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ENTRETENIMIENTO

M A RT E S 8 DE J U L IO DE 2008 I DI A R IO MON ITOR

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VICENTICO | CANTANTE

“Me identifico más con Luis Miguel que con Manú Chao”

FOTOS; CORTESÍA SONYBMG

“Nosotros no dijimos que Los Fabulosos Cadillacs se separaban ni hicimos una gira de despedida; estábamos todos limados y necesitábamos parar; fue parte de la inercia; los primeros años ni nos hablamos entre nosotros y, con el tiempo, retomamos la onda”, dice el intérprete argentino con respecto a su ex banda, que hoy anuncia oficialmente su reencuentro

ENTREVISTA EXCLUSIVA Rogelio Segoviano

“¿L

legará pronto la reunificación de Los Fabulosos Cadillacs?”, le pregunté hace pocos meses a Gabriel Fernández Capello, mejor conocido como Vicentico, el famoso cantante argentino, quien durante muchos años fuera el rostro más visible de una de las bandas latinoamericanas más importantes de la década de los 90. “No, imposible... Digo, no lo descarto, pero tal vez hasta dentro de cinco años pudiera presentarse esa posibilidad”, aseguró tajante al otro lado de la línea telefónica, desde su casa en Buenos Aires. Corría el mes de enero y en las estaciones de radio y canales de videos musicales transmitían con regular frecuencia el tema “El árbol de la plaza”, de su tercer álbum solista: “Los Pájaros”. Fanático de San Lorenzo de Almagro y casado con Valeria Bertucelli, una famosa actriz argentina, Vicentico decía que lo que más extrañaba de su etapa con Los Fabulosos Cadillacs eran las peleas y las fricciones propias del trabajo en equipo. También aseguraba que todo aquello quedaba desahogado con las frecuentes reuniones que mantenían para jugar alguna “cascarita” de futbol. Pero a partir de hoy ya no extrañará más eso, pues este martes 8 de julio, los exintegrantes del fenomenal combo creador de éxitos como “Matador”, “Vasos vacíos” y “Manuel Santillán, El León”, ofrecerán su primera rueda de prensa oficial para anunciar su reencuentro, así como para dar los pormenores de la gira que realizarán por más de 50 ciudades del continente, incluyendo un concierto para 50 mil personas en el Foro Sol de la Ciudad de México. A continuación parte de la charla que Vicentico tuvo en exclusiva con “Diario Monitor”... ¿Cuál es el balance que haces de tu carrera en solitario después de Los Fabulosos Cadillacs? Hasta ahora podría decir que ha sido algo maravilloso y positivo, sin embargo no me gustaría tampoco hacer un balance pues siento que estoy recién en los comienzos de algo, llevo nada más que tres discos en un periodo de cinco o seis años, así que considero que estoy empezando, y cada disco que saco y cada año de carrera lo encuentro más serio y más seguro. Si bien nunca tuve dificultades ni soy una persona insegura, siento que las canciones y los discos crecen a medida en que el tiempo pasa. Y como no tengo no tengo ninguna intención de parar ni de frenar, pues me parece que estoy en el comienzo de algo, y eso para mí es un buen modo de verlo. Pero estoy bien, muy cómodo y, por suerte, se me fue dando todo de un modo agradable y con mucho trabajo. Tal vez demasiado trabajo en algunos momentos, así que también he tenido que aprender a frenar un poco.

¿Te sientes satisfecho? Estoy contento y siento que lo que hago, grande o pequeño, el público lo ha aceptado bien, mis discos han tenido buena aceptación, sigo viajando para hacer conciertos, que para mí eso es muy impresionante, porque después de pertenecer a un grupo como Fabulosos Cadillacs, uno pierde un poco la noción de por qué tantos conciertos y por qué tantos discos, sobre todo lo que nosotros pensamos al parar la banda, fue como para ver qué era lo que sucedía con nosotros fuera del grupo. A todos, por suerte, nos funcionó muy bien la cuestión y eso es para estar muy agradecidos y muy contentos. ¿Has encontrado las respuestas que buscabas al dejar el grupo? Si y no. Depende de las preguntas que me vaya planteando, pues hay algunas que son simples y hasta tontas, en donde hay respuestas fáciles que se dan en torno a cómo jugar este juego de ser “artista” y de ser “músico”, que en realidad son cosas inexistentes pero que a la vez es divertido pensarlas como un juego y ver hasta a dónde se puede llegar. Para mí, por suerte, no me importan ni la plata ni el éxito ni nada de eso. Me pueden importan en cuanto al juego del que hablo, pero lo que en realidad me importa en la vida son mis hijos, mi familia, verlos a todos sanos… Esas son las cosas que me importan. ¿Es divertido jugar a ser “artista”? Es divertido ver esta carrera como un chiste, un juego en el que, de alguna manera vas dirigiéndote por determinados caminos. Ahora, con las preguntas más importantes que uno se puede plantear, pues de entrada, son cosas que quién sabe si tengan una respuesta, es más, no sé si necesite en realidad de esas respuestas. Además, no sé si yo sea la persona adecuada para encontrar respuestas ni para preguntar demasiadas cosas. Yo voy y hago las canciones y luego... a ver qué pasa. De lo que estoy seguro es que todo lo hago al límite de mi capacidad. Si me sale bien, lo hice al máximo, si me sale mal, también lo hice al máximo. Es el modo que tengo para no sentirme mal después. ¿Si no es la fama ni el dinero, cómo defines el éxito? No sé bien lo que es el éxito. En principio, lo que podría decir es que el éxito es un malentendido. Tener éxito o no tenerlo, es como una especie de gran malentendido que genera muchos conflictos. Pero bueno, si yo tuviera un lugar en dónde tocar y con que un poco de gente vaya a verme y un poco de gente compre mis discos y vaya teniendo un modo de generar espacios para tocar mi música, sin importar si son foros grandes, chicos o del tamaño que sean, para mí eso ya es un principio de algo bueno que te está sucediendo. Si para algunos eso es el éxito, entonces tengo “éxito” porque puedo mantener lo que siempre he querido tener. ¿Ese era tu sueño? Lo que para mí siempre fue un sueño de chico era tener un grupo de músicos alrededor

mío arriba de un escenario o en un estudio de grabación, entonces eso es un principio de que algo está muy bien. Pero también “éxito” es que tus hijos estén sanos y estén bien, que la familia sea feliz, que tu casa esté ferviente, que el jardín se llene de árboles…, eso es realmente tener éxito. Podrá parecer cursi y más de uno dirá: si, si, está bien..., ¿y qué más? Pero, en realidad, si uno logra ese tipo de cosas, significa que todo lo demás también está bien. Es muy importante el poder transitar en la vida con paz y felicidad, y es un trabajo que tenemos que hacer día con día. Son las cosas que hacen que uno piense menos en los problemas y que esté menos preocupado por lo que va a pasar mañana. Son las cosas que hacen que uno se calme, descargue sus ansiedades y tenga la cabeza en paz. Por cierto, tener éxito puede generar mucha ansiedad también. ¿De verdad desde niño soñabas con estar en una banda arriba del un escenario? Desde muy chico la música siempre me llamó mucho la atención. En mi casa siempre había música todo el tiempo, mi mamá es pianista y el resto de la familia siempre ha estado relacionada con el ambiente artístico y el mundo del teatro. Mi esposa es actriz, mis hijos son músicos. Digo, no es que yo soñara desde chico con ser músico ni nada

de eso, pero en algún momento de mi infancia me vi como músico y a partir de ahí, aunque no fue del todo fácil que los demás entendieran que yo quería ser eso, trabajé para poder conseguirlo. Al día de hoy, para mí es muy importante el haber podido llegar al sitio en el que me encuentro por mí mismo. Cuando era chico todo el mundo se preocupaba por lo que iba a ser cuando fuera grande, ya que era un mal estudiante, faltaba a la escuela, era medio vago. Es más, no estudié ni siquiera música, pero al darme cuenta de que lo que hacía lo hacía bien, eso me hacía sentir orgulloso. Y ahora, con el paso del tiempo, pues le he demostrado a mi familia de que no era tan tonto como pensaban. Además, eso me sirve ahora con mis hijos para entenderlos y no volverlos locos con cosas absurdas ni con tonterías. Háblame un poco del trabajo creativo y de tus influencias más allá de la música… Para mí hay dos trabajos diferentes en el proceso de inventar

algo o de crear alguna cosa en donde no había nada. Una es la inspiración que aparece un buen día, así como una aparición, y hay que darle importancia a eso. Eso puede suceder, y está buenísimo, pero la otra es sentarse a trabajar, porque si no lo haces, las cosas no van a aparecer. Hay que estar cuatro o cinco horas frente al piano, y después de ese lapso, alguna idea va a aparecer, eso es seguro. Será una idea aunque sea pequeña que la puedes guardar y retrabajarla más adelante. Simplemente es algo que en ese momento te resonará en la cabeza y de ser así, algo bueno podrá resultar. Me parece que las dos cosas funcionan y son válidas, por un lado esperar a que llegue la inspiración y por el otro sentarse a trabajar y buscar. Me parece que todo el arte siempre está como dando vueltas en torno a uno y cada quien puede ir tomando cosas de aquí y allá en cuanto a imágenes de alguna película, sonidos, conciertos, cuadros, libros, obras de teatro, danzas…, son como piezas de un rompecabezas multidisciplinario que se van quedando en la mente y siempre vas a partir de ahí para crear cosas nuevas. ¿Crees en las musas? Creo más en el trabajo permanente para desarrollar mejores piezas musicales. Prefiero sentarme a trabajar para no dejar ningún cabo suelto. Ten-

go una obsesión por dejar perfectamente terminada cada canción, por cuidar cada palabra y cada nota para que no quede ni una de más ni una de menos, cosa que resulta bastante entretenida por lo que se debe tomar el tiempo necesario. El oficio que aprendí de hacer canciones, consiste en gran parte en tomarse el tiempo necesario para redondearla. Bueno, esa también es una situación bastante abstracta porque qué es de más y qué es de menos, pero saber lo que a uno le gusta y en donde está el sentimiento de uno expresado en la canción. Para entender todo eso hay que trabajar y trabajar y trabajar. ¿Eres perfeccionista? Demasiado. Soy obsesivo, aunque creo que un artista debe aprender a dejar en un momento determinado cada obra. Hay que saber en qué momento uno dice: ya está y dejarla para siempre. En mi caso eso me resultó bastante complicado porque durante mucho tiempo trabajé en estudios de grabación en los que uno tiene que pagar

una renta determinada por utilizarlos, así que en esa situación hay un plazo de un día, una semana o un mes para terminar una canción o un disco, sin embargo con el tiempo yo he tenido la oportunidad de poner mi propio estudio de grabación, así que como no tengo que pagar ahora renta y está a mi completa disponibilidad, pues una canción se puede convertir en un proceso eterno. Entonces, hay que saber en qué momento parar para que el perfeccionismo no se convierta en algo oscuro o negativo. El perfeccionismo y las obsesiones muchas veces son trampas de la mente. ¿Permites que la gente a tu alrededor intervenga en el desarrollo creativo de tus canciones y tus discos? ¿Fue esa una de las razones por las que decidiste seguir una carrera como solista? En parte, pues me parece que si no les das el lugar que merecen a tus músico, éstos van tocar sólo para cumplir pero sin dar lo máximo de ellos mismos, en cambio, cuando los haces partícipes de la canción y dejas que cada uno haga lo que sabe hacer, te van a dar lo mejor de su potencial. Sin embargo, vos tenés perfectamente bien claro en la cabeza cuál es el sonido que deseas y cómo es que vas a lograrlo, difícilmente vas a dejar que alguien intervenga o pretenda encaminar la canción hacia otra parte. No es algo fácil, resulta algo tremendo porque uno se encapricha y no permite que los demás opinen. Es una situación que a mí, en lo personal, cada vez me pasa menos. Con el tiempo aprendes de que todo se trata de un proceso de estira y afloja. Tus canciones hablan de cuestiones sociales y de derechos humanos... ¿hay quienes no ven en ésto un compromiso sino una moda...? Bueno, en mi caso, más que hacer temas sociales, me gusta pensar las cosas como mucho más simples, es decir, yo hago canciones para la gente buena, para la que siente compasión por muchas de las cosas que suceden a su alrrededor. A través de cada tema intento curarme internamente de lo que me pasa a mí, y si de paso puede ayudar a otra persona a que le suceda lo mismo que a mí, pues tanto mejor, y si no, pues ni modo, pero ya me sirvió a mí. Tengo la esperanza de que mis canciones me ayuden a cambiar para ser una mejor persona, y que puedan ayudar de igual forma a las personas que tengo cerca, aunque después no suceda, pero por lo menos lo intento. Por otro lado, el hacer temas de contenido social no equivale hacer canciones panfleto. Yo busco las cosas más simples. ¿Crees que el público evoluciona junto con los artistas? No lo sé, no tengo una respuesta para eso. El público es una masa compuesta de personas, y cada una es diferente del resto. Ahora bien, los medios también juegan aquí un papel muy importante, porque, por ejemplo, algunas estaciones de radio y algunos canales de televisión, a través de sus programas musicales van formando o deformando una especie de mente alternativa, al

grado de llegar a crear una cabeza colectiva que pide determinados productos, y en muchas ocasiones puede ser tonta, vacía y estar muy equivocada. He escuchado a muchas personas decir que las carreras de Vicentico y Manú Chao son demasiado parecidas, ¿tú encuentras alguna similitud musical con el trabajo de Manú Chao? La verdad, no mucha. A mí Manú me pare un tipo muy interesante, pero sinceramente no creo que las canciones que yo escribo y lo que yo estoy buscando tengan algo que ver con lo que él hace como cantante. Lo mío es un poquito más..., cómo decirlo, más melódico y musical, mientras que Manú es algo más conceptual y más dirigido a otra cosa. Manú es ahora más “punky”, como yo lo fui alguna vez, pero el tiempo nos va transformando. Mira, voy a decir algo que tal vez a algunas personas les suene como algo horroroso e impensable pero no tengo ningún prejuicio en reconocer que estoy más emparentado e identificado con Luis Miguel que con Manú Chao. Es verdad, me gusta mucho Luis Miguel, Cristian Castro y esa clase de cantantes y baladistas. Me parece que en ese camino yo puedo hacer algún dúo y esa clase de trabajos, tal vez en un sentido más oscuro. Me interesa mucho caminar por ese sendero. ¿Qué tanto extrañas a Los Fabulosos Cadillacs? Los extraño como se extraña a un amigo, a un complice. Extraño las peleas que teníamos. Extraño los choque de energía que teníamos. Extraño las fricciones propias del trabajo en equipo. Llegará el momento en que volvamos a juntarnos arriba de un escenario, tal vez en unos cinco años más, pero creo que ahora no es el mejor momento. ¿Cada vez que te juntas con Flavio surge el tema de los Fabulosos Cadillacs? Claro que sale el tema; no sólo con Flavio, sino con todos. En verdad, depende de que las cosas se den como se dieron siempre. Nosotros no dijimos que los Cadillacs se separaban ni hicimos una gira de despedida. Estábamos todos limados y necesitábamos parar. Fue parte de la inercia. Los primeros años ni nos hablamos entre nosotros y, con el tiempo, retomamos la onda. En un punto me da lo mismo si nos reunimos ahora, dentro de diez años o nunca, porque lo que me importaba a mí era que pudiéramos tener una relación, incluso mejor que antes, que nos permitiera entendernos, recordar y reírnos de las partes más ridículas nuestras que fueron las que nos llevaron a parar, como el delirio de quién agarraba la suite más grande cuando llegábamos a un hotel. ¿Cuánto te llevó despojarte un poco de los Cadillacs? Todavía no lo hice y no creo que lo haga nunca. Lo difícil es despojarse de lo que uno tiene adentro, que es muy bueno y muy complicado también. Pero nunca voy a poder hacerlo. En ninguno de los sentidos. Ni en el bueno ni en el malo.


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