Instituto Sonorense de Cultura
La Voz de Alamos Información desde los portales
Vol 6.
Año 3
Álamos, Sonora, México
www.festivalortiztirado.gob.mx
La medicina y el canto E
l doctor Alfonso Ortiz Tirado concibió desde el principio la medicina y el canto como expresiones singulares de su amor a la humanidad. El gran benefactor apareció en escena desde la primera vez que cantó como tenor, el 11 de noviembre de 1928, y es muy significativo que su primer escenario haya sido el pabellón ortopédico del Hospital General de México, en una función benéfica cuyos rendimientos los dedicó a la dotación de esa sección hospitalaria. El joven galeno sintió siempre una fuerte vocación por la rehabilitación de los inválidos. Por ello, después de graduarse en la Facultad de
Medicina de la Universidad de México en 1919, realizó su internado en ortopedia en el Hospital Merci de Denver, Colorado (Estados Unidos), y escribió un libro sobre el tratamiento de la osteomielitis por el método de Orr. La inauguración y su asistencia permanente a la clínica ortopédica lo hicieron suspender la actividad artística en 1938, desdeñando incluso el éxito que le ofrecía Estados Unidos, donde figuraba en primer lugar entre los cantantes de habla hispana. Diez años más tarde reanudó el canto, al vender el pabellón al Seguro Social. http://www.thezia.edu.mx/noticia-det. php?id=447
25 de enero de 2012
PROGRAMA DE HOY MIÉRCOLES 25 DE ENERO 17:30 horas, calles de Álamos Zaikocirco Desfile callejero 20:00 horas, Palacio Municipal Entrega del Reconocimiento al Maestro Sonorense 2011 a Armando “El Kennedy” Noriega Noche de la Universidad de Sonora. Diana González, soprano; Yael Jiménez, soprano y Guillermo López, tenor; Héctor Acosta, pianista 21:30 horas, El callejón del Templo Tango en México 21:30 horas, calles de Álamos Callejoneada con la Estudiantina Dr. Alfonso Ortiz Tirado-
miércoles 25 de enero de 2012, Álamos, Sonora
Vol 6.
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La Voz de Alamos
Ritual de la emoción Á lamos.- El umbral de la ciudad es una chistera. Al costado izquierdo de la carretera un dolor de muela deja de existir. Las plantas de los pies de un niño construyen música al golpear el suelo. En el umbral de Álamos se aposentan las manifestaciones indígenas, en su diversidad artesanal, religiosa, culinaria. Los leños construyen el fuego y las manos señoras transforman en alimento lo que la naturaleza da. Apenas sale el sol y ya Armanda, María Eugenia, Ramona, Rosina y Victoria, montan la cocina, extienden la masa de garbanzo, de maíz, echan las ruedas sobre el comal. En las ollas hierve el wakabaki, el atole de pinole, los frijoles. Victoria es de Buaysiacobe, Sonora, pertenece a la etnia mayo, coordina el área de cocina en el Mercado de Artesanías ubicado en la entrada de Álamos, durante la vigésima octava edición del Festival Cultural Alfonso Ortiz Tirado. Mientras sirve una tortilla de garbanzo con queso y frijoles, Victoria explica el remedio contra el dolor de muelas: hoja del árbol de higo hervida en agua, remojar un algodón y ponerlo sobre la muela. El dolor desaparece inmediato. En ese momento, un joven de sombrero, quien bebe atole, agradece la sugerencia, se despide sonriente. El rictus de dolor desaparece nomás de escuchar el remedio. *** Saúl Yoquivo Méndez no asistió a sus clases de primaria este día. Después del permiso correspondiente en su escuela, tomó junto a su padre el camino hacia Álamos. Él vive en Mesa Colorada, y vino desde allá para ofrecer su danza makurawe guarijío, a su etnia, y para los visitantes del festival. Desde los pies de Saúl las notas musicales de un arpa y un violín, se intensifican. Los cascabeles en sus piernas complementan el sonido de cuerdas, los golpes de sus plantas
contra los adoquines son la celebración por la existencia de la tierra, el canto, la vida. Sones guarijíos llenan los oídos de espectadores, comensales, cocineras, periodistas, organizadores. Arpa y violín la reiteración de la cultura, el arraigo de las tradiciones, la fidelidad para con la herencia del apellido, la familia. La danza emoción para el público, un camino por donde Saúl forma su destino. *** En el Mercado de Artesanías la chistera es inmensa, hay lámparas de madera de choya, figuras de palofierro, rebozos, blusas, cerámica, tejas con paisajes tatuados. Todo cabe si la necesidad de expresar obliga. En el Mercado de Artesanías hay también la generosidad de lo que la naturaleza otorga. Allí, sobre un catre de ixtle, en el rincón del ala derecha, Herlinda Escalante Ontamucha comparte el don que la vida le dio, y frota con la punta de sus dedos, con las palmas de sus manos, el lugar que el paciente le indica y es entonces que el dolor desaparece. Doña Herlinda dice que ella tiene un don, que aprendió la medicina tradicional mayo en Buaysiacobe, desde su hogar (donde cultiva ahora un jardín de botánica), y donde su nana Carmela Bacasegua era curandera. “Mi nana era de Mochicahui, yo la veía cómo curaba, y luego es mi don también leyendo la mano, sobando, quitando sustos”. *** En el Mercado de Artesanías hay flautas de carrizo, máscaras, morrales de ixtle, sonajas, colgantes, muñecos danzantes de venado, de pascola, fotografías. En el Mercado de Artesanías hay la mirada humilde de los mayos, guarijíos, y un montón de fraternidad. Colaboración especial: Carlos Sánchez
Historias de fantasmas EL CHINO SIN CABEZA / Parte 1 Muchos alamenses dicen que la leyenda del chino sin cabeza es algo tan verídico como el día y la noche, y que es un alma en pena que vive en el “Hotel Álamos” casona construida por los Gaxiola y vendida a la familia Gómez Lamadrid (a doña Rosenda, esposa de Homobono el dueño del “Novillo despuntado”. Y a decir de los abuelos de los abuelos, dicen que todo comenzó el 12 de mayo de 1915 cuando el lugar sirvió como hospital de sangre, la vez que los hombres del general Pancho Villa saquearon la Ciudad de los portales y mataron al presidente municipal. Se cuenta que al terminar esta acción de guerra, el Coronel Durán subordinado de Pancho Villa entró al edificio en el cual había muchos chinos que traba-
jaban en la fábrica de seda y que en esos momentos estaban aterrorizados. Una vez que los amarillos fueron desalojados de la casa, el coronel sacó el botín obtenido de saquear la ciudad, llenó un baúl con monedas de oro y lo bajó a la noria. Para Durán significaba hacer un pequeño ahorro para que su jefe, Pancho Villa llegase a viejo sin preocupaciones de dinero. Uno de los chinos que se había escondido en la azotea observó la maniobra que el militar hizo para esconder el pesado cofre. Días después guiado por la necesidad o la avaricia se decidió a tomar parte del botín y durante varias ocasiones maniobró sin que nadie lo viera para sacar puñados de monedas de oro... Agradecimiento especial: Profesor Juan Vidal
Festival Cultural Alfonso Ortiz Tirado 2012