La Virgen De La Niña

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Virgen de la Niña Basada en la 3ra tradición de la aparición de la Santa Maria Virgen de la Altagracia. Protectora de la República Dominicana

©2016-2017 Isabella M. Wall http://www.Mpower.love




Lili “La niña del Mar”

Madre, No te merezco; pero te necesito.


Este trabajo es una actualización multi-facetica y de multi-medios, de la Virgen Maria de la ALTAGRACIA. Basada en la tradicion “La Virgen De La Niña” es la tercera versión de la aparición de la protectora del pueblo Dominicano. Esta es la visión-sueño que tuvo en el 2011 la Autora y Actriz Dominicana residente en Los Angeles, Isabella Martinez Wall. Por lo tanto el nombre Maria Altagracia de Los Angeles, “Yaya” La obra también representa la "Magna Monarca” con la incorporacion de la mariposa monarca, posada sobere su corazon, como simbolo de la intuicion fememnina, la transformacion de niña a mujer y la manifestacion del Espiritu de las mujeres. Maria (“M” de Mujer y Madre) representa el empoderamiento transcendental que actualmente atraviesa la Mujer en el siglo 21. La mujer aun no siendo madre, a traves de su creatividad, da vida, da “a Luz” a la esperanza. Bendito el fruto de su vientre y sus sacrificios no son en vano.




Especialmente, este obra es dedicada a Valeria y su anelada hija Lili. Valeria una gran mujer. Increíblemente hermosa, física y espiritualmente. Valiente como su nombre, antes de su diagnostico de cancer, su mayor deseo de Valeria era ser madre y lo manifestó dando a luz al natural, sin anestesia una hermosa bebe que arribo de sorpresa y a quien llamo “Lili”. Muchos elementos en la obra fueron apareciendo como por arte de magia, como el símbolo de "Flor Da Lis” (Lili Flower) prácticamente apareció y se poso solo en el lienzo, como si una mano invisible lo hubiera colocado allí. Valeria falleció en el 2015 luego de una batalla ardua contra “Lauzy Larry” el intruso tumor cerebral que le arranco la vida, dejando a la niña huerfana. Luego de 5 años, de que Isabella llevara el lienzo por el mundo, tratando de terminarlo solo como un pasatiempo de viaje, Valeria y Lili fueron la gran motivacion a terminarlo.


21 historias y otros temas diversos inspiraron su creación y la posición estratégica de diademas, flores, miniaturas, accesorios, antigüedades, cristales finos , encaje terciopelo y pintura de oro de 24 kg. Asi como retazos de momentos vividos y pensamientos recolectados en la jornada de la obra. Quines esperan milagros, la observaran intensamente abriendo su corazón CON INTENCIÓN, viendose reflejados en sus espejos, imaginando y soñando con la piadosa devocion con que ella cubre a sus hijos, dentro de sus destellos de la refleccion de luz. La audiencia simultáneamente escuchara la versión especial del “Ave Maria” inspirada por ella. Mientras descubren a YayaM, la música inspira a orar, bailar y celebrar. Idealmente las audiencias se perderán placenteramente en la obra buscando los mensajes como tesoros escondidos de AMOR Y PAZ.




AMOR es la llave No fue por error que un cristal cayo sobre su rostro y se poso como una lagrima. Es una lagrima dulce, que no se pudo remover, pues alli es donde ella la siente. Es una lagrma de pesar y a la vez de alegria ante la presencia de su divino y esperado bebe.

La imagen del niĂąo Jesus, fue recibida en el pecebre de la iglesia, San Francisco de la Salle, en Los Angeles el 25 de diciembre del 2015 (un aĂąo importante por muchas razones) el bebe es el mismo del pesebre del altalr. Aqui 9 esferas azules de las que bajan junto al destello glorioso de su madre al observarlo, se posan en forma unica de aura sobre su cabeza. Mas su diadema en la imagen no es tan importante como la de su madre Maria. En cambio, el nos recuerda que a sus pies esta la llave de nuestros corazones, esperando ser descubierta.


TERCERA TRADICIÓN Monseñor Juan Pepen en su libro DÓNDE FLORECIÓ EL NARANJO, narra que Nuestra Señora de Altagracia, fue vista en sueños por una joven en Higuey, hace más de tres siglos, cuando todavía en las llanuras y bosques de Hicayagua se encontraban restos de la indígena raza, vivía con su familia en las regiones de Duey. Su padre era uno de los antiguos colonizadores españoles, que disfrutaba de una buena fortuna y gozaba de merecida fama y del aprecio y estima de las altas dignidades de la colonia. Era costumbre de él, en épocas señaladas, hacer viajes a esta ciudad del Ozam, con el principal objeto de vender su ganado para proveerse de los menesteres de su hogar. En una ocasión, y a principio de enero, el buen padre emprendió uno de esos viajes, trayendo el encargo de sus dos hijas, jóvenes ambas, en la flor de su edad: la una, la mayor, alegre y muy dada a los divertimientos, aunque de inocentes costumbres, pidió que le llevase vestidos, cintas, encajes y otros aderezos tipicos de las mujeres; la otra, apenas en las catorce primaveras de la vida, y a quien llamaban “La Niña” en aquellos villorrios, era, por el contrario, de espíritu recogido, entregada a las prácticas religiosas, que eran de su mayor agrado, encargó a su padre traerle a la Virgen de Altagracia.


Extraño fue para él, que nunca había oído hablar de tal Virgen, la petición de su hija; pero así y todo, ella afirmó que la encontraría en su viaje. De regreso a sus predios, con los regalos de la hija mayor, llevaba el amoroso padre el hondo pesar de no haber conseguido la Virgen de Altagracia para la Niña. Habíala buscado por todas partes, y no encontrándola, la solicitó de los Canónigos del Cabildo y aún del mismo Arzobispo, quienes le contestaron que no existía tal advocación. Al pasar por los dos ríos, invitó a su casa a cenar a un viejo amigo viajero como el. En este tránsito, al llegar el huésped a su casa, ya entrada la noche, cenando todos en familia, el padre se quejaba de no traer el encargo que le había hecho su hija predilecta, refiriendo el caso de la Virgen desconocida. A la sazón, un anciano de barba blanca, que había pedido le dejasen pasar allí la noche, desde el apartado rincón en que estaba sentado, se puso en pie y, adelantándose hacia la mesa de los comensales, dijo: “¿Qué no existe la Virgen de Altagracia?”. Yo la traigo conmigo. Y echando mano de su alforja, sacó el pergamino y desenvolvió la pintura en lienzo de una preciosa imagen que era la de María adorando a un recién nacido que estaba en sus pies en una cuna de paja y flores.


Más luego el afortunado padre, viendo realizado el ideal de su fervorosa hija, reiteró sus promesas al generoso peregrino, invitándole a que pasase a su casa cuando quisiera para recibir las recompensas de su donativo. Al llegar la aurora del nuevo día, se despertó la regocijada familia, y cuál fue su sorpresa al buscar y no encontrar por ninguna parte al misterioso aparecido. Cuenta la tradición que, acompañada la piadosa doncella de varias personas, el padre entregó a su hija el tan esperado regalo, en el mismo lugar donde hoy se encuentra hoy el Santuario de Higüey Ella, al pie del naranjo que aún se conserva a pesar de los siglos, mostró a los concurrentes en aquél día 21 de enero, su soñada imagen y, desde ese momento, quedó establecido el venerado culto de la Virgen de Altagracia, confundida en sus principios con el nombre de la “Virgen de la Niña”.

Basílica de Higuey alberga la imagen que se comenzó a construir en 1946 e inaugurada en 1971.


Oracion Virgen Maria de la ALTAGRACIA. Una vez mas vengo a ti con mi corazon constringido a rogar por tus favores. Ten misericordia y muestranos el amor en nuestros propios corazones. Concedeme la Alta gracia y la sabiduria que necesito para ser una mujer de luz y un ser humano agradecido, que pueda hacer la voluntad de Dios para su gloria. Y que pueda ser una guia sin juzgar , especialmente a otras mujeres. Ven madre, extiende tu mano y concedeme un milagro. Escogelo tu misma, pues tu me conoces mucho mejor de lo que me conozco yo y sabes lo que necesito. Inspirame a sembrar la alegria y la esperanza donde quiera que vaya, igual como lo hiciste tu en Canaa, cuando instruiste a tu hijo Jesus a dar inicio a la celebracion. Intercede por mi ante el, de manera que escuche sus consejos desde su primer llamado y pueda yo abrir otros corazones con la llave del AMOR. En nombre de Jesus – Amen, Hallelujah Isabella


HECHOS HISTÓRICOS DE RECONOCIMIENTO Desde principios del siglo 17, y quizás poco antes, la devoción por la Virgen de la Altagracia pasó a Puerto Rico, específicamente a Coamo. Los viajeros que se trasladaban desde la Isla de Santo Domingo a Puerto Rico lo hacían por el “puerto del Higüey” (Boca de Yuma) y atravesaban el Canal de la Mona para llegar al puerto de San Germán. Por temor a los piratas que frecuentaban estos mares y mientras esperaban barcos en el “puerto del Higüey”, los viajeros acudían al santuario de la Virgen de la Altagracia en la villa de Higüey, implorando su protección contra los peligros del mar y de los piratas. SOBRE LA IMAGEN ORIGINAL El cuadro original de Ntra. Sra. de la Altagracia tiene 33 centímetros de ancho por 45 de alto. Fue pintado probablemente en Sevilla en los primeros quince años del siglo XVI (es decir entre 1500 y 1515), y es posiblemente de la escuela de Alejo Fernández. El lienzo, que muestra una escena de la Natividad, ha tenido cinco restauraciones de importancia, la última en 1978, pudiéndose apreciar ahora toda su belleza y su colorido original, pues el tiempo, con sus inclemencias, el humo de las velas y el roce de las manos de los devotos, habían alterado notablemente la superficie del cuadro hasta hacerlo casi irreconocible.


Luminaria









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