Chanchitos y el Lobo
Había una vez una aldea de cerditos que vivían en el bosque. Los cerditos tenían una aldea de casas de madera con techo de paja y como un lobo feroz siempre los molestaba, se reunieron en un charco de lodo para hablar. Uno de los chanchitos dijo: -“Tenemos que hacer casas más fuertes para protegernos del lobo. Así podremos escondernos dentro de ellas cada vez que el lobo aparezca por aquí.” A los otros cerditos les pareció muy buena idea, pero no se ponían de acuerdo respecto a qué material utilizar. Al final, decidieron que lo mejor era ha-
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cer edificios resistentes y fuertes con ladrillos. Se pusieron en marcha y construyeron los edificios al rededor del charco de lodo. Cuando todos los cerditos terminaron los edificios se pusieron a jugar en el lodo muy felices, porque el lobo no los iba a molestar nunca mas. Luego de un tiempo, el lobo feroz decide ir a molestar a los chanchitos y ve que construyeron edificios de ladrillo. Al principio pensรณ que no era lo bastante fuerte para derribar sus edificios fuertes y resistentes de ladrillo.
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Pero luego pensó: “Esos chanchitos no van a vencerme, soy mucho más grande y puedo soplar y soplar muy fuerte. ¡Voy a derribar sus edificios!” El lobo feroz comienza a acercarse muy despacio y tranquilo, procurando no hacer ruido, para que los chanchitos no se asusten y se escondan en sus casas. Mientras el lobo feroz se acerca, los chanchitos siguen jugando en el lodo. Aún no se han dado cuenta de que el lobo se está acercando y va a derribar sus edificios. Cuando el lobo esta justo en frente de la ciudad los chanchitos se dan cuenta
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de la presencia del lobo feroz. Entonces el lobo comienza a tomar todo el aire que que sus pulmones le permiten respirar. Para tomar aún más aire, levanta su cabeza y sus patas delanteras. El lobo feroz se hizo aun más grande de lo que ya era. Uno de los chanchitos grita: “¡ESTA AQUÍ, ESTA AQUÍ EL LOBO FEROZ! Para que todos los chanchitos que aún estaban en la aldea lo escuchen. Entonces todos los chanchitos comienzan a correr lo mas rápido que sus cortas patitas les permiten correr.
Cuando el lobo feroz terminó de tomar todo el aire que podía, comenzó a dejar su cuerpo caer y pisó uno de los edificios de los chanchitos. Al tocar el suelo, comenzó a soplar y soplar. Ninguno de los chanchitos se salvo del lobo feroz, todos salieron volando. Hasta los chanchitos más alejados, los que estaban en la aldea. El soplido del lobo era tan, pero tan fuerete que hasta los edificios de ladrillo se fueron volando con los chanchitos. Fin.
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Adaptación del cuento infantil Los Tres Cerditos para el segundo parcial de Diseño 3D.
Universidad Ciencias Empresariales y Sociales. Rocío Dimasi.