PARTE UNO © Steve Prezant/CORBIS
La era de la información
CASO I: EATS2GO “Tal vez debemos fundar nuestro propio negocio”. Apenas Juan dijo esto, sus dos amigos dejaron de beber café y lo miraron. Juan Moreno, Kendra Banks y Dave Slater estaban en el penúltimo año de la especialidad de Administración de hoteles y restaurantes en la universidad, analizaban las noticias sobre negocios y viajes y lamentaban el no muy prometedor futuro en el campo que habían elegido. Siempre habían bromeado acerca de fundar un negocio juntos, pero esta vez Juan hablaba en serio. Con pocas perspectivas en las ofertas de empleos de los periódicos, a los tres amigos les preocupaba que sus actividades no se reactivaran cuando ellos se titularan. Comenzaron a buscar empleo en el verano, pero no se sintieron atraídos por las vacantes disponibles. De modo que, igual que muchos otros jóvenes, pensaban en dirigir un negocio propio y convertirse en empresarios. “¿Sabes que siempre he querido abrir un restaurante, Juan?”, dijo Kendra, “me encanta cocinar, pero ¿no estaremos soñando? ¿Cómo obtendremos suficiente efectivo para rentar un lugar y pagar salarios? Los lugares que rentan en el campus son muy costosos, y no tenemos dinero para contratar a alguien. Todavía debemos pagar los préstamos por nuestros estudios”.
“¿Y si conseguimos un carro rodante de Robbins Park?”, sugirió Dave, “podríamos empezar poco a poco y atenderlo nosotros mismos. Con eso nos ahorraríamos el costo de la mano de obra y la renta sería baja. Además, siempre nos quejamos de las grasosas hamburguesas del campus, Kendra. Nosotros podemos ofrecer mejores productos. Robbins Park está frente al plantel y han instalado bancas y mesas nuevas. Sería un lugar perfecto para abrir un pequeño negocio de comida”. “Necesitamos un plan de negocios, si vamos a pedir un préstamo para empezar”, sugirió Juan. Le emocionaba organizar una empresa nueva, pero sabía que necesitaban un plan detallado. “Debemos analizar todo con atención para que vean que sabemos lo que hacemos, o nunca despegaremos.” Kendra se rió. “Eres bueno con los hechos y las cifras”, le dijo. “Debe ser por los cursos de finanzas y administración a los que asististe. Con lo que sé de administración de un restaurante, me encantaría preparar un menú nuevo. Ésa es la parte divertida y creativa para mí. Tú, Dave, conoces a muchas personas por tu experiencia en la administración estudiantil. Eso será útil a la larga, ¿no crees?”.
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