FILOSOFÍA Christian Córdova Robles
p r i m e r a
UNIDAD Génesis y evolución de la filosofía I
¿Qué es la filosofía? ¿Cuál es el origen de la filosofía? ¿Qué es un problema filosófico? ¿Tienen solución los problemas filosóficos? z1 7 z
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FILOSOFÍA Y TEORÍA Habitualmente cuando comienzo a dictar un curso de filosofía pregunto a los estudiantes ¿qué entienden por filosofía?, ¿qué idea tienen o tuvieron al venir al curso? Las respuestas son variadas. Hay quienes de una forma muy clara explican el sentido etimológico de la Filosofía y a continuación valoran de manera positiva la actividad reflexiva. Otros, señalan que la filosofía tiene algo que ver con el mundo griego antiguo; otros mencionan los nombres de algunos filósofos. Pero hay quien desde una mirada muy escéptica contesta con otra pregunta: ¿Para qué me puede servir la filosofía? Las voces callan, las miradas recaen en el profesor, se esperan respuestas. Es en ese momento cuando explico que la filosofía no tiene ninguna utilidad en el sentido habitual de la palabra, es decir, no sirve para la realización de una tarea en específico, ni tampoco para conseguir algo puntual. No es un saber productivo como las técnicas. Pero, de otro lado, la filosofía puede servir para comprender en el sentido más amplio la naturaleza de la palabra utilidad, o por qué nos esmeramos actualmente por querer que todo sea ‘útil’, la filosofía puede servir para entender la finalidad de las acciones que haces a diario o hasta entender el sentido de hacer técnica o ciencia. Esos conocimientos, ese saber es propio de la filosofía, un saber que es teoría, en el sentido más originario de la palabra. Luego de haber pronunciado la respuesta, continuando con el relato, la mayoría me mira con desconfianza, como probablemente tú lo estás haciendo al leer estas líneas. Si es así, te diría lo mismo que a los estudiantes de este relato, la filosofía también es eso, es decir, duda, desconfianza, cuestionamiento. La filosofía es un saber crítico, una actividad cuestionadora. Para entender a qué nos referimos con esto debemos iniciar un recorrido hacia la antigua Grecia, es necesario
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volver a aquella época para entender a la filosofía. El camino tendrá diferentes estaciones. La primera es la definición etimológica de la filosofía. La segunda es la filosofía como teoría. La tercera es el deseo natural de saber y la cuarta es la tarea actual de la filosofía.
1.1. LA DEFINICIÓN ETIMOLÓGICA DE LA FILOSOFÍA De manera clásica la filosofía es definida a partir de sus raíces más remotas. El griego nos dice que la filosofía es amor a la sabiduría, esta definición es ampliamente conocida, por eso, en lo que sigue, quisiéramos profundizar el sentido de esta definición. Para eso te invito a seguirme con la lectura de algunos pasajes seleccionados por el profesor Russo Delgado, presta atención a lo que se dice y subraya lo que te parece más interesante: Resulta revelador que los primeros textos que consignan el empleo de palabras de la familia de φιλοσοφια la relacionen con “ver”. Así Cicerón en sus Tusculanas citando a Heráclides del Ponto relata que al admirarse León de Fliunte de la novedad del nombre “filósofo” y preguntar a Pitágoras, quiénes eran los filósofos y qué diferencia había entre ellos y los demás, Pítágoras responde con la celebérrima comparación entre la vida del hombre y la feria: - Los filósofos no son como quienes van a la feria a competir, por la gloria y el nombre, por el éxito. - Los filósofos no son como quienes van a la feria atraídos por el lucro y el deseo de comprar y vender. - Los filósofos son semejantes a los que acuden por ver y observan con afán lo que se hace y de qué modo. Filósofos son los que ven, miran, observan, echan de ver. Mas el anterior testimonio de Cicerón (s. II d. C.) aunque basado en Heráclides del Ponto (s. IV a. C.) resulta relativamente tardío en relación con Pítágoras (s. VI a. C.). Es en Herodoto (s. V a. C.) donde se registra por primera vez la presencia de una voz de la familia de φιλοσοφια. También en relación con “ver”: Creso habría dicho estas palabras a Solón: “Huésped ateniense hasta nosotros han llegado muchos dichos acerca de ti a causa de tu sabiduría (σοφια) y de tu andar de un lado para otro ya que afanándote por saber has recorrido. Muchas tierras con motivo de la contemplación”. Espero hayas anotado que la palabra que reluce en estos relatos muy remotos, tiene relación con la acción de ver, contemplar. Podría parecer poco relevante que se mencione aquí esta acción, podría parecer incluso que las respuestas o las alusiones a esta acción son distractores. No es así, no es accidental que la filosofía en su origen está ligada a la actividad de ver, de contemplar. Explicare por qué. En primer lugar la actividad filosófica es una actividad reflexiva, teórica, es decir, analiza, critica, sintetiza, cuestiona. Estas z2 0 z
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actividades se realizan sin apelar a alguna acción física externa, no se usa ninguna experimentación, por ello, al estar alejada de cualquier acción práctica la filosofía es teórica en el sentido amplio de la palabra. En segundo lugar, este sentido de la palabra teoría contrapuesto a la práctica, data desde las épocas de los relatos que acabamos de leer. Por eso ‘ver’, ‘contemplar’ se dice en griego: teoría. ¿Cómo se puede entender la filosofía como teoría? Es lo que veremos de inmediato.
1.2. FILOSOFÍA Y TEORÍA Acabamos de ver que hay una relación entre la actividad filosófica y la teoría. El profesor Víctor Li Carrillo ha analizado meticulosamente esta relación tratando de dilucidar el sentido de la palabra teoría en la antigüedad en relación a la filosofía. En adelante seguiremos sus reflexiones. Sostiene el filósofo que la acepción primitiva de “teoría” es “visión” y de ella se derivan y entienden las siguientes: a. Visión como información: cuando se observa lo que hay en el mundo, diversas culturas y frente a esta visión se puede manifestar nuestros conocimientos. Aquí visión, información y testimonio son solidarios. Como en el sentido inicial y originario de historia. b. Visión como consideración: La observación de las cosas celestes y de los fenómenos naturales. En el sentido originario de la astronomía y la física. Su motivación es el asombro. c. Visión como contemplación: Posee una significación religiosa, desde la contemplación de las representaciones materiales de las divinidades hasta la visita y participación en las ceremonias y rituales. La teoría engloba lo universal que corresponde a la filosofía a lo largo de su historia. Y estos tres sentidos de teoría dan origen a tres disciplinas o derivaciones de ella. - La información de la experiencia humana (ética y política) - La consideración de la naturaleza (física y metafísica) - La contemplación de lo divino (religión y teología) La tarea de la filosofía se ha confundido con la de la teoría, demostrando que la teoría es la forma más elevada de la inteligencia. “Lo que la teoría representa es, en última instancia, la más alta posibilidad de la inteligencia humana. Porque el saber es teoría, la filosofía es en su origen también ciencia, también historia también ética y política, también teología.” z2 1 z
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Si desde siempre la filosofía ha estado asociada a la teoría, corresponde en la actualidad llevar al análisis las formas que estas revestían. Una de las formas operatorias es la del método dicotómico, es decir la facultad de asociar la diversidad y disociar la unidad, que ya se encontraba presente en el pensamiento platónico. De otro lado no debe pensarse la teoría como la intuición inmediata sino como representación ordenada, sinóptica. “En concordancia con la reforma de la inteligencia, la visión de la teoría no se entiende como una intuición inmediata sino como una representación sinóptica, construida por el pensamiento; y la sinopsis, en el sentido etimológico de la palabra, es exigida por la contextura de las cosas.” La filosofía, es una articulación de la realidad, articulación paciente y coherente, lógica y sistemática. Pero no sólo eso. Es también, fundamentación, explicación y prueba de los vínculos entre los elementos de la realidad. De la concepción de la filosofía como teoría, de la solidaridad histórica entre filosofía y teoría, se deriva, en consecuencia, el conjunto de atributos que determinan la esencia de la filosofía. Cualquiera que sea su origen, la filosofía es organización de conceptos. Cualquiera que sea su índole, la filosofía es voluntad probatoria o fuerza demostrativa. Cualquiera que sea su dominio, la filosofía es vocación de universalidad. Universalidad que debe ser comprendida desde la multiplicidad de expresiones de la razón. Universalidad propia a la inteligencia que exige -conforme a su propia naturalezalas reglas y pautas para su enriquecimiento. Desde este punto de vista, la filosofía es esencialmente un sistema, no por exigencia interna del filosofar sino por exigencia del ejercicio mismo de la inteligencia. La inteligencia no se concibe sin el orden, sin el establecimiento de relaciones, sin el reconocimiento de la solidaridad entre partes, lo que en la filosofía griega se denominaba el encadenamiento y la articulación.
1.3. EL DESEO NATURAL DE SABER Todos hoy en día usamos Internet, si vas al trabajo probablemente veas en el celular el tráfico de la ruta por donde iras. O si te quedas en casa, probablemente veas las noticias en algún portal favorito, o si quieres saber sobre familiares y amigos entras a Facebook. En la actividad diaria usamos Internet. Pero Internet no solo sirve para entretenerse, informarse o distraerse, hay quienes trabajan con Internet de manera seria como el estratega militar o el analista de medios digitales, el ingeniero y el médico. Quisieras que mantengas esta idea sobre el internet y con ella me acompañes a leer al viejo Aristóteles: “Todos los hombres desean por naturaleza saber. Prueba de ello es el amor por los sentidos, puesto que al margen de su utilidad, los amamos por sí mismos, especialmente el de la vista”. z2 2 z
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¿Qué te parece? ¿Podríamos relacionar lo que estábamos pensando hace un momento con lo que dijo Aristóteles hace más de 2500 años? ¿Es la vista uno de nuestros sentidos favoritos? Yo diría que sí, y lo diría porque fácilmente podemos comprobar aquello. Si queremos entretenernos vamos al cine o miramos la tv o jugamos un videojuego o miramos las redes social o el youtube. Si salimos al parque, salimos de viaje, tomamos fotos, grabamos videos, es la imagen, es la vista. Te invito nuevamente a leer un fragmento más de Aristóteles: “La razón es que este sentido [el de la vista] nos aporta más información que ningún otro y nos muestra multitud de diferencias”. ¿Hacia dónde queremos llegar con este razonamiento?, ¿qué relación guarda esto con Aristóteles? La vista, y el uso de esta, guarda relación directa con la curiosidad. El ser humano no solo es curioso sino que desea explicar los fenómenos que ve frente a sí. Nuestros más remotos, por ejemplo, al ver un trueno se asustaron, se sorprendieron pero también se preguntaron ¿qué es?, ¿de dónde viene?, ¿quién lo manda?, ¿qué sucede? Pero a diferencia de nosotros, nuestros ancestros [época primitiva] no disponían de herramientas técnica ni conceptuales para poder explicarlo, por eso recurrieron primero a los mitos. La mayoría de culturas está plagadas de mitos, la de los griegos son más familiares a nosotros porque somos tributarios de la cultura occidental, pero también tenemos nuestra propia mitología. No cabe duda que estas explicaciones fantásticas y fascinantes provenientes de los mitos son las primeras explicaciones que tenemos de las cosas, los fenómenos, el mundo, el universo. Para terminar nuestro viaje, haremos una última estación evaluando cuál es el sentido de la filosofía hoy.
1.4. LA TAREA DE LA FILOSOFÍA EN LA ACTUALIDAD Cuando estudiaba filosofía en la universidad, leíamos apasionadamente a los grandes clásicos de la filosofía. Cada uno de nosotros tenía su héroe en particular, claro que es una expresión cuestionable, pero muy gráfica para describir la situación de aquel entonces. Fue en esas fechas en la que leí un artículo del afamado filosofo Martin Heidegger, el ensayo se llamaba “el fin de la filosofía y las tareas del pensar”. Los argumentos del filósofo alemán eran sólidos, como siempre demostraba su versación en la filosofía, pero me disgustaba como me disgusta hoy el hecho de cavar una tumba y colocar a la filosofía allí, dejando ya su tarea y finalidad en el olvido, reduciendo su potencia en cosas superfluas. Uno de los discípulos de Heidegger, y que hemos citado anteriormente, Víctor Li Carrillo también discrepaba de esta idea, probablemente por eso se alejó teóricamente de su maestro Heidegger. Decía Li Carrillo que en la época actual la filosofía debe alimentarse de los avances de las ciencias y las diferentes disciplinas, la filosofía siempre está en una labor de renovación. Creo que es mejor pensar así y trataremos de explicar por qué.
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La tradición histórica sostiene que Tales de Mileto (siglo VI A.C.) es el primer filósofo. Sobre ello Aristóteles nos habla en extenso, pero en esta ocasión queremos destacar otros aspectos del filósofo y para ello te invito a leer el siguiente pasaje de Heródoto: “Luego que llegó Creso al río Halis, pasó su ejército por los puentes que, según mi opinión, allí mismo había; pero según la versión general de los griegos fue Tales de Mileto quien lo hizo pasar. Pues se cuenta que, no sabiendo Creso cómo haría para que sus tropas atravesasen el río (por no existir en aquel tiempo esos puentes), Tales, que se hallaba en el campamento, hizo que el río, que corría a mano izquierda del ejército, corriese también a la derecha, y lo hizo de este modo: más arriba del campo hizo abrir un cauce profundo en forma de semicírculo, para que el río, desviado de su antiguo curso, cogiese el campamento por la espalda, y volviendo a pasar frente al campamento, se echase en su antiguo cauce; así que se dividió el río a toda prisa y quedaron ambas corrientes igualmente vadeables. Y aún hay quienes dicen que la antigua quedó del todo seca; pero no lo admito, porque cuando marchaban de vuelta ¿cómo hubieran atravesado el río” (Nueve libros de Historia. I, 75). Aunque lo pone en duda el mismo Heródoto, no podemos dudar que algo tuvo que ver Tales en este evento. Tenía fama, y sin duda, si tendría que definir su profesión, el viejo Tales diría, que es filósofo, pero también ingeniero. Los filósofos están llamados a resolver problemas siempre o al menos a plantear nuevos términos para la resolución de los mismos. ¿Qué cosa es un problema?, ¿cómo es el problema en filosofía? Es lo que veremos en la siguiente lección.
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ACTIVIDADES DE LA LECCIÓN 1 a. Lee el siguiente texto y reflexiona sobre las interrogantes planteadas EL VALOR DE LA FILOSOFÍA De hecho, el valor de la filosofía debe ser buscado en una larga medida en su real incertidumbre. El hombre que no tiene ningún barniz de filosofía, va por la vida prisionero de los prejuicios que derivan del sentido común, de las creencias habituales en su tiempo y en su país, y de las que se han desarrollado en su espíritu sin la cooperación ni el consentimiento deliberado de su razón. Para este hombre el mundo tiende a hacerse preciso, definido, obvio: los objetos habituales no le suscitan problema alguno, y las posibilidades no familiares son desdeñosamente rechazadas. Desde el momento en que empezamos a filosofar, hallamos, por el contrario, que aún los objetos más ordinarios conducen a problemas a los cuales sólo podemos dar respuestas muy incompletas. La filosofía, aunque incapaz de decirnos con certeza cuál es la verdadera respuesta a las dudas que suscita, es capaz de sugerir diversas posibilidades que amplían nuestros pensamientos y nos liberan de la tiranía de la costumbre. Así, el disminuir nuestro sentimiento de certeza sobre lo que las cosas son, aumenta en alto grado nuestro reconocimiento de lo que pueden ser; rechaza el dogmatismo algo arrogante de los que no se han introducido jamás en la región de la duda liberadora y guarda vivaz nuestro sentido de admiración, presentando los objetos familiares en un aspecto no familiar. (Russell, Bertrand. Los problemas de la filosofía. Barcelona: Labor. 1978). ¿Cuál es el valor de la filosofía según el autor?, ¿Qué peligros podemos tener por no practicar la actividad filosófica?, ¿crees que la filosofía es útil actualmente?
b. Lee el siguiente texto y reflexiona sobre las interrogantes planteadas LA RELACIÓN ENTRE FILOSOFÍA Y CIENCIA Ciencia y filosofía forman un continuo. La filosofía es la parte más global, reflexiva y especulativa de la ciencia, la arena de las discusiones que preceden y siguen a los avances científicos. La ciencia es la parte más especializada, rigurosa y bien contrastada de la filosofía, la que se incorpora a los modelos estándar y a los libros de texto y a las aplicaciones tecnológicas. Ciencia y filosofía se desarrollan dinámicamente, en constante interacción. Lo que ayer era especulación filosófica hoy es ciencia establecida. Y la ciencia de hoy sirve de punto de partida a la filosofía de mañana. La reflexión crítica y analítica de la filosofía detecta problemas conceptuales y metodológicos en la ciencia y la empuja hacia un mayor rigor. Y los nuevos resultados de la investigación científica echan por tierra viejas hipótesis especulativas y estimulan a la filosofía a progresar. En griego clásico las palabras ‘ciencia’ (episteme) y ‘filosofía’ (philosophia) se empleaban como sinónimos. Ambas se referían al saber riguroso, y se contraponían a la mera opinión infundada
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(doxa). Lo que nosotros llamamos ciencia se originó en el siglo XVIII, con la pretensión de ser una filosofía más rigurosa y fecunda que la practicada hasta entonces. A este surgimiento contribuyeron numerosas personalidades, entre las que destaca Isaac Newton, el fundador de la física moderna. (Mosterín, Jesús. Ciencia viva. Madrid: Espasa Calpe, 2006) ¿Cuál es la relación entre filosofía y ciencia? ¿Ciencia y filosofía son lo mismo? ¿Crees que es importante aprender filosofía y ciencia actualmente?
c. Investiga acerca de los siguientes conceptos: asombro, problema, solución
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PROBLEMA Y SOLUCIÓN EN FILOSOFÍA Hemos visto en la lección anterior lo que la filosofía es, la dimensión teórica de la filosofía, el deseo natural de saber y la tarea de la filosofía en la actualidad. En esta segunda lección te invito para que me acompañes en un nuevo viaje, esta vez acercándonos a la dimensión problemática de la filosofía. Este nuevo viaje tiene tres estaciones, en la primera analizaremos al problema en general, en la segunda cómo funciona el problema en filosofía y finalmente como se formula la solución a los problemas en filosofía.
2.1. El problema en general Partamos de un tema obvio: todos tenemos problemas. A diario las personas manifiestan tener alguna clase de problema, al momento de repente usted o yo tenemos un problema de salud, o en el aula contigua puede haber un grupo de estudiantes con su profesor intentando resolver un problema matemático, o nuestros líderes políticos deben estar trabajando en estos momentos en resolver problemas sociales o económicos de nuestro país. El problema aparece a diario, es un lugar común para todos. ¿Qué es un problema? Un problema es una situación o estado de cosas en el que se tiene que optar por una solución. En todos los ejemplos anteriores de alguna forma se busca una solución. Pero para encontrar la solución se deben plantear y conocer los diferentes elementos que componen el problema.
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En matemática, la formulación del problema tiene diferentes formas, y generalmente se plantean algunas alternativas de respuesta. Los griegos buscaban pacientemente las diferentes respuestas a los problemas. Decía Aristóteles que los primeros filósofos se preguntaban por el elemento común a todas las cosas, el cual denominaron Arjé, y dieron diferentes soluciones. Uno de ellos, Demócrito, fue mucho tiempo delante de sus contemporáneos al decirnos que las cosas están compuestas de partículas minúsculas a las cuales llamó átomos. Esa historia te la cuento luego. Pues ya estamos entrando a la característica del problema filosófico.
2.2. El problema en filosofía Creo que la mayoría identifica al problema con la filosofía. Tanto es así, que muchos estudiantes al comenzar el curso de filosofía piensan que el profesor se la pasara dando tumbos por el salón haciendo preguntas tan profundas que susciten la reflexión, preguntas que reflejan problemas auténticos. Esta creencia respecto a la filosofía es cierta, pero solo en parte. La parte que se refiere, a que el problema se refleja en una pregunta. Se manifiesta en una pregunta. Li Carrillo, a quien seguimos en gran parte en este capítulo, nos dice que todo problema es una pregunta pero no toda pregunta es un problema. Te invito a leer a un pasaje del profesor Li Carrillo referido al tema. ¿Qué es un problema? En la idea de problema hay por lo menos dos elementos principales y, en cierto sentido, heterogéneos. Por una parte, el problema es una interrogación, una pregunta, es decir, una proposición de un tipo particular. Como tal, pertenece al orden del lenguaje. Por otra parte, el problema es una dificultad, un obstáculo, un tropiezo, un impedimento. No está restringido forzosamente al ámbito del lenguaje sino que puede aparecer en cualquier región de la realidad. Cuando una dificultad —cualquiera que sea su índole— se expresa en palabras, esta expresión puede ser transformada siempre en pregunta; y por esta razón, se puede decir que todo problema es una pregunta. Sin embargo, no toda pregunta es un problema; no toda pregunta contiene necesariamente una dificultad. Existe incluso una figura de estilo conocida con el nombre de “interrogación retórica”, que es una falsa pregunta, porque está destinada a sugerir una respuesta que es evidente. La confusión entre la pregunta y el problema está fundada, en cierto modo, en la estrecha relación que asocia a estos conceptos, y en algunas lenguas, como el alemán, por ejemplo, una misma palabra —die Frage— se puede entender indife-rentemente como problema y como pregunta. De otro lado, existe una imagen heredada de la actividad filosófica, la imagen del diálogo socrático. Desde esta imagen se concibe a los filósofos constantemente discutiendo o debatiendo sobre diversos temas. A esta dinámica muy conocida de pregunta-respuesta en el caso de la filosofía antigua se ha llamado dialéctica la cual estaba asociada al ‘dialogo’ de opiniones, puntos de vista, por eso bastaba hacer un análisis exhaustivo de las opiniones y distinguir en ellas la más probable, coherente. Desde luego hubo quienes consideraron esta actividad inútil y trataron de ridiculizarla, pues parecían discusiones que no llegaban a ningún puerto z2 8 z
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seguro. Por eso años más tarde Aristóteles crea una distinción. Llama a los problemas que tienen relación con las opiniones ‘dialécticos’ y menciona que estos buscan persuadir o generar algún consenso sobre algún punto de vista. Llama, de otro lado, problemas filosóficos a los problemas que pretenden encontrar la verdad. Aristóteles denomina a este tipo de problemas –los filosóficos- aporía, es decir un sin camino o solución. El problema filosófico parece tener la característica de no ser resuelto. A diferencia de otros tipos de problemas, parecería que los problemas filosóficos no se resuelven. Muchos profesores de filosofía y muchas personas aficionadas creen que en filosofía no pueden resolverse los problemas. Por el momento es suficiente con lo dicho sobre el problema, pues más que un dilucidación quisiera que en las próximas lecciones ejemplos de problemas filosóficos planteados por filósofos a través de todos los tiempos. Pero antes de aventurarnos a esos otros viajes, debemos de hacer una última parada a fin de analizar brevemente cómo funciona la solución en filosofía.
2.3. Problema y solución en filosofía Sostengo que la filosofía está íntimamente ligada a la ingeniería, uno de mis argumentos es que la filosofía busca explicar de una manera global la realidad, y si bien es cierto a lo largo del tiempo ha intentado hacerlo, en su preocupación también ha querido cambiar el mundo. Durante la historia de la filosofía ha habido periodos muy marcados en los cuales la filosofía ha aportado respuesta, se ha seguido de un afán de buscar soluciones. Podríamos reinterpretar a la filosofía en función a la posibilidad de solucionar problemas del mundo. Voy a señalar algunas pruebas de lo que menciono: 1. Visión del mundo. Durante periodos de la historia moderna marcada por el desarrollo de la industria, la visión del mundo mecanicista ha permitido entender mejor la naturaleza de diferentes máquinas, procesos empíricos o abstractos. No digo que sea la única fuente o todo el sustento de la revolución industrial, pues sería descabellado, lo que intento decir es que hay un trasfondo filosófico que ha amparado este avance. Luego el atomismo, el evolucionismo, la informática, hasta la idea de programación son propios de la filosofía y su visión del mundo. La ingeniería hace uso de esto, se sostiene en esta visión. 2. La filosofía es un modo particular de preguntar. Los filósofos más conservadores coinciden en que la actitud filosófica radica en un modo de pregunta, que a su vez pone de manifiesto la formulación de un problema. Un problema se manifiesta en una pregunta. El planteamiento del problema filosófico plantea exigencias propias. Lo que hacen los filósofos es plantear problemas, ahora los problemas filosóficos son únicos pues procuran explicar un todo. En un capítulo más adelante examinaremos el problema, baste ahora con decir que los problemas filosóficos son formulados desde una particular plataforma conceptual. Además los problemas filosóficos son resueltos. Hemos vivido mucho tiempo pensando que nuestra labor es solo formular aforismos o apologías, cuando la verdadera labor del filósofo es formular problemas y resolverlos. De manera patente podemos decir que la solución de un problema filosófico es también de corte teórico y digamos responde a la plataforma conceptual inicial desde z2 9 z
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donde se formuló, no podría ser de otro modo. ¿Acaso cuando Aristóteles transforma el problema del lugar por otro no está solucionando el problema planteado?, ¿acaso Descartes nunca llega a encontrar el principio “claro y evidente” que inicialmente planteaba?, ¿Kant buscaba hasta donde podemos conocer, y respondió diciendo que solo podemos conocer de manera fenoménica? ¿El capital y la plusvalía no eran lo que buscaba Marx cuando indagaba sobre la ley según la cual se desenvuelve la sociedad moderna? ¿Wittgenstein cuando nos dice que no existe problema filosófico, acaso no está respondiendo al problema si este existe realmente? Entonces, la filosofía si plantea soluciones, el esquema problema-solución “filosófica” existe. Algunos poltrones filosóficos o circunstanciales malos ideólogos quieren vendernos la idea de que la filosofía es un preguntar sin sentido o vacío e inútil. Eso es falso. La ingeniería tiene el mismo esquema problema-solución “aplicable”, que funciona baso el espíritu de solucionar problemas de la realidad. Existen diferencias. Pero la intención debe ser la misma: solucionar. Acá cabe señalar dos tareas: la primera es que los filósofos deben reencontrarse con el esquema problema-solución filosófica y pueden ayudarse del esquema problema-solución “práctica”. La segunda es: los ingenieros deben aprender del esquema problema-solución “filosófica” para entender el sentido de las diferentes soluciones y para enriquecer su propio esquema.
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ACTIVIDADES DE LA LECCIÓN 2 a. Lee el siguiente texto y responde las preguntas formuladas: TEXTO 1 Sócrates. Pues bien, ¿no has oído decir que yo soy hijo de Fenárete, partera muy hábil y de mucha nombradía? Teeteto. Sí, lo he oído. Sócrates. ¿Y no has oído también que yo ejerzo la misma profesión? Sócrates. El oficio de partear, tal como yo lo desempeño, se parece en todo lo demás al de las matronas, pero difiere en que yo lo ejerzo sobre los hombres y no sobre las mujeres, y en que asisten al alumbramiento, no los cuerpos, sino las almas. La gran ventaja es que me pone en estado de discernir con seguridad, si lo que el alma de un joven siente es un fantasma, una quimera o un fruto real. Por otra parte, yo tengo de común con las parteras que soy estéril en punto a sabiduría, y en cuanto a lo que muchos me han echado en cara, diciendo que interrogo a los demás y que no respondo a ninguna de las cuestiones que se me proponen, porque yo nada sé, este cargo no carece de fundamento. Pero he aquí por qué obro de esta manera. EI Dios me impone el deber de ayudar a los demás, a parir, y, al mismo tiempo, no permite que yo mismo produzca nada. Ésta es la causa de que no esté versado en la sabiduría y de que no pueda alabarme en ningún descubrimiento que sea una producción de mi alma. En compensación, los que conversan conmigo, si bien algunos de ellos se muestran muy ignorantes al principio, hacen maravillosos progresos a medida que me tratan y todos se sorprenden de este resultado, y es porque el Dios quiere fecundarlos. Y se ve claramente que ellos nada han aprendido de mí y que han encontrado en sí mismos los numerosos y bellos conocimientos que han adquirido, no habiendo hecho yo otra cosa que contribuir con el Dios a hacerles concebir. Alguna vez también, Teeteto, cuando veo a alguno cuya alma no me parece preñada, convencido de que no tiene ninguna necesidad de mí, trabajo con el mayor cariño en proporcionarle un acomodamiento, y puedo decir que, con el socorro del Dios, conjeturo felizmente respecto a la persona a cuyo lado y bajo cuya dirección debe ponerse. La razón que he tenido para extenderme sobre este punto, mi querido amigo, es que sospecho, así como tú dudas, que tu alma está preñada y a punta de parir. Condúcete, pues, conmigo, teniendo presente que soy un hijo de partera, experto en este oficio; esfuérzate en responder, en cuanto te sea posible, a lo que te propongo, y, si después de haber examinado tu respuesta, creo que es un fantasma y no un fruto verdadero, y si en tal caso te lo arranco y te lo desecho, no te enfades conmigo, como hacen las que son madres por primera vez. Muchos, en efecto, querido mío, se han irritado de tal manera cuando les combatía alguna opinión extravagante, que de buena gana me hubieran despedazado con sus dientes. Platón. Teeteto.
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1. Identifica las palabras que no conozcas y búscalas en el diccionario, toma nota de ellas. 2. Sobre qué trata el texto
a. el arte de las parteras era muy famoso en la antigua Grecia. b. la creencia de Sócrates en los dioses y como ellos lo ayudan. c. la vida de Sócrates en Grecia y como se gana la enemistad. d. Sócrates emplea un método filosófico parecido al de las parteras.
3. ¿Cuál es el antónimo de ESTERIL?
a. portento b. semental c. avezado d. prolífico
4. ¿Cuál de las afirmaciones es correcta?
a. la crítica de los principios lógicos. b. la burla de las creencias regulares. c. la función dialógica de la filosofía. d. generar el desconcierto en los demás.
5. Si Sócrates no usará la analogía con la partera, probablemente
a. se le entendería de igual manera. b. se le podría entender con dificultad. c. sería muy difícil comprenderlo. d. no le importaría a su interlocutor.
6. Reflexiona: ¿Es importante que los seres humanos dialoguen? ¿Por qué?
b. Lee el siguiente texto y responde las preguntas formuladas: TEXTO 2 ¿Qué es un problema? En la idea de problema hay por lo menos dos elementos principales y, en cierto sentido, heterogéneos. Por una parte, el problema es una interrogación, una pregunta, es decir, una proposición de un tipo particular. Como tal, pertenece al orden del lenguaje. Por otra parte, el problema es una dificultad, un obstáculo, un tropiezo, un impedimento. No está restringido forzosamente al ámbito del lenguaje sino que puede aparecer en cualquier región de la realidad. Cuando una dificultad —cualquiera que sea su índole— se expresa en palabras, esta expresión puede ser transformada siempre en pregunta; y por esta razón, se puede decir que todo problema es una pregunta. Sin embargo, no toda pregunta es un problema; no toda pregunta contiene necesariamente una dificultad. Existe incluso una figura de estilo conocida con el nombre de “interrogación retórica”, que es una falsa pregunta, porque está destinada a sugerir
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una respuesta que es evidente. La confusión entre la pregunta y el problema esta fundada, en cierto modo, en la estrecha relación que asocia a estos conceptos, y en algunas lenguas, como el alemán, por ejemplo, una misma palabra —die Frage— se puede entender indiferentemente como problema y como pregunta. La pregunta no es sólo una forma de expresión. Sócrates y su escuela elevaron la pregunta, de simple forma de expresión, a la jerarquía y a la dignidad de método filosófico, método de descubrimiento de la verdad. Mediante preguntas y respuestas, mediante la discusión ordenada y rigurosa, honesta y leal, Sócrates examinaba las opiniones, discriminaba las verdaderas de las falsas, trataba de establecer lo universal y lo permanente, lo que no depende ni del arbitrio individual ni de los intereses ni de las pasiones. Sócrates preguntaba para encontrar la verdad. Su método recibió el nombre de método “dialéctico”, entendido como arte de preguntar y de responder. “Dialéctica” es una palabra derivada del verbo “dialéghesthai”, que significa en sentido medio (voz media): dialogar, conversar, discutir; pero en sentido activo (voz activa), en la forma de “dialéghein”, quiere decir: escoger, poner a parte, distinguir. La dialéctica es entonces el método que permite distinguir lo verdadero de lo falso sirviéndose de preguntas y respuestas. Pero la pregunta, cuando es auténtica, nace del asombro, de la ignorancia, de la curiosidad, de la divergencia de opiniones o de la presencia de una dificultad cualquiera. Es un acto libre del espíritu –y quizá la más clara manifestación de la libertad intelectual. Pero entendido como instrumento dialéctico o como método de investigación, resulta necesario establecer condiciones y reglas para que la pregunta sea útil, pertinente o legítima. Por ejemplo no cabe formular una pregunta en el interior de una demostración. No es útil preguntar por algo que está fuera de discusión. No es pertinente preguntar a un sabio por lo que no cae dentro de los límites de saber. No es legítimo, por último, preguntar por cosas que no tienen ninguna relación. Aristóteles pone como ejemplo de este tipo de pregunta la siguiente: ¿son los versos épicos un círculo? Li Carrillo, Víctor. ¿Qué es la filosofía? Curso universitario 1. ¿Sobre qué trata el texto?
a. la función del diálogo en el método de Sócrates. b. la dilucidación del término “dialéctica” en la antigüedad. c. el problema se manifiesta de forma eminente en la pregunta. d. la autenticidad de la pregunta en la labor filosófica antigua.
2. ¿Qué entiendes por la expresión DIGNIDAD DE MÉTODO FILOSÓFICO? 3. Después de lo leído podemos pensar que
a. todas las preguntas representan o reflejan un problema para investigar. b. debemos desestimar las preguntas que no representan un problema. c. hay que considerar la manera de preguntar de los antiguos imitándolos. d. convendría volver a preguntarnos sobre los alcances de la pregunta.
C. Investiga en torno a quién fue aristóteles, sobre el asombro, el surgimiento histórico de la filosofía. z3 3 z
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ARISTÓTELES Y LOS GRADOS DEL CONOCIMIENTO En la lección anterior estudiamos las características del problema en general, luego la del problema filosófico en particular y finalmente analizamos las posibilidades de problema y solución en filosofía. Habíamos dicho también que veríamos en ejemplos cómo se formulan los diferentes problemas en algunos filósofos. En esta lección iremos nuevamente a Grecia a visitar al viejo Aristóteles. El viaje no es fácil pues como estaremos un buen tiempo allí y queremos saber lo que pensó debemos acercarnos también a su vida y obra. Sea esta una excusa para conocer el contexto histórico de uno de los más grandes de los filósofos de todos los tiempos. Entonces nuestro viaje en el tiempo tiene las siguientes estaciones: 3.1. El contexto y la vida de Aristóteles, 3.2. La obra de Aristóteles y 3.3. El surgimiento de la filosofía. Antes de comenzar nuestro viaje debo advertirte de algunas cosas. La primera es que no temas detenerte en la lectura para buscar información sobre algún dato nuevo siempre y cuando vuelvas a la lectura. La segunda es que en este viaje tan remoto y lejano encontraremos ideas y costumbres que son ajenas a nuestra época.
3.1. El contexto y la vida de Aristóteles Estagira, siglo III A.C., Nicómaco un médico fiel a la corte Macedonia que gobernaba sobre Estagira gozaba de la confianza del rey Amintas II. En aquel entonces la medicina no era como ahora. La medicina era una especie de artesanía, aprendida de padre a hijo
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o de maestro a discípulo. No existían conocimientos exactos sobre la causa de alguna enfermedad ni mucho menos tenían idea de lo que era un virus o bacteria. Pero además los médicos para ser buenos debían observar la naturaleza, qué ocurre en ella, cómo se comportan los animales para extraer ideas de allí. Nicómaco, el médico de quien hablaba hace algunas líneas era el padre de Aristóteles y muy probablemente también fue su primer maestro. Aristóteles debió observar cómo su padre indagaba en la naturaleza en busca de nuevos conocimientos así como luego él mismo haría. Amintas II, tuvo un hijo que se llamó Filipo II y este a su vez tuvo un hijo que se llamó Alejandro. Esa filiación explica por qué en un momento Aristóteles fue maestro de Alejandro Magno. Pero esa es otra historia, volvamos con Aristóteles. Cuando Aristóteles tiene aproximadamente entre 17 o 18 años fallece Nicómaco, su padre, por diversas recomendaciones y motivos viaja hacia Atenas en busca del afamado Platón quien daba sus lecciones en un lugar llamado la Academia. Platón, de joven, había conocido al filósofo más importante de la época Sócrates. Un maestro sin igual que enseñaba la virtud y la búsqueda sincera de la verdad con el ejemplo. Por motivo de un juicio injusto fue condenado a muerte dejando a muchos seguidores alrededor de Atenas. Luego de diversos viajes, Platón decidió fundar un lugar de estudios, el primero en la historia: La academia. Tanto ha influido este tipo de organización que hasta el día de hoy tenemos la palabra académico y sus derivados en nuestras diversas instituciones educativas. La Academia fue el centro más importante de enseñanza de esa época. Allí se enseñaba matemáticas, filosofía, música, entre otras artes y ciencias. Fue allí donde llegó el joven Aristóteles buscando conocimientos. Cuentan los diversos testimonios que Aristóteles pasó en la Academia alrededor de 20 años, en los cuales primero fue estudiante y luego maestro. Entre otros motivos, la muerte de Platón y nuevas preocupaciones filosóficas, Aristóteles salió de la Academia rumbo a diferentes lugares, realizando viajes para investigar la naturaleza. Años más tarde fue llamado por Filipo II para que eduque a Alejandro. Luego de dos o tres años Alejandro ya estaba listo para la guerra, entonces deja la enseñanza de su maestro y éste regresa a Atenas donde fundó su propio centro de estudios al que llamó: Liceo. Decíamos que fueron diferentes motivos, pero uno de los más importantes fue la diferencia teórica con su maestro Platón. La diferencia era sustancial. Platón sostenía que lo existente estaba dividido en dos mundos, uno sensible de las cosas tangibles, donde estamos nosotros con nuestras vidas y cosas. El otro mundo era donde habitaban las ideas perfectas inmutables. El planteamiento de estos dos mundos era una propuesta novedosa y que compartían la mayoría de los discípulos de Platón no era acorde con lo que pensaba Aristóteles. Para Aristóteles existe solo un mundo el sensible y allí es donde ocurren las cosas. Esto explica porque en el Liceo se priorizó el estudio de la naturaleza y la lógica que darían lugar al nacimiento de la zoología, biología entre otras ciencias que creó Aristóteles. En el Liceo Aristóteles trabajó arduamente en sus escritos y en la formación de sus discípulos. Se recuerda que el filósofo solía reflexionar con sus alumnos y amigos caminando a lo largo del patio del Liceo. En griego deambular, caminar alrededor de un patio o espacio abierto se dice “peripatético”. Por eso a través de los tiempos se ha
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denominado a Aristóteles “el filósofo del peripato”, “peripatético”. También por el lugar donde nació se le llamó “el estagirita”. Mientras explico esta información en clase, muchas veces hay algunos estudiantes que preguntan de manera sincera si Aristóteles se casó, si tuvo hijos. Es una curiosidad que intenta completar la imagen mental que estamos formando de este filosofo. No hay problema en responderla. En primer lugar se casó con Pitias, sobrina de un amigo suyo llamado Hermias, con ella tuvo una hija del mismo nombre de la madre. Lamentablemente Pitias falleció poco tiempo después de dar a luz. Años más tarde, se casó con Erpilis con quien tuvo un hijo, a quien Aristóteles llamó como su padre. ¿Recuerdas? Sí, se llamaba Nicómaco. Años después, frente a diferentes conflictos políticos y militares Aristóteles decide refugiarse en la isla de Chalcis, donde muere el año 322 A.C. Te he comentado sobre la vida de Aristóteles. Antes de ir a la siguiente estación de nuestro viaje conviene repasar juntos algunos detalles. Por ejemplo, al comienzo te comenté sobre los reyes de Macedonia, Amintas, Filipo y Alejandro. En la época a la que nos referimos siglos IV y III A.C. y tiempo antes, los regímenes políticos era de corte monárquico, instituidos luego de guerras y batallas, conquistas y derrotas. Los gobernantes preparaban a sus hijos para ser reyes bien ponderados y líderes militares formidables a fin de mantenerse en el poder. No siempre era así. Producto de estas guerras y batallas se generaban tesoros y también esclavos, familias poderosas y bien relacionadas con el reino, y familias desfavorecidas, o juzgadas injustamente. Esta situación política hacia que la estabilidad de muchos ciudadanos, como el caso de Aristóteles, sea indefinida. La religión estaba sustentada en una versión más bien festiva de ritos y costumbres en función a los dioses griegos que eran varios. La vida se encontraba gobernada por el principio de una ley moral universal o cósmica que lo definía todo. A nivel intelectual, no existían aun la mayoría de ciencias, no existía aun el método científico, la mayoría de afirmaciones de los filósofos y científicos se sustentaban solo en la observación o en alguna prueba indirecta. Este es el ambiente donde vive Aristóteles, ahora veamos un aspecto sumamente importante, el referido a sus obras. Vida y obra de Aristóteles son inseparables. Vayamos ahora a la siguiente estación de este viaje.
3.2. La obra de Aristóteles Aristóteles escribió sobre casi todo. Tras esta información de seguro pensaras que estoy exagerando. De repente también piensas que es solo una invención. Una vez, en clase un estudiante preguntó: ¿profesor, Aristóteles escribió sobre cómo debe mantenerse una casa? Sí, respondí, en su tratado sobre economía, nos dice que en la casa quien debe mantenerse al cuidado y administración de la misma es la mujer, ella z3 7 z
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es la primera que debe levantarse, verificar que todo esté en orden, y debe ser la última en acostarse luego de verificar que no falte nada en casa. El estudiante más desafiante, volvió a preguntar: ¿y sobre las ballenas? Sí, volví a responder, Aristóteles dice que las ballenas son vivíparas y son parte de los mamíferos. Además dice que tenemos elementos en común entre los delfines, las ballenas y los humanos. Volvió a preguntarme el estudiante, luego de hacer una pausa, probablemente buscando una pregunta más difícil, pronunció: “profesor, y ¿sobre los amigos?” Claro, también señaló que la amistad es natural al ser humano y luego distinguió los diferentes tipos de amistad, dice que la amistad perfecta es entre semejantes que se preocupan recíprocamente, y que tienen virtudes y aspiraciones similares. Luego de una sonrisa amable, el estudiante quedo a la expectativa de la explicación. No es una afirmación gratuita cuando menciono que Aristóteles escribió sobre casi todo. Veamos en líneas generales cómo está compuesta su obra. Para ello vamos a recurrir a la clasificación que hace Aristóteles de los conocimientos. La tradición y la historia mencionan como el primer grupo de las obras referidas a la lógica. Con estas primeras obras se inicia el estudio de la lógica. Debemos recordar que la lógica trabajada en estos libros no es la lógica formal o matemática que conocemos actualmente, sino que estaba fundada en el análisis de argumentos, de proposiciones. Las distinciones hechas por Aristóteles han servido a través de todos los siglos para poder organizar nuestra manera de pensar. El conjunto de estos libros se usaban de manera introductoria en los cursos de filosofía y tenían por finalidad formar la mente de los jóvenes a fin de no incurrir en error o falacias. Un segundo grupo de escritos son los referidos al estudio de la naturaleza. Dentro de ello encontramos: Historia de los animales, Las partes de los animales, Sobre el nacer y el perecer, Pequeños tratados de historia natural, Sobre la generación de animales, Sobre el alma, Meteorología, Sobre el cielo, Física. Con estas obras Aristóteles creó la zoología, la física, la biología, la psicología, la meteorología. Los análisis del filósofo eran tan finos y agudos que perduraron hasta hoy. Estos análisis los realizaba teniendo a la observación de la naturaleza como principal recurso y actividad. Hay también un tercer grupo de obras que se llaman de filosofía práctica, están referidas a la acción humana, por ejemplo aquí destacan sus diferentes obras de ética. La ética eudemia, La ética a Nicómaco, Sobre la virtud, Análisis de la constitución de Atenas, La política. Una de la más importante es La ética a Nicómaco, si recuerdas lo que vimos en el apartado anterior recordaras a quien estaba dedicada la obra. Además para Aristóteles no podía concebirse la ética aislada de la política. Por eso ambas forman parte de una unidad temática. Cosa difícil de comprender en nuestros días. En un cuarto grupo de trabajos se suelen colocar a los trabajos que estudian la llamada “filosofía primera”. Constituida principalmente por la Metafísica. Finalmente, en el quinto grupo de obras, encontramos a las referidas a las artes, como La poética. z3 8 z
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De este universo de conocimientos, en la última estación de este viaje nos detendremos solo en el inicio de la Metafísica para ver entre otras cosas como Aristóteles procede en su razonamiento.
3.3. El surgimiento de la filosofía Era aproximadamente el año 80 A.C., un estudioso llamado Andrónico de Rodas, seguidor de Aristóteles, mientras intentaba organizar la prolífica obra del estagirita, encontró un libro que no tenía nombre. Identificó que dentro del libro, se refería a la filosofía primera, pero no había más datos. Como estaba intentando dar orden a las obras, y ya había terminado de ordenar las obras referidas a la física. Pensó: “en tanto este libro no tiene nombre, y le corresponde ir después de la física, le pondremos de nombre ‘metafísica’, es decir el libro que esta después, o al lado de la física”. Este libro comienza con una afirmación que en la primera lección estuvimos leyendo: “Todos los hombres desean por naturaleza saber”. Quisiera que me acompañes a leer el siguiente pasaje de Aristóteles para luego analizar algunas cosas: Tanto antes como ahora, los hombres se inician en la filosofía porque se asombran; se asombraban al principio de rarezas obvias, y después, poco a poco, fueron avanzando y cuestionándose realidades menos evidentes, como los fenómenos de la Luna, del Sol y de las estrellas, y la génesis del universo. La filosofía surge motivada por el asombro, es el asombro el comienzo de la filosofía. Te pediría que recuerdes esto pues la tradición señala esta afirmación como clave para entender el origen de la filosofía, pero también se señala que la filosofía surge como superación de la explicación mitológica. Lo que los especialistas suelen llamar el paso del mito al logos (razón). A menudo recuerdo un pasaje de la autobiografía de Arthur Koestler, un célebre divulgador científico, que dice: Cuando tenía tres o cuatro años sabía cómodamente todo lo que debía saber sobre Dios […] “Él vivía allá arriba”. Creí literalmente en este “allá arriba” que siempre iba indicado por un índice que lo señalaba. El cielo raso blanco sobre mi cuna estaba decorado con un friso de figuras danzantes, recortadas en negro que representaban a las Siete Musas. Me convencí de que las figuras “allá arriba” eran Dios; y durante un tiempo que ahora me parece considerable les dirigí mis plegarias nocturnas. Recuerdo ese pasaje porque de alguna forma me identifico con él, considero que en muchas personas cuando son muy niños piensan y creen lo que les dicen “al pie de la letra”, inclusive las explicaciones mitológicas o asombrosas. Pero llega el momento en que superamos esas explicaciones por otras más racionales. De manera analógica, hubo en la antigua Grecia ese paso, de dejar a un lado el pensamiento mitológico y abrir camino al pensamiento racional. z3 9 z
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Junto a estas reflexiones sobre el origen de la filosofía, Aristóteles se pregunta: si esta ciencia [antiguamente la palabra ciencia tenía la connotación de conocimiento]. Es útil. Esta pregunta, es una pregunta filosófica, no es la más compleja pero recién estamos comenzando así que la analizaremos. La pregunta, aunque formulada de manera implícita: ¿La filosofía es útil? Un primer argumento para sustentar que la filosofía no es un conocimiento útil es el que sostiene que aparece cuando ya se había alcanzado las necesidades básicas. Dice Aristóteles al respecto: “Los hechos dan fe de ello, puesto que ya existía prácticamente todo lo necesario para la subsistencia, lo comodidad y el ocio cuando comenzó a buscarse un conocimiento de este tipo”. Un segundo argumento en torno a la inutilidad de la filosofía es el referido a la nobleza de la filosofía. Aquí la nobleza está referida a la mezcla de honestidad, generosidad y desinterés. En este argumento Aristóteles, en primera instancia, afirma que es la filosofía un saber libre, es decir no tiene una aplicación inmediata o práctica. Luego supone hipotéticamente que este saber sea propio de los dioses y no humano. Si esto fuera cierto, supone el filósofo entonces significa que los dioses son envidiosos y no comparten por tanto este saber con los hombres. Pero como esto no es cierto, es decir que la divinidad no puede ser envidiosa, el hombre también puede participar de este saber, de la filosofía. Sin embargo con esto Aristóteles no deshecha la posibilidad de que se trate efectivamente de un saber divino, pero eso es seguir pensando en un criterio hipotético. Finalmente, luego de este ejercicio reflexivo Aristóteles sostiene de que se trata de un saber más noble que los demás saberes. Finalmente, nuestro filósofo sostiene que este saber nos conduce a un estado de ánimo contrario al del asombro. Es decir, nos lleva a la indiferencia y a la incertidumbre. Eso resulta paradójico, o desalentador en algún sentido, pues habíamos sostenido inicialmente que el punto de partida de la filosofía era el asombro de las cosas, pero luego de indagar en ellas buscando explicaciones y causas, luego entendiéndolas cambia nuestro asombro por indiferencia o por incertidumbre, Aristóteles usa un ejemplo sumamente gráfico para este caso: Sin embargo, en cierto sentido la posesión de esta ciencia conduce necesariamente a un estado de ánimo opuesto al del comienzo de nuestra búsqueda. En efecto, todos los hombres empiezan, como dijimos, por asombrarse de un fenómeno sea de una determinada manera; por ejemplo, de las marionetas que [para aquellos que no han visto la causa] se mueven solas, o de los solsticios o de la inconmensurabilidad de la diagonal, pues a todo el mundo le parece asombroso que exista algo que no pueda medirse ni con la unidad más pequeña. Pero al final llegamos necesariamente a lo contrario (y a lo mejor, como dice el refrán), tal y como ocurre cuando en los ejemplos mencionados se averiguan las causas; efectivamente, nada podría asombrar tanto a un geómetra como que el diámetro fuera mensurable. Vamos a revisar lo que hemos aprendido. En primera instancia revisando la vida del Aristóteles nos hemos acercado a la antigua Grecia, y nos hemos acercado a la reflexión de este importante filósofo sobre el origen de la filosofía. Sosteniendo en primera instancia que la filosofía es una actividad humana, que surge del asombro, por ello primero los hombres inventaron mitos que los filósofos analizaron y criticaron luego z4 0 z
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a fin de buscar la verdad. Esta búsqueda de la verdad, llamada filosofía, no es útil, al respecto hemos seguido el razonamiento del estagirita para señalar que la filosofía tiene un estatus particular dentro del cuerpo de las ciencias. Esta última estación de nuestro viaje quisiera reflexionar sobre el camino que viene pero que no atravesaremos por motivos de tiempo. El amigo y colaborador de Aristóteles, Teofrasto, fue quien sucedió al maestro en la dirección del Liceo, donde se trató de conservar el espíritu de la investigación filosófica y científica. Muchos años más tarde, las ideas de Aristóteles continuaron en la Escuela de Alejandría, este era un centro de investigación reunido en torno a la famosa Biblioteca de Alejandría, donde se encontraban los diferentes libros de la cultura mundial, científicos, literarios, históricos, casi todo el conocimiento del mundo se encontraba allí, pero se perdió por diferentes eventos históricos deplorables hoy en día. Hipatía (355-416), la primera mujer filosofa y científica de la que tenemos información fue la última representante de esta época, según testimonios históricos, tuvo una vida académica notable y representaba los valores griegos clásicos, pero también nos cuenta la tradición que falleció en manos de una secta de fanáticos cristianos que veían en ella un peligro y una blasfemia. Muchos historiadores toman como referencia la muerte de Hipatía como el comienzo de la edad media. Me parece apropiado hacerlo, pues se consolida el pensamiento teológico y el distanciamiento de la investigación científica. Hay una pausa significativa entre lo que habían alcanzado los filósofos y científicos de Alejandría y la época del renacimiento. Te acabo de mostrar a grandes rasgos el camino que está del otro lado, la Edad Media, que como decíamos no vamos a transitar. Vamos a coger un atajo, e históricamente vamos a ir a un momento después, al surgimiento de la época moderna, vamos a acercarnos a René Descartes y su filosofía en nuestro siguiente viaje.
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ACTIVIDADES DE LA LECCIÓN 3 a. Lee atentamente el siguiente texto y contesta las preguntas a continuación: Era un tiempo en el que existían los dioses, pero no las especies mortales. Cuando a éstas les llegó, marcado por el destino, el tiempo de la génesis, los dioses las modelaron en las entrañas de la tierra, mezclando tierra, fuego y cuantas materias se combinan con fuego y tierra. Cuando se disponían a sacarlas a la luz, mandaron a Prometeo y Epimeteo que las revistiesen de facultades distribuyéndolas convenientemente entre ellas. Epimeteo pidió a Prometeo que le permitiese a él hacer la distribución “Una vez que yo haya hecho la distribución, dijo, tú la supervisas”. Con este permiso comienza a distribuir. Al distribuir, a unos les proporcionaba fuerza, pero no rapidez, en tanto que revestía de rapidez a otros más débiles. Dotaba de armas a unas, en tanto que para aquellas, a las que daba una naturaleza inerme, ideaba otra facultad para su salvación. A las que daba un cuerpo pequeño, les dotaba de alas para huir o de escondrijos para guarnecerse, en tanto que a las que daba un cuerpo grande, precisamente mediante él, las salvaba. De este modo equitativo iba distribuyendo las restantes facultades. Y las ideaba tomando la precaución de que ninguna especie fuese aniquilada. Cuando les suministró los medios para evitar las destrucciones mutuas, ideó defensas contra el rigor de las estaciones enviadas por Zeus: las cubrió con pelo espeso y piel gruesa, aptos para protegerse del frío invernal y del calor ardiente, y, además, para que cuando fueran a acostarse, les sirviera de abrigo natural y adecuado a cada cual. A algunas les puso en los pies cascos y a otras piel gruesa sin sangre. Después de esto, suministró alimentos distintos a cada una: a una hierbas de la tierra; a otras, frutos de los árboles; y a otras raíces. Y hubo especies a las que permitió alimentarse con la carne de otros animales. Concedió a aquellas descendencia, y a éstos, devorados por aquéllas, gran fecundidad; procurando, así, salvar la especie. Pero como Epimeteo no era del todo sabio, gastó, sin darse cuenta, todas las facultades en los brutos. Pero quedaba aún sin equipar la especie humana y no sabía qué hacer. Hallándose en ese trance, llega Prometeo para supervisar la distribución. Ve a todos los animales armoniosamente equipados y al hombre, en cambio, desnudo, sin calzado, sin abrigo e inerme. Y ya era inminente el día señalado por el destino en el que el hombre debía salir de la tierra a la luz. Ante la imposibilidad de encontrar un medio de salvación para el hombre. Prometeo roba a Hefesto y a Atenea la sabiduría de las artes junto con el fuego (ya que sin el fuego era imposible que aquella fuese adquirida por nadie o resultase útil) y se la ofrece, así, como regalo al hombre. Con ella recibió el hombre la sabiduría para conservar la vida, pero no recibió la sabiduría política, porque estaba en poder de Zeus y a Prometeo no le estaba permitido acceder a la mansión de Zeus, en la acrópolis, a cuya entrada había dos guardianes terribles. Pero entró furtivamente al taller común de Atenea y Hefesto en el que practicaban juntos sus artes y, robando el arte del fuego de Hefesto y las demás de Atenea, se las dio al hombre. Y, debido a esto, el hombre adquiere los recursos necesarios para la vida, pero sobre Prometeo, por culpa de Epimeteo, recayó luego, según se cuenta, el castigo del robo.
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El hombre, una vez que participó de una porción divina, fue el único de los animales que, a causa de este parentesco divino, primeramente reconoció a los dioses y comenzó a erigir altares e imágenes a los dioses. Luego, adquirió rápidamente el arte de articular sonidos vocales y nombres, e inventó viviendas, vestidos, calzado, abrigos, alimentos de la tierra. Equipados de este modo, los hombres vivían al principio dispersos y no en ciudades, siendo, así, aniquilados por las fieras, al ser en todo más débiles que ellas. El arte que profesaban constituía un medio, adecuado para alimentarse, pero insuficiente para la guerra contra las fieras, porque no poseían el arte de la política, del que el de la guerra es una parte. Buscaban la forma de reunirse y salvarse construyendo ciudades, pero, una vez reunidos, se ultrajaban entre sí por no poseer el arte de la política, de modo que al dispersarse de nuevo, perecían. Entonces Zeus, temiendo que nuestra especie quedase exterminada por completo, envió a Hermes para que llevase a los hombres el pudor y la justicia, a fin de que rigiesen en las ciudades la armonía y los lazos comunes de amistad. Preguntó, entonces, Hermes a Zeus la forma de repartir la justicia y el pudor entre los hombres: “¿Las distribuyo como fueron distribuidas las demás artes?”. Pues éstas fueron distribuidas así: Con un solo hombre que posea el arte de la medicina, basta para tratar a muchos, legos en la materia; y lo mismo ocurre con los demás profesionales. ¿Reparto así la justicia y el poder entre los hombres, o bien las distribuyo entre todos? “Entre todos, respondió Zeus; y que todos participen de ellas; porque si participan de ellas solo unos pocos, como ocurre con las demás artes, jamás habrá ciudades. Además, establecerás en mi nombre esta ley: Que todo aquel que sea incapaz de participar del pudor y de la justicia sea eliminado, como una peste, de la ciudad’’. Platón. Protágoras.
1. El arte político, social ¿se aprende o no se nace con él? 2. ¿Quiénes deben participar del orden social? 3. ¿Estamos haciendo filosofía al reflexionar sobre este mito?
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I V
DESCARTES Y EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO CLARO Y DISTINTO En la lección precedente, analizamos la vida y el contexto en el que vivió Aristóteles. Vimos el conjunto de su obra y su pensamiento en general para finalmente analizar lo que nos dice el filósofo sobre el origen de la filosofía. En esta ocasión, como decía al final de la lección anterior, emprenderemos un viaje. Un viaje a la Francia del 1500, a un mundo occidental que estaba despertando de un largo letargo de teorías sin práctica. De primacía de la teología a una indagación más experimental, más científica. En la lucha de estas dos tendencias veremos a Descartes, llamado por muchos historiadores, el padre de la filosofía moderna. Procederemos de manera análoga que con Aristóteles. Haremos un repaso a la época en la que vive Descartes, luego veremos los aspectos más saltantes de su filosofía, y luego veremos cómo nuestro filósofo soluciona el problema del conocimiento claro y distinto.
4.1. Descartes, época, vida contexto Hacia fines de 1970, Roberto Rosellini, un famoso cineasta, se interesó por hacer películas sobre filósofos. Elaboró una lista, y realizó la mayoría de filmes, el primero en la lista fue Sócrates, también había hizo una película sobre Agustín y otra sobre Descartes. Para este proyecto Rosellini y su equipo construyeron guiones muy fieles a los textos históricos tradicionales y a las obras de cada autor. En el caso de la película de Descartes [Cartesius, 1974] nos muestra al filósofo tal cual, es decir, un hombre como cualquier otro, pero que resaltaba por siempre querer dar su opinión. Luego, también lo
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retrata como un incansable perseguidor de la verdad y un agudo crítico. Sin duda es una imagen acertada. En la obra de Descartes, como veremos más adelante, se deja ver su personalidad. Esto no significa que la filosofía habla solo de él en el sentido anecdótico, sino que Descartes manifiesta siempre la indagación filosófica como una indagación propia, raigal al hecho de ser humano. ¿La película? Es buena, no te voy a contar más, ni te diré cómo termina pues si deseas verla como una tarea complementaria estaría bien. Al parecer, sin querer nos hemos detenido en Italia, la patria de Rossellini. Quisiera decirte que no es accidental la mención a Rossellini, ni el hecho de estar ahora en Italia. Pero debemos ir más allá en el tiempo, siglos XV, XVI, en esta época se desarrolló el movimiento intelectual llamado Renacimiento. El Renacimiento como su propio nombre lo señala es una vuela a lo antiguo, a lo clásico que en este caso estuvo representado por los literatos y pensadores antiguos quienes había sido traducidos al latín. Dice Jacob Buckhard, en La cultura del Renacimiento en Italia: Los poetas latinos más populares, historiadores, oradores y escritores de cartas, junto con un número de traducciones al latín de las obras individuales de Aristóteles, Plutarco, y algunos otros autores griegos, constituían el tesoro de los que unos pocos individuos favorecidos en la época de Petrarca y Boccaccio se inspiraron. Los primeros, como es bien sabido, pertenece y es mantenido con la asistencia religiosa, un griego de Homero, que fue incapaz de leer. Una traducción completa en latín de la Iliada y la Odisea, aunque uno muy malo, vas hizo por sugerencia de Petrarca, y con la ayuda de Boccaccio, por un griego de Calabria Pilato, Leonzio. Pero con el siglo XV empezó la larga lista de nuevos descubrimientos, la creación sistemática de las bibliotecas por medio de copias, y la rápida multiplicación de las traducciones del griego. Desde Italia hacia los países vecinos se fue extendiendo esta revalorización de los antiguos, también al lado de la revitalización del pensamiento, del razonamiento. El inicio de la búsqueda de la indagación científica y también de la independencia del hombre respecto a explicaciones religiosas, la confianza en la razón que ya Marcilio Ficcino había reclamado en su discurso sobre la dignidad del hombre. Sin embargo, estamos diciendo que comenzó este movimiento, no hemos mencionado que triunfó o era bienvenido en los medios académicos, pues no era así. En la universidad aun prevalecía y dominaban los métodos escolásticos propios la edad media. Así que existía un régimen de conflictos entre la concepción del universo más pegado a la teología y donde no se favorecía la investigación científica ni se fomentaba la reflexión y un nuevo pensamiento que fomentaba el pensamiento crítico y autónomo que orientaba hacia la indagación científica. En este ambiente vive René Descartes, nacido en París en 1596, fue educado en el colegio de jesuitas La Fleche. La educación fue buena, recibió una formación muy completa para su época, Descartes era creyente pero también era crítico. Probablemente por ello se hizo amigo del padre Marin Mersenne, quien favoreció desde siempre su formación y su curiosidad científica, Mersenne no solo aconsejaba y promovía la investigación científica sino que buscaba que los científicos y filósofos mantuvieran comunicación epistolar de forma constante y actualizada, apoyando con ella la consolidación de la comunidad científica. Según el mismo Descartes, no se encontraba satisfecho con la enseñanza de su época, buscaba apasionadamente un principio a partir del cual edificar z4 6 z
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toda su filosofía, para ello necesitaba tiempo, así muchas mañanas las dedicaba a esa reflexión entre otras, motivo por el que la tradición atribuye una fuerte tendencia a su personalidad apasionada por sus reflexiones en extremo. Aun estando en el ejército donde se enlistó, se daba tiempo para reflexionar sobre esta filosofía indudable. La filosofía buscada por Descartes estaba fuertemente relacionada con hallar el principio de la misma. Descartes que era matemático, creía que la filosofía debía guiarse conforme a esta ciencia, quería establecer lo que en matemáticas se llama axioma para a partir de ello establecer un conjunto de teoremas derivados. Tan importante es Descartes para la filosofía como lo es para las matemáticas, por ejemplo, el plano cartesiano, ¿lo recuerdas?, es una invención de Descartes, lo mismo que tantos otros principios usados en esta ciencia. Pero no solo era matemático, sino que ingresó a la Universidad de Poitiers para estudiar derecho y medicina. Para 1616 cuenta con los grados de bachiller y licenciado en Derecho. Por el tema de las guerras, para adquirir experiencia, para tener tiempo de meditar sobre su filosofía, viajó a Holanda, Países Bajos, Alemania, entre otros países. Haciendo vida pública, investigando sobre temas matemáticos, médicos, físicos entre otros. Isaac Beeckman, fue en esta época su más importante colaborador. Se calcula que hacia 1619 encuentra el anhelado principio. Su filosofía novedosa y obra científica original le fue ganando diferentes críticos del ámbito religioso y filosófico. Continúo viajando, sin descuidar su producción literaria y las discusiones que estas generaban. Acepto hacia 1649 la invitación de Cristina de Suecia, quien quería que Estocolmo le enseñará filosofía. Según la tradición, su salud débil, el clima duro, entre otros factores hizo que se enferme de neumonía y esta fue la causa de su muerte. Desde 1980, existe otra versión. Eike Pies, sustentándose en una carta que el medico de Descartes escribió a un antepasado suyo, y reordenando la historia. Se afirma que Descartes fue asesinado, el motivo, el hecho de influir negativamente en la princesa Cristina, pues había manifestado la voluntad de convertirse al catolicismo, religión de la que era seguidor Descartes. Así, según los síntomas descritos el filósofo francés habría sido asesinado con arsénico. Es una teoría sumamente interesante y posible. De seguro en estos últimos años se profundizará y comentará al respecto. En esta estación hemos visto la vida de Descartes, su búsqueda auténtica para encontrar la verdad, que en su caso era la búsqueda de un principio indudable, pero también hemos visto que cultivó diferentes campos del conocimiento, por ello en la siguiente estación de este viaje, comentaremos las obras de Descartes y su pensamiento en general.
4.2. La obra de Descartes y su pensamiento en general Desde joven Descartes escribió un conjunto de obras referidas a la filosofía y a la ciencia. Por motivos de la censura de la inquisición desistió de publicar algunas, otras quedaron inconclusas y otras finalmente aparecieron póstumamente y quedaron dispersas hasta que Charles Adam y Paul Tannery trabajaron en consolidar el total de las obras de Descartes haciendo la edición oficial que apareció a partir de 1890. z4 7 z
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Daremos una mirada al conjunto de estas obras para luego identificar en general el pensamiento de Descartes. Los primeros tomos de la obra completa, está referida principalmente a correspondencia. ¿Por qué es importante la correspondencia de Descartes? –te preguntaras. Bueno dentro de ella, no solo hay pasajes esclarecedores de la vida del autor, sino que además se elucidan diferentes temas de orden filosófico y científico. Te preguntaras por que se incluían esos temas en cartas, que deberían ser personales o circunstanciales, es que como decíamos hace un momento la vía de comunicación eran las cartas, así que por esa vía se seguían disputas, controversias. Pero bueno, dejemos de lado la correspondencia que como decíamos ocupa la primera parte de la obra completa de Descartes (tomos I al V). Una de las obras más importantes de Descartes es el Discurso del método, muchas personas creen que se trata solo de un “discurso” sobre el método, pero en realidad es un discurso o suerte de prólogo al tratado de la Dióptrica, que junto a la Geometría conforman una unidad. Sin embargo, no hay que dejar de lado las consideraciones al respecto del Discurso del método, pues en él, Descartes nos cuenta cómo llegó a establecer un método que luego pudo aplicar a las matemáticas. Se leyó por mucho tiempo el Discurso separado del resto de la obra porque efectivamente tenía características propedéuticas. El libro es muy popular, así que te invitó a leerlo de manera complementaria a este curso. Las meditaciones de prima philosophia, traducida en castellano como Las meditaciones metafísicas, es la obra que en la última estación de este viaje analizaremos para observar cómo es que nuestro filósofo plantea una interrogante y la resuelve. Luego, la edición de las obras completas consignan Los principios de la filosofía. Una obra formidable, completa y llena de reflexiones profundas. Entre las otras obras que completan la edición encontramos el Tratado del mundo, el Tratado del hombre, Anatómica, recordemos que Descartes había estudiado medicina. Las pasiones del alma, obra con la que nuestro filósofo reflexiona en el campo de la psicología. Como podemos ver es una obra variada llena de diferentes ámbitos de reflexión. Vayamos ahora a una caracterización general del pensamiento de Descartes. A fines del 2011 vi una película que me dejó fascinado: La invención de Hugo Cabret de Martin Scorsese. La película me agrado no solo por la narrativa primorosa, la dirección impecable y la ambientación brillante, sino también por algunos aspectos que como filósofo me dejaron pensando. En primera instancia un personaje, por usar una expresión, estaba presente misteriosamente en la película, se trataba de un autómata, es decir un robot, pero un robot completamente mecánico, con tuercas, engranajes y ningún circuito impreso, de esos que hoy abundan. Ese autómata me hizo recordar a Descartes, pues afirma el filósofo que el ser humano es algo así, es una maquina piloteada por el alma que se encuentra alojada temporalmente en la glándula pineal. Esta idea de concebir el cuerpo como una máquina, hizo que los historiadores y estudiosos denominen a Descartes mecanicista. En la misma película, Hugo, hay una escena cautivadora. Se pregunta el protagonista si todo tiene un propósito, entonces ¿cuál es nuestro propósito en la vida?- Para responder, el protagonista invita a su interlocutora a lo alto de un reloj desde donde z4 8 z
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divisan París, y dice: “Imaginaba que todo el mundo era un enorme mecanismo, las maquinas jamás vienen con piezas extra, siempre las hacen con la cantidad precisa, así que creo que si todo el mundo es una enorme máquina, no puedo ser una parte extra, debo estar aquí por una razón.” Estas palabras complementadas con la vista de un París asemejado a un gran reloj, nos dan una imagen cierta de lo que el mecanicismo es. Un gran mecanismo asemejado a un reloj, donde cada cosa cumple una función y permite que todo funcione adecuadamente. Si algo falla, se malogra, se deshecha. Decía Descartes que la muerte se produce cuando la máquina del cuerpo comienza a fallar como cualquier máquina y finalmente deja de funcionar, es allí cuando el alma abandona el cuerpo. El alma es inmortal para Descartes. Pero este funcionamiento, es matemático, exacto, planificado. Por eso Descartes intenta explicar todo desde este ángulo. Una filosofía racional, geométrica, mecanicista, así podríamos caracterizar la filosofía de Descartes. Esa rigurosidad del pensamiento cartesiano se encuentra en el análisis y síntesis de ideas y argumentos, no en la expresión. Te invito a realizar nuestra última estación analizando de cerca la reflexión sobre la búsqueda y el hallazgo del principio buscado por Descartes.
4.3. El principio indubitable En esta última estación analizaremos la obra Meditaciones Metafísicas de Descartes con la finalidad de acercarnos a su pensamiento. El libro en cuestión está compuesto por seis meditaciones. Nosotros analizaremos las dos primeras. Te he comentado anteriormente que Descartes tenía una fuerte convicción filosófica que era compatible con el imperativo de encontrar un principio. Cuán importante era para él lo gráfica muy bien el siguiente pasaje: Arquímedes, para mover el globo terrestre de su lugar, no pedía más que un punto fijo y firme. Del mismo modo, tendría yo el derecho de concebir grandes esperanzas si por ventura encuentro solo una cosa cierta e indudable. Este principio, entonces cumpliría el mismo papel que el punto de apoyo famoso de Arquímedes. Decía también, anteriormente, que el estilo de escritura de Descartes es bastante bueno y claro. Veamos más de cerca las primeras reflexiones. La premisa inicial es la siguiente: Si debo buscar un principio cierto e indudable, lo demás es incierto y dudable. Debo usar una función discriminadora para hallar la verdad. Partamos de allí. Dice Descartes, al inicio de su reflexión, que había considerado desde su niñez y juventud una serie de opiniones falsas como verdaderas. ¿Cuáles son? El conocimiento sensorial. “todo lo que ahora he admitido como lo más verdadero y seguro lo he aprendido de los sentidos o por los sentido”.
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Una de las principales vías con la que conocemos el mundo son los sentidos, ellos nos proporcionan información vital. Gracias a ellos conocemos las cosas, cómo son, cómo suenan, cómo saben. Pero, ¿quién no se equivoca al tomar una taza creyendo que esta contiene alguna bebida fría o templada, pero está muy caliente y se quema?, ¿quién a la distancia no se equivoca al reconocer un amigo pero en realidad no lo es?, este es un debate antiguo, el saber si los sentidos nos dan conocimiento fiable de la realidad. En parte sí y en parte no, hay datos que son inobjetables, pero hay muchos en los cuales no encontramos conceso. Por el solo hecho de que conlleve la posibilidad de error es motivo para que Descartes saque de su lista a los sentidos como probable fuente de su principio. La percepción de la realidad. “cómo podría negar que estas manos y este cuerpo son míos, si no es quizá comparándome con esos insensatos cuyo cerebro esta tan turbado por los negros vapores de la bilis que aseguran firmemente que son reyes, cuando son muy pobres, que están vestidos de oro y purpura, cuando están desnudos , o imaginan ser cantaros o tener cuerpo de vidrio? Pero los sentidos son una parte del conocimiento, luego con las sensaciones o información que nos dan los sentidos hacemos una imagen más completa de la realidad. Por tanto, si los sentidos conducen a error, también las percepciones. Incluso, cuando alguna enfermedad o alteración física ocurre puedo generar una percepción falsa de la realidad. Por tanto debemos dudar también de la percepción. Sueño y vigilia. “¿Cuántas veces me sucedió soñar, en la noche, que estaba aquí, vestido, cerca del fuego, aunque yaciese desnudo en mi lecho? También cuando alguien duerme y sueña puede tener la sensación o seguridad de lo que ve en el sueño sea realidad. Cómo alguien puede convencerse de que algo es real o producto del sueño. Por la experiencia, muchas veces tendemos a pensar algo así, un sueño tan vívido nos muestra realidades tan reales. Pero esta situación también resulta engañosa. Añadámosla a la lista de incertidumbre. La imaginación. “hay que admitir al menos que las cosas representadas en el suelo son como cuadros y pinturas que no podría forjarse si no es asemejada de algo real y verdadero, y que entonces, al menos estas cosas generales, a saber, ojos, cabeza, manos y todo el resto del cuerpo son cosas imaginarias sino verdaderas y existentes.” La imaginación, la creatividad, la fantasía, afirma Descartes no surgen de la nada, sino teniendo de referencia las sensaciones, la realidad. Los productos de la imaginación también son motivo de duda, e incertidumbre. En tanto son producto de las ideas compuestas de la realidad. Las ciencias. “quizá no sea errado concluir que la astronomía, la medicina y todas las otras ciencias que dependen de la consideración de las cosas compuestas son muy dudosas e inciertas, pero la aritmética, la geometría y las otras ciencias de esta clase, que tratan de cosas muy simples y muy generales, sin preocuparse mucho por saber si ellas son o no son en la naturaleza, contiene algo cierto e indubitable”.
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Las ciencias, como dice Descartes se sustentas en muchas ideas compuestas, en abstracciones que han sido forjadas muchas veces al calor de la imaginación. También hay un criterio interesante aquí, el hecho de que muchas ciencias como las matemáticas no se preguntan sobre el objeto que estudian, sino los presuponen. También pueden estar erradas. El genio maligno. “Supondré entonces, que hay, no un verdadero Dios, fuente soberana de verdad, sino un cierto genio maligno, tan astuto y engañador como poderoso, que ha empleado toda su industria en engañarme”. Finalmente, Descartes argumenta hipotéticamente que el producto de la realidad puede ser la creación y mantención de un genio maligno esmerado en engañarnos siempre. A partir de esta consideración debemos entonces considerar que toda la creación es producto de la ficción. Si has seguido adecuadamente este proceso de cuestionamiento, al que se le denomina duda metódica, debes haber llegado ya al punto de la pregunta fundamental: si todo ha sido puesto en duda, ¿de qué no podemos dudar? Descartes sostiene, en una suerte de recopilación de lo pensado anteriormente lo siguiente: Supongo entonces que todas las cosas que veo son falsa, me persuado que nada de lo que mi memoria, llena de mentiras, me representa, ha sido jamás, pienso que carezco de sentidos, creo que el cuerpo, la extensión, la figura, el movimiento y el lugar son ficciones de mi espíritu. ¿Qué podrá, entonces, ser tenido como verdadero? Cuál puede ser una fuente de certeza es algo difícil, si recuerdas hasta las ciencias, los sentidos y demás han sido eliminados temporalmente como posibles candidatos. Hasta el propio cuerpo, más aún la tentativa de algún demonio que quiere engañarme aparece. De qué no puedo dudar: No puedo dudar de que estoy dudando. He allí el principio buscado. De modo que, después de haberlo pensado bien y examinado cuidadosamente, debe concluirse y tenerse por establecido que esta proposición: yo soy, yo existo, es necesariamente verdadera, todas las veces que la pronuncio o que la concibo en mi espíritu. Hemos llegado a la meta. La búsqueda de un principio por fin ha terminado. “pienso, luego existo”, no es un juego de palabras ni nada por el estilo. Es una afirmación de certeza que permite luego a Descartes explicar el origen “racional” del conocimiento. También encuentra la certeza de la existencia de Dios y a partir de allí hace todo su sistema. Esas últimas reflexiones complementan la obra. Pero, como decía, corresponden a temas distintos. Hemos llegado al fin de nuestro viaje, te invito a completar las actividades de esta lección para continuar.
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ACTIVIDADES DE LA LECCIÓN 4 a. Lee el siguiente texto y responde las preguntas ¿Qué soy, entonces? Una cosa que piensa. Y ¿qué es una cosa que piensa? Es una cosa que duda, que entiende, que afirma, que niega, que quiere, que no quiere, que imagina también, y que siente. Sin duda no es poco, si todo eso pertenece a mi naturaleza. ¿Y por qué no habría de pertenecerle? ¿Acaso no soy yo el mismo que duda casi de todo, que entiende, sin embargo, ciertas cosas, que afirma ser ésas solas las verdaderas, que niega todas las demás, que quiere conocer otras, que no quiere ser engañado, que imagina muchas cosas —aun contra su voluntad— y que siente también otras muchas, por mediación de los órganos de su cuerpo? ¿Hay algo de esto que no sea tan verdadero como es cierto que soy, que existo, aun en el caso de que estuviera siempre dormido, y de que quien me ha dado el ser empleara todas sus fuerzas en burlarme? ¿Hay alguno de esos atributos que pueda distinguirse en mi pensamiento, o que pueda estimarse separado de sí mismo? Pues es de suyo tan evidente que soy yo quien duda, entiende y desea, que no hace falta añadir aquí nada para explicarlo. Y también es cierto que tengo la potestad de imaginar: pues aunque pueda ocurrir (como he supuesto más arriba) que las cosas que imagino no sean verdaderas, con todo, ese poder de imaginar no deja de estar realmente en mí, y forma parte de mi pensamiento. Por último, también soy yo el mismo que siente, es decir, que recibe y conoce las cosas como a través de los órganos de los sentidos, puesto que, en efecto, veo la luz, oigo el ruido, siento el calor. Se me dirá, empero, que esas apariencias son falsas, y que estoy durmiendo. Concedo que así sea: de todas formas, es al menos muy cierto que me parece ver, oír, sentir calor, y eso es propiamente lo que en mí se llama sentir, y, así precisamente considerado, no es otra cosa que “pensar”. Por donde empiezo a conocer qué soy, con algo más de claridad y distinción que antes. Sin embargo, no puedo dejar de creer que las cosas corpóreas, cuyas imágenes forma mi pensamiento y que los sentidos examinan, son mejor conocidas que esa otra parte, no sé bien cuál, de mí mismo que no es objeto de la imaginación: aunque desde luego es raro que yo conozca más clara y fácilmente cosas que advierto dudosas y alejadas de mí, que otras verdaderas, ciertas y pertenecientes a mi propia naturaleza. Mas ya veo qué ocurre: mi espíritu se complace en extraviarse, y aun no puede mantenerse en los justos límites de la verdad. Soltémosle, pues, la rienda una vez más, a fin de poder luego, tirando de ella suave y oportunamente, contenerlo y guiarlo con más facilidad. Descartes. Meditaciones metafísicas. II. Med.
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1. ¿Cuál es el tema central del texto?
a. la duda y la inseguridad del ser humano contemporáneo. b. la reflexión existencial sobre nuestro mundo cotidiano. c. el descubrimiento de la dimensión racional del hombre. d. la posibilidad de ser engañados como en un sueño. 2. ¿Cuál es la idea principal del texto?
a. las características del pensar del hombre. b. la importancia de imaginar y sentir del hombre. c. la duda que permanece en el estado de sueño. d. la certeza de la racionalidad es clara y distinta. 3. Se puede inferir que para Descartes
a. afirma que el hombre es un ser que piensa. b. la duda constituye parte de un método valioso. c. podríamos ser engañados inclusive en sueños. d. la imaginación nos ayuda en la vida cotidiana. 4. Es incompatible con el texto afirmar que
a. Descartes busca una certeza en su meditación. b. aún en el sueño se puede seguir dudando. c. los sentidos nos distraen del conocimiento. d. la certeza a la que llega Descartes es inefable. 5. Si Descartes plantearía su reflexión en nuestra época, probablemente
a. repetiría una reflexión similar dudando de lo mismo. b. pensaría también en los medios de comunicación. c. incluiría elementos de la ciencia y la tecnología. d. mencionaría una identidad virtual o algo similar.
b. Indaga al respecto de la ilustración, Inmanuel Kant, los empiristas y racionalistas.
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BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA Abbagnano, N.
(2004). Diccionario de filosofía. México D.F.: Fondo de Cultura Económica.
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(2008). Meditaciones metafísicas. Barcelona: Prometeo.
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(1999). Diccionario de filosofía. Madrid: Alianza Editorial.
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(2009). La enseñanza de la filosofía. Lima: Fondo Editorial de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega-Instituto Raúl Porras Barrenechea.
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