“Pienso, luego existo” - Descartes Darío Sztajnszrajber
Darío: Este curso tiene una particularidad, se llama “Filosofía en 8 frases”. Hemos tomado 8 frases, casi ninguna es literal, algo muy propio de la filosofía que es que a lo largo del tiempo se van como consolidando ideas y slogans o frases como si fuesen realmente originales y cuando uno hace un trabajo más filológico, de ir a las fuentes, se encuentra con que esas frases no están taxativamente así dichas. La más famosa de ellas que no vamos a trabajar es “Solo se que no se nada”, por ejemplo, que se le atribuye al Sócrates de Platón y en ningún lugar del texto está presente así. Para muchos de los que hacemos filosofía no es un problema, digamos, yo soy frasero, me parece que la frase tiene una motivación pedagógica importante que logra despertar una primer perplejidad como para empezar a ir desarrollando después ese concepto que se resume o se sintetiza en una idea que tiene la forma, por ser una frase, como de un impacto (martillazo) de generar como frase una atención especial. El tema es que no hay que quedarse con esa frase, no? es como quedarse con los títulos de los libros y pensar que en esa frase está resumido todo. La frase de hoy, es una de las frases mas remanidas de la filosofía: “Pienso, luego existo” y la forma en que se la ha interpretado realmente es muy diferente porque al ser una frase tan cortita, son 4 términos, está la coma que es fundamental; pienso, coma, luego existo, está traducida de distintos modos, en realidad el existo es ya toda una decisión, porque en latín no dice existo, sino dice sum que es soy, como que la traducción mas literal sería ”Pienso, luego soy” y no es lo mismo ser y existir, hay gente que se ha dedicado toda su vida a estudiar eso: la diferencia entre ser y existir y hay miles de libros escritos sobre el tema. Entonces son pequeñeces que, o le damos bolilla o no le damos bolilla pero que lo más importante para lo que pretendemos en el curso es entender que como frase con todos estos conflictos sin embargo marca algo, marca una manera de pensar. Y en filosofía hay mucho de frases. Cuando uno quiere estudiar filosofía siempre es como que se arraiga, se agarra de las frases: “Dios ha muerto” de Nietzsche, todo lo que se ha dicho y escrito sobre esta frase que la vamos a trabajar acá, todas las interpretaciones tan diversas entre si que se han hecho. Uno busca, cuando uno se inicia en la filosofía (hablo en general) muchas veces pretende ir a frases así cerradas más que a desarrollos analíticos. Yo soy al revés, yo soy de los que le gusta hacer filosofía a partir de, voy a usar una palabra que usaban mis alumnos del secundario; ellos me decían: “profe, la filosofía es chamuyo, básicamente, es hablar y hablar…” yo creo realmente en la capacidad de abrir ideas en la medida en que uno va repitiendo ciertos conceptos y va encontrando nueva formulación para que los conceptos abran novedades en relación a las ideas. Yo soy de los que piensan en que cuando uno escribe tiene que escribir lo que piensa, poner punto seguido y volver a escribir la misma idea con otras palabras. Uno dice “¿para que vas a repetir lo mismo?” No se repite lo mismo. La historia del pensamiento humano es volver a decir lo mismo con otras palabras. ¿Cuánto se abre cuando uno hace este ejercicio de volver a decir lo mismo con otras palabras? Como si realmente hubiese otra cosa en la historia de la cultura que nos cuente eso. Una relectura de las ideas que se van proponiendo a lo largo de la historia.
Las frases tienen esto, son como perchas de las que uno va colgando todas las ideas que de algún modo va desarrollando. Elegimos en este caso frases que no son hiperconocidas, algunas remiten a autores más famosos, otro no tan famosos, algunos los vamos a trabajar directamente. La de hoy va a estar más concentrada en la figura de Descartes. Para muchos de ustedes va a ser muy interesante conocer el pensamiento de Descartes en relación a la frase ya por qué de la frase. Pero hay otras frases que me van a servir más como disparadoras de otras ideas. Así que no busquen una coherencia en el tratamiento de las clases, o sea, no es que en todas las clases tomo una frase, el texto de donde sale, el autor, la ciudad del autor y luego la forma en que esta frase fue interpretada a lo largo de la historia. Eso sería un cuadro ideal de la manera como se podría trabajar en la facultad alrededor de un programa de este tipo. No es nuestra intensión, nuestra intensión es que las frases sean disparadoras de distintas ideas. Hoy vamos a darle mas bolilla a Descartes y lo que hay alrededor de la frase “Pienso, luego existo”. En latín la frase se escribe “Cogito, ergo sum”. Cogito; pienso Ergo; preposición que significa luego Sum; 1º persona del verbo ser Esta frase, esta idea está presente en un libro de Descartes que es el primer libro que escribe en la mitad de su desarrollo intelectual; “Las meditaciones Metafísicas”. Son seis meditaciones metafísicas, las seis vienen en un libro, cada meditación está dedicada a distintos temas y un tema que se repite todo el tiempo es la demostración de la existencia de Dios. Según Descartes puede estar demostrada la existencia de Dios racionalmente sin usar la Fe, no el esoterismo, ni el cuerpo ni nada de eso. Si no, a partir de un argumento lógico. Las demostraciones de la existencia de Dios son claves en “Las Meditaciones Metafísicas”. Podríamos decir que casi apunta a eso todo el escrito de Descartes. Pero al comienzo de su libro él llega a esta frase “Pienso, luego existo”, que es una frase puntual. Es a partir de esta conclusión a la que él llega que se puede empezar a entender su teoría. Hay muchas discusiones acerca de lo que significa la frase. La primera la acabo de generar yo diciendo que es una conclusión. Eso es discutible. Hagamos fenomenología, como dicen los filósofos. Vamos a lo que dice la frase: “Pienso, luego existo”, lo que se supone que está diciendo la frase es algo muy simple: parece que dice que el existir se deriva del pensar, o sea, pienso, entonces existo. Parece que dice por ese luego que está ahí haciendo de conector, en la medida que yo pienso entonces existo. Primero pienso, después existo. Esto genera una ilusión o una sensación que con Descartes se inicia de algún modo algo que se dice en todos lados, en todos los manuales y libros de filosofía dice que Descartes es el padre del racionalismo moderno. Y este racionalismo como teoría filosófica está presente en esta idea. Imagínense si es primero pensar y después existir, es un ultra racionalista porque parecería estar derivando el existir del pensar. Hay un problema con esta interpretación, que es la interpretación del sentido común. Es la interpretación de la lectura “solapa”, que es leer la solapa de un libro y después hablar como si hubiesen leído toda la obra. Es la interpretación más común, de esto está la derivación.
¿Con qué asociamos, no? Porque la repetimos todo el tiempo la frase “Pienso, luego existo”, estoy pensando, por eso existo. Hay una derivación lógica que es una figura muy propia de la lógica filosófica y sobre todo de la matemática, que es la deducción. Vamos a problematizar este sentido común, es como difícil si uno se pone a pensar un poco más derivar el existir del pensar. No sólo como derivo, si no que viene lo que a mí más me aturde, o lo que me genera problema, que es si primero pienso y después existo, es porque si pienso tengo que existir para pensar. En realidad quería decir “existo, pienso, entonces existo”. Pero ¿ese pienso está nadando en la estratosfera? Aunque esté nadando en la estratosfera ya es algo, es pienso es algo. Un pienso de este pienso existe; o sea, estoy pensando y por lo tanto existo debido a que existe lo que estoy pensando, y si estoy pesando estoy existiendo porque si no, no podría estar pensando. Este pensando existe, con lo cual hay una truchada ahí, en querer derivar el existir del pensar, salvo que digamos que el pensar no existe porque si derivo el existo del pienso entonces digo, pienso, que es algo que no existe y por lo tanto existo. Porque si digo de pienso que ya es algo, es porque tiene que ser algo para poder derivar de que existo, entonces el pienso existe, por lo cual esta formulación del sentido común se cae, no puede ser una derivación lógica y no lo es. No hay en ese luego, ese luego es medio rompe bolas, porque ese luego, ese ERGO connota deducción y Descartes es un pensador (Rene Descartes) más conocido por su nombre latino Cartesius. El adjetivo con el que no referimos a la obra de Descartes ha pasado a la historia no por descartino, si no, por cartesiano, porque deriva de su nombre latino. Gran filósofo y matemático. Todos conocemos o estudiamos en la secundaria los “ejes cartesianos”. El Cartesianismo es la filosofía de Descartes, un pensador fundador del racionalismo moderno, porque hay un racionalismo antiguo; Platón, Aristóteles, son pensadores racionales. Es el iniciador del racionalismo moderno y es un pensador al que los libros de filosofía, los manuales de filosofía, las lecturas oficiales de filosofía lo colocan como el primer pensador moderno, como que con él se produce un cambio. La filosofía era una cosa hasta Descartes y con él pasa a ser otra cosa. ¿Qué era la filosofía hasta Descartes? Era filosofía medieval y después de Descartes se pega un cambio. La filosofía medieval, todos ustedes intuyen, aun sin saber, es una filosofía profundamente cristiana o religiosa en un sentido amplio, pero fundamentalmente cristiana. Y entonces alguno debe estar pensando: “Pero como, ¿Descartes demuestra la existencia de Dios y estamos diciendo que él rompe con la filosofía medieval, si rompe con la filosofía medieval, para que demuestra la existencia de Dios?” Y si es el primer pensador moderno y es un racionalista, ¿para qué se mete con Dios? Un gran conflicto. También se dice que Descartes que es el primer pensador moderno y que su filosofía anterior es la filosofía medieval, pero él nace en 1956 y muere en 1650, con lo cual es un pensador que no vive en la bisagra entre la edad media y la edad moderna, no es Siglo XV, es Siglo XVII. Y poner al primer pensador moderno en el Siglo XVII es de algún modo entender una vez más como decía Heguel, que la filosofía siempre llega tarde, en el sentido de que Descartes está haciendo concepto los cambios materiales, sociales, económicos y técnicos que vienen ocurriendo en Europa hace ya 300 años. Pero hasta que se consolida una nueva forma de pensar pasó un tiempo.
Descartes es contemporáneo de Galileo, por ejemplo, juicio que él conoce y le impacta fuertemente y de algún modo muchos dicen que lo que él hace es como incidirlo. Mucho se dice de Descartes en relación a las pruebas de la existencia de Dios. Hay una teoría conspiracionista que dice que Descartes demuestra la existencia de Dios por miedo a la iglesia, pero que en realidad toda su filosofía puede sostenerse sin esa parte, es así o no es así. Respuesta mía que es una mera aproximación; yo creo que no hacen falta las pruebas de la existencia de Dios para que la filosofía de Descartes se sostenga no como se sostuvo, o sea, hubiese generado otras conclusiones de las que finalmente el cartesianismo alcanzó, pero no es un eje, no es puntal, para muchos sí. Lo más importante, por suerte después de Descartes muchos de sus seguidores hicieron lo que Descartes no hizo, que es exacerbar sus ideas e ir hacia una filosofía moderna mucho más radical, donde ya la figura de Dios queda afuera y dejada de lado. Pero mucho se habla de este Descartes que era un personaje de una familia muy pudiente, era ya como un primer intelectual de esta Francia del Siglo XVII donde empiezan a aparecer los primeros intelectuales autores. La idea de la autoría es una cosa bastante novedosa en la modernidad. Descartes es conocido, hay muchos autores que son reconocidos después de su muerte, el mismo Espinosa cobra más dimensión una vez que muere. Descartes publica en vida y es famoso, es contratado por Catalina de Suecia para ir a asesorarla. Descartes tenía esta estirpe de seductor bien típico del pensamiento de la vida del intelectual francés de esa época, muy de la aristocracia. Muere en 1650, conoce a Galileo, conoce la obra de Copérnico y es considerado el primer pensador moderno. Es así, no es así, es muy discutido. Nadie discute que sea el primer pensador moderno, lo que si se discute mucho es hasta qué punto lo que se le endilga como gran novedad. Porque ser el primer pensador moderno significa que el tipo cambió la manera de pensar. Lo que se le cuestiona a Descartes es que no es para tanto, si uno realmente indaga en la obra se da cuenta de que hay mucha más influencia en la filosofía que él dice que quiere descartar. Porque el se pelea con la filosofía previa. Sin embargo vamos a encontrar algún residuo bastante fuerte. Yo soy de los que piensa cuando hago filosofía que no existe la originalidad, que cualquier idea que uno crea no es más que la relectura de otras ideas, una mixturación de ideas varias, casi un pastiche, de mezclar lo que nadie ha mezclado hasta ahora. Descartes es exactamente el espíritu de todo lo contrario de lo que yo dije; para él hay que pensar en supuestos. La filosofía es la búsqueda del pensamiento sin supuestos. Hay que poder emanciparse de todos los condicionamientos de nuestra razón: del cuerpo, del deseo, de la historia, de la familia, del contexto en el que vivo porque se piensa con la razón y para Descartes la razón tiene autonomía, tiene cierta pureza. Como si pudiésemos quietarle a nuestra mente todo lo que la condiciona, la mente, la mente funcionará perfecto. El problema de nuestra mente es que está puesta en un cuerpo y en una historia y eso la condiciona. Pero Descartes cree realmente en nuestra mente, él sigue hablando del alma todavía, no en el sentido antiguo, pero sí entendiendo a la mente, a la conciencia como un alma, él cree que ese alma es de algún modo superior, no sólo al cuerpo, si no a los condicionamientos históricos que el hombre debe propender a que ese alma racional, a que esa mente funcione por sí sola, autónomamente sin ningún tipo de influencias
condicionantes. Por eso esta famosa frase de Descartes que es alcanzar una filosofía sin supuestos, empezar siempre de cero. Tenemos la capacidad de poder introspectarnos, de poder verdaderamente generar un acto de autoconciencia, remitirnos al funcionamiento autónomo de nuestra mente y ahí empezar a pensar las cosas. Como si la mente no estuviese siempre situada, vinculada, como si no fuese siempre una razón histórica o una razón cultural. Descartes es un pre-iluminista, piensen que la ilustración es del Siglo XVIII; él realmente piensa que el hombre es básicamente un ser dual, un alma y un cuerpo. Un alma racional y un cuerpo material. El alma puede alterarse, separarse, por eso es un dualista. ¿Qué es el dualismo? La idea que somos alma y cuerpo, que el alma y el cuerpo son dos sustancias separadas que tienen que unirse en algún lado. Descartes piensa que somos un dualismo; por un lado, actividad intelectual: mente, conciencia, y por el otro lado, cuerpo, generando una unidad que puede claramente separarse. El alma tiene que poder aislarse, distinguirse, sacarse de encima todos los condicionamientos materiales y corporales y entonces va a poder pensar por sí misma y alcanzar la certeza. Nuestra razón muchas veces no alcanza la certeza porque es molestada por lo corporal. En ese sentido podríamos decir que es como un platonismo moderno. No hay mucha diferencia, Platón no piensa muy distinto, hay otro camino, pero en Platón también está el dualismo, pasa q ahí hay una metafísica detrás que ahora en la modernidad de Descartes no está. Esto es básicamente una introducción. Para ver en qué lugar se sitúa Descartes, muy reconocido en su época. Muere muy joven, a los 54 años. El primer libro que escribió se publicó después de su muerte: “Las reglas para la dirección del espíritu”, su obra más conocida es “El Discurso del Método” y el libro por excelencia, que recomiendo enfáticamente que lean es “Las Meditaciones Metafísicas “. Vamos a trabajar “Las Meditaciones Metafísicas “, quiero que vean como llega Descartes a esta conclusión que no es conclusión, que es el “pienso, luego existo” y de ahí vamos a ir problematizando un poco la historia. Es muy linda la historia, es un libro escrito en 1º persona, hay que escribir filosofía en 1º persona, y no es una cuestión anecdótica. Muchos saben que yo pienso que la filosofía es antes que nada un género literario más que otra cosa, más para los que piensan que la filosofía es una especie de ciencia que tiene la capacidad de legitimar y justificar y explicar todo. La filosofía es una manera de escribir, es como la poesía. Una manera de articular palabras y generar preguntas que nos pueda hacer más feliz o angustiar más o menos, es una modalidad del pensamiento. Lamentablemente la historia de la filosofía ha ido por otro lado, los filósofos siempre se han creído como una especie de ostentadores de un acceso privilegiado a la verdad y han hecho de todo el resto de las disciplinas como algo secundario, como que la filosofía las tiene que justificar, las tiene que legitimar. Hablando de que la filosofía es un género literario, toma una posición bastante posmoderna, así se le dice, que es rebajarla, ponerla en el mismo plano de igualdad que cualquier otro género literario como el comic, son formas de encarar el sentido. Y la filosofía tiene su particularidad, por eso Uds. están acá, porque les gusta y se toman el tiempo y trabajo de pasar por una clase de filosofía, a otros les gusta ir al cine. O a nosotros nos gustan las dos cosas.
Descartes cree que alcanza la gran certeza absoluta en el universo. Todos los filósofos van por ese lado, esta forma de degradar o de debilitar la filosofía que yo encaro o que propongo tiene que ver más con la manera de pensar de nuestros tiempos y también es polémico. Entonces digo, escribe en 1º persona, no es el primero que escribe en 1º persona. En algún punto es deudor de un pensador con muchas polémicas porque se lo ha leído de maneras muy diversas que es Agustín de Hipona, conocido como San Agustín. Que tiene la carga de ser un filósofo cristiano. Es uno de los filósofos que más libros ha escrito. De todos los filósofos, si hiciéramos un ranking de quien fue el filósofo que más libros escribió en la historia de la filosofía San Agustín es uno de los primeros: San Agustín tiene un libro específico que se llama “Las Confesiones”, que es donde Agustín cuenta por qué se convirtió al Cristianismo. Lo cuenta en 1º persona, la 1º persona de Agustín al lado de la de Descartes, la de Descartes es mucho más llevadera, la de Agustín es propia de ese Siglo V donde el escribe lleno de loas a Dios y a Cristo y con toda una literatura mucho más aburrida. Escribir en 1º persona es toda una decisión, como les decía, retoma de Agustín, que está como mal leído porque se le pone el estigma de “filósofo cristiano” y que sólo habla de Dios. Pero no es así y mas “Las Confesiones” , donde acá él va contando por qué paso por todas las escuelas académicas, el estoicismo, el escepticismo, el maniqueísmo y llega finalmente a convencerse de que el Cristianismo es la verdad porque dudó de todo y porque no le fueron cerrando las distintas teorías. Lo escribe en 1º persona y ¿qué significa hacer filosofía en 1º persona? Las dos maneras de escribir filosofía que rompen con lo que es comúnmente el ensayo filosófico, es el diálogo, que lo encuentran en Platón, pero lo encuentran en Derridá, que tiene un montón de libros donde escribe en forma de diálogo y donde los diálogos son hasta impersonales. ¿Qué nos genera el diálogo? Lo más rico de la filosofía que es ese “logos” que circula. Uds. me están escuchando ideas filosóficas que hacen que de alguna manera puedan generarse internamente la apertura de otras ideas que uds. después dialogan con uds. mismos. El diálogo es eso, la filosofía es básicamente una circulación del saber. La otra manera interesante como género literario es la 1º persona, que también es un diálogo, esto es lo loco, porque es un diálogo de uno con uno. Cuando uno habla con uno habla con ese otro uno que es también uno, que es el otro que es uno, porque todos somos otro antes que uno y ese otro con el que uno dialoga es lo que va constituyendo el monólogo, o esa 1º persona, o esa búsqueda. Descartes emprende una búsqueda, como Agustín. ¿Contra quien se pelea? El establecimiento de ideas contra alguien, como una manera de diferenciarlo, de distinguirlo. Descartes se pelea contra la escolástica, se pelea contra una manera de hacer filosofía conocida tradicionalmente como la escolástica. La escolástica es una manera de hacer filosofía típica de la sabiduría cristiana medieval de la última etapa. No de Agustín, él no es un escolástico en el sentido tradicional. Por eso rescata de algún modo Descartes a Agustín y esa manera de escribir en 1º persona, es “pensá conmigo, yo voy pensando, te invito a que sigas mi recorrido. Eso es el libro de Descartes “Meditaciones Metafísicas”, “seguime, voy pensando”. Todo el libro de Descartes es “creo esto, dudo de esto, creo esto otro, dudo de esto otro” y uno es como que se mete en el cuerpo y en la mente de Descartes y va haciendo el mismo itinerario que él, eso es lo que tiene la 1º persona de interesante y de novedoso. Pero sobre todo, tiene una cuestión; la 1º persona coloca al ser pensante en el YO. Le da un lugar prominente, un lugar predominante al YO. ¿Qué es el YO, qué significa el YO? Ese YO que piensa, ese YO que pienso, luego existo. Ese YO ya está presente en la 1º persona. Tampoco es gratuito que alguien que escribe en 1º persona termine diciendo que “Pienso, luego existo”, es parte de ese mecanismo. La 1º persona pondera un YO que por algo está presente en el “Pienso, luego existo”. San Agustín anticipa el “Pienso,
luego existo”. En la obra de Agustín también está el “Pienso, luego existo”, está recubierto por su cristianismo. Descartes se pelea con la escolástica que es la manera típica de ejercitarse el conocimiento en el mundo medieval. Tiene una serie de rasgos o características propios de un pensamiento filosófico más bien religioso. Diríamos que hay cuatro características propias de la escolástica: una es la Fe, Descartes es un pensador contrario a la Fe, no admite que la Fe provee conocimiento. ¿Tiene Fe? Puede ser, pero no es una herramienta del saber. Una cosa en tener Fe y otra es que esta sea un método valido de conocimiento. Para Descartes a Fe no es un método valido de conocimiento. Pero como, no es que demuestra la existencia de Dios? Exactamente, en la Fe no hay demostraciones, la Fe excede la demostración racional. Descartes no cree en Dios, el demuestra que existe. El creer en Dios desde la Fe supone otro tipo de relación con el saber. Ahí va la segunda característica de la escolástica es la Autoridad. En la escolástica el saber está fundado en la autoridad; muchos conocerán el famoso dictum”lo dijo Aristóteles”, Aristóteles dixit, del latín. ¿Por qué es verdad tal idea? “Porque lo dijo Aristóteles” autoridad, si lo dijo, está bien. La autoridad es un valor por si mismo, es decir, valida el conocimiento por si mismo. Ninguno de uds. admitirían ningún saber porque si, porque lo dijo alguien, porque somos hijos de una modernidad mas bien racionalista como la cartesiana, que decimos, saber sin supuestos. O sea, la autoridad es un supuesto y estamos diciendo que el saber tiene que ser una producción autónomamente racional: “Tengo que llegar a mis conclusiones por mi mismo” y ese “mi mismo” no puede depender de ninguna autoridad, es lo contrario a cualquier autoridad. Ojo con creernos que es posible no depender de ninguna autoridad. Que interesante es empezar a visualizar cuan presente están algunas autoridades que no visualizamos, eso es muy interesante como práctica filosófica para nosotros. La ciencia es una autoridad muy fuerte hoy, la ciencia demuestra todo el tiempo sus hipótesis, con lo cual, nos ofrece casi neutral u objetivamente que compartamos el valor de sus afirmaciones. Hay alguna relación de autoridad o de delegación, de confianza hacia ese tipo de conocimientos. Nosotros somos muy empiristas, realmente confiamos en la autoridad de nuestros ojos, o sea, las cosas son porque las vemos. Decimos “mira la cortina marrón”, es una cortina, “me están viendo a mi…” y ustedes dicen “me doy cuenta por mi mismo”, bueno, pero hay una autoridad que es el poder de los ojos a los que nosotros delegamos en algún sentido cierta confianza. Que uno diga “no vas a comparar confiar en los ojos que confiar en Dios”. Si se compara porque en esa época y remitiéndome al juicio a Galileo, es famosa la imagen, el relato de cuando Galileo está en el juicio y el Cardenal Belarmino le dice a Galileo que todas sus ideas que iban en contra de la verdad entonces Galileo agarra el telescopio y le pide al cardenal que mire el cielo a través del telescopio y que de esa manera se daría cuenta de que todas sus teorías acerca del universo son reales, no tiene mas que observar, creer en sus ojos. El cardenal agarra el telescopio de lata y dos lentes que había hecho el mismo Galileo, en una mano, la Biblia en la otra, y le dice a Galileo: “¿usted me pide que le crea mas a este aparatejo que a la verdad de Dios que está escrita en su libro revelado?” Y se terminó el diálogo porque no hay consenso acerca del criterio de prueba. Nosotros creemos que a través de los ojos vemos todo tal como es, es en principio cuestionable. Ojo con la autoridad. En Descartes hay una crítica a la autoridad muy fuerte como si el pudiese valirse de esa autoridad. La tercer característica de la escolástica es la tradición, ésta es clave y es el valor contra el que mas se pelea el pensamiento moderno, que rompe todo el tiempo con la tradición o el pasado y establece sus ideas hacia el futuro. El pensamiento escolástico va para atrás. Obviamente la autoridad está siempre en el pasado y el conocimiento es un conocimiento que se transmite.
Tradición significa transmisión, “traditere” significa transmitir, de ahí viene tradición. Te va transmitiendo el conocimiento des de el pasado, esta puesta la mirada en el pasado, no en el futuro. El cuarto rasgo del conocimiento escolástico era un tipo de razonamiento muy famoso: los silogismos, es una figura hermosa pero es como jugar al scrabble, son formatos que en su momento se creyeron que eran una expresión del pensamiento humano pero que no nos dicen nada. El silogismo es una figura lógica en la que se supone que hay una cantidad de premisas de las cuales se deriva una conclusión. El silogismo mas famoso es el de tres preposiciones, dos premisas y una conclusión que dice: “todos los hombres son mortales, Sócrates es hombre, por lo tanto Sócrates es mortal”. Esto lo sistematiza Aristóteles, en su tratado sobre la lógica dice “todas las formas del pensamiento humano, todas las maneras que tiene el hombre de pensar pueden ser reducidas a 64 silogismos y hace una especie de reduccionismo, por ejemplo, “la columna no se cae”, él dice: “todas las columnas son objetos que se mantienen en pie, esta columna se mantiene en pie, por lo tanto esta columna no se cae”. Todo puede ser reducido a distintas formas de silogismos, no todos tienen la forma “todos”, “algunos”, también puede ser “ninguno- alguno”. El problema del silogismo es su premisa mayor que es como la justificas. Básicamente el silogismo es un tipo de ordenamiento del pensamiento lógico, pero no le pidan novedad y la modernidad es la época del culto de lo nuevo. Entonces Descartes dice: “gracias al silogismo por lo que le dio al hombre hasta ahora, vamos por otro tipo de pensamiento” y propone la duda. El hace básicamente de la duda su método. El gran método de Descartes es conocido como el “método de la duda” o “la duda metódica”. Con la duda Descartes cambia la manera de pensar, porque, para decirlo de algún modo, nosotros tenemos con nuestro pensamiento diferentes capacidades o facultades. No hay una misma manera de pensar, no es que todos pensamos igual. Pero no hablo de los contenidos, hablo de la forma, tratemos de diferenciar eso, todos pensamos cosas distintas, pero ¿pensar es siempre lo mismo? Formalmente ¿qué es pensar? Por ejemplo hay un pensamiento que es el pensamiento derivativo o deductivo, consecuencialista, eso es una manera de pensar. Razonar básicamente es conectar preposiciones, conectar enunciados, conectar oraciones: “si hace frío me voy a resfriar, si me resfrío no puedo dar clases; entonces si hace frío no puedo dar clases; entonces me pongo un pulóver, estoy razonando, lógicamente, a veces razonamos bien, a veces razonamos mal. Ese razonar es un razonar derivativo, es típico de dos disciplinas, la matemática y la lógica, que hacen eso, extraen conclusiones. Nosotros todo el tiempo concluimos. En la lógica uno puede concluir una verdad y que el razonamiento sea una pavada o al revés, el razonamiento puede funcionar bien y uno puede concluir cualquier cosa. La lógica es la ciencia de lo formal, el tema es razonar bien, después no importa si los contenidos son verdaderos o falsos. Es un amanera de pensar que tenemos nosotros, no es la única, se pretende la única. La lógica siempre ha sido en occidente omnipotente, imperialista, siempre quiso ser la única manera de pensar. Siempre nuestro pensamiento a lo largo de la historia se ha ido matematizando. Tenemos otra manera de pensar, por ejemplo imaginar, imaginamos con la conciencia, con la mente, una mente que está atravesada por lo material. Otra manera de pensar es cuestionar, cuestionar es molestar, tomar una idea y mostrar que siempre le puede encontrar una vuelta, tomar una idea y mostrar que la podemos desmontar, deconstruir, mostrar otra perspectiva de lo mismo, cuestionar, buscarle la vuelta. Rene Descartes es el gran inventor de la duda radical, el dice, “basta de la escolástica, basta de todo este pensamiento que llegó hasta nosotros, yo reafirmo mi vocación con la vocación típica de la filosofía” a eso no renuncia él, que es alcanzar la verdad. Para Descartes alcanzar la verdad es alcanzar una certeza, verdad y certeza no es lo mismo, la verdad tiene algo mas objetivo que la certeza, la certeza tiene algo mas subjetivo puesto en juego.
“¿Si dudo de todo, como voy a alcanzar una verdad?”, ese es el esquema cartesiano. “Dudo de todo y no hago otra cosa que eso, cuestionar. Si algo resiste todo mi impulso cuestionador, ahí hay una verdad, pero no me dedico a buscar a la vedad, la verdad no está ahí en frente y puedo ir hacia ella. La verdad siempre se me oculta, siempre me presentan las cosas diferentes a lo que son, siempre hay intereses. Pero yo tengo el poder de la deuda, entonces cuestiono, destruyo todo, porque tengo la capacidad de destruir todo con la razón. Si algo queda en pie, encontré una verdad. Descartes hace este camino, destruye todo y encuentra una verdad; “pienso, luego existo”. Esa es toda su filosofía, parecido a Marx en esto: hay un Descartes destructivo y uno constructivo. Hay un Descartes que destruye el mundo y una vez que lo destruye encuentra una primera verdad y después reconstruye el mundo a partir de esa primera verdad. Los anarquistas como nosotros amamos al Descartes Destructivo y nos molesta el Descares constructivo. En Descartes están claras estas dos facetas, está claro el esquema, cómo va destruyendo y llega a una primer verdad y a partir de ahí reconstruye todo. Vamos a dudar de todo, dice Descartes, por eso me peleo con la escolástica. Todo lo que mi mente alcance como argumento para cuestionar, vale. Si aquellas verdades que se me presentan las puedo cuestionar las descarto, les quito veracidad. “Hagamos el camino” dice Descartes. ¿Cuáles son las primeras verdades en las que yo naturalmente primero me aferro y creo? Yo les pregunto a ustedes: ¿En qué confiamos antes que nada para establecer verdades? En los sentidos. Porque es nuestra primer relación más inmediata con la verdad, o sea que me están escuchando, eso es verdad, me están viendo, eso es una verdad, los sentidos nos proveen una primera verdad. Ahora, ¿cuál es el método que yo elegí para validar el conocimiento? La duda. ¿Puedo poner en duda el conocimiento que me brindan los sentidos? acá Descartes es enfático, dice: “si encuentro un argumento con el cual puedo poner en cuestionamiento que los sentidos me proveen un conocimiento cierto, entonces los sentidos ya no me sirven, porque si una vez me engañan ya no puedo distinguir cuando me engañan y cuando no. Hace esta comparación: i un amigo alguna vez te traicionó, nunca mas confías en el. La lógica que está manejando Descartes estar buscando un conocimiento cierto, entonces es cierto que si uno no puede establecer el 100% de los casos con cierta veracidad no puede confiar en esa herramienta de conocimiento.”¿Me engañaron los sentidos alguna vez?, si”, dice Descartes. Típico ejemplo cartesiano: Muchas veces he puesto un remo en el agua y lo he visto quebrar, mis ojos me están engañando. Entonces Descartes descarta los sentidos y todo lo que viene con ellos, fundamentalmente algo pequeño que es el cuerpo. Dice Descartes: “de lo que no puedo dudar es de que estoy sentado aquí, junto al fuego con una bata escribiendo estas palabras”. Es decir, puedo dudar de los sentidos, pero de lo que no podemos dudar es de la evidencia del aquí y ahora. Puedo cuestionar el aquí y ahora. Descartes dice: “muchas veces mientras estaba aquí sentado junto al fuego con un bata escribiendo estas palabras y estaba durmiendo y cuando sueño creo que estoy vivenciando el aquí y ahora”. Estoy soñando, estoy durmiendo tirado en la cama. Si estoy en el interior del sueño y creo mientras sueño que lo que estoy viviendo es la vigilia no lo puedo distinguir. Muchas veces estoy soñando y me sueño a mi mismo que estoy soñando algo, pero seguís adentro del sueño. Descartes dice que el argumento del sueño es letal, dice: “yo no puedo saber si esto que me está sucediendo ahora es real o es un sueño” y agrega “me engañen lo sentidos o no, sea este un sueño o no, no me importa, porque hay algo de lo que no puedo dudar es que sea un sueño o no, me engañen los sentidos o no, hay ciertos principios lógicos que son irrebatibles, por ejemplo, el principio de no contradicción”. Porque aunque este sea el sueño más monstruoso en el que me toco estar, las leyes de la lógica están siempre presentes. Hay cierta lógica inmanente que se
repite, sea o no un sueño. Descartes dice: “ya está, encontré la certeza que estaba buscando: la lógica, la matemática; los principios elementales de la lógica y la matemática. Descartes dice: “también puedo dudar de los principios de la lógica”. ¿Cómo? Inventa un tipo de argumento bastante interesante que se llama “la hipótesis del genio maligno”. Él dice: “¿podemos imaginarnos el engaño absoluto, podemos imaginarnos que alguien nos está engañando de tal modo y con tanta radicalidad que todo aquello que nosotros creamos que es verdadero en realidad no lo es?”. “¿Puedo imaginarme estar absolutamente equivocado?”. Es un argumento, puede no convencernos “¿que todo aquello que yo pienso está completamente equivocado?”. No se trata de ver una pared y que no sea una pared, en eso sí me puedo equivocar, puedo interpretarlo distinto. Pero hablo de cosas mas profundas, ¿puede ser que toda la lógica haya sido un error? ¿Puede ser que toda la lógica no tenga que ver con la realidad, si no que sea una construcción? No estoy hablando de “The Truman Show” a quien le inventaron un mundo irreal, estoy hablando de un engaño mucho más profundo, que es que las formas de las cosas no sean la forma de las cosas que nosotros creemos que sean las formas de las cosas. Estoy hablando de que tal vez la tridimensionalidad no es la forma geométrica de nuestro espacio. Estoy hablando de que tal vez este aire que oficia de medio entre ustedes y yo en realidad puede estar lleno de demonios que se están riendo de nosotros. Pero que nada es como pensamos que es, no es algo concreto, si no “el algo”. ¿Puedo cuestionar todo con tanta radicalidad? Pero cuestionarlo al máximo. ¿Las leyes de la lógica pueden no ser ciertas? Potencialmente pueden no ser ciertas. Hay todavía una verdad, de todo puedo dudar, podemos tomar una postura escéptica, en el fondo todo es cuestionable, si todo es cuestionable mejor guardar silencio. A Descartes se lo conoce como la duda cartesiana, se diferencia de la duda escéptica porque la duda cartesiana alcanza una respuesta y el argumento. Descartes dice: Me engañen los sentidos o no, sea esto un sueño o no, me esté engañando el genio maligno o no hay algo de lo que no puedo dudar, es que estoy dudando. Pero tal vez el genio maligno te está haciendo creer que estas dudando y en realidad no estas dudando. Ok, pero de lo que no puedo dudar es de que eso que el genio maligno me hace creer que es la duda lo que estoy ejerciendo. SI dudo pienso y si pienso existo, dice Descartes que es al revés de lo que venimos diciendo. De lo que no puedo dudar es que estoy pensando. Si estoy dudando, estoy pensando porque dudar en una forma de pensar y si estoy pensando, eso que estoy pensando existe; entonces algo existe, hay una cosa por lo menos que existe, aunque sea mentira, aunque sea un gran engaño del genio maligno, aunque todo esté patas para arriba, algo hay. ¿Qué hay? Que existo en tanto pienso, ¿pero eso significa que si dejo de pensar dejo de existir? No, no es que existo porque pienso, otro error. Si no que como llego a la conclusión, me doy cuenta que estoy dudando. Estar dudando es una forma de pensar, entonces yo pensando existo, y eso es una verdad: “cogito, ergo sum”. Esta es la verdad, la única verdad de la que parto. O sea, ¿cuál es el fundamento último de todas las cosas? Que yo existo, yo existo porque estoy pensando, por eso existo. No es que existo porque estoy pensando, si no le estar pensando me hace darme cuenta de que estoy existiendo en tanto ser pensante. Como puedo pensar me doy cuenta que existo porque si no existiese nadie pensaría. Pero yo se que yo existo porque yo estoy pensando. No se si él existe, él puede ser un sueño, todo esto puede ser un sueño. La única certeza que tengo es mi propia existencia; individualismo moderno, no estamos lejos. El YO se vuelve la prioridad epistemológica. Lo único que puedo fundamentar con certeza y verdad es la existencia de mi propio YO y la existencia de mi propio YO en tanto ejerza el pensamiento. En realidad lo que existe es el “yo pienso” porque tampoco llegué a la conclusión de que entonces lo único que existe es la razón humana, ¿qué razón humana? Mi
razón humana porque el camino que hice lo hice yo con mi pensamiento. No me puedo salir de la intimidad de mí pensar. Todo lo que yo digo, lo digo desde mi YO y mi YO no puede salirse de sí mismo. Yo no puedo demostrar que ellos están operando como opero yo con mi razón. Estoy condenado a mi YO, pero mi YO seguro es cierto. ¿Qué es YO, mi mano?, no, ¿es el cerebro? No. La mente, la conciencia, ese fluir de pensamientos, eso existe. Descartes dice: “ni siquiera puedo afirmar que entonces la certeza a la que alcancé es el pensamiento, porque eso es sustantivarlo. La certeza que alcancé es el yo pienso”, está mal gramaticalmente; el COGITO, Descartes llega a la conclusión de que la primer verdad es el COGITO, que en Latín es como el pienso, está faltando el YO. Cogito, ergo sum. Ese yo pienso es el fundamento primero de todas las cosas. Ese cogito no es una cosa, es un fluir del pensamiento, y Descartes hace un juego muy criticado que dice: “llegué a la conclusión de que yo pienso y ¿qué significa yo pienso, qué es esta cosa que pienso?, empieza a describir lo que es esa cosa que piensa. Entonces todos los críticos dicen “¿por qué utiliza la palabra cosa, no era un saber sin supuestos?”. Te bancamos a que llegaste a que yo pienso es el fundamento de todo, ahora decir que yo pienso es una cosa que piensa ya es partir de una idea de cosa, y la idea de cosa ya estructura la realidad de una manera, cosifica la realidad de una manera. Descartes lo que hace es meter por la ventana la palabra cosa, mete el concepto por la ventana, sin justificación, esa cosa no tiene lógica. Todo el pensamiento constructivo cartesiano se basa en la existencia de la cosa que piensa y entonces y entonces se produce lo que se llama el substancialismo cartesiano: que somos un dualismo, somos al mismo tiempo una cosa que piensa y una cosa extensa o sea, con cuerpo, que él después va a reconstruir. Llegué a la gran verdad: el YO, no puedo salir de mi YO, estoy yo con mi ego, ¿qué hace una cosa que piensa? piensa; ¿cómo se llama el producto de lo que pienso? Ideas. Esta cosa que piensa, que es lo único que existe con verdad, ahora puedo ir reconstruyendo el mundo. Esta cosa que piensa tiene ideas, tiene por ejemplo la idea de columna; eso significa que para mi YO la columna existe en tanto columna, subjetivación absoluta del conocimiento. Yo no puedo afirmar que la columna existe, yo lo que puedo afirmar es que la columna es una idea de mi mente. Ahora, ¿se corresponde la idea de mi mente con lo que hay en la realidad? No tengo idea, tengo que poder demostrarlo, yo se que lo que hay es que soy YO pesando y todo lo que yo pienso es todo lo que me rodea. Pero si yo tuviese que justificar y miro este aula y tengo que decidir entre estas dos opciones: ¿todo lo que está en el aula está en el aula con independencia mía, o todo lo que está en el aula, está en el aula y es lo que es en la medida en que yo lo pienso como es? Descartes toma a segunda postura, ¿cómo hago para salirme de mi mismo y alcanzar la realidad? No puedo. ¿Cómo salgo de lo que llamamos el “problema del solipsismo”? Del latín solus ipse. ¿Qué es el solipsismo? Es algo que nos pasaba a muchos de nosotros cuando éramos chico, que es que creíamos que sólo existíamos nosotros, creer que todo está construido por uno. ¿Cómo resuelvo el solipsismo? Entre todas las ideas que tengo yo en mi mente, tengo la idea de triángulo, tengo la idea de justicia, tengo la idea de Dios. ¿Qué es Dios? Es el ser supremo, el ser superior mas concebible por mi, el ser mas perfecto que puedo pensar. Descartes se pregunta:” ¿de dónde salió la idea de Dios que vos tenes? ¿Podes pensar lo que significa un Dios?” Si, la perfección. ¿Podes pensar la perfección? Si, puedo pensar el absoluto, puedo pensar la totalidad. ¿Puedo pensar a Dios, puedo pensar lo ilimitado? Si”, dice Descartes. ¿No soy YO el creador de las ideas que tengo? ¿Y YO no soy un ser imperfecto, finito e ilimitado? Si. Dice Descartes: “¿Cómo puede lo imperfecto tener una idea perfecta? ¿Cómo puede lo finito tener una idea infinita? ¿Cómo puedo YO que soy en ser limitado tener la idea de lo ilimitado? Yo no
puedo producir esa idea. Porque todo lo que yo puedo crear, es solamente aquello que corresponde con mi propia realidad. Mi realidad imperfecta, de lo imperfecto sólo se derivan cosas imperfectas. Lo imperfecto no puede crear a lo perfecto, porque lo perfecto lo desborda. ¿Cómo hago yo para crear la idea de Dios? No puedo, pero la tengo la idea de Dios. ¿De dónde sale la idea de Dios si yo no puedo ser su creador? De Dios. Alguien que no soy yo, superior a mi, con mas realidad que yo, con mas perfección que yo tuvo que ser el creador de la idea que yo tengo, porque yo por mi mismo no la pude haber generado. Truchísimo, pero contundente al mismo tiempo. Ahí se vislumbra la falacia, en algún punto es convincente el argumento. Por lo tanto Dios existe, ¿por qué existe? Porque yo llevo su huella, yo soy la prueba teniendo la idea de Dios de que esa idea fue generada por alguien superior a mí, se puede llamar Cristo, Dios, Abel, Mahoma, etc. no importa, pero hay un absoluto. Descartes llega a esa conclusión y entonces dice: “Dios existe” y entonces como Dios existe y Dios, demuestra Descartes, entre otras características es omnipotente, omnisciente y soberanamente bueno, Dios no me puede engañar o no me pudo haber hecho un ser desde el engaño. Entonces dice, si yo estoy viendo y tengo la idea de esa columna, entonces eso que yo pienso es una columna”. Dios le gana al genio maligno, porque es Dios, si yo demuestro la existencia de Dios la hipótesis del genio maligno no tiene sentido. Entonces no puede pasar que se me engañe de esa manera, la ley de no contradicción es válida, Dios es la garantía de que yo puedo salirme de mi YO y todas las ideas que yo tengo se corresponden con la realidad. Descartes reconstruyó el mundo, primero lo desestabilizó, lo destruyó. Llegamos al punto último y únicamente valido que es el yo pienso y a partir de ahí reconstruye, pero no reconstruye algo diferente, reconstruye lo mismo que destruyó pero con fundamento. Esa es la gran diferencia entre un dogmático y alguien que argumenta. Llegó la idea de que Dios existe, porque al tener la idea de Dios en la mente de uno y ser Dios algo perfecto es imposible que la mente que es imperfecta haya generado una idea perfecta. Por lo tanto si uno tiene la idea de Dios en su cabeza, esa idea de Dios no es producto de uno alguien la colocó en nuestra mente, alguien superior a uno. Crítica a la postura de Descartes: la idea de Dios que es la idea de lo perfecto que yo tengo es una idea imperfecta de lo perfecto. O sea, yo tengo la idea de Dios, pero como van a decir después todos los grandes teólogos de la otredad divina, todo lo que yo diga, piense o sienta de Dios, no es Dios. Dios siempre es exceso a todo lo que yo pueda captar, Dios es lo totalmente otro. O sea que la idea de perfección que yo tengo es una idea imperfecta de la perfección. La idea de Dios que yo tengo es una idea humana de Dios, no es Dios, es una idea rebajada, imperfecta, por lo tanto se cae el argumento. Descartes hace una truchada que es confundir forma y contenido. Porque la idea de Dios que yo tengo no es una idea divina, es una idea humana de Dios, esta es la crítica que hace Kant a Descartes, y por lo tanto somos todos imperfectos y todas las ideas que tenemos son imperfectas incluyendo la idea de perfección que tenemos que también es imperfecta. Entonces el camino que va a proseguir la filosofía va a ser un camino de cada vez mayor abandono de la perfección, de cada vez mayor asentamiento de la imperfección. Pregunta del público: ¿Cómo podemos comprobar que somos imperfectos? Darío: Podemos comprobar que somos imperfectos en la medida en que definamos imperfección como algo que empieza y termina y definamos perfección como algo que ni empieza ni termina. Es todo un supuesto, es suponer la perfección como un ser que nunca puede dejar de ser. Pregunta del público: Cuando hablabas de cómo Descartes llega a esa conclusión, hablabas de infinito y de finito y de perfección e imperfección, teniendo en cuenta todo lo que el puede
percibir en ese momento es sólo a partir de su experiencia, ¿cómo puede él tener experiencia de decir si es finito o no si no murió nunca? Darío: Porque el entiende la finitud en términos de limitaciones, porque la clave de la finitud es morirse, todos sabemos que nos vamos a morir. Sabemos que todo lo que nos rodea muere, cuando nos muramos, tampoco lo vamos a saber.