Testimonios hablas andaluzas

Page 1

TESTIMONIOS HABLAS ANDALUZAS 1. El nombre latino FORTICIUS, en documentos castellanos del siglo IX: Ortiço (863), Hortiço (927). 2. Yengua buba ‘lengua de buey’ (botánico Ben Golgol, 982) 3. Petro Árbarez (1161), arcalde (1246) 4. Moisés hablaba con dificultad por haberse quemado de niño la lengua al ponerse inocentemente una brasa ardiente, “de guisa que siempre ceceo despues cuando fablava, et fue por ende tartamudo” (Alfonso X el Sabio, General Estoria, S. XIII). 5. “Tomé senda por carrera/como andalús”. (Juan Ruiz, Libro de buen amor, hacia 1340) 6. Ayo (en lugar de hallo), Fray Pedro Fernández Percha, S. XIV (Reino de Toledo) 7. abril (documento sevillano de finales del XIV) 8. “E bien asy como oy dia en un singular regno la lengua en los omnes egual non es, conviene saber, por las letras o por modos (sylabas) de órganos. Bervigracia en Castilla sean cognoscidos leoneses e sevillanos e gallegos, E aunque en parte quieran por via de descognoscimiento fablar vocablos e motes qualque, tantos ende a vera que ninguno destos cambiar non podra, por onde de nescesario cognoscidos son” (Mosé Arragel de Guadalajara, traducción al castellano de la Biblia, 1425) 9. Çatán, çenado, çedal (Cancionero de Baena, hacia 1445) 10. arguarysmo (alguarismo) (Cancionero de Baena, hacia 1445) 11. solviendo (poema cordobés de 1448) 12. El maestre de Santiago afirma que cada vez que vino a Andalucía lo engañaron sus habitantes, “lo qual no sabie si era de la natura de la tierra o de la maliçia de las gentes que en ella bivian” (Crónica de Enrique IV, 1481-2) 13. En Andalucía, así como en todo el sur de España, apenas hay “christianos fieles” (se refiere a judíos conversos), en cuanto a la sinceridad de las conversiones (Tratado del alboraique, 1464-1492). 14. catapases, serimonias, sirios (documentos de la catedral sevillana entre 1475 y 1492) 15. Don Juan de Silva Conde de Cifuentes é Alférez mayor del Pendón Real, fijo de Alonso Tenorio Adelantado de Cazorla, é nieto de Arias Gomez de Silva, fué hombre delgado é alto de cuerpo, é bien compuesto en la proporcion de sus miembros, la cara tenia larga é honesta , la nariz un poco luenga, é la lengua ceceosa. (Hernando del Pulgar, Claros varones de Castilla, 1486). 16. Se falla en las antiguas coronicas e partidas de Espanya e Castilla e otros libros, algunos tan antiguos vocablos que, de vejez, han perdido su lustre e cabida. Hay

1


allende esso en la misma Castilla algunas tan grosseras e ásperas lenguas como es Galizia, Vizcaya, Asturias y Tierra de Campos, que ni aquellas ni lo muy andaluz es hovido por lenguaje esmerado. Ca lo uno, de muy gruesso e rudo, se pierde; e lo otro de muy morisco en muchos vocablos apenas entre los mismos castellanos se entiende [...] E luego que el mote o palabra es de muy andaluz, tan cerrado, que amalaves en el mismo reyno -salvo en aquel lugar solo donde le fablan, se entiende-, luego le rehusan (Gonzalo García de Santa María, Vitae Patrum, 1490). 17. soberado, capacho, alhucema, aljofifar, alfajor son voces andaluzas (Nebrija, 1492 y 1495) 18. Sullo, sullos (morisco de Ocaña, S. XV) 19. “Tú que por este desierto Vas a tal hora sin senda ni luz Yo te conozco por un andaluz Según la loquela te hace diserto” (…) “¿no sientes que so castellano? No hablo tudesco, ni menos toscano Basta que sepas haber yo bebido Las aguas del río sotil sevillano” (Juan de Padilla, poeta sevillano, 1518) 20. o cecear cigano de Sevilla (João de Barros, portugués, 1540) 21. Humiyos, caldiyo (cancionero de Pedro del Pozo, 1547) 22. Los rústicos de Hortaleza usan yegua, en lugar de legua (poeta madrileño Juan Hurtado de Mendoza, hacia 1550). 23. hentil, Hulián, mehor, golgar, gaser, jacer (documentos andaluces a partir del S. XVI). 24. Sofonifa (en lugar de Sophonisba) (Hernando Colón, principios del S. XVI). 25. Si quisieran reprehender que por qué no van muchas palabras en perfecta lengua castellana, digo que, siendo andaluz y no letrado… confirmaba mi habla al sentido de mis orejas, qu’es la lengua materna… (Francisco Delicado, Lozana Andaluza, 1528). 26. Garcilaso dispone en su testamento autógrafo de 1529 que sea enterrado “en San Pedro Mártil”. 27. “Digo que deprendí la ortografía de Castilla la alta, porque soy de Castilla la baxa, y junto a mi tierra dizen zorro y en la vuestra dizen jarro, y acá deximos cueros y allá vosotros odres por ser más elegante vocablo, de manera que más presto se deve escuchar el hablar de un rudo toledano en su çafio razonar que no al gallego letrado ni al polido cordovés. Y aquí daré yo mi alcaldada, ya que todas las otras provincias que son fuera de Castilla la alta son bárbaros a los castellanos, salvo los de la fermosa Andaluzía. La razón es ésta: porque ningunos otros se conforman tanto en

2


el hablar castellano como ellos, salvo que son algo más cendrados o polidos y hermoseadores de sus razones. Y esto no es error, porque no salen fuera del camino real, especialmente que ellos son los que más se allegan al latín [...] Mas ni los gallegos, ni vizcaínos, ni navarros, ni aragoneses, ni portugueses, ni catalanes no conforman sus bárbaras lenguas con los castellanos, como lo fazen los de Castilla la baxa, que son de Toledo acá yuso. Y esto, si no te do la razón, no quiero que me valga. Toledo, con toda el Andaluzía, ¿no fue la última a ganarse de las manos de los moros quando el Rey don Fernando, el que ganó a Sevilla y a Córdoba y a la Frontera? Echados los moros, mandóla poblar de los castellanos, como assí mismo hizieron los católicos reyes de inmortal memoria, don Fernando y doña Ysabel, quando ganaron el reyno de Granada. Pues, ¿de dónde se pobló toda aquella Bélica sino de los hombres y mugeres castellanos que vinieron de Castilla la vieja a poblar el Andaluzía? Mas el ayre, que es tan delicado y gentil, haze las mugeres hermosas y los hombres argullosos y dizen sus palabras agudas que primero las dezían machorrales” (Francisco Delicado, Introd. al Libro III del Primaleón, 1534) 28. “¿Vos no veis que aunque Librixa era muy docto en la lengua latina, que esto nadie lo puede quitar, al fin no se puede negar que era andaluz, y no castellano, y que scrivió aquel su vocabulario con tan poco cuidado que parece averio escrito por burla? [...] En la declaración que haze delos vocablos castellanos en los latinos se engaña tantas veces, que sois forçado a creer una de dos cosas, o que no entendía la verdadera significación del latín, y ésta es la que yo menos creo, o que no alcançava la del castellano, y essa podría ser, porque él era de Andaluzía, donde la lengua no stá muy pura [...] ¿No os tengo dicho que, como aquel hombre [Nebrija] no era castellano, sino andaluz, hablava y escrivía como en el Andaluzía y no como en Castilla?” (Juan de Valdés, Diálogo de la Lengua, hacia 1540) 29. Adonde más polida y copiosamente se habla es en las principales cibdades del Andaluzia y mucho más en Castilla, principalmente en el reino de Toledo. (Marineo Sículo, 1530): 30. Catad no digáis que soys andaluz, por la vida, que tienen vellaquíssima fama los andaluzes. Porque en dezir andaluz luego lo tienen por ladrón; si de Castilla la Vieja, por hombre sano y sin doblez de malicia (Lope de Rueda, finales del XVIII) 31. El capitán Luis Marín “era natural de San Lúcar; “çeçeava vn poco como sebillano” (Bernal Díaz del Castillo, Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, 1568). 32. “Cuán diferente os parece que es la lengua castellana de la andaluza en muchas cosas, cuan diferentes de entrambas en algunos términos la del reino de Toledo [•••] En la Andalucía, pues, no deja de haber sus pronunciaciones en algunas partes extrañas y muy diversas de las castellanas, como en Jaén, Andújar y, en general, todos los andaluces lo son mucho de nosotros en el silbido de la s.” (Damasio de Frías, El diálogo de las lenguas, 1572-3) 33. “¿Parezéos que de los puertos acá no ay ombres que sepan hablar, y que toda la elegancia de nuestra lengua está en sólo los castellanos? [...] ¿Pensáis que es tan estrecha el Andaluzía como el condado de Burgos, o que no podemos usar bocablos 3


en toda la grandeza de esta provincia, sin estar atenidos al lenguaje de los condes de Carrión i los siete ynfantes de Lara? Si no os contenta el uso de aquellos bocablos, que sois castellanísimo de Burgos, a nosotros, que somos andaluzes, no parezen merezedores de olbido” (Fernando de Herrera, Controversia sobre sus Anotaciones a las Obras de Garcilaso, 1580) 34. “Mire mucho el estudiante no confunda la s con la c o con la z, diciendo o escribiendo, v.g., sera por cera, siento por ciento…” (Juan Sánchez, 1584, maestro que editó una gramática en Sevilla). 35. “No es razón que los páparos –aldeanos- de Castilla vengan a enseñar a los andaluces toledanías, porque oiréis acá grandes primores de gentes de talanquera” (Juan de Pineda, 1589). 36. Encenced, pues, la luz Ah, mancebo Palabras suficientes para que su interlocutor diga: Aqueste viejo es en la habla andaluza (Dice uno de sus personajes: Lope de Vega) 37. Un arriero tiene “seis almudes de cebada”, lo que lo identifica como andaluz. (Lope de Vega) 38. “Siendo yo muchacho [1546-47], la pronunciación de los andaluces en España [... Bethicorum in Hispania...], y sobre todo la de los sevillanos [... atque Hispalensium máxime ...], era la misma que la de los castellanos de ambas Castillas, y el sonido era del todo semejante; cuya diversidad resultó tan grande al cabo de veinte años [1566], que, a no ser por la diferencia de algunos vocablos, no distinguirías en nada a un sevillano de un valenciano, ya que ambos truecan la s por la zz, y al revés, la zz o ç castellana por la s [...] Pero esto, no nacido de la naturaleza del aire andaluz, que es puro y saludable, sino de la negligencia o incuria o del vicio de la gente, y de la indulgencia de las madres, lo que fácilmente se demuestra y deduce de que la antigua y común pronunciación todavía [1588] se guarda entre buena parte de los viejos más graves, y de que no pocos de los jóvenes mejor educados la practican, bien y fácilmente repetida” (Benito Arias Montano, De varia Republica sive Commentaria in Librum iudicum. 1592; se incluye a Arias Montano entre los autores andaluces, dado que su lugar de origen, Fregenal de la Sierra, ha estado históricamente vinculado a Sevilla). 39. “y estando en esto, sentí cecear, como que llamauan a alguno para que uiniesse”. (Agustín de Rojas, El viaje entretenido, 1603). 40. “Muchas personas y lugares pronuncian mal la s poniendo en su lugar c y otros al contrario, esto podrá el Maestro quando son los niños pequeños enmendarles” (Cristóbal y Juan Bautista de Morales, 1605, maestros en Córdoba, Sevilla y Cádiz).

4


41. “I aunque andan trocadas entre Andaluzes, reino de Toledo i Castellanos viejos, la ç por s y la z por ç, quien atentamente las considerare hallará el vicio: el cual, como está dicho, sería confusión mui grande quererlas dar a conocer en su verdadero uso por arte o método, en especial si uviésemos de referir qué vocablos i en qué ocasiones avernos de usar de unas u otras letras... Lo que yo más advierto es, en lo que también conosco que yerro algunas vezes por descuido, porque me vuelvo al natural como la gata de Venus, i pecado jeneral en los Andaluzes, de que no se an escapado los Castellanos todos, poner ç por s i z por ç, o al revez” (Mateo Alemán, Ortografía castellana, 1609). 42. yorando, yegándose, yamando, alludalla, lla (ya) (Historia de la doncella Arcayona, escrita por un morisco andaluz en 1609) 43. “Los que son pusilánimes, descuidados y de pecho flaco suelen no pronunciar la h en las dicciones aspiradas como eno por heno y umo por humo, etc.” (Covarrubias, 1611). 44. “Con este vocablo [cebollas] pruevan a los que sospechan de ser moriscos, porque pronuncian sebolla, y aun los andaluzes y valencianos, y gente de cerca de la mar.” (Covarrubias, 1611). 45. “Si los maestros de escuela tuvieran este cuidado y advertencia como los antiguos, no hubiéramos llegado a tanta infelicidad y a estar tan infamados con las naciones y pueblos de Castilla los sevillanos.” (Juan de Robles, El culto sevillano, 1612) 46. “En Salamanca son conocidos en esto los Sevillanos i Valencianos, i aun los de la costa de la Andaluzía, que truecan estas letras ç i s, i quando an de dezir çena dizen sena, i por desierto decierto, i quando por cierto por sierto, más por descuido i inadvertencia que por vicio de la tierra” (Bernardo de Alderete, Varias antigüedades de España, 1613). 47. “Preciosa que como gitana hablava ceceoso, y esto es artificio en ellos, que no naturaleza” (Cervantes, La gitanilla, 1613). 48. “La c con cedilla [se convierte] en s, y la s en c en Español en algunas tierras por vicio de naturaleça [por defecto personal de sus lenguas] en algunas personas, y en otras por afeminarse, en otras por ser recivida en la tierra; y como que naturaleça da la tal pronunciación, aunque corrompida, pasa; como en Sevilla ordinariamente convierte la S en C y pienso que de vicio, diciendo Cevillano, ceñor, ci. En Valencia al contrario, y aquí no es vicio, sino natural pronunciación de aquel Reyno, por c ponen s, como diciendo Mersed, Sapato, Sedaso, Alcusa, y assí a lo sevillano llamamos zezear y a lo valenciano sesear”. (Bartolomé Ximénez Patón, Epítome de la ortografía latina y castellana, 1614). 49. Sólo me atengo a la lengua que llaman de Castilla, porque ella florece tanto en pleitos como en otras cosas de importancia, porque siempre se habla castellano en cada provincia y reino, aunque y o le prometo a V. M. que a mí me agrada mucho más la lengua andaluz que ninguna otra. Ni aun la castellana no le llega con muchos quilates, que no ha mucho tiempo que se hablava muy grosseramente en Castilla G.: Según me dize, ¿la lengua andaluza se llama acá en nuestra Francia castellana? 5


A.: Sí, señor, que aunque sea la mesma que la castellana, con todo esso, yo la hallo mejor y más delicada G.: De essa manera, será menester leer los libros impresos en el Andaluzía para aprender el español, antes que los que son impresos en otro reino A.: También puede tomar los que están impresos en Castilla la Vieja y Nueva, como en Alcalá, Madrid, Valladolid, Burgos y otras semejantes, porque miran lo que hazen cuando imprimen. Mas en el Andaluzía se han de tomar los que están impresos en Sevilla, Granada, Córdoba y otras, porque, como ya he dicho, la lengua y la impresión es más fácil, dulce y de mejor pronunciación. Los que están impresos en Valencia, Saragoça, Barcelona, Lisboa y otras de estos reinos son más en duda de su buen estilo ... (…) Concurriendo a estas partes [la corte, las universidades] mucha gente de diversas partes i que habla una misma lengua castellana… se conoce cuál es de Castilla la Vieja, cuál de la Nueva, quién de Extremadura i quién del Andaluzía… por solo el modo de hablar… A mí me agrada mucho más la lengua andaluz que ninguna otra. Ni aun la castellana no le llega con muchos quilates… Será menester leer los libros impresos en el Andaluzia para aprender el español, antes que los que son impresos en otro reino… porque la lengua y la impresión es más fácil, dulce y de mejor pronunciación. (Ambrosio de Salazar, Espejo general de la gramática, 1614). 50. “Denota bravosidad quitar las letras a las palabras, como Erez, arro, por jarro y Jerez (Suárez de Figueroa, 1617). 51. Julio, de barba cerrado habla por tiple y sesea; y hará cualquier cosa fea un hombre tiple y barbado (1621-1623, Tirso de Molina, La fingida Arcadia) 52. “Un mozuelo sevillano, cerrado de lengua, gran persona de equivocar la ss con las ces.” (Alonso Jerónimo Salas Barbadillo, 1623). 53. En el último capítulo de El Buscón, que acontece en Sevilla, el protagonista recibe el siguiente consejo de un pícaro sevillano: "y haga vucé de las g, h, y de las h, g. Diga conmigo: gerida, mogino, gumo, pahería, mohar, habalí, y harro de vino". (Quevedo, 1626). 54. “I se konvenze kon la suavidad del zezeo de las damas sevillanas, ke hasta los onbres le imitan por dulze. I aun el nonbre zezeo i el verbo zezear i la boz ze kon ke llamamos, se eskriven kon ella. No fue natural el zezear en los primeros sino afetazión, i en los suzesores mala kostunbre en ke se krían. Vése klaro en ke lo pierden viniendo a Kastilla, i en estos dos nonbres kasa en ke se bive y kaza de monte, ke los truekan komo de industria, i por la kasa dizen kaza, i por kaza dizen kasa, i ansí otros, ¿Ké maior evidenzia puede aver para konvenzer ke no es natural

6


sino maña? (Gonzalo Correas, extremeño, Ortografía kastellana nueva y perfeta, 1630). 55. “afligir se dice poniéndose la lengua de forma que obra el sonido gir al principio del cielo de la boca; coger, un poco más adentro; Juan y jamás, un poco más adentro; xabón, entrándose tan adentro que casi se dobla hacia la garganta y suena guturalmente, de que ha nacido el barbarismo de poner la h por ella, diciendo habón, y llevándose tras sí la jota y g, con que dicen algunos Huan y muher, especialmente los negros bozales y los que vilmente los imitan.” (Juan de Robles, 1631). 56. “entre los barbarismos del mal modo de escribir”, “decir azar por asar y al contrario” (Juan de Robles, 1631). 57. “Vicio es notable usar de la s por la c cedilla i costumbre de los sevillanos” (Nicolás Dávila, Compendio de ortografía castellana, 1631). 58. [los daños que nuestra lengua padece] por el zecear en esta parte de occidental de el Andaluzia donde comúnmente mudando las ces en eses por dezir caça dizen casa… lo que admira en esta viciosa pronunciación es que, queriendo el ceceoso dezir “El cura a casado oy dos grandes siervos de Dios” dirá “El cura a caçado oy dos grandes ciervos”. (Juan Villar, 1631). 59. “Los andaluces, de valientes, feos Cargados de patatas y ceceos” (Francisco de Quevedo, Poema heroico de las necedades y locuras de Orlando el enamorado, 1635). 60. Pronunciar gixo [hijo con aspirada inicial] es ‘muy andaluz’ (Baltasar Gracián, El Criticón, 1651). 61. “zezeaba uno tanto, que hazía rechinar los dientes, y todos convinieron en que era andaluz o cigano”. (Baltasar Gracián, El Criticón, 1651). 62. De los daños del zecear y sesear y sus remedios: [Los daños que nuestra lengua padece] por el zecear en esta parte occidental de el Andalucía, donde conmúnmemte mudando las cees en eses por dezir caça dizen casa, por cebo, sebo, por caço caso, por maça masa y assí de sus semejantes: y por el contrario las eses convierten en cees, como si por dezir casa dixésemos caça, y assí de las demás. También convierten las jotas en gees y equis en aches, diziendo por joya hoya, por girón hirón y por xabón habón. También los Balencianos se inclinan más a las eses de lo que la buena ortografía permite y de ambos vicios da la causa Bartholomé Giménez, litter. C., diziendo: serlo el suelo y naturaleca de estos Reynos, cuyos naturales son más flexibles y blandos que los demás de España y assí teniendo en sus principios este vicio menos de resistencia, a venido a parar en costumbre envejezida, que ya passa por naturaleza. Lo que admira en esta viciosa pronunciación es que, queriendo el ceceoso dezir: El cura a casado oy dos grandes siervos de Dios, dirá: El cura a caçado oy dos grandes ciervos, etc., y no avrá medio con que hazerle pronunciar lo que se pretende, que es casado y siervos, sino pedirle que pronuncie lo que se huye, que es caçado y ciervos, y assí en otras

7


innumerables diciones, por lo qual este vicio abre puerta a la malicia de los que con tales equivocaciones, después de aver dañado mucho, fácilmente se disculpen diziendo que son ceceosos. Fuera fácil remediar este vicio (o no muy difícil) si lo tomaren por su cuenta los maestros de leer y enseñar a los niños... (P. Juan Villar, jiennense, Arte de la lengua española, 1651). 63. Los andaluzes… “siempre pronuncian c por s i s por c (como h por j i j por h)” (Juan Luis de Matienzo, 1663). 64. “Los Castellanos jamás usan de la letra H, y aunque precisamente la pidan diferentes palabras, en su boca no se oye el mas leve indicio de aspiración: lo que no sucede en Andalucía, y en casi toda la Extremadura, donde se habla con tan fuerte aspiración, que es dificultoso discernir si pronúncian la H, ò la J. Nadie ignora la diversa pronunciación de los Asturianos y Gallegos, y lo familiar que es entre los Andaluces el trueque de la S por C, de que nace el cecéo con que naturalmente hablan: y siendo esto tan contrário a la común pronunciación, palpablemente se reconoce que no hai uniformidád en el uso de la Lengua (Real Academia Española, Diccionario de Autoridades..., T. I, 1726). 65. "Nadie ignora... lo familiar que es entre los andaluces el trueque de la s en c, de que nace el ceceo con que naturalmente hablan". (RAE, Diccionario de Autoridades, Proemio de la Ortografía, 1726, § 19). 66. “Un caballero tan lijero Que era en la carrera rayo, Y en la color era overo, Andaluz en lo arrogante” (Romancero General) 67. Aspiración de F- latina vinculada a personajes incultos y campesinos (Sainetes de Ramón de la Cruz, segunda mitad del S. XVIII). 68. Yama, aqueya, nubeciya, yagamod en boca de danzantes andaluces (Sainetes de Ramón de la Cruz, segunda mitad del S. XVIII) 69. “en la pronunciación [de Villanueva de Córdoba] no pude distinguir el seseo de los andaluces, pero claramente observé que pronunciaban la h con la fuerza con que se pronuncia en toda la Andalucía” (José Celestino Mutis, Relación diaria, 1766). 70. PEDRO.

Pues bien; vaya usted poniendo: Don Antonio de Oropesa ...

TADEO.

Oropeza.

PEDRO.

Dicho y hecho: con zeta lo ha puesto usted.

TADEO.

Ya verá usted cuál lo enmiendo.

8


PEDRO.

Vaya usted a escribirle al Rey de Argel, andaluz podenco, que yo noto en castellano (Juan Ignacio González del Castillo, Sainetes, h. 1780-1790)

71. CECEAR: pronunciar la s como c, o la c como s. Danle el Fr. Grasseyer, begayer. El Lat. Balbutire y el It. Balbetare; pero rigurosamente en todos estos idiomas significa tartamudear, lo cual es muy distinto del cecear. V. CECEÁR, se llama también por hablar con cierta especie de silvido: de modo que suena mucho la s. CECEÁR, llamar blandamente. Fr. appeller quelqu’un doucement. Lat. Blande compellare: también se dice por encomendar o dar a entender que se guarde silencio. V. Algunos dicen sesear en lugar de cecear. CECEO: La acción de cecear o de mudar o trocar la s y la c. Fr. Grasseyement. Lat. Linguae haesitatio, litterarum s & c inversio. CECEOSO, SA, el que cecea como silvando o trocando la s y c. Fr. Qui grasseye. Lat. Blaesus, a. It. Balbo (Esteban de Terreros y Pando; Diccionario castellano con las voces de ciencias y artes, 1786). 72. Los jojos, las jorejas, probes jandrajos; “en balde el viaje das/porque [Jusepe] es tonto rematao; (…) él allá se las jarree ‘se las arregle, componga’, /que yo me retiro al rancho; mal de jojo, qué jojos. (Gaspar Fernández de Ávila, La infancia de JesuChristo, h. 1784). 73. los pastores malagueños hacen -l muchas -r: cuelpo, pelvelso (Gaspar Fernández de Ávila, La infancia de Jesu-Christo, h. 1784). 74. Soy de sentir que si se quiere aumentar nuestro diccionario, sobre todo de voces freqüentativas, imitativas, aumentativas y diminutivas, es necesario recurrir al lenguage no escrito de nuestras provincias meridionales, donde las ideas generales, por la mayor delicadeza, volubilidad y calor de la fantasía de sus moradores, se han subdividido y modificado en un mayor número de ideas secundarias ó relaciones parciales, y por conseqüencia de estas modificaciones de cada idea principal ha nacido tanta diversidad de palabras derivadas simples y compuestas que por no leerse en graves autores, que pudieron muy bien ignorarlas, quedan tildadas como caprichosos signos de la habla común de las provincias (Antonio de Capmany, Observaciones críticas sobre la excelencia de la lengua castellana, 1786) 75. De Andaluces y Andaluzas Vi una grei tan numerosa Que dudé si estaba en Cádiz En medio de la Recoba.

9


Oí zalameras voces He veinte Damas ceceosas. Las unas ya mui gayinaz Y las otras aun muí poyaz (Tomás de Iriarte, Romance en que se describe un ridículo baile casero, fines del s. XVIII)

76. “Y el Andaluz responde: Calle, Hermano: Puez yo tampoco a Uzted ze la jacía; a eze potrico zí, que ez mi Paizano”. (Iriarte, finales del XVIII).

77. “La voz de aquella mujer. ¿Qué lenguaje hablaba? Ya... era que se comía la mitad de las palabras y las otras las remataba con un dejo... ¡ay!, si era una andaluza (...) La tal charlaba, charlaba en su graciosa lengua andaluza...” (Galdós, El doctor Centeno, 1883) 78. “A los que nacimos y vivimos en el Norte, esa espontaneidad, esa gracia que tienen las andaluzas nos causa una impresión inexplicable. De mi sé decirle que no encuentro música más grata que el acento de usted. Me pasaría las horas muertas oyéndola hablar. Y no sólo por la gracia y el encanto que tienen sus palabras, sino porque adivino en usted un corazón tierno y apasionado” (A. Palacio Valdés, La hermana San Sulpicio, 1889) 79. “Si pronunciamos ombre, onra, ijo, sin aspiración ni alforjas, ¿a qué ton emos de pegar a estas palabras aquella h arrimadiza, que no es letra ni calabaza, sino un recuerdo, o un punto aspirativo? Y si se debe aspirar con la h siempre que se pone, ¿por qué nos reímos del andaluz cuando pronuncia jijo, jonra, jombre? Una de dos: o él jabla bien, o nosotros escribimos mal.” (Padre Isla, 1813). 80. “Cuando hace buen tiempo y la parte femenina del pasaje no está afectada por el miedo o los mareos, los pasajeros entablan la alegre barahúnda propia del carácter de los andaluces y que se conoce con el viejo nombre español de arana, pero pronunciado con la aspiración meridional en su primera sílaba, es decir, como si estuviera escrito jarana, o harana para un inglés”. (Blanco White, 1821) 81. “La cordobesa, por lo común (y entiéndase que hablo de la jornalera ó de la criada, y no de la dama elegante é instruída), aspira la hache”. (Valera, 1872). 82. “Las eses finales se le convertían [a Fortunata] en jotas, sin que ella misma lo notase ni evitarlo pudiera, y se comía muchas sílabas”. ( Galdós, Fortunata y Jacinta, 1886) 83. ezta, Dioz, contéztame, limozna (escritores costumbristas, SS. XVIII y XIX) 84. Sobre un diputado algecireño de las Cortes de Cádiz “cuya pronunciación ceceosa y gutural, aun entre andaluces, daba que reír”. (Alcalá Galiano, S. XIX). 10


85. 'No puedo tragar a esa gente entre la que usted vive; me parecen huecos, inconsistentes, realmente tontos. El andaluz es en España una especie inferior, por mucho talento que tenga es memo por dentro, yo no los resisto (Miguel de Unamuno, en carta privada a un coterráneo y comilitante suyo): 86. “En política, en literatura, en arte, en elocuencia, sobre todo, nos tienen perdidos” (Unamuno, 1901) 87. «Mare, me jeché arena zobre la quemaúra Te yamé, te yamé dejde er camino... ¡Nunca ejtubo ejto tan zolo! Laj yama me comían, mare, y yo te yamaba, y tú nunca benía!» (Juan Ramón Jiménez, 1909-1912) 88. Sesear 1. intr. Fon. Pronunciar con algún alófono de /s/ el fonema representado por las letras s, z o c seguida de e o i. Cecear1: 1. intr. Fon. Pronunciar con un sonido ciceante el fonema representado por las letras s, z o c seguida de e o i. cecear2: 1. tr. Llamar a alguien diciendo ce, ce. (DLE, 2014).

11


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.