En toda religiĂłn se pueden observar varias clases de personas, de las cuales definiremos algunas aquĂ:
PERSONA ESPIRITUAL
Aquella que busca dentro de si misma los elementos mas sublimes del pensamiento. Busca vivir en intimidad con Dios. Las personas espirituales pueden ser religiosas o no serlo.
:
PERSONA Mร STICA Aquella que practica una disciplina espiritual. Esto requiere una extrema habilidad y dedicaciรณn. Se debe poseer una personalidad equilibrada y estar guiado por las cualidades mas elevadas del intelecto.
El místico puede estar inmerso en un credo o no estarlo. Es una persona que goza de una profunda intimidad con Dios y además puede comunicársela a otros de modo escrito o por tradición oral.
Podemos agregar además que cuando hablamos de una persona mística, nos referimos a alguien que posee un lado espiritual muy desarrollado, quizás más que el promedio de las personas, y que lo demuestra no sólo a partir de acciones tales como el rezo, la devoción o la pasión por Dios, si no también muchas veces en la forma de vestir, en la forma de comunicarse, en las actitudes más bien pacíficas, relajadas o tranquilas que posee y que tienen que ver, sin duda, con esa íntima relación con lo que comúnmente no podemos comprender, pero que él nos lo puede explicar racionalmente.
Persona religiosa: aquella que es apegada a una doctrina religiosa, de manera fanรกtica, cumple con reglas, normas y rituales de la misma y cree solamente en la moral, visiรณn del mundo y de la historia que le presente esa religiรณn, sin dar espacio a la reflexiรณn o plantearse otras opciones. Es adicta al culto.
Persona eclesiástica: aquella que sigue las normas y rituales de una religión. Convive en las actividades de un grupo de creyentes y acepta los dogmas de fe. Estas personas pueden ser morales o inmorales, dependiendo los motivos que la impulsan a estar dentro de la organización. Generalmente no son espirituales, sino incultos y soberbios y se consideran poseedores de la única verdad.
• Es absolutamente legalista y moralista • Vive un conflicto centrado en la sexualidad y la culpabilidad: exterminio del propio deseo. • Muerte, menosprecio del cuerpo, vinculación divina sadomasoquista. • Se siente responsable de los demás y de su salvación.