XXXIII CHRISTIAN
BENDAYÁN
UN PINTOR DE LA SELVA Abierto al público del 7 al 30 de Diciembre de 2010
XXXIII CHRISTIAN BENDAYÁN UN PINTOR DE LA SELVA (URBANA)
El mundo propuesto por Christian Bendayán, con la crudeza de formas y el festín chirriante de los colores, tiene la poco frecuente habilidad de confundir a primera vista, y mostrar ese rostro de la exuberancia tropical y el desborde perpetuo, estridente, que los estereotipos obligan para con los usos y costumbres de la ciudad de selva. Más allá de la condición de tributaria de las imágenes populares, esas expresiones de carteles, muros, pinturas sin academia, ilustraciones espontáneas, su pintura busca y encuentra los signos más densos y solapados que hurgan en las identidades y los anhelos, las ansiedades y los desencuentros. Protagonistas privilegiados, sus travestidos de abierta insolencia y demasiada alegría, son personajes que hablan de necesidades desembozadas y relaciones desprejuiciadas. También aluden a formas de rito social y entramados complejos que parecen tejer su espacio solo en función de su simpatía cálida y amistosa, verdadero ropaje de su sentido de afirmación. Para completar el variopinto desfile, Bendayán acude a la iconografía de mitos y
leyendas. La sirena emerge como símbolo excelso, entre romántico y temible. Sin embargo este ser-pez lleva en sí mismo la autodestrucción de sus deseos: su cuerpo ambiguo le impedirá satisfacerlos. Y en la sirena vieja, desgastada, patética, se encuentra ese germen que vibra a lo largo de toda la serie, un instinto tanático que parece alimentar las carnes y la vibración que surge de los cuerpos representados. Aún en la ternura que pueda asignarse a la pareja, esa sensación de fragilidad, desvarío, incertidumbre, se trasmite a través de cada cuadro. Sensación que se confirma y subraya en los paisajes citados, tan populares y reconocibles. Ellos ostentan esa misma calidad de exceso que hace intuir el estallido inútil. A pesar de su juventud, Bendayán es un artista mayor. Hurga más allá de la superficie, muestra lo visible inmediato y desprevenido pero trasmite ese más allá profundo. Su pintura inquieta y desconcierta. Parece divertimento y hasta casi elogio, pero se acerca, con respeto, a la pregunta sobre su razón y su existencia.
1. Yo reinaré (triptico) Óleo sobre tela 170 x 300 cm, 2004.
2. Niño de la caja Óleo sobre tela 150 x 120 cm, 2005.
3. Crucifixión (Por qué me has abandonado) Óleo sobre tela 140 x 190 cm, 1999.
1. Días de gloria Óleo sobre tela 200 x 300 cm, 2004.
2. El león Óleo sobre tela 140 x 220 cm, 2007.
3. Quebrada Óleo sobre tela 200 x 150 cm, 2004.
1. Bailando Óleo sobre tela 170 x 300 cm, 2008.
2. Huarmi boa I Óleo sobre tela 150 x 150 cm, 2007.
3. Huarmi boa II Óleo sobre tela 150 x 150 cm, 2007 4.
Huarmi boa III
Óleo sobre tela 150 x 150 cm, 2007.
1. Cuando baja el rio Óleo sobre tela 180 x 180 cm, 2006.
2. Orilla Óleo sobre tela 170 x 220 cm, 2007.
3. Sirenas Óleo sobre tela 130 x 170 cm, 2008.
CHRISTIAN BENDAYÁN UN PINTOR DE LA SELVA (URBANA)
Vivido la mayor parte de su vida en Lima, pero nació en la selvática ciudad de Iquitos, donde asegura que “aprendió a ver”. La selva peruana es un lugar de colores chirriantes, abrumadores escenarios que fácilmente pueden llevar al espectador a las preguntas celestes y sensaciones oníricas. Desde un perspectiva que juega con lo kitsch y lo chicha, Bendayán se quedó con aquellos colores intensos y los fundió con un expresionismo sin concesiones. Este estilo se volvió peculiar al ser plasmado sobre una emergente cultura popular peruana, a veces marginal, pero a menudo devastadoramente honesta. Autodidacta en las artes, las primeras representaciones de Bendayán que llamaron la atención fueron sus travestis. Estos personajes salen de un espacio que considera especialmente simbólico en la periferia urbana popular: la peluquería de barrio. Para el artista, este era un lugar desde donde se podía comenzar a pensar el tema de la identidad –ya sea nacional, local, de género. “En 1998, hice una muestra llamada Corazón Berraco, que inserta temas urbanos globalizando todo lo que es el Perú. Pero no quedé contento. Y decidí radicalizar el lado regionalista de mi obra, algo un poco descabellado en esos años. Entonces, comencé un proyecto que dura hasta ahora: un realismo que combina técnicas clásicas y callejeras, temáticas que van desde lo religioso hasta lo más pagano”, dice Bendayán. Y entonces también asumió a la ciudad de Iquitos como su fuente más cargada y poderosa en cuanto a cultura popular peruana. “Tiene un lado que se ha desarrollado imitando patrones limeños y se puede ver en muchas discotecas y espacios públicos. Gente que quiere ser limeña. Es un lado aburrido. Por el contrario, también encuentras un mundo auténtico donde la gente trata de verse como quiere verse. Es allí donde ubico a los travestis, quienes se maquillan y arreglan según su gusto, como se sienten más bellos”, sentencia el artista.
Abierto al pĂşblico del 7 al 30 de Diciembre de 2010 Centro de la Imagen Av. 28 de julio 815 Miraflores, Lima - PerĂş (511) 444-6999 informes@centrodelaimagen.edu.pe