GENERACIÓN DEL 27

Page 1

GRUPO POÉTICO DEL 27

“Nuevo Siglo de Oro” en la poesía castellana




“GENERACIÓN DE LA AMISTAD”  Se mueven en los mismos ambientes:  Conmemoran el III centenario de la muerte de Góngora (modelo de poeta)  Se encuentran en la Residencia de Estudiantes, dirigida por Juan Ramón Jiménez  Participan en las mismas revistas, de cuidada presentación : Revista de Occidente, La Gaceta Literaria


RESIDENCIA DE ESTUDIANTES  La Residencia de Estudiantes, desde su fundación en 1910 por la Junta para Ampliación de Estudios hasta 1936, fue el primer centro cultural de España y una de las experiencias más vivas y fructíferas de creación e intercambio científico y artístico de la Europa de entreguerras. En 1915 se traslada a su sede definitiva en la madrileña Colina de los Chopos. Durante toda esta primera etapa su director fue Alberto Jiménez Fraud, que hizo de ella una casa abierta a la creación, el pensamiento y el diálogo interdisciplinar. Tanto la Junta como la Residencia eran producto de las ideas renovadoras de la Institución Libre de Enseñanza, fundada en 1876 por Francisco Giner de los Ríos.


 La Residencia se proponía complementar la enseñanza universitaria mediante la creación de un ambiente intelectual y de convivencia adecuado para los estudiantes. Características distintivas de la Residencia fueron propiciar un diálogo permanente entre ciencias y artes y actuar como centro de recepción de las vanguardias internacionales. Ello hizo de la Residencia un foco de difusión de la modernidad en España, y de entre los residentes surgieron muchas de las figuras más destacadas de la cultura española del siglo XX, como el poeta Federico García Lorca, el pintor Salvador Dalí, el cineasta Luis Buñuel y el científico Severo Ochoa. A ella acudían como visitantes asiduos o como residentes durante sus estancias en Madrid Miguel de Unamuno, Alfonso Reyes, Manuel de Falla, Juan Ramón Jiménez, José Ortega y Gasset, Pedro Salinas, Blas Cabrera, Eugenio d'Ors o Rafael Alberti, entre muchos otros .


 La Residencia fue además foro de debate y difusión de la vida intelectual de la Europa de entreguerras, presentada directamente por sus protagonistas. Entre las personalidades que acudieron a sus salones figuran Albert Einstein, Paul Valéry, Marie Curie, Igor Stravinsky, John M. Keynes, Alexander Calder, Walter Gropius, Henri Bergson y Le Corbusier, entre muchos otros. A menudo, estas personalidades fueron invitadas por dos asociaciones privadas que colaboraron activamente con la Residencia y unieron su labor a un amplio sector de la sociedad civil: la Sociedad de Cursos y Conferencias y el Comité HispanoInglés.


INFLUENCIAS

 ORTEGA Y GASSET, La deshumanización del arte: afán de pureza  RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA: incorpora el futurismo (“greguerías” = humor + metáfora).  “la guitarra es un pozo/con viento en vez de agua” (G. Diego)  JUAN RAMÓN JIMÉNEZ: maestro en la depuración


AFINIDADES ESTÉTICAS  TENDENCIA AL EQUILIBRIO:  Entre deshumanización y autenticidad humana: la preocupación humana va en aumento sin olvidar la exigencia estética.  Entre el hermetismo y la claridad: lo culto y lo popular.  Entre lo intelectual y lo sentimental: emoción refrenada por el intelecto.  Entre lo universal y lo español: receptividad ante la poesía exterior y poesía con fuertes raíces nacionales.  Entre la tradición y la renovación: conjugan vanguardia con respeto a la tradición (JRJ, Bécquer, Góngora…)


TEMAS  LA CIUDAD: el confort y sus frivolidades, los inventos: comunicaciones, transportes…  LA NATURALEZA: cercana a la ciudad o asumida por ella. Desde el exilio: motivo de la tierra y la infancia perdidas.  EL AMOR PLENO: canto a las libertades personales y sexuales. Planteamiento valiente ante la homosexualidad.  POESÍA COMPROMETIDA (durante la guerra)


EVOLUCIÓN CONJUNTA  PRIMERA ETAPA: HASTA 1927  Evitan la poesía política y social  Preocupación por la forma  Papel fundamental de la metáfora  SEGUNDA ETAPA: DE 1927 A LA GUERRA CIVIL  Rehumanización: acentos sociales y políticos. Cancionero de Guerra (publicación colectiva)  Temas: amor, inquietudes existenciales...  TERCERA ETAPA: DESPUÉS DE LA GUERRA  Dispersión (muerte, exilio):  Nostalgia de la patria perdida  Humanismo angustiado


NÓMINA           

Pedro Salinas Jorge Guillén Gerardo Diego Dámaso Alonso Federico García Lorca Vicente Aleixandre Rafael Alberti Luis Cernuda Emilio Prados Manuel Altolaguirre Miguel Hernández


FEDERICO GARCÍA LORCA  Temas: malestar, frustración, destino trágico...  Fusión de pasión y perfección estética, de lo culto y lo popular  Romancero gitano: canto a los marginados  Poeta en Nueva York: acento social, protesta contra materialismo, técnica surrealista


PRECIOSA Y EL AIRE Su luna de pergamino Preciosa tocando viene, por un anfibio sendero de cristales y laureles. El silencio sin estrellas, huyendo del sonsonete, cae donde el mar bate y canta su noche llena de peces. En los picos de la sierra los carabineros duermen guardando las blancas torres donde viven los ingleses. Y los gitanos del agua levantan por distraerse, glorietas de caracolas y ramas de pino verde. Su luna de pergamino Preciosa tocando viene. Al verla se ha levantado el viento que nunca duerme. San Cristobalón desnudo, lleno de lenguas celestes, mira la niña tocando una dulce gaita ausente. Niña, deja que levante tu vestido para verte. Abre en mis dedos antiguos la rosa azul de tu vientre. Preciosa tira el pandero y corre sin detenerse. El viento-hombrón la persigue con una espada caliente.

Frunce su rumor el mar. Los olivos palidecen. Cantan las flautas de umbría y el liso gong de la nieve. ¡Preciosa, corre, Preciosa, que te coge el viento verde! ¡Preciosa, corre, Preciosa! ¡Míralo por dónde viene! Sátiro de estrellas bajas con sus lenguas relucientes. * Preciosa, llena de miedo, entra en la casa que tiene, más arriba de los pinos, el cónsul de los ingleses. Asustados por los gritos tres carabineros vienen, sus negras capas ceñidas y los gorros en las sienes. El inglés da a la gitana un vaso de tibia leche, y una copa de ginebra que Preciosa no se bebe. Y mientras cuenta, llorando, su aventura a aquella gente, en las tejas de pizarra el viento, furioso, muerde.


ROMANCE SONÁNBULO Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas. El barco sobre la mar y el caballo en la montaña. Con la sombra en la cintura ella sueña en su baranda, verde carne, pelo verde, con ojos de fría plata. Verde que te quiero verde. Bajo la luna gitana, las cosas le están mirando y ella no puede mirarlas. * Verde que te quiero verde. Grandes estrellas de escarcha, vienen con el pez de sombra que abre el camino del alba. La higuera frota su viento con la lija de sus ramas, y el monte, gato garduño, eriza sus pitas agrias. ¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde...? Ella sigue en su baranda, verde carne, pelo verde, soñando en la mar amarga. * Compadre, quiero cambiar mi caballo por su casa, mi montura por su espejo, mi cuchillo por su manta. Compadre, vengo sangrando, desde los montes de Cabra.

Si yo pudiera, mocito, ese trato se cerraba. Pero yo ya no soy yo, ni mi casa es ya mi casa. Compadre, quiero morir decentemente en mi cama. De acero, si puede ser, con las sábanas de holanda. ¿No ves la herida que tengo desde el pecho a la garganta? Trescientas rosas morenas lleva tu pechera blanca. Tu sangre rezuma y huele alrededor de tu faja. Pero yo ya no soy yo, ni mi casa es ya mi casa. Dejadme subir al menos hasta las altas barandas, dejadme subir, dejadme, hasta las verdes barandas. Barandales de la luna por donde retumba el agua. * Ya suben los dos compadres hacia las altas barandas. Dejando un rastro de sangre. Dejando un rastro de lágrimas. Temblaban en los tejados farolillos de hojalata. Mil panderos de cristal, herían la madrugada. *

Verde que te quiero verde, verde viento, verdes ramas. Los dos compadres subieron. El largo viento, dejaba en la boca un raro gusto de hiel, de menta y de albahaca. ¡Compadre! ¿Dónde está, dime? ¿Dónde está mi niña amarga? ¡Cuántas veces te esperó! ¡Cuántas veces te esperara, cara fresca, negro pelo, en esta verde baranda! * Sobre el rostro del aljibe se mecía la gitana. Verde carne, pelo verde, con ojos de fría plata. Un carámbano de luna la sostiene sobre el agua. La noche su puso íntima como una pequeña plaza. Guardias civiles borrachos, en la puerta golpeaban. Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas. El barco sobre la mar. Y el caballo en la montaña.


Canción del jinete En la luna negra de los bandoleros, cantan las espuelas. Caballito negro. ¿Dónde llevas tu jinete muerto? ...Las duras espuelas del bandido inmóvil que perdió las riendas. Caballito frío. ¡Qué perfume de flor de cuchillo! En la luna negra, sangraba el costado de Sierra Morena. Caballito negro. ¿Dónde llevas tu jinete muerto? La noche espolea sus negros ijares clavándose estrellas. Caballito frío. ¡Qué perfume de flor de cuchillo! En la luna negra, ¡un grito! y el cuerno largo de la hoguera. Caballito negro. ¿Dónde llevas tu jinete muerto?


ODA A WALT WHITMAN (fragmento) Ni un solo momento, viejo hermoso Walt Whitman, he dejado de ver tu barba llena de mariposas, ni tus hombros de pana gastados por la luna, ni tus muslos de Apolo virginal, ni tu voz como una columna de ceniza; anciano hermoso como la niebla que gemías igual que un pájaro con el sexo atravesado por una aguja, enemigo del sátiro, enemigo de la vid y amante de los cuerpos bajo la burda tela. Ni un solo momento, hermosura viril que en montes de carbón, anuncios y ferrocarriles, soñabas ser un río y dormir como un río con aquel camarada que pondría en tu pecho un pequeño dolor de ignorante leopardo.


LA AURORA La aurora de Nueva York tiene cuatro columnas de cieno y un huracán de negras palomas que chapotean las aguas podridas. La aurora de Nueva York gime por las inmensas escaleras buscando entre las aristas nardos de angustia dibujada. La aurora llega y nadie la recibe en su boca porque allí no hay mañana ni esperanza posible: A veces las monedas en enjambres furiosos taladran y devoran abandonados niños. Los primeros que salen comprenden con sus huesos que no habrá paraíso ni amores deshojados; saben que van al cieno de números y leyes, a los juegos sin arte, a sudores sin fruto. La luz es sepultada por cadenas y ruidos en impúdico reto de ciencias sin raíces. Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes como recién salidas de un naufragio de sangre.


EL TEATRO ESPAÑOL DE PREGUERRA: Teatro innovador: Federico García Lorca

 TEMA CENTRAL:  Tragedia de toda persona condenada a una vida estéril, a la frustración vital. Lo que frustra a las personas puede ser:  En el plano metafísico: el Tiempo, la Muerte  En el plano social: los prejuicios de casta, las convenciones, los yugos sociales


EL TEATRO ESPAÑOL DE PREGUERRA: Teatro innovador: Federico García Lorca

 Trayectoria:  Los comienzos:  El maleficio de las mariposas (1920): obra de raíz simbolista sobre un amor imposible  Mariana Pineda (1925): teatro de raíz modernista. Drama de una heroína ajusticiada por bordar una bandera liberal y un drama de amor trágico  La zapatera prodigiosa (1926): es una farsa de una joven hermosa casada con un zapatero viejo

 La experiencia vanguardista  El público (1930): desapareció la versión definitiva  Así que pasen cinco años (1931)


EL TEATRO ESPAÑOL DE PREGUERRA: Teatro innovador: Federico García Lorca

 Trayectoria:  La plenitud  Bodas de sangre (1933): se basa en un hecho real: una novia se escapa conel amante el mismo día de la boda. Se trata de una pasión que desborda barreras sociales y morales, pero que desembocará en la muerte. En torno , un marco de odios familiares y de venganzas. Y una Andalucía tan quintaesenciada que cobra valores tan universales como la Grecia de la tragedia clásica. Se mezclan elementos y personajes míticos con los reales para reforzar el clima de tragedia. También el verso se mezcla con la prosa, dando origen a momentos muy intensos y a verdaderos coros. El estreno d ela obra fue un éxito clamoroso.


EL TEATRO ESPAÑOL DE PREGUERRA: Teatro innovador: Federico García Lorca

 Yerma (1934):


EL TEATRO ESPAÑOL DE PREGUERRA: Teatro innovador: Federico García Lorca La casa de Bernarda Alba (1936): auténtica culminación del teatro lorquiano. Argumento: Tras la muerte de su segundo marido, Bernarda Alba decide recluirse y guardar rigurosísimo luto tanto ella como sus hijas. El luto es roto por la llegada de Pepe el Romano que pretende a la hija mayor. Si bien es una costumbre real, Lorca lo retrata insinuando que además de ser "un drama de las mujeres en los pueblos de España", tiene también la intención de documental fotográfico. La obra comienza con la entrada de las sirvientas hablando de lo déspota que es Bernarda y con la llegada inmediata de esta, confirmando su riguroso trato a ellas y sus hijas, e imponiendo silencio. Cuando la hija mayor hereda una gran fortuna atrae a un pretendiente (Pepe el Romano), celos y pasiones se desatan en la casa desembocando en un final trágico con la muerte de la más joven, quien no quiere someterse a la voluntad de su madre. Bernarda finaliza la obra diciendo a sus hijas que su hija ha muerto virgen, y ordenando silencio, como su entrada al principio. Personajes: Hay que recalcar la mezcla característica de Lorca de los personajes. Por un lado son estereotipos, ya que representan una figura. Pero también tienen detrás su historia, sus sentimientos. Resaltar que solamente aparecen mujeres, pues es un drama sobre ellas. Bernarda (60 años): Todo lo negativo se centra en ella. Es tirana, despótica y es blanco de casi todas las críticas de la obra. Su lenguaje ya advierte su carácter: el uso reiterado de palabras prescriptivas, su apoyo sobre el bastón (poder). Basta leerse los temas para reconocer todos los defectos en ella. Angustias: Se piensa casar con Pepe el Romano gracias a su dinero. Aunque es consciente de ello, le es indiferente, ya que su único deseo es salir de la casa y del poder de su madre. Aunque tras 40 años no quedan en ella pasiones ni alegrías. Magdalena (30 años) y Amelia (27 años): Son las dos más sumisas. Han aceptado el poder de su madre con resignación. Martirio (24 años): El personaje más complejo de todos. Su madre frustró su boda y siente un resentimiento y unos celos de su hermana menor muy grandes, ya que ve impotente como ésta atrae a Pepe el Romano. Adela: Adela: La más joven de todas. No está dispuesta a someterse a la tiranía materna y todo en ella es vitalismo. Desafía la moral establecida, aunque es imposible vencerla y esto la lleva al destino trágico. Poncia: Poncia: La criada. Sería casi de la familia de no ser por el clasismo imperante. Resaltar de ella su habla popular y variada. María Josefa: Josefa: Sus palabras son locura y verdad. Expresa lo que ninguna de las hijas se atreve a decir: su deseo de libertad, de amor, de maternidad, etc. Es una mala imagen ante el pueblo, por lo que es encerrada por Bernarda. Pepe el Romano: Romano: En la obra no aparece, aunque es omnipresente. Catalizador de todas las pasiones e iras en la casa.


EL TEATRO ESPAÑOL DE PREGUERRA: Teatro innovador: Federico García Lorca TEMAS 

Aparecen una enorme cantidad de temas que Lorca critica duramente:  Destino trágico: Adela ha querido rebelarse contra el orden establecido y lo ha pagado con su vida.  Opresión sobre la mujer: Al igual que los gitanos en El Romancero, Lorca siente compasión con los seres desvalidos, oprimidos por la sociedad y se identifica con ellos.  Moral conservadora: Obsesión por la virginidad de la mujer, la religión, el "qué dirán"...  Clasismo: La sociedad está claramente jerarquizada, se muestra sobre todo en la relación que mantienen Poncia y Bernarda quienes, pese a conocerse de media vida, la una sirviendo a la otra, y tratarse de igual a igual en algunos fragmentos de la obra, en otros Bernarda hace valer su calidad de ama y hace bajar la cabeza a su criada. Las apariencias: Como todo lo demás, Bernarda es el máximo exponente de este afán negativo por aparentar. Además, los frecuentes comentarios sobre las vidas de los personajes externos a la casa, las referencias a la biografía de la Poncia, delatan éste como otro de los temas principales.  Autoritarismo: Cruel e irracional despotismo de Bernarda. De hecho, el papel de Bernarda ha sido interpretado por hombres para darle mayor dureza a este aspecto. La inmasculación de Bernarda se vincula a su símbolo de poder: su bastón. Además como tema principal:  El deseo de libertad: Adela será el máximo exponente de esta manera de pensar. La primera que, mediante pequeñas "hazañas" (como mostrar prendas de un color diferente al negro, rebelarse de palabra y acto contra su madre...) la harán la verdadera víctima de las circunstancias que envuelven a la casa.  El cumplimiento con el designio imperioso de las leyes naturales e intuitivas. Las referencias a la naturaleza de índole simbólica están buscadas y medidas: la masculinidad, la pasión, el deseo sexual primitivo, representado en los dos caballos de la obra: el de Pepe el Romano y el Garañón que relincha y piafa dentro de la casa; el deseo, presente en todo momento con la mención reiterada del calor que hace hervir la sangre de las hermanas; etc. Temas secundarios:  La sensualidad  El odio: se observa en el diálogo que tienen las hermanas entre si.  La envidia: se puede observar, sobre todo, en la relación entre las hermanas. Angustias, por ser hija de un hombre con posibles, es la heredera de la fortuna familiar y, por ello, la requerida por Pepe el Romano como mujer. Tanto Martirio como Adela pugnan continuamente por los favores de Pepe el Romano formando un triángulo de enemistades entre ellas. La injusticia con las mujeres en un mundo de hombres. Las frecuentes alusiones por parte de todas las habitantes de la casa a la "forma de hacer de las mujeres" ponen en relevancia no sólo la moral de la época, sino también la opinión del autor sobre el tema. En boca de Adela pondrá siempre el tinte de la crítica, aludiendo a la represión y a la necesidad de romper el yugo social.  La hipocresía social también se ve bastante clara en la obra.


EL TEATRO ESPAÑOL DE PREGUERRA: Teatro innovador: Federico García Lorca  AMBIENTE, ESTRUCTURA, REALISMO POÉTICO Resaltar la progresión dramática del conflicto principal. A medida que progresa la narración nos adentramos más en la casa y, simbólicamente, en las almas de las personas. Cada incidente está perfectamente trabado con el anterior y el siguiente logrando así un magnífico encadenamiento de la acción, reforzado sin duda por el hecho de que no haya escenas, siendo La maestría de Lorca a la hora de estructurar el drama es notorio en cuanto a la fluidez, la naturalidad de los personajes a la hora de entrar y salir en el verso únicamente para escenas de máximo dramatismo . La riqueza costumbrista, nos ponemos en contacto con el pueblo y somos testigos de todo lo que ahí ocurre. Documental fotográfico: se apreciará constantemente el juego entre el blanco y el negro. Sin embargo, el realismo está cargado por una importante dimensión simbólica y un desmesurado argumento, por lo que se define como realismo poético.  DIÁLOGO Y LENGUAJE La maestría del diálogo es indudable. Cada cual habla según su carácter y las réplicas son cortas y vivaces, con lo que adquiere toda la obra un carácter muy real. Esto lo refuerza también el sabor popular tan elaborado de Lorca, que no recurre a simples vulgarismos.


EL TEATRO ESPAÑOL DE PREGUERRA: Teatro innovador: Federico García Lorca SIMBOLOGÍA: SIMBOLOGÍA: Lorca estaba fuertemente influido por el simbolismo, común en la Generación del 27. He aquí unos cuantos símbolos: 

   

 

El agua: sed como referencia al deseo sexual (véase el sofoco: por eso Bernarda quiere cerrar ventanas y Adela/Martirio tienen sed. El caballo cuando da coces tiene sed). El pueblo no tiene ríos (igual a vida) pero sí pozos (oscuros símbolos de muerte). Se contrastan las referencias al agua estancada/envenenada de los pozos con el agua limpia e infinita de mar (con el que se asocia María Josefa.) Blanco-negro (viene reforzando la idea del documental fotográfico: blanco para lo positivo en general (la vida, la libertad, la sexualidad) mientras que lo negro se refiere a la muerte (Adela muere de noche) y al fanatismo religioso (luto). El color verde: significa la rebeldía en Lorca. Lo demuestra mediante el vestido verde que luce Adela y el abanico que usa, ella es la única de las hijas que se rebela contra su madre. El calor reinante contribuye a intensificar la tensión dramática y a moldear el carácter triste de los habitantes de las tierras secas frente a la de los habitantes de las tierras húmedas. Además, se asocia también con el hado y la fatalidad de los personajes. El caballo garañón representa otro papel simbólico claro. Es la correlación de Pepe el Romano en el mundo animal, y por lo tanto, un símbolo sexual muy acusado. Hasta tal punto es así que la respuesta de Bernarda Prudencia cuenta, en el manuscrito con una variante tachada muy significativa: “Al amanecer se le echará cinco”. Cinco, como las hijas de Bernarda. Con el caballo garañón se introduce otro espacio dramático de función decisiva. El bastón como símbolo del poder tiránico de Bernarda. Cuando Adela lo rompe acaba la tiranía, muestra la rebeldía de Adela. El bastón como símbolo fálico. El bastón como símbolo de la ceguera de Bernarda. Los nombres de los personajes. Bernarda (fuerza de oso), Martirio y Angustias son evidentes, Adela (nobleza), Amelia (sin miel) y Maria Josefa (María madre de Jesús, José padre de Jesús; simboliza la edad del personaje). Ayudan al lector a deducir algunas características de los personajes en cuanto a su etopeya (personalidad, etc)  Bernarda Alba: nombre de origen teutónico: "con fuerza o empuje de oso". Alba: blanca  Angustias: etimológicamente, del latín "angostura", "dificultad". Significa opresión, aflicción, congoja; estrechez de lugar o del tiempo. A esto, añadirle el significado directo: es un personaje acongojado por el paso del tiempo. Se hace vieja y no ha encontrado marido y, por tanto, busca una manera de salir de la casa.  Magdalena: desconsolada, lacrimosa  Martirio: muerte o tormentos padecidos por causa de la religión.  Adela: de carácter noble.  La Poncia: nombre equivalente a Poncio Pilatos.  Prudencia: una de las cuatro virtudes cardinales, que consiste en discernir y distinguir lo que es bueno o malo para seguir o huir de ello.  María Josefa: de Santa María, la Virgen, y San José, su esposo, los padres de Jesús.



Escritor español conocido sobre todo por su poesía y ensayos. Se le adscribe a la generación del 27. Estudió Derecho y Filosofía y Letras. Dedicó su vida a la docencia universitaria, que comenzó como lector de español en La Sorbona desde 1914 a 1917. Allí se doctoró en Letras y adquirió un gran amor por la obra de Marcel Proust, de cuyo À la recherche du temps perdu tradujo al castellano los tres primeros volúmenes.

Pedro Salinas Serrano (Madrid, 27 de noviembre de 1891 – Boston, 4 de diciembre de 1951)


Se casó en 1915 con Margarita Bonmatí Botella, de Santa Pola. Salinas le escribió cada día una carta de amor y ese epistolario fue recogido en “Cartas de amor a Margarita” (1912–1915) por su hija Soledad Salinas; también tuvo otro hijo, Jaime Salinas, editor y escritor, que ha ganó el premio Comillas de biografía por su libro “Travesías: Memorias” (1925–1955).


En 1918 Salinas consigue una cátedra en la Universidad de Sevilla y entre 1922 y 1923 enseñó en Cambridge; pasó luego a la de Murcia (1923–1925). Publicó una versión modernizada del Cantar de Mio Cid. En 1926 pasó a la Universidad de Madrid donde fundará en 1932 la revista Índice Literario para dar cuenta de las novedades literarias hispánicas. Entre 1928 y 1936 fue investigador del Centro de Estudios Históricos, donde se encargó de la sección de literatura moderna.


Fue nombrado profesor de la Escuela Central de Idiomas y secretario general de la Universidad Internacional de Verano de Santander. Allí conoció en el verano de 1932 a una estudiante norteamericana, Katherine R. Whitmore. Ella es la destinataria de su trilogía poética “La voz a ti debida”, “Razón de amor” y “Largo lamento”; este romance se mantuvo aún cuando Katherine regresó a Estados Unidos para proseguir sus estudios, en forma epistolar; volvió para el curso académico 1934–1935, pero la mujer de Salinas lo descubrió e intentó suicidarse.


Sostuvo una temprana, duradera y gran amistad con Jorge Guillén, de trayectoria muy parecida a la suya y con quien inició un activo epistolario que también ha sido publicado. Menos conocida es la amistad que mantuvo con Miguel Hernández. La Guerra Civil Española le sorprendió en Santander como secretario en la Universidad Internacional de Verano (lo que fue entre 1936 y 1939). Marchó a América para enseñar en la universidad de Wellesley College y en la Universidad Johns Hopkins de Baltimore, en Estados Unidos. En el verano de 1943 se trasladó a la Universidad de Puerto Rico. En 1946 regresó a su cátedra de la Universidad Johns Hopkins. Falleció en Boston el 4 de diciembre de 1951, siendo enterrado sin embargo en San Juan de Puerto Rico.


POEMAS PEDRO SALINAS 

LA VOZ A TI DEBIDA

LA VOZ A TI DEBIDA

No quiero que te vayas dolor, última forma de amar. Me estoy sintiendo vivir cuando me dueles no en ti, ni aquí, más lejos: en la tierra, en el año de donde vienes tú, en el amor con ella y todo lo que fue. En esa realidad hundida que se niega a sí misma y se empeña en que nunca ha existido, que sólo fue un pretexto mío para vivir. Si tú no me quedaras, dolor, irrefutable, yo me lo creería; pero me quedas tú. Tu verdad me asegura que nada fue mentira. Y mientras yo te sienta, tú me serás, dolor, la prueba de otra vida en que no me dolías. La gran prueba, a lo lejos, de que existió, que existe, de que me quiso, sí, de que aún la estoy queriendo.

Para vivir no quiero islas, palacios, torres. ¡Qué alegría más alta: vivir en los pronombres! Quítate ya los trajes, las señas, los retratos; yo no te quiero así, disfrazada de otra, hija siempre de algo. Te quiero pura, libre, irreductible: tú. Sé que cuando te llame entre todas las gentes del mundo, sólo tú serás tú. Y cuando me preguntes quién es el que te llama, el que te quiere suya, enterraré los nombres, los rótulos, la historia. Iré rompiendo todo lo que encima me echaron desde antes de nacer. Y vuelto ya al anónimo eterno del desnudo, de la piedra, del mundo, te diré: «Yo te quiero, soy yo».

Versos 2191 a 2219

Versos 494 a 521


Jorge GuillĂŠn



Jorge Guillén nació el 18 de enero de 1893 en Valladolid. Fue poeta y crítico literario español e integrante de la Generación del 27. Su vida transcurre paralela a la de su amigo Pedro Salinas, a quien sucedió como lector de español en La Sorbona desde 1917 a 1923. Estudió sus primeras letras y Bachillerato en su ciudad natal y, aunque comenzó Filosofía y Letras en Madrid se licenció en la Universidad de Granada. En uno de sus viajes por Europa conoció a Germaine Cahen, con la que se casó dos años más tarde. Empieza a escribir Cántico y publica crítica literaria en la prensa y sus primeros poemas sueltos en revistas. Ya licenciado, ocupa el puesto de lector en la Universidad de Murcia y después, con J. Guerrero Ruiz y J. Ballester idea fundar la revista Verso y Prosa.


En diciembre de 1928 aparece en la Revista de Occidente la primera edición de Cántico; hace un lectorado en la Universidad de Oxford y en este último año se incorpora a la Universidad de Sevilla. La guerra le sorprende en Valladolid y es brevemente encarcelado en Pamplona; vuelve a su Cátedra de Sevilla y se autodestierra en julio de 1938. Ejerce su labor docente en varias Universidades. En 1947 muere Germaine, su mujer, y se jubila en 1957; entonces se marcha a Italia, donde contrae segundas nupcias en Florencia con Irene MochiSismondi, su segunda esposa y se trasladan a Málaga. Reanuda su labor docente en Harvard y Puerto Rico, pero una caída con ruptura de cadera la aparta de la docencia en 1970. En 1976 recibe el Premio Cervantes y en 1977 el Premio Internacional Alfonso Reyes. Fue nombrado Hijo Predilecto de Andalucía en 1983, un año antes de morir en Málaga el 6 de febrero de 1984.


Es el máximo representante de la poesía pura dentro de su Generación. En sus poemas se observa una estilización de la realidad, una depuración hasta quedarse con lo más esencial de las cosas. Su estilo está al servicio de dicha depuración. Posee un lenguaje muy elaborado, muy selectivo, que renuncia al efectismo: una poesía fría (sobre todo en un primer contacto), difícil, pero de gran calidad artística. Guillén domina a la perfección las estrofas clásicas, sobre todo las décimas y los sonetos. Concibe su obra como un todo, al que da el nombre de Aire nuestro. Se incluyen cinco ciclos, entre los que destacan Cántico (1919-1950), Clamor (1950-1963) y Homenaje (1967). En Cántico se recogen poemas escritos desde 1919 a 1950. Son 334 poemas en total. La obra es una expresión del entusiasmo de su autor ante el mundo. "El mundo está bien hecho". La vida es hermosa por el simple hecho de ser vida. "Ser. Nada más. Y basta. Es la absoluta dicha." Cántico es un "sí" a la vida, un deseo de vivir "más". Es, pues, una visión antirromántica del mundo. Canta Guillén al amanecer y al mediodía; prefiere la primavera. El amor no es sufrimiento, sino cima del vivir. En Clamor, "Tiempo de historia", Guillén da un giro: se observa una protesta ante los horrores y las miserias del momento histórico. El poeta es optimista, pero no por ello deja de ver los defectos del mundo: "Este mundo del hombre está mal hecho". El poeta se alza contra el dolor. También aparece el tema de España: la guerra, el exilio, la dictadura.


Advenimiento ¡Oh luna, cuánto abril, qué vasto y dulce el aire! Todo lo que perdí volverá con las aves. Sí, con las avecillas que en coro de alborada pían y pían, pían sin designio de gracia. La luna está muy cerca, quieta en el aire nuestro. El que yo fui me espera bajo mis pensamientos. Cantará el mi señor. En la cima del ansia. Arrebol, arrebol. Entre el cielo y las auras. ¿Y se perdió aquel tiempo que yo perdí?. La mano dispone, dios ligero, de esta luna sin año.


Desnudo Blancos, rosas... Azules casi en veta, retraídos, mentales. Puntos de luz latente dan señales de una sombra secreta. Pero el color, infiel a la penumbra, se consolida en masa. Yacente en el verano de la casa, una forma se alumbra. Claridad aguzada entre perfiles, de tan puros tranquilos que cortan y aniquilan con sus filos las confusiones viles. Desnuda está la carne. Su evidencia se resuelve en reposo. Monotonía justa: prodigioso colmo de la presencia. ¡Plenitud inmediata, sin ambiente, del cuerpo femenino! Ningún primor: ni voz ni flor. ¿Destino? ¡Oh absoluto presente!


Los recuerdos ¿Qué fue de aquellos días que cruzaron veloces, Ay, por el corazón? Infatigable a ciegas, Es él por fin quien gana. ¡Cuántos últimos goces! ¡Oh tiempo: con tu fuga mi corazón anegas!


Salvación es la primavera (I) Ajustada a la sola desnudez de su cuerpo, entre el aire y la luz eres puro elemento. ¡Eres! Y tan desnuda, tan continua, tan simple que el mundo vuelve a ser fábula irresistible. En torno, forma a forma, los objetos diarios aparecen. Y son prodigios, y no mágicos... Incorruptibles dichas, del sol indisolubles, a través de un cristal la evidencia difunde con todo su esplendor seguro de astro cierto. Mira cómo esta hora marcha por esos cielos.


Salvación de la primavera (III) Presa en tu exactitud, Inmóvil regalándote, A un poder te sometes, Férvido, que me invade. ¡Amor! Ni tú ni yo, Nosotros, y por él Todas las maravillas En que el ser llega a ser. Se colma el apogeo Máximo de la tierra. Aquí está: la verdad Se revela y nos crea. ¡Oh realidad, por fin Real, en aparición! ¿Qué universo me nace Sin velar a su dios? Pesa, pesa en mis brazos, Alma, fiel a un volumen. Dobla con abandono, Alma, tu pesadumbre.


Las doce en el reloj Dije: Todo ya pleno. Un álamo vibró. Las hojas plateadas Sonaron con amor. Los verdes eran grises, El amor era sol. Entonces, mediodía, Un pájaro sumió Su cantar en el viento Con tal adoración Que se sintió cantada Bajo el viento la flor Crecida entre las mieses, Más altas. Era yo, Centro en aquel instante De tanto alrededor, Quien lo veía todo Completo para un dios. Dije: Todo, completo. ¡Las doce en el reloj!


Cima de la delicia ¡Cima de la delicia! Todo en el aire es pájaro. Se cierne lo inmediato resuelto en lejanía. ¡Hueste de esbeltas fuerzas! ¡Qué alacridad de mozo en el espacio airoso, henchido de presencia! El mundo tiene cándida profundidad de espejo. Las más claras distancias sueñan lo verdadero. ¡Dulzura de los años irreparables! ¡Bodas tardías con la historia que desamé a diario! Mas, todavía más. Hacia el sol, en volandas la plenitud se escapa. ¡Ya sólo sé cantar!


Dolor tras dolor (I) De súbito, dominando una masa de ciudad, un calor de gentío, surge con atropello clamante, suplicante, gimiente, desgarrándolo todo, la terrible sirena. ¿Qué, qué ocurre? ¿Quién está agonizando muy cerca de nosotros, ahora mismo? ¿Dónde el mal, sus revólveres, sus llamas? La sirena se arroja, va tras la salvación, con apremiante angustia se impone. Pasa hiriente el minuto: alarido brutal, que nos conscierne. Pide atención a todos sin demora la alarma, tanta alarma. y un dolor invasor ocupa el ámbito de la calle, del hombre.


Despertar español (II) Ay patria, Con malos padres y con malos hijos, O tal vez nada más desventurados En el gran desconcierto de una crisis Que no acaba nunca, Esa contradicción que no nos deja Vivir nuestro destino, A cuestas cada cual Con el suyo en un ámbito despótico. Ay, patria, Tan anterior a mi, Y que yo quiero, quiero Viva después de mí -donde yo quede Sin fallecer en frescas voces nuevas Que habrán de resonar hacia otros aires, Aires con una luz Jamás, jamás anciana. Luz antigua tal vez sobre los muros Dorados Por el sol de un octubre y de su tarde: Reflejos De muchas tardes que no se han perdido, Y alumbrarán los ojos de otros hombres -Quien sabe- y sus hallazgos.


Tras el cohete Yo quiero Peligros Extremos: Delirios En cielos Precisos y tersos.

Se arrojan Muy blancas, De rocas A calas De aurora Muchachas Dichosas.

¡Caballos De fuegos Crinados Sujetos A manos De vientos Muy claros!

¡Caribes Afloran Y miles De bodas Rubíes Tan rojas Sonríen!

Por playas En arco Rayadas Al paso Del agua, Desbando Mis ansias.

Yo digo: __Ya hay libres Estíos Sin lindes Tendidos? __Ven, dice Mi sino


Los pobres muertos Los pobres muertos no padecen nunca, Apenas piedra que se desmorona, O polvo de retorno en pro de un fondo Sin fibra de dolor, sin yo retráctil, Sin tiempo en que se angustie la memoria. Los pobres muertos lo han perdido todo, Hasta aquellos jardines que no habitan, Entre flor y ciprés, ciprés y mármol, Bajo los nombres quizá ya confusos Que mal invocan a los siempre ausentes. Ausentes de sí mismos, invisibles A las miradas de sus calaveras, Calaveras que así no melancólicas Presiden sin querer sus esqueletos Con mineral tranquilidad de luna. Los pobres muertos, en tiniebla inclusos, La gran tiniebla interna de la tierra, No guardan ni su propio ser de muertos. Tan pobres yacen que no son ni pobres, Forzados a ser muerte – y más terrosa, Cada día más polvo infuso a un fondo .



 

 

Hijo de una familia de la burguesía española, su padre fue ingeniero de ferrocarriles. Nace en Sevilla en 1898 pero pasa su infancia en Málaga, donde comparte estudios con el futuro escritor Emilio Prados. Se traslada a Madrid donde cursa estudios de Derecho y Comercio. En 1919 se licencia en Derecho y obtiene el título de intendente mercantil. Ejerce de profesor de Derecho Mercantil desde 1920 hasta 1922 en la Escuela de Comercio. En 1917 conoce a Dámaso Alonso en Las Navas del Marqués, lugar donde veraneaba, y este contacto supone el descubrimiento de Rubén Darío, Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez. Inicia de este modo una profunda pasión por la poesía. Su salud empieza a quebrantarse en 1922. En 1925 se le declara una nefritis tuberculosa, que termina con la extirpación de un riñón, operación realizada en 1932. Publica sus primeros poemas en la Revista de Occidente en 1926. Establece contacto con Cernuda, Altolaguirre, Alberti y García Lorca. A lo largo de su vida ocultó su homosexualidad. En los años treinta el poeta conoce a Andrés Acero y ambos inician una intensa relación amorosa que será interrumpida por el exilio a México de Andrés tras la Guerra Civil. En palabras de Molina Foix, "Aleixandre era muy pudoroso de su condición homosexual por el daño que pudiera hacer a su familia, sobre todo a su hermana, pero a mí me dijo que cuando muriese no le importaba que se supiera la verdad; consideraba que no era ningún desdoro". Después de la Guerra Civil no se exilia, a pesar de sus ideas izquierdistas, permanece en España y se convierte en uno de los maestros de los jóvenes poetas. Murió en 1984


A DON LUIS DE GÓNGORA  ¿Qué firme arquitectura se levanta del paisaje, si urgente de belleza, ordenada, y penetra en la certeza del aire, sin furor y la suplanta? Las líneas graves van. Mas de su planta brota la curva, comba su justeza en la cima, y respeta la corteza intacta, cárcel para pompa tanta. El alto cielo luces meditadas reparte en ritmos de ponientes cultos, que sumos logran su mandato recto. Sus matices sin iris las moradas del aire rinden al vibrar, ocultos, y el acorde total clama perfecto.


ADOLESCIENCIA  Vinieras y te fueras dulcemente, de otro camino a otro camino. Verte, y ya otra vez no verte. Pasar por un puente a otro puente. — El pie breve, la luz vencida alegre —. Muchacho que sería yo mirando aguas abajo la corriente, y en el espejo tu pasaje fluir, desvanecerse.


A FRAY LUIS DE LEÓN  ¿Qué linfa esbelta, de los altos hielos hija y sepulcro, sobre el haz silente rompe sus fríos, vierte su corriente, luces llevando, derramando cielos? ¿Qué agua orquestas bajo los mansos celos del aire, muda, funde su crujiente espuma en anchas copias y consiente, terso el diálogo, signo y luz gemelos? La alta noche su copa sustantiva —árbol ilustre— yergue a la bonanza, total su crecimiento y ramas bellas. Brisa joven de cielo, persuasiva, su pompa abierta, desplegada, alcanza largamente, y resuenan las estrellas.


CORAZÓN NEGRO Corazón negro. Enigma o sangre de otras vidas pasadas, suprema interrogación que ante los ojos me habla, signo que no comprendo a la luz de la luna. Sangre negra, corazón dolorido que desde lejos la envías a latidos inciertos, bocanadas calientes, vaho pesado de estío, río en que no me hundo, que sin luz pasa como silencio, sin perfume ni amor. Triste historia de un cuerpo que existe como existe un planeta, como existe la luna, la abandonada luna, hueso que todavía tiene un claror de carne. Aquí, aquí en la tierra echado entre unos juncos, entre lo verde presente, entre lo siempre fresco, veo esa pena o sombra, esa linfa o espectro, esa sola sospecha de sangre que no pasa. ¡Corazón negro, origen del dolor o la luna, corazón que algún día latiste entre unas manos. beso que navegaste por unas venas rojas, cuerpo que te ceñiste a una tapia vibrante!


DESIERTO Lumen, lumen. Me llega cuando nacen luces o sombras, revelación. Viva. Ese camino, esa ilusión es neta. Presión que sueña que la muerte miente. Muerte, oh vida, te adoro por espanto, porque existes en forma de culata. Donde no se respira. El frío sueña con estampido — eternidad. La vida es un instante justo para decir María. Silencio. Una blancura, un rojo que no nace, ese roce de besos bajo el agua. Una orilla impasible donde rompen cuerpo u ondas, mares, o la frente.


VERDAD SIEMPRE  Sí, sí, es verdad, es la única verdad; ojos entreabiertos, luz nacida, pensamiento o sollozo, clave o alma, este velar, este aprender la dicha, este saber que el día no es espina, sino verdad, oh suavidad. Te quiero. Escúchame. Cuando el silencio no existía, cuando tú eras ya cuerpo y yo la muerte, entonces, cuando el día. Noche, bondad, oh lucha, noche, noche. Bajo clamor o senos, bajo azúcar, entre dolor o sólo la saliva, allí entre la mentira sí esperada, noche, noche, lo ardiente o el desierto.



Si mi voz muriera en tierra llevadla al nivel del mar y dejadla en la ribera. Llevadla al nivel del mar y nombardla capitana de un blanco bajel de guerra. ¡Oh mi voz condecorada con la insignia marinera: sobre el corazón un ancla y sobre el ancla una estrella y sobre la estrella el viento y sobre el viento la vela!

El mar. La mar. El mar. ¡Sólo la mar! ¿Por qué me trajiste, padre, a la ciudad? ¿Por qué me desenterraste del mar? En sueños, la marejada me tira del corazón. Se lo quisiera llevar. Padre, ¿por qué me trajiste acá?


GALOPE Las tierras, las tierras, las tierras de España, las grandes, las solas, desiertas llanuras. Galopa, caballo cuatralbo, jinete del pueblo, al sol y a la luna. ¡A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar! A corazón suenan, resuenan, resuenan las tierras de España, en las herraduras. Galopa, jinete del pueblo, caballo cuatralbo, caballo de espuma. ¡A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar! Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie; que es nadie la muerte si va en tu montura. Galopa, caballo cuatralbo, jinete del pueblo, que la tierra es tuya. ¡A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar!


Se equivocó la paloma. Se equivocaba. Por ir al norte, fue al sur. Creyó que el trigo era agua. Se equivocaba. Creyó que el mar era el cielo; que la noche, la mañana. Se equivocaba. Que las estrellas, rocío; que la calor; la nevada. Se equivocaba. Que tu falda era tu blusa; que tu corazón, su casa. Se equivocaba. (Ella se durmió en la orilla. Tú, en la cumbre de una rama.)



Luis Cernuda (1902-1963) •

Nació en Sevilla. Fue en esta ciudad donde transcurrió su infancia y realizó sus estudios; allí conoció a Pedro Salinas, que entonces era catedrático en esta ciudad. Comenzó a escribir muy pronto y, en 1929, ya contaba con dos de sus libros fundamentales : Égloga, elegía, oda y Un río, un amor. A esta obras se fueron añadiendo, antes de la guerra civil, Los placeres prohibidos, Donde habite el olvido e Invocaciones (1935). Era un hombre reservado y de carácter difícil, que soportó muy mal la soledad del exilio . Después de la guerra, vivió en Inglaterra y Norteamérica, dedicado a la enseñanza. En el exilio escribió Las nubes, Como quien espera el alba, Vivir sin estar viviendo , y su gran libro, Desolación de la quimera ( 1962), testimonio patético de marginación y desarraigo. Un año después moría en Méjico. A sus libros de poemas habría que añadir una obra en prosa, Ocnos, y numerosos textos críticos de carácter literario.


Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío…


Obra: sus cuatro etapas Etapa inicial (1927) Perfil del aire —que muestran a un poeta elegante en su contemplación elegíaca del mundo— Égloga, elegía, oda, escrito entre 1927 y 1928, que rinde homenaje a la tradición clásica a la vez que toca algunos temas muy cernudianos: amor y eros en especial. Ciclo de la juventud: Un río, un amor y Los placeres prohibidos, escritos entre 1929 y 1931. Esos dos libros revelan la adhesión de Cernuda al surrealismo. Aunque el clasicista que siempre hubo en él atempera muchas veces la ruptura formal, lo esencial de esos poemarios es su espíritu de rebeldía contra el orden establecido. En Los placeres prohibidos la rebelión crece con la abierta reivindicación de la homosexualidad. Donde habite el olvido (1934) es un libro neorromántico, «superbecqueriano», que desarrolla una elegía amorosa. Invocaciones, de 1934–1935, presenta al neorromántico dilatándose en amplios poemas que celebran las glorias del mundo y exaltan la misión del poeta. Período de madurez arranca con Las nubes (1940 y 1943), uno de los más bellos libros de poesía sobre la Guerra Civil, donde lo elegíaco alcanza su plenitud. Bajo el estímulo de la lírica inglesa, incluye monólogos dramáticos, como «La adoración de los magos». Prolonga tono y estilo en Como quien espera el alba (1947). Obsesionado con sus recuerdos sevillanos, elabora en prosa Ocnos esencial para entender su mitología del Edén perdido. En México se desarrolla su última etapa. Allí compondría Variaciones sobre tema mexicano (1952), Vivir sin estar viviendo (1944–1949) y Con las horas contadas, de 1950–1956, que en ediciones posteriores incorporará Poemas para un cuerpo (Málaga, 1957). Es perceptible la sustitución de la anterior musicalidad elegante, garcilasiana, por un ritmo seco, duro, y por la renuncia a toda ornamentación en favor del concepto. Este estilo alcanza su plenitud en Desolación de la Quimera (1962). Cernuda es autor de una obra crítica ( Estudios sobre poesía española contemporánea , 1957, o Poesía y literatura, I y II, 1960 y 1964) que, más allá de algunas arbitrariedades, ha permitido revisar tópicos y estimaciones. En ella, Cernuda reivindica a Campoamor, expresa su admiración por su amigo Federico García Lorca y enjuicia con severidad la obra de Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas y Jorge Guillén.


…las reflexiones de Cernuda, aunque no son sistemáticas, nos ofrecen una visión aguda e intuitiva…


Estoy cansado

Estar cansado tiene plumas, tiene plumas graciosas como un loro, plumas que desde luego nunca vuelan, mas balbucean igual que loro. Estoy cansado de las casas, prontamente en ruinas sin un gesto; estoy cansado de las cosas, con un latir de seda vueltas luego de espaldas. Estoy cansado de estar vivo, aunque más cansado sería el estar muerto; estoy cansado del estar cansado entre plumas ligeras sagazmente, plumas del loro aquel tan familiar o triste, el loro aquel del siempre esta


En medio de la multitud En medio de la multitud le vi pasar, con sus ojos tan rubios como la cabellera. Marchaba abriendo el aire y los cuerpos: una mujer se arrodilló a su paso. Yo sentí cómo lo sangre desertaba mis venas gota a gota. Vacío, anduve sin rumbo por la ciudad. Gentes extrañas pasaban a mi lado sin verme. Un cuerpo se derritió con leve susurro al tropezarme. Anduve más y más. No sentía mis pies. Quise cogerlos en mi mano, y no hallé mis manos; quise gritar, y no hallé mi voz. La niebla me envolvía. Me pesaba la vida como un remordimiento; quise arrojarla de mí. Mas era imposible, porque estaba muerto y andaba entre los muertos.


Quisiera estar solo en el sur Quizá mis lentos ojos no verán más el sur de ligeros paisajes dormidos en el aire, con cuerpos a la sombra de ramas como flores o huyendo en un galope de caballos furiosos. El sur es un desierto que llora mientras canta, y esa voz no se extingue como pájaro muerto; hacia el mar encamina sus deseos amargos abriendo un eco débil que vive lentamente. En el sur tan distante quiero estar confundido. La lluvia allí no es más que una rosa entreabierta; su niebla misma ríe, risa blanca en el viento. Su oscuridad, su luz son bellezas iguales.


Despedida

Muchachos que nunca fuisteis compañeros de mi vida, adiós. Muchachos que no seréis nunca compañeros de mi vida, adiós. El tiempo de una vida nos separa infranqueable: a un lado la juventud libre y risueña; a otro la vejez humillante e inhóspita. De joven no sabía ver la hermosura, codiciarla, poseerla; de viejo la he aprendido y veo la hermosura, mas la codicio inútilmente. Mano de viejo mancha el cuerpo juvenil si intenta acariciarlo. Con solitaria dignidad el viejo debe pasar de largo junto a la tentación tardía. Frescos y codiciables son los labios besados, labios nunca besados más codiciables y frescos aparecen. ¿Qué remedio, amigos? ¿Qué remedio? Bien lo sé: no lo hay.

Qué dulce hubiera sido en vuestra compañía vivir un tiempo: bañarse juntos en aguas de una playa caliente. Compartir bebida y alimento en una mesa. Sonreír, conversar, pasarse mirando cerca, en vuestros ojos, esa luz y esa música. Seguid, seguid así, tan descuidadamente, atrayendo al amor, atrayendo al deseo, no cuidéis de la herida que la hermosura vuestra y vuestra gracia abren en este transeúnte inmune en apariencia a ellas. Adiós, adiós, manojos de gracias y donaires, que yo pronto he de irme, confiado, adonde, anudado el roto hilo, diga y haga lo que aquí falta, lo que a tiempo decir y hacer aquí no supe. Adiós, adiós, compañeros imposibles. Que ya tan sólo aprendo a morir, deseando veros de nuevo, hermosos igualmente en alguna otra vida.


No decía palabras No decía palabras, acercaba tan sólo un cuerpo interrogante, porque ignoraba que el deseo es una pregunta cuya respuesta no existe, una hoja cuya rama no existe, un mundo cuyo cielo no existe. La angustia se abre paso entre los huesos, remonta por las venas hasta abrirse en la piel, surtidores de sueño hechos carne en interrogación vuelta a las nubes. Un roce al paso, una mirada fugaz entre las sombras, bastan para que el cuerpo se abra en dos, ávido de recibir en sí mismo otro cuerpo que sueñe; mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne, iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.

Auque sólo sea una esperanza porque el deseo es pregunta cuya respuesta nadie sabe.


Impresión de destierro Fue la pasada primavera, hace ahora casi un año, en un salón del viejo Temple, en Londres. Tras edificios viejos, a lo lejos, entre la hierba el gris relámpago del río. Todo era gris y estaba fatigado igual que el iris de una perla enferma.

En los labios de alguno, allá por los rincones donde los viejos juntos susurraban, densa como una lágrima cayendo, brotó de pronto una palabra: España. Un cansancio sin nombre rodaba en mi cabeza. Encendieron las luces. Nos marchamos.

Eran señores viejos, viejas damas, en los sombreros plumas polvorientas; un susurro de voces allá por los rincones, junto a mesas con tulipanes amarillos, retratos de familia y teteras vacías. La sombra que caía con un olor a gato, despertaba ruidos en cocinas.

Tras largas escaleras casi a oscuras me hallé luego en la calle, y a mi lado, al volverme, vi otra vez a aquel hombre silencioso, que habló indistinto algo con acento extranjero, un acento de niño en voz envejecida.

Un hombre silencioso estaba cerca de mí. Veía la sombra de su largo perfil algunas veces asomarse abstraído al borde de la taza, con la misma fatiga del muerto que volviera desde la tumba a una fiesta mundana.

Andando me seguía como si fuera solo bajo un peso invisible, arrastrando la losa de su tumba; mas luego se detuvo. «¿España?», dijo. «Un nombre. España ha muerto.» Había una súbita esquina en la calleja. le vi borrarse entre la sombra húmeda.


Donde habite el olvido Donde habite el olvido, En los vastos jardines sin aurora; Donde yo solo sea Memoria de una piedra sepultada entre ortigas Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios. Donde mi nombre deje Al cuerpo que designa en brazos de los siglos, Donde el deseo no exista. En esa gran región donde el amor, ángel terrible, No esconda como acero En mi pecho su ala, Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento. Allá donde termine ese afán que exige un dueño a imagen suya, Sometiendo a otra vida su vida, Sin más horizonte que otros ojos frente a frente. Donde penas y dichas no sean más que nombres, Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo; Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo, Disuelto en niebla, ausencia, Ausencia leve como carne de niño. Allá, allá lejos; Donde habite el olvido.


En soledad. No se siente el mundo, que un muro sella; la lámpara abre su huella sobre el diván indolente. Acogida está la frente al regazo del hastío. ¿Qué ausencia, qué desvarío a la belleza hizo ajena? Tu juventud nula, en pena De un blanco papel vacío


Desdicha Un dia comprendi贸 como sus brazos eran solamente de nubes imposible con nubes estrechar hasta el fondo un cuerpo, una fortuna la fortuna es redonda y cuenta lentamente estrellas del est铆o hacen falta unos brazos seguros como el viento y como el mar un beso Pero el con sus labios no sabe sino decir palabras Palabras hacia el techo Palabras hacia el suelo Y sus brazos son nubes que transforman la vida en aire navegable


SI EL HOMBRE PUDIERA DECIR Si el hombre pudiera decir lo que ama, si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo como una nube en la luz; si como muros que se derrumban, para saludar la verdad erguida en medio, pudiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo la verdad de su amor, la verdad de sí mismo, que no se llama gloria, fortuna o ambición, sino amor o deseo, yo sería aquel que imaginaba; aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos proclama ante los hombres la verdad ignorada, la verdad de su amor verdadero. Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío; alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina por quien el día y la noche son para mí lo que quiera, y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu como leños perdidos que el mar anega o levanta libremente, con la libertad del amor, la única libertad que me exalta, la única libertad por que muero. Tú justificas mi existencia: si no te conozco, no he vivido; si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.


UNOS CUERPOS SON COMO FLORES Unos cuerpos son como flores, otros como puñales, otros como cintas de agua; pero todos, temprano o tarde, serán quemaduras que en otro cuerpo se agranden, convirtiendo por virtud del fuego a una piedra en un hombre. Pero el hombre se agita en todas direcciones, sueña con libertades, compite con el viento, hasta que un día la quemadura se borra, volviendo a ser piedra en el camino de nadie. Yo, que no soy piedra, sino camino que cruzan al pasar los pies desnudos, muero de amor por todos ellos; les doy mi cuerpo para que lo pisen, aunque les lleve a una ambición o a una nube, sin que ninguno comprenda que ambiciones o nubes no valen un amor que se entrega.



GERARDO DIEGO

nació el 3 de octubre de 1896 en Santander. Alumno de la Universidad de Deusto donde sigue la carrera de Filosofía y Letras, y donde conoce a quien seria después un amigo esencial en la vida literaria, Juan Larrea. Finalizada la carrera, se doctoró en Madrid. Desde 1920 fue catedrático de Lengua y Literatura en institutos de Soria, Gijón, Santander y Madrid. En Santander dirigió dos de las más importantes revistas del 27, Lola y Carmen. Fue uno de los principales seguidores de la vanguardia poética española, y en concreto del Ultraísmo y del Creacionismo. En 1925 obtuvo el Premio Nacional de Literatura. Elaboró las dos versiones de la famosa Antología de poesía que dio a conocer a los autores de la Generación del 27. Como profesor, dio cursos y conferencias por todo el mundo. Fue además crítico literario, musical y taurino además de columnista en varios periódicos. Se casa en el año 1934, y al año siguiente se traslada como catedrático al Instituto de Santander. Su tarea poética se sigue completando con sus estudios sobre diferentes temas, aspectos y autores de la literatura española, con su labor de conferenciante y su destacada crítica musical, realizada desde diferentes periódicos.


La Guerra Civil estalla cuando se halla de vacaciones en Sentaraille (Francia). A diferencia de gran parte de sus compañeros, Gerardo Diego tomó partido por el bando nacional y permaneció, por tanto, en España al finalizar la misma. Finalizada la contienda, se traslada al Instituto Beatriz Galindo de Madrid, en el que permanecería hasta su jubilación. Durante la guerra y la posguerra, son además frecuentes en la obra de Diego los poemas políticos en defensa de los sublevados, de los voluntarios falangistas de la División Azul. Desde 1947 fue miembro de la Real Academia Española. En 1979, se le concedió el Premio Cervantes, el cual curiosamente resultó ser la única vez en que se premió a dos personas en un mismo año (el otro premiado fue el argentino Jorge Luis Borges). Murió el 8 de julio de1987 en Madrid a los 90 años.


Poesía: Representó el ideal del 27 al alternar con maestría la poesía tradicional y la vanguardista, de la que se convirtió en uno de los máximos exponentes durante la década de los años veinte. Su obra poética sigue, pues, estas dos líneas. Su poesía tradicional comprende poemas de corte tradicional y clasicista, donde recurre con frecuencia al romance, a la décima y al soneto. Los temas son muy variados: el paisaje, la religión, la música, los toros, el amor, etc. Es suyo el considerado por muchos el mejor soneto de la literatura española, El ciprés de Silos, así como de otros poemas importantes como Nocturno, Las tres hermanas o La despedida. Su inclinación por el nuevo arte de vanguardia le lleva a iniciarse primero en el creacionismo. La falta de signos de puntuación, la disposición de los versos, los temas intrascendentes y las extraordinarias imágenes caracterizan esta poesía.


Las tres hermanas Estabais las tres hermanas, las tres de todos los cuentos, las tres en el mirador tejiendo encajes y sueños. Y yo pasé por la calle y miré... Mis pasos secos resonaron olvidados en el vesperal silencio. La mayor miró curiosa, y la mediana riendo me miró y te dijo algo...

Tú bordabas en silencio, como si no te importase, como si te diese miedo. Y después te levantaste y me dijiste un secreto en una larga mirada, larga, larga... Los reflejos en las vidrieras borrosas desdibujaban tu esbelto perfil. Era tu figura la flor de un nimbo de ensueño. ... Tres erais, tres, las hermanas como en los libros de cuento.


Romance del Duero

Río Duero, río Duero, nadie a acompañarte baja; nadie se detiene a oír tu eterna estrofa de agua. Indiferente o cobarde, la ciudad vuelve la espalda. No quiere ver en tu espejo su muralla desdentada. Tú, viejo Duero, sonríes entre tus barbas de plata, moliendo con tus romances las cosechas mal logradas. Y entre los santos de piedra y los álamos de magia pasas llevando en tus ondas palabras de amor, palabras.

Quién pudiera como tú, a la vez quieto y en marcha, cantar siempre el mismo verso pero con distinta agua. Río Duero, río Duero, nadie a estar contigo baja, ya nadie quiere atender tu eterna estrofa olvidada, sino los enamorados que preguntan por sus almas y siembran en tus espumas palabras de amor, palabras.


Revelación Era en Numancia, al tiempo que declina la tarde del agosto augusto y lento, Numancia del silencio y de la ruina, alma de libertad, trono del viento. La luz se hacía por momentos mina de transparencia y desvanecimiento, diafanidad de ausencia vespertina, esperanza, esperanza del portento. Súbito, ¿dónde?, un pájaro sin lira, sin rama, sin atril, canta, delira, flota en la cima de su fiebre aguda. Vivo latir de Dios nos goteaba, risa y charla de Dios, libre y desnuda. Y el pájaro, sabiéndolo, cantaba.


Sucesiva Déjame acariciarte lentamente, déjame lentamente comprobarte, ver que eres de verdad, un continuarte de ti misma a ti misma extensamente. Onda tras onda irradian de tu frente y mansamente, apenas sin rizarte, rompen sus diez espumas al besarte de tus pies en la playa adolescente. Así te quiero, fluida y sucesiva, manantial tú de ti, agua furtiva, música para el tacto perezosa. Así te quiero, en límites pequeños, aquí y allá, fragmentos, lirio, rosa, y tu unidad después, luz de mis sueños.


Dรกmaso Alonso



Obras      

Poemas puros. Poemillas de ciudad. Oscura noticia. Hijos de la ira. Hombre y Dios. Gozos de la vista. Duda y amor sobre el Ser Supremo.


Poemas puros. Poemillas de ciudad "Poemas puros. Poemillas de la ciudad", se publica en el a帽o 1921. En su selecci贸n se destacan "Calle del arrabal", "Madrigal de las once", "Gota peque帽a, mi dolor" y el bello soneto titulado "C贸mo era".


Oscura noticia Oscura noticia (1944), obra en la que ya encontramos su estilo característico: poesía desarraigada, religiosa, pero no ortodoxa. Su título procede de San Juan de la Cruz: "La noticia que te infunde Dios es oscura."


Hijos de la ira Hijos de la ira (1944, segunda edición corregida y aumentada en 1946) es la cota más alta de la poesía alonsiana. En largos versículos, con un lenguaje violento que da cabida al léxico vulgar y malsonante, el poeta -que ha padecido el impacto de la guerra civil española y en ese momento padece el de la mundial- acusa, maldice y protesta por el espectáculo del mundo.


Una voz de España  Desde el caos inicial, una mañana desperté. Los colores rebullían. Mas tiernos monstruos ruidos me decían: «mamá», «tata», «guaguau», «Carlitos», «Ana». Todo - «Vivir», «amar» - frente a mi gana, como un orden de vínculos prendían. Y hombre fui. ¿Dios? Las cosas me servían; yo hice el mundo en mi lengua castellana. Crear, hablar, pensar todo es un mismo mundo anhelado, en el que, una a una, fluctúan las palabras como olas. Cae la tarde, y vislumbro ya el abismo. Adiós, mundo, palabras de mi cuna; adiós, mis dulces voces españolas.


Insomnio Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas). A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45 años que me pudro, y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente la luz de la luna. Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro enfurecido, fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla. Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma, por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid, por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo. Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre? ¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día, las tristes azucenas letales de tus noches?


Los consejos del tío Dámaso a Luis Cristóbal

Haz lo que tengas gana, Cristobalillo, lo que te dé la gana, que es lo sencillo. Llegaste a un mundo donde manda la chacha, mandan los mandamases y hay poca lacha. Caso nunca les hagas a los mayores. Los consejos de Dámaso son los mejores. Tira, mi niño, tira, si te da gana, los libros de papito por la ventana. Cuélgate de las lámparas y los manteles, rompe a mamita el vaso de los claveles. ¿Que hay pelotón de goma? Chuta e impacta. ¡Duro con la pintura llamada abstracta! Rompe tazas y platos. ¡Viva el jolgorio y las almas benditas del purgatorio!

La mejor puntería te la aconsejo si es que se pone a tiro cualquier espejo. Aún hay más divertido: coge chinillas, y con un tiragomas, ¡a las bombillas! Pero ahora se me ocurre algo estupendo, donde papá se encierra vete corriendo. ¡Macho, cuántos papeles! Tú, con cerillas, vas y a papá le quemas esas cosillas... ¡Verás qué cara pone! ¡Qué gracia tiene! Anda, sin que te vea, mira que viene. Vamos a divertirnos tú y yo, mi cielo. Es un asco este mundo: conviene que lo pongamos boca abajo. ¡Es tan sencillo! Vamos a hacer un mundo nuevo, chiquillo!


Miguel Hernández gilabert “Quien se para a llorar, quien se lamenta contra la piedra hostil del desaliento, quien se pone a otra cosa que no sea el combate, no será un vencedor, será un vencido lento.”



 Miguel Hernández Gilabert (Orihuela, 30 de octubre de 1910 – Alicante, 28 de marzo de1942) fue un poeta y dramaturgo de especial relevancia en la literatura española del siglo XX. Aunque tradicionalmente se le ha encuadrado en la generación del 36, Miguel Hernández mantuvo una mayor proximidad con la generación anterior hasta el punto de ser considerado por Dámaso Alonso como «genial epígono de la generación del 27».


 Hijo de campesinos, desempeñó entre otros oficios, el de pastor de cabras. Guiado por su amigo Ramón Sijé, se inició en la poesía desde los veinte años; publicó su primer libro «Perito en lunas» en 1933 y posteriormente, los sonetos agrupados en «El rayo que no cesa», marcaron la experiencia amorosa del poeta. Durante la guerra civil militó muy activamente en el bando republicano como Comisario de Cultura, siendo encarcelado y condenado a muerte al terminar el conflicto. Antes de morir, enfermo y detenido, publicó su última obra, «Cancionero y romancero de ausencias». Falleció en 1942.


“Muchos tragos es la vida y un solo trago es la muerte “


Perito en lunas, Murcia, La Verdad, 1933. Perito en lunas fue el primer libro de poemas publicado por Miguel Hernández, y en él se aprecia la influencia del gongorismo que afectó a todos los componentes de la llamada Generación del 27, de la que Miguel Hernández suele ser considerado un miembro tardío. Los 42 poemas de que consta el libro muestran una gran destreza verbal e imaginativa, empleada para oscurecer el contenido de los poemas, hasta el punto de que Gerardo Diego los denominó "acertijos poéticos" cuyos temas suelen ser objetos cotidianos elevados a la categoría de objetos artísticos. La estrofa elegida (la octava real) es también una muestra de su deuda con Luis de Góngora, ya que esta misma estrofa fue usada por el poeta cordobés en sus Soledades.


El rayo que no cesa, Madrid, Héroe, 1936. El rayo que no cesa es un libro de temática amorosa, aunque incluye algunos poemas de temas distintos a éste, en especial la "Elegía a Ramón Sijé", que tal vez fue incluida sólo en último momento a consecuencia de la repentina muerte del amigo y maestro del poeta. El amor aparece en la obra tratado de un modo que resulta cercano al de los cancioneros medievales, en especial al Cancionero de Petrarca: la amada es idealizada y presentada como una causa de sufrimiento para el poeta, y como destinataria expresa de gran parte de las composiciones.


El labrador de más aire, Madrid - Valencia, Nuestro Pueblo, 1937. El labrador de más aire es una de las primeras obras de teatro del poeta español Miguel Hernández. Fue Publicada en 1937. Esta obra se inscribe en el teatro social de la producción hernandiana. Es la principal pieza dramática en verso del poeta oriolano, de clara intención social, ya que muestra la preocupación de Miguel Hernández por los problemas de la época que vivió, en plena Guerra Civil española.


El hombre acecha El

hombre acecha es un poemario de Miguel Hernández. Supone una inflexión en su producción de temática bélica, por cuanto refleja el abandono del tono épico hasta el momento utilizado por un intimismo defensivo.El libro no llegó a publicarse en vida del autor y se mantuvo inédito hasta 1981, fecha en que se publicó una edición facsímil del material listo para la impresión que había dejado el poeta, una serie de poemas escritos en 1937 y 1938. El libro se compone de 19 poemas, con un total de 993 versos escritos en diversos metros y estrofas.


Seis poemas inéditos y nueve más, Alicante, Col. Ifach, 1951.


Viento del pueblo. PoesĂ­a en la guerra, Valencia, Socorro Rojo Internacional, 1937


Obra escogida, Madrid, Aguilar, 1952


Cancionero y romancero de ausencias, (1938–1941), Buenos Aires, Lautaro, 1958


AntologĂ­a, Buenos Aires, Losada, 1960



Besarse, mujer Besarse, mujer, al sol, es besarnos en toda la vida. Asciende los labios, elĂŠctricamente vibrantes de rayos, con todo el furor de un sol entre cuatro.

Besarse a la luna, mujer, es besarnos en toda la muerte: descienden los labios, con toda la luna pidiendo su ocaso, del labio de arriba, del labio de abajo, gastada y helada y en cuatro pedazos.


El niño yuntero

Carne de yugo, ha nacido más humillado que bello, con el cuello perseguido por el yugo para el cuello. Nace, como la herramienta, a los golpes destinado, de una tierra descontenta y un insatisfecho arado. Entre estiércol puro y vivo de vacas, trae a la vida un alma color de olivo vieja ya y encallecida. Empieza a vivir, y empieza a morir de punta a punta levantando la corteza de su madre con la yunta. Empieza a sentir, y siente la vida como una guerra y a dar fatigosamente en los huesos de la tierra.

Contar sus años no sabe, y ya sabe que el sudor es una corona grave de sal para el labrador. Trabaja, y mientras trabaja masculinamente serio, se unge de lluvia y se alhaja de carne de cementerio. A fuerza de golpes, fuerte, y a fuerza de sol, bruñido, con una ambición de muerte despedaza un pan reñido. Cada nuevo día es más raíz, menos criatura, que escucha bajo sus pies la voz de la sepultura. Y como raíz se hunde en la tierra lentamente para que la tierra inunde de paz y panes su frente.

Me duele este niño hambriento como una grandiosa espina, y su vivir ceniciento resuelve mi alma de encina. Lo veo arar los rastrojos, y devorar un mendrugo, y declarar con los ojos que por qué es carne de yugo. Me da su arado en el pecho, y su vida en la garganta, y sufro viendo el barbecho tan grande bajo su planta. ¿Quién salvará a este chiquillo menor que un grano de avena? ¿De dónde saldrá el martillo verdugo de esta cadena? Que salga del corazón de los hombres jornaleros, que antes de ser hombres son y han sido niños yunteros


Elegía a Ramón Sijé Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas, compañero del alma, tan temprano. Alimentando lluvias, caracolas y órganos mi dolor sin instrumento, a las desalentadas amapolas daré tu corazón por alimento. Tanto dolor se agrupa en mi costado que por doler me duele hasta el aliento. Un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible y homicida, un empujón brutal te ha derribado. No hay extensión más grande que mi herida, lloro mi desventura y sus conjuntos y siento más tu muerte que mi vida. Ando sobre rastrojos de difuntos, y sin calor de nadie y sin consuelo voy de mi corazón a mis asuntos. Temprano levantó la muerte el vuelo, temprano madrugó la madrugada, temprano estás rodando por el suelo. No perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta de piedras, rayos y hachas estridentes sedienta de catástrofes y hambrienta. Quiero escarbar la tierra con los dientes, quiero apartar la tierra parte a parte a dentelladas secas y calientes. Quiero minar la tierra hasta encontrarte y besarte la noble calavera y desamordazarte y regresarte. Volverás a mi huerto y a mi higuera: por los altos andamios de las flores pajareará tu alma colmenera de angelicales ceras y labores. Volverás al arrullo de las rejas de los enamorados labradores. Alegrarás la sombra de mis cejas, y tu sangre se irá a cada lado disputando tu novia y las abejas. Tu corazón, ya terciopelo ajado, llama a un campo de almendras espumosas mi avariciosa voz de enamorado. A las ladas almas de las rosas del almendro de nata te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero.


Nanas de la cebolla La cebolla es escarcha cerrada y pobre. Escarcha de tus días y de mis noches. Hambre y cebolla, hielo negro y escarcha grande y redonda.

Tu risa me hace libre, me pone alas. Soledades me quita, cárcel me arranca. Boca que vuela, corazón que en tus labios relampaguea.

Al octavo mes ríes con cinco azahares. Con cinco diminutas ferocidades. Con cinco dientes como cinco jazmines adolescentes.

En la cuna del hambre mi niño estaba. Con sangre de cebolla se amamantaba. Pero tu sangre, escarchada de azúcar cebolla y hambre.

Es tu risa la espada más victoriosa, vencedor de las flores y las alondras. Rival del sol. Porvenir de mis huesos y de mi amor.

Frontera de los besos serán mañana, cuando en la dentadura sientas un arma. Sientas un fuego correr dientes abajo buscando el centro.

Una mujer morena resuelta en lunas se derrama hilo a hilo sobre la cuna. Ríete niño que te traigo la luna cuando es preciso.

Desperté de ser niño: nunca despiertes. Triste llevo la boca: ríete siempre. Siempre en la cuna defendiendo la risa pluma por pluma.

Vuela niño en la doble luna del pecho: él, triste de cebolla, tú satisfecho. No te derrumbes. No sepas lo que pasa ni lo que ocurre.


CANCIÓN ÚLTIMA Pintada, no vacía: pintada está mi casa del color de las grandes pasiones y desgracias. Regresará del llanto adonde fue llevada con su desierta mesa con su ruidosa cama. Florecerán los besos sobre las almohadas. Y en torno de los cuerpos elevará la sábana su intensa enredadera nocturna, perfumada. El odio se amortigua detrás de la ventana. Será la garra suave. Dejadme la esperanza.

LLEGO CON TRES HERIDAS Llegó con tres heridas: la del amor, la de la muerte, la de la vida. Con tres heridas viene: la de la vida, la del amor, la de la muerte. Con tres heridas yo: la de la vida, la de la muerte, la del amor.


Para la libertad (Miguel Hernández - Joan Manuel Serrat) Para la libertad sangro, lucho y pervivo. Para la libertad, mis ojos y mis manos, como un árbol carnal, generoso y cautivo, doy a los cirujanos.

TRISTES GUERRAS Tristes guerras si no es amor la empresa. Tristes, tristes.

Para la libertad siento más corazones que arenas en mi pecho. Dan espumas mis venas y entro en los hospitales y entro en los algodones como en las azucenas.

Tristes armas si no son las palabras. Tristes, tristes.

Porque donde unas cuencas vacías amanezcan, ella pondrá dos piedras de futura mirada y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan en la carne talada.

Tristes hombres si no mueren de amores. Tristes, tristes.

Retoñarán aladas de savia sin otoño, reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida. Porque soy como el árbol talado, que retoño y aún tengo la vida.


ANDALUCES DE JAEN Andaluces de Jaén, aceituneros altivos, decidme en el alma: ¿quién, quién levantó los olivos? No los levantó la nada, ni el dinero, ni el señor, sino la tierra callada, el trabajo y el sudor. Unidos al agua pura y a los planetas unidos, los tres dieron la hermosura de los troncos retorcidos. Levántate, olivo cano, dijeron al pie del viento. Y el olivo alzó una mano poderosa de cimiento. Andaluces de Jaén, aceituneros altivos, decidme en el alma: ¿quién amamantó los olivos? Vuestra sangre, vuestra vida, no la del explotador que se enriqueció en la herida generosa del sudor.

No la del terrateniente que os sepultó en la pobreza, que os pisoteó la frente, que os redujo la cabeza. Árboles que vuestro afán consagró al centro del día eran principio de un pan que sólo el otro comía. ¡Cuántos siglos de aceituna, los pies y las manos presos, sol a sol y luna a luna, pesan sobre vuestros huesos! Andaluces de Jaén, aceituneros altivos, pregunta mi alma: ¿de quién, de quién son estos olivos? Jaén, levántate brava sobre tus piedras lunares, no vayas a ser esclava con todos tus olivares. Dentro de la claridad del aceite y sus aromas, indican tu libertad la libertad de tus lomas.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.