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Inhalar en tres tiempos, retener el aire en cinco, exhalar en ocho. Preparen los sentidos. Bienvenidos.
I. Flores, flores, flores.
Verte florecer “Paseando por los jardines de la memoria, descubro que mis recuerdos están asociados a los sentidos. Un simple aroma flores, es capaz de transportarme a la infancia o alguna imagen libidinosa de cualquier época de mi vida. Por ejemplo, cada vez que el aroma inconfundible de la lavanda se insinúa en el aire, la imagen de un amante de mi juventud aparece, pues solía traer esa flor para acariciar las zonas erógenas más vibrantes de mi ser, mientras hacíamos el amor. En ocasiones cubría mi cuerpo con pétalos, creando de mi una imagen maravillosa. Un cuerpo desnudo, a flor de piel, cubierto de flores. Mientras observaba y me miraba, tocaba con dulzura su miembro para luego devorar lentamente, todas y cada una de las flores posadas sobre mi. Finalizaba el festín comiendolas lentamente, una a una, deteniéndose con pasión en los lugares más sensibles de mi colorido cuerpo. Quiere decir que el amor, entra también por los ojos"
El sello distintivo de Josefina Bonaparte, quien confiaba ciegamente en el poder afrodisíaco de aquel huidizo aroma de las flores, -que asalta con intensidad, como desaparece sin dejar trazospara regresar enseguida con renovado ardor. Las cortesanas de la antigua Grecia las usaban antes de cada encuentro amoroso para perfumar el aliento y los órganos sexuales, porque mezclado con el olor natural de la transpiración y las secreciones femeninas, alivian la melancolía de los más viejos y sacude de modo insoportable el espíritu de los hombres jóvenes. En el Tantra, filosofía mística y espiritual que exalta la unión de los opuestos en todos los planos, desde el cósmico hasta el más ínfimo, y en la cual el hombre y la mujer son espejos de energías divinas, las flores son el símbolo de la sexualidad. Extracto de “Afrodita", Isabel Allende
II. Langostino Patagรณnico, Huevo de codorniz, Caviar Osetra.
Explosión sensual de texturas “En todas las culturas a los huevos se les atribuyen poderes eróticos y reconstituyentes; se supone que dan bríos a los viejos, curan la indiferencia y regeneran el vientre seco de las mujeres infértiles. Cuenta una leyenda que una vez, un negro llamado Mimún -Cuán orgulloso estaba de su hazaña!- estuvo practicando el juego del amor por sesenta días sin hartarse, porque sólo se alimentó de yemas de huevo y pan. No hay que ser un genio para ver la relación entre los huevos y la fertilidad, por eso siempre han sido los favoritos de la cocina erótica, desde el caviar, hasta el enorme huevo de avestruz, capaz de alimentar a una familia completa. Los huevos se prestan para toda clase de juegos traviesos: duros se pueden echar a rodar en la cama; revueltos se sirven sin tenedor en la palma de la mano; con merengue se cubren los senos para que los lama el amante goloso...
Una de la más notables monarcas de todos los tiempos fue Catalina de Rusia (1729-1796). Esta princesa alemana, lujuriosa por demás, tuvo muchos amantes, oficiales e incontables compañeros de una noche, cuyos nombres no registró la historia. Tenía prodigiosa vitalidad y buena salud; hasta el último de sus sesenta y siete años de vida se levantaba a las cinco de la madrugada a trabajar y muy tarde en la noche todavía le sobraba energía para retozar con el favorito de turno. Su desayuno consistía en té verde con vodka y una omelette de caviar. Las piruetas para preparar este manjar son puro exhibicionismo, al hacer una omelette, como al hacer el amor, cuenta más el cariño que la técnica. Sírvala en los platos más bellos que consiga, previamente calentados al horno. Coloque encima el caviar y al lado el pan crujiente recién tostado y la crema agria. Después de una noche de amor, éste es el desayuno indicado para seguir amándose sin tregua el resto del día.
III Albahaca morada, Albahaca limรณn, Romero.
El conjuro de los aromas La mujer es como una
¿Dónde comienza el gusto
fruta que sólo exhala
y termina el olfato? Son
su fragancia cuando la
inseparables. Con los ojos
frotan con la mano. Toma,
cerrados y la nariz tapada
por ejemplo, las hierbas
no podemos distinguir entre
aromáticas como el romero,
el queso roquefort y una
la albahaca de limón o la
manzana, entre
albahaca morada: a menos
grasa y chocolate. La nariz
que las calientes con los
es capaz de detectar más
dedos no emiten su perfume.
de diez mil olores y el
¿Y sabes, por ejemplo, que
cerebro de diferenciarlos,
a menos que el ámbar sea
sin embargo para ese mismo
entibiado y manipulado
cerebro suele ser imposible
retiene su aroma? Es igual
distinguir entre lujuria y
con la mujer: si no la
amor.
animas con tus caricias y besos, con mordiscos en sus muslos y abrazos apretados, no obtendrás lo que deseas, no experimentarás placer cuando ella comparta tu diván, y ella no sentirá afecto por ti.
El Jardín Perfumado
IV. Conejo Royale, Vino de Burdeos, Chocolate.
El espíritu del vino y homenaje al beso Néctar de los dioses,
El beso debe ser sonoro.
consuelo de los mortales,
Su sonido, ligero y
el vino es un maravilloso
prolongado, se eleva entre
brebaje que tiene el poder
la lengua y el borde húmedo
de alejar las preocupaciones
del paladar, producido por el
y darnos, aunque sea por
movimiento de la lengua en
un instante, la visión del
la boca y el desplazamiento
Paraíso.
de la saliva provocado por
No se puede negar el poder
la succión.
afrodisíaco del vino: en
El beso descrito antes, y que
cantidad moderada dilata
pertenece a la copulación,
los vasos sanguíneos,
provoca una voluptuosidad
llevando más sangre a los
deliciosa.
genitales y prolongando la erección, desinhibe, relaja y alegra, tres requisitos fundamentales para una buena ejecución, no sólo en la cama, también en el piano.
Te corresponde aprender la diferencia.
V. Almendras, Miel, Fresas.
Susurros crujen Han escuchado el crujir
Nuestra sensualidad está
de una almendra? En la
ligada a la imaginación
mitología la almendra surge
y a los nervios auditivos.
de la vulva de la diosa
Posiblemente la única
Cibeles, pero no creo que
manera de que las mujeres
eso sea motivo de alarma.
escuchemos es si nos
Almendra, leche, miel... ¿no
susurran al oído. El punto
evoca Las mil y una noches
G está en las orejas, quien
y al Cantar de los cantares? Se asocia con pasión y fertilidad. En la comida el lenguaje es afrodisíaco; comentar los platos, sus sabores y perfumes es un ejercicio sensual para
ande buscándolo más abajo pierde su tiempo. Los amantes profesionales, saben que para la mujer el mejor afrodisíaco son las palabras. A la hora brutal del encuentro amoroso, las mismas palabras que
el cual disponemos de un
empleadas en cualquier
vocabulario vasto, pleno
otro momento nos parecen
de gracia, metáforas,
groseras, tienen el efecto
referencias, humor, juegos
de atrevidas caricias. Todo
de palabras y sutilezas.
está en murmurarlas.
Hay erotismo en recibir la descripción detallada de un
Ahora escuchen el crujir de
buen plato.
una almendra… e imaginen. Extractos de Afrodita de Isabel Allende y El Jardín Perfumado de Jeque Nefzawi
Créditos Producción Ejecutiva
Chef Ejecutivo Producción general Compilación, adaptación y edición de textos Equipo creativo Director Escénico y Anfitrión Teclados Performers Arpa y Contrabajo Guitarra Espacio y Escenografía Documentación Dirección de Arte Diseño Gráfico
Patricio Schames y Martín Louzao de CincoSentidos Martín Louzao Gabriela Puig y Claudia Serbiá Claudia Serbiá Martín Louzao, Gabriela Puig, Claudia Serbiá y Fofé Abreu José Luis “Fofé" Abreu José Bebo Rivera Maria de Azúa y Mickey Negrón Elimar Alicia Chardón Quién más Mariana Roca Jorge “Fish" Rodriguez Chan Tejedor Chan Tejedor y José Villamayor
Auspicia
Besos
Gabriela Mistral *** Hay besos que pronuncian por sí solos la sentencia de amor condenatoria, hay besos que se dan con la mirada hay besos que se dan con la memoria. Hay besos silenciosos, besos nobles hay besos enigmáticos, sinceros hay besos que se dan sólo las almas hay besos por prohibidos, verdaderos. Hay besos que calcinan y que hieren, hay besos que arrebatan los sentidos, hay besos misteriosos que han dejado mil sueños errantes y perdidos. Hay besos problemáticos que encierran una clave que nadie ha descifrado, hay besos que engendran la tragedia cuantas rosas en broche han deshojado. Hay besos perfumados, besos tibios que palpitan en íntimos anhelos, hay besos que en los labios dejan huellas como un campo de sol entre dos hielos. Hay besos que parecen azucenas por sublimes, ingenuos y por puros, hay besos traicioneros y cobardes, hay besos maldecidos y perjuros.
Judas besa a Jesús y deja impresa en su rostro de Dios, la felonía, mientras la Magdalena con sus besos fortifica piadosa su agonía. Desde entonces en los besos palpita el amor, la traición y los dolores, en las bodas humanas se parecen a la brisa que juega con las flores. Hay besos que producen desvaríos de amorosa pasión ardiente y loca, tú los conoces bien son besos míos inventados por mí, para tu boca. Besos de llama que en rastro impreso llevan los surcos de un amor vedado, besos de tempestad, salvajes besos que solo nuestros labios han probado. ¿Te acuerdas del primero...? Indefinible; cubrió tu faz de cárdenos sonrojos y en los espasmos de emoción terrible, llenáronse de lágrimas tus ojos. ¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso te vi celoso imaginando agravios, te suspendí en mis brazos... vibró un beso, y qué viste después...? Sangre en mis labios. Yo te enseñé a besar: los besos fríos son de impasible corazón de roca, yo te enseñé a besar con besos míos inventados por mí, para tu boca.
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