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El intento de reforma de la señora Bloomer En 1851, Amelia Bloomer llega a Europa con nuevas ideas sobre el vestido femenino: ideas para volverlo más racional pero no menos elegante. Se trataba de una versión simplificada del cuerpo de moda, una falda ancha que llegaba hasta las rodillas y unos pantalones holgados que cubrían hasta el tobillo. Este tímido intento de reforma causó un terrible revuelo, y se convirtió rápidamente en blanco de burlas. victoriareinayemperatriz.blogspot.com
Durante los primeros aĂąos, se consigue el efecto deseado sumando gran cantidad de enaguas, pero su peso llega a ser tal que se vuelve insoportable; asĂ pues, en 1856 son reemplazadas por la crinolina, es decir, unas enaguas con aros. Estos aros estaban hechos de acero flexible y podĂan ir cosidos a la misma enagua, o bien ser una pieza separada que colgaba de la cintura por medio de cintas. victoriareinayemperatriz.blogspot.com
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1860 1864 victoriareinayemperatriz.blogspot.com
1865
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VESTIDOS PARA MONTAR :en esta época se desarrolla una auténtica afición de las mujeres por la equitación, y en todas las revistas de se pueden encontrar ejemplos de trajes de montar. El vestido de montar tiene un aire masculino de cintura para arriba chaqueta entallada, sombrero de copa, cuello y corbata de hombre-, pero de cintura para abajo no puede ser menos práctico: un falda larga tan larga que casi toca el suelo cuando la amazona se encuentra a lomos del caballo. Podéis ver varios ejemplos aquí:
El peinado por excelencia de la época consiste en una raya partida, con los dos lados resultantes cubriendo las orejas, y un moño o rodete grande en la parte baja posterior de la cabeza; también se estilan los racimos de rizos a los dos lados de la cabeza, emulando la moda del siglo XVII. La capota se vuelve tan pequeña que deja a la vista el cabello en la parte delantera, y en la década de los 60, se adorna profusamente con cintas, encajes y lazos.