Revista Bonsai

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Edición, diseño de portada y diagramación: Aliro Rojas. ilustraciones: Robert Red Art editorial ©Haus of Rojas robertredart.tumblr.com Todos los derechos reservados: Prohibida la reprodución por cualquier medio, presente o futuro, en el todo o en cualquiera de sus partes sin las autorizaciones del autor y editor, expresadas por escrito. Impreso en Chile. Primera Edición, 2013 Segunda Edición,2017 Esta edición se terminó de imprimir en el mes de Enero de 2017, en la ciudad de Santiago de Chile.



EDITORIAL Un bonsái requiere de trabajo, la revista que ponemos a su disposición surge a partir de varios encuentros donde estos artesanos afinaron la pluma. Su finalidad es simple: reunir las creaciones de un grupo de estudiantes, hacer una evaluación y ver si alcanza el cuero para otro número. Tarea dura, ingrata en algunas oportunidades, donde afloraron asperezas momentáneas. Pero haciendo un análisis general, una actividad que engrandece el espíritu. Ver la metamorfosis de una creación, hasta el momento final, donde se estampa ya perfeccionada en la hoja en blanco. Huele a papel, huele a tijeretazos vegetales, es la poda de raíces que permitió torcer la mano a la naturaleza. El papel vuelve a convertirse en árbol. La floresta enana de este invernadero, es una puesta en escena de la creatividad, muchas veces mermada por la rutina, quizá eso permitió que el taller, pese al cansancio de la semana (se desarrolla los viernes de 14.00hrs. a 16.00hrs.) fuera una válvula de escape frente a la presión por lograr un buen promedio, en un liceo exigente, en el que pululan mentes sedientas de nuevos conocimientos. El arte del bonsái es minucioso, por eso, afilaremos la hoja de la tijera y le sacaremos punta a los sueños, para que preparemos bonsáis desde las aulas valentinianas, por un buen tiempo. El fruto de la milenaria tradición bonsái que usted tiene en sus manos consta de tres apartados, ordenados de la siguiente forma: Lirica y Narrativa.



LIRICA


Mariela Gajardo. Victor Hugo Jaque Álvaro Méndez Danilo Valdés Ivan Vega


07 DE JUNIO, LLUEVE Mariela Gajardo

Las letras me darán las alas y no se impedirá mi vuelo. Pasaran años, lo se. Pero, las semillas no germinan de un dia para otro. Se me acusa de rebeldía y de lo que piensa el resto. Estos años me fueron dados por algún motivo adverso. No conozco la razón, por la cual quiero escribir. Y si hablamos de talentos, Los días se encargaran de que mis raíces alcancen, Aquellas napas desconocidas de mundo literarios, Que me quedan por descubrir. He observado el comportamiento de sus días El estrés, la amargura y la inseguridad. Componentes que hacen que esta lluvia, No sea más que llanto del cielo. Que el té, sepa a vacío Y que el pan sea destierro. La mesa, el centro de la discordia, La crítica y el desprecio. Si tuviera alas para volar, créanme que lo haría, Sin volver, sin voltear. Y seguir. No me importo el dinero, La comida no me da la felicidad. Si tuviera una sonrisa en mi rostro, El indico de que no hay soledad.


Y no hay apuro, no quiero correr. Solo hacer lo que me gusta y no la costumbre de quererme defender. Lo que sucede es que, he crecido Y lo que tengo ya no lo quiero tener. Antes, le daba más importancia a un juguete, A una muñeca o a mis crayones, tal vez. Entretención se llamaba, para distraerse de la realidad. Amor, se llama ahora para entretenernos una vez más. Y sigue la cadena que nos ciega diariamente, Entregando el corazón sin importar lo que se piense. Voy atrás de mis palaras y he dejado el sentimiento ausente. Así los años pasen y pueda vivir de una manera consciente Y lo que he dicho, aún sigue siendo el ideal. No cambiaré de opinión, yo sólo quiero volar. Conocerme , cautivar. No de una manera vana sino transcendental. Si he de vivir , mi mente he de cuestionar, Lo que he llegado a ser y lo que puedo encontrar. Es que aquí en esta cueva no hay más oscuridad. Pero mis ojos ven un destello que estos animales no pueden divisar.

Acostumbrados al sistema, a la rutina y a la mediocridad. Que quede claro que esto no es desprecio, Agradecida de lo que tengo debo ser. Pero no puedo evitar el descontento, De sus miradas que me distraen cada vez. Como cuerdas imaginarias atadas a este hogar. Si me voy serán 100 metros para ir a comprar el pan. Solo pido dar un paso, que me lleve a conocer. Antes, de que mi rostro sea un paisaje Y se transforme en una tarde hacia el oscurecer. Yo solo quiero volar, es lo único que pido. El intelecto lo se ocupar y con este escrito me despido.

*nota: -sus padres lloran.


SOY Mariela Gajardo

Una guitarra olvidada, por manos inexpertas. Una carta escrita, por promesas falsas El รกrbol talado, derribado en el suelo. El llanto del aire, esperando consuelo. El cabello largo, entre las tijeras. Las vallas escondidas, entre las madrigueras Una nube gris, demostrando su llanto. Un ave extinta, desgastando su canto. Un libro de Quijote, limpiando sus manchas. La vida del pobre, llamando a revancha. La duda de descartes, descartando los hechos. La vida sin sentido, aspirando a desprecio. Una guitarra olvidada, por manos inexpertas. Una carta escrita, por promesas falsas. Por promesas falsas.




Las imágenes de cuando nos entregamos Al deseo egoísta vuelven a mis ideas. Los momentos en los que Nos manchamos con nuestras manos Y liberamos nuestras esencias sobre el otro. Nos llevamos al final. Son saberlo Caímos en el desprecio ¿Serás parte de mí mañana? Tal vez sí.Tal vez no. Nada es seguro.Nada es infinito. La mirada del tiempo oscuro Aparece ante mí Y me convence de mirar hacia atrás Hasta que inundo mis ventanas Con las infinitas lagunas del ser. Voz amargada y dulce que calas en este corazón Como el frío del más gélido invierno en mis huesos. Quebrantas mi liviana voluntad Para hacerme caer víctima del llanto. Sufro en silencio. Dolor, amargura y angustia. No puedo sentir más No puedo amar más ¿O tal vez si? Nada es seguro.Nada es infinito. Sentado sobre el alma de un cuerpo inerte Ahogándolo para evitarlo. El pecado que me condena. El pecado de amar.

DEL DOLOR AL PLACER Victor Hugo Jaque


LES OUBLIÉS Álvaro Méndez

Golpes, Llantos, Somos parte de la nada, Un niño en la calle, El abuelo abandonado, La Lluvia es bella Si tu techo es firme. La memoria fluye En nuestra sangre Y las penas, Corren junto a ella. Somos los olvidados


Los pobres y encarcelados, Los que no caben Entre las cruces Y hĂŠroes de papel. Silencio, Angustia. Generaciones perdidas. Somos reconstrucciĂłn de la vida, Somos la voz Que germina libertad, El infierno De los Dioses castigadores, Somos vida entre lo yermo, Oasis en la injusticia Y cimientos Del derrumbamiento general.

Ansiedad, Dolor Y la vida como un camino De jamas volver a recorrer, Reflejo de pobreza Enfrmadad, tristeza Y la esperanza Que ante todo Siempre sigue en pie, Como ĂĄrbol anciano, Como piedra en el desierto En este limite del tiempo El final de la historia Y el comienzo de la vida libre.


L I B E R AC I Ó N C O N T R O L A DA Victor Hugo Jaque Nos dijeron “Sean Libres” Cuando pusieron cajas Para silenciar pensamientos. Nos dijeron “Ámense” Cuando no aguantaron el amor entre iguales. Nos dijeron “Vuelen” Cuando crearon maquinas que lo hacían por nosotros. Cuando nos digan “Vivan” Temo que nos quiten Las pocas libertades que tenemos De hacerlo tal cual queremos.



PRIMAVERA TERCERMUNDISTA Álvaro Méndez

Camino al paradero y el ambiente es como siempre Uno que otro individuo con su teléfono al oído Y un cigarro que le apacigua las ansias La señora y su hija que sin clemencia La llena de preguntas sobre la vida y la muerte Un individuo que le regala un dulce para calmarla Y el sujeto con audífonos al máximo Que no se percata de la vida inmerso en los decibeles.

De vuelta a mi casa el asunto no es muy distinto El ómnibus dónde no cabe un alfiler Y el chofer insensato que se detiene una y otra vez Para seguir aumentando la cifra aunque no lo culpo Todos queremos llegar a casa en el ómnibus Y es que a pesar de tantas fragancias diversas Y los gritos de niños, Nuestro ómnibus tiene algo especial Su música tan clásica como siempre Ojo que por clásica me refiero a clásicos Como el buen Antonio Aguilar Y una enorme cantidad de charros Que al parecer todos provienen del sur.


Al bajar, la vida parece tomar otro rumbo Me percato de los arbole Y la brisa de la primavera que sin duda Es un regalo divino. Sigo caminando y me encuentro con El mismo panorama de cada día La gente en la calle que con magnanimidad Enciende su Lucky Strike dando caladas ostentosas Los futbolistas del barrio que vuelven a casa Entre sudor y suciedad en sus caras Pero con el vigor de la victoria O la vergüenza de la derrota que se vengará Al día siguiente Pero dejemos en claro Todos y cada uno de ellos alguna vez Se ha subido al ómnibus Que los mira con sus espejos vibrantes y Artilugios que cuelgan a la diestra del conductor,

Jesús, el equipo de sus amores O un pase escolar del distraído que lo dejo allí Hace ya tres meses. Al llegar a casa el ambiente siempre es acogedor Mi madre que ya tiene en la mesa puesta mi taza Y yo que dejo mi corbata a un lado y me embullo Raudamente lo que encuentro a mi paso. Y es que así con las tardes de primavera Quien puede contrarrestarlas Si a pesar de todo lo que digan nos llenan De al menos un poquito de humanidad.


SUPERFICIALIDAD GENERAL

Álvaro Méndez

La mariposa que revolotea De flor en flor Buscando el néctar Que le da la vida Que alimenta Y sacia de esta forma Su ímpetu de búsqueda. Así la vida le muestra Su cara más amable Y ella le entrega al mundo Su gratuidad eterna Que algún día le convertirá De curiosa mariposa A flor asechada.

De flor en flor La mariposa va maltratando Pétalos, Desafectos Y con alas frívolas Le va encontrando Un nuevo sabor a la vida Y extrañamente Poco a poco Esta le perece cada vez Más amarga. La mariposa ha muerto Y sus flores Todas las flores Que alguna vez la poseyeron Que obtuvieron el trofeo de sus alas La gratitud momentánea Que luego sería angustia Hoy la miran Indiferentes.




L A P R I ME R A CI TA

Danilo Valdés

Te esperé en una fila, era un trámite muy largo Me prive de comprar regalos, encontré todo cerrado Las lágrimas se abrieron en las mejillas del oyente Divague en preguntas de acuerdo mutuo.

Te extrañaba tanto, tanto cuanto Que me lustraba los zapatos cuando salía Ordenaba el baño después de asearme Regaba el jardín con esmero, No con el mismo que tenías Pero lo hice con cariño.

Me abstuve de alimentar palomas en tu ausencia Ellas no me quieren y nunca me quisieron Puesto que les daba arroz transgénico Ya que del bueno, no fabrican.

Ahora no tengo más, se me ha acabado Lo regale de herencia a mis hijos y mis nietos Creo que lo merecen y lo añoraban.

En fin, me dedique al arte Nunca entendí mis bocetos de antaño Hice unos nuevos, unos autorretratos Te dibuje también, como me acordara Pero mis errores los contuve, ya que es arte.

No tuve miedo, estaba feliz como siempre Cerré los ojos y me quede calladito Ahora te puedo alcanzar y decir Que me esperes en algún banco De alguna plaza celestial Para no romper la racha.


LLAVES

Ivan Vega

Ninfas frías no responden mis halagos Luz mi fuego en el acantilado, Tu mirada inmersa en la nada, La putrefacción empezó esta mañana. Aire espeso hubo siempre en este hogar, Santigüé yo mismo cada esquina de mi orina, Guarde los recuerdos de nuestra alcoba, No lloras más, eso me calma. Aun escucho sus risas En aquellos videos caseros, Cumpleaños pasados, celebraciones sin nombre ni fecha, Etcétera.


Noches sin conseguir sueño, Anhelo poder verte sonreír de nuevo, Intento mover tus labios pero están como una roca. El techo sigue con aquellas moscas Que contábamos los dos, Entro en mí el remordimiento, Pues, no me puedo entregar. La desesperación golpeo Mis nudillos contra el muro, Fueron dos semanas que estuvimos, Cada milésima de segundo, Juntos. Aquel kerosene que me acompaño En la travesía de nuestra despedida, Lo rociaré por todo el lugar.

Cada momento que pasa creo más Que soy una mente maestra, Me saldré con la mía esta vez. Busco el Zippo que me regalaste En mi cumpleaños pasado, Lo lanzo contra ti y nuestras hijas, Corro hacia la puerta principal. Mierda, y ¿las llaves? Está cerrado el picaporte, Un flash back recorre mi sien… Las tiré al inodoro cuando escapar intentaste.


CAE LA NOCHE Ivan Vega

Se llena mi espíritu de una oscura vibra Lúgubre penumbra golpea mi gris puerta Yo con temor, siento frio en mi interior. Pero a la vez, un breve alivio El sol no me molestara Mi tediosa mirada ya no observara su delirio. El viento y la noche forman un tenebroso brillo Creer en dioses es aceptar a los demonios Pronto el pretérito vendrá y arrancara mis recuerdos. Las hojas se suicidan y no las de mi cuaderno Escribo soñoliento para percibirte mejor Escribo soñoliento para admirar tu esplendor. Cae la noche, y todo se vuelve oscuro. Cae la noche, y todo se vuelve oscuro.




BOSQUE Danilo Valdés

Adentrándonos en nuestro universo, En nuestra embarcación de humo, Incienso volátil que nos eleva La trascendencia del placer de este viaje. No comprenden las formas, Una línea recta entre nosotros. Porque esta camisa de fuerza ha encontrado Con afán a su dueño, que son tus brazos. Porque el sudor de tus pechos… Te iluminan, piel de oro. Con tus manos subliminales y mi fuerza sobrehumana Contemplo desde el cielo, el infierno al que me arrojo. La percepción se sintió absorbida por palabras Que fluían de un ritmo húmedo y amoroso.

Entonces... Una y mil veces repetí palabras físicas Otras diez mil veces, cuchilladas psíquicas. Con ira perpetúe en mi mente La 5ta muerte sofocante de verano Con prudencia estornudo mi cuerpo Al infinito y sin aliento Junto al peso de tus labios. Luego unté esa miel que en tus veredas Tan sinceras a mi vida desafié, El desmayo, sucumben los oídos Como ofrenda al dios ardiente. Soberbio entre la yerba se alzó el plan maestro Y el silencio de inmortales consumió el crimen ya resuelto.


EL ARTISTA Danilo Valdés

La inteligente distorsión de las imágenes, Sentenciadas a la belleza La armonía esculpida con esmero, Desahuciadas a la crítica El asombro es nuestro invitado predilecto, Se desfigura con nosotros Convulsionan algunos, otros se petrifican, Pero nadie queda exento del asombro. A los pies del hombre está el hombre Cuando el arte se le apremia Y no hay nada que hacer en la balanza, No hay contrapeso digno del mediocre. Espontaneo se requiere al escritor de sus letras Fácilmente el músico debe gemir los acordes Dócil el pintor debe sudar sus colores Automático el escultor, manipular el subconsciente Los artistas retuercen las entrañas del público.

No hay lugar en las manos de un ignorante para la duda El trasfondo de la obra se opaca a sí misma, y eso los confunde ¿Cómo descifrar un idioma sobrenatural, nunca antes visto? Hay que aniquilar las tradiciones, y eso les aterra ¿Qué es para ti una obra de arte? Algo que llene tu mente o que llene tú estomago Si es lo primero Tengo un estilo para ti,se llama jazz Tengo una vanguardia para ti, se llama surrealismo Tengo un escritor para ti, se llama tú mismo. Si es lo segundo, Prende el televisor.











NARRATIVA


Mariela Gajardo. Natalia Figueroa Fernando Gajardo Danilo ValdĂŠs Vanessa Vergara Francheska Zurita


LIMITE Mariela Gajardo

Sentada en el lugar de siempre, haciendo las mismas cosas de cada día. La rutina escribió su nombre en mi subconsciente. Entonces, me sentí perdida, si perdida, en aquellas cumbres húmedas, que escondían cierto rechazo al mundo, a las circunstancias. Mientras, el asentía con la cabeza, notándose el disgusto por falta de silencio. Las ventanas de lo incierto yacieron fijas al escritorio, dando paso a cierta inquietud. Y fue así, cuando deseé que el tiempo fuera mío y detenerlo en ese momento. Cuestionar una fruta madura, siendo yo un simple renuevo Sus ojos es lo que más recuerdo, porque sus labios no contaban el historial de su mirada. Un vacío que faltaba por llenar, algo que no se puede encontrar en libros. Una sonrisa pintada en la puerta de una habitación. Siendo yo parte, cada día de su cansancio. Ella admiraba aquella luz. La cual causaba un efecto hermoso entre las nubes dispersas sobre su cielo. Y él, estaba allí fugaz, incompleto, cómo deseaba tener otra vida y borrar con un soplo los límites del ensueño. Aquella línea trazada por la vida misma. Para adentrar, entre las rutas de estos años obsoletos. Entre su Escritorio Y el mío aulas nos separan. Pues, dejé de escribir sus palabras. Entonces sentía nostalgia de encontrarnos, aunque fuese en los pasillos cuando caminaba por las mismas grises calles de cada mañana. Y recibí un gran obsequio. Por un Instante fui feliz, una mañana alcance a divisar su rostro, retrocedió su caminar y dijo: -Hola




SARCASMO Ferando Gajardo

Qué fascinante es despertar en la mañana, abrir los ojos al unísono y contemplar el radiante cielo de la pieza en la que duermo. Cada parte de mi cuerpo rozando con la tela, sentir cada fibra calentando los centímetros de la piel erizada por la contracción de poros, necia al cálido sentir del despertar. Maravilloso aquel sonido que arrulla mis oídos, basta con pasar mi mano sobre este para que su sometimiento comience, se apaga con ml tacto, que manejable me parece el despertar. Poner los pies sobre el suelo helado, sentir la cálida autonomía de decidir qué hacer con mi mañana, porque es solo mía, propia y solamente mía, que belleza es despertar y erguir mi tronco descansado, unirlo verticalmente a mis pies descalzos, a mis hombros fijos, a mi cabeza fiel y completamente vacía. Uno tras otro, uno tras otro me llevan al subsuelo, a lo unión compuesta del entorno fijo por unas semanas y cambiado a mi placer o al de algún otro. A través de la superposición de planos avanzo, esa que nos sirve de ayuda casi aguda a las pantorrillas recién cansadas por el azar de mi decisión diaria. Sólo tengo eso en mi cabeza, eso es lo que he decidido tener; la certeza de llegar cada día, día tras día a consumir. Por un breve momento se me va todo eso de la cabeza, cada pensamiento perteneciente a mi subjetividad, que vagamente y con gran esfuerzo he logrado conquistar por mis propios medios, me encanta recalcar mi autonomía, porque terriblemente por mi boca aspiro nefasto aquel humo oscilante que proviene de mis dedos; quedo en blanco, ciegamente lo detesto, esa sensación de perder la seguridad del esquema mental que ¡yo! solo ¡yo! Creé para mi comodidad. Cada vez que lo siento es increíble, el agua por mi cuerpo, mi pelo mojado, lo resbaloso de la esencia, el olor que se esfuma, aquel que llega solo por el placer de ser igual a mis pares, ser distinto seria la infamia, la atrocidad, Cubriendo mis pies, mis piernas, ligeramente mi torso, para luego atar mi cuello a lo sutil de la gran formalidad. Perfecto momento cuando me dispongo a atravesar la puerta, lo haré un día más, gracias señor. -Y se hundió en la peste-.


101 CIRCOS DE EMOCIONES Natalia Figueroa

NEGRO, NEGRO, NERGRO

Toda la carpa se encontraba a oscuras, puesto que aún no era tiempo para que los artistas salieran a escena. Los nervios de Mark estaban a mil, su entusiasmo llamaba a la adrenalina a tomar posición, y esta le pedía a los nervios que se fueran de una buena vez, ya que no era la primera vez que se presentaba ante tal público, es decir, Londres ya era muy conocido para él, era su cuidad, aun así las emociones que tenla antes de cada función estaban presentes. Miró desafiante a su único rival y amigo en la vida: el trapecio, y con reparo recordó sus primeros días sobre él, como las veces que cayó siendo que todavía practicaba el estilo fijo y cuando ya estaba en plena función mostrando al máximo su arte; luego llegaron las imágenes de cuando por primera vez se atrevió a enfrascarse al trapecio volante, ante aquel capítulo de su vida, llevó su diestra hacia su pecho, sintiendo aún el mismo miedo de esa primera vez, porque no es muy fácil pasar de un estado seguro a uno totalmente opuesto, era como de estar en tierra para que dé un momento a otro estuviese por los aires. Peinó, con ese fastidioso nerviosismo en sus manos, su ondulado cabello. A pesar de la experiencia, habla ciertas costumbres que nunca se irian.


GRIS, GRIS, GRIS

Las trompetas hicieron acto de presencia marcando el inicio del show, trayendo consigo no solo compases de tres cuartos, sino que a un montón de artistas circenses amados y proclamados por los niños de Londres. Entre el grupo se hallaba Jack, el líder y presentador del Circo, también Danielle, o conocida como “La madre de Francia” por su tan alucinante actuación en el salto mortal, el que termina evocando con la ayuda de los pequeños Ethan, Sacha y Lisandru (los casi enanos del grupo) los colores de la bandera de su nación. Como era de esperarse, de los artistas se encontraban Nemo y otto, los gemelos contorsionistas de Italia. Dentro de la familia que formaba el circo Arts. Étranges, se podía mencionar a Jochua, el hermano mayor, el mejor lanzallamas de todos los tiempos y mejor amigo de Mark, quien tomaba el rol del hermanito y consentido de Jack. Los abuelos eran los dos viejos cascarrabias y que además, estaban a cargo del espectáculo de lanzar cuchillos: el misterioso Roberto, y el barbudo y tuerto Edelbert. Y así, se iban descubriendo a muchos elementos más de ese circo. Jack tomó posición al medio del escenario y se dirigió con su tan característica sonrisa al público de miradas y alzando sus manos al cielo encendió una única luz, que solamente enfocaba un punto de la carpa: la entrada, puesto que de esta apareció la tan esperada Madre de Francia, dando el verdadero inicio a todo. Jochua se presentó junto a los enanos quemando a más de un algodón de azúcar, mientras que los malabaristas le hacían de teloneros. Los gemelos salieron a acción junto a un excéntrico juego de luces y música, algo común en sus shows; seguido de ellos, los cuchillos, clavas y pelotas volaron por la carpa. Era casi palpable la entretención que se entregaba en cada función, y eso se demostrada ante cada risa, y sonrisa que esbozaban las personas que cumplían obviamente, el rol de público La música, los colores, las actuaciones, todo estaba llegando a la perfección, pero faltaba un último acto más el cual se efectuaba a más de siete metros de altura: el trapecio.


BLANCO, BLANCO, BLANCO

Jack volvió a ubicarse en el centro, y esto provocó que los nervios de Mark aumentasen, al tiempo que el mayor presentaba el último acto de la noche e inglés se dirigió a paso lento hacia su destino. Subió con cuidado La escalerilla que lo conducía al trapecio y estando arriba espero que se acabara el tan habitual discurso de despedida y agradecimiento. Mientras tanto Mark, intentó relajarse, porque a pesar de tener la seguridad de una malla, temía caerse. Además, esa noche mostraría una rutina nueva, y en verdad no quería estropear lo que con tanto trabajo consiguió lograr. Intento aflojar los músculos que tenía tensados y dejó su mente en blanco, llamó a sus recuerdos la imagen de un pajarillo escapando de jaula, mientras Jack daba término a su discurso. Con la bandera de partida alzada, Mark abrió lo que sería el fin de esa función junto a su amigo. Cogió con más confianza que nunca a barra del trapecio y con determinación le lanzo a un limitado vacío. Su cuerpo al fin fue invadido por la adrenalina, la emoción y al momento de cambiar de trapecio, grito, grito como nunca lo había hecho antes, disfrutando al máximo esos efímeros momentos en los que se mantenía en el aire. Ante tal acto, los gritos y aplausos del público no se hicieron esperar. ¿Miedos? ¿Negro? ¿Inseguridades? ¿Gris? ¿Ansiedad? Blanco. Ya no había negro ni gris, porque todo era blanco; el único color que podía representar aquel capitulo que estaba viviendo era el blanco.


Al momento de subirse al trapecio sabía que formaba una conexión con el mismo y la libertad. Él podía ser libremente él y encontrar de forma definitiva la libertad cual romántico español. En los aires vivía casi al límite el tope en que el desbordaba la felicidad de un hombre normal, y no solo por el hecho de estar ya volando mientras hacia lo que más le apasionaba, sino porque también recibía el aliento que entregaba al público, y sus compañero, su familia, que también estaba dándole ánimos y en distintos idiomas. Cambio de trapecio. Giros en el aire. Colores por doquier. Aplausos. Asombro en el público. Otro cambio. Otro giro. Más colores. Más aplausos. Jamás pensó que su nueva rutina iría tan bien, porque siendo sincero, en todo momento se imaginó cayendo directo en la malla desde el primer salto, pero ¡por Dios! Ya solamente faltaban unos cuantos movimientos y finalizaría todo como campeón. Un poco más y ganaría otra batalla. Sin perder ni un centímetro de confianza, se volvió a lanzar, cerrando los ojos sintió el roce del aire en su cara y estiró los brazos para recibir el trapecio que sería enviado por Jochua, sin embargo este no llegó.




A LA MIERDA

Danilo Valdés

La mañana más fría que he visto, me vi reflejado en mi empañado espejo, empañado por la vida que ese día comenzaba a abandonar mi débil cuerpo. Esa mañana, recuerdo haberme afeitado minuciosamente y me corté a propósito para incentivar el flujo de sangre en mi cara, me encantaba ver delgadas líneas rojas en el agua jabonosa, mezclarse y librarse de mi cuerpo, que la desperdiciaba. Luego de calentar la tetera con la mitad del agua, preparé una bolsa de té, la taza estaba sucia de la noche anterior, pero no me importó mucho. Encendí un cigarro, no fumaba, antes lo hacía, pero hace años lo dejé. Con mi cilindro en la boca y mis ojos lagrimeando por el humo, puse a tostar un par de panes en la cocina (me gustaba untarlos con mantequilla). Como de costumbre, el desayuno sin azúcar y unas tostadas, esta vez sin mantequilla. Hace días que no dormía, pero el cigarro apaciguó la lágrima en mi garganta. Me vestí de corbata, mis zapatos lustrosos caminaron hacia la puerta, quité el seguro torciéndome un dedo en el primer intento. Tomé mi bicicleta para luego precipitarme sobre mis veredas tan rápidamente, que el frío se apoderó de mi sensibilidad, sí, claro, el frio, alejando el dolor e inhabilitando mis articulaciones. Al llegar al estacionamiento limpié mi nariz y bote el papel al suelo, luego lo mire bien y pensé en el calentamiento global, lo recogí, lo guarde junto a mis llaves y me pareció estúpida mi excusa del medio ambiente. Camine hacia la puerta del establecimiento con mi paso inquebrantable y algo aturdido, intentando aparentar un saludo a los funcionarios y a otros amigos que iban por la misma dirección, ese trayecto que todas las mañanas transitaban, pasillos oscuros de día y de noche subí las escaleras e hice lo que siempre quise hacer, fui al baño del segundo piso y esperé a estar solo, entonces, entré a la segunda puerta y abrí el estanque de donde saco una botella de vodka que había guardado el día viernes de la semana pasada. Mi sorpresa fue que el ardor no fue como antes, solo me tomé la tercera parte de aquella botella. Me acerco a la ventana, orino por ella y hago el famoso gesto de putear con el dedo a unas niñas que habían sido bañadas por mi intrepidez. Entro a la sala sin verle la cara a nadie y dejo una carta escrita en el computador de mi compañero relatando lo que esperaba que ocurriera. saco un revólver de mi mochila, al ver a todos estupefactos y el grito silencioso del profesor, sonreí y les di la espalda y un sorbo a mi botella Entonces acerco el cañón a mi sien con mucho cariño, acaricio el gatillo que apreté después de 2 segundos de sentir el alcohol desgarrar mi interior.




LOS INCONSIENTES Fernando Gajardo

EL AMARGADO

Me molesta estar sentado escribiendo esto, más me molesta saber. Saber y habernos dado cuenta es lo que me hace miserable. Me molesta drogarme todos los días, ya ni siquiera quiero drogarme, más me apesta el saber, saber es lo que me amarga, pero más me molesta el desatino de los que se hacen llamar “normales”, Todos estamos bajo la misma adicción, execrable actitud la mía, mi amargura se sumerge en lo abisal, en un constante momento abisal, me molesta escribir y estar sentado, me amarga cada día la misma canción del despertador. Siempre es la misma hora que nos drogamos como sociedad, unos más adictos que otros, otros (los más bastardos) nacieron drogados y tiene más tiempo para dominar al que recién está prendiendo su paquete armado de felicidad. Pienso, y me molesta hacerlo, porque mientras pienso imagino, Puesto que imagino se esfuma mi amargura, ¡cuánto deseo ser amargado! Y no drogarme cada día por felicidad, sentado frente a ustedes o frente a la caja de espectáculos casi zoológicos de los simios del ballet. Sólo me resta escribir esto, gracias que es sólo esto, ya me estaba jodiendo escribir tanto, las alucinaciones y la real amargura esta, está en la cabeza del que no es amargado, aquel que cada día, hace sin saber, o se siente feliz y rebosante de vitalidad drogándose frente a la televisión o frente a la cotidianeidad.


EL INDIFERENTE

- Conciencia del indiferente: ¡La violencia! ¿Qué es la violencia? ¿Quiénes son los violentos? ¿Ellos o nosotros? -Indiferente: ¿Está todo bien así?, me parece que sí.... eeeeemm, mientras yo esté bien y los que yo quiera estén bien, feliz. - Consciencia del indiferente: Ssssss... A ver... ¿cómo lo pruebo? ¿Cómo resuelvo que la indiferencia es la clave para la mantención?, difícil tarea tengo. - Indiferente: ¡Hija! ¿Estás bien? - Hija: Si, padre, estoy de lo mejor. - Indiferente: ¡Qué bueno! fantástico, ¿Me quieres? - Consciencia del indiferente: ¡jajajajaja! ¿Ven lo fácil que es todo? - Hija: Te amo, padre. - Indiferente: ¿ven?, está todo bien, mi sentir está correcto por ellos, me gusta la corrección, es lo que me mantiene vivo, todo esto parece alucinante, sólo me resta dar Tengo un trabajo bueno, gracias. ¡Estoy contento de tener este velo de emociones ! Mi gran amigo, el amargado, ha estado un poco mal estos días, no se ha estado tomando su medicación, es tan imbécil, pero creo que debería ir a verlo, nadie pide la esquizofrenia, no está diagnosticada, ningún psiquiatra ha podido, pero todos creemos lo mismo. - Consciencia del indiferente: Pero, ¿Por qué?, él se lo busca, todos nos buscamos nuestros problemas, los buscamos nosotros, es simple, si no quieres dramas, no los busques, es fácil, ¿cierto? - Hombre: Señor, ¿Lo molesto con una monedita ? - Inconsciente: ¡es fácil!, solo tienes que vivir como te dicen y será mejor, ¡Soy un genio! Tengo la fórmula para la felicidad de la que tanto habla mi amigo amargado, hay que hacer, por supuesto que hay que hacer… -¿Cierto hija?, ¿hija?, ¿hija?... Se ha ido.


EL VIOLENTO

- Gracias. - De nada señor ¿lo espero mañana con su café? - ¡Pero claro! Todos los días, ¿cómo es posible que cada día me Como preguntes lo mismo? ¿Es que no entiendes? Ahhh... pero claro que no entiendes, ¿cómo te puedo pedir que entiendas? Perdona mi desatino, soy un desatinado-jajaja-discúlpame, no se volverá a repetir. - No se preocupe, señor, mi culpa, mi falta, mi responsabilidad además; ¿cómo puedo preguntar, a un tipo tan normal como usted, todos los días lo mismo? Déjeme decirle algo, tómelo como elogio, por favor. Usted es la persona más normal que he conocido en mi vida. - Ehhhh... gracias... gracias. (Consciencia) ahora me alejo despacio de estos subnormales, me voy luego a mi casa será mejor, tanta gente sin nada que hacer por dios, lo que es yo; son las seis de la tarde y estoy libre -jajajaja- ¿libre de quién? -jajajaja- ¿de mí? Así es la vida, unos tienen, otros no, y los que no, me trabajan claro está. - ¡Jefe! ¡Jefe! - Dime, Martínez. - ¿Mañana, cierto?, es que tengo unas deudas, la luz, el agua, ¿usted sabe? - Sí, mis disculpas, Martínez, mañana será, fijo. Pero déjame responder a tu pregunta: no sé.




EL ULTIMO DISCURSO DE NERUDA Vanessa Vergara

Ustedes que permanecerán aquí cuando yo me voy a conocer n mundo que interroga mi mente ignorante, ya es hora de partir. Extrañaré mi Chile querido, de arena, vino y nieve que me alimento desde lactante con espiga y cepa, me dio trabajo e inspiración, me torio y desfiguró como a una piedra sedimentada, y cuando yo me vaya no será, tiempo de lamento si no de brindis. Crecí entre rieles esperando el silbido metálico del tren al pasar, los años se pasaron, miré el cielo nocturno y grave con estrellas formando redes infinitas puestas a disposición del pescador de hombres, me embriagué con la mejor uva acurrucándome con mi soledad, cree versos que me trajeron gloria cuando fueron creados desde mi miseria, cruce feroces ríos, interminables dunas y subí alto, ame tierras, aguas, ideas, la sombra de otras, pero no mi sombra. Elegí entregar con humildad mi trabajo a la lucha de un pueblo, porque mis versos son más que una exaltación del color de la rosa y el sabor embriagante del amor de una mujer, sino que también forman fraternidad con las asperezas humanas, con los fracasos colectivos, las derrotas del alma, cada uno de mis poemas pretendió ser un instrumento útil de trabajo: cada uno de mis cantos aspiró a servir en el espacio como signos de reunión donde se cruzaron los caminos, o como fragmentos de piedra o de madera en que alguien, otros, los que vendrán, pudieran depositar los nuevos signos. Entendí que mi destino no era otro que entregarme a la lucha organizada, lucha parida de las terribles alturas donde yace el cobre extraído por las manos de mi pueblo, lucha para rescatar nuestra riquezas de garras extranjeras, para rescatar la dignidad de nuestras propias raíces, porque sentía mío el dolor del araucano, por la muerte de Lautaro. Pero tengo fe en el hombre, nunca la perdí, quizás por eso viajo mi palabra, desde mi parral tembloroso, desde este país de largo pétalo que se separa de los otros con tajante geografía.


Me voy triste, pero yo siempre estoy triste, y no dejo nada más que palabras escritas y un sin número más que pude decir. Nunca lo hice y ni dejaré impreso un consejo para futuros poetas desde mi supuesta sabiduría, yo no aprendí en libros la correcta composición de un poema, si he creado no ha sido para enseñar si no para explicarme a mí mismo, para no olvidar alguna expedición por caminos con troncos cortando el camino, la nieve borrando mis huellas o una noche eterna con una mujer amante callada con ojos inquietos. No tengo nada que enseñar y hay tanto que no aprendí... A menudo expresé que el mejor poeta es el hombre que nos entrega el pan de cada día: el panadero más próximo, que no se cree dios. El cumple su majestuosa y humilde faena de amasar, meter al horno, dorar y entregar el pan de cada día, con una obligación comunitaria. Y si el poeta llega a alcanzar esa sencilla conciencia, podrá también la sencilla conciencia convertirse en parte de una colosal artesanía, de una construcción simple o complicada, que es la construcción de la sociedad. Siempre entendí es que un poeta debe recoger de los demás los artilugios necesarios para comunicar quienes somos, es preciso atravesar la soledad y la aspereza, el silencio y la incomunicación para llegar a ese hogar sin muros donde podemos dormir desnudos y desprotegidos, cantar y danzar torpemente. Yo sólo les digo que no se atrevan a llorar por mí, porque muere lenta y dolorosamente quien no lee, quien no escribe, quien evita la pasión, quien no arriesga lo que tiene en las manos por lo que sueña despierto con el alma vibrante, quien saluda al tiempo cuando pasa caminando por su cara y no se hace amigo de él. Y me voy pensante de mi residencia en la tierra, porque descubrí que el hombre es infinito, di mi discurso en Estocolmo, recorrí hasta el fin del mundo, conocí al habitante y su esperanza y es hora de ver si también hay piedras en el cielo.


LA PRESA

Danilo Valdés

Respiro hondo, acomodando sus puntas a la tierra del campo de batalla. Cada musculo tenso; expectante a cualquier señal. Se escurrió por entre la maleza y se detuvo. Esperaba un poco para seguir moviéndose, Se oía un silencio y luego escuchó moverse el pasto cuando el viento pasaba, 5u corazón latía tan fuerte que vetes no podrá concentrarse en la tarea de vigiar su objetivo 5us orejas alertas a los sonidos traídos por el viento, le avisaban que su presa se estaba alejando lentamente de donde estaba. Entonces, sigiloso, comienza a moverse arrastrándose y cuidando de no pisar ninguna rama u hoja seca que delatara su presencia. Era muy minucioso en eso, ya que esta vez quería realizar con éxito su cacería. Miraba fijo desde lejos el cuello de su víctima, un cuello hermoso, como nunca antes lo había visto, cuando de pronto sintió que el viento le daba en la cara, obligándolo a cerrar los ojos se agacho intentando camuflarse lo más posible entre la Malena, para así pasar inadvertido. Dejaba al viento soplar mientras pensaba en continuar con su acecho. Su víctima pastaba libre en la pradera, despreocupada. A menudo la vela pasar por enfrente de él y solo se quedaba mirándola, imaginándose que al fin un día se verían las caras en sangriento duelo, del cual siempre salía victorioso, pero luego despertaba y volvía a la realidad, reprendiéndose el no haber actuado en el instante; en ese momento, pasaba caminando en frente de él y lo miraba dejándolo atrás, con aire coqueto (o de desprecio, no sabía muy bien lo que significaba).


Esta vez iba a ser muy distinto, se había preparado física y mentalmente para que su encuentro fuese rápido y con resultados favorables. Esperaba esa misma noche, dormir con el estómago lleno. Luego de cerciorarse que el viento hubiese pasado, se irguió por entre la maleza y vio que no estaba. Algo a avanzó al lugar de un salto y cuando estuvo cerca, se volvió a agachar al ver que su presa estaba a solo dos metros de él, inmóvil y vigilando. Por su cabeza le pasaban mil cosas que era la peor idea el insistir con la misma presa; que debía buscar en otra parte; que el viento; que por poco me encuentra... En fin, supo que a esas alturas, o más bien a esa distancia, no tenía sentido el reprocharse a sí mismo, así que siguió adelante y volvió a acomodar sus músculos lentamente y a doblegar sus patas para el asalto. Sus ojos estaban encendidos, sabía que esta vez iba a lograrlo, estaba tan cerca que con solo un salto, la presa era suya. Movió su cola preparándose y su lengua se imaginaba el sabor de su carne. Una corriente pasa y le da en la cara al animal, aturdiéndolo. Entonces, la fiera se abalanza sobre ella con violencia, sin siquiera dejarla pestañar ni emitir sonido... La saluda sonriendo y le dice: -Hola, te estaba esperando. Ella se sonroja mirando al suelo, ondulando su cabello, también con una sonrisa; la caza había sido exitosa.





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