Tribunal de la Crítica

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Tribunal de la crítica Revista académica Universidad de Carabobo Valencia, Carabobo

EDICIÓN ESPECIAL Dos ensayos inauditos Deconstruyendo la sociedad industrial y su antecesora, la sociedad de la información

1. Sociedad industrial (p. 3) Rodrigo J. Pérez 2. Sociedad de la información (p. 4) Rodrigo J. Pérez

28 de octubre del 2017


Tribunal de la Crítica

Universidad de Carabobo

Edición Especial

Autoridad académica Francisco Gelanzé / Ingeniero industrial, Magíster en Ciencia Política y Administración Pública, Master en Gerencia y Tecnología de la Información. Doctorando en Ciencias Administrativas y Gerenciales.

Editor Rodrigo Pérez / Estudiante de Estudios Políticos de la Universidad de Carabobo C.I. 27.188.945 0414-4286947 Sección 02 1º Año, Estudios Políticos

Autor(es) Rodrigo Pérez


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Sociedad industrial Rodrigo Pérez Históricamente hablando, muchas sociedades en Occidente, incluidos los Estados Unidos, se convirtieron en sociedades industriales después de la Revolución Industrial que se extendió por Europa y luego por Estados Unidos a finales de 1700. De hecho, la transición de lo que eran las sociedades preindustriales agrarias o comerciales a las sociedades industriales y sus muchas implicaciones políticas, económicas y sociales, se convirtieron en el centro de las primeras ciencias sociales y motivaron la investigación de los pensadores fundadores de la sociología, entre ellos Karl Marx, Émiel Durkheim y Max Weber. Marx estaba especialmente interesado en entender cómo una economía capitalista organizaba la producción industrial y cómo la transición del capitalismo temprano al capitalismo industrial reformó la estructura social y política de la sociedad. Dada la riqueza del pensamiento marxista, este ensayo se encuadra en el mismo. Para los autores de este análisis, la teoría marxista posee elementos de gran utilidad para la elaboración de una disertación teórico-crítica de la sociedad emanada de la Revolución Industrial. Para los autores, la industrialización fue una etapa más en la deshumanización de los trabajadores y un trampolín esencial para los procesos revolucionarios que estaban por venir. En el Prólogo a la primera edición alemana del primer tomo de El Capital, Marx apunta que “el país industrialmente más desarrollado no hace más que mostrar al que es menos desarrollado el cuadro de su propio porvenir” (1867: 89). La sociedad agraria o feudal explotó a las clases bajas, esclavizándolas; el proceso de industrialización permitió a los poseedores de capital alcanzar mayores riquezas a través de un sistema económico más productivo, pero siempre a expensas de los pobres. Precisamente Marx en su escrito "La miseria de la filosofía", en el capítulo titulado “La metafísica de la economía política”, explica que: Al adquirir nuevas fuerzas productivas, los hombres cambian de modo de producción, y al cambiar el modo de producción, la manera de ganarse la vida, cambian todas sus relaciones sociales. El molino movido a brazo nos da la sociedad de los señores feudales; el molino de vapor, la sociedad de los capitalistas industriales (1847:70). Así pues, la industrialización fue sólo otra forma de explotación, pero modificante de la relación entre trabajo y capital. En su tratado más puramente político, El Manifiesto Comunista, Marx puntualiza lo siguiente: La antigua manera de producir no podía satisfacer las necesidades, crecientes con la apertura de nuevos mercados. El oficio, rodeado de privilegios feudales, fue reemplazado por la manufactura. La pequeña burguesía industrial suplantó


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a los gremios; la división del trabajo entre las diferentes corporaciones desapareció ante la división del trabajo en el seno del mismo taller (1848:27). Marx vio la historia económica a través del prisma de un juego absoluto de suma cero en el que los dueños del capital se beneficiaron de los trabajos de una clase obrera mal pagada y explotada. De esta forma, la revolución industrial fue una fase natural y esencial en la evolución humana que contribuiría al beneficio de la humanidad mediante el desarrollo de una fuerza de trabajo más educada y productiva, capaz de equilibrar en última instancia el equilibrio de poder entre ella y las élites por encima de ellos. La industrialización en sí era deshumanizante y explotadora, pero formaba parte de la historia como el desarrollo de modelos agrarios anteriores. Cabe aclarar que esto no implica una justificación del modelo industrial. Ni mucho menos. El mismo Marx reconoce que esto no es más que el desarrollo de las fuerzas productivas, pero bajo un esquema en el que persiste la llamada explotación del hombre por el hombre. No en vano la sociedad industrial se caracteriza por la urbanización, en contraposición directa a la ruralidad que prevalecía en la sociedad feudal o agraria previa. Referencias ENGELS, F., y MARX, K.. (1848). Manifiesto del Partido Comunista [en línea]. Reino Unido. Disponible en: https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/48manif.htm. Consultado el 01 de octubre del 2017. MARX, K.. (1847). La miseria de la filosofía [en línea]. Bruselas y París. Disponible en: http://www.socialismo-chileno.org/ biblioteca/KM_ca pital_libro1. Consultado el 01 de octubre del 2017. MARX, K. (1867). El Capital. Crítica de la economía política [en línea]. Hamburgo: Erster Band. Disponible en: http://www.ataun.net/bibliote cagratuita/Cl%C3%A1sicos%20en%20Espa%C3%B1ol/Karl%20Marx/El%20ca pital%20I.pdf. Consultado el 01 de octubre del 2017.

Sociedad de la información Rodrigo Pérez La aparición y la multiplicación exponencial de las tecnologías de la información y comunicación (las llamadas TIC’s), en conjunción con una serie de cambios en el orden político, económico y social (Castells, 1997), se ha constituido en un objeto de interés para los gobiernos, las empresas y la población en general. Es por esa razón que se ha acuñado un término para este fenómeno: “sociedad de la información”.


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Aunque no es el objetivo de este ensayo, es necesario apuntar que existe una controversia en cuanto a la conveniencia y la validez del término antes referido; no sólo ha sido objeto de crítica por diversos autores –por ejemplo, Castells (1997) y Khan (2003)- sino que además se han propuesto conceptos alternativos. Sin embargo, hemos escogido “sociedad de la información” por su popularidad y su influencia mediática (Martínez, 2014). Ahora bien, considerando que la información tiene un papel estratégico en nuestras sociedades y se inscribe en un contexto socio-histórico determinado, es imperativo hacer una aproximación a las características de ese contexto, pues éstas son, precisamente, las que definen una “sociedad de la información”. Así pues, nuestra disertación es más descriptiva que crítica. En primer lugar, partimos de una posición crítica de la neutralidad de la tecnología o, mejor dicho, de una concepción de no-neutralidad de la tecnología. Según Kranzberg (1986), la tecnología debe ser examinada en un marco social, pues éste último determina el curso de la primera. De allí se origina su primera ley: “La tecnología no es buena ni mala, pero tampoco es neutral” (1986, p. 544). Por ende, cuando se habla de sociedad de la información, no se trata de la mera predominancia y relevancia de la información en la sociedad –valga la redundancia-, sino que consiste en la intersección de la información en ciertas dinámicas socioeconómicas, culturales y políticas. O en palabras de Rendón Rojas (2001): la sociedad de la información desde el enfoque histórico es el conjunto de relaciones sociales en un espacio social (institucionalidad) altamente dinámico, abierto, globalizado y tecnologizado, que se apoyan y realizan a través de la información; la cual es igualmente dinámica, abierta, globalizada, tecnologizada además de mercantilizada (p. 16). De acuerdo a Rendón Rojas (ídem), se pueden distinguir cinco dinámicas que caracterizan a la sociedad de la información, véase, (i) volubilidad del entorno; (ii) globalización; (iii) mercado; (iv) tecnología y (v) el nivel socioeconómico. Primeramente, la volubilidad del entorno se refiere a la constancia y recurrencia de los cambios en la sociedad, que son motivo de interés para el hombre pues percatarse de ellos le permite tomar decisiones correctas. A su vez, la globalización es la interrelación y el intercambio abierto entre países de todo el mundo. En ese sentido, la sociedad de la información se caracteriza por la ausencia de barreras geográficas en cuanto a transmisión y difusión de la información. Por otro lado, el mercado cobra relevancia en la sociedad de la información en tanto el alejamiento del Estado, la subordinación al arbitrio privado y demás, ha originado la expansión de los mercados bursátiles donde la información tiene un altísimo valor.


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Respecto a la tecnología, no es más que el desarrollo de las TIC’s, que fungen como soporte esencial en el proceso de creación, transmisión, difusión y distribución del conjunto de datos en la aldea global. Y finalmente, el nivel socioeconómico en la sociedad de la información es mayor que en sociedades antiguas, por lo que existe una mayor satisfacción de necesidades, pero a su vez surgen otras, nuevas y variadas. En otras palabras, las necesidades no son las mismas. Así pues, podemos concluir que la sociedad de la información define un conjunto de dinámicas sociales, económicas e históricas y las tecnologías de la información y la comunicación se enmarcan en ellas; es en ellas donde devienen las TIC’s. Por otra parte, se debe hacer notar que estas dinámicas no son aisladas ni mutuamente excluyentes, sino que se entrecruzan y se retroalimentan; esto es, la sociedad de la información toma forma por estas dinámicas; y al mismo tiempo, estas variables se ven dinamizadas por la sociedad de la información en sí misma. Referencias CASTELLS, M. (1997). La era de la información: economía, sociedad y cultura (2nd ed.) [en línea]. Madrid: Alianza Editorial, S.A. Disponible en: http://www.felsemiotica.org/site/wp-content/uploads/2014/10/LA_SOCIE DAD_RED-Castells-copia.pdf. Consultado el 24 de septiembre del 2017. KRANZBERG, M. (1986). Technology and History: "Kranzberg's Laws" [en línea]. Technology and Culture, 27(3), 544-560. Disponible en: https://www.jstor.org/stable/3105385. Consultado el 24 de septiembre del 2017. MARTÍNEZ, L. (2014). Del ´homo videns´ al ´homo iconicus´ en la sociedad del conocimiento [en línea]. Filosofía, [S.l.], n. 24, p. 127-139, jul. 2014. ISSN 13153463. Disponible en: http://erevistas.saber.ula.ve/index.php/filosofia/article/view/4873. Consultado el 24 de septiembre del 2017. RENDÓN, M. (2001). Un análisis del concepto sociedad de la información desde el enfoque histórico [en línea]. Información, cultura y sociedad, (4), 9-22. Disponible en: http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S185117402001000100002&lng=es&tlng=es. Consultado el 24 de septiembre del 2017. UNESCO. (2003). Towards Knowledge Societies. An Interview with Abdul Waheed Khan [en línea]. Disponible en: http://www.unesco.org/new/en/communicationand-information/resources/news-and-in-focus-articles/all news/news/towards_knowledge_societies_an_interview_with_abdul_waheed/. Consultado el 24 de septiembre del 2017.


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