Un nuevo camino: “del sótano a la calle” 2011 En lo largo de nuestra vida vamos aprendiendo y reconociendo caminos y los recorremos de forma ru tinaria durante variado tiempo. Esto nos hace, quizás de forma virtual, sentir una confianza cada vez mayor relativam ente a las veces que lo recorremos. Si esta ru tina continua llegamos a reconocer detalles, formas, luces y cositas puntuales que siempre estarán ahí puesto que cada vez que pasamos la volvemos a ver una y otra vez. También sucede con la gente que nos encontramos en ese camino, solemos verlas tan rutinariamente que empezamos con un simple “Hola” o “Adiós”, seguimos con un tímido “Hace frío!” o “Mucho calor hoy” hasta llegar a frenar nuestro paso y preguntar por su persona como ejemplo “¿Cómo ha sido su día? ¿Tú familia bien? Eso es lo que llamo un a confianza rutinaria donde aprendemos sobre la repetición y nos ens eña a dar el paso a paso, sobre relaciones sociales. Así como nosotros aprendemos un camino rutinario nuestras emociones tam bién lo hacen. Si duran te un tiempo solo nos guardamos las emociones, las limitamos, las camuflamos en simples palabras les estamos enseñando a ir al sótano, i ndefectiblemente aprenderán ese camino todas las emociones llegando nosotros a ser incapaces de exteriorizarlas. El camino al sótano es una larga lucha en el plano inconciente cuando entramos en edades de los primeros vuelos. En es ta etapa no tenemos caminos que seguir o un plano de ¿cómo salir¿, más bien, vamos dejando las primeras huellas. Las señales vienen de tantas for mas que dejamos de pres tarle atención y seguimos nuestro ins tinto enseñando a las emociones a salir o encerrarse tan profundo que se pierden entre sueño y sueño, bajo un manto de virtual confianza. Nuestro sótano por más oscuro que sea siempre llegará el d ía donde ya no quepan sentimientos y emociones. Se colmará de tal forma que se mezclaran las risas con las lágrimas, los gritos con los silencios peor aún se mezclaran los grises con los “sesirg” 1. Cuando somos incapaces de reconocer o diferenciar lo s sentimientos que nos suceden es hora de: enseñar un nuevo camino del sótano a la calle. Las más dóciles al cambio son aquellas como la alegría, el amor, la risa, ternura, etc. El amor en su excelencia es el sentimiento más rebelde siendo este su propio amo y e sclavo, nos toma por sorpresa y nos traiciona dibujando ese destello en nuestros ojos, palpitaciones súper aceleradas, un pulso incontrolable e infinidades de form as de exteriorizarse . El amor por más fuerte que sea no tendrá efecto si jamás pisamos el esc alón que nos lleva a la calle, digamos fuera de nosotros mismos; o jamás nos animamos a abrir nuestra puerta. El amor es como un as de luz que intenta escapar por cada hendija que exista, se hará notar por más oscuro que sea… si existe ahí se verá.
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Sesirg: es la escritura inversa de “grises” haciendo referencia a los sentimientos y emociones opuestas entre sí.
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Un nuevo camino: “del sótano a la calle” 2011 Nosotros debemos enseñar ese nuevo camino y romper con la rutina del sótano, primero debemos dejar salir los más rebeldes hasta llegar a los sentimientos y emociones más personales que forman parte de nuestro ser. Un beso repentino, una sonrisa que se convierte e n carcajada, un “te quiero” sin motivo o un abrazo fuerte en silencio son los primero cambios que daremos y empezaremos a marcar. Como dije antes la rutina es parte fundamental de este emprendimiento mientras repitamos esto más rápido será el aprendizaje. La alegría es rebelde , pero tímida, sabrá encontrar las huellas que quedaron y emprender su camino hacia afuera. Y así como este sentimiento los demás irán aprendiendo el nuevo camino. Es así que los sentimientos positivos 2 serán los más fáciles de iniciar este nuevo camino, dejando como trabajo dificul toso el despejar el sótano de aquellos sentimientos que se encuentran pegados al fondo, que no han visto la luz por mucho tiempo. Los sentimientos más fuertes como el dolor, requieren de una rutina celosa que nos anime a encontrar espacio y tiempo para librarnos de él. Pensemos que si durante años no hemos llorado ni una lágrima real necesitaremos de esa confianza plena. Si bien este sentimiento es el más arraigado a nuestra costumbre o enseñanza emocional q ue forjamos en la niñez y adolescencia; la edad condiciona al cambio pero si lo hace la seguridad. En la vida aprendemos y recorremos muchos caminos emocionales, debemos sortear innumerables obstáculos pero el reconocerlos individualmente nos ayudará a pro fundizarlos o más bien a librarnos rápidamente de ellos. “La rutina es nuestra confianza virtual; Convertirla en realidad es nuestro trabajo” Gastón Rouge ©2011
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Sentimientos positivos: hace referencia a esos sentimientos en los que estamos de acuerdo al sentirlos, también conocidos como los sentimientos donde nuestro nivel de confianza se incrementa.
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