www.Rollinga.cl / JULIO DE 2010.
Dennis Hopper/Manuel García/We Have Band/Blanca Lewin/Murakami/Gepe/That Metal Show/JJ
El Equipo
que Encan
ta a l a G e
nt e
3 Número
4-5.......................Breves 6-8.......................Bandas: -Chapel Club -JJ -Angelo Perattini 9..........................Gustavo Cerati 10-13...................Discos 14-23...................Alexis Sánchez, Gary Medel, Arturo Vidal, Humberto Suazo, Fabián Orellana 24-25...................Gary Coleman 26-27...................We have band 28-29...................Michael Eavis
30-31...................Gepe 32-33...................Manuel García 34........................ Laetitia Sadier 35........................ TV 36-37...................Cine: Te creis la más linda (pero eris la más puta) 38.........................Blanca Lewin 39.........................Películas 40-41.................. Más extraño que la ficción: Semilla de maldad 43........................Literatura
44-45...................Cable: -That metal show -Spectacle:
Elvis Costello with...
46-47....................Ingrid isensee 48-49....................Fotografía 50.........................Gastronomía
Director:
Raúl Morales.
Editor General:
Felipe Rodríguez.
Dirección de Arte y Diseño: Natalia Ubilla.
Fotografía:
Danny Esteban Alveal. Mauricio Díaz. Giglia Vaccani.
Producción:
Mónica Rodríguez. Cristián Rodríguez
Ventas: Leonor Saldivia (leo@rollinga.cl) Dirección: Román Díaz 1061 of. 32, Providencia Contacto: Contacto@rollinga.cl
Colaboraron en este número:
Alejandra Zúñiga, Daniel Aravena, Rodrigo Morales,Gabriela Haddad, Andrés Gómez Bravo, Martín Solís, Rodrigo Guendelman, Francisca Ansaldo, Alodia López González, Rafael Valle, Jorge Letelier, Marcelo Contreras, Carlos Reyes, Diego Vergara, Robert John Nicholson, Diego Rammsy, Mónica Rodríguez, Cristóbal Fredes.
//4/Breves / El último maldito
Como pocos, Dennis Hopper (19362010) fue un artista fronterizo y con una intensidad que escupía fuego. Embobado con la actuación desde que enloqueció con las piernas de una profesora de corporalidad en su natal Kansas, el actor vivió en todos los estados al que puede aspirar un hombre en el mundo: la gloria, el infierno, el amor, la soledad y la rabia. Compañero y amigo de James Dean en los filmes, Gigante (1956) y Rebelde con Causa (1955) -“su muerte fue una de las tragedias de mi vida”, dijo-, Hopper fue un personaje siempre en onda. Llevó de juerga a Elvis Presley en su primera visita a California, se transformó en un erudito coleccionista de arte tras conocer a Andy Warhol y Claes Oldenburg y fue fotógrafo de estrellas como Paul Newman y Tina Turner. Luego de estudiar en Nueva York en la escuela de Lee Strasberg, repitió una máxima: sus problemas con la autoridad. Pese a su talento, los directores lo omitían por su carácter irascible y salvaje. John Wayne, un reconocido republicano, lo quiso matar cuando supo que a sus hijas les habló de sexo y de comunismo. No le importó. Su
gran golpe fue con Busco mi Destino (1969), un ícono contracultural, donde dos jóvenes recorren Estados Unidos -a la Kerouac- en medio de drogas y pacifismo, y que funcionó como lápida del viejo cine americano. “La gente fumaba porros y tomaba LSD, pero en el cine seguían viendo a Rock Hudson y Doris Day”, dijo sobre su éxito. Allí, vino su descenso. Filmó The Last Movie (1971), una película que fue un total fracaso y llegó el declive. Tomaba 30 cervezas diarias y tres gramos de cocaína sólo para activarse. En una ocasión, lo encontraron corriendo desnudo en plena selva mexicana debido al exceso de peyote. Ahí, decidió desintoxicarse. Volvió a ser de culto con El Amigo Americano (1977) de Wim Wenders y protagonizó Apocalipsis Now (1979) de Francis Ford Coppola con una condición: tener una escena junto a Marlon Brando. En 1986, despuntó en Terciopelo Azul como un maníaco y ganó prestigio como director, otra vez, con Colores (1988). Con un cáncer a la próstata terminal, denunció a su cuarta esposa por robarle obras de arte. Ella, en cambio, aseguraba que fumaba marihuana delante de su hija de seis años. “Que se vaya a la mierda”, repitió Hopper. Un duro hasta el final.
Los pasos de The Walkmen
El sexto álbum de estudio de la banda neoyorkina se llamará Lisbon y saldrá a la venta el 14 de septiembre próximo. La misión del disco no es menor, ya que debe superar la notable oscuridad y melancolía de su anterior obra: You & Me (2008). El nuevo trabajo será producido por Chris Zane -Passion Pitt, The Rakes- y cuenta con 11 canciones.
Sofía Coppola vuelve con Somewhere
Protagonizada por Stephen Dorff y Elle Fanning, el cuarto filme de la hija de Francis Ford se estrenará en Estados Unidos el 22 de diciembre, y cuenta la historia de un actor que vivía en los excesos de la fama en el afamado The Chateau Marmont Hotel en Hollywood, hasta que un día su pequeña de 11 años va a visitarlo. En el soundtrack se anotaron Phoenix, donde canta su marido, y Julian Casablancas
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Breves 5
Lo nuevo de The Coral
Se llamará Butterfly House y será publicado el 12 de julio. Este es el sexto disco de la banda heredera de la sicodelia de Echo and the Bunnymen y será producido por John Leckie -The Stone Roses, Radiohead-. Para bajar de manera gratuita el primer single homónimo, sólo basta con entrar a www. thecoral.co.uk y llenar algunos datos.
Spielberg seducido por Tintín
La próxima película del director estadounidense se llamará The Adventures of Tintin: Secret of the Unicorn y será filmada con tecnología 3D. Spielberg, quien adquirió los derechos del cómic de aventuras belga en 2002, dijo que el filme es una síntesis de cuatro capítulos de la saga. Uno de los productores será Peter Jackson y el actor seleccionado para el papel principal será Jamie Bell -Billy Elliot- en reemplazo de Thomas Sangster. El estreno se espera para 2011.
El genoma de Ozzy
Según la página Sky News, científicos norteamericanos de la compañía Knome tratarán de investigar el genoma del ex líder de Black Sabbath, un sobreviviente de más de cuatro décadas de abusos de alcohol y estupefacientes. Los resultados se darán a conocer en tres meses y, según los investigadores, descifrar el código genético de Osbourne podría “ayudar a entender por qué individuos con un expediente médico extremo pueden vivir más que otros”.
Pixies y diez más
El festival se llama Maquinaria 2010 y pretende ser uno de los más atractivos de la lejana primavera. Se realizará el sábado 9 de octubre en el Club Hípico y Pixies fue el primer número confirmado, seguido muy de cerca por Incubus y Yo la tengo. La meta es sumar diez artistas de peso para 12 horas de música y dos escenarios, además de una carpa destinada sólo a música electrónica. Ahí se presentaría Erol Alkan, productor y DJ que ha remezclado a artistas como Franz Ferdinand, Yeah Yeah Yeahs y Chemical Brothers.
// 6 /Bandas /(Chapel Club)
CHAPEL CLUB
Apetito de Destrucción
F F
ormados en el verano de 2008 en el East London’s Old Street, el mito dice que les bastó tocar en cuatro conciertos ejecutados en bares oscuros y poco aireados, para que ejecutivos de distintas disqueras les ofrecieran sacos de dinero y jugosos contratos. No era cierto. “Ese asunto sobre supuestas bolsas de dinero esperando por nosotros son rídiculas. Nuestro bajista ni siquiera tiene casa. De hecho, creo que ayer le quedaban 18 libras en el banco”, aseguró su vocalista, Lewis Bowman, a la BBC londinense. Mientras, la coctelera de influencias que suma a The Jam, The Smiths y My Bloody Valentine dio como resultado un sonido distintivo que desde fines de 2009 quedó plasmado en el primero de los tres singles que han facturado a la fecha: Surfacing. Lo suyo es un rock de tintes épicos y engreídos, que nació cuando el guitarrista Michael Hibbert conoció al baterista Rin Mitchell. La voz se corrió y algunos amigos de infancia completaron el cuadro, justo antes de bautizarse en honor a la iglesia de San Luke donde a veces los dejaban ensayar. Hay letras oscuras con una mezcla urbana y poética que responde, sostiene su frontman, a la in-
Epicos y elegantes, los londinenses son una de las grandes apuestas inglesas para los próximos meses. Aunque todavía no editan su disco debut, la prensa asegura que en su música –han editado solo singles- se encuentran extractos de un triunvirato de lujo: The Jam, The Smiths y My Bloody Valentine. A ponerles atención. fluencia de poetas como Frank O’Hara, Dylan Thomas y Federico García Lorca. Nada muy común para una banda del este de Londres que grabó la primera parte del debut en Nueva York, antes de hacer las maletas y seguir trabajando en el sur de la capital británica. Esto, sin embargo, no ha sido obstáculo para combinar sesiones en el estudio con giras pequeñas en las que están promocionando un single que sacaron hace apenas unas semanas:
Five Trees. “Si me preguntan por algo que hayamos hecho bien como estrategia, ha sido tocar en lugares donde habitualmente nadie esperaría que lo hiciéramos, como en el área llamada Acid Rasta. Parados en tarimas pequeñas, con las paredes pintadas con motivos rastafaris y de reggae. Presentarnos en vivo es lo más importante y para eso sólo necesitamos buen sonido, buenos pares de zapatos y suficiente tiempo en la previa para tomar unos tragos”, cuenta Bowman. El cantante dice respirar música y en cada entrevista no para de hablar de lo que está escuchando: PJ Harvey, Deerhunter, Roxy Music, etc. “Mi disco favorito es Abbey Road. Las canciones son increíbles; el sonido es tan británico y tan propio de su tiempo, que no suena como nada de lo que sus contemporáneos hacían. El medley del final es una locura absoluta y terminar con The End y Her Majesty es insuperable. Es el mejor disco de la historia”, ha confesado. ¿Un sueño? Estar en Glastonbury 2011. “El disco nos tiene de cabeza. Estamos trabajando con Paul Epworth -Bloc Party, The Rapture, Primal Scream-, para sacarlo en el otoño. Ha sido una experiencia impresionante”.
Raúl Morales
(jj)
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Bandas
JJ
Los fans de Ibrahimovic
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icen que Vallentuna es un pueblo sueco de pocos habitantes y donde todos se conocen. Joakim Benon y Elin Kastlander compartían lugar de nacimiento, infancia y adolescencia, pero nunca habían conversado. Hasta que un día, Elin, algo borracha y con alguna droga en el cuerpo, estaba llorando en una esquina. Sola. Joakim caminaba rumbo a su hogar cuando la encontró. La mujer le explicó que sus lágrimas se debían a una decisión importante: quería quitarse la vida. El muchacho le dijo que era demasiado hermosa para vivir y que le ofrecía una solución: juntarse a hacer música. Así nació JJ -un acrónimo de Joakim y Jag (yo en español)-. “Quisimos construir un mundo nuevo y qué mejor que haciendo música”, cuenta Joakim al diario inglés The Independent. En el anonimato de un estudio pequeño, la pareja dividió su tiempo. Por un lado, compuso canciones. Por otro, bebió alcohol y fumó mucho hachís. Los primeros demos de esas canciones salpicadas de una electrónica pop tan sutil como veraniega fueron un éxito. El grupo firmó en el pequeño sello de sus amigos, The Tough Alliance, y editó un EP llamado JJ N° 1. Pero había un
severo problema. Los muchachos no querían presentarse en directo, no dar entrevistas ni tampoco que les sacaran fotos. Todo, por una razón. Elin sufría de fobia social. Con el misterio como aliado, el primer disco del dúo, JJ N° 2, tuvo un reconocimiento más allá de su
No les gusta sacarse fotos, dan pocas entrevistas y prefieren mantenerse anónimos. En apenas nueve meses y con dos aplaudidos discos casi simultáneos -JJ N°2 (2009) y JJ N° 3 (2010)-, el dúo sueco planea sobre canciones veraniegas y sutiles y citan como referencia a su compatriota que juega en el Barcelona. natal Suecia. Sorprendió en lo alto de las listas de 2009 y el sello Secretly Canadian, la misma casa de figuras como Jens Lekman y Antonhy and the Johnsons, los fichó. Nueve meses después de su debut, la banda tenía nueva cría: JJ N° 3. “Grabamos el disco en Málaga, España. Recuerdo que nos dimos baños en el mar. Nos colocamos, nos emborrachamos y no hicimos ningún amigo. Con
tiempo, libertad, visiones, pasiones y un micrófono se pueden capturar cosas enormes. Nos dimos cuenta de lo importante que es ser libres”, relata Joakim a la revista hispana Rockdelux. Su inclusión en una nueva disquera trajo imposiciones. El grupo debió sacarse fotos, aceptar entrevistas y girar. Elin, en tanto, tuvo largas sesiones con un siquiatra para combatir sus problemas y poder enfrentarse al público. En apenas nueve canciones -las mismas de su trabajo anterior-, la pareja habla sobre el aislamiento, las drogas y cita en dos ocasiones a una celebridad de su país: el futbolista del Barcelona, Zlatan Ibrahimovic. “Es un gran ser humano. Causa pura emoción gracias a la pureza de la devoción por lo que hace”, afirma Joakim, quien adhirió un sampleo de un gol del delantero en “Into the Light”. El nuevo status de los escandinavos los tiene de gira con los británicos The XX por Estados Unidos. Quieren seguir en el anonimato, aunque no desean cambiar sus hábitos. “El alcohol y las drogas son nuestros planes más inmediatos. Como todos los días”.
Martín Solís
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// 8 /Bandas /(Angelo Pierattini)
ANGELO PIERATTINI
Mejor Solo
A A
ngelo Pierattini nunca tuvo relación con el fútbol. No lo practica ni le apasiona. Por eso, ni se enteró de la coincidencia: el día del lanzamiento de su segundo disco solista, Vampiros, partió el Mundial de Sudáfrica. “En mi casa eran todos futboleros, excepto yo. Aunque como vivía cerca del Monumental, fui a la inauguración del estadio en un partido contra Peñarol. Entré a la mala”, recuerda. El ex líder de Weichafe tiene un largo prontuario musical. Partió tocando en un bar de Walker Martínez, en La Florida -“todos los viernes y sábados”, dice-, a los 16 años. De ahí saltó a tocar en Bambú, la primera banda reggae de Kike Neira, como guitarrista acústico, luego Weichafe y ahora, desde hace doce meses, está solo. “He pasado por todas. Crecí con los vinilos de Led Zeppelin y Los Beatles de mi papá. Hice reggae, después fui más hard rock y ahora estoy con temas más propios, donde corto el queque”. Esa diversificación de estilos le ha hecho bien. Se muestra orgulloso de no pertenecer a ninguna tribu musical y de tener amigos en todos lados: Claudio Narea, Pablo Ilabaca de Chancho en Piedra y Cristóbal Briceño de Fothers Muckers, entre otros. Si su álbum debut homónimo (2009) lo definió como un “disco para después de la fiesta”,
A un año de su debut en solitario y en apenas 24 minutos, el ex líder de Weichafe sorprende con Vampiros, un disco íntimo e inspirado en los libros de Kerouac y Bertoni y en las películas de Jim Jarmusch y Patricio Kaulen. Vampiros exprime la madurez de un músico en estado de gracia. Aquí, las canciones tienen conciencia social -“Vampiros”-, explicitan el deseo sexual -“Mujercita”- y exudan sensibilidad -“Mi Vieja Radio” y “No Quiero estar Solito”- en envases pop, folk y rock. Todo, en apenas 24 minutos. “Escribo sobre lo que me pasa y me saqué ese rollo rockero que dice que si uno habla de amor es un mamón. Me basé también en escritores que tienen relatos crudos y directos como Graham Greene, Jack Kerouac, Juan Emar y Claudio Bertoni o cineastas como Jim Jarmusch y Patricio Kaulen. ¿Has visto Largo Viaje? Puta la película buena”, indica. -¿Te sentías limitado con tu ex banda? -No. Sentía que tenía que evolucionar y
no podía sacar discos en tiempos cortos porque en una banda tienes que democratizar todo. Acá junté a un grupo súper bueno, Las Calaveras Errantes, pero aunque todos dan ideas, soy quien decido. -¿Qué es para ti la música? -Es mi vida. Es como levantarme y tomar desayuno. Sé que no seré millonario, pero es algo que necesito. Aunque hay que pelearla todos los días, nunca he sentido que es una labor de kamikaze. Quiero seguir sacando discos hasta los 80 años. -En “Mujercita” hablas de follar y citas mucho a las mujeres. ¿Qué son ellas para ti? -Me gustan las mujeres, especialmente las cabras chicas, y tenía que hacerles un tema sobre follar. Es, además, lo que uno habla con los amigos. Creo que en eso he mejorado. Cada vez llego más limpio y con menos trancas en las letras. Las mujeres siempre son inspiración. -¿Cómo ves la música chilena contemporánea? -Súper bien. Las nuevas generaciones son talentosas y enseñan que hay otros caminos, aparte de las radios y los diarios, para darse a conocer. Cada vez hay más grupos y solistas y un sonido con mayor identidad. Se vienen buenos tiempos.
Felipe Rodríguez
A
hí estaba. En el camarín junto a su banda. Feliz por la recepción del público caraqueño en un día de mayo de 2010 cuando comenzó a cambiar la expresión. Se puso de mal humor, le gritó a algunos compañeros y, de pronto, como en esos momentos en que la sorpresa le gana a la realidad, no pudo hablar y cayó. Y se fue a negro. Al parecer, para siempre. Hay cientos de artistas de rock en Latinoamérica. Pero Gustavo Cerati hay uno solo. Desde que vino por primera vez a Chile, a mediados de los 80, al programa Martes 13, en medio de toques de queda y tristeza ambiental, el ex líder de Soda Stereo tuvo un lazo indisoluble con el país. No sólo trajo canciones alegres, románticas y divertidas. También se enfrentó a Los Prisioneros -quienes decían que Soda Stereo era el grupo de Pinochet- y generó una devoción femenina que no se veía desde la época de la Nueva Ola. Proféticamente, en la conferencia de prensa por la presentación del álbum, Doble Vida, en marzo de 1989, el cantante dijo “Chile es mi segundo hogar”. No era ficción. Ese día, Juan Enrique Amenábar, entonces director de radio Carolina, llevó a su sobrina Cecilia, para que se sacara unas fotos con su ídolo. Las instantáneas fueron lo de menos: intercambiaron números telefónicos y, a los pocos días, se entregaron el corazón. Durante los cuatro meses que se extendió el tour de ese disco por Argentina, Cerati hablaba con su novia-fan, al menos, tres horas diarias. Al argentino le salía todo bien: estaba en la onda, paladeaba las modernidades y, en una época que no existía Internet, supo entender la mejor música del Primer Mundo -Echo and the Bunnymen, U2, The Cure- y transformarla en un producto fresco, vivo y, lo mejor, en español. El rótulo de gurú lo hizo vivir al límite. Muchas chicas en su cama y cantidades industriales de cocaína lo llevaron al abismo. Hasta que su madre Lilian Clark lo quitó del precipicio y lo puso, otra vez, en el camino. Pero el sabor de la eterna juventud siempre fue su sombra. Aunque se casó, tuvo hijos y vivió algún tiempo como esas familias de catálogo de multitiendas, Cerati era adicto a la bohemia. En cada lugar en que se presentaba, siempre tenía un evento. Los trasnoches, los 40 cigarrillos diarios y esa ansia desmedida por ser un botox humano, lo fueron mermando. En 2006, tuvo el primer aviso: sufrió una trombosis en la pantorrilla. Bajó el consumo de tabaco, pero nunca su forma de ver la vida. La eterna juventud era su obsesión. Así, con 50 años y una novia de 22, se desplomó en Venezuela. El diagnóstico fue lapidario: extenso daño cerebral, inconsciencia y asistencia de respirador mecánico. Los médicos han dicho que es imposible que vuelva a ser el de antes y que, la mayoría de las veces, esta enfermedad tiene dos opciones: estado vegetativo o mínima conciencia. Su condición es la misma desde hace semanas: estable dentro de su extrema gravedad. Al menos, Cerati podrá tener la conciencia tranquila. Hasta su accidente, hizo buenas canciones, generó idolatría y, principalmente, cumplió su sueño: ser siempre joven.
Felipe Rodríguez
(Gustavo Cerati)
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Noticias 9
GUSTAVO CERATI
Forever Young
Es el mazazo del año. Un accidente cerebral del ex Soda Stereo en Venezuela le pone marcha atrás a su triunfante vida. Mientras esperamos el milagro, repasamos la historia de un músico que construyó sus credenciales de pop star mirando de reojo el rock de vanguardia del Primer Mundo y obsesionándose con una característica que lo puso en la lona: la eterna juventud.
// 10 /DISCOS /
Caribou -Swim-
/Merge Records/
Crowded House -Intriguer/Universal/
La Casa Encantada
En su nuevo y sexto álbum, los llamados Beatles oceánicos experimentan con la sicodelia y confirman que su reunión en 2007 -luego de más de diez años deautoimpuesto ostracismo- es mucho más que simple supervivencia. Un grupo que partió haciendo pop a mediados de 1985, que la prensa musical llamó los Beatles oceánicos y que lanzó un hit radial detrás de otro hasta que en 1996 pusieron fin a su carrera con un concierto para 200 mil personas en Sidney, en el patio trasero del Opera House. Crowded House estaba en su mejor momento pero no quisieron continuar: el frenesí de la industria no era lo suyo. A ellos, que comenzaban a dejar atrás el estribillo fácil de sus inicios, aquella posibilidad de fama multitudinaria les dio lo mismo. A partir de ese momento, su líder, Neil Finn no ha parado de poner en movimiento con algo más que dignidad su delicadeza creativa. Intriguer es el segundo disco de la segunda vida de los neozelandeses, luego que el bajista Nick Seymur contactara a su viejo bandmate y firmaran el emocionante Time on Earth en 2007. Lo que armaron ahora bajo la producción de Jim
Scott -Wilco, Red Hot Chili Peppers-, es un refinado grupo de melodías salpicadas de distorsión, pop de buena madera y psicodelia. Una mezcla de canciones de medio tiempo con arreglos impecables y enviones de atrevimiento que tienen el pulso Beatle como denominador común. La primera mitad está marcada por la línea de bajo de “Saturday Sun” y el explosivo final de una balada que parte muy inocente –“Falling Dove”-, para terminar convertida en una explosión sónica gracias al aporte de Liam Finn, músico por mérito propio e hijo menor de Neil. Es un experimento a pesar de sus fans más nostálgicos, que sigue sus propios instintos e inquietudes artísticas y que responde a una máxima de los verdaderos cracks del rock: la permanente evolución.
Raúl Morales
Hay quienes consideran útil saber a qué se parece el sonido de un nuevo disco o banda. Como me incluyo en ese grupo, partamos por ahí: Swim, el tercer trabajo de Caribou, es perfecto para los que consumen música de Hot Chip, Junior Boys, LCD Soundsystem, y en general, todo el catálogo de DFA. Lo curioso es que siendo Caribou un proyecto de Dan Snaith, fundador de Manitoba, el sonido de Swim se aleja bastante de este otro invento. Porque si Manitoba era IDM o noise pop, Caribou es mucho menos críptico y se concentra en las bases electrónicas para lograr un sonido que podría ser considerado directamente dance, aunque siempre con la elegancia y el filtro vanguardista de Snaith. ¿Qué por qué este canadiense dejó de ser Manitoba y empezó a llamarse Caribou? Ocurrió cuando el músico punk Richard “Handsome Dick” Manitoba, líder del grupo neoyorquino The Dictators, lo demandó a pesar de que habían pasado más de quince años sin que el actual vocalista de los MC5 usara su nombre en forma artística. Sin un gramo de melancolía por el cambio de identidad, Dan Snaith aprovechó el nuevo alias para jugar con sonidos diferentes. De esa manera, si Andorra (2007), su disco anterior, tenía altas dosis de psicodelia y folk, este álbum es una obra para mover los pies, un trabajo perfecto para escuchar con los audífonos, en la pista de baile o en tu casa. Dance inteligente, pero transpirado. Electrónica pensada, pero no tanto como para no poder gozar. Discazo.
Rodrigo Guendelman
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DISCOS 11
Flor de Orquesta
DEFTONES
-Flor de Orquesta-
/Warner/
/Oveja Negra/ Un disco que escapa de lo común es lo que nos proponen los ocho músicos que componen esta anticuada orquesta que de la mano del bolero y del chachachá reeditan un repertorio de sonido clásico y sabor tropical, aquel que interpretaban las orquestas durante los 40 y 50 en toda fiesta o boliche bohemio. Flor de Orquesta nos brinda una maquillada producción compuesta de 15 temas que conforman una selección contundente, bien hecha, de bellas melodías, aunque no lo suficientemente animada ni variada para ir mucho más allá del trabajo de investigación y recopilación. Sin miedo a las dificultades que entran en juego al zambullirse en la arqueología musical, el grupo toma el riesgo y reversiona canciones como “Los Marcianos” o “El Bodeguero”, verdaderos himnos de la alegría en sepia, con resultados muy valorables. El cantante, Omar Lavadie, de técnica docta y estilo académico, prolijo en todo momento, con gusto a Lucho Gatica y a veces a Luis Miguel, se escucha ajeno a la tradición de cantores de bares y cantinas, aspecto que le haría ganar en emoción sin perder la elegancia. Los músicos cumplen una labor impecable, precisa, que con un poco de picardía y de variedad sería aún más agradable. Los guitarristas imponen la novedad y hermosura en temas como “Reina Mía”, uno de los más sobresalientes del álbum y el piano de Valentín Trujillo en “Bésame Mucho”, emociona hasta los huesos. Dos pequeñas razones de sobra para escuchar este disco.
Diego Rammsy
-Diamond Eyes-
Corren solos, apartados, hace rato. Un camino propio. El mapa de Deftones pretende juntar en algún punto a The Cure con Faith No More. Difícil, pero no imposible. Aunque el mismísimo Robert Smith no logra divisar su influencia en la banda de “Chino” Moreno, se equivoca. Desde que debutaron hace 15 años, Deftones prende velas a santos de credos distintos, buscando una comunión musical que destile la fina agresividad de un felino maullando. Entre piezas de metal fundidas en riffs cada vez más voluminosos, persisten los paisajes evocativos, las miradas lúgubres y el coro melódico. Es como ese spot de yogurt ochentero: en el fondo, los americanos son dulces. Este sexto álbum equilibra mejor que nunca la tentación del grupo por el guitarrazo violento, la agresividad en la base rítmica y la capacidad de girar con asombrosa facilidad en melancólicas armonías gracias a la sufrida garganta de “Chino” Moreno. El movimiento lo aceita Nick Raskulinecz. El tipo está de moda. Factura millones, tiene tres Grammy en su casa. Produjo a Foo Fighters, Rush, Alice in Chains y aquí pone su firma. Su trabajo, impecable. Cada instrumento a tope, la voz envolviéndolo todo. Logra que una misma textura funcione para zigzaguear entre rugidos monumentales y distintas atmósferas. Diamond Eyes es tan definitivo como White Pony (2000), cuando Deftones dio muestras de encontrar su ruta más allá del nü metal. Y siguen solos, tristes, sin compañía en lo que hacen. Una costumbre excelente.
Marcelo Contreras
JONSI -Go-
/XL Recording/ Luego de Riceboy Sleeps, anterior proyecto paralelo del líder de Sigur Rós, Jonsi ahora sorprende con un sugestivo trabajo solista compuesto por algunas “sobras” de la banda islandesa, ahora en receso indefinido. Esta vez, el músico deja más de lado las melodías puramente melancólicas, introspectivas y etéreas, esas que sólo pueden provenir de tan apartado lugar. Y, con su particular y siempre estridente voz, las envuelve en un tono más esperanzador, ideales para escucharlas en una mañana de primavera y que tienen un resultado mucho más pop. De hecho, con algunas canciones como las hiperventiladas “Go Do” y “Animal Arithmetic”, casi dan ganas de pararse a bailar. En “Tornado”, en cambio, se empapa de delicadeza y en “Sinking Friendships”, de toques celestiales. Luego Grow Till Tall, muy en la huella de Sigur Rós, cae en lo catártico, para terminar con la dulce Hengilás. Producido impecablemente por el mismo Jónsi junto a su pareja Alex Somers y Peter Katis -Interpol-, cuenta también con colaboraciones de Nico Muhly, que trabajó con otro ícono islandés: Björk. Go no logra alejarse totalmente de Sigu Rós, pero se extraña ese sello tan original, único y conciliador de la banda. Jonsi apuesta a mantener esa aura de artista misterioso y extraño, habitante de un mundo particular e insospechado que tiene a la melancolía –aunque aquí no en exceso- como su dama de compañía preferida. De todas formas, un experimento que no deja de ser interesante.
Francisca Ansaldo
//12 /DISCOS /
The Knife
-Tomorrow, in a Year/Rabid/
Escuchar al dúo sueco The Knife es siempre sorprendente. Sin embargo, hay que partir contando que Tomorrow, in a Year es un trabajo hecho en conjunto con Mt. Sims y Planningtorock, ambos artistas alemanes y que tiene como motivo la creación de la música y el guión para una obra lírica basada en el 150° aniversario de la publicación de El Origen de las Especies de Charles Darwin y encargada por el grupo de performance germano Hotel Pro Forma. ¡Qué mejor comienzo! Así fue como Olof Dreijer viajó al Amazonas con una grabadora a registrar sonidos naturales de la fauna del lugar, mientras su hermana Karin Dreijer Andersson, la misma que deslumbra en su proyecto solista, Fever Ray, se dedicaba a componer junto a un grupo de cuerdas. Por su parte, el grupo teatral a cargo preparaba las danzas y puesta en escena de la ópera. Es así como se llega a esta pieza musical de dos discos que aunque haya sido encargada para una ópera lírica, The Knife decide editarla antes del estreno. Con un aire totalmente operático, sonidos electro pop, vanguardia, acrobacias vocales y fantasías arias es inevitable obviar su aporte cuando aparece Karin con su peculiar voz. Si no los has escuchado nunca, tal vez este no sea el disco más adecuado para partir. Pero si los conoces, quedarás aturdido porque dan una vuelta de tuerca a sus canciones, como si las vistieran con una belleza desolada y pura. The Knife sigue siendo una banda exclusiva. Única en su esencia.
Mónica Rodríguez
TEENAGE FANCLUB -Shadows/Merge/
Pocas bandas pueden exhibir la consistencia, perseverancia y brillantez en el tiempo de Teenage Fanclub. Los escoceses se han mantenido por más de 20 años como observadores de la transformación de su propia música de shoegaze en rock alternativo cercano al grunge, luego en powerpop y deviniendo en un indie rock maduro y agradable. Su perfecta democracia -sus discos suelen tener 12 canciones, 4 compuestas por cada uno de sus tres integrantes- parece una excepción en un mundo que gira acelerado, mientras ellos circulan a velocidad pueblerina. Mucho de eso hay en Shadows, su octavo álbum de estudio. Como si el tiempo se hubiese detenido, sus letras y melodías aún exudan cierta inocencia adolescente -”Sometimes I Don’t Need to Believe in Anything”-, pero con una factura adulta, eminentemente pop -”Into the City”-, que les permitiría a sus guitarras de distorsión suave y armonías vocales desfilar con comodidad en las FM de rock suave. Si eso ocurriera, probablemente estarían a otro nivel. Pero lo suyo acarrea también cierta timidez, una sensación de disco de dormitorio que no aspira a comerse el mundo, sino apenas a evocar sensaciones agradables -o incluso cierta nostalgia- en el auditor. Necesidad básica que esta banda pequeña, pero responsable de discos monstruosos como Bandwagonesque (1991) y Grand Prix (1995), sigue satisfaciendo con éxito, mientras su catálogo aumenta de manera sorprendente sin bajones ni caídas vergonzosas. Así, calladitos, se disfruta mejor.
Daniel Aravena
THE DEAD WEATHER
- Sea of Cowards/Third Man/
Definitivamente Jack White parace sacado de los 70. Su pasión por el rock y su talento desbordante con la guitarra, unido a su inquietud por estar haciendo cosas, lo ha llevado a producir casi un disco por año desde el año 1999. Le gustan las mezclas y para eso va convocando a amigos músicos y creando bandas. The White Stripes, The Raconteurs y ahora The Dead Weather con la voz exquisita de Alisson Mosshart -The Kills-, nunca defraudan. Y es que la energía desbordante de Jack mueve montañas. Con Sea of Cowards se cumple nuevamente la regla de oro: un éxito más para este chico rockero nacido en Detroit, la ciudad del tecno, y amante del rock puro. Este disco, a diferencia de Horehound (2009), su travesía anterior, se reparte las voces entre Alisson y Jack y tiene algo que encanta: las canciones son pegadísimas, muy viajeras, con aires bluseros y alternativos. Una de mis favoritas es “Die by the Drop” con ese órgano atrapador. Sea of Cowards es recomendable para cualquier amante del rock y, por sobretodo, para los fanáticos de The Queens of the Stone Age y de The Racounters. Es en un sonido tan espeso como retorcido donde encuentra su punto de equilibrio y parece formar una parentela de excepción con dichas bandas. Porque si algo tiene White en todos los proyectos que se involucra es su capacidad de imprimir el rock más virginal. Ese cuya sensación primaria destila caos, subversión, inestabilidad y locura. Música, en el fondo, hecha con el corazón.
Mónica Rodríguez
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DISCOS 13
THE NEW PORNOGRAPHERS
The Drums
-Together-
/Moshi Moshi (UK)/
/Matador Records/ The New Pornographers debe tener un record: es una de las bandas de la que todos hablan, pero que la mayoría no conoce. En Together, su quinto disco, nos movemos unidos al ritmo de un pop encantador, donde esta banda canadiense golpea con capas de sonidos que alimentan un complejo planeta sonoro, un mundo vital que se vuelve adictivo desde el primer segundo hasta el último suspiro. Se trata de un álbum que puede llenar cualquier corazón sediento de destellos abrumadores y orgullosos de sí mismos. Un trabajo para valorar que establece como columna vertebral unas melodías subterráneas magníficamente engranadas y que juega con el rock, el folk y el dinamismo de una banda que parece pasarlo bien incluso en el estudio. Se trata de tipos que no esconden nada, que de principio a fin muestran todo lo que pueden lograr unidos con sus instrumentos: un raudal de experiencias que motivan e inspiran a cualquier oyente a respetar a estos músicos. Con excelentes arreglos de cuerdas o un pop guitarrero ofrecido en diferentes texturas, este grupo nos deleita con canciones como “Your Hands”,”Crash Years” o “My Sheperd”, donde unen capacidad con buen gusto. En general, un trabajo que puede resumir toda la carrera musical de los New Phornographers como si fuera una radiografía, siempre jugando en primera y que hace de sus doce canciones un ejemplo aventajado de lo que se debe conseguir si se intenta ponderar experimentación e innovación en dosis perfectas.
Rodrigo Morales
-The Drums-
Probablemente el siguiente ejercicio suene conocido: descubrir una banda que suena a una larga lista de grupos que armaron tu discoteca elemental. The Drums es uno de esos casos. Repleto de referencias líricas y musicales explícitas, son parte de un fenómeno vintage sobreexplotado en el último tiempo y que de vez en cuando entrega a un ejemplar que mezcla en forma precisa los elementos que la historia le entrega, haciéndote avanzar hacia ellos en vez de refunfuñar y dar un paso al lado. Su debut se trata de una seguidilla de pegadizos temas que apela a un espíritu juvenil, inocente y despreocupado. Elaborado en base a estructuras simples y armoniosas, por sus sonidos se cuelan sin excusas The Cure, Joy Division, New Order y The Smiths, en una mezcla que expone sin tapujos a una agrupación que pareciera querer decir: “Nos encantaría ser británicos, de los 80, populares y pasarlo bien”. The Drums es principalmente una buena banda pop que cuenta con el look correcto -sus integrantes parecen modelos- y logra en canciones como “Best Friend”, “Forever and Ever Amen” o “Me and the Moon” puntos altos y con los cuales demuestran conocer las claves del éxito acuñadas antes por sus referentes. Sin embargo, el riesgo de su poco original -pero muy frescapropuesta está precisamente en esa virtud: emular tan bien a sus influencias que terminen por perder la chispa de un muy buen pastiche. Un vicio que los podría transformar en una entretenida banda tributo más.
Alejandra Zúñiga
JAMES -The Night Before/Phantasm Imports/
Poco después de la muerte de The Smiths, cuando su cadáver todavía respiraba un aire tan único como irrepetible, muchas bandas inglesas trataron de ser su mejor relevo. En esa competencia por ocupar el trono, James fue su mejor alumno. Han pasado varios años de esa lucha y el grupo tiene un séquito de fieles súbditos. Su nueva obra es un mini-álbum de siete canciones donde el grupo muestra comodidad con lo que está ofreciendo, una música que no es original en su temática, pero que es un refugio para pasar mejor cualquier invierno. En The Night Before, James da un regalo a sus seguidores con un puñado de canciones correctas que no tienen la más mínima intención de salirse de su cauce. Aquí no hay riesgos de ningún tipo, pero si buenas melodías, devaneos que siguen siendo conducidos con pasión por la clásica voz de Tim Booth. Aún así, en medio del aparente confort hay letras políticas que hablan de la guerra de Afganistán y de los conflictos internos e inseguridades que puede padecer un hombre enfrentado a sí mismo, en la confusión de su propia naturaleza. De lo que brota por los parlantes podemos degustar interesantes pasajes sonoros, mezcla de camuflajes electrónicos con guitarras bien armadas, un pop que a veces pareciera no avanzar hacia un lugar efectivo, pero que resuelve su camino con experiencia y una solidez irreprochable. Destacan “Crazy”, “Ten Below” y “Hero”, en un trabajo hecho a la medida de su vasta trayectoria.
Rodrigo Morales
e d o p i u q E l E la Gente
Después de doce años de mirarlo por tevé, la selección chilena de fútbol llegó a un Mundial por la puerta grande. Con Marcelo Bielsa, un autor estratégico con guión propio como cabecilla, los 23 futbolistas ilusionaron a un país con una propuesta inédita: salir a buscar el arco contrario. De madrugada, de matiné y a la hora de almuerzo, los partidos de La Roja provocaron ansiedad, fiesta, emoción y alegría tras un terremoto devastador. Esta es la historia de Medel, Suazo, Sánchez, Vidal y Orellana, cinco de sus integrantes, que hablan de sus sueños, esperanzas y recuerdos. Y que tienen una actitud y hambre de triunfo que ratifica que está es una generación distinta. Viva Chile!
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1 años. Vive en Italia. Nació en Tocopilla. Población La Cuarta en la calle Chorrillos. Pobre, chico, delgado y pelusón. “Incluso las mamás de mis amigos no los dejaban juntarse conmigo, porque me veían como el malo de la población”, dice el Dilla. Y el Dilla, para quienes no saben, es Alexis Sánchez. Es también el Niño Maravilla. Delantero del Udinese italiano y seleccionado chileno desde que tiene 16 años. Una promesa de las grandes. Dueño de mil amagues y una velocidad que pocos consiguen. Eso, por lo bajo, vale 25 millones de dólares. Eso pide su club. Una locura. Locura, también, es la que desata cuando viene a Chile y se viste de rojo. Locura, también, y cachañas hará con la Roja en el mundial. Ahí, en Sudáfrica, Sánchez será titular. Es de los favoritos de Marcelo Bielsa. De los que más le ha rendido y un tipo que desequilibra. Todo eso lo llena de elogios. Aunque prefiere aislarse. “No puedes vivir pendiente de lo que dicen”, adelanta. Sánchez, al contrario de lo que parece, es extrovertido, conversador y alegre. Siempre está riendo. También es enojón. Si algo no le gusta, pone mala cara. Parece un viejo chico. No le gusta la prensa. Tampoco la chilena y menos la farandulera. Se ríe de ella. No le cree y dice que sólo quieren “matarnos”. Está convencido que posee una virtud escondida: actor de cine. “Me salen bien las publicidades. Y lo importante, es que soy lindo. Imagínate ahí, todo maquillado, cancherito. Lo malo que para les películas hay que hablar inglés y ahí estoy cagao”, bromea y hace gestos como de película de detectives. Los millones, en tanto, parecen no marearlo. Al menos eso predica. “No me interesa la plata. No juego para hacerme rico. Juego porque me gusta, porque quiero ser el mejor del mundo. Romperla, llegar lo más arriba. Pasarme a uno, dos, tres, hacer una bicicleta, un golazo”, dice Alexis mientras camina por el patio de su casa en Udine, al norte de Italia. Casa, por lo demás, pequeña. Dos habitaciones, living-comedor y cocina. Un pequeño patio. Nada más. “¿Pa’ qué quiero más? Vivo solo, me vienen a ver una vez al año un par de semanas y nada más. ¿Barrio de futbolistas? Nada, acá no vive ningún jugador. Por eso la elegí. Me gusta estar solo, así me acostumbré desde
ALEXIS SANCHEZ
chico”, dice el Nino, como lo llaman en la península. El mismo Niño es el que muestra su casa. Pero antes, claro, habla de su pasión: la música. “Escucho todo el día. Me encanta Michael Jackson, pero también el reggaeton y, por sobre todo, la romántica. A Marco Antonio Solís lo escucho todos los días antes de irme a entrenar. Es música que te hace pensar, cachai. Estar en paz. También me gusta Aikon, que es un rapero de Estados Unidos”, cuenta y baila. Pero lo romántico, al parecer, gana. Sánchez entra a la casa y pone en su equipo de música al grupo Camila. Se sabe la canción, la tararea y pide silencio para escucharla. “Es que la letra, hueón, escucha la letra. Esta versión en portugués es muy buena, hueón”. Eso de vivir solo es cierto. Sánchez fue criado por su madre, la señora Martina, ya que su progenitor no lo reconoció. A los 10 años se fue de su casa rumbo a Rancagua. Era la primera vez que partía. Allá,
s En sus pies, Chile juega parte de las opcione y por realizar un buen torneo. Desequilibrante a gambeteador, Alexis Sánchez entra la cancha da divertirse y sin pensar en los millones que pue ganar. Estrella de su equipo, Udinese, recuerda los días en que comía pan duro con aceite para su matar el hambre y sueña con que descubran talento más oculto: ser actor de cine. una tía, le podía dar un mejor futuro. Además, por supuesto, podría jugar fútbol y comenzar una carrera. “Yo quería jugar a la pelota todo el día. Mi tía me invitó a Rancagua y allá me pagaban una escuela de fútbol. Me fui feliz. Llegué a una casa más grande, con cable, Playstation, refrigerador lleno. Lindo, hueón, lindo, lindo. Si yo venía de Tocopilla, donde a veces no teníamos para comer. Mi mamá trabajaba todo el día y no le alcanzaba. Con cuatro cabros chicos si no hay pega, es difícil”, señala Sánchez y agrega que “esto lo cuento porque son historias lindas, para que la gente sepa cómo ha sido mi vida”. Su vida, luego de Rancagua, siguió en Tocopilla a los 12 años. Tras dos años en la Sexta Región, volvió a su pueblo. Un día, de vacaciones en su tierra natal, decidió quedarse. “Fui a la cancha con mi hermano, el Humberto. Le dije que fuera donde mi tía y le dijera que no volvía a su casa,
que me quedaba en Tocopilla. Me escondí y ahí llegó mi tío. ‘Ya hueón, te vai o te quedai’. ‘Me quedo’, le dije y me fui corriendo. Es que cuando volví, me di cuenta que quería vivir ahí”. En ese lugar se hizo jugador. El club Arauco fue donde aprendió la mayoría de sus trucos. También hizo sus primeros amigos. Como “el Manzana”, con quien tuvo su primera incursión en el mundo laboral. “Teníamos 12 años y nos pusimos a lavar autos en el cementerio. Sobre todo, el 1 de noviembre, que se llenaba. Nos ganábamos como 20 lucas diarias. Era muy bueno. Le daba la mitad de la plata a mi mamá y la otra mitad era, una parte para comprarme las zapatillas que quería, y la otra para comer pollo asado”, recuerda. El tema de las zapatillas es especial para Alexis. Porque muchas veces no tuvo para jugar, ni menos zapatillas de marca o nuevas para andar en el día a día. “A veces salía por las casas de Tocopilla a pedir pan porque no teníamos. Llegaba a la casita y me comía mi pancito con aceite, durito, pero rico, hueón. La gente no se imagina, pero puta que se disfrutan esas cosas”. Una vez, según Alexis, luego de trabajar todo el día, “me faltaban 100 pesos para las zapatillas. Estaba desesperado, pero me los conseguí. Las compré a 10 lucas. Andaba canchero con las zapatillas, paseándome por la ciudad, mostrándoselas a todos. Caminando así como en puntas pa’ no mancharlas. Igual no me aguanté y fui a jugar a la pelota. Después llegué a la casa y dije ‘chuuucha’, estaban todas manchadas y peladas. Cagaron las 10 lucas, pensé, pero qué le iba a hacer”. Esa obsesión por las zapatillas lo sigue hasta hoy. Tiene más de 25 pares. De hecho, cuando llegó a Italia por primera vez, se dio un gusto. Fue a Venecia, a 100 kilómetros de Udine, y se compró 10 pares de zapatillas. Cada una costaba 100 mil pesos y su representante, Fernando Felicevich, no entendía nada. “Cuando chico no tenía que ponerme, así que déjame no más”, fue la frase de Sánchez. Hoy, Alexis está en Sudáfrica. Seguramente escuchando Marco Antonio Solís o viendo Rocky. No es el niño que salió de Tocopilla. Sobre sus hombros, están las expectativas de todo un país. Lo sabe, pero está tranquilo. “Para eso me he preparado. Para ser campeón del mundo”.
El Elegido
(Diego Vergara/desde Udine, Italia)
GARY MEDEL
Perro de Presa
“E
s choro el Gary. Todos los Medel son iguales. Desde el papá -Luis-, como también el hermano mayor, Lucho, y el más chico, el Kevin. La arreglan a combos no más. Sin palabras. Así se hicieron respetar acá en Conchalí”, dice Pablo Cortés, amigo de Gary Medel en la Villa La Palmera en Conchalí. Son de temperamento fuerte. Más si hay fútbol y puntos de por medio. Son hinchas hasta la muerte del Sabino Abuad, el club del barrio, ese que queda en la esquina de la casa que el abuelo Delfín edificó 45 años atrás. Ahí, Luis padre se hizo futbolista, amateur claro. Era famoso por su amor al fútbol, por las ganas que le ponía más que por su exquisita técnica. Era de Quilicura, pero se reunía en aquella cancha todos los domingos. Al tiempo se enamoró de Marisol Soto, por quien tuvo que luchar, ya que su suegro no lo quería ver ni en pintura por su fama de pato malo. “Me la tuve que llevar a la mala. Después le pegué el porrazo y nació el Lucho. Me costó harto que me aceptaran. Ahora soy el más querido de los yernos”, explica Luis padre. Gary Medel vino luego de cuatro años. Nació en la Clínica San José como llaman irónicamente a aquel hospital en la familia. “No quería salir, fue complicado el parto. Me sentía como las reverendas. Hasta pa´ eso fue porfiado. Cesárea terminó diciendo el doctor”, recuerda Marisol. Para la familia Medel Soto fue todo un sacrificio. Con dos hijos tenían que apretar la billetera para llegar a fin de mes. Luis trabajaba como jardinero en San Carlos de Apoquindo y las 150 lucas no alcanzaban para lujos. Pero sí daba para los asados en el Sabino, lugar al que nunca dejaron de visitar. Mientras bebían vino a destajo, el pequeño Gary pichangueaba todo el día ante la mirada de los viejos cracks y de las chuchadas de la gente para que metiera la pierna más fuerte. Así forjó ese carácter apático en cada partido. Asombraba
n. Quienes lo Es amado en Argentina y en Chile lo idolatra temen por su conocen saben de su carácter poco afable y era intensa, actuar. Gary Medel vive la vida de una man sfacciones. Ahora llena de riesgos pero también amplia de sati sus cortos 22 cumplirá su sueño. Ese por el que luchó en bienvenida al años: jugar un Mundial. Sudáfrica le da la pitbull más bravo de todos.
siempre por su temperamento. Quizás en eso se fijó Alfonso Garcés, el veedor de Universidad Católica que se lo llevó a los 12 años, cuando lo vio en una cancha de tierra en un partido comunal. La llegada al equipo cruzado tuvo que tener, eso sí, ciertos requerimientos. “No podía ni decir garabatos, me costaba harto. Nunca tuve líos porque me lo empecé a tomar en serio. Había cosas que me dejaban loco, los largos viajes, eran más de cinco horas arriba de una micro entre idas y vueltas. Me entretenía mirando esas mansas casas que habían en el camino entre Conchalí y San Carlos. Me fijaba hasta en lo verde, en el pasto”, dice el Pitbull. En Universidad Católica, Gary escaló rápidamente, se hizo notar y, obviamente, respetar. Estrechó lazos con Hans Martínez, central del actual equipo del “Fantasma” Figueroa y compañero de selección en la sub 20 que salió tercera en Canadá en 2007, con quien hasta hoy comparten amistad. “Tenían cosas en común. Al igual que Medel, Martínez venía del otro lado de Santiago, de Maipú. Si se les pasaba la micro, se les pasaba el partido, el entrenamiento. Perdían una oportunidad, y no cualquiera: la de sacar a su familia de un hoyo”, comenta Mario Lepe, entrenador de cadetes. Fueron pasando los años y Medel caló profundo en los corazones de los cruzados. No por su fútbol virtuoso, sino por lo que dejaba en la cancha. Su entrega, su pasión, la intensidad con que trancaba cada pelota. Peleó con compañeros, rivales, dirigentes y cuerpo técnico, pero nunca nadie pudo esbozar alguna palabra que pusiera en duda su profesionalismo. Lleva en la sangre el barrio. Eso se lo hizo notar a todos. “Tengo que agradecer eternamente lo que me dio Católica. Estuvieron en los momentos más importantes de mi vida. Fui padre joven, a los 17 años, y me apoyaron junto a mi familia. Aunque mi mamá quiso que yo dejara de jugar, fueron ellos con mi viejo quienes la convencieron. Choqué copeteado en Recoleta y no se escondieron. Cuando me volqué en la carretera fueron los que me recibieron en la clínica. Trabajaron conmigo en la
recuperación y nunca me dejaron tirao´. Todo se lo debo a ellos y a mis viejos y hermanos”, sentencia. Después de los incidentes quiso escapar. Su representante, Fernando Felicevich, lo puso en Boca Juniors. “Es un sueño para cualquier jugador, más para mí que siempre me imaginé con esa camiseta. Creo y me dicen ser el jugador ideal para Boca. Acá, los locos -La 12, la hinchada más brava del equipo trasandino- te exigen más que en Chile. Hay más presión, pero nunca como la del Sabino. Esa sí que es cuática”. En Buenos Aires vive en una casa de cuatro piezas en el exclusivo barrio de Vicente López. Allí pasa la mayor parte del tiempo conectado a messenger y facebook. En este último tiene más de 2.600 amigos. En su mayoría, mujeres, entre admiradoras, fans y amigas, Gary reparte su tiempo. Su mamá dice que ahora tiene muchas mamitis que lo aconsejan. Hace poco pololea con Gabriela Acosta, a quien conoció en una comida y no se separaron más. Se siente más acompañado y disfruta pese a la distancia que tiene con sus tres hijos. Ahora viene el Mundial, el sueño desde que era pequeño. El Pitbull lo va a disfrutar como cabro chico, porque todavía lo es y actúa como tal. “Me imagino todo cagao´ en el camarín cuando falten 5 minutos para jugar. Siempre aspiré estar ahí. Jugar con los mejores. No le tengo miedo a nadie. Me da lo mismo con quien jugar. Me encantaría jugar una final contra los argentinos cagones. Les daríamos seguro. Y si tuviera la posibilidad de tener la Copa en mis manos, le haría el amor. Yo voy a Sudáfrica a ser campeón. No cabe otra cosa en mi cabeza.” Mientras Gary se prepara, también lo hará el Sabino Aguad. Allí serán testigos de otra hazaña más de su héroe barrial. Ese pendejo fiero y aguerrido que se hizo jugador a punta de puteadas y de asados con litros de vinos y de pulpa de cerdo. Él se encargará de ladrar fuerte. Esta vez en Sudáfrica. Y seguro se escuchará. Es un Pitbull de los más bravos.
(Robert John Nicholson/desde Buenos Aires)
ARTURO VIDAL
n o t e a g g e R I Love
A
rturo Vidal se pasea por las calles de Santiago en su Porsche 2010. Es un deportivo que cuesta cerca de 100 millones de pesos. Una locura. Pero para Vidal, oriundo de la población El Huasco, en San Joaquín, “es un sueño que tenía desde que era cabro”. La afirmación es del chico de 22 años que hoy defiende los colores del Bayer Leverkusen alemán. En Europa cobra 100 millones de pesos mensuales, y dice que “se puede dar algunos lujos”. Vidal es de una familia esforzada. Su madre, Jacqueline, se hizo cargo de él y sus cuatro hermanos menores cuando se separó de su marido, quien no pudo superar su adicción al alcohol. Se ganaba la vida haciendo aseos y lavando alfombras. Ella lo llevaba a la cancha, le preparaba la comida y lloraba sola cuando no tenía para darles comida a sus hijos. Seguro que no era fácil. “Siempre mi mamita ha sido la mejor, pero tenía que trabajar, no podía estar con nosotros. Ahora tú la vez, y es como si ella se hubiera rejuvenecido 5 o 10 años. La cagó, está preciosa, puede vivir como quiere y es la mamá que siempre soñamos, que pueda ser feliz con su vida y descansar. Se lo merece”, cuenta Vidal. -¿Qué es lo que más te cambió desde que empezaste a jugar fútbol? -La parte económica. Vivía en una población y ahora uno puede hacer lo que quiere. Aunque no tanto, porque hay que trabajar, pero al menos hay una gran tranquilidad porque se puede asegurar el futuro. -¿Eres millonario? -Millonarios son los que tienen empresas, los que no se mueven de la casa y les llega la plata. Yo no puedo decir ‘ya no juego más y listo’. Tengo que seguir trabajando para poder ahorrar. -¿Cómo es para un cabro de 20 años hacerse cargo de la familia? -Antes, cuando estaba en Colo Colo, sentía mucho más esa presión, porque el sueldo que ganaba no me alcanzaba para toda la familia y eso te complica. Somos hartos hermanos y uno se preocupa de todos. Pero ahora que me va mejor ese tema es más fácil. Mi mamá maneja la casa y me ayuda el Gito, que es como mi hermano y me ve algunas cosas en Chile. Todo el
Con apenas 22 años, “Celia Punk” es uno de los más experimentados de la zaga chilena. Titular en su club alemán, Bayer Leverkusen, Vidal es de los que cree que Chile puede ser la sorpresa en este mundial. “Nos creemos el cuento y podemos ganarles a todos”, dice. Se tiene fe.
resto, lo maneja mi representante. -¿Quién manda en la casa cuando el hijo es quien lleva la plata? -Mi mamá. Si a ella no le vienen con hueas. Si se enoja o dice algo, se tiene que hacer no más. No cambia porque yo esté jugando y me va bien. La mamá siempre va a ser la que manda y la que se enoja si uno se manda cagadas. -¿Cuál fue tu primer sueldo? -Me daban una ayuda de 20 mil pesos mensuales. ¡20 mil pesos, hueón! Imagínate, eso era harto para mí. Después me dieron 150 y yo siempre le daba la mitad a mi mamá. Ya cuando era profesional eran 400 mil. Ahí ya estaba mejor. -¿Qué hiciste con el primer sueldo? -Fui con mi mamá al supermercado y le dije que se comprara todo lo que quisiera. No lo podíamos creer. Antes, muy justos y esa vez podíamos comprar todo. Vidal dice que no se olvida de su barrio. Que a pesar de ganar millones de dólares por año, la tierra igual tira. Que ese es su hábitat y lo que necesita las pocas veces que viene a Chile. Ahí, asegura, “me siento protegido”. -¿Por qué protegido? -Porque está toda la gente que conozco, sé quién es quién, pa’ dónde va la micro. En esta pega mucha gente se te trata de acercar, pero en el barrio uno los conoce a todos. -¿En Europa son mañosos? -En Europa es distinto. Acá -Leverkusentodos tienen más o menos una situación buena, entonces no es como en Chile. Pero hay que ser profesional para poder llegar. Acá son muy distintos a los chilenos. El tema de vivir en Alemania para Vidal en un comienzo fue complicado. Acostumbrado a la vida con muchos amigos, familiares y siempre en la calle, de un día para otro tuvo que vivir solo. “A veces lloraba estando solo, no sabía qué hacer. Todo el día en Internet, llamando a mi mamá o buscando qué hacer. Me vine unos meses con unos amigos y de ahí se vino mi mamá”, indica. -¿Qué fue lo que más te costó? -El frío. Acá hay 15 bajo 0 y se entrena igual. Esos días se puede salir ni a la calle. Aunque ahora que me casé, no me gusta salir a muchas partes. Ya pasó lo peor de mi vida en Alemania. Tengo un hijo maravilloso y mi mujer que me acompañan. -¿Qué fue lo que más te cambió al ser papá?
-Que uno ya no juega sólo por uno. Ahora todo lo que hago es por el Alonsito, por mi mujer. No me imagino sin mi hijo. Y además, aunque sea raro, me cambió también la forma de jugar. Me ordené en todo sentido. Ahora estoy mucho más tranquilo. -¿Antes eras desordenado? -No, pero menos serio y ordenado. -¿Te pasó la cuenta la fama? -No creo que me haya mareado porque siempre me seguí juntando con la misma gente, los mismos amigos. Nada del otro mundo. -Pero sí lujos y alguna fiesta… -Cuando uno es joven y está de vacaciones puede hacer cosas. De repente, uno se equivoca, pero nada distinto a lo que hace cualquier cabro. -¿Cómo es la relación con las modelos? -Estoy casado, no tengo relación con modelos. -¿Por qué los futbolistas se relacionan tanto con modelos? -Se da harto, pero debe ser porque los futbolistas son personas que les va bien, las modelos son lindas. No sé… no tiene nada de malo. Es verdad que algunas buscan estar con los jugadores porque les conviene. -¿Qué esperas del mundial? -Pelear algo grande. Nosotros entendimos que le podemos ganar a cualquiera, que Chile cambió su forma de jugar y que con este equipo podemos pelear lo que sea. -¿Pueden ser campeones del mundo? -Obvio. Nos creemos el cuento y el profe entrena para ganarles a todos. Es un equipo muy joven, alegre, unidos. Todos para el mismo lado. Vamos por lo máximo. -¿Cómo es el camarín de la selección? -Es muy alegre. Todos tiran tallas y tienen ganas de ganar. -¿Son vanidosos? -Todos los jugadores son vanidosos, preocupados de la pinta y de verse bien. Uno se cuida porque lo ve la gente. -¿Quién es el más vanidoso? -Alexis. Siempre anda preocupado de la pinta, el gel, del físico. Todo el día. -¿Se escucha música? -Siempre. -¿Qué música te gusta? -El reggaeton. Me gusta y lo escucho harto. ¿Qué escucho? Winsin y Yandel y ahora escucho a Cuscuñuela, que es como hip hop con reggaeton. No cambio ese ritmo.
(Diego Vergara/desde Leverkusen, Alemania)
HUMBERTO SUAZO
Barrilete Cósmico
E
l Chupete es un tipo quitado de bulla. Muy tranquilo. Pasa la mayor parte de su tiempo en familia y no es muy amigo de las cámaras. Es tímido y fanático de sus hijos. En la intimidad, siempre está jugando con ellos. Son tres y los ha criado con Gretel, su esposa y compañera hace más de 10 años. “Me siento una persona normal. Como cualquier otro que anda por ahí, sólo que juego al fútbol. Pero no me gusta mucho la prensa: los diarios y la tele son demasiado extremos”, dice Humberto.
-¿Cómo es ser un personaje público? -A veces es agotador, pero lo entiendo. La gente quiere estar conmigo, sacarse fotos, autógrafos, compartir. Se hace cansador a veces, porque vivo viajando y siempre hay que tener buena cara. Pero es parte de mi pega. -¿Has vuelto a San Antonio? -Siempre. Hay mucha gente que dice ‘Chupete se olvidó o no sé qué’. Cómo me voy a olvidar de San Antonio si ahí me crié, conocí a mi mujer y empecé a jugar al fútbol. Hay otros que dicen que soy malo con
mi mamá, porque vive en la casa donde hemos vivido toda la vida, pero no tienen idea. Ella no se quiere cambiar, le regalé una casa y no quiere. Agrandé la mía para que se vaya con nosotros y tampoco. -¿Cómo llevas el tema de la muerte de tu papá? -Ya han pasado 10 años. Ha sido lejos lo que más me ha dolido en la vida. En un momento me mandó a la mierda. No quería entrenar, me fui de Católica y me devolví a San Antonio. No tenía ganas de nada. Solo quería estar solo. -¿Cómo saliste adelante? -La vida es rara. Ese año, aparte de lo de mi papá, me fracturaron el tobillo. Pero apareció la Gretel y me levantó. Ella fue la que me dio las ganas para volver a jugar, salir adelante y pelear por llegar hasta donde estamos ahora. -¿Qué hacías cuando te retiraste? -Pasé un año en mi casa. Después empecé a jugar en el barrio y me pagaban 30 lucas por partido. Pero necesitaba más porque íbamos a ser padres. El día que me casé, tuve que ir a jugar y llevar la ropa del matrimonio a la cancha, porque no teníamos plata. Esa vez me pagaron 70 mil pesos.
-¿Es cierto que te dicen gordo? -En todos lados, pero no me siento gordo. He salido goleador en todos los equipos y cuando era chico fui campeón de los 100 y 200 metros. Hablan por hablar. -¿Cuál es el mejor jugador de Chile? -Alexis Sánchez. Es muy bien jugador y se lo digo. Es el más desequilibrante y con más futuro. Puede llegar a ser uno de los mejores del mundo. -¿Qué pasó cuando Bonini te gritó la mítica frase del Centenario? -Lo tomé como algo del momento. Cuando se puso de moda, le dije al profe que lo había hecho famoso, que gracias a mí todos lo conocían.
(Diego Vergara/desde Zaragoza)
o dinero en c o p r o p o d n Estaba juga racturado f lo il b to l e on el barrio y c esional. En f ro p l o b t ú f ó el cuando retom fue figura. Chupete uipos iy todos los eq se de Bonin ra f a ic ít m : habla de la s u co m p a d r e e d ro u t u f l e apuesta por hez. Alexis S ánc
FABIAN ORELLANA
Sueños de un Histórico
C
El puntero derecho nació en La Legua y se crió jugando en canchas de tierra donde aprendió a gambetear. Aunque no le gusta entrenar ni que lo manden, asegura que en la selección le encanta “correr todas las pelotas”. No cree en los políticos y cuenta que cuando se retire se aislará del mundo.
hile enfrentaba a Argentina. Era el 15 de octubre de 2008. Ese día, la vida de Fabián Orellana cambiaría para siempre. Chile nunca le había ganado por los puntos a los trasandinos. Y lo hizo. Gary Medel corrió por la orilla derecha, levantó la cabeza, sacó un centro atrás y ahí estaba Fabián. Le pegó con la pierna derecha al palo más lejano del arquero. Era el 1-0. El definitivo. El que le valdría el apodo que aún carga: el histórico. “Los compañeros me dijeron ese apodo apenas terminó el partido. Fue raro porque nunca había jugado por la selección, y terminar siendo titular contra Argentina, marcar el gol y que más encima ganáramos fue una locura”, recuerda. Ha pasado tiempo. Orellana fue vendido al Udinese, el mismo club de Sánchez e Isla. Pero para llegar hasta ahí, sorteó varios obstáculos. El primero y, quizás el más difícil, lo persigue hasta hoy: “No me gusta que me manden, que me digan cómo hacer las cosas. Juego porque es mi trabajo, pero no me agrada mucho. ¿Desde cuándo me pasa? Desde que empezó a ser mi trabajo. De a poco lo acepto, pero
antes, cuando era chico, no iba a entrenar. Me escapaba”. -¿Te gusta la vida de futbolista? -Es raro, porque no me gusta estar lejos de mi barrio ni de mi gente, pero sé que es la única manera de ganar dinero más fácil. -¿Qué es estar en el barrio? -Ir a la San Gregorio. Allí están la mayoría de mis amigos. Nos juntamos en la sede del Colombia, un club donde hay varios ex futbolistas, hacemos asados en la cancha y lo pasamos bien. -¿Eres de muchos lujos? -No. Los lujos que me he dado son regalarle una casa a mi mamá que vivía en Puente Alto y se fue a La Florida y la casa que me compré en Las Vizcachas. Pero no soy de comprarme ropa cara. Ni cagando un pantalón o chaqueta de 300 lucas como otros. Trato de ahorrar. -¿Crees en los políticos? -La política es para los políticos y su grupo cercano. Los políticos se meten ahí para salvarse, si a los pobres nunca les toca. No me vas a hacer creer que nos van a ayudar, si nunca lo han hecho. ¿Por qué deberían hacerlo ahora? -¿Tus amigos tampoco creen? -Hay gente que cree, pero yo no. Yo traba-
jo para ayudar a mis hijos, para darles una buena educación y que no les falte nada. -¿Educación privada o pública? -Privada. Viví la educación pública y, si bien en algunos lados es buena, la mayoría de los liceos y colegios no tiene un peso. No hay infraestructura, canchas, computadores, nada. Ahí también se nota la diferencia de plata: el que no tiene no estudia y está cagado. Así de simple. -¿Siempre tan crítico? -Es que no significa ser crítico. Te lo repito: si los políticos se acuerdan de los pobres para las puras elecciones. El resto no pasa nada. -¿Qué quieres hacer después de retirarte del fútbol? -Estar en el barrio. Después, descansar, tener una parcela y vivir tranquilo. -¿Qué te pasa con el mundial? -Es un sueño. Quiero estar ahí y que empiece. En la selección es el único lugar donde estoy siempre a disposición, feliz, corriendo todas las pelotas. Es como volver a estar en el barrio, porque la mayoría de mis compañeros son del mismo origen. Es como un equipo de barrio donde todos somos amigos.
(Diego Vergara/ Jerez, España)
PeterPan GARY COLEMAN
(Gary Coleman)
F
LUZ ebrero de 2010. Gary Cole-
man acaba de tener un mes del demonio. Fue arrestado por violencia doméstica en contra de su esposa -Shannon Price- y viene saliendo de la clínica tras ser tratado por extraños ataques convulsivos. Entonces, acepta ir a “The Insider”, un programa farandulero del canal CBS en el que tres periodistas tenían claro lo que tenían que hacer: acorralarlo para ver cómo reaccionaba. El resultado fue uno de los episodios más vergonzosos, pero a la vez más descriptivos de la personalidad del actor. La entrevista partió de la peor manera. Al morenito símbolo de los 80 -Arnold en la serie “Blanco y Negro”- le preguntaron tres veces si, pese a estar casado, aún era virgen. “Casi toda la gente de este planeta, al menos en Estados Unidos, tiene el cerebro muerto. No asumen lo obvio”, dijo Coleman algo molesto, pero en tono académico. “¿Has
buenos recuerdos de esa época. Tanto así, que incluso cuando “Blanco y Negro” comenzó a repetirse en el canal de cable Nickelodeon para Latinoamérica -lo que suponía alguna compensación económica para él-, Coleman intentó oponerse. “No tengo nada de qué estar orgulloso, aparte de mis amigos... Aún estoy en busca de eso”, me comentó en una entrevista en 2006. Esa vez me atendió el teléfono de mala gana. Sabía que yo era de Chile, pero tampoco le interesó ser diplomático. No tenía idea ni del vino chileno ni de nuestras montañas. Nada. “No me interesa ir a tu país, me queda muy lejos y yo no soy precisamente un trotamundos”, afirmó seco. Una frase más digna de una estrella de rock que de un actor de televisión. Por cierto, el mundo de Gary Coleman estuvo, hasta el día de su muerte, siempre más cerca de la controversia que de las palabras de buena crianza. Encerrado entre cuatro paredes y en constante pelea con la sociedad, lidió con la fama como si
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asumida. Tanto como su bipolaridad. Pero cada vez le costaba más adaptarse y conservar la paciencia.
CORTEN
“M
írame la frente. Esta marca la tengo porque me caí de la escalera, no porque me haya puesto a pelear con mi esposa”. Coleman está enfurecido en el estudio de “The insider” intentando, por enésima vez, que el mundo crea su versión. Los panelistas lanzan sus preguntas más ácidas como bombas de racimo. Ya conocemos el resultado. 27 de mayo de 2010. Gary Coleman pasa una rabia casera indeterminada. Comienzan las convulsiones y lo llevan al hospital. Allí aprovechan de hacerle su diálisis de rutina y lo envían de regreso a casa. Según contó su esposa días después, el actor se sentía mal, débil y sin ganas de hacer nada. Entonces subió a la habitación. Quizás por su habitual rebeldía, Arnold salió de su pieza en
Extravagante, polémico, violento y extremista, el fallecido actor de “Blanco y Negro” fue una especie única. Odiaba al personaje que le dio popularidad, era adicto a los videojuegos y no soportaba a sus fans. Esta es la historia del niño que se negó a crecer. pensado en quitarte la vida?”, retruca una rubia. “¡Quién no!”, responde Gary. Los animadores se miran entre sí y, como en el colegio, levantan la mano y dicen a coro “yo no”. “Pues han tenido suerte”, les responde el pequeño. Hasta ahí no pasaba de ser una mala entrevista. Pero tres minutos después, como muestra de su propia bipolaridad, Coleman figuraba garabateando violentamente a una de las panelistas que insistió mucho en saber si él había golpeado alguna vez a su esposa. “Te puedes ir a la mierda. No te conozco, no me importas y tu vida no me interesa. Así que si te arrolla un bus esta noche, no me va a importar. ¿Saben qué? Ella me está molestando, no me gusta su actitud y lo que voy a hacer ahora es largarme de aquí. Así que váyanse todos a la mierda”, lanzó encolerizado. Pegó un saltito desde su taburete, salió del estudio, corrió por los pasillos con el micrófono puesto y antes de subirse a su limusina, lo coronó todo con un gesto obsceno. “Váyanse a la mierda, a la mierda”, repitió.
L
CÁMARA
a historia de Gary Coleman está llena, precisamente, de blancos y negros. En su momento más feliz, cuando fue estrella mundial de la televisión, no podía disfrutar su dinero. Según contó años después, sus padres lo explotaban y no tiene
fuera su peor enemigo. La mayoría de sus incidentes, de hecho, estuvieron relacionados con la popularidad. Como cuando una fanática insistió en pedirle un autógrafo, que él no quería dar, y se llevó una golpiza y un atropello o cuando se deprimió tras perder la carrera a gobernador de California. Por alguna razón, porrazo tras porrazo, Gary volvía a levantarse y a aceptar entrevista tras entrevista, sabiendo que todo podía terminar mal.
U
ACCIÓN
na vez explotó y decidió llevar a su esposa a un divorcio televisivo. Acusó a Shannon de no dejarlo en paz; ella lo apuntó por no cumplir sus deberes maritales y dedicarse demasiado a su colección de videojuegos. Esa frase lo mató. Lo convirtió otra vez en comentario de los más burlescos blogs y en alimento para comediantes. De hecho, terminó viviendo nuevamente con Shannon. Resignado a buscar la felicidad en su fábrica de autopistas de juguete y trenes a control remoto. A esas alturas, su problema renal crónico -el mismo que no le permitió crecer ni desarrollarse- recrudecía cada vez más. Cuando niño fue intervenido y trasplantado dos veces. “Tengo el riñón de un griego que fue atropellado”, contó una vez a la revista “People”, como si eso, de alguna mitológica manera, le diera fuerzas extra. Tenía su enfermedad
busca de algo. Fue entonces cuando se volvió a caer de la escalera, pero esta vez el accidente no le provocó una marca en la frente. Había sangre por todas partes. Shannon llamó al 911 y Coleman fue llevado a un hospital. Pero 24 horas después cerebral era irreversible el daño y ella, su esposa 19 años menor, decide que es hora de desconectarlo de la máquina que lo mantenía vivo. “Gary ahora está en paz y su memoria se mantendrá en los corazones de quienes se entretuvieron con él a través de los años”, decía el memorial enviado por su agente. Es cierto. Los medios de todo el mundo lo recordaron gracioso, feliz, de 11 años, interpretando a Arnold y haciendo reír con su frase “¿de qué hablas, Willis?”. Justamente lo que Coleman quería enterrar para siempre, según me contó en la entrevista que le hice. -Si pudieras regresar en el tiempo, ¿qué serías? -No sería actor por ningún motivo. Trataría de estar todavía en Illinois, probablemente trabajando en un supermercado o en un Home Depot. -¿Cómo te gustaría ser recordado? -Por lo que hago en el presente. “Blanco y Negro” hizo que el mundo perdiera interés en el verdadero Gary Coleman. Perdón, Gary, pero como mundo acabamos de hacer justamente lo contrario.
Daniel Aravena
E
n menos de dos horas de su llegada a Chile, los integrantes de We Have Band sufrieron un recibimiento inusual: un fuerte temblor y una lluvia bíblica. Pero al matrimonio compuesto por Thomas Wegg-Prosser y Dede y a su compañero Darren Bancroft no les importó. Era su primera vez en el país y la curiosidad era el síntoma que más se repetía. “Hemos estado en Bogotá, Sao Paulo, Santiago e iremos a Buenos Aires. Es algo muy bueno para una banda que lleva tan poco tiempo”, dice Darren. La frase es certera. En apenas dos años, el trío puede contar historias que otros han vivido en una década. Thomas trabajaba en el sello EMI y, a veces, se topaba en los pasillos de la disquera con ídolos como Radiohead, Kate Bush e integrantes de Pink Floyd. El trabajo era interesante, pero quería publicar sus propias canciones. Azuzado por su entonces novia, Dede, comenzó a grabar más y a involucrar a su pareja. Pero faltaba un vértice para el triángulo perfecto. Y la mujer recordó a un amigo con quien compartía gustos musicales: Darren. Tras unas llamadas telefónicas, se juntaron a beber vino y conversar la idea. Esa misma noche hicieron dos temas. “Siempre sentí que había un espíritu familiar. Como formamos el grupo cuando éramos adultos, nos saltamos etapas. No somos esos pendejos que se emborrachan en cada show, sino que nos gusta conocer gente e integrarlos a nuestra música”, afirma Bancroft. Con la tripulación definida, Wegg-Prosser renunció a EMI, hicieron más canciones y las subieron a Internet. La alianza entre un electro rock ágil, festivo y bailable se propagó por blogs y, a los pocos meses, singles como “Oh!” y “Hear It in the Cans” sirvieron como pasaporte. Los invitaron a festivales de bandas noveles en Francia y en Inglaterra los definieron como una mezcla de Animal
Collective, Hot Chip y New Order con la intensidad en vivo de The Smiths. “Es un gran halago que nos comparen con esas bandas. Sobre todo, con The Smiths. Ojalá pudiéramos hacer canciones tan buenas como ellos. No creo que nos parecemos, aunque sí tenemos una emoción similar en los shows, tratamos de pasarla bien. Adoramos a esa banda”, indica Darren. -¿Sienten que han tenido suerte o creen que son muy buenos? -Dede: Es una mezcla. Para que te escuchen y te vayan a ver, debes tener buenas canciones. Pero también debes tener buenos promotores y organizar buenos shows. Si eso funciona, puedes crecer como una bola de nieve. Trabajando duro es la única forma de lograr éxitos. -¿Se sienten famosos? -Thomas: Nos está yendo bien, pero no somos famosos. Sentimos que en esta época, la tecnología te ayuda y los blogs son una buena manera de darte a conocer. Nunca pensamos que tan luego cruzaríamos continentes y estaríamos en Sudamérica. -Siempre se habla que el público latino es más intenso que en otros lugares. ¿Les parece? -Thomas: Son muy prendidos. Aunque no es primera vez que Dede y yo estamos en Sudamérica. En 2008, poco después de renunciar a mi trabajo, vinimos a algunos países y estuvimos tres meses. Recorrimos Bolivia, Perú, Argentina, Brasil. Chile nos faltó, pero nos gusta mucho. Aunque hay que conocerlo con más tiempo. -Algunos músicos critican que los discos estén disponibles en Internet. ¿Qué les parece? -Darren: Estamos a favor de que la gente pueda acceder a los discos de manera más expedita y barata. No estaríamos conversando contigo si no fuese por el boca a boca y las recomendaciones por Internet. Es más, el
promotor que nos llevó a Colombia nos decía que nos había conocido por los blogs. -Thomas: Internet sirvió para que saliera de mi trabajo que pese a ser una disquera famosa, igual es como estar en una fábrica. Ahora tengo mayor libertad. -En su disco debut, WHB, hay temas bailables como “Divisive” y también otros más crepusculares como “Buffet”. ¿Fue algo intencionado? -Dede: Tiene que ver con estados de ánimo. Por lo general, tenemos buen humor, nos gusta reírnos y la pasamos bien cuando vamos de gira. Pero, como todos, también tenemos momentos en que estamos más vulnerables y con ganas de estar solos. El disco es el retrato de nuestras personalidades. -Como en bandas como Yo La Tengo o Low, ustedes están compuestos por un matrimonio y otra persona. ¿Es difícil relacionarse? -Darren: Me gusta mucho Low. Lo único que sé es que cuando nos enojemos, seré el despedido del grupo. Jajaja…Los tríos donde hay matrimonios son como historias de amor modernas. Nos llevamos bien y cada uno tiene una determinada función en la banda. Estar más de dos años y medio juntos te hace conocer a los otros y, afortunadamente, no tenemos problemas. -¿Qué grupos están escuchando? -Darren: Principalmente, pop y bandas que no hagan lo mismo que hacen otras y que se transforman en parodias. Ahora estamos escuchando a Yeasayer, Animal Collective y Grizzly Bear. -¿Qué es lo que más les ha impresionado de Sudamérica? -Dede: La lluvia. Jajaja…Que les gusta pasarla bien. Esa fama no es mentira.
Felipe Rodríguez
(We Have Band)
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Entrevista
WE HAVE BAND
Tres son Multitud Se hicieron famosos vía blogs y, en poco tiempo, tenían dos hits en las radios. Dueños de un electro rock tan ligero como adhesivo, We Have Band da una vuelta de tuerca a las pistas de baile con su álbum debut, WHB, que rankea alto en el círculo de las melodías festivas de esta temporada.
Entrevista exclusiva.
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//28 /Entrevista /(Michael Eavis)
MICHAEL EAVIS
Rebelión en la Granja
A los 74 años, el creador del festival inglés, Glastonbury, se prepara para celebrar las cuatro décadas de uno de los encuentros musicales más importantes del planeta. En esta entrevista, recuerda los conflictos tras el debut de The Smiths, su emoción al ver juntos a ex integrantes de Led Zeppelin y cuenta que vive con una espina clavada en su zapato: no haber podido tener nunca a The Grateful Dead. Entrevista exclusiva.
M
ichael Eavis tiene perfectamente claro el año que Glastonbury cambió para siempre; ese que lo sacó del circuito de los conciertos hippies y lo puso en la senda del megafestival de rock y pop que es hoy: 1984. Esa temporada se presentó en su escenario The Smiths. “Definitivamente no eran una banda hippie”, recuerda el hombre de 74 años y creador del festival Glastonbury, entre risas, al teléfono desde su granja en Inglaterra, en el mismo lugar donde durante un fin de semana de junio -más específicamente, entre el 23 y el 28 de este mes-, se realiza este imperdible encuentro con varias de las mejores bandas del mundo. “Con el show de The Smiths una parte del público se fue porque vieron que estábamos cambiando, sintieron que nos estaban invadiendo los grupos de pop y nos les gustó. Muchos no volvieron nunca. Pero nosotros seguimos adelante y trajimos lo que estaba sonando. Creo que es la razón de por qué seguimos al frente”, dice. Esa decisión de llevar a los grupos más populares sin necesariamente discriminarlos por su estilo, no sólo disgustó a algunos colaboradores, sino que ha logrado sorprender a los fanáticos que peregrinan hasta su granja año a año. Esta edición, en que se celebra su aniversario número 40, la gran sorpresa es Shakira. La misma chica que canta el himno del mundial y que mueve sus caderas al ritmo del pop más industrial, en el que cuela algunos sonidos latinos. Las cifras parecen darle la razón a Eavis con su movida de 1984. Aunque festivales similares a Glastonbury ya son comunes en el verano de Europa y Estados Unidos -donde destacan Benicassim, Roskilde y Coachella, por ejemplo-, la convocatoria a la granja se mantiene intacta. El 23 de junio partirá el festival de este año, y pese a que hace poco más de un mes se anunció quiénes tocarían,
MGMT, sicodelia pop
las 177 mil entradas estaban agotadas desde el 4 de octubre del año pasado, el mismo día que se pusieron a la venta. Aunque no es raro que los tickets se agoten horas después de que se pongan a la venta, en esta edición tuvo el inmenso apoyo del poder del rumor. David Bowie y The Rolling Stones fueron algunos de los nombres que aparecieron en prensa o Internet para festejar los 40 años del evento. Finalmente ninguno de ellos estará. En cambio, se presentarán Stevie Wonder, Muse, Slash, The Flaming Lips, MGMT –U2, el gran grupo de esta temporada, quedó fuera de su primera vez en Glastonbury por la operación a la espalda de Bono- y un larguísimo etcétera. Los line-ups estelares son costumbre de Eavis desde que partió en 1970 con T-Rex. Tenía
34 años y meses antes había estado en el festival de Bath, también en Inglaterra, donde tocaron Led Zeppelin y Pink Floyd, dos colosos de esa década. “Fue algo que me inspiró mucho. Yo era simplemente un campesino lechero y todavía lo soy. La granja sigue siendo nuestro ingreso principal, hemos tenido vacas lecheras por 150 años. Durante el festival se van a los corrales de invierno”, explica sobre su
otra faceta laboral. En 1995, el granjero logró cumplir uno de sus sueños festivaleros, que venían desde ese gran recital en Bath: tener a Jimmy Page y Robert Plant, guitarrista y cantante de Led Zeppelin, juntos en su escenario. “Juntarlos fue un gran logro, porque no sé qué tan bien se llevan, pero no era exactamente Led Zeppelin”, dice, dejando en evidencia que para él no es suficiente con tener a los dos grandes genios del grupo, sino que quiere tener a la banda completa, o tan completa como se pueda. O sea, sumando al bajista John Paul Jones. “Les pregunté a ellos si podían tocar este año, pero no podían ha-
cerlo y tampoco era el momento correcto, pero algún día lo harán. Estoy convencido”, indica. Eavis asegura que la organización de esta edición se ha hecho igual que siempre y no ha existido una preparación especial por su conmemorativa fecha. “Todas las veces hemos actuado como si no fuera a haber otro festival. Cada uno es abordado como que fuera a ser el último, así que le ponemos muchísima energía a cada uno de ellos. Tenemos que hacerlo así para poder crear algo especial cada año. Por eso el número 40 es simplemente otro año para nosotros, sólo que esta vez fue más fácil conseguir a las bandas. Por ejemplo, recibir un llamado de U2 te hace saber que estás haciendo algo especial. Imagina que me llevó 32 años poder conseguirlos”, comenta. Aunque finalmente el sueño de tener en la pista principal por primera vez a U2 y a Led Zeppelin sigue siendo una promesa que Eavis aún no puede cumplir, hay otra banda que nunca podrá pasar por su evento y que es una espina en su zapato: The Grateful Dead. “Me hubiera encantado tenerlos, pero Jerry García, su líder, murió. Ese grupo estaba muy en sintonía con el significado de Glastonbury. Lo hablé con ellos muchas veces”, recuerda. “Cuando venían a Londres yo los iba a ver y les preguntaba si vendrían. De hecho, un año vinieron a la granja durante los días del festival. Trajeron unas máquinas para medir las vibraciones en la Pirámide -el escenario principal-. Fue muy divertido”. No es la única postal que el granjero tiene grabada en la cabeza. Otra es de 2004, cuando estuvo Paul McCartney. “Se conmovió tanto que cuando se bajó del escenario estaba llorando. Yo fui a verlo y a agradecerle y tenía la cara llena de lágrimas”. Una escena que ratifica una máxima: Glastonbury es un lugar único.
Daniela Lagos
Steve Wonder. el soul hecho sentimiento
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Entrevista 29
Michael Eavis el capo de Glastonbury
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Siempre bajo la independencia, Daniel Riveros ofrece en Audiovisión, un intercambio de golpes folk y electro, que se refugian en la inocencia melódica. Entre giras, aplausos y paternidad, el músico cuenta que le gusta estar con los onderos y que se siente feliz de haber grabado con un ídolo: Jorge González.
D
aniel Riveros, alias Gepe, pone marcha atrás en sus recuerdos y cuenta que sus padres siempre le regalaron instrumentos: baterías, guitarras, teclados. No lo hacían pensando en que se dedicara a la música. Más bien, para que tuviera una afición por el arte. El nexo no es casual. Su abuelo materno y, a la vez, la persona más influyente en el desarrollo personal del solista venía de una familia con gusto por las actividades artísticas. “La mamá de mi abuelo se llamaba Celia Celis y era cantante de ópera y tocaba el piano. Todo el sentido estético que tengo se lo debo a él. La carátula de Gepinto (2005) fue inspirada en mi abuelo y tengo una canción que se llama “Esgrima”, dedicada a él porque practicaba ese deporte”, afirma. El músico habla con soltura. Desde que arrancó elogios con Taller Dejao, un dúo de intensidad y personalidad como pocas bandas en la primera década del nuevo siglo, Riveros sobresalió y se transformó en el capitán de la escudería folk local. En su debut solista, Gepinto, reivindicó la huella de cracks como Víctor Jara y Violeta Parra. Los aplausos y su música tan tierna como sincera, se fueron propagando por el boca a boca y su segundo álbum, Hungría (2007), producido por Vicente Sanfuentes, fue un zigzagueante reencuentro plagado de surcos electrónicos que no tuvo el mismo eco en Chile, pero que le sirvió para abrir fronteras. En Argentina, México y España, su propuesta sonora fue alabada y las referencias en diarios y revistas de esos países le permitieron realizar giras y hacerse un nombre. “Mi carrera siempre se ha construido de pequeñas metas. Primero quise grabar un disco; después algo más standard que incluyera lo que estaba escuchando
(Gepe)
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GEPE
Busco Mi Destino y, ahora, quise hacer algo más potente y estudiado que los anteriores”. Audiovisión, el tercer disco de Gepe, es una cría que arrastra muchas experiencias. Por un lado, la paternidad. Por otro, las giras y la mayor absorción de música y películas. Algo que, en palabras de su autor, se resume en una sola palabra: sorpresa. “Siempre todo lo que me sucede es sorpresivo. Hacer discos, viajar, mi hijo. Pero me he adaptado súper bien, no me he ahogado con nada. El trabajo de artista es dar palos de ciegos porque nunca sabes lo que pasará el próximo mes. Pero siempre van saliendo cosas entretenidas”. La entretención, para Gepe, tiene que ver con nuevas asociaciones. Y que en el último tiempo son varias. Está produciendo un álbum de folk de Sebastián Silva, el director de La Nana e integrante de CHC; prepara otro disco a medias con Alex Andwanter, la ex voz de Teleradio Donoso y está tocando con la banda de Pedro Piedra. “Las cosas van saliendo así, como de estar hueviando. Silva es súper amigo de Pedro Piedra y nos conocimos y hubo buena onda. Me propu-
se producirle su disco y estamos trabajando a distancia. Son canciones bien folk y les estoy incluyendo más instrumentos. Está quedando bueno”, adelanta.
-Tu primer disco tuvo muy buenos comentarios. En cambio, con el segundo pasó poco. ¿Sientes que fallaste? -No. Hice el disco que quería. Hungría era más intuitivo y mi idea fue hacer música sin respetar nada. Quería salirme del folk, no quedarme estancado. No me gusta ser referencia de ese estilo. -Una de las cosas que se criticó de Hungría fue que pasaste de ser un músico de bajo perfil a estar con muchos onderos… -Sí. Me gusta entrar en todos los mundos y siempre me junto con onderos. Ellos me decían que cuando escucharon Gepinto les dio lata, pero que con Hungría había abierto la mente. Pero las canciones son siempre las mismas y los arreglos son los que cambian. Lo que quiero es tener un lenguaje Gepe, que en el futuro la gente me cite por una identidad musical. Como le pasa a Caetano Veloso o Prefuse 73.
-Audiovisión es un disco más rico en producción y detalles y a medio camino entre tus dos trabajos anteriores. ¿Fue consciente? -Quería hacer un disco más complejo, pero no disparatado y, por eso, busqué a Cristián Heyne. El aceptaba todas las ideas que se me ocurrían y les pasaba un filtro. Además, fueron canciones en que me tomé dos años. No trabajaba todos los días, pero fue más cerebral. Lo disfruté mucho. -En “Salón Nacional de Tecnología” participa Jorge González. ¿Qué significó para ti? - Lo conocí en 2007 en México jugando a la pelota con Pedro Piedra. Fuimos con él y Javiera Mena a una disco y tomamos unos mezcales. Nos mostró sus demos y lo admiramos mucho. Se generó una especie de amistad y le dije si quería participar y me respondió que no tenía ningún problema. Le mandé una letra y me mandó 4 voces y un bajo. Quedé feliz. Es un tipo muy simple, brillante y simpático. Cero quebrado. Es un honor que esté en mi disco. Además que es de San Miguel. Como yo.
Felipe Rodríguez C.
//32 /Entrevista /(Manuel GarcĂa)
“B
ien peleado sale todo más genuino”, dice Manuel García mientras se revuelve en la silla, y aunque su reflexión no va a nadie en particular, cree en la frase que suelta. Es algo así como su máxima laboral. Siempre en control y siempre amable, los modos de uno de los cantautores nacionales más talentosos de la escena, no reflejan la apretada agenda en la que está metido desde que su tercer disco como solista, S/T, salió a la venta hace unas semanas; tampoco la gira extenuante que se le viene encima y que lo llevará hasta tierras aztecas a fin de año. En él sólo hay calma. “Quizás es algo que aprendes cuando tienes hijos. Vuelves de noche tarde de un show multitudinario, pero en tu puerta no está la fama esperándote o un montón de lujos. Están tus hijos aguardando a que te laves las manos y les hagas la mamadera”. El momento del ariqueño es especial. A punta de talento y apertura musical, ha logrado en tres excelentes álbumes solistas -Pánico (2005), Témpera (2008) fueron los otros títulos- y otros como líder de los desaparecidos Mecánica Popular, sacudirse los estigmas del trovador, en beneficio de una sensibilidad compositiva que esconde eclecticismo y precisión bajo pinceladas de simpleza. “Esto es como si filmara con el mejor equipo de cineastas una obra de títeres y la pasara en un cine. Te vas a preguntar si es simple o complejo lo que ves. El nuevo material es mezcla de temas hechos casi en una toma y otros armados por capas. Así que si bien la puesta en escena parece sencilla, hay mucho trabajo. Le dimos un sonido medio antiguo y genuino y para lograrlo hay que tener buen oído”. Un trabajo afinado y terminado pocos días después del terremoto en los estudios de la sala Master de la Universidad de Chile, y que partió sostenido por cuatro temas que fueron descartes de
sus anteriores álbumes. “Lo que no quiere decir que son temas que valen menos. De hecho, suelen ser los desafíos importantes, los que dejaste afuera porque merecían darle una segunda o tercera lectura. Se trata de una mezcla más espontánea y rápida. En general, fue más breve de grabar y ese proceso se manejó de modo muy aceitado y preciso”. -Entiendo que Joan -dedicada a Joan Jara-, fue uno de los cortes que no sabías si incluir… -Me decían que la incluyera, pero yo tenía dudas. No la sentía bien terminada. Pero me convencieron e hice caso. Ella es una mujer muy seria que en alguna medida ha tratado de tomar distancia con lo que le ha pesado. Todos hablan de Víctor Jara y de cómo sigue vivo en el pueblo chileno, pero tengo dudas de que habría sido así de no ser por los esfuerzos de ella. -¿Cómo manejas este momento en tu carrera y la transversalidad que ha alcanzado tu música? -Creo que estoy en un punto alto de mi carrera como artista. Es un minuto de sintetizar muchos años de trabajo y de cosechar el cariño del público que te escucha. Es una época de sacar cuentas y, por suerte, el resultado de la suma es a favor, porque me siento reflejado en la interpretación que los demás hacen de mi música. -La música de garage y el revival folk fueron modas fuertes en el mundo, y siguen influenciando a muchos músicos en nuestro país, ¿concuerdas con ese análisis?, ¿cómo se ven esas influencias en la música chilena? -Concuerdo plenamente. Creo que hay un valor genuino en las nuevas generaciones que se dio espontáneamente. No se trata de un movimiento auto creado ni mucho menos. Sucedió así no más, y de pronto se creó este espacio de gente volviendo a tocar la guitarra. Ahora, yo no veo el tema de la moda como algo asociado a un mercado. Acá no están las botas de Chinoy o la chaqueta de
Gepe como el cotizado merchandising de nuestros artistas nacionales. Hoy la moda ni siquiera tiene un mercado, así que ese no es el problema. Lo que podría oscurecer el agua de los jóvenes que están trabajando con la guitarra, es ese esnobismo chileno de querer estar a la moda y de querer encontrarle mérito a algo a lo que sólo dos o tres le encuentran mérito, y con la única intención de no quedarse debajo del bote. Ahí es cuando da miedo, porque no sabes si el público está recibiendo de verdad y con profundidad la obra. - ¿Qué estás escuchando por estos días? - Siempre estoy revisando material. Ahora ando mirando unos vinilos viejos de música clásica y guitarra barroca y a un folclorista uruguayo que nadie conoce, que se llama Osiris Rodríguez. Es del estilo de Atahualpa Yupanqui y lo escucho harto. Y últimamente como que me puse a escuchar varios discos de Gustavo Cerati. Eso lo he mezclado con pasadas a la música soul pop de los 80. -Hay una asociación forjada a través de la historia política de Chile entre ser cantautor y la responsabilidad social que eso conlleva. ¿Cómo lo ves en tu caso? -El valor que uno le asigna a las cosas que inspiran una canción son personales. Puede ser una hoja que se cae de un árbol o una mujer bostezando en la micro, y también una manifestación política. En general, lo veo como manifestaciones normales en el ser humano que crea, pero no veo materiales predeterminados para construir canciones. Puede ser cualquier cosa. Por eso cuando escucho ese montón de canciones de supuesto cronistas políticos de su época, en general salen forzadas y se quedan en las buenas intenciones más que en obras de calidad. Y eso parte con Simon and Garfunkel, pasando por Dylan y llegando hasta nuestros artistas nacionales. No creo mucho en eso de ver una protesta y hacer una canción. A lo mejor después escribes una sobre las cucarachas en tu cocina y terminas diciendo mucho más.
Raúl Morales
MANUEL GARCIA
Música Popular
Si su anterior disco, Témpera (2008), lo puso en la delantera de los músicos folk locales, su nueva obra, S/T, es la comprobación de un talento consistente y en franca evolución. Con melodías directas y letras sencillas, el ariqueño flota entre la melancolía y la belleza y se instala entre los grandes de su generación.
//34 /Entrevista /(Laetitia Sadier)
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na cierta distancia con su pasado. Laetitia Sadier, voz de Stereolab, quien estuvo hace unas semanas en Chile, exhibiendo material de su carrera en solitario y de su otra banda, Monade, mira hacia un montón de mesas vacías y suspira con algo de fastidio ante cualquier amague de hablar de su primer y afamado grupo. “Hace seis años que no tocamos juntos con Stereolab. En lo personal, estoy en un momento en que lo que compongo es algo desprovisto de intenciones conceptuales. Es algo directo y definitivamente íntimo”. La última vez de Sadier en Chile fue hace diez años con su ex y retrofuturista agrupación y en una visita que apenas duró quince horas. Ahora, con menos apremio envolviendo sus pasos, se dio tiempo para agendar dos conciertos pensados para poca gente, uno de ellos en Valparaíso, en un hotel boutique donde se reunieron 75 personas. “La vez anterior en Chile fue una locura. Ahora por lo menos estuve dos días y medio y eso es un gran avance. Si consigo darme una vuelta
por el museo lo consideraré un triunfo, pero no lo sé”. -Quedó atrás el frenesí de estar en una banda de vanguardia girando constantemente. ¿Qué se siente tocar en lugares pequeños y sola? -¿La verdad? Es humillante. No, es una broma. Lo hago porque me gusta y aunque sean 640 personas y no las 20 mil que hay en un festival, me pongo igual de nerviosa. Presentarse en vivo es intimidante y energético y eso no ha cambiado para mí. -¿Cuesta destacar como solista cuando se ha formado parte de una banda importante? -Me da lo mismo. Hago lo que me gusta, viajo por todas partes, conozco gente. No es un problema. Es más, a cada lugar al que llego me siento bienvenida. -¿Dónde está, en tu opinión, en polo de la nueva música moderna? -Mmm… es difícil saberlo. Suecia podría ser, ha salido una cantidad impresionante de bandas desde ahí, pero también destacaría Francia. Daft Punk fue el primer gran ejemplo
LAETITIA SADIER
Íntima y Recargada A pocos meses de estrenar su primer disco solista, The Trip, una de las ex líderes de Stereolab habla de cómo es haber dejado los grandes escenarios para tocar en conciertos pequeños y de la manera en que Francia y Suecia se han levantado como los nuevos centros de la música mundial.
de un grupo con un estilo nuevo. En lo personal, estoy escuchando bastante a Brazilian Girls y una banda gala que se llama Equaserge y que hacen un indie medio retro. -¿Cuánto influyó la muerte de la tecladista Mary Hansen -fue arrollado por un camión mientras andaba en bicicleta- en la separación de Stereolab? -No directamente. De hecho, seguimos tocando después. Pero es un vacío imposible de llenar. Ahora bien, no es que Stereolab se haya acabado para siempre. En algún momento pensamos volver. -¿Qué debemos esperar de tu siguiente trabajo? - The Trip saldrá en septiembre. Su título hace referencia en parte a lo que busco en los conciertos y musicalmente será un homenaje a alguien que perdí. -¿Te llevarás música chilena a tu casa en Londres? -Podría ser, pero creo que me pondré a investigar porque no he escuchado nada.
Raúl Morales
(La estrella de la muerte)
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La Estrella de la Muerte
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a tarde del martes 22 de junio, Sebastián Piñera fue precavido. Se reunía por primera vez con las representantes de DDHH en La Moneda y llegó a un acuerdo con su fiel ministro, Rodrigo Hinzpeter, manifestando un signo de evidente paranoia: la cita sería íntegramente grabada. Y por dos periodistas para tener un doble respaldo de la conversación con las dirigentas. Horas más tarde, el Presidente y su personero de mayor confianza llegaron a CasaPiedra para celebrar un maravilloso evento: la asunción de Alvaro Caviedes, el fiscal de Copesa (que edita los diarios La Tercera y La Cuarta y las revistas Qué Pasa y Paula) como nuevo presidente de la ANP (Asociación Nacional de Prensa). El hombre, que ni siquiera es periodista sino que abogado, es el nuevo delfín de Àlvaro Saieh y reemplazaba a otro crack: Guillermo Turner. Este último, es conocido en el ambiente periodístico como “el lacayo de Ricardo Claro”. El seudónimo es porque era el preferido del desaparecido empresario. Turner, 40 años, gerente de desarrollo editorial del grupo Claro (Mega, diario Financiero, revista Capital),
curiosamente, se ha especializado en acceso a la información y periodismo especializado y es el único que, en confianza, trataba al magnate como “don Richi”. Piñera, quien compartía una mesa de lujo con el cardenal Errázuriz, los directores de El Mercurio y La Tercera, Cristián Zegers y Cristián Bofill, respectivamente, y los mencionados Turner y Caviedes, dejó su copa de tinto en la mesa y subió al estrado. Planteó un compromiso por fortalecer la libertad de expresión en Chile y en el continente y ofreció acceso directo a los periodistas ante cualquier requerimiento. Curioso. De un plumazo había olvidado varias cuentas pendientes con la libertad de expresión: la venta de Chilevisión, la censura durante su campaña presidencial a un periodista de La Nación, la represión a los periodistas que quedan en el ministerio de Educación (despidieron a más de sesenta personas) con el bloqueo a las páginas del medio electrónico El Mostrador y radio Bío Bío y el sospechoso registro de su encuentro con las dirigentes políticas. Como en un club de amigos, el presidente sacó aplausos y se sentó para escuchar atentamente el discurso de Caviedes, el nuevo prresidente. Entre otras perlas, soltó frases como “Podemos afirmar que la prensa
permanece firme y robusta gracias al infinito deseo de las personas de conseguir más y mejor información”, “no podemos pretender investigar con profundidad las acciones de instituciones y personas, si nosotros mismos no estamos dispuestos a ser fiscalizados” o “nuestra tarea es apoyar el periodismo de excelencia, independiente y autónomo”. Cuando más del 80% de los más de 22 mil millones de pesos del Gobierno son entregados a empresas como Copesa y El Mercurio en avisos publicitarios (según los registros que datan de 2008 en el periodo de la Concertación), las frases de Piñera y Caviedes suenan a una caricatura absurda y de mal gusto. En un país cada vez más monopolizado periodísticamente, la libertad de expresión y la igualdad de oportunidades es una utopía. Chile es, en Sudamérica, el símil de Italia. Un lugar manejado por forajidos de los medios de comunicación y donde el control de información pasa absolutamente por el visto bueno de lo que dictan La Moneda y sus amigos. La Asociación Nacional de Prensa sigue actuando en un pasadizo oscuro y maloliente. El dicho es viejo, pero tiene certeza: cambian los payasos, pero el circo sigue.
Alodia López González
//36 /Entrevista /(Cine:Te Creís la más linda…)
TE CREÍS LA MÁS LINDA…
No Somos NADA
Ché Sandoval y Martín Castillo, el director y el protagonista de la gran sorpresa del cine chileno -el autoflagelante y entrañable deambular de un chico tras una mala performance sexual-, confiesan que se conocieron durmiendo en la calle y que, como el protagonista de la película, también perdieron alguna vez a una mujer en la cama.
A
sí como Javier, el protagonista de Te Creís la más Linda..., se muestra más vulnerable y sincero a medida que va corriendo el metraje y se sumerge en una particular noche de alcohol y enternecedora paranoia, Ché Sandoval (24) y Martín Castillo (25), director y actor principal, aflojan sus lenguas en un bar según bajan las cervezas. Entrado en confianza, Sandoval no tendrá problemas en confesar que desconoce prácticamente todas las supuestas influencias que las reseñas han indicado que tiene su película -25 Watts, Pizza, Birra y Faso-. Castillo, por su lado, será capaz de recordar más con gracia que con vergüenza el hecho de no haber visto ninguna película en los festivales donde ha sido invitado, por haberse entregado a la jarana de su nuevo estatus de cuasi rockstar. Ambos se ven contentos y no es para menos: han debutado con la película chilena más celebrada del último tiempo, elogiada casi en forma unánime por la crítica debido a su frescura, sus pocas pretensiones y, sobre todo, a la construcción de un personaje memorable, que logra el difícil propósito de ser patético y adorable por partes iguales. Tampoco ha andado mal en taquilla: pese a haberse estrenado con una sola copia -en el Arte Alameda, ya ha sobrepasado los cinco mil espectadores. Mucho más de lo que varias películas chilenas suman estrenadas en varias salas. Lejos de presumir del éxito, divagan sobre el cine y la vida más con las herramientas del sentido común que con las lecciones de la academia. Son amigos y se les nota. No sólo por la evidente complicidad surgida entre un creador -Sandoval- y la encarnación de su alter ego -Castillo-, también porque son capaces de contrariarse, discutir y después seguir como si nada.
–¿Cómo se conocieron?
Sandoval: Nos habíamos visto en fiestas, pero la primera vez que tuvimos “onda amistosa” fue una vez que yo andaba en Valpo, como el primer año de la universidad. Estaba con una amiga hippie y artesana que todas las noches se iba con un hueón y me dejaba botado y entonces dormía en la calle. Y puta ahí estaba este hueón que también dormía en la calle y teníamos
un amigo en común, Panchito, que en la película también actúa -Nicolás, el amigo-pesadilla del protagonista-. Castillo: Este hueón ya en esa época quiso hacer una película de esas andanzas, pero no pasó nada...
–¿Y qué te pareció tu personaje cuando el Ché te lo ofreció?
Castillo: Al principió leí el guión y dije “puta el hueón saco de hueas”. Pero después discutiendo con el Ché, y a medida que yo me iba apropiado del personaje, me era imposible no quererlo. El primer día de rodaje lo amaba. Era como yo.
–Y también tiene mucho de ti, Ché. ¿no?
Sandoval: Sí. No sé en qué momento empezó a pasar, pero mis noches son así ahora. Igual fue divertido porque después del estreno todos mis amigos que no conocían a Martín me decían “hueón, erís vos” y todos los amigos de Martín que no me conocían le decían a él, “erís tú”.
–¿De dónde surge la historia?
diantes de cine que la habían visto en festivales. Eran como estudiantes fanáticos de la técnica. Decían que no había énfasis en la cámara, que no había una puesta de sonido. Sandoval: Cuando yo estaba en segundo año me gustaba Lisandro Alonso y hoy me parece una bazofia. O los hermanos Dardenne, que eran como “oh”, “la imagen”, “el tiempo”, “lo formal”.
–¿Entonces basta con ser honesto?
Castillo: A mí me pasa que la honestidad de la película va por el lado de lo patético. Sandoval: Yo siempre he creído que están mal enfocadas las escuelas de cine porque apuntan demasiado a los referentes. Te hacen partir de los referentes, ponerlos antes que tus películas. Y creo que lo que sí tiene esta película es que soy yo quien domina el mundo y los personajes que aparecen. Quizás pueda venir alguien como John Cassavettes y no va poder hacer esta película porque no maneja este mundo.
Sandoval: Yo me cagaba a un amigo con su polola y mi único amigo que no era de mi mundo era Panchito, el que actúa. El conoció a esta chica, que era “mi amante”, y se la adjudicó y la enamoró. Y fue brígido porque en un momento la mina estaba con tres personas: mi amigo, Panchito y yo. Y yo no tenía nada que decir porque me estaba cagando a mi amigo también. Después yo conocí a otra mina y tenía el miedo que Panchito la conociera y la enamorara como me había pasado. Esa es la base principal de la película.
–¿Debemos entender entonces que el director es impotente y precoz como el protagonista?
–¿Cómo se han tomado todas las buenas críticas? ¿Era algo que esperaban?
Castillo: Sí, quiero ser director. Pienso que ahora tengo una traba extra para hacer mi primera película, porque yo escribo cosas y son como así, muy parecidas. Entonces es posible que mi primera película como director se vea como una segunda versión de ésta. Igual, es un desafío interesante.
Castillo: Cuando la estábamos haciendo ni cagando esperábamos que le fuera tan bien. Sandoval: Haber llegado a los sectores de crítica culta entre comillas, no me las esperaba.
–¿Y las han leído todas?
Sandoval: Yo me leo todo. Castillo: Yo también. Es la primera vez. En el fondo siempre quieres saber que piensan, aunque sea por morbo.
–Y por qué creen que funciona con ellos.
Castillo: Es divertido porque la primera vez que escuché malos comentarios, provenían exclusivamente de estu-
Sandoval: (Risas) No, no el director no es impotente y tampoco es precocito. Pero sí perdí alguna vez a una chica en la cama. Castillo: Todos hemos perdido alguna vez a una chica en la cama.
–Martín, no todos saben que en vez de actor quieres ser director y has estudiado esa carrera. ¿Te interesa desarrollarla?
–¿Y qué planes tiene ahora Ché Sandoval?
Sandoval: Mi próximo proyecto es una película sobre un treintón abandonado por su mujer. Más que cine sobre jóvenes lo que me interesa son personajes masculinos, solos, y que tienen todo al mismo nivel. Personajes que no saben decidir si es más importante el partido de fútbol o el embarazo de su mujer.
Cristóbal Fredes
//38 /Entrevista /(Cine: Blanca Lewin)
LA VIDA DE LOS PECES
Morir de Amor
Alabada por la crítica y el público, la nueva película de Matías Bize reflexiona sobre el enamoramiento, la separación y las suposiciones nostálgicas de lo que pudo ser y no fue. Su protagonista, Blanca Lewin, asegura que su plus es la emotividad. “Basta con haberse enamorado para identificarse”.
¿ - T
e gusta o molesta q te llamen “la musa de Bize”? -Me da igual, sólo que creo que el concepto de musa inspiradora no me cabe en este caso. Yo interpreto lo que Matías propone, él tendrá otras “musas inspiradoras”. -¿Te sorprendió que la crítica y el público hayan hecho buenos comentarios de este filme? -Es agradable leer buenas críticas y, sobretodo, obtener una buena respuesta del público, pero siempre he confiado en la buena intuición de Matías, y en que hará un buen trabajo. Por lo tanto, no hay gran sorpresa. Claro que estamos muy, muy contentos. -La película se centra en personas entre 30 y 40 años. ¿Crees que los de 20 o 60 años pueden identificarse con la historia? -Creo que la historia es lo suficientemente universal como para que no se transforme en una película generacional. Toda la gente -de distintas edades- que he escuchado que han ido a ver la película, han salido muy emocionados. Basta con haberse enamorado alguna vez para identificarse con algo. -El director español Julio Medem -Vacas (1992), Los Amantes del Círculo Polar (1998)- hizo un remake de En la Cama (2005) llamado Habitación en Roma (2010), pero incluyó a dos lesbianas como protagonistas. ¿La película de Bize debió haber sido con homosexuales o está bien como fue? -Julio Medem, en sus propias palabras, encontraba que En la Cama ya era una muy buena película y que ya se había hecho, por lo tanto lo que él pretendía era darle una segunda lectura, lo que me parece muy lúcido de su parte. En la Cama es lo que debió ser. El remake de Medem, me gustaría mucho verlo, admiro mucho su trabajo. -Qué es lo que has aprendido de Bize durante todas las películas q han hecho? -No lo sé exactamente, quizás a actuar en cine. Nada menor, no? -¿Cuál dirías que ha sido tu evolución como actriz? ¿En qué crees haber mejorado? -Me cuesta menos ser precisa en las emociones. Este proceso para mí fue más corto que En la Cama, pero claro, son películas y desafíos actorales muy distintos también. -¿Puede el cine de Bize llegar a ser masivo? -No sé. Hasta ahora no es precisamente lo que ha buscado. -¿La historia te llamó la atención desde el principio? ¿Dónde crees qué está el nexo con el público? -Sí, sobretodo porque tenía que ver con un aspecto muy íntimo de Matías, por lo que la película está contada desde una gran honestidad. El nexo con el público es precisamente ese: poder identificarse con algo que les parece verdadero y, por ende, emocionarse. -¿Cómo definirías a Santiago Cabrera, tu co protagonista? ¿Fue difícil trabajar con él? -Al contrario. Fue muy fácil pues es un actor muy profesional, y creo que enfrentábamos el trabajo desde miradas similares, así que de inmediato nos llevamos bien. No sólo es un muy buen actor, sino que también es un gran compañero. -¿En qué etapa de tu carrera cinematográfica te encuentras? -No lo sé, las posibilidades de hacer cine en Chile son tan esporádicas, que no sé si pueda hablar de “etapas”. Siento que quiero hacer más películas, nada más.
Felipe Rodríguez
(La carretera- Nostalgia de la luz)
LA CARRETERA
/ // / Peliculas 39
Una Temporada en el Infierno
Un padre y su hijo atraviesan el páramo desolado de un camino quemado a lado y lado. Ya no hay ciudades, sólo ruinas y hombres transformados en caníbales que cuecen huesos humanos en ollas negras como el futuro.
L
a Carretera es una película cruda y espesa, que traduce más bien que mal los códigos de la novela inspiradora del ganador del Pulitzer, Cormac McCarty. Así es, otra del escritor estadounidense que llega al cine, luego de Sin lugar para los débiles de los hermanos Coen. La Carretera es el trabajo del australiano John Hillcoat; una obsesión profesional que se fraguó en él luego de leer el celebrado libro y, cómo no, de escuchar la conclusión unánime de lo casi imposible que sería filmar una historia que se sostiene en sensaciones, escasos diálogos y en la representación de un entorno opresivo y apremiante. Por eso, al meritorio ritmo de un director todavía en rodaje, hay que sumar la fotografía de español Javier Aguirresarobe, un experto que logra imprimir desde la luminosidad hasta los tiros de cámara -pasando por los colores-, la idea central de este viaje hacia ninguna parte que emprenden los personajes de Mortensen y Kodi Smit-McPhee. Nunca, en los 111 minutos que dura cinta, se aclaran los motivos que llevaron el mundo a la catástrofe. Lo que sí se aprecia son los cambios por los que cruzan los espíritus de esta familia truncada que vaga muerta de hambre; las enseñanzas y el porqué de la necesidad de preservarse más allá de que todo indica que no hay salida posible. Sólo quedan dudas en la elección de un narrador en primera persona (el libro está en tercera) y en cómo esa decisión afecta las suposiciones sobre el final. Hillcoat, que antes de La Carretera tenía a su haber un western escrito por su amigo Nick Cave -The Proposition-, se jugó sus cartas para tratar de interpretar el lirismo de McCarthy. La mayoría de las veces lo consigue, otras no.
Raúl Morales
NOSTALGIA DE LA LUZ
La memoria de Chile Bendita paradoja. En el desierto de Atacama, un lugar en que la sequedad del ambiente mantiene los cuerpos -momias precolombinas, mineros del salitre, detenidos desaparecidos- en buenas condiciones, se junta un grupo de astrónomos de diversos orígenes para mirar al cielo. Telescopios que apuntan al espacio mientras en el suelo los huesos de personas esperan ser encontradas. Sobre la base de esta aparente dicotomía se levanta el último documental de Patricio Guzmán, Nostalgia de la Luz. Astrónomo aficionado desde su niñez, el director traslada su obsesión por el conocimiento científico de galaxias y nebulosas al tema de la memoria aún incompleta que sigue lacerando la conciencia nacional. Lo que puede sonar como una metáfora torpe y discursiva -uno de los defectos que han marcado varios de los filmes del autor de La Batalla de Chile- tiene en esta cinta un momento crucial: cuando un
astrónomo le explica que las estrellas están conformadas por calcio, el mismo calcio de los huesos humanos. La revelación es de esos hallazgos que le dan su singular potencia al género documental, y en este caso específico es casi un verdadero milagro. El milagro de unir la energía de esas galaxias que dejan revelar sus secretos desde el pasado -la luz que viaja hacia la Tierra es un signo inequívoco de que el presente no existe en astronomía-, con la de los familiares de asesinados por la dictadura, que siguen buscando los cuerpos como en un lugar tan vasto como el espacio. Guzmán construye lentamente el alma de su filme, y encuentra en algunos testimonios los puntos altos de su idea: el caso del estudioso Lautaro Núñez y Violeta Berrios, cuya indignación por considerarse una “leprosa” en el Chile actual que prefirió olvidar el pasado, sobrecoge y remece. Irregular pero con
momentos muy inspirados, Guzmán prosigue en su idea de retratar el Chile de hoy, y lo hace con las luces y sombras de su particular mirada poética.
Jorge Letelier
(Más extraño que la ficción)
/ // / Columnas 41
Semilla de
E
Maldad
s una tradición al finalizar el servicio militar en Israel. Algunos recién egresados toman una camioneta rumbo a la frontera árabe y suben, a la fuerza, a un palestino. Cuando el vehículo alcanza los 60 kilómetros por hora, abren una de sus puertas y lo lanzan a la carretera. Por supuesto, ninguno es juzgado. Israel vive en un permanente descrédito mundial por sus actos abusivos y represivos. El último de ellos, es de colección. A fines de mayo, una flotilla con bandera turca -uno de los pocos países que, hasta ese momento, tenía una buena relación con el pueblo hebreo- que se dirigía rumbo a Gaza con artículos de primera necesidad fue abordada en aguas internacionales por fuerzas de inteligencia israelí. El saldo fue un baño de sangre con diez muertos -aunque se habla de una cifra mayor con personas desaparecidas en el agua- y una posición indefendible ante la comunidad internacional. Golpes, amenazas, malos tratos y la escena repetida de las autoridades judías. “Hay que combatir a Hamás”, dicen. El escándalo fue absoluto y, esta vez, hasta Estados Unidos, su mejor y más tradicional aliado, miró con malos ojos el accionar totalitario de su hermanito menor. Israel, sacudido como un niño consentido, respondió con “bondad”: dijo que suavizaría el bloqueo para que entraran “galletas y papas fritas” para la población palestina. Una benevolencia casi cómica para personas que viven en condiciones inhumanas. Más del 70% de sus 110 mil habitantes está cesante, los hospitales están en un 80% destrozados después de los ataques sionistas a fines de 2008 y se estima que en promedio, en Gaza cada persona vive con un euro diario. Todo, por cierto, en un lugar donde se han construido enormes muros para conseguir otro objetivo: hacerlos sentir en una jaula. Por fuerte que parezca, este hecho no es aislado y durante los últimos meses, la paranoia y el blindaje israelí han llegado a extremos de paciente siquiátrico. En febrero pasado, el líder de Hamás, Mahmud al Manhuh, fue asesinado en Dubai por cuatro sicarios pertenecientes al Mosad, el servicio de inteligencia de Israel. La muerte tuvo ribetes escandalosos. Con el fin de perpetrar su acción, los asesinos falsificaron pasaportes de Reino Unido, Francia, Irlanda y Alemania correspondientes a once ciudadanos israelíes originarios de esos países. Aunque las naciones europeas criticaron la violación de territorialidad hebrea, sus autoridades hicieron vista gorda. Pocos días antes, la policía sionista había detenido a Mordejai Vanunu, el técnico nuclear que en 1986 reveló al diario inglés The Sunday Times la capacidad atómica
israelí -con suficiente material para fabricar más de 200 bombas en aquella época- y que fue condenado a 18 años de cárcel -buena parte de ellos aislado del resto del penal- por destapar ese secreto. ¿La razón? Vanunu, también conocido como “el espía atómico”, tras recuperar su libertad en 2004, tiene prohibido salir de Israel y no puede conversar con extranjeros. Y habría traspasado su precaria libertad. Según Israel, lo “descubrieron” conversando en un café con una ciudadana noruega que, a la larga, resultó ser su novia. Hace dos años, también había sufrido días de presidio por el mismo motivo. Vanunu, convertido al cristianismo, vive en deficientes condiciones económicas y es considerado traidor por los jerarcas sionistas. Hasta hoy, tiene arresto domiciliario y dos policías están destinados en la puerta de su hogar para que no tenga contacto con el mundo exterior. Ese mismo gesto se repitió con Noam Chomsky, un reconocido lingüista y filósofo judío con residencia en Estados Unidos. El tipo, muy crítico al manejo político israelí, tenía previsto dar una conferencia en la universidad palestina de Bir Zeit, en Ramala, e intentó pasar por la frontera desde Jordania. Quería palpar in situ la existencia en los territorios ocupados. Luego de tres horas de interrogatorios, su pasaporte registró dos palabras: “entrada denegada”. No le dieron explicaciones. La galopante locura de las autoridades hebreas y sus arbitrarias decisiones los han llevado a un abismo. Se están quedando solos. Su política de exterminio selectivo y su errada decisión de atribuirse el dolor como algo propio y no extensivo al resto, los tiene en uno de sus peores momentos de popularidad. Porque ese nacionalismo exacerbado, unido al genocidio diario y la creencia enfermiza de observar peligros en todos los frentes, no soluciona los problemas con Palestina. Todo lo contrario, los agudiza. Con cada asesinato, Israel deteriora su escaso crédito internacional y, ahora, su creciente aislamiento está llegando incluso a sus socios políticos. Su guerra sucia no consiguió acabar con Hamás ni liquidando a su líder, el jeque Yasín, ni tampoco cuando lanzaron un devastador bombardeo a fines de 2008 sobre Gaza –aprovechando que el mundo celebraba con euforia el triunfo del domesticado Barack Obama-. Aunque no lo quieran, su única solución para lograr una existencia tranquila es acabar con sus hostilidades y abusos. Deben negociar con los palestinos y ponerle punto final a la ocupación. Todo lo que no pase por ese filtro, será un mayor descrédito mundial y una desconfianza superior a la que existe.
Martín Solís
(Fin del Mundo y un Despiadado País de las Maravillas)
/ // / Libros del mes 43
Kafka en Acido
E
n el sistema Murakami las leyes del cosmos funcionan de otra forma. Es entrar en otra dimensión de la galaxia: hay hombres que hablan con los gatos, chicas que leen solas en cafés a medianoche, tipos que visitan los zoológicos en días de tormenta, lluvias de peces, bosques encantados, películas, libros y música, mucha música. Fan de Salinger y Fitzgerald, de Kafka y Carver, Murakami es el escritor más occidental de Japón: en sus libros no hay geishas, samurais ni sushi; la gente usa zapatillas Nike, come spaguettis, ve cine americano y escucha a Charlie Parker o a Radiohead. Melancólico y pop, su influencia puede verse hoy en filmes como Lost in Traslation de Sophia Coppola y Babel de Gonzalez Iñarritu. Admirado por los jóvenes como un rockstar elusivo y misterioso, con Fin del Mundo y
un Despiadado País de las Maravillas se ganó el respeto de la crítica. Publicada en 1985 y recién traducida al español, en ella narra dos historias paralelas y descarga una poderosa dosis de surrealismo. Una de ellas transcurre en una ciudad amurallada, donde pastan unicornios dorados: es un mundo feliz, dominado por un guardián, donde la gente debe entregar su sombra para vivir. La segunda ocurre en una Tokio futurista, escenario de la lucha de los Semióticos contra el Sistema. En la primera, el narrador vive leyendo viejos sueños y duda entre huir o ceder su sombra; en la segunda, un ingeniero informático es contactado por un científico loco para desarrollar un peligroso proyecto. Dos mundos fantásticos y delirantes que se cruzan como una alucinación: Kafka en ácido o Alicia en el País de las Maravillas versión David Lynch Andrés Gómez Bravo
//44 /Cine /(That metal show)
THAT METAL SHOW
Escuela del Rock
S
¿A quién le interesa un talk show sobre música ruidosa y veteranos melenudos? A un montón de gente, como ha demostrado esta sorpresa del canal musical VH1. Una fiesta de anécdotas, chistes y datos duros que funciona como verdadero imán incluso para los no-metálicos.
u nombre es legión porque son muchos, pero a no confundirse. El público en el estudio de That Metal Show no es sólo pelo largo y actitud pro-headbanging, sino una fauna variopinta de fans que van desde el hard rock al death metal. En las graderías hay adolescentes espinilludos, tipos tatuados con barrigas cerveceras, chicas curvilíneas de look gótico y mayores de 40 años, de esos que, de seguro, van a la oficina con la polera negra estampada bajo el terno. Si hay una regla no escrita y no enunciada en el programa del canal VH1(martes 20.00 hrs.), es que allí no existen ni el ridículo ni la mofa y que todos son bienvenidos en tanto comulguen con el santo rito del air guitar, con la palabra sacra del estribillo que cierra en grito épico, con la plegaria de la batería de doble pedal. Eddie Trunk, el robusto creador y principal conductor de este talk show, siguió siendo un admirador de Kiss incluso cuando se quitaron el maquillaje y eran los dinosaurios de la era del glam metal. El dato explica el espíritu de un espacio donde Twisted Sister no desmerece frente a Sepultura ni tampoco como este locutor
radial se lo ha escuchado todo para convertirse en enciclopedia de un género de mil cabezas. Con un invitado especial por capítulo, cada entrega de That Metal Show incluye entre sus momentos estelares el segmento Pisar a Trunk -la traducción por estos lados podría ser “pillar a Trunk”-, donde el público, para ganar cedés o devedés, hace preguntas difíciles del tipo ¿qué baterista apareció de invitado en el último tema del primer disco solista del cantante de tal banda? Jim Florentine y Don Jamieson, comediantes y co-anfitriones, piropean a la rubia que interroga y echan bromas pesadas a costa del físico y la actitud nerd de Trunk, mientras el gordo transpira y mira al techo para dar –por lo general- con la respuesta correcta. En sólo 30 minutos, That Metal Show da cátedra con ambiente juguetón y distendido. Así, en confianza, el fallecido Ronnie James Dio reveló que su gran aporte a la imaginería del heavy metal, esos cuernos “satánicos” hechos con la mano, eran la manera en que su abuela italiana le enseñó a alejar el “mal de ojo”. El dato duro se da codazos con la payasada y con el retrato del rockero fuera de su entorno natural: Geddy Lee
se muestra como un tipo muy tímido -sí, hasta Rush tiene un lugar en este espacio-, mientras Duff McKagan, ex bajista de Guns N’ Roses, opina serio y reflexivo en el apasionado debate sobre si Ozzy Osbourne hizo mejor carrera con Black Sabbath o en solitario. El éxito de este programa, que ya va en su quinta temporada en EE.UU. aunque acá recién concluyó la segunda, se explica en que probablemente subestimó su cálculo de público segmentado. El programa funciona como imán para los no iniciados en el tema, y los que apenas alguna vez nos desvelamos con un par de discos imprescindibles de Iron Maiden o del primer Van Halen corremos a youtube para buscar canciones o empezamos a preguntar a los amigos si es que alguno tiene ese clásico álbum de portada macabra mencionado en el último capítulo. El entusiasmo que irradian Eddie Trunk y compañía hasta nos hacen pensar que nunca es tarde para recuperar el tiempo perdido y sumarnos a la legión en la esquina de los infieles conversos.
Rafael Valle M.
(ELVIS COSTELLO WITH…)
/ // / Cine 45
ELVIS COSTELLO WITH…
En el living de su casa
P
roducido por Elton John y conducido por Elvis Costello. Spectacle: Elvis Costello with... es un programa de entrevistas con estrellas de la música convocadas para hablar de música. Con invitados de la talla de Lou Reed, Rufus Wainwright, Bono o Allen Toussaint, el programa –que sigue la huella del imperdible Show de Jools Holland- construyó su fama por llevar míticos talentos que se sentían relajados y listos para contar cosas que jamás habían soltado antes ¿La razón? Su interlocutor no era un periodista, sino un colega que además era parte importante de la historia del rock –es creador de “She”, uno de los singles románticos más importantes de los últimos veinte años y fue el productor, entre otros discos, del debut de los ingleses The Specials-. De este modo, Spectacle.., completó trece capítulos en su temporada inicial (2008-2009) y siete en la segunda, obteniendo suculentos trofeos, como un Lou Reed relajado y comunicativo, capaz de confesar que su sueño siempre había sido poder escribir un policial ambientado en Nueva York; o a The Police riendo de lo lindo mientras le
cambiaban la letra a una de sus canciones. Como si fuera poco y gracias al esquema del show, Costello se encarga de cantar un tema al inicio acompañado por varios miembros de los Attractions, su banda de siempre. Por lo general, una canción relacionada con el invitado de turno. A la hora de explicar el concepto detrás del show, el británico dijo que no estaba interesado en la extracción de un secreto oscuro. “Prefiero oír hablar de un secreto brillante, un amor profundo o una curiosidad que puede ser tapada por la fama. Esto es una maravillosa oportunidad de hablar de pensamientos completos acerca de la música, el cine, el arte o incluso vaudeville, y enmarcarlos con actuaciones excepcionales e ilustrativas”. Para sir Elton John, lo que Latinoamérica puede disfrutar ahora los domingos a la hora de almuerzo (domingo 13.00 hrs) es nada menos que una “entrevista hecha por el experto más importante de la música popular”. La tercera temporada empezaría dentro de poco. A cruzar los dedos.
Raúl Morales
//46 /Teatro /(Ingrid Isensse)
Ingrid Isensee
-Cuando chica me sentía bicho raro por mi forma de ser. Era diferente a todos mis compañeros por mi historia familiar, por el barrio en el que vivía. En general, cuando llego a un lugar nuevo aún me siento bicho raro.
-Soy diseñadora industrial, pero siempre me gustó el teatro. Por eso me metí a un taller vespertino en la escuela de Fernando
González. Cuando salí me llamaron altiro de TVN. Entré cachando nada a la teleserie Los Pincheira. En ese tiempo, ni siquiera conocía a un actor.
-Siempre hice comerciales. Cuando chica aparecí en varias publicidades. Me gusta tener mi plata y, además, lo encontraba súper entretenido. Ahora hago locuciones.
-No ha sido fácil poder hacer cine. Los directores llaman a actores que se ajustan a sus roles, y parece que yo no me he ajus-
tado a ninguno más que al de la primera película de Pablo Illanes, Baby Shower. Ahí, soy una mujer embarazada. La película es de suspenso y está buena.
-Trabajé en una película alemana -Mein Herz in Chile (2008)- que tuvo rodaje en Chile. La actriz que debía hacer mi papel no pudo venir y, entonces, la reemplacé. Tuve que hablar algo de alemán y no fue problema porque conozco el idioma. Era una gran producción para la televisión alemana. Algo que en nuestra televisión es impensable. -Hay buenos actores en Chile: Trinidad González, Pepe Soza, Aline Kuppenheim, Paula Zúñiga. Creo que en el teatro hay mejores actores. En la tele y, a veces en el cine, se despreocupa más la dirección actoral
-No hay voluntad de generar buenos contenidos en televisión. No hay duda que la capacidad está, pero sólo se encargan de dar programas en los que la gente de la tele se invitan entre ellos. Los programas culturales son muy por encima, desarrollan poco. -Ya ni veo tele. Mi televisor no tiene antena y lo ocupo sólo para ver películas. Mis favoritas son Todos nos Llamamos Ali de R. W.
Fassbinder, El Hombre sin Pasado de Aki Kaurismaki, Virgen a los 40 de Judd Apatow, y Mami te Amo de Elisa Eliash. . -Me encantan los juguetes. Ahora que soy adulta colecciono Playmobil. Los primeros que tuve me los regaló mi hermano chico cuando los dejó de usar. Cuando veo uno que me gusta, voy y me lo compro.
-Me gusta mucho salir, ir al cine, teatro, conciertos, pero también me gusta y trato de estar harto en mi casa. Me da lata dejar mucho tiempo solo al Bicho, mi gato.
-No me interesan los eventos, no entiendo su concepto ni comulgo con eso. ¿Por qué voy a ir a celebrar a una marca? Hay que celebrar por cosas que te hagan feliz: un cumpleaños, un amigo que está contento. Festejar una nueva zapatilla que salió al mercado. ¿Qué es eso? -No me gusta que me miren en la calle. Me da vergüenza. Me gusta caminar, andar en metro y aunque no me doy cuenta cuando la gente me mira -si es que me mira-, encuentro súper desagradable que no tengas esa libertad de pasar piola.
-Hice un desnudo en la televisión. Fue una experiencia que no repetiría. Hacerlo en el minuto no me molestó, fue lo que pasó después. Lo innecesario de lo que se estaba mostrando. Hay material mío en pelota circulando por la web. La tele no merece ese sacrificio. -Soy cero programada, no puedo ser de otro modo. Intenté mucho tiempo ser lo contrario, pero no pude. Vivo el día a día. -Me cuido cero. Ando en bicicleta y a veces voy al gimnasio, pero en general me da flojera hacer deporte. No tomo sol porque no me gusta. A lo más me echo crema y voy al dermatólogo.
-Me gustan las fiestas. ¡Me encanta bailar! No tomo porque tengo poca tolerancia al alcohol. A veces una copita de vino, pero prefiero que no. Después del terremoto me pasó algo extraño: me puse a fumar. Y en pipa. -Encuentro súper bonito el matrimonio, pero cuando he ido a uno nunca he sentido que yo podría estar ahí. -Creo que los políticos están cada día más patéticos. Que tú dijiste, que yo dije, que dijeron. Son súper infantiles y pelotudas las peleas que tienen. Deberían preocuparse de otras cosas, como por ejemplo, qué estamos respirando. -Faltan fondos para difundir la cultura. Hay millones de cosas que se hacen pero no pasa nada con ellas porque no se sabe que existen. Por ejemplo, con mi obra de teatro, Fiesta, he mandado muchos comunicados y, la verdad, es que no sé donde están: cero información en algún medio. Y no me pasa sólo a mí. Pasa en todas las artes. Es súper triste. -Chile ha manejado pésimo el tema de la contaminación. Acá no importa la salud. Importa que el señor empresario pueda hacer funcionar su máquina. ¿A quién le importa que uno muera asfixiado? -Piñera es el winner número uno de Chile. En este país es un valor ser winner. Por eso salió presidente el líder de los winner. Me parece impresentable. Tiene hasta un canal. Se debe despertar con la misma frase de Pinky. “¿Qué vamos a hacer hoy? Tratar de conquistar el mundo”.
por Gabriela Haddad
fotos: Danny Alveal
Se dedica al teatro -su reciente obra, Fiesta, se montará en Brasil en septiembre- y ahora es la protagonista de uno de los estrenos cinematográficos más esperados del año: Baby Shower, el debut del guionista Pablo Illanes, donde será una embarazada que vive días de terror.
//48 /FotografĂa /(Danny Alveal/Plaza de Armas)
(Noticias)
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Fotografía 49
El Misterio me Invade
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Hace una semana comenzaron a exhibirse en la Galería AFA, ubicada en el Pasaje Phillips 16 / Of. 16 A (2˚ piso), las fotografías que la profesional Paloma Villalobos tomó en Berlín entre 2008 y 2009. Se trata de 14 imágenes que son, según se define en la presentación de la muestra, “fruto de la construcción de distintos paisajes ficticios con efectos especiales en el momento de la toma”. Las fotografías están realizadas a partir de escenarios que parecen ser parte de la naturaleza y de su accidentado devenir. Fueron armados con trozos de objetos y vegetales recogidos de distintos lugares de la ciudad de Berlín, y cada atmósfera está elaborada sin manipulaciones posteriores al registro. Estas imágenes han sido expuestas en muestras colectivas en México, Alemania y España y estarán en exhibición en Santiago hasta el 24 de julio.
//50 /Gastronomía /
Chico de mi Barrio
E
Por Carlos Reyes
n el mejor de los mundos posibles, podría haber varios Lokos por el Mar funcionando por todo Santiago. Espacios con vocación barrial, pequeños y acogedores en forma y fondo marino. Pero no. Hay poca comida costera en la ciudad, en relación a la gente que lo habita y mucho menos lugares como ese, puesto en el Providencia profundo, donde se practica la cultura del bistrot -en francés- o la picada en buen chileno. Esto quiere decir: un espacio austero e impecable; sin pretensiones de gran boliche, con precios razonables y con cocina del día marcada en la pizarra de acuerdo a lo que el cocinero –usualmente el dueño- consigue de sus proveedores. Hay cebiches en el área fría, entradas calientes y tablas mixtas en temperatura como el Pulpo Rey -$ 12.900-, con pulpo al olivo, al pil pil y en plan cebiche además. Cada
trozo está blando, amable en sabor y con rica salsa. Quizá un poco más en relación al precio podría optimizar esa triple alianza, pero en general funciona para dos personas conversando un vino. De fondo, la lista de pescados a la plancha varía dependiendo de la pizarra, donde no se transa ni en frescura ni en valores. Aquella implícita declaración de principios mueve a la confianza. Sus dueños están tras la barra y se puede conversar con ellos mientras se bebe una copa de Chardonnay, o se sirven otras de las opciones de carta que pueden -o no, dependiendo del resultado de la pizarra-. Cosas como Locos Mayo, Calamares Rebozados, Pasteles de Jaiba o del producto de turno, más caldillos de mariscos, entre otras varias atracciones. Una lista concisa y atinada para su realidad de picada. Una de esas que vale la pena tener dentro del listado personal.
Restaurant Lokos por el Mar: Román Díaz 965, Providencia.
Bar Central
Año nuevo, vida nueva, dice el refrán.
Para el bar Central, uno de los más tradicionales rincones noctámbulos de Providencia, la frase se cumple al pie de la letra. Desde esta temporada, el local se cambió de barrio -Avenida Ossa 2294-, pero mantiene la misma esencia del lugar original. Emplazado en un sitio cada vez más gastronómico y bohemio, el bar tiene esa eficiencia y calidez que te hace sentir en casa. Desde los sabrosos tiraditos de corvina -$2200- a las más de diez variedades de pizza con precios que fluctúan entre los $3800 y $4300 pesos más cervezas artesanales y tragos de la casa -ojo con Rosemary Dog compuesto por vodka, gajos de pomelo macerados con romero, hielo, jugo de pomelo y un toque de Sprite-, la fórmula atrae y genera fanatismo. A diferencia de su hermano mayor, el nuevo bar Central posee dos pisos: el primero, donde se puede ver la preparación de los tragos in situ y, el segundo, más íntimo e ideal para celebrar cumpleaños, aniversarios o santos. Da lo mismo: este lugar siempre es una fiesta.
Bar Central: Avda. Ossa 2294, Providencia
Pronto www.rollinga.cl
(1960-2010)