José Sánchez del Río 10 02 2017

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Iglesia | de los crucificados

ÍNDICE ÍNDICE

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SINOPSIS

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PRESENTACIÓN

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1. ORACIÓN POR LAS VÍCTIMAS DE LA VIOLENCIA 2. PALABRA DE DIOS 3. HISTORIA DE LA SALVACIÓN EN Y DESDE LA DIÓCESIS DE ZAMORA 4. JOSÉ SÁNCHEZ DEL RÍO, MARTIRIZADO POR ODIO A LA FE 5. CONTRA LA CONSAGRACIÓN INSTITUCIONALIZADA DE LA VIOLENCIA 6. PRAXIS PASTORAL: AYUDAR A LOS CRUCIFICADOS A BAJAR DE LA CRUZ 7. CANTOS

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IGLESIA DE LOS CRUCIFICADOS EN CONTEXTOS DE VIOLENCIA (Uruapan 2017) Autor: Roberto García González Universidad de Innsbruck Agradecido con el P. Rodrigo, por su amistad, surgida de la mutua admiración moral. Virgilio era para su amigo Horacio su mejor estímulo intelectual. SINOPSIS: El núcleo duro de la violencia hunde sus raíces en el deseo de poder y muestra sus síntomas en la superficie epifenoménica del tejido social desintegrado. Desde ese punto de partida la causa material de la violencia es el deseo de poder. Su causa formal es la consagración del poder, como si su violencia arbitraria fuera voluntad de Dios. Su causa eficiente es la lucha frenética por el poder entre rivales y la causa final de la violencia es la maldición de los crucificados mediante un asesinato simbólico-ritual o de facto, como si el mismísimo Dios maldijera a los crucificados. A contracorriente el Evangelio dice «no» al deseo violento del poder, el cual ha sido redimido por Cristo cabe la cruz. Seguirlo exige tomar la cruz de cada día por la vía de la solidaridad en el sufrimiento con la Iglesia de los crucificados en y desde los contextos de violencia. En virtud de la redención, Cristo puede liberar a sus discípulos de la búsqueda obsesiva impulsada por el deseo violento de poder. Por la redención del deseo de poder yo, junto con Jesús, „¡Te alabo Padre […] porque así te ha parecido bien!” (Mt 11, 25-26; Lc 10,21). PRESENTACIÓN En este opúsculo con siete incisos ofrezco a mis colegas presbíteros un enfoque complementario para la recepción de las reliquias de San José Sánchez del Río en nuestras parroquias de la Foranía Uruapan-Oriente. Quizá les sirva para encarnar sus catequesis y homilías en los difíciles contextos de violencia. Como pastores del Pueblo de Dios nos preocupa que los subsidios catequéticos publicados oficialmente hasta hoy por nuestra Diócesis se interesen más bien en echarle incienso al poder, que en redimir la memoria de los crucificados y en rescatarlos del olvido. Los cinco incisos centrales (2-6) pueden complementar las catequesis publicadas oficialmente en nuestra Diócesis de Zamora por la comisión responsable sea de la

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Evangelización o de la Pastoral Juvenil. Al principio aparece en el primer inciso de este opúsculo la así llamada Oración por las Víctimas de la Violencia, que puede ser utilizada en cada tema, y en el inciso final incluyo algunos cantos y links de Internet como material audiovisual auxiliar en la exposición didáctica de las catequesis. El enfoque complementario de este opúsculo se interesa más bien por el origen de la violencia en el mismísimo seno de la religión que por el celofán del tejido social, político y cultural que la envuelve. Así pues la violencia en México tiene origen en las instituciones que consagran la violencia mediante la religión, por ejemplo convierten a las víctimas en mártires, entrelazan la lucha por el poder con la voluntad de Dios y favorecen la rivalidad mediante la confrontación entre los grupos de poder dentro de las instituciones religiosas. De esta forma los órganos de gobierno en el cristianismo imitan el deseo de poder y su consecuente rivalidad presente en todas las religiones desde los orígenes de la humanidad. Por esta razón el origen socio-antropológico de la violencia es propiamente el deseo de poder que lleva a la rivalidad. La religión se vuelve violenta cuando consagra la lucha por el poder y atribuye la ejecución de las víctimas a la voluntad de Dios para lavarse las manos, como si Dios tomara partido a favor de los violentos y maldijera a los crucificados. El verdadero Dios de los Evangelios en cambio nos muestra un rostro completamente opuesto a la careta del ídolo falso de la religión violenta, porque siempre está cabe la cruz con el Crucificado. Así pues el sufrimiento de cada crucificado deja escuchar potentemente también hoy el grito de Cristo crucificado desde la cruz: „¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?” (Mt 27,46; Sal 22(21),2. Ése es el grito del Amor crucificado de cuyo costado herido brota el cristianismo no violento. El retorno hacia esta fuente exige evangelizar también a los líderes religiosos, que con su deseo de poder rivalizan entre sí y han hecho violentas las instituciones religiosas. La paz y la reconciliación „es obra de Dios, quien nos reconcilió con él por medio de Cristo” (2Cor 5,18). Cristo nos „reconcilió con Dios en un solo cuerpo por medio de la cruz, dando muerte en su persona al odio” (Ef 2,16). Por eso „Cristo es nuestra paz” (Ef 2,14). El don de su paz nos sale al encuentro gracias al abrazo redentor de la cruz y nos interpela en el sufrimiento provocador de cada uno de los crucificados. El mártir San José Sánchez del Río es también uno de ellos. 1. ORACIÓN POR LAS VÍCTIMAS DE LA VIOLENCIA Cristo Rey, tú eres nuestra paz. Mira nuestra Patria dañada por la violencia y dispersa por el miedo y la inseguridad. Consuela el dolor de quienes sufren. Da acierto a las

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decisiones de quienes gobiernan. Toca el corazón de quienes olvidan que somos hermanos y provocan sufrimiento, extorsión, secuestro y muerte. Dales el don de la conversión para bien del país y de sus propias almas. Protege a las familias, a nuestros niños, adolescentes y jóvenes, a nuestros pueblos y comunidades. Extiende tu reinado social en toda nuestra Patria. Que como discípulos misioneros tuyos, ciudadanos responsables, sepamos ser promotores de justicia y de paz, para que en ti nuestro pueblo tenga vida digna, reines tú y termine la violencia en toda la nación mexicana. Santa María de Guadalupe, intercede por tu pueblo ante tu Divino Hijo, te imploramos. Amén

2. PALABRA DE DIOS Heb 11,32.35-38 „¿Para qué seguir hablando sobre el poder de la fe? […] Algunas mujeres recobraron resucitados a sus maridos. Otros, sometidos a las torturas, prefirieron no ser rescatados, para alcanzar así la resurrección. Otros sufrieron la prueba de burlas y azotes, fueron encadenados y encarcelados. Otros, fueron apedreados, aserrados, destrizados y muertos a cuchillo. […] Estos hombres, de los cuales no era digno el mundo, tuvieron que vagar por desiertos y montañas, por grutas y cavernas”.

Heb 12,1-3 „Por lo tanto, nosotros, rodeados de una nube tan densa de testigos de la fe, dejemos todo lo que nos estorba […] con la mirada fija en Jesús, autor y consumador de nuestra fe. El cual, por la dicha que le esperaba, sufrió la cruz, despreció la humillación, sin temer la ignominia, y por eso está sentado a la derecha del trono de Dios. Mediten, pues, en el ejemplo de aquel que quiso sufrir tanta oposición […] y no se desalentarán”.

Flp 2,5-8 „Tengan los mismos sentimientos de Cristo Jesús, quien, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de ser igual a Dios; sino que se hizo nada […] haciéndose semejante a los hombres. Y mostrándose humanamente se humilló, se hizo obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz”.

3. HISTORIA DE LA SALVACIÓN EN Y DESDE LA DIÓCESIS DE ZAMORA Con la mirada atenta ante el drama del sufrimiento en nuestra Diócesis de Zamora vienen a nuestra memoria los siguientes relatos desde el reverso y desde abajo de

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nuestra historia de la salvación como Pueblo de Dios en Zamora antes de la Cristiada: „Los grandes edificios de la Iglesia como el seminario, el convento de las Teresianas y la catedral nueva en construcción [después llamada catedral inconclusa] se utilizaron para el alojamiento de tropas[...]. En el caso del palacio episcopal se instalaron desde ese momento oficinas gubernamentales“.1 „Los templos no fueron saqueados[...], pero en el seminario fue desvalijada la biblioteca y solamente se salvaron los libros que el sacerdote Miguel Serrato sacaba de noche. Se ignora para qué querían los libros las tropas; seguramente su destino no fue la lectura ya que en los tendajones de la ciudad comenzó a ser común que el papel de esos libros sirviera para envolver paquetes de sal“.2 „Se dice que el obispo Núñez tuvo que salir disfrazado de campesino para no ser arrestado por el ejército, otros sacerdotes se ocultaron para evitar el encarcelamiento o el destierro; el obispo regresó a la diócesis hasta 1919“.3 „El obispo Núñez no abandonó su objetivo de llevar a la práctica las conclusiones de la Dieta; seguía convencido de la urgente necesidad de mejorar las condiciones de vida de los trabajadores mediante la armonía entre capital y trabajo para evitar la expansión de la violencia“.4

Tras el ataque a la imagen de la Virgen de Guadalupe en la basílica de la Ciudad de México con una bomba, que estalló el 14 de noviembre de 1921, el Sr. Obispo Núñez organizó una peregrinación de desagravio y la Asociación Católica de la Juventud Mexicana convocó una protesta en Morelia. A causa de los enfrentamientos con grupos anticlericales murieron durante esa manifestación cuatro católicos. Así se gestó poco a poco el conflicto religioso de la Cristiada en el contexto regional de la Diócesis de Zamora Si bien el cuarto obispo de Zamora Manuel Fulcheri permaneció durante la Cristiada fiel a la Diócesis de Zamora dentro del territorio nacional, muchos otros obispos abandonaron el país, a sus sacerdotes y laicos. Mons. Fulcheri desafió las adversidades del conflicto religioso durante los años más críticos de la Cristiada y con ayuda de la Acción Católica continuó la pastoral social 1

HERNÁNDEZ MADRID, Miguel Jesús, Dilemas posconciliares: Iglesia, cultura católica y sociedad en la Diócesis de Zamora, Michoacán (Zamora, El Colegio de Michoacán 1999), p 89. 2 Ibidem. Por su parte Hernández cita la obra de MAGAÑA, Agustín, La diócesis de Zamora. Memorias (Morelia, Filmax 1983), p. 111. 3 Ibidem. 4 Ibid., p. 89-90.

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impulsada por Mons. Núñez. Aunque sin el protagonismo de otros prelados se acercó al Gral. Obregón como interlocutor, para resolver el conflicto religioso. Se identificó más bien con los cristianos perseguidos y con la Iglesia de los mártires que con la ofensiva del movimiento armado subversivo de la Guerra Cristera. Por un lado Mons. Fulcheri consideraba a la Iglesia todopoderosa como promotora de la paz, y por el otro invencible ante el ataque de los poderes del infierno.5 La violencia escaló en 1923 a causa de la expulsión del Delegado Apostólico Ernesto Eugenio Filippi y luego en el centro de la ciudad de Zamora hubo enfrentamientos durante la visita del General Calles como candidato presidencial. A raíz de ello fueron restringidas las expresiones públicas de tipo religioso. En 1924 se prohibió el tañido de las campanas en las Iglesias y la población reaccionó con desobediencia civil. Mons. Fulcheri ordenó la suspensión del culto y fue expulsado con violencia y arrojado a la calle por la policía municipal. En abril fue clausurado el Seminario de Zamora. Luego el Gobierno restringió el número de sacerdotes autorizados para ejercer el ministerio: en Zamora sólo nueve, entre ellos el propio Obispo. Mons. Fulcheri evitó los enfrentamientos con la estrategia de resistencia pacífica, consideraba en efecto la protesta como un deber de conciencia, pero quizá pensaba que bastaba la publicación de cartas pastorales de protesta. Tras la clausura del Seminario varios de sus profesores y alumnos se enlistaron como combatientes: la mayoría murió en campaña. Después de la suspensión del culto de 1926 comenzaron los frecuentes asesinatos y fusilamientos de la Liga o de la ACJM en la región. El P. Agustín Magaña enjuicia sumariamente la situación de violencia de aquellos tiempos así: „Si se hubiera cedido, poco a poco, sin guerras, con resistencia pasiva, al cabo de años se hubiera logrado lo que con sangre no se logró sino a medias y en largo tiempo”.6

En el verano de 1927 José Sánchez del Río fue admitido en las filas cristeras por el Gral. Rubén Guízar Morfín. Ahí su servicio era atender los caballos, aceitar los fusiles y ayudar en la preparación de los alimentos. Los federales los capturaron, junto con un joven indígena llamado Lorenzo. De Cotija los trasladaron a Sahuayo el martes 7 de febrero de 1928 y el viernes 10 de febrero fue martirizado „por Odio a la Fe” según el decreto de reconocimiento del Papa San Juan Pablo II, quien lo beatificó. El 16 de octubre de 2016 fue canonizado por el Papa Francisco. La Iglesia está ahí donde están los crucificados. José Sánchez dejó su huella en la historia desde abajo y desde el reverso, no desde el centro del poder. 5 6

Cfr. Ibid., p. 93. MAGAÑA, Agustín, La diócesis de Zamora…, p. 130.

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4. JOSÉ SÁNCHEZ DEL RÍO, MARTIRIZADO POR ODIO A LA FE El humo del incienso no logra difuminar los motivos políticos del martirio de José Sánchez del Río con relatos piadosos para solteronas. El mismo San Juan Pablo II reconoce el 22 de junio de 2004 en el decreto para la beatificación de José Sánchez, que el motivo político de su martirio es literalmente por „por Odio a la Fe”, y por su parte el Papa Benedicto XVI aseveró que los trece mártires de la Guerra Cristera eran „cristianos activamente comprometidos con la defensa de la libertad religiosa y de la Iglesia”. Cuando el Ejército Mexicano asesinó a Joselito el 10 de febrero de 1928, éste aún tenía 14 años de edad. La crueldad del odio a la fe del Estado Mexicano desenmascara así las dimensiones monstruosas de la violencia ante un adolescente que defiende, casi dos décadas antes que la Declaración Universal de la ONU, el derecho del pueblo mexicano a la libertad religiosa. Mientras él murió con la proclama en sus labios „¡Viva Cristo Rey!” y „¡Viva la Virgen de Guadalupe!”, la Iglesia mexicana vivió recluida las décadas posteriores hasta 1992 a consecuencia del olvido ideológico de sus hijos mártires. La represión política anti-religiosa obligó a la Iglesia a abandonar muchas expresiones públicas de la religiosidad popular e incluso a desplazar algunas solemnidades litúrgicas al domingo próximo, por ejemplo: el Corpus, la devoción al Sagrado Corazón y la Ascensión del Señor. Nuestra Iglesia diocesana esperó hasta el 27 de septiembre de 1995, para proponer la introducción de la causa del Niño Mártir. Las siguientes expresiones de Joselito muestran, cómo la violencia de aquéllas décadas influyó en su manera de hablar y vivir, a tal punto que le arrebató la candidez de la mocedad y con ello también el derecho a la vida:  1927: Joselito pide ante la tumba del mártir Anacleto González la gracia del martirio e insiste a su madre que lo deje partir a las filas cristeras. ¿Qué tipo de país puede dejar morir así a sus niños? ¿Dónde estaban los pastores de la Iglesia diocesana de Zamora durante el martirio de José Sánchez del Río?  1927: En el verano Joselito fue admitido en las filas cristeras con el permiso de sus padres. En Cotija prestó el servicio de atención a los caballos, lubricación de fusiles y preparación de alimentos. ¿Qué futuro le espera a una sociedad, que deja a sus niños y adolescentes no sólo jugar con las armas, sino también los instruye para que sepan lubricarlas y peor aún, los entrena, para atacar con ellas? ¿Cómo conseguir la paz, mientras los prepara para la guerra?

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 1927: En campaña decía Joselito a sus compañeros: „Hay que pelear con fe”. El Gral. Rubén Guízar Morfín lo nombró su clarín y abanderado de la tropa. El mismo Papa Benedicto criticó en el Discurso de Ratisbona (2006) la violencia del Islam, que difunde la fe por medio de la espada y agrega con Manuel II Paleólogo lo siguiente: „Quien quiere llevar a otra persona a la fe necesita la capacidad de hablar bien y de razonar correctamente, y no recurrir a la violencia ni a las amenazas”.  1928: Tras una escaramuza el 6 de febrero las tropas federales capturaron a Joselito, junto con un joven llamado Lorenzo. Los maniataron y los llevaron a Cotija con golpes e insultos. ¿Por qué Lorenzo ha sido olvidado o dejado de lado en esta causa de canonización? ¿Es otro caso de un indígena discriminado en la versión oficial de la historia?  1928: El 7 de febrero lo sentencian a muerte en Sahuayo. Joselito ha peleado como los hombres. Preso en el templo parroquial de Santiago Apóstol mata unos gallos y con su camisa limpia el altar. A raíz de eso Joselito enfurece al Diputado Rafael Picazo Sánchez y le suplica a éste el 8 de febrero: „¡Fusílame!”. Lo obligan a presenciar la muerte de su amigo Lorenzo y se dirige a sus verdugos así: „¡Vamos, ya mátenme!”. Aun así sólo querían asustarlo y lo encerraron de nuevo. ¿Hasta qué punto la furia por los gallos muertos decide el martirio de Joselito, dado que antes Rafael Picazo no tenía intención de mandarlo fusilar?  1928: El 10 de febrero dio el Diputado Rafael Picazo la orden de matar a Joselito. A las 11 de la noche desollaron sus plantas, lo apuñalaron con verduguillos en las piernas, brazos y partes no vitales. Finalmente Rafael Gil Martínez sacó su pistola y le disparó el tiro de gracia detrás de la oreja derecha. Mons. Carlos Suárez escribe al respecto lo siguiente: „[…] en mis manos tuve la bala que selló su muerte y le abrió las puertas del Reino de los Cielos”.7 ¿Es el martirio de Joselito más bien una invitación a ponerle punto final a la historia del maltrato infantil en México, que una provocación para exponer a nuestros adolescentes a la violencia y a la muerte? 5. CONTRA LA CONSAGRACIÓN INSTITUCIONALIZADA DE LA VIOLENCIA El martirio es un gran ideal al que puede aspirar quien quiere seguir heroicamente con fidelidad al Crucificado. Aun así el martirio no es una obligación imperativa e incondicional que a toda costa y a rajatabla se le deba exigir a todo cristiano. De 7

SUÁREZ CÁZARES, Carlos, José Sánchez del Río, Mártir de Cristo y de la Guadalupana (URL: [consulta: 26.10.2016]).

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hecho no es la violencia la vía para conseguir la paz, ni debemos consagrar la violencia con el martirio o con la canonización de los mártires. La Guerra Cristera no era el único camino ni el más humanizante para la defensa de la libertad religiosa, ni la violencia es hoy el método evangélico para defender las convicciones religiosas y morales en nuestro México convulso a causa de los conflictos sociales e ideológicos y en una generación consagrada a la violencia. El Papa Benedicto XVI nos propuso la siguiente vía en el célebre Discurso de Ratisbona (2006) apoyado en parte por la argumentación del docto emperador bizantino Manuel II Paleólogo: La violencia es contraria a la naturaleza de Dios y a la naturaleza [racional] del alma [humana]. «Dios no goza con la sangre; no actuar según la razón es contrario a la naturaleza de Dios. […] Por lo tanto, quien quiere llevar a otra persona a la fe necesita la capacidad de hablar bien y de razonar correctamente, y no recurrir a la violencia ni a las amenazas… Para convencer a un alma razonable no hay que recurrir a los músculos ni a instrumentos para golpear ni de ningún otro medio con el que se pueda amenazar a una persona de muerte…». La afirmación decisiva en esta argumentación contra la conversión mediante la violencia es: no actuar según la razón es contrario a la naturaleza de Dios. Juan comenzó el «Prólogo» de su Evangelio con las palabras: «Al principio era el logos». Es justamente esta palabra la que usa el emperador: Dios actúa con «logos». «Logos» significa tanto razón como palabra, una razón que es creadora y capaz de comunicarse, pero [dialogar] racionalmente. […]Con esto, Juan nos ha entregado la palabra conclusiva sobre el concepto bíblico de Dios[…]. En el principio era el «logos», y el «logos» es Dios, nos dice el evangelista.

Así pues Cristo como «logos» es decir como «DABAR» es «Palabra creadora» que da vida: „Yo he venido, para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10,10). El mismo Jesús se identifica personalmente con la Resurrección y la Vida (Jn 11,25). Seguirlo es elegir la Vida. Durante la Guerra Cristera no murió solamente Joselito y los mártires cristeros, también murió el Evangelio de las bienaventuranzas y en particular murieron no sólo los violentos que lucharon, sino también aquellos dichosos que trabajaban por la por la paz (Mt 5,9). ¡Cuánta precipitación hay al cruzar la delgada línea entre la violencia y la religión conforme al texto de Mt 11,12 según el cual „el Reino de los cielos padece [¿por la?] violencia, y gente violenta intenta arrebatarlo”. En resumen: El Evangelio se opone a todo intento religioso de sacralización o consagración institucionalizada de la violencia. Por ello el martirio de José Sánchez del Río es un modelo del seguimiento de Cristo crucificado a pesar de la violencia y de la represión de la libertad religiosa, no una provocación a la violencia de la Guerra Cristera.

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La religión que motiva a la guerra desemboca en la Guerra Santa y en la canonización de la violencia. El martirio de Joselito y la crucifixión de Cristo ponen punto final a la historia de la violencia, para que este drama no se repita y para que no vuelva a haber otro crucificado. La memoria narra sus relatos para que nunca más otro adolescente vuelva a ser martirizado. En el seguimiento de Cristo, el Dios Crucificado, estamos en efecto a favor de la canonización de los mártires, pero en contra la consagración institucionalizada de la violencia por la vía de la canonización del fanatismo. ¡Con los mártires cristeros y contra la Guerra Cristera! 6. PRAXIS PASTORAL: AYUDAR A LOS CRUCIFICADOS A BAJAR DE LA CRUZ El martirio de Joselito y la Guerra Cristera muestran algunas consecuencias de la violencia sacralizada por la religión y en última instancia desenmascaran el sufrimiento, que causa una religión violenta. En parte la Guerra Cristera fue un producto importado desde Jalisco por la religión violenta aún vigente hasta nuestros días. Por ello la desjalisquización de Michoacán conlleva también la renuncia a esa versión violenta del catolicismo al estilo Jalisco. Desde la perspectiva pastoral de la solidaridad en el sufrimiento con los crucificados debemos plantearnos algunas preguntas incómodas y provocadoras. Por ejemplo: a) ¿Dónde estaban los pastores de la Iglesia diocesana de Zamora durante el martirio de José Sánchez del Río? b) ¿Dónde estaba Dios el viernes del Calvario? a) ¿Dónde estaban los pastores de la Iglesia diocesana de Zamora durante el martirio de José Sánchez del Río? Tanto Mons. Núñez como Mons. Fulcheri padecieron solidariamente la persecución con su pueblo sin caer en la tentación de la religión violenta, mientras muchos otros obispos abandonaron el país, a sus sacerdotes y laicos y entre tanto el Gobierno limitaba el número de sacerdotes para minar su ministerio pastoral. Ante similares desafíos de nuevo podemos preguntarnos hoy: ¿Qué debemos hacer ante la escasez de vocaciones al ministerio y a la vida consagrada? ¿Cómo acompañar más solidariamente a las víctimas de la violencia? ¿Vamos a aplicar la pastoral del garrote a quienes huyen de la violencia michoacana y del odio de Trump? ¿Dónde estamos hoy los pastores de la Iglesia diocesana de Zamora, mientras nuestros fieles son crucificados por la violencia? b) ¿Dónde estaba Dios el viernes del Calvario? Dios estaba cabe la cruz, solidario en el sufrimiento con su Hijo crucificado. El drama del sufrimiento de Dios cabe la cruz no se deja reducir al mito del dios-ídolo sádico y

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despótico que tortura al crucificado, ni a la tragedia del dios-marioneta masoquista e impotente que padece como una víctima su destino inevitable. El drama de la cruz interpreta el sufrimiento del crucificado en el horizonte del amor y la libertad, porque Dios es amor y sufre libremente por amor: „Nadie me quita la vida, yo la doy porque quiero” (Jn 10,18). De esta manera los cuestionamientos del mysterium iniquitatis o misterio del sufrimiento encuentran una respuesta plausible desde el drama del sufrimiento de Dios cabe la cruz como drama del sufrimiento cabe Dios, es decir el sufrimiento de cada crucificado tiene sentido como sufrimiento que cuelga desde la cruz de Cristo crucificado. Así pues el sufrimiento de cada crucificado deja escuchar potentemente también hoy el grito de Cristo crucificado desde la cruz: „¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?” (Mt 27,46; Sal 22(21),2. De cara ante ello es necesaria una dramática con ojos y oídos abiertos, que posibilite la percepción del sufrimiento de los crucificados como provocación y desafío subversivo ante la misión de ayudar a los crucificados a bajar de la cruz. A raíz de lo anterior la Comisión Episcopal de Movilidad Humana de la CEM se ha comprometido a lo siguiente conforme al comunicado de prensa Valor y Respeto al Migrante (26.01.2017): „Como Iglesia que camina en México, seguiremos apoyando cercana y solidariamente a tantos hermanos nuestros que provienen de Centro y Sudamérica, y que van en tránsito a través de nuestro país hacia los Estados Unidos”.

Por su parte el mismo Papa Francisco ha sintetizado sus compromisos con los crucificados mediante su denuncia profética contra „una nueva tiranía invisible” (EG 56), contra la „globalización de la indiferencia”, contra la „economía de la indiferencia” (EG 53) y contra la „inequidad que genera violencia” (EG 59). Además quizá conviene agregar a ello el compromiso pastoral en favor de la „autoridad del sufrimiento” que es más universal que la autoridad del conocimiento y que está por encima de la autoridad del nombramiento. Algunas aplicaciones pastorales concretas de la „autoridad del sufrimiento” son las siguientes: a) Es más importante la caridad pastoral y la misericordia que la pastoral del garrote, la cual endurece la disciplina de los sacramentos para golpear a los crucificados con criterios más exigentes que la Ley. b) Es más importante el encuentro solidario con los crucificados que la reducción de la acción pastoral a la cortina de humo mareador tras las reuniones burocráticas con el disfraz de comunión y participación.

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c) Es más importante una economía social, es decir solidaria con el sufrimiento de los crucificados, que una economía feudal al servicio del encubrimiento bajo la dictadura arbitraria de las simpatías y antipatías. d) Es más importante el martirio de San José Sánchez del Río como defensor de la libertad religiosa en México y como testigo de la solidaridad en el sufrimiento con el Crucificado que la reducción de su martirio a las finanzas de un santuario a costa del olvido del sufrimiento de los crucificados. e) Es más importante el acompañamiento pastoral a las víctimas de la violencia que la autodefensa institucional mediante el encubrimiento. El Evangelio debe ser Buena Nueva también para los „pequeños”, quienes han sufrido a causa del encubrimiento con el simulacro de la remoción sin proceso judicial y quienes como mártires han sido crucificados por la consagración institucional de la religión violenta. f) Es más importante el acompañamiento a los y a las adolescentes y jóvenes, en especial a los candidatos al presbiterado, con frecuencia víctimas de la violencia social y a veces heridos también por la violencia religiosa interna de las mismas instancias de formación, que la tentación de abandonarlos por el simple recorte utilitario de gastos y de personal. Es decir, según los criterios evangélicos „el Padre del cielo no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños” (Mt 18,14), ni que una sola vocación se pierda, pues Jesús prefirió dejar las 99 ovejas (Mt 18,12; Lc 15,4) y dedicó todo su ministerio público sólo a 12 para que „estuvieran con él” (Mc 3,14), no obstante la traición de uno, la negación de otro y la deserción del resto (Mt 26,56), pues solo uno de ellos permaneció aquel Viernes junto a la cruz. El Evangelio constata el asombro de la gente ante la enseñanza de Jesús, quien „les enseñaba con autoridad y no como los escribas” (Mc 1,22; Mt 7,29). Mientras que los escribas y fariseos atan fardos pesados a la espalda de la gente (Mt 23,4; Lc 11,46), Jesús alivia en efecto el cansancio de los agobiados con su yugo suave y su carga ligera (Mt 11,30), pero exige cargar la cruz de cada día y seguirlo (Mt 10,38; Lc 9,23). Jesús mira con amor nuestra fragilidad y de su sufrimiento solidario con los crucificados procede su autoridad. No el poder, sino la auténtica autoridad en la Iglesia procede también de su solidaridad en el sufrimiento al lado de los crucificados por permanecer fiel en el seguimiento del Crucificado. En pocas palabras, tiene más autoridad quien más sufre cabe la cruz, es decir con el Crucificado colgado de la cruz.

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7 CANTOS UN CIERTO GALILEO Padre Zezinho, SJ Por la mañana, cerca del mar apareció un joven Galileo, nadie podía imaginar que otro pudiese amar así como él amaba. Era sencillo, al conversar llegaba al corazón de quien lo escuchaba. Y su nombre era Jesús de Nazareth y su fama se extendió, todos querían ver al profeta que tenía tanto amor y amaba pecador. En esas playas, en ese mar, en ese río, en casa de Zaqueo, en los caminos, bajo aquel sol, el pueblo iba a buscar la luz de su doctrina. Sus expresiones, su caridad, henchían el corazón de una fuerza divina. Y su nombre era Jesús de Nazareth… En esos valles, en ese hogar, En ese pozo, en casa de Simón, en ese monte, al atardecer el mundo vio nacer las bienaventuranzas. Y su paciencia al perdonar, del pueblo el corazón llenaba de esperanza.

Y su nombre era Jesús de Nazareth… Un cierto día, al tribunal alguien llevó al joven Galileo, Nadie sabía cuál era el mal, qué crimen cometió, cuál era su pecado. Su claridad, al denunciar miró la posición de los privilegiados. Y mataron a Jesús de Nazareth y en medio de ladrones él murió en la cruz. Pero el mundo aún no conoce ese Jesús, que amaba al pecador. Y su nombre era Jesús de Nazareth… link: https://www.youtube.com/watch?v=TYs 8SE9ToIQ CON NOSOTROS ESTÁ (Olivar y Manzano) Con nosotros está y no le conocemos; con nosotros está su nombre es el Señor. (x2) Su nombre es el Señor y pasa hambre, y clama por la boca del hambriento; y muchos que lo ven pasan de largo, acaso por llegar temprano al templo. Su nombre es el Señor y sed soporta, y está en quien de justicia va sediento; y muchos que lo ven pasan de largo,

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a veces ocupados en sus rezos.

y echó calumnia sobre mí.

Su nombre es el Señor y está desnudo, la ausencia del amor hiela sus huesos; y muchos que lo ven pasan de largo, seguros y al calor de su dinero.

Hoy tengo miedo a enloquecer Pero fui yo quien no entendió, porque olvidé que fue Jesús, quien hizo el bien mejor que yo y a fin de cuentas fue a la cruz.

Su nombre es el Señor y enfermo vive. Su agonía es la del enfermo; y muchos que lo saben no hacen caso, tal vez no frecuentaban mucho el templo. link: https://www.youtube.com/watch?v=5so CkG3UTXM QUIERO PERDONAR Padre Zezinho, SJ Por no querer herir aquí te vengo a hablar. Alguien me entristeció y yo no pude ni llorar. Escúchame, Señor, Escucha tú mi historia. Por mil caminos avancé y procurando ser feliz. Yo nunca a nadie quise herir y era mi lema el ayudar. Mas hubo, quien no comprendió y al derribar lo que elevé y al arrancar lo que planté mi amor y paz desafió. Por tanto ir hablar de ti yo quise hacer lo que aprendí, yo quise amar sin distinción y a todos di mi corazón. Mas hubo, quien no comprendió

link: https://www.youtube.com/watch?v=xuv 2yMRjbiQ UN ANHELO FERVIENTE Un anhelo ferviente hay en mi pecho que sólo tú conoces, oh Señor, el anhelo de ser toda mi vida un puente entre las almas y tu amor. Un puente que partiendo de la nada llegue a la orilla de tu eternidad. Un puente al que todos pisar puedan en busca de tu amor y tu amistad. No importa que el dolor de mil pisadas marquen en mí huellas ensangrentadas. Yo sólo quiero ser puente divino y que seas tú el final de este camino Señor, haz que este puente no se rompa mientras pueda servir a mis hermanos y cuando nadie ya lo necesite destrúyelo a tu antojo entre tus manos (x2) link: https://www.youtube.com/watch?v=kNP CTuDDvHQ

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Iglesia | de los crucificados

LAS HUELLAS DE TUS PIES Me enseñaste que ante la adversidad hay que seguir en pie que se debe tener mucho carácter defendiendo la fe. Me enseñaste que no hay edad para servir a nuestro padre Dios y que ante las injusticias del mundo levantemos la voz. Me enseñaste que aunque negra la noche siempre llega el día que a diario estoy acompañado por Jesús y María. Que en tu ejemplo está la verdad, el camino a la santidad Joselito santo cristero te quiero cantar. Yo quiero tener José joven el corazón, seguir las huellas de tus pies que llevan al cielo. Yo quiero tener José el mismo valor que tú, gritando ¡Viva Cristo Rey! como un cristero. Te pido ruegues al Creador por la paz del mundo, que su gracia toque los corazones en lo más profundo.

cuando entregas tu vida al amor por los demás. Yo quiero tener José joven el corazón, seguir las huellas de tus pies que llevan al cielo. Yo quiero tener José el mismo valor que tú, gritando ¡Viva Cristo Rey! como un cristero. Y que la historia nunca olvide a quien luchó por libertad Su ejemplo fue semilla, que empieza a germinar. Yo quiero tener José joven el corazón... link: https://www.youtube.com/watch?v=tjV MkNsm92c JOSELITO link: https://www.youtube.com/watch?v=3fb6nfYmm0 NADA TE TURBE link: https://www.youtube.com/watch?v=F8S 5HT67cc0

Tu testimonio dice que al mal, al final le sale todo mal,

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Iglesia | de los crucificados

Edición, diseño y contenido: Roberto García González © 2017, YSTY Editorial, Innsbruck Karl-Rahner-Platz 1 A-6020 Innsbruck yosoytu.yo@outlook.es facebook.com/roberto.garciagonzalez.75 rob.gglez@hotmail.com twitter@RobertoGGlez Consejo editorial: Georg Gasser Reinhard Gänswein Gerhard Kurz

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