EXOD O EL MISMO TESTIMONIO, UNA VERSIÓN DIFERENTE
ROY URREGO
“Y conocereis la verdad, y la verdad os hará libres.” –Juan 8:32
ÉXOD O El Libro del Éxodo en Rima Poética Por Roy Urrego Este escrito ha sido elaborado originalmente con la única intención de promover la Palabra de Dios, motivando de manera amena y recreacional la lectura bíblica y, de ninguna manera, para cambiar su contenido o re-editar la Biblia. Para este único fín he ultilizado las versiones Reina-Valera, 1960,1 la Biblia de las Américas,2 Reina Valera Antigua3 y Nueva Versión Internacional4. –El Escritor. 1 2 3 4
Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. La Biblia de las Americas © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation La versión Reina-Valera Antigua fue la primera en traducirse y publicarse, en1569 por Casiodoro de Reina, Santa Biblia, Nueva Versión Internacional® NVI® © 1999, 2015 por Biblica, Inc.®
1 Aflicción de los Israelitas en Egipto En total fueron setenta los que a Jacob le nacieron. Murió José, sus hermanos, toda la generación, y los hijos de Israel fructificaron, y fueron fortalecidos de modo, que llenaron la nación. Entretanto, allá en Egipto, nuevo rey se levantó. Nunca conoció a José y así se dirigió al pueblo: “He aquí, el pueblo de Israel, en extremo aumentó. Seremos sabios con él y haremos algún arreglo. Si se presenta una guerra, a nosotros se enfrentó.” Comisarios de tributos los molestaron con cargas y aumentaron su trabajo por orden del Faraón, haciendo barro y ladrillo y sus vidas más amargas, y ordenando a las parteras dar muerte al hijo varón.
Por temor a Dios no hicieron como el rey dijo al momento, y respondieron al hecho de no hacer como el rey dijo: “Las hebreas son robustas. Dan a luz antes del tiempo.” Y se agradó Dios en ellas y al pueblo aún más lo bendijo. Faraón ordenó entonces, que por mandato real, fueran echados al rio todos los hijos varones y que la vida a las niñas se debía preservar.
2 Nacimiento de Moisés En familia de Leví, un varón tomó mujer quien era hija de Leví, y dió a luz un hermoso hijo. Por tres meses lo ocultó y más no lo pudo hacer, y fue así que en una arquilla, a él lo puso y lo bendijo y allí a la orilla del río lo dejó al atardecer. Su hermana observó de lejos a ver qué acontecería. La hija del Faraón, descendió al río a lavarse, y al ver en el carrizal la arquilla que se mecía, hizo que una de sus criadas de inmediato la tomase. Cuando la abrió y vió al niño, quien lloraba intensamente, asumió que un niño hebreo con seguridad sería. “Con una nodriza hebrea, su crianza es más conveniente.” –Dijo a la mujer su hemana, sugiriendo lo que haría.– La hija del Faraón aceptó lo que le dijo. La doncella de inmediato llamó la madre del niño. Al volver, dijo a la madre: “Críamelo como a tu hijo.” Creció el niño y con la hija, del Faraón ella fue. Vino a ser entonces su hijo, y ella le llamó ‘Moisés’, porque dijo: “Ese es su nombre. De las aguas lo saqué.”
Moisés huye de Egipto Moisés ya estaba crecido, cuando le tocó observar, cómo un egipcio golpeaba a un hebreo en el trabajo. Entonces tomó al egipcio a quien decidió matar: lo escondió allí entre la arena y lo tapó con cascajo.
Saliendo al siguiente día, cual acostumbraba allí, vió dos hebreos riñendo como lo hacían los otros. “¿Por qué golpeas a tu prójimo?” –Preguntó al que hacía así. El respondió: “Quien te ha puesto, por juez aquí entre nosotros? ¿Como mataste al egipcio, hoy me matarás a mí?” Moisés comprendió entonces haber sido descubierto. Faraón supo del hecho y buscó cómo matarle, mas él huyó hasta Madián y fue a habitar al desierto. Sentado estaba ante el pozo cuando llegaron las hijas del sacerdote a buscar, agua para sus ovejas, mas los pastores vinieron y tiraron sus vasijas, las echaron del lugar y no escucharon sus quejas. Moisés se levantó, defendiendo a las mujeres; Desafiando a los pastores, dió a beber a las ovejas. Reuel su padre esperaba cuando a casa regresaron: “¿Por qué volvisteis tan pronto?” A lo que una respondió: “De mano de los pastores quienes de allí nos echaron, nos defendió aquel egipcio, y agua a las ovejas dió.” “¿Donde está? –Dijo Reuel. Hacedle venir de afuera.” Moisés vino y convino, en morar con el varón. Su hija Séfora le dió por mujer y compañera, y ella le dió a luz un hijo, a quien él llamá Gersón. Ya después de muchos dias, el rey de Egipto se muere, y los hijos de Israel por la servidumbre gimen. Claman a Dios quien escucha el clamor que a El le mueve. Viendo al pueblo de Israel y la forma en que lo oprimen, lo reconoce y recuerda, el pacto hecho al que se debe.
3 Llamamiento de Moisés De su suegro, las ovejas, Moisés las apacentaba, siendo Jetro sacerdote de Madián en la nación, y así, a través del desierto, y cuando hasta Horeb llegaba, una zarza ardiendo en fuego llamó toda su atención. El Angel de Jehová se le apareció a Moisés: La zarza no se quemaba a pesar de estar ardiendo. Entonces dijo: “¡La zarza, ha causado mi interés! Iré a ver que es lo que pasa o qué le está sucediendo.” Viendo Jehová que iba a ver, de entre la zarza le llama: “¡No te acerques, Moisés! Quita de tí tu calzado, porque este lugar que pisas, tierra santa se reclama. Yo soy el Dios de tu padre y con Abraham lo he estado. Dios de Isaac y Jacob. Soy Yo quien ahora te llama.” Con miedo a mirar a Dios, Moisés se voltió asustado. “Mi pueblo que está en Egipto, –dijo Jehová–, Yo lo he visto. Su aflicción me es conocida y su clamor he escuchado, y para librarlos de ellos descendí y ahora estoy listo. “Voy a sacarlos de allí, a una tierra ancha y buena, abundante en lecha y miel; al lugar del cananeo, del heteo, el amorreo, donde hay abundancia plena, del ferezeo, el heveo y tambien del jebuseo. “Ya vi como los oprimen. Su clamor a mí ha llegado. Por tanto, con Faraón, ahora irás. Yo te enviaré, para que saques los hijos de Israel que me ha llamado.” “¿Quién soy yo? –dijo Moisés,– Yo no sé ni lo que haré.”
El le respondió: “Tu vé, porque yo estaré contigo. Por señal de que te he enviado, a este monte volverás una vez ya liberado mi pueblo del enemigo. Y cuando salgas de egipto, a mí aquí me servirás.” “A los hijos de Israel, –le dijo a Dios Moisés,– diré que el Dios de sus padres me envió para hablarle a ellos; pero si unos preguntasen el nombre con interés, ¿quién puedo decirle que eres? ¿Qué respuesta doy a aquellos?” “A los hijos de Israel, –dijo Dios,– les hablarás: YO SOY me ha enviado a vosotros. Con vuestros padres he estado. Dios de Abraham, de Isaac, Dios de Jacob, les dirás. YO SOY EL QUE SOY, por siglos, y así seré recordado. “Ve y reune a los ancianos de mi pueblo, de Israel. Yo he visto su sufrimiento, aflicciones y ajetreo. Diles que los llevaré a tierra de leche y miel, a tierra del cananeo, amorreo, y jebuseo. “Oirán tu voz los ancianos, y el rey de Egipto por cierto: ‘Jehová de los hebreos nos ha encontrado, e iremos, para ofrecer sacrificio, a Dios camino al desierto.’ Mas el rey negará hacerlo, porque ya lo conocemos. “Pero yo heriré a Egipto, al rey y a los principales, y cuando salgais de allí gracia en ellos hallareis, y os darán alhajas de oro, plata y vestidos, los cuales, pondréis sobre vuestros hijos y a Egipto despojareis.”
4 Entonces Moisés dudando: “¡No me creerán!” –replicó. “Tú qué tienes en la mano? –Jehová le preguntó.– El respondió: “Es una vara.” “Echala en tierra” –indicó. Y cuando él la puso en tierra, culebra se convirtió. “Tómala ahora por la cola.” –Le dijo cuando él huyó. Moisés extendió su mano y fue de nuevo una vara. “Por esto creerán que el Dios de tus padres fue el que habló.” “Mete la mano en tu seno.” –Le dijo luego a Moisés. Así lo hizo de inmediato, y se le volvió leprosa. “Ponla de nuevo en tu seno y nueva señal vereis.” Moisés la metió de nuevo y vió señal milagrosa. “Si a la primera señal no obedecen ni creyeren, a la voz de la postrera de seguro te creerán, pero si aún no lo creyeren ni tu voz obedecieren, tomarás aguas del río y al derramarla verán como las aguas en tierra, en sangre se conviertieren.” Dijo Moisés a Jehová: “Yo soy muy torpe al hablar!” “Quién le dió la boca al hombre?” –Jehová le respondió.– “¿No soy Yo Jehová Quien puso, boca para articular, hizo que el sordo escuchara y ojos al ciego le dió? “Ve y yo estaré con tu boca. Te enseñaré lo qué hablar.” Moisés le dijo: “¡Ay, Señor! ¡Manda a alguien más a servirte!” Enojado, Dios le dijo: “A Aarón lo voy a mandar; Es tu hermano y cuando llegues, saldrá alegre a recibirte. “Cuando tú hables con Aarón, con tu boca Yo estaré y él se dirigirá al pueblo siendo en tu lugar su boca. Toma en tu mano esta vara y haz las señales que haré.”
Moisés Vuelve a Egipto Moisés volviendo a su suegro, le dijo que a Egipto iría a visitar su pueblo para ver si aún vivía. Le dijo además Jehová a Moisés allá en Madián: “Han muerto todos aquellos que tu muerte procuraban. Maravillas en tu mano he puesto y todos verán.” Y con su esposa y sus hijos, rumbo a Egipto ellos estaban. “A pesar de las señales, Faraón se negará, Su corazón será duro porque lo endureceré. Entonces dirás al rey, que por Jehová hablarás: ‘Deja ir ahora a Israel, o mi mano extenderé, y a tu primogénito hijo yo mismo lo mataré.’” Y aconteció en el camino , que a su encuentro Dios salió: Jehová quiso matarle pero ante la situación, Séfora tomó a su hijo y allí lo circuncidó, echó a los pies de Moisés el prepucio de la acción. “¡Tu eres mi esposo de sangre!” –delante de él declaró. Jehová le dijo a Aarón que recibiera a su hermano, y allí en el Monte de Dios, él lo encontró y lo besó. De los hijos de Israel fue con Aarón cada anciano, y al presenciar las señales, todo el pueblo le creyó.
5 Moisés y Aarón ante Faraón Entrando Moisés y Aarón en presencia de Faraón, le dijeron: “Jehová, el Dios de Israel te dice: ‘Deja ir ahora a mi pueblo para una celebración, que en el desierto me hará, tal y como de ellos quise.’” “¿Quién es Jehová para que le oiga?” –Irónico respondió.– “No conozco a Jehová, ni a Israel dejaré ir.” “Es de los hebreos Dios.” –Moisés al rey le explicó.– A ofrecerle sacrificios ahora ellos deben salir. “Lo haremos para evitar que venga sobre nosotros con pestilencia o espada, a destruirnos a todos.” “Estais distrayendo al pueblo. ¡Ve a trabajar con los otros! Yo no dejaré ir a nadie. ¡Se quedan de todos modos!
“No hagais cesar de los cargos a este pueblo que ahora es mucho.” –Faraón amonestó.– “Son ociosos y ahora me hablan de excusas y sacrificios que no admito ni aún escucho.” Y mandó aquel mismo día a todos sus cuadrilleros que aumentaran su trabajo negándoles provisiones. Cuando de Faraón salían afligidos los obreros, explicaron a Moisés sus precarias condiciones. Moisés se volvió a Jehová, diciendo: “¿Por qué me enviaste? ¡Has afligido a este pueblo a quienes hablé en tu Nombre, y aún que has visto su aflicción, tampoco los liberaste!”
6 Jehová dijo a Moisés: “Verás lo que le hago la guerra: Mano fuerte necesita para no dejarlos ir y mano fuerte ha de ver para echarlos de su tierra. “A Abraham, a Isaac y Jacob, yo me les aparecí, nunca como Jehová, mas cual su Dios verdadero, y mi pacto de Canaán, con ellos establecí. tierra en que peregrinaron llegando cual extranjero. “El gemido de los hijos de Israel ahora lo he oído Me ha acordado de mi pacto mientras sirven los Egipcios YO soy JEHOVA, y por tanto, de las cargas que han vivido los libertaré con brazo, extendido y grandes juicios. “Y os tomaré por mi pueblo, y sabréis que soy Jehová, El que os libró de las cargas del rey y su autoridad. Yo os llevaré a aquella tierra que de vosotros será, porque juré a vuestros padres dárosla por heredad.”
De esta manera Moisés le hablaba a todo Israel, mas la dura esclavitud a que estaban sometidos, a causa de su congoja no le escuchaban a él, y su ánimo decaído los mantuvo distraídos. “Entra y habla a Faraón, –le dijo Jehová a Moisés.– Que de la tierra de Egipto ya deje ir a mi gente.” “Si los hijos de Israel no me escuchan, como ves, cómo es que el rey me oirá, si yo no soy elocuente?” Hablando a Moisés y a Aarón, Jehová dió mandamiento a los hijos de Israel y también a Faraón mismo, terminando así el abuso, vivido hasta ese momento y alejar así a los hijos de Israel del despotismo.
7 Dijo a Moisés Jehová: “Dios a tí he constituído, y Aarón será tu profeta, delante de Faraón. Las cosas que yo te mande y que tú de mi has oído, Faraón las escuchará, de la boca de Aarón, y que deje ir de su tierra al pueblo como es debido. “Yo haré su corazón duro y el rey no os oirá; Multiplicaré en la tierra señales y maravillas, y sobre Egipto pondré mi mano que sacará con grandes juicios al pueblo, ejércitos y cuadrillas. “Entonces sabrán que Yo, Jehová, extendí mi mano sobre la tierra de Egipto y que de en medio de ellos a los hijos de Israel saqué del trato inhumano.” Moisés y Aarón hicieron, como Jehová les mandó, Y era Moisés de ochenta años y Aarón tenía ochenta y tres, cuando hablaron a Faraón cuanto Dios encomendó.
La Vara de Aarón “Si Faraón milagro pide, –a Moisés Dios le explicó,– dile a Aarón que eche su vara, ante el Faraón presente.” Ellos hicieron tal cual, como Jehová lo mandó: y la vara, de inmediato, se le transformó en serpiente. Entonces Faraón llamó, a sabios y encantadores, para que hicieran lo mismo cada uno con su vara. Las varas se transformaron en culebras de colores, haciendo que la de Aarón a todas las devorara.
Se endureció el corazón del rey en forma tirana y como Jehová predijo, él nunca los escuchó. A moisés le habló y le dijo: “Vete al río en la mañana; toma contigo la vara que en culebra se volvió. “Te pondrás delante de él allí a la orilla del río, y dirás a Faraón, que Yo el Dios de los hebreos, te envié a tí para decirle, que ya deje al pueblo mío, ir al desierto a servirme e ignoraste sus deseos. “Sabrás que yo soy Jehová, porque esta vez heriré el agua que está en el río con esta vara en mi mano, y al golpearla con la vara en sangre convertiré; Morirán todos los peces y apestará al ser humano.” Dijo tambiés a Moisés: “Di a Aarón, ‘toma tu vara, y pon tu mano extendida sobre las aguas de Egipto, ríos, arrollos y estanques, todo vaso que encontrara, y que en sangre se convierta, de un modo final y estricto.’” Tal como Jehová mandó, y ante el Faraón presente, Moisés y Aarón así hicieron. Todos los peces murieron; Hubo sangre en todo Egipto y un ambiente deprimente, mas con sus encantamientos, los magos también lo hicieron. Como Jehová lo predijo, no escuchó lo que dijeron, y a su casa regresó sin prestar más atención. Para el suministro de agua, en todo Egipto se hicieron pozos cercanos al rio, calmando la situación, que después de herido el río, por siete dias vivieron .
8 La plaga de ranas “Entra y dile a Faraón, –le dijo Jehová a Moisés,– que Jehová lo ha dicho así, ‘déja a mi pueblo salir. Si no lo dejareis ir, ranas enviaré a través de todos tus territorios hasta impediros vivir. “El río criará las ranas y a tu casa se entrarán, en tu cuarto y en la cama, en tus hornos y antesalas, sobre siervos y en tu pueblo, sobre todo subirán.’ “Di a Aarón que extienda su mano con su vara sobre ríos, sobre arroyos, sobre estanques, para hacer subir las ranas sobre la tierra de Egipto, su suelo y sus caseríos.’” Sobre las aguas de Egipto su mano Aarón extendió, y entonces subieron ranas cubriendo la tierra entera. Mas con sus encantamientos, cada mago procedió, y al instante sobre Egipto ranas había por doquiera. A Moisés y a Aarón llamó Faraón para decirles: “Orad a Jehová que quite las ranas de todo el pueblo y sacrificio a Jehová tendré a bien yo permitirles.” “¿Cuándo he de rogar por ti, –Moisés al rey preguntó,– para quitar a las ranas y que vuelvan sobre el río?” “Mañana” –Faraón le dijo. “Se hará entonces, –apuntó,– y entonces conocerás, que no hay Dios como es el mío.” Y conforme a la palabra de Moisés, Jehová obró: Todas las ranas en casas, patios y campos murieron, y apestaban por montones que la tierra recobró, mas como Jehová lo dijo, sus negativas siguieron.
La Plaga de Piojos “Dile a Aarón que con su vara, –Jehová a Moisés ordenó,– hiera el polvo de la tierra y piojos ha de volverse.” Así lo hizo, y todo el polvo de la tierra se volvió piojos en hombres y bestias, sin forma de protegerse. Y cuando los hechiceros usaron encantamientos para sacar a los piojos, fue inutil su hechicería, y aconsejaron al rey sobre sus requerimientos. Faraón se endureció, e ignoró cuanto decían. “Levántate de mañana,– Jehová dijo a Moisés,– ponte delante del rey y dile que Yo así he hablado: ‘Mi pueblo dejarás ir. Si no lo haces, esta vez, sobre tu casa y tu pueblo una plaga he declarado. “Sobre ti, sobre tus siervos, tus casas y todo el suelo, moscas llenarán tu pueblo y donde quiera que él va, y la tierra de Gosén, la cual habita mi pueblo, apartaré de las moscas y sabrás que soy Jehová.’” Y al siguiente dia las moscas, sobre la tierra de Egipto, como en una densa nube, todas las casas llenaban devastando y corrompiendo tal y como fue descrito. Entonces Faraón permitió que sacrificios hicieran, siempre que fuera en la tierra, sin abandonar Egipto. Moisés le respondió: “Si los Egipcios nos vieran sacrificando a Jehová, les crearíamos un conflicto por tal abominación, y jamás lo permitieran. “Iremos por el desierto en camino de tres dias, a ofrendar a nuestro Dios y saque de aquí la plaga.” Y dijo Faraón: “Ahora ireis. Estad en las cercanías.” Al salir, Moisés oró, rogando a Dios que así lo haga. Jehová quitó las moscas de casa del Faraón, de los siervos y su pueblo, sin que quedara ninguna, mas el rey enducreció de nuevo su corazón, reteniendo a todo el pueblo y sin libertad alguna.
9 La Plaga en el Ganado Dijo Jehová a Moisés: “Dile a Faraón que a ellos, a mi pueblo, deje ir, o hará que mi mano se haga sobre todo su ganado: caballos, asnos, camellos; vacas y ovejas caerán bajo gravísima plaga.
“He aquí que verás mañana, cómo haré llover granizo, pesado cual no vió Egipto aún desde su fundación. El ganado y cuanto tengas, llévalo al caballerizo, pues todo hombre o animal que se halle sin protección al descender el granizo, que viva no garantizo.”
“Y separación haré entre el ganado de Egipto: Del ganado de Israel, mo habrá de morir ninguno. El plazo será mañana con mi cumplimiento estricto.”
Y entre los siervos del Rey, quienes con temor oyeron, hicieron llevar a casa a los criados y al ganado. Quienes la Palabra nunca en su corazón pusieron, a los criados y animales nunca hicieron el llamado.
Al día siguiente el ganado de todo Egipto murió, De los hijos de Israel no había muerto ninguno, pero el corazón del rey de nuevo se endureció y de nuevo se negó a dejar marchar alguno.
“Extiende ahora tu mano, –le dijo Jehová a Moisés,– para que granizo venga sobre la tierra de Egipto sobre los hombres, las bestias, sobre todo lo que ves.”
La Plaga de Úlceras A Moisés y a Aarón les dijo nuevamente Jehová : “De un horno tomad puñados de ceniza producidos; delante del rey, y al cielo, Moisés la esparcirá, y en polvo sobre la tierra, úlceras y salpullidos, en los hombres y en las bestias todo Egipto sufrirá. Cuando así Moisés lo hizo, los hombres en todo Egipto, bestias y aún los hechiceros, con brotes de salpullidos y apostemados tumores, sufrieron el veredicto, pero aún así, Faraón, los mantuvo sometidos.
La Plaga de Granizo “Levántate de mañana, –dijo a Moisés Jehová,– ponte delante del rey. Dile, Jehová ha dicho así: ‘Dejarás ir a mi pueblo porque a Mí me servirá.’ y esta vez todas mis plagas haré llegar hasta tí. “Con mi mano ahora extendida te heriré con pestilencia. Para declarar en tí mi poder, es que te he puesto, y hacer mi nombre en la tierra conocido en consecuencia y a ensalzarte con mi pueblo todavía estás dispuesto?
Su vara extendió hacia el cielo y Jehová hizo granizar con trueno y fuego mezclado tan grande cual nunca hubo en toda tierra de Egipto desde que se hizo habitar; mas la tierra de Gosén protegida se mantuvo. Entonces Faraón llamó, a Moisés y a Aarón de nuevo. “Orad a Jehová y que cesen, ya los truenos y el granizo. Ya no les detendré más y su salida hoy apruebo.” “Saliendo de la ciudad, a Dios extiendo mis manos y los truenos y el granizo cesarán, y has de saber, que de Jehová es la tierra; mas se que estáis aún lejanos de temer a Su presencia y Su poder reconocer. Y la cebada y el lino, todo fue pues, destrozado, mas no el trigo y el centeno porque estos eran tardíos; Moisés oró a Jehová tal como lo había expresado, y el granizo, lluvia y truenos, cesaron sus desafíos, mas Faraón se obstinó ignorando lo pactado.
10 La Plaga de Langostas Jehová le habló a Moisés con instrucciones verbales: “Yo endurecí el corazón de Faraón y su casa, para hacer que mis señales, sean notorias, las cuales, de cuanto hice en Egipto, a hijos y nietos se pasa; que sepan y reconozcan a Jehová sus ancestrales.” Viniendo a Faraón, dijeron: “Jehová te dice así: ‘¿Hasta cuando rehusarás humillarte frente a mí? Deja ahora ir a mi pueblo para que me sirva a mi. “’Su aún rehusas dejarlo ir, traeré langosta mortal que cubra toda la tierra y coma lo que escapó, de la plaga del granizo y de todo árbol frutal; y habrá de llenar tus casas cual nunca antes nadie vió.” Volviéndose, Moisés salió de la presencia del Rey. Sus siervos le aconsejaban: “¿Hasta cuándo será este hombre un lazo para nosotros? ¡A este pueblo ya deja ir! Ya Egipto está destruído. Suficiente es que te asombre.” Moisés y Aarón fueron llamados ante el Rey y sus cotejos, el cual les dijo: “Ve, andad. ¿Quienes son los que han de ir?” Moisés respondió: “Irermos todos, con nuestros niños y viejos, nuestros hijos y el ganado, todos habrán de salir.”
Y la langosta cubrió todo Egipto como quiso, y la tierra oscureció, la hierba fue consumida. De los árboles, el fruto dejado por el granizo; y no quedó cosa verde, ni en hierba o árboles vida. Entonces Faraón llamá una vez más a Moisés. “Contra Jehová vuestro Dios he pecado, yo lo admito. Os ruego que perdonéis mi pecado ya esta vez, y que oreis a vuestro Dios quitar este animalito.” Moisés oró a Jehová, y con viento occidental, limpió la tierra arrojando la langosta hacia el Mar Rojo, y endureció el corazón del rey de manera tal, que una vez más le impidió al pueblo su desalojo.
La Plaga de Tinieblas Dijo Jehová a Moisés: “Extiende tu mano al cielo. Sobre Egipto habrá tinieblas, tanto que puedan palparse.” Así lo hizo y por tres dias, densas tinieblas, cual velo que cubría todo Egipto, les impedía observarse. Entonces Faraón llamó, a Moisés y así le dijo: “Id, servid a Jehová. Tomad también vuestros hijos, mas dejarás las ovejas y las vacas. Os lo exijo.”
“Yo os dejaré ir a vosotros. Servid a Jehová los varones. Veo que a la vista están vuestras malas intenciones, –dijo el Rey.– No será así. Demandais sin condiciones.” Y echáronlos de delante, de Faraón sin más razones.
Y Moisés le respondió: “Nos proveerás sacrificios y holocastos para Dios. Nuestros ganados irán, porque de ellos tomaremos para hacer nuestros oficios, y solo al llegar allá sabré qué cosas se harán.”
“Extiende ahora tu mano, –a Moisés Jehová así habló,– sobre la tierra de Egipto harás traer la langosta, y consuma todo aquello que el granizo les dejó.”
Pero de nuevo Jehová, a Faraón endureció, y le dijo a Moisés: “Retírate ahora de mí, porque si vieres mi rostro, morirás.” –Se lo advirtió. “No volveré a ver tu cara. –Dijo Moisés,– será así.”
Y extendió Moisés su vara y vino un viento oriental sobre el país todo el día y por toda aquella noche; y a la mañana siguiente, como una nube ambiental, subió la langost a Egipto en cantidad cual derroche.
11 “Una plaga más traeré sobre Faraón y Egipto, –Le dijo Jehová a Moisés,– y después os dejará ir de aquí –y os echará,– sin ningún otro conflicto.
“’Mas entre todos los hijos de Israel y hasta la bestia, ni un perro les ladrará, ni les causará molestia, porque entre Egipcios y el pueblo marco Yo la diferencia.’ Y tus siervos, inclinados, hasta mí se habrán llegado, diciendo, ‘vé con tu pueblo’, y entonces me marcharé.”
“Habla al pueblo y cada uno, pida a su vecino ahora alhajas de plata y oro.” Y así lo hizo Moisés, gran varón en todo Egipto y el pueblo que lo valora.
De la presencia del Rey, salió Moisés enojado. y Jehová dijo a Moisés: “Faraón no os oirá, y entonces mis maravillas ya se habrán multiplicado.”
Y hablando Moisés al pueblo, le dijo: “Jehová me ha dicho: ‘Por en medio de la tierra a medianoche saldré, y primogénito que haya en Egipto y su distrito, desde el mismo hijo del Rey, la sierva o de animal, morirá, y habrá clamor, como nunca antes se ha escrito.
Y Moisés y Aarón hicieron, ante el Rey estos prodigios, y a los hijos de Israel no les permitió salir, pues Jehová endureció, su corazón con litigios.
Se Anuncia la Muerte de los Primogénitos
12 La Pascua En Egipto habló Jehová de nuevo a Aarón y a Moisés: “Este mes será el primero de los meses en el año. Hablad a todos diciendo, qué harán desde el dia diez. “De acuerdo con la familias, tome cada una un cordero animal macho, de un año, y sin defecto ninguno. Y si es familia pequeña para ellos comerlo entero, con su vecino inmediato compartireis su consumo. “Cuatro días lo guardareis, hasta el catorce del mes, y lo inmolará en dos tardes todo el pueblo de Israel; luego tomarán la sangre y en los postes la pondréis y en el dintel de las casas en la que lo han de comer. “En la noche, asada al fuego, su carne la comerán; lo harán con hierbas amargas y panes sin levadura, con todos sus intestinos, cabeza y pies tomarán. Ninguna cosa comereis del cordero si está cruda. “Si algo queda en la mañana, en fuego será quemado. Y lo comereis así: Con vuestros cintos ceñidos, vuestro bastón en la mano y en vuestros pies el calzado. Es la Pascua de Jehová. Aprisa lo hareis reunidos. “Yo Jehová, en aquella noche, pasaré de modo estricto y en los hombres como en bestias, primogénito heriré; Haré juicios contra todos los dioses que hay en Egipto. “Por señal será la sangre en las casas donde estéis, y Yo al verla, pasaré, omitiendo Mis acciones. Y no habrá en vosotros la plaga que de mortandad vereis. Y este dia será en memoria de vuestras generaciones: Por estatuto perpetuo fiesta me celebrareis.
“Siete dias comereis los panes sin levadura, quitando de vuestras casas toda cuanta pueda haber, porque si alguno comiere leudado, se le asegura, esa persona será, excluída de Israel. “Habrá Asamblea Sagrada primero y séptimo día, y ningún trabajo hareis, excepto preparación de cuanto haya de comer, lo que cada uno podría. “Y por costumbre perpetua esta fiesta guardaréis, porque en este mismo día, Yo de Egipto los saqué. Así que en el mes primero, los panes los comereis desde el catorce del mes, tal como ya os indiqué, y hasta el veintiuno del mes, leudado pan no tendréis.” Así Moisés convocó los ancianos de Israel: “Tomad por vuestras familias para la pascua corderos. Tomad manojo de hisopo, con sangre untad el dintel, y hasta mañana en sus casas todos hoy permaneceros. “A los Egipcios Jehová pasará esta noche hiriendo y cuando El vea la sangre sobre postes y dintel, el destructor pasará vuestras casas, omitiendo, daño alguno para el pueblo de los hijos de Israel. “Vosotros como estatuto para siempre guardareis, y así también vuestros hijos, este rito en cuanto entreis, a tierra que de Jehová, como hijos recibiréis. “Si preguntan vuestros hijos, ¿qué rito se celebró? responderéis que ‘es la pascua, sacrificio de Jehová, Quien cuando hirió a los Egipcios, a nuestras casas libró.’” Y en gesto de adoración, todo el pueblo se inclinó.
Muerte de los Primogénitos Llegada la medianoche, Jehová se hizo presente e hirió a todo primogénito en tierra de los Egipcios, desde Faraón al cautivo y al animal inocente; Se levantó aquella noche con el rey el pueblo egipcio. Gran clamor había en Egipto: en toda casa había un muerto. y llamando a Moisés y a Aarón ante el perjuicio, les dijo: “Ved a servir a Jehová tal cual lo has dicho. Tomad ovejas y vacas. Idos a vuestro servicio.” Para echarlos del país, los egipcios apremiaban, –y por temor a morir, – rogaban que se marchase. El pueblo tomó su masa y sobre hombros las llevaban y cubierta con sus mantos para que no se laudase. Pidieron a los egipcios tal cual Moisés les mandó, vestidos, vasos de plata, y objetos varios de oro. Dando Jehová gracia al pueblo, les dieron cuando pidió.
Los Israelitas Salen de Egipto De Ramasés a Sucot de Egipto salieron todos, en hombres seiscientos mil, los niños aún no contados, y otra multitud de gente, que se unió de todos modos. Fueron gente, las ovejas y muchísimos ganados. De la masa que sacaron y que aún no había leudado, –porque al ser echados fuera, no prepararon comida,– tortas para todos fueron, alimento degustado. Por cuatrocientos treinta años, el pueblo habitó en Egipto. A Moisés y a Aarón habló, Jehová con ordenanza: “Ordenanza es de la pascua: no la comerá extranjero. Mas si ha sido circundado, ese derecho lo alcanza. “Si reside entre vosotros extranjero incircunciso, y quisiere celebrar la pascua a tu Dios Jehová, debe ser circuncidado para tener el permiso, mas nincún incircunciso de la pascua comerá.” Así lo hicieron los hijos de Israel, como El mandó a Moisés y Aarón que hicieran; y fue como en aquel día, a todos, por sus ejércitos, de Egipto Dios los sacó.
13 Consagración de los Primogénitos De nuevo le habló Jehová a Moisés y así le dijo: “Primogénito nacido de los hijos de Israel, sea de hombres o animales, conságramelo, te exijo.” Y Moisés le dijo al pueblo: “Conmemorad este día, en el cual habeis salido de casa de esclavitud, porque de Egipto os sacó, Jehová cual correspondía; por tanto nada leudado comereis en gratitud. “En el mes de Abid salís, y harán en el mismo mes este rito cuando lleguen, a la tierra prometida, que del Cananeo, Heteo y del Amorreo es, la cual juró a vuestros padres les sería recibida. “Por siete días los panes no leudados comeréis y el séptimo día será, fiesta para recordar. Le dirás en aquel día, a tu hijo, que eso lo haceis, celebrando que de Egipto, Jehová te pudo sacar. “Será señal en tu mano y ante tus ojos memoria, para que la ley de Dios, Jehová, esté en tu boca. Con mano fuerte le dió, a Su pueblo la victoria, rito este que guardarás cada año que se convoca. “Para Dios apartarás todo aquel que matríz abra. También de los animales, de nacidos el primero: Los machos para Jehová serán según Su palabra, y el primerizo del asno redimes con un cordero.
“Si mañana preguntare, tu hijo diciendo, ‘¿Qué es esto?’ Le dirás: ‘Jehová, de Egipto, nos sacó con mano fuerte; y cuando el rey contra Dios se empeñó en estar opuesto, a todo aquel primerizo, Jehová le dió muerte. “Por lo cual yo sacrifico en sacrificio a Jehová, el promogénito macho, redimiendo al mismo tiempo al primero de mis hijos, lo cual a tí te será, como señal memorial que tomamos como ejemplo.”
La Columna de Nube y de Fuego Cuando el Rey dejó ir al pueblo, Dios los guió por otro lado evitándoles problemas durante su desalojo, porque dijo, “Si aquí hay guerra, a Egipto vuelve alarmado.” Hizo pues Dios que se fueran, por camino del Mar Rojo. De Sucot partieron todos y allí en Etam acamparon. Y los huesos de José sacó de Egipto Moisés, pues los hijos de Israel a José se lo juraron. Para que tanto en el dia, como en la noche anduviesen, en el día Dios los guiaba con una columna de humo, y en la noche una columna, de fuego para que viesen.
14 Los Israelitas Cruzan el Mar Rojo Le dijo Jehová a Moisés: “Junto al mar acamparán. Dile al pueblo que delante de Pi-hahirot acampe, entre Migdol y la mar, hacia Baal-zefón irán. “El rey dirá que encerrados, al pueblo el desierto tiene. Duro haré su corazón y haré que vaya y los siga, y los egipcios sabrán, que es Jehová quien los sostiene, y Quien merece la gloria, Quien pone, quita y castiga.” De Egipto entonces se fueron, y al saber que el pueblo huía, contra su pueblo el rey fué, preguntándose qué hicieron. Tomó pues seiscientos carros, y el ejército que había, mas los hijos de Israel con mano fuerte salieron. Toda la caballería que entonces Faraón tuviera, junto al mar los alcanzaron cuando estaban acampando. Ellos al ver los Egipcios, temieron en gran manera, y clamando a Jehová, a Moisés están culpando: “¿En manos de los egipcios, esto es lo que nos espera?” “No temáis, –dijo Moisés,– Jehová está con nosotros; los egipcios que ahora veis, ya nunca más los vereis. Contra ellos combatirá y en paz estaréis vosotros.”
“Extiende tu vara al mar, –dijo Jehová a Moisés,– y dile al pueblo que marche, porque será dividido. Pasarán por tierra seca e irán cruzando a través. Yo me glorificaré, cuando los hayan seguido. El ángel que iba adelante, en pos de ellos continuó, y la columna de nube que adelante de ellos iba, mientras cruzaban en seco a su espalda se ubicó, y entre dos muros de agua, guiaba al pueblo desde arriba. Toda la caballería, de Egipto, yendo tras ellos, con sus carros y su gente entró a la mitad del mar, y en la mañana siguiente, a sus primeros destellos, el campo de los egipcios Jehová fue a transtornar. Confundidos vieron cómo, sus carros eran dañados, gritando : “¡Huyamos de aquí, si Jehová está con ellos!” Jehová dijo a Moisés: “Verás ahora resultados. Extiende tu mano al mar y acaban sus atropellos, porque todos los egipcios, perecerán ahogados.” Así, cuando amanecía, Moisés extendió su mano, sobre el mar que, con su fuerza, los derribó cuando huían, sin que quedara ningún, sobreviviente cercano. Viendo Israel aquel hecho, a Jehová y Moisés creían.
15 Cántico de Moisés y de María Moisés y el pueblo cantaron, con timbal y clarinetes, un cántico a Jehová, diciendo: “Yo he de cantar a Jehová porque arrojando, al mar caballo y jinetes, en gran manera por mi, enaltecido ha de estar. “Jehová es mi fortaleza, y ha sido mi salvación. Este es mi Dios, y por siempre, solo a El le alabaré. El es el Dios de mi padre y el tema de mi canción. Varón de guerra es Jehová, y yo lo enalteceré. “Los carros de Faraón y de sus autoridades, en el Mar Rojo se hundieron con sus fieles oficiales, como piedra descendieron hasta las profundidades. ¡Oh! Magnificada ha sido, tu diestra entre principales, en poder y quebrantando, a enemigos y ciudades. “A los que se levantaron contra ti, has derribado, tan solo con la grandeza de tu poder y tu ira. Tu furor los ha tragado como hojarasca en el prado. “Con el soplo de tu aliento las aguas amontonaste, y juntaste las corrientes en un montón cual abismos, que en medio del mar, cuajados, hasta librarnos dejaste. “’Perseguiré, prenderé y serán despojo humano, –dijo el enemigo altivo,– Mi alma se enchirá de ellos, desenvainaré mi espada, los destruiré con mi mano.’ “Mas soplaste con tu viento y el mar fue su autoridad; y como plomo se hundieron ya sin ninguna esperanza. ¿Quién como tú, Oh, Jehová, magnífico en santidad, hacedor de maravillas, todas dignas de alabanza? “Con solo extender tu diestra, su arrogancia fue tomada, y conduciste a tu pueblo con toda misericorida; Lo has redimido y lo llevas, con poder a tu morada. “Los pueblos lo oyen y tiemblan, los Filisteos se angustian, entonces se turbarán los príncipes en Edom.
El terror a los robustos en Moab todos lo anuncian y el pueblo allá en Canaán del pánico presas son. “Caiga sobre ellos temblor, y caiga también espanto; y enmudezcan como piedra al alcance de tu brazo hasta tanto haya pasado tu pueblo que ahora es tanto. “Tú los introducirás y en tu heredad plantarás, en tu monte preparado cual santuario por tus manos. Por los siglos de los siglos, Oh Jehová tu reinarás. “Caballos, carro y jinetes del rey entraron al mar y Jehová volvió a traer sobre ellos todas las aguas, mas los hijos de Israel todos pudieron pasar.” María, la profetisa, que era la hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano seguida por las mujeres quienes con pandero y danzas entonaban la canción, diciendo: “A Jehová cantad, porque enaltecido eres; al mar jinete y caballos, arrojaste en escuadrón.”
El Agua Amarga de Mara Del mar Rojo hizo Moisés que al desierto Shur partieran y anduvieron por tres dias sin agua poder hallar. Cuando llegaron a Mara, las aguas amargas eran, y el pueblo contra Moisés empezaba a murmular. Moisés clamó a Jehová y un árbol El le mostró, el cual fue tirado al agua y así el agua se endulzó. Al pueblo le dió ordenanzas y con leyes lo probó. Le dijo: “Si atentamente, la voz de Jehová oyeres, e hicieres ante Sus ojos cuanto es recto alrededor, guardando Sus estatutos, mandamientos y deberes, no habrá enfermedad en ti, porque Soy tu Sanador.” Llegaron luego hasta Elim, donde fuentes de agua había,\ doce fuentes y palmeras, en número de setenta, y allí acampó todo el pueblo, con gozo y algarabía.
16 Dios da el Maná La congregación partió, de Elim, llegando hasta Sin, siendo ya el segundo mes desde que Egipto salían, mas los hijos de Israel anhelaban su festin, de carne en tierra de Egipto por el hambre que tenían, murmurando contra Aarón y Moisés sinfín. Jehová dijo a Moisés: “Desde el cielo haré llover pan para que el pueblo coma y recoja cada día y en prueba, si andan o no, en mi ley, he de saber. Al sexto dia tomará, doble la porción que hacía.” Entonces al pueblo hablaron así Aarón y Moisés: “Al atardecer sabréis que Jehová os ha sacado de la esclavitud de Egipto; y a la mañana veréis Su gloria, porque ya ha oído, todo lo mal que han hablado. “Murmurais contra Jehová si de nosotros lo haceis. Carne os dará Jehová. Comereis hasta saciaros.” Jehová le habló a Moisés: “Esto a ellos les direis: Dos tardes comereis carne y en la mañana he de daros pan con el que os saciareis y soy viuestro Dios sabreis.”
“¡No dejéis para mañana!” –Moisés les advirtió. Y los que no obedecieron, vieron al siguiente día, que la escarcha crió gusanos y olía mal: se pudrió, y contra ellos se enojó, Moisés por su rebeldía. Cada uno en la mañana, su diario pan recogía; al sexto día tomaban dos gomeres cada uno, y cuando el sol calentaba, el pan se les derretía. Vinieron los principales a preguntar a Moisés, y él les dijo: “Cocinad, hoy lo que cocer será, y todo lo que sobrare mañana lo comereis, porque es día de reposo consagrado a Jehová. Y cuando ellos lo guardaron, a la mañana siguiente, el pan nunca se pudrió, no se agusanó ni hedió. Mas en el séptimo día y de manera imprudente, alguno fue a recoger pero en tierra nada halló. Jehová dijo a Moisés: “¿Hasta cuándo no querrás mis mandamientos y leyes, en este pueblo guardar? Mirad que Jehová os ha dado, un dia que guardarás. Por eso el séptimo día será para reposar.”
Al atardecer vinieron codornices que cubrieron por completo el campamento. Y luego, al amanecer, una capa de rocío en derredor todos vieron, la cual, al evaporarse, les permitía entrever algo que identificar, entre todos no pudieron:
Y la casa de Israel a este pan de color blanco, cuyo sabor semejante a hojuela en miel recubierta y de forma similar a semilla del culantro, llamó ‘Maná’, que traduce: “No se qué es a ciencia cierta’.
Una sustancia menuda, redonda, escamosa y fina que como escarcha, la tierra, del desierto la cubría. Se preguntaban, ¿Qué es esto, de textura cristalina? Moisés les dijo: “Es el pan que desde hoy Jehová os daría.
“Vuestros descendientes deben conocer el pan comido, cuando Jehová sacó al pueblo, de Egipto y hasta el desierto.” Y Moisés le dijo a Aarón: “Llenad un gomer cernido, y guardadlo en Testimonio en recipiente cubierto. (Siendo la décima parte de un efa su contenido).
“Cogeréis de él cada uno, según pudiere comer. Por persona es un gomer. Llevad cada uno a su tienda.” Y los hijos de Israel, midiéndolo por gomer, recogieron, unos más, unos menos, sin contienda.
Por cuarenta años comió, Maná, el pueblo de Israel, hasta llegar a la tierra prometida y habitada, con límites en Canaán, que más tarde habrían de ver.
17 Agua de la Roca Toda la congregación de los hijos de Israel del desiero de Sin fué, y en Refidim acamparon, altercando con Moisés por agua para beber. “Cuando conmigo altercáis, a Jehová lo estáis tentando,” –le dijo Moisés al pueblo que murmuraba contra él.– “Tu de Egipto nos trajiste. ¡De sed nos estás matando!” “¿Qué haré yo con este pueblo? ¡Ya por poco nos atacan!” –dijo Moisés a Jehová.– Y Jehová le respondió: “Pasen delante del pueblo y algunos ancianos sacan, y tú tomarás la vara que en el Nilo te sirvió. Allí golpearás la peña y el agua brotará en fuentes, para que la beba el pueblo, que ahora te clama con sed.” Moisés así procedió, con los ancianos presentes. Y por la rencilla puesta por los hijos de Israel al tentar a Jehová dudando de Su presencia, Masah y Meriba fue, el nombre que le puso él.
Guerra con Amalec En Refidim vino al pueblo Amalec contra Israel. “Escoge algunos varones, –le dijo a Josué, su amigo.– En la cumbre del collado, mientras peleas con él, en mi mano llevaré la vara de Dios conmigo. “ Moisés alzaba su mano e Israél prevalecía. Cuando bajaba la mano, los de Amalec le ganaban. Sentado sobre una piedra porque en cansancio rendía, Aarón y Hur sostuvieron, sus manos mientras peleaban. Josué derrotó a Amalec y a su pueblo con la espada, y Jehová dijo a Moisés: “Para memoria escribe esto. Dile a Josué, ‘de Amalec, memoria ya no habrá nada.’” Y Moisés hizo un altar. Jehová-nissi lo llamó, y dijo: “Contra Amalec, Jehová siempre tendrá guerra pues contra el Trono de Dios, Amalec su mano alzó, y así, por generaciones, lo será sobre la tierra.
18 Jetro Visita a Moisés Jetro oyó todas las cosas que Dios en Moisés obró: Cómo Jehová había librado a Israel de su condena. Tomó a Séfora su esposa y a los hijos que alumbró, llamados, uno Gersón (forastero en tierra ajena), y Eliezer (Dios me ayudó, y de Faraón me libró). Con ellos vino al desierto donde Moisés acampaba. Moisés fué a recibirlo, se inclinó y lo besó a él. Moisés enteró a su suegro de todo cuanto pasaba, y Jetro se alegró mucho por el bien hecho a Israel. Jetro dijo: “Sea bendito, Jehová que los libró, de mano del Faraón y al pueblo que esclavizó. Reconozco que es más grande que los dioses de que habló, porque contra todos ellos, Jehová prevaleció.” Sacrificios y holocaustos para Dios Jetro tomó. Se juntaron con Aarón todo el pueblo de Israel, y así el suegro de Moisés, con todos ellos comió.
Nombramiento de Jueces Al día siguiente Moisés, se sentó a juzgar al pueblo, el cual desde la mañana hasta la tarde atendía. Pero viendo lo que hacía, le recriminó su suegro: “¿Qué es esto que haces tú solo, con el pueblo todo el día?” Moisés respondió a su suegro: “El pueblo viene en confianza. Quiere consultar a Dios sus asuntos y negocios; Juzgando entre ellos les doy, de Dios leyes y ordenanza.” Jetro dijo: “No está bien, de la manera en que lo haces. Te agotarás tú y el pueblo. El trabajo es demasiado. Te aconsejo esto y escucha: Todo el pueblo son capaces de andar y hacer como deben si las leyes le has mostrado. “Selecciona de entre el pueblo, hombres virtuosos que ves, que aborrezcan la avaricia, que a Dios con temor alaben, hazlos jefes de los mil, de cien, cincuenta y de diez, para que juzquen al pueblo trayendo a tí lo más grave. Así reduces tu carga y te alivias el estrés.” Y Moisés oyó a su suegro e hizo tal como él le dijo: Escogió virtuosos hombres de entre el pueblo de Israel, y los puso como jefes de grupo en número fijo, y juzgando, asuntos graves, se los traían a él.
19 Israel en Sinaí Corría ya el mes tercero tras de Egipto haber salido cuando el pueblo de Israel a Sinaí había llegado. Acampó allí en el desierto ante el monte convenido a donde Moisés subió porque Dios lo había llamado. Jehová le mandó diciendo, “Ve a Israel y dile así, anunciándole a la casa, de Jacob lo que yo hice: Cómo les tomé sobre alas, de águilas viniendo a mí y lo que hice a los egipcios para lograr lo que quise. “Si a mi voz diereis oído y mi pacto guardaréis sereis mi especial tesoro sobre pueblos y naciones, porque mía es toda la tierra y vosotros me sereis mi reino de sacerdotes y nación sin excepciones.” Entonces llamó Moisés a los ancianos del pueblo y en presencia de ellos dijo, todo cuando Dios mandó. El pueblo respondió a una: “Cuanto El ha dicho lo haremos.” Y Moisés esta palabras, a Jehová las refirió. Jehová dijo a Moisés: “A tí vendré en una nube, para que cuando Yo te hable, el pueblo pueda escuchar y así lo crean por seguro, que contigo hablando estuve. “Ve al pueblo y hoy, y mañana, lo estarás santificando diles que sus vestiduras, todos ellos lavarán y que para el dia tercero ya se vayan preparando: Yo sobre el monte desciendo. Todos ellos me verán. “En derredor le señalas límite al pueblo diciendo: ‘Guardaos de subir al monte y el límite no toqueis. Bastará con que lo toquen para no seguir viviendo; y sea animal o sea hombre, de seguro moriréis.’”
Cuando los santificó, del monte ya descendía, lavaron sus vestiduras y él les dijo: “¡Preparaos! A mujer no os llegaréis hasta tanto el tercer día.” Y aconteció al tercer día, cuando la mañana vino, hubo relámpagos, truenos, densa nube sobre el monte y un sonido de trompeta que de pronto sobrevino, estremeció el campamento y al pueblo hasta el horizonte. Para el encuentro con Dios, Moisés sacó al pueblo luego, y al pie del monte estuvieron, cual instruídos habían sido. Jehová había descendido, sobre él en medio de fuego, y el monte ahora humeaba cual un horno estremecido. El sonido de bocina en extremo aumentaba. Moisés hablaba, y en truenos, la voz de Dios respondía. Sobre el Monte Sinaí, Jehová ahora se posaba, llamando desde la cumbre, a Moisés, que ya subía. “Desciende, –dijo a Moisés.– Les ordenas no subir, pues si el límite traspasan, solo por ver a Jehová, de ellos, en gran multitud, de seguro va a morir. “También que los sacerdotes, ante mí se santifiquen y si no lo hacen así, estrago en ellos habrá. Desciende ahora y les dices que como dije lo apliquen: que el límite no traspasen, y nada les pasará. Subirás tú con Aarón, cuando a ellos así lo expliquen.”
20 Los Diez Mandamientos Habló Dios estas palabras, y dijo así claramente: “Yo soy Jehová tu Dios, Quien de Egipto te sacó. Delante de Mí no habrán otros dioses en tu mente. “No harás imagen alguna de cosa que esté en el cielo, ni en la tierra, ni en las aguas, o debajo de la tierra, ni te inclinarás a ellas rindiendo culto a un modelo, porque contra mí, tu Dios, estarás haciendo guerra. Soy fuerte. A quien me aborrece, lo castigo con mi celo. “Visitaré la maldad de aquellos que me aborrecen y hasta la tercera y cuarta generación de sus hijos, teniendo misericordia de aquellos que lo merecen, porque en amor y obediencia a cuanto digo son fijos. “Quien tome mi nombre en vano, inocente no será. Santificarás el día de reposo instituído: Seis dias trabajarás y al séptimo nada hará ni tu, ni nadie en tu casa, pues el siervo está incluído. “A tu padre y a tu madre honrarás en obediencia, y prolongarás tus días vividos en esta tierra. No habrás de matar a nadie. Tómalo como advertencia. Y adulterio no cometas, por el pecado que encierra. “A nadie le quitarás lo que tuyo no ha de ser. Del prójimo no hablarás diciendo mentira alguna. No codiciarás tampoco, su casa, ni su mujer, siervo, criada, asno, buey, o pertenencia ninguna.”
El Terror del Pueblo Relámpagos con estruendos observó el pueblo presente y con temor escuchaban la bocina que sonaba, y temblando se pusieron a una distancia prudente, observando cómo el monte por entero ya humeaba. “Hablarás tú con nosotros, –el pueblo clamó a Moisés,– y es a tí a quien oiremos. Moriremos si El nos habla.” “No temáis. Para probaros, y para que no pequeis, vino Dios, y Su temor, ante vosotros lo entabla.” Moisés se acercó al lugar donde Dios permanecía, y en la densa oscuridad, Dios le habló con instrucciones, mientras el pueblo a distancia prudente se mantenía. “A los hijos de Israel, –dijo Dios,– esto diréis: Desde el cielo os he hablado aunque aún no te lo explicas. No me hagáis dioses de plata. Dioses de oro no me haréis. Hazme a mi un altar de tierra, y sobre él me sacrificas tus holocaustos y ofrendas; tu ganado, me daréis. “Donde Yo hiciere que esté, memoria de mi grabada, sobre ese lugar vendré y allí les bendeciré; Si altar de piedra me hiciereis no uses la piedra labrada, porque si usas herramienta, tu obra será profanada. Hacia mi altar por las gradas, nunca subir te veré, porque en él tu desnudez no debe ser revelada.”
21 Leyes Sobre los Esclavos “Al pueblo les expondrás estas leyes de inmediato: Si siervo hebreo comprares, seis años te servirá, y al séptimo año saldrá libre de todo mandato; si con su mujer entró, con ella también se irá. “Si llegó solo y el amo, al siervo le dió mujer que le parió hijos o hijas, al amo le pertenecen: mas, quedarse y no ser libre, el siervo podrá escoger, pero el amo, ante los jueces, según ellos lo establecen, con el corte de una oreja, siervo por siempre ha de ser. “Cuando alguien venda a su hija como sierva o como esclava, ella no podrá ser libre como el esclavo varón, Si a su señor desagrada como esposa destinada, no la venderá a extranjero calmando su decepción, y él habrá de permitirle que ella sea rescatada. “Si decide que con su hijo él quisiera desposarle, al trato que da a sus hijas la deberá acostumbrar; y si otra mujer tomare, no podrá a ella negarle, alimento, ni vestido, ni el derecho conyugal. Si en alguna de esas cosas su Señor ha de faltarle, ella podrá salir libre. Nada tendrá que pagar.”
Leyes Sobre Actos de Violencia
“Si en una riña con puño o con piedra a alguien se hiere, y a pesar de ello no muere pero cayere en la cama, si pudiese levantarse aunque el bastón lo requiere, el que le hirió será absuelto y pagará al que reclama su tiempo sin trabajar, y curación si así fuere. “Si alguno hiere a su siervo y bajo su mano muere, ha de recibir castigo; mas si dos diás después el siervo que ha sido herido, acaso sobreviviere,
no recibirá castigo, pues propiedad suya es. “Cuando una mujer preñada en una riña es herida, si abortare, mas no hay muerte, por ley, esto queda escrito: Lo que su marido imponga y por ley constituída, será penado y multado el culpable del delito, mas si hubiere muerte, entonces, lo pagará con su vida. “Ojo pagará por ojo y un diente por otro diente, mano pagará con mano, y pié pagará por pié, pagará quien queme o hiera, de la forma, que igualmente, golpe por golpe administre, tal cual lo dictaminé.”
Leyes Sobre Responsabilidades de Amos y Dueños
“Quien hiera y cause la muerte, también habrá de morir; Si Dios lo puso en sus manos y él no causó la acechanza, Yo le indicaré el lugar por el cual habrá de huir.
“Si al ojo del siervo hiere y un daño le proporciona, en razón a haberle herido le dará la libertad; Si la pérdida de un diente a su esclavo le ocasiona, le dejaré ir libremente, y así habrá de compensar.
“Y si en medio de un enojo a su prójimo alguien mata, lo quitarás de mi altar para que de una vez muera. Quien hiera al padre o la madre, morirá en forma inmediata. También muere el que secuestra con intención financiera, y el que maldiga a su padre o a su madre a quien maltrata.
“Si un buey con sus cuernos mata a un hombre o a una mujer, el buey será apedreado y su dueño será absuelto, mas la carne de aquel buey, nadie deberá comer.
“Si el buey, corneador ha sido, y el dueño notificado, y corneando hombre o mujer le matase en consecuencia, por no haber sido guardado, el buey será apedreado, y el dueño recibirá, la muerte como sentencia. Si una multa le es impuesta, paga y será perdonado. “Si el buey a un hijo o a hija, es a quien ha acorneado, conforme al mismo decreto, así se habrá de enjuiciar: Si el herido es un esclavo, el buey será apedreado y su señor, treinta ciclos, como multa ha de pagar.
“Si alguien cava una cisterna y la deja descubierta, y en ella por accidente cayera un asno o un buey, el dueño de la cisterna, ha de pagar por la muerta, y aquel animal que ha muerto, de su propiedad lo es. “Si el buey de alguno, a otro buey, violentamente le hiriera, vendan al vivo y compartan los dos el dinero y muerto; mas si el buey acorneador de tiempo atrás ya lo era, lo pagará buey por buey y el buey del otro es, por cierto.”
22 Leyes sobre la Restitución “Si buey u oveja alguien roba, y lo vende o lo degüella, cinco bueyes por el buey, cuatro paga por la oveja. Si un ladrón forza una casa, y es herido y muere en ella, el que le hirió no es culpable. Habrá ley que lo proteja. “Si el robo ocurrió en el día, quien le hirió es castigado. El ladrón restituirá, mas si en dinero es liviano, se venderá como esclavo para pagar por lo hurtado; y si acaso fuere hallado con lo robado en su mano, sea buey, asno u oveja, al doble será obligado. “Si alguien dejara pastar su ganado en campo ajeno, habrá de pagar al dueño con lo mejor de su viña. “Aquel que un fuego lo extienda y en él encontrase espinas, destruya así las gavillas, la mies o el campo en el fuego, sin falta habrá de pagar por el incendio y las ruinas. “Si a su prójimo alguien diese objetos para guardar, y de la casa del hombre, ello le fuere robado, si acaso el ladrón se hallare, el doble habrá de pagar. Mas si el ladrón no es hallado, el dueño será juzgado, para ver si es que ha metido la mano en su propiedad. “En toda clase de fraude, o posesión ilegal, sobre ganado, vestido, pérdida de propiedad, si uno dijera, esto es mío, el juez va a determinar, y al otro pagará el doble, quien se haya de condenar. “Si al prójimo alguien le da, un animal a guardar, y este se muere o lastima, o es robado sin testigo, ante Jehová en testimonio, el hombre habrá de jurar, que no ha metido la mano en propiedad del amigo: El dueño lo aceptará y así evitará pagar. Si en verdad le fue robado, lo restituirá en castigo. “Si una fiera lo ha matado, ante el juéz lo ha de llevar y como clara evidencia, no ha de pagar por su muerte. Si de su prójimo obtiene prestado algún animal,
y estropeado es o muerto, mientras su dueño está ausente, deberá pagar por él, restituyendo así el mal. “Si el dueño estaba presente cuando el animal fue herido, nada tendrá qué pagar. Y si acaso fue alquilado, en el precio de la renta, quedará el daño incluído.”
Leyes Humanitarias “Si alguien seduce a mujer, virgen que no es desposada, en solemne matrimionio la tomará por mujer; y si en el padre no encuentra su relación aprobada, él la pagará en dinero al precio que deba ser. “No permitirás que vivan, las brujas con sus oficios; Quien cohabitare con bestia, morirá inminentemente. Muerto será el que ofreciere a otros dioses sacrificios. Del extranjero no abuses, ni oprimas, pues ciertamente, como extranjeros prestáisteis a Egipto vuestros servicios. “Viuda y huérfano no aflijas porque su clamor oiré, y si mi furor enciendes, Yo os mataré con espada, huérfanos serán tus hijos y a tu mujer viuda haré. “Si le prestares dinero a un pobre que esté contigo, no le serás usurero ni intereses a él le impongas; Si de tu prójimo en prenda llegas a tomar vestido, a él se lo devolverás antes de que el sol se ponga: Es la cubierta a su cuerpo. Lo usa cuando está dormido. Con misericordia oiré, su clamor que a Mi disponga. “No maldigas a los jueces ni hables mal del gobernante; Presentarás sin demora, primicias de tu cosecha; El primero de tus hijos, me lo pondrás adelante. “Con el del buey y la oveja, esto será lo que harás: Siete días lo dejarás para que esté con su madre, y luego, al octavo día, a Mí me lo entregarás. “Habréis de serme hombres santos: Animal no comeréis que ha sido despedazado por las fieras en el campo, Esa carne tomaréis y a los perros la echaréis.”
23 Leyes de justicia y de misericordia
Las tres Fiestas Anuales
“Rumor falso nunca incites. Evitarás ser formal,| con quien quiere hacer de ti un testigo en su delito. No sigas a los que buscan de continuo hacer el mal, ni apoyes la mayoría como testigo en conflicto, a sabiendas de que agravios al final ha de causar.
“Tres veces durante el año, fiesta me celebraréis: ‘Los Panes sin Levadura’, será fiesta de guardar; tal como yo os lo mandé, siete dias los comeréis: De Egipto en Abib salisteis y lo habréis de celebrar. Con vuestras manos vacías a Mí no te llegaréis.
“No le seas parcial al pobre si en problemas se ha metido. Si encuentras el buey o el asno que tu enemigo extravió, tómalo y se lo regresas. Así harás lo que es debido.
“En la ‘Fiesta de la Siega’, los frutos de tus labores que habéis sembrado en el campo, también lo celebraréis; Y a la salida del año, junto a tus trabajadores, la ‘Fiesta de la Cosecha’, celebrando la estaréis, cuando del campo recojas, de tus frutos los mejores.
“Si debajo de su carga al asno vieres metido, siendo aún de tu enemigo, ayúdale a levantarse. Defenderás los derechos del pobre que ves caído. “De palabra de mentira y falsedades te alejas. No absolveré a quien condene a morir al inocente. Soborno nunca recibas porque al aceptarlo dejas, que te enceguezca y pervierta la palabra del decente. “No oprimas al extranjero. Conocéis sus sentimientos, porque extranjeros ya fuisteis en Egipto y sus cimientos.” “Seis años siembra la tierra y tu cosecha tendrás, mas el séptimo la dejas sin cultivar y vacante, porque a los pobres del pueblo, alimento así les das. Los animales del campo comerán de lo restante; Con tu viña y olivar de igual manera lo harás. “Seis días harás tu labor, séptimo descansarás, y lo harán tu asno, el buey, y también el forastero, y del hijo de tu esclava sus fuerzas renovarás. “Ante todo cuanto he dicho, alerta debéis estar Otros dioses, vuestra boca, nunca habrán de mencionar.”
“Tres veces durante el año, y ante Jehová, como oficio, presentes se hagan los hombres ante Mí sin una excusa. Con pan leudado no ofrezcas sangre de mi sacrificio, ni la grasa de mi ofrenda al dia siguiente se usa. “Las primicias de tus frutos traerás ante Jehová; En la leche de su madre, no prepares el cabrito.”
El Angel de Jehová Enviado Para Guiar a Israel “Delante de tí va mi Angel. Yo lo envié y él te guiará en el camino al lugar que preparado he descrito. Guárdate delante de él. Mi nombre en él estará: No le resistas y escucha cuanto te hable en requisito, porque vuestra rebelión él nunca perdonará. “Pero si su voz escuchas e hicieres cuanto Yo diga, tu enemigo es mi enemigo y afligiré al que deseo. Delante de tí va mi Angel y hará que el pueblo le siga a tierra del amorreo, del hitita, ferezeo, cananeo y jebuseo, y a todos destruirá porque mi Angel los castiga.
“A sus dioses no te inclines, o les sirvas, o aún imites; Todas las estatuas quiebras, del todo las destruirás; Pero a Jehová servirás, y cuando le necesites, tu agua y pan bendecirá y enfermedad no verás. “No habrá mujer que abortare, ni estéril habrá en tu tierra y al número de tus días, yo le daré cumplimiento. Delante de tí enviaré cuanto al enemigo aterra, y en confusión huirán, todos, a tu movimiento. “A la avispa yo enviaré y al Heveo le haré daño, y el Cananeo y Heteo, delante de tí huirán; De tu presencia saldrán, pero no en menos de un año, porque si la tierra queda, desierta, se aumentarán las fieras que atacarán, a tu pueblo cual extraño.
“Delante de tí los echo, poco a poco, hasta que tomes la tierra por heredad, y en ella te multipliques. “Yo estableceré fronteras que vayan desde el Mar Rojo hasta el de los filisteos; y del desierto, al Eufrates y a quienes moran la tierra a tus manos los arrojo. Luego, delante de tí, los echas sin más debates. “No harás alianza con ellos. Con sus dioses, mucho menos. No habitarán en tu tierra, porque si lo haces te inducen a pecar en contra mía, sirviendo a dioses ajenos, algo que muy ciertamente, a tropiezo te conducen.”
24 Moisés y los Ancianos en el Monte Sinaí “Sube ante Jehová tú y Aarón, –le dijo Dios a Moisés,– también, con Nadab y Abiú, setenta ancianos del pueblo. Os postraréis a distancia, reverentes y cortés. Ellos no se lleguen cerca. Solo Moisés ha de hacerlo.” Moisés vino y contó al pueblo, cuanto Jehová decretó. “Tal cual Jehová dijo haremos.” –El pueblo le respondió.– Todo cuanto Dios le dijo, asimismo él lo escribió. Se levantó en la mañana y allí mismo edificó un altar al pie del monte, con doce columnas firmes: Representando las tribus, de Israel, lo dedicó. De los hijos de Israel, los más jóvenes envió, a ofrecer en sacrificios de paz para Jehová holocaustos y becerros, cuya sangre la vertió en tazones, y a mitad, la esparció sobre el altar. Y Moisé, tomando el libro de la alianza, lo leyó hablándole a todo el pueblo, el cual así respondió: “Haremos en obediencia, tal cual Jehová lo mandó.” Moisés, tomando la sangre, a todo el pueblo roció “He aquí la sangre el pacto que Jehová hizo con vosotros referente a Sus palabras.” –A todos les sentenció.
Con Aarón, Nadab y Abiú, Moisés había llevado setenta ancianos del pueblo que él había seleccionado. Al Dios de Isael le vieron , de pie en un embaldosado de zafiro, al mismo cielo, en pureza comparado. Y aunque a Dios mismo le vieron, Su mano no la extendió contra aquellos principales de los hijos de Israel. Reunidos con El comieron, y a Moisés se dirigió: “Te daré tablas de piedra. Sube al monte, espera en él.’’ En ellas los mandamientos y la ley los escribió. Se levantaron Moisés, y Josué, su fiel ministro, y al monte de Dios subió, Moisés mientras hablaba: “A que a vosotros volvamos, esperad cual fue previsto. Aarón y Hur ayudarán, si algo se les presentara.” Cuando Moisés subió al monte, una nube lo cubrió; Sobre el Sinaí, la gloria de Jehová se reposó. La nube que lo cubrió por seis días prevaleció y al séptimo día Jehová, de la nube lo llamó. La apariencia de la gloria de Jehová resplandeció, cual fuego consumidor ante el pueblo de Israel. Y Moisés entró en la nube, en la cual permaneció. Por cuarenta días y noches, en el monte estuvo él.
25 La Ofrenda para el Tabernáculo Le habló Jehová a Moisés, para que al pueblo dijera: “Dí a los hijos de Israel que tomen, para mí, ofrenda. Todo varón que la diere lo hará porque así lo quiera, según sea su voluntad y sin ninguna contienda. “La ofrenda será hecha en oro, plata, y cobre natural, pelo de cabras y pieles, madera de acacia, aceite, piedras de ónice y de engaste para efod y pectoral, especias, también incienso, cuyo aroma es un deleite. “Harán para mí un santuario, y entre ellos habitaré. Tabernáculo, utensilios, todo será cual te diga. Lo haréis como lo diseñe, y yo te lo mostraré.
El Arca del Testimonio “Con la madera de acacia, un arca así me la harán: un codo y medio de ancho, por dos y medio de largo; codo y medio sea la altura, y luego, la cubrirán en oro puro por dentro, y por fuera, les encargo, con una cornisa de oro en todo su alrededor. “Fundan cuatro anillos de oro que en las esquinas pondrán: Dos anillos van a un lado y dos en el otro lado. Usen madera de acacia: dos varas con ella harán; luego las cubren en oro, y la meten con cuidado en los anillos del arca, pues llavándola estarán. Las varas en los anillos, para eso se han destinado. “Yo te daré el testimonio y en el arca lo pondrás; Luego, en oro fino, quiero, le hagas un propiciatorio: serán dos codos y medio de largo como lo harás; de ancho, dos codos y medio, me será satisfactorio.
“En oro, dos querubines: a martillo van labrados y hechos a los dos extremos, con la cubierta, una pieza; mirando al propiciatorio, los ubicas a los lados, con las alas extendidas, cubriendo así su grandeza. “Estaré hablando contigo y a tí me declararé de entre los dos querubines del arca del testimonio, y lo que quiero que el pueblo, haga, te lo mandaré.”
La Mesa Para El Pan de la Proposición “Con la madera de acacia también una mesa harás: sea su largo de dos codos y de ancho le das un codo; la altura de un codo y medio también se la medirás. le harás luego una moldura y en oro lo cubres todo. “Le harás marco alrededor de un palmo menor de anchura, y al marco le haces moldura, todo en oro alrededor, y en las esquinas le pones cuatro anillos que a su altura, cual las patas han de ser, de uso para el cargador. “Los anillos, de oro puro, antes del marco le harás. Por ellas entran las varas con que se lleva la mesa. Platos, cucharas, vasijas y tazones deberás hacerlos en oro puro, para libación expresa. “En adelante vendrás, y sobre la mesa misma, pan de la proposición continuamente pondrás
El Candelero de Oro “Candelero en oro puro, a martillo bien labrado, base, cálices y tallo, con sus botones y flores harás de una sola pieza, tres brazos a cada lado:
“En forma de flor de almendro, tres copas por brazo quiero. Cada uno ha de llevar, una flor y una manzana: de igual forma en los seis brazos, que salen del candelero. “En forma de flor de almendro, cuatro copas le pondrás con sus manzanas y flores al tallo del candelero; Y bajo cada dos brazos, una manzana le harás y así, de conformidad, a los seis brazos lo espero, todo en una sola pieza que a martillo labrarás.
“Siete lámparas en oro en lo alto le pondrás, las cuales al encenderlas alumbren hacia adelante. Con sus despabiladeras y platillos las harás, de un talento de oro puro, cual todo vaso restante. Todo conforme al modelo que en el monte viste atrás.
26 El Tabernáculo “El tabernáculo en lino, consistirá en diez cortinas: lino torcido en azúl, en púrpura y carmesí, decoras con querubines cual artesanías finas. “Veintiocho codos de largo le darás como medidas, y verificas en todas, que su ancho sea cuatro codos; Una con otra y de a cinco las juntas dejando unidas. Haces lazos de hilo azul en las orillas de todos y al extremo en cada unión, las lazadas referidas. “En lazadas contrapuestas una frente a otra le harás, cincuenta por cada extremo sobre el borde que está junto. Luego, con cincuenta ganchos en oro las unirás, y el tabernáculo forme, unido, un solo conjunto. “Usando pelo de cabra, once cortinas harás, de treinta por cuatro codos en medida establecida. Las juntas en cinco y seis, luego las separarás: Doblada ante el tabernáculo, pones la sexta extendida. “Cincuenta lazos le pones en la orilla a una cortina y otras cincuenta lazadas al borde de una segunda; luego harás cincuenta ganchos en bronce que se destina a las lazadas que metes, para que formes la funda. “El sobrante que resulte, que es mitad de una cortina, hacia el lado posterior del tabernáculo cuelga, un codo de cada lado, al cubrirlo por encima. “Una cubierta de pieles le harás también a la tienda La piel será de carnero, y la teñirás de rojo y pondrás piel de tejón, encima, cual una prenda
“También madera de acacia, para la mesa usarás, tablas derechas que van de manera vertical; diez codos por uno y medio de medida le pondrás y cada tabla tendrá dos espigas, que al final, si se traban entre sí, una con otra unirás. “Al lado sur de la mesa, veinte tablones irán y en plata, cuarenta bases, dos bajo cada tablón. Al lado norte, igualmente, otros veinte lo estarán, cuarenta bases de plata, y dos van bajo la unión. “Al lado del occidente, llevará otros seis tablones, y haces además dos tablas que pondrás en las esquinas, posicionando en la mesa los extremos posteriores los que abajo y por arriba, con un aro van unidas. “De modo que habrá ocho tablas, y en plata dieciseis bases, dos bases bajo una tabla, dos bajo el otro tablón. Travesaños en madera para los tablones haces, cinco a cada lado pones, porque en total diez lo son. “La barra del centro pasa por el medio de las tablas yendo de un extremo al otro, –todo recubierto en oro, como en oro los anillos por los que pasan las barras. “Alzarás el tabernáculo, conforme al modelo visto, y harás también en azul, un velo en lino torcido con púrpura y carmesí, de querubines provisto, cual obra de artesanía y primor desconocido. “Hazte en madera de acacia los cuatro pilares anchos, sobre las cuales pondrás el tabernáculo adjunto. Las recubrirás en oro, con capiteles y ganchos, y sobre bases de plata montarás todo el conjunto.
“Cuelga el velo de los ganchos y detrás pones el arca. Así el velo servirá para hacer separación: el Lugar Santo será separado del Santísimo.
“El tabernáculo tiene, a la entrada, una cortina, hecha en material azul, con púrpura y carmesí. La harás en lino torcido, cual bordado en obra fina.
“El Santísimo será por el velo separado que colgado de los ganchos detrás del arca pondrás separando el Lugar Santo que estará del otro lado.
“Y a la cortina le harás cinco columnas de acacia, las que cubrirás en oro, con todo y sus capiteles, con cinco bases fundidas, en bronce para eficacia.”
“El Propiciatorio va, sobre el arca entonces puesto, y el Santísimo el lugar que ya le ha sido asignado. La mesa fuera del velo, y el candelero dispuesto hacia el sur, frente a la mesa, que va puesta al otro lado.
27 El Altar de Bronce “Harás también un altar, –le dijo luego a Moisés,– todo en madera de acacia, de cinco por cinco codos en su longitud y anchura, y de altura le das tres. En cada esquina le pones cuatro cuernos, siendo todos, parte de la misma pieza y en bronce los cubriréis. “Calderos, paletas le haces para la ceniza que haya, tazones, garfios, braseros, todo en el bronce lo haremos. Y le harás un enrejado de metal formando malla, con cuatro anillos de bronce puestos en sus cuatro extremos. “Y la pondrás por debajo, alrededor del altar, de modo que el enrejado le llegue hasta la mitad. Y harás también en acacia y cubiertas de metal, varas que por los anillos, puestas a ambos lados van, cuando llegado el momento se tenga que transportar. En tablas, tal cual lo viste, el altar, hueco, lo harán.”
El Atrio del Tabernáculo “Al tabernáculo le haces, al sur, un atrio ambiental, y en longitud de cien codos, cortina en lino torcido, veinte columnas y bases todas hechas en metal. Los ganchos de los pilares en plata, como es debido. “Y de la misma manera, al lado norte le harás las cortinas y pilares, todas con bases de bronce, con sus ganchos y molduras de plata, como sabrás. “El ancho al lado occidente, cincuenta codos tendrá; sus pilares de diez codos, cada una en bronce montado. El frente, cincuenta codos, de cortinas dispondrá, cada una de quince codos, una puesta a cada lado; tres columnas por cortina, las tres bases llevará.
“Para la puerta del atrio una cortina me le haces, en largo de veinte codos, que harás en lino torcido púrpura, azul, carmesí, cuatro pilares y bases. Columnas, ganchos y bases, en plata como es sabido. “Cien codos de longitud el atrio que construirás: cincuenta codos de anchura, cinco la altura total; las cortinas, por supuesto, en lino torcido harás; las cortinas van en lino y las bases en metal. “Para el tabernáculo haces, utensilios en metal: que en el servicio los vasos, y las estacas del atrio, sean todos hechos en bronce, me será fundamental.”
Aceite para las Lámparas “A los hijos de Israel mandarás a que te traigan aceie puro de olivas para la iluminación para que continuamente todas las lámparas ardan. “Y delante de Jehová, en el sitio de reunión, delante del testimonio, afuera del velo puesto, serán dispuestas en orden como estatuto de acción por Aarón y por sus hijos, quienes habrán de hacer esto, como estatuto perpetuo a toda generación.”
28 Las Vestiduras de los Sacerdotes “Aarón y todos sus hijos mis sacerdotes serán. Harás que se acerque a tí, él y sus hijos consigo. Nadab, Abihú, Eleazar, e Itamar me servirán, con vestiduras sagradas que les harás como abrigo, para gloria y esplendor que por honra vestirán. “Con sabiduría llené los sabios de corazón. Háblales, pues van a hacer, los vestidos que consagran a servir cual sacerdote, a quien es tu hermano Aarón. “Las siguientes vestiduras que serán confeccionadas, son el pectoral, efod, manto y túnica bordada, el turbante, cinturón, cual vestiduras sagradas, que Aarón y sus hijos vistan de manera consagrada. “Harán el efod en oro, púrpura, azul, carmesí, y en obra de bordador usarán lino torcido, con hombreras que se junten a sus extremos, y así, será el ceñidor de ajuste, con el diseño debido. “Dos piedras de ónice tomas; y grabas con instrumento los doce nombres de aquellos que son de Israel los hijos: seis nombres en cada piedra de acuerdo a su nacimiento, y alrededor, todo en oro, le harás los engastes fijos. “Sobre los hombros del Efod, las dos piedras se pondrán. Ellas serán de memoria a los hijos de Israel, y Aarón será quien las lleve delante de Jehová. Así mismo en oro puro engastes habrás de hacer, junto con dos cadenillas que trenzadas a ellos van. “En obra primorosa haces, también, pectoral del juicio, cuadrado y doble, de un palmo, largo y ancho en su medida, conforme obra del Efod, indicada en un inicio, en oro y lino torcido, tal como fue establecida.
“Y lo llenarás de piedras: cuatro hileras de brillantes. Rubí, topacio y berilio, lo encabezará la lista. La segunda una esmeralda, un zafiro y un diamante. El tercer orden será, jacinto, ágata, amatista. “Crisólito, ónice y jaspe en la cuarta hilera van, y en oro, con sus encajes, las engastarán en él. Como doce son las piedras, ellas representarán, doce tribus por los nombres de los hijos de Israel. “Cadenetas de oro puro sobre el pectoral harás, y pones en cada extremo anillos de oro brillante. Por entre los dos anillos los cordones meterás, los fijas a los engastes sobre el Efod por adelante. “Dos anillos más en otro, harás para el pectoral: los pondrás a los extremos, y sobre el borde interior. Y abajo de las hombreras y junto a su unión frontal, pondrás otros dos anillos sobre el cinto ceñidor. “Así es que por sus anillos el pectoral atarán a los anillos del Efod con un cordón de jacinto, ceñido al cinto y seguro, que no lo desprenderán. “Para memoria a Jehová esto se hace necesario: Aarón llevará los nombres de los hijos de Israel en el pectoral del juicio, al entrar en el santuario. “Y en el pectoral del juicio, Aarón deberá llevar ambos, Urim y Tummim, para que estén siempre allí sobre el corazón de Aarón, cuando tenga que entrar delante de Jehová. Y sobre su corazón el juicio llevará así, de los hijos de Israel, delante de Jehová. “Harás el manto del Efod y azul será el material. Y a la mitad, por arriba, le pondrás una abertura, con borde de obra tejida, de una manera especial, cual cuello de un coselete que no se rompe y que dura.
“En los bordes inferiores, en azul granadas le haces, con púrpura y carmesí, y con campanillas de oro. Y las orillas del manto las alternas con enlaces, para cuando Aarón ministre, con un efecto sonoro, al entrar en el santuario, escuches todos sus pases. “En oro puro te harás lámina en forma galante, que diga grabado en sello: ‘CONSAGRADO A JEHOVA.’ Con un cordón de jacinto la pondrás sobre el turbante, y la pondrás en la mitra que solo Aarón llevará. “Aarón llevará el pecado de las cosas consagradas, que los hijos de Israel en santa ofrenda trajeron. Con Jehová hallarán gracia en las cosas presentadas, mientras él lleve en su frente la mitra que le pusieron.
“Habrás de tejer a cuadros una túnica de lino, y harás turbante de lino y un cinto de bordador. Para los hijos de Aarón, túnicas y cintos finos, y unos turbantes que adornen con su gloria y esplendor. “Y con ellos vestirás, a Aarón tu hermano, y sus hijos. A todos ellos los unges, consagras y santificas, porque a Mí habrán de servirme como sacerdotes fijos. “Harás pañetes de lino que cubran lo necesario, de la cintura a los muslos en toda su desnudéz, y así vestidos vendrán a servir en el santuario. Y si al tabernáculo entran, me sirvan con sensatéz, en estatuto perpetuo que les será autoritario.
29 Consagración de Aarón y de sus Hijos “Esto es lo que harás con ellos con el fin de consagrarlos: Tomarás de la vacada, dos carneros y un becerro, seguro de que no tienen ningún defecto al tomarlos. “Tomas pan sin levadura, torta en aceite amasada, galletas sin levadura en aceite bien untadas, y con esto harás harina, de trigo determinada, que pondrás en una cesta para ofrenda destinadas, con el becerro y carneros tomados de la vacada. “Al tabernáculo harás que Aarón llegue con sus hijos, y los lavarás con agua para vestirlos distinto. Las ropajes que te indico Aarón los llevará fijos: Túnica, manto y efod, el cual ciñes con el cinto,
“Toda la sangre que sobre, al pie del altar la tiras. Tomas además el cebo que cubre los intestinos; El que está sobre riñones y el hígado lo retiras, y los quemas juntamente sobre el altar que dijimos. “Mas la carne del becerro, piel y estiercol que ha quedado, afuera del campamento lo quemas en sacrificio, consumiéndolo en el fuego, expiación por el pecado. “Un carnero has de tomar, y a Aarón y a sus hijos llamas para que pongan sus manos, todos, sobre la cabeza; lo matarás, y su sangre, sobre el altar la derramas; lo cortarás en pedazos y lavarás cada pieza, y en holocausto a Jehová, lo pones sobre las llamas.
“Sobre su cabeza pones la mitra en su posición, y la diadema sagrada la pones sobre el turbante, y en su cabeza derramas el aceite de la unción; Luego vistes a sus hijos, que harás pasar adelante.
“El otro carnero tomas y a Arón y a hijos aconseja, sobre la cabeza vengan sus manos a colocar. Lo matas, y de su sangre, pondrás a Aarón en su oreja, sobre el lóbulo derecho, y también sobre el pulgar de los pies derechos de ambos, sin admitir una queja. El resto de sangre esparces alrededor del altar.
“Ceñirás los cinturones de todos y cada uno. Tambiés atarás sus tiaras y tendrán el sacerdocio por un derecho perpetuo, consagrado y oportuno.
“La sangre sobre el altar y el aceite de la unción, la rociarás sobre Aarón y sobre sus hijos, que ahora, ellos y sus vestimentas santificados lo son.
“Delante del tabernáculo de reunión y con firmeza, harás llegar el becerro que Aarón, igual que sus hijos, procederán a poner las manos en la cabeza.
“Luego el cebo del carnero, vísceras, hígado y la cola, tomarás con los riñones y la espaldilla derecha, porque de consagraciones es carnero que enarbola.
“A la entrada de la puerta, del tabernáculo mismo, matarán luego al becerro ante Jehová con denuedo; de su sangre tomarás, y con mucho simbolismo, sobre los cuernos la pones en el altar con tu dedo.
“De la cesta de los panes del altar tú necesitas, tomar un pan y una torta amasada ya en aceite, y pones todo en las manos de Aarón e hijos y lo agitas, como ofrenda que mecida a Jehová sea de deleite.
“Aparta el pecho de ofrenda y muslo que fue mecido y todo cuanto fue alzado y a Jehová santificado Por estatuto perpetuo para ellos fue establecido y para Aarón y sus hijos ungidos y consagrados Sus vestiduras son santas: con ellas serán ungidos. “El hijo suyo que sea sacerdote en su lugar si al tabernáculo entra de servicio en el santuario, por siete dias continuos las vestirá sin dudar. “El carnero que fue usado para las consagraciones en el lugar del santuario, su carne allí cocerás. Y con el pan de la cesta, Aarón e hijos, sus raciones, comerán con cuanto se hizo lo ya consagrado atrás; y el extraño se abstendrá de comer sin excepciones, porque son cosas sagradas y santas son por demás. “Si de las consagraciones alguna carne ha sobrado, y de las cosas usadas quedare hasta la mañana, es santo y ha de quemarse. Al fuego será llevado. “Así harás a Aarón y a sus hijos, conforme a lo que he mandado: Siete días los consagras, y un toro al día sacrificas, purificando el altar y en expiación al pecado; y como al altar que es santo, siete días lo santificas, y cuanto toque el altar es también santificado.”
Las Ofrendas Diarias “Ofrecerás dos corderos sobre el altar cada día: Un cordero en la mañana, otro cuando el sol declina. Cada cordero ofrecido también se me ofrecería con una decima parte de una efa de harina fina y aceite molido, un cuarto, que con él se amasaría. La cuarta parte de un hin, la libación determina. “Cuando ya caiga la tarde, el otro cordero ofreces, conforme a la ofrenda hecha en la mañana temprano. Tal cual fué su libación, para Jehová la estableces. Será holocausto continuo para un encuentro cercano por vuestras generaciones, para hablaros muchas veces. “Con los hijos de Israel, allí me reuniré, y con mi gloria será, el lugar santificado. Al tabernáculo mismo Yo lo santificaré, porque como sacerdotes, a Aarón e hijos he llamado. “Ante ellos seré su Dios, y entre ellos habitaré y conocerán que Soy, el mismo Jehová su Dios, El que habitó en medio de ellos, y de Egipto los saqué.”
30 El Altar del Incienso “Para quemar el incienso, altar de madera harás, en largo y ancho de un codo, y dos codos en altura, cuernos de la misma pieza, todo en oro cubrirás, del techado a las paredes, lo mismo que una moldura, que en oro y en rededor, igualmente construirás.
“Todo aquel que sea contado, mayor de veinte, dará medio ciclo como ofrenda, para expiación a Jehová, que ni el rico aumentará ni el pobre disminuirá. Todo ello para la obra del tabernáculo va, y por memoria a los hijos de Israel ya les será.”
La Fuente de Bronce
“Debajo de su corona, y sobre cada costado, le harás también dos anillos que vayan en cada lado, y en ellos irán las varas con que será transportado, las que en madera de acacia le son para ser llevado.
“Una fuente, toda en bronce, con agua la llenarán, y entre el altar y la mesa, de reunión, la pondrán, así que Aarón y sus hijos pies y manos lavarán, y si al tabernáculo entran, lavados, no morirán.
“Ante el velo, junto al arca, allí pondrás el altar, delante de la cubierta que está sobre el testimonio; allí testificaré si nos vamos a encontrar.
“Y cuando al altar se acerquen dispuestos a ministrar, y quemar allí la ofrenda encendida a Jehová, manos y pies lavarán, y habrán de considerar: quien no siga estas instrucciones, de otra forma morirá, y por perpetuo estatuto su simiente ha de llevar.”
“Aarón quemará sahumerio de aroma cada mañana, y en la noche igual lo quema, en las mismas condiciones; y será rito perpetuo que ya nadie lo profana, delante de Jehová, por vuestras generaciones. “No ofrezcas sobre el altar, un sahumerio equivocado; no habrá holocausto, presente, ni libación derramada. Aarón una vez al año ha de hacer por el pecado, sacrificio con la sangre de la expiación aceptada que hará, por generaciones, y a Jehová le es muy sagrado.”
La Ofrenda del Rescate “Censo harás para contar a los hijos de Israel, y rescate pagará cada uno por su persona; y lo harás para evitar que haya mortandad en él.
El Aceite de la Unción, y el Incienso Jehová llamó a Moisés y le habló con potestad: “Tomarás especias finas: quinientos siclos de mirra, y de cálamo y canela, será solo la mitad. “De casia quinientos siclos, por el siclo del santuario; Un hin de aceite de olivas, y tienes la santa unción; un ungüento combinado, el cual será necesario, para ungir el tabernáculo, y arca, con la solución. “También ungirás la mesa, utensilios, candelero, con el altar del incienso, holocausto, vasos, fuente, y consagrados serán, santísimos, cual los quiero.
“También ungirás a Aarón y a sus hijos solamente, para que mis sacerdotes consagrados así sean. Y a los hijos de Israel explicarás, que mi aceite, por vuestras generaciones como santa unción la vean.
“Mueles una parte de ella pulverizándola bien. Delante del Testimonio la pondréis en el lugar, del tabernáculo mismo, donde he de verte también. Será cosa muy sagrada y que habréis de delegar.
“Y sobre carne del hombre no podrá ser nunca untado, ni otro semejante haréis; y he aquí la parte importante, porque santo es, por sagrado, lo trataréis con cuidado. Cualquiera que compusiere un ungüento semejante, y de él pusiere en extraño, del pueblo será cortado.
“No haréis incienso ninguno de confección similar, porque cual cosa sagrada fue hecha para Jehová, y quienquiera que otra hiciere, de este modo singular, cortado de entre su pueblo, ni siquiera la olerá.”
“De igual peso tomarás, –dijo Jehová a Moisés,– aromas, estacte y uña, gálbano e incienso puro, pura y santa, bien mezclada, obra de incienso la haréis.
31 Llamamiento de Bezaleel y de Aholiab Habló Jehová a Moisés y así continuó diciendo: “Al hijo de Uri he llamado, por su nombre Bezaleel, Del Espíritu de Dios, lo he llenado y voy poniendo, además de inteligencia, ciencia y artificio en él. “Será sabio en inventar diseño en todo metal, en el tallado de piedras que muy bien sabrá engastar, y el tallado de madera le será fundamental. “Con él he puesto a Aholiab, que es de la tribu de Dan, el hijo de Ahisamac, en quien también he pensado, y he puesto sabiduría en aquellos que ya están, dispuestos de corazón para hacer lo que he mandado. “El tabernáculo y arca, el propiciatorio en ella y todos sus utensilios; el candelero, y altares, con todos sus utensilios, fuente y base puesta al lado, las vestiduras de Aarón para el servicio obligado, el aceite de la unción y el incienso en la botella, todo ello lo harán conforme a cuanto Yo os he mandado.”
El Día de Reposo Como Señal Continuó Jehová diciendo, y así le habló a Moisés: “A los hijos de Israel, tú les hablarás diciendo: ‘Señal entre Mí y vosotros, día de reposo lo es, guárdenlo vuestras edades y así lo sigan haciendo. Soy Jehová que os santifico y así lo recordaréis. “’El que profane ese dia, ciertamente morirá. Si en él obra alguna hiciere, de entre su pueblo es cortado. Seis días se trabajará, y un día se descansará; el sábado es de reposo y a Jehová le es consagrado. “’Los hijos de Israel, todos, el sábado guardarán, y por sus generaciones, y como perpetuo pacto, como señal para siempre, todos lo celebrarán, porque en seis dias Jehová, hizo todo de ipsofacto y al sábado descansó, como ya recordarán.’” Y cuando acabó de hablar en el monte Sinaí, dos tablas del testimonio que escribió Dios con su dedo, las extendió a Moisés antes de irse de allí.
32 El pueblo vió que Moisés se tardaba en descender, y le pidieron a Aarón que unos dioses les hiciera: “Parece que aquel varón que nos llegó a defender, ya no habrá de regresar, porque algo le sucediera.” “Traed los zarcillos de oro de vuestras mujeres e hijos.” –Les dijo ante su insistencia, – y el pueblo le obedeció. Hizo entonces un becerro que vieron con regocijos, y le dijo: “He aquí a los dioses, que a ustedes los liberó.” Luego edificó un altar, anunciándoles la fiesta, que a la mañana siguiente, a Jehová todos le harían. Y así el pueblo, al día siguiente, atendiendo la propuesta, y ofrecieron holocaustos, en tanto se divertían. “Deberás bajar ahora, –le dijo a Moisés Jehová,– porque el pueblo que sacaste de Egipto, se ha corrompido, apartados del camino que indiqué a donde se va. Sacrificios a un becerro, adorando han ofrecido. “Han dicho que esos, sus dioses, de Egipto los liberaron. Pueblo de dura cervíz es como a este pueblo he visto. Deja pues que mi furor consuma a los que quedaron, y una gran nación haré, de tí, cual tenía previstro.” Entonces Moisés oró, a Jehová su Dios, diciendo: “¿Encenderás tu furor en el pueblo que sacaste, desde la tierra de Egipto por lo que estaba sufriendo? Los Egipcios hablarán diciendo que los mataste, llevándolos a los montes a donde estaban viniendo. “Desiste ahora de tu ira y a tu pueblo no hagas mal. Acuérdate que juraste, a Abrahám, y por tí mismo, multiplicar su simiente, y darles en heredad, la tierra cual posesión, que antes fuera un espejismo.”
Cambiando de parecer, decide ante sus llamados, no hacerle mal a aquel pueblo por las maldades que vió. Las tablas del testimonio, escritas por ambos lados, llevó Moisés en sus manos cuando de allí descendió, y en escritura de Dios, Sus órdenes y tratados. Josué mencionó el estruendo de aquel pueblo que gritaba y Moisés le respondió: “No es victoria ni es batalla. Son cantares los que escucho y eso no es lo que esperaba.” Al llegar al campamento vió el becerro con rechazos, en Moisés ardió la ira; y tomando las dos tablas, las arrojó contra el pueblo rompiéndolas en pedazos. Luego tomó el becerro hecho y en el fuego lo quemó, lo molió y redujo a polvo, que sobre el agua esparció, y a beber de aquellas aguas a todo el pueblo obligó. Le habló Moisés a Aarón: “¿Este pueblo qué te ha hecho para que traigas sobre él, este, tan grande pecado?” “No se enoje, mi Señor, –dijo con todo derecho,– sabes que el pueblo, hacia el mal, inclinado siempre ha estado. “Me dijeron, ‘haznos dioses, porque a este varón, Moisés, quien nos sacara de Egipto, ya no está, y desconocemos, qué es lo que le ha acontecido, y no hay guía, como ves.’ Les dije, ‘tráiganme el oro, si es que de oro disponemos’, lo eché al fuego y el becerro, les fué a todos de interés. “ Vió Moisés el desenfreno, que Aarón le había permitido al pueblo que era vergüenza, delante del enemigo. De pie frente al campamento, hasta la puerta había ido: “Quien de parte de Jehová es, venga y únase conmigo.” Y con él todos los hijos, de Leví, se habían unido.
“El Dios de Israel ha dicho, –Moisés al pueblo le dijo,– ‘Ciña cada uno su espada y entre ahora al campamento’ Hoy os habeis consagrado a Jehová como en un hijo. Deberán matar su amigo o pariente en cumplimiento, para que os dé hoy bendición tal y como lo predijo.” Y los hijos de Leví, conforme dijo Moisés, lo hicieron y en aquel día, tres mil personas murieron. Al siguiente día les dijo: “Ahora subiré otra vez, para clamar a Jehová, porque gran pecado hicieron.”
Volvió Moisés a Jehová, y le dijo: “Te he rogado, que por hacer dioses de oro, les perdones su delito, si este pueblo ha cometido, contra tí ese gran pecado. Si no, mi nombre lo borras, del libro que tú has escrito.” Jehová dijo a Moisés: “Al que contra mí pecare, a ese Yo lo borraré. Mi ángel ahora lo guiará, –y al pueblo se refirió,– pero en el día del castigo, a ellos los castigaré.” Y al pueblo, con una plaga, por lo que hicieron lo hirió.
33 La presencia de Dios prometida Le dijo Jehová a Moisés: “Sube de aquí con la gente, que de la tierra de Egipto sacaste a donde te envié, y de la cual juré dar a Abraham y su simiente. “Delante de tí enviaré, un ángel que al Cananeo, al Amorreo y Heteo, lo mismo que al Ferezeo, al Heveo y Jebuseo, echará sin titubeo, hasta la tierra que fluye leche y miel Yo, según veo. y que juré darla ellos, porque así fue mi deseo. “Mas por la dura cervíz que han demostrado tener, no subiré en medio de ellos, porque tal vez los consuma; Quitaos ahora vuestras joyas y entonces sabré qué hacer.” Oyó el pueblo la palabra y de luto se vistieron, y a partir del monte Horeb no hubo atavíos de unión. Moisés tomó el tabernáculo y hacia fuera lo extendieron, lo llamó ‘del Testimonio’ o ‘Tienda de Reunión’, y los que a Jehová buscaban, hasta la ‘Tienda’ se fueron.
Si Moisés se dirigía, a la Tienda de Reunión, el pueblo se levantaba a una distancia prudente; y a la entrada de su tienda, de pie miraban la acción: Una columna de humo bajaba en forma silente. Dios hablaba con Moisés y ellos, en adoración, cada uno en su propia tienda, de manera reverente. Y hablaba Jehová a Moisés, cara a cara, cual amigo, mientras Josué, hijo de Nun, permanecía en la tienda. Moisés dijo: “Si hallé gracia ante tus ojos, conmigo, señálame ahora el camino para que yo a tí te entienda.” “Mi presencia irá contigo y descanso en tu medida, –le dijo Jehová a Moisés.– En tí pondré mi bondad. Misericordia y clemencia tendré de quien Yo decida; mas mi rostro no verás ni aún por curiosidad, pues ningún hombre me ve y podrá seguir con vida. “Hay un lugar junto a Mí. Sobre la peña estarás; te cubriré con mi mano hasta que Yo haya pasado. Solo verás mis espaldas, mas mi rostro no verás.”
34 El Pacto Renovado Le dijo Jehová a Moisés: “Hazte en piedra otras dos tablas, como las dos que quebraste, porque yo escribiré en ellas, como lo hice en las primeras, todas mis mismas palabras. “Prepárate en la mañana. Subirás al Sinaí; No suba nadie contigo. Ni hombre, ni ovejas ni bueyes. Allí en la cumbre del monte te presentas ante Mí.” Moisés labró dos tablas cual fue la necesidad, y llevándolas con él, al monte Sinaí subió. Proclamando Su grandeza, misericordia y piedad, invocó Moisés Su nombre y en la nube descendió. “Tardo El es para la ira y grande en benignidad, guarda su misericordia, perdona la rebelión, no justifica al malvado, visita la iniquidad de padres sobre los hijos y hasta su generación.” Moisés bajó la cabeza y se postró ante el Señor: “Si gracia he hallado ante tí, entre nosotros estad, aunque de dura cervíz, sea este pueblo pecador. Nuestra iniquidad perdona. Haznos ahora tu heredad.” Y El contestó: “Pacto Yo hago, ante el pueblo en el que estás: Maravillas nunca hechas, en tierra o nación alguna, todo el pueblo las verá, y es la obra de Jehová, porque lo que haré contigo, cosa será cual ninguna.”
Advertencia Contra la Idolatría de Canaán “Guarda lo que Yo hoy te mando. Delante de tu presencia, amorreo y cananeo, al heteo, al ferezeo, al heveo y jebuseo, yo los echo sin dudar. Tómalo como advertencia: No harás alianza con ellos pues tropezadero veo. “Quebrareis sus estatus, derribareis sus altares’ Sus imágenes de acera las cortareis, pues no admito te inclines a dios ajeno o ante dioses similares, pues celoso cual Jehová nadie más es y está escrito. “Por tanto no harás alianza con aquellos moradores de tierra en la que fornican por ir en pos de sus dioses; sacrificios les ofrecen, y aquellos, sus pobladores, te invitarán a comer y hacer sus actos atroces, en los que usando a sus hijas, les harán adoradores. “Ellos tomarán sus hijas y a tus hijos las darán para que en fornicación les hagan seguir sus dioses, pero sus dioses fundidos jamás ustedes se harán.”
Fiestas Anuales “Los panes sin levadura es fiesta que guardarás: Siete dias comerás el pan sin la levadura, en Abib, porque es el mes, que a Egipto dejaste atrás. “De vaca o oveja macho, el primero me darás, mas del asno, con cordero, redimirás al primero que si no lo redimieres, su cabeza cortarás. El primero de sus hijos para mí también lo quiero, y con sus manos vacías ante mí no lo pondrás.
“Seis días trabajarás, mas toma el séptimo día para cesar sus labores en la arada y en la siega porque en el dia de descanso trabajar no se debía. “La Fiesta de las Semanas celebrarás en la fecha, las Fiestas de las Primicias y de la Siega del Trigo, y a la salida del año, la Fiesta de la Cosecha. “Se presentará en el año tres veces todo varón delante de Jehová, el Señor Dios de Israel, porque Yo de tu presencia, echaré toda nación, tu término ensancharé tal como lo habrás de ver, y nadie codiciará tu tierra con esta acción. “Con cosa leudada, nunca, sacrificio a mi me ofrezcas, ni de la fiesta de pascua en la noche dejas nada; en la leche de su madre el cabrito no lo cuezas. A la casa de Jehová me traerás a tu llegada, de tu tierra y de tus frutos, todas las mejores piezas. “No ofrecerás sacrificio de sangre con levadura, ni de la fiesta de pascua en la noche dejas nada; de lo mejor de tus frutos selecciona con mesura y a la casa de Jehová los traerás a tu llegada. “No cocerás el cabrito en la leche de su madre.”
Moisés y Las Tablas de la Ley Dijo a Moisés Jehová: “Esta palabras escribe como parte de mi pacto, contigo y con Israel.” Y sin comer ni beber, los mandamientos recibe, y así, por cuarenta días, permanece allí con El. Y llevando las dos tablas, de aquel monte descendió mas no sabía que su piel estaba resplandeciente y cuando fue a hablarle al pueblo a todos los sorprendió Tuvo que cubrir su rostro pues el brillo era evidente, mas cuanto dijo Jehová, Moisés lo habló a la gente. Y luego de que Jehová a Moisés le había hablado su rostro desplandeciente conel velo lo cubría para poder expresarles todo cuanto era mandado; y al entrar en Su presencia, de nuevo se descubría.
35 Reglamento del Día de Reposo
El Pueblo Trae la Ofrenda
Hizo juntar Moisés toda la congregación. Cuando los tuvo reunidos, les dijo así al acercarse: “Ha mandado Jehová, a toda la población, que en seis dias haga la obra, mas el séptimo descanse.
De los hijos de Israel, toda la congregación, de delante de Moisés, salió una vez le escuchó, y al lugar de reunión asistió todo varón, trayendo ofrenda a Jehová tal cual se los explicó.
“Cualquiera que en él hiciese obra alguna, morirá. Es sábado de reposo consagrado a Jehová. Nadie en ninguna morada, el fuego lo encenderá.
Vinieron hombes, mujeres, y todos los voluntarios, con cadenas y zarcillos, anillos y brazaletes, joyas, pieles, cuanto fuese, artículos necesarios para la obra del servicio, en ofrendas por paquetes:
“Todo hombre de corazón, generoso, traiga ofrenda. Será ofrenda a Jehová, en oro, en plata o metal, cárdeno, púrpura y lino, pelo de cabras cual prenda, cueros rojos de carnero, y madera ornamental. “Aceite para alumbrado, las especias necesarias para el incienso aromático y el aceite de la unción; pedrería para el engaste, para el efod piedras varias.”
La Obra del Tabernáculo “Entre vosoros vendrá el sabio de corazón, dispuesto a hacer cuanto Jehová, ha mandado que sea hecho: el tabernáculo, tienda, su cubierta y armazón, tablas, barras, sus columnas, que todo quede derecho. “El arca, el propiciatorio, y para la tienda el velo, mesa, vara y utensilios, sus lámparas y el aceite, lámparas y candelero, su aceite para el modelo, altar de incienso y aceite, cuyo aroma es un deleite. “El tabernáculo lleva las cortinas en la puerta, el altar del holocausto y su rejilla en metal, sus varas, sus utensilios, la fuente, base y cubierta, el atrio con sus cortinas, sus columnas en total. “Del tabernáculo y atrio, las cuerdas y sus barrotes; Todo lo que es vestimenta del ministro en el santuario, las vestiduras de Aarón e hijos como sacerdotes.
Quienes pudiesen hacerlo, metal o bronce en ofrenda para la obra del servicio, con la madera de acacia. Las mujeres, con sus manos, y en una forma estupenda, cárdena. púrpura, lino, hilaban con mucha gracia. Y los príncipes trajeron para efod y pectoral, piedras de ónice y engastes, aceite para la unción, aromáticas y especias, y alumbrado en general. De los hijos de Israel, con corazón voluntario, tanto hombres como mujeres, todos trajeron ofrenda, cual Jehová había mandado para la obra necesario.
Llamamiento de Bezaleel y de Aholiab Y Moisés dijo así a los hijos de Israel: “Hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá, con Su Espíritu llenó, nombrándole a Bezaleel, quien habría de trabajar para la obra de Jehová, en diseños de oro y plata, y en proyectos para El. Toda artística invención su habilidad la tendrá. “Ha puesto en su corazón la habilidad de enseñar, y tanto a él como a Aholiab, quien de Ahisamac es hijo, con sabiduría ha llenado y que puedan diseñar, en invención y bordado, en lino fino y telar, toda obra de artificio, tal y como ya se dijo.”
36 “Así que Bezaleel, de la tribu de Judá, y Aholiab, de Ahisamac, y de la tribu de Dan, y todo aquel hombre sabio, harán cual dijo Jehová, con las obras del Santuario, cual se mandaron y van.”
Moisés Suspende la Ofrenda del Pueblo Llamó entonces Moisés a todo aquel elegido, varón en quien Jehová puso, corazón sabio y dispuesto, a trabajar en la obra y hacer cuanto fue debido. Y delante de Moisés tomaron toda la ofrenda que traían cada mañana, de manera voluntaria, respondiendo así a la obra de una manera estupenda; mas la ofrenda del servicio fue más de la necesaria, y los maestros le armaron a Moisés una contienda. Pregonó entonces Moisés y por todo campamento: “No se haga más para ofrenda, del santuario cual se dijo, pues ya el material abunda y sobra por el momento.”
Construcción del Tabernáculo El tabernáculo fue terminado por los sabios, con diez cortinas de lino, de jacinto y carmesí, obra en fina artesanía, y con querubines varios, veintiocho codos de largo, todas iguales así, y cuatro de ancho, que en codos, se les hizo necesarios. Dos sets de cinco cortinas formadas de uniones finas, con lazadas de jacinto, desde el borde a la juntura. Cincuenta corchetes de oro enlazaron las cortinas, y el tabernáculo fue, levantado en su estructura. Así mismo, once cortinas, hechas con pelo de cabra, se hicieron en longitud de treinta por cuatro codos, todas en igual medida, conforme fue su palabra:
Hizo dos sets de cortinas, cinco y seis por producción, que hizo juntar entre sí para formar dos conjuntos. Hizo cincuenta lazadas en la orilla, por unión, y con ganchos de metal, uno y otro puso juntos. El tabernáculo fue, cubierto en piel de carnero; pieles teñidas de rojo, y encima, con pieles finas; y con madera de acacia hizo cual buen carpintero, los tablones de madera con sus medidas genuinas: diez codos de longitud, por un codo y medio entero. Cada tabla tenía espigas para trabarse cual ligas y así unir una con otra, en un número de veinte: Cuarenta bases de plata, dos por tabla y por espigas, y otras veinte tablas hizo al lado norte, hacia el frente. Para el lado occidental seis tablas también muy finas, dos tablas en las esquinas que se unían por debajo; con un gozne se ajustaban una y otra en las esquinas, siendo dieciseis las bases, que en plata tenían abajo. Para el tabernáculo hizo, todo en madera de acacia, travesaños que de a cinco, le puso por cada lado. Por enmedio de las tablas, pasó, con mucha eficacia, el travesaño del centro de modo muy controlado. Las tablas las cubrió en oro, los anillos hizo en oro; para el paso de las barras, todo en oro recubierto. En lino torcido el velo, hizo con mucho decoro, agregando querubines, obra artesana por cierto. El velo en cuatro pilares, madera de acacia en todo, fueron recubiertos de oro, con cuatro bases de plata. El velo puesto a la entrada, decorado de tal modo, que obra de recamador de inmediato se delata. También los cinco pilares hizo con sus capiteles. De oro recubrió la parte, superior de las columnas, y le hizo las cinco bases en bronce hasta los dinteles.
37 Mobiliario del Tabernáculo El arca también fue hecha por Betzaleel, en madera; en total su longitud, fue de dos codos y medio, y al medirla de ancho y alto, de solo uno y medio lo era. Luego fue cubierta en oro, por dentro, como por fuera, y una cornisa le hizo, en rededor, todo en oro; fundió además cuatro anillos que en las esquinas pusiera: dos y dos por cada lado con pulcritud y decoro. Usó madera de acacia para hacerle las dos varas, que para el transporte firme debió meter por enmedio. El propiciatorio en oro, de longitud, a las claras, fue de dos codos y medio por ancho de codo y medio. Dos querubines en oro le puso en los dos extremos: oro labrado a martillo con sus alas extendidas, y con el propiciatorio, en una pieza los vemos, ambos, al propiciatorio, sus miradas dirigidas. La mesa fue hecha en madera, toda en oro su estructura, en longitud de dos codos; de codo y medio su altura. De un palmo menor de anchura, le hizo un borde y su moldura. Cuatro argollas de oro le hizo, trabajo de fundición, que puso en las cuatro esquinas por arriba de las patas. Entre ellas irían las varas para el transporte en mención. Y todos los utensilios también en oro se hicieron: platos, cucharas, cubiertos, tazones de libación, todo cuanto habría de estar, en la mesa, lo pusieron.
Hizo el candelabro en oro, que a martillo fue labrado, su pie, su caña, sus copas, sus cálices y sus flores, y seis brazos, que de a tres, salían de cada lado. Formando una flor de almendro, en cada brazo tenía tres copas, una manzana, y una flor alrededor. La caña del candelero, cuatro copas exhibía, cada una cual de flor de almendro, con su cáliz y su flor. Y conforme a los seis brazos saliendo del candelero, había un cáliz por debajo, de cada dos de sus brazos, todo en una sola pieza, de oro puro por entero. Siete candelabros hizo, también de oro, a martillazos, cada uno con su platillo y su despabiladero. Hizo el altar del incienso, de un codo de longitud, por otro codo su anchura y de dos codos de altura, cuernos de la misma pieza, todo con exactitud. Cubrió todo en oro puro; le hizo en oro una moldura, a la que agregó debajo dos argollas a los lados, para así meter las varas que irían con la estructura, siendo en madera de acacia con cubrimientos dorados. Hizo asimismo el aceite que habría de ser de la unción; también el incienso puro, arte del perfumador.
38 El Altar de los Holocaustos El holocausto en madera, todo en acacia lo hizo: su longitud cinco codos y el ancho de cinco codos; le dió tres codos de altura, cudrado como lo quizo. En las cuatro esquinas le hizo, cuernos de la misma pieza, y cubriendo todo en bronce, usando el mismo metal, utensilios fabricó para el altar con certeza: hizo calderos, tenazas, garfios y su instrumental. También para el altar le hizo, en metal un enrejado, que por debajo del cerco le puso hasta la mitad. Fundió luego cuatro anillos que le puso a cada lado, por donde metió las varas con las que se iba a llevar. Además del mismo bronce, hizo para las mujeres que servían a la entrada, de la tienda de reunión, espejos y lavamanos, pedestal y sus enseres.
El Atrio del Tabernáculo Hizo el atrio y sus cortinas. El largo era de cien codos; la hizo de veinte columnas, con veinte bases de bronce, capiteles y molduras en plata los hizo todos. De cincuenta codos le hizo, cortinas al occidente; diez columnas con sus bases, capiteles y molduras, capiteles y columnas, en plata, como al oriente. Tres columnas con sus bases le construyó a cada lado; cortinas de quince codos en lino torcido le hizo, y en el atrio, todas ellas, de ese modo elaborado. Las bases de las columnas eran en bronce pulido; capiteles y columnas lo fueron en pura plata, como en plata recubierto cuanto fue así construido. Cual obra de bordador, la cortina a la entrada, hecha en material azul, en púrpura y carmesí,
de longitud veinte codos, y con la anchura adecuada; cinco codos, cual del atrio, también se hicieron así. Sus columnas eran cuatro, cuatro bases en metal; los capiteles de plata, como en plata, las cubiertas, y las estacas del toldo para el santuario total; como el atrio circundante, todo en bronce recubiertas.
Dirección de la Obra y Materiales Las cantidades usadas para el Santuario del Pacto, registraron los Levitas que así dirigió Itamar, conforme a todas las cosas que Jehová mandó en el acto, y a través de Moisés, cual se debian diseñar. También con él Aholiab, quien de Ahisamac era el hijo, y entre la tribu de Dan, era un gran diseñador, artífice en carmesí y en lino fino prolijo, con el púrpura y azul, el mejor recamador.
Metales Usados en el Santuario Todo el oro de la ofrenda, que en la obra fue empleado, según fue la tasación, era de una tonelada. Tres toneladas y media en plata les fue contado, porque al pasar por el censo por ellos les fue entregada. Según ciclo del santuarioy asignado por cabezas, pagaron los que en edades sobrepasaban los veinte, total seiscientas tres mil, quinientas cincuenta piezas. Hubo además cien talentos, de plata que se fundieron, para las bases del velo y las bases del santuario, de modo que a cada base treinta y tres kilos le dieron; se usó la plata restante, en cuanto fué necesario. Dos mil trescientos cuarenta, en kilos sumó la ofrenda, que se usó para las bases del atrio y puerta de entrada, enrejado, altar y estacas para construir la tienda del tabernáculo mismo, en forma determinada.
39 Las Vestiduras de los Sacerdotes Como Dios mandó a Moisés, los vestidos les hicieron, para Aarón y los ministros, sagrados para el santuario. En púrpura, carmesí, y escarlata se tiñeron.
El Efod Bezalel hizo el efod, en oro y en lino fino. En lana que fué teñida en púrpura y escarlata, su trabajo artesanal fue primoroso y genuino. En sus extremos se unían las hombreras, siendo así, como el cinto del efod, todo hecho de igual labor: oro, azul, lino torcido, en púrpura y carmesí, tal cual ordenó Jehová, a Moisés ser el autor. Las piedras fueron labradas, luego en oro se montaron. Con los nombres de los hijos de Israel fueron grabadas; luego, sobre las hombreras del efod las incrustaron, como piedras memorables, cual las instrucciones dadas. Obra primorosa fue, también hecho el pectoral, en oro, azul, carmesí y todo en lino torcido, cuadrado, de un palmo de ancho, y de longitud igual, con cuatro hileras de piedras de precioso contenido: Un rubí en primera fila, crisolito, una esmeralda; la segunda, una turquesa, con un zafiro y un jade, jacinto, ágata, amatista, la tercera la respalda. Con topacio, ónice y jaspe, la cuarta hilera se invade. Montadas todas, y en oro, también cada una engastada.
Cual los hijos de Israel, las piedras sumaban doce, conforme a todos los hijos de Israel y por su nombre, grabado en cada una de ellas, que por tribu se conoce. Sobre el pectoral, trenzadas, en oro también veremos, le fueron hechas cadenas, que cual cordones colgaban, con dos engastes y anillos en oro en los dos extremos, puestos sobre las hombreras del efod en donde estaban. Otros dos anillos de oro en la orilla le pusieron, y dos más en las hombreras, puestos hacia la juntura. Luego los anillos de ambos al pectoral los unieron, para que permaneciesen de una manera segura, sobre el cinto del efod, tal como se los dijeron. El manto del efod hizo, Bezalel, azul, muy bien tejido, con su abertura en el medio, cual cuello de un coselete, con granadas en azul, carmesí y lino torcido. En oro puro le hicieron también unas campanillas que alternadas con granadas y de acuerdo a lo indicado por Jehová para Moisés, adornarían las orillas. Igualmente, en lino fino, las túnicas fueron hechas, también las mitras, turbante, toda la ropa interior que Aarón y todos sus hijos usarían en las fechas: El cinto en lino torcido, obra de recamador. En oro puro le hicieron también la placa sagrada y “SANTIDAD A JEHOVA” se le grabó como sello. Se le ató un cordón azul con sujección adecuada, tal cual Jehová lo mandó, a Moisés que hiciera aquello.
La Obra del Tabernáculo Terminada El tabernáculo fue, hecho cual Jehová dijera. Con todos sus accesorios a Moisés le fue traído, corchetes, tablas y barras, cual se dijo que se hiciera, cubierta en pieles teñidas, todo bien establecido. El Arca del Testimonio, varas y propiciatorio, mesa, los vasos y el pan, para la proposición, candelero, lamparillas, el aceite obligatorio para todo el alumbrado, y el otro para la unción.
El incienso del aroma, la cortina de la entrada, altar de bronce, enrejado, varas, la fuente y su base. las cortinas para el atrio, cuerdas y estaca adecuada, utensilios del servicio, todo cuanto se ordenase. Las vestiduras de Aarón y cuanto fue necesario, todo en la conformidad, cual a Moisés fue ordenado, así lo hicieron los hijos, de Israel para el santuario. Moisés lo vió y los bendijo, cuando lo hubo inspeccionado.
40 Moisés Erige el Tabernáculo Le habló Dios a Moisés, instruyéndole qué hacer: “En el primer dia del mes, el tabernáculo eriges; El Arca del Testimonio habrás de poner en él, y con el velo que hicieron, lo cubrirán, –les exiges. “Meterás la mesa adentro junto con el candelero, luego la pones en orden y las lámparas enciendes. El altar para el incienso, delante del arca quiero, y la cortina a la entrada, frente al atrio me la tiendes. “A la entrada del Santuario, que es la Tienda de Reunión, va el altar del holocausto, el cual ubicas delante; Luego, allí pones la fuente en la misma posición, y después el lavamanos, llena con agua abundante. “Toma el aceite de unción y con él unge el Santuario; todo lo que en él está, santifícalo y es santo. El holocausto ungirás con todo lo necesario: utensilios, fuente y base, consagrarás entretanto. “A Aarón y a sus hijos llevas a la entrada de la tienda, se bañan, y a Aarón lo vistes con sagradas vestiduras. A sus hijos también vistes la túnica como prenda, y así actuarán cual ministros generaciones futuras, en sacerdocio perpetuo, a Mí ungidos, que trascienda.” Cual Jehová mandó a Moisés, en conformidad lo hizo, y el primer dia del mes el santuario fue erigido. Moisés puso en su lugar, bases, y tablón macizo, que insertó en los travesaños con el cuidado debido. El tabernáculo fue en la tienda levantado, y encima le puso el toldo cual Jehová lo había mandado. Luego puso el testimonio adentro bien resguardado.
Las varas puso en el arca y en él puso ‘El Documento’. Luego usó el velo extendido con el cual ocultó el arca, tal cual Jehová mandó, a Moisés en su momento. Moisés puso la mesa en la tienda de reunión, hacia el norte del santuario y fuera de la cortina. El pan fue ubicado en orden, tal cual fuera la instrucción, y el candelabro en la tienda, frente a la mesa vecina. Las lámparas encendió como se le había ordenado, y delante de Jehová, el altar de oro en la tienda; Allí, frente a la cortina, el incienso fue quemado, y a la entrada del santuario se llevó a cabo la ofrenda. Puso también a la entrada, para holocausto el altar, y en la Tienda de Reunión, ofreció ofrendas de grano, sacrificio por mandato que Jehová fuera a ordenar. Allí fue puesta la fuente con agua para el lavado: Moisé, Aarón y sus hijos pies y manos se lavaron. Cada vez que se acercaban lo hacían cual fue mandado. Después levantó Moisés el atrio en torno al altar, y alrededor del santuario, donde también la cortina, –y allí a la entrada del atrio,– Moisés procedió a colgar. Y así la obra de Jehová con esto Moisés termina.
La Gloria del Señor Una nube se posó sobre la tienda al instante, y el Tabernáculo fue, lleno de Jehová y Su gloria, impidiendo así a Moisés poder pasar adelante. Y si la nube se alzaba del tabernáculo arriba, los israelitas en marcha continuaban su jornada; Mas si no se levantaba, no tenían alternativa: Durante el día reposaba sobre el santuario apegada, pero a la visa del pueblo, fuego en la noche alumbraba.