiso ni seguimiento en www.rocefi.com.mx, Menú Libros, Sección Ebooks Gratis, Apartado Cristianismo. 22 Para una introducción al simbolismo del Templo de Ezequiel, también conocido como Tercer Templo, se sugiere la obra “El tabernáculo de reunión -Una fotografía dinámica de la familia de Dios-”. Descargar gratis sin compromiso ni seguimiento en www.rocefi.com.mx, Menú Libros, Sección Ebooks Gratis, Apartado Cristianismo.

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de que los judíos, al igual que el resto de la humanidad, recibirán esa oportunidad de aceptar a Jesús como su Señor y Salvador, oportunidad que nunca tuvieron, pero entonces, ¿por qué al inicio de este análisis se señaló que se consideraba este uno de los relatos relativos a las curaciones milagrosas que realizó Jesús más entrañables de toda la Escritura, casi casi es un detalle divino para alguien muy particular de la historia humana, un detalle envuelto en un amor desbordante?

Por el indicativo de lo que se conoce como la cita más pequeña de la Escritura, la más corta, providencialmente adjudicable a Jesús: “Jesús lloró” (v. 35).

Generalmente cuando uno piensa en el regreso de Cristo lo ve de manera avasalladora, juzgando y sometiendo a las naciones, y en efecto, hay una parte en Su regreso de esto, una parte muy significativa, pero por lo comentado en estos tres milagros, habrá un momento donde toda la humanidad tendrá esa única y exclusiva oportunidad, después del Milenio, de aceptar o rechazar a Jesús, siendo que en ese contexto, la cita anterior, como se señaló desde el inicio más entrañables de toda la Escritura, casi casi es un detalle divino para alguien muy particular de la historia humana, un detalle envuelto en un amor desbordante: muestra a Jesús llorando por Su pueblo, por su familia, por sus amigos.

Los humanos somos seres infinitamente complejos, no podemos decir bien a bien cómo es que las mismas relaciones van tejiendo una serie de emociones que íntima y entrañablemente nos unen a los demás. Jesús compartió nuestra carnalidad, pero de igual forma, previo a eso, compartió con el pueblo histórico de Israel una relación personal y particularísima: a los israelitas “pertenece la adopción como hijos, y la gloria, los pactos, la promulgación de la ley, el culto y las promesas, de quienes son los patriarcas, y de quienes, según la carne, procede el Cristo” (Romanos 9:4-5)23, estas dos cuestiones tienen un referente especial de

23

Para un discernimiento de Cristo como el Brazo de Dios, así como Su Palabra, Su Rostro y la Plenitud de Su Deidad se sugiere la obra “La imagen del Dios invisible -el Hijo unigénito como revelador de Dios Padre-”. Descargar gratis sin compromiso ni seguimiento en www.rocefi.com.mx, Menú Libros, Sección Ebooks Gratis, Apartado Cristianismo.

280


Jesús con su pueblo histórico, con ese pueblo que lo vio nacer y crecer, con ese pueblo con el que compartió las fiestas, las costumbres, con ese pueblo que entendió y comprendió sus temores, sus dolores, con ese pueblo que compartió sus necesidades y expectativas, Pablo hablando de su pueblo histórico se refiere a éste diciendo “porque desearía yo mismo ser anatema, separado de Cristo por amor a mis hermanos, mis parientes según la carne” (Romanos 9:3), ¿podría esperarse un sentimiento menos entrañable de Cristo hacia ellos?, claro que no, de esta forma ¿cómo vemos a Jesús al final de los tiempos, cuando su pueblo histórico sea resucitado? Llorando. Un llanto que sin duda alguna tiene dolor por la historia que ese pueblo ha compartido, un llanto de nostalgia por encontrarse con los suyos, un llanto de alegría, íntima y profunda, al verlos por fin liberados, redimidos, un llanto de tal alcance y profundidad que el que surja del Hijo de Dios es suficiente para estremecer todo lo creado, visible e invisible, y retumbar hasta la eternidad.

Sobre esto Pablo escribe lo siguiente, véase el énfasis final:

Romanos 11 25

Hermanos, quiero que entiendan este misterio para que no se vuelvan

presuntuosos. Parte de Israel se ha endurecido, y así permanecerá hasta que haya entrado la totalidad de los gentiles. 26 De esta manera todo Israel será salvo, como está escrito: «El redentor vendrá de Sión y apartará de Jacob la impiedad. 27

Y este será mi pacto con ellos cuando perdone sus pecados».

28

Con respecto al evangelio, los israelitas son enemigos de Dios para bien

de ustedes; pero, si tomamos en cuenta la elección, son amados de Dios por causa de los patriarcas, 29 porque las dádivas de Dios son irrevocables, como lo es también su llamamiento. 30 De hecho, en otro tiempo ustedes fueron desobedientes a Dios; pero ahora, por la desobediencia de los 281


israelitas, han sido objeto de su misericordia. 31 Así mismo, estos que han desobedecido recibirán misericordia ahora, como resultado de la misericordia de Dios hacia ustedes. 32 En fin, Dios ha sujetado a todos a la desobediencia, con el fin de tener misericordia de todos. 33

¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios!

¡Qué indescifrables sus juicios e impenetrables sus caminos! 34

«¿Quién ha conocido la mente del Señor, o quién ha sido su consejero?»

35

«¿Quién le ha dado primero a Dios, para que luego Dios le pague?»

36

Porque todas las cosas proceden de él, y existen por él y para él.

¡A él sea la gloria por siempre! Amén.

De esta forma la relatoría de la resurrección de Lázaro, si bien tiene mucha comprensión adicional, tanto en alcance como en profundidad, resalta por ser una de las historias más entrañables de toda la Escritura, casi casi es un detalle divino para alguien muy particular de la historia humana, un detalle envuelto en un amor desbordante: el llanto de dolor, de nostalgia, de alegría, íntima y profunda, que al final del Milenio nuestro Señor experimentará cuando Su pueblo histórico, junto con toda la humanidad que nunca tuvo la oportunidad de aceptarlo como su Señor y Salvador, tendrá por fin esa única y exclusiva oportunidad cumpliéndose gloriosamente el plan de Dios para con Su familia.

282


La curación milagrosa de los diez leprosos

Lucas 17 12

Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos,

los cuales se pararon de lejos 13

y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!

14

Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que

mientras iban, fueron limpiados. 15

Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando

a Dios a gran voz, 16

y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era

samaritano. 17

Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los

nueve, ¿dónde están? 18

¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero?

19

Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.

La relatoría que de manera exclusiva presenta Lucas muestra a Jesús sanando a diez leprosos, diez leprosos de los cuales solo uno vuelve a dar gloria a Dios. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿Qué simbolizan esos diez hombres leprosos?, ¿qué implica que los diez leprosos, reconociendo a Jesús, le pidan que tenga misericordia de ellos?, ¿por qué Jesús los manda a presentarse a los sacerdotes?, ¿qué implica que en el camino hubiesen sido sanados?, ¿qué simboliza que solo uno de ellos regreso glorificando a Dios?, ¿qué implica que se uno que regreso a glorificar a Dios sea referenciado como un extranjero?

¿Qué simbolizan esos diez hombres leprosos? El principal referente en la Escritura aunado al número diez son los Diez Mandamientos de la Ley de Dios, ¿se pudiera considerar que estos diez leprosos están relacionados con ello?, así 283


es, esa es la propuesta, pero ¿por qué se presentan estos hombres, que se propone apuntan a los Diez Mandamientos, como leprosos?, no por que se quiera indicar con ello que la Ley de Dios tenía alguna característica negativa, al contrario, y esto hay que dejarlo muy claro desde el inicio, la Ley de Dios trae bienaventuranza (Salmos 119:1), permanece (Salmos 119:44), es perfecta y perfecciona (Salmos 19:7), es espiritual (Romanos 7:14), es santa, justa y buena (Romanos 7:12), y es para siempre (Salmos 119:44), pero —y esto es importante considerarlo para la comprensión subyacente a este milagro— nosotros no podíamos cumplir esa Ley con la perfección y santidad requerida de ahí que entonces la misma nos fuera contraria, nos llenara de lepra siguiendo la simbología del relato, ¿cómo sabemos esto?, por que “pecado es transgresión de la ley” (1 Juan 3:4) y claramente la Escritura señala “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23), así que todos habíamos violado la Ley de Dios acarrándonos sobre nosotros esa lepra, la paga de dicha trasgresión considerada pecado la cual es la muerte; pero además Cristo llevaría la comprensión y aplicación de dicha Ley a la plenitud de la misma, a los niveles de perfección y santidad requeridos por Dios.

¿Qué implica que los diez leprosos, reconociendo a Jesús, le pidan que tenga misericordia de ellos? Este reconocimiento, esta solicitud, tiene dos vertientes, la primera es reconocer que sólo Cristo puede quitar de la humanidad la pena que le corresponde por su incapacidad en cumplir la Ley de Dios.

Hebreos 9 23

Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen

purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. 24

Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del

verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios;

284


25

y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el

Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. 26

De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde

el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. 27

Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una

sola vez, y después de esto el juicio

1 Pedro 1 17

Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga

según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; 18

sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual

recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19

sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y

sin contaminación, 20

ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado

en los postreros tiempos por amor de vosotros, 21

y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha

dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios. 22

Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad,

mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; 23

siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la

palabra de Dios que vive y permanece para siempre.

Romanos 3 21

Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios,

testificada por la ley y por los profetas;

285


22

la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que

creen en él. Porque no hay diferencia, 23

por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,

24

siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención

que es en Cristo Jesús, 25

a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre,

para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, 26

con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el

justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús. 27

¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la

de las obras? No, sino por la ley de la fe. 28

Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la

ley. 29

¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los

gentiles? Ciertamente, también de los gentiles. 30

Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por

medio de la fe a los de la incircuncisión. 31

¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que

confirmamos la ley.

La segunda vertiente apunta a lo que se dijo al final del comentario anterior: al reconocimiento de que sería Cristo quien perfeccionaría esa Ley, como señala proféticamente Isaías 42:21 “Jehová se complació por amor de su justicia en magnificar la ley y engrandecerla”, ¿cómo se haría esto?, cuando en su primer venida Cristo enseñaría la manera no solo material sino incluso espiritual requerida para cumplir con la Ley de Dios.

Mateo 5 21

Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare

será culpable de juicio. 286


22

Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será

culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego. 23

Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano

tiene algo contra ti, 24

deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu

hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. 25

Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él

en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel. 26

De cierto te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el último

cuadrante. 27

Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio.

28

Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya

adulteró con ella en su corazón. 29

Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti;

pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. 30

Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues

mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.

Después de las referencias naturales a la Ley de Dios, Cristo lo que hacía es darle su correcta y plena significancia y aplicación llevándola a niveles de perfección y santidad.

Estas referencias a dos de los Diez Mandamientos implican que el resto de igual forma deben espiritualizarse para su aplicación, no dejando ello sólo en el ámbito material, llegando de igual forma a esto a los niveles de perfección y santidad requeridos. 287


De igual forma la comprensión espiritual de la Ley de Dios permea al resto de las acciones que como cristianos se espera se cumplan conforme a la voluntad del Padre.

Mateo 5 31

También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de

divorcio. 32

Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de

fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio. 33

Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino

cumplirás al Señor tus juramentos. 34

Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el

trono de Dios; 35

ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque

es la ciudad del gran Rey. 36

Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo

cabello. 37

Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de

mal procede. 38

Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente.

39

Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te

hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; 40

y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la

capa; 41

y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos.

42

Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo

rehúses. 43

Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.

288


44

Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os

maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; 45

para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace

salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. 46

Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No

hacen también lo mismo los publicanos? 47

Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No

hacen también así los gentiles? 48

Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos

es perfecto. El último exhorto va en la línea de lo comentado anteriormente, “sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”, la exigencia para el cristiano implica reconocer, entender y aplicar la Ley de Dios, y los comportamientos que de ella emanan, a un nivel de perfección y santidad que hasta ese momento, por el constreñimiento material que el pueblo de Dios tenía de la misma hasta ese entonces, era imposible.

¿Por qué Jesús los manda a presentarse a los sacerdotes? Por causa del testimonio. Recuérdese que a partir del advenimiento de nuestro Señor se inaugura la era de la iglesia esperando de aquellos que respondan al llamamiento a que pongan por obra esa fe que se dice profesar, lo cual implica fundamentalmente, los mandamientos de la Ley de Dios.

Santiago 1 22

Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores,

engañándoos a vosotros mismos. 23

Porque si alguno oye la palabra, y no la pone por obra, este tal es

semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. 24

Porque él se consideró a sí mismo, y se fue, y luego se olvidó qué tal era. 289


25

Mas el que hubiere mirado atentamente en la perfecta ley, que es la de la

libertad, y perseverado en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este tal será bienaventurado en su hecho.

¿Qué implica que en el camino hubiesen sido sanados? En consonancia con todo lo dicho anteriormente hasta este momento, uno, que el sacrificio redentor de Jeús ha quitado la pena de la muerte, la lepra, que correspondía a toda la humanidad por el incumplimiento de la Ley; y dos, que el hacer caso a las palabras y el testimonio de Jesús, relativo al nivel de perfección y santidad requeridos tanto en la fe como en las obras relativos a la Ley de Dios, implican llegar a esa nivel que de los hijos de Dios se espera.

¿Qué simboliza que solo uno de ellos regreso glorificando a Dios? Esta es la parte más interesante del relato. Sin una comprensión de lo anterior el relato quedaría casi como una moraleja referida al agradecimiento que a Dios y Su Hijo, por Su infinita misericordia y eterno amor, debería tenerse, lo cual es correcto, pero dado lo comentado hasta este punto es de consecuencia natural que debe haber una comprensión subyacente más profunda, de mayor alcance.

Si los diez leprosos simbolizan los Diez Mandamientos los cuales, al ser curados aquellos por Cristo implican que estos últimos son espiritualizados hasta los niveles de perfección y santidad requeridos, ¿qué puede significar este único leproso curado que regresó para dar gloria a Dios?

Se comentó que el presentarse a los sacerdotes por parte de los diez leprosos apuntaba al testimonio que se espera de los que respondiendo al llamado del Padre vienen a salvación en el presente siglo, luego entonces habría que buscar, entre los Diez Mandamientos, alguno que pudiese fungir como ello, es decir, como testimonio ante el mundo del carácter del nacido de nuevo, ¿cuál puede ser ese mandamiento?, el único que por su visibilidad puede cumplir con esto de igual

290


forma el único que es referido como una señal, es el cuarto, la ordenanza de observar el séptimo día como día de reposo. Sobre ese punto es asombrosamente claro como lo señala Éxodo 31:12-17, “habló además Jehová a Moisés, diciendo: Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis Shabats; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico. Así que guardaréis el Shabat, porque santo es a vosotros; el que lo profanare, de cierto morirá; porque cualquiera que hiciere obra alguna en él, aquella persona será cortada de en medio de su pueblo. Seis días se trabajará, más el día séptimo es Shabat de reposo consagrado a Jehová; cualquiera que trabaje en el Shabat, ciertamente morirá. Guardarán, pues, el Shabat los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó”. De manera contundente se señala como es que el Shabat señal entre Dios y todos los que respondiesen a Su llamado (v. 13), esa señal sería perpetua (v. 17), y esa señal sería con el fin de mostrar que Él es Jehová quien santifica a Su pueblo (v. 13), es decir, identificaría al Pueblo de Dios, esto último lo repite Ezequiel 20:12, 20, “Y les di también mis Shabats, para que fuesen por señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico… y santificad mis Shabats, y sean por señal entre mí y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová vuestro Dios”.

En este punto hay que hacer una aclaración pues quien lee el versículo 17 al leer que la señal es para con los israelitas, puede pensar que el Shabat era sólo para el pueblo carnal, físico y terrenal de Israel. Si bien esto es cierto también el término abarca todo el Pueblo de Dios, Su familia.

Primeramente hay que tener claridad que la santificación del séptimo día, así como la observancia del primer Shabat de la historia de la humanidad, se dio mucho antes de que existiese el pueblo carnal, físico y terrenal de Israel. 291


En segundo lugar tenemos la declaratoria de Jesús quien en Marcos 2:27 que señala que el Sábado fue hecho por causa del hombre (está causa se refiere a la necesidad de descansar, de alegrarse en Dios y de ser alimentado por Él), no por causa de los judíos o de los israelitas, sino por causa del hombre.

En tercer lugar, y aunque se aceptase que el sábado es sólo para los judíos, hay que entender que todo aquel que se allegase a Dios, incluso siendo extranjero, estaría sujeto a la misma Ley, “habrá una misma ley para ustedes; será tanto para el extranjero como para el nativo, porque Yo soy Jehová su Dios” (Levítico 24:22), “una sola ley habrá, una sola ordenanza, para vosotros y para el extranjero que reside con vosotros” (Números 15:16). Isaías 56:3-5 es claro en esto, “y el extranjero que sigue a Jehová no hable diciendo: Me apartará totalmente Jehová de su pueblo. Ni diga el eunuco: He aquí yo soy árbol seco. Porque así dijo Jehová: A los eunucos que guarden mis Shabats, y escojan lo que yo quiero, y abracen mi pacto, yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca perecerá”. De igual forma Pablo lo retoma cuando habla del olivo silvestre (las naciones gentiles) son injertadas junto con el olivo natural (el pueblo de Israel) siendo ambos la familia de Dios (Romanos 11:16-24).

Y por último, hay que entender que en la Escritura, la palabra Israel puede referirse, sí, al pueblo carnal, físico y terrenal de Israel, pero también hace referencia a todo aquel quien es llamado por Dios y llega a formar parte de Su familia. Cuando el nombre de Jacob es cambiado a Israel (Génesis 32:29), la misma Escritura explica su significado. Israel viene de ‫יאראי‬, Yisra'el, que significa El que Lucha con Dios, pero la Escritura completa el significado pleno al señalar en la cita dada que se le cambió no sólo porque había luchado con Dios y los hombres (incluso hombres impíos habían luchado con Dios y con los hombres, como Caín o Nimrod) pero en el caso de Jacob él había vencido, es así como Israel se refiere a El Que Vence, lo cual abarca tanto el Antiguo como el Nuevo 292


testamento así como el pueblo carnal, físico y terrenal de Israel y la iglesia de Dios, es decir, nos referimos a la familia de Dios conformada por todo aquel que vence. De esto último es interesante que las cartas que Jesús por medio de Juan envía a las iglesias siempre se refiere las promesas que esperan al que venza (Revelación 2:7, 11, 17, 26: 3:5, 12, 21).

Sobre esto, es interesante notar en el capítulo 6 de Gálatas, como es que Pablo hace mención al Israel de Dios (Gálatas 6:16). La carta va dirigida no al Israel carnal, físico y terrenal sino a la iglesia de Dios, de hecho es una admonición contra aquellos que querían llevar a los nuevos creyentes de nuevo a judaizar sometiéndose a las prescripciones que habían sido superadas por el sacrificio redentor de nuestro Señor Jesús. “Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo. Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la circuncisión, sino una nueva creación. Y a todos los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea a ellos, y al Israel de Dios” (Gálatas 6:14-16). Así, Pablo, al referirse al Israel de Dios en un contexto ajeno al Israel carnal, físico y terrenal, se dirige a la iglesia de Dios, de hecho podemos decir, en la misma línea de lo ya comentado, que se dirige a todo aquel llamado que venza.

Así que reposar el séptimo día, que se refiere a dejar de hacer trabajos serviles y al hecho de comprar y vender, gozándonos en Jehová y alimentándonos de Su verdad por medio de la enseñanza y el aprendizaje de Su palabra, es señal que identifica al Pueblo de Dios de manera perpetua.

Pero entonces ¿qué simboliza que solo uno de los leprosos curados haya regresado glorificando a Dios? Esto es una llamada de atención para aquellos que han respondido al llamamiento del Padre para venir a salvación en el presente siglo y que cumplen con la ordenanza del mandamiento señal, la observancia del séptimo día de la semana como día de reposo, pero que descuidan el

293


conocimiento y la aplicación, es decir, la fe y las obras, aunadas al resto de los nueve mandamientos.

Con este entendimiento léase de nuevo la pregunta de Jesús con que cierra el relato como dicha por el Señor a todos aquellos que si bien guardan el séptimo día de la semana descuidan el resto de los mandamientos: “¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?”. Así es: los Diez Mandamientos fueron limpiados, espiritualizados, dados lustre por nuestro Señor, pero si uno nomás cumple ese, bien puede hacerse acreedor, al regreso de nuestro Señor, a la pregunta “Y los [otros] nueve, ¿dónde están?”.

¿Qué implica que se uno que regreso a glorificar a Dios sea referenciado como un extranjero? Un extranjero era alguien ajeno al pueblo, extraño al mismo, tal cual ha sido la observancia del cuarto mandamiento de la Ley de Dios, la observancia del séptimo día de la semana como el día de reposo, para la gran mayoría de quienes se dicen cristianos a lo largo de estos dos mil años relacionados con la era de la iglesia. Esto nos confirma que en efecto el relato se refiere al cuarto mandamiento y permite tomar el mismo, con la comprensión subyacente, para nuestra propia edificación.

De esta forma el relato presentado por Lucas referido a la curación de estos diez leprosos donde solo uno regresa a dar gloria a Dios, apunta a los Diez Mandamientos de los cuales el sacrificio redentor de Cristo nos libra de la pena por la transgresión de los mismos, los cuales que habrían de ser llevados por Cristo a su plena interpretación, tanto para entendimiento como para aplicación, interpretación que pasa por reconocer la naturaleza de la Ley, llevando la misma a los niveles de perfección y santidad requeridos; pero de igual forma es una admonición para todos aquellos elegidos que respondiendo al llamamiento del Padre para venir a salvación, para no descuidar la aplicación de la totalidad de los mandamientos, los cuales en ese sentido, deben servir de testimonio a las naciones, no sólo uno, el cuarto, la observancia del séptimo día como día de 294


reposo, cuya naturaleza misma permite fungir como tal, sino también los restantes nueve.

295


La curación milagrosa del ciego Bartimeo

Mateo 20 (Marcos 10:46-52; Lucas 18.35-43) 29

Al salir ellos de Jericó [Marcos: al salir de Jericó, v.46; Lucas:

acercándose Jesús a Jericó, v.35], le seguía una gran multitud. 30

Y dos ciegos que estaban sentados junto al camino [Marcos: Bartimeo el

ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando, v. 46; Lucas: un ciego estaba sentado junto al camino mendigando, v. 35), cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! 31

Y la gente les reprendió para que callasen; pero ellos clamaban más,

diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! 32

Y deteniéndose Jesús, los llamó [Marcos: El entonces, arrojando su capa,

se levantó y vino a Jesús, v. 50; Lucas: cuando llegó, le preguntó, v. 40], y les dijo: ¿Qué queréis que os haga? 33

Ellos le dijeron: Señor, que sean abiertos nuestros ojos.

34

Entonces Jesús, compadecido, les tocó los ojos, y en seguida recibieron

la vista; y le siguieron.

La relatoría que presenta Mateo y que replican Marcos y Lucas, presenta a Jesús curando unos ciegos. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿por qué Mateo habla de dos ciegos mientras que Marcos y Lucas mencionan solo a uno y estos dos últimos en circunstancias diferentes?, ¿qué simbolizan los ciegos?, ¿por qué Marcos refiere que el milagro se hizo mientras Jesús salía de Jericó mientras que Lucas señala que se efectuó cuando Jesús se acercaba a Jericó?, ¿qué implica la curación de los dos ciegos?

¿Por qué Mateo habla de dos ciegos mientras que Marcos y Lucas mencionan solo a uno y estos dos últimos en circunstancias diferentes? Como se ha sido 296


reiterativo a lo largo de la presente obra: cuando la Escritura muestra algo que llama la atención es precisamente para que se hurgue en ella, para que se escudriñe, “gloria de Dios es ocultar un asunto, y gloria de los reyes el investigarlo” (Proverbios 25:2), con todo y todo hay quienes ante ciertas incongruencias aparentes de la Escritura, incongruencias que como se dijo buscan captar la atención, dan explicaciones superficiales, banales, sutiles, con la finalidad de simplemente seguir adelante privándose de la comprensión subyacente que la Palabra puede entregar. Este es uno de esos casos.

En el relato en cuestión Mateo menciona dos ciegos mientras que Marcos y Lucas mencionan solo a uno y estos dos últimos en circunstancias diferentes, quienes abordan esta cuestión de manera natural simplemente dan por hecho de que esto sucede porque los evangelistas simplemente quisieron, cada uno, resaltar algo de la relatoría, pero eso es una conclusión personal, la Escritura no dice nada en ese sentido, ahora bien, dado que “toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16-17), debe entonces considerarse que nada de la misma meramente circunstancial sino que todo lo escrito sirve para este propósito, de ahí que la pregunta pertinente, como se señaló, debería ser más bien ¿por qué Mateo habla de dos ciegos mientras que Marcos y Lucas mencionan solo a uno y estos dos últimos en circunstancias diferentes?

La única manera de conciliar esto es señalar que todos los relatos con correctos, ¿pero cómo?, sencillo: en realidad se trata de dos ciegos, tal como los presenta Mateo, pero —y esta es la parte interesante—, Marcos se enfoca en uno mientras que Lucas se enfoca en otro, ¿por qué?, por lo que se comentará más delante.

¿Qué simbolizan los ciegos?, En este punto es donde comenzará a tener relevancia lo dicho anteriormente, a saber: que la relatoría trata de dos ciegos, tal

297


como los presenta Mateo, pero que Marcos se enfoca en uno mientras que Lucas se enfoca en otro.

Mateo, como ya se indicó, señala que se trata de dos ciegos. Marcos, por su parte indica que es uno y le asigna un nombre: Bartimeo. Por su parte Lucas señala de igual forma que se trata de un ciego pero no le asigna nombre alguno.

Es interesante que el nombre que Marcos asigna a su ciego sea Bartimeo. Bartimeo, significa hijo de Timeo. Bar en arameo es hijo, pero Timeo es un nombre griego, que significa Honor, Digno, así Bartimeo significa “hijo de honor, hijo de dignidad”. De nueva cuenta: esto es interesante considerarlo: Bartimeo se trata de un griego, un gentil, luego entonces, dado que la era de la iglesia se inaugura con la primer venida de nuestro Señor, Bartimeo representa a todos esos gentiles que respondiendo al llamamiento del Padre para venir a salvación en el presente siglo pasan a formar parte de Su familia, con todos los derechos inherentes, a estos son a los que Pablo escribiría diciendo “por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo” (Efesios 2:11-13). Fíjese como es que para los de la circuncisión, aquellos incircuncisos no eran considerados dignos, para nada tenían honra, una vez hechos cercanos por la sangre de Cristo adquieren esa dignidad, ese honor inherente a un hijo de Dios: son hechos hijo de honor, hijo de dignidad.

Ahora bien, si el ciego de Marcos representa a esos gentiles que habrán de venir a salvación, y si se trata de dos ciegos, como presenta Mateo, y si el sacrificio de Cristo logró “que de ambos pueblos [se hiciese] uno, derribando la pared intermedia de separación”, ¿a quién representará el ciego de Lucas?, por excusión representa al pueblo histórico de Israel. 298


Esto puede corroborarse por un detalle peculiar que arrojan las relatorías: Marcos —que como ya se dijo se refiere a los gentiles— señala que el ciego arrojó su capa, se levantó y vino a Jesús (v. 50), por su parte Lucas —que como ya se dijo se refiera al pueblo histórico de Israel— solo señala que Jesús le preguntó (v. 40), ¿por qué esta diferencia en el relato?, porque, como ya se dijo, el ciego de Marcos representa a los gentiles y ellos sí necesitaban arrojar la capa —deshacerse de esa cobertura que les imprimía sus creencias ajenas a la verdad—, levantarse — salir del sistema en el que se encontraban—, y venir a Jesús —aceptar la redención que sólo por medio de Jesús podían recibir—: “En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo” (Efesios 2:11-13); pero en el caso del ciego de Lucas, que representaba al pueblo histórico de Israel, estos tenían todo el conocimiento para reconocer al Mesías por lo que solo tenían que confrontar lo que tenían enfrente con lo que la Palabra les había revelado: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan 5:39).

¿Por qué Marcos refiere que el milagro se hizo mientras Jesús salía de Jericó mientras que Lucas señala que se efectuó cuando Jesús se acercaba a Jericó? De nueva cuenta, porque todas las relatorías deben verse en el contexto de la comprensión subyacente que la misma quiere entregar, como ya se comentó, el ciego de Marcos representa a los gentiles venidos a salvación y el ciego de Lucas a los del pueblo histórico de Israel, puede entonces entenderse porque Marcos señala que el milagro se hizo mientras Jesús salía de Jericó mientras que Lucas señala que se efectuó cuando Jesús se acercaba a Jericó.

299


Porque ambos señalamientos se refieren a dos momentos de la primera venida de nuestro Señor: el primero cuando a los suyos vino y pocos le recibieron, y el segundo cuando sale hacia los gentiles siendo recibidos por muchos de ellos.

En el caso de Lucas, referido al pueblo histórico de Israel, el cual refiere que Jesús se acercaba a Jericó, apunta a ese primer momento cuando Jesús viene a los suyos siendo aceptado por algunos: “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:11-12). En el caso de Marcos, referido a los gentiles, apunta a ese segundo momento cuando, una vez rechazado Jesús por la mayoría de su pueblo, su mensaje es enviado a las naciones gentiles: “Era necesario que la palabra de Dios os fuera predicada primeramente a vosotros; mas ya que la rechazáis y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles” (Hechos 13:46).

¿Qué implica la curación de los dos ciegos? Estar ciego carnalmente implica no poder ver, pero a nivel espiritual implica no poder discernir las verdades reveladas. Ahora bien, ¿cómo puede hacerse esto último? La Escritura dice sobre sí misma “lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”, de igual forma Jesús hablando a los de su tiempo, y en su figura a todos los cristianos de todos los tiempos, les dijo “yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12), de esta forma el ver, espiritualmente hablando, es posible sólo gracias a la Palabra escrita y a la Palabra hecha carne. De esta forma esos ciegos sanados, uno judío otro gentil, representa, de ambos grupos, a aquellos que sin la Palabra escrita y la Palabra hecha carne no podían comprender las verdades reveladas pero que al aceptar a Jesús como Su Señor y Salvador son habilitados para ello.

300


Milagrosa marchitez de la higuera estéril

Mateo 29:18-19 (Marcos 11:12-14) 18

Por la mañana, volviendo a la ciudad, tuvo hambre.

19

Y viendo una higuera cerca del camino, vino a ella, y no halló nada en ella

[Marcos: pues no era tiempo de higos, v.13], sino hojas solamente; y le dijo: Nunca jamás nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera.

La relatoría que presenta Mateo y que retoma Marcos, presenta un milagro atípico de Jesús cuando éste mediante una imprecación hace que una higuera se seque señalándole que nunca más daría fruto. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo surge una pregunta reflexiva de la lectura de esta narración: ¿qué representa esta higuera y por qué la imprecación de Jesús?

¿Qué representa esta higuera y por qué la imprecación de Jesús? Para entender el símbolo de la higuera es menester acudir a la Escritura, la cual se interpreta a sí misma, y entender que el mismo, así como la imagen de la vid, representa a la nación de Israel.

En Miqueas 7:1 el Señor se queja de la infidelidad del pueblo que no ha dado frutos en la rebusca, ¡Ay de mí! porque estoy como cuando han recogido los frutos del verano, como cuando han rebuscado después de la vendimia, y no queda racimo para comer; mi alma deseó los primeros fruto”

También Jeremías 8:13 dice que no hay brevas en la higuera ni uvas en la vida, “Los cortaré del todo, dice Jehová. No quedarán uvas en la vid, ni higos en la higuera, y se caerá la hoja; y lo que les he dado pasará de ellos”. Oseas 9:10 repite la misma idea, “Como uvas en el desierto hallé a Israel; como la fruta temprana de la higuera en su principio vi a vuestros padres. Ellos acudieron a 301


Baal-peor, se apartaron para vergüenza, y se hicieron abominables como aquello que amaron”.

También lo hace el capítulo 24 de Jeremías 1

Después de haber transportado Nabucodonosor rey de Babilonia a

Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, a los príncipes de Judá y los artesanos y herreros de Jerusalén, y haberlos llevado a Babilonia, me mostró Jehová dos cestas de higos puestas delante del templo de Jehová. 2

Una cesta tenía higos muy buenos, como brevas; y la otra cesta tenía

higos muy malos, que de malos no se podían comer. 3

Y me dijo Jehová: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Higos; higos buenos,

muy buenos; y malos, muy malos, que de malos no se pueden comer. 4

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

5

Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Como a estos higos buenos, así

miraré a los transportados de Judá, a los cuales eché de este lugar a la tierra de los caldeos, para bien. 6

Porque pondré mis ojos sobre ellos para bien, y los volveré a esta tierra, y

los edificaré, y no los destruiré; los plantaré y no los arrancaré. 7

Y les daré corazón para que me conozcan que yo soy Jehová; y me serán

por pueblo, y yo les seré a ellos por Dios; porque se volverán a mí de todo su corazón. 8

Y como los higos malos, que de malos no se pueden comer, así ha dicho

Jehová, pondré a Sedequías rey de Judá, a sus príncipes y al resto de Jerusalén que quedó en esta tierra, y a los que moran en la tierra de Egipto. 9

Y los daré por escarnio y por mal a todos los reinos de la tierra; por

infamia, por ejemplo, por refrán y por maldición a todos los lugares a donde yo los arroje. 10

Y enviaré sobre ellos espada, hambre y pestilencia, hasta que sean

exterminados de la tierra que les di a ellos y a sus padres.

302


Y Jeremías 29:17 “así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí envío yo contra ellos espada, hambre y pestilencia, y los pondré como los higos malos, que de tan malos no se pueden comer”.

Las referencias a Israel como la higuera, así como la vid, permiten entender el sentido de la cita del presente apartado. Pero hay más, pues habría un momento en que dicha higuera dejaría de estar verde, sus ramas se secarías y ya no brotarían. Ese momento inició en el primer siglo y la referencia profética la da Jesús mismo en una cita de la Escritura pocas veces comprendida.

Mateo 21 (Marcos 11:12-14; 20-26) 18

Por la mañana, volviendo a la ciudad, tuvo hambre.

19

Y viendo una higuera cerca del camino, vino a ella, y no halló nada en

ella, sino hojas solamente; y le dijo: Nunca jamás nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera. 20

Viendo esto los discípulos, decían maravillados: ¿Cómo es que se secó

en seguida la higuera? 21

Respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no

dudareis, no sólo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho. 22

Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.

Esta cita de Mateo, que la repite Marcos, pareciera ser un sinsentido con la persona de Jesús, ¿por qué maldecir una higuera al no encontrar fruto en ella al grado de secarla?, peor aún ya que como agrega el relato de Marcos aún “no era tiempo de higos” (v.13). No se entiende. Pero cuando se comprende el significado de la higuera como símbolo del pueblo de Israel, este evento cobra sentido.

Si se considera, como escrituralmente ha quedado mostrado, que tanto la higuera como la vid son símbolos de Israel, ¿qué dice sobre el tema tratado en cuanto a la vid? 303


Isaías 5 1

Ahora cantaré por mi amado el cantar de mi amado a su viña. Tenía mi

amado una viña en una ladera fértil. 2

La había cercado y despedregado y plantado de vides escogidas; había

edificado en medio de ella una torre, y hecho también en ella un lagar; y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres. 3

Ahora, pues, vecinos de Jerusalén y varones de Judá, juzgad ahora entre

mí y mi viña. 4

¿Qué más se podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella?

¿Cómo, esperando yo que diese uvas, ha dado uvas silvestres? 5

Os mostraré, pues, ahora lo que haré yo a mi viña: Le quitaré su vallado, y

será consumida; aportillaré su cerca, y será hollada. 6

Haré que quede desierta; no será podada ni cavada, y crecerán el cardo y

los espinos; y aun a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella. 7

Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los

hombres de Judá planta deliciosa suya. Esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor.

Marcos 12 1

Entonces comenzó Jesús a decirles por parábolas: Un hombre plantó una

viña, la cercó de vallado, cavó un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores, y se fue lejos. 2

Y a su tiempo envió un siervo a los labradores, para que recibiese de

éstos del fruto de la viña. 3

Mas ellos, tomándole, le golpearon, y le enviaron con las manos vacías.

4

Volvió a enviarles otro siervo; pero apedreándole, le hirieron en la cabeza,

y también le enviaron afrentado. 5

Volvió a enviar otro, y a éste mataron; y a otros muchos, golpeando a unos

y matando a otros.

304


6

Por último, teniendo aún un hijo suyo, amado, lo envió también a ellos,

diciendo: Tendrán respeto a mi hijo. 7

Mas aquellos labradores dijeron entre sí: Este es el heredero; venid,

matémosle, y la heredad será nuestra. 8

Y tomándole, le mataron, y le echaron fuera de la viña.

9

¿Qué, pues, hará el señor de la viña? Vendrá, y destruirá a los labradores,

y dará su viña a otros. 10

¿Ni aun esta escritura habéis leído: La piedra que desecharon los edificadores Ha venido a ser cabeza del ángulo;

11

El Señor ha hecho esto,

Y es cosa maravillosa a nuestros ojos? 12

Y procuraban prenderle, porque entendían que decía contra ellos aquella

parábola; pero temían a la multitud, y dejándole, se fueron.

En ambas citas el viñedo original es abandonado, hollado

Jesús vino a los suyos y los suyos no le recibieron (Juan 1:11-12), a partir de ahí la higuera, la vid, Israel, se secaría. Esto tiene su referente con las ramas que fueron desgajadas para injertar en Romanos 11:11-24 así como el encegueciendo que ha caído sobre Israel hasta que la plenitud de los gentiles haya entrado (Romanos 11:25), pero el referente claro, visible y concreto tiene relación con la destrucción del Templo, la toma de Israel, la eliminación del Estado de Israel, y el inicio de la diáspora para los judíos acaecidas en el primer siglo.

De igual forma ese período tendría un término, termino a partir del cual su reverdecimiento, su volver a brotar, marcaría el inicio de la fase final de la tribulación de la iglesia, tribulación que terminaría con la cesación de la misma, tiempo en el cual la generación que estaría presente no pasaría hasta que se cumplieran todas estas cosas, como lo señala Jesús mismo proféticamente en Mateo, Marcos y Lucas. 305


Mateo 24:32-36 32

De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y

brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. 33

Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está

cerca, a las puertas. 34

De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto

acontezca. 35

El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

36

Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino

sólo mi Padre.

Marcos 13:28-33 28

De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y

brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. 29

Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, conoced

que está cerca, a las puertas. 30

De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto

acontezca. 31

El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

32

Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están

en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre. 33

Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo.

Lucas 21:29-33 29

También les dijo una parábola: Mirad la higuera y todos los árboles.

30

Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis por vosotros mismos que el verano

está ya cerca. 31

Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que

está cerca el reino de Dios. 306


32

De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto

acontezca. 33

El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

Ese momento inicio con el restablecimiento a mediados del siglo XX del Estado de Israel.

Las citas proféticas anteriores una referencia a los tiempos previos a la segunda venida de Cristo. Como se vio en el apartado anterior, el adjetivo gran, referido a la tribulación, tiene una connotación relacionada tanto con duración como con intensidad. La tribulación siempre estaría presente en la historia de la iglesia de Dios, pero la misma iría creciendo en intensidad hasta llegar al punto culmen previo a la venida de Cristo.

Este tiempo donde la tribulación para la iglesia llegaría a su punto culmen referido con la muerte de la misma previo a la segunda venida de Cristo, es referido para su entendimiento en las citas anteriores de las cuales se rescatan tres aspectos principales: el primero tiene que ver con la referencia a que éste período comenzará cuando la higuera comience de nuevo a brotar, el segundo tiene con ver con la indicación de que la generación que vea lo anterior no pasará sin ver el cumplimiento de todo lo predicho, y el tercero es relativa a que el día y a hora preciso del advenimiento de Cristo sólo lo sabe el Padre.

Veamos e primer aspecto, el referido a la higuera que comienza a brotar de nuevo, ya que todo el entendimiento de los tiempos a los que la profecía culmen de la tribulación se refiere depende de ello.

Prácticamente en cada generación ha habido agoreros del fin del mundo, pero si se hubiese considerado esto que en estas citas señaló Jesús, se hubiera sido más cauto en ello pues, desde la segunda mitad del primer siglo y hasta mediados del siglo veinte, la higuera no había reverdecido. 307


¿Quién oyó cosa semejante?, ¿quién vio tal cosa? ¿Concebirá la tierra en un día? ¿Nacerá una nación de una vez? Pues en cuanto Sion estuvo de parto, dio a luz sus hijos (Isaías 66:8) Breve historia de Israel24

Antes de 1897 (fecha del primer congreso sionista) algunos inmigrantes sionistas comenzaron a llegar a Palestina y a construir allí sus viviendas. Para 1903, ya eran 25.000. La mayoría proveniente del este de Europa. Una segunda ola de unos 40.000 inmigrantes llegó a la región entre 1904 y 1914. Después de la caída del Imperio Otomano en la I Guerra Mundial, el Reino Unido recibió un mandato de la Liga de Naciones para administrar Palestina. El mandato británico fue poco auspicioso, debido en parte, a las promesas contradictorias que los británicos hicieron a los árabes, a los sionistas y a Francia (con quien se dividió el Levante).

Las hostilidades entre los gobernantes británicos, los inmigrantes judíos y los árabes se intensificaron durante los años 20 y 30, con la formación de grupos militantes árabes y judíos. Después de varios intentos de resolver las diferencias entre el sionismo y el nacionalismo árabe, el gobierno británico delegó el problema a Naciones Unidas en 1947. La ONU recomendó un plan de partición (resolución 181), aceptado con renuencia por los israelíes y rechazado por los representantes árabes.

El 14 mayo de 1948 se proclamó en Tel Aviv la creación del Estado de Israel. Esta declaración entró en efecto un día después de que se retirasen de la región – las últimas tropas británicas. Ese día, cinco ejércitos árabes provenientes de

24

Breve Historia de Israel, bbc.co.uk, http://www.bbc.co.uk/spanish/specials/1019_israel/index.shtml

308


Jordania, Egipto, Líbano, Siria e Irak invadieron el nuevo Estado. Israel logró vencer a las fuerzas árabes a la vez que conquistó más territorios que lo estimado en el plan de partición de Naciones Unidas.

En 1967 Israel lanzó un ataque preventivo contra Egipto, Siria y Jordania (creyendo que estos países planificaban una invasión a Israel). El 7 de junio, los soldados israelíes celebraron en Jerusalén la toma del Muro de los Lamentos. Esta guerra se prolongó por seis días y cambió dramáticamente el paisaje de Medio Oriente. El Estado judío aumentó significativamente el territorio bajo su control, capturando el desierto del Sinaí, la Franja de Gaza, las Alturas del Golán, Cisjordania y, en un acto de enorme importancia simbólica, Jerusalén Oriental, unificando su ciudad santa.

La resolución 242, adoptada después de la guerra, enfatizó que era inadmisible "la adquisición de territorios por medio de la guerra" y llamó al retiro de las fuerzas israelíes de los "territorios ocupados en el conflicto reciente".

Después de fracasar en su intento por recuperar mediante la vía diplomática el territorio que perdieron en 1967, Egipto y Siria lanzaron una ofensiva contra Israel el día sagrado de Yom Kippur (día del perdón para los judíos). Soldados egipcios durante la guerra de Yom Kippur. Luego de semanas de enfrentamientos, Israel conquistó más territorio que en el 67. La guerra dejó a Israel en una posición de mayor dependencia con Estados Unidos en cuanto al apoyo militar, diplomático y económico.

En octubre de ese año, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó la resolución 338 que instaba a la implementación de la resolución 242 y al inicio de negociaciones entre las partes, con el fin de "establecer una paz justa y duradera en el Medio Oriente".

309


Así tenemos la señal principal que Jesús mismo nos dio para el inicio del período en el cual tendría verificativo el culmen de la tribulación experimentada en todos los siglos por la iglesia de Dios, culmen cuya intensidad alcanzaría su cenit con la cesación de la obra de la iglesia.

Aquí pasamos al segundo aspecto relacionado con las citas proféticas comentadas, el cual tiene que ver con que la generación que viera estas cosas, es decir, que la higuera comienza a reverdecer, no pasaría hasta que viera el cumplimiento de todas ellas.

En este punto hay que aclarar y sugerir extremada cautela en pretender establecer fechas para la segunda venida de Cristo, lo cual se tratará más delante, ya que cuando Jesús señala que la generación que viera estas señales no pasaría hasta que se cumpliera todo lo que se ha dicho no implica que la fecha exacta, objetiva y concreta sea, por ejemplo, el 14 mayo de 1948, fecha en que se proclamó en Tel Aviv la creación del Estado de Israel, Cristo claramente dijo que cuando la higuera comenzara a rebrotar sería la señal del inicio del período final previo a su segunda venida, pero no dio una fecha exacta, si bien el establecimiento del Estado de Israel marca una condición sin la cual no es posible entender ese rebrotamiento, la fecha no necesariamente implica el inicio exacto y estricto del período, pues el rebrotar puede referirse a cuando oficialmente se estableció como Estado (1948), o cuando ganó las guerras que le dieron mayor territorio (1967), o cuando tuvo presencia internacional para ser considerado como parte de la ONU (1949), o cuando las naciones comenzaron a reconocer a Jerusalén como capital de Israel (2017) o a cualquier otra situación posterior al establecimiento el Estado de Israel que permitiese entender que el mismo está reverdeciendo, lo que sí ese período puede ser fácilmente identificable a partir del establecimiento del Estado de Israel, es decir, de manera general a partir de la segunda mitad del siglo XX.

El tercer y último aspecto tiene que ver con el indicativo de Jesús de que el día y la hora en que su segunda venida se llevaría a cabo nadie la sabe, y todavía es 310


más enfático al señalar que ni los ángeles de Dios e incluso ni siquiera él mismo la sabe, sino sólo el Padre-

Ya se comentó algo al respecto anteriormente pero es menester tener en cuenta lo anterior para no establecer fechas fatales en las cuales el segundo advenimiento de Cristo se llevaría a cabo. Esto no quiere decir que no se nos hayan dado señales para que la iglesia de Dios no supiese cuando su regreso es inminente, al contrario, la Escritura señala claramente que para los que son llamados en este siglo a formar parte del Pueblo de Dios las señales dadas por la Escritura serían claras para no tomar desprevenido a Su pueblo.

Con todo y todo el exhorto de Jesús de velad y orad es perentorio ante las circunstancias que, a partir de las señales que comienzan a cumplirse, comenzarían a darse.

Ahora bien, y antes de concluir lo relativo a la relatoría de la milagrosa marchitez de la higuera, alguien en este punto podría decir “pero ¿no es esto una contradicción?, Jesús imprecó a la higuera marchitándola pero la vemos, por las otras profecías y referencias históricas, brotando de nuevo antes de su venida, ¿cómo explicar esto?”. Sencillo, veamos de nuevo la relatoría del milagro que nos atañe:

Mateo 29:18-19 (Marcos 11:12-14) 18

Por la mañana, volviendo a la ciudad, tuvo hambre.

19

Y viendo una higuera cerca del camino, vino a ella, y no halló nada en

ella, sino hojas solamente; y le dijo: Nunca jamás nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera.

Como puede verse la imprecación de Jesús claramente señalaba la imposibilidad de dar de nuevo fruto en el presente tiempo, “nunca jamás nazca de ti fruto”, no de que nunca más brotaría. Como efecto de esa imprecación la higuera se secó y si 311


bien en la última generación de nuevo brotaría la misma no daría fruto en el presente tiempo, ya llegará el momento donde Israel, junto con las demás naciones, recibirán la oportunidad , la única oportunidad, de aceptar o no al Mesías entonces sí dando de nuevo fruto, pero eso será en el reino venidero, en el tiempo presente Israel nunca más daría fruto pero sí reverdecería, esto como signo visible ante la iglesia de Dios, de que los tiempos finales habrían llegado.

De esta forma la relatoría del milagro de Jesús donde la higuera que es secada por la imprecación de éste debe entenderse en el contexto de toda la historia de la salvación ya que aquel secamiento era necesario, primero, como consecuencia de la cerrazón del pueblo histórico de Israel al rechazar al Mesías, y, segundo, como señal dada a la iglesia de Dios para que, cuando comenzara a ver el reverdecimiento de la higuera, el pueblo histórico de Israel, entendiera que los tiempos estarán cumplidos donde la generación que presenciase eso sería la misma que vería el regreso de Cristo.

312


Cristo cura milagrosamente la oreja de Malco

Mateo 26:47-56 (Lucas 22:47-51; Marcos 14:43-50; Juan 18:2-11) 47

Mientras todavía hablaba, vino Judas, uno de los doce, y con él mucha

gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo. 48

Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare,

ése es; prendedle. 49

Y en seguida se acercó a Jesús y dijo: ¡Salve, Maestro! Y le besó.

50

Y Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron y echaron

mano a Jesús, y le prendieron. 51

Pero uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su

espada, e hiriendo a un siervo del sumo sacerdote, le quitó la oreja [Lucas: Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la desenvainó, e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco, v. 10]. 52

Entonces Jesús le dijo: Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que

tomen espada, a espada perecerán [Lucas: Y tocando su oreja, le sanó, v.51]. 53

¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me

daría más de doce legiones de ángeles? 54

¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras, de que es necesario

que así se haga? 55

En aquella hora dijo Jesús a la gente: ¿Cómo contra un ladrón habéis

salido con espadas y con palos para prenderme? Cada día me sentaba con vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis. 56

Más todo esto sucede, para que se cumplan las Escrituras de los

profetas. Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron.

La relatoría que presentan los cuatro evangelistas muestran la escena conocida como el prendimiento de Jesús, ese momento cuando los enviados a detenerlo lo 313


apresan iniciando de esta forma lo que se conocería como su pasión, los vituperios, vejaciones y torturas que conducirían a Su muerte. Las circunstancias del relato son muy particulares y, como todos los milagros, contiene mucha enseñanza e instrucción, con todo y todo preguntas reflexivas surgen de la lectura de esta narración: ¿qué implica que Pedro hubiese cortado la oreja del siervo del sumo sacerdote, Malco?, ¿qué simboliza que Jesús lo hubiese sanado?

¿Qué implica que Pedro hubiese cortado la oreja del siervo del sumo sacerdote, Malco? La era de la iglesia fue inaugurada con la primer venida de nuestro Señor, luego entonces esta relatoría debe ubicarse en ese contexto, máxime que quien tiene un papel preponderante en ella es Pedro, quienes mencionado en la relatoría de Lucas como el autor de tal cosa, el cual, en el contexto de los dicho, estaría representando el gobierno que habría de ser puesto en el Cuerpo de Cristo.

Efesios 4 11

Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros,

evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12

a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la

edificación del cuerpo de Cristo, 13

hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo

de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; 14

para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo

viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, 15

sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que

es la cabeza, esto es, Cristo, 16

de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las

coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.

314


Luego entonces aquí lo que vemos es a ese gobierno de la iglesia, representado por Pedro, cortando la oreja del siervo del sumo sacerdote, Malco, ¿qué podrá simbolizar?

Es interesante notar que Lucas menciona el nombre del siervo del sumo sacerdote que sufrió la herida por parte de Pedro: Malco. Malco viene del griego Μάλχος, Máljos, que quiere decir “rey [consejero]” o “gobernando”; tal vez proviene del heb. ‫ךָל יָמ‬, melek, “rey”, de esta forma, entendiendo el contexto del relato referido a la era de la iglesia, ¿a qué reyes podría representar Malco?, ¿quiénes son esos que en la era de la iglesia son llamados a ser reyes?

Revelación 5 8

Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro

ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; 9

y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de

abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; 10

y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos

sobre la tierra.

De esta forma Malco representa a aquellos elegidos que respondiendo al llamamiento del Padre vienen a salvación en el presente siglo llegando a calificar para ser con Cristo reyes y sacerdotes en el reino venidero. Por entonces ¿qué puede simbolizar la herida que Pedro le ocasiona?

Dicha herida pudiera ser algo bueno o algo malo, dependiendo como se lea la misma, pero el hecho de que Cristo reconvenga a Pedro implica que no es algo bueno, “entonces Jesús le dijo: Vuelve tu espada a su sitio, porque todos los que tomen la espada, a espada perecerán” (Mateo 26:52), pero entonces ¿qué cosa

315


mala podría simbolizar, máxime referida al gobierno de la iglesia referido a su relación con los elegidos?

Para contestar esto debe tenerse en cuenta el simbolismo de la oreja.

Romanos 10:17 Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo

Romanos 10:14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?

Gálatas 3:2 Esto es lo único que quiero averiguar de vosotros: ¿recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?

De esta forma la imagen de la oreja está relacionada con el oír las buenas nuevas, lo cual todavía es corroborado aún más cuando se pone atención en que Pedro hiere la oreja de Malco con una espada, la cual en la escritura en manos de los elegidos es símbolo de la Palabra de Dios (Efesios 6:17), pero de nuevo ¿qué acción mala puede simbolizar máxime si se refiere al gobierno de la iglesia con relación a los elegidos?

En este contexto, la única opción puede referirse precisamente a los errores que los dirigentes del Cuerpo de Cristo pueden cometer como parte de su propia carnalidad que afecta el mensaje del Evangelio, sea por una comprensión parcial de la Palabra dando así interpretaciones erradas, sea bien por el ejemplo minado por sus propias debilidades, pero ¿hay base escritural para esto?

316


Primeramente hay que entender que en el presente siglo, en la actual carnalidad, todos somos falibles, “porque en parte conocemos, y en parte profetizamos” (1 Corintios 13:9). En segundo lugar hay que tener claro que un anciano, un líder en la iglesia, es susceptible también de edificación pero con respecto y caridad, “no reprendas al anciano, sino exhórtale como a padre; a los más jóvenes, como a hermanos” (1 Timoteo 5:1), incluso de corrección y hasta de reprensión, “no admitas acusación contra un anciano, a menos de que haya dos o tres testigos. A los que continúan en pecado, repréndelos en presencia de todos para que los demás tengan temor de pecar” (1 Timoteo 5:19-20). Y en tercer lugar, el cumplimiento dual de la profecía implica que los errores que en su momento se dieron en el pueblo histórico de Israel por parte de sus dirigentes religiosos (Ezequiel 34, Jeremías 23) son susceptibles de darse de igual forma en la iglesia de Dios si es que no se presta atención a la instrucción que al respecto entrega la Palabra, “porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza” (Romanos 15:4).

De esta forma, la comprensión subyacente de la relatoría donde Pedro corta la oreja de Malco se refiere a los errores que los dirigentes del Cuerpo de Cristo pueden cometer como parte de su propia carnalidad que afecta el mensaje del Evangelio, sea por una comprensión parcial de la Palabra dando así interpretaciones erradas, sea bien por el ejemplo minado por sus propias debilidades.

Como lo establece el Prefacio de los principios doctrinales de la iglesia de Dios:

La Iglesia de Dios y su doctrina han sido siempre perseguidas desde su comienzo. La iglesia ha sido fuerte, pero también débil algunas veces. Ella fue presentada a todos los pueblos y naciones de la tierra. Y ha existido en todas partes y en todos los tiempos desde su comienzo, pero se ha balanceado de ida y vuelta como un péndulo. La razón de esto es que 317


Satanás lanzaría un ataque en contra de la Iglesia. Y ella vendría a ser débil y también fuerte, y algunas veces desaparecería en algunos países. Pero la Iglesia nunca se extinguió completamente en ningún tiempo, y las doctrinas del Señor fueron preservadas hasta nuestro tiempo. ¿No dijo el Señor que las puertas del infierno (Muerte) no prevalecerían contra la Iglesia?

De hecho referido precisamente a las verdades de salvación, se requiere necesariamente de que en lo primordial la iglesia sea una en esencia doctrinal, es decir en sus creencias, a lo largo de sus dos mil años de existencia. Ahora bien, ¿hay base en la Escritura que implique que la verdeara iglesia sería una durante toda su existencia en cuanto a su esencia doctrinal es decir, que su doctrina sería una sola y la misma? Isaías 8:16, hablando sobre el futuro del pueblo de Dios, señala “Ata el testimonio, sella la ley entre mis discípulos”. Es decir, la enseñanza doctrinal se completaría en tiempos de los apóstoles de Jesús. Pero, ¿esto se corrobora en el Nuevo Testamento? Judas 1:3 señala “Amados, por el gran empeño que tenía en escribirles acerca de nuestra común salvación, he sentido la necesidad de escribirles exhortándolos a luchar ardientemente por la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos”. Así tenemos que en tiempos de la iglesia naciente, ya se consideraba que había una doctrina completa, firme y definitiva, no en proceso de dilucidación. Pablo escribiendo a los Romanos les amonesta diciendo “Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos” (Romanos 16:17). De nuevo ya había una doctrina establecida, cualquier desviación de ella era considerada división y tropiezo.

318


Juan en su primera carta señala de esos que causaban división y tropiezo diciendo “Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros” (1 Juan 2:19). Aquí claramente Juan declara que todo aquel que se desviaba de la fe “dada una vez a los santos y para siempre”, es decir, que no permanecía en la verdadera fe, en realidad no eran parte de la iglesia. En ese mismo sentido más delante Juan señala en esa misma carta De igual forma señala “Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre” (1 Juan 2:24), es decir, que la doctrina original recibida permaneciese en cada uno de los miembros de la iglesia de Dios. Pablo escribiendo a los Colosenses les dice “si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro” (Colosenses 1:23). En tiempos de la iglesia primitiva había una fe completa, total y definida y Pablo amonestaba a permanecer en esa fe y más aún a no moverse de ella. Pablo escribiendo a los Tesalonicenses les dice “Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más” (1 Tesalonicenses 4:1). De nueva cuenta la enseñanza dada se ponía como referente para comportarse correctamente conforme a la voluntad de Dios. Pablo escribiendo a los Hebreos les dice “Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada 319


primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad” (Hebreos 2:1-4). Aquí Pablo agrega el atender sin desviarse a la enseñanza que la iglesia tenía desde su inicio aclarado que la misma había sido dada por Jesús, que esta había sido confirmada por quienes la oyeron y que Dios mismo, a través de prodigios y señales, la había testificado.

En la cita de Juan 17:20, que ya hemos analizado, Jesús e oración al Padre con respecto de Su iglesia se dice “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos”, así que necesariamente la iglesia de Dios proclamaría lo que desde los inicio ya era su cuerpo doctrinal establecido siendo que los nuevos conversos creerían lo mismo llevando así el mismo mensaje a través de los siglos. Pablo confirma esto pues al escribir a Tito le dice “retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen” (Tito 1:9). Una misma doctrina, una misma fe, retenedor de la palabra tal y como se le ha sido enseñada, no cambiándola, no adicionándole. Pablo escribiendo a los Corintios señala “Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano” (1 Corintios 15:1-2). De igual forma más delante, en esta misma carta Pablo señala “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano” (1 Corintios 15:58). Al igual que las citas anteriores se señala la necesidad en permanecer en la verdadera doctrina, en la verdadera iglesia, añadiendo Pablo que de no ser así se habría creído en vano, es

320


decir, cualquier cambio o desviación doctrinal no habría servido de nada sino que al contrario habría sido en demérito de la salvación. Las anteriores citas, respecto a la iglesia en cuanto al “ser una” en esencia doctrinal, no dejan lugar a dudas. En tiempos de los Apóstoles, durante los primeros años de la iglesia naciente, quedó establecida la base doctrinal, completa, plena, correcta, que debía ser entendida y realizada por la iglesia y a la cual los miembros del Cuerpo de Cristo debían sujetarse sin cambios ni desviaciones so pena de poner en riesgo la salvación adquirida.

Esta aclaración es más que pertinente ya que, aunque parezca increíble, hay quienes aducen sobre el tema en un sentido completamente contrario bajo el argumento de la revelación progresiva. ¿Qué es esto de revelación progresiva? Tomando Juan 16:13 que dice “cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad” algunos aducen que durante la vida de la iglesia está iría progresando en la verdad hasta llegar a la plenitud de la misma. Como ya vimos en las citas anteriores esto es incompatible con lo que las mismas indican, pero no puede menos que decirse que esta cita de Juan 16:13 va en el sentido de crecer en la fe, no de andar dando tumbos de una creencia a otra. Pablo escribiendo a los Efesios les dijo sobre la iglesia “Y él mismo [Cristo] constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo” (Efesios 4:11-15).

321


Las verdades de la iglesia permanecen inamovibles, pero el crecimiento de uno en cuanto a las mismas es el que va avanzando llevándonos a grades de verdadera madurez espiritual. No es la iglesia en su doctrina la que cambia, somos nosotros en nuestra comprensión de las verdades reveladas la que va madurando, creciendo, fortaleciéndose.

Pero incluso si uno tomara como verdadera el argumento de la verdad progresiva tendría que aceptar que una cosa es avanzar en la verdad y otra muy distinta ir dando bandazos en la misma, diciendo un día una cosa y al otro otra muy distinta. No puede decirse que el Espíritu de verdad va guiando una iglesia hacia la verdad plena cuando ésta primero rechaza las imágenes en el culto y luego las acepta, cuando primero señala que sólo Jesús es mediador y luego acepta la mediación de santos y vírgenes, cuando acepta primero que el sábado es el día de descanso de Dios pero luego lo cambia al domingo, cuando primero acepta que sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas y nosotros por medio de él y luego dice que lo que en realidad existe es una trinidad. En fin. Incluso el argumento de la verdad progresiva implica avanzar en una misma línea, no en diversas, variadas y contradictorias. Proverbios 24:21 dice “Hijo mío, teme al Señor y al rey. No te juntes con los rebeldes” (algunas versiones traducen “rebeldes” por “inestables”, otras por “innovadores”).

La iglesia primitiva tenía una serie de doctrinas completas, establecidas y conocidas, doctrinas que, como se vio en las citas anteriores, se mandataba a creerlas, defenderlas y crecer en ella. Pensar en que las mismas pudieron haber cambiado es contra la Escritura y el mismo sentido común, pero sobre esto Pablo enfáticamente dice en Gálatas 1:6-9: “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Más si aún nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. 322


Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema”.

Esta cita es demoledora para quien defienda el cambio doctrinal en la iglesia a través de los siglos. En consonancia con todas las que ya se han visto señala un solo cuerpo doctrinal de creencias en la verdadera iglesia, quienes piensan diferente claramente dice que se han alejado, aclara enfáticamente que no hay otro Evangelio y termina no con una sino con dos anatemas (maldiciones) para quien anuncie verdades diferentes.

Realmente es complicado aducir a favor del cambio doctrinal de la iglesia sin ir contra la misma Escritura y el sentido común que señala que no pueden ser verdades dos cosas opuestas que se presenten como tales.

La verdadera iglesia de Dios, no sólo ha existido a lo largo de estos dos mil años, no sólo ha mostrado las características que se esperaban de ella, sino que su doctrina ha sido la misma25. Cree que la Biblia es inspirada por Dios, cree que Dios es eterno, infinito, todopoderoso, cree en Jesús como el Hijo de Dios, principio de la creación por medio del Quién todas las cosas fueron hechas, cree asimismo en el nacimiento, muerte y resurrección de Jesús, cree que Jesús estuvo real y exactamente tres días y tres noches en la tumba, cree que el Espíritu Santo es dado por el Padre, a través de Jesús, a cada creyente, cree que el nombre bíblico para el Cuerpo de Cristo es iglesia de Dios, cree en el bautismo – sólo de adultos- por inmersión, cree que la Cena del Señor debe observarse una vez al año el 14 de Nisán, cree en la vigencia de los Diez Mandamientos incluyendo el mandamiento señal que se refiere al sábado como día de reposo, cree en la inconciencia de los muertos y que su inmortalidad es condicional, cree en el Milenio como el período posterior a la segunda venida del Señor donde Sus santos reinaran con Él como reyes y sacerdotes. Entre otras cosas. 25

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La iglesia de Dios no cree en lo que cree porque lo haya descubierto recientemente estudiando la Biblia, tampoco porque crea que las verdades hayan comenzado a ser restauradas a través de ella, y menos por que esté proponiendo nuevas interpretaciones a la Escritura. La iglesia de Dios cree en esto porque así le fue enseñado y trasmitido durante los más de dos mil años de su existencia, siendo esta fe la misma que tenía la iglesia primitiva, escrituralmente demostrable, manteniéndose inamovible con el tiempo26.

La iglesia apóstata, que aunque también ha existido estos más de dos mil años, pero siendo grande, perseguidora, y poderosa y apreciada por el mundo, ha ido cambiando las creencias originales de la iglesia. Cree en una trinidad donde Padre, Hijo y Espíritu Santo son Dios, cree que Jesús no estuvo real ni exactamente tres días y tres noches en la tumba, cree en el bautismo de infantes, cree en un nombre diferente al bíblico para designar al Cuerpo de Cristo, cree que la Cena del Señor no es una vez al año sino cada vez, cada día, en que celebre ésta ese memorial, no sólo no cree en la vigencia de los Diez Mandamientos sino que los ha cambiado permitiendo el uso de imágenes en el culto y la observancia del domingo como día de reposo en vez del sábado, cree que los muertos están conscientes sea en un cielo, un purgatorio o un infierno y que su inmortalidad no es condicional pues incluso si fueron inicuos vivirán por siempre atormentados, no cree en el Milenio ni mucho menos que los fieles del Señor heredarán la tierra como reyes y sacerdotes con Cristo. Entre otras cosas.

El pequeño gran problema es que todas estas cosas, ni bíblica ni históricamente, formaban parte del cuerpo doctrinal de la iglesia primitiva sino que fueron adicionadas, modificadas o innovadas, al igual que muchas otras cosas más, posteriormente y a lo largo de estos dos mil años. 26

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Pablo señala en 1 Timoteo 6:3-5 “Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tale”.

Con todo lo anteriormente considerado, ¿a quién podría referirse Pablo al referirse a los que enseñan otra cosa y que no se conforman con las palabras de Jesús ni con la doctrina?, ¿a la iglesia de Dios que existiendo estos dos mil años se ha mantenido fiel a las creencias y prácticas de la iglesia primitiva o a la iglesia apóstata que enseña cosas que ni bíblica ni históricamente formaban parte del cuerpo doctrinal de la iglesia primitiva sino que fueron adicionadas, modificadas o innovadas, al igual que muchas otras cosas más, posteriormente y a lo largo de estos dos mil años permeando a todas las iglesias que han salido de ella?

En efecto, y esto es muy importante considerarlo, una cosa son las verdades de salvación, los principios doctrinales, y otra muy distinta las verdades de comprensión, la interpretación escritural. Las primeras siempre han sido las mismas en estos dos mil años de historia de la iglesia, las segundas han experimentado esa fortaleza y debilidad, ese ir y venir cual péndulo, a veces más cercanas a la verdad, a veces más alejadas de ella, que han herido la oreja de los elegidos, que han afectado su comprensión, pero sin afectar su salvación, ¿por qué?, ¡por que la salvación ha sido dada por Cristo siendo que la misma se contiene en las verdades de salvación!

¿Qué simboliza que Jesús hubiese sanado a Malco? Lo anteriormente dicho podría sonar un poco desmotivador para algunos pero el hecho de que lo referido a este relato cierre con la curación de la herida ocasionada por Pedro a Malco por parte de Cristo es la promesa, la bella promesa, la esperanzadora promesa, de 325


que incluso aquellos errores de comprensión que los dirigentes de la iglesia pudiesen ocasionar en los elegidos a causa de su propia carnalidad será curado por Cristo mismo, es decir, Él hará la corrección debida, si es que es que eso es necesario para edificación, en aquellos que firmes en las verdades de salvación, los principios doctrinales, permanezcan fieles hasta el final (Revelación 2:10).

De esta forma la relatoría del milagro de Jesús sanando a Malco de la herida que éste sufrirá a manos de la espada de Pedro, apunta a esos errores de comprensión en los líderes de la iglesia que afectarían el entendimiento de los elegidos pero con la esperanzadora promesa que Cristo sanaría eso, es decir, Él haría la corrección debida en la vida de éstos si es que aquello fuese necesario para la propia edificación.

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Conclusión

La Palabra, al tener su origen en Dios mismo, siendo que Él es infinito, de igual forma aquella es una fuente inagotable de verdades que van ampliando la comprensión que se tiene de Dios y Su Hijo, lo cual es definido por la misma Escritura como la vida eterna (Juan 17:3).

Esa comprensión, al ser no solo infinita sino también al tener como referente la multiforme sabiduría de Dios, puede entregar para quien anda en el Camino, entendimiento de igual forma infinito y multiforme.

La presente obra ha pretendido esto último siendo que si hay algo de meritorio en ello a Dios sea la gloria y si errores en lo expuesto pudieran detectarse éstos son de responsabilidad personal.

Con todo y todo, todo lo expuesto es solo un atisbo de lo que en la Palabra puede encontrarse, de cada quien dependerá seguirla escudriñando para sacar de ella esas cosas viejas y esas cosas nuevas, siempre conforme a la doctrina de la iglesia de Dios, que son las que terminan definiendo a aquel que es docto en la misma.

En la medida que se saquen de la Escritura esas cosas viejas y esas cosas nuevas se estarán avanzando en el conocimiento de Dios y Su Hijo, siendo que ese conocimiento, si se pone por obra, será para edificación de quien así haga.

Que el Santo Espíritu de nuestro Padre Dios que mora en nosotros nos ilumine y fortalezca para avanzar en el conocimiento de Dios y Su hijo y para poner por obra esa fe que se dice profesar, conforme a la voluntad del Padre y para SU mayor gloria en Cristo Jesús.

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Paz a vos

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Tu fe te ha salvado -Comprensión espiritual de los milagros de Jesús-

Todos los derechos reservados por el autor ©2020

Primera edición

Se permite la reproducción total o parcial de la presente obra, así como su comunicación pública, divulgación o transmisión, mediante cualquier sistema o método, electrónico o mecánico [incluyendo el fotocopiado, la grabación o cualquier sistema de recuperación y almacenamiento de información], siempre y cuando esto sea sin fines de lucro y con la condición que se señale la fuente

Todas las citas bíblicas de esta publicación han sido tomadas de la Reina-Valera 1960. Utilizado con permiso.

Reina-Valera, 1960® es una marca registrada de Sociedades Bíblicas Unidas, y puede ser usada solamente bajo licencia.

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