Itinerarios por Cantabria y alrededores

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Picos de Europa, Peña Labra, Pico Tres Mares y Cuchillón vistos desde el Pico Valdecebollas

42 Itinerarios por Cantabria y alrededores«

Javier Tezanos



Índice de Itinerarios I Cantabria Costa 1. Itinerario Integral del Monte Buciero 2. Itinerario Marcha por la Costa Comillas San Vicente 3. Itinerario Marcha por la Costa San Vicente Los Tanagos

5 14 22

II Cantabria Occidental 4. Itinerario Braña de los Tejos circuito Cicera 5. Itinerario PR-S 7 Camino Valdebaro Fuente De Santo Toribio 6. Itinerario San Glorio Collado Llesba Coriscao 2009 7. Itinerario Urdon Tresviso Collado Hoja La Hermida

28 34 41 46

III Cantabria Central 8. Itinerario Barros Sierra de Ibio Coo 2011 9. Itinerario GR 71 Barcena Mayor Los Tojos Saja 10. Itinerario GR 73 Calzada de los Blendios Riocorvo Suances ADM Suances 11. Itinerario GR 73 etapa 5 Barcena Corrales 12. Itinerario GR 74 7a San Miguel de Luena Barcena Pie Concha 13. Itinerario GR 74 7b San Miguel de Luena San Miguel de Aguayo 14. Itinerario Puente Viesgo Dobra Las Caldas 15. Itinerario Sobremazas Cordal Peña Cabarga Coto Mayor 16. Itinerario La Garita

55 59 64 76 86 92 97 103 108

IV Cantabria Oriental 17. Itinerario Collado Ason Cañones Canal Honda y Hazas del Respiradero 18. Itinerario Gibaja Picon Carlista - Ermita Nieves ² Ampuero

114 124

V Cantabria Sur 19. Itinerario Aradillos La Muela Ropero Cruz de Fuentes Soto 20. Itinerario Brañavieja La Concilia Tudanca 21. Itinerario Mazandrero Gulatrapa Puente De Soto 22. Itinerario Palombera Tajahierro Campanario Soto 23. Itinerario Palombera Tambuey Colsa Saja 2009 24. Itinerario Reinosa Cueto Ropero

133 139 150 157 162 167

VI Picos de Europa 25. Itinerario El Cable Padiorna Liordes Remonma Fuente De 26. Itinerario Espinama Prao y Pico Cortes 27. Itinerario PR-S 101 PR-Pl\lPE 22, Ruta de Peña Oviedo, El Cable ² Mogrovejo 28. Itinerario Ruta Frasinelli Buferrera Corao 29. Itinerario Sotres Moñetas El Escamellao Paredon del Albo Sotres

171 176 183 193 199

VII Asturias Oriental 30. Itinerario Cordal del Cuera Arangas Cabeza Torbina 31. Itinerario Noriega Pico Paisano Panes

203 207


VIII Montaña Palentina 32. Itinerario Cardaño de Arriba Pico Murcia 33. Itinerario Vidrieros Curavacas Vidrieros

217 223

IX Norte de León 34. Itinerario La Uña Peña Ten Oseja de Sajambre 35. Itinerario Liegos - Yordas ² Liegos

230 236

X Burgos 36. Itinerario Pineda de la Sierra San Millan Trigaza 37. Itinerario Siones Peñalba Tres Dedos Villasana de Mena

240 245

Pais Vasco 38. Itinerario Otzaurte Aizkorri Aranzazu

252

Camino del Ebro 39. Itinerario GR 99 e 4 Polientes Orbaneja 40. Itinerario GR 99 e 6 Pesquera de Ebro ² Manzanedo 41. Itinerario GR 99 etapa 8 Puente Arenas Trespaderne 42. Itinerario Orbaneja del Castillo - Pesquera de Ebro

260 269 275 281


Integral del Monte Buciero Santoña era, siglos atrás, un tómbolo, es decir una península unida a tierra sólo por un istmo de arena, la playa de Berria, que en las pleamares de fuerte coeficiente quedaba bajo las aguas. El núcleo de esta península lo constituye el monte Buciero, un imponente macizo calizo que se alza frente a la desembocadura del Asón, y a cuyos pies, sobre una plataforma totalmente llana, se ubica la villa de Santoña. El Buciero no alcanza demasiada altitud, pues culmina en los 378 m de Peña Ganzo. Pero al levantarse desde el mismo mar, forma espectaculares acantilados, sin duda los más impresionantes de la costa cántabra. En esta zona se ubican dos pequeños faros, llamados del Pescador y del Caballo, este último situado en el sitio más increíble que pueda pensarse, en un promontorio sobre el mar y al pie de un acantilado escarpadísimo, en el cual se han tallado unas escaleras que permiten acceder hasta él por tierra. Desde el monte Buciero se dominan los accesos a la Bahía de Santoña, que Cántabros, Romanos, Normandos y Franceses codiciaron. En tiempos de guerra establecieron aquí sus plazas fuertes, unas veces para defender la región y otras como punto de ataque al resto de la península Ibérica. En 1635 la villa santoñesa fue saqueada por el arzobispo de Burdeos, hecho que obligó a defender esta plaza frente a los ataques por mar. Pero fue durante la Guerra de la Independencia cuando Napoleón pretendió convertir el Monte Buciero en otro Peñón de Gibraltar. Para ello las tropas francesas levantaron diversas fortificaciones, que no abandonaron hasta la firma de la paz en 1814. El avance de las técnicas y el armamento militar durante el s. XIX acabó por hacer inútiles los gigantescos proyectos de fortificación de Santoña. El monte Buciero destaca desde el punto de vista natural por su magnífico encinar (Quercus ilex ilex). Se trata del más valioso encinar costero, relicto o basal del norte peninsular, verdadera reliquia del pasado, que ha pervivido sobre suelos calizos. Durante el Terciario, dominaban prácticamente toda la región; posteriormente con los cambios climáticos del Cuaternario, su distribución se vio reducida a los peñascos calizos más cálidos. Aunque la vegetación dominante sea la encina y por doquier se pueden encontrar laureles, madroños, labiérnagos y aladiernos. También conviven otras especies de carácter atlántico aprovechando preferentemente depresiones con un mayor espesor de suelo y concentración de humedad (avellano, roble, acebo), apareciendo, a su vez, algunas especies de alta adaptabilidad (endrino, espino albar, mostajo). Lo cerrado y enmarañado del bosque, donde proliferan las especies trepadoras, hace que se asemeje a una verdadera “selva”. Esto protege a los vertebrados, lo que unido al carácter esquivo de la mayoría de especies, hace muy difícil su observación. Los grandes mamíferos como el corzo, el jabalí o el gato montés eran antaño abundantes, pero la caza continuada ha provocado que sobrevivan solo mamíferos de menor tamaño (ginetas, tejones, comadrejas, zorros o garduñas). Si se presta atención, se podrán observar pequeñas aves como el jilguero, la tarabilla, el mosquitero, el cuco, el herrerillo, o sus potenciales depredadores como el cárabo, la lechuza, el milano negro, el gavilán o el cernícalo. A los pies del Buciero se encuentra el estuario del Asón, que constituye una zona húmeda de la mayor importancia. Pese a las desecaciones, contaminación y demás agresiones que han sufrido estas marismas, son todavía uno de los puntos de mayor interés ornitológico de la Península Ibérica. Su declaración como Reserva Natural es un paso fundamental para asegurar su conservación. 1


Datos de la Marcha

Integral del Monte Buciero Desniveles: Subida acumulada: 967 m. Bajada acumulada: 967 m.

Santoña

Fuerte del Mazo

7

Atalaya

6

Faro del Caballo

Cuato Caminos

500

Fuerte del Mazo

600

Buciero

Santoña

700

Peña Ganzo

800

Casa de la Leña

900

Altitud (m)

Distancia estimada: 12,3 km, con las siguientes distancias parciales: Santoña a la Casa de la Leña, 1,8 km; a Peña Ganzo, 1,5 km; al Buciero, 0,4 km; al Fuerte del Mazo, 1,1 km; a Cuatro Caminos, 2,0 km; bajada y subida al Faro del Caballo, 0,9 km; a La Atalaya, 1,6 km; al Fuerte del Mazo, 2,4 km; a Santoña, 0,6 km.

1000

400 300 200 100 0 0

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2

3

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13

Distancia (km)

Duración previsible: 5 h aproximadamente. Dificultad: La marcha es entre fácil y mediana.

Vuelta “PR-S 49 Faros y Acantilados”. Desniveles: Subida y bajada acumuladas: 250 m (410 m si se baja al Faro del Caballo). Distancia estimada: 10,0 km. Duración previsible: 3,5 h (4 h si se baja al Faro de El Caballo). Dificultad: La marcha es fácil (si se baja al Faro del Caballo este tramo es exigente). Recorrido La salida se efectúa del final del Pasaje (Paseo Marítimo) de Santoña (8 m), bajo el Fuerte San Martín. Por unas escaleras junto al campo de rugby se accede al Fuerte San Martín, que fue edificado a comienzos del siglo XVII sobre un antiguo castillo de tiempos de Felipe II, en la actualidad está considerada la única fortificación existente del sistema Carnot (ha sido rehabilitado como centro de exposiciones). Desde aquí, por unas escaleras, se asciende a una carretera, donde se toma el ramal de la derecha, y, un poco más adelante, en una bifurcación, se va por la izquierda. Desde este camino se verán (desde arriba) las Baterías Alta y Baja de Galbanes. Tras pasar varias canteras abandonadas, el asfalto deja paso a una pista pedregosa que gana nivel rápidamente sobre los acantilados. Al poco rato, se divisa el Fuerte de San Carlos (que está muy deteriorado), edificado en el mismo siglo que el anterior, de propiedad privada, donde en 1668 se levantó el castillo de San Carlos. Conforme se sube, se divisa al E el Pico Candina, el Cabo Cebollero o “ballena” de Sonabia, y la costa vasca hasta el Cabo Villano. Siguiendo la ascensión, en una vuelta del camino protegida por una baranda de madera, justo de frente, se contempla imponente la Peña del Fraile, en cuyo escarpado 2


perfil se adivinan varias cavidades con restos prehistóricos. Cuenta la leyenda que una salva al unísono de todas las baterías y fuertes del monte hizo que se desprendiera la cabeza del “fraile”. Enseguida, se llega a la Casa de la Leña (195 m), y apenas unos metros después, el camino se adentra en el bosque y se encuentra una bifurcación. Aquí se irá a la izquierda, por un camino que se va internando en el bosque, que forma un singular “desfiladero vegetal”. Se percibe cómo progresivamente varía la composición de la frondosa masa forestal, hecho que viene motivado por la localización en esta zona, a comienzos del s. XIX, de una mina de hierro a cielo abierto, que al ser abandonada, las especies atlánticas (avellano, roble, acebo, haya), más adaptadas a las condiciones climáticas actuales, sustituyeron en gran medida a la vegetación preexistente de carácter mediterráneo. Aún son visibles a lo largo del camino pequeñas catas, vestigios de la antigua actividad minera que acabó con la vegetación original.

Mirador Peña del Fraile. Valle de los Avellanos. Paso de las minas.

Siguiendo la senda, se alcanza el singular “Valle de los Avellanos”, dolina ocupada casi en exclusividad por esta especie por los motivos antes explicados. A la derecha parte un estrecho camino en fuerte ascenso por el interior del bosque, donde vuelven a dominar las especies de carácter mediterráneo. Aparecen dos pasos complicados: el primero de ellos se encuentra junto a un área de afloramientos rocosos, donde el camino parece continuar de frente, junto a las rocas, pero realmente hay que dirigirse a la derecha, transitando escasos metros por el lapiaz hasta retomar el sendero de tierra. Más adelante, en una zona con escasa pendiente, se deberá tomar un desvío ascendente a la derecha, obviando el camino que sigue de frente. Subiendo por el sendero, se accede a una primera zona herbácea con muy buenas vistas. Tras introducirse nuevamente en una zona boscosa, se llega a una gran pradería, de mayor tamaño, muy cerca ya del collado que separa las dos cumbres. En este punto se debe atravesar la pradera hasta su límite superior, donde aparece un cruce de caminos. Se continúa por el de la derecha, que se introduce en otra zona boscosa, para llegar, casi inmediatamente, al collado entre Peña Ganzo y Buciero (342 m). Se trata de una zona muy karstificada, dominada por el matorral y salpicada de encinas, donde se debe prestar atención para no perder el sendero. Unos 100 m después de salir del bosque, aparece un cruce con dos desvíos. El de la izquierda se dirige a Buciero y Fuerte del Mazo, el de la derecha a Peña Ganzo. Si se opta por ascender a este último, se deberá bordear por la izquierda un tupido encinar hasta alcanzar una pequeña pradería a los pies de la mayor cumbre del macizo. Desde aquí hay que dirigirse a la base de la peña, donde se atravesará una pequeña y pronunciada canal para finalmente llegar al hito que señaliza la cumbre de mayor altura del Monte, Peña Ganzo (378 m). Las vistas desde este pico no son excesivamente buenas, siendo mucho más interesantes las que ofrece la 3


rocosa cumbre del Buciero. Para dirigirse a él se deberá desandar el trayecto hasta el cruce en el collado, transcurriendo el estrecho sendero entre matorrales y roquedo, hasta finalmente llegar a la cumbre del Buciero (368 m), donde se levanta una gran cruz y un mástil. Este privilegiado mirador ofrece incomparables vistas sobre la ría del Asón, las marismas de Santoña, los arenales de Salvé y Berria, las sierras cántabras e incluso los Picos de Europa.

Vistas desde el Buciero: El Puntal de Laredo; En primer lugar Santoña, las marismas y Monte Ano y al fondo las Enguinzas y los picos de Campoo.

Desde este excepcional mirador panorámico se comienza el descenso hacia el Fuerte del Mazo, en un primer momento por un terreno agreste dominado por el roquedo hasta alcanzar un estrecho sendero de tierra que desciende hasta una ruinosa cabaña. En este lugar, tras franquear un cierre en mal estado, sólo resta descender por el camino entre los muros de la parcelaria hasta llegar al asfaltado Camino de la Montaña, justo a la entrada al Polvorín del Helechal (derecha), que daba servicio al Fuerte del Mazo. Se trata de un edificio flanqueado por dos torres (cuya finalidad originaria era la de pararrayos), que actualmente sirve de improvisada estabulación ganadera. Se sigue por el camino asfaltado, a la derecha dirección al barrio de El Dueso (dejando a la izquierda la rampa de subida al Fuerte del Mazo, conocido como de Napoleón), hasta encontrar un sendero de tierra, que comienza a la derecha junto al lindero de la parcela ganadera del polvorín. Se trata del origen de uno de los caminos históricos de mayor importancia del Monte, utilizado con asiduidad cuando el Buciero se constituía en una plaza militar de gran importancia, que en la actualidad se denomina sendero SL-S 1 “Ecosistemas del Bosque”. Los árboles de escaso porte junto a la maleza envuelven al sendero dando la impresión de transitar por un verdadero túnel de vegetación. Continuando por el camino se pueden observar diferentes elementos geomorfológicos de origen kárstico, como es el caso de una cavidad subterránea que aparece a la derecha del camino. Progresivamente el ascendente sendero se estrecha, para, después de un par de revueltas, alcanzar una cabaña en el paraje conocido como El Portillo (178 m). Al final de esta zona de prados, ya completamente rodeada por el encinar, se alcanza una valla de madera, que deberá franquearse para poder continuar el recorrido. Después de un leve ascenso se accede a la pequeña campa del Collado de Las Cuestas (197 m) desde la que se divisa una bella panorámica del Monte. Aquí se puede admirar el extenso bosque que se va a atravesar, así como las cumbres que lo rodean: a la derecha las peñas de Buciero y Peña Ganzo y a la izquierda La Rabona y la Atalaya, coronada por su singular estructura circular de vigilancia.

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A continuación se toma el camino de frente que atraviesa el bosque de O a E obviando otras alternativas. El sendero desciende a una gran hondonada (158 m) de origen kárstico (dolina o chorco), aunque dada su extensión y densa vegetación no se perciba este hecho con nitidez. Se continúa por el interior del frondoso bosque por un camino perfectamente visible salpicado de pequeñas dolinas a ambos lados. Una vez internado en el bosque, se transita por un camino bien conservado, de buena anchura entre el intrincado bosque y de trazado casi rectilíneo, sin lugar a pérdida. Al cabo de un rato se llega a un cruce de caminos. El de la izquierda lleva al cerro de la Atalaya. Sin embargo se debe continuar de frente, ascendiendo levemente para, a continuación, descender hasta alcanzar Cuatro Caminos (198 m). En este punto, se sigue de frente para visitar la Batería de San Felipe y bajar al Faro del Caballo.

Faro del Caballo: Escaleras (2 fotos). Plataforma con los restos de las primitivas edificaciones.

Antes de emprender esa vertiginosa bajada se debe tener en cuenta que no es apta para personas con vértigo y/o sin un adecuado entrenamiento, ya que volver a subir unos 160 m (el equivalente a 60 pisos) de desnivel por escaleras resulta penoso, además la altura de los peldaños es irregular, lo que rompe algo el ritmo. El tiempo estimado entre subida y bajada es de 40 min. Quienes decidan no bajar tienen la posibilidad de contemplar el faro asomándose al abismo desde el mirador de San Felipe, al que se va por un camino que comienza a la derecha, junto al inicio de la escalinata. En ese punto, con vestigios de antiguas instalaciones militares se tiene una vista soberbia hacia la bahía y la costa vizcaína. El descenso a la plataforma del Faro del Caballo (20 m) consta de 670 escalones, tallados en la roca por canteros. Este Faro, puesto en funcionamiento en 1863, se encuentra en la actualidad abandonado, con la casa del farero demolida y el faro fuera de servicio, además, se aprecian muestras de vandalismo. Si se quiere llegar hasta el nivel del mar (cosa que se debe hacer si el mar está en calma) hay que bajar otros 110 escalones, dependiendo del estado de la marea. El faro está rodeado por una balaustrada circular, desde la que se pueden disfrutar de unas insuperables vistas hacia los acantilados y las oquedades que el oleaje ha excavado en las verticales rocas. Al pie de estos acantilados se rodaron (1961) las tomas exteriores de la película “El Coloso de Rodas”, de Sergio Leone. Una vez ascendida la escalinata, y de vuelta a la encrucijada de Cuatro Caminos (198 m), se tuerce a la derecha (N) para seguir por el camino principal. Durante este tramo se disfruta de un bello bosque de encinas, madroños y laureles, estas dos últimas especies particularmente profusas en esta parte de la senda, debido a que las condiciones ambientales para su crecimiento son más favorables. Al cabo de unos 15 min desde Cuatro Caminos, se divisará un angosto sendero medio 5


escondido entre los árboles, que está marcado por unas señales. Se sube por él a través del tupido bosque, entre encinas, laureles, madroños y multitud de enredaderas y plantas trepadoras. Es un sendero agreste y bastante vertical, pero muy hermoso. Pronto se llega a la cima del Pico Nespral, conocido como Atalaya (318 m), sobre la cual se asienta el puesto circular de vigilancia. Su estructura actual data del s. XIX. Desde este excepcional mirador natural las vistas panorámicas son inmejorables, tanto del monte en su conjunto, como de la costa y las marismas. Se tienen referencias del uso de este edificio como “oteadero” de ballenas, ya en el s. XI, y durante la guerra civil fue utilizada con fines militares. Por detrás del cerro se encuentran unas marcas Torre para otear ballenas en la Atalaya. que indican el camino de descenso. Al poco rato se pasa junto a un singular abrigo en la roca caliza y el camino comienza una zigzagueante bajada, después de la cual se obviará una senda a la izquierda. Enseguida se saldrá a un claro y pronto se alcanzarán los prados de Yusa, una hondonada donde hay varias explotaciones ganaderas. Al llegar cerca de éstas, el camino da un giro a la derecha para dirigirse a ellas, sin embargo, se seguirá de frente por un camino se mete en un callejo entre las paredes de los prados, pasa junto a un caserío, se atraviesa una portilla y se alcanza la carretera asfaltada. Se sigue por el ramal de la izquierda y pronto se llega a una bifurcación, donde se tomará la dirección izquierda (S), ya que a la derecha se va al barrio de El Dueso, por el denominado Camino de la Montaña. En el mismo cruce, la carretera comienza una suave subida, al principio un poco más fuerte y después muy suave, hasta llegar a la rampa (144 m) de subida al Fuerte del Mazo. Este fuerte, conocido como de Napoleón, lo levantaron los franceses durante la Guerra de la Independencia. Domina el casco urbano de Santoña y está previsto instalar en él la futura sede del Parque Cultural Monte Buciero. La estructura de este fuerte napoleónico se adapta al promontorio sobre el que se asienta. El único acceso salvaba un pequeño foso seco mediante un puente levadizo. En 1886 se construyó el edificio mayor de dos alturas, con el fin de que sirviera de pabellón de arrestados. Al llegar cerca de la entrada del camino empedrado que conduce al Polvorín del Helechal y poco antes de un aparcamiento, se encontrará a la derecha (O) un sendero (denominado SL-S 2 “Camino del Salticón”) que baja entre encinas haciendo zigzags por la fuerte pendiente. Más abajo se pasa una pequeña portilla, a partir de la cual el camino discurre junto a un muro separador de parcelas (izquierda). A la salida del encinar el camino aparece hormigonado y pasa por un estrecho callejo entre muros que termina en unas escaleras para entrar entre los edificios de la parte trasera del Barrio de la Alameda, saliendo finalmente a la rotonda de la carretera de salida de Santoña dirección El Dueso y Berria. Recorrido Alternativo El recorrido fácil corresponde a la vuelta al Buciero denominada “PR-S 49 Faros y Acantilados”. 6


La senda tiene el mismo comienzo que la principal hasta llegar a la Casa de la Leña, donde se seguirá de frente por el camino principal. Se atraviesa una zona de farallones rocosos y grandes cortados en la roca, hasta llegar a la encrucijada de Cuatro Caminos, donde se podrá bajar al Faro del Caballo o visitar la Batería de San Felipe (ver anotaciones en el itinerario). Siguiendo por el camino que se traía, éste se ensancha discurriendo ahora entre laureles y madroños, recuperando el carácter rectilíneo, para llegar hasta el Faro del Pescador. Este faro entró en funcionamiento en el año 1864, empleando una lámpara de aceite de oliva; hubo de ser reconstruido y modernizado tras sufrir graves daños causados por un ciclón en 1915. A partir de aquí el camino se convierte en carretera, para enseguida divisar la playa de Berria y el Penal de El Dueso, antiguo Fuerte Imperial de tiempos napoleónicos. También se encuentra en las cercanías la Batería del Águila (tomando en el entorno de la Punta del Águila un pequeño sendero a la derecha de la carretera). Se conservan todavía dos plataformas para artillería y dos estancias para alojamiento y almacén de municiones. Alcanzado el contorno del Penal de El Dueso, un desvío permite visitar la napoleónica Batería de La Cueva, situada sobre el arenal de Berria. De vuelta al camino principal se bordea el penal por su flanco izquierdo, llegando al Barrio de El Dueso, y después, a su parte alta, dejando en el camino el antiguo Polvorín de El Dueso y cogiendo un camino de asfalto a la derecha de éste. Se alcanza así el Fuerte del Mazo y el Polvorín del Helechal, y se continúa por la carretera rodeada de encinas y disfrutando de excelentes vistas panorámicas de Santoña y sus marismas en puntos como el Mirador de Casablanca. Finalmente se alcanza la antigua Batería Alta de San Martín y, apenas unos metros más abajo, el Fuerte de San Martín, donde se había comenzado. Javier Tezanos 25-02-2011 Literatura consultada para texto y fotos 1. Monte Buciero. Luis Alejos. Artículo publicado en la revista de montaña Pyrenaica, nº 238 (1º de 2010) 2. http://turismosantona.com/. 3. http://www.aytosantona.org/. 4. Rutas por las Montañas de Cantabria (Fernando Obregón Goyarrola).

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Marcha por la Costa: Comillas – San Vicente Este tramo de la costa cántabra es quizás menos abrupto que otras zonas, en las que las playas se reducen a pequeñas calas hundidas entre altos acantilados. En este recorrido se recorrerán largas playas, que están separadas por pequeñas puntas y cabos. Estos arenales pertenecen al Parque Natural de las Dunas de Oyambre, que fue declarado Espacio Natural Protegido en 1988. Tiene una extensión de 5. 758 ha. Abarca buena parte de los municipios de San Vicente de la Barquera (casi íntegramente), Val de San Vicente, Valdáliga, Udías y Comillas. Destaca por su gran riqueza paisajística, en la que se incluyen: acantilados, playas, rías, marismas, bosques caducifolios mixtos, mieses y praderías atlánticas. En el Parque, dos conjuntos de playas se ubican a ambos lados del cabo Oyambre, uno de sus principales acantilados. En la zona occidental, la amplia playa de San Vicente de la Barquera, con sus distintas denominaciones, Merón, La Braña, Bederna y Gerra, abarca el espacio entre la ría de San Vicente y Peña Entera y la playa de Oyambre, al oriente del cabo y que abarca el espacio entre éste y la ría de la Rabia. Los dos sistemas forman amplios arcos de arenas finas, sobre un sustrato muy tendido, dando lugar a playas íntimamente ligadas en su manifestación a las mareas. Así, en las pleamares, de las playas apenas queda un pequeño testimonio, con lo que las dunas adquieren su máxima relevancia. En el extremo occidental de la Playa de San Vicente y en el oriental de la de Oyambre hay unos interesantes sistemas dunares, generados como consecuencia de las arenas acarreadas por el viento y de los aportes de las mareas, donde existe una buena representación de hábitats prioritarios asociados a las dunas secundarias (dunas blancas) y dunas terciarias (dunas grises). En estas dunas, el sustrato arenoso, la alta salinidad y la escasez de agua dulce definen las difíciles condiciones en las que se desarrolla la vida animal y vegetal. Esto hace que tanto la fauna como la flora que se desarrolla en las dunas, presente una importante especialización que permita superar todos esos condicionantes tan exigentes. El barrón (Ammophila arenaria), el cardo de mar (Eryngium maritimum) o la lechetrezna de mar (Euphorbia paralias) son algunas de las especies vegetales específicas de las dunas, y que en distinto grado, contribuyen a la fijación de sus arenas. Esta playa de Oyambre se hizo famosa hacia los años 20 por haber sido utilizada como pista de aterrizaje para el Pájaro Amarillo, donde un monumento a modo de monolito rememora la hazaña que el 14 de agosto de 1929 realizaron los pilotos Sollant, Lefevre y Lotti, al despegar desde Olland en Estados Unidos y aterrizar en suelo español, en este caso por emergencia, en la playa de Oyambre, que funcionó felizmente de pista de emergencia. En el monolito reza la siguiente inscripción: “Es ésta la playa en la que aterrizó el primer vuelo trasatlántico que tocó tierra española. Fue el Pájaro Amarillo”.

200

Distancia estimada: 16,5 km, con las siguientes distancias parciales: Comillas a Punta Lumbreras, 2,5 km; a Trasvía, 2,1 km; al comienzo de la Playa de Oyambre,

San Vicente de la Barquera

Puente de la Maza

Playas del Sable de Merón

Punta Peñaentera

Cabo de Oyambre

Oyambre

Playa de Oyambre

3

Molino de mareas de La Rabia

2

Punta Cambarro

300

Trasvía

Comillas

400

Punta Lumbreras

500

Punta de la Moira

600

Altitud (m)

Desniveles: Subida acumulada: 348 m. Bajada acumulada: 335 m.

700

Represa Marisma Zapedo

800

Datos de la Marcha

100 0 0

1

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5

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9 10 11 12 13 14 15 16 17

Distancia (km)

1


3,1 km; a la Punta del Cabo de Oyambre, 2,7 km; a Punta Peñaentera, 1,4 km; a San Vicente de la Barquera, 4,7 km. Duración previsible: 5 h. Dificultad: Fácil aunque tiene bastantes subidas y bajadas de las playas a los cabos y viceversa. Recorrido Desde la zona de la playa (5 m), se va hacia el pequeño puerto de Comillas, enclavado en el roquedo y que en los días de fuerte marejada se cierra mediante un sistema de compuertas, subiendo a la parte alta del espigón N. Este extremo de este cabo se denomina Punta de la Guerra (8 m). Se continúa hacia el E por un pequeño camino que bordea el acantilado hasta la Punta de la Moira o de la Garita (15 m). Este punto es un excelente mirador panorámico hacia la costa occidental e incluso, dependiendo del grado de visibilidad de los días, hacia los Picos de Europa.

Comillas: Playa; Vista desde el puerto; Cementerio y Universidad Pontificia.

El recorrido continúa hacia el S, por el borde del acantilado hasta llegar a la CA-131, justo debajo del Cementerio de Comillas, que se deja en la primera desviación a la derecha. Se ignorarán dos desviaciones sucesivas a derecha e izquierda, para tomar la siguiente a la derecha y pasar junto a unas naves. A la izquierda en un alto queda la Universidad Pontificia, que se ve por su parte trasera. Se continúa por esta carretera hasta pasar un bosquecillo de eucaliptus, que se encuentra a la derecha. Inmediatamente después se encuentra una pista que, en una cerrada intersección a la derecha, baja al N hacia Punta Lumbreras, para, a continuación, bordear una entrada de mar, donde se baja al borde del acantilado. Se toma una senda a la derecha y se sube por un fuerte repecho, para bajar hacia Punta Cambarro (20 m). Hacia el E se contemplan los arenales de la playas de La Rabia y de Oyambre.

Punta Lumbreras. Marisma de Zapedo, con el muro de retención, y campo de golf de Oyambre.

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Se continúa bordeando el acantilado hasta llegar a otra entrada de mar, junto a una casa, donde se cruza el camino de entrada a ésta para atravesar un prado (SO) y tomar otro camino (izquierda), en el que se ignorará toda desviación a izquierda y derecha, que lleva directamente al núcleo de Trasvía (55 m), donde cabe destacar sus casas populares, su iglesia parroquial del siglo XII. También se puede ver la ermita de San Andrés, un templo de una única nave de planta rectangular, con arco de entrada de medio punto, y sobre él un óculo circular y un reloj de sol. La nave se subdivide en tres tramos que se cubren con bóvedas de nervios de tradición gótica. El campanario es de planta cuadrada, de tres cuerpos, y está coronado por chapitel piramidal macizo de sillería, que pudo construirse en el siglo XVIII. En las proximidades del pueblo se encuentra la Casa Olano, que es un destacado ejemplo de la mejor arquitectura española de los años 50. Fue proyectada por el arquitecto catalán José Antonio Coderch y en ella se funde el concepto de casa abierta con las influencias de la arquitectura vernácula cántabra. Depués de atravesar Trasvía de N a S, se continúa por el camino de acceso a este núcleo desde la CA-131, para, una vez llegado a ésta ir a la derecha, llegando enseguida alcanzar la ría de La Rabia, donde es imperativo detenerse para contemplar los muros y restos del Molino de Marea de La Rabia, situado sobre la ría del mismo nombre, de hecho, el puente por el que cruza la carretera actual es el antiguo muro de represa. Este molino, que poseía cinco muelas, ha sido convertido en vivienda, no obstante, se conserva gran parte de la maquinaria en muy buen estado.

Playa y cabo de Oyambre. “Bosque sumergido” en la Marisma de Zapedo (desde el muro de retención).

Una vez atravesada la ría, se continúa el carril bici-peatonal, bordeando la margen izquierda de ésta y contemplando el paisaje que generan las mareas, en estuarios, rías y marismas. Una vez superado el desvío que lleva a Ceceño, se llega a una curva a la izquierda, unos metros después de la cual, se llega al muro de represamiento de aguas, reabierto hace una década, que ha producido un bosque inundado, fruto de la anegación de una plantación de eucaliptos presente en el lugar antes de que las aguas volvieran a recuperar el espacio que por naturaleza le correspondía. Esta zona se conoce como Marisma Zapedo. Este muro está prácticamente en la confluencia de las Rías de La Rabia y del Capitán, que constituyen las desembocaduras de los ríos Turbio y Capitán, respectivamente. A partir de aquí sólo se denomina ría de La Rabia. Se cruza la Marisma Zapedo por ese muro de retención, continuando después (izquierda, NO) bordeando la marisma por los caminos hasta dar a la carretera que bordea la playa de Oyambre en una curva a la izquierda de la misma. A derecha e izquierda se encuentra el polémico Campo de Golf de Oyambre. Dentro del espacio del campo se encuentran las ruinas de la ermita de Santa Eulalia, en plena marisma y la Casa Club del campo de golf, que en tiempos pasados fue una torre ballenera para el avistamiento de estos cetáceos (pesca muy habitual en el Cantábrico hasta principios del s 3


XX), sobre cuyos restos se edificó una villa de estilo pintoresquista, con combinación de elementos pétreos y de madera, mezclando lo montañés y lo inglés. Si la marea estuviese muy alta y el tiempo no fuese bueno, no se debería pasar el muro de la marisma y se llegaría a este punto siguiendo por la CA-131, cruzando el puente hacia Los Llaos e, inmediatamente, seguir a la derecha con lo que se llega a la curva citada. Se transita poco más de 100 m por esta carretera y se entra en la extensa playa de la Rabia y Oyambre (4 m), para continuar a lo largo de ésta (algo más de 1 km) hasta llegar a la vaguada del regato que baja de Gerra (al comienzo de la curva final del acantilado que cierra la playa), donde se tomará un camino que sube por la Sierra de Urriambre entre eucaliptos y prados hasta el extremo oriental de las casas de Oyambre (83 m). Al llegar a la carretera que sale del pueblo, se tomará ésta hacia la derecha, dirección a la punta del Cabo de Oyambre (43 m). Después se recorrerán (O) los bordes del acantilado por las pequeñas sendas que existen hasta llegar a la Punta Peñaentera o del Oeste (41 m), desde donde se puede contemplar una de las panorámicas más representativas de la villa marinera de San Vicente de la Barquera con los imponentes Picos de Europa de fondo.

Playa del Sable de Merón, con los Picos de Europa al fondo (desde Punta Peñaentera). San Vicente de la Barquera (desde la Playa del Tostadero).

Desde esta punta se irá a la carretera que viene de Oyambre, por la que se bajará a la playa de Gerra (5 m), una de las más espectaculares de la región, por mantenerse en estado salvaje, por su paisaje y por ser idónea para la práctica del surf, ya que desde este lugar hasta San Vicente de la Barquera los arenales poseen unas cualidades óptimas para la práctica de este deporte. Este extenso arenal se denomina el Sable de Merón, ya que visto desde arriba semeja un sable, cuya punta estaría en la Punta de Peñaentera. Está compuesto por una sucesión de playas, que según la dirección de la marcha se denominan: de Gerra, de Bederna, de Merón y del Rosal, que ya está pegando al espigón de la salida del puerto de San Vicente. Sin embargo, ya dentro del puerto, continúa con las playas del Puntal y el Tostadero. Después de recorrer estos casi 4 km de playas se llega al puente de La Maza (de casi 500 m de longitud), que fue construido en el siglo XV y está formado por 28 tramos con arcos de medio punto y tajamares redondeados. Parece que desde mucho antes (siglo VI) había otra pontana. Esta antiquísima obra sería de madera, y atravesaba el medio km sobre la ría con una construcción de 32 ojos. Su construcción supuso un cambio radical en las comunicaciones de toda la comarca y en la morfología urbana de San Vicente. Una vez atravesado el puente se entra en San Vicente de la Barquera (8 m) (en la zona de la bahía). 4


En principio San Vicente estuvo limitado al cerro donde se ubica la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, que estuvo amurallado, y es lo que se conoce como Puebla Vieja y tiene un trazado longitudinal. Después de la construcción del Puente de la Maza se procedió al relleno de las marismas, con la formación del llano sobre el que se asienta su Plaza Mayor, De esta forma, San Vicente se extendió extramuros con los Arrabales de la Mar y de Tenerías.

San Vicente de la Barquera: Puente de la Maza y Puente Nuevo (http://www.cantabriajoven.com/).

La Puebla conserva importantes monumentos, testigos del insigne pasado de esta villa histórica y marinera. Hay que visitar la iglesia, el castillo y el palacio de los Corro, aunque las callejuelas también guardan gran encanto. Asimismo son interesantes las murallas, que van desde el castillo a la iglesia y bordean la ribera. Frente al palacio de la familia Corro se encuentra el mejor fragmento conservado de muralla, con gran puerta de entrada. La iglesia de Nuestra Señora de Los Ángeles se construyó durante un largo período de tiempo, entre los siglos XIII y XVI, posiblemente sobre otra iglesia anterior de origen románico. Tiene unas dimensiones considerables y se trata de uno de los mejores ejemplos del gótico cántabro, junto con las iglesias de Laredo y Castro Urdiales, las llamadas villas de la costa, que obtuvieron su fuero y privilegios también a lo largo del siglo XIII, gracias a lo cual pudieron despegar económicamente. Presenta dos puertas románicas y torreón medieval, al que se le añadieron pináculos ya en el siglo XIX. En el interior de la iglesia están los sepulcros de la familia Corro, destacando la figura del inquisidor Antonio del Corro, una de las mejores piezas de la escultura funeraria española renacentista. El Castillo del Rey en su origen debía datar del siglo VIII, con la repoblación de Alfonso I, época en que tenía dos torres. Ha sufrido muchas reformas y nada queda de la obra inicial, los actuales muros apuntan a que se levantó en el siglo XIII, con la concesión del fuero de la villa. Sirvió de defensa inexpugnable contra normandos y vikingos. La muralla que rodeaba la antigua ciudadela partía del castillo, de la que aún se conservan las fachadas norte y oeste así como las puertas que debían atravesar los peregrinos de la ruta costera del Camino de Santiago. El castillo está restaurado y se ha abierto al público como centro cultural. Acoge exposiciones e incluso un pequeño museo de historia local. En el que se da un interesante repaso a una villa tan insigne como histórica desde que los romanos asentaran aquí su Portus Vereasueca. Se muestran diversos objetos interesantes, como cañones, una ilustración del San Vicente de la Barquera del Medievo, así como diversos objetos procedentes de este periodo (puñales, manuscritos...).

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El Palacio de la Familia Corro, donde habitó el inquisidor, se encuentra a escasos metros. En la actualidad, es la sede del ayuntamiento. Este palacio fue construido en el siglo XVI, y está situado a medio camino entre la iglesia y el castillo. En frente, hay un fragmento de la muralla con una de las puertas de entrada.

San Vicente de la Barquera: Iglesia de Nuestra Señora de Los Ángeles, con el detalle de la sepulcro del inquisidor Corro. El Castillo del Rey. Puerta de las murallas en la Puebla Vieja. Casa de los Corro y puerta de las murallas, frente a ésta (http://www.cantabriajoven.com/).

Junto a la Iglesia se encuentran las ruinas del hospital de la Concepción, s. XV-XVI. Fue refugio para los peregrinos del camino de Santiago. La fachada ha sido rehabilitada, pero prácticamente nada queda ya de la obra original, salvo esta pared exterior. Presenta arco de entrada de medio punto y varias ventanas, así como una pequeña hornacina con una imagen de la Virgen. El Convento de San Luis fue construido en el siglo XV, aún se conserva algo del refectorio y claustro y gran parte de los muros, ábside, arcos góticos y bóvedas que permiten hacerse idea de la planta del edificio. Carlos V, con 17 años, se hospedó en este convento Franciscano en su llegada a España en 1517 para ser coronado rey. Desembarcó en Tazones (Asturias) y llegó a San Vicente donde enfermó. Durante su estancia, se organizó en su honor una corrida de toros en la ría, al bajar la marea. En el Santuario de la Barquera se venera la imagen de Nuestra Señora de la Barquera que, según la tradición, llegó aquí en un barco sin tripulación. Hay constancia de este santuario desde el siglo XV, aunque la actual fábrica parece ser del siglo XVII, seguramente edificada sobre la obra anterior. Existía la costumbre ancestral entre las tripulaciones que se hacían a la mar, de dedicar un saludo a la Virgen. El domingo siguiente al martes de Pascua, en Abril, se celebra La Folía, con procesión terrestre y marítima de la Virgen de la Barquera. Se trata de una fiesta de interés turístico regional y nacional. En la salida hacia Asturias hubo otro puente que se construyó en época medieval que estaría formado por una combinación de pilas de sillería y tramos en madera, permitiendo cruzar la ría del Peral. Este puente fue sustituido por el actual Puente Nuevo en el s. XVIII. 6


Alberto Gutiérrez y Javier Tezanos 27-11-2009 Literatura consultada para texto y fotos 1. Plan Especial de la Red de Sendas y Caminos del Litoral (Consejería de Obras Públicas, Ordenación del Territorio, Vivienda y Urbanismo). 2. http://www.cantabriajoven.com/

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Ruta de la Costa: San Vicente de la Barquera – Los Tánagos Esta interesante etapa de la Ruta de la Costa discurre entre los municipios de San Vicente de La Barquera y Val de San Vicente, recorriendo espacios de costa, monte, playa y ría, pudiendo disfrutar de los altos acantilados de la zona. Este tramo presenta un trazado de los más complicados de la zona occidental de la costa de Cantabria, ya que presenta un perfil muy dentado, con tramos de elevada pendiente, con una ascensión bastante pronunciada a la Sierra de Jerra. Ya en la parte final se pasa por la orilla E de la ría de Tina Menor. Aunque parte se transita por buenos caminos, otros son estrechas sendas de tierra, que en ocasiones son difíciles de seguir. El firme de los caminos es fundamentalmente de tierra y piedras, conformado por doble rodadura en algunos trechos. En el caso de encontrar más de un camino en la misma dirección, la recomendación es escoger el más cercano a la costa, que se encuentre en mejores condiciones. Aunque se podría ir más tiempo junto al mar, concretamente, desde la ermita de Santa Catalina dirigiéndose hacia la playa de Liñera (este es el nombre hallado en mapas y cartas de navegación, pero en San Vicente dicen Playa de Niñera), pero sin llegar a ella y después dirigirse por los caminos de la costa (hacia el E), para encontrarse con la descrita en este itinerario a la altura de la Punta Cueto Marías, concretamente junto a la Cueva del Cúlebre. La elección de este recorrido, más alejado de la costa en su primera parte, ha sido por ajustarse algo más al diseñado por el “Plan Especial de la Red de Sendas y Caminos del Litoral” y porque la costa se ve desde una cota superior, lo que le da otra perspectiva. Además, esta zona tampoco tiene grandes accidentes geográficos para tener que verlos in situ. Datos de la Marcha Desniveles: Subida acumulada: 474 m. Bajada acumulada: 472 m.

Los Tánagos

Sierra de Jerra

300

Jorca

400

Castro de Prellezo

500

Punta de África

Faro de la Silla

San Vicente

Altitud (m)

600

Punta del Fraile

700

Cueva del Cúlebre

Ermita Santa Catalina

800

Distancia estimada: 17,9 km, con las siguientes distancias parciales: San Vicente al Faro de la Silla, 1,8 km; a la Cueva del Cúlebre, 3,0 km; a la Punta del Fraile, 0,9 km; a la Punta de África, 1,4 km; a Punta de la Garita (Castro de Prellezo), 2,9 km; al alto de la Sierra de Jerra (Jorca), 4,2 km; a Los Tánagos, 3,7 km.

200 100 0 0

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9 10 11 12 13 14 15 16 17 18

Distancia (km)

Duración previsible: de 5 a 6 h. Dificultad: Fácil, aunque bastante rompe-piernas, dadas las continuas subidas y bajadas. En algún momento se puede perder el camino, debido a la diversidad de cruces que se van encontrando a lo largo de la marcha. 1


Recorrido Desde el aparcamiento de autobuses (8 m) se sigue por el paseo de la bahía, para atravesar el puente Nuevo sobre la ría de San Vicente y acceder al puerto pesquero, uno de los más importantes de Cantabria, que se atraviesa en toda su longitud, pasando por delante de la ermita de la Barquera. Este templo fue construido en piedra en el siglo XV, y la entrada está protegida por un pórtico con arcos de medio punto. En su aspecto exterior el edificio es grande, pero el interior de la iglesia no lo es tanto, ya que tiene adosado en la parte posterior un albergue. La iglesia siempre está abierta (aunque a veces no se puede entrar porque tiene una verja), pues alberga la imagen de la patrona de la villa: La Virgen de la Barquera, en cuyo honor se celebra la festividad de La Folía el martes de Pascua. Dada la devoción de los Barquereños a esta virgen, la iglesia está muy concurrida, incluso los barcos al pasar por delante de ella hacen sonar sus sirenas en señal de saludo, pidiendo protección.

Al final de la ensenada se gira a la izquierda (NO) (la carretera sigue hasta el islote de Peña Menor), bordeando las nuevas urbanizaciones y dejando a la derecha el Faro de la Silla (construido en 1871), detrás del cual se ven las puntas del Castillo y de la Silla. En este tramo hay que salvar una fuerte pendiente.

Ermita de Nuestra Señora de La Barquera. Cueva del Cúlebre.

Nada más pasar la entrada a la depuradora, también a la derecha junto al faro, se gira a la izquierda (SE). Enseguida se encuentra una cerrada curva a la derecha, con lo que se deja el caserío de San Vicente, para entrar en otra a la izquierda. Enseguida se llega a un cruce, donde se irá a la derecha (pasando frente a una casa rural) entrando en un camino carretero, que pasa por las cercanías de la ermita de Santa Catalina. A la que se llega por una pista de tierra y hierba. La ermita está en ruinas, conservando sólo parte de una pared, con la huella del arranque de un arco apuntado que muestra el estilo gótico de su arquitectura. A la parte de abajo de la ermita se ve la Ensenada de Liñera.

Al poco rato el estado del camino mejora ya que el tramo da servicio a una casa (a la derecha). Se sigue (desechando un primer ramal a la derecha) para continuar de frente tomando un camino entre prados, que comienza junto a una cuadra y que enseguida desemboca en el camino principal. Al llegar al Barrio de la Boira se toma el primer desvío a la derecha, que baja (NO) por una zona de piedras y monte bajo.

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Enseguida se llega a una trifurcación, en la que se seguirá por el camino principal (de frente), para tomar el de la izquierda en una desviación cercana. El camino discurre entre afloramientos calcáreos de gran interés geológico y paisajístico, que aumentan a medida que se acerca a la línea costera. Se sigue en todo momento el camino más transitado. Una vez que se ha llegado a la altura de la Punta del Cueto Marías, justo en la línea del acantilado entrante se pasa junto a la Cueva del Cúlebre (coordenadas: 43º 23' 50,91'' N; -4º 25' 9,27'' W). En realidad, la Cueva del Cúlebre (panel con leyenda), más que una cueva se trata de un pequeño hundimiento con una estrecha abertura al final, donde se guarecía esta mezcla de dragón y serpiente de la Mitología Cántabra (también presente en la Mitología Asturiana, donde se denominan Cuélebres). Cuenta la leyenda que para serenarle, los barquereños le ofrecían periódicamente una muchacha. Un día que la víctima de turno esperaba su final a la entrada de la cueva pasó por allí el Apóstol Santiago, el cual, compadecido, luchó y venció al Cúlebre. Una marca en la roca con forma de herradura indica la huella que dejó el caballo del Apóstol al aplastarle la cabeza. En los acantilados (justo enfrente) hay una cavidad enorme, que se llama La Cueva de la Zorra, donde no es difícil ver algún raposo entre los bloques que la mar arrebata a la costa así como alguna pareja de chovas piquirrojas que utilizan como hogar estas enormes paredes.

El recorrido continúa dirección a la Punta del Fraile. Nada más pasar junto a un promontorio se tomará el camino de la derecha, para llegar a asomarse a los acantilados y después continuar hasta la Punta del Fraile, desde donde se tiene una perfecta visión de la Ensenada de Fuentes.

Ensenada de Fuentes y Punta de áfrica, desde la Punta del Fraile. Ensenada de Berellín.

Se continúa hacia el SO, para bordear esta ensenada (se puede bajar a la playa de Fuentes), continuando hacia la cabecera de la vertiente de esta cala, para ello hay que bordear un pequeño otero (se puede hacer por cualquiera de los dos lados). Al llegar junto a una finca con varios árboles y un par de construcciones, se abandona la pista asfaltada (a la derecha, en la misma curva, justo después de pasar la cerca), para tomar un pequeño camino (N-NO), que va rodeando la pequeña prominencia de Peñaforada (56 m) (que queda a la izquierda), hasta llegar a la Punta de África. Después de pasar por una zona aterrazada se llega a la carretera que viene de Prellezo, justo al comienzo de la bajada a la playa de Barnejo – Berellín, que tiene dos zonas de playa, una de ellas con una pequeña área de reposo (si se quiere se puede bajar a la playa). Una vez en la carretera de Prellezo se sube por ella hasta encontrar una salida a mano derecha (O). Se va por ésta, ignorando las dos primeras desviaciones que se encuentran (izquierda y derecha) para tomar la segunda a la derecha (N), que se dirige a la Boriza en la Punta del Morro de Berellín. 3


Nada más tomar esta desviación se sigue de frente (el camino de la derecha va a una finca), hasta llegar a un cruce en el que se irá a la izquierda (O) (no es necesario llegar hasta la punta). En el extremo más adentrado en el mar se encuentra la Punta del Morro, un poco a la izquierda (N) la Ensenada de Guadán. Algo menos de 200 m después, nada más terminar una curva, se toma un camino a la derecha (O), que discurre entre las fincas, dejando en la línea de costa las Puntas de Sobrecuera y de la Cabritera. A la altura de este puntal se vira a SO, para bajar a la parte alta de la Garganta de Job, una vaguada que desemboca en la ensenada de la Ballena, y volver a subir hasta alcanzar el camino que desde Prellezo llega a la Punta de la Garita. En este punto se irá al N (derecha), hasta el extremo de la punta, para contemplar los restos del “Castro de Castillo” (53 m). Este promontorio tiene forma de península y lo flanquean al O la ensenada de la Mina y por el E la ensenada de la Ballena. La mayor parte del perímetro del promontorio está delimitado por pronunciados acantilados que caen directamente sobre el mar. Los únicos puntos accesibles del mismo son el istmo por el que se comunica con tierra firme, por el S, y una parte de la ladera SE que desciende hacia la ensenada de la Ballena. Las vistas que se aprecian desde este punto alcanzan toda la costa asturiana hasta más allá de Llanes (O), quedando oculta una pequeña parte de la desembocadura del Deva en Tina Mayor por el saliente marino formado por la zona de Pechón. Hacia el E la costa inmediata queda tapada por las puntas que preceden al saliente que culmina en la Punta del Morro. Las estructuras defensivas de este enclave castreño, estaban basadas en grandes murallas y terraplenes con fosos de gran entidad. En el istmo de entrada disponía de un imponente sistema defensivo a base de una gran muralla cuyo potente derrumbe (hoy cubierto de césped) alcanzaba una altura de 10 metros. Esta muralla ha sido cortada por una pista moderna, construida donde parece que se encontraba la puerta. El corte permite ver un núcleo interno a base de tierra y piedra con bloques de mayor tamaño en los bordes que parecen corresponder al lienzo externo. Desde la puerta la muralla continúa unos metros cerrando la ladera sudoeste que cae sobre la ensenada de La Mina. En la cima de la parte frontal de la muralla que cierra el istmo por el sur son visibles afloramientos del derrumbe de piedra caliza. Este tramo de muralla frontal mide 45 metros de largo, descendiendo otros 28,3 m por la ladera sudeste para enlazar con las otras líneas de murallas existentes en esta zona. Originalmente la cima de la muralla frontal parece haber tenido unos 4,9 m de grosor. Cerca de la puerta es visible un ensanchamiento de 10 m de largo por 4,1 metros de ancho que parece corresponder a un bastión o torreón. A los pies de la parte frontal de la muralla principal que cierra en el istmo es visible un gran foso de 6 m de anchura reforzado por un contrafoso exterior de entre 4,9 y 5 m de anchura (el conjunto de muralla, foso y contrafoso alcanza unos 17 m de anchura), defensas cuya complejidad y magnitud son poco habituales en los castros conocidos de los valles del interior. El interior del castro disponía de amplias zonas llanas que culminaban en una zona alta en el extremo nordeste que forma una especie de acrópolis. Una parte del interior de la península fue parcialmente reutilizada en otras épocas para labores agrícolas. Con estas últimas parece que deba relacionarse el talud murado existente en el centro de la península en dirección N-S. Existen otras estructuras adosadas a los afloramientos rocosos situados hacia el interior, detrás de la muralla principal, a base de muros de piedra trabados a hueso cuya finalidad agrícola no parece clara y que pudieran corresponder a la ocupación castreña.

Desde la Punta de la Garita se retrocede por la pista casi hasta llegar a Prellezo, para tomar un camino que perpendicularmente une dos pistas paralelas. Al llegar a la segunda se irá al NO (derecha) para dejarla enseguida y salir a la izquierda por otro enlace que lleva a la pista que, desde 4


Prellezo, lleva a la Punta del Morro. Se sigue pista adelante (desechando las salidas a izquierda y derecha), hasta llegar al final de la misma, ya cerca del acantilado. En este punto se tomará (izquierda) el sendero que va paralelo a la costa. Se bordea la vaguada que desemboca en la Ensenada de la Punta del Morro, para después acceder a la pista que rodea toda la Sierra de Jerra.

Prellezo y la Sierra nevada de Peña Sagra. Islotes de Pesués y subida a la Sierra de Jerra.

Ya encima de la desembocadura de la ría de Tina Menor, se encuentra un camino a la izquierda, que en zigzag sube a lo alto de la Sierra de Jerra. Se tomará éste (la pista principal sigue hacia el borde de la ría), para superar los 144 m de altitud que quedan hasta el alto. El camino está preparado con escalones de madera para facilitar el paso por este suelo de tierra y piedras. Una vez en lo alto de la Sierra de Jerra se tienen una magnificas vistas de la costa, de todo Val de San Vicente y al S La cordillera de Peña Sagra y al SO los Picos de Europa. Debajo se contempla en toda su extensión la Ría de Tina Menor, cuyo estuario tiene una extensa zona intermareal de vegetación halófila y láminas de aguas salobres formadas por los diques de la estación de acuicultura. Es utilizado por aves acuáticas migratorias, como anátidas y limícolas, ya que sólo la zona de diques es sensible a la presencia humana. En la parte inferior de Jerra, a lo largo de toda la desembocadura de la ría, se encuentra la playa El Sable de Prellezo, aunque sólo es practicable durante la marea baja, quedando libre en la alta sólo el extremo S. Esta playa está formada por una pequeña extensión de dunas primarias bien conservadas, debido la dificultad de acceso.

Vistas desde la Sierra de Jerra: Península de Pechón y desembocadura de la ría de Tina Menor; Marismas de Tina Menor.

Se recorre la Sierra de Jerra, en toda su longitud (de NO a SE), pasando por su máxima altura Jorca (211 m). Se inicia el descenso por el morro E, pero enseguida se gira a la vertiente S. En la bajada se desecharán todas las salidas a la izquierda que se encuentren. Una vez abajo, el camino se 5


topa con la Cotera del Mazo (34 m) desembocando en la pista que la rodea. Aquí se tomará el ramal de la izquierda (S), que enseguida llega a nivel del agua en la Ría de Tina Menor. La pista que aquí se encuentra es la que va de Los Tánagos a la playa de El Sable (ramal de la derecha), Se toma, por tanto la dirección de la izquierda (E-SE), llegando en poco más de 1 km a Los Tánagos. Alberto Gutiérrez y Javier Tezanos 11-02-2010 Literatura consultada para texto y fotos 1. Plan Especial de la Red de Sendas y Caminos del Litoral (Consejería de Obras Públicas, Ordenación del Territorio, Vivienda y Urbanismo). 2. http://www.rutasytracks.com/).

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Braña de los Tejos: Circuito desde Cicera El tejo (Taxus baccata) es una conífera escasa y singular en Cantabria, cuya presencia ha quedado reducida a pequeñas manchas en medio de los hayedos. Silio Itálico, Lucio Anneo Floro y San Isidoro de Sevilla escribieron sobre el uso que los antiguos Cántabros, Astures y los pobladores de Gallaecia hacían de las semillas como veneno para suicidarse cuando se encontraban sitiados por el enemigo o presos de éste. Estos pueblos celtas veneraban al tejo dado que formaba parte de algunos de sus rituales al ser considerado un árbol sagrado, probablemente debido a la extraordinaria longevidad de la planta, que la hace parecer inmortal. Por esta misma razón, en España ha sido plantado profusamente en la Cornisa Cantábrica al abrigo de ermitas, iglesias y cementerios desde tiempos remotos, como símbolo de la trascendencia de la muerte, y es habitual encontrarlo en las plazas de los pueblos bajo el cual se realizaba el concejo abierto. Todo esto es lo que le ha permitido perpetuar ese halo de misterio y sacralidad que envuelve lo relacionado con esta especie. Las virtudes curativas del tejo son conocidas desde hace milenios. El emperador Claudio publicó un edicto en el que señalaba al tejo como el mejor antídoto contra las picaduras de ofidios. Sin embargo, la utilidad medicinal del tejo, con el tiempo quedó en desuso. Hasta que en 1971 un instituto americano descubrió en la corteza del tejo del Pacífico (Taxus brevifolia), el taxol, una sustancia que hoy en día es uno de los más potentes anticancerígenos. Sin embargo, para tratar a una sola persona se necesitan talar dos o tres tejos del Pacífico adultos. Por esta razón, los bosques de taxus brevifolia fueron esquilmados. Afortunadamente, los científicos han podido sintetizar la sustancia en laboratorio. Además se ha descubierto en el tejo común una sustancia parecida al taxol, la taxina, un potente alcaloide y para obtenerla, no es preciso talar el árbol, pues se encuentra en las hojas y se pueden utilizar las ramas de las podas. Del mismo modo que cura, el tejo puede matar, ya que todas sus partes, excepto la carne roja de las bayas son venenosas. Los tóxicos del tejo paralizan el sistema nervioso central. Su ingestión acelera el pulso, al principio, pero después se va volviendo más lento e irregular. La muerte se produce por parálisis respiratoria. Caballos y asnos son sensibles a este veneno, se sabe de equinos que han caído fulminados a los pocos minutos de haber ingerido hojas de tejo. En cambio, otros animales como conejos y gatos son inmunes a la taxina. Por otra parte, la madera de este árbol es tan dura y flexible que se utilizaba para fabricar los mejores arcos. Cuenta la leyenda que el arco de Robin Hood era de este material. Por lo que los bosques de tejos tenían una enorme importancia estratégica. Tanto es así que en Gran Bretaña desaparecieron por esta razón. La ruta que se describe parte de Cicera, en Peñarrubia, para ascender hasta las proximidades del Collado Pasaneo, en la divisoria con Liébana, donde se pueden contemplar una treintena de tejos de excelente porte, milenarios la mayoría, aunque es difícil precisar la edad de esta especie debido a que la madera no forma anillos anuales. Al mismo tiempo, se recorre el Prado Arcedón y el Collado Pasaneo, dos de los pasos que unían Liébana con la costa en el siglo XIX antes de la construcción de la carretera del desfiladero de La Hermida. Este recorrido es del máximo interés botánico, pues se transita por zonas en las que existen todas las especies autóctonas de bosque cantábrico: castaños, robles, hayas, serbales de los cazadores, fresnos, acebos, abedules, tejos, teniendo como punto culminante el paraje natural único de la 1


Braña de los Tejos, quizá el único lugar de todo el continente europeo en el que se reúnan tantos tejos en estado natural. Además, este punto es un impresionante mirador. Datos de la Marcha

Cicera

Invernales de Obán

Invernales de Agua Seles

Collado Traslaventa

Venta de los Lobos

Collado Pasaneo

Braña de los Tejos

Collado Pandocento

Prado Arcedón

Collado de Carracedo

Invernales de Juntalón

1500 1400 1300 1200 1100 1000 900 800 700 600 500 400

Cicera

Distancia estimada: 19,6 km, con las siguientes distancias parciales: Cicera a los Invernales de Juntalón, 1,5 km; al Prado Arcedón, 1,5 km; al Collado Pandocento, 0,9 km; a la Braña de los Tejos, 2,0 km; al Collado Pasaneo, 0,8 km; a la Venta de los Lobos, 3,1 km; al Collado Traslaventa, 1,6 km; al Collado de Carracedo, 3,7 km; ; a los Invernales de Agua Seles, 1,5 km; ; a los Invernales de Obán, 1,7 km; a Cicera, 1,3 km.

Altitud (m)

Desniveles: Subida acumulada: 1.088 m. Bajada acumulada: 1.088 m.

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 Distancia (km)

Duración previsible: 7 h. Dificultad: Mediana a dura, pues tiene un importante desnivel unido a una longitud considerable. Recorrido Desde la plaza de Cicera (498 m), a la entrada del pueblo, se recorren sus calles en dirección SE hasta llegar al final de la parte alta del pueblo. En este comienzo de la marcha se irá por el PR-S 3 Camino de Arcedón, por lo que se seguirán las marcas blancas y amarillas. El primer tramo de pista discurre entre castaños, nogales y acebos, con la Riega de Cordanca a la izquierda. Enseguida, el camino se aleja del regato y comienza una ascensión en zigzag (en este tramo, se desecharán todos los ramales secundarios, continuando por el camino más marcado), para alcanzar los Invernales de Juntalón (660 m las cabañas de abajo). Es curiosa la disposición de estas cabañas, que, aunque en prados separados, están construidas en grupos de dos en dos (dada la vegetación de las lindes de los prados es difícil apreciarlo si no se está cerca de las cabañas). Al llegar junto a las primeras cabañas aparece una bifurcación, en la que tendremos que dejar el PRS 3 para tomar el camino de la izquierda, que sube por los Invernales de Cordanca (unas diseminadas cabañas que se encuentran de 690 a 830 m) en medio de un hayedo. Después de pasar por el segundo invernal (algo difícil de ver por la vegetación) se encuentra un desvío a la derecha (SO) (720 m), que se tomará, para continuar subiendo entre estas cabañas. La pendiente se acrecienta a medida que se va caminando, desde los primeros invernales de Cordanca hasta llegar al Prado de Arcedón, que da un pequeño respiro para empinarse de nuevo hasta alcanzar al cordal. 2


Después de pasar las dos últimas cabañas de Cordanca (830 m) aparece el monte bajo en el que las hayas comienzan a escasear, apareciendo especies como abedules, tejos, serbales y acebos. El camino se hace más difuso, debiendo seguir las sendas que conducen hacia el prado Arcedón, una braña redonda con un invernal en su parte superior, que se bordeará por su izquierda. Una vez llegados a la parte superior, se seguirá SO por terreno despejado hasta cruzar una pista que llanea de NO a SE y tomar un sendero marcado por vehículos todo terreno que sube directamente (O-SO) al Collado Pandocento (1.067 m). Este collado está situado en la Sierra de las Cuerres. El monte que se encuentra a la derecha es Cueto Torcal (1.104 m) Una vez en este punto se seguirá subiendo (S-SE, izquierda) por los caminos más marcados que discurren junto a la alambrada que limita los términos de Peñarrubia y Bedoya. Esta loma se denomina La Mesa. La vertiente de Lebeña por esta zona es muy escarpada pudiéndose ver (abajo a la derecha) la pétrea mole del Cueto de San Pedro (1.029 m), cuya cara norte muestra un gran cortado. Al principio se camina por un pasillo que se abre entre las hayas (a la izquierda) y la alambrada siguiendo las trochas abiertas por el ganado, entre grandes escobas, bloques de piedra y troncos caídos. El camino se mete en el bosque y la pendiente aumenta hasta llegar a la braña de Llaredo de la Concha, donde hay una cabaña en ruinas, que se atraviesa dando un amplio giro a la izquierda (E-SE) para bordear en morro rocoso del Tombero de las Cuerres por su ladera S (queda a la izquierda). Se sigue pon un trecho este amplio camino, que casi llanea, para dejarlo y subir (izquierda) hasta la Braña de los Tejos (1.392 m).

Tres aspectos de la Braña de los Tejos

En esta braña, que han cerrado con un vallado de troncos, se encuentra un numeroso grupo de tejos, con gruesos troncos y en muy buen estado de conservación. Merece la pena darse varias vueltas para contemplar cada ejemplar desde todos los ángulos posibles. Dado que esta braña está al borde de la pendiente vertiente lebaniega, se tienen unas impresionantes vistas del Macizo Oriental. En primer término se puede contemplar Peña Ventosa y abajo Lebeña. El camino continúa por una pista que (SE) se dirige al Collado de Pasaneo (1.344 m), pasando (antes de empezar a bajar) prácticamente por el Alto de las Cuerres (1.413 m). En el collado se encuentra una poza casi circular, que suele tener agua en casi todas las épocas del año. Al llegar a este collado se encuentran tres posibles desvíos. Uno a la derecha (S), que baja, es el camino a Lebeña (si en el primer desvío se va a la derecha) o a San Pedro, Esanos Pumareña y Trillayo (si se toma el ramal de la izquierda). De los caminos que parten de frente, el de la derecha sube a Cueto Busnedo (1.605 m), por lo que habrá que tomar la pista de la izquierda (NE) denominada Sendero de los Caballos y que corresponde al PR-S 4 Camino de Pasaneo.

3


Al principio discurre por el límite superior de un bosque de hayas, robles, serbales de los cazadores, abedules y escobas. A poco de salir del arbolado la pista da una gran curva a la derecha y más adelante se dejará ésta, que sigue hacia adelante, para coger otra que accede por la izquierda en un ángulo muy agudo. La ladera que, a partir de aquí, baja a la derecha se denomina Ajoto, en las proximidades se encuentra el considerado mejor abedular de Cantabria, que crece sobre un canchal. Bajando se pasa junto a un abrevadero con una fuente y bastante más abajo se llega a la braña, sita en un collado, de la Venta de los Lobos (1.115 m). Poco después se puede dejar la pista y tomar un atajo, a la izquierda (NE), que evita la gran vuelta que hay que dar, de seguir por la primera (además ésta baja mucho para volver a subir). El camino vuelve a la pista casi en el Collado de Traslaventa (1.025 m), donde paradójicamente nace el arroyo de Venta de Los Lobos, que baja hacia la derecha. La pista continúa bordeando un cotero (1.057 m) por su ladera S, para llegar a otro collado (1.018 m) y después a un cruce de pistas, donde se tomará la de la izquierda (NO). Enseguida se pasa junto a un prado cercado con una cabaña, en la zona de Llandelaseses. A continuación la pista hace un zigzag, después pasa junto a un cercado de clasificar y marcar el ganado e inmediatamente se llega a un cruce, en el que se seguirá de frente (desechando el ramal que sale a la derecha). La pista llanea un momento, a la vez que describe una amplia curva a la izquierda, para volver a bajar y dar una cerrada curva a la derecha. Nada más acabar ésta, se dejará la pista que se traía (PR-S 4) para tomar otra pista (de menor orden) que sale a la izquierda (O). Este camino sube suavemente por una zona de monte bajo, pasando por encima de dos prados cercados con una cabaña. Después de sobrepasar la tapia de este segundo cercado, se encontrarán sendos caminos a la derecha que se desecharán, siguiendo siempre de frente hasta entrar en un callejo entre las tapias de las praderías de los Invernales de Carracedo. Este sitio es el Collado de Carracedo (862 m), cuyo punto más bajo se encuentra antes de entrar en el callejo, a la izquierda. Nada más pasar el cercado se irá a la izquierda, y después a la derecha (NO), por una pista que, pasando por encima de unos cercados, ladea la vertiente SO del Pico Trespeñas (944 m). En una zona llana de este monte, denominada Mesa de Gándara Llana (916 m), existen cuatro túmulos, restos de una necrópolis de la edad del Hierro (del Neolítico final o Calcolítico), que han sido removidos y ofrecen un estado de conservación muy deficiente. Además, hay una pequeña laguna, que mantiene sus aguas hasta entrada la primavera y es utilizada por los buitres para beber. Justo al llegar a la curva a la derecha, que describe la pista, se deja ésta para bajar por el hombro NO de esta mesa. En su suelo herboso se pierden las trazas del camino, pero en ese punto hay un indicador del Ecomuseo Saja-Nansa que señala la dirección a los restos prehistóricos y, más abajo, otro que señaliza el Mirador de Agua Seles, desde el que se ve Cicera bajo el Pico Sobrelapeña (875 m). Desde aquí se irá hacia unas rodadas en la hierba, que desembocan en un antiguo camino de piedra que pasa entre los Invernales de Agua Seles. Después, se rodeará la cabaña más baja (derecha), por su parte inferior, para bajar y volver a encontrar la pista que se abandonó antes. Después de un corto tramo por la pista, justo cuando ésta empieza a subir, se cogerá un camino que sale a la izquierda, que baja por la Cuesta de las Navas, con algunos tramos enlosados, y da a la pista por donde discurre el PR-S 3 Camino de Arcedón (que se tomó al principio de la marcha) en un punto próximo a la carretera La Hermida-Puentenansa, en la zona de los Invernales de Obán. 4


Se toma el ramal de la izquierda (SO) y al llegar junto al primer invernal se encontrará una bifurcación, tomando el camino de la izquierda, que enseguida vadea la riega de Cicera y atraviesa un avellanedo. El caserío de Cicera ya no queda lejos y nada más pasar junto a un apartadero, que queda a la izquierda, se dejará la pista para tomar un camino a la derecha, junto a una alambrada, que baja directamente a las primeras casas de Cicera (498 m). Javier Tezanos 08-04-2010 Literatura consultada para texto y fotos 1. Cantabria 60 itinerarios (José López Cobo). 2. http://www.montevindio.com/fotos/.

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Bra単a d e lo s Tejos

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PR-S 7 Camino de Valdebaró: Fuente Dé – Santo Toribio El río Deva nace en el impresionante circo de Fuente Dé, al pie del macizo central de los Picos de Europa, y desciende por un valle de gran belleza hasta Potes. Este valle lebaniego, conocido como Valdebaró, se corresponde con el municipio de Camaleño, y es el más visitado de toda la comarca, ya que en su cabecera se sitúa el teleférico de Fuente Dé, y en su zona baja el monasterio de Santo Toribio de Liébana. Este sendero une ambos lugares, descendiendo valle abajo por los pueblos de Pido y Espinama, que todavía conservan algunos de los últimos hórreos lebaniegos. Después se atraviesan los inmensos hayedos de Las Ilces y Cosgaya, donde la tradición afirma que un oso mató al rey Favila. A la altura de Los Llanos otra leyenda señala que un desprendimiento sepultó a los musulmanes que huían de la batalla de Covadonga. Después se llega a Camaleño, para seguir por varias aldeas más hasta el monasterio de Santo Toribio. Es paradójico que este recorrido tenga dos itinerarios diferentes, dependiendo de la información escrita o de los caminos marcados en los mapas. Por ello se ha comprobado cuál es el recorrido marcado en la realidad, que coincide con el descrito en la literatura. En el mapa adjunto se puede ver la gran diferencia con los caminos marcados como PR-S 7. Aunque aquí se describe el recorrido completo, alguno Grupos han acortado la marcha, por lo que también se dan los datos generales de los dos recorridos acortados más probables. Datos de la Marcha Desniveles: Subida acumulada: 639 m. Bajada acumulada: 1.222 m.

Santo Toribio

Ermita de San Miguel

800

Congarna

900

Beares

1000

700

Los Llanos

Areños (Cosgaya)

Las Ilces

300

Espinama

400

Pido

500

Convento del Naranco

600 Fuente Dé

Altitud (m)

Distancia estimada: 22,6 km, con las siguientes distancias parciales: Fuente Dé a Pido, 3,8 km; a Espinama, 0,9 km; a Las Ilces, 2,5 km; a Areños (Cosgaya), 4,0 km; a Los Llanos, 3,6 km; a Camaleño, 2,3 km; a San Pelayo, 1,6 km; a Beares, 1,5 km; a Congarna, 0,7 km; a Santo Toribio, 1,7 km.

Camaleño

1100

San Pelayo

1200

200 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 Distancia (km)

Duración previsible: 6 h.

Dificultad: Fácil al transitar por caminos sin grandes desniveles, aunque es algo rompepiernas. Fuente Dé - Camaleño: Distancia estimada: 17,0 km. Subida acumulada: 320 m. Bajada acumulada: 988 m. Espinama – Santo Toribio: Distancia estimada: 17,9 km. Subida acumulada: 503 m. Bajada acumulada: 876 m. 1


Recorrido Se sale del aparcamiento inferior de Fuente Dé (1.080 m), por la esquina derecha, más cercana a la entrada (NE) dando la vuelta a la empalizada que bordea por detrás el Parador de Turismo. A la izquierda (N) quedan los impresionantes paredones que cierran el circo de Fuente Dé y la estación superior del teleférico. Después de rodear el Parador se baja por la orilla izquierda del recién nacido río Deva, flanqueados por algunas hayas de la parte inferior del bosque de Los Etares. Un poco más abajo se cruza un puente, junto al que hay una edificación que tiempo atrás fue el convento del Naranco.

Tres aspectos de Pido. (http://espinama.es/)

Después de atravesar la carretera se toma una pista que sube por una zona de praderías, denominada Las Cortes, para tomar otra (hacia la izquierda SE), en la que se ignorarán algunos desvíos a derecha e izquierda. En un momento la pista da una gran curva a la derecha (quedando de frente y abajo una nave ganadera) hasta tomar dirección SO y empalmar con otra pista más importante que viene de la carretera de Fuente Dé. Se continúa derecho, para pasar por el puente Melendro, sobre el río Cantiján, y a continuación por el puente de Pontesqué, sobre el río Salvorón, donde el camino retorna al E. Enseguida se entra en Pido (930 m), donde, después de seguir a la izquierda en una bifurcación, se atravesará el pueblo, sin bajar a la carretera, pasando junto a la iglesia y un hórreo. Se sale del pueblo por un sendero (ENE) que vuelve a cruzar el Deva por un bonito puente de piedra y se entra en Espinama (872 m).

Tres aspectos de Espinama. (http://espinama.es/) En Espinama fundó Alejandro Rodríguez de Cosgaya (Espinama, 1697) su Obra Pía, con el dinero que atesoró en México. En la actualidad, este establecimiento docente pionero ha desaparecido y en su lugar se alza una iglesia edificada en 1968 sobre un proyecto del arquitecto de la Diputación Ángel Hernández Morales. En Espinama también se yergue el edificio de la antigua parroquia, de finales del siglo XVII. En esta localidad se conserva la Casona del Indiano con escudos en los que aparecen personajes con apariencia de indígenas, que 2


recuerdan a su propietario el citado indiano benefactor. En Espinama se conservan cuatro ejemplares de hórreo lebaniego. Finalmente reseñar que aquí también nacieron el banquero Saturnino Briz Larín (1864–1954), el pedagogo e investigador José Manuel Prellezo García (1932).

En Espinama no es necesario subir a la carretera principal, por lo que se recorrerán las calles más cercanas al río, para volver a cruzarlo y seguir por la orilla derecha una cambera (camino carretero) entre el bosque.

Tres aspectos de Las Ilces. (http://espinama.es/)

Tras un tramo de suave subida, se baja rápidamente hasta llegar de nuevo junto al río. En este punto se cruza una pista que hacia la izquierda pasa el Deva, donde se encuentra el pueblo de Las Ilces. No es necesario pasar por esta aldea, pero si se hace, se pueden ver dos hórreos con vertiente a cuatro aguas, así como la ermita de Santiago Apóstol. Siguiendo de frente por el bosque, pasando junto a alguna pradería y cruzando la riega de Valcaya y, más adelante, la de Collugorio, se continúa hasta conectar con una pista, en una cerrada curva de ésta, donde se seguirá por la izquierda, bajando a la carretera de Fuente Dé, por la que se seguirá unos metros hasta alcanzar Areños (668 m), barrio de pueblo de Cosgaya, que se recorre pasando junto a su hórreo. Aunque el núcleo principal de Cosgaya no está en el camino, sí conviene recorrer sus calles, para contemplar sus nobles casas, con escudos, algunas de las cuales se han convertido en hoteles concurridos. Aquí, cuenta la leyenda, nacieron y murieron los señores de Liébana, los míticos don Pelayo y su hijo Favila, del cual se dice, fue devorado por un oso en las cercanías del pueblo. De su patrimonio monumental es de destacar la iglesia parroquial y las ermitas de San Pedro y San Antonio. En Areños es interesante contemplar el puente sobre el Deva con dovelas de largas piedras.

A la salida del caserío de Areños se tomará la carretera que sube a Treviño. Sin llegar al mismo, se tomará un camino, a la izquierda, que sigue subiendo por una zona de prados, para comenzar enseguida a bajar suavemente. Más adelante se cruza (650 m) la carretera que sube a Besoy, que queda a la derecha, bajando de nuevo a la carretera principal, llegando a Los Llanos (575 m). Esta población está asentada a orillas del río Deva, que en este punto forma una cascada aprovechada por un molino, y bajo el Monte Subiedes. Esta localidad aparece en antiguas referencias como Planum Regis o Llan de Re, en las que consta como propiedad de don Pelayo, quien según una leyenda fue coronado aquí. La Crónica Albeldense cuenta que este Monte de Subiedes se desplomó sobre los moros que huían de Covadonga hacia su territorio. Hay una ermita dedicada a San Roque (1871), y un puente medieval algo restaurado. Igualmente, puede verse una torre antigua, con el escudo de Lavín.

3


Se deja la carretera a la salida del pueblo, tomando por la derecha una cambera, entre abundantes encinas, que enseguida cruza el arroyo del Avasallo. Después pasa por un tramo bastante llano, entre praderas, hasta dar una curva a la derecha y comenzar una bajada, que pasando por la vaguada del Resquebrado (440 m), donde el camino da una cerrada curva a la izquierda, llega a Camaleño (412 m), por la plaza del mercado de la capital del valle. En la arquitectura de Camaleño cabe destacar la ermita de San Ildefonso, que se encuentra situada en la plaza del pueblo. Su construcción se inició en el siglo XVII finalizándose en el XVIII. Es un pequeño templo de mampostería, que en la actualidad se encuentra muy restaurado. Guarda en su interior la imagen policromada de San Ildefonso, obra del siglo XVII. En sus alrededores se celebra todos los 12 de octubre una popular feria ganadera, con concursos y exposiciones. Camaleño. (http://www.cantabriajoven.com/)

En Camaleño, se vuelve a salir a la carretera general, subiendo unos metros por ella, hasta el ayuntamiento, donde se toma (a la derecha) un empinado camino que asciende para conectar con la carretera de Tanarrio. Se sube por ésta un breve tramo para abandonarla en la primer curva tomando un sendero, por la derecha, que se corresponde con el PR-S 8: Camino del Duje, que asciende desde Sotres a Áliva para luego descender a Mogrovejo y llegar también a Santo Toribio. La senda prosigue entre un frondoso encinar, descendiendo en la zona de La Fragua directamente al fondo del valle para llegar enseguida a San Pelayo (390 m), donde se encuentra la antigua ermita del mismo nombre. Se recorre el pueblo por la orilla izquierda del Deva, y comienza una nueva subida, que cruza la carretera de Lon (430 m) y sigue de frente a través de un pinar y después entre prados. Entre éstos se llega a un cruce, en el que se seguirá por el camino de la derecha, donde empieza una bajada (desechando el de la izquierda y de frente, que suben), primero suavemente y después con fuerte pendiente, hasta desembocar en la plaza de Beares (370 m), junto a una gran encina. En Beares cabe reseñar la pequeña ermita de Santa Marina y el Nogal de Beares (catalogado como el nº 142 de los árboles singulares de Cantabria) situado en Finca La Costana, junto a la carretera, tiene una enorme copa constituida por tres poderosas ramas que le salen a los dos metros de la base. Su proyección abarca una superfice de 370 m2.

Después de atravesar Beares, se sigue por la izquierda (SE) para cruzar el Deva por

Nogal de Beares. (http://www.dgmontes.org/arboles_singulares) 4


el Puente de Beares (348 m) y salir a un área de descanso junto a la carretera de Fuente Dé. Nada más atravesar ésta se tomará de frente un camino que sube rápidamente a Congarna (400 m). En el centro del pueblo hay un cruce de caminos, donde se continúa de frente por un camino (NE) (a la izquierda se baja a la carretera y a la derecha se sube paralelo a la Riega de los Millares) que, entre encinas y pinos, llega a la ermita de San Miguel, desde donde se contempla una magnífica vista de Potes y los Picos de Europa Desde aquí por la carretera se baja al monasterio. Desde el monasterio de Santo Toribio a Potes quedan 3 km. Javier Tezanos 12-11-2009 Literatura consultada para texto y fotos 1. http://www.cantabriajoven.com/ 2. http://www.dgmontes.org/arboles_singulares/ 3. http://espinama.es/

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7


San Glorio – Collado de Llesba - Coriscao El Coriscao es el pico más relevante del sector de la Cordillera Cantábrica comprendido entre los puertos de San Glorio y Pandetrave. Se trata de una de las zonas más altas y hermosas de la Cordillera, constituyendo el límite natural entre las comarcas de Liébana (Cantabria) y Tierra de la Reina (León), comunicadas por la carretera del Puerto de San Glorio (1.609 m), el paso asfaltado más elevado de Cantabria. El Coriscao al encontrarse aislado de otros montes importantes y rodeado de profundos valles (1.200 m por encima de Fuente De y 1.900 metros de la Vega de Liébana) se convierte en un Mirador excepcional de las cadenas de montañosas que le rodean, pudiéndose considerar el mejor mirador de los Picos de Europa. Por su situación frente a los mismos, a muy poca distancia de ellos, esta cumbre tiene un panorama privilegiado sobre los tres macizos. También se divisan perfectamente Peña Prieta, la Sierra de Híjar y la Cordillera Cantábrica. La incomparable panorámica, que en un día despejado se divisa desde esta atalaya, es tal, que se puede asegurar que se ven las más bonitas y amplias vistas que se pueden captar desde cualquier pico de esta Cordillera. Al ser una montaña sin dificultades para su ascenso propicia que sea y muy visitada. Un adelanto de lo que son estas vistas se tiene en la panorámica que ya se domina desde el Collado de Llesba, fácilmente accesible desde San Glorio. Puesto que el mayor atractivo de este itinerario son sus vistas, será preferible elegir las primeras o últimas horas del día, cuando la luz transversal recorta las montañas lejanas y realza su relieve. Si se madruga quizás se pueda disfrutar de las nieblas bajas que cubren frecuentemente los valles circundantes al macizo de Picos. Estos puertos y montes, llamados de Salvorón, constituyen una de las últimas zonas donde cría el oso en Cantabria. Además de este plantígrado, habitan estos montes jabalíes, lobos, rebecos, corzos, ciervos, zorros... La proliferación de pistas forestales está terminando con la tranquilidad de esta zona, que es lo que ha permitido que estas especies todavía se encuentren en ella.

Collado Gustal

1800 1600 1400 0

1

2

3

4

Distancia (km)

Duración previsible: 4 a 5 h. 1

5

Coriscao

2000

Collado Valdeloso

Puerto de San Glorio

2200 Altitud (m)

Distancia estimada: 12 km, con las siguientes distancias parciales: Puerto de San Glorio al Collado de Llesba, 1,8 km; al Collado de La Guarda, 0,8 km; al Collado Gustal, 1,1 km; al Collado Valdeloso, 1,1 km; al Coriscao, 1,2 km; vuelta al Puerto de San Glorio, 6,0 km.

2400

Collado de La Guarda

Desniveles: Subida acumulada: 699 m. Bajada acumulada: 699 m.

Collado de Llesba

Datos de la Marcha

6

7


Dificultad: Fácil al ser corta y con un desnivel a salvar no muy grande. Recorrido Desde San Glorio (1.599 m), una pista asfaltada (NE) conduce en menos de dos kilómetros hasta el Collado de Llesba (1.681 m), magnífico mirador sobre los macizos central y oriental de los Picos de Europa. A la derecha del collado se levanta un monumento en piedra dedicado al oso pardo, obra del escultor Jesús Otero. A medio camino hay una fuente. El collado está dominado por unas bonitas peñas, llamadas también de Llesba, que son utilizadas para practicar la escalada. Desde este estratégico balcón se divisa, al O, Peña Gustal (1.947 m), Peña Cascajal (2.027 m), con Tabla Rayada (2.014 m) a su izquierda, y al fondo el Coriscao. Las tres primeras son rocas de conglomerado negro, recubiertas por líquenes verdes. Al NE, junto al collado está Peña Llesba (1.819 m), al N el Macizo Central y al S Peña Prieta y el Mojón de las Tres Provincias. La pista que se había seguido desciende por la otra vertiente a los invernales de Cojorcos, llegando a Cosgaya, por lo que desde el collado de Llesba se girará al O, por la redondeada loma de la izquierda, cubierta de hierba, brezo y piornos (aunque hay varias sendas se irá por la más marcada). Ganando altura por un terreno algo ondulado se pasa por una suave loma (1.811 m) para llegar al Collado de la Guarda (1.801 m). El camino continúa, entre piedras y pedreras (aunque no presenta ningún problema) por la vertiente N del alto La Guarda (1.893 m). Estas montañas pertenecen a la llamada Sierra Mediana. El camino continúa (ahora por terreno de buen césped y con poca inclinación) por un collado (1.971 m), desde el que se pasa a la vertiente leonesa de la Peña Gustal (1.947 m), sin subir a ella, para alcanzar el Collado Gustal (1.887 m). Se sigue ascendiendo mientras se atraviesan los últimos brezales, que dan paso a un terreno cubierto por hierba y roca. Enseguida se dejan a la derecha los farallones rocosos de las Peñas de El Cascajal (2.027 m), por una ladera en la que se alternan zonas herbosas y pedregosas, para llegar al Collado Valdeloso (1.953 m). Desde este punto se afronta la ascensión a la cumbre del Coriscao, una empinada cuesta que no presenta ningún problema más que su pendiente de poco más de 1 km, que primero transita por una zona herbosa (dejando a la Peña de los Calares (2.013 m) a la derecha, N) y, ya en la parte alta, serpentea en un tramo pedregoso que se prolonga hasta la misma cumbre del Coriscao (2.234 m). Esta cima está culminada por un deteriorado vértice geodésico y tiene un buzón alpino del Grupo de Montaña Alba. Desde ella se abarca el más maravilloso panorama de las montañas más hermosas de España, pues muestra una impresionante panorámica de los picos de Europa, con los tres macizos desplegados al N, pudiéndose reconocer sus innumerables torres, picos, peñas, agujas, morras, horcadas, tiros y canales en perfecta y deslumbrante perspectiva entre los que se distingue el teleférico de El Cable y el refugio de Cabaña Verónica. La panorámica se completa además con buenas vistas hacia Peña Sagra, el macizo del Alto Campoo, Peña Prieta, montes de Riaño, la Tierra de la Reina... y también se domina todo el valle de Liébana. Con tantísimas bellezas en la retina de los ojos, si acompaña un sol luminoso y un limpísimo ambiente (frecuente en los días de otoño), con el alma henchida de gozo, el espectador cae en un éxtasis que le incita a seguir contemplando tal cúmulo de magnificencias. Javier Tezanos 24-09-2009 2


1

4

N

2

1

O

3

2

S

4

E

3

Panorรกmica de 360ยบ desde la cima del Coriscao (http://www.rutas-fuentescarrionas.tk/). 3


Literatura consultada para texto y fotos 1. Cantabria 60 itinerarios (Jos茅 L贸pez Cobo). 2. Foros de Internet. 3. http://www.rutas-fuentescarrionas.tk/

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Urdón – Tresviso – Collado de Hoja – La Hermida La primera parte del recorrido que se describe en este itinerario es la clásica subida a Tresviso. Este recóndito pueblo de montaña cubierto y aislado frecuentemente por la nieve en invierno se ha dedicado fundamentalmente a la ganadería de montaña. Está situado en la parte más septentrional de los territorios lebaniegos, enclavado en el interior de los Picos de Europa. Desde 1991 dispone de una carretera de acceso por Asturias, siendo el antiguo camino minero la única vía de comunicación desde Cantabria, comunidad a la que pertenece. Entre los pueblos de Bejes y Tresviso siempre hubo mucha comunicación. Les unía una misma actividad ya que los ganaderos aprovechan las condiciones naturales de las cuevas del entorno para la elaboración del queso de pasta azul Picón de Tresviso-Bejes, con leche de vaca, cabra y oveja. De hecho, antes de que se construyera el camino minero, la senda que les comunicaba bajaba por Perilluenga hasta el mismo río Urdón, para, una vez vadeado este río, subir a través de la pedregosa Canal de Urdón hasta Tresviso. A raíz de la construcción del Canal de Reñinuevo por la compañía Hidroeléctrica Ibérica, se dejó de utilizar el recorrido por la Canal de Urdón, ya que era más cómodo y seguro continuar por las armaduras del Canal. Es ésta, la segunda parte de esta ruta que fascina por lo singular de su recorrido. A continuación se recorre la Sierra de Bejes, que presenta una singular orografía, llena de complicadas y peligrosas canales y verticales, incluso desplomadas, paredes rocosas, cayendo en ambos casos tanto sobre la cuenca del río Urdón como sobre la del río Corvera. Sin embargo su amplia loma permite un sencillo caminar entre viejas cabañas y añosas cajigas, que ofrecen el lado amable de esta espectacular sierra, hasta el punto de convertirse en un auténtico placer para el caminante. El final del recorrido se hace por un bello y antiguo camino que permite bajar por la poco conocida Canal de Osina. En esta bajada se encontrará algún enconchado, que, según el investigador Eutimio Martirio, posiblemente se trate de los restos de una calzada romana. El comienzo de este tramo se encuentra en el Collado de Osina, que es un magnífico mirador, desde el que se ve perfectamente el perfil de la Senda de La Peña, camino clásico para subir a Tresviso, que se puede observar al 0, y desde donde se tiene la mejor vista de dicha subida, con sus interminables vueltas y revueltas. Datos de la Marcha Desniveles: Subida acumulada: 1.357 m. Bajada acumulada: 1.318 m.

1000 900

300 200 100

Collado de Osina

400

Bárdina del Nacimiento

Balcón de Pilatos

500

Tresviso

600

Collado de Hoja

Urdón

700

Altitud (m)

Distancia estimada: 14,7 km, con las siguientes distancias parciales: Urdón al Balcón de Pilatos, 4,0 km; a Tresviso, 2,0 km; a la Bárdina del Nacimiento, 1,8 km; al Collado de Hoja, 2,4 km; al Collado de Osina, 2,8 km; a La Hermida, 1,7 km.

La Hermida

800

0 0

1

2

3

4

5

6

7

8

9

Distancia (km)

Duración previsible: 6 h. Subir a 1

10 11 12 13 14 15


Tresviso y volver a La Hermida 4 h. Dificultad: Dura, por los desniveles y fuertes pendientes del recorrido, especialmente a partir de Tresviso. Si se hace sólo hasta este pueblo se puede considerar mediana tirando a fácil (desnivel acumulado 889 m de subida y 928 de bajada y 14,0 km, hasta La Hermida). En cualquier caso, se puede hacer tan fácil como se quiera al poderse bajar cuando se desee. Recorrido Urdón (75 m) es la salida de un estrecho valle por el que bajan tumultuosamente a verterse en el Deva las verdes aguas del río del mismo nombre. En Urdón, además de la Central Hidroeléctrica, junto a la carretera se encuentra una vivienda, el antiguo molino, un puente y un asubiadero junto a éste. El Salto de Urdón, que fue construido por la Sociedad Anónima “Hidroeléctrica Ibérica”, por orden de Electra de Viesgo, finalizando las obras en 1912. La Central comprendía dos grupos de 2.720 kW y poco tiempo después, en 1915, instaló un tercer grupo de 3.480 kW. En el año 1952 después de sufrir un aparatoso incendio, fue reconstruida. Las aguas de los arroyos (El Sobra, el arroyo de Reñinuevo y el río Chico) son embalsadas y conducidas por una canalización de 6.039,68 m de los cuales 869,19 m lo son en túneles y el resto al descubierto. Después de su recorrido por las laderas de la Sierra de Hoja (Beges) y Sierra de Osina (Hermida), son despeñadas mediante las tuberías que, desde la cámara de carga de la Carlosa del Pico Cueto de Ave la introducen en las turbinas de la Central desde una altura de 390 m.

Se inicia la marcha tomando el viejo camino de acceso a Tresviso, que se introduce en este estrecho desfiladero. Este pedregoso camino, hasta hace pocos años utilizado por los sufridos habitantes de Tresviso, y que aún utilizan en los meses de invierno, (hoy en día cuentan con una carretera bien asfaltada que parte de Sotres), fue trazado a finales del siglo XIX por la Real Compañía Asturiana de Minas, para transportar el mineral de zinc (blenda), a tiro de bueyes, de la cercana sierra de Ándara. Según el investigador jesuita Eutimio Martino la senda que desde Tresviso accede a Urdón, fue una de las múltiples calzadas que construyeron los romanos para doblegar a los Cántabros en la campaña del año 22 del Monte Medulio (Peña Sagra) donde fueron sitiados después de la derrota sufrida en el Monte Vindio (Picos de Europa).

Nada más comenzar la marcha se toma el camino que sube a la derecha, pues el otro muere en la misma Central Eléctrica. Después de pasar junto a la central, se atraviesa una zona de fresnos y se cruza un puente de cemento para seguir la margen derecha del río. Esta zona (entre este puente y el siguiente) se denomina de Las Ahileras, por las que se flanquea el espolón inferior del Cuetodave. Alzando la vista, sólo se encuentran paredes verticales que descienden desde las cumbres del Joradao y de la Pared del Buitre y éstas a su vez de las más altas Torre de Árguma, Torrequejo, etc. Las angostas canales que forman estas paredes alojan torrenciales arroyos que alimentan al río Urdón. A la izquierda se observa un raíl metálico que desciende en vertical hasta el camino por esta la ladera caliza. Enseguida se llega al lugar denominado Entrelospuentes donde, como su nombre indica, dos antiguos puentes cruzan el río Urdón en un pequeño trecho. El primero es el puente de Los Vertederos (116 m) (llamado así porque el arroyo que atraviesa recibe el agua sobrante del Canal), que tiene un arco de medio punto pero su origen es incierto, aunque la voz popular dice que es romano. El siguiente es 2


un antiguo puente metálico construido en 1912, que después de cruzarlo se camina por la margen izquierda del río Urdón y se pasa por las Canalizas del Grezo. Hasta aquí el camino ha sido muy llevadero con pendientes suaves, trozos llanos y hasta alguna pequeña bajada, sin embargo ahora se abandona el fondo de la garganta y el camino se convierte en una empinada senda zigzagueante. Al subir los primeros tornos o vueltas del camino se encuentran, no solo pequeños arbustos, sino árboles mayores como avellanos, espinos, nogales y hasta higueras silvestres tratando de buscar en las grietas de las rocas un poco de tierra que les permita sobrevivir. El camino continúa con los primeros tornos fuertes que indican que se ha entrado en la Canal de Cerrosa. Se pasa junto a la antigua majada de pastores del Tombu Robru (un vertical espolón que queda a la derecha).

Puente de los Vertederos. Vista de los tornos de la bajada desde el Cotero La Cruz, con la prominencia de la Huezca en el extremo del camino visible. Vista de la canal y los invernaderos de Prías.

Al poco rato el pedregoso camino discurre por el centro de la Canal de la Cerrosa, retorciéndose en continuas y cortas revueltas horadadas en la roca denominadas las Canalucas del Grezo. En una de ellas se encuentra la Posá la Cerrosa (295 m), donde la roca hace un tombo y hay unas las piedras que pueden servir de asiento (posá, que proviene de posada o parada, lugar donde los vecinos de Tresviso solían reposar cuando utilizaban más frecuentemente este camino). Se continúa subiendo y, una vez alcanzada una considerable altura en la canal, se deja el fondo de la canal para pasar a la pared izquierda donde comienza una serie de tramos de pequeños tornos continuos al final de los cuales se alcanza La Vargona (aumentativo de varga, cuesta de mucha pendiente). Al finalizar esta larga cuesta el camino da un giro de casi 180º pasando al otro lado de la cornisa y alcanzando una prominencia rocosa llamada Huezca, que forma un espectacular mirador natural, con una impresionante caída libre, desde el que se puede ver (hacia abajo), toda la sinuosa pendiente de la Canal de la Cerrosa. De frente se ve la Sierra de Osina, cubierta en parte por un tupido hayedo, y en el cual destaca, a su izquierda, el escarpado Cuetodave o Cueto del Ave (836 m). En la ladera de esa sierra se distingue el canal que lleva las aguas del Urdón y abastece a la central eléctrica donde se entuba para alimentar las turbinas con la fuerza de su caída. Al fondo se ve la Pica Mancondiu (1.999 m) entre la Pica las Torres y el Samelar (2.227 m). Se sigue ascendiendo y después de otros dos tornos se llega a un amplio rellano en el que se apoya una de las torres del tendido que suministra energía, eléctrica al pueblo. Este punto es conocido por los habitantes de Tresviso, como La Posá de Ciabedo (480 m) ó Cialorio. Se trata de un amplio rellano en el que se apoya una de las torres del tendido que suministra energía eléctrica al pueblo. En tiempos pretéritos el mineral de cinc, procedente de las minas de Ándara, se bajaba en caballerías hasta este lugar donde se descargaba hasta almacenar una cierta cantidad, acercándose posteriormente a Urdón en carros de bueyes. Este tipo de transporte en dos etapas caballeríacarro fue muy empleado en otras minas de los Picos de Europa. Unas cuantas encinas aferradas a las 3


grietas de las rocas es todo lo que resta de un gran encinar que aquí existió. En este punto se tienen las mismas vistas que desde Huezca. Una vez superada la Posá de Ciabedo el camino va ganando altura vuelta tras vuelta, los tornos son más largos pero no tan fuertes y pronunciados como los anteriores, y se camina por una zona mucho más abierta, pero cerrada a la izquierda por una impresionante pared que cae directamente sobre el río. La segunda de las revueltas, la que más se aproxima a la pared vertical que se descuelga hasta el cauce del Urdón, se la conoce como el Balcón de Pilatos (700 m) ó Mirador del Tubo por su aérea situación, cuyo asome tiene una vertical de más de 500 m, que se descuelga hasta el cauce del río Urdón. Desde este vertiginoso voladizo, además de divisarse una bella panorámica de la garganta y el camino recorrido, se puede ver, abajo en el fondo, el pozo más grande del Urdón llamado Pozo del Infierno. Finalmente, tras algunas revueltas más, dejando a la izquierda un poste inclinado del tendido eléctrico, se alcanza el Cotero la Cruz, último asomo sobre la Canal de la Cerrosa y comienzo de un breve llano, en el que el camino pasa junto a un pedregal, para llegar a la zona de prados y cabañas de los Invernales de Prías (760 m). Una de estas cabañas está arrimada a una peña, a la derecha del camino, junto a la que se encuentra un abrevadero con fuente, que muchas veces está seca. A partir de aquí se asciende por la Canal de Prías, unas cortas revueltas, al final de las cuales se encuentra el Cotero la Llosa (873 m), llamado así por haber allí una prominencia rocosa desde la que los Tresvisanos suelen otear alrededor, para tener controlado al ganado, o simplemente, acuden allí para dar un leve paseo y descansar. Desde aquí se entra en una zona de suaves praderías y al O de ve el caserío de Tresviso, escalonado en un pequeño valle de laderas verdes al abrigo de La Sierra de la Mesa (1.140 m), y, como telón de fondo, la silueta de las montañas más elevadas de los Picos de Europa. A partir de aquí, se sigue el camino denominado Senda de la Peña, es un falso llano con leve ascenso, que luego llanea. Se pasa junto al pequeño cementerio (izquierda), donde estuvo situada la antigua iglesia y por el lugar donde se encontraba la portilla que marcaba la entrada al pueblo. Tresviso (899 m, junto a la cantina), es un pueblo de montaña de los más altos y recónditos de los Picos de Europa. Situado en una especie de vaguada y resguardado en un paraje ideal, con las cumbres de los Picos al fondo. Sus empinadas calles, pavimentadas a base de hormigón, se ven flanqueadas por algunas casas de piedra bien arregladas y otras de nueva construcción. Este pequeño enclave está habitado por apenas medio centenar de personas dedicadas principalmente a la explotación ganadera de montaña (vaca, oveja y cabras). Hasta hace muy poco, dado el aislamiento secular de este pueblo, sus vecinos eran autosuficientes. Contaban con cuatro molinos harineros, algún telar, colmenas, ganado y cultivos para su supervivencia. Uno de los productos más arraigados en la cultura de este pueblo es el queso picón, uno de los productos cántabros de más aceptación y prestigio. Está incluido en el grupo de los quesos azules, con la Denominación de Origen, desde 1994, “Queso Picón Bejes-Tresviso”, y se elabora artesanalmente a partir de la mezcla de leche de vaca, oveja y cabra. Su sabor es fuerte, picante, mantecoso, con mucha personalidad, su aspecto untuoso, de color blanco amarillento y con numerosas vetas de un color verde azulado producidas por la presencia del moho “penicillium”. Tradicionalmente se elaboraba en la época de verano cuando los pastores subían a las majadas de la Jazuca y el Redondal, allí se elaboraba el queso y se llevaba a madurar al interior de las cuevas que se reparten por las laderas de las montañas cercanas. Su maduración se lleva a cabo durante tres o cuatro meses en el interior de cuevas naturales de caliza, abundantes en la comarca, a una temperatura entre 8 a 10 ºC y una humedad del 95/100%. 4


Aunque se produce todo el año, la punta de producción coincide con los meses de primavera y verano. Actualmente solo unos pocos vecinos elaboran este queso, cuando en los años treinta lo hacían unos sesenta, de los alrededor de ochenta vecinos que eran. Los entendidos dicen que este queso es de mejor calidad que el de Cabrales, siendo los pastos, el buen producto de maduración, el ambiente y el emplear exclusivamente cuajo de cabrito de unos ocho días, lo que le da ese color, sabor y consistencia mantecosa que le caracteriza. Los tresvisanos dicen que el Queso Picón gana en finura, pero pierde frente a la publicidad que supieron dar al suyo los cabraliegos. Cuenta la tradición que el rey don Pelayo fue obsequiado con un queso picón de Tresviso tras obtener la victoria en la batalla de Covadonga. Sin embargo, el queso era tan grande que fue necesario disponer un carro para su transporte. Aquel presente agradó al monarca de tal manera que, como agradecimiento, hizo nobles a los donantes. Otra anécdota de este tipo es que Alfonso XII le concedió el título de “Villa Real”, después que, en compañía de su hermana la Infanta María Isabel, estuviera cazando rebecos por estos lugares de los Picos de Europa en Septiembre de 1881.

Vistas de Tresviso: desde La Posá de Ciabedo y desde el camino de La Pasá del Picayo. Iglesia. Por San Pedro (29 de junio), se celebra la tradicional Fiesta del Ramo en Tresviso, una de las fiestas con más sabor popular de Cantabria. Ya el día antes de la fiesta, los mozos del pueblo se acercan al monte de hayas próximo en busca de un árbol con buen aspecto y consistencia al que llaman “jovera”, que se coloca en la bolera del pueblo y se unta con grasa o con jabón. Mientras tanto, las mozas preparan el “ramo”, que es un arco trenzado y adornado con flores y roscos. Para la fiesta los habitantes del pueblo se atavían con el traje típico tresvisano. Antes de la Misa, los mozos llevan el “ramo” hasta la iglesia para que el cura lo reciba y bendiga durante la misma. Al acabar la ceremonia religiosa, se lleva la imagen de San Pedro por las callejas del pueblo y se traslada el “ramo” acompañado de las mozas que van cantando. En la bolera se subastan los roscos uno a uno entre los asistentes (algunos llegan a alcanzar precios superiores a los 100 €). A continuación las mozas animan a los mozos a que suban a la “cogolla” (parte alta de la “jovera”). Después sigue la fiesta con una romería seguida de su correspondiente verbena. En Tresviso es muy famosa la anécdota que en el año 1842 protagonizó un zapatero de Pimiango, de 61 años de edad, llamado José Manuel de Cue y de la Borbolla, que provisto de la correspondiente sotana se hizo pasar por sacerdote y ocupó durante un tiempo la plaza que se encontraba vacante en Tresviso. Según contó el poeta Emilio Pola, el citado personaje, de oficio zapatero remendón y ambulante, como era frecuente ser en Pimiango, al saber que había sede vacante en Tresviso decidió presentarse allá para tener una profesión honorable y sedentaria. Como los zapateros de Pimiango tenían una jerga gremial llamada mansolea no le costó trabajo camuflarla como latín, además, el haber sido monaguillo en su primera juventud le sirvió de mucho. Al cabo de seis meses de haber ejercido el sacerdocio, en todo momento de forma honorable, fue reconocido por un mendigo, por lo que fue trasladado a Oviedo (en lo eclesiástico Tresviso pertenecía a Asturias) donde permaneció en la cárcel seis meses. 5


Se sube hasta la parte alta de Tresviso, denominada El Collao (928 m) y se siguen 140 m más por la carretera de Sotres, para tomar un buen camino, a la izquierda. Enseguida se pasa por la Colladuca Los Hoyos (935 m), donde se desecha un desvío a la izquierda que va a un invernal. El camino sigue bajando y comienza una amplia curva a la derecha, donde se desechará otro desvío a la izquierda. Justo en la mitad de la curva, que coincide con su punto de menor altitud se tomará un sendero que sale a la izquierda. Poco después se cruza una pista (continuación de la que se había dejado, que baja hacia unos invernales) retomando el sendero en la parte opuesta, para entrar enseguida en el Prau Lleu (830 m). Después de atravesar este prado se pasa por el Monte Robredo, entre hermosas hayas y cajigas, para entrar en la Valleja Argumosa, por un buen sendero que se retuerce en interminables curvas, y llegar a los invernales de la Llosa Cima (680 m), que están situados en la parte alta de la Canal de Urdón, de la que recibe el nombre el río. Debajo de los invernales hay una gran mole rocosa, de la que es probable reciban su nombre. Después de pasar junto a las cabañas y se desciende por la Jorcada Cañimuelle, donde la senda se retuerce en repetidas vueltas por los Vallejos de Trescañimuelle, hasta la pared rocosa, donde se da vista al río, y se comienza a descender por Las Armaduras, una sucesión de perfectos escalones, cuando naturales, cuando artificiales. Al finalizar estos se llega al Hondo de Valdediezma, alcanzando el fondo de este estrecho e impresionante desfiladero. En este lugar, en la otra orilla del río, se encuentra una pequeña cueva donde la Compañía Eléctrica tiene instalada la recogida del agua para su posterior conducción a través del canal hasta la Cámara de Carga, este punto se denomina Bárdina del Nacimiento (520 m) o Cueva del Agua y su entrada es la surgencia que da lugar al nacimiento del río Urdón. Se puede pasar el río por entre las piedras y acercarse hasta una pequeña presa tras las que se encuentra la entrada de la cueva donde se juntan las aguas del Sobra y las de Valdediezma. Esta cueva se empezó a explorar en 1975 a cargo del L.U.S.S. (Lancaster University Speleological Society) del Reino Unido, y en la actualidad se ha logrado un desarrollo de 10.600 m con un desnivel de +392 m. Se sigue bajando por el margen izquierdo del arroyo y enseguida se llega al doble Puente La Bárdina (470 m), en el cual hace de pilar central una enorme roca que sobresale en el centro del lecho del río. Justo a la altura del puente hay un importante salto, cuya cascada resulta de una belleza incomparable en época de abundancia de agua (desnieves o fuertes lluvias) el espectáculo que forman las caídas de agua que rodean esta especie de circo, que se ha formado en esta cabecera, es maravilloso, quedando todo el espacio circundante lleno de minúsculas gotitas de agua, que producen mini-arcoíris cuando los rayos del sol llegan a estas profundidades. Después de cruzar este puente se sube por escalones hasta el Canal de Reñinuevo en el Canto La Espina. El muro del Canal tiene aproximadamente 50 cm de ancho y hay que caminar por él (en algunos tramos hay un pasamanos de cable). Caminar por este bordillo es cómodo, al ser llano, pero vertiginoso y hay que caminar con prudencia, ya que a la izquierda están los cortados, aunque tapados por los avellanos y alguna barandilla, y a la derecha la rápida corriente del canal. Esta primera zona se llama la Canal de los Senderos. Enseguida se deja el canal para volver al sendero porque aquel se adentra en un corto túnel, que hay que rodear para alcanzar de nuevo el canal. Enseguida se llega a un punto donde hay una indicación (marcada en el muro) mostrando, de 6


frente a Urdón (siguiendo el canal) y a la izquierda a Bejes. Se baja por éste y se llega a la Caseta de Reñinuevo (462 m), puesto de observación y vigilancia del canal donde hace años la Electra de Viesgo disponía de un teléfono (de los de manivela) para poder comunicar con la central de Urdón. Se sigue descendiendo por el sendero y se atraviesan dos armaduras de hormigón. La primera, en descenso, tiene buen piso, pero la segunda, aunque llana, tiene musgo y resbala, por lo que se debe pasar con prudencia, sobremanera si el tiempo es húmedo. Unos cinco minutos más tarde se llega a un puentecillo colgado sobre los derrumbes del Río Chico. Desde el cual, a la derecha, se contempla el canal unos 40 m más alto que el nivel del camino en una vertical y con una belleza paisajística indescriptible (aunque el puente tiene balaustradas, se recomienda pasarlo de uno en uno). A partir de este punto se empieza a subir de nuevo, pasando por la zona de Media Galería, donde el camino está tallado en la roca, formando bóveda, que en algún caso se convierte en túnel. Aquí será normal mojarse, ya que surgen goteras del interior de la roca, una de las cuales es una fuente, con abundante agua. Este paso se encuentra colgado sobre el vacío, por lo que se debe andar con cuidado. El camino continúa armado en la roca y tras una breve subida se alcanza el Collado Lazadorio, para tras un pequeño descenso se pasa el puente armado sobre la riega Carcabá (un arroyo que se precipita por las angosturas de la Canal de Carcabá, produciendo una bella y húmeda imagen) y se comienza a ascender por la Canal de Perilluenga. El sendero dibuja continuas revueltas hasta llegar nuevamente hasta el Canal de Reñinuevo (485 m).

Canal de Reñinuevo en la Bárcina del Nacimiento. Puente de la Bárcina. Dos aspectos del camino excavado en la roca. Vista de La Hermida, desde la canal de Osina.

El sendero atraviesa ahora el canal, al margen derecho, para comenzar cuesta arriba, con pendientes cada vez más fuertes, adentrándose en una zona de avellanos. Este primer repecho tiene una pendiente endiablada, pero poco a poco, haciendo zigzags, se llega a una colladina (626 m), que se forma entre el Pico Perilluenga (659 m) (izquierda) y la vertical pared de la canal. En este punto el terreno concede un ligero respiro, para continuar por otra buena pendiente, a la vez que el camino se acerca al farallón, y alcanzar la Vela de Hoja o Collado de Hoja (822 m) y los invernales de mismo nombre. Al S, se ve el pueblo de Bejes con sus dos barrios. En el Collado de Hoja se toma una pista que sale a la izquierda (N, que luego vira a NE) y sube ligeramente por las brañas de Los Llanos (838 m), en las que se pueden ver varios invernales. Se 7


comienza una ligera bajada y se entra en un cajigal. Enseguida se encontrará una desviación a la derecha (menos pisada) que se tomará. Este camino pasa a la otra parte de la loma de la Sierra de Bejes, para seguir entre unas cabañas. En esta zona el camino no es muy claro, pero se sigue bien, en cualquier caso, a partir de estas majadas, se tiene que ir hacia lo más alto de la loma de la Sierra, para continuar bajando por los invernales de La Callambrosa (815 m), más adelante por los de La Robre (760 m). Después de estas cabañas se pasa por un tramo de sendero enconchado. Se sale del bosque, para continuar por una loma herbosa y se encuentra una cabaña grande (695 m), en una braña que se cruza. Enseguida se llega a Los Ancinos (639 m, la cabaña más alta y 625 la segunda), un grupo de tres cabañas que se encuentra cerca de los derrumbaderos que vierten sobre el río Corvera. Se pasa por las dos primeras, quedando la tercera por debajo de éstas colgada sobre los mencionados derrumbaderos. Continuando la bajada se pasa otro tramo enconchado y se llega a una colladina (584 m), a la derecha de la cual queda la semiderruida cabaña de Los Dejos. Se sube un poco por la loma siguiente, se encuentra otro tramo enconchado y se pasa junto a la cabaña de El Cabezu (588 m). Se sigue bajando por el bosque encontrando otro tramo enconchado, que puede estar algo embarrado, para salir de los cajigos y entrar en la Concha Las Veneras, llegar a los invernales de Las Veneras y alcanzar inmediatamente el Collado de Osina (556 m). Se comienza la bajada por unas cortas revueltas y se llega a la Fuente Los Lamiales (530 m), un abrevadero con caño. Se salvan por la izquierda un par de grandes piedras que han taponado el camino. Más abajo se cruzan los prados del Cuerre El Fresno, cuyas cabañas están en ruinas. Después el camino pasa por debajo de la pedrera, de bloques grandes, que viene de los contrafuertes bajeros del Cuetodave, y continúa bajando en pequeñas revueltas, para alcanzar la cabaña El Fresno (450 m), que fue destruida por la caída de una roca desde el cono de deyección del Cuetodave. Se atraviesa un cajigal y se continúa por entre alisos, y el camino continúa retorciéndose por la pedrera Las Narices, al final de la cual se pasa bajo los contrafuertes del Cueto de Trecerreu. Debajo de este cueto se encuentra el Joraco de Tresorao, cuyo marcado agujero se ve desde la misma carretera del Desfiladero de La Hermida. Un sendero se desvía hacia él y llega hasta la misma pared rocosa. Si se quiere subir hasta el agujero se debe superar un aéreo y complicado paso en la roca que se encuentra armado con un rudimentario pasamanos (no se recomienda este trayecto si no se tiene técnica de escalada, ya que el primer paso es sobre un saliente rocoso con peralte al vacío). Una vez superados estos primeros metros, se llega fácilmente al afamado joraco con vistas sobre el Desfiladero. Siguiendo la bajada se pasa por Canto Grande, unas fincas a la derecha del camino, para, más adelante, pasar una portilla donde comienza el camino hormigonado hasta llegar a la carretera, donde se seguirá a la derecha y 200 m después se entrará en La Hermida (114 m) Arturo López San Juan y Javier Tezanos 27-04-2011 Literatura consultada para texto y fotos 1. Macizo Nororiental de los Picos de Europa – Peñas Cabriegas, Ángel Sánchez Antón. 2. http://www.tresviso.net/. 3. http://www.cantabriajoven.com/tresviso/. 8


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Barros ² Sierra de Ibio - Coo La Sierra de Ibio es una de las alineaciones montañosas que componen la denominada Cordillera Prelitoral de Cantabria, que se extiende paralelamente a la costa de O a E, constituyendo una nítida separación entre la comarca costera y los valles del interior. Se eleva entre los valles de los río Saja y Besaya, en el extremo nororiental de la reserva del Saja. Comienza por el E en la Hoz de las Caldas, que es la última de las que el Besaya ha tenido que abrirse paso para llegar al Cantábrico. Esta hoz separa la sierra de Ibio del macizo calizo de la Sierra del Dobra. Al O es la hoz de Santa Lucía la que la separa de la Sierra del Escudo de Cabuérniga. La sierra de Ibio, cuya máxima altura se sitúa en la cumbre que le da el nombre Ibio (799 m), es una amplia loma donde existe un enorme repetidor de televisión, así como varias antenas menores. Las montañas del interior de Cantabria terminan en esta sierra, para dar paso a un terreno de ondulantes colinas hasta llegar a la cercana costa. El punto más común de acceso a estos montes se sitúa en el puerto de San Cipriano o Puerto de Morancas (276 m), que es la cota más alta de la carretera que une Riocorvo (55 m) con los pueblos del pie N de la sierra, todos con su nombre, Ibio (113 m), Herrera de Ibio (149 m) y Sierra de Ibio (127 m). Cerca de este alto se encuentra la ermita de San Cipriano, que es escenario de una de las más multitudinarias y típicas romerías de toda Cantabria, que se celebra el 16 de septiembre, uno de cuyos actos más característicos es la subida en albarcas desde Riocorvo. El nombre de este monte también lo lleva la famosa ´Baila de Ibioµ, original danza que se baila al son del tambor y del bígaro (cáscara caracola marina), que repiten una cantinela de son monótono y muy pegadizo, los sonidos graves y profundos del bígaro recuerdan el eco lejano de los guerreros cántabros. Se cree que se trata de una danza guerrera oriunda de Cabezón de la Sal, ya que existían allí salinas codiciadas por tribus vecinas. Las diferentes evoluciones de esta danza conmemoran episodios guerreros de defensa de las salinas que marcan a lo vivo el choque de las lanzas y los gritos de la guerra. Toda esta zona debió tener una importante actividad humana en época de los Cántabros (no en lo que se refiere a las guerras, que se situaban primordialmente en la zona S de Cantabria, especialmente en su capital, el castro de Peña Amaya) ya que, tanto en la ermita de San Cipriano (330 m) (junto al altar) como en Barros se encontraron varias estelas gigantes (con diámetros próximos a los 2 m). Datos de la Marcha

700 600

200 100

Pico Ibio

300

Braña El Zarzal

400

Collado Jocecía

500

Coo

Cueto de Redondo

Barros

800

Peña de las Liebres

Distancia estimada: 15,7 km, con las siguientes distancias parciales: Barros a Cueto Redondo, 4,1 km; a la Peña de las Liebres, 1,7 km; al pico Ibio, 3,1 km; a la Collada de La Cotera del Escobal, 2,1 km; a Coo, 4,7 km.

900

Altitud (m)

Desniveles: Subida acumulada: 866 m. Bajada acumulada: 811 m.

Collada de la Cotera del Escobal

1000

0 0

1

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3

4

5

6

7

8

9

10 11 12 13 14 15 16

Distancia (km) 1


Duración previsible: 5 h. Dificultad: La marcha se puede catalogar entre fácil y mediana, ya que discurre por buenos caminos pero el desnivel a vencer es relativamente alto. Recorrido Desde Barros (73 m), en la plaza que hay junto a la carretera que va a Coo, sale una pista (NO), que pasa por debajo de la autovía. Inmediatamente después se encuentran dos desviaciones a la derecha que se desechan, siguiendo de frente. Al momento, el camino comienza a subir y pasa por una zona de arbolado, en su mayoría eucaliptus. Al terminar un prado grande (derecha) se desechará la pista de la derecha (que va a una mina) y se llegará a una colladina (201 m), a continuación se sigue de frente al pasar por una desviación (izquierda) y enseguida se pasa junto a la citada cantera de piedra (220 m), donde el camino va hacia el N. Un rato después se sale del arbolado pasando la vegetación a ser monte bajo. En esta zona el camino va cambiando de rumbo, primero al NO y finalmente al O. En este tramo se desecharán sendos caminos a izquierda y derecha, para llegar a una cerrada curva, en la que se irá a la derecha (E-NE), desechando una pista que, en la misma curva, sigue de frente. Más adelante se llega a un cruce, en el que hay que seguir de frente. El ramal de la derecha se dirige a un prado con un caserío y el de la izquierda sube hacia el cordal, pero no por el recorrido marcado. Prácticamente en este punto nace un cortafuegos (N) que sube casi hasta la cumbre del Vidrio, pero se seguirá por la pista de frente. Enseguida se encontrará una bifurcación, donde se irá a la izquierda, siguiendo la subida siempre de frente. Al final, ya casi arriba, la pista llega a otra en la que se tomará el ramal de la izquierda, que lleva a la campa del alto de la Laguna de Estrambajoces (nombre usado por los lugareños, que pueda SURYHQLU GH ´HQWUH DPEDV KRFHVµ , también llamado Cueto de Redondo (519 m). Este monte está justo encima de Las Caldas y hay dos instalaciones de antenas. Continuando por la pista se baja a un collado (488 m), donde hay un bosquete y una cabaña, que se dejan a la derecha, para seguir subiendo (O) por una zona despejada de vegetación. A media cuesta se pasa por una zona de poca pendiente (557 m), pero a partir de aquí hay que subir un fuerte repecho hasta llegar al alto de la Peña de las Liebres (632 m) (llamado por los lugareños El Cueto). Siguiendo hacia el O se baja al collado Jocecía (551 m) para continuar subiendo al cotero (603 m) que se encuentra a continuación, por un camino que sigue a derecho hasta la cima. En este collado también se pude tomar la pista, que da una gran curva para salvar el cotero (dejándolo a la izquierda). En cualquiera de los casos se llega a la Braña El Zarzal, donde se continuará por la pista descrita, por la desviación que sube a la izquierda (la de la derecha llanea al principio, para bajar después a San Cipriano). El camino sube con una pendiente moderada en esta zona, pero que enseguida aumenta la inclinación y comienza la subida al monte Ibio. Al alcanzar a los 710 m se entronca con la pista que viene, por la derecha, del Alto de San Cipriano. En este punto, que se denomina Peñas del Vidrio debido a unas sobresalientes rocas, hay una caseta y una fuente con bebedero. También se puede ver una antigua mina. El camino, que continúa por toda la loma, disminuye ligeramente su pendiente. Ya cerca de la cumbre (760 m) hay unas rampas de 2


hormigón con fuerte pendiente. En este punto (izquierda) sale el camino que posteriormente se tomará para bajar a Coo. Después de este pequeño repecho se llega a la amplia cumbre del Pico Ibio (799 m). En la antecima, denominada Correcaballos, hay un inmenso repetidor de televisión, rodeado por toda una corte de antenas más pequeñas. El alto está señalado por un mojón del IGN, dado que el Ibio es vértice geodésico de primer orden. Las vistas desde esta cumbre son amplias: todos los valles y cordales del centro de Cantabria, la costa, el valle de Torrelavega y las rías de Suances y Liencres. Se aprecia bien la continuación al E y O de la Cordillera Prelitoral, de la que forma parte el Ibio, y también se ve cómo esta alineación montañosa marca un nítido límite entre la comarca costera y los valles interiores.

Pico Ibio: Vértice geodésico. Éste y parte de las antenas de su cumbre. Vistas de los pueblos de Ibio.

La bajada se hace volviendo por el camino de subida hasta el punto indicado anteriormente (760 m), conde se cogerá un camino que baja hacia el S-SO (derecha) por los lugares de Mediajo de la Sierra y Piedrahíta, hasta llegar a la collada (458 m) que hay en la Cotera del Escobal (461 m). En este momento se llega a la pista que va de Coo a Herrera de Ibio, por lo que se tomará el ramal de la izquierda. De frente, más abajo se ven los invernales de la Puentecía, un poco por encima del collado de la Puentecía (415 m). Más adelante la pista se desdobla, siendo mejor caminar por la más estrecha, ya que es más corta que la más transitada. Por cualquiera de las dos se entra en la zona de prados y cabañas (ya con una sola pista). Poco después se llega a Coo por el caserío del barrio de La Pereda (128 m). Javier Tezanos 25-05-2011 Literatura consultada para texto y fotos 1. http://www.mendikat.net/.

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GR 71, Etapa 2: Bárcena Mayor – Los Tojos - Saja Esta etapa discurre enteramente por el municipio de Los Tojos, cuya capitalidad está en este pueblo, aunque el ayuntamiento está en Correpoco. Está formado por los núcleos de población: Bárcena Mayor, Correpoco, Saja, El Tojo y Los Tojos. Colsa se considera un barrio de Los Tojos. La marcha comienza en el Valle del río Argoza, en el ancestral pueblo de Bárcena Mayor, para llegar al angosto Valle de Saja. Ambos parten de los puertos de Palombera y de Fuentes, para volverse a juntar al ceder el Río Argoza sus caudalosas aguas al Saja, precisamente dentro de los terrenos de este municipio que hoy se recorre. El conjunto de naturaleza, con abundantes robledales, y la típica arquitectura que se contemplará hacen de este recorrido una delicia para los sentidos. Datos de la Marcha Desniveles: Subida acumulada: 513 m. Bajada acumulada: 573 m.

1000 900 800 700 600

Saja

Mirador de Peña Colsa

100

Colsa

200

Arroyo de Balneria

300

Los Tojos

400

Barranco de la Barcenilla

500 Bárcena Mayor

Altitud (m)

Distancia estimada: 11,1 km, con las siguientes distancias parciales: Bárcena Mayor al Arroyo de Balneria, 3,4 km; al Barranco de La Barcenilla, 0,8 km; a Los Tojos, 3,0 km; a Colsa, 1,4 km; al Mirador de Peña Colsa, 0,4 km; a Saja, 2,1 km.

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Distancia (km)

Duración previsible: 4 h. Dificultad: Fácil al transitar por caminos sin grandes desniveles Recorrido Bárcena Mayor (496 m), que está situada a orillas del río Argoza en pleno corazón de la Reserva Nacional del Saja, es el mejor compendio y más bello exponente de la arquitectura rural popular de Cantabria. El nombre de Bárcena es antiquísimo, de origen preindoeuropeo, que aproximadamente significa recodo pequeño, llano y cultivable formado por un río. El pueblo, que fue declarado en 1979 conjunto histórico artístico, conserva aún el ambiente típico de su remoto origen. Situado entre montañas y en zona de tránsito entre el valle y la meseta, todavía quedan restos de la antigua calzada romana, aunque los primeros datos históricos se remontan a la Edad Media. Algunos autores sitúan su origen en el siglo IX, dependiendo del monasterio de Santa María de Yermo, pero es probable que las fechas sean algo más tardías. Ya en el siglo XII, en época de Alfonso VIII, pasó a depender del monasterio burgalés de San Pedro de Cardeña. Durante el resto de la Edad Media, el lugar de Bárcena Mayor vivió inmerso en los avatares históricos del valle de Cabuérniga, en relación con la casa de la Vega.

1


Callejeando por Bรกrcena Mayor 2


Hasta mediados del siglo XVIII apenas existen noticias, pero el pueblo debió ir prosperando, tal y como indican los datos del Catastro de Ensenada, donde destacan las casi doscientas casas, su abundante ganadería y la artesanía de la madera. Durante la segunda mitad del siglo pasado el pueblo sufrió el habitual proceso de despoblación. En los últimos años, el auge del turismo rural ha propiciado el acondicionamiento del entorno y la progresiva restauración de las casas. El caserío de Bárcena Mayor, concentrado y denso, tiene una estructura rectangular, con dos calles principales de este a oeste, varias perpendiculares y plazas en su interior. El tipo de vivienda es la conocida casa montañesa de piedra, mampostería y madera. Las fachadas se orientan al sur o al este, destacando algunos soportales con arcos de sillares y sobre todo la talla en madera con decoración en vigas, pilares, aleros, etc. La iglesia de Santa María es del siglo XVII y en ella destaca el retablo barroco-decorativo del XVIII. A las afueras del pueblo, pasando el puente del río Argoza, a unos 1,3 km por el camino de la Venta de Mobejo y Ozcaba, existe una pequeña ermita dedicada a la Virgen del Carmen.

Se sale del aparcamiento de Bárcena Mayor y se atraviesan sus empedradas calles para cruzar el río Argoza por su puente de piedra. Al otro lado del río se encuentra un camino carretero en el que se tomará la dirección de la derecha (NO) (a la izquierda se va a Ozcaba). Enseguida se encontrará una bifurcación, en la que se dejará el camino principal (que se dirige a las tierras de la margen izquierda del río Argoza) para tomar un embarrado camino a la izquierda, comenzando una subida por el robledal. Al cabo de un rato se alcanza una zona más despejada, saliendo de ella por la parte baja, para conectar de nuevo con el camino. Se sube por una suave pendiente hasta llegar a otra bifurcación, donde se continuará por la derecha (desechando el ramal más ancho) junto a una alambrada que servirá de referencia. Tras pasar junto a una fea cabaña con tejado de uralita, se baja a una pequeña vaguada, cruzando un regato al lado del cual hay un haya grande y retorcida. Continuando junto a la alambrada, en un constante sube y baja entre grandes tocones de roble, se atravesará el bosque y se pasará al lado de otra cabaña, para efectuar una rápida bajada, y vadear el arroyo de Balneria (490 m) por un bonito puente de madera. Nada más pasar este caudal de agua comienza una continua subida, por una cambera de firme irregular. En otro cruce se sigue por la izquierda y se alcanza un terreno más abierto desde el que se da vista a Los Tojos y Colsa. Poco antes de llegar al Barranco de La Barcenilla, donde discurre el arroyo del mismo nombre, disminuye la pendiente y comienza una ancha pista de tierra, apta para vehículos. Se continúa con una suave subida hasta llegar al borde de una llanada para comenzar otra nueva bajada hasta cruzar otro arroyo, para luego subir y bajar. Después de cruzar otro regato se continuará subiendo por la pista principal (desechando un camino que se encuentra a la izquierda) para acceder a las primeras casa de Los Tojos (635 m). Los Tojos está estructurado por una alineación de casas en torno a la carretera, que en su día pudo ser el camino al puerto de Palombera. Mantiene una buena arquitectura popular y alguna casa blasonada. Cuenta Laurent Vital, ayuda de cámara belga de Carlos I, en su narración del paso del emperador por Los Tojos (1517) (tras desembarcar en la aldea de Tazones, cerca de Villaviciosa, procedente de Flandes camino de Castilla, para hacerse cargo de su corona), que se vieron en necesidad de pernoctar en la aldea, mas no hallando casa apropiada para ello, levantaron tiendas y pabellones en una hermosa pradera. Al poco, una tormenta 3


huracanada a punto estuvo de llevarse por los aires el campamento entero, y a toda prisa tuvieron que acondicionar una socarrena, con los tapices y colgaduras, para armar en ella de nuevo la cama real. Además, la tradición popular añade que cogieron tal cantidad de pulgas que el emperador prometió no volver a pasar por tal lugar.

Los Tojos: Vista general y detalles de su arquitectura.

Siguiendo la carretera, a poco más de 1 km, se llega a Colsa (727 m), la población más alta de Cabuérniga. Esta pequeña aldea, que se considera un barrio de Los Tojos, está casi deshabitada en la actualidad. Se caracteriza por casas de tipología típicamente cántabra de dos plantas con solana (algunas de ellas en estado de total Colsa y el Monte Tamaredo nevado. Saja, casas en hilera. abandono, si bien otras han sido restauradas). Como construcciones de peculiar interés cabe destacar su fuente (posiblemente de los siglos VII u VIII) y la deteriorada iglesia (s. XVIII), en el camino viejo de Saja, que es un templo de una nave, que en su día custodiaba un tabernáculo ochavado fechado hacia 1640 (en la actualidad en el Museo Diocesano de Santillana del Mar). En una capilla conserva dos escudos de la familia de los Ríos, uno de ellos fecha la obra en el año 1702.

En Colsa se llega a la plaza, ocupada por una fuente con pilón, para salir por su parte alta, donde se tomará el camino de la derecha (O), denominado “de La Varga”, que tradicionalmente unía los pueblos de Colsa y Saja. Al llegar al paso a la vertiente del Saja, es conveniente asomarse al balcón natural (Mirador de Peña Colsa) (690 m) que domina El Tojo y el río Saja, presidido desde la derecha por la escarpada Peña Colsa (692). El camino desciende por la izquierda hacia el valle, y muy pronto se llega a un sencillo humilladero “El Santuco”, donde se ve una Virgen con las manos extendidas. La bajada continúa a través de una zona boscosa, con tramos del camino que aún conservan el viejo empedrado, para terminar un rato después en el pueblo de Saja (440 m, en el barrio de arriba), donde el único edificio destacable es el sencillo templo de Santa Águeda, de una nave (s XVII), que ha perdido la cubierta original y ocupa el techo una armadura de madera.

Javier Tezanos 05-12-2010 Literatura consultada para texto y fotos 1. El Sendero de la Reserva del Saja. Bárcena de Pie de Concha – Potes (Juan Miguel Gil Álvarez / Fernando Obregón Goyarrola). 2. http://sedosycuetos.blogspot.com/. 3. http://www.cantabriajoven.com/. 4


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GR-73. Calzada de los Blendios: Riocorvo - Suances El sendero de gran recorrido GR-73 se ha denominado Calzada de los Blendios, debido a que discurre a través de la región donde habitaron y dominaron las gentes de esta importante tribu cántabra. Sin embargo su origen es romano, ya que se construyó bajo el dominio de éstos para el desplazamiento de sus tropas y víveres desde el campamento de Pisoraca (ubicado en la actual Herrera de Pisuerga) hasta Portus Blendium (cuya traducción sería el puerto de los Blendios, correspondiente a la actual Suances). Este recorrido siguió siendo el camino más frecuentado para ir desde la parte central de Cantabria a Castilla hasta finales del s XVIII y principios del XIX, cuando se construyó el Camino Real, variando ligeramente el trazado en algunas partes, especialmente en las hoces de Cieza y de Bárcena. Esto ha propiciado que la calzada se haya conservado bastante bien en los pasos anteriores de estas zonas (Collado de Cieza y las “Tres Conchas”). El trazado de este Sendero se diseñó buscando los caminos más cercanos a lo que en su día fue la calzada romana, ya que gran parte de ella fue sustituida por la carretera antigua, y se dividió en 7 etapas: x 1ª: Herrera de Pisuerga – Santa María de Mave (20,5 km). x 2ª: Santa María de Mave – Aguilar de Campoo (10,5 km). x 3ª: Aguilar de Campoo – Reinosa (29,5 km). x 4ª: Reinosa – Bárcena de Pie de Concha (21,5 km). x 5ª: Bárcena de Pie de Concha – Corrales de Buelna (23,0 km). x 6ª: Corrales de Buelna – Santillana del Mar (18 km). x 7ª: Santillana del Mar – Suances (8,2 km). Como se puede apreciar las etapas se han planificado para que acaben en poblaciones importantes, con lo que la longitud es dispar. Debido a esto, gran parte de los caminantes que recorren esta calzada hacen las etapas a su gusto. Por ello, en esta ocasión se describe el recorrido desde Riocorvo a Suances, que corresponde a más de la mitad de la 6ª etapa y toda la 7ª, con lo que hace una distancia adecuada para una jornada.

Suances

Yuso

Camplengo

Santillana del Mar

500

Bedicó

600

Yermo

Distancia estimada: 21,7 km, con las siguientes distancias parciales: Riocorvo a Yermo, 0,8 km; a Bedicó, 2,2 km; a Sierra Esla, 1,0 km; a Puente San Miguel, 4,6 km; a Vispieres, 2,2 km; a Herrán, 1,6 km; a Santillana del Mar, 1,1 km; a Camplengo, 1,2 km; a Yuso, 1,4 km; a Suances, 5,6 km.

Altitud (m)

700

Riocorvo

800

Sierra Elsa

900

Herrán

1000

Vispieres

Desniveles: Subida acumulada: 558 m. Bajada acumulada: 532 m.

Puente San Miguel

Datos de la Marcha

400 300 200 100 0 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 Distancia (km)

Duración previsible: 6 h. 1


Dificultad: Fácil al transitar por caminos sin grandes desniveles, aunque es un poco rompepiernas. Recorrido El conjunto histórico de Riocorvo surgió en la que fue la vía del Besaya, que se abría paso desde Castilla hasta Santander. Se halla ubicado a orillas mismas del Besaya, estructurado en torno al antiguo Camino Real que unía Reinosa con la costa, donde destacan las casonas y casas de los siglos XVII y XVIII. Cerca de la bella plaza del pueblo se encuentra la llamada casona de los púlpitos, de planta rectangular construida a finales del siglo XVIII por Doña Manuela Fernández Caballero. Es una construcción de gran envergadura, buena ejecución y con la singularidad de disponer de dos púlpitos labrados para soporte de balcón, que son los que le dan el nombre con que se conoce popularmente esta bella casona.

Riocorvo: Casona de los Púlpitos. Casonas de los Haro y de los Alonso Caballero. Escudo de los Alonso, con un dibujo aclarotorio. Otro escudo de los Alonso. (http://www.cantabriajoven.com/). Junto a la anterior, se encuentra la Casona de los Vargas es un buen ejemplo de casa llana del siglo XVI de la que queda la fachada interior de su soportal, su arco de vivienda y hueco de cuadra. Ampliada un siglo después con una planta. De esta casa fue Doña María Sánchez de Vargas, madre del primer marqués de Mercadal. Unos notables ejemplos de la pericia de los maestros canteros de Cohicillos son la casona de los Haro y la de los Alonso Caballero (la siguiente), que forman un mismo edificio, el más importante y monumental de Riocorvo. La primera, consta de tres plantas de sillería labrada, superposición de órdenes, ménsulas, cornisas, voladizos y orejeras en los huecos. Construida a mediados del siglo XVIII por la familia Alonso, que poseía diversos comercios en Cádiz. En la parte inferior se accede por una puerta en arco de medio punto entre pilastras rehundidas, con la rosca decorada entre sencillas molduras. A los lados, ventanas adinteladas. En el piso intermedio, solana entre muros cortavientos, con una puerta y dos ventanas decoradas con orejeras y moldura. Se repite la misma estructura en el piso superior. En el cortavientos izquierdo, en lo alto del hastial y bajo un bonito alero, hay un escudo. La casona de los Alonso Caballero tiene una imponente fachada y una monumental pieza de armas, ejemplo de cómo repercutieron en la arquitectura del pueblo las rentas generadas en los negocios de Andalucía a mediados del siglo XVIII. Fue construida por el miembro del Santo Oficio Don Juan Manuel Alonso Caballero. En el piso inferior hay un zaguán formado por dos arcos de medio punto con ventana a la izquierda. En el piso central se estructuran tres cuerpos con dos balcones anexos a cada cortavientos. En el piso superior se repite la misma estructura de los dos balcones, pero además, entre ellos se encuentra el extraordinario escudo. 2


El recorrido comienza en la N-611 junto al comienzo de las carretea a Virgen de la Peña (60 m). A los 100 m se tomará una desviación, a la derecha comenzando una subida por el callejo denominado La Camberona, que en 700 m desemboca en la localidad de Yermo (145 m), cuya mejor joya arquitectónica es la iglesia de Santa María del Yermo, que se encuentra en el cruce de caminos a la salida del pueblo. La iglesia de Santa María de Yermo fue construida entre los siglos XII y XIII sobre un antiguo monasterio fundado por los obispos Ariulfo y Severino en el año 853 en un lugar despoblado (de ahí lo de Yermo), del que ya no se conserva nada. En aquella época fue centro de un primitivo señorío de abadengo con importantes posesiones por la zona del bajo Besaya, que iría perdiendo influencia con el tiempo. Hoy en día es una de las iglesias más interesantes del románico montañés.

Vista general de la Iglesia de Santa María de Yermo. Frente de la Iglesia y detalle de la puerta de entrada. (http://www.cantabriajoven.com/). Consta de una sola nave, con ábside y presbiterio abovedados. Resulta particularmente interesante el detalle de la portalada, el caballero luchando contra el dragón, escena que representa el bien contra el mal. Dos ventanas de arco de medio punto y guardapolvos de billetes la enmarcan y, sobre la misma cornisa, se han colocado dos relieves, el izquierdo con la leyenda "Santa Marina" y dos figuras de pie bajo arquerías y el derecho con la Virgen y el Niño. Bellos canecillos completan esta hermosa iglesia. En el interior destaca el arco triunfal decorado, con capiteles historiados.

Se sale de Yermo dejando la iglesia a la izquierda (NO) por una pista asfaltada que va subiendo hasta una especie de collada (194 m), donde se desecha una desviación a la izquierda, para comenzar una bajada por un bosque de eucaliptales, primero y después prados y llagar a Bedicó (150 m) (200 m después de una cerrada curva a la izquierda). Poco cabe reseñar de este pueblo, salvo la casa más antigua, construida hace unos 300 años, y se encuentra entre los límites de "Los Cuadros" y "La Piluca". Construida en sillería los esquinales, cortavientos y los vanos de las puertas y ventanas y en mampostería el resto de los muros. Su estructura de dos plantas, con zaguán y solana es la típica de las casas solariegas. En la solana, que ocupa todo el frente desde un cortavientos hasta el otro, los muros son de entramado de madera y piedra. El voladizo del alero, adornado con molduras, en la piedra y la madera trabajada en las cabezas de las vigas y viguetas. El zaguán con suelo de losas tiene una ventana con cargadero de madera y dos puertas, una de acceso a la vivienda y otra a un recinto Dibujo de la casa más antigua de Bedicó. (http://www.cantabriajoven.com/). 3


anexo que debió utilizarse como establo. Su estado de conservación es muy bueno.

Se sale de Bedicó en dirección N, bajando para cruzar un puente, sobre la carretera que conduce a Mercadal, que da acceso al barrio de El Gurugú. El camino sube entre prados y da una gran curva a la derecha, para tomar dirección casi E que luego va virando a N hasta llegar a Sierra Elsa (182 m). Sierra Elsa es un pequeño pueblo de Cartes históricamente ligado a la actividad minera. Con menos de cien habitantes, estos se reparten en los distintos barrios: La Iglesia, El Lavadero o La Herrería, La Chonera, La Manzanea, El Hoyo, La Peña, El Gurugú... Es interesante visitar un herradero (situado junto a la carretera) y un lavadero público (recientemente restaurado). El origen de este pueblo se remonta a los derechos de tiempo inmemorial que tenían los concejos de Bedicó y Mercadal sobre la comunidad de pastos y aprovechamiento de mieses de la zona. En 1841 pasa a formar parte del ayuntamiento (ya que antes pertenecía a Reocín). Las construcciones son modernas, salvo la iglesia parroquial, denominada de San Lorenzo, que pudiera tener su origen en el siglo XVII. En 1936 fue destruida por un incendio, del que sólo pudieron salvarse las ropas de celebrar del sacerdote. Los vecinos más viejos aún recuerdan la imagen de la Dolorosa, que muchos confundían con una persona de carne y hueso. La Iglesia reconstruida es de planta rectangular, con ábside cuadrado, sobre lo que en su origen debió llevar bóveda de crucería y nave de dos tramos. Frente a la Iglesia agoniza un considerable ejemplar de tejo, que aparece en la Guía de Sierra Elsa: Iglesia de San Lorenzo. Lavadero. Vistas desde Sierra Elsa. Árboles (http://www.cantabriajoven.com/). singulares de Cantabria (pág. 165).

Al llegar al pueblo se toma la carretera que lleva hacia Reocín (a la derecha), quedando su iglesia y su maltrecho tejo a la izquierda, viéndose ya los vestigios de la importante actividad minera desarrollada desde el s. XIX. Se sigue por la primera bifurcación asfaltada que se encuentra por la izquierda, que rodea la inmensa mina de Reocín. En el primer cruce se toma el camino de la izquierda (el de la derecha va al barrio de Mijarojos). Inmediatamente se llega a una especie de glorieta, donde se irá por la segunda salida a la izquierda. En el siguiente cruce, se seguirá de frente descendiendo hacia el valle (a la derecha es el acceso al Pozo de Santa Amelia). Inmediatamente se encuentra otra glorieta, donde se sigue de frente por la carretera que continúa su descenso directamente hacia la autovía, dejando el pueblo de Helguera a la izquierda. La autovía se atraviesa por el túnel bajo la misma, para descender entre las casas de Puente San Miguel hasta la glorieta de la antigua carretera general. Se atraviesan las vías de FEVE (dejando a la derecha la estación) y después de dejar la ermita de los Valles a la derecha, se cruza el puente sobre el río Saja y se entra en el núcleo antiguo de Puente San Miguel (40 m). Puente San Miguel es una importante localidad cántabra y la capital del municipio de Reocín, además de su principal núcleo de población y de servicios. En esta localidad hay que destacar la llamada "ermita de los Valles" del siglo XVIII, de escaso interés artístico pero de gran 4


relevancia histórica, ya que aquí se reunían los delegados de los Nueve Valles de las Asturias de Santillana. Con el tiempo, lograrían emanciparse de la jurisdicción señorial mediante el famoso "pleito de los valles". Siglos después Reocín formaría el primer ayuntamiento constitucional de Cantabria. En Puente San Miguel, también se encuentra el que fuera palacio de verano de don Marcelino Sanz de Sautuola (descubridor de las cuevas de Altamira), que ahora pertenece a la familia Botín. La finca tiene una bonita portada del siglo XVIII y un importante jardín botánico, el único declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Jardín Histórico de Cantabria, que alberga numerosas especies de gran valor, como un castaño con un tronco de tres metros de circunferenci Ermita de los Valles. Portada del palacio de don Marcelino Sanz de Sautuola (hoy de a o la que es la Familia Botín), donde se encuentra el Jardín Histórico. considerada (http://www.cantabriajoven.com/). la mejor magnolia de Europa.

La marcha continúa por la carretera de Santillana hasta llegar a un cruce (unos 500 m desde el puente), por el que a la derecha se va al campo de fútbol, donde se girará a la izquierda. Nada más pasar la casa con un pequeño jardín, que está justo en el cruce, se irá a la derecha, para continuar a la izquierda por la orilla superior de un precioso bosque de abedules. Después de un rato de suave subida y siguiendo de frente en todos los cruces se llega a Vispieres (109 m), situado al pie del cónico pico Vispieres (226 m), también denominado el Castillo. En su cumbre se encuentran restos de una fortaleza de la Edad Media y se pueden divisar unas bellas vistas de la costa central de Cantabria. Dentro del término de Vispieres se encuentran las Cuevas de Altamira, universalmente reconocidas. Descubiertas en 1879 por Marcelino Sanz de Sautuola y su hija María, han sido declaradas por la UNESCO patrimonio de la humanidad desde 1985 y zona arqueológica protegida desde el 25 de abril de 1924. La cueva, de unos 300 metros de longitud, contiene unos 150 grabados, expresión artística del hombre del paleolítico. Las pinturas son polícromas a base de pigmentos naturales, que se han conservado desde la edad cuaternaria, en las que cabe destacar las figuras de bisontes, ciervos y caballos. En esta localidad hay también restos de la ocupación romana. Otro vestigio de la actividad medieval de la zona es la piedra de granito a la entrada de la iglesia parroquial de San Salvador, en la que está inscrita la consagración del templo por el obispo Obeco (de Oviedo) en el año 910. De su arquitectura destaca la ermita de San Jorge, la casa de Pérez Bustamante, la de Bustamante y la casona llamada “La Malata”, todas del siglo XVII. Dentro de la mitología cántabra existe un conocido personaje, denominada la Viejuca de Vispieres, bruja benéfica originaria del lugar.

A la entrada de Vispieres se irá a la derecha, para seguir a la izquierda en el siguiente cruce y después siempre de frente hasta llegar a la carretera de acceso a las Cuevas de Altamira (situadas 1,5 Km más arriba) justo en la localidad de Herrán (84 m), en cuya iglesia se halló una inscripción romana. Se cruza la carretera y se sigue por la calle de enfrente que bordea el caserío, dejando los campos a la derecha. Se sigue en todos los cruces a la derecha hasta tomar dirección N, que posteriormente torna a NE al entrar en el núcleo urbano de Santillana del Mar (85 m). 5


Es muy probable que Santillana sea la villa más hermosa de Cantabria, o por lo menos una de las más visitadas. Un lugar donde el tiempo parece no haber pasado, con sus empedradas calles y sus casas blasonadas. El origen de Santillana del Mar se remonta a principios de la Edad Media, cuando un grupo de monjes procedente de Asia Menor fundó un pequeño cenobio para custodiar las reliquias de una santa llamada Juliana que había sido martirizada en Bitinia (Asia Menor, actual Turquía) durante las persecuciones de Diocleciano. Andando el tiempo, la ermita se transformó en monasterio y más tarde en colegiata.

Santillana: Plaza Ramón Pelayo. Calle del Cantón. Colegiata Santa Juliana. Mientras tanto, alrededor del templo fue creciendo una hermosa y recogida villa que tomó el nombre del monasterio (Sancta Iuliana venida del mar, que luego derivaría en Santillana del Mar mediante el siguiente proceso: Sant Iuliana Santullana Santillana) (esto desmonta el inculto dicho de “la villa de tres mentiras, ni es santa ni es llana ni tiene mar”) y cuyo desarrollo se vio favorecido por las donaciones de los reyes y nobles de Castilla, los fueros concedidos por Alfonso VIII el Noble (siglo XIII) y por el hecho de que Santillana fue lugar de paso del Camino de Santiago, detalle que influyó decisivamente en el trazado de sus calles, que, poco a poco, se fueron llenando de torres, casonas, plazas, huertos y corrales. Superada la época medieval, la ciudad vive una profunda decadencia que duró hasta entrado el siglo XIX y que se vio agravada por la masiva emigración a América del siglo XVIII. Como el resto de la región, Santillana logró salir de esta crisis gracias al comercio con Las Indias (la principal actividad a finales del siglo XVIII era el tejido del lino y la lana, dos de los productos más exportados) y a los indianos que regresaron para invertir sus fortunas en el lugar donde habían nacido.

Santillana: Museo Diocesano. Museo Jesús Otero. Palacio de Velarde. A mediados del siglo XIX, la ciudad se pone de moda entre la alta sociedad madrileña como lugar de veraneo y ello contribuye a revalorizar sus palacios y mansiones, así como a la restauración y conservación de su patrimonio arquitectónico. En 1889 toda la villa es declarada monumento histórico artístico. Buena prueba de su definitivo reconocimiento nacional e internacional es la atención que mereció por parte de célebres literatos, entre otros Ortega y

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Gasset (“una villa hecha para que delante se reciten décimas sin parar”) o Jean Paul Sartre (“Santillana es una reliquia en la vida del hombre”). Sin duda, Santillana ha sabido mantener su noble aspecto medieval, una identidad peculiar que refleja su antigua historia, escrita en las mudas paredes de sus señoriales edificios. Balcones volados, amplios soportales, fachadas historiadas y, sobre todo, numerosos escudos heráldicos que hablan de las leyendas y hazañas de las ilustres familias que forjaron la historia de esta villa. Incluso muchos blasones poseen su propia inscripción, como el del Parador Gil-Blas, antigua vivienda de los Barreda-Bracho (“Bracho fuerte que a Italia dio terror, y a Sforcia muerte”), o el de la Casa de los Quirós, donde se lee: “Antes que Dios fuera Dios, y los peñascos, peñascos; los Quirós fueron Quirós, y los Velascos, Velascos”. El detallar todas las características de Santillana sería larguísimo, por lo que, a continuación, se citan los detalles principales de la gran cantidad de monumentos que se pueden admirar en esta villa.

La Colegiata de Santa Juliana. Es el monumento más emblemático de Santillana y su figura parece atraer inmediatamente los pasos de todo el que llega al pueblo. La construcción actual data del siglo XII y la Unesco la declaró patrimonio de la humanidad en 1985. Es la obra cumbre del singular románico cántabro, exhibe una fachada de piedra dorada presidida por una portada de cuatro arquivoltas sobre la que descansa un frontón triangular, añadido en el siglo XVII, con la imagen de Santa Juliana. El interior está compuesto por tres naves, entre las que destaca la central, están separadas por pilares con hermosos capiteles de temática típicamente románica (guerreros y caballeros legendarios, personajes bíblicos, motivos eróticos, etc.). De gran valor resultan los relieves de los ábsides, los valiosos objetos de orfebrería que se conservan en la sacristía, el sepulcro de Santa Juliana, que data de 1453, y el retablo mayor, un espléndido conjunto artístico con la escultura de Santa Juliana y tallas de los apóstoles. Aún así, según los entendidos, la joya más apreciada es el claustro, considerado como uno de los más interesantes de España. Adosado a la fachada norte, está rodeado por finos capiteles historiados cuyo repertorio escultórico e iconográfico, con motivos vegetales, bíblicos, geométricos o alegóricos, sorprende por su excepcional belleza.

El hechizo de media docena de calles. La auténtica belleza de Santillana se descubre dejándose llevar por las pocas calles que conforman la villa, repletas todas de casonas solariegas que rebosan señorío y elegancia y que son palacios o monumentos en potencia. De hecho, en la actualidad, las casas en cuyo interior no se ha instalado un museo, o una sala de exposiciones, han sido reconvertidas en peculiares tiendas de artesanía, de Santillana: Casa de Leonor de la Vega. Escudo de la casa de los regalos, de antigüedades, de Quevedo y Cossío. cerámica o de productos 7


típicos de la gastronomía local. En la misma plaza de la colegiata se puede visitar el museo de Jesús Otero, dedicado a este escultor nacido en Santillana, o el hermoso patio-jardín de la casa de los abades (o de la Archiduquesa), que sirve de local a la primera tienda de antigüedades que se instaló en la villa, así como contemplar los espléndidos blasones que lucen las fachadas de las casas de Cossío y Quevedo, situadas frente al abrevadero y en cuyos bajos es casi un ritual tomarse un vaso de la sabrosa leche fresca que se obtiene de las vacas que pastan en las praderas del pueblo. Por detrás de Santa Juliana se llega a la plaza de las Arenas, en la que se alza el palacio de Velarde, construido en el siglo XVI y que cuenta con numerosos pináculos y hermosas ventanas.

Santillana: Torre de Don Borja. Parador Nacional. Casa de los Tagle. Continuando el recorrido por las calles del Río, que sale de la misma plaza de la colegiata, y del Cantón hasta llegar a la plaza mayor, también llamada plaza del mercado. En este trayecto es obligado detenerse a contemplar los magníficos tejados, fachadas, escudos o balcones de madera, casi siempre repletos de flores, de los distintos edificios, que compiten en belleza con sus cancelas, puertas o aldabas y transportan al espectador a un mundo pasado. Destaca la casa de los Hombrones, del siglo XVII y que debe su apelativo a los dos guerreros que sujetan el pesado escudo de la familia. Sus poderosas arcadas dejan paso, un poco más arriba, a la casa de Leonor de la Vega (siglo XV), madre del primer marqués de Santillana, a la torre de Velarde y a la casa de los Bustamante. De aspecto triangular, la plaza del mercado debe su nombre al mercado semanal, que ya se celebraba allí en 1209 y en ella se concentran diversos edificios civiles de gran interés histórico y arquitectónico, como el palacio del Ayuntamiento, construido en el siglo XVIII. El conjunto se completa con la torre de los Borja, gótica y sede actual de la Fundación Santillana, las casas del Águila y de la Parra, que albergan el museo etnográfico y una sala de exposiciones, la torre del Merino, fortaleza de aspecto militar construida en el siglo XIV y que ha sufrido muy pocos retoques. El palacio de los Barreda, convertido hoy en día en el Parador Nacional Gil Blas. Un bisonte de piedra, obra de Jesús Otero, preside la plaza como homenaje de Santillana a las cuevas de Altamira.

Santillana: Ayuntamiento. Plaza Mayor o del Mercado. Casa de la Archiduquesa o de los Abades. 8


Desde allí se puede ir a la calle de Santo Domingo, donde se encuentra el famoso palacio del marqués de Benamejís, que guarda valiosos cuadros del siglo XVIII, y luego a la de Jesús Tagle para visitar el convento Regina Coeli, construido entre los siglos XVI y XVII y ocupado desde el año 1835 por una comunidad de monjas Clarisas. Este edificio aloja en su interior el Museo Diocesano, cuyo fin es recuperar el patrimonio artístico-religioso de la región. Se puede admirar una valiosa colección de más de 800 piezas (tallas de santos, una colección de Cristos, imaginería, etc.) procedentes en su mayoría de iglesias, ermitas y templos de toda la geografía cántabra. Las monjas dirigen, además, un prestigioso taller de restauración de obras de arte. Muy cerca de este convento se halla la casona de los Sánchez Tagle, cuya fachada luce otro de los monumentales escudos heráldicos que pueden contemplarse en la localidad. Se puede completar el recorrido acercándose al convento de San Ildefonso (siglo XVII), regentado por una comunidad de Madres Dominicas, que elaboran artesanalmente una exquisita repostería, y al Campo Revolgo, un agradable espacio verde sombreado por hermosos robles.

Es necesario atravesar Santillana del Mar situarse en la plaza situada detrás de la Colegiata, donde en su parte baja (por debajo del Palacio de Velarde) se toma el callejo (a la derecha, E) que pasando por el barrio de Fontanilla asciende hacia Camplengo (130 m), al que no es necesario entrar. Al llegar a esta localidad hay que seguir por la carretera local que (por la izquierda) asciende entre praderías hacia el elevado pueblo de Yuso, situado en un collado que se abre entre los montes Huervo (274) y Cotero (214). Después de pasar todas las casas del pueblo, en el cruce inmediato a la última casa se deja la carretera para y entrar la última calle, a la derecha, siguiendo después a la izquierda por el primer camino, que se adentra entre huertas y prados descendiendo suavemente por la ladera. La cambera sale a una cerrada curva de una pista, donde se seguirá hacia la izquierda subiendo de nuevo a la carretera. Continuando por ésta (a la derecha) unos 300 m, para dejarla entrando a la izquierda por una pista con ligero ascenso. Enseguida se llega a un cruce en el que se seguirá de frente (N) culminando el altozano de Peñara (169 m), a partir del cual el camino desciende con magníficas vistas sobre la costa de Ubiarco y Tagle. La pista comienza una amplia curva a la derecha, en la que se ignorarán dos desvíos hacia la izquierda, que bajan a Tagle. Al llegar a una carretera se cruzará para seguir de frente por una pista asfaltada, en la que se desecharán todos los desvíos a derecha e izquierda, hasta llegar a la carretera CA-351, donde hay que continuar hacia la derecha llegando enseguida a la calle Quintana, del Barrio de Jerra (o Guerra), por la que se llega al centro urbano de Suances (91 m). Suances fue el Portus Blendium de los romanos. Su puerto tuvo gran movimiento comercial y fue principal vía de penetración en la costa cantábrica. La actividad pesquera en su puerto de San Martín de la Arena se documenta desde el siglo XII. En lo que respecta a arquitectura civil cabe reseñar la Quinta del Amo, excelente ejemplo del estilo pintoresquista inglés y la casa de la familia Ferrero, de estilo regionalista, ambas del siglo XX. La Casa de los Polanco es una de las casonas más interesantes de Suances, fue construida en el siglo XVII y destaca su portalada escudada. El Ayuntamiento se aloja en un edificio del siglo XIX que destaca por los cinco arcos que forman su pórtico. La Iglesia de Nuestra Señora de Lindes, Parroquial de Suances, fue levantada en el siglo XVII sobre los restos de otra anterior medieval, de la que no queda ningún vestigio. Es un templo de planta rectangular con cabecera semicircular. A uno de los lados de la iglesia destaca una torre campanario de planta cuadrada, rematada por una cúpula donde está situado un bello reloj. En los alrededores de esta iglesia se ha localizado un yacimiento Romano-Medieval, 9


considerado el antiguo Portus Blendium. Fue descubierto durante unas excavaciones realizadas en el año 1967, en la que se encontraron numerosos objetos de gran valor arqueológico. Es interesante visitar el barrio de La Cuba de fuerte sabor marinero, que aún conserva parte de su tipismo. En sus alrededores hay un bonito mirador desde el que se observan unas fantásticas vistas de la Villa y de la Ría de San Martín de la Arena, conocida también como Ría de Suances, que es la desembocadura del Río Saja-Besaya

Suances, vista general. Iglesia de Nuestra Señora de Lindes. Ayuntamiento. La Península del Dichoso es uno de los lugares más impresionantes de la Costa Cantábrica. Desde allí se pueden contemplar (hacia el O) la sucesión de acantilados y los lejanos Picos de Europa, y hacia el E el Faro de Suances, la desembocadura que forma la Ría de San Martín y la Isla de los Conejos. Las ruinas de las antiguas defensas de El Torco, datadas en el siglo XVII y situadas en la Punta Dichoso junto al faro, que servían de bastión defensivo de las continuas incursiones por mar.

Javier Tezanos 20-10-2009 Literatura consultada para texto y fotos 1. http://www.cantabriajoven.com/ 2. La Calzada del los Blendios: Herrera de Pisuerga - Suances (Juan Miguel Gil Álvarez y Fernando Obregón Goyarrola). 3. Páginas web de los ayuntamientos citados.

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GR 73: Calzada de los Blendios, Etapa 5: Bárcena de Pie de Concha – Los Corrales de Buelna Esta quinta etapa discurre por la zona media de la cuenca del río Besaya, recorriendo los valles de Iguña, Cieza y Buelna, separados por cordales montañosos que la calzada cruzaba por los collados situados al O del río, para eludir el paso por las escarpadas Hoces de Cieza. En este tramo, uno de los mayores atractivos está en los pueblos que se atraviesan, con su arquitectura típica montañesa y algunas iglesias interesantes como la mozárabe de Helguera, una de las más antiguas de Cantabria, y las románicas de Molledo (ermita traída desde Pujayo) y La Serna. Dado que la zona está totalmente urbanizada, las antiguas calzadas han ido desapareciendo bajo la capa de asfalto, por lo que la Vocalía de Senderos de la Federación Cántabra de Montaña (FCDME) ha realizado un gran esfuerzo (ayudada por montañeros de barios Grupos de la zona) para marcar y recuperar los antiguos caminos, perdidos en su mayoría, con el fin de disminuir en lo posible los tramos asfaltados. También se ha recibido alguna ayuda (en mano de obra para el desbroce) de dos Ayuntamientos por los que pasa esta Calzada. Este recorrido que aquí se describe puede estar sujeto a variaciones futuras, en función de las negociaciones que se llevarán a cabo para recuperar tramos, que por su falta de uso han sido acaparados y cerrados por los propietarios de las fincas que lindaban con ellos. De estos, el tramo principal sería la calzada (con el enconchado original) que va de Collado a Corrales, que de los 200 m actuales podría pasar a 600, si se recuperan los trozos que están enterrados en varios prados. Datos de la Marcha Desniveles: Subida acumulada: 565 m. Bajada acumulada: 761 m.

Corrales de Buelna

Collado de Cieza

Villayuso de Cieza

Collado de Piedrahita

500

Las Fraguas

600

Arenas de Iguña

Altitud (m)

700

La Serna

800

Helguera

Bárcena de Pie de Concha

900

Distancia estimada: 23,5 km, con las siguientes distancias parciales: Bárcena de Pie de Concha a Molledo, 5,1 km; a Helguera, 1,0 km; a La Serna, 2,1 km; a Arenas de Iguña, 1,6 km; a Las Fraguas, 0,9 km; al Collado de Piedrahita, 3,0 km; a Villayuso de Cieza, 1,9 km; a Collado de Cieza, 3,5 km; a Los Corrales de Buelna, 4,4 km.

Molledo

1000

400 300 200 100 0 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 Distancia (km)

Duración previsible: 6 h (andando, sin contar paradas). Dificultad: Fácil al transitar por caminos sin grandes desniveles, aunque es un poco larga. Los puntos con una ligera dificultad son las subidas al Collado de Piedrahita y a Collado de Cieza.

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Recorrido El recorrido comienza en Bárcena de Pie de Concha, que tiene interesantes edificios, artísticamente hablando. El más importante es su Iglesia románica, bajo la advocación de los Santos Cosme y Damián, de una sola nave alta, con el presbiterio un poco más bajo y ábside semicircular, más bajo también que el presbiterio. Tiene varios añadidos posteriores que enmascaran el alzado primitivo. Se construyó hacia el año 1150 (en fecha no muy lejana a Cervatos, Castañeda, Pujayo, etc.), aunque durante los siglos XVI y XVIII se realizaron diversas reformas en la fábrica, siendo de esta época las capillas laterales, la parte alta de la espadaña y una baja sacristía que está adosada al exterior del presbiterio. Ya en 1916 se añadió el pórtico del muro norte. En el exterior tiene una importante secuencia de variadísimos canecillos que sostienen la cornisa, con temas como, cabezas de animales y humanas, animales completos, figurillas de hombres y mujeres desnudos, algunos con instrumentos musicales, bolas, monstruos que engullen personas, volutas, etc. En el interior, lápida de consagración, sin indicar fecha, y capiteles del arco triunfal de leones afrontados y bolas con caperuza.

Arquitectura de Bárcena de Pie de Concha: Iglesia de los Santos Cosme y Damián, detalle de su portalada y bella casona de estilo montañés La espadaña románica ha sido reformada en sus dos pisos superiores. El interior, muy transformado, mantiene el arco triunfal románico, un poco apuntado, apoyado en capitales muy bien tallados, el izquierdo con leones afrontados, cuyas colas son mordidas por cabezas de monstruo, y el derecho de bolas con caperuza que le dan una excelente fuerza expresiva. Los cimacios están formados por anillos unidos y rehundidos. Guarda una bella imagen de la Virgen sedente con el Niño del siglo XIII, así como unos lienzos populares muy estropeados y una interesante pila de agua bendita. También en el interior, al lado de la puerta oeste, se conserva la inscripción de la consagración a los citados santos. En lo que respecta a la arquitectura civil de Bárcena, se pueden encontrar varias casonas de los Collantes de estilo montañés construidas todas en las primeras décadas del siglo XX.

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Partiendo desde la estación del ferrocarril de Bárcena de Pie de Concha (287 m), hay que ir por la primitiva carretera N-611 (cuando pasaba dentro del núcleo urbano) en dirección SO (derecha). Al llegar a la plaza (donde se encuentran los bares y restaurantes del pueblo) se deja la carretera para bajar por una calle, a la derecha, y tomar la carretera que va a Pie de Concha y Pujayo. Tras cruzar los puentes sobre el río Torina (primero) y Besaya, se dará un giro de 90º, a la derecha, y se pasará junto al ayuntamiento y después por la Iglesia de Pie de Concha. Esta iglesia del siglo XVII, bajo la advocación de Santa María de Roimbre, contiene dos retablos de interés del mismo siglo, con imaginería y relieves de época y una imagen gótica, sedente, de la Virgen con el Niño. Importante lienzo de Cristo, modelo miguelangesco difundido por el pintor burgalés Mateo Cerezo. Esta iglesia presenta la particularidad de tener una planta de dos naves. Junto a la puerta se encuentra una Iglesia de Santa María de Roimbre, en Pie de Concha. Castillo de estela funeraria, quizás del Cobejo. siglo IX.

En este tramo la carretera describe una amplia curva a la izquierda. Al terminar ésta y nada más pasar una hilera de casas se toma un desvío, a la derecha, que pasa por el inmediato barrio de Cobejo (300 m). Este barrio de Cobejo pertenece al Ayuntamiento de Molledo. En este término se encuentra el Castillo de Cobejo, citado en el Apeo del Infante don Fernando de 1404. Se trata de una torre cuadrangular de 13 por 15 m y muros de más de 3 m de espesor, que servía de aduana. En él se establecía un impuesto de tránsito o portazgo a cargo de la Casa de la Vega, privilegio concedido por Alfonso XI a Gonzalo Ruiz de la Vega. Este castillo es vulgarmente llamado Castillo de los Moros, dada la costumbre Cántabra de “apellidar” “de los moros” a todas aquellas construcciones de origen desconocido o muy antiguo. Esta forma de llamar a las cosas es inadecuada, ya que los árabes nunca pisaron estas latitudes.

Al finalizar las casas desaparece el asfalto y se entra en un camino carretero, que discurre por las mieses de El Rocío y entre las vías del ferrocarril (derecha) y el altozano donde se ven las ruinas del citado Castillo de Cobejo (izquierda). Más adelante se cruza una pradería, con sendas portillas de entrada y salida. Poco después se pasa bajo el ferrocarril de Palencia-Santander y se sale a una pista asfaltada, que discurre por La Mies de Santa Olalla. Enseguida se llegará a un cruce, donde se irá a la derecha (a la izquierda se va al barrio de La Real). 300 m más adelante se llega a una bifurcación, donde se tomará la desviación de la izquierda (la de la derecha llega al cercano pueblo de Santa Olaya, pero el camino no pasa por él) que inmediatamente pasa debajo de la vía. Al llegar a una cerrada curva a la izquierda se dejará el camino para tomar otro, de menor importancia, que sale a la derecha (el que se traía sube a los caseríos de La Llosa y Villordún) y vuelve a vuelve a pasar bajo el ferrocarril. Aquí se encuentra una bifurcación en la que se seguirá por el camino más marcado de la izquierda, que desciende y entra en Molledo por su barrio SO. Molledo (254 m) es uno de los pueblos más interesantes del valle. En lo que respecta a la arquitectura religiosa, destaca la ermita románica dedicada a San Lorenzo, traída desde el 3


cercano pueblo de Pujayo. Se trata de una pequeña capilla románica del año 1132 construida en mampostería, que se halla en la finca de los señores de Silió. La entrada es de arco de medio punto rebajado que apoya sobre capiteles historiados. En el muro sur destaca una ventana también con sus capiteles iconográficos. El interior lleva arco triunfal de medio punto y capiteles con águilas de alas explayadas y leones afrontados. Otra iglesia relevante es el Santuario de la Virgen del Camino (se encuentra a un lado de la carretera, saliendo hacia Santa Cruz), que es muy visitado y venerado por las gentes del valle. Fue reedificado en 1713.

Molledo: Santuario de la Virgen del Camino. Casa de los Tiros. Chalet pintoresquista Los Picos. La arquitectura civil es muy abundante, destacando la conocida “Casa de los Tiros”. Es una construcción típica del barroco montañés del siglo XVI, solariega de los Aguayo y Quevedo y de muy simple alzado. Recibe ese nombre porque parece ser que el emperador Carlos V se hospedó una noche en 1522, camino de Palencia, por cuyo favor les regaló unos cañones. También es de reseñar una portalada monumental del siglo XVII, adornada con cañones de piedra y un escudo con las armas de García Lomas. En cuanto a la arquitectura del siglo XIX, comienzos del XX, es de destacar el chalet pintoresquista Los Picos y la llamada Casa de las Chimeneas, construida en 1926 sobre un proyecto de Elías de la Torre (en el entorno de Madernia).

Se baja al centro del pueblo y ya en la antigua carretera, enfrente de la plaza, se toma un callejo, entre las casas, que baja hasta las vías del ferrocarril, que se cruzarán (prestar atención, ya que los trenes circulan con mucha frecuencia y velocidad). Nada más pasar al otro lado se tomará un camino a la izquierda, con un trazado paralelo al de la vía. Al poco rato se separa de ésta y se dirige a la carretera N-611, que hay que cruzar para seguir de frente por el camino que llega a Helguera de Iguña (222 m). En esta localidad se conserva la iglesia prerrománica mozárabe de Santa Leocadia de Helguera, que se remonta al siglo X, por lo que es una de las más antiguas de Cantabria, aunque de este período solo conserva el ábside cuadrado con los modillones de rollos sustentando el alero. Estos restos son muy humildes pero de gran interés si se tiene en cuenta que sólo existen otras dos obras de esta época en Cantabria: Santa María de Lebeña y San Román de Moroso en Bostronizo. De hecho, los canecillos de rollo son muy similares a los de Lebeña. Cerca de esta iglesia hay un humilladero con calvario popular de madera del siglo XVIII.

Ábside de Santa Leocadia de Helguera

Por el camino que se traía se cruzará la carretera de acceso a Helguera y se continuará por una cambera que se va acercando a la carretera general y, sin llegar a ella, sale a la carretera antigua a la entrada de Santa Cruz de Iguña (216 m). En este lugar nació el conocido ingeniero e inventor Leonardo Torres Quevedo, cuya obra más relevante fue el diseño del transbordador de las 4


cataratas del Niágara. También aquí nació y vivió el poeta Evaristo Silió, del siglo XIX, autor de “Desde el valle” (1868). Esta población conserva buenas casonas, con numerosas decoraciones e inscripciones en los ventanales, como la vivienda de los Quevedo y la casona reedificada por el capitán de caballeros corazas Manuel de Rebolledo y Quijano en 1709. Su iglesia es del siglo XVI y presenta una magnífica portada plateresca con alfiz. A la izquierda de la carretera se encuentra el monumento al ingeniero Torres Quevedo en escultura de bronce, obra de Ramón Muriedas (1987).

Santa Cruz de Iguña: Portada plateresca de la Iglesia. Portalada de la casona de los Quevedo. Inscripciones sobre puertas y ventanas.

Siguiendo por la antigua carretera, sin que haya dejado de haber casas a ambos lados, se entra en La Serna de Iguña (195 m). En esta localidad hay que destacar su iglesia románica, dedicada a la Asunción y fechada en el año 1067, lo que la convierte en la más antigua del románico cántabro. Esta datación se constata por los tres trozos de la inscripción en los muros exteriores de la iglesia, que se conservan, de un edificio dedicado a Santa María y a los Santos Pedro y Juan. Presenta un arco triunfal con dos capiteles interiores, cuyo estilo decorativo no es la habitual en el románico montañés. Tanto estas piezas como los cimacios con espirales y el doble collarino indican modelos como los de Leyre y San Pedro de Roda. De acuerdo con esto el estilo de este arco triunfal sería el del románico navarro y catalán previo a Sancho III de Navarra, lo que confirma la fecha de 1067 como la de construcción de la iglesia.

Iglesia románica de La Serna.

Se sigue por la carretera antigua, pero al llegar a la salida del pueblo se tomará una cambera que cruza las vías (a la izquierda), para girar a continuación a la derecha, siguiendo por un camino paralelo al ferrocarril que se seguirá hasta sobrepasar el apeadero de Arenas, momento en que se volverá a pasar las vías por el paso a nivel y se entrará en Arenas de Iguña (176 m) capital del valle y un hermoso conjunto monumental. El edificio más destacable es la torrona de Núñez Bustamante, del siglo XVII, hecha de mampostería y sillería, pero en las inmediaciones hay otras casonas montañesas de gran encanto con solanas, portaladas y variados escudos correspondientes a los apellidos de Collantes, Ceballos, Quevedo, etc.

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Arenas de Iguña: La Torrona de Núñez Bustamante.


Siguiendo por la antigua carretera (NO, izquierda) se cruzará el paso a nivel y se seguirá de frente, bordeando la tapia del magnífico parque arbolado del palacio de los Hornillos, y se llegará a Las Fraguas (166 m). Aunque fuera del casco urbano de este pueblo, merece la pena visitar dos piezas arquitectónicas singulares y magníficas. La primera es la iglesia de San Jorge, neoclásica, a la que también se le conoce como “El Partenón” porque fue construida a imitación de este templo griego en 1890 por Las Fraguas: Iglesia de San Jorge. Palacio de Los Hornillos. los duques de Santo Mauro. Esta iglesia es la parroquia de Las Fraguas y fue construida sobre el emplazamiento de una ermita medieval y donado por los duques al pueblo de Las Fraguas. Se trata de una capillapanteón, de planta rectangular y con 40 columnas de orden corintio que rodean todo el edificio. Muy cerca de la Iglesia de San Jorge, está el Palacio de Los Hornillos, de estilo pintoresquista inglés, que fue diseñado por el arquitecto inglés Selden Wornum y se edificó entre 1899 y 1904. Fue precedente del palacio de la Magdalena, de Riancho y Bringas, que sigue el estilo del de Las Fraguas. Este tiene un pórtico de entrada de cinco altos apoyados en columnas y dos cuerpos laterales a dos aguas con ventanales divididos al modo inglés. El palacio posee uno de los parques más bellos de Cantabria, con sus estanques, lagos, especies variadas de árboles, etc., lo que contribuyó a que el trazado de la nueva carretera, que iba a destrozarlo, se desviase por otros terrenos menos peculiares.

Se atraviesa el caserío de Las Fraguas y se cruza el puente sobre el río Los Llares, dejando a la derecha la ermita de la Virgen del Carmen (Patrona de las Fraguas) y se sigue de frente hacia las casas del barrio de La Castañera. El camino sube un poco para girar a la izquierda (E) y enseguida tuerce a la derecha (N) y sube hasta las últimas casas para seguir por un camino de carros. Desde estas alturas se tiene una maravillosa vista de todo el valle y de los monumentos anteriormente descritos. El camino sigue subiendo ahora de ladera (NO) hasta un punto (257 m) para volver a bajar hasta el cementerio de Pedredo. Aquí se enlaza con la pista que sube al Collado de Piedrahita para pasar al vecino Valle de Cieza. Hay que tener en cuenta que el camino sigue por el trazado antiguo, no por la nueva pista, por lo que se pasará junto al cementerio, se atraviesa la pista nueva y se toma el camino a la derecha. Más adelante se alcanza la pista nueva, que se sigue por un corto espacio, para seguir por el antiguo camino a la izquierda (no confundir con la entrada a una explotación ganadera a este mismo lado). Las obras de la autopista cortaron este trazado que se sigue, por lo que termina en la valla, para continuar se seguirá una vereda, a la derecha, que con bastante pendiente desemboca en la nueva pista, que se seguirá hasta llegar al alto o Collado de Piedrahita (356) (Perejita, dicen en los valles de Cieza e Iguña) (aunque la descripción de este tramo sea un tanto compleja, el recorrido está perfectamente marcado con las pinturas blanca y roja de los Senderos de Gran Recorrido). Este collado está situado al pie del Cueto del Agua (716 m) (SO), cumbre en la que hubo un castro cántabro. 6


Se sigue bajando un pequeño tramo por la pista asfaltada, pero justo al llegar a la altura de las bocas de los túneles de la autopista se tomará un antiguo camino carretero poco transitado últimamente, que sale a la izquierda (NO) y pasa por encima de un caserío (éste queda a la derecha). Se sigue bajando y se llega a un cruce de caminos, donde se irá a la derecha, para inmediatamente tomar la desviación de la izquierda (de las dos que se encuentran). Después de un trecho este camino desemboca en otro más ancho, cogiendo el ramal de la izquierda. Este nuevo camino enseguida desemboca en la pista asfaltada que se había dejado en los aledaños del collado y 300 metros después se entra en el pueblo de Villayuso de Cieza (156 m), por un puente que cruza el río Cieza. El Ayuntamiento de Cieza está compuesto por tres pueblos, Villayuso (al que se llega), Villasuso y Collado. Como es sabido el sufijo “yuso” significa abajo y “suso” arriba, pues en este pueblo se da el caso curioso que no se utilizan los nombres citados cuando se refieren a uno u otro, si no que se dice llanamente “el Pueblo de Arriba” o “el Pueblo de Abajo”. En Villayuso, capital del municipio, en cuanto a lo que arquitectura religiosa se refiere, el edificio más notable del valle de Cieza es la iglesia de San Tirso de Villayuso, quizá de la segunda mitad del siglo XVI o de principios del XVII. Muestra una portada de ingreso de arco de medio punto de grandes dovelas enmarcando en alfiz decorado con bolas y flores. Al lado de la iglesia se conserva un crucero con dos relieves alusivos a la Virgen y un santo, quizá San Tirso, a cuya advocación corresponde la iglesia. También se encuentra la ermita del Carmen del siglo XVII.

Villayuso de Cieza: Iglesia de San Tirso y Crucero en el exterior de la misma. Ermita de Santa María. Plaza del barrio de La Rueda. Casona de Díaz de Quijano.

De la arquitectura civil cabe destacar el palacio Díaz de Quijano, quizá del siglo XVII, con los hastiales altos terminados en pico, simulando almenas. Tiene dos escudos de cueros recortados con las armas de Díaz de Quijano. Presenta en su fachada dos arcos de ingreso de grandes dovelas entre pilastras y un vano con dintel decorado.

Se seguirá por la carretera local hacia la izquierda, hasta llegar al barrio de La Rueda, donde se encuentra el edificio del Ayuntamiento. Entre el caserío se encontrará una carretera que sube con un fuerte repecho a la derecha, que se tomará. Enseguida se encontrará un cruce, donde se seguirá 7


de frente (la salida de la izquierda lleva al cementerio y a Villasuso) subiendo por la ladera del alto de Pedrazo (283 m) que se deja a la derecha. A continuación se alcanza la collada de Pedrazo (265 m) y el camino hace un zigzag para continuar de ladera por la zona de El Páramo, en la vertiente SE del alto de la Garita (699 m). Desde esta situación se tienen unas magníficas vistas de Villayuso y del puente de la autovía, detrás del cual se encuentra el Alto del Cueto Moroso (605 m) (E). Al S se ve el citado Cueto del Agua y al NE el pico Gedo (692 m). Sin tardar mucho se llega a Collado de Cieza (388 m) cuyo nombre se debe a su ubicación, en el collado que comunica los valles de Cieza y Buelna. Collado posee un bonito conjunto de casas solariegas de tipo montañés, entre las que cabe destacar una, en estado de bastante deterioro, que está adosada a otra, cuya construcción pudiera datar de mediados del siglo XVII. Tiene un arco de medio punto de ingreso y una solana entre los muros cortafuegos en la planta principal. En ésta hay un escudo de cueros recortados con las armas de Ortiz. La Iglesia de San Juan Bautista de Collado, presenta una planta rectangular, con ábside cuadrado y nave de dos tramos. A ambos lados del presbiterio se abrieron capillas colaterales con bóveda de crucería; fue edificada en el siglo XVII.

Collado de Cieza: Iglesia de San Juan Bautista. Casa de Ortiz. Casona Montañesa.

A la entrada de Collado, la primera edificación que se encuentra (a la derecha) es su Iglesia, que forma parte de un pequeño grupo de casas. Una vez que se pasan éstas se gira a la derecha para bajar por el camino asfaltado que baja al caserío de Los Tojos (también sube al Pico Gedo por una bifurcación). Un poco más abajo se pasa junto a una pista deportiva, enfrente de la cual está el camino que sube al cementerio. Se bajan unos metros más y se toma un camino que sale a la izquierda y se mete en un callejo cubierto de avellanos, que por unos momentos discurre paralelo a la carretera que se ha dejado. Cuando se sale a descubierto el camino da una cerrada curva a la izquierda y hay que dejarlo (baja a los prados) para tomar un sendero que se introduce en el Monte de Abajo, en el que se pueden contemplar ejemplares de hayas, robles y en su parte más baja se convierte en un pinar. Después de un rato de bajada, se llega a una pista que viene del barrio de La Contrina. En ella se irá a la izquierda para realizar un zigzag y entrar en un tramo enconchado de la primitiva calzada romana, que ha sido descubierto, excavado y recuperado en los últimos años. Siguiendo el camino se llega a la carretera de acceso a la autovía y tras cruzar la N-611 se entra en casco urbano de Corrales de Buelna (91 m), después de dejar a la derecha el cuartel de la Guardia Civil y a la izquierda el Ayuntamiento. Los Corrales es una localidad industrial, debido en gran medida a la iniciativa empresarial de un hijo ilustre de la localidad, José María Quijano, fundador en 1873 de Forjas de Buelna, empresa siderúrgica pionera de la Revolución Industrial en Cantabria.

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Sin duda el monumento más conocido de la localidad de Los Corrales de Buelna es la iglesia de San Vicente, que fue encargada en 1916 por Doña Soledad de la Colina y de la Mora, Condesa de Forjas de Buelna y viuda de José María Quijano, al arquitecto cántabro Leonardo Rucabado. Fue inaugurada el 3 de octubre de 1925. La iglesia se levantó en un estilo neo-barroco o neoherreriano. Presenta una elevada fachada de sillería acabada en frontón triangular y portada bajo arcosolium, con la puerta enmarcada entre columnas. Posee una torre prismática, de 27 m de altura, con troneras simétricas y coronada por balconcillo con balaustres. Presenta un bonito reloj en una esquina, con tejadillo.

Corrales de Buelna: Iglesia Neobarroca de San Vicente. Antiguo asilo de ancianos. Casona de Mazarrasa. Casona de José María Quijano. Palacio de los Condes de Mansilla y detalle de su escudo. En el interior cabe destacar la pila bautismal, fechada en 1751, posiblemente procedente de la antigua iglesia parroquial que estuvo ubicada cerca del cementerio; un órgano de principios del siglo XX; un lienzo con el tema de la Anunciación y otro con el Cristo Crucificado, del siglo XVIII, procedentes del Real Convento de las Bernardas de San Andrés de Arroyo (Palencia). Pero lo más interesante es el Cristo de bronce del escultor Victorio Macho, realizado en 1926, que también hizo la escultura sedente de José María Quijano. Este Cristo, que fue encargado por la Condesa de Forjas de Buelna, fue una obra muy criticada en su tiempo debido a las innovaciones que presentaba: la cara no expresa dolor; no lleva corona de espinas sobre la cabeza; no presenta la herida de lanza en el costado; y la cruz no lleva el tramo superior. Junto a esta iglesia, se encuentra el antiguo Asilo de Ancianos, también construido a expensas de la Condesa de Forjas de Buelna, y obra de Leonardo Rucabado.

Alberto Gutiérrez y Javier Tezanos 30-09-2010 Literatura consultada para texto y fotos 1. La Calzada de los Blendios: Herrera de Pisuerga – Suances (Juan Miguel Gil Álvarez / Fernando Obregón Goyarrola). 2. http://www.cantabriajoven.com/. 3. http://www.cantabria102municipios.com/. 4. http://ciezacantabria.blogspot.com/. 9


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GR 74 Etapa 7a: San Miguel de Luena – Bárcena de Pie de Concha En esta etapa del GR 74 se sale de las tierras pasiegas para llegar al Valle del Besaya. Es curioso observar que el modo de vida ha sido completamente diferente y, a pesar de ser colindantes, la vida semi-trashumante de los pasiegos, yendo de cabaña en cabaña con sus ganados, desaparece en cualquiera de los valles limítrofes al oeste, como ocurre en el del Besaya, donde termina la marcha. En la segunda parte de la marcha se pasará junto al pantano de Alsa, donde los recursos hidroeléctricos se han aprovechado al máximo con la construcción de sendos embalses intercomunicados. A un nivel inferior está el de Alsa (840 m), sobre el río Torina y, por encima, casi en la cumbre de la montaña, la gran bañera artificial que es el embalse de Mediajo (1.169 m), de construcción más reciente. Esta espectacular obra de ingeniería se complementa con el trasvase Ebro-Besaya, que pone en comunicación el embalse del Ebro con el de Alsa por San Miguel de Aguayo. Con estas acciones se consiguen los efectos de la optimización de la energía, utilizando la sobrante en horas valle para bombear el agua al reservorio superior, que se convertirá en la energía demandada en horas punta. Por otra parte desde el pantano (inferior) se realiza el abastecimiento de agua a la zona central y oriental de Cantabria, mediante la llamada “autovía del agua”. En este sistema tan bien ideado, parece que falla algo, pues el agua que se trasvasa en el verano del Ebro a Alsa, se debe devolver en invierno de nuevo al Ebro (lo empleado para producir energía). Por ello, tanto Campurrianos como Cántabros se preguntan ¿cómo es posible que un agua que ha nacido y no ha salido de Campoo no se pueda disponer libremente en Cantabria para su mejor aprovechamiento?. Datos de la Marcha Desniveles: Subida acumulada: 940 m. Bajada acumulada: 1.033 m.

Invernales de El Cerrillo

650 550 450 350

Presa de Alsa

750

Collado de Piedra Lucia

850

Alto de Los Callejones

950

Mediajo La Serna

San Miguel de Luena

1050

Bárcena de Pie de Concha

1150

Altitud (m)

Distancia estimada: 20,5 km, con las siguientes distancias parciales: San Miguel de Luena a las Cabañas de El Cerrillo, 4,3 km; al Mediajo La Serna, 1,3 km; a los Callejones, 1,5 km; al Collado de Piedra Lucia, 1,2 km; a la presa de Alsa, 5,0 km; a Bárcena de Pie de Concha, 7,2 km.

1250

250 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 Distancia (km)

Duración previsible: 6 h. Dificultad: De fácil a mediana. Recorrido Se parte del barrio de La Puente (390 m), de San Miguel de Luena, por la carretera del Escudo en dirección a Santander. Una vez pasado el puente que salva la vaguada del arroyo Sel Viejo se toma, a la izquierda, la pista asfaltada que sube a Selviejo, que discurre entre un pinar (derecha) y prados 1


y monte bajo (a la izquierda). Enseguida se entra en el bosque y se encuentra una pista, a la derecha, que se tomará. Al poco tiempo se sale del bosque y se camina entre los cercados de los prados y el camino que se trae aboca en otra pista (el Camino del Cerrillo), donde se tomará el ramal ascendente de la izquierda, que pasa junto a la cabaña de Arilla (700 m). Al poco rato la pista hace una cerrada curva a la derecha, en el límite de dos prados con cabaña (Los Vallejos) (730 m), siguiendo por ella y desechando el camino que continúa de frente. Al llegar a las cabañas del Tablao (770 m) se encuentran dos caminos (derecha e izquierda), que se desecharán siguiendo de frente por la pista principal. Ésta discurre por una zona de monte bajo, hasta llegar a las cabañas de El Cerrillo, que se sitúan en varios prados dispuestas en dos formaciones, la inferior (que se encuentra primero) (915 m) y la superior (970 m, las más altas), todas junto al borde superior de su prado. Al llegar a la altura de la primera línea de cabañas se deja la pista y se sigue por los caminos del ganado bordeando la cerca de piedra S de las cabañas superiores (quedan a la derecha) hasta llegar a la parte alta. En este momento se gira al N, bordeando la pared alta de los prados. Primero se llanea para después ir subiendo de ladera a tomar un marcado camino que sube directamente (primero SE y luego E) por la brena de El Marojo al Mediajo La Serna (1.128 m). Desde el punto donde se coge el camino se divisa (al N y abajo) la localidad de Sel de La Carrera.

Panorámica de las cabañas de El Cerrillo. Vista de la zona de la costa (N) desde el Mediajo La Serna

Al alcanzar el mediajo se pierden las trazas del camino, pero se sigue de frente hasta enlazar con la Calzada Romana del Escudo, un camino que discurre casi por la parte alta de esta sierra (N-NE a SSE). En este momento, prácticamente no existen las piedras del camino, pero parece que hasta mediados del siglo pasado estuvo bastante enconchado. Se seguirá hacia la izquierda (S-SE) por 2


este marcado camino, que irá pasando por todo el alto del cordal, en el que caben destacar (por orden de paso) el alto de Los Callejones (1.214 m) (se puede subir a este pico, pero el camino pasa por su ladera oeste, 14 m por debajo de su cumbre) y La Piedra Lucia (1.216 m), por la que tampoco se pasa (es una cotera herbosa que queda a la derecha (NO) del collado (1.197 m) que se traspone). Ligeramente a la derecha (NO del anterior) está el Cotero de los Vallados (1.255 m). Una vez traspuesto este collado se baja un poco para tomar el ramal izquierdo (SE) de una pista que se encuentra perpendicularmente y que casi llaneando llega al Collado de Piedra Lucia (1.182 m). A continuación se sube ligeramente para tomar (hacia la derecha, en un quiebro de casi 360º, N) la pista que baja de Mediajo Frío (1.328 m), que se ve justo de frente (S).

Pantano de Alsa y Pico Jano desde la falda de El Cotero de los Vallados. El Mediajo Frío y la zona de Aguayo, desde el pantano de Alsa.

El camino que ahora se recorre discurre por la falda S del Cotero de los Vallados, bajando, entre plantaciones de pinos, paulatinamente hasta llegar a la orilla del pantano de Alsa. Un poco antes se encuentra una pista (870 m) en la que se tomará el ramal de la derecha (NO) y en poco trecho se alcanza el borde del pantano y un poco más adelante se llega al muro de su presa (840 m), donde se entra en la carretera que desde Bárcena de Pie de Concha sube al embalse artificial del Mediajo de Jano. Sin atravesar el dique de la presa, se toma carretera citada, que se adentra en la Garganta del Torina. Al principio, el camino llanea, para después descender suavemente, por debajo de los contrafuertes del Pico Ureño (1.142 m). Unos dos km después de dejar la presa, antes de entrar en una cerrada curva a la derecha, se tomará un sendero de frente, que ataja el amplio zigzag de la carretera, a la derecha del cual se dejan unos bonitos farallones. Se alcanza el Portillo de Jumedre (715 m), se siguen unos 80 m por la carretera, hasta llegar a unas rocas de conglomerado, debajo de las cuales se toma un sendero, que después las atraviesa y continúa por la sierra, paralelo y por encima de la carretera, con buenas vistas en algún punto sobre el barranco del río Torina y el Pico Jano. Al principio el sendero tiene una leve tendencia ascendente por la ladera de un alto rocoso (768 m), que se pasa por su vertiente NE. Después sigue un tramo con subidas y bajadas, para sortear grandes piedras. Se pasa junto a una colladina (715 m) después de la cual hay que sobrepasar un alto rocoso (727 m), que queda a la izquierda. A continuación se comienza a bajar, junto a la alambrada, en dirección a una columna del tendido eléctrico, a partir del cual se entra en el amplio camino hecho por la Compañía eléctrica para acceder a éstas. 3


Enseguida se llega a una collada herbosa, denominada Campo de los Higos (586 m), desde donde se girará a la derecha (N) para bajar de nuevo a la carretera. Al llegar a una cerrada curva a la derecha, para entrar en un amplio zigzag, se puede atajar este meandro de la carretera, tomando un camino de frente que se abre paso entre el monte bajo. Enseguida se llega a otro gran torno de la carretera, antes del cual ésta da una amplia curva a la izquierda, a mitad de la cual, después del cerrado de la finca superior, se puede atajar para llegar a la carretera y continuar bajando hacia la derecha. Enseguida se alcanzará una desviación a la izquierda, que se tomará (de frente también se llega a Bárcena, pero el trazado del GR va por donde se indica y, además, el recorrido es más bonito). Es de resaltar, que por la desviación que se encuentra a la izquierda, en la primera curva nada más tomar la tomar la desviación, se llega a la “Escuela de Escalada Deportiva Torina”, que consta de 3 sectores y fue equipada en 2009 por Sergio Torío y Sergio Vidal (co-directores de la ECAM y Vocales de la FCDME), con colaboraciones de otros escaladores de la zona del Besaya, con subvenciones de la Asociación Desarrollo Territorial Campoo Los Valles, dentro del Programa LEADER Cantabria 2007-2013. Las vías fueron abiertas con el máximo respeto a la ética y conservación de la naturaleza. Están consideradas de dificultad media y baja, en los que algunos itinerarios se han dejado limpios, es decir, sin tener instalados anclajes fijos, por lo que es necesario asegurarse a la pared aprovechando las fisuras.

Después de dejar la Central del Torina a la izquierda se pasa por el barrio de Bárcena de La Collada, después junto al cementerio para atravesar, por debajo, la carretera N-611 y entrar en el centro de Bárcena de Pie de Concha (295 m).

Arquitectura de Bárcena de Pie de Concha: Iglesia de los Santos Cosme y Damián, detalle de su portalada y bella casona de estilo montañés Bárcena de Pie de Concha tiene interesantes edificios, artísticamente hablando. El más importante es su Iglesia románica, bajo la advocación de los Santos Cosme y Damián, de una sola nave alta, con el presbiterio un poco más bajo y ábside semicircular, más bajo también que el presbiterio. Tiene varios añadidos posteriores que enmascaran el alzado primitivo. Se construyó hacia el año 1150 (en fecha no muy lejana a Cervatos, Castañeda, Pujayo, etc.), 4


aunque durante los siglos XVI y XVIII se realizaron diversas reformas en la fábrica, siendo de esta época las capillas laterales, la parte alta de la espadaña y una baja sacristía que está adosada al exterior del presbiterio. Ya en 1916 se añadió el pórtico del muro norte. En el exterior tiene una importante secuencia de variadísimos canecillos que sostienen la cornisa, con temas como, cabezas de animales y humanas, animales completos, figurillas de hombres y mujeres desnudos, algunos con instrumentos musicales, bolas, monstruos que engullen personas, volutas, etc. En el interior, lápida de consagración, sin indicar fecha, y capiteles del arco triunfal de leones afrontados y bolas con caperuza. La espadaña románica ha sido reformada en sus dos pisos superiores. El interior, muy transformado, mantiene el arco triunfal románico, un poco apuntado, apoyado en capitales muy bien tallados, el izquierdo con leones afrontados, cuyas colas son mordidas por cabezas de monstruo, y el derecho de bolas con caperuza que le dan una excelente fuerza expresiva. Los cimacios están formados por anillos unidos y rehundidos. Guarda una bella imagen de la Virgen sedente con el Niño del siglo XIII, así como unos lienzos populares muy estropeados y una interesante pila de agua bendita. También en el interior, al lado de la puerta oeste, se conserva la inscripción de la consagración a los citados santos. En lo que respecta a la arquitectura civil de Bárcena, se pueden encontrar varias casonas de los Collantes de estilo montañés construidas todas en las primeras décadas del siglo XX.

Alberto Gutiérrez y Javier Tezanos 10-04-2011 Literatura consultada para texto y fotos 1. 2. 3. 4. 5.

GR 74: Corredor Oriental de Cantabria: Ramales - Reinosa (Ángel Sánchez Antón). Foros de Internet. http://www.rutasytracks.com/. http://www.sanmigueldeaguayo.es/. http://www.cantabriajoven.com/barcena_pie/.

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GR 74 Etapa 7b: San Miguel de Luena - San Miguel de Aguayo En esta etapa del GR 74 se sale de las tierras pasiegas para entrar en las campurrianas. Es curioso observar que el modo de vida ha sido completamente diferente y, a pesar de ser colindantes, la vida semi-trashumante de los pasiegos, yendo de cabaña en cabaña con sus ganados, desaparece en cualquiera de los valles campurrianos, incluso los limítrofes, como ocurre en el que hoy nos ocupa de Aguayo. En la segunda parte de la marcha se pasará junto al pantano de Alsa, donde los recursos hidroeléctricos se han aprovechado al máximo con la construcción de sendos embalses intercomunicados. A un nivel inferior está el de Alsa (840 m), sobre el río Torina y, por encima, casi en la cumbre de la montaña, la gran bañera artificial que es el embalse de Mediajo (1.169 m), de construcción más reciente. Esta espectacular obra de ingeniería se complementa con el trasvase Ebro-Besaya, que pone en comunicación el embalse del Ebro con el de Alsa por San Miguel de Aguayo. Con estas acciones se consiguen los efectos de la optimización de la energía, utilizando la sobrante en horas valle para bombear el agua al reservorio superior, que se convertirá en la energía demandada en horas punta. Por otra parte desde el pantano (inferior) se realiza el abastecimiento de agua a la zona central y oriental de Cantabria, mediante la llamada “autovía del agua”. En este sistema tan bien ideado, parece que falla algo, pues el agua que se trasvasa en el verano del Ebro a Alsa, se debe devolver en invierno de nuevo al Ebro (lo empleado para producir energía). Por ello, tanto Campurrianos como Cántabros se preguntan ¿cómo es posible que un agua que ha nacido y no ha salido de Campoo no se pueda disponer libremente en Cantabria para su mejor aprovechamiento?. Datos de la Marcha Desniveles: Subida acumulada: 996 m. Bajada acumulada: 549 m.

1300

600 500 400

San Miguel de Aguayo

Invernales de El Cerrillo

700

Presa de Alsa

800

Collado de Piedra Lucia

900

Alto de Los Callejones

1000 Altitud (m)

Distancia estimada: 19 km, con las siguientes distancias parciales: San Miguel de Luena a las Cabañas de El Cerrillo, 4,3 km; al Mediajo La Serna, 1,3 km; a los Callejones, 1,5 km; al Collado de Piedra Lucia, 1,2 km; a la presa de Alsa, 5,1 km; a San Miguel de Aguayo, 5,6 km.

Mediajo La Serna

1100

San Miguel de Luena

1200

300 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 Distancia (km)

Duración previsible: 5 h. Dificultad: De fácil a mediana. Recorrido Se parte del barrio de La Puente (390 m), de San Miguel de Luena, por la carretera del Escudo en dirección a Santander. Una vez pasado el puente que salva la vaguada del arroyo Sel Viejo se toma, a la izquierda, la pista asfaltada que sube a Selviejo, que discurre entre un pinar (derecha) y prados 1


y monte bajo (a la izquierda). Enseguida se entra en el bosque y se encuentra una pista, a la derecha, que se tomará. Al poco tiempo se sale del bosque y se camina entre los cercados de los prados y el camino que se trae aboca en otra pista (el Camino del Cerrillo), donde se tomará el ramal ascendente de la izquierda, que pasa junto a la cabaña de Arilla (700 m). Al poco rato la pista hace una cerrada curva a la derecha, en el límite de dos prados con cabaña (Los Vallejos) (730 m), siguiendo por ella y desechando el camino que continúa de frente. Al llegar a las cabañas del Tablao (770 m) se encuentran dos caminos (derecha e izquierda), que se desecharán siguiendo de frente por la pista principal. Ésta discurre por una zona de monte bajo, hasta llegar a las cabañas de El Cerrillo, que se sitúan en varios prados dispuestas en dos formaciones, la inferior (que se encuentra primero) (915 m) y la superior (970 m, las más altas), todas junto al borde superior de su prado. Al llegar a la altura de la primera línea de cabañas se deja la pista y se sigue por los caminos del ganado bordeando la cerca de piedra S de las cabañas superiores (quedan a la derecha) hasta llegar a la parte alta. En este momento se gira al N, bordeando la pared alta de los prados. Primero se llanea para después ir subiendo de ladera a tomar un marcado camino que sube directamente (primero SE y luego E) por la brena de El Marojo al Mediajo La Serna (1.128 m). Desde el punto donde se coge el camino se divisa (al N y abajo) la localidad de Sel de La Carrera.

Panorámica de las cabañas de El Cerrillo. Vista de la zona de la costa (N) desde el Mediajo La Serna

Al alcanzar el mediajo se pierden las trazas del camino, pero se sigue de frente hasta enlazar con la Calzada Romana del Escudo, un camino que discurre casi por la parte alta de esta sierra (N-NE a SSE). En este momento, prácticamente no existen las piedras del camino, pero parece que hasta mediados del siglo pasado estuvo bastante enconchado. Se seguirá hacia la izquierda (S-SE) por 2


este marcado camino, que irá pasando por todo el alto del cordal, en el que caben destacar (por orden de paso) el alto de Los Callejones (1.214 m) (se puede subir a este pico, pero el camino pasa por su ladera oeste, 14 m por debajo de su cumbre) y La Piedra Lucia (1.216 m), por la que tampoco se pasa (es una cotera herbosa que queda a la derecha (NO) del collado (1.197 m) que se traspone). Ligeramente a la derecha (NO del anterior) está el Cotero de los Vallados (1.255 m). Una vez traspuesto este collado se baja un poco para tomar el ramal izquierdo (SE) de una pista que se encuentra perpendicularmente y que casi llaneando llega al Collado de Piedra Lucia (1.182 m). A continuación se sube ligeramente para tomar (hacia la derecha, en un quiebro de casi 360º, N) la pista que baja de Mediajo Frío (1.328 m), que se ve justo de frente (S). El camino que ahora se recorre discurre por la falda S del Cotero de los Vallados, bajando, entre plantaciones de pinos, paulatinamente hasta llegar a la orilla del pantano de Alsa. Un poco antes se encuentra una pista (870 m) en la que se tomará el ramal de la derecha (NO) y en poco trecho se alcanza el borde del pantano y un poco más adelante se pasa por encima del muro de su presa (840 m), donde se entra en la carretera que desde Bárcena de Pie de Concha sube al embalse artificial del Mediajo de Jano.

Pantano de Alsa y Pico Jano desde la falda de El Cotero de los Vallados. El Mediajo Frío y la zona de Aguayo, desde el pantano de Alsa.

Una vez pasado el dique se sigue, durante unos momentos, por la carretera hasta llegar a la primera curva, donde se dejará ésta para tomar una pista (izquierda, SO), que después de varias subidas y bajadas por los Campos de la Tejera (llamados así porque antaño se ubicó por estos parajes una fábrica de tejas) se llega a un cruce de pistas, justo a la altura de un dique secundario (en este punto se encuentra el límite de las vertientes del río Torina y del Hirvienza). Se seguirá de frente para pasar junto a la estación de inicio de “la Autopista del Agua” (sistema de abastecimiento de agua por Torrelavega y Santander hasta la zona de Castro Urdiales) y comenzar a rodear la cotera Matahoz (999 m) por su vertiente E. Poco después de pasar por La Casa de La Parada (una solitaria cabaña que se encuentra a la izquierda del camino) se dejará a la derecha una salida que va a la carretera, para seguir de frente hasta llegar a San Miguel de Aguayo (835 m). El edificio más destacado de San Miguel de Aguayo es la torre de Gómez de Bárcena, del siglo XVI. Se cree que fue mandada erigir por Hernando de los Ríos que fundó el mayorazgo en 1486 (también pudiera haber sido su hijo Juan). Se trata de una obra de planta cuadrangular y acceso a través de 3


un arco de medio punto de grandes dovelas. Su estado de conservación es bastante bueno. La obra hace uso de mampostería y sillería. En la fachada principal, en el primer piso hay una ventana de arco conopial, sobre ella dos ventanas cuadradas y en el piso superior destaca una banda escalonada ornamental que enmarca una ventana cuadrada y dos escudos (uno de ellos en blanco). Hay otro escudo de similares características en una fachada de sillarejo y sillar cerca de la torre. Su Iglesia parroquial está dedicada a San Miguel y fue construida probablemente a finales del siglo XVII. Alberto Gutiérrez y Javier Tezanos 25-03-2010 Literatura consultada para texto y fotos 1. 2. 3. 4.

GR 74: Corredor Oriental de Cantabria: Ramales - Reinosa (Ángel Sánchez Antón). Foros de Internet. http://www.rutasytracks.com/ http://www.sanmigueldeaguayo.es/

San Miguel de Aguayo: Iglesia; torre de Gómez de Bárcena y detalle de su banda escalonada enmarcando una ventana cuadrada y dos escudos (uno de ellos en blanco).

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Puente Viesgo – Sierra del Dobra – Las Caldas La Sierra del Dobra, es una montaña situada en la divisoria entre las cuencas del Besaya y del Pas, marcando el límite entre los municipios de Puente Viesgo, San Felices de Buelna y Torrelavega. Se trata de un macizo kárstico agreste y alargado en dirección E-O, entre la Hoz de las Caldas, abierta por el Besaya, y Puente Viesgo, que contiene en sus entrañas un gran caudal de agua potable, ya que su interior está lleno de sifones por los que el agua discurre, sin que se sepa su recorrido exacto, con salida a los ríos Pas y Besaya. El punto culminante de esta sierra, también llamada de los Hombres, es “La Peña”, conocida como La Capía, que se localiza hacia el centro de la sierra y posee una forma de cúpula que lo hace característico en la lejanía. Es un pico tan frecuentado, por su cercanía a los centros de población descritos, que los “domingueros de la montaña” han llenado de pintadas los afloramientos rocosos, tapando una inscripción dedicada a Júpiter. Además de los pobladores animales normales en esta zona, hay tres especies propias de la sierra, según un trabajo publicado en Inglaterra en 1980, un caracol cavernícola, un escarabajo (Iberotrechus bolivari) y una araña (Robertus cantabricus), que sirven de bioindicadores de la calidad medioambiental del sistema. El monte Dobra, además de su valor paisajístico, posee un innegable valor cultural pues de él forman parte las cuevas de Puente Viesgo de El Castillo, Las Chimeneas, La Pasiega, Las Monedas y Las Flechas. En ellas se encuentra la representación de arte paleolítico superior más importante de Cantabria con más de 150 figuras animales. Poseen un gran valor, ya que muchos expertos las comparan con el propio conjunto de Altamira, aunque no sean tan espectaculares. La primera en encontrarse fue la del Castillo en el año 1903, seguidas por La Pasiega y Las Monedas. En esta última se encontraron monedas de los Reyes Católicos, de aquí su denominación, que es la de más belleza. La de Las Flechas es la última encontrada y recibe ese nombre por haberse encontrado en ella puntas de flechas. La Sierra del Dobra fue considerada una montaña sagrada por los cántabros. Su nombre pudiera provenir del céltico “Durbon”, que se aplica a lugares donde abunda el agua, o para hacer referencia al líquido elemento. Así se encuentran: El río Dobra (en Picos de Europa), Dobres (pueblo Lebaniego), Dobro (junto al puerto de Las Machorras en Burgos), etc. Así mismo existen otros puntos de Europa con nombres semejantes, lo que parece demostrar la procedencia celta del nombre. En esta sierra se han encontrado varios Castros, descubiertos por Federico Crespo García-Bárcena en el término municipal de San Felices de Buelna, que constituían una red de asentamientos defensivos estratégicamente situados sobre los pasos naturales entre el valle de Buelna y la Costa Cantábrica. Los tres asentamientos principales son: x Pico Toro: Un pequeño castro fortificado ubicado en el pico más occidental de este macizo en el que han aparecido restos de cerámica romanos. x La Peña Mantilla: Situada en la cara O de la cima. Buena parte del mismo está ocupado por afloramientos y agujas de lapiaz, además de varias dolinas. x Las Lleras: Era un castro fortificado, situado en una pequeña elevación sobre la ladera meridional del macizo del Dobra. Además de estos vestigios, Hermilio Alcalde del Río encontró, en La Capía, el ara votiva al dios Erudino, datada en el año 399, una de las piezas más destacadas de la epigrafía romana en 1


Cantabria. Esto hizo que Hermilio, con los alumnos de la Escuela de Artes y Oficios de Torrelavega, que en los años posteriores a la Guerra Civil frecuentaban el Dobra, esculpieran dos curiosas caras en las rocas de la cima, representando a este dios romano. Ya en la localidad de San Felices se ha encontrado la “Cueva de Sovilla”, que contiene pinturas rupestres paleolíticas, a la que se ha otorgado la calificación BIC (Bien de Interés Cultural). En la parte oriental y central hay, entre cuevas, torcas y surgencias, unas 52 cavidades. El contrapunto a tanta maravilla lo ha puesto la codicia humana, con la explotación de diez canteras de extracción de piedra caliza y dos minas, que están destruyendo este macizo pétreo, desfigurando totalmente su paisaje y poniendo en peligro la fauna y flora que el monte contiene, además de su valor cultural e histórico.

800 700 600 500 400 300

La Capía

Altitud (m)

Distancia estimada: 13,5 km, con las siguientes distancias parciales: Puente Viesgo al Barrio de Santa María del Monte, 3,0 km; a La Capía, 3,5 km; al Sel de Alisas, 1,4 km; al Collado del Transval, 3,6 km; a Las Caldas, 2,0 km.

Sel de Alisas

900

Collado del Transval

Puente Viesgo

1000

Barrio Santa Mª del Monte

Desniveles: Subida acumulada: 753 m. Bajada acumulada: 754 m.

Las Caldas

Datos de la Marcha

200 100 0 0

1

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3

4

5

6

7

8

9

10

11

12

13

14

Distancia (km)

Duración previsible: 5 h.

Dificultad: Fácil a mediana, al transitar por zonas kársticas, aunque sin grandes desniveles. Recorrido Se parte del aparcamiento viejo de Puente Viesgo (71 m), por la carretera que sube a las cuevas prehistóricas (siguiendo las marcas del PR-S 18, que sube directamente desde Puente Viesgo a La Capía) Enseguida se encuentra una desviación a la izquierda, que se desechará ya que va a las casas altas del Barrio El Llano. La carretera describe una amplia curva a la izquierda y antes de la siguiente se tomará la pista asfaltada que sube a la derecha, que enseguida pasa por las casas del barrio de La Graciosa (140 m). El terreno aumenta su pendiente, que el camino aborda con una sucesión de zigzags donde se encontrarán desviaciones en cada curva, que se desecharán siguiendo por la carretera principal. A continuación se pasa por el Sel del Picón (308 m), a partir de donde la pendiente se hace más suave, y junto a la Casa de la Hiedra (326 m) (derecha) para alcanzar el barrio de Santa María del Monte (349 m) (izquierda), donde nació la localidad de Puente Viesgo. Después de 800 m, en los que se desechan las desviaciones a izquierda y derecha que van a las explotaciones ganaderas, se llega a la carretera que sube de Vargas (375 m), donde se tomará el ramal de la izquierda. Se sigue hasta donde acaba la carretera aglomerada (425 m) (poco antes 2


empieza a aumentar la pendiente). Desde este punto se divisa casi media Cantabria (si el día es favorable): Los valles de Toranzo, Pas y Villacarriedo, El Escudo, Peña Cabarga, Cabo de Ajo, Somo, Pedreña, toda la Bahía de Santander, Peña Castillo, Suances, Torrelavega, Comillas, Renedo de Pielagos, Valle de Cayón y el Monte Castillo.

Vistas desde La Capía: De SO a NO, con las trazas del camino de bajada a Las Caldas y los destrozos de alguna de las minas. Cruz en la cumbre y vistas de Torrelavega.de S a SO con el macizo del Dobra en primer plano, detrás Los Corrales de Buelna y al fondo izquierda los picos de Campoo. Caras talladas en las piedras de La Capía, que dicen representan al dios Erudino

Después de dejar una pista que nace a la izquierda se tomará otra que se encontrará a la derecha y sube al Monte de las Presillas (503 m), ya que la que va de frente sigue hasta una cantera. Inmediatamente después alcanzar esta loma se pasa una collada (493 m) y se llega a una bifurcación, donde se tomará el camino de la izquierda (O), que discurre a lo largo del lomo de la montaña, por una zona de pinos, y lleva hasta el Alto de la Llana (584 m), justo al pie del resalte rocoso que constituye el Pico la Capía o Pico Dobra.

3


Se avanza un poco hasta la collada (573 m), donde se sigue por un marcado sendero que se dirige al O-NO (de frente) rodeando la base del pico (por su falda S). A los 150 m se dejará este camino para tomar una senda que llanea a la derecha para alcanzar la plataforma NO por un paso entre el resalte rocoso, momento en el que se girará al E-SE para tomar el camino que llega directamente al pico. En los últimos tramos será necesario ayudarse un poco con las manos para alcanzar la cumbre, aunque este paso no tiene ningún peligro. Hay un par de caminos que desde la collada suben directamente al pico, pero es más sencillo el antedicho. En la cumbre de La Capía (606 m) hay una cruz metálica, en cuya base está marcada una altitud de 605,60 m, un vértice geodésico del Instituto Geográfico Nacional y un buzón colocado en 1998 por el Grupo de Montaña La Capía, de Viérnoles, que marca “Pico de La Capía 604 m”. La Capía es un mirador único desde donde se puede divisar gran parte de Cantabria, al sur toda la Sierra del Cordel y los valles de Buelna e Iguña, en primer término, a su derecha el gran macizo de Peña Sagra, con Los Picos de Europa al O. Al N y a los pies Torrelavega y todos los pueblos que le rodean, más allá el Cantábrico con las playas de Suances, la desembocadura del Río Pas, las playas de Liencres, Santander, con el Palacio de la Magdalena, y las playas de Somo. Al E y SE el monte Candina, los picos de Liérganes, la sierra del Hornijo, el Porracolina, el Mortillano y sus Porros y la preciosa cumbre de Castro Valnera en la comarca pasiega. La bajada del pico comienza por el mismo camino descrito en la subida hasta pasar el resalte rocoso, donde se tomará una senda que baja (O-NO) al mencionado camino que rodea el pico por su base S. Un poco más abajo se pasa junto a una zona de arbolado (derecha), donde se encuentran dos pistas que confluyen con el camino, pero se seguirá de frente. Un poco más adelante se encontrará otra a la derecha, por la que se llegaría a La Montaña, por lo que se seguirá por el ramal de frenteizquierda. Ahora se bordea un gran prado (derecha), con una cabaña en el medio, y a la izquierda queda una zona de hoyas. En la misma esquina del prado hay una desviación a la izquierda que baja a una de las hoyas, por lo que se irá a la derecha. Se andan unos metros y se tomará un camino que sube a la izquierda (SO), pues de seguir de frente se iría también a La Montaña, y alcanza el Sel de Alisas (492 m), después de haber desechado otro camino que sale a la derecha. El camino comienza una bajada, a la vez que hace un zigzag, al final del cual se Vista de La Capía desde el Sel de Alisas obviarán dos caminos a la derecha. Enseguida se llegará a una collada (378 m), en la que el camino da una curva de casi 90º a la derecha. En ese punto se podría dejar la pista para seguir por un camino que sube a un cotero (392 m), y llegar más rápidamente a Las Caldas, pero el camino conduce al las instalaciones de la cantera de Solvay, que ha avasallado este antiguo camino y tiene guardas jurados que no permiten el tránsito en las zonas de estas instalaciones. 4


Por ello, se seguirá por la pista, que de continuar hasta el final se bajaría a Viérnoles, hasta la zona de los prados. En este tramo se dejará a la izquierda la Fuente de Las Palomas. Al llegar junto a una explotación ganadera, se tomará el camino de la izquierda (O), que más o menos llanea al principio para bajar hasta encontrar otra pista, donde se tomará el ramal de la izquierda, que se dirige hacia la Mina Nieves. Al llegar al pie de ésta se irá por el camino de la derecha que evita pasar por las instalaciones de esta extracción. Al llegar a una collada (284 m) se encontrará un nudo de caminos. Dado que el primero de la derecha baja a Viérnoles y el segundo por esta mano sube al alto de Jerrapiel (399 m), se irá un poco a la izquierda. En esta posición se tomará el camino de la derecha (los otros dos se dirigen a las instalaciones de la mina). Más adelante este camino se unirá a otro que viene de la mina y enseguida hay una bifurcación, donde se irá a la izquierda para llegar al Collado del Transval (286 m). A partir de este punto debería comenzar la bajada hasta Las Caldas, pero debido a la explotación de la cantera San Antonio (mira que poner el nombre de un santo a este desaguisado, quizás sería para que les perdonase el atentado ecológico que están haciendo) hay que subir por la ladera S del monte Jerrapiel para librar el hueco de la cantera y después será necesario escoger entre el laberinto de caminos que usan los camiones para la bajada de la piedra. El trazo marcado en el mapa y en el track es orientativo, ya que está dibujado por los caminos que al día de hoy se ven en Sigpac, pero como no se sabe la fecha de las ortofotos, es posible que la explotación haya avanzado y ahora haya que escoger otros caminos. En cualquier caso, no hay pérdida, pues es bajar por donde se pueda hasta alcanzar la ribera río. Una vez ahí, se pasarán el paso a nivel de las vías del tren y el puente sobre el río Besaya y se habrá llegado a Las Caldas de Besaya (70 m). Juan González del Prado y Javier Tezanos 13-05-2010 Literatura consultada para texto y fotos 1. http://escaladaencantabria.blogspot.com/. 2. http://www.mendikat.net/. 3. http://es.wikipedia.org/wiki/.

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6


Sobremazas – Cordal de Peña Cabarga – Coto Mayor El cordal de Peña Cabarga se encuentra en el Parque de la Naturaleza de Cabárceno, que se localiza al sur de la Bahía de Santander, en plena Sierra de la Gándara, que con los 566 m de su punto culminante, el Pico Llen, es un excelente mirador de este entorno. Constituye, el horizonte de la capital de Cantabria, y es un paisaje inseparable del estuario santanderino. El Parque tiene 2.588 hectáreas, que son compartidas por los ayuntamientos de Liérganes, Medio Cudeyo, Penagos y Villaescusa, donde se encuentra el karst de Cabárceno, formación geológica de espectacular morfología y color rojizo, resultado de la explotación del mineral de hierro desde tiempos de los Romanos, cuyas agujas fueron formándose a medida que se extraían las arcillas que las cubrían. Desde los pueblos cántabros, pasando por los romanos, la Edad Media y las últimas centurias, se han estado horadando estos suelos, cuyo valor minero ha sido incalculable. La extracción minera comenzó en la Edad de Bronce. De esta época, en la mina Crespa, de Cabárceno, se descubrió en 1912 una marmita de este metal “el Caldero de Cabárceno”, fechada entre los años 1000 800 a.C., que guarda paralelismo con los calderos realizados en las Islas Británicas en los albores del primer milenio a.C. Durante la Edad del Hierro las minas de Peña Cabarga fueron reconocidas y explotadas, como atestiguan los objetos arqueológicos encontrados en las cuevas de la Castañera, en Obregón, y de la Tobalina, en Cabárceno. Pero fue durante la época romana cuando se produjo un auge en la actividad minera. La riqueza metalífera de Cantabria (plomo, hierro y sal) fue alabada por Plinio, que a finales del siglo I d.C. escribió: "De todas las venas metalíferas, la más abundante en Cantabria es la del hierro. En la zona marítima que baña el Océano hay un altísimo monte que, parece increíble, todo él es de metal...". Durante la Edad Media se produjo un nuevo auge de estas explotaciones, debido a la proliferación de ferrerías, que aprovechaban los abundantes recursos cántabros necesarios para estas industrias, la energía del carbón vegetal, que proporcionaban las abundantes mantas forestales, junto con la fuerza de sus ríos que movían los martillos de forja y los fuelles de las fraguas. En la Edad Moderna la extracción del mineral se produjo principalmente para los hornos de fundición gris de La Cabada y Liérganes. Desde finales del siglo XIX el mineral era extraído principalmente por concesiones inglesas, que una vez lavado, era transportado hasta el Astillero donde en el cargadero del muelle, que aún se conserva, se embarcaba en las bodegas de los mercantes que lo llevaban hasta Cardiff, en Gales. En 1951 la mina fue comprada por Altos Hornos de Vizcaya hasta que, en los últimos años la importación de mineral de bajo coste procedente de países sudamericanos, principalmente de Brasil, contribuyó a dar por finalizada una tradición milenaria. La vena de Pámanes fue explotada hasta 1968, mientras que la de Cabárceno, prolongó su trabajo hasta su clausura en 1989. Durante el recorrido de esta marcha, se toma contacto con este pasado minero, avistando distintos pozos y lagos utilizados antiguamente para el lavado del mineral y se caminará por varias plataformas del ferrocarril minero que trasportaba el mineral de las antiguas explotaciones.

1


600 500

3

4

Alto de Valtriguera

Altitud (m)

700

Mina Colorá

Sobremazas

800

Distancia estimada: 9,7 km, con las siguientes distancias parciales: Sobremazas al barrio de Rioz, 0,4 km; al barrio de La Cuesta, 1,4 km; a la Mina Colorá, 0,8 km; al alto de Valtriguera, 2,4 km; al aparcamiento de Coto Mayor, 4,7 km.

Barrio de Rioz

900

Barrio de La Cuesta

1000

Cortafuegos

Desniveles: Subida acumulada: 497 m. Bajada acumulada: 337 m.

Aparcamiento Coto Mayor

Datos de la Marcha

400 300 200 100 0 0

1

2

5

6

7

8

9

10

Distancia (km)

Duración previsible: 4 h.

Dificultad: Muy fácil al ser corta, tener poco desnivel acumulado y transitar por buenos caminos. Recorrido La salida se efectuará en la localidad de Sobremazas, en la carretera de salida hacia Pámanes, en el cruce del camino que baja al Barrio de Rioz. Antes de pasar por debajo de la carretera SolaresTorrelavega (en el futuro autovía) se dejará, a la izquierda en un altozano, la Casa de los Cuetos, conocida por los habitantes del lugar como “El Palacio”. Esta casa fue vinculada en el siglo XVI por don Gonzalo Gutiérrez de los Cuetos, hijo de don Juan Gutiérrez de los Cuetos, Procurador general de Trasmiera. Este cargo se mantuvo siempre en la familia, la cual entroncó con los principales linajes de la merindad, los Rubalcaba de Liérganes, los RivaHerrera de Gajano, los Haro-Agüero de Término, etc. En el conjunto destaca la torre, ubicada en el ángulo del nordeste y que presenta cuatro plantas (la última es un añadido de 1876. La casona, con fachada principal orientada al sur y realizada en sillería, tiene planta baja, en la que dos arcos rebajados dan acceso a un amplio zaguán, planta primera, en la que se abren cinco vanos adintelados que dan paso a un balcón corrido con baranda de hierro, y zona abuhardillada con cubierta a cuatro aguas. El acceso al patio o corralada, donde se encuentran las caballerizas, se realiza por una esbelta portalada con tres cuerpos. En el inferior se abre un arco de medio punto entre pares de pilastras. En el intermedio se conserva un magnífico escudo cuartelado, con dos guerreros por tenantes. Finalmente, en lo alto, hay un frontón partido en cuyo centro se halla una pequeña figura humana de mujer, conocida popularmente con el nombre de "La Giralda". Como muchas casonas y palacios en Cantabria, la de los Cuetos tiene su propia capilla, dedicada a San Agustín, en cuya fachada se conserva otra pieza heráldica digna de admirarse. Presenta dos leones por soporte y amores, faunos y lambrequines por adorno. A ambos lados de la celada hay una fecha "Año 1719" y debajo del escudo una lápida que explica su procedencia. Este escudo estuvo en el barrio de Rubalcaba de Liérganes, donde tenía su casa el Capitán general del Nuevo Reino de León en México, don Francisco de Mier y Torre. Pero al desaparecer su casa-torre, el escudo se trasladó a Sobremazas por D. Clemente de Lomba de los Cuetos.

Una vez en las primeras casas del Barrio de Rioz (55 m), se toma la calle de la izquierda (SO), que se transforma en camino carretero a la salida del pueblo, justo junto al área recreativa del Cubón, donde se aprovecha la surgencia de la Covachona, una cavidad kárstica sobre un afloramiento calizo.

2


El camino da un amplio zigzag y después sube paulatinamente por la zona de Socabarga, hasta las inmediaciones del barrio de la Cuesta (145 m), una pequeña explotación ganadera familiar sita en una llanada. A continuación se bajará por una carretera asfaltada, que se dejará al llegar a una cerrada curva a la izquierda, donde se tomará el camino de la derecha que va al pozo del Cubón, junto al que se encuentra la antigua explotación minera de Mina Colorá, hoy dedicada al ecoturismo, el ocio y la educación ambiental. A partir de aquí se sigue el antiguo trazado del ferrocarril minero que llega enseguida a una collada (114 m), donde se deja a la izquierda el barrio de Tarriba de Arriba. Aquí se tomará un camino (hacia la derecha) que sale de las casas y sube rodeando una finca con una cuadra. Al llegar a la parte de arriba del edificio se tomará un sendero (NO, izquierda) que sube decididamente por la estribación S del Alto de la Piquera (337 m), por un terreno despejado, aunque, los afloramientos de rocas calizas son cada vez más numerosos, dado que se transita por un terreno kárstico. Un poco más arriba, durante unas decenas de metros, se camina bajo la sombra de un pequeño encinar.

Pozos de Valcaba en la ruta desde Tarriba. Cordal de Peña Cabarga. Panorámica hacia la bahía de Santander con Peña Castillo al fondo.

Posteriormente se bordea el Alto de la Piquera, que queda a la derecha. En él se puede ver la característica Peñarrubia, con su farallón vertical de color naranja (en la actualidad utilizado como escuela de escalada). Durante esta subida se pueden observar as praderías de Pámanes (abajo) y, a la izquierda, los Pozos de Valcaba así como distintas bocaminas y pasadizos. Sorteando los promontorios que se encuentran al paso, el camino supera una valla, junto a una profunda sima y pronto se convierte en antiguo camino de piedra donde se pueden apreciar las huellas que los carros de mineral tirados por mulas fueron dejando en su constante subir y bajar. Siguiendo el claro camino se alcanza la zona alta de la Sierra por la pequeña explanada de Valtriguera (425 m), un paraje de nombre enigmático, puesto que su atormentado relieve kárstico no parece adecuado para el cultivo del trigo. Al principio de esta llanada se puede ver una vereda que sube a la derecha hasta la cima del Pico Llen (566 m), inconfundible por el repetidor de TV. Este el punto más alto del cordal, que salvo los lugareños, todo el mundo llama Peña Cabarga, aunque este es el nombre de toda la sierra. Como el objetivo de la marcha de hoy no es subir a esta cota, una vez llegados a la parte más alta de la loma, se continuará bajando por la vertiente N por un sendero bien marcado que discurre bajo un incipiente pinar. A partir de ahora se tendrá una impresionante panorámica de la bahía de Santander y los pueblos que la circundan. El camino da un giro de 90º para dirigirse hacia el O-SO (izquierda). Pronto se llega a un cruce de pistas, en el que se irá por el ramal que queda de frente, prácticamente llaneando por la vertiente N de Peña Mora (456 m).

3


Algo más adelante se inicia una fuerte bajada por un cortafuegos hasta llegar a un cruce de caminos (si el suelo estuviese muy mojado el cortafuegos pudiera estar muy resbaladizo, por lo que entonces se aconseja hacer un bucle desde el cruce citado con anterioridad siguiendo por las pistas que van por más abajo para llegar a este último cruce). Se desecharán los dos que vienen por la derecha, siguiendo por el de frente (que es una plataforma del ferrocarril minero) que vuelve a llanear por la cota 300 (con muy pequeñas oscilaciones) durante casi 800 m. Al llegar a la ladera N de Castil Negro (455 m) (donde se encuentran interesantes restos de un castro cántabro), el camino vuelve a subir ligeramente, hasta llegar a otro cruce.

Uno de los espectaculares miradores de Cabárceno (cercano al punto de llegada). Dos aspectos del lapiaz cubierto de Cabárceno. El Castro de Castil Negro fue localizado en 1997. Se extiende por una superficie de 6 hectáreas sobre la cima de este alto, en el sector central de Peña Cabarga, junto a la vía tradicional que atravesaba este macizo. Consta de tres líneas concéntricas de muralla, de unos seis metros de anchura, en las zonas N, E y O, y de otras dos líneas de muralla que cierran el paso natural hacia las Hoyas de Pámanes. Se han documentado también cuatro puertas de entrada en esta estructura defensiva bien conservada y levantada a base de hiladas de caliza y dolomía. Ha proporcionado abundante materiales arqueológicos, entre ellos numerosos fragmentos de cerámica a mano, piezas de molienda, restos de un horno y de un crisol de fundición, así como piezas de bronce y de hierro, éstas últimas han confirmado su atribución a la Segunda Edad de Hierro.

Al llegar al citado cruce, se irá por el camino de la izquierda, que por sube por un callejo excavado en la roca, por la antigua vía minera, hasta lo alto del cordal. Justo al trasponer la loma, junto a unas antiguas instalaciones de las minas, se tomará una vereda a la izquierda (O), que enseguida conectará con otro camino que viniendo de la ladera N (se sigue de frente) baja suavemente hasta el aparcamiento (259 m), que el Parque de la Naturaleza de Cabárceno tiene en la base del alto de Coto Mayor (309 m), donde termina esta ruta. Javier Tezanos 08-10-2010 Literatura consultada para texto y fotos 1. http://www.ugtcantabria.org/ocioycultura/Marcha Veteranos/. 2. http://www.cantabriajoven.com/. 3. http://www.rutas-fuentescarrionas.tk/

4


5


Rutas del VIII Día del Montañismo Cántabro: La Garita Con motivo del VIII Día del Montañismo Cántabro, se ascenderá al Pico de La Garita, mediante tres itinerarios de subida, desde: Los Corrales de Buelna, Villasuso de Cieza y Coo. Posteriormente se bajará por un recorrido único hasta Los Corrales. A principios de este siglo XXI, Eduardo Peralta, Federico Fernández y Roberto Ayllón, descubrieron que en este pico había existido un campamento militar romano. La estructura más evidente constituye parte de un sistema defensivo circunvalando la prominencia superior de La Garita, que presenta las características constructivas de los campamentos romanos. En primera estimación la planta delimitada por la línea perimetral externa (en algunos tramos de la ladera E se aprecian sólo leves indicios) tiene 2,2 ha, cerrando una curva periférica de unos 600 m, por extrapolación de los tramos en que no aparecen estructuras a través de la curva de nivel. La línea defensiva más identificable a simple vista y que no ofrece dudas al observarla directamente sobre el terreno se encuentra en la ladera O y SO, constituida por Vista de La Garita, desde el Pico Gedo. lo que podría interpretarse como un agger con foso y contrafoso, con restos de lo que parece una puerta en clavícula externa invertida en el extremo situado más al N, hacia su lado occidental. En la pendiente SE pueden ser también apreciados algunos tramos que podrían pertenecer a la estructura defensiva, de traza muy leve. A. Martínez, a la vista de algunos indicios observados no descarta la posibilidad de que se tratara de dos campamentos superpuestos correspondientes a dos momentos distintos, punto que, a falta de comprobación arqueológica, queda como interesante hipótesis de trabajo en futuras actuaciones. En lo que respecta a las construcciones actuales, en el año 1971 se construyó un monolito con la imagen de la Virgen de La Cuesta, Patrona de la Sección de Montaña de la Sociedad Deportiva Buelna. El refugio situado en el mismo pico La Garita fue construido en el año 1972 por los propios socios y amigos de esta Sección de Montaña. El hito del vértice geodésico fue construido en 1984. Esta marcha ha sido organizada por el Grupo de Montaña antedicho, bajo los auspicios de la Federación Cántabra de Deportes de Montaña y Escalada, dentro de los actos programados con motivo del 50 aniversario de su fundación.

1


Ruta 1: Los Corrales de Buelna - La Garita:

Datos de la Ruta (incluida la bajada)

0

1

2

3

4

5

6

7

Los Corrales Plaza de La Pontanilla

11

El Vertedero

100

La Garita

200 0

Dificultad: Fácil a mediana. Es la más fácil de las tres rutas.

10

400 300

Duración previsible: 3 h 30 min.

Ermita de Nª Sª de la Cuesta

500

Llana de Orza

600

Portilla de las Aneras

700

Collado

Los Corrales

800

Campo Jorco

Distancia estimada: 12,4 km.

900

Altitud (m)

Desniveles: Subida acumulada: 610 m. Bajada acumulada: 618 m.

1000

8

9

12

13

Distancia (km)

Recorrido Partiendo desde el Ayuntamiento (98 m) de Los Corrales de Buelna se atraviesa el campo que lo rodea, para dirigirse (O-SO) a la Calle Numancia, que bordea esta finca, y seguir a la izquierda hasta dar al acceso S de Corrales a la autovía, Aquí se irá a la derecha, pasando la rotonda y siguiendo un corto tramo por la izquierda, para tomar una desviación (izquierda) que sube al barrio de La Contrina. Enseguida se encontrará una bifurcación, en la que se elegirá el ramal de la derecha, que sube paralelo al acceso de la autovía, siguiendo las marcas del GR 73 “Calzada de los Blendios”. El camino entra pronto en el bosque Fresneda (también conocido como Monte Bajo), que en su parte inferior es un pinar y después se pueden contemplar ejemplares de hayas y robles, donde se subirá por un trozo bien conservado de la Calzada Romana de los Blendios, en el que se puede pisar el enconchado de este milenario camino. Se sigue subiendo otro buen rato (siguiendo siempre las marcas blancas y rojas del GR) para salir del arbolado, entrar en un callejo entre fincas cubierto de avellanos y llegar a Collado de Cieza (390 m), junto a la Iglesia, que queda a la izquierda. Se seguirá subiendo (derecha) hacia el centro del pueblo. Una vez pasado el Bar Tivín (derecha), se encontrará un callejo (izquierda), que pasando entre unas casas y bajo un pasadizo entre éstas aboca en la pista del Camino del Páramo, que sube suavemente hacia esta zona de prados. Después de pasar una amplia curva a la derecha, se comenzará a ver el alto de La garita (arriba a la derecha). Se desecharán dos caminos uno a cada lado de la pista y se continuará de frente hasta llegar a la Portilla de las Aneras (540 m), un cierre metálico junto a una cuadra. Se seguirán otros 50 m hasta llegar a una curva a la izquierda, donde se dejará la pista para tomar una vereda que con fuerte pendiente sube, entre escajos, directamente a Campo Jorco (610 m), desde donde se acometerá la subida final a La Garita Collado (699 m). Ruta 2: Villasuso de Cieza - La Garita

Datos de la Ruta (incluida la bajada)

2


200 100

Dificultad: Mediana. Es la ruta más difícil, por las pendientes de la subida a El Coterón.

Los Corrales Plaza de La Pontanilla

Ermita de Nª Sª de la Cuesta

Llana de Orza El Vertedero

300

La Garita

400

Campo Jorco

500

Alto de La Cruz

600

Trambascabezas

700

Caserío de los Campos

800

El Coterón

Duración previsible: 4 h 20 min.

900

Altitud (m)

Distancia estimada: 12,6 km.

Villasuso de Cieza

1000

Desniveles: Subida acumulada: 709 m. Bajada acumulada: 801 m.

0 0

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

11

12

13

Distancia (km)

Recorrido Partiendo desde la plaza (182 m) a la entrada de Villasuso de Cieza se recorre el pueblo hasta justo pasar la iglesia, donde se tomará la calle de la derecha, virando seguidamente a la izquierda, por un callejo entre dos huertas. Un poco más adelante se rodeará un huerto grande (queda a la derecha), tomando la salida del pueblo (N) que cruza el río y sigue (izquierda) paralelo a él por un tramo. Se comienza la ascensión e inmediatamente se encuentra un cruce, en el que se seguirá de frente, para seguir a la derecha en el siguiente (que está a continuación), que va a los caseríos de Los Campos y El Ceo. El camino entra en un bosquete y pronto se encuentra una bifurcación, en la que se tomará el ramal de la izquierda, que describe una amplia curva a la izquierda. Siguiendo siempre por el camino más marcado se sale del bosque y se llega a un zigzag y después a una curva en “ese”, al final de la cual hay un aparcamiento y el Caserío de los Campos (Los Campucos) (353 m). Justo al final del aparcamiento se saldrá del camino hacia la izquierda, para continuar la ascensión por un zigzag continuado, entre los caminos del ganado, y alcanzar la primera llanada (200 m) de la estribación S del Pico La Cruz. A partir de aquí se subirá por todo el lomo (N) hasta llegar al alto del cordal. En la tercera llanada se rodeará un campo (508 m) cercado con una pared de piedra, que queda a la derecha. Una vez en el primer alto (601 m) de este cordal, que forma la estribación del Pico La Cruz, se seguirá por todo el alto, a lo largo de la sucesión de altos y collados, por un camino más transitado. La siguiente altura es El Coterón (652 m), que es la de mayor cota. La parte superior de este monte se denomina los Campos de la Rasuca, donde hay una fuente con excelente y abundante agua. Un poco más adelante el camino pasa por el Prado Trespalacios y después se desvía ligeramente de las cumbres (a la izquierda, O) para rodear una zona de monte bajo, denominada Gajeruco, y enseguida alcanzar el alto de Trambascabezas (632 m), que es el último antes de llegar al alto de La Cruz (652 m). Después de visitar este pico, la marcha continúa bajando hacia el SE por la pista que, comenzando por el Campo de La Cruz (620 m), recorre la loma del cordal pasando por una colladina (543 m) y otra siguiente, La Quebrantada (545 m), en la que el camino se trifurca, debiendo seguir por el del medio, ya que el de la izquierda se dirige a Coo y el de la derecha a Collado. Se comienza una nueva subida alcanzando un alto (614 m) y, a continuación, Campo Jorco (610 m), desde donde se acometerá la subida final a La Garita Collado (699 m).

3


Ruta 3: Coo - La Garita

300 200 100

Duración previsible: 3 h 50 min.

0 0

1

2

3

4

5

6

7

10

11

Los Corrales Plaza de La Pontanilla

Ermita de Nª Sª de la Cuesta

400

Llana de Orza

500

El Vertedero

Coo

Altitud (m)

600

Campo de la Maestra

Distancia estimada: 12,1 km.

700

La Garita

800

Desniveles: Subida acumulada: 707 m. Bajada acumulada: 745 m.

Campo Jorco

900

Alto de La Cruz

Cabaña de Las Estranguadías

1000

Datos de la Ruta (incluida la bajada)

8

9

12

13

Distancia (km)

Dificultad: Mediana.

Recorrido La marcha comenzará junto a las primeras casas de Coo (128 m), siguiendo por la carretera hasta el final del pueblo, pasando junto a una hermosa casona montañesa, y llegar a la Iglesia de San Martín. Desde aquí parte un sendero, que en progresiva subida y numerosas revueltas (hacia el SO) por un callejo, atraviesa un bosque de hayas, robles, castaños y avellanos. Después se pasa una alambrada y una cabaña de madera llamada “La Cabrería”. Una vez finalizado el bosque la subida se suaviza mientras se rodea La Cotera Alta (486 m) donde hay instalada una cruz, llegando enseguida al Collado de Las Estranguadías (448 m). Un poco más arriba se ubica la bonita y cuidada cabaña de Estranguadías (475 m). A partir de aquí la subida continúa por monte abierto, pasando por el Campo de la Maestra (515 m), desde donde el camino realiza un amplio zigzag, para llegar al Alto de la Cruz (652 m). La marcha continúa bajando hacia el SE por la pista que, comenzando por el Campo de La Cruz (620 m) recorre la loma del cordal pasando por una colladina (543 m) y otra siguiente La Quebrantada (545 m), en la que el camino se trifurca, debiendo seguir por el del medio, ya que el de la izquierda se dirige a Coo y el de la derecha a Collado. Se comienza una nueva subida alcanzando un alto (614 m) y, a continuación, Campo Jorco (610 m), desde donde se acometerá la subida final a La Garita Collado (699 m). Ruta de vuelta: La Garita – Los Corrales de Buelna (común para todos los Grupos):

Recorrido Desde La Garita (699 m) se baja por el cortafuegos, convertido en camino, que discurre por la loma NE, llegando rápidamente a El Vertedero (516 m) (así denominado porque antiguamente era el vertedero de Corrales), donde se cruzará la pista asfaltada, para continuar de frente. Más abajo, el camino se desdobla en dos que discurren paralelos. Al principio da lo mismo, pero es mejor seguir el de la derecha, ya que se separan un poco más adelante de Prao Largo (395 m), que es el que hay que coger, para llegar a la Llana de Orza (304 m), donde se toma la pista asfaltada que va desde Lobao a Coo (hacia la derecha) por unos metros, para dejarla nada más terminar la curva y seguir un camino que baja a la izquierda, hace un zigzag y se mete en un callejo entre dos prados.

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Pico de La Garita: Vista de la cima. Los Corrales de Buelna y al fondo izquierda el Macizo del Dobra con su pico cimero, La Capía. El refugio y, en primer lugar, el Pico Gedo, detrás el cordal donde se encuentran, el Monte Tejas, el Pico Cuera y La Garmía.

Enseguida se pasa junto a una explotación ganadera y se vuelve más transitado, da una fuerte curva a la izquierda y comienza el asfalto. Se continuará siempre de frente, desechando todos los desvíos que se encentren a ambos lados. Nada más pasar por debajo de la autovía, se encontrará la ermita de Nª Sª de La Cuesta (derecha) (100 m). Se seguirá de frente hasta llegar a la primitiva carretera nacional, por la que se irá (derecha) hasta la segunda curva (a la derecha), en la que se entrará por la calle que parte junto a la gasolinera (a la izquierda de ésta). Siguiendo siempre de frente, enseguida se llega a la Plaza de La Pontanilla (90 m), final del recorrido. Quini Cos y Javier Tezanos 12-03-2011 Literatura consultada para texto y fotos 1. 2. 3. 4.

Informaciones facilitadas por la Sección de Montaña de la S.D. Buelna. http://www.mendikat.net/. http://www.rutasytracks.com/. http://www.panoramio.com/.

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Ruta de los Cañones del Asón La zona del nacimiento del Asón, es una de las zonas menos conocidas de Cantabria, pero sin duda es una de las más hermosas. Con el fin de garantizar la conservación de tan bellos parajes se declaró como Parque Natural de los Collados del Asón el 18 de Febrero de 1999, que se ubica íntegramente en el término municipal de Soba. La extensión del mismo es de 4.740 ha de las cuales 4.020 ha son de monte público, más 720 ha de terreno de propiedad privada. Las altitudes están comprendidas entre los 240 del núcleo del pueblo de Asón y los 1.573 de Peña Lusa, 1.530 de Imunia. El Picón del Fraile con 1.632 m fue excluido del Parque por estar ocupada su cima con una base militar. Uno de los principales valores naturales de este Parque son las formaciones geomorfológicas, y kársticas, entre las que destaca la acción de los cuatro glaciares que discurrieron por este territorio hace 130.000 años, que han dejado, una abrupta topografía llena lapiaces, garmas, hoyos, dolinas, circos glaciares, morrenas y los profundos poljés (valles de fondo plano en forma de cubeta, que quedaron rodeados de verticales paredes de piedra caliza). A esta acción se ha sumado la erosión-disolución del agua sobre la roca caliza. Estos valles poseen generalmente una forma alargada, y por su fondo discurre algún pequeño curso de agua meandriforme sin salida, que se filtra hacia el subsuelo a través de un sumidero, cuyo nombre técnico es pónor. Posteriormente las acciones del agua y el hielo desgastaron las calizas y se produjeron roturas en las paredes laterales que fueron deslizándose sobre las capas arcillosas en las que descansan, formando las grandes fisuras de estos cañones que se recorren en esta ruta. Son dignos de mención los cuatro circos glaciares del Parque: El Glaciar de Hoyón de Saco, donde se filtra el agua que mana la Cascada del Asón (esto se sabe por las pruebas de coloración realizadas). El glaciar de Bustalveinte es el más largo del parque ya que tiene 7 km, que a su vez se unía a través de una cascada de bloques con la lengua del glaciar de Hondojón (éste es un ejemplo de perfecto circo glaciar de libro). Los glaciares de Bustalveinte y de Hondojon unían sus lenguas cerca del Alto de La Posadía. Discurrieron hacia los Collados del Asón y alcanzaron una altitud de 400 m, la cota más baja de toda la península Ibérica. Hubo un cuarto glaciar, el de Zucia, que al contrario de los otros tres carecía de lengua glaciar. En el Parque hay varios cabañales, que antiguamente se llenaban de gente por los veranos. Aún hoy hay tres familias que suben en la época estival asentándose en las cabañas con sus ganados y enseres más necesarios, así, un matrimonio mayor del Municipio de Ruesga, que se asienta desde mayo a noviembre en Brenarromán. Tis y Modesto, que dependiendo del pasto se mueven entre Sierra Helguera, Horneo, y Burnadales, y una familia de Valdició, compuesta por una madre y sus tres hijos, que visitan cada verano con sus ganados las cabañas de Brenacobos. Esta marcha sólo es recomendable en las épocas en las que se asegure la total ausencia de nieve, ya que en invierno los canales se llenan de nieve y al ser puntos de gran umbría, no se deshace hasta avanzado el mes de mayo, con lo que no se podría acceder a los mismos, además de no poder apreciar toda la belleza y espectacularidad de estos desfiladeros y farallones rocosos. Por otra parte, en época invernal hay momentos en los que no se puede cruzar el fondo de estos poljés glaciares, ya que suelen estar anegados de agua, que ocasiones alcanza hasta 3 m de profundidad.

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Datos de la Marcha Desniveles: Subida acumulada: 880 m. Bajada acumulada: 880 m.

Cañón Canalijo

Cueva Currutuerta

Brenacobos

Cñón de Las Hazas del Repiradero

Collado del Asón

Canal Honda

Canal Estrecha del Haya

Bernavinto

Alto de la Posadía

Collado del Asón

Altitud (m)

Distancia estimada: 14,2 km, con las 1500 siguientes distancias parciales: 1400 Collado del Asón al Alto de la 1300 1200 Posadía, 2,4 km; a la hondonada de 1100 Bernavinto, 0,4 km; a la Cabaña del 1000 Senderón, 1,6 km; al comienzo de la 900 Canal Honda, 1,0 km; a al final de la 800 Canal Honda, 0,5 km; al comienzo de 700 la Canal Estrecha del Haya, 0,2 km; 600 500 al final de la Canal Estrecha del 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 Haya, 0,1 km; al comienzo del cañón Distancia (km) de Las Hazas del Respiradero, 0,3 km; al final del cañón de Las Hazas del Respiradero, 0,2 km; a las praderías de Brenacobos, 1,6 km; a la Cueva de Currutuerta, 2,5 km; al comienzo del cañón del Canalizo, 0,3 km; al final del cañón del Canalizo, 0,3 km; al Collado del Asón, 2,8 km. Duración previsible: 7 h. Dificultad: De fácil a mediana, pues aunque no haya que vencer grandes desniveles el terreno que hay que pasar es kárstico, por lo que se anda mal y es bastante rompe piernas. Además, dentro de los cañones primero y último las subidas y bajadas son continuas debido a los derrubios. Recorrido Se sale del aparcamiento del Collado del Asón (686 m) donde se puede observar un panel de inicio con el mapa topográfico del Parque en el que viene descrita la Ruta del Glaciar de Hondojón (PR-S 66). Se toma (O-NO) la pista que va a Bernavinto. Enseguida se pasa junto a una explotación ganadera y un poco después, enfrente se encuentra la fuente de Fuentebezón (a la izquierda del camino, poco antes del paso canadiense), que tiene agua todo el año y de la que dicen los Sobanos que quien bebe de sus aguas aumenta su fertilidad. Parece ser que algunas parejas han venido a Soba, han bebido de ella y las señoras han quedado embarazadas. Varias de ellas han vuelto posteriormente con la criatura para enseñarle la fuente. Se sigue ascendiendo por la pista y las vistas invitan a pararse para disfrutar de la belleza del valle fluvial del Asón, en el que la carretera se retuerce en continuos zigzags para poder alcanzar el collado. Subiendo la mirada y recorriendo del NE al NO se pueden ver los picos de la Porra del Mortillano (límite del Parque Natural al NE), el Mazo Chico y el Mazo Grande, tres cumbres que en sus entrañas esconden el sistema subterráneo más grande de España con 114 Km de longitud, los espeleólogos suelen decir: “Si un día te levantas y no ves el Mazo Grande no te asustes, se ha hundido”. Hacia el E (izquierda) se ve la plataforma de abrasión del Glaciar de Bustalveinte.

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Ortofoto de los tres primeros cañones, con la traza del recorrido.

Poco después de 1 km se pasa junto a unos cabañales (derecha). Las cabañas cercanas a la pista son las de Respijadiru y las más lejanas las de Horneo. Este cabañal es uno de los mejor conservados del Parque, aunque apenas queden restos de los tejados de lastras. Hasta hace 20 años aquí estaban todas las cabañas habitadas y hasta celebraban la fiesta del Santo, pero con las nuevas normativas de la PAC (Política Agraria Comunitaria) este tipo de ganadería fue desapareciendo y los paisanos asentándose en el Valle para poder hacer producciones acordes a la normativa. Los árboles que acompañan a estas cabañas (y al resto de cabañas del Parque), son fresnos, pues la gente que aquí habitaba era tremendamente supersticiosa y plantaba estos árboles para ahuyentar tormentas y brujas, también se utilizaban para fabricar las cebillas (apero que se pone al pescuezo de las reses, para amarrarlas a los pesebres). Además en invierno, cuando empezaba a escasear el alimento, el ganado usaba las hojas del fresno como forraje. Los muros que delimitan estas praderías, son construcciones a canto seco pues no llevan cemento ni cualquier otro material para su sujeción. Un rato después se llega al alto de la Posadía (896 m) una mesa informativa que se puede contemplar desde este punto. Desde el que se tiene una magnífica vista de Bernavinto, un poljé que se puede considerar uno de los mejores ejemplos de relieve kárstico de todo el Parque, formado por la erosión del glaciar de Bustalveinte y cuyo arroyo meandriforme de desagüe es el Rubridillo. A la izquierda (S) del alto se encuentran las verticales paredes de los Campanarios, en medio de éstas se encuentra el Coladero, un peligroso acceso al valle glaciar de Hojón. A la derecha (N) se ven los farallones de los Castros de Horneo. 3


Se atraviesa todo el fondo del poljé, donde hay varios prados y dos cabañas, y se sube hacia Brena Román. Una vez remontada la pequeña subida se encuentra una primera bifurcación en la que se irá a la derecha (el camino de la izquierda corresponde al PR-S 66, Ruta de Hondojón) para seguidamente ir a la izquierda en la inmediata derivación. Este herboso camino sigue el PR-S 74 y enseguida llega al Senderón, un prado rodeado por un cierre de piedra con una cabaña en la parte superior. A la izquierda del cercado (O) se pueden ver unas hayas de gran porte. Se continúa de frente por el PR-S de Bustalveinte, que va por el límite inferior del arbolado. El sendero se introduce en una pequeña vaguada entre una pequeña loma y el talud donde están los árboles, para salir y seguir subiendo por una vereda desde la que se puede ver la hondonada (izquierda) Brenarromán (en el mapa pone erróneamente Cerroja Larga), un poljé que se formó por la acción del hielo de la lengua glaciar de Bustalveinte en la falda N de los picos Mota Primera (1.455 m) y Cerro Largo (1.353 m). Brenarromán está protegido por el Monte LLusias, un bosque precioso que une Brenarromán con el Circo Glaciar de Bustalveinte. Brenarromán es otro cabañal del Parque sito en otro poljé, cuyo arroyo ha formado una zona de turbera donde la biodiversidad en anfibios es altísima pudiéndose ver la Rana Bermeja, el Tritón Alpino, el Tritón Jaspeado y el Tritón Jaspeado y Palmeado.

El Senderón. El Corralón. Canal Honda.

Siguiendo las balizas de este último PR, enseguida se toma otro camino a la derecha, que gira hacia la derecha, internándose en el bosque de Brenaloso. En estos tiempos en los que la carga ganadera ya no es tan intensa como antaño, es digno de admirar cómo se comporta la vegetación del Parque. En los espacios libres de vegetación, primero colonizan los helechos, más tarde el brezo en sus diversas subespecies (Daboecia Cantábrica, que es un endemismo de la Cordillera Cantábrica y catalogada de especie de interés comunitaria, Erica Cinerea, Erica Vagans, Erica Tetralix). Cuando esta especie ha creado las condiciones micro climáticas adecuadas del suelo aparecen los abedules y a la sombra de estos las hayas que se irán imponiendo tímidamente y expulsarán hacia fuera a los abedules, en esta zona se aprecia muy bien cómo al bosque de hayas le rodea una orla de abedules, y en la zona externa predomina el brezo. El camino sigue en dirección al farallón rocoso y avocando en una grieta de las rocas que da paso a la plataforma del siguiente nivel, donde se abre un recinto prácticamente cerrado. Al llegar a las rocas del frente se gira a la derecha 180º (hay un hito) y se sube por un camino entre rocas. Enseguida se encuentra una bifurcación, tomando la dirección de la izquierda, desechando el que sigue de frente pasando junto a unas hayas. Al salir del arbolado el camino llega al Collado de los Lobos (1.075 m), se baja a un hondón, que la población local denomina El Corralón ya que aquí guardaban las vacas por la noche, y se deja el camino que va de frente a la depresión de La Gandarillla (1.083 m), para dar un giro de 90º y seguir a la derecha hacia el primer cañón que se intuye entre las rocas verticales, tras la cuesta de la morrena que hay que subir.

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Desde lo alto de ésta se ve el comienzo del amplio cañón de Canal Honda, el primero de los que se va a recorrer en esta caminata. Si se vuelve la vista atrás se verá la “bola” de la base militar del Picón del Fraile (1.625 m), que es un radar de la OTAN, casi al alcance de la mano. En primer plano, delante de él está el espolón de Mota la Fuente (1.561 m). Este cañón de la Canal Honda (orientado al NE) tiene más de 500 m de longitud, unos 15 m de ancho y sus paredes unos 20 m de altura. En su interior hay un sendero bien marcado, que discurre por los numerosos derrumbes y barreras de derrubios del cañón, lo que hace que sea necesario ir subiendo y bajando continuamente. Todo el recorrido está sembrado de hayas de gran porte pues la relativa umbría de la canal es ideal para esta especie. En medio del cañón quedan restos de una pared y alambres de lo que antaño fue una zona de corral para el descanso del ganado. Ya al final del cañón, por un escote de la roca, se ve la llanada de Bernavinto y se tiene una vista imponente de los Campanarios (derecha) y a la izquierda aparecen tímidamente Los Castros de Horneo.

Canal Estrecha del Haya. Lugar donde se deja este cañón. Cañón de las Hazas del Respiradero.

A continuación, el camino comienza una fuerte bajada en zigzag por espacio abierto, con Bernavinto a la derecha. Se continúa por un camino pegado al farallón, que queda a la izquierda, que sigue subiendo y bajando sucesivamente. Justo al llegar a una zona en la que el murallón se retrae dejando un espacio a la izquierda se sube hacia esta zona (NO) y nada más salvar un paso por unas rocas, justo a la izquierda se entra en la Canal Estrecha del Haya, un pasadizo muy estrecho, semioculto detrás de unas hayas, en el que justo en medio de la entrada hay otra haya joven recta y esbelta (de ahí su nombre). Como indicativo de la entrada hay un haya caída en proceso de descomposición. El cañón, que tiene alrededor de tres metros de ancho en casi toda su longitud y muy altas paredes (más de 20 m al principio) y casi 100 m de longitud, se sube (SO) con fuerte pendiente por un resbaladizo suelo de turba. El camino, que no deja de subir, al final llega a estar a la altura de la parte superior de las paredes laterales. En este punto hay unas hayas (a la izquierda) y a la derecha una fuerte pendiente cubierta de largas hierbas. Por ella sube un camino poco marcado que hay que seguir, para lo cual hay que agarrarse a las hierbas y arbustos para poder alcanzar la parte superior de este paso. El camino sigue en zigzag por un terreno de fuerte pendiente, que se camina bien, hasta llegar al borde del siguiente frente del farallón, que hay que recorrer pegado a la roca (SO), con algún paso aéreo sobre una roca desgajada, lineal y aislada, que puede dar un poco vértigo, pero que no tiene ninguna dificultad. En la parte superior de esta terraza del farallón el suelo, de lapiaz kárstico, está formado por piedras a modo de bandas, separados por profundas grietas, por lo que

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hay que pasar saltando de roca en roca, teniendo un especial cuidado de no meter la pierna en una de estas grietas. Entre estas rocas agrietadas y el farallón hay un pequeño pero profundo cañón, que está totalmente cerrado, al que sólo se puede acceder rapelando. Se continúa hacia la derecha (E) por un camino poco claro entre árgumas y brezos, pero se marcha siempre pegado al farallón. Un poco más adelante se deja otro cañón a la derecha, por debajo de la cota por la que se camina. Hace unos años el terreno estaba más limpio y los caminos más claros porque había caballos, que se aventuraban a pastar por estos vericuetos. En un punto en el que aparece de nuevo la hondonada de Bernavinto en casi toda su extensión, cada vez más abajo, se deja el camino para entrar en una grieta a la izquierda que da paso a un nuevo cañón Las Hazas del Respiradero, o La Cañada de Moncrespo como lo llaman los lugareños. El piso, como en el caso anterior, tiene una fuerte pendiente, por lo que cada vez se está más cerca de los bordes superiores. En este caso la longitud es de unos 200 m. Una vez que se está casi arriba se encuentra un paso en la pared izquierda, al que se accede por unas piedras colocadas a modo de escaleras. Se sube por este paso y se entra en el hayedo de Moncrespo (que da nombre a la Cañada) donde se pueden observar árboles de buen tamaño y un sotobosque de arándonos.

Tres aspectos del Cabañal de Brenacobos. La foto de la derecha indica el punto para tomar el camino y continuar por el Monte Las Fuentes.

Se sigue por el camino de frente, que coincide con el PR-S de Colina, desechando otro más amplio que sube a la derecha, por lo que se seguirá el balizamiento y las pinturas. Por un trecho el sendero llanea a la vez que va girando a la derecha (pasa de O a N y NE), mientras se atraviesa la parte superior de Brenalengua (1.273 m). A la izquierda se va dejando el Alto del Carrío (1.424 m) y de frente aparece el monte Colina (1.434 m), ambos semejan dos fortalezas por las empinadas laderas que les flanquean. Cuando se llega a una zona en la que el camino está empedrado y es casi llano, se ve el tejado de una cabaña (a la derecha). Se pasa el muro que la rodea y se accede al cabañal de Brenacobos, un precioso lugar en el que hay tres cabañas con tejado de lastras (este es el nombre que se da por la zona, aunque en otros lugares se denominan lajas o lanchas) (aunque alguna ya lo tiene reparado, en parte, con tejas). Gran parte del cercado está formado por los cantiles que rodean los prados. Si se quiere coger agua, sin entrar en el cabañal dejando a la derecha el cierre de la finca, se verá un abrevadero para el ganado y un poco más arriba se encuentra el manantial, de un agua deliciosa y fresca.

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Este es el punto más alto del recorrido y desde el que se aprecia el radar de la base militar del Picón del Fraile, con sus laderas escalonadas formando “hazas” y a sus pies el glaciar de Bustalveinte con sus cuatro circos glaciares, el collado de Bustalveinte, Pizarras o el Carrio, la Sierra la Vaga y al fondo se impone Castro Valnera el pico más alto desde Cantabria al Pirineo,

Camino entre rocas en el Monte Las Fuentes. Monolito en las Hazas del respiradero, frente a la Cueva Currutuerta. Subida a la entrada del Cañón de Canalijo.

Se atraviesa toda la campera hasta la parte más baja del prado inferior, que linda con los farallones, donde las grandes piedras dejan un paso (señalado con un hito) por el que se entra en el precioso bosque Monte Las Fuentes (que queda justo encima de Las Hazas del Respiradero) de hayas cubiertas de líquenes. Estos organismos están formados por la simbiosis entre un hongo y un alga, la existencia de este bioindicador significa que la calidad del aire es buena. El camino discurre entre las grietas de las rocas que están parcialmente cubiertas de hojarasca. Talmente parece que se camina por un bosque de los cuentos de hadas. Enseguida se tuerce a la izquierda. Se sale de una canal y se entra en la de enfrente, que hace un par de zigzags. En el momento que esta canal tiende a ir hacia abajo, se toma una desviación a la izquierda que sube entre las rocas, para después iniciar una bajada constante, pero no muy pronunciada. En esta zona el camino está muy poco marcado, así que hay que tener cuidado. Primero, no se debe bajar demasiado y, además, es imprescindible tomar como referencia el farallón rocoso que se vislumbra a través de los árboles por la izquierda. Es necesario tener mucho cuidado al andar por este camino, ya que es un terreno kárstico, plagado de agujeros (a veces tapados por la hojarasca), por lo que no es recomendable hacerlo con nieve, pues sería muy fácil meter una pierna en un hoyo y rompérsela. Al cabo de un rato se accede a una senda más pisada, con algunas marcas rojas en el suelo. El camino se va acercando al paredón, hasta llegar finalmente junto a las verticales rocas. En este punto se sale del bosque y se accede a una senda que discurre cercana al farallón (izquierda) con la caída en cortado hasta Bernavinto, que queda muy abajo a la derecha y casi a una altura paralela en la otra parte se ven los Campanarios, estas moles de piedra caliza son denominadas así por su aspecto campaniforme. Enseguida se deja el camino más marcado, que sigue bajando, para tomar las sendas de los animales y pasar de ladera, prácticamente llaneando, a una senda que va justo por la base del farallón. Se llega a una zona de grandes rocas, los Castros de Horneo, con una peña muy característica a la derecha, junto a la pendiente caída que baja a Bernavinto, en forma de monolito, cual gigantesco menhir. Frente a éste se abre la boca de la cueva de Currutuerta (1.110 m) que presenta un imponente vestíbulo y que ha librado a las cabras del lugar de ser alimento del lobo, además de anidar en ella las chovas y alguna que otra especie de murciélago. 7


Se vuelve al camino que se traía y se entra en una zona de rocas que hay que sortear, alguna de ellas se debe saltar agarrándose, aunque sin ningún peligro (como quien salta una tapia). A continuación se sube una cuesta de considerable pendiente, sembrada de gruesas piedras, en dirección a un paso entre varias rocas enormes. Después de esta subida el camino vuelve a bajar con puntos en los que hay que tener cuidado (el terreno es algo parecido a la Senda o Sedo de la Rienda que desde Cordiñanes sube a la Canal de Asotín).

Tres aspectos del Cañón Canalijo. Espacio semiabierto a la salida de este cañón.

Después de un tramo de ascensión se llega a un punto con otro gran monolito y unos hitos, que indican la entrada (1.080 m) en el último cañón del recorrido llamado Canalijo. Este cañón es distinto a los anteriores, ya que es completamente quebrado y laberíntico, en ángulos rectos, por lo que se cambia de rumbo después de cada tramo. La entrada se hace por una fuerte pendiente de bajada con algo de turba, por lo que es necesario tener cuidado de no resbalar, posteriormente el suelo tanto sube como baja con pendientes importantes. En algunos puntos parece que es un tramo sin salida, pero al final se pasa por la abertura que continúa lateralmente. En su parte final el cañón se abre en un gran “salón” lleno de hayas y a partir de aquí comienza la última bajada. Dependiendo de la época en la que se realice el itinerario se pueden ver dentro de esta canal orquídeas, que sólo se dan en zonas de gran umbría siendo este lugar el ecosistema ideal para su desarrollo.

Ortofoto del cañón de los Castros de Horneo, con la traza del recorrido. 8


La bajada se hace primero entre rocas, a las que hay que agarrarse, para dar paso a una zona semiabierta, circundada de grandes y bonitas rocas. Por la zona de salida se ve el llano de Bernavinto. El camino, que baja en continuos zigzags, no está muy marcado y tiene mucha pendiente, llega a un punto intermedio entre el alto de la Posadía y las cabañas de Respijadiru. De aquí por la pista (E-SE, izquierda) se vuelve al aparcamiento de los Collados del Asón. Marta García Martínez y Javier Tezanos 26-10-2010 Literatura consultada para texto y fotos 1. Conocimientos y apreciaciones del recorrido de los dos coautores. 2. http://sigpac.mapa.es/fega/visor/.

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Gibaja - Picón del Carlista – Ermita de las Nieves Ampuero El Picón del Carlista se encuentra en la cuenca del Asón, en el límite entre Cantabria y Vizcaya, y forma parte de la gran alineación prelitoral que se prolonga por toda Cantabria, desde los Picos de Europa hasta las Encartaciones vizcaínas. En este macizo, denominado Peñas de Ranero, limitan los municipios Cántabros de Ramales y Rasines con el vizcaíno de Carranza. Este último es un valle rodeado de montañas por todas partes, y su salida natural es la hoz que ha excavado el río Carranza entre las peñas del Mazo y el Carlista, por donde escapa del valle para afluir al Asón en Gibaja. Como todo el oriente de Cantabria presenta un terreno calizo muy karstificado, al igual que otras zonas limítrofes, el macizo del Carlista es una de las zonas de mayor interés espeleológico de Cantabria. Muy cerca de la cumbre del Picón se abre la boca de la Torca del Carlista, una sima que comunica con el techo de una inmensa sala subterránea considerada una de las mayores del mundo. En esta zona, en el municipio de Rasines, se encuentra también el sistema de cuevas del Río del Silencio, que tiene 53 kilómetros de galerías exploradas y es el segundo con más desarrollo de España, después del de Ojo Guareña. En la vertiente carranzana está la cueva de Pozalagua, de dimensiones mucho menores, pero de gran belleza, albergando numerosas concreciones entre las que destacan especialmente algunas estalactitas excéntricas. Por último, en la hoz del río Carranza se ubica la cueva de Venta la Perra, con algunos grabados prehistóricos. El nombre de esta montaña procede indudablemente de las guerras carlistas, una de cuyas batallas más destacadas tuvo lugar muy cerca de allí, en Ramales, apellidado de la Victoria desde entonces. La leyenda asegura que un capitán del ejército carlista, perseguido por sus enemigos, prefirió arrojarse a la torca antes que rendirse. En esta marcha, además del mencionado pico se recorrerá el Cordal de Surbias, para llegar a la ermita de las Nieves. Por el camino se podrán contemplar varios conjuntos megalíticos del Neolítico (4000-2500 a.C.). Datos de la Marcha Desniveles: Subida acumulada: 1.210 m. Bajada acumulada: 1.260 m.

600

Pico Lodos

Virolco

La Galupa

Alto de La Mina

0

Surbias

100

El Cueto

200

Mazarredonda

300

La Espina

400

Picón del Carlista

Portillo de Ranero

500

Ampuero

700

Gibaja

800

Pico de Las Nieves

900

Altitud (m)

Distancia estimada: 23,8 km, con las siguientes distancias parciales: Gibaja al Portillo de Ranero, 5,0 km; al Picón del Carlista, 0,5 km; a La Espina, 0,8 km; a Mazarredonda, 0,6 km; a El Cueto, 1,8 km; a Surbias, 0,6 km; al Alto de La Mina, 2,0 km; a La Galupa, 0,5 km; al Virolco, 0,8 km; al Pico Lodos, 1,3 km; al Collado Lodos, 0,7 km; al Pico de Las Nieves,

1000

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 Distancia (km) 1


2,0 km; a Rascón, 4,7 km; a Ampuero, 2,5 km. Duración previsible: 7 h. Dificultad: Dura, por el desnivel acumulado y la longitud, además parte del camino se hace por terreno kárstico, lo que dificulta el tránsito. Recorrido Desde el barrio de la iglesia de Gibaja (70), en la margen derecha del río Carranza, se toma una empinada pista (E) de hormigón. En la primera bifurcación unas marcas blancas y amarillas indican seguir por la derecha, para continuar entre prados con cercas. Poco antes de desaparecer el firme se deja a la izquierda otra pista marcada con una flecha verde. Superada una plantación de eucaliptos, en un cruce con una casa se gira a la izquierda (N). Más adelante, se pasa por otra cabaña y poco antes de llegar a la siguiente, se toma un camino, a la derecha (SE), para lo cual, se pasa el portillo de un prado. Al salir de éste, hay que transponer otra cerradura. Enseguida se pasa junto a un nuevo bosquecillo de eucaliptos y se encuentra una pista, que se seguirá de frente (SE). Al poco rato la pista se bifurca debiendo tomar el ramal izquierdo (E), que sube directamente hacia los farallones de la Peña Gibaja (674 m). Este tramo con tanto cruce de pistas resulta lioso. Para no perder el rumbo, que a pesar de los rodeos va hacia el E, la clave está en ir ganando altura hasta situarse al pie de la muralla. Al llegar a una zona pedregosa, con poca vegetación, el camino tuerce a la derecha (SE). Al poco tiempo de entrar de nuevo en zona con vegetación (encinas y madroños), se bifurca el camino, debiéndose tomar el de la izquierda, que se dirige a la vaguada que hay entre Peña Gibaja (izquierda) y el morro de Punta Ladillo (derecha). Echando la vista atrás, se verán los pueblos de Riancho y Gibaja, abajo en la vega del río Carranza. Como hay multitud de senderos se tomará el más marcado, que alcanza el vértice del barranco y tras cruzar un pequeño encinar para llegar a una collada (529 m). El camino continúa por una zona casi llana, con pequeños descensos y subidas, por las laderas S de los picos Encina de la Corba (657 m) y Picón de la Mosquilla (648 m), dejando a la derecha la depresión de Hoyo Lantón (476 m), hasta alcanzar el collado de las Campas (543 m) que se sitúa entre este último y las estribaciones de Las Peñas de Ranero (como son conocidos los picos donde se encuentra el Picón del Carlista). Desde aquí se avista Valseca (a través de una vaguada cubierta de encinas), Ampuero, la Bahía de Santoña y el Pico las Nieves con su ermita. En las inmediaciones del collado, oculto entre las encinas, existe un polvorín de unas antiguas canteras que estuvieron en explotación en esta zona. Al trasponer el collado se irá a la derecha (SE), en ligera subida o llaneando por una ladera herbosa salpicada de encinas y tejos aislados (no de ellos bastante llamativo). Llevando esa dirección se conecta con el sendero GR 123 (vuelta a Vizcaya, que desde Trucíos, pasando por Ranero, se dirige a la zona de Ojébar), balizado con las marcas rojas y blancas. Lo seguiremos hacia la derecha, remontando la canal hasta alcanzar el Portillo de Ranero, o Valseca (660), un collado que da vista al Valle de Carranza. La senda principal desciende hacia Ranero, pero se seguirá el ramal, también balizado, que llega al ya cercano Picón del Carlista.

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Para ello se sube a la derecha (SO), por la vertiente de Carranza siguiendo siempre las marcas de pintura, para rodear el pico y atacar cómodamente la subida por el SO. La cumbre de Ranero o Picón del Carlista (714 m), marcada por un buzón, no tiene grandes vistas, pues está rodeada de cimas de altitud similar que reducen bastante su panorámica. Entre otras, se divisan Ramales, los macizos del Hornijo y La Alcomba, la Bahía de Santoña, Ampuero, el Pico las Nieves, todo el Valle de Carranza y los montes de Ordunte, la Peña del Mazo con su repetidor de televisión, por detrás la del Moro, las cumbres que rodean Soba...

Peñas de Ranero vistas desde Peña del Mazo.

La famosa Torca del Carlista está muy próxima a la cima, a unos 50 metros yendo por la cresta hacia el NE, aunque es fácil no encontrarla. Se trata de una breve grieta que da paso a un desnivel de 349 m y a una gigantesca sala subterránea, cuyas dimensiones son de 500 x 230 m, con 125 m de altura máxima, en la que cabrían nada menos que tres campos de fútbol. También merece la pena andar un rato por los hoyos y garmas que quedan al SO de la cima, para asomarse a un vertiginoso balcón natural sobre la hoz del río Carranza, con la Peña del Mazo al otro lado del abismo. En este lugar es fácil contemplar el vuelo de los buitres que anidan en los cortados del macizo. Para seguir con la ruta se vuelve al Portillo de Ranero y continuar una travesía por los altos que dividen las aguas entre las regiones de Ojébar (Cantabria), a la izquierda, y Carranza (país vasco), a la derecha. Para ello, se comienza subiendo a La Espina, justo desde el portillo (NE) por un terreno kárstico, alcanzando primero la subcima (675 m) para llegar a La Espina (679 m). Se continúa por el alto, pero no se puede llegar al hombro de 658 m, por lo escabroso del terreno, Por ello, se bajará (NO) por la ladera izquierda, que tiene mejor terreno, para seguidamente dirigirse al collado (645 m) y después subir a Mazarredonda (669 m). La bajada se realiza hacia el N, virando enseguida al NE hasta alcanzar la cota 620, donde la dirección será E y se llaneará por un trecho, para luego bajar al camino del GR 123, que se dirige (NE) hacia El Cueto por la ladera N del cordal. Se rodea la antecima (607 m) de este pico por su vertiente N, para acceder a El Cueto (612 m) por su vertiente NO. A partir de aquí el camino discurre paralelo a una alambrada (que queda a la derecha), se baja a un collado (597 m) para subir a la cumbre de Surbias (635 m). Se encuentra un primer indicador de la Diputación Foral de Vizcaya sobre el Túmulo de Surbias. Se baja a otro collado (599 m) para bordear el alto (en el mapa lo llama también Surbias) de 646 m por su ladera S, hasta alcanzar una pista, que por la derecha sube desde Carranza entre prados, encinas y pinos. Se sigue de frente por ésta pista y se encuentra el Túmulo de Galupa, para acometer la subida (NE) al Alto de Las Minas (715 m). A partir de aquí se abandona el GR 123, para seguir al NO (enseguida al N) por una pista cimera. El camino recorre un cordal que se extiende hacia el N hasta enlazar con la ermita de las Nieves. Desde estos altos se dominan el valle de Ojébar, con el río Ruahermosa (se puede intuir la red del río Silencio y su recorrido subterráneo al sur), y el Pontarrón de Guriezo al N. 3


Enseguida se llega a la cota de Galupa (703 m), se pasa a la derecha de otra (684 m) para bajar a un collado (615 m) y subir al cerro Virolco (626 m), cubierto por dos hayedos. Unos metros más adelante aparece la señalización sobre el Crómlech de Birolco y Birolco 1. La pista bordea el robledal de Violedo, mientras sube a otro alto (635 m), entre helechos, tojos y brezo, y baja a un collado (614 m) en el que se cruza el arbolado y la dirección gira paulatinamente hacia el NO, a la vez que asciende al Pico Lodos (675 m) (cuya cima queda ligeramente a la izquierda). Al llegar al Collado de Lodos (646 m), se comienza la subida por la ladera E del Alto Lodos (721 m), aunque no es necesario llegar a su cumbre. Cercano a este Alto de Lodos se ha encontrado un conjunto megalítico, compuesto de un menhir y un dolmen, asentados en un lugar llamado El Peñascón. El menhir de Lodos, que está a 716 m, marca el límite de los municipios Ampuero, Rasines y Guriezo; se trata de un bloque de piedra caliza de 1,86 m de altura clavado en el suelo y pronunciadamente inclinado. A 150 m de distancia se encuentra el dolmen (728 m). Se compone de un túmulo compuesto por piedras de diverso tamaño que abarcan un espacio de trece metros de diámetro; éstas cubren una cámara de la cual faltan tanto la cubierta como las lajas de dos laterales y en cuyo interior se hallaron diversos materiales de industria lítica tallada. De los hallazgos materiales que ha arrojado este monumento (el primer sepulcro de su naturaleza inspeccionado en Cantabria) se ha deducido la presencia de grupos megalíticos en estos parajes desde mediados del siglo IV a. C.

Al alcanzar al punto más alto de la pista se deja ésta, siguiendo hacia la izquierda por cualquiera de los caminos del ganado, que prácticamente llanos llegan al collado (684 m), donde se coge la pista asfaltada que llega a las campas del collado del Toril (676 m), que recibe este nombre porque en él se celebraban novilladas antiguamente. Desde aquí se tomará un camino que asciende a la Ermita de Las Nieves, situada en la cúspide del Pico de Las Nieves (773 m). El anteúltimo tramo del zigzag de subida está formado por escaleras. El alto está ocupado en gran parte por la ermita, de rústica arquitectura, además de un vértice geodésico, una cruz y un buzón montañero. Las vistas desde aquí son sencillamente magníficas, pudiéndose otear, en días despejados, hacia el E los picos de Ganecogorta, Gorbea y los Montes de Orduña. Al S el Colisa, los Montes de Ordunte y el Alto Asón. Al O las montañas

Pico y ermita de Las Nieves, desde el collado de El Toril.

Ermita de nuestra Señora de Las Nieves, en lo alto del Pico. Vista y vértice geodésico, Interior e imagen de la Virgen. 4


de Alto Campoo, los Picos de Europa y muy próxima la Bien Aparecida. Al N prácticamente toda la costa cantábrica desde Santander hasta Santurce. La bajada está indicada con las marcas de pequeño recorrido (blanco y amarillo). Desde las Campas del Toril se toma la pista asfaltada y al comienzo de la subida al collado, se tomará un cortafuegos (hacia la derecha, O) que delimita un pinar (izquierda) y un hayedo. Después de pasar el pinar se continúa por el borde de la vegetación (izquierda), que desemboca en un pasillo entre las hayas, que, a su vez, da a la pista de Rascón a la Ermita de las Nieves. El recorrido continúa su bajada, entre los caseríos de Las Garmillas, arboledas (que a veces son de eucaliptus) y prados.

Menhir de Lodos y pico de Las Nieves. Panorámicas desde su cumbre: Hacia Peña Rocías. Hacia Armañón y Montes de Ordunte. Hacia Candina y Cerrado, con el collado del Toril en primer término. Montes de Cantabria Oriental. 5


Después de bordear el Alto Campizón (409 m) (que queda a la izquierda) se baja por el morro NO del mismo, hasta llegar a Rascón (220 m) (barrio de Ampuero), donde cabe destacar la escuela, levantada conforme a un proyecto de 1923 de Emilio de la Torriente. A partir de aquí se sigue por carretera hasta una cerrada curva a la derecha, donde se tomará una pista asfaltada (de frente), que enseguida pasa junto a la ermita de San Pedruco, documentada desde el siglo XVI. Siguiendo por este camino, en algo más de un km se llega a la carretera de Ampuero al barrio de Ahedo, donde se irá a la izquierda para llegar enseguida al barrio de La Bárcena e inmediatamente a Ampuero (20 m). Ampuero es una villa de hermosas casas del siglo XIX y atravesada por numerosos puentes. Su nombre proviene de “Emporium” porque al parecer existía un importante mercado en esta villa. Actualmente, Ampuero es famosa por sus encierros, los pequeños San Fermines, que se celebran durante las fiestas de la Virgen Niña (7 – 9 de Septiembre) y que son Fiesta de Interés Turístico regional. Está situado al margen del río Asón y, como típico pueblo montañés, posee casas con balconadas corridas, galerías acristaladas y miradores en las estrechas calles.

Ermita de San Pedruco, Rascón.

Calle principal y Plaza Mayor de Ampuero Una de las tradiciones más asentadas en la villa de Ampuero es la que corresponde a la construcción de la Pinta, navío que junto a la Niña y la Santa María participó en la empresa descubridora de América. Precisamente por ésto el escudo de Ampuero, propuesto por el ayuntamiento y aprobado por la Real Academia de la Historia en 1.976, presenta la carabela “La Pinta” navegando en ondas azur y plata, con una bordura de gules en rojo cargada de siete lises de plata y timbrado con la Corona Real. En cualquier caso, este escudo no puede verse en Ampuero, ni siquiera en la fachada del Ayuntamiento, que solamente ostenta el escudo de España, del “antiguo Régimen”. Se dice que los armadores de la Pinta, Gómez y Álvaro de Rascón, vivieron en el barrio del Rascón, sito en una de las zonas altas que rodean la villa de Ampuero, dominando las rías de Marrón y Limpias y la bahía de Santoña. Parece que además acompañaron, a su pesar (según el Padre de las Casas), a Colón en su viaje a las Nuevas Indias.

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La Iglesia de Santa María comenzó a edificarse a finales del siglo XV en estilo gótico, como muestra su ábside poligonal y sus tres naves, respondiendo al modelo de “planta de salón”, que se extendería por todo Trasmiera, País Vasco y La Rioja. La construcción se extendió a lo largo del siglo XVI. La fachada es barroca, del siglo XVII, sobria y de grandes proporciones, en ella destaca la puerta de acceso de estilo renacentista, cobijada por una bóveda de cañón, delimitada por columnas dóricas y con frontón que se corona en pirámides. En lo más alto campea la espadaña de dos troneras y frontón curvo partido. En el interior la planta es rectangular, con tres naves de similar altura, separadas por cuatro grandes columnas cilíndricas de las que surgen los nervios de las bóvedas, siendo los dos pilares anteriores más antiguos, lo que evidencia que el templo fue construido en fases sucesivas. En el interior se observa la lauda sepulcral del Iglesia de Santa María, Ampuero. fundador Sancho Espina y un buen conjunto de retablos. En el transcurso de las obras del ambicioso plan de remodelación que comenzó en 1.994, se descubrió un gran número de tumbas por casi todo el suelo del templo, lo que hace suponer que en siglos anteriores el piso de la iglesia fue usado como cementerio. En ella se venera “La Virgen Niña”, actual patrona de Ampuero es una imagen moderna que contempla rasgos de mucho realismo y fina expresividad. Al parecer esta Virgen fue un regalo de un indiano al pueblo a principios del siglo XX. Hoy es querida por los ampuerenses y tutela los encierros en septiembre.

Torre-palacio de Espina Velasco, en el barrio de La Bárcena, Ampuero En lo que respecta al resto de la arquitectura civil, destaca, en La Bárcena, un barrio que se encuentra a las afueras de Ampuero, la torre-palacio de Espina Velasco, de cuatro plantas, con muros muy macizos. Un balconcillo de hierro forjado y dos ventanitas dentro del mismo ajimez son prácticamente los únicos huecos de luz de la torre. Sus restos, en mal estado de conservación, muestran aún el porte señorial y la apariencia inequívoca de haber sido albergue de un influyente linaje. El recinto que tuvo muralla con tres torreones y almenas, contó con una capilla gótica y debió construirse en el siglo XVI. Es fácil de encontrar por la espectacular portalada que presenta. En ella se ve un escudo, sin adorno, situado sobre cartela de rollos y presenta un solo campo, con armas de árbol de espino acompañado de cinco panelas, bordura cargada de ocho sotuers (armas de Espina). En las enjuntas del arco figuran dos grandes “hombrones” portadores de porras y vestidos a la romana, que llevan un gorro puntiagudo parecido al que usaron los trasmeranos. Se dice que don Juan de Espina (s. XVIII) fue un personaje excéntrico, con fama de hechicero, aunque en realidad no era más que un entusiasta coleccionista de cosas notables y curiosas como, cuadros, libros, artificios mecánicos, pájaros... En las riberas del Asón, junto a una frondosa arboleda y al borde de la carretera que conduce de Marrón a Udalla, se alza la singular iglesia de Santa Marina, de la que aunque poco se conoce sobre sus orígenes, hay una tradición que la vincula con la Orden de los Caballeros

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Templarios, que supuestamente se afincaron en este lugar en un antiguo monasterio, con el fin de proteger a los viajeros que atravesaban el Valle del Asón.

Javier Tezanos 11-03-2010

Iglesia de Santa Marina, Casona de la Edilla y otras dos bellas construcciones de Ampuero

Literatura consultada para texto y fotos 1. 2. 3. 4.

Cantabria 60 itinerarios (José López Cobo). Rutas por las Montañas de Cantabria (Fernando Obregón Goyarrola). http://www.mendikat.net/ http://www.cantabriajoven.com

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Aradillos – La Muela – Ropero – Cruz de Fuentes - Soto En el recorrido que se propone comienza en el pueblo de Aradillos, perteneciente a la zona denominada “Las Costeras” para después subir a los oteros de la sierra del Cueto Ropero (1.492 m) (o El Ropero, como comúnmente se llama en Campoo), que es un monte situado en el límite S de la Reserva del Saja, perteneciente a la estribación E de la Sierra del Cordel. Aunque de moderada altitud tiene una vistas magníficas, lo que unido a que está situado justo encima de Reinosa, hace que sea un monte muy visitado por los montañeros de la zona. Posteriormente se bordeará la cuenca de Fuentes, zona de fundamental importancia para la ganadería de Campoo, donde sus rollizas vacas pastan las nutritivas hiervas de estos puertos. Se dice que tienen el mismo poder alimenticio que el pienso. La marcha se terminará en Soto, tras pasar por su antigua zona minera, donde se extraía calcopirita (de este mineral fueron las minas más importantes de Cantabria), que es utilizado para la fabricación del cobre. En lo referente a la historia de estos lares, se ha dicho que el nombre de Aradillos procede del topónimo de época romana Aracillum (Aracelum en otros textos), legendaria fortaleza cántabra que pudo localizarse en alguno de los montes que rodean esta localidad (las fuentes romanas dicen que cerca de donde nace el Besaya) y que entre los años 26 y 25 a.C., fue sometida a un fuerte asedio por parte de los romanos en el transcurso de las Guerras Cántabras, de hecho, parece que con la derrota de esta ciudad cayó el último bastión cántabro. La mayoría de los investigadores modernos identifica la localidad cántabra con la actual Aradillos, no en su ubicación, sino en su procedencia, ya que es un hecho cierto que los Romanos reubicaban a los pueblos vencidos en otros lugares cercanos a los castros donde había estado asentados, pero en posiciones defensivas desfavorables. Sin embargo, aunque varios historiadores han situado el primitivo castro de Aracillum en las cimas de El Raposo o La Muela, lo cierto es que no se han encontrado vestigios de esa presencia en los altos citados, ni en los más cercanos, de ahí que aún quede sin desvelar este episodio de nuestra historia. Por otra parte, si se presta atención a la etimología de este nombre se ve que no tiene la misma raíz que la palabra latina, aunque la fonética sea muy similar. El nombre Aradillos está emparentado con arado y no tiene nada que ver con la raíz latina “arac” y sí con la “arat”, de donde provienen “aratio”, acción de arar, “arator”, labrador y “aratrum”, arado.

Desniveles: Subida acumulada: 615 m. Bajada acumulada: 648 m.

1500 1300

900 800

Ropero

1000

El Raposo

1100

Cruz de Fuentes

1200

La Muela

Distancia estimada: 19,4 km, con las siguientes distancias parciales: Aradillos al cruce de la Fuente del Carbón, 4,9 km; a La Muela, 1,0 km; al Pico El Raposo, 1,4 km; al Pico Ropero, 2,1 km; a la Cruz de Fuentes, 4,2 km; al cruce con la carretera de Palombera, 3,0 km; a Soto, 2,8 km.

Altitud (m)

1400

Aradillos

1600

Cruce carretera de Palombera

1700

Soto

Datos de la Marcha

700 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 Distancia (km) 1


Duración previsible: 5 a 6 h. Dificultad: Fácil al transitar por caminos sin grandes desniveles y con buen piso. Recorrido Aradillos (1.001 m), pertenece al llamado grupo de pueblos denominado Las Costeras, en el que también se incluyen Fontecha, Morancas y Camino, que es una franja de terreno E-O ligeramente deprimida entre dos estructuras montañosas paralelas: por el sur un cordal de oteros que miran a la planicie de Reinosa; por el norte la sierra del Raposo y el Ropero. El edifico más destacable en Aradillos es el templo de Nuestra Señora de la Concepción del siglo XVI, aunque su arquitectura no sea de gran espectacularidad. Precisamente por detrás de esta iglesia continúa el recorrido, por el viejo camino carretero entre Aradillos y Bárcena Mayor, del que queda una pista que asciende bruscamente por una ladera de hierba y piedra caliza, pasa sobre la conducción de gas y, a medida que se va subiendo (en el primer tramo), ofrece una bella panorámica del valle. Los picos de Alto Campoo quedan por detrás (O), la llanura de Reinosa al S, el pantano del Ebro al SE. En esta primera depresión que se ve a la derecha, en cuyo punto más bajo está Cañeda, con la autovía y la vía férrea que la rodean, se encuentra el nacimiento del río Besaya, que esquivando al gran Ebro se marcha camino del Cantábrico. Un poco más adelante se ven por debajo las casas de Morancas. A medida que se sube, el camino va girando paulatinamente al norte, mientras rodea el alto de Pidrueco (1.200 m) (en el mapa como Las Peñas), allanándose al llegar al alto del Campo la Brena (1.150 m). Después de pasar de nuevo sobre la conducción del gas, marcada con postes amarillos, se deja a la derecha la cabaña de Geriz, pradera que cae suavemente y por la cual se pueden alcanzar con facilidad los pueblos de Santiurde y Lantueno. A continuación la pista pedregosa atraviesa la zona de Los Ríos, amplia vaguada cubierta de brezos y surcada por múltiples arroyuelos. En este punto presenta una ligera bajada, para volverse tornar cuesta arriba en la zona del Recuesto, dejando a la derecha la cabaña de Fresno, Iglesia y fuente de Aradillos. Sierra hermosa desde la zona de la en ruinas, en una verde braña Fuente del Abedul. con acebos, espinos y escobas. Más hacia adelante y más abajo (no se ve desde aquí) quedan también los restos de la cabaña de Reinosa, mucho más deteriorada que la de Fresno. Tras este tramo viene otro descenso con posterior subida, pasando enseguida junto a una fuente y un pilón para el ganado, en el lugar de El Pasaje, con el pico de La Muela en lo alto. En la parte central de esta vaguada se deja a la derecha un bosque de robles, abedules, avellanos y acebos. Las casas de Santiurde aparecen al fondo del valle, imagen que se divisa durante un buen rato. Las lomas que se ven a la derecha (E) son las de Sierra Hermosa. Después de coronar esta nueva cuesta 2


se aborda un tramo llano, donde está la Fuente del Abedul, pequeño cuenco de agua fresca en el talud izquierdo de la pista (a pesar del nombre, hoy en día no es un abedul lo que crece sobre ella, sino un diminuto tejo y un avellano). Enseguida se llega a un cruce (1.187 m) (un poco más adelante hay una alambrada, que no hay que cruzar). El camino que sale a la izquierda pasa por la Fuente del Carbón y baja hasta el río Hormigas por parajes poco transitados. Sin embargo el camino a seguir da un brusco giro (SO) por una senda que sube por la loma, en bisectriz con el camino que se traía y el citado de la Fuente del Carbón, por un terreno de monte bajo. Pronto se sale de los brezos y cruza la llanada herbosa del Campo Lanchero (1.245 m) (en el mapa viene como Traslamuela), que se usó como campo de aviación durante la Guerra Civil, después de lo cual se acomete el fuerte repecho (por cualquiera de las sendas que se encontrarán entre los brezos) de la subida a La Muela (1.323 m). Se continúa por lo alto del cordal (SO), junto a la alambrada, que queda a la derecha de la marcha, bajando a un collado (1.301 m).

Cumbre del Pico de La Muela. Vistas desde este pico, en primer término el alto del Jilgueruco, con Los Agudos, Obios y el Navajos detrás. Vista de La Muela y La Coteruca, desde la subida al Raposo.

Comienza una nueva subida, siguiendo la alambrada, y en las primeras estribaciones de pasa junto a unas peñas en la zona de La Coteruca (1.325 m), donde la pendiente disminuye ligeramente. En esta zona hay que pasar la alambrada por la única portilla que hay (en caso contrario será necesario saltarla), aunque la ascensión continúa junto al alambrado hasta alcanzar el Pico del Raposo (1.429 m) (en el mapa viene como Las Matas, pero este es el nombre de zona más abajo). A partir de este punto el rumbo va variando de SO a O, al llegar al Collado de Fontecha (1.393 m). Desde aquí se tomará la campa herbosa (O-NO) que con suave pendiente lleva a la cima del Ropero (1.492 m) donde hay un vértice geodésico y se pueden disfrutar de hermosísimas panorámicas. Al NO, abajo, las feraces praderías de Fuentes y, por encima de ellas, el Alto de Abedules, en primer lugar y más allá La Concilla y Peña Sagra. Al O las sierras del Cordel (Isar) y la del Cuchillón (Híjar) más al SO. Al S está Reinosa y el pantano del Ebro y al N y NE los picos de Ibio y Jano. Bajando directamente por la generatriz de la loma, hacia el O-SO, del Ropero, por la zona de Braña Juncosa, se alcanzará a la pista que bordea la cuenca de Fuentes. El primer tramo va en dirección predominante O, por la ladera N del Alto de Cepelludo (1.404 m), hasta llegar al collado de Cepelludo (1.323 m). En este punto hay un cruce, en el que el camino de la izquierda baja a La Cruz de Camino, desde donde se puede ir a los pueblos de Camino, La Miña, Salces, Fontibre y Argüeso. El ramal de la derecha baja directamente a los puertos de Fuentes y se puede ir hasta el Pozo de la Arbencia y a Bárcena Mayor.

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Sin embargo, el camino a seguir es el de frente, que va virando a NO por las laderas N del alto de Pericuetos (1.359 m) y NE de Peña Blanca (1.358 m), quedando a la derecha la hondonada de Fuentes, con sus feraces praderas, hasta llegar al “nudo” de La Cruz de Fuentes, desde donde parten varios caminos. Hacia la derecha salen tres: El primero (por la derecha) baja a las praderas de Fuentes y conecta con el citado anteriormente para ir al Pozo de la Arbencia; El del centro va a Bárcena Mayor y el de la izquierda sube al Alto de Abedules (pico de magníficas vistas).

Cumbre del Pico Ropero, con las sierras de Isar e Híjar.

Este recorrido, en vez de hacerlo por la pista se puede hacer también cumbreando por los altos citados de Cepelludo, Pericuetos y Peña Blanca, para bajar después a la pista que baja a la carretera de Palombera, antes de llegar a La Cruz de Fuentes. Se gira, por tanto a la izquierda y se encuentran dos caminos, el de la derecha (NO) va hacia los puertos de la zona de Abedules. Por tanto hay que seguir por el ramal de la izquierda (S-SO) que enseguida pasa por encima de la Fuente de Las Cadorras, donde nace el río Queriendo (que cerca de Bárcena Mayor se une al río Lodar para formar el río Argoza). Enseguida se llega a una fuerte curva a la derecha, junto a un refugio del ganado, donde sale de frente un camino que va a Argüeso, por lo que se desechará y se seguirá por la pista principal, que gira a la derecha. Un poco después se cruza un paso canadiense, que separa el Parque Nacional Saja Besaya del terreno de Soto, y a continuación la pista da un cerrado zigzag, que se puede atajar por la cambera antigua. Muy poco después de volver a la pista se toma un antiguo camino carretero en desuso (izquierda, SE) que se dirige hacia el Monte los Picales (pinar de Soto) y cruza la carretera autonómica por el p.k. 30 (1.110 m). El camino continúa por las praderías hasta llegar a un sel (1.103 m), continuando por el camino que baja bordeándolo (el sel queda a la izquierda). Más abajo hay que dirigirse a coger otro camino (que viene del prado que se ha estado viendo por debajo a la derecha), que se tomará hacia la izquierda por un corto tramo (por este camino se llega a la Casa de las Minas pero da mucha vuelta) para seguir por un atajo que libra el amplio zigzag. Al volver de nuevo a la pista se irá a la derecha hasta llegar a un cruce, donde se obviarán los ramales de izquierda y derecha para seguir de frente por un camino menos marcado que atraviesa la campa adyacente a la Casa de las Minas (1.023 m), que queda a la derecha, para, enseguida, atravesar el Arroyo de los Coterucos y continuar entre prados. 4


Al llegar a la zona de Las Quintanillas se encontrará un cruce donde se escogerá el ramal de la izquierda (de frente también se llega a Soto, pero da más vuelta), que en 500 m entra en Soto (972 m) (descartar cualquier desvío a izquierda y derecha). Alberto Grez. Ramos, Agustín Cuevas y Javier Tezanos 28-07-2010 Literatura consultada para texto y fotos 1. Para la realización de este itinerario no se consultaron referencias bibliográficas.

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Brañavieja – La Concilla - Tudanca El Cueto la Concilla es una gran montaña cónica, que al no alcanzar la mítica cota de los 2.000 m hace que no sea una cima carismática y, por tanto, no sea muy frecuentada. Sin embargo, debido a su posición aislada y adelantada respecto al eje de la cordillera goza de unas panorámicas magníficas, que hacen que se le pueda considerar uno de los mejores miradores de toda Cantabria. Su moderada altura no significa que su ascensión sea fácil, ya que para llegar a su cumbre hay vencer grandes desniveles (superiores a los 1.000 m), con fuertes pendientes en algunos tramos, especialmente en la subida desde la Canal del Hitón. Este pico se encuentra a caballo entre las cuencas de los ríos Saja y Nansa, siendo visible desde la capital cántabra. A sus pies, y separándolo de los montes de Alto Campoo, se extienden los Puertos de Sejos. Una vasta extensión de feraces pastos salpicada de bloques erráticos. Desde tiempos inmemoriales estos montes han sido aprovechados para la ganadería, como lo muestran los restos megalíticos encontrados en la parte alta de estas praderías. Datos de la Marcha

Itinerario A: Brañavieja - Cueto de La Concilla – Brañas de Carracedo – Prao Concejo – Tudanca.

Tudanca

Mirador de La Horcada

Collada de Fonfría

Cueto de La Concilla

Canal del Hitón

Collado de Sejos

Portillo de La Horcada

Collado de Carracedo

2000 1900 1800 1700 1600 1500 1400 1300 1200 1100 1000 900 800 700 600 500 400

Brañavieja

Distancia estimada: 19,7 km, con las siguientes distancias parciales: Brañavieja al Portillo de la Horcada, 2,2 km; a Collado de Sejos, 3,7 km; a la Canal del Hitón, 1,0 km; al Cueto de La Concilla, 1,1 km; a la Collada Fonfría, 3,0 km; al Collado de Breñalengua, 1,5 km; al Collado de Carracedo, 1,6 km; al Mirador de la Horcada, 3,7 km; a Tudanca, 1,9 km.

Altitud (m)

Desniveles: Subida acumulada: 847 m. Bajada acumulada: 2.050 m.

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 Distancia (km)

Duración previsible: 6 h. Dificultad: Mediana, aunque tiene algún paso complicado, pero sin problemas en condiciones normales. Si el paso del Cuquillo tiene nieve sólo se deberá hacer con crampones. La pendiente de subida a la Concilla es muy fuerte.

Itinerario B: Brañavieja - Collado Escajos – Ermita de Nuestra Señora de las Nieves – Tudanca. Desniveles: Subida acumulada: 526 m. Bajada acumulada: 1.729 m. 1


Dificultad: Fácil, con las salvedades del paso del Cuquillo citadas en el itinerario A.

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Tudanca

Ermita de Las Nieves

Colado Escajos

Canal del Hitón

Collado de Sejos

Portillo de La Horcada

2000 1900 1800 1700 1600 1500 1400 1300 1200 1100 1000 900 800 700 600 500 400

Brañavieja

Duración previsible: 5 h.

Altitud (m)

Distancia estimada: 17,3 km, con las siguientes distancias parciales: Brañavieja al Portillo de la Horcada, 2,2 km; a Collado de Sejos, 3,7 km; a la Canal del Hitón, 1,0 km; al Collado Escajos, 2,1 km; a la Ermita de Las Nieves, 3,6 km; a Tudanca, 4,7 km.

9 10 11 12 13 14 15 16 17 18

Distancia (km)

Recorrido Desde Brañavieja se toma la pista que sube por la zona de la Tabla, donde antiguamente estuvo ubicado un telesquí. Después de la segunda curva del zigzag se continúa de frente por la pista que se dirige a Cuencagén. Enseguida se llega a la cuenca del río Guares, donde justo después de pasar el regato de éste se sale de la pista para comenzar la subida ladera arriba. Aquí el camino no está marcado, por lo que se irá por los vericuetos del ganado y las zonas que están más limpias. La dirección predominante es la N. La pendiente de la cuesta no es excesiva pero se acentúa a medida que se va ganando altura. Se debe tomar como referencia el Cueto de la Horcada, ya que el único paso para la zona N del la Sierra del Cordel es el Portillo de la Horcada, que queda a la derecha de este pico. Durante la subida hay que dejar a la izquierda el nacimiento del río Guares, que se produce en una zona lagunosa denominada Cuenca de los Pozos. Una vez alcanzado el collado del Portillo de la Horcada (1.975 m) se tomará un camino que de ladera baja suavemente por la cara N de La Horcada. Este camino se denomina el Paso del Cuquillo. Un camino que baja suavemente de ladera entre peñascos sorteando la vertiginosa pendiente que tiene esta vertiente (N) de la Sierra de Isar (o del Cordel). En el caso de haber nieve, es imprescindible ponerse los crampones para este primer tramo de bajada, ya que al no darle el sol durante todo el invierno, las probabilidades de encontrar hielo son muy elevadas. Esta dificultad no dura mucho y enseguida se accede a la loma herbosa del Cuquillo, que paulatinamente va perdiendo pendiente. Al final de la loma se encuentra una colladina, donde se irá a la derecha para tomar una pista que baja a la colladina de Cuadro Agudo (1.524 m). Antes de llegar a ella se desechará un camino que baja a la derecha, que pasa el puente del arrollo del Diablo y llega a Campanario. Ya en esta colladina otro camino a la derecha sigue el mismo trazado que el anterior. Siguiendo de frente enseguida se alcanza el Collado de Sejos (1.504 m). Las vistas durante toda esta bajada son magníficas. Al N, en primer plano, los picos de La Concilla (1.922 m) y Helguera (1.745 m). Al NO se divisa el Cornón de Peña Sagra (2.047 m) y un poco más a la izquierda los siempre bellos Picos de Europa. Esta zona es el extremo sudoccidental de la Reserva del Saja, 2.000 hectáreas de pastizales que acogen cada primavera el abundante ganado conducido a estos puertos desde los valles de Cabuérniga y Campoo. 2


Al llegar al Collado de Sejos la pista continúa a la izquierda (O), bajando hasta Tresabuela en Polaciones. Sin embargo, hay que seguir de frente por un camino, por el que enseguida se alcanza la Collada del Cabezón (1.522 m). En este punto se encuentra una parte de nuestra prehistoria. Se trata de una de uno de los más importantes restos de la cultura megalítica de Cantabria. Estas históricas piedras se encuentran en el punto que los vecinos de los pueblos cercanos llaman “el cementerio de los moros” (siguiendo una antigua costumbre que achacaba a “los moros” cosas, como ésta, cuyo sentido desconocían, sin pensar siquiera que dichos “sarracenos” nunca llegaron a estas montañas).

Megalitos del collado de Sejos, con el detalle de los grabados y el menhir “Hitón o Piedra Jincá” Estos restos fueron dados a conocer a partir de la publicación de su existencia en el número anual de 1.985 del “Noticiario Arqueológico Hispánico”, que precisó la posición exacta de cada una de estas piedras. La excavación arqueológica de esa área, realizada por Bueno y otros (también en 1.985) permitió documentar la huella de las entibaciones originales de los mismos. Este conjunto de piedras, que se compone de cinco ortostatos de arenisca entallados en su base, que podrían provenir de un posible crómlech. Dos de ellos presentan en sus caras mayores sendos grabados de raíz antropomorfa. En la actualidad permanecen derribados sobre el terreno, distribuidos en un área de unos 75 m2. Dos de las piedras tienen bellos grabados, mostrando dos figuras rectangulares de lado largo en vertical y remate superior en arco. En un caso, el diseño está subdividido en cinco pisos horizontales ornamentados con series continuas de zigzags. Además, a su izquierda, se ha grabado el perfil en vertical de un puñal o espada corta de hoja triangular ancha y mango recto. Sobre la superficie de las figuras se distribuyen, además, diversas cazoletas. El conjunto de Sejos tiene estrechos paralelos iconográficos con los ídolos antropomorfos de Peña Tu (Asturias) y Tabuyo del Monte (León), así como con el más cercano de Hoyo de la Gándara (San Sebastián de Garabandal, Cantabria). Con mayor o menor grado de explicitación de atributos estrictamente antropomorfos, se trata de soluciones de figuración humana que parecen buscar más la expresión de la entidad social que la identificación física de un individuo. Por los tipos de armas reconocidos en alguno de los ejemplos, se puede señalar los inicios de la Edad del Bronce como el momento de realización de estos grabados.

Un poco más arriba se encuentra la canal del Hitón (1.553 m), un profundo collado formado por La Concilla (NE) y el Helguera (1.749 m) (O) (para los habitantes de Polaciones Jelguera, por la H aspirada), que es la divisoria de aguas de los ríos Nansa y Saja. En ella se encuentra otro menhir derribado, que da nombre al collado, siendo conocido por los nombres de Hitón o Piedra Jincá. Su situación ha servido de marca territorial desde tiempos inmemoriales. Esta estructura megalítica se sitúa en las postrimerías del Neolítico. A partir de este punto el camino hasta Tudanca se divide en dos recorridos de distinta dificultad: 3


Itinerario A: Cueto de La Concilla – Brañas de Carracedo – Prao Concejo – Tudanca. Una vez que se ha llegado al collado del Hitón, se abordará la subida a La Concilla (1.922 m). Para ello, se seguirá el estacado (hacia la derecha NE, sin pasarlo) que divide las cuencas de Polaciones y de la Mancomunidad de Campóo-Cabuérniga. La subida es bastante pendiente (43% en esta primera parte) y algo agreste, con brezos y algunos bloques enormes de pudinga, ya cerca de la cumbre, que hay que sortearlos por un pasadizo entre ellos, o rodeándolos por la derecha (la pendiente en esta zona es del 65%). Este paso es algo incómodo pero sin mayores problemas.

Cueto de La Concilla desde las brañas de Sejos. Rocas de conglomerado (pudinga) en la parte alta del pico. Vistas desde la cumbre: Pico Cordel y Peña Hiján; Sierra del Cordel con el Portillo de la Horcada (izquierda) y el camino de bajada, con el Collado de Sejos y la Collada de Cabezón en primer término. El cresterío del Helguera y, al fondo, la Cordillera Cantábrica con el Curavacas y Peña Prieta; El Collado Escajos, abajo derecha, y Peña Sagra, con el fondo de los Picos de Europa.

La cumbre del Cueto de La Concilla (1.922 m) está formada por bloques de piedra de gran tamaño entre los que crecen algunos abedules achaparrados. En la cima hay un buzón colocado por el Grupo de Montaña Senderuco en 1996, aunque la altura, que pone 1.980 m, no es correcta, ya que es mucho más alta de la que se encuentra en cualquier mapa y documentación. Las vistas son extraordinarias, con la costa y los montes de la práctica totalidad de Cantabria. Se dominan especialmente bien el Valle de Polaciones y los puertos de Sejos, defendidos por el Sur por las cumbres del macizo del Alto Campóo, desde Peña Labra al Pico Liguardi. Más lejos, el Curavacas, Peña Prieta, Coriscao, los Picos de Europa, el cornón de Peña Sagra, etc. Hacia la costa se distingue bien Santander, en línea con el Monte Dobra, y hacia el E cierran la panorámica las cumbres pasiego-sobanas. La bajada de La Concilla se hará por la ladera opuesta a la subida (NE). El camino no está muy marcado, pero se puede seguir cualquiera de los que se encuentran entre las matas de brezo que pueblan toda la ladera. Después de haber bajado unos 70 m se encuentran grandes piedras que dificultan el paso ladera abajo. Se sortean como mejor parezca y se sigue por lo alto de la loma hasta alcanzar La Concilla de Abajo (1.817 m). Se continúa bajando junto a la alambrada (ahora ENE), aunque es necesario cambiar de lado para sortear los brezos, hasta un poco antes del alto Toral de Remallo (1.639 m), donde se atajará a la izquierda para tomar la loma que baja (con la 4


alambrada a la derecha) al N, por un terreno herboso con algún brezo pero fácil de andar, que termina en la Collada de Fonfría (1.309 m). Para continuar se irá a la derecha (NE), por la llanada contigua a la collada. El terreno por el que se va a pasar corresponde a la vertiente NE del Pico Fonfría (1.371 m), que tiene la característica morfológica de estar formada por espinas radiales de rocas y montículos que forman valles entre ellos. Esta zona se denomina Las Pandas de Bucierca. En realidad se trata de dolinas kársticas de aspecto realmente llamativo, por lo que el suelo está sembrado de rocallas que hay que sortear. Por ello, el mejor camino para llegar al Collado de Breñalengua es seguir por uno de estos vallecillos hasta salir a campo abierto. Uno de los caminos puede ser el siguiente: Al final de la llanada hay un montículo que emerge unos metros sobre la zona plana, que se dejará a la derecha para entrar en el pequeño valle que baja hacia el NE. Cuando se encuentre una salida al campo libre, hacia la izquierda, se tomará (N) para continuar por las campas directamente hacia el collado de Brañalengua (1.102 m), que se ve abajo al N. Inmediatamente se pasa por la zona de la Castra de la Braña, se rodea el alto de la Jazona (1.147 m), dejándolo a la izquierda, y se comienza a caminar por las brañas de Carracedo, que ocupan la divisoria entre las cuencas del Saja y el Nansa. Una vez pasado el Collado de Carracedo (1.086 m), se pasa a la vertiente del Nansa.

Braña de Carracedo. Alto de la Caorra y vistas desde este punto, con el Cueto del Haya (1.305 m) en primer término y Peña Sagra detrás.

La pista continúa hacia el N-NO, por la falda de la Caorra (1.189 m), que se deja a la derecha. La pista continúa dando un rodeo a un cotorro (1.139 m), y al terminar esta curva se está a la entrada del Prao Concejo de Tudanca, enorme pradería de aprovechamiento comunal. La pista continúa rodeando la inmensa finca, pero si se cruza una portilla, se ataja atravesando la finca, para retomar la pista más abajo, aunque esto tiene el inconveniente de saltar la tapia (los datos y el recorrido del mapa adjuntos hacen referencia al recorrido por la pista). Este prado comunal tiene un aprovechamiento de gran interés etnográfico. Todos los años se reparte en suertes (lotes) para su siega, en los días señalados, por los vecinos, con iguales derechos según su condición, casado, soltero, viudo, etc. Hasta hace pocos años la hierba se descendía al pueblo en una especie de trineos llamados basnas. Este rústico medio de transporte, arrastrado por una pareja de vacas tudancas, se deslizaba por la hierba o por el empinadísimo camino encachado (empedrado), ya que no existía la pista actual. Todavía pueden verse algunas basnas por las callejas de Tudanca y hay una expuesta en la Casona.

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En la vueltona de la Horcada se da vista a los pueblos de Tudanca, La Lastra y Santotís, los tres que junto con Zarcea conforman el municipio de Tudanca. Este panorama se contempla perfectamente desde el mirador de la Horcada, que está al borde del camino, un poco más abajo de la vuelta. Aquí se puede seguir la pista, pero es mejor desviarse a la derecha, 370 m más abajo pasando una portilla metálica, para recorrer el antiguo camino empedrado. Más tarde se Tudanca y La Lastra, vistas desde el mirador de La Horcada vuelve a conectar con la pista a la misma entrada de Tudanca (510 en la parte más alta y 445 m en la iglesia). El fin de la travesía está situado junto a la iglesia, en lo más bajo del pueblo. Itinerario B: Collado Escajos – Ermita de Nuestra Señora de las Nieves – Tudanca. Es de destacar, que este recorrido que se describe a continuación, ya desde el Collado de Sejos, coincide con el que el camino que siguieron Marcelo (el protagonista de Peñas Arriba) y su guía Chisco tanto a la ida desde Reinosa a Tudanca, como a la vuelta de su primer viaje, aunque Pereda sitúa la ermita de las Nieves en un alto, cuando está prácticamente en un hoyo. También describe cómo sonaban las albarcas en las losas del camino (de las que aún quedan algunos tramos).

Desde la Canal del Hitón el camino sigue de frente para bajar a Puente Pumar, por lo que se dejará el mismo para continuar hacia la derecha por la campa y coger otro que ladea (N) la falda de La Concilla. En este trayecto se pasará junto la fuente La Rotaoria, que dicen tiene muy buen agua. Al llegar a las campas de Breñas Altas el camino desaparece y hay que bajar (NO) por todo el frente de la loma que desciende de la Concilla y alcanzar el Collado de Escajos (1.329 m). Desde el collado se continúa bajando hacia el Barranco del Jalgar (NE). Como al principio no hay camino definido se irá hacia el fondo del barranco y se caminará en las cercanías del regato (que queda a la derecha). Enseguida se entra en el hayedo del Cotero Sobayo, que en época de lluvias tiene mucha agua. Más adelante se encontrará un viejo camino, que avoca en la pista en la zona de los invernales del monte Jalgar. Aquí se tomará el ramal de la derecha y 1,1 km después se llega a la ermita de Nuestra Señora de las Nieves (770 m), también denominada del Vado de la Reina. La ermita es bastante grande, sin estilo definido. Un arco de medio punto forma una portalada a la entrada. Los muros están reforzados por cuatro contrafuertes, uno en cada esquina. En la fachada principal está la puerta con dos ventanas y un ojo de buey. En los muros laterales y posterior hay ventanillos abocinados. La espadaña está sin campana y en el interior se encuentra la imagen de la Virgen, que se saca en procesión el día 5 de agosto, en el que todos los prados cercanos se convierten en un hervidero de gente.

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El camino sigue bajando suavemente hasta que se cruza el río Jalgar por un puente (644 m) y la pendiente se vuelve ligeramente positiva hasta llegar a una bifurcación (donde se seguirá a la derecha, ya que el de la izquierda sube a los invernales de Sobayo, sitos en la vertiente N del Cueto de la Avellanosa (1.354 m)) donde la pendiente se hace evidente y se sube en un zigzag hasta un collado (753 m), desde el que se tiene una magnífica panorámica de Tudanca. Inmediatamente se encuentra una bifurcación, donde se seguirá por el camino principal de la izquierda. Continuando siempre hacia abajo enseguida se llega a las casa más altas de Tudanca (510 m), pero habrá que seguir, al menos, hasta la iglesia (445 m), si es que puede llegar allí el autobús.

Vistas de Tudanca Tudanca fue declarada en 1983 Conjunto Histórico por su riqueza arquitectónica. Su paisaje, las costumbres y el habla de sus gentes, fueron recogidos por José María de Pereda en Peñas Arriba, quien situó parte de la acción en la Casona misma, presentando tipos tan singulares como Don Celso, Chisco y el “señor de Provedaño” (el Sordo de Proaño), el primero sacado de la figura de don Francisco de la Cuesta, dueño de la casona y antecesor de Cossío. En ella han pasado y vivido ilustres personajes de la literatura española. Hoy en día, con la mayor parte de sus casas arregladas, ha perdido parte del tipismo que tuvo hasta los años 80. El municipio pudo pertenecer al Val de Allega y parece que en Tudanca estuvo el monasterio de San Juan Bautista de Argüeces, que dependía en el siglo XI de Santa María de Yermo. A principios del XII el concejo de Tudanca donó su iglesia al monasterio burgalés de Cardeña. La Orden de Santiago también recibía en 1.189 la villa de Tudanca. Más tarde estaría dentro del señorío de la Vega y después de los Manrique, duques de Aguilar. La aldea de Tudanca está colocada en el declive y falda de la Horcada, a la derecha del Nansa, con el caserío en desnivel, lo que hace que el lugar sea naturalmente bello. Unamuno pasó temporadas en el pueblo acogido a la amistad de José María de Cossío y dijo lo siguiente de este 7


bucólico entorno, con su siempre magistral prosa poética, “El Nansa briza el sueño de los soñadores muertos como briza el de los vivos. Y en la paz solemne de aquellos eternos parajes, bajo la mansa cúpula del cielo, sostenida por las cimas montañosas, ocurre pensar si son otros los vivos que fueron los muertos, si no es una misma generación que bajo diversas figuraciones se sucede”. Ciertamente el tiempo parece haberse detenido en este lugar, ya que todavía se pueden contemplar las rústicas casas, a la vera del camino, que asciende desde el río, y rincones con socarreñas típicas, muros humildes, portaladas rústicas, ventanas que otean lo próximo y lo lejano, el cercano cementerio con sus mármoles partidos, las tapias que cierran huertos privados, las solanas donde cuelgan panojas…

Arquitectura civil y religiosa de Tudanca. Basnas, en un portal y la del Museo de La Casona. Se caracteriza este conjunto por la disposición de las casas en hilera, formando pequeñas calles empinadas paralelas, adaptadas a la morfología del terreno. Las viviendas siguen el modelo típico del valle medio del Nansa, con dos plantas, fachada principal orientada al este o al sur, entre cortavientos y con solana. En las más populares se accede a la vivienda, que suele estar situada en la primera planta, a través de una escalera de piedra o madera adosada a la fachada principal, y que llega hasta el balcón. La mayor parte de las casas son rústicas, con paramentos de mampostería, sillares en los esquinales y estructura interna de madera. La cubierta suele ser a dos aguas, sobre la fachada principal y la posterior. Se constata la existencia aún de muchas horneras que se suelen ubicar en algún esquinal del primer piso, junto a la cocina. La arquitectura noble está representada por la Casa de La Herrán, con escudo de finales del siglo XVII en uno de sus cortavientos, y un conjunto de corralada y viviendas, del XVII, situado en la parte alta del pueblo, también es digna de mención la antigua escuela, actual biblioteca del Alto Nansa, construida en 1.757. 8


Respecto a la arquitectura religiosa, destaca la iglesia parroquial (XVII), de planta de cruz latina, con bóvedas de crucería de terceletes y combados y retablo barroco del XVIII. Sin embargo, el edificio más emblemático de Tudanca es la Casona, construida en 1.752, en tiempos de Felipe V, por Pascual Fernández Linares, “perulero” (emigrado a Perú) que salido del Tudanca sin fortuna la logró en el otro continente, según dice su último poseedor el gran escritor y erudito José María de Cossío. Este personaje también sufragó la construcción de las escuelas. La Casona es un inmueble de piedra de planta rectangular, con tres cubiertas individualizadas a dos aguas, con la solana orientada al sur y su fachada principal orientada excepcionalmente al norte, donde se ubica la portada principal, y sobre ella, el escudo de armas barroco, con leones tenantes y yelmo entre infantes, de los apellidos Fernández, Linares, Gómez y Herrero, con la inscripción “Guardé también el Castillo, con este Benablo Armado, que no fue ninguno osado, atreverse a Combatillo”. Al lado, la capilla coronada por una sencilla espadaña de donde pende una coqueta campana y la torre rectangular, que presenta un interesante paso de arco de medio punto, que lleva a la entrada, ya que se edificó sobre un camino vecinal, por lo que tuvo que hacerse en justicia para respetar las Ordenanzas Concejales.

Detalles exteriores de la Casona de Tudanca En el portal de la entrada principal está la entrada a la capilla, donde se puede ver la réplica de la virgen del pueblo peruano de Cocharcas, traída de allí por quien construyó la Casona. El retablo barroco de la capilla es del siglo XVIII. Allí también se ve un niño de tradición flamenca del siglo XVI y una Virgen dolorosa que Cossío adquirió a la viuda de Sánchez Mejías, con un manto realizado con un capote de paseo de José Gómez Ortega “Gallito”. En su interior se ha mantenido el ambiente representativo de un hogar hidalgo montañés, con sus estancias de rancio sabor de nobleza y austeridad monacal: la salona con los recuerdos familiares, el estudio del hidalgo, el comedor de tantas sobremesas y tertulias literarias, el dormitorio del “Don Celso” perediano, la cocinona y su horno panadero. Sin embargo, por encima de todo destaca la biblioteca integrada por los materiales de trabajo y lectura de José María de Cossío, que está formada por más de 25.000 volúmenes, con ediciones de gran riqueza de los siglos XVI y XVII (el más antiguo data de 1.517). La biblioteca está especializada en literatura del s. XIX y es una de las más ricas de España en contenidos de la Generación del 27, con manuscritos autógrafos de Rafael Alberti, Federico García Lorca, Gerardo Diego, Jorge Guillén (“Sobre los Ángeles”, “Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías”, “El hombre acecha”), el Cancionero iniciado por el propio Cossío en 1.940 y compuesto por los pliegos autógrafos de 300 autores. Otros textos originales que se custodian pertenecen a Pereda, Unamuno, Manuel Azaña, Dámaso Alonso, José Hierro, Cela del que se preserva la 9


transcripción autógrafa de “La familia de Pascual Duarte”. También forma parte el archivo histórico familiar y los epistolarios de la vida literaria y taurófila de Cossío. La Pinacoteca está formada por una importante colección de arte de los pintores Zuloaga, Vázquez Díaz, Eduardo Vicente, Ortega Muñoz, J. de la Puente, G. Solana, dibujos y grabados taurinos, retratos familiares del s. XIX. Asimismo, es de destacar la reproducción de la Pinacoteca Real de Luis XIV, en muy hermosos grabados franceses, también del s. XVII. Pero además, se custodia una colección de dibujos italianos originales del s. XVII. Entre las cosas curiosas que se encuentran en este museo cabe destacar la Virgen de la Macarena que acompañaba al torero Joselito, gran amigo de Cossío, en todas las corridas y alguno de los recuerdos que don Pascual Fernández fundador de la casa se trajo del Perú, como un poncho y varios trabajos de platería. Del general Gregorio de la Cuesta, además de su retrato y escudo de armas, se conserva la cama portátil que llevaba al frente durante las guerras napoleónicas. El horario de visitas de la Casona es: verano de 11 a 13 y de 16 a 19, e invierno de 10 a 13 y de 15 a 18.

Detalles interiores de la Casona de Tudanca y retrato de D. José María de Cossío

Javier Tezanos 06-05-2010 Literatura consultada para texto y fotos 1. 2. 3. 4.

http://www.cantabriajoven.com/tudanca/ http://www.mendiak.net http://foro.meteored.com/ http://www.mendikat.net/

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Mazandrero – Gulatrapa – Puente Dé - Soto Esta marcha se desarrolla por unos preciosos parajes, razón por la cual son muy frecuentados por los montañeros campurrianos. Uno de los puntos más bonitos es el circo glaciar de Gulatrapa, que en su cabecera la erosión ha formado varias cuencas como la de Los Albarqueros, de Aviones, Cuencapepe, etc. Otro punto importante es Puente Dé, un precioso puente natural sobre el río Híjar, para continuar visitando varios pueblos de la parte alta de Campoo de Suso. Esta zona que se va a recorrer está cubierta por numerosos bosques, que encierran un rico tesoro faunístico con urogallos, lobos, ciervos, corzos, venados, gatos monteses, jabalíes, armiños y en especial el oso pardo, que tiene en estos montes uno de sus últimos refugios en la cordillera Cantábrica, siendo el puerto de Somahoz el límite oriental de su hábitat en Cantabria. Aunque fuera de este circuito, pero que no queda lejos para visitarlo cuando se hace la marcha sin prisa, es interesante la visita al conjunto megalítico más alto de la región, localizado en la majada de Los Lagos (1.685 m), en la Sierra del Híjar. Fue descubierto a mediados de los noventa y se compone de tres cámaras funerarias megalíticas, denominadas “Los Lagos I, II y III”, de tres menhires (A, B, y C “menhir dama”) y dos estructuras, una de ellas circular, de grandes dimensiones, llamada Los Lagos V. Estos megalitos fueron elevados por grupos de pastores seminómadas en un lugar con una amplia visión, para ver y ser vistos.

1300 1200

Puente Dé

700

El Portillo

800

Cabaña de Gulatrapa

900

La Lijuela

1000

Las Cervalizas

1100 Mazandrero

Altitud (m)

Distancia estimada: 20,3 km, con las siguientes distancias parciales: Mazandrero a La Lijuela, 2,5 km; a la cabaña de Gulatrapa, 4,3 km; al Portillo, 2,2 km; a Puente Dé, 1,1 km; a Entrambasaguas, 3,4 km; a Riaño, 0,8 km; a Celada de los Calderones, 1,7 km; a Naveda, 0,9 km; a Ormas, 1,8 km; a Soto, 1,6 km.

Soto

1400

Ormas

1500

Naveda

Entrambasaguas

1600

Celada

Desniveles: Subida acumulada: 595 m. Bajada acumulada: 728 m.

Riaño

Datos de la Marcha

600 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 Distancia (km)

Duración previsible: 6 h. Dificultad: Fácil, aunque ligeramente larga. Recorrido Mazandrero forma uno de los mejores conjuntos arquitectónicos de la comarca campurriana. Se mantienen bastantes casonas barrocas que siguen el tipo habitual campurriano de fachadas muy cerradas con apertura de pequeños vanos ocasionalmente decorados, precedidas por amplia corraliza y portalada de ingreso. Un magnífico ejemplo se encuentra en la casona de los

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Martínez, del siglo XVII, o en las que hay en la Plaza de la Fuente, o a lo largo de la calle del Ribero. En la Plaza de los Leones se sitúa el palacio de los Obeso, construido a principios del siglo XIX, en estilo regionalista montañés. Se resalta el volumen de la torre, con característico mirador entre muros cortafuegos, que se adosa a una construcción previa, similar a las otras del pueblo.

Mazandrero: Iglesia, portalada y palacio de los Obeso. En la parte final de Mazandrero (1.095 m) se encuentra la fuente de la Carrera, que está situada en una plaza donde está la llamada, en otros tiempos, casa de los toros, porque en esta casa, que pertenece al pueblo, era donde se estabulaban los toros sementales de Mazandrero, después fue la escuela y ahora se realizan en ella las reuniones del Concejo.

Desde esta plazoleta se sale por la calle La Lijuela, cuyo nombre viene por ser donde empieza el camino de la Lijuela. La pista, nada más pasar el arroyo de la Munía, comienza la paulatina subida, bastante llevadera, por la zona de La Solana, donde un conjunto de hayas, abedules, serbales y otros árboles llegan a formar un tupido bosque. Al rato se pasa junto al cercado de La Lijuela (este nombre es el de los lugareños, en algún mapa aparece como la Aguijuela) y se entra en la canal del arroyo de la Solana, con buenas vistas sobre el barranco del río Híjar (dcha.). Antes de cruzar este regato se deja, a la izquierda, la cambera que conduce a la Cuenca Bucer. La cabecera de esta canal está formada por un terraplén y un canchal de piedra suelta. En la parte superior queda el monte Negreo, cuya mayor parte de la vegetación son abedules. A partir de aquí el trazado toma una tendencia descendente, para volver a subir después de la siguiente curva. En ésta se pasa junto a La Piluca (1.370 m), una fuente con un pequeño pilón de agua y rodeada de verde vegetación y un tejo que crece justo encima. Esta zona pertenece al Monte Milagro, un denso bosque que se extiende hasta el río. Después se da una amplia curva, a la izquierda, entre un sombrío arbolado que incluye acebos de buen porte, para entrar en la gran depresión que forma el arroyo de las Cervalizas (o Gulatrapa, según el origen de la información) y el camino se dirige hacia el SO. Ya dentro de esta canal, entre bosques y escobares, se pasa junto a otro pilón por el que suele correr con fuerza el agua de la Riega del Ángel, junto a unos acebos. En verano crecen en los taludes de la ruta sabrosas fresas silvestres y frambuesas. Tras un largo recorrido de ladera, se llega a un puente de hormigón donde se unen los arroyos que bajan de la Canal de los Albarqueros (primero a la izquierda) y de la Cuenca del Hoyo (segundo), lugares recónditos y de gran valor ecológico.

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Enseguida se llega a Gulatrapa (1.422 m), donde hay una cabaña, un bebedero y una tenada para el ganado. No es nada recomendable beber agua del pilón, ya que está contaminado por las heces de las vacas. Para coger agua lo mejor es subir a la Fuente de Gulatrapa, que está situada un poco más arriba (subiendo a la izquierda de la pista y dejando el regato a la izquierda, siguiendo el caudal de agua que baja de la fuente). En la Canal de Las Cervalizas, cerca de Gulatrapa (10 min aprox.), se puede contemplar la bonita Cascada del Oso (1.350 m), en el regato que baja de la Cuenca de Aviones, prácticamente en la unión de éste con el que viene de Los Albarqueros.

Cabaña y tenada de Gulatrapa. Canal de Las Cervalizas. Cascada del Oso.

Después de pasar Gulatrapa se entra en la zona de La Barcenilla, donde otro puente vadea el arroyo de la Cuenca de Aviones. Aquí también confluyen tres cuencas: La primera es la Cuenca de Aviones (de la que parte el arroyo más caudaloso), que se une a la Cuencapepe un poco más arriba del camino. Después de dar la curva está la tercera vaguada que ha sido formada por la riega que baja de Guarabedul. De nuevo comienza otra subida, mientras se recorre el otro lado de la Canal de las Cervalizas. A media ladera el camino vuelve a descender hasta la cabaña de El Portillo (1.466 m), desde donde se pueden contemplar unas bellas panorámicas de la Sierra de Cordel (de frente, N) y de todo Campoo de Suso.

El Portillo: Cabaña. Vistas de Pico Cordel y Peña Hiján (centro). Vista de Campoo. De seguir por la pista se llegaría a Los Lagos, donde se ha descubierto el conjunto megalítico más alto de Cantabria, descrito en la introducción. El recorrido sería el siguiente: Después de dejar atrás un bebedero y poco después un desvío secundario a la derecha, la pista zigzaguea entre abedules, serbales y acebos, para después, entre escobas, rodear la montaña y terminar en el collado de la majada de Los Lagos (1.685 m). Unos 200 m al NO, hacia la cota 1.693, se halla el único menhir pinado y por la braña se pueden reconocer las excavaciones en las cámaras mortuorias y gran cantidad de piedras de origen megalítico, como otro menhir tumbado al suroeste. Parece ser que la braña de Selviejo apareció un tercer menhir con forma fálica.

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La ruta continúa bajando desde El Portillo (N-NE) hasta la Braña del Estropezao, donde se pueden ver los restos de la cabaña del Estropezao, de la que todavía quedan los restos de la sillería rustica, comida por la vegetación pero que conserva gran parte de su estructura, un corral viejo con cierre de losas rodeado de acebales centenarios. Siguiendo la bajada por las zonas más despejadas hay que dirigirse hacia un claro más abajo y se cruzará el pequeño arroyo de Cortecías para entrar en el bosque de hayas y acebos. Es importante tomar bien la entrada en la foresta (está indicado con unos hitos), ya que a partir de este punto hay un camino que lleva directamente a Puente Dé (1.180 m) (En muchos escritos se encontrará Fuente Dé, pero es un término erróneo), que es un paso sobre el río Híjar construido sobre una gran roca que hace de puente natural. Este lugar ha perdido buena parte de su encanto por culpa de la presa, que le ha quitado bastante caudal y le ha privado de su aislamiento.

Puente Dé, detalle y sus alrededores. Camino de bajada hacia Entgrambasaguas.

Se seguirá hacia la derecha, por el camino viejo (aunque también se puede ir por la pista que sube a la presa), que discurre por encima de los cortados que dan al río, a la derecha, y numerosos bloques de piedra, que van quedando a la izquierda. En la primera curva a la izquierda, por debajo, queda el puente de Las Cervalizas, del que parte un camino que pronto se une al que se viene recorriendo. Los lados del sendero están poblados de escobas, endrinos y brezos y, a la izquierda, se pasa cerca de robles sueltos, algunos de ellos de buen tamaño. Pronto se llega a la minicentral eléctrica de Zamuñón, que está cubierta de tierra y vegetación, para evitar el impacto visual. Por la izquierda se ve la tubería de bajada del agua. Al otro lado del río queda el hayedo del Monte Carrascal, hasta llegar a la Peña Racanil, que cae en vertical sobre el Híjar y sobre una oscura canal lateral; después sigue otro tupido bosque, el Monte Milagro, espectacular en otoño, cuando mezcla los colores de hayas, abedules, acebos, sauces y otros. A partir de aquí el camino continúa cerca de la margen izquierda del río, que se desliza formando abundantes pozos y torrenteras. Pronto se llega a la zona de La Angostura (1.030 m), donde se deja a la derecha un puente sobre el río del cual parte un camino a Mazandrero. Unos metros más allá se pasa junto al viejo molino de la Angostura, una casuca cercada, entre chopos, álamos temblones y fresnos. Aquí el camino se separa del río para entrar en el pueblo de Entrambasaguas (1.040 m), al que se accede por una estrecha callejuela entre dos tapias. Es conveniente callejear un poco por el pueblo, para salir después por la calle que deja la iglesia a la izquierda. 4


Entrambasaguas es uno de los cinco pueblos que forman La Joyanca, la parte más occidental del valle de Campoo, en la que se acusan las características del paisaje de montaña, al encontrarse muy próximas las sierras del Híjar y del Cordel. El caserío de Entrambasaguas se concentra más que en ningún otro pueblo de Campoo de Suso, formando un vistoso conjunto de arquitectura rural. Merecen la atención algunas casas que siguen el tipo de casona campurriana de época barroca, de muros sólidos y concentración decorativa en el molduraje de los alféizares de las ventanas, en los arcos de las portadas y por supuesto en los escudos. Los mejores ejemplos se encuentran en torno a la plaza de la Iglesia y las calles de la Lama y de las Lindes, destacando la Casa de la Torre, propiedad del obispado, que a pesar de su fecha relativamente reciente (1879) repite el esquema tipológico habitual en la zona. La Iglesia parroquial tiene advocación a San Andrés, siendo un edificio de dos naves con torre a los pies, que posiblemente se comenzó a construir a finales del siglo XVI, ampliándose en el XVIII. El Interior alberga dos retablos renacentistas muy populares. El del lado del evangelio es muy sencillo y se encuentra en parte desvirtuado por un mal repinte. Conserva dos tablas manieristas y un grupo escultórico de la Virgen con Niño y Santa Ana, algo posterior. Mejor es el de la epístola, dedicado a San Andrés, que presenta entramado plateresco con profusión de dorados, en el que destacan los relieves con temas de la vida de Cristo.

Enseguida se llega a Riaño (1.000 m), por el camino que pasa por encima del camping, para continuar a la derecha por el que baja al río y pasa por el llamado puente romano. En Riaño existen poco más de media docena de edificios construidos con un destino turístico y hostelero. Sin embargo es muy famoso un antiguo puente sobre el Híjar que popularmente se considera romano, aunque sea en realidad una obra del siglo XVI o incluso posterior. Consta de un solo tramo con ojo semicircular de sillería de 12 metros de luz y una altura de 6 metros. En 2002 fue declarado Bien de Interés Local. Tiene las mismas características que otro de proporciones más pequeñas que atraviesa el río Guares a poca distancia de éste.

Después de pasar el puente se llega a la carretera de Mazandrero, que se atravesará para seguir de frente por el camino que, flanqueado de árboles y entre campos, en 1,5 km llega a Celada de los Calderones, justo a la altura de la ermita de la Virgen de las Nieves. Este pueblo no tiene gran cosa que reseñar, salvo una casona con torre y otras con escudos. Su iglesia parroquial aloja retablos del XVII. No es necesario entrar en Celada, siguiendo de frente por la polvorienta pista enseguida se llega al barrio alto de Naveda (950 m), donde se cambia perpendicularmente de rumbo (N, izda.). En esta zona predominan lujosos chalés y en el núcleo urbano se pueden admirar bellas casas construidas en piedra, algunas con escudos. En la plaza hay un magnífico crucero, decorado con imágenes alusivas al Purgatorio y la Pasión.

Después de salir de Naveda se atraviesa un puente e inmediatamente se toma el camino de Ormas (dcha.). Al alcanzar la carretera se cruza para continuar por el sendero que se traía, justo a la derecha de donde comienza la carretera que sube a Proaño. Es una pista con suelo bastante herboso, que sube suavemente por la ladera O de La Lastra (981 m) hasta llegar a Ormas (960 m), donde lo más reseñable es su Casa de Concejo, que exhibe un buen escudo, junto a la iglesia parroquial, del XVI. El último edificio que se encuentra es una casona con portalada y escudo heráldico.

Se sale del pueblo por la carretera de Espinilla, que se deja enseguida para tomar una clara pista a la izquierda (NE) (justo en la primera curva) por la que se avanza, dejando algún que otro ramal también a la izquierda, para llegar a Soto por la plaza de San Martín, donde está la iglesia 5


parroquial, construida en el siglo XVII bajo la advocación de San Martín. En su portada se puede ver un interesante relieve del santo. Seguidamente se alcanzará la carretera de Palombera y se llegará al Parador. Soto (962 m) tiene muchas casonas y algún que otro palacio, con escudos heráldicos en sus fachadas. Es cuna de prohombres, como los de la casa de los Celis, que demostraron su hidalguía en 1.554. También nació aquí el religioso Adolfo Federico Pérez Muñoz (1864–1945). Soto fue cruce de calzadas romanas, pues por él pasaban: la que desde Aradillos se dirigía a la zona del Nansa (Este - Oeste) y la que desde Brañosera, por el Collado de Somahoz iba hacia Bárcena Mayor (Norte – Sur).

Javier Tezanos 09-09-2009 Literatura consultada para texto y fotos 1. Las Montañas del Valle de Campoo. A pie y en bici (Ramón García y Chelo Hospital). 2. Foros de Internet. 3. Página web del Ayuntamiento de la Hermandad de Campoo (http://www.campoodesuso.com/).

6

de

Suso


Cabaテアa de Gulatrapa

Cascada del Oso

El Portillo

Riega del テ]gel

Puente de las Cervalizas

Monte Negreo

La Lijuela

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Puerto de Palombera – Venta de Tajahierro – Campanario - Soto La marcha de hoy se adentra en la Reserva Nacional de Saja. Este espacio protegido se creó en el año 1.948, momento desde el cual ha sido ampliado en sucesivos decretos. El parque natural, que está situado en la zona occidental de Cantabria, ocupa una extensión de 180.000 ha (un tercio del total de la Región). Su riqueza medioambiental es enorme, ya que cuenta con numerosas especies vegetales, que cubren su superficie cuasi selvática, como los bosques de hayas, robles, abedulares, acebales, tejedos y fresnedas y los montes de pastizales con extensas manchas arbustivas: helechales, argomales, avellanedas y endrinales. Los límites de la reserva nacional de Saja están definidos por: el macizo de los Picos de Europa al suroeste, con altitudes que oscilan entre los 2.000 y los 2.500 metros. Las sierras Albas, Peña Labra, e Híjar forman por el E la frontera con Palencia; las Sierras Isar y Peña Sagra bordean el parque por el noroeste. Desde la sierra de Isar surge una nueva cadena montañosa en dirección N-S que separa las aguas del Saja y el Nansa, ríos que junto al Deva y el Besaya riegan la reserva. El valle del Besaya ha sido siempre la principal vía de comunicación entre las tierras litorales y la meseta castellana. Los restos de calzadas romanas hallados en este valle corresponden a la vía más importante que el imperio construyó en Cantabria. Este territorio es muy accidentado estando surcado por grandes vaguadas y vallejas, bellas quebradas, cortaduras, hondonadas, simas y torcas. También, con airosos cuetos, oteros, colinas, collados y cumbres, que se encuentran bañadas por infinidad de ríos, arroyos y torrentes, así como regadas por las lluvias torrenciales y humedecidas por las frecuentes nieblas. El sol se filtra entre la espesa capa de vegetación y produce unos efectos luminosos de gran belleza, creando unos matices de gran colorido. Entre las especies animales, que han encontrado un lugar ideal en este paraíso natural, destacan los urogallos, corzos, jabalíes, venados y algunos rebecos. Entre los grandes depredadores cabe destacar a los lobos y unos pocos osos. Otros pequeños animales que se pueden avistar en la zona son: jinetas, martas, garduñas, comadrejas, tejones, gatos monteses, nutrias, búhos, lechuzas y cárabos, que viven en el parque sin que nadie altere su tranquilidad. Una parte de la Reserva del Saja está ocupada por La Mancomunidad de Campoo-Cabuérniga que está regida por unos estatutos muy antiguos. Está formada por los Ayuntamientos de la Hermandad de Campoo de Suso, Cabuérniga, Ruente y Los Tojos, que comparten los Puertos de Sejos para el uso y aprovechamiento de pastos. La elaboración de Ordenanzas dedicadas a regular los aprovechamientos de pastos entre los valles de Campóo de Suso y Cabuérniga datan del año 1.497. La finalidad de dichas Ordenanzas era evitar los conflictos surgidos entre concejos y particulares. El uso de pastos está establecido para los ganaderos de Campoo de Suso desde el 15 de abril hasta el 15 de junio y para los de Cabuérniga desde el 16 de junio hasta el 29 de setiembre (San Miguel) fecha en que se bajan a la vez todas las vacas a los establos, se trata de la tradicional “pasá”. Antiguamente cada pueblo contrataba un vaquero al que ayudaba un muchacho del pueblo 16-18 años al que se denominaba Sarruján. Hoy en día se han cercado los puertos con alambre para que el ganado pueda estar libre y sin pastor. Además las pistas y los vehículos todo-terreno facilitan el 1


acceso, de manera que los dueños ya no necesitan, dormir en las cabañas y, salvo que algún animal esté enfermo, de parto o se produzcan robos, sólo suben de vez en cuando a revisar el ganado. Datos de la Marcha Desniveles: Subida acumulada: 665 m. Bajada acumulada: 960 m.

1600 1500

1100 1000 900

Campnario

1200

Cotera La Fuente

1300

Collado Rumaceo

1400

Tajahierro

Altitud (m)

Distancia estimada: 21,5 km, con las siguientes distancias parciales: Palombera a dejar la carretera en Tajahierro, 1,3 km; al refugio de Cotera La Fuente, 8,0 km; a Campanario, 2,1 km; al Collado de Rumaceo, 3,2 km; a Soto, 6,9 km.

Soto

1700

Palombera

1800

800 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 Distancia (km)

Duración previsible: 4 a 5 h.

Dificultad: Es fácil al transitar por buenos caminos sin grandes desniveles. Recorrido Desde Palombera (1.258 m) se baja por la carretera en dirección a Saja (1,3 km), para tomar a la izquierda una pista que discurre por la ladera N del Alto de la Pedraja (1.494 m). Al comienzo de este camino se ve la Venta de Tajahierro justo por debajo, junto a la carretera que se ha dejado. La pista comienza ascendiendo (NO), pero al llegar a un collado (1.267 m) se gira a dirección O y enseguida se encontrará un camino carretero (por la izquierda), que baja de Cotera Mayor y la pendiente disminuye. Más adelante la pista se une a otra que también viene de Cotera Mayor. En ese momento el camino gira al N, a la vez que la pendiente se hace muy ligera. Los terrenos que se ven por debajo pertenecen a la Braña de Gustandrán.

La venta de Tajahierro desde el comienzo de la pista. Comienzo de la Canal del Infierno, con el Cordel y Peña Iján al fondo. Refugio de Cotera La Fuente, con el Monte de la Canal del Infierno al fondo.

La pista toma de nuevo dirección O y da un par de curvas para vadear el barranco del Arroyo de Ocejo. Después de la segunda a la izquierda se entra en la zona de Ruberdiajo y toma dirección SO. Este punto es conocido como Entrada del Infierno. El monte que queda a la izquierda es el Cueto de Orbaneja (1.736 m) y a la derecha, por debajo, discurre el arroyo de la Canal del Infierno, que se une al Saja un poco antes de despeñarse en el Pozo del Amo y recoge las aguas bajan por las 2


vertientes de la Cuenca de los Culeros y de Llano Castrillo, que termina en la divisoria entre Pico Liguardi (1.974 m) y Pico Cordel (2.061 m). Un rato después se llega a la nueva cabaña de Cotera La Fuente (las ruinas de la vieja cabaña están un poco más arriba, en la ladera junto a la fuente), que se encuentra a la orilla del arrollo de la Canal del Infierno, antes mencionado (en esta zona también recibe el nombre de Barranco de la Cotera de la Fuente). Después de pasar el arroyo se sube por la zona de Llano Castrillo (1.585 m), quedando a la derecha la cuesta del Monte de la Canal del Infierno (1.772 m), conocida como Las Cuentas del Diablo, para llegar, por zona de limpias y casi llanas camperas, al collado de Campanario (1.564 m). Junto a éste se encuentra el alto de Campanario (1.594 m), alrededor del cual hay dos cabañas, una en la ladera S del cotero y otra al E casi cerca de la cima (1.579 m). Ésta en su Alto de Campanario día perteneció a la Electra de Viesgo, donde se quedaba el personal de Mantenimiento que se ocupaba de la línea de Alta Tensión, que en tiempos atravesaba Sejos llevando energía eléctrica desde Camarmeña a Reinosa. Ahora es propiedad de la Hermandad Campoo-Cabuérniga. En esta zona, hasta las brañas de Sejos y el Pozo del Amo, se encuentran raros y misteriosos topónimos (alguno de los cuales se han citado), tales como La Canal del Infierno, las Cuentas del Diablo, Canal del Diablo, las Justas del Diablo, Entrada del Infierno, además de los dos ríos el Diablo y el Infierno, que nadie se explica de dónde ni de qué han podido derivar, aunque se pudiera intuir que fuera por la profundidad de las gargantas, lo escarpado de las peñas, la impetuosidad de sus torrentes y, por qué no, lo infernal de su clima. El camino de vuelta se hará hasta Soto. Para ello, se baja hasta la Cabaña de Cotera La Fuente, para subir por la cuesta de Los Culeros al Collado de Rumaceo (1.701 m) (E-SE). Una vez se ha pasado a la cuenca E, conocida como la Cuenca de Proaño, se tomará el camino que baja a este pueblo, que comienza a la derecha, a pocos metros de trasponer el collado. Se trata del antiguo camino carretero, usado desde siempre para subir a estos parajes, antes de que hicieran las pistas. Después de bajar un rato se cruzará el arroyo que viene de la falda de Cueto Ropero (1.817 m), pasando a su margen derecha, que se seguirá durante un corto espacio. Más adelante el camino se bifurcará, debiéndose dejar la pista principal para tomar el ramal de la izquierda menos marcado (el camino amplio de la derecha va a Proaño) que se introduce en una gran pradera que prácticamente desciende hasta las cercanías de Soto. Un poco después, hay un cruce de pistas, donde se irá de frente a la izquierda, por el camino menos marcado que discurre por el prado, ya que el de la derecha se dirige a Ormas y el de la izquierda que sube hacia el bosque). La bajada continúa y al 3


llegar a los cercados de las fincas la pista se hace ya evidente. Se desecharĂĄn todos los caminos que salen a ambos lados y tras pasar junto a la pequeĂąa loma de La Horca (1.037 m) (derecha), se entrarĂĄ a Soto (965 m) junto a la iglesia. Javier Tezanos 10-06-2010 Literatura consultada para texto y fotos 1. http://conoceyamalasmontanasdecantabria.blogspot.com/.

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5


Palombera – Tambuey – Colsa - Saja Una de las sierras de la parte alta de Cabuérniga es el cordal de Tambuey, cuyas cumbres más representativas son: Los Trillos (1.183 m), Tambuey (1.252 m), Sobrecomillas (1.272 m), Campucas (1.217 m). Estas cimas separan la cuenca del naciente río Saja de la de su principal afluente, el Argoza, y por ellas discurre la divisoria entre la Mancomunidad de Campoo-Cabuérniga y el municipio de Los Tojos. Se trata de una zona de media montaña de gran belleza natural, con extensos bosques de hayas, bucólicas brañas rodeadas de acebales, y cumbres en las que no faltan algunos resaltes rocosos. El viejo camino que comunicaba los valles de Cabuérniga y Campoo recorría las cimas de este cordal. Concretamente ascendía por Los Tojos, y discurría por las alturas hasta llegar al Puerto de Palombera (1.258 m). Diversas ventas jalonaban la ruta, acogiendo a los viajeros en estos despoblados parajes: Venta Vieja, Mostajo, Tajahierro... De todas ellas sólo se conserva la última, un antiguo y solitario caserón que hay cerca del Puerto de Palombera, junto a la carretera. En algunos puntos también pueden verse todavía restos del empedrado del viejo camino, que según algunas fuentes pudiera ser romano. Hay diversos testimonios históricos sobre esta ruta, destacando su utilización a comienzos del siglo XVI por el emperador Carlos V, que después de desembarcar en la costa asturiana siguió este camino para acceder a Castilla (después de la “pulgada” que cogió en la noche que pasó en Los Tojos). La construcción de la carretera actual de Saja, a finales del siglo XIX, condenó al camino viejo y a sus ventas a la ruina, salvándose sólo la de Tajahierro por quedar al borde de la carretera. La marcha que se describe es una interesante travesía de gran comodidad al tomarse en sentido descendente, partiendo desde el alto de Palombera. Se llegará a Colsa, para ir por la bonita bajada que lleva al pueblo de Saja, en la carretera que sube a este Puerto.

Colsa

1200 1100 1000 900

500

Tambuey

600

Ozcaba

700

Venta Vieja

800 Alto de Palombera

Altitud (m)

Distancia estimada: 18,4 km, con las siguientes distancias parciales: Palombera a Ozcaba, 5,2 km; a Tambuey, 2,8 km; a Venta Vieja, 2,1 km; a Colsa, 5,8 km; a Saja, 2,5 km.

1300

Saja

1400

Desniveles: Subida acumulada: 410 m. Bajada acumulada: 1.218 m.

Peña Colsa

Datos de la Marcha

400 0

1

2

3

4

5

6

Duración previsible: 5 a 6 h.

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8

9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19

Distancia (km)

Dificultad: Fácil al transitar por caminos sin grandes desniveles Recorrido El punto de partida es el Puerto de Palombera (1.258 m), desde aquí hay que bajar a Ozcaba, para lo cual el camino más rápido y fácil es la carretera. Sin embargo, esto no suele gustar a los 1


montañeros, por lo que se describirá otro sendero alternativo, que no es recomendable si no se tiene buen sentido de la orientación. Desde el alto de Palombera hasta la venta de Tajahierro, por la izquierda, había un camino carretero, pero ya está muy cerrado de escobas por estar en desuso. En este punto, cruza la carretera y luego, ya bastante marcado y sin maleza, va por la derecha de la carretera llegando a Ozcaba (hay que pasar alguna alambrada). Esta segunda parte desde Tajahierro a Ozcaba se puede tomar si se baja por la carretera. Este camino fue muy transitado por los cabuérnigos que iban a castilla con la “garauja” a vender o hacer trueque. La garauja era nombre que se le daba a los palos de avellano y a los aperos de labranza (hechos con este material), que usaban en castilla para manipular el cereal. Las gentes de Cabuérniga hacían estas herramientas durante los meses de invierno. En la primavera y verano, lo cargaban en sus carros y partían puerto arriba juntándose unos cuantos del pueblo o parientes para hacer una pequeña caravana y poder ayudarse unos a otros, especialmente en caso de ser atacados. Antes de llegar a la venta de Tajahierro el camino pasaba entre dos grandes peñascos y se dio algún caso anecdótico que al fabricar los carros no tuvieron en cuenta este hecho y al llegar a este punto la anchura de las ruedas era mayor que el espacio entre las peñas, con lo que tuvieron que dar la vuelta por Torrelavega y subir por la cuenca del Besaya a Reinosa.

El camino sin pisar asfalto se toma desde Palombera a la derecha (NE). Es más dificultoso, porque en algunos puntos no se aprecia la senda. Al principio se desciende entre brañas y monte bajo, dejando una serie de pequeñas lomas a la izquierda, para seguir por un zigzag que sitúa el camino en el frente de las vertientes, internándose por un momento en un bosque y llegar a una colladina (956 m). La vegetación que se encuentra comienza con avellanos, cerca del puerto, para ser prácticamente hayas dentro del bosque, en las que se intercalan algunos acebos, servales y mostajos. A la derecha, en la profunda vaguada, corre el río Queriendo. En la colladina, el camino tuerce bruscamente a la izquierda disminuyendo drásticamente su pendiente, quedando llano en algunos tramos. Enseguida se vuelve a entrar en el bosque y se llega a un regato, afluente del río Queriendo, que hay que cruzar, para comenzar una subida por la ladera contigua. En esta zona el camino está muy poco marcado y hay que adivinarlo. Al principio la pendiente es fuerte, pero al llegar a un rellano el camino tuerce al NE y su pendiente disminuye. Se sale del bosque y al llegar a la confluencia de vaguadas se comienza a bajar hacia una pista que se ve al fondo. Esta pista asciende suavemente y al poco de tomarla se pasa junto a un refugio para el ganado, llegándose enseguida a la pista que va de Ozcaba a Bárcena Mayor por la Venta del Mobejo y la ermita del Carmen. Aquí se tomará el ramal izquierdo y 500 m después se llegará a la Cabaña de Ozcaba (1.066 m), donde la pista se bifurca. En Ozcaba se dice que había un convento Templario, que cuidaba de la paz interior y de la seguridad de los que por allí pasaban. Se tomará el ramal de la derecha que es una pista con ligera ascensión y parte junto a un cerrado para marcar el ganado. Enseguida se llega a una bifurcación, donde se tomará el camino menos marcado a la derecha que lleva a las alturas del cordal de Tambuey por la vertiente del río Cambillas. A la izquierda se llegaría a la carretera, cerca de Saja, pasando por las Brañas de Espinas y Callaceo.

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Pronto se llega a un collado (1.153 m), situado entre el alto de Los Trillos (1.183 m) (al SE) y el Tambuey (1.252 m) (al N). En este momento se puede optar por seguir por la pista o cumbrear. En este caso, se continúa subiendo por el cordal hasta alcanzar el alto de Tambuey. Desde esta altura se ve, al E por debajo, la Braña Espinas y el inmenso hayedo del monte Saja y, como telón de fondo, las cumbres de los montes de Campoo, La Concilla y las sierras de Peña Labra y Peña Sagra. En dirección NE parte un pequeño cordal, cuya primera cumbre es el Alto de los Cabreros (1.241 m) y un poco más allá Mediajo Buelna (1.240 m). La bajada se hace por la loma NO hasta encontrar la pista.

Cima del Pico Tambuey y Braña Espinas y Monte Saja desde su cumbre. (http://www.mendikat.net/)

El camino discurre por la divisoria de los dos cauces, pasando, en los collados de las siguientes lomas, de la vertiente del Saja a la del río Argoza, para después volver a la primera. A continuación, se baja por la marcada loma divisoria, pasando junto al lugar que ocupó la venta del Mostajo, para llegar al collado de Venta Vieja (1.162 m), donde el antiguo refugio ha sido sustituido por una chabola de cemento, maciza y en buen estado de conservación, con una chimenea en su interior, aunque no hay ni agua ni leña en los alrededores. Desde aquí se sigue por una pista que baja hacia el NO, por la vertiente de Los Tojos, dejando el monte Sobrecomillas (1.272 m), a la izquierda, que es el monte más alto del cordal y está coronado por un vértice geodésico. Aunque no es necesario, se puede subir a este alto, para bajar (NE) después a la pista por un camino.

Pico Tambuey y Venta Vieja desde el pico Sobrecomillas. Cumbre de éste. Venta Vieja y Sobrecomillas desde la bajada de Tambuey. (http://www.mendikat.net/)

En algún punto de la pista se pueden observar los restos del empedrado de la antigua calzada, cuyo trazado seguía aproximadamente el actual. Durante un estudio, con objeto de analizar el impacto medioambiental provocado por la instalación de un repetidor, se descubrió un tramo de 2.700 m de 3


trazado la calzada bien conservado (los últimos 700 bastante perdidos), en ocasiones con piso de lajas de piedra de tamaño y forma desigual. Siguiendo la pista se llega a unas amplias revueltas, en las que se puede atajar, donde se encuentra una bifurcación en la que hay que seguir a la derecha. Sin embargo, de subir por la pista de la izquierda, se llegaría al mirador de La Ventanilla (897 m), que queda justo sobre el pueblo de Saja, después de bordear El Cueto (965 m) (un monte con una antena). Enseguida se llega a un punto desde el que el pueblo de Los Tojos (635 m) queda a los pies (N). La pista sin embargo lleva hasta la vecina aldea de Colsa (727), la más alta de Cabuérniga. Es una pequeña población, en la actualidad está casi deshabitada, caracterizada por casas de tipología típicamente cántabra de dos plantas con solana (algunas de ellas en estado de total abandono, si bien otras han sido restauradas). Como construcciones de peculiar interés cabe destacar su fuente (posiblemente de los siglos VII u VIII) y la deteriorada iglesia (s. XVIII), en el camino viejo de Saja, que es un templo de una nave, que en su día custodiaba un tabernáculo ochavado fechado hacia 1640 (en la actualidad en el Museo Diocesano de Santillana del Mar). En una capilla conserva dos escudos de la familia de los Ríos, uno de ellos fecha la obra en el año 1702.

Los Tojos desde la bajada de Venta Vieja. Colsa y el monte Tamaredo nevado. Saja, casas en hilera.

Se continúa por el camino de La Varga, que tradicionalmente unía los pueblos de Colsa y Saja, que se toma a la salida del pueblo (O), por el mismo sitio de la llegada desde Venta Vieja. Está balizado con marcas rojas y blancas, ya que forma parte del Sendero GR de la Reserva de Saja. Al llegar al paso a la vertiente del Saja, es conveniente asomarse al balcón natural que domina El Tojo y el río Saja, presidido desde la derecha por la escarpada Peña Colsa (692). El camino desciende por la izquierda hacia el valle, y muy pronto se llega a un sencillo humilladero “El Santuco”, donde se ve una Virgen con las manos extendidas. La bajada continúa a través de una zona boscosa, con tramos del camino que aún conservan el viejo empedrado, para terminar un rato después en el pueblo de Saja (428), donde el único edificio destacable es el sencillo templo de Santa Águeda, de una nave (s XVII), que ha perdido la cubierta original y ocupa el techo una armadura de madera. Recorrido alternativo Otra opción para terminar en Saja consiste en seguir la marcada pista que lleva a la Braña Espinas, después de lo cual pasa por la zona de Collaceo para, después de dar mil y un zigzags, descender hasta el río Cambillas y continuar río abajo hasta salir a la carretera casi 3 km más arriba de Saja. Toda esta bajada discurre por parajes forestales de gran belleza, y es tan recomendable como la ruta descrita. 4


Literatura consultada para texto y fotos

Javier Tezanos 11-12-2009

1. Rutas por las Monta帽as de Cantabria (Fernando Obreg贸n Goyarrola) 2. http://www.mendikat.net/

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Reinosa - Cueto Ropero Cueto Ropero (1.492 m) (o El Ropero, como comúnmente se llama en Campoo) es un monte situado en el límite S de la Reserva del Saja, perteneciente a la estribación E de la Sierra del Cordel. Aunque de moderada altitud tiene una vistas magníficas, lo que unido a que está situado justo encima de Reinosa, hace que sea un monte muy visitado por los montañeros de la zona. La marcha es sencilla, ya que se camina prácticamente todo el tiempo por pistas, por lo que constituye un agradable paseo en el que dejando el coche en Reinosa se vuelve al punto de partida después de una agradable mañana de respirar el aire puro de Campoo y disfrutar de su paisajes.

Fresno del Río

800

Fontecha

1000

Cueto Ropero

Portillo de Cepelludo

Cruces de Camino

1200

La Miña

Reinosa

Distancia estimada: 18,8 km, con las siguientes distancias parciales: Reinosa a la Campa de Santa Ana, 1,3 km; a La Miña, 1,9 km; a la Cruz de Camino, 2,5 km; al Portillo de Cepelludo, 2,1 km; a Cueto Ropero, 2,5 km; a Fontecha, 3,9 km; a Fresno, 2,2 km; a Reinosa, 2,4 km.

Altitud (m)

1400

Campa de Santa Ana

1600

Reinosa

Desniveles: Subida acumulada: 398 m. Bajada acumulada: 398 m.

Ermita de Santa Ana

Datos de la Marcha

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Distancia (km)

Duración previsible: 5 h. Dificultad: Fácil al transitar por terrenos limpios, con predominio de las pistas, y sin desniveles excesivamente fuertes. Recorrido Saliendo de Reinosa (el punto elegido es la Plaza de los Herrerucos, en la parte inferior de la calle Ronda) (852 m) se sigue la carretera hacia Alto Campoo, pero nada más pasar las Escuelas se toma el camino (derecha) que pasa entre éstas y el campo de fútbol. Un rato después de atravesar la circunvalación se alcanza a la campa de Santa Ana. Nada más llegar se gira a la izquierda (NO) por un camino, que se nota a tramos en el herboso suelo, hasta llegar al final de la pradera, donde se dejará el camino carretero para pasar una portilla (883 m) que queda a justo a la derecha, y entrar en un prado, donde el camino comienza un suave descenso. La senda que se sigue está bien marcada. En la parte más baja (878 m) se cruza un arroyo (seco en verano) que nace en el cercano pueblo de Fresno del Río (que queda a la derecha). Después se pasarán sucesivas alambradas, por los pasos que hay en ellas, desechando un camino a la izquierda y siguiendo de frente en un cruce, ya cerca de la Miña. Nada más pasar la primera casa de la Miña (917 m) se toma la carretera de acceso a ésta (hacia la izquierda, O) para bajar hasta la carretera de Camino, donde se irá a la derecha y se cruzará el 1


puente sobre el arroyo de Las Cabezadas, comenzando una subida. Después de 200 m se dejará la carretera para tomar un camino que baja a la izquierda y tras cruzar el arroyo de la Gorgolla, que viene de Camino, comienza otra nueva subida. Enseguida se encuentra un cruce, donde se tomará el camino de la derecha, que asciende por el fondo de un barranco. Enseguida se encontrará una desviación a la derecha, que se desechará para seguir de frente y entrar en la zona de mayor pendiente de este tramo. Al llegar al alto (1.076 m) se ignorará un camino a la izquierda, que va a Fontibre, para seguir de frente y llegar a un cruce de caminos denominado la Cruz de Camino (1.092 m). La pista de la izquierda lleva a Argüeso y la de la derecha a Camino, por lo que se continuará de frente, comenzando una subida (con algunos tramos de cierta dureza) denominada La Morcillona. A medio camino del alto hay una zona de antiguas excavaciones para extraer piedra. La campa que queda a la izquierda se denomina Braña Canil y el bosque que queda más abajo es el Monte Horneo. A la derecha de la pista queda el Cueto de Camino (1.371 m) y la ladera que baja de él es La Tablá. Un poco más adelante se pasa una portilla metálica, por debajo de la cual queda Valleja Ciega y por la parte superior se encuentra Piedra Carnicera. Después de un pronunciado zigzag se llega al alto, un amplio collado denominado Portillo de Cepelludo (1.323 m) (no hay unanimidad en esta denominación, pero puede ser el resumen de los pareceres de los consultados). A la izquierda (O) quedan los altos de Los Coterucos (1.355 m) y a la derecha los altos de Cepelludo (1.404 m). De frente se contempla la bella hondonada de Fuentes con su gran pradera, denominada el Prao y el monte El Matorral a media ladera.

Argüeso y Poblado Cántabro desde la subida de la Morcillona. Cumbre de Cueto Ropero con las montañas del Valle de Campoo (http://www.mendikat.net/).

Siguiendo por el ramal de la derecha, dejando los altos de Cepelludo a la derecha y la braña de Pidruecos a la izquierda, se llegará a otro collado (1.388 m) donde se encontrará una desviación a la derecha, que baja a Camino, por lo que se tomará la que sigue de frente que sube por la falda O de Cueto Ropero. Este camino continúa hacia Hito Cabrero y Peña Enhiesta, así que ya casi en lo alto se dejará para seguir (E) hasta la cumbre de Cueto Ropero (1.492 m), donde hay un vértice geodésico y se pueden disfrutar de una hermosísima panorámica. Al NO, abajo, las feraces praderías de Fuentes y, por encima de ellas, el alto de Abedules, en primer lugar, más allá La Concilla y Peña Sagra y más al fondo los Picos de Europa. Al O las sierras del Cordel (Isar) y la del Cuchillón

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(Híjar), más al SO. Al S está Reinosa y el pantano del Ebro. Al N el valle de Cabuérniga, el Pico Ibio y la ciudad de Santander y al NE el pico Jano y las montañas pasiegas. La bajada se realizará por el pernal SE hasta el Collado de Fontecha (1.393 m), donde se enlaza con la pista que viene del Sel del Maestro (o se tira más a derecho por un camino que pasando por el Escobal de Corco enlaza con esta pista en la curva inferior de un zigzag, a la altura de 1.320 m). A continuación se atraviesa el Escobal de Brañaluco. Más abajo se camina junto al Prao Fontecha (1.290 m), un cercado a la izquierda del camino en el primer rellano. El otero rematado por un cinturón de rocas, donde quedan las ruinas de un antiguo refugio para el ganado, se denomina Miral del Pozo. Desde este punto ya se inicia la bajada más pronunciada hasta Fontecha. Aquí la pista da un amplio giro a la derecha para meterse en la Valleja de Fontecha. La primera parte de este tramo discurre por La Escobaleta, para bajar a la Hoya del Dosal, que es la parte más profunda de la valleja. Finamente se llega a Fontecha (1.041 m) pasando junto a su iglesia parroquial, del siglo XVI con un retablo del siglo XVIII. Al llegar a la plazoleta que hay al final de la carretera se seguirá de frente por un camino que comienza entre las dos casas que quedan enfrente (el restaurante se deja a la derecha) y que discurre entre árboles, por la zona de los Vaducos, hasta dar a la carretera (justo enfrente de un prado con una casa de nueva construcción). Se seguirá a la derecha, pasando junto a la Cantera de Fresno y alcanzando enseguida Fresno del Río (910 m), con su iglesia de San José, del siglo XVIII. Al llegar a la curva de la carretera, junto a las últimas casas del pueblo, se toma un camino a la derecha, que pasa junto a una casa con explotación agrícola. Nada más pasar ésta se deja el camino para girar a la derecha y pasar junto a una nave (que queda a la derecha) y seguir de frente por un camino rodeado de árboles que desemboca junto a la ermita de Santa Ana (888 m), de los siglos XII-XIII. Ya sólo resta seguir de frente para conectar con el camino de subida, en el punto más bajo de la campa, y llegar al lugar de partida. Javier Tezanos 16-10-2009 Literatura consultada para texto y fotos 1. http://www.mendikat.net/

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El Cable – Pico La Padiorna – Vegas de Liordes – Peña Remoña – Fuente Dé Las Peñas de Cifuentes, que cierran por el SO el Macizo Central de los Picos de Europa, deben su nombre a los manantiales (cien fuentes) de esta vertiente que nutren el regato de Urdías, afluente del río Arenal que vierte sus aguas al Cares. Estas cumbres están separadas por brechas o collados, por lo que se pueden catalogar en tres grupos (de O a E): El de la Torre del Friero (2.443 m), separada mediante la canal y el collado de La Chavida (2.207 m) de La Torre del Hoyochico (2.369 m), la Torre del Hoyo de Liordes (2.477 m), la Torre de Salinas (2247 m), que a su vez están espaciados por la canal de Pedabejo y el Alto de La Canal (2.035 m) del conjunto de Remoña compuesto por Tiro Pedabejo (2.189 m), Peña Regaliz (2.196 m) (divisoria cántabro–leonesa), Torre Alcacero (2.219 m) y Peña Remoña (2.239 m). Estas dos últimas pertenecen a Cantabria y el resto a León. Estas Peñas de Cifuentes están separadas del Llambrión y del murallón que culmina en el Pico de La Padiorna, al NE por la Canal de Asotín y al N por la Vega de Liordes y la Canal del Embudo, por la que discurren los Tornos de Liordes. En lo que respecta a la Padiorna, es una de las montañas más conocidas del macizo central de los Picos de Europa, ya que disfruta de una excepcional vista sobre la Vega de Liordes y un acceso muy sencillo motivado por la proximidad del teleférico de Fuente Dé. Se trata además de una cima carente de dificultades técnicas por lo que se puede ganar sin excesivos problemas en cualquier época del año. La Vega de Liordes es un valle colgado procedente de la erosión glaciar, que al retirarse el hielo, formó un lago, que fue dejando sedimentos, sobre los cuales se han nacido estas magníficas camperas. Datos de la Marcha

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Distancia (km)

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Collado de Liordes

Peña Remoña

Vega de Liordes

La Padiorna

Hoyo Oscuro

Colladina de las Nieves

Tornos de Liordes

2400 2300 2200 2100 2000 1900 1800 1700 1600 1500 1400 1300 1200 1100 1000

El Cable

Distancia estimada: 12,9 km, con las siguientes distancias parciales: El Cable Hoyo Oscuro, 3,3 km; a la Colladina de las Nieves, 0,5 km; al Pico de La Padiorna, 0,2 km; a la Vega de Liordes, 2,2 km; al Collado de Liordes, 0,7 km; a Peña Remoña y vuelta al collado, 2,2 km; a Fuente Dé, 3,8 km.

Altitud (m)

Desniveles: Subida acumulada: 914 m. Bajada acumulada: 1.684 m.

Fuente Dé

Marcha A:

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Duración previsible: 6 a 7 h. Dificultad: Dura, por la subida y bajada a Peña Remoña, con terreno muy abrupto de fuertes desniveles y dificultad de encontrar los pasos adecuados. Marcha B: Desniveles: Subida acumulada: 582 m. Bajada acumulada: 1.352 m. Distancia estimada: 10,7 km. Duración previsible: 4 a 5 h. Dificultad: Mediana. La subida a La Padiorna es relativamente sencilla, aunque se puede perder el camino en algún momento, el mayor inconveniente es la bajada de los Tornos de Liordes. Recorrido Desde El Cable (1.850 m), la estación superior del teleférico, se sigue la transitada pista que va hacia Áliva para desviarse por una salida, a la izquierda, justo en la gran curva a la derecha (1.893 m) anterior a la Horcadina de Covarrobres, que desciende hacia los Hoyos de Lloroza por una senda que se dirige decididamente al O y que sube por la ladera izquierda de la Canal de San Luis. En esta parte más baja se encuentra (izquierda) la conexión con la Canal de la Jenduda. A partir de este punto comienza la subida, con pendiente no muy fuerte, por un camino pedregoso. Después de un rato, el sendero llega a unas cavidades procedentes de las antiguas minas, con la Torre de Altaiz (2.335 m) a la derecha, se encuentra una bifurcación. Si bien cualquiera de las dos opciones permite llegar a la cima, la ruta más clara discurre por la derecha siguiendo la canal hasta llegar al Hoyo Oscuro. En este momento se sigue por la izquierda (S-SO), sin entrar en el hoyo, y sube por un contrafuerte rocoso (seguir los hitos en los pasos de roca firme) hasta alcanzar la colladina de las Nieves (2.251 m), un collado llano que alberga un pastizal frecuentado por los rebecos en las primeras horas de la mañana. Desde la colladina un sendero conduce (SE) sin ningún problema a la cumbre del Pico de La Padiorna (2.314 m), donde hay un pequeño mojón. Las vistas desde la cumbre son excepcionales: al NO el Llambrión (2.642 m) y Torre Blanca (2.609 m). Al N en primer término, la Torre del Hoyo Oscuro (2.429 m) Pico San Carlos (2.392 m) y Torre Altáiz (2.335 m). Al NE Peña Vieja (2.614 m). Al E el Valle de Liebana y Fuente Dé. De SO a S todas las cumbres de Cifuentes (citadas en el preámbulo) y justo debajo (NO) del gran farallón que tiene La Padiorna en esta vertiente se encuentra la Vega de Liordes. Al O se puede ver Peña Santa (2.596 m). La bajada se hace por el mismo camino hasta la Colladina de las Nieves, pero nada más llegar a ella se toma un camino (O) (seguir los hitos), que discurre por el borde del farallón que cae a la Vega de Liordes, hasta encontrar el camino (más marcado) que viene de Collado Jermoso. En este punto, se tomará el ramal de la izquierda, que se mete en una grieta y cómodamente baja hasta la parte superior (NE) de la pradera. 2


Se sigue el marcado camino, sin bajar al fondo de la Vega, hasta llegar cerca del collado de Liordes, donde se encuentra una bifurcación. Si se quiere ir a Peña Remoña, habrá que tomar el de la derecha y si sólo se quiere ir a Fuente Dé por el de la izquierda (este recorrido se describirá más adelante).

Vistas desde La Padiorna: al SO, Vegas de Liordes, Torre de Salinas, Torre del Hoyo de Liordes y Torre del Friero. Al NO, la zona del Llambrión. Al O Peña Santa (la traza muestra el camino que lleva a Vega de Liordes). La última foto es un detalle de la anterior con el Llagu Bajero, la Canal de Asotín y Peña Santa al fondo.

Para ascender a Peña Remoña se toma el camino de la derecha (como se ha dicho) y se cruza en diagonal para tomar una canal oblicua, que arranca en la base de Peña Remoña y permite alcanzar la cumbre sin demasiadas complicaciones (seguir los hitos). En su inicio presenta una pequeña trepada (I) y luego sube por terreno más sencillo, rocoso y herboso, hasta situarse en una brecha entre Remoña, a la izquierda, y la Torre Alcacero (2.219 m). Para ganar Remoña es preciso encaramarse a la cresta y efectuar un breve descenso a una nueva brecha (I). Desde aquí una trepada por la aérea arista, pero sin importantes dificultades (I), conduce a la cumbre oriental de Remoña (2.239 m), que está ocupada por rocas sueltas, producto de la erosión del hielo. Pueden practicarse otros itinerarios más directos que requerirán trepadas entorno al segundo grado. Las vistas que se pueden contemplar desde esta cumbre son parecidas a las de La Padiorna, siendo lo más destacado el desplome de sus farallones calizos directamente sobre los llanos de Fuente Dé.

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Se baja del pico por el mismo camino de subida, para tomar la senda que se dejó, cerca del Collado de Liordes (1.954 m), para seguir hacia éste (derecha, E) y afrontar la bajada de los Tornos de Liordes, una vertiginosa senda de 900 metros de desnivel, construida por la Canal del Embudo para bajar el mineral extraído de las minas que se explotaron en Liordes (finales del XIX y principios del XX). El camino es fácil (aunque está bastante deteriorado), pero se acaba haciendo pesado con las interminables curvas (34 tornos) que acaban en el aparcamiento de Fuente Dé (1.080 m). Javier Tezanos 25-06-2010

Peña Remoña, vista desde La Padiorna. Este pico (izquierda) y el primero desde la Vega de Liordes. Peña Remoña vista desde el Collado de Liordes.

Literatura consultada para texto y fotos 1. 2. 3. 4.

http://www.pirineos3000.com/servlet/. http://www.foropicos.net/foro/. http://www.picoseuropa.net. http://www.mendikat.net/.

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Espinama – Prao Cortés y Pico Cortés - Espinama Pico Cortés (2.371 m) es una de las montañas más conocidas del Macizo Oriental de Picos de Europa o de Ándara. Esta cumbre forma, junto con Prao Cortés (2.288) y el Jiso (2.178), un destacado cordal que cierra al SO el Macizo Oriental. Hacia el SE, en la vertiente de Camaleño, estos tres vértices muestran un perfil abrupto e inaccesible, sin embargo, las laderas que miran al valle de Duje y a los puertos de Áliva tienen los desniveles más llevaderos, aunque nada fáciles. Por ello, esta vertiente es la que tiene las vías de acceso habituales. Este cordal comienza en el collado de la Cámara (1.698 m), un portillo herboso que lo separa las Cumbres de Avenas. Desde este paso, la cresta se convierte rápidamente en una arista sobre la que descansan varias cumbres reseñables: Los picos de Cámara (2.112 m), Pico Pozán (2.184 m) (más conocido como El Jiso), Prao Cortés (2.286 m) y Pico Cortés (2.371 m), para finalmente alcanzar la Morra de Lechugales (2.441 m), y sus estribaciones, la Pica del Jierru (2.425 m) y la Silla de Caballo Cimero (2.434 m). La cima de Pico Cortés, como muchas otras, está coronada por un vértice geodésico, que no tendría mayor interés si no fuera porque su instalación se remonta 150 años atrás. Allá por la década de los sesenta del siglo XIX, la búsqueda de posibles yacimientos minerales en los Picos atrajo la atención de destacados geólogos, que recorrieron con detalle el macizo. De esa época datan las minas de Áliva. Tras los geólogos llegaron los oficiales del Instituto Geodésico, quienes instalaron este vértice.

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Pico Cortés

Horcada de Pico Cortés

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Prao Cortés

Cuesta Cortés

Portillas del Boquejón

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Espinama

Distancia estimada: 18,8 km, con las siguientes distancias parciales: Espinama a las Portillas del Boquejón, 3,3 km; al comienzo de Cuesta Cortés, 3,4 km; al comienzo del Canal de las Grajas, 1,1 km; a la Horcada de Pico Cortés, 0,7 km; a Prao Cortés y vuelta a la Horcada, 0,5 km; a Pico Cortés, 0,6 km; Vuelta a Espinama, 9,2 km.

Altitud (m)

Desniveles: Subida acumulada: 1.743 m. Bajada acumulada: 1.743 m.

Canal de Las Grajas

Datos de la Marcha

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Distancia (km)

Duración previsible: 8 h. Dificultad: Muy difícil y dura, al ser larga, con grandes desniveles y muy fuertes pendientes. Si sólo se sube a Prao Cortés (7 h) es un poco menos dura y se evitan varios pasos malos que tiene el recorrido desde la Horcada a Pico Cortés. Se pueden hacer marchas fáciles subiendo a Áliva y recorrer las pistas con el destino que uno quiera, pues no tendrá ninguna pérdida si se va y vuelve por el mismo camino. 1


Recorrido La marcha comienza en Espinama (877 m) desde una plazoleta conocida como la Posá, junto al bar Peña Vieja. Desde aquí a través de una gran portalada, abierta en una de las casas, se coge la pista NE que, después de atravesar el barrio del Molinuco, asciende y discurre por un área boscosa, con predominio de hayas, paralela al río Nevandi (éste es el límite entre el macizo Central y el Oriental). Esta pista, que se construyó para dar servicio a las minas de la Canal del Vidrio y del Circo de Ándara y se acondicionó por última vez hacia el año 1990 cuando se le dio el trazado actual, no tiene ninguna parte llana hasta Áliva, algunos tramos alcanzan pendientes del 25%. En las zonas en los que la vegetación lo permite se puede admirar la silueta del pico Valdecoro (1.816 m), que presenta una nueva, majestuosa y bella estampa a cada curva de la pista.

Invernales de Igüedri, Pico Valdecoro desde éstos, Ermita de la Virgen de la Salud y procesión del día 2 de julio

El perfil del camino no es demasiado sinuoso hasta llegar a la curva de La Regollá (1.130), que poco después es seguida por un fuerte zigzag y sale de la vegetación. Un poco después se llega a los Invernales de Igüedri (1.280 m, los primeros de abajo), un grupo de cabañas al borde de la pista pertenecientes al pueblo de Espinama y utilizadas hasta hace poco por los lugareños cuando trasladaban el ganado a los valles durante el invierno. La apertura de estas pistas ha favorecido el abandono en el que se encuentran actualmente algunas de ellas. Desde este punto se tiene una 2


buena vista de la arista sur del Pico Valdecoro. Esta llamativa y casi vertical pared de 330 m de desnivel fue abierta por primera vez en escalada en el mes de junio del año 1969 por los montañeros Gervasio Lastra, Ezequiel Conde, Miguel Ángel Herreros y Enrique Muñiz. Poco después se llega a las Portillas del Boquejón (1.345 m), encajonadas entre las estribaciones del Castro de Cogollos (1.685 m)(a la derecha) y las de Cueto Redondo (1.914 m), que son la puerta de entrada a los pastos de Áliva. El camino se va abriendo poco a poco, pasando por la fuente de Los Asturianos. Inmediatamente después se encuentra una desviación, a la derecha, que va a los Puertos de Pembes y Mogrovejo. Se seguirá de frente, para llegar a la altura de los Invernales de Las Llavias, donde comienzan las campas de Áliva. Se continúa (N) por la misma pista sin tomar ninguno de los desvíos que se encuentran al paso, para adentrarse en los bellos pastizales de los Puertos de Áliva. Siguiendo al N-NE se encuentra otra bifurcación en la que se irá por el camino de la derecha (cartel “Sotres”) (por la izquierda se asciende al Hotel Refugio de Áliva y a la Horcadina de Covarrobres) para inmediatamente alcanzar el primer collado herboso de los prados de Áliva (1.487 m).

Panorámica de Áliva, con Peña Vieja, la Canal del Vidrio, La Garmona y el Cueto de la Cuadra, desde la Cuesta del Queso (a la entrada de Áliva).

El camino sigue por el fondo de la vaguada herbosa (Campo Menor), en cuyo extremo opuesto aparece la ermita de la Santuca o Virgen de la Salud, hacia la que hay que dirigirse, ignorando otro ramal a la derecha que va al Collado de Cámara. Esta Virgen es la patrona del municipio de Camaleño, a la que veneran julio una Misa. Tras la celebración de ésta, la imagen de la virgen es mientras se canta la Salve. Después tiene lugar una romería en torno a concurrida comida campestre y competiciones de carreras de caballos.

celebrando cada 2 de sacada en procesión, esta ermita, con una La fiesta termina al

atardecer en el pueblo de Espinama con alegre verbena.

Desde este punto, el camino se mete en el valle del Duje, que es un amplio callejón que está formado por el cordal donde se encuentran los picos de El Paredón del Albo (Marta Navarra) (2.129 m) y El Escamellao (2.075 m), a la izquierda, y por los imponentes picos Pozán (más conocido como El Jiso) (2.184 m), Cortés (2.371 m) y la Morra de Lechugales (2.441 m), a la derecha. El camino bordea el altozano de Mesa Bajera (1.495 m) por su vertiente O y, enseguida, se alcanzan las praderías de Campo Mayor. Nada más dejar las fuertes rampas de la vertiente NO de Mesa Bajera, se dejará la pista y se seguirá con rumbo NE (derecha) hacia la base de Mesa Cimera (1.600 m), pero antes hay que pasar el regato que baja de la vaguada existente entre las dos “Mesas”. 3


En el prado la senda no está marcada, pero en la base de Mesa Cimera (un promontorio con escarpadas rocas en su parte superior) parte un camino bastante claro, que bordeando esta cota sube decididamente hacia el NE por la denominada Cuesta Cortés. Al cabo de un rato de ascensión se divisará un marcado espolón ascendente, que indica el comienzo de la Canal de las Grajas y separa ésta de la Canal de los Covarones (otra canal más a la izquierda, por la que también se puede subir a Pico Cortés, pero es más escabrosa y difícil).

Macizo Oriental de los Picos desde las cercanías de la Horcadina de Covarrobres (con la traza aproximada del recorrido). Detalle de la Canal de las Grajas.

Como en este itinerario se describe la subida por la Canal de las Grajas, este espolón quedará a la izquierda y será referencia para tomar el sendero que con fuertes pendientes sube hasta la Horcada de Pico Cortés. Se sube, por tanto, la cuesta en diagonal (E-NE) hacia el espolón citado, hasta unirse al camino, que sube por la pedrera adyacente a éste (por el que se viene desde Sotres) (la pedrera es cómoda para bajar, pero en la subida se va retrocediendo algo a cada paso, lo que dificulta la, ya de por sí, difícil subida) cuya pendiente aumenta considerablemente. Pronto se encuentran grandes peñas con verticales farallones, que se van dejando a la derecha, y más adelante se produce una bifurcación del camino de forma que cada ramal pasa a un lado de otro espolón que sube paralelo al citado anteriormente. El mejor camino es el de la izquierda, que continúa entre ambos espolones. La pendiente en esta zona alcanza el 70% y al llegar frente a otro farallón, el camino tuerce bruscamente a la derecha (SE) y se mete en una canal entre dos crestas, para desembocar prácticamente en la Horcada de Pico Cortés (2.214 m). Desde aquí se sube (S-SE) una sencilla rampa y se accede a Prao Cortés (2.286 m). De vuelta a la Horcada de Pico Cortés se continúa de frente (N-NO) siguiendo hitos y balizas rojas. Al principio se camina un poco sobre la abismal vertiente de Tanarrio para realizar una pequeña trepada (I) y acceder a una plataforma pétrea en la cresta. De aquí se pasa a la vertiente del Duje, donde se evitará un importante resalte de la cresta siguiendo las marcas. A continuación se destrepa una chimenea sencilla (I) para entrar a la derecha bajo el collado de la cresta que precede a Pico Cortés. A continuación se pasa un contrafuerte secundario (hacia la izquierda) para abordar un pequeño destrepe en la misma dirección y alcanzar la rampa colgada sobre la Canal de los Covarones. Desde aquí se seguirá hacia el NE, ascendiendo las fuertes rampas (con alguna trepada fácil) del hombro SO del pico. En este tramo las trepadas y destrepes son casi 4


continuos y hay pasos bastante aéreos, aunque ambos se vencen sin dificultades. A medida que se va ascendiendo la pendiente disminuye un poco y se alcanza Pico Cortés (2.376 m), donde hay un vértice geodésico, una cruz y una cueva-buzón.

Vistas desde Pico Cortés: Macizo Central. Morra de Lechugales. Peña Vieja. Torrecerredo. Cumbre del pico. Prao Cortés.

Desde este vértice se contemplan todas las principales cumbres de los Picos de Europa. Las más cercanas, dentro del mismo cordal, al NE son La Morra de Lechugales (2.441 m) y la Pica del Jierro (2.425 m), que casi se esconde tras él. Ya al E, separados por la Canal de Lechugales, se encuentran La Tabla de Lechugales (2.309 m) y la Tabla del Pino (2.152 m), que esconden los demás picos del Macizo Oriental. Al E y NE, en primer término justo al otro lado del Valle del Duje, se encuentran El Paredón del Albo (Marta Navarra) (2.129 m) y el Escamellao (2.075 m) y el resto de la sierra de Juan de la Cuadra. En esta posición, pero en segunda línea, se contemplan (de NO a O) los principales picos del Macizo Central: Peña Castil (2.439 m), Pico Urriellu (2.518 m), Pico de los

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Cabrones (2.558 m), Torrecerredo (2.650 m) (estos dos en la lejanía), Los Campanarios (2.569 m), Tiros Navarro (2.599 m), Pico de Santa Ana (2.595 m) y Peña Vieja (2.614 m). La bajada se hará por el camino de subida y al llegar a la Horcada de Pico Cortés se bajará directamente a la Canal de las Grajas. Javier Tezanos 15-10-2010 Literatura consultada para texto y fotos 1. 2. 3. 4.

Cantabria 60 itinerarios (José López Cobo). 50 Montañas de los Picos de Europa. Las mejores ascensiones (David Atela Romero). http://monchujo.blogspot.com/ http://www.mendikat.net/

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PR-S 101, PR-PNPE 22: Ruta de Peña Oviedo: El Cable - Mogrovejo Desde que el hombre aprendió a domesticar los animales, se hizo sedentario y empezó a preparar y explotar zonas de pastos. Esto ha propiciado que cada pueblo haya tenido sus propios prados comunales en los montes que le rodean. En Cantabria, estas zonas de pastos en los valles y laderas de las montañas se denominan “puertos”. Por otra parte, el valor alimenticio de las hierbas de estos puertos altos es mucho mayor que el del pasto de los prados de los valles bajos, lo que propició que el ganado se dejase en los puertos desde que se quitaba la nieve hasta que había posibilidad de que volviese a nevar y, con ello, se generalizó el pastoreo en estas zonas. En Cantabria hay puertos con gran fama por la calidad de sus pastos, como los de Sejos, Palombera y Fuentes, situados en la Reserva del Saja. En Liébana los más famosos posiblemente sean los de Áliva, que se extienden entre los macizos Central y Oriental de los Picos de Europa (que pertenecen a los pueblos de Valdebaró, actual municipio de Camaleño) y, muy cerca de estos se encuentran los puertos de Pembes (que pertenecen al municipio del mismo nombre). Esta ancestral costumbre del pastoreo propició que los antiguos erigieran grandes monumentos megalíticos para que los dioses bendijeran las zonas de pasto para sus ganados. Por ello en todas estas zonas se han encontrado restos pétreos históricos, como los que en el recorrido adjunto se describen. El itinerario que se relata, comienza en la estación superior del teleférico de Fuente Dé y discurre a través de los puertos de Áliva y Pembes, bordeando por su falda algunas cumbres de los macizos Central y Oriental, que por el lado que se transita muestran un aspecto verdaderamente inaccesible. El final de la marcha será en el histórico pueblo de Mogrovejo (aunque hay que llegar hasta Los Llanos a coger el autobús), con lo que se completará una travesía sencilla y con excelentes panorámicas, tanto sobre los Picos como sobre el valle y su privilegiado entorno.

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Peña Oviedo

Portillas de Pembes

Horcadina de Cobarrobres

Refugio de Áliva

Mogrovejo

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El Cable

Distancia estimada: 16,7 km, con las siguientes distancias parciales: El Cable al Refugio de Áliva, 3,8 km; a las Portillas de Pembes, 3,6 km; a Peña Oviedo, 3,7 km; a Mogrovejo, 4,3 km; a Los Llanos, 1,3 km.

Altitud (m)

Desniveles: Subida acumulada: 209 m. Bajada acumulada: 1.489 m.

Los Llanos

Datos de la Marcha

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Distancia (km)

Duración previsible: 5 h.

Dificultad: Muy fácil al transitar por amplios caminos, sin posibilidades de pérdida y con poco desnivel acumulado de subida. 1


El recorrido que se describe es desde El Cable, pero dada su sencillez se puede optar por subir desde Fuente Dé por la Canal de la Jenduda (al haberse relatado esta subida en una marcha anterior, no se describe aquí este recorrido por falta de espacio), en cuyo caso los datos serán: Desniveles: Subida acumulada: 970 m. Bajada acumulada: 1.496 m. Duración previsible: 6 a 7 h. Dificultad: Dura al tener que vencer mayores desniveles acumulados con grandes pendientes de subida. Recorrido Tras bajar del teleférico, no se debe perder la espectacular panorámica del Mirador del Cable (1.853 m) situado en el reborde de la meseta de Lloroza. Se trata de una plataforma metálica en voladizo y colgada en el vacío desde donde se contempla, en días despejados, unas excelentes vistas: Al frente (S) y por debajo las praderías de Fuente Dé, dominadas por la sierra del Coriscao, punto de unión del macizo con la Cordillera Cantábrica, cuyas mayores alturas se vislumbran en lontananza como el Cornón en Peña Sagra, Peña Labra, Pico Tres Mares, Curavacas, Peña Prieta, Mojón de Tres Provincias, Espigüete, etc. A la derecha (0) queda Peña Remoña. A la espalda (N y NO) parte del Macizo Central de Picos de Europa con la Torre de Salinas, Torre del Hoyo de Liordes, Pico Tesorero, Torre de los Horcados Rojos, Peña Vieja, etc. Se sale de El Cable (1.850 m) (estación superior del Teleférico), hasta llegar a la Horcadina de Cobarrobres (1.933 m), donde se seguirá de frente, dejando a la izquierda el camino que sube a Horcados Rojos y Cabaña Verónica. Se sigue bajando por la pista, que cruza la canal del arroyo de las Salgardas, con los puertos de Áliva abajo a la derecha y las paredes de Peña Olvidada a la izquierda (2.496 m). Enseguida se alcanza el Collado de Juan Toribio (1844 m), que está formado por Peña Olvidada (izquierda) y los Cuetos de Juan Toribio (1.887 m). Desde este collado, justo en la cerrada curva, a la izquierda, que da la pista parte un camino que ataja hasta el Refugio de Áliva. Sin embargo, el PR discurre por la pista, que será la que hay que seguir. Poco después de pasar el collado se encuentra, a la derecha junto a la pista, la Fuente de Resalao, una surgencia kárstica de la que parte la riega de Resalao, que al unirse, un poco más adelante, al regato que sale de las Minas de la Mánfora da origen al río Duje. Algo más allá se pasa cerca del Chalet Real (1.740 m), que queda a la izquierda del camino. El Chalet Real, que se conserva en perfecto estado, está ubicado frente al murallón SE de Peña Vieja, se construyó en 1908 para servir de alojamiento al rey Alfonso XIII durante sus frecuentes cacerías de rebecos en el macizo. Se inauguró en 1912, siendo usado por el rey durante las cacerías de rebecos de setiembre de 1912 y agosto de 1920 y 1926, de ahí el sobrenombre de "Real". Se trata de un chalet prefabricado, de estilo inglés, enteramente construido en Suiza y cuyo presupuesto costeó la Real Compañía Asturiana de Minas, que por entonces explotaba las cercanas minas de Las Mánforas. 2


Siguiendo por la pista, enseguida se llega al Hotel-Refugio de Áliva “Toño Odiriozola” (1.665 m), perteneciente a la Diputación Regional de Cantabria. Se compone de dos edificios y está situado en lo alto de la loma conocida como La Llomba del Toro que desciende por el centro del valle y que no es otra cosa que los restos de una antigua morrena de un glaciar que ya en el Cuaternario recorría este valle. Sin duda es la manifestación más clara de la presencia de hielo en los Picos de Europa. La altitud y cercanía al mar de estos picos y la inclinación al norte de sus crestas calizas facilitaron la sobreacumulación de hielo y nieve, de ahí que las lenguas glaciares descendieran a niveles más bajos que en el resto de la Cordillera. El Refugio de Áliva fue construido en 1916 y ampliado en 1924 por la Real Sociedad Picos de Europa. Posteriormente pasó a manos de los Servicios Oficiales de Turismo del Estado Español efectuándose importantes obras de ampliación y mejora. Su principal pabellón fue destruido por un incendio el 6 de marzo de 1975. Fue reconstruido por el Departamento de Turismo de la Comunidad Autónoma de Cantabria levantándose en la actualidad un moderno hotel gestionado por la empresa Cantur. Hay bar y restaurante, y el refugio con 70 plazas funciona como un hotel, abierto del 15 de junio al 30 de setiembre.

Refugio de Áliva con Pico Cortés al fondo. Cruce de Campujito (el camino a tomar es el de la izquierda). Impresionante macizo de Peña Vieja, co el Chalet Real en su base.

Desde la terraza del Hotel se tiene una visión general de los puertos dominados por las cimas de los macizos Central y Oriental. La Vega de Áliva es como una inmensa vaguada que actúa a modo de frontera verde entre los dos macizos, estando cerrada por el Oeste por Peña Vieja y por el Noroeste por la Sierra de Juan de la Cuadra. Estos puertos de Áliva pertenecen a los pueblos de Valdebaró (municipio de Camaleño) y en ellos permanece el ganado ovino, bovino y caballar desde el mes de mayo hasta el de octubre siendo hasta hace pocos años acompañados por pastores que elaboraban un queso que todavía se sigue haciendo y que lleva el nombre del puerto “Ahumado de Áliva”. En la zona se han descubierto diversos restos megalíticos que prueban el aprovechamiento de estos pastos desde hace miles de años. Al igual que sucede con los puertos de Sejos ya en el año 1494 existían “Las 3


Ordenanzas de los Puertos de Áliva” que regulaban el reparto y aprovechamiento de los mismos por el ganado.

Para continuar la marcha se tomará el ramal que baja hacia las campas de Áliva (SO, derecha según se mira a la vaguada) (el camino que sale hacia el NE se dirige a Sotres por la loma de la LLomba del Toro). Después de una gran vuelta la pedregosa pista se dirige al E y sigue bajando por las campas de Áliva. Más adelante se pasa junto a una balsa de riego (izquierda) y se encuentran dos pistas que llegan por la izquierda (la primera se dirige a las antiguas minas y la segunda viene de Sotres pasando por la ermita de las Nieves). El lugar donde está esta segunda bifurcación se conoce como Collada del Tesoro (1.487 m), que constituye la divisoria entre los ríos Duje (Cares) y Nevandi (Deva), así como el punto de unión entre los macizos de Ándara y Los Urrieles. A partir de aquí la dirección pasa a ser predominantemente S y se entra en la zona de Las Llavías, donde el camino se une al curso del río Nevandi (en este punto el arroyo de las Salgardas, que bajaba de Áliva se convierte en el Nevandi, para ceder sus aguas al río Deva en Espinama). A la otra parte del regato se encuentran las Majadas de Espinama, bajo la ladera que desciende de Cueto Redondo. Enseguida se llega a una bifurcación, el cruce de Campujito, donde se tomará el camino de la izquierda (el que sigue de frente baja a Espinama pasando por las Portillas del Boquejón y los invernales de Igüedri), que asciende ligeramente en dirección S. Enseguida se alcanza un estrecho paso cerrado con unas portillas metálicas, Portillas de Pembes (1.420 m), justo al doblar la loma que desciende de Castro de Cogollos (1.696 m), que se va bordeando. Un poco más adelante, en la vertiente SO de este castro se tiene una espléndida vista de la parte alta de Valdebaró, Espinama, Pido y a escasos metros, por debajo, los tejados de los invernales de Igüedri. Pasadas las portillas se entra en los Puertos de Pembes, que se extienden por encima de este pueblo hasta las estribaciones del vertical roquedo de algunas de las cimas del macizo Oriental que quedan a la izquierda, entre las que cabe destacar (de SO a NE): Pico del Buey (1.894 m), Pico del Joracón de la Miel (1.925 m), Pico de la Canal Arenosa (1.889 m) y Pico del Corvo (1.885 m). Enseguida se encuentra una primera bifurcación a la derecha, que hay que desechar, ya que llega a Pembes, después de pasar por la Horcada del Acebal (collado que separa Castro Cogollos del cordal de Sierra Carielda, que se prolonga hasta Cosgaya). Continuando por el ramal de la izquierda, que asciende ligeramente por encima de dicha Horcada, y seguir después descendiendo por La Vega una zona de praderías (a la izquierda) que tiene como telón de fondo las cimas más importantes del macizo Oriental (Pico Cortés, Morra de Lechugales, Sagrado Corazón, Samelar, etc.). Al cabo de un rato se pasa la portilla del límite de los puertos de Pembes, y el camino comienza un fuerte descenso. A unos 50 m a la derecha de la pista, se encuentra la fuente abrevadero de Las Pozas. Enseguida se entra en el monte El Encinar, dentro del que se encuentra una nueva bifurcación. Se continuará de frente, ya que el ramal de la derecha baja a los pueblos de Llaves y Sebrango. Continuando por la pista principal pronto se alcanza una colladina formada por la Peña Oviedo (1.309 m) (a la derecha) y las estribaciones del Pico del Joracón de la Miel (1.925 m) (se desechará el camino que sube a la izquierda). La subida a este “pedrusco” se realiza desde la misma colladina, para ello se toma un camino de acercamiento (derecha, SE), pisado por vehículos todoterreno. Justo

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en la curva a la izquierda, que hace el pie de la peña, sale un camino que sube a la cumbre, dando un rodeo y llegando a la parte alta desde su zona S. Peña Oviedo es un peculiar montículo de cima plana, que no deja de ser un pequeño risco, siendo muy popular en el valle por ser muy visible desde diversos puntos del mismo. Desde aquí se tienen unas buenas vistas: al N el macizo oriental, al S toda la parte baja de Valdebaró con los pueblos de Llaves, Vallejo, Cosgaya, etc. y al E los pueblos de Mogrovejo, Camaleño, Turieno y Potes. Peña Oviedo y sus inmediaciones han sido objeto los últimos, años de excavaciones arqueológicas donde un equipo de investigación del Departamento de Ciencias Históricas de la Universidad de Cantabria ha realizado, desde 1989, importantes hallazgos en uno de los mejores yacimientos megalíticos al aire libre de la Cornisa Cantábrica, como dos dólmenes en la Peña Oviedo y una estructura pétrea en las inmediaciones de La Calvera. En conjunto el área arqueológica está compuesto por tres agrupaciones bien definidas: Los Cuetos (1.420 m) Pedresites (1.100 m) y La Calvera (1.244 m). La agrupación de Los Cuetos está compuesta por un túmulo y un círculo de piedras, similar al excavado en La Calvera. En Pedresites se han localizado cuatro túmulos dolménicos de planta circular, una estructura monolítica tumbada y un túmulo de planta ovoide. En La Calvera se conservan tres túmulos, en los que se observan restos de la estructura cameral, dos cámaras dolménicas con túmulos arrasados, un túmulo sin evidencia alguna de la cámara, un complejo círculo de piedras, un alineamiento de al menos 11 testigos y una cámara desmantelada, además de otras lajas hincadas que se pueden observar en superficie.

Restos megalíticos de la zona de Peña Oviedo Lo importante del conjunto arqueológico radica en que las excavaciones han podido documentar y datar la Campa de La Calvera como lugar poblado por grupos de pastores seminómadas que a pesar de las alturas y en condiciones muchas veces extremas se asentaron en estas brañas y collados unos 4000 años antes de Cristo. El uso o aprovechamiento de estos puertos junto a la caza y la recolección natural hicieron del monte el eje principal de su subsistencia.

Se baja de la Peña y se retoma el camino que salía de la colladina, pero ahora bajando en dirección NE hasta conectar de nuevo con la pista, que desciende de forma más evidente. Nada más tomar la pista, a 200 m a la izquierda (N) se encuentra la llanada de La Calvera (1.244 m). Pronto se llega a 5


sendos collados, formados por riscos menos importantes que la Peña Oviedo. En el primero de ellos (1.162 m) se irá a la derecha no haciendo caso del camino que sale hacia el NO (izquierda). En el segundo (1.054 m), la pista hace un quiebro a la izquierda y comienza un descenso más pronunciado. En este punto se encuentra una bifurcación (la de la derecha se desechará porque baja a los invernales de La Tenada y Agualobos) tomando el ramal de la izquierda, en el que la pista se convierte en un viejo camino de carros, que discurre por un frondoso bosque de robles, avellanos, hayas, aunque con claro predominio de los primeros. A pesar de ello, en algunos momentos se tienen vistas sobre el valle. La pista da dos grandes curvas a la derecha, una primera muy cerrada y la segunda más amplia, antes de la cual se pasa por una zona de castaños. Después se alcanzan los primeros prados (que quedan a la izquierda) y se ven las casas de Redo, el barrio de Mogrovejo que queda al N de éste. Enseguida se encontrará una desviación a la izquierda (NE), que se tomará. Ciertamente da lo mismo seguir por el camino principal, pero el recorrido que se describe es más corto. En poco rato el camino confluye con otro, donde se tomará el ramal que baja a la derecha y que un poco más adelante desemboca en la pista que se había dejado anteriormente. Se coge la dirección de la izquierda (E) y al poco de pasar el depósito de aguas se entra en un camino hormigonado que accede a Mogrovejo junto a la Casa-Torre, que, encaramada en un alto y con el caserío a sus pies como si se tratara de un vigía permanente, se yergue airosa sobre el fondo de los picos del Macizo Oriental, siendo fiel pregonera del estado social de aquellos orgullosos señores que la habitaron. Toda la historia de Mogrovejo gira en tomo a la Casa-Torre y a los personajes que de ella descendieron: santos, militares, literatos etc. El primer Mogrovejo del que se tiene noticia escrita fue don Pedro Ruiz de Mogrovejo, a cuyos hijos concedió Sancho IV el Bravo el Monasterio de San Martín de Mogrovejo. De esta Casa, según la tradición popular, era el portaestandarte y lugarteniente de Don Pelayo en la batalla de Covadonga. Dicho portaestandarte, y después el asta, se conservó en Mogrovejo en la desaparecida iglesia o ermita de San Martín hasta que fue destruida por un incendio. La unión del apellido Mogrovejo con el de Lasso de la Vega data de 1395, año en que el señor de la torre casó con doña Elvira Lasso de la Vega. De esta unión desciende el insigne poeta toledano, del Siglo de Oro Español, Garcilaso de la Vega. Hablando de la torre, Isidoro Cicero señala: “Esta es la fortaleza de Alfonso de Mogrovejo, Vencido en Tama, aplastado en Potes”. Esto sucedió durante la guerra de los comuneros contra los partidarios de Carlos V. Alfonso de Mogrovejo era uno de los jefes realistas y, aunque contaba con el apoyo del marqués de Santillana, eso no le sirvió de nada, pues, derrotado en Tama se refugió en la Torre del Infantado de Potes, donde le capturaron, tras fuerte asedio, los partidarios de Orejón de la Lama arrojándole desde lo alto de la torre. De Mogrovejo fue también Santo Toribio, obispo de Astorga. Amigo del Papa León I, que fue enviado por este a Jerusalén con cargo de Tesorero. De allí se trajo las santas reliquias “Lignum Crucis” siendo nombrado al regresar obispo de Astorga. A él se debe la advocación del actual Monasterio. Igualmente desciende de la Casa-Torre, aunque no naciera en ella (nació en Mayorga de Campos en 1538) Santo Toribio de Mogrovejo, hijo de Luis Alfonso de Mogrovejo heredero del mayorazgo de la Casa-Torre. En el año 1580 fue propuesto para arzobispo de Lima por Felipe II. Estuvo en Perú de Arzobispo desde 1581 hasta 1606 año en que murió. Está enterrado en la capital de Lima y fue beatificado por Clemente XII en 1679 para posteriormente ser canonizado por Benedicto XIII en 1726. Fue un gran benefactor del pueblo y suyo fue el primer catecismo castellano en América.

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La torre es de planta casi cuadrada, y tiene una altura de 21 metros. El acceso se realiza por una angosta puerta abierta a la altura del primer piso. Cuenta con ventanas geminadas en los paramentos sur y este, conservando las contraventanas, quizás originales, en la meridional. El alzado interior está hueco. En torno a ella hay varios edificios, alguno en ruinas. Destaca la casona de la torre, remodelada en el siglo XIX, que conserva en su sala principal retratos de algunos condes de Mogrovejo. A este edificio se adosa la capilla familiar de planta cuadrada, fechable en los siglos XVII-XVIII, con retablo barroco del XVIII. De esta casa procede un monumento funerario gótico en madera, de varón y mujer yacentes, conocido como Los Condes de Mogrovejo, del siglo XV y conservado en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid. Mogrovejo (642 m) está considerado uno de los pueblos con más atractivo de Liébana. El estado de conservación de sus casas y su fantástico entorno al pie de las más importantes cumbres del macizo Oriental le dan todo el aspecto de ser un pueblo en el que el tiempo parece no haber transcurrido. El conjunto urbano de Mogrovejo reúne interesantes casonas de los siglos XVIXVIII, aparte del conjunto de casas populares de tipología lebaniega. Todo ello le ha valido ser declarado Conjunto Histórico Artístico en 1995. La iglesia parroquial (XVI-XVIII) situada en la plaza, junto a la carretera que conduce al barrio de Redo, estaba dedicada antiguamente a Santa María de Luarna y en la actualidad está bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción. A la izquierda de la puerta de entrada y en el muro de la fachada hay un pequeño escudo de armas de los Mogrovejo. Este pueblo se llamó antes Luarna. Sin duda el nombre que tiene, en la actualidad lo tomó de la famosa torre y familia que llevaba este apellido. Mogrovejo se denominó desde muy antiguo, a la Casa-Torre de dicho lugar y a las viviendas que, estaban en sus inmediaciones, y Luarna se denominó al barrio que se originó alrededor de la iglesia. Posteriormente Mogrovejo dio nombre al concejo y Luarna quedaría en el olvido. En las Ordenanzas del Concejo de Mogrovejo del año 1739 todavía formaba parte Luarna de dicho Concejo junto a los barrios o lugares de Mogrovejo, Redo, Sebrango, Los Llanos, Bárcena, Besoy, Llaves y Vallejo. Las casas del pueblo, coloreadas con el rojizo de sus piedras, tienen amplios aleros para proteger a las fachadas de la acción de los agentes atmosféricos. Una casona muy bien restaurada, que en el pueblo llaman “de la Guerra”, ostenta un magnífico escudo, con las armas de Mogrovejo, Alonso, Lasso de la Vega y Terán y Mier, timbrado por yelmo, con adornos de lambrequines y campo cuartelado como sigue: x Tres flores de lis en jefe y un león coronado empinante a una torre (Armas de Mogrovejo). x Dos columnas siniestradas de un águila explayada y debajo las mismas figuras invertido el orden (Armas de Alonso). x Campo sin labrar y bordura con el lema "AVE MARÍA GRATIA PLENA" (Armas de Lasso de la Vega). x Partidos 1) Tres contrabandas y dos estrellas en el jefe y ondas de mar en punta; 2) Campo ajedrezado (Armas de Terán y de Mier Enríquez). Esta casa pertenece a los actuales dueños de la torre, que al parecer son los Álvarez Miranda. Sobre la puerta de la torre otro escudo idéntico a éste, en alabastro, pero más moderno, pues está fechado en 1872. En otra restaurada casona, llamada la casa de Celis, hay otro escudo que parece muy antiguo. No lleva timbre ni adorno alguno. En el campo, sencillo, presenta una torre sobre cuatro gradas, superada de una estrella. En el cantón superior derecho una rueda de navajas; debajo, un árbol arrancado con un animal atado al tronco con una traílla. En el flanco izquierdo, un águila explayada surmontada de una estrella y algo que no se distingue. Encima del escudo, una leyenda que dice, “Linares lindeza fue en bondad e hidalguía, mas la rueda no le fue favorable en este día”. 7


Además de estos escudos hay otros más en la iglesia y en la capilla de la torre con las armas de los apellidos Mogrovejo, Lasso de la Vega, Alonso, Terán, Mier y Linares (el de este último apellido está pintado).

Vistas del caserío de Mogrovejo. Casa-Torre de los Mogrovejo, casa de Celis, casa de la Guerra, iglesia parroquial de la Asunción. La iglesia parroquial de la Asunción es una construcción rústica y popular del siglo XVII y cuenta con un notable retablo salomónico del siglo XVIII, con imagen de Santo Toribio en el ático. También hay un cuadro de Santo Toribio de Mogrovejo. Por último y como elemento más interesante, hay una preciosa talla flamenca de la Virgen de la Dolorosa, del siglo XV, una de las imágenes de la Virgen más excelentes en la imaginería religiosa de Cantabria. Por la parte N de Mogrovejo (642 m) se recorta la imponente mole de Lechugales y más cerca, la Valleja con su Peña de la Caldera. En los alrededores, aún queda alguna viña, pero para destilar el orujo piden prestada la alquitara a algún pueblo cercano.

De Mogrovejo a Los Llanos hay algo más de un km que hay que hacer por carretera asfaltada. Según se baja, de frente y al otro lado de la vaguada por la que corre el Deva queda la Peña Subiedes (1.046 m), y el monte del mismo nombre, montaña desde la que según la tradición se desplomó el enorme “argayo” que sepultó a la mayor parte del diezmado ejército musulmán en su retirada desde Covadonga. En una explanada junto a la carretera una placa y monolito recuerda y señala el lugar donde ocurrió este acontecimiento. Los Llanos (570 m) es un pueblo de encrucijada que ya aparece en el siglo XII como Planum Regis y más adelante como Llan de Ré “Los Llanos del Rey” que según la tradición se debe a que lo poseyeron don Pelayo y sus sucesores. Cuenta la leyenda que aquí fue coronado rey y acatado como caudillo por los Cántabros. Lo mismo que se dice sucedió en la ermita de Corona (cercanías de Posada de Valdeón) también la tradición local ha querido hacer en este el lugar la coronación de don Pelayo. En el pueblo se observan varias casonas blasonadas con algunos escudos que según los expertos podrían ser los más antiguos de Liébana, uno de ellos de la familia Mogrovejo. Así mismo es destacable un pequeño puente medieval sobre el río Deva algo restaurado y la ermita de San Roque, datada en 1871. A pocos metros de Los Llanos está el barrio de Bárcena, pueblo que junto 8


con el desaparecido de Lebanés tiene fama de ser uno de los más antiguos de Liébana. En él destaca una antigua torre casona blasonada con las armas de Lavín o Lerín. Aguas abajo, donde en su día estuvo una central eléctrica, a principios del siglo XX aparecieron gran cantidad de lanzas, gubias, etc.., aunque no se dio publicidad para no paralizar las obras de dicha central.

Javier Tezanos 22-04-2010 Literatura consultada para texto y fotos 1. Rutas por las Montañas de Cantabria (Fernado Obregón Goyarrola). 2. El Asentamiento de la Peña Oviedo (Camaleño, Cantabria): La Colonización de las Áreas Montañosas de la Cornisa Cantábrica (Agustín Díez Castillo). 3. http://www.castillosnet.org/programs/

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PR-AS 220 (PR-PNPE 1): Ruta Frassinelli, Buferrera Corao Roberto Frassinelli, que vivió en el s XIX, había nacido en Alemania, aunque su familia era de Trento. Fue un gran erudito, pero debido a problemas políticos, que le llevaron a la cárcel, decidió venirse a España. En aquellos momentos se produjo la amortización de Mendizábal, por lo que se dedicó a hacer de marchante de todas las obras de arte disponibles para anticuarios y bibliófilos alemanes. También descubrió el dolmen de Abamia (hoy desaparecido, pero del que se conserva en el Museo Arqueológico Nacional de España en Madrid un ortostato figurado, de 2,5 x 0,50 m). La elección de vivir en el pueblo de Corao, parece ser que fue debido a la relación profesional que mantenía con un librero procedente de este pueblo afincado en Madrid, miembro de la familia Miyar, por la que conoce la zona, se casa y decide quedarse en el pueblo. Una vez afincado en Corao, se convirtió rápidamente en un gran conocedor del Macizo Occidental de los Picos de Europa, ya que pasaba la mayor parte del año en los puertos de Cangas de Onís, habitando una rústica cabaña, cazando (sólo comía tortas de maíz y carne de rebeco, quitando las sed con el agua de los cristalinos manantiales que encontraba al camino) y dibujando (fue uno de los primeros en representar paisajísticamente los Picos de Europa, mediante una serie de dibujos realizados a lápiz y aguada sepia que se conservan en la biblioteca de Palacio de Oriente). El conocimiento adquirido de estos lares le llevó a ejercer de guía para muchos importantes viajeros que por aquel entonces realizaron exploraciones o estudios sobre la zona. Así, parece ser que acompañó por muchos lugares al eminente geólogo alemán Guillermo Schulz, en sus trabajos de campo para su Descripción geológica de Asturias. Esta ruta, que ahora se llama de Frassinelli, es también conocida como “Camín del Rey” y forma parte de las llamadas rutas históricas que se hicieron para extraer las riquezas mineras de este Macizo Occidental de los Picos de Europa (especialmente cobre). El recorrido original pudiera ser de Cangas de Onís a Cabrales. Este nombre es bastante moderno, equivalente a los “Caminos Reales”, sin embargo, parece ser que ya se utilizaba en tiempos de los Romanos, que podía corresponder con la denominada “Calzada Marítima de Agripa”, que en su parte final se coincidiría con la “Calzada Romana de Caoro”. Este trayecto recibió otros nombres como “Camino de Molledo”, que ahora se pueden ver en los mapas nombrando alguno de los tramos que aquí se refieren. La ruta que se describe (en este caso en sentido descendente) debe su nombre a que era la recorrida por este Alemán de Corao para su acceso a todos los parajes de los Picos. En realidad esta ruta debería partir de Corao hacia la vega de Enol finalizando bajo el puente de Redimuña, en el charco hoy conocido como Pozo del Alemán (donde Frassinelli tenía por costumbre bañarse), sito en el río Pomperi, aunque la ruta señalizada por el Parque Nacional de los Picos de Europa comienza (o termina) en el aparcamiento de Buferrera situado entre los lagos Enol y Ercina. Datos de la Marcha Desniveles: Subida acumulada: 223 m. Bajada acumulada: 1.163 m.

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Corao

Iglesia de Abamia

La Canal

Majadas de Uporquera

Majadas de Tarañodios

Collada Caña Valles

Collado Uberdón

Vega de Comeya

La Piniella

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Buferrera

Altitud (m)

Distancia estimada: 13,5 km, con las siguientes distancias parciales: Aparcamiento de Buferrera a la Vega de Comeya, 1,2 km; al Collado Uberdón, 2,0 km; al Collada Caña Valles, 1,0 km; a las Majadas de Tarañodios, 1,5 km; a las Majadas de Uporquera, 2,4 km; a La Piniella, 0,6 km; a La Canal, 2,0 km; a la Iglesia de Abamia, 1,7 km; a Corao, 1,1 km.

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Distancia (km)

Duración previsible: Algo más de 4 h. Dificultad: Fácil, pues es todo bajada con alguna pequeña subida. Recorrido

La ruta comienza en el aparcamiento de Buferrera (1.035 m). En el extremo NE de la parte superior del mismo parte un sendero que, al principio, se encamina hacia el Centro de Interpretación Pedro Pidal. Sin embargo, casi al comienzo de la ascensión se deja la pista para salir por la izquierda por un estrecho sendero que enseguida comienza una bajada por pendientes zigzags hasta entrar en la Foz del Escaleru, por un pequeño paso entre el roquedo y los restos de una torreta del tendido eléctrico. Después de pasar el túnel del Furacón y recorrer varios tramos colgados de ruta excavada en la roca, se sale a la parte alta de la vega de Comeya por un estrechísimo sendero que se encamina (NE) ladera abajo hacia el valle.

Vista de Vega Comeya desde el comienzo de la Foz del Escaleru. Tres detalles del túnel del Furacón: entrada, interior y salida.

Pronto se accede a un camino más amplio, que se dejará (NO) en cuanto la pendiente y la vegetación dejen acceso al valle. Al encontrar un pequeño sendero que baja hacia el O-NO, se tomará en el sentido descendente (izquierda) para 900 m después desviarse a la derecha (N) por un paso entre unos montículos de blanquecinas piedras. Nada más transponerlos se alcanza una pista, donde se tomará la dirección de la izquierda (O), se pasará por un puente y junto a la cabaña de La Rondiella para entrar en la zona más llana de la Vega de Comeya (853 m). Después de atravesar este poljé, de alrededor de 1 km de longitud, la pista inicia un progresivo y suave ascenso. La pista da una gran curva rodeando un sumidero (a la derecha) y a la izquierda y arriba quedan las majadas de Uberdón. A continuación, después de otra cerrada curva la pista continúa en la dirección primitiva y llega al Collado de Uberdón (931 m). Desde este punto, echando 2


la vista atrás, se disfrutará de la magnificencia de los Picos y el Cantón de Texeu cerrando el paso al valle. Hacia el N, se ve, al fondo, la Sierra del Sueve y, en primer término, la Sierra la Caña, dejándose entrever la carretera de Covadonga a los Lagos. En el mismo collado, se deja la pista, que da una gran vuelta, para tomar un camino (O-NO) que recorta este meandro y comienza un descenso junto a los farallones de El Castiello (izquierda) donde se encuentra en Mirador de la Reina (junto a la carretera), a la derecha queda la Campera del Canalón, que está en parte cubierta de un bosquete. Enseguida se termina la pista minera por la que se caminaba y se llega a la carretera en una revuelta de la Collada Caña Valles (787 m), para continuar descendiendo por la cuesta de la Huesera hasta dejar (a la izquierda) unas majadas, donde la carretera da una curva a la izquierda. En este punto se deja el asfalto para seguir (derecha) por el Camino de Molledo (desechar un camino que sale a la derecha, aunque también llega a las majadas de Tarañodios), que al principio discurre sin apenas pendiente, pasando junto a una cabaña y un trecho después, la senda se entalla en la roca e inicia un ascenso fuerte desde donde se contempla (izquierda) la basílica de Covadonga en el fondo del valle. La ruta se encamina hacia las majadas de Tarañodios (735 m), rodeadas de una pared de piedra, que están en un collado con tres fresnos. Se atraviesa el collado rodeando las majadas, que quedan a la derecha, y se coge una senda que se va juntando a otras, usadas por el ganado, para converger en una pista que va rodeando el montículo de Cabeza Severa (771 m) por su vertiente E (queda a la Majadas de Tarañodios y Uporquera. izquierda), a la vez que baja hasta una pequeña campera en el claro collado Cueva Rota (682 m). En este punto, la ruta da un brusco giro a la izquierda (O) y desciende por una senda en zigzag. A la izquierda, en la vertiente N de Cabeza Severa se puede ver esta cueva. Justo cuando el camino se introduce en un pequeño bosquete, se cruza el río Umandi, cuyo nacimiento en Fuente Prieta queda un poco más arriba, a la izquierda. La vegetación del bosque está formada por manzanos y perales silvestres, así como alisos, avellanos y acebos, entre otros. A partir de aquí el camino toma rumbo NO con tendencia a descender ligeramente o llanear por la ladera NE de los altos Cuesta Carcoba (712 m) y Cuesta Cavia (720 m) (izquierda). Al salir del bosquete se puede contemplar el estrecho valle que forma el arroyo Umandi (derecha abajo). Se continúa por la senda que sigue bajando suavemente hasta llegar a la primera cabaña de la majada de Uporquera (535 m), donde la pista comienza una serie de subidas y bajadas, hasta llegar al resto de cabañas (545 m). Tras dejar atrás las primeras cabañas, se encuentra una desviación (O, izquierda) que se dirige al Pico Priena (mal llamado Cruz de Priena, ya que este nombre es sólo de la cruz que allí existe) en poco más de 30 minutos, desde donde se tiene una inmejorable vista del santuario de la Virgen de Covadonga. 3


Continuando por la pista principal, se va bordeando este pico; poco después se llega junto a una majada, donde se desechará el camino que sale a la izquierda, pues va a un prado. Siguiendo por la pista principal se llega a La Piniella (490 m), majada de varias casas con los prados totalmente cercados de piedra, que queda a la derecha. Aquí el camino da un giro de 90º (O, izquierda) y se transforma en una buena pista. Al llegar al final del caserío se encuentra una desviación, donde se seguirá por la derecha. A partir de aquí se comienza un descenso, en el que se ignorarán cuantos cruces se encuentren a derecha e izquierda hasta llegar a La Canal (345 m), que es un barrio de Teleña. Si no se quiere visitar el caserío se puede atajar siguiendo de frente por un callejo en la curva a la izquierda que da la pista a la entrada del pueblo, para salir a las últimas casas de abajo. Enseguida se llega a un cruce donde se cogerá el ramal que sale a la izquierda, que pasa entre dos casas y se dirige hacia el NO, para inmediatamente llegar a una trifurcación, donde se seguirá de frente (la de la derecha va a Teleña) para alcanzar un collado (313 m) y continuar por la otra vertiente del valle opuesta al de Teleña. Aunque es probable que el marcaje del recorrido esté por Teleña, el camino está asfaltado, por lo que se recomienda el recorrido que aquí se describe por ser una pista. Justo antes de comenzar la bajada se encuentra una desviación a la derecha, que se desechará ya que conduce a una majada y al bosque, por lo que se seguirá de frente-izquierda. El camino va bajando y girando a la derecha, pasa por un castañar y entra en el barrio Cueto de Abamia. A la entrada se tomará el camino de la derecha, pasando por entre las casas. Después de una curva a la izquierda (90º) se llega a la iglesia de Abamia (180 m). La iglesia parroquial de Santa Eulalia de Abamia es románica datada en el siglo XII, si bien se tiene constancia de un templo del siglo VIII. Posee una planta alargada, con una única nave y crucero, que cubre en bóveda de medio cañón. La nave está dividida en tres Iglesia de Abamia antes y después de la restauración. tramos, con arcos fajones que se acusan en contrafuertes exteriores. También se contemplan añadidos de los siglos XVII y XVIII. Recientemente se la ha realizado una desastrosa rehabilitación, recubriéndola de un estuco que desvirtúa el histórico valor de esta reliquia (el arquitecto encargado de la obra llegó a cubrir de estuco hasta la piedra de sillería de la entrada, aunque la polémica que se formó hizo que esta parte se descubriese posteriormente). Está situada en una zona dolménica y sobre una necrópolis romano-vadiniense, de las que ha aparecido in situ alguna estela, y otras veinte en el propio Corao. Los orígenes de la iglesia, bajo la advocación de Santa Eulalia de Mérida (como fue tan frecuente en todo el norte peninsular altomedieval, lo que es indicio de su antigüedad) se remontan a la época de Pelayo. Aunque parte de su arquitectura puede ser visigótica, en su aspecto actual es románica. La primera referencia que de ella se tiene, escrita como Abelania, está en la Crónica Albeldense. Yepes cita hacia el año 737 la existencia en esta zona de un monasterio de la Regla de San Benito. Parece ser que en esta iglesia permanecieron sepultados, durante varios siglos, los restos mortales de don Pelayo (que falleció en Cangas de Onís en el año 737), en la que 4


previamente había sido sepultada su esposa, la reina Gaudiosa. Los restos de ambos fueron trasladados a la Santa Cueva de Covadonga por mandato del Rey Alfonso X el sabio. Conviene destacar también que en el cementerio contiguo a la iglesia fue enterrado Roberto Frassinelli (1811-1887). Sus restos fueron rescatados en 1977, junto con su casi perdida lápida, por iniciativa de particulares, y se hallan en la parte posterior izquierda de la nave.

Nada más pasar la iglesia se tomará la desviación a la izquierda (O) que es una pista de la concentración parcelaria (igual que en el caso anterior, se elige este camino porque el indicado en la topoguía está asfaltado). Después de ignorar cuantos cruces se encuentran a derecha e izquierda, se cruza un puente sobre el río Güeña y se entra en Corao (95 m), tras pasar una pequeña plantación de robles (Carbayera de Corao).

Corao: Iglesia y Casino de EL Bonillo; Palacio de Noriega; Casa de Frassinelli. Corao es famoso por la cantidad de ferias de ganado que se celebran en la localidad a lo largo del año. No sólo es destacable esta faceta ganadera de la localidad, ya que sus bellas construcciones hacen de Corao una localidad muy digna de ser visitada. Así, por ejemplo, el Palacio de Noriega es una Casona palacial muy reformada, que a pesar de todo mantiene su dignidad. En un muro totalmente ciego, lateral, ostenta el escudo. Cerca de este palacio está la histórica casa de Frassinelli, que, aunque está bastante deteriorada es obligado dedicarle unos minutos.

Felipe Canales y Javier Tezanos 11-11-2010 Literatura consultada para texto y fotos 1. Senderos PR y GR del Parque Nacional de los Picos de Europa (Antonio Alba, Ángel Fernández y Víctor Guerra) (Ediciones Desnivel). 2. http://www.cangasdeonisypicosdeeuropa.com/. 3. http://4.bp.blogspot.com/. 4. http://i12.photobucket.com/albums/. 5. http://terraeantiqvae.com/profiles/blogs/. 6. http://www.guiapueblos.es/fotos/Asturias/Corao.

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Sotres – Lagos de Las Moñetas – El Escamellao – Paredón del Albo - Sotres Los picos de El Escamellao y Paredón del Albo (en este escrito se utilizará este topónimo, en vez del de Marta Navarra, por ser el más usado en mapas y documentación) forman parte del Cordal de Juan de la Cuadra, que está limitado por los valles de Las Moñetas al NO y el del Duje al E y SE. Esta cadena montañosa está en el confín E del Macizo Central, ya que a partir del valle del Duje comienza el Macizo Oriental. Estos picos no son demasiado frecuentados por los montañeros, debido a su escasa altitud y a su poca fama. Sin embargo gozan de buenas perspectivas de las impresionantes montañas circundantes y su ascensión es suficientemente dificultosa para ser tenidos en cuenta por los amantes de las “gestas montañeras”. En la marcha que aquí se describe se da la circunstancia de pasar por el bonito y escondido Lago de Las Moñetas, una de las pocas acumulaciones acuíferas de superficie de los Picos de Europa. Bien es sabido que la naturaleza caliza de los Picos ha propiciado que el agua vaya disolviendo los carbonatos de la piedra, formando torcas y sumideros que conducen el líquido elemento a las cavernas del subsuelo, donde los innumerables conductos y galerías existentes conforman uno de los complejos subterráneos de mayor interés espeleológico del mundo. En sus aguas se pueden contemplar infinidad de renacuajos y otros animales acuáticos, entre los que se incluye el tritón alpino, interesante especie de alta montaña que, en la Península Ibérica, sólo se encuentra en las montañas cantábricas, siendo esta población una subespecie endémica, separada e incomunicada desde la época de las glaciaciones de sus parientes de los Alpes.

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Sotres (Vueltona)

Paredón del Albo

Escamellao

Horcada de los Grajos

Lago de las Moñetas

Vegas del Toro

2200 2100 2000 1900 1800 1700 1600 1500 1400 1300 1200 1100 1000 900 800

Sotres (Vueltona)

Distancia estimada: 15,4 km, con las siguientes distancias parciales: Sotres a las Vegas del Toro, 3,2 km; al Lago de Las Moñetas, 2,8 km; a la Horcada de los Grajos, 1,1 km; a El Escamellao, 0,3 km; al Paredón del Albo, 0,5 km; a Sotres, 7,5 km.

Altitud (m)

Desniveles: Subida acumulada: 1.352 m. Bajada acumulada: 1.352 m.

Hoyo de La Arena

Datos de la Marcha

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Distancia (km)

Duración previsible: de 6 a 7 h. Dificultad: La marcha es dura por los desniveles y pendientes que hay que vencer, además en algunos puntos es difícil seguir el camino, aunque hay bastantes hitos. Si la subida es sólo hasta el Lago de Las Moñetas los datos de la marcha son: Subida y bajada acumuladas: 904 m Duración previsible: 5 h.

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Dificultad: Mediana, ya que aún es un desnivel considerable, aunque las pendientes son algo menores y el camino más marcado que la posterior subida a los picos citados. Recorrido Desde la Vueltona (940 m), cerrada curva anterior a entrar en Sotres, sale una pista que baja hasta cruzar la Riega Cabau o del Robro y continúa subiendo suavemente por el valle del río Duje. Enseguida se llega a los Invernales del Texu, que quedan a la derecha. Al final de los mismos se encuentra una bifurcación, donde se seguirá de frente, ya que el camino de la derecha sube al collado de Pandébano. Unos 900 m después se pasa junto a la Llosa La Cal, un cercado con una cabaña en ruinas que se encuentra en la Vega Fresnidiello. A partir de aquí la pendiente va aumentando ligeramente. Se pasa la Riega del Onzón, que nace junto al Pico Valdominguero (2.266 m) y ha formado el Canalón de Jidiellu (izquierda, SE), para inmediatamente llegar a las Vegas del Toro (o de Sotres) (1.060 m). Nada más pasar las majadas se encuentra un camino que sale a la derecha (O) y entra en el bonito Valle de las Moñetas, con la Canal del Fresnedal de frente. Enseguida se encuentra el lecho de la Riega de Camburero, que baja por la Canal de Fresnedal, que se cruzará. Cien metros después El Escamellao desde las Vegas del Toro. Peña Castil desde la entrada a la Canal de Las Moñetas (izda.) y a la de Fresnedal (dcha.) se dejará el camino que se trae, pues sube hasta la Horcada de Camburero (es el camino a Peña Castil), para tomar otro a mano izquierda (O-SO) menos marcado, que siguiendo paralelo a la Riega de Las Moñetas sube por el pedregoso valle del mismo nombre. La pendiente aumenta paulatinamente a medida que se va subiendo. A la altura de los 1.440 m el camino se une a otro, que por la derecha viene de la Majada del Fresnedal. Enseguida se cruza el cauce de la Riega y se entra en las campas de la Vega de Carrazoso (1.525 m), encerrada entre peñas. El sendero, balizado con hitos, prosigue la ascensión y pasa junto a la espectacular Torca de Carrazoso, de 230 metros de profundidad. Algo más arriba se llega a una colladina (1.618) y se da vista a al gran Hoyo de la Arena, en cuyo fondo se encuentra habitualmente un gran nevero, cuyo deshielo origina una charca conocida como Llago Viejo (1.601 m). El sendero continúa en zigzags por la derecha del hoyo para pasar otro escalón rocoso de unos 100 m y alcanzar otro collado (1.725 m), dando vista al precioso y oculto Llago Las Moñetas (1.705 m). Se rodea esta depresión, dejando el pozo a la izquierda, por la parte baja del farallón que queda enfrente (S) hasta terminar la zona más vertical del cantil, donde se sale de la depresión por una abertura (SE). El primer tramo tiene una fuerte pendiente, que después disminuye al tomar el camino una trayectoria diagonal (E) a la ladera. Se sigue esta trayectoria por un camino poco marcado, que sube paulatinamente entre peñascos y alguna campa, hasta doblar el hombro que baja del Pico Paredón del Albo y acceder a la canal de Vallellón, donde se girará al SE (derecha) para abordar un fuerte repecho hasta alcanzar la 2


Horcada de los Grajos (2.001 m). En la misma Horcada, un poco hacia el E se encuentra la gran Sima del Horcado de los Grajos. El Escamellao es el pico que está a la izquierda (NE) del collado. Para acceder a él se tomará un camino que sube por el borde del farallón O del pico y que, entre llambrias, va dando una vuelta (primero NE, seguido E para terminar SE) por la zona N del pico hasta acceder al punto más alto del Vistas desde El Escamellao: Valle del Duje y Sotres; Vegas de Áliva y las montañas de Fuentes Carrionas a lo lejos. Escamellao (2.075 m), por un pendiente zigzag en los últimos metros. La perspectiva sobre el valle del Duje y de las Moñetas es privilegiada. Además se tienen “al alcance de la mano” los picos (de NO a SO) Peña Castil (2.439 m), Torre del Carnizoso (2.428 m), detrás del que asoma tímidamente el Pico Urriellu (2.518 m) (se ve mejor desde el Paredón del Albo), Torre del Oso (2.463 m), La Morra (2.553 m), Los Campanarios (2.569 m) y Tiros Navarro (2.596 m). De E a SE se encuentra el primer frente del Macizo Oriental, donde destacan la Morra de Lechugales (2.441 m) y Pico Cortés (2.371 m). Se bajará a la Horcada de los Grajos, para acceder al pico Paredón del Albo (2.129 m) se subirá bordeando por su base su farallón de la cara E, hasta llegar a la zona accesible y alcanzar la cumbre en dirección N-NO. Desde este pico se pueden ver todos los picos señalados anteriormente, sin embargo se tiene una mejor perspectiva de Peña Vieja (2.614 m) y Pico Santa Ana (2.529 m) al SO. La bajada del pico se realizará por el camino se subida, primero hasta la Horcada de los Grajos y después por el Lago de Las Moñetas hasta Sotres. Javier Tezanos 15-07-2010 Literatura consultada para texto y fotos 1. Rutas por las Montañas de Cantabria (Fernando Obregón Goyarrola). 2. http://www.foropicos.net/foro/. 3. http://www.reciecho.com/foro/.

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Cordal del Cuera: Arangas – Cabeza Torbina Entre los Picos de Europa y la costa, separando los concejos litorales de Llanes y Ribadedeva de los interiores de Cabrales y Peñamellera, se extiende una elevada sierra caliza que supera los 1000 metros de altitud ampliamente. Esta alineación se conoce habitualmente como Sierra de Cuera, aunque en sentido estricto Cuera sólo es la parte central y más elevada de la misma, una plataforma donde se ubican diversas brañas escondidas en un laberinto de depresiones calizas. Ya que el núcleo central de esta sierra está formado por calizas paleozoicas sometidas a un modelado kárstico muy intenso. La culminación de la sierra está formada por diversas cumbres cónicas que en muchos casos aparecen en la toponimia con la denominación de cabezas. Por lo general es una sierra pelada, aunque por las laderas del Jorcón de Moreda ascienden hayas de gran tamaño. En La Molina, el Cuera parece unirse a los Picos de Europa, en torno a un pozo profundo, de aguas limpísimas, que vierte sus aguas al S por el río Cares (al que se une el río Ribeles en Arenas de Cabrales) y al N al mar por los ríos Purón y de las Cabras. Esta zona es escarpada y curiosa, pues los montes parecen surgir desde el mar, a muy pocos km de la costa, y llegan a las alturas de los Picos de Europa. En torno a Llanes hay diversas sierras planas, algunas sobre el mar, como las de Cué y Pimiango, otras más al interior, como las de Purón, La Borbolla y Los Carriles, que viene de la zona de Llamigo para caer sobre la costa cerca de San Antolín de Bedón. Las sierras de La Borbolla y de Los Carriles son de cierta extensión, con vegetación y caza, pero tan sólo la de Los Carriles está habitada. Otras cumbres destacadas del cordal son la Cabeza Liño (1.179 m) el Pico el Paisano (809 m), famoso por su capilla, y Peña Jana (609 m), todas ellas en el sector oriental de la sierra, en la parte perteneciente al Valle de Peñamellera. En la zona occidental de Cuera sobresale la mole de Peña Blanca (1.176 m), escenario de duros combates durante la Guerra Civil. La cima más elevada de todas ellas es Cabeza Torbina (1.315 m), de aspecto piramidal, vista desde Llanes. Esta denominación se usa en los pueblos cabraliegos y en los del Valle de Peñamellera, que se reparten casi todas las brañas de Cuera. En Llanes, sin embargo, se la conoce como Pica Turbina, teniendo también derechos de pasto en algunas zonas de Cuera varios de los pueblos de este concejo costero. Este pico está formada por dos cumbres: la del S es la más alta pero la N es la que ofrece mejores vistas, a pesar de su menor altitud. La primera se denomina La Cabeza Grande, y la más baja recibe el nombre de La Cabeza Chica. Por su estratégica situación a medio camino entre la costa y los Picos de Europa, las cimas del cordal de Cuera constituyen miradores privilegiados con unas panorámicas magníficas. Pero su conquista en ningún caso es fácil, siempre requiere superar desniveles importantes por senderos no demasiado cómodos. A pesar de su altitud relativamente moderada, estos montes prelitorales son muy agrestes, con grandes extensiones de lapiaz poco menos que intransitable, y numerosas depresiones cerradas en las que la orientación se complica bastante. Por si fuera poco, la cercanía del mar determina que la niebla resulte muy frecuente en esta sierra, que en muchos aspectos se parece, sin desmerecer, a los propios Picos de Europa. Datos de la Marcha Desniveles: Subida acumulada: 1.002 m. 1


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Torbina, Cabeza Chjica

Torbina, Cabeza Grande

Majada Piedra del Oso

Concha Gobiu

Canal de Gobiu

Collado de Trebes

Braña Vega

Majadas de Lodevega

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Arangas

Distancia estimada: 9,7 km, con las siguientes distancias parciales: Arangas a las Majadas de Lodevega, 0,8 km; a Braña Vega, 0,4 km; al Collado de Trebes, 0,4 km; a Concha Gobiu, 1,2 km; a la Majada Piedra del Oso, 0,4 km; a la Cabeza Grande del Torbina, 1,6 km; a La Cabeza Pequeña, 0,1 km; vuelta a Arangas, 4,8 km.

Altitud (m)

Bajada acumulada: 1.002 m.

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Distancia (km)

Duración previsible: 5 a 6 h.

Dificultad: Mediana, pues aunque corta hay que subir fuertes desniveles. En cualquier caso, se puede hacer tan fácil como se quiera al volver al punto de partida por el mismo camino. Recorrido La ascensión se inicia junto a la iglesia de Arangas (San Pablo)(350 m), a la sombra de un tejo monumental. Desde allí, se seguirá por el camino del cementerio, para conectar algo después con una pista nueva que asciende desde la carretera, que enseguida se empina para llegar a Lodevega (500 m), majada situada en una empinada vertiente al pie del murallón de Cuera. También se puede dejar la pista, poco después de haberla tomado, y subir a la izquierda por un camino que asciende por los prados, más llevadero que la empinada pista. Una vez en Lodevega, la subida continúa una ladera cubierta de matorral. Hay que seguir una senda que lleva progresivamente hacia la derecha, en dirección NE aproximadamente. Enseguida se pasa junto a las cabañas de Braña Vega (580 m), para continuar de ladera por la vaguada de Vertiente Infantes hasta su cabecera y casi alcanzar el collado de Trebes (715 m), situado en un contrafuerte de la alineación principal y cercano a una finca con una casa. Por encima del collado se extiende una empinada y despejada ladera en la que apenas hay referencias, aunque se encuentran sin problemas los zigzags del camino que sube al Cuera por la Canal de Gobiu. Después de mucho subir se alcanza por fin el reborde de la ondulada plataforma de Cuera, La Concha Gobiu (1.075 m), que ofrece un paso sencillo en la muralla rocosa que interpone la sierra de Cuera y es un lugar muy propicio para tomarse un descanso contemplando el desnivel ascendido desde el valle, así como las cumbres de los Picos de Europa, que asoman por detrás de otras más próximas. Ahora se debe continuar en dirección E-NE, dejando en primer lugar a la izquierda la cumbre de Llacia de Gobiu (1.194 m) y siguiendo algunas trazas de paso entre dolinas. Más adelante se rodeará por su ladera S la primera cumbre significativa, Peña Llacia (1.237 m). Enseguida se descubrirán unas cabañas ocultas en una pequeña depresión, es la majada Piedra del Oso (1.090 m) (perteneciente a Rozagás, pueblo de Peñamellera Alta). Se sigue en dirección NE hasta alcanzar el collado Sur (1.138 m), muy cercano a la cima, a la izquierda del cual (O) se encuentra el Barranco de Torbina y a la derecha (SE) los picos de Riaña. Desde aquí ya se tiene la referencia visual del Torbina y se continúa la ascensión por una cresta rocosa, evitando los hoyos y las zonas rocosas y buscando el terreno más herboso, hasta la primera 2


de las dos cimas de este pico Cabeza Grande (1.317 m), que está señalado por el mojón del IGN y tiene una caseta con una antena. Avanzando un poco más al N se encuentra la segunda de las cumbres, Cabeza Chica (1.316 m), con mejores vistas que la primera, especialmente sobre la costa del concejo de Llanes. Esta cima está coronada por una cruz.

Cima de Cabeza Torbina: Cabeza Grande y Cabeza Chica. Panorámicas: Costa de Llanes desde la cima; Abismos de la sierra de Cuera sobre el Cuetu la Cerralosa; Hacia Peña Blanca con El Sueve al fondo. Hacia Peñamellera. (http://www.mendikat.net/)

El Torbina es uno de los mejores miradores de Asturias, dominando desde la altura todo el litoral del oriente asturiano, y también la costa de Cantabria occidental hasta Cabo Mayor. Con sólo darse la vuelta se tendrá también una de las panorámicas más completas que existen sobre los tres macizos de los Picos de Europa, distinguiéndose especialmente bien las cimas del macizo central, con el espectacular Picu Urriellu. La panorámica también es privilegiada sobre toda la zona alta de esta agreste alineación de Cuera, llena de depresiones calizas en las que se ocultan pequeñas majadas con cabañas. Hacia el O, por detrás de Peña Blanca (1.176 m), aparecen las demás sierras prelitorales del oriente asturiano, hasta el lejano cordal del Sueve. Por último, hacia el E, a la izquierda de los Picos, también se distinguen numerosas montañas de Cantabria. La vuelta se realizará por el camino de la subida, lo que propicia que esta marcha sea tan difícil como cada uno quiera hacerla, ya que existe la posibilidad de volverse en cualquier momento. Javier Tezanos 30-10-2009 Literatura consultada para texto y fotos 1. Rutas por las Montañas de Cantabria: Tercera serie: Rutas 51 a 100 (Fernando Obregón Goyarrola). 2. Foros de Internet. 3


3. 4. 5. 6.

http://www.pirineos3000.com/ http://turbinaweb.blogspot.com/ http://www.mendikat.net/ http://sigpac.mapa.es/fega/visor/

4


Noriega - Pico El Paisano - Panes El largo y elevado cordal de Cuera, cuyo pico culminante es Cabeza Torbina (1.315 m), se prolonga por el E hasta el río Deva, en los límites con Cantabria, separando la costa de Llanes y Ribadedeva del Valle de Peñamellera. La sierra va perdiendo progresivamente altitud hacia el E, si bien conserva todas las características del sector central de Cuera, con una meseta culminante salpicada de hoyos y majadas, y laderas de gran inclinación que descienden rápidamente hasta el fondo de los valles. La cumbre más conocida de este sector oriental del cordal es el denominado Pico El Paisano (804 m). En esta cima se ubica desde el año 1960 una pequeña capilla dedicada a San Antonio. La denominación del pico y la existencia de la capilla se deben a un paisano del vecino pueblo de Abándames (Peñamellera Baja), que como tantos otros emigró a América llevándose el recuerdo de estas montañas que le vieron nacer. A su regreso, este indiano sufragó la construcción de la capilla, en cumplimiento de una promesa hecha entre la vida y la muerte. En el interior hay una imagen del Sagrado Corazón en azulejo con la inscripción: “Dios os guarde visitantes, amaos los unos a los otros como yo os he amado”. Encima del pórtico de la ermita, en un azulejo a mano izquierda, hay una inscripción que dice lo siguiente: “Esta ermita, la mandó construir en el año 1960 un caballero católico para cumplir, en piedra, junto a las montañas e intrincados vericuetos, que le vieron crecer, la promesa izada y mantenida entre, la vida y la muerte”. Junto a la capilla, actualmente bastante abandonada, hay una placa en memoria de los paisanos, emigrantes e indianos que reza: “En memoria a todos los emigrantes de estos valles. ¡Vivan nuestros paisanos! ¡Vivan nuestros indianos! ¡Vivan! 1492-1992”. El lugar es escenario todos los veranos de una famosa y concurrida romería que se celebra el último domingo de julio. En alguna ocasión también se han celebrado bodas, como la protagonizada por Andrea Lebeña (de Abándames) y el actor gijonés Félix Corcuera (conocido por su papel de cocinero en la serie de televisión “Cuéntame”), que se casaron el 6-8-2005, siguiendo una tradición de la familia de la novia, ya que los padres de ésta, Andrés Lebeña y Socorro López, se casaron también en este mismo pico. En este caso se da también la coincidencia que el cura que subió hasta el lugar para casar a los jóvenes, Bernardino Hospital, fue el monaguillo que ayudó al sacerdote que casó a sus padres. A los pies de la sierra se extiende el Valle de Ribadedeva (o Ribadeva), delimitado al Norte por el mar, al Este por el río Deva, que sirve de frontera con Cantabria, y al Oeste por el más modesto río Cabra, tras el cual se extiende el llamado Valle Oscuro, perteneciente al concejo de Llanes. Ribadedeva, como el vecino Valle de Peñamellera, formó parte históricamente de Las Asturias de Santillana, pasando a las de Oviedo en 1833, al crearse la actual división provincial. Es un valle muy tranquilo y agradable de recorrer, salpicado de lugares de interés cultural tales como la cueva del Pindal en Pimiango, la torre medieval de Noriega, o las casas de indianos de Colombres, la más destacada de las cuales alberga hoy en día un archivo y centro de estudios de la emigración asturiana a América. Como nota final, es necesario comentar que el topónimo de Pico el Paisano está mal ubicado en los mapas actuales (1:25.000), ya que tanto éste como el Muniaco (Muniano en el mapa) han sido desplazados una cumbre hacia el O, por tanto estas tres cumbres implicadas en el error son (de O a E): Cueto Fabariego (818 m) (43º 20' 40,02'' N; 4º 38' 35,42'' O); Pico Paisano (804 m) (43º 20' 38,00'' N; 4º 38' 19,66'' O); Pico Muniaco (689 m) (43º 20' 34,41'' N; 4º 38' 0,35'' O). 1


Datos de la Marcha

Marcha completa con subida al Pico

Panes

Sieso

600

Alevia

700

La Pereda

Noriega

800

400

Pico El Paisano

500 Minas El Pilar

Distancia estimada: 16,5 km, con las siguientes distancias parciales: Noriega a la Minas del Pilar, 5,2 km; a Pico El Paisano, 3,1 km; a Alevia, 4,7 km; a Panes 3,5 km.

900

Altitud (m)

Desniveles: Subida acumulada: 837 m. Bajada acumulada: 902 m.

1000

300 200 100 0 0

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Distancia (km)

Duración previsible: 5 h. Dificultad: Fácil a mediana, ya que hay que subir 837 m, aunque por desniveles moderados.

Marcha hasta las Minas El Carmen, sin subir al Pico Desniveles: Subida acumulada: 487 m. Bajada acumulada: 552 m. Distancia estimada: 11,0 km. Duración previsible: 4 h. Dificultad: Fácil.

Marcha por el Collado de Piedrahita a Alevia Desniveles: Subida acumulada: 455 m. Bajada acumulada: 520 m. Distancia estimada: 11,5 km. Duración previsible: 4 h. Dificultad: La más fácil. Recorrido La marcha comienza en Noriega (90 m), antigua capital del valle de Ribadedeva. En las inmediaciones de este pueblo se puede contemplar una bonita torre medieval almenada, situada en lo alto de un montículo. Esta torre son los restos de lo que fue palacio y fortaleza defensiva del siglo XIII, es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura militar medieval de Asturias. Se trata de una torre cuadrada con muros gruesos y rematada en almenas, perteneciente al periodo de la monarquía cántabra. Fue mandada construir por don Iñigo Noriega Laso (de donde viene el apellido y el nombre del pueblo). Sus arpilleras, puertas reducidas, foso y puente levadizo (que conservó hasta el siglo pasado) dan fe de la finalidad defensiva de esta construcción. Hoy se encuentra en lamentable estado de abandono. Cuenta la leyenda que los Noriega, familia de destacados militares, descienden del mismo Pelayo y según algunos 2


historiadores en esta casa palacio durmió el rey Carlos I en 1517, a su llegada a España camino de ser coronado rey.

Noriega, vista general y detalles de su arquitectura rural

Se inicia el recorrido tomando la carretera que lleva a Boquerizo, siguiéndola durante unos 800 metros, hasta el barrio llamado La Pereda (105 m), donde se coge una desviación a la izquierda, por una pista hormigonada, que termina a la altura de la casa de La Encina, en la Braña de La Teja (125 m). A partir de aquí, aumenta la pendiente del camino. Un poco más adelante se llega a una cancela (para evitar el paso del ganado). Pronto se gana altura por la ladera de la sierra y, poco después, se cruza un puente sobre el río La Garma (170 m) para cruzar una zona boscosa, después de lo cual el camino hace un zigzag y pasa junto a las cabañas de El Fresnu (210 m). Aquí se llega a un camino que viene de La Argañosa, donde se tomará el ramal de la izquierda, que enseguida llega a las cabañas de El Sel (230 m). La estrecha pista que se sigue se vuelve pedregosa y empieza a ganar altura hacia la Sierra del Cuera. La ascensión continúa pasando por la zona de praderías de El Acebal (340 m), donde se pueden ver varias cabañas (algunas en buen estado) dentro de los prados cercados con pared. Se sigue ganando altura por la ladera de la sierra mediante unos tornos, después de los cuales se llega a una bifurcación (460 m). Se seguirá de frente, ya que el camino que sube a la izquierda cruza la sierra para bajar después a Alevia (acortamiento más fácil de la marcha). Algo más adelante, en una curva (500 m), tiene su inicio un camino que va por la derecha y pudiera servir de atajo, sin embargo, como su comienzo y su trazado no están muy claros (se ha cerrado por falta de uso), es recomendable seguir el camino principal. 3


Continuando por la ancha pista y tras pasar un collado (541 m) se sigue subiendo para llegar a las abandonadas instalaciones de las antiguas Minas El Pilar (572 m). Estas minas de hierro y manganeso, cerradas hacia finales de los sesenta, tuvieron bastante actividad, llegando a trabajar, en la época de mayor producción, unos 70 mineros. Todavía pueden observarse los restos Mina de El Pilar, restos y entrada a la mina de la antigua mina, quedando la caseta del transformador, el depósito del agua y una especie de molinos de tolva, además de los pozos de extracción del mineral que se encuentran sellados. A la derecha de la pista, en la hondonada de la mina, hay un abrevadero y una gran charca.

Algo después se llega a una bifurcación inmediata a una ruinosa cabaña. El camino de la izquierda lleva hacia Alevia (que se tomará en caso de no querer subir al pico, opción fácil), por lo que se seguirá por el de la derecha, entre fincas cerradas con muros de piedra y cabañas semiderruidas. Enseguida se pasa por el Collado de los Gamones (605 m) y sigue entre los cercados de las majadas, aunque de vez en cuando el camino no está claro, pero siempre se puede seguir alguna traza, con dirección predominante al O. Entre alguno de los collados que quedan a la izquierda (S) se puede contemplar el Naranjo de Bulnes. Un poco más allá se encuentran dos bifurcaciones seguidas. Se irá a la izquierda en la primera y se subirá a la derecha en la segunda, para divisar algo después el Pico Muniaco (689 m), reconocible por las antenas de Retevisión y una caseta ubicadas en su cima. El camino se dirige hacia él, pasando junto a diversos prados cercados y cabañas en ruinas. Al llegar al pie del pico, el camino lo rodea por la derecha (N) y baja un poco, momento en el que se descubre al frente el Pico El Paisano (804 m), coronado por la capilla. En este mismo lugar conecta por la derecha el camino que se señaló como atajo. Con la referencia de la cumbre, se continúa entre cabañas y se atraviesa el prado de una majada, de las que componen la Braña La Pipa (630-640 m), situada en Dos aspectos de la Braña La Pipa, con los Picos y el Naranjo al fondo. la base misma del pico. Esta braña está formada por un grupo de cabañas, algunas derruidas, y pequeñas fincas cerradas con muros de piedra, de altura superior a la normal. Desde aquí sólo restan 170 m de desnivel, que se ascienden mejor por el lado N. Primero se sigue un camino que asciende suavemente en la base de la ladera, para después continuar subiendo en pronunciado zigzag por las intermitentes trazas de sendero. Finalmente se corona el pico sin muchos problemas.

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La cumbre del Pico El Paisano (804 m) está ocupada por la capilla de San Antonio. La panorámica es realmente buena: al N se extiende el Valle Oscuro (Concejo de Llanes), la casi totalidad del concejo de Ribadedeva y el mar, dominándose toda la costa occidental de Cantabria; por el E la vista alcanza hasta las montañas pasiegas y Peña Sagra; hacia el S se contemplan los tres macizos de los Picos de Europa y sus estribaciones, destacando en particular el Naranjo de Bulnes; al O se levantan las cimas culminantes de Cuera, destacando Cabeza Torbina, prolongación de este cordal. La vista es especialmente aérea sobre el Valle de Peñamellera, al Sur y Sureste, con el pico Peñamellera como divisoria de los dos concejos en primer plano; casi debajo de la cumbre el pueblo de Llonín con su ramal de carretera que enlaza con la del desfiladero del Cares y más a la izquierda el alargado pueblo de Abándames (pueblo natal del paisano), en la zona más amplia del valle, y las casas de Panes al otro lado del río Deva.

Vistas desde el Pico el Paisano. En la primera, el pueblo de Llonín junto al pico Pendendo (532 m)

La bajada se puede hacer a derecho por la loma NE hasta encontrar el camino de la base, por el que se comenzó la subida, siguiendo después el mismo itinerario hasta la bifurcación de las Minas del Pilar. Una vez aquí, se tomará el ramal de la derecha que, por una pista cubierta de suave césped, lleva hasta el collado denominado “La Escalá” (577 m), por donde se bajaba el mineral hasta el cargadero. Desde esta atalaya se tienen unas magníficas vistas de la otra vertiente del Cuera, ya que se domina el desnivel existente hasta el fondo del valle donde en la amplia vega bañada por el río Deva-Cares se asientan el pueblo de Alevia y la cercana localidad de Panes. Una vez cruzada la alambrada que cierra el collado, se toma un sendero bien marcado (que también recibe el nombre de “Camino de La Escalá”, que al principio baja en cerrado zigzag excavado en la 5


roca, bordeando por la izquierda el murallón rocoso de la Peña de la Espina, para después continuar de ladera, por un camino estrecho pero cómodo, por encima del cual es todo sierra y por debajo comienzan las praderías de Alevia. Ya cerca de esta población se encuentra una pista en la que seguirá de frente, para atravesar en un bosquete y llegar a la pista que desde Noriega viene hasta Alevia (que se citó como opción de mayor facilidad), en las inmediaciones del cementerio de este pueblo, y alcanzar las primeras casas, una de las cuales tiene un original lavadero, perfectamente conservado. La aldea de Alevia (330 m, en el centro del pueblo) está situada en la vertiente meridional de la sierra del Cuera, en la falda del pico Llueres (706,m) dominando desde su estratégica atalaya todo el valle bajo de Peñamellera. Por todo el pueblo se pueden ver espléndidas casonas con sus escudos heráldicos, de los siglos XVII y XVIII, en su mayor parte construidas con los dineros de los indianos de la zona enriquecidos en ultramar. En lo que respecta a la arquitectura civil cabe destacar la Quinta de Arriba. Se trata de una vivienda residencial construida por José Lizama (indiano de Cuba). Enclavada en amplia finca cerrada por muro de mampostería, y excelente rejería, dispuesta entre pilares rematados en piña en los extremos y en jarrón los del portón principal. El edificio es de planta rectangular y se desarrolla en tres plantas y desván. Hay otra casona llamada Quinta de Abajo, que, aunque bella en su traza, no es tan espectacular como la de arriba.

Alevia: Situación en la ladera del pico Llueres. Ermita de San Antonio y su torre exenta (Torre de Alevia). Iglesia de San Juan y Quintas de Arriba y de Abajo La arquitectura religiosa está representada por la Iglesia de San Juan y la ermita de San Antonio. La primera, profundamente transformada, mantiene restos de su primitiva construcción gótica (de finales del XIV o inicios del XV) apreciables en la hechura apuntada del arco triunfal, en los motivos esculpidos en los capiteles de dicha curvatura, y en la bóveda de crucería del presbiterio. Destaca, una cara humana, un ramo de vid, un pájaro, otra cara humana y un águila en el capitel imposta izquierdo. Una estrella o flor tetrapétala, una cara humana, dos estrellas o tetrapétalas, otra cara humana, dos tetrapétalas más, un tercer, rostro y una flor de lis lo hacen del derecho. Merece mención la gran pila bautismal de granito que adornan sencillas molduras. 6


La ermita de San Antonio, que se asienta sobre un altozano, es un pequeño templo situado en una explanada a la entrada de Alevia, desde donde se divisa un magnífico panorama de gran parte del Valle Bajo de Peñamellera. Quizá se tratase originalmente de una ermita de mayores dimensiones, cuya nave pudo haberse acortado a consecuencia de un derrumbamiento. Presenta un pequeño pórtico a la entrada y, en su interior, un arco triunfal de medio punto da paso a la cabecera cuadrada, cubierta con bóveda octopartita. Es una obra de época moderna, en su forma actual. Junto a esta capilla se encuentra la Torre de Alevia, que es la torre exenta de la capilla (ambas edificaciones forman un conjunto de gran belleza y hermosas vistas). Esta torre fue costeada conjuntamente por los vecinos y los americanos residentes en Cuba en la tercera década del siglo XX, aunque se concluyó años más tarde. La construcción es muy esbelta, con un sólido zócalo sobre el que se elevan tres cuerpos de volumen decreciente, con mampostería y sillar en los ángulos. En el cuerpo intermedio se ubica el reloj, y el último es abierto en las cuatro caras, asomándose los balcones al espectacular panorama del valle del Deva. Esta obra puede considerarse heredera directa de las torres del reloj barrocas que existen en Noreña, Luanco y Lastres, a la vez edificios funcionales usados como cárcel o punto de vigilancia y símbolos del poder municipal frente al de la iglesia o las grandes familias, tradicionales constructoras de edificios torreados.

Se sale de Alevia por la sinuosa y estrecha carretera, construida con el esfuerzo económico de los emigrantes, que después de 2,5 km de pendientes curvas llega al barrio de Siejo (25 m, junto al río).

Siejo: Aspecto general. Quinta de los Mier, con su escudo. Puente antiguo sobre el CaresDeva, con Panes a continuación (princ. s. XX). Iglesia de San Andrés.

El pueblecito de Siejo está separado de Panes por el río Cares-Deva, que por este punto se ensancha camino del mar Cantábrico para formar la ría de Tina Mayor. Fue filial de Alevia hasta que se desgajó definitivamente en 1991, quedando ahora como pueblo y no como barrio. A la entrada se encuentra un humilladero y aún se puede observar en pie la pared sur de una torre bajomedieval relacionada con el antiguo puente (la obra actual de éste es completamente moderna, construido en los años 2002-03 para el tráfico de vehículos dentro de la obra de

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acondicionamiento de la carretera Siejo-Niserias) que, desde Panes, permite cruzar el Deva en dirección a Cabrales. En la arquitectura civil cabe destacar el palacio-casona de Quintana de los Mier (de finales del siglo XVI), ubicado en el centro de la localidad, de sobriedad renacentista de finales del XVI, tiene planta rectangular, con dos pisos y buhardilla. El escudo familiar se muestra en el piso noble que, a diferencia del bajo, se realizó en sillar. Siejo tiene también una playa fluvial. La arquitectura religiosa se compone únicamente de la Iglesia Parroquial de San Andrés. Sus trazas iniciales serían del XVIII, aunque fue muy remozada, sobre todo durante el XX. De planta rectangular que engloba nave única y cabecera cuadrada ligeramente más estrecha. Presenta pórtico al sur abierto sobre cuatro pies derechos rematados con zapatas y pequeña sacristía adosada al lado norte de la cabecera.

Pasado el puente se entra en Panes (25 m) capital de Peñamellera Baja, localidad de aspecto moderno con conjuntos de apartamentos a lo largo de la carretera general, siendo el centro comercial y administrativo de este valle. El Panes moderno se articula en torno a la carretera de Palencia a Tinamayor, ultimada a comienzos del siglo XX. A ambos lados de la misma se descubren interesantes edificios, debidos al capital indiano, y construidos en las primeras décadas del siglo XX según modelos eclécticomodernistas, tradicionales y montañeses. La Plaza Nueva (1934-1935) fue costeada por el indiano Ángel L. Cuesta y proyectada por el ingeniero Pío Linares; en ella se integran las escuelas, la bolera, y el Museo de Los Bolos de Asturias. En el barrio antiguo abundan los edificios de buena cantería, y marcados cortafuegos, destaca la Casona que muestra un gran arco de acceso fechable en las postrimerías del XVI. Entre los edificios destacables cabe reseñar, su templo parroquial, la historicista iglesia de San Vicente, que ocupa el lugar de la construcción románica destruida en 1936 y restaurada a mediados del XX. Se trata de una iglesia de nave única rectangular con crucero apenas destacado en planta y cabecera recta a la que se adosa la casa rectoral. Otra iglesia de estilo Románico (igualmente destruida en 1936) es la de San Juan de Ciliergo, situada a unos 500 metros de Panes en dirección hacia Potes. Se trata de un templo de finales del XIII. Presenta planta rectangular, con una sola nave y cabecera cuadrada cubierta con bóveda de cañón y contrarrestada al exterior por contrafuertes angulares, y una saetera en el costado meridional. Cuenta con esbelta espadaña de dos arquillos y portadas de medio punto al sur y al oeste, sin decoración. Interesantes resultan el arco del triunfo y sus capiteles en el interior (decoradas con grandes hojas nervadas y palmeras), al igual que los restos escultóricos de la fachada oeste. El Palacio de San Román, cerca de Panes, es un magnífico palacio rural de época barroca (siglos XVII-XVIII). Está compuesto de casona, con fachada clasicista, capilla exenta y diferentes dependencias de uso agropecuario. Está delimitado por una cerca de piedra en la que se incluyen la capilla y las dependencias del servicio. Se accede a este palacio de planta rectangular atravesando alguno de los tres arcos de medio punto que anteceden la amplia puerta adintelada. En la primera planta destacan tres balcones enrasados situados a la altura de los arcos de medio punto. Sobre el balcón central aparece, enmarcado en piedra, el escudo cuartelado con la leyenda “Estas son las armas de los Mier”. Un pasaje elevado comunica el palacio con la capilla, de planta rectangular y bóveda de crucería. Completan el conjunto palacial cuadras y pajares, situados en dos edificaciones de base rectangular, alargadas y paralelas. 8


El singular Museo de Los Bolos de Asturias está situado en la Plaza de Panes, abrió sus puertas al público en Abril de 2003. En él se presenta de forma sencilla y didáctica lo que ha sido el juego de los bolos en Asturias, a la vez que realza la importancia histórica de este juego y su trascendencia cultural como práctica que aúna aspectos sociales, culturales, y deportivos. Finalmente, el chalé Montañés La Atalaya que es una vivienda unifamiliar, de los años 19201930, exenta, concebida en estilo regionalista en su modalidad montañesa.

Panes: Vista de una calle, con la iglesia al fondo. Museo de los Bolos. Chalé Montañés La Atalaya. Tres aspectos del Palacio de San Román. Iglesia de San Juan de Ciliergo.

Recorridos alternativos El primer acortamiento de la marcha se puede hacer al llegar a la desviación que se encuentra a 460 m de altitud, siguiendo por la izquierda, ya que este camino, después de pasar junto a unas majadas sitas en el collado de Piedrahita (548 m) baja a Alevia. Este sería el camino más fácil. Un poco más dificultoso (aunque fácil) es acortando al llegar a las minas de El Pilar, donde se seguirá de frente para tomar el camino que comenzando por los tornos del “Camino de La Escalá”, baja directamente a Alevia, sin necesidad de subir al pico. Javier Tezanos Literatura consultada para texto y fotos 10-02-2011 1. Rutas por las Montañas de Cantabria (Fernando Obregón Goyarrola). 2. http://www.aytopanespbaja.com/. 9


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Cardaño de Arriba – Pico Murcia El Pico Murcia (2.341 m) es una arquetípica montaña de forma cónica, cuya cumbre es limítrofe de las provincias de León y Palencia, que se halla formando parte de una especie de arco con otras cimas más conocidas que van desde el pico Espigüete (2.450 m) para terminar en el Alto de Tres Provincias (2.497 m). Este monte cierra el circo de Fuentes Carrionas por el SO, cayendo casi en la vertical de Cardaño de Arriba. Al estar escoltando por uno de los colosos de la zona, el Espigüete, queda eclipsada su relevancia, aunque sus vistas son excelentes, destacando la impresionante de la cara norte de este coloso, al que da la impresión de poderlo alcanzar con la mano. El recorrido típico para la subida a este pico consiste en una aproximación cómoda por el fondo de un valle de Valcabe, para abordar la fuerte subida, casi directa, al pico salvando importantes pendientes en 700 m de ininterrumpida ascensión. La bajada se puede hacer por varios sitios: 1. La más fácil es bajar por el camino de subida. Que además tiene la ventaja de no ser necesario llegar hasta la cima, con lo que la marcha se puede hacer tan fácil como se quiera. 2. La segunda opción (que será la que se describa en este itinerario), descendería hacia el Sur desde la cumbre del Pico Murcia (2.341 m) hasta el alto de Cerezuela (2.190 m) continuando por el cordal hasta El Castillo (2.045 m), para bajar directamente a Cardaño de Arriba. Es de hacer notar que este último descenso está lleno de escobas, por lo que se puede hacer incómodo el tránsito. 3. Con este mismo comienzo de bajada, desde el alto de Cerezuela, una vez comenzada la bajada hacia la Peña El Castillo, se sigue por la loma S para alcanzar el cauce del arroyo Mazobres, donde se pueden contemplar sus cascadas, para terminar en la carretera de Cardaño, a casi 2,5 km de Cardaño de Arriba. 4. La última opción sería bajar por la cresta NE hasta el collado de Peñas Zahurdias (2.110 m) y desde allí en dirección SE descender todo el valle hasta encontrar el camino de subida, junto al arroyo Valcabe. Cardaño de Arriba (1.440 m) es el segundo pueblo más alto de la provincia de Palencia (el primero, aunque despoblado, es Valsurvio con 1.500 m), se encuentra situado en la margen izquierda del río Cardaño o Grande, al cual, unos metros más arriba, se le unen los arroyos de Valcabe, Hontanillas y de las Lomas. Debido a su situación, las condiciones de vida para las gentes que lo habitaron eran casi infrahumanas, no tenían luz eléctrica y por su situación geográfica (entre altas montañas) es el pueblo que menos horas de luz natural disfruta al año de toda la provincia. Llega a extrañar que haya tardado tanto tiempo en despoblarse, ya que esto ha ocurrido en fechas muy recientes, aunque en los mejores días del estío reciba la visita de alguno de sus últimos pobladores y hayan instalado una Casa Rural. En esta zona no ha existido ningún tipo de cultivo, ya que el terreno no lo permitía y su única riqueza económica, era la ganadería a pequeña escala. Quizá sea éste el origen de su nombre, pues se dice el nombre de Cardaños (Suso y Yuso) es de raíz pastoril, misión ésta a la que se dedicaron desde siempre los pobladores de esta zona. Respecto a su nombre hay quien piensa que quizá sea latino derivándose de Cardus “cardo”, sería pues un lugar de 1


cardos. Otros autores piensan en una etimología cántabra (esta zona fue dominio de los aguerridos Cántabros) Gar-di-ania que podría significar algo así como “el terreno de los picos”. La arquitectura y distribución de las viviendas no tiene grandes cosas que resaltar. Su iglesia está dedicada a su patrón San Lorenzo. Este Santo está relacionado con la mítica leyenda del Lago Curavacas, en la que la tradición cuenta que en cierta ocasión un labriego de un pueblo cercano, se dirigía con su carro a casa por los altos de Pineda, acompañado de su hijo, cuando vio interrumpido su transitar por una gran nevada, ya que era principios del invierno. Ante el hecho de no poder seguir adelante, dejó el carro, y a su hijo en él junto a la pareja de bueyes, con el fin de que estos le diesen calor con su aliento, y comenzó andar en busca de socorro. La nieve, que había caído de manera copiosa (como suele hacerlo en esta zona) había borrado todos los senderos, por lo que el labriego se vio perdido, llegando cerca del Lago Curavacas, cuyas aguas estaban serenas como límpido espejo. Sin embargo, al acercarse a la orilla, las aguas se encresparon, brotando del fondo del mismo atronadores rugidos producidos por el alma de un hombre que había muerto ahogado en él. El paisano asustado por tan tenebroso ruido, ofreció a San Lorenzo, santo de su devoción, diez libras de cera si le sacaba de aquel trance. Así fue, el tiempo se calmó y cuando regreso al pueblo a pedir ayuda, se encontró a su hijo y al carro con las vacas. El labriego le interrogó, preguntándole quien le había llevado allí y el rapaz le contestó, un joven llamado Lorenzo el cual me ha dicho, que en los pueblos de estos alrededores se ofrezcan todos los años diez libras de cera para que Dios les proteja del alma en pena del Pozo Curavacas. Datos de la Marcha Desniveles: Subida acumulada: 951 m. Bajada acumulada: 951 m.

2200 2000 1900

Alto Cerezuela

1800 Pico Murcia

Distancia estimada: 9,8 km, con las siguientes distancias parciales: Cardaño de Arriba al Pico Murcia, 5,3 km; al alto de Cerezuela, 0,6 km; al Cerro del Sillar, 1,8 km; a Cardaño de Arriba, 2,1 km.

Altitud (m)

2100

1700 1600 1500

Cerro del Sillar

2300

Cardaño de Arriba

Cardaño de Arriba

2400

1400 0

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3

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5

6

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9

10

Distancia (km)

Duración previsible: 6 h.

Dificultad: Mediana, aunque se puede hacer tan corta como se quiera al coincidir el punto de partida con el de llegada. Recorrido Desde el aparcamiento de Cardaño de Arriba (1.430 m), sin cruzar el puente que da entrada al pueblo, se toma el pedregoso camino (carretero en sus tiempos) que en dirección N trascurre casi paralelo al arroyo de Las Lomas. Primero se deja el refugio del Club Espigüete a la derecha, y más adelante se cruza un bosquecillo de abedules. Enseguida el sendero comienza a ganar suavemente altura pasando junto a una fuente que está a la izquierda del camino. Al poco rato se cruza un pequeño puente (1.460 m) de hormigón con pasamanos metálico que cruza el arroyo Valcabe, que desciende por la izquierda cediendo sus aguas al arroyo Las Lomas que baja 2


por la derecha y que más abajo formarán el río Cardaño. Nada más pasar el puente se toma el sendero de la izquierda (0) que se adentra en el valle de Valcabe, dejando ésta a la izquierda.

1

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2

E

O 3

S

N

3

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Panorámica de 360º desde la cima del Pico Murcia (http://www.rutas-fuentescarrionas.tk/).

Durante un rato, la pedregosa pista recorre la ladera SO del pico Navarro (1.926 m), que queda a la derecha, para salir al inicio del paraje conocido como Ancho Valcabe donde las aguas del arroyo bajan con fuerza formando pequeñas cascadas. Al fondo y relativamente cercana se divisa la gran mole triangular del Pico Murcia. Minutos después se pasa un pequeño puente, esta vez de madera, que cruza sobre el arroyo Hontanillas o Valcaliente el cual desciende caudalosamente entre rocas y brezos por el agreste valle del mismo nombre, que queda a la derecha, confluyendo cerca de aquí con el arroyo de Valcabe.

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El camino continúa en dirección O por un sendero bien marcado entre praderías hasta llegar a la confluencia del arroyo de Valcabe con el arroyo de la Cuenca, que desciende de las Peñas Caburdas o Zahurdias (2.170 m), a la derecha (NE) del Pico Murcia. Una vez en el fondo del circo, que forman las cumbres que cierran el valle de Valcabe, se acomete la ascensión propiamente dicha hasta la cima, primero por un sendero abierto por el ganado entre el matorral de escobas para bordear y salvar por la derecha (NO) el rocoso espolón oriental, que baja del Pico Murcia, enlazando unos metros por encima de él con una senda bien marcada (con hitos) que va progresando en cómodos y cortos zigzags en un principio en dirección SO, para posteriormente zigzaguear por esta empinada ladera y girar hacia el NO cambiando de vertiente y dar vista a la denominada Cuenca Superior. Finalmente se alcanza una zona de grandes rocas y piedras sueltas, que llegan hasta la misma cumbre. Después de salvar este último desnivel rocoso, guiados por los hitos existentes, se corona la cima de esta colosal pirámide. Un clásico buzón de montañeros y una sencilla y oxidada cruz metálica (falta el brazo horizontal) colocada por el “Grupo Monte Arbillos”, de Velilla del Rio Carrión, marcan el alto de la cima del Pico Murcia (2.341 m). De las vistas que se divisan cabe destacar, al N bajo los pies, el valle leonés de Valponguero en terrenos de La Reina. En un plano superior la Sierra de Orpiñas, más al fondo Los Vallines y el Coriscao y cerrando el horizonte una vista completa de la barrera que forman los tres macizos de los Picos de Europa. En dirección E, todo el cordal que arrancando desde Pico Murcia sigue por Peñas Caburdas, Peñas Malas, Pico de las Guadañas, Lomas y Cuartas prolongándose en dirección NE por El Consejo, los Altos del Tío Celestino y Calderón. Un poco desgajados del cordal se encuentran Tres Provincias y Peña Prieta. Más al fondo y en línea el cordal del Curavacas. Por el O y al alcance de la mano los Altos de Martín Vaquero y Cutulillos. Más en la lejanía el pantano de Riaño y picos como el Yordas y el Mampodre más atrás. En dirección S la imponente mole del Espigüete. Para la bajada, una variante al camino de subida, es hacerlo por la vertiente S de esta especie de torreón rocoso por la línea de cumbres en dirección S hacia el Pico La Cerezuela (2.190 m) tras pasar por un amplio Collado (2.170 m), que separa el valle palentino de Valcabe (Cuenca Superior) y el leonés de Valponguero (Panda de Hielo, ladera occidental del Murcia). Desde La Cerezuela se sigue a media ladera una vereda que toma dirección E hacia el Cerro del Sillar (2.046 m) mientras a la derecha se disfruta de una espléndida vista de las blancas calizas de la vertiente Norte del Espigüete. Enseguida se alcanza un Collado (2.030 m) que da vista al valle Arrilla (S) por el fondo del cual corren las aguas del arroyo de Arrilla. A partir de aquí la que llega al Cerro del Sillar, bastante bien marcada en un principio, se va cerrando por la abundante presencia de matorral denso y enmarañado de escobas de la altura de una persona, acompañadas de arbustos como el espino y el rebollo. Desde el Cerro del Sillar, que queda justo encima de Cardaño de Arriba, se puede seguir bajando por el valle de Arrilla, pero es mejor continuar hacia el NE hasta un altozano para bajar directamente a Cardaño (E) por las zonas menos enmarañadas de vegetación. Javier Tezanos 02-10-2009 4


Literatura consultada para texto y fotos 1. Foros de Internet. 2. http://www.rutas-fuentescarrionas.tk/

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Vidrieros – Curavacas - Vidrieros El Curavacas es, junto con el cercano Espigüete, la cumbre más destacada y atractiva de la Montaña Palentina, sobresaliendo por su enorme volumen y su elevada altitud. Los 2.524 m de este pico son la máxima elevación de la provincia de Palencia, y la segunda cima de la Cordillera Cantábrica tras la cercana Peña Prieta (2.536 m), cuya cumbre se adentra ligeramente en el territorio de Cantabria. Pero mientras Peña Prieta queda muy deslucida en el entronque de diversos cordales de gran altitud, la ubicación solitaria del Curavacas, que se levanta nítidamente por encima de los montes circundantes, hace de esta montaña un relieve mucho más destacable en el paisaje del norte palentino, lo mismo que su vecino, el majestuoso Espigüete.

Cara sur del Curavacas, a la derecha con Vidrieros

El Curavacas forma una entidad propia dentro del área montañosa de Fuentes Carrionas, extendiendo su cresterío en dirección E-O a lo lago de poco más de 12 Km. Por el N queda la montaña entroncada a la cordillera en dirección al pico Peña Prieta (2.536 m). Los límites que se imponen a este macizo son muy claros: Por el N, E y S lo marca el río Carrión, que se ve obligado a realizar un gran quiebro ante la imposibilidad de cruzar la pétrea mole que se eleva más de mil metros sobre sus agitadas aguas. En el lado O es el barranco de Cardaño el que limita al macizo. En esta cordillera hay varias cimas que se alzan por encima de los dos mil metros: Pico del Vallejo (2.189 m), Pico de Hoya Continua (2.389 m), Pico de la Curruquilla (2.414 m), Curavacas (2.524 m), Monte las Huelgas (2.221 m), etc. El propio Curavacas se encuentra formado por tres cotas: La cima principal es la más oriental (2.524 m). La más abrupta es la cima occidental (2.504 m). Entre ambas queda el llamado Pico medio (2.493 m). A diferencia del Espigüete, formado por unas calizas claras similares a las de los Picos de Europa, el Curavacas es una mole de conglomerados oscuros, siendo muy típico el color verdoso que adquieren éstos con los líquenes. La crestería del Curavacas está sumamente accidentada y, por su aspecto, alguien la comparó con el lomo de un inmenso saurio prehistórico petrificado en el Alto Carrión. El glaciarismo afectó a toda esta zona y, como vestigio del mismo, existe en un rellano de la vertiente N de la montaña un pequeño lago, conocido como Pozo Curavacas. No cabe duda que el Curavacas es una bella y magnífica montaña, todo un símbolo de la montaña Palentina. Sin embargo se debe tener cuidado en las escaladas invernales, pues se están produciendo accidentes mortales casi todos los años y muchos de ellos montañeros muy experimentados. Por ello, cuando se planifique una ascensión con nieve y hielo se deberán analizar 1


todas las posibilidades de tormentas, aludes y desprendimiento de capas de nieve y al menor atisbo de peligro desistir de la subida. A continuación se describe la vía normal para ascender a la cumbre del Curavacas, que discurre por la vertiente meridional de la montaña, desde el pueblo de Vidrieros, y en condiciones normales no tiene demasiados problemas.

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Vidrieros

Praderías del Resollar

Callejo Grande

Curavacas

Horcada

Pedrera

Callejo Grande

2600 2500 2400 2300 2200 2100 2000 1900 1800 1700 1600 1500 1400 1300

Vidrieros

Distancia estimada: 9,4 km, con las siguientes distancias parciales: Vidrieros al comienzo de las praderías del Resollar, 2,1 km; al comienzo del Callejo Grande, 1,9 km; a la Horcada, 0,6 km; al Pico Curavacas, 0,2 km; vuelta a Vidrieros, 4,6 km.

Altitud (m)

Desniveles: Subida acumulada: 1.199 m. Bajada acumulada: 1.199 m.

Praderías del Resollar

Datos de la Marcha

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Distancia (km)

A esta distancia hay que sumar los 2,5 km que hay hasta Triollo, que es donde, en esta ocasión, está previsto el fin del recorrido. Duración previsible: 5 a 6 h. Dificultad: La marcha es dura, debido al desnivel que hay que salvar y a las fuertes pendientes de los tramos finales. Además hay que realizar una pequeña trepada para subir a la Horcada (sin ningún peligro) y después pasar un corredor bastante aéreo. Sin embargo, se puede hacer tan fácil como se quiera al volver por el mismo camino. Recorrido Se sale del centro de Vidrieros (1.325 m), desde una plazoleta, en la que se encuentra una ermita de ladrillo. Por la izquierda de ésta se entra en la Calle Chica, para girar después a la izquierda y seguir un camino de tierra (NO) que conduce a las praderías cercanas, cercadas con muros de piedra. A la derecha, entre árboles, se verá la iglesia parroquial encaramada en la ladera vigilando desde su privilegiado enclave la vida cotidiana de la villa. Enseguida se llega a una desviación, donde se irá a la derecha (N-NO). El camino que sigue de frente sube a los altos de Ramacedo. La nueva pista se dirige directamente al Curavacas que se muestra al fondo del paisaje como una impresionante mole. El camino remonta el valle del arroyo Cabriles, que nace a los pies del Curavacas, cubierto por brezos, escobas, así como algunos robles y abedules. Se comienza a ganar altura ostensiblemente y no se tarda mucho en llegar a una portilla metálica. Tras ella hay un desvío a la izquierda, pero se seguirá de frente, valle arriba, para alcanzar un rato 2


después las praderías del Resollar (1.550 a 1.610 m), situadas al pie de la enorme y majestuosa mole rocosa del Curavacas, casi junto al nacimiento del arroyo de Cabriles.

El Callejo Grande y la subida al Curavacas por éste

Cerca de la parte alta de los prados del Resollar se atraviesa el arroyo, y se sigue por el camino (N) hasta llegar al comienzo de la pedrera. En este punto se deja el camino más transitado para seguir la subida algo a la derecha, por la zona de monte bajo, tangente a la pedrera, como si se fuese a ir al Collado del Hospital (2.155 m), que se aprecia a la derecha de esta gran mole. Se recomienda esta subida, ya que si de hace por las grandes pedreras centrales la marcha se hace interminable, debido a en cada paso se retrocede medio por el corrimiento de los cantos. En la zona descrita, el sendero sube entre escobas y brezos, difuminándose en las zonas de pedreras. Esta variante no elimina totalmente el paso por las pedreras, pero disminuye mucho los “pasos con retroceso”. Desde el punto en que se deja el camino más marcado se debe abordar la ascensión por la ladera de la derecha, buscando las trazas de sendero y algunos hitos que existen. Al llegar a la altura de los 2.000 m el sendero se hace más evidente, se traspasa una pedrera y el rumbo se torna NO y se dirige a enfilar una canal que asciende en diagonal bajo los dos picos más agudos de la cresta oriental. El camino pasa junto a las estribaciones rocosas del Risco del Hospital (2.384 m) y se interna en el Callejo Grande, un amplio pasadizo que se destaca entre los voluminosos promontorios rocosos circundantes. Aquí desaparecen las piedras movedizas y el suelo torna herboso, pero la pendiente aumenta a medida que se va subiendo. Se sigue el sendero bien marcado, ahora tomando como referencia a picuda mole rocosa del Diente del Oso (2.375 m) que a modo de monolito se encuentra en frente. En este tramo de la ascensión, el Curavacas ofrece su silueta más característica, compuesta por dos grandes púlpitos unidos por una meseta central. La cima principal, se encuentra situada en el púlpito de la derecha. Los roquedos que forman este formidable pico tienen un característico color verduzco, debido a los líquenes que tiñen la oscura roca conglomerada (pudinga) que conforma el macizo.

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Aquí el sendero está marcado con hitos, lo que permite remontar la pedregosa y empinada pendiente de la canal con mayor comodidad. Hay que tener cuidado y no confundirse con un atrayente collado herboso, ya que no es la brecha que se debe alcanzar, debiendo seguir hacia la izquierda, remontando la última parte de la canal, más pindia y donde será necesario ayudarse con las manos en varios puntos.

El Curavacas desde el Prado del Resollar. Fin de la Pedrera y comienzo del Callejo Grande. El Callejo Grande. El diente del Oso. La Horcada. La cima.

Finalmente se alcanza una estrecha horcada (2.470 m) o brecha en la cresta de la montaña, dando vista al otro lado de la misma, con el Valle de Pineda y las montañas de Cantabria. El camino sigue a la izquierda por un corredor al borde del abismo, mientras se rodea brevemente la cumbre por la vertiente NE. Después solo resta un repecho final (de unos 300 m) muy inclinado que recibe el nombre de “La Llana” y llega enseguida a la cima oriental y más elevada del Curavacas (2.524 m), señalada por el típico mojón del IGN, un buzón y una cruz. Este último tramo a pesar de la pendiente se hace cómodo de andar y se descubren extensas vistas. Es interesante fijarse en los cambios de vegetación que se producen, a medida que se va subiendo. Así, abajo junto al Cabriles, se muestra todo tipo de vegetación con diversa clase de arbolado, como abedules, fresnos, avellanos, espinos, hayas, etc. Más arriba, desaparecen los árboles y quedan los escobales y brezales, principalmente. A continuación, sigue el brezal corto, pero hay un tipo de escoba nuevo y más recio. A partir de aquí, las hierbas largas dejan paso a otras más cortas y finas, que son tan duras que sus puntas atraviesan el pantalón al sentarse. Junto a estas hierbas aún se puede ver alguna que otra flor, entre las que cabe destacar las flores alpinas: Orobanche minor (rabo de lobo), Digitalis purpúrea (dedalera), pequeñas matas de Oxirya digyna, algunas otras de Erygeron alpinus, pero, entre todas, la más bonita, con sus ramilletes de detonantes flores amarillo-doradas, es la Gentiana lutea (genciana).

Las panorámicas que se contemplan desde el alto de pico son realmente maravillosas. Si se da una vuelta en el sentido de las agujas del reloj, partiendo del N, cabe destacar el Pozo Curavacas en primer término, así como la cabecera del Valle de Pineda y Peña Prieta (2.536 m), la única cumbre de la zona que supera a ésta en altitud. Por detrás se despliegan los macizos central y oriental de los Picos de Europa (pudiéndose distinguir con facilidad alguna de sus cumbres más emblemáticas, como 4


Cerredo, Urriellu, Peña Castil, La Morra, San Carlos...), el Valle de Liébana (se distingue parte de Potes), el cordal de Peña Sagra, La Concilia, las crestas desde Peña Labra y el Cuchillón hasta Valdecebollas y las montañas pasiegas. Por detrás (S), la meseta Castellano-Leonesa, con los embalses de Aguilar y Ruesga, las sierras de La Peña y El Brezo, la pirámide caliza del Espigüete (2.450 m), las cumbres de la Cordillera en su sector Astur-Leonés, etc. Incluso, en días de buena visibilidad se puede distinguir Santander a través del hueco que se abre entre los cuetos Cucón (Peña Sagra) y La Concilla.

S

O

N

E

Panorámica desde el Pico Curavacas

La bajada se realiza por el mismo camino de la subida, primero poniendo gran cuidado, hasta terminar el Callejo Grande, agarrándose a las rocas cuando sea necesario, para no resbalar. Sin embargo, después lo mejor es dirigirse a las grandes pedreras centrales para disfrutar patinando entre los cantos rodados, lo que hace la bajada mucho más placentera y saludable, al no sufrir apenas las articulaciones debido a la amortiguación que se produce. La pedrera del Curavacas es la más larga y apropiada para bajar patinando de todas las existentes en los montes del norte de la península. La técnica de bajada es muy sencilla y nada peligrosa (aunque algunos piensen lo contrario), sólo consiste en flexionar ligeramente las piernas (como se hace normalmente para esquiar) y pisar de tacón en las piedras sueltas. Con el impulso de la pisada, éstas se deslizan hacia abajo con lo que el pie sigue también su curso. Cuando las piedras se paran se dará el paso siguiente y así sucesivamente. Es importante no pisar en las rocas grandes, ya que éstas frenarán en seco nuestra marcha, pudiendo hacernos caer. Los pasos se deben dar sobre cantos pequeños, que son los que más se deslizan, de hecho, la longitud deslizada será mayor cuanto menor sea el tamaño de las piedras y con ello más placentera será la bajada. Conviene probar la velocidad de movimiento de las piedras, para adaptar a ésta el de los pasos (de bajar más deprisa que las piedras, la probabilidad de irse de cabeza es alta). Al principio se recomienda dar los pasos despacio hasta desarrollar la técnica, pudiendo alcanzar velocidades increíbles una vez que ésta se ha perfeccionado. Una vez terminada la pedrera se toma de nuevo la pista y enseguida se llegará a Vidrieros, que se encuentra situado a en la margen derecha del Río Carrión. Es el último núcleo urbano de la provincia palentina y su iglesia es de origen románico, pero no se usa actualmente, ya que la Misa se celebra todos los domingos en la ermita de ladrillo en la plaza del pueblo, junto a la que para el autobús. Las 5

N

S


fiestas patronales se celebran los días 15 y 16 de Agosto (Nuestra Señora y San Roque respectivamente). Después se recorrerán por carretera los 2,5 km que hay hasta llegar a Triollo (1.302 m), donde esperará el autobús. Javier Tezanos 01-07-2010 Literatura consultada para texto y fotos 1. Rutas por las Montañas de Cantabria (Fernando Obregón Goyarrola). 2. http://www.rutas-fuentescarrionas.tk/Rutas/Curavacas/. 3. http://www.mendikat.net/.

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La Uña – Peña Ten – Oseja de Sajambre La cima de Peña Ten está situada en la divisoria de las provincias de Asturias al NE y de León al SO y también de las cuencas hidrográficas pues esta última fluye hacia el Atlántico, primero por el Esla y después al Duero y la asturiano vierte al Sella y, por tanto, al Cantábrico. Este pico, dada su situación tiene unas magníficas vistas en todas las direcciones. En el camino se pasará por la Vega de La Casa, en los puuertos de Arcenorio, donde se encuentra la remozada y antigua ermita consagrada a Nuestra Señora de Arcenorio. El día 8 de septiembre (día de la natividad de María) se celebra una Misa con procesión y romería en los alrededores de esta ermita. Antiguamente esta feria reunía a los ponguetos con los casinos y los leoneses para vender ganado y, al mismo tiempo, trajinar productos agrícolas y útiles artesanos (madreñas, rastrillos o angazos, zurrones, vino, aceite, etc.) que elaboraban los pastores durante la primavera y el verano. Datos de la Marcha

Oseja de Sajambre

Pío

Vega de La Casa

Fitu Collada de Llaete

Collada Campa

Peña Ten

2200 2100 2000 1900 1800 1700 1600 1500 1400 1300 1200 1100 1000 900 800 700 600

Collada de Las Arriondas

Distancia estimada: 22,6 km, con las siguientes distancias parciales: La Uña a la Collada de Las Arriondas, 7,4 km; a Peña Ten, 0,9 km; al Fitu, 2,1 km; a La Vega de La Casa, 1,2 km; a la Collada Campa, 0,7 km; a la Collada de Llaete, 1,8 km; a Pío, 4,8 km; a Oseja de Sajambre, 3,7 km.

Altitud (m)

Desniveles Subida acumulada: 1.291 m. Bajada acumulada: 1.656 m.

La Uña

Recorrido Principal

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 Distancia (km)

Duración previsible: 7 h aproximadamente.

Oseja de Sajambre

Collada de Llaete

Collada Campa

Pío

La Uña

2200 2100 2000 1900 1800 1700 1600 1500 1400 1300 1200 1100 1000 900 800 700 600

Collada de Las Arriondas

Desniveles: Subida acumulada: 898 m. Bajada acumulada: 1.343 m. Distancia estimada: 21,6 km. Duración previsible: 6 h aproximadamente. Dificultad: Media, al ser larga y tener que vencer importantes desniveles, pero las pendientes son

Altitud (m)

Recorrido Alternativo (sin subir a Peña Ten)

Ermita de Arcenorio

Dificultad: Dura, al ser larga y tener que vencer grandes desniveles, tanto de subida como de bajada, con fuertes pendientes en la subida a Peña Ten.

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 Distancia (km) 1


más asequibles que las de la subida a Peña Ten. Recorrido La Uña (1.192 m) es una pequeña aldea asentada en la parte alta del hermoso valle leonés de Valdeburón. Desde esta localidad se parte en dirección N por la carretera. Unos 700 m después de salir del pueblo se llega a una cerrada curva a la izquierda, en este punto se cogerá el Camino de Ventaniella, que sale a la derecha, y unos metros después pasa sobre el Esla por el pequeño puente de Las Vegas. Este río ha nacido unos 3 km más arriba, en la Vega de Valdosín, por la unión de los arroyos Naranco y Valdosín que descienden de la Sierra de Llobiles, por una parte y por otra los arroyos del Puerto (que nace en el puerto de Ventaniella) y el de la Majada de la Castellana (cuya surgencia está en la Collada de las Arriondas). El camino discurre (NO) primero entre las praderías del pueblo, por la margen izquierda del Esla, para entrar poco después en el Valle de Valdosín (Val de Osín), donde el espacio se va cerrando entre el Pico del Rebollar (1.599 m, derecha) y el Cerro del Quiñón (1.719 m, izquierda), llegando a la mayor angostura al bordear la Peña Castiello (1.352 m), que queda a la derecha. Enseguida se alcanza la amplia Vega de Valdosín, cuyos pastos, junto con los de Las Corbas y La Castellana, son aprovechados mancomunadamente por los pueblos leoneses de Lario, Burón y Polvoredo. A poco se cruza el arroyo de las Corvas y, a continuación, se encuentra una desviación, a la derecha, que sube junto al cauce de éste, que se desechará (aunque también se pueda subir a Peña Ten por ella, pero es más dificultoso). Se sigue de frente y se alcanza una tenada (con una estabulación y un corral para vacas). En este momento se deja la pista para seguir a la derecha (N-NE) por los caminos que suben por el valle del Arroyo de la Majada de la Castellana. Se trata de un cómodo sendero que trascurre por el fondo del valle de este arroyo. Al principio, el cauce de agua queda a la izquierda, pero enseguida se cruza y aparecen varios senderos, debiéndose tomar el que sigue la dirección ascendente del cauce. Más adelante, la pendiente se hace ostensible y el camino no es tan evidente, por lo que es necesario guiarse de los hitos que jalonan el recorrido y seguir siempre los caminos cercanos al cauce del arroyo. A lo largo de la subida, se cruzará el regato varias veces, pudiéndose disfrutar de las numerosas cascadas que se forman en este bravo arroyo. Durante esta subida se tendrán, a la derecha, las estribaciones herbosas de la ingente muralla de Les Pedrices de Peña Ten, que es una ladera de Peña Ten. La parte más estrecha de este valle se denomina Vallejón de Peña Ten. Al llegar a la altitud de 1.550 m el panorama se abre y en un cuarto de hora se llega a la Collada de Las Arriondas o del Cardal (1.755 m), también llamada Campera Llarga, por sus suaves praderías, que se abre majestuosa entre Pileñes (2.019 m) al N (izquierda) y Peña Ten (2,142 m) al S-SE (derecha), cuya cumbre aún no se ve. Desde esta amplia balconada la panorámica es soberbia, contemplando al fondo y como recortado en el horizonte el perfil de cumbres pertenecientes al Macizo Occidental o del Cornión con su cumbre señera de Peña Santa de Castilla (2.596 m), y más próximo, hacia abajo y al fondo del valle la vega de Arcenorio con sus diferentes majadas. Hacia el O la gigantesca mancha forestal del bosque de Peloño que cubre buena parte de las tierras de Ponga, considerado uno de los mejores hayedos de Europa.

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La subida al Pico (S-SE) tiene una pendiente infernal, con trozos de más del 60%, hasta llegar a la altitud 2.110 m, donde la dirección vira a S-SO y la pendiente se hace bastante suave hasta llegar a la cima del Peña Ten (2.142 m), con su vértice geodésico.

N Pileñes

O

Peña Ten

Fitu

Panorámica parcial desde el pico Les Pandes (1.884) (aledaño del Pileñes).

Peña Ten está situada en la línea divisoria de provincias, dominando el Concejo de Ponga, en su vertiente asturiana, y el hermoso valle de Valdeburón, por la parte leonesa. Desde su amplia cima se abarcan los cuatro puntos cardinales, que ofrecen un amplio abanico de vistas: Así, al NE, se contempla el macizo occidental de los Picos de Europa con su cumbre más alta Peña Santa de Castilla y en primer término el Bosque de Peloño y la vecina Peña Pileñes. Al E, las cumbres que forman el macizo del Mampodre y debajo el Puerto de Arcenorio. Al O, Peña Ubiña y al S buena parte de la Cordillera Cantábrica, etc. Desde la cima de Peña Ten, los circos glaciares de Las Corvas (SO) y de La Vegadona (E) se ven en su majestuosidad (especialmente este último), profundos, con sus verticales pedreras derrubiando hasta la Hondonada de La Vegadona. El descenso se efectuará por el cresterío oriental (E) siguiendo un estrecho sendero, desde el que se ven en detalle las verticales pedreras citadas anteriormente (derecha). Este descenso es bastante escabroso, por lo quebrado y agreste del terreno. Un poco más adelante se pasa junto a los cortados de Ortigoso, un pequeño circo con pedreras (izquierda), para enseguida llegar al Fitu (1.690 m), un magnífico mirador de los Puertos de Arcenorio (NE). Desde aquí (S-SE virando a SE y luego a E) se baja por la pendiente vertiente SE de este saliente hasta llegar a un collado (1.592 m), que da paso a los Puertos de Arcenorio (N). Sin embargo, al llegar a éste no es necesario bajar hasta la campa de La Vega de la Casa, donde se encuentra la Ermita de Arcenorio y numerosas majadas, que en verano se pueblan de reses y pastores que van de vez en cuando a vigilarlas. Se continúa bajando suavemente por caminos (hacia el E-NE) que bordean las laderas N de uno de los Picos del Bermeyu (1.659 m), pasando por la campa de Los Foyos (1.500 m), en la Cuenya del Aire (al final de ésta (S, derecha) queda la Canal del Focicu). A continuación se sigue bajando (NE) por la ladera N de Cuetu Rugueru (1.693 m) hasta llegar a la Vega de la Casa (1.440 m), donde se tomará el camino del Arcenorio, hacia el E, que dejando a la derecha la majada de Tabaneru (cabaña situada en una zona húmeda y encharcada por donde corren las aguas de un arroyo) se dirige a Collada Campa (1.534 m). Este punto es divisoria entre Asturias y León y, volviendo la vista atrás, se contempla una hermosa vista de Arcenorio y las peñas de Pileñes y Ten. Nada más pasar el collado se dejará el camino más marcado, que sigue al E, para tomar otro que desciende a la izquierda (NE) y se interna en un bosquete, para salir a los puertos de Llaete. En 3


esta larga campera se encuentran abundantes fuentes y cabañas abandonadas. Ya cerca de la Collada Llaete se encuentra la majada de Carbanal, en la que se pueden ver varios teitos, cabañas circulares con muros de piedra y techumbre cónica de troncos, en avanzado estado de ruina.

Ermita de Arcenorio con la Peña Pileñes al fondo. Ten y Pileñes desde los Puertos de Arcenorio. Collada de Llaete, Pico El Pozalón y Peña Santa desde la Collada Campa

Al alcanzar la Collada de Llaete (1.408 m), se contemplan unas buenas vistas del valle de Sajambre. En las proximidades de este collado quedan aún los restos de antiguas explotaciones mineras de espato flúor (fluorita). Antes de ser construida la pista minera el mineral era trasportado por medio de un cable aéreo con línea circular de baldes salvando un desnivel de 600 metros hasta ser cargado el mineral en camiones. Estas minas estuvieron en funcionamiento entre los años cincuenta hasta finales de la década de los años setenta. En este collado se enlaza con la pista minera que tras algo menos de 5 km y más de 650 m de desnivel, por un vertiginoso descenso se llega a Pío. Esta pista discurre en serpenteante zigzag a través de una zona boscosa de hayas quedando a la izquierda la Sierra de Panseverón, con su pico señero el Pozalón (1.743 m), y a la derecha las pendientes laderas del Monte Las Aceduras que descienden hacia el Barranco de Llaete por donde corren raudas las aguas de la Riega de Llaete a encontrarse con las del río Zalambral que desemboca en el Sella en las proximidades del pueblo sajambriego de Vierdes. El primer tramo es el de mayor pendiente hasta llegar a la altura de una barrera metálica, suavizándose bastante la pista a partir de aquí. Poco después se pasa sobre el canal soterrado que lleva el agua del río Zalambral a la central de Ribota y un poco más adelante se llega a un cruce, en el que se irá de frente (algo a la izquierda), para enseguida cruzar el río Zalambral por el denominado puente de La Pedrera (720 m), desde donde hay que subir un fuerte repecho para alcanzar las primeras casas de Pío (760 m). Pío es un pueblo con casas de piedra labrada de un tono rojizo, sacadas de una cercana cantera, que tiene el típico aspecto de pueblo de montaña rodeado de una naturaleza y paisaje fascinantes. Respecto a su sugerente nombre de significado devoto, el ilustre historiador sajambriego y jesuita Eutimio Martino cree que debió originarse por influjo de la antigua ermita dedicada a San Pelayo, que existió en el lugar, aplicándose primeramente al ermitaño que allí viviera y posteriormente al lugar. La actual iglesia inaugurada en 1904 se puso bajo la advocación de Santo Domingo en memoria de su mecenas Domingo Díaz Caneja, quien sufragó los gastos. Es de piedra labrada de la cercana cantera. Domingo Díaz Caneja natural de Oseja era sobrino y albacea testamentario de Don Ignacio y Don Joaquín Díaz Caneja. Los hermanos Díaz Caneja, obispo de Oviedo el primero y diputado por León en las Cortes de Cádiz y posteriormente ministro de justicia el segundo, eran también naturales de Oseja.

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De Pío a Oseja de Sajambre restan 3,7 Km, que hay que hacer por la carretera. Oseja (747 m) es la capital del valle de Sajambre y punto turístico de la zona con varios establecimientos hosteleros. Su caserío se extiende a lo largo de la carretera al abrigo de la peña ó Pica de Ten (1.223 m), que con su forma de punta afilada (pica) se yergue airosa a modo de guardián del valle. Este pico no hay que confundirlo con la Peña Ten, que es la ha sido la que se ha subido en esta jornada. Aparte de alguna típica construcción de arquitectura rural y algunas muestras de hórreos, la Iglesia de la Asunción es el principal conjunto artístico de Oseja de Sajambre. Concluidas sus obras en 1855 está construida de piedra de sillería de las vecinas canteras de Vierdes, con el contraste de sus tonos marrones y grises, siendo sufragados sus gastos, que ascendieron a 300.000 reales, Oseja de Sajambre escoltada por la Pica Ten. por los mencionados hermanos Díaz Caneja (Ignacio y Joaquín) cuyos cuerpos reposan en una capilla desde 1902. En su sólida estructura y planta de cruz latina destaca la torre de planta cuadrada rematada con un casquete esférico que es visible desde gran parte del valle.

Recorrido alternativo Desde la Collada de las Arriondas se baja (NE) por los caminos que discurren hacia el fondo de la vaguada del Río Ruaguín, siguiendo su cauce, que queda a la izquierda, hasta llegar a la zona más llana, donde se deja el cauce para entrar en las campas de Arcenorio. Después de pasar junto a la ermita y las majadas de Vega La Casa, se retoma el camino de la ruta principal al final de esta vega. Javier Tezanos 10-09-2010 Literatura consultada para texto y fotos 1. http://www.jaholgado.com/cantabrica/. 2. http://www.picoseuropa.net/panoram/. 3. http://www.foropicos.net/foro/

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Liegos – Pico Yordas - Liegos El Pico Yordas es una mítica montaña que resguarda la cabecera del Esla y se yergue desafiante por encima de la collada de Yordas. Con sus 1.964 m es el pico más alto de la zona y está limitado por el Esla, los valles de Anciles y el de San Pelayo. Aunque generalmente es conocido por el topónimo de Yordas, en los valles del entorno le llaman así en los de sus caras S y E. Sin embargo, en los pueblos de Burón y Liegos (N) le denominan Borín o Burín. Su ladera NE está surcada por un farallón vertical, llamado Pared Borín, que cae precipitadamente hacia el valle de San Pelayo, llamado así porque allí se levantó una ermita dedicada a San Pelayo niño, cuya imagen se conserva en la iglesia de Liegos. Hacia el O se prolonga por un cordal que pierde altura suavemente hasta llegar al collado Bahulloso. La vertiente S es la más extensa y accidentada topográficamente, está surcada por el valle Redondo, el Bagullosos, la valleja de las minas de antimonio y el Monte Tendeña. Esta zona fue muy ganadera, por lo que las laderas del pico se encuentran tapizadas de majadas, hoy en desuso en su mayoría. Las más importantes son: la Majada Yordas, las de Tendeña, nueva y vieja, la de Bahulloso, los Portales de Liegos, los Portales de Valdeborín, la de Peña Castiello, etc. Generalmente, se puede partir de Burón, cruzando el río Esla por el antiguo puente de cemento, entre los grandes montones de piedra, que es lo que queda del conjunto de casas de Burón que fueron demolidas antes de ser inundado. Sin embargo, para acceder al Pico Yordas, cuando el nivel del agua del pantano alcanza su cota máxima (1.100 m) y en cualquier época del año el lugar más utilizado como punto de partida es Liegos (1.135 m). En este caso, el recorrido que se describe es el que partiendo de este pueblo presenta el camino más tendido, de todos los posibles para subir a este mítico pico. Datos de la Marcha Desniveles Subida acumulada: 1.067 m. Bajada acumulada: 1.067 m.

1200 1100

Cruce de Liegos

Liegos

Collada Yordas

1300

Majada Yordas

1400

Pico Yordas

1500

Collado Bahulloso

1600

Liegos

1700 Altitud (m)

Distancia estimada: 19,8 km, con las siguientes distancias parciales: Cruce de Liegos a Liegos, 0,7 km; a dejar el camino de Lois, 5,4 km; al Collado Bahulloso, 3,3 km; al Pico Yordas, 1,0 km; a Majada de Yordas, 1,8 km; a la Collada Yordas, 0,6 km; a la pista de Lois, 3,3 km; al cruce de Liegos, 3,7 km.

Cruce de Liegos

1800

Dejar Camino de Lois

1900

Vuelta al Camino de Lois

2000

1000 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 Distancia (km)

Duración previsible: de 5 a 6 h. Dificultad: Media-alta, al ser relativamente larga y tener que vencer un importante desnivel. Se puede considerar media-baja si no se sube al Yordas y desde el Collado Bahulloso se va 1


directamente a la Majada de Yordas, en cuyo caso, tanto la subida como la bajada acumuladas serán de 793 m. Recorrido Desde el cruce de la carretera hay que andar algo más de 700 m para llegar a Liegos. Una vez en este hermoso pueblo se toma el camino de Liegos a Lois (S-SE), también llamado de San Pelayo por llegar al valle de este nombre (dado en recuerdo del que fuera obispo de León). Antes de alcanzar este valle se dejará a la izquierda el monte Sola Sierra (1.328 m). A continuación el camino sigue por el margen izquierdo del río Belluco (en algunas referencias San Pelayo, porque recorre este valle), ya en dirección SO. Pronto se encontrará un camino a la izquierda, que hay que desechar (aunque se volverá por él) y seguir por la pista principal. A continuación se cruza un paso canadiense y a los 5 km de camino se pasa junto al nacimiento de este río, que se forma con la unión del Arroyo de Salgueredo, que nace en las laderas de la Peña de la Cruz (1.829 m) (NE, derecha) y el río Valverga, que nace cerca del Collado de Lois, cuyo curso se seguirá. Después de unos 400 m se llega a Los Portales, una tenada para vacas construida con bloques, y al llegar a la pradera de Los Sotos (800 m más allá) se dejará la pista principal para tomar un camino que sale a la izquierda, pasa un puente sobre el río Valverga y una portillera, para introducirse en el hayedo de Tendeña. Se continúa la ascensión, por un antiguo camino de carros, utilizado para bajar madera de estos montes, hasta llegar a la fuente La Tejal. Algo más adelante se llega a un cruce, donde se tomará el marcado camino de la izquierda (señalizado por un cartel que indica “Bolín Pico Yordas”). El camino de frente se dirige a la Majada Tendeña, a través del collado del mismo nombre. Aunque es cierto que también se puede subir al Yordas por este camino, el terreno posterior al collado es mucho más abrupto y la distancia mayor que por el que aquí se describe. La desviación que se toma (NE) pasa junto a una pared rocosa, donde aparece una hendidura que forma una covacha. Al final de este farallón el camino vira bruscamente a E-SE y comienza la subida por una amplia canal hasta el Collado Bahulloso (1.692 m), aunque no se pasa exactamente por este punto, si no un poco a la izquierda, por la Majada Bahulloso, una pradera con fuente donde se llanea un tramo entre hayas jóvenes. Sobre este topónimo se han encontrado tres grafías, Bahulloso, Baguyoso y Baulloso. Se ha escogido la primera como más correcta ya que es como lo escriben en la página “altoesla”, que se supone son los más versados en esta materia. Se sigue subiendo por el camino, señalado con hitos, por la ladera S de la antecima (1.898 m) del Yordas, hasta llegar a una llanada adyacente a la colladina entre esta estribación y el pico principal, donde el camino da un respiro para atacar la última subida a la cima del Pico Yordas (1.964 m). Esta cima del pico Yordas está marcada por un mojón del IGN. Hay también una cruz, un buzón alpino, así como una placa conmemorativa del Grupo de Montaña Vetusta de Oviedo. La panorámica que se divisa desde este alto es impresionante. Al N y NE los macizos Central y Oriental de los Picos de Europa. También al NE, en primer plano, el pico Jián y siguiendo hacia el E Peña Sagra y el Macizo del Alto Campoo y ya al E los picos de Fuentes Carrionas, Peña Prieta y el Espigüete, que se yergue majestuoso justo al E. En esta dirección, en primer plano, el rico valle del Esla inundado en parte por la construcción del pantano de Riaño y una hermosa vista del viaducto sobre este pantano, 2


así como algunas de las casas del Nuevo Riaño. Este viaducto que une el Nuevo Riaño con la tierra de Carande (León), mide unos 800 m de largo y tiene veinte pilares de unos 80 m de altura. Hacia el S destacan Peñas Pintas.

N

NE

NE

E

SE

Panorámicas desde el Pico Yordas.

La bajada se hará por el mismo camino de la subida hasta las inmediaciones del Collado Bahulloso, donde se girará a la izquierda (SE) por un camino, que por un terreno pedregoso e irregular, sin senda clara, baja hasta la Majada de Yordas (hasta este punto también se puede bajar directamente dese el pico, en dirección S, pero el camino es mucho más abrupto). Para alcanzar la majada hay que coger bien el punto de paso, pues es necesario cruzar el farallón que el Yordas tiene en la “espina dorsal” de su vertiente S, lo que se hace por una fractura de la roca (a la altitud de 1.630 m). En la majada el camino vira a NE, ahora por un terreno limpio, pero en subida hasta alcanzar la Collada Yordas (1.694 m), para continuar descendiendo por la vertiente E del pico hasta llegar la pista que sube a la Collada de Burín (1.614 m). Se tomará la dirección descendente (izquierda, O), que enseguida entra en un bosque de hayas. En una pronunciada curva a la izquierda, al comienzo de un zigzag, se encuentra una pista a la derecha que se desechará, pues se dirige hacia la Peña del Castiello. Se continúa el descenso (izquierda) por el amplio zigzag (en el primer tramo se puede atajar por un claro del bosque), hasta salir a las vegas del valle de San Pelayo, donde, después de pasar por un puente sobre el río Belluco, se tomará la pista de Lois (derecha) hasta llegar al punto de partida en el cruce de Liegos. Juan Carlos del Blanco y Javier Tezanos 23-09-2010 Literatura consultada para texto y fotos 1. http://www.altoesla.com/RutasAltoEsla/. 2. http://www.rutas-fuentescarrionas.tk/Rutas/.

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Pineda de la Sierra – San Millán - Trigaza La Sierra de la Demanda, que forma parte a su vez del Sistema Ibérico, es la divisoria natural de aguas entre el Duero y el Ebro. Está compuesta por una línea de cumbres que se extienden por tierras de la provincia de Burgos y La Rioja. El pico más importante de esta Sierra es el San Lorenzo (2.262 m) (máxima altura de La Rioja) y la segunda cota es el pico San Millán (2.131 m) (máxima altura de Burgos) que se encuentra en la parte occidental de esta Sierra. Al pie del circo glaciar que ocupa la base N de la Sierra de San Millán, hay una serie de fuentes en las cuales tiene su nacimiento el río Urbión, que tras ceder sus aguas al río Tirón, cerca de la localidad de Ezquerra, van a parar al Ebro en Haro. La marcha que se relata sube al pico San Millán por su vertiente S desde el pintoresco pueblo de Pineda de la Sierra es un recorrido asequible para una gran mayoría de montañeros, aunque el trayecto más fácil es el que se hace desde el puerto del Manquillo (1.416 m) remontando la extensa loma del cordal para enlazar con la descrita en Tres Mojones. Los itinerarios más exigentes son los que provienen del N de este pido, aunque también son los más espectaculares. El más interesante parte de Santa Cruz del Valle de Urbión (964 m), que realiza una larga ascensión por el profundo valle del río Urbión hasta la base del circo terminal de San Millán, desde donde se puede alcanzar la cima directamente por la empinada vertiente Norte o desviarse a la izquierda hacia el collado Cabeza Aguílez (1.915 m) para seguir por la cresta hasta la cumbre. Parecido recorrido sería desde Fresneda de la Sierra Tirón (980 m) subiendo el barranco Reoyo. En invierno, la vertiente Norte requerirá un buen equipo para superar esta empinada cara con abundante hielo.

1500 1400 1300

Mariburgos

El Colladito Tres Mojones

1600

Pineda de la Sierra

1700

Sierra Llana

1800

Trigaza

1900

Collado Collafecho

2000

San Millán

2100

Altitud (m)

Distancia estimada: 20 km, con las siguientes distancias parciales: Pineda de la Sierra a Tres Mojones, 7,4 km; al Pico San Millán, 1,4 km; al Collado Collafecho, 1,5 km; al Pico Trigaza, 2,2 km; al Sel Sierra Llana, 0,8 km; al Sel Mariburgos, 4,1 km; a Pineda de la Sierra, 2,6 km.

2200

Loma de los Helechares

Desniveles: Subida acumulada: 1.145 m. Bajada acumulada: 1.145 m.

Pineda de la Sierra

Datos de la Marcha

1200 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 Distancia (km)

Duración previsible: Alrededor de 6 h. Dificultad: Mediana a dura, pues aunque no tiene pendientes excesivamente fuertes el desnivel acumulado y la distancia son importantes. En cualquier caso, como la llegada es al punto de partida se puede hacer tan fácil como uno quiera con volverse cuando lo estime oportuno.

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Recorrido Se sale de Pineda de la Sierra (1.210 m) desde una pequeña plaza al final del pueblo (junto a un viejo edificio conocido como “El Lavadero”, por ser allí donde se lavaban y trataban las lanas antes de ser transformadas en las ancestrales industrias textiles) por la carretera en dirección al Puerto del Manquillo (SO). Tras vadear el Arlanzón se encuentran unas casas a la izquierda y nada más pasarlas se tomará un camino a la izquierda. Justo al llegar al último edifico se irá a la derecha, para comenzar a subir por el pendiente frente O de la Loma de los Helechares. En la campa inicial, a la derecha, se ven los restos de lo que fue la Tenada Lo Moreno, donde en su día se guardaron ovejas. La fuerte pendiente de este tramo hace ganar altura rápidamente y pronto se pasa por una zona poblada de raquíticos tocios de roble. Más arriba ya en la Loma de los Helechares, entre 1.450 y 1.500 m, la pendiente disminuye mucho, pero después comienza otro buen repecho. En éste se encontrará un cruce desechándose los dos caminos que bajan a la derecha. A partir de aquí se camina junto a un pinar (derecha). Más adelante se encontrarán dos nuevos caminos a la derecha, pero se seguirá siempre por el de la izquierda, el segundo de éstos se dirige al cercano Collado Montero. Unos 100 m después de este desvío el camino principal se dirige a la ladera izquierda de la loma, por lo que habrá que seguir por la senda que sigue subiendo por todo el frente, a la derecha queda la profunda vaguada de El Duengo y, enseguida, se dejará a la derecha un camino que circunda esta depresión para seguir subiendo y pronto alcanzar el alto Tres Mojones (1.935 m). Antes de abordar la plana loma de este punto hay que dejar el camino más marcado, ya que conecta con el que viene por la loma de enfrente (E) del Puerto del Manquillo, para subir por el sendero que ataca directamente la loma. El nombre de Tres Mojones proviene que en este punto confluyen los límites territoriales de tres pueblos: Pineda de la Sierra, que ocupan los terrenos que están al NO; los de Riocavado de la Sierra, que tiene los del S y los de Barbadillos de Herreros al NE. En esta zona debía ser costumbre poner este nombre al punto donde confluyen tres o cuatro pueblos, ya que existen varios puntos con este topónimo.

A partir de Tres Mojones la dirección se torna N-NE, llegando pronto a la cima del Pico San Millán (2.131 m), que es conocida por los lugareños como “El Torruco” o “Pontón”. El vértice geodésico está colocado sobre una gran base troncocónica y han instalado tres buzones: Uno en la misma base del vértice por “Montañeros burgaleses”, otro pegado a la base en forma de casa, y el tercero, bastante estropeado, que está colocado sobre cuatro largos apoyos, el club montañero “El Torruco” ha colocado una placa en el 2005. Una pequeña cruz en homenaje a las gentes de Santa Cruz del Valle Urbión y una placa de los mozos de Barbadillo de Herreros de 2008 en recuerdo de un amigo fallecido en Mont Blanc completan los efectos votivos colocados en esta cumbre. Las vertientes N y E de este pico son muy escarpadas, formando profundos barrancos. La cima de este pico es amplia y pedregosa, con algunos hoyos próximos. A lo lejos, se ve la cadena de montañas que marca la división Burgos - Logroño, con el Otero (2.045 m) y el Torocuervo (1.933 m) como cimas sobresalientes, y más lejos aún, siempre hacia el E, los cordales de la Sierra de la Demanda de La Rioja, con el San Lorenzo (2.262 m) como cima prominente. En la zona SO se encuentra el Mencilla (1.932 m), en cuyas laderas se ubican las pistas de la estación invernal Valle del Sol. En los días despejados, hacia el S, se divisa la Sierra de Guadarrama.

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El camino continúa hacia el NO casi pegado al borde del cortado que esta montaña tiene por el NE, con paredes casi verticales, de hasta 400 m de caída, en los que hay multitud de fuentes que generan los arroyos de Armaule, Mayor, Tejera, etc., que forman la cabecera del río Urbión. La bajada continúa hasta el collado Collaflecho (1.901 m), en el que empieza de nuevo la subida al Trigaza. El primer tramo sube por la ladera SO de un cotero (1.968 m) hasta pasar éste, momento en que el camino vuelve a lo alto del vértice del cordal hasta llegar al Trigaza (2.685 m), que en su último tramo la pendiente se hace bastante fuerte.

Cumbre del San Millán. Vistas desde este pico: Sierra de la Demanda, con el San Lorenzo al fondo; Barranco de Urbión, en la ladera N; El Trigaza desde San Millán.

La zona del Trigaza está formada por tres elevaciones próximas que forman una larga loma. La cumbre N (marcada en el mapa como Trigaza), es conocida por La Zapatera (2.032 m) y es la cima que tiene una instalación de antenas. Al estar situados en ella el buzón y el vértice geodésico puede haber hecho que tanto montañeros como los que confeccionaron el mapa la hayan identificado como la cima principal. Los otros picos de este cordal se sitúan al SE de La Zapatera, la cima Central (2.059 m), y la cumbre más elevada del Trigaza (2.085 m), que es la que se debe considerar como la verdadera cúspide de la montaña. Como tal en este itinerario así se reconoce y por ello comienza la descripción del descenso desde este punto. En caso de querer ir a La Zapatera, el camino es visible por toda la cumbre, sin embargo para volver a Pineda se recomienda no bajar directamente desde esta altura, si no ir de ladera, sin perder altura hasta tomar el camino que aquí se describe en el sel de Sierra Llana, ya que la bajada directa estaría muy dificultada por el monte bajo que hay en toda la zona que se debería atravesar. La bajada del pico más alto del Trigaza se hace por el frente de la loma S de esta cima hasta llegar al sel de Sierra Llana (1.965 m), donde se tomará dirección E para coger un marcado camino que baja por este hombro de la montaña. En principio la pendiente es muy fuerte pero enseguida se encuentra otro sel (1.730 m), por el que se llanea para volver a bajar otro trecho, con menor 3


pendiente, hasta llegar a una zona de terrazas. Al alcanzar la segunda de éstas, se encontrará una desviación a la izquierda (S-SO), que se tomará. El nuevo camino pasa por nuevas terrazas, El Colladito (1.495 m), Mariburgos (1,475 m), Zurrulengo (1.445 m) y la de La Hayuela (1.340 m), llegando enseguida a Pineda de la Sierra (1.210 m). Pineda de la Sierra, cuyo nombre parece provenir de “Pinus-Pineta”, por a la abundancia de pinos en la zona, tiene su caserío repartido entre dos barrios separados por las aguas del arroyo de Barranco Malo. En la parte derecha se encuentran las casas nobles de piedra arenisca rojiza, verdaderos palacios en algunos casos, que fueron levantadas en los siglos XVII y XVIII por ricos ganaderos. Pineda tiene, además, un puente románico que une a los dos barrios.

Vista de Pineda de la Sierra y detalle de la galería porticada de su iglesia de San Esteban Protomártir. Sin embargo, el monumento más importante de Pineda es la Iglesia de San Esteban Protomártir del siglo XII. De su etapa inicial de construcción, además del ábside donde se aprecia el arco triunfal apuntado, está su magnífica portada románica que conserva una magnífica galería porticada con columnas dobles rematadas por hermosos capiteles. Está fechada en la segunda mitad del siglo XII siendo considerada una de las más bellas de todo el románico rural castellano. En el resto del interior se aprecia la reparación realizada en siglos posteriores para darle mayor altura a la nave, dotándola de bóvedas de crucería. El suplemento de altura se aprecia mejor desde el exterior, puesto que dejaron sobresaliendo los canecillos románicos bajo los guardapolvos, que entonces llegaban hasta el alero del tejado, mientras que éste ahora está dos metros más arriba. En las piedras de los muros exteriores y columnas se aprecian las firmas de los numerosos canteros que trabajaron en la construcción. Su altar es barroco y posee una bella talla de la Virgen. En este soleado pórtico de la iglesia, se celebraban, tras los actos litúrgicos, desde muy antiguo las reuniones del Concejo del pueblo, en los que democráticamente, se trataban los asuntos que atañían a la comunidad vecinal.

Javier Tezanos 20-05-2010 Literatura consultada para texto y fotos 1. http://www.pirineos3000.com/ 2. http://www.mendikat.net/ 3. http://www.pueblos-espana.org/ 4


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Siones – Pico Peñalba – As de Bastos - Tres Dedos Villasana de Mena El pico Peñalba (1.244 m) es la cumbre más elevada de Los Montes de la Peña, también llamada Sierra de la Magdalena entre los valles de Mena y Losa. Esta sierra se halla en plena divisoria cantábrico-mediterránea, ya que el valle de Mena es el único valle Burgalés de vertiente cantábrica. Al S se encuentra el valle de Losa, también en Burgos pero de cuenca mediterránea. La vertiente N de esta sierra es muy abrupta, con grandes precipicios rocosos (con un desnivel cercano a los 1.000 m) e inclinadísimas canales herbosas, en las que nace el río Cadagua, por encima de la población homónima. Desde esta misma población se accede a uno de los escasos portillos transitables de la sierra desde esta vertiente, el Portillo de La Magdalena (846 m) que se abre en la parte occidental del cresterío de Peña Mayor (1.252 m). Desde este lugar y por los collados de Muga (1.025 m), El Portillejo (1.044 m) y Portillo de Lérdano (1.136 m) se alcanzaría la cúspide de esta abrupta montaña.

Panorámica de la Sierra de La Magdalena desde el valle de Mena.

La ruta normal de ascenso a la cumbre de Peñalba de Lérdano es el corredor herboso que queda justo a su O, el citado Portillo de Lérdano. Sin embargo, la más fácil se realiza desde el valle de Losa, partiendo desde Villabasil (740 m), desde donde se alcanza fácilmente este abrupto paso entre peñas, que es el punto indicado para abordar la ascensión al pico. Al E de la peña el cresterío desciende hasta el Portillo de Avellaneda (1.048 m), de difícil acceso desde el valle de Mena. Este paso separa este pico con el Tres Dedos (1.166 m). En la vertiente SE del Peñalba se halla un característico monolito rocoso llamado As de Bastos o el Chorizo, que ha sido coronado mediante la técnica de la escalada artificial por su parte extraplomada. En este recorrido todavía es posible ver ejemplares de Caballo Losino, raza autóctona de este valle burgalés, que en 1986 llegaron a quedar alrededor de 30 ejemplares. A la vista de esta alarmante situación, se inició un proyecto de recuperación de la raza, creándose en Pancorbo (Burgos) el primer Centro de Cría y Selección del Caballo Losino, en el que se mantiene el sistema natural de crianza en libertad. Algunos animales, una vez domados, son utilizados para la equitación infantiljuvenil, en enganches y para realizar las rutas ecuestres por zonas rurales y de montaña. Datos de la Marcha

Marcha completa Desniveles: Subida acumulada: 1.222 m.


Bajada acumulada: 1.285 m. 1300

400 300 0

1

2

3

4

5

6

7

8

Villasana de Mena

Cilieza Túnel de La Complacera

500

La Complacera

600

Peña Corvilla

700

Tres Dedos

Portillo de Lérdano

800

As de Bastos

900

Portillo Avellaneda

1000

Pico Peñalba

Siones

1100

El Vigo

1200

Altitud (m)

Distancia estimada: 18,9 km, con las siguientes distancias parciales: Siones a El Vigo, 1,3 km; al Portillo de Lérdano, 2,7 km; al Pico Peñalba de Lérdano, 0,5 km; al As de Bastos, 0,4 km; al Portillo Avellaneda, 2,1 km; al Tres Dedos (pico más alto), 1,0 km; a Peña Corvilla, 1,4 km; a La Complacera, 1,1 km; al Túnel de la Complacera, 2,1 km; a Cilieza, 2,5 km; a Villasana de Mena, 3,8 km.

9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19

Distancia (km)

Duración previsible: 7 h aproximadamente. Dificultad: La marcha es Dura, con fuertes pendientes en algunos puntos y con continuas subidas y bajadas al recorrer el cresterío.

Subida al Pico Peñalba y As de Bastos Desniveles: Subida y bajada acumuladas: 1.023 m. Distancia estimada: 9,9 km. Duración previsible: 5 h aproximadamente. Dificultad: Este recorrido tiene una dificultad mediana, estribando el mayor problema en las pendientes de algunos puntos, aunque se puede hacer tan fácil como se quiera, al ser la vuelta por el mismo camino. Recorrido Antes de la partida se puede hacer unas visitas a dos de los interesantes monumentos del valle de Mena. Se trata de la iglesia del pueblo de El Vigo, cuyo bello tímpano muestra una escena de la Crucifixión. La otra joya es la hermosa iglesia de Santa María de Siones (situada en el barrio de Barriolaza), que fue construida por los Templarios en las últimas décadas del siglo XII. El templo presenta excelente obra de sillería. Consta de nave rectangular con dos portadas, cabecera con ábside semicircular y torre sobre el crucero. La visita exterior descubre un templo de volúmenes escalonados y armónicos. La escultura exterior es escasa, pero ayuda a embellecer el conjunto. Tiene dos portadas. La meridional es sencilla, mientras que la occidental tiene un gran desarrollo con cinco arquivoltas baquetonadas y cuatro pares de columnas. El interior del templo es de gran riqueza. El presbiterio congrega el mayor interés y vistosidad. Tiene una bellísima arquería doble de siete arcos cada una, que recorre el hemiciclo. Existe una nutrida serie de capiteles decorados con escultura fuerte y sin demasiado refinamiento. Se podría destacar la escena de “David y Goliat”, así como la del “Paraíso Terrenal” con Adán, Eva, el árbol surtido de fruta y la serpiente, etc. El crucero merece una atención específica ya que cubre con bóveda de crucería sobre arcos torales y en los muros laterales sendos “edículos”


(templete o edificio pequeño que sirve de tabernáculo, relicario, etc.) con bóveda propia, variedad de arcos y capiteles.

Santa María de Siones: Vista general desde el oeste, portada occidental y detalle de un ventanal. Tímpano románico de la iglesia de El Vigo.

En Siones (373 m) se toma el ramal asfaltado que sube a El Vigo (443 m). Justo antes de entrar en el caserío se toma un camino (SE, derecha) que pasa por debajo del ferrocarril de La Robla para continuar entre el arbolado. Un poco después de rebasar el diminuto cementerio se sale del bosque y aparecerá un alambrado que se cruzará, pasando junto a un abrevadero, para seguir la ascensión, que a cada paso aumenta su pendiente. Poco antes de llegar a la pista que viene de la estación, se tomará un camino (derecha) que ataja a ésta para llegar a ella junto a la empalizada, que se cruzará y se seguirá de cara a la peña (S) ascendiendo por una amplia ladera desforestada.

Recorrido de la subida desde El Vigo al pico Peñalba. Vistas desde el Pico Peñalba, al O, con Peña Mayor, y al E, con el Tres Dedos en primer plano y Castro Grande al fondo. Macizo de Castro Valnera. Zona de Alto Campoo. San Lorenzo.

Se sigue subiendo por una senda poco marcada. Pasados unos robles, progresando ya entre hayas, el sendero se vuelve a cruzar con la alambrada. Se pasará por unos peldaños, tomando rumbo SO, para


iniciar una larga diagonal a media ladera. La pendiente es regular y mantenida. La senda está marcada con hitos y ocasionales trazos de pintura roja. Entre las hayas se pueden ver plataformas de antiguas carboneras. También hay algún tramo con avellanos. Al llegar al pie del roquedo, el sendero remonta un paso angosto, avanza sobre una cornisa y se asoma al valle junto a un promontorio donde hay un tejo. Poco más adelante, se entra en un pequeño circo cubierto por el hayedo, el sendero tiende a girar hacia la izquierda. Las huellas de paso se dispersan por la ladera mientras se gana altura a plena pendiente (SE). Al superar el arbolado, cerca ya del collado, queda a la izquierda, semioculta entre los arbustos, la entrada a la cueva de Lérdano. Tiene una vistosa bóveda. Más arriba destaca otra cavidad. Al llegar al Portillo de Lérdano1 (1.136 m) se da vista al Valle de Losa. En este collado hay una charca y se gira a la izquierda (E-NE) siguiendo los rastros de una senda y las marcas amarillas procedentes del camino que accede desde la vertiente del valle de Losa. Faldeando un escarpe por la cara norte se sale al cordal cerca de la cumbre de Peñalba de Lérdano (1.244 m). Además del vértice geodésico hay dos buzones y restos de otros dos. Se domina toda la Sierra Magdalena o Montes de la Peña, destacando a lo lejos (E) la proa de Castro Grande (1.094 m) y más cerca las cotas de Tres Dedos (1.167 m). Contrasta el plano inclinado de la vertiente meridional con el corte de la cara norte y sorprende la diferencia de los valles: verde y urbanizado el de Mena, árido y con aldeas desperdigadas el de Losa. Se continúa por la cima hacia el E, hacia la parte superior de una hilera de rocas que desciende por la ladera S. Habrá que ir sorteando las rocas emergentes de esta ladera y coger los mejores pasos. Una vez que se ha llegado a la parte superior de esta hilera se bajará por su lado E, que está formado por farallones. Al poco tiempo, entre éstos, desgajado de la masa principal de rocas se encontrará el inconfundible y curioso As de Bastos, conocido también como el Chorizo (1.110 m).

Tres aspectos del As de Bastos.

La continuación hacia el E está impedida por dos farallones que descienden desde el cortado de la cumbre hacia el S, por lo que es necesario bajar de ladera para salvarlos. Se sigue un camino que desciende (S) hasta llegar a una hilera de árboles (de O a E), donde se girará a la izquierda (SE) hasta librar el extremo inferior del primer farallón (no es necesario bajar hasta el cortafuegos que se ve más abajo). En este punto se cambia el rumbo al N por un camino que sube suavemente hasta librar el segundo farallón, por cuya base seguirá por un tramo de unos 70 m (NO) de fuerte pendiente, para continuar 1

En el mapa el nombre de Portillo de Lérdano está mal situado, ya que su correcta posición es la descrita aquí. El collado donde está escrito se denomina El Portillejo (1.044 m).


por el camino que gira bruscamente a la derecha (NE) dirigiéndose hacia un escote del borde de la Sierra (1.050 m) (prácticamente llaneando), aunque no es necesario llegar a él. El camino continúa ligeramente por debajo del borde del acantilado, con pequeñas subidas y bajadas para librar lo pequeños cortados de piedra que se van encontrando, hasta llegar al Portillo Avellaneda (1.048 m), que está formado por dos aberturas con un pico en el centro (1.064 m). Se sube de nuevo hasta la cresta (fuerte pendiente), por la que, posteriormente con una suave subida, se llegará hasta la cima más alta de Tres Dedos (1.166 m), denominada Peña Mayor, donde hay un curioso buzón con forma de helicóptero. Se desciende directamente hacia el SE. En el lugar donde hay un hito se gira al E, para buscar otro hito que indica un paso fácil en el resalte anterior al Portillo Tablas entre las dos primeras cimas del Tres Dedos. Después se continúa por terreno despejado, bordeando a media ladera la segunda (1.142 m) y tercera cima (1.121 m) y sin apenas desnivel se alcanza la cima de Peña Corvilla (1.104 m). Tras un corto y pronunciado descenso se alcanza un amplio collado (1.037 m). Se continúa por el borde del cortado, sin apenas desnivel, para alcanzar la cima de La Complacera (1.046 m), que está marcada por un pequeño hito de piedras. Se continúa bajando cerca del borde del acantilado hasta el collado El Polvero (933 m), para después bordear, de ladera y llaneando, la cima de Castejón (1.012 m) siguiendo la senda que discurre por la parte superior del pinar y alcanzar el Alto del Portillo (946 m), donde se halla el túnel de La Complacera (930 m, en la entrada), que da acceso a la vertiente del valle de Mena. Este túnel de 66 m de longitud fue horadado a principios del siglo XX para comunicar los valles de Mena y de Losa. Sólo permite el paso de una caballería con su carga y fue muy utilizado para pasar Túnel de La Complacera. estraperlo en la postguerra. Siguiendo el ramal E-NE (de frente) de la pista que conecta con el túnel se puede ascender a la cima de Castro Grande (1.094 m), junto a la cual, desgajado de ésta, se encuentra el monolito de 40 m denominado Diente del Ahorcado o Pico del Fraile (1.070 m). Esta posibilidad supone un esfuerzo añadido de aproximadamente 1,15 horas (ida y vuelta). Una vez rebasado el túnel se inicia un descenso que conduce hasta los caseríos de Cilieza (551 m). El descenso continúa por pista hasta el cruce de Ovilla, donde se convierte en camino asfaltado. Después de pasar por Covides (380 m), por encima de un puente sobre el ferrocarril de la Robla y otro sobre la carretera de circunvalación, y de desechar todas las desviaciones a izquierda y derecha se llega a Villasana de Mena (310 m). El Casco de Villasana está declarado Conjunto Histórico. Corresponde a la antigua puebla medieval, conformada por una calle central o calle de El Medio, cuyo trazado longitudinal, a modo de camino, responde al paso de una vía secundaria del Camino de Santiago, adoptando así la configuración característica de los pueblos o villas camineras por las que discurre la ruta jacobea. Paralelas a ésta están las calles Bajera o Nueva y la calle Encimera, que a su vez están cruzadas por tres traveseras, la del Fuelle, la de Nocedera, y la de la Torre. La calle El Medio, destaca toda ella por estar flanqueada por casas de origen medieval destacando la casa del


Fuelle por su peculiar construcción, adaptándose al espacio disponible en el momento de su edificación.

La calle El Medio. Casa restaurada de esta calle. Torreón de los Velasco. En la calle Encimera se encuentra el Monasterio de las Madres Concepcionistas, levantado en el siglo XVI por orden del doctor Sancho de Matienzo, abad de Jamaica, tesorero de la Casa de Indias de Sevilla y estimado de los Reyes Católicos. Las monjas fueron traídas desde Sevilla, así como los maestros canteros que se encargaron de la construcción del monasterio y posteriormente de su palacio, del siglo XV, en el que destaca la labor mudéjar en sus ventanas y se encuentra en lamentable estado de deterioro. Se halla en la plaza de Santa Ana (antes conocida como plaza del mercado y centro del pueblo). La antigua muralla rodeaba todo el casco antiguo de la villa, aunque se cree que los orígenes de la misma están fuera de estos muros, se cree que Villasana en un principio estaba localizada justo al otro lado del Cadagua, en lo que hoy se conoce como El Rivero. La esquina noroeste de la muralla, estaba protegida por el Torreón de los Velasco, levantado en el siglo XII, y que a pesar de haber sido fuertemente reformado, en la actualidad todavía conserva algunas ventanas y saeteras, restos de su pasado defensivo. La iglesia parroquial de Nuestra Señora de las Altices, se halla en la que actualmente es la plaza principal de la villa, está dedicada a San Antonio y Santa Filomena (patrones del pueblo) que celebra sus fiestas la semana del 13 de junio. De esta iglesia levantada en el siglo XIX sobre los restos de una ermita dedicada a San Roque y San Sebastián, cabe destacar un medio-relieve románico de la Adoración de los Reyes Magos, traído desde una iglesia románica localizada en El Rivero y de la que apenas quedan restos. También es digno de mención un relieve en mármol blanco de la Giralda de Sevilla realizada por los maestros canteros traídos por Sancho de Matienzo.

Javier Tezanos 23-11-2010 Literatura consultada para texto y fotos 1. 2. 3. 4. 5.

http://www.goierrike.net/mendia/. http://www.mendikat.net/. http://es.wikiloc.com/. http://mendiak.es/. http://www.pueblos-espana.org/castilla+y+leon/burgos/villasana+de+mena/.



Alto de Otzaurte – Aizkorri - Aránzazu El Aizkorri (1.524 m) está situado en el macizo lleva su nombre, formado por una gran masa caliza que se extiende de NO a SE y parece formar parte de la línea de los montes del Duranguesado. Aunque no es la cima más elevada, sí es la cumbre más popular, debido a la ermita y un refugio montañero situados en su rocosa atalaya. La ermita de Santo Cristo de Aizkorri debe su nombre al crucifijo que allí se veneraba y que se consideraba milagroso, pues bien fuese llevado a Cegama y Araya (Álava), al final siempre aparecía en la ermita de la encumbrada montaña de Aizkorri que domina toda la tierra vasca. En la vertiente SO se abren las campas de Urbia, que se sitúan a 1.000 m de altitud y se cierran por un lado con el macizo del Aizkorri y por el otro con el Zabalandi. El valle se extiende de este a oeste, con un acceso desde el santuario de Aránzazu, en Oñate, y otro por San Adrián. Estas campas son lugar de pasto desde tiempos prehistóricos y de ello dan muestra los monumentos megalíticos que allí se hallan. La vertiente NE de la montaña, sobre Cegama, tiene profundos cortados. Debajo del Aizkorri se ubica el paso de San Adrián, cuya característica más reseñable es que atraviesa la roca mediante una cueva natural que guarda en su interior la ermita del santo que le da nombre. Los primeros en atravesarlo fueron los pastores trashumantes de la Edad del Bronce, que recorrían con sus rebaños las praderas de Aizkorri y Urbia. Es probable que los romanos tendieran una calzada a través del túnel, por donde trajeron los productos mediterráneos: aceite, vino y pan de trigo, ya posteriormente llegó la fe cristiana. La calzada que hoy se transita data del siglo XI, cuando el tráfico de peregrinos convirtió el túnel de San Adrián en hito jacobeo y entrelazó el valle del Oria con la trama de caminos de la Europa medieval. La ruta alcanzó su apogeo a partir del siglo XIII, al convertirse en el camino que conectaba el reino de Castilla con sus posesiones en Flandes y con el resto del continente. Bajo el túnel pasaron caravanas de comerciantes, miles de peregrinos, embajadores europeos, altos cargos eclesiásticos y hasta el emperador Carlos V. En el XVIII se trazó la nueva Carretera Real por Arlaban y el valle del Deba, un paso menos brusco que el de San Adrián, y el túnel quedó fuera de las rutas. Hoy en día la gran boca de piedra se abre en silencio, con un bostezo milenario, y sólo ve pasar a los montañeros que ascienden a los picos de Aizkorri. Datos de la Marcha Desniveles: Subida acumulada: 1.107 m. Bajada acumulada: 1.058 m.

1100

Aránzazu

1200 1000

700

Aitxuri

800

Aketegui

Aizkorri

900

Collado de Elorrola

1300

Ermita de Urbia

1400

Túnel de San Adrián

Alto de Otzaurte

Collado de Beunda

1500

Altitud (m)

Distancia estimada: 16,8 km, con las siguientes distancias parciales: Alto de Otzaurte al collado de Beunda, 1,7 km; al Túnel de San Adrián, 4,3 km; al Aizkorri, 2,3 km; al Aitxuri, 1,0 km; a la ermita de Urbia, 2,8 km; al Santuario de Aránzazu, 4,7 km.

1600

600 0

1

2

3

4

5

6

7

8

9 10 11 12 13 14 15 16 17

Distancia (km) 1


Duración previsible: 5 a 6 h. Dificultad: Mediana, al tener que vencer un importante desnivel acumulado, aunque los puntos con fuertes pendientes son pocos y los caminos están muy marcados. Recorrido Desde el Puerto de Otzaurte (671 m), frente a la venta, arranca la pista (SO) que llega hasta las cercanías del paso de San Adrián, por un tramo del GR 121 (Vuelta a Guipúzcoa). El camino comienza por una pista hormigonada junto a la bonita ermita de Andra Mari (de reciente construcción), en la que se puede contemplar una imagen de la Virgen, del escultor Julio Beovide, tallada en madera. Detrás de esta edificación se hallan varias estelas discoidales. Tiene la particularidad que por ella pasa la divisoria de aguas entre la vertiente Cantábrica y la Mediterránea, de hecho, la tradición popular dice que está construida de tal forma que el agua de cada alero vierte a una cuenca diferente. A continuación se pasa junto al caserío Andikoetxea y se cruza un paso canadiense. Siguiendo la pista pronto se llega a un cerrado zigzag, donde se encuentra una granja de la Diputación Foral de Guipúzcoa que cría faisanes y perdices rojas con el fin de soltarlos en el denominado Coto Social. Nada más pasar un segundo zigzag se llega al collado de Beunda (832 m), un área recreativa donde hay un refugio con mesas, bancos y fuentes.

Inicio de la ruta en el Puerto de Otzaurte. Entrada al Túnel de San Adrián. Ermita de San Adrian.

Se continúa por el camino de la derecha (ya que el de la izquierda es la variante GR 121.1 de la Vuelta a Guipuzcoa, que se dirige hacia Aratz por Garagartza y Arbarrain pasando por el Collado de Ultzama y las peñas de Garagartza), que corresponde a la pista principal del GR 121 (O). Un poco más adelante, en una curva a la izquierda se podría tomar un sendero que sube por un pequeño cordal, pasando por Anabaso (954 m) (vértice geodésico) y Aldaola (871 m) para llegar al túnel de San Adrián pasando por la Ermita de Sancti Spiritu. El recorrido que se describe continúa por la pista principal y después de pasar junto a dos refugios la pista comienza un descenso, con un par de suaves subidas, hasta llegar al margen derecho del Arroyo Ubiergo. En este trayecto se obviarán dos desvíos a la izquierda y después otros dos a la derecha. A continuación, el camino pasa a la margen izquierda del arroyo y pronto se llega a una cerrada curva a la izquierda de la pista. En ese punto se dejará ésta para seguir subiendo de frente por un camino menos marcado. 70 m después se dejará éste, que gira a la derecha, para seguir subiendo de frente por una senda, que en zigzag salva el fuerte repecho que dista para llegar al Túnel de San Adrián.

2


Se entra en el túnel, de origen natural, a través de los restos de la muralla que protegía la entrada E (1.008 m), la ermita se encuentra dentro de la cueva a la derecha del camino, que asciende hasta salir por la boca O (1.038 m), de menos de 2 m de altura, a la vaguada de pastos de Lizarrate, de bucólica belleza donde se dice que nace el río Oria. Cuenta la leyenda que el emperador Carlos V bajó la cabeza una única vez en su vida, al pasar esta boca del túnel. La actual Ermita de San Adrián, data de 1883 aunque hay constancia de la existencia de una ya en el año 1010. Pasado el túnel el camino se dirige a la derecha (NO) por la calzada medieval. Un poco antes de llegar a la fuente de Lizarrate (que queda a la izquierda), se encuentra el sendero de Mandobide que asciende a Aizkorri y que se toma en la curva a la izquierda de la calzada, junto al pequeño túmulo de San Adrian, siguiendo de frente. El camino enseguida se introduce entre las hayas, que no se abandonarán ya hasta cerca de la cima. Popularmente se conoce este sendero como “El Calvario”, aunque no se sabe si es debido a la dureza del camino por su fuerte pendiente, o que lleva a la ermita del Santo Cristo, prácticamente en la cima del Aizkorri. Hay numerosas marcas en el camino, pero hay que tener cuidado ya que a media ladera hay una bifurcación que, por la izquierda, lleva hacia la Campas de Urbia. La senda a seguir continúa de frente hacia arriba, sin descanso. A la salida del bosque se empiezan a ver las primeras peñas del cresterío de Aizkorri. Se trata de las desperdigadas cotas del alto de Aiztontor (1.416 m), que se deja a la izquierda. Siguiendo la subida, bien marcada por el desgastado sendero, se pasa junto a la cota denominada Tontorraundi (1.463 m) para enseguida llegar al refugio y ermita del Santo Cristo (1.510 m) y finalmente a la cumbre del Aizkorri (1.524 m), que queda un poco más arriba.

Llegando a la Cumbre del Aizkorri. Ermita del Santo Cristo desde el pico, con el detalle del altar.

La cima está marcada por un buzón montañero con forma de hacha cortando un tronco, que está colocado junto a una pequeña cruz. La panorámica que se domina es extraordinaria: Al NE sus laderas son muy pendientes y caen repentinas sobre el Valle del Oria. Entre el pueblo de Zegama y la Cima de Aizkorri median más de 1.200 metros de desnivel para una distancia en línea recta de 4 kilómetros, en cuyo último tramo se abre la famosa Canal Haundi, vía directa de acceso a la cumbre con un porcentaje del 75%. Hacia el N-NO continúa el cresterío, que pasa por las cimas de Aitzabal, Aketegi, Aitxuri (punto más elevado de la Comunidad Autónoma Vasca), Iraule y Arbelaitz antes de interrumpirse en el collado de Lugaitzeko Lepoa. Debajo de éstos, por su ladera occidental, un sendero desciende progresivamente a la Majada de Arbelar y Urbia. Al S, es el Monte Aratz el que acapara la atención cercana. 3


Aunque parece que la Real Academia de la Lengua Vasca indica la forma Aizkorri como correcta, también se usan las formas Aitzkorri y Aizgorri. En realidad, el significado de este nombre es el de “roca roja” (aitz = roca y gorri = rojo). Esto es debido a que al recibir los rayos del sol al atardecer produce una tonalidad rojiza (como el Picu Urriellu). El Aitxuri tiene un significado similar (aitz = roca y zuri o txuri = blanco) “roca blanca”, ya que la caliza que lo forma es muy blanca.

El camino prosigue cresteando hacia el N-NO, para lo cual se bajará a un collado (1.479 m), se faldeará el Aitzabal (1.516 m) por su cara E-SE hasta alcanzar el Collado Aundi (1.474 m). Poco después de este punto se deja el camino principal, para seguir subiendo por un camino que sale a la derecha hasta un hombro del cordal (1.532 m) y posteriormente llegar a las El Aizkorri visto desde el Aitxuri y buzón de este pico. cumbres cimeras del cordal, el Aketegui (1.548 m) y el Aitxuri (1.551 m). Estos dos picos tienen mal puesto el nombre en el mapa. En el segundo hay un buzón que es un tambor metálico. Para la bajada se retrocederá hasta un poco más abajo del Aketegui, desde donde se bajará por el paso que mejor se vea, hasta alcanzar el camino, que se había dejado cerca del collado, donde se seguirá hacia la derecha (NO). Por este camino se llegará a las majadas de Arbelar (1.190 m), formadas por varias cabañas dominadas por la cumbre de Arbelaitz (1.506 m). A partir de aquí, el camino se convierte en pista, que se sigue hasta llegar a una curva a la izquierda, donde se cruza el regato de Urbia (1.118 m). Aquí se dejará la pista para atajar por un camino que lleva directamente a la ermita de Nuestra Señora de Urbia (1.130 m), donde también hay refugio de montañeros, que a su vez es fonda y barrestaurante (abierto todos los fines de semana del año). A partir de aquí el camino sigue subiendo suavemente, entre fresnos, hasta el collado de Elorrola (1.161 m), situado entre las cumbres de Gorostiaran (1.282 m) al N y el cordal de Zabalaitz (1.262 m) al S. En el mismo collado la pista se bifurca, debiéndose tomar el camino de la derecha, ya que aunque por el de la izquierda también se llega a Aránzazu, por las márgenes del arroyo Urkullu que forma la barrancada de Aránzazu, es bastante más largo. La pista se mete enseguida en el hayedo y transita por la vaguada de Otraitz. Más adelante se pasa junto a una fuente (a la derecha) donde hay una imagen de la virgen y enseguida se encuentra una bifurcación, donde se tomará la pista de la izquierda (ambas llegan al Santuario) que va a dar a la que recorre la barrancada de Aránzazu, donde se irá a la derecha (N-NO), alcanzando enseguida el poblado del Santuario, pasando junto al restaurante Sindika y llegando al aparcamiento junto al Santuario de Nuestra Señora de Aránzazu (720). El Santuario de Aránzazu está colgado sobre el barranco que forman las sierras de Aizkorri y Aloña con los montes de Urkilla y Elgea. El nombre del santuario, del lugar y de la Virgen hace 4


referencia a la leyenda de su aparición. En sí, la palabra arantzazu viene a significar ‘tú en los espinos' y hace referencia a la existencia de abundantes arbustos espinosos en el lugar.

Vistas del exterior del Santuario de Aránzazu. Detalle del ábside y de la talla de la Virgen. Cristo Resucitado en el muro del altar de la cripta. Escultura de los Apóstoles. Interior del Santuario. Esteban de Garibay, en su Compendio historial de las Crónicas y universal historia de todos los Reynos de España (1628), dice que la Virgen se le apareció a una doncella llamada María de Datuxtegui. En el mismo libro, sin embargo, da otra versión, que es la más conocida. Garibay dice que recogió esta historia de boca de un testigo que habría conocido a un pastor llamado Rodrigo de Balzategui. Este hombre había dicho que había descubierto la pequeña imagen de la Virgen con el niño en brazos, escondida entre una mata de espinos, junto a un cencerro. Al verla habría exclamado: ¡¿Arantzan zu?!, que quiere decir "¡¿en los espinos, tú?!".

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Esta leyenda vuelve a aparecer en la primera historia del santuario escrita por el franciscano Gaspar de Gamarra veinte años después (en 1648): “Llámasse Aránzazu en buen lenguaje cántabro-bascongado y como la ethimología de haverse hallado esta santa imagen en un espino, que en esta lengua se llama Aranza y se le añade la dicción zu, y es a mi ver lo que sucedió en el misterioso hallazgo de esta soberana margarita que, lleno de admiraciones el pastor, viendo una imagen tan hermosa y resplandeciente de María Santíssima que hacía trono de un espino, la dijo con afectos del corazón: Arantzan zu?, que es como si dixera en lengua castellana: Vos, Señora, siendo Reyna de los Angeles, Madre de Dios, abogada de pecadores, refugio de afligidos, y a quien se deven tantas veneraciones y adoraciones, cuando merecíais estar como estáis en los cielos en throno de Seraphines, mucho más costoso y vistoso que el que hizo Salomón para su descanso. Vos, Señora, en un espino?” El historiador Padre Lizarralde, que diseñó el escudo del santuario, se basó en esta leyenda y diseñó un espino del cual brota una estrella que con su luz espanta al dragón, mandándolo al abismo. En la cenefa se lee “Arantzan zu”. Los monjes franciscanos se encargan de la custodia del santuario, al menos desde 1522 en el que Ignacio de Loyola pasó por Aránzazu. El edificio actual es de arquitectura muy moderna construido en los años 50 del s XX, según un proyecto de los arquitectos Sáenz de Oiza, y Luis Laorga del colegio de arquitectos de Madrid. Además de éstos, intervinieron el escultor Jorge Oteiza para la fachada principal, el pintor Lucio Muñoz para la decoración del ábside, el escultor Eduardo Chillida para las puertas principales de acceso, Fray Javier María de Eulate encargado de las vidrieras y el pintor Néstor Basterretxea para la decoración de las paredes de la cripta. La superficie de la fachada principal es una talla en punta de diamante. Las tres torres que componen el conjunto, la del campanario, alejada unos metros y las otras dos que enmarcan la fachada, están realizadas con bloques de piedra caliza tallados también en punta de diamante en clara alusión al espino en el que, según cuenta la historia, apareció la imagen de la Virgen. La torre del campanario tiene 44 metros de altura y está coronada con una simple cruz de acero de 6 metros. Las torres laterales, más bajas, rodean una fachada lisa de piedra en la que se abren las grandes puertas de hierro de Eduardo Chillida, que quedan bajo el nivel de la calzada abriéndose a una plaza a la cual se accede bajando unas escaleras. Estas puertas están decoradas con asimétricos dibujos geométricos. Al nivel de la calzada queda el friso de los apóstoles de Oteiza. Son 14 figuras de piedra que ocupan un espacio de 12 m. El interior de la basílica fue proyectado para acoger, cómodamente a mucha gente, con unas medidas de 66 m de longitud, 20 de ancho en la nave, 33 en los brazos de los cruceros y una altura de 20 m con una superficie de 1.200 m². Su sonoridad es excepcional lo mismo que su iluminación y su visibilidad. Los confesionarios quedan escamoteados en los laterales sin ocupar espacio en la nave central. No tiene columnas que se interpongan entre el umbral de la basílica y el ábside. La nave, vista desde el altar, tiene la semejanza de un barco. La bóveda está recubierta de madera y los ventanales, que se asemejan a ojos de buey, están cubiertos por las vidrieras que diseñó el franciscano donostiarra fray Javier Álvarez de Eulate y que se realizaron en la localidad francesa de Metz. Estas vidrieras son motivos abstractos de multitud de colores. La nave queda en un nivel de luminosidad tal, entre el deslumbramiento y las tinieblas, que invitan al recogimiento. Debajo de los coros se buscó una iluminación mucho más restringida para aquellos que prefieren un recogimiento más íntimo. En ellos se sitúa el órgano cuya ubicación esta especialmente diseñada para su optima sonoridad en todo el recinto basilical. Los teclados del órgano, tres manuales y uno de pie, están situados en el primer coro, el utilizado por los frailes; este coro consta de 155 asientos y posee un altar en el que se celebran los actos litúrgicos de la comunidad franciscana. El segundo coro queda muy alto, ofreciendo una impresionante vista de la nave.

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El ábside fue decorado por Lucio Muñoz y ha sido llamado por algunos como la Capilla Sixtina del siglo XX. Con una superficie de 600 m² fue realizado en cinco meses sin labor alguna de estudio. Junto a Lucio trabajaron el escultor Julio López y el pintor Joaquín Ramos. En él se enmarca a la pequeña imagen de la Virgen en medio de una alegoría de la naturaleza. Está inspirado en el paisaje de la región, a la trascendencia del tiempo y a la religiosidad de los que acuden a visitar a su Virgen. La iluminación del conjunto del ábside, que entra por un ventanal frontal superior, destaca la pintura y el cajetín donde se ubica la imagen, al cual se puede acceder mediante unas escaleras interiores para que los peregrinos lleguen a ver de cerca a su Virgen. La parte baja del retablo está constituida por colores ocres, opacos y silenciosos en referencia al espíritu de la tierra de Guipúzcoa y Aránzazu. En la parte media, se aprecia un bloque de madera tallado en formas muy agudas que hacen referencia al espino en el que apareció la imagen. Sobre este bloque se abre el camarín donde se ubica la Virgen y sobre el mismo se abren en azules de diferentes matices hasta desaparecer. A la derecha del camarín, también en azules se representa la paz que consiguió la aparición de la Virgen en Guipúzcoa.

Recorrido alternativo Si no se quiere subir al Aizkorri, se puede realizar un fácil recorrido. Para ello, una vez pasado el túnel de San Adrián se sigue por la calzada medieval, que se dejará en el primer desvío a la derecha, para continuar por el puerto de Zarra y las majadas de Ollantzu para llegar a la ermita de Urbia, donde se continuará por el recorrido principal. Javier Tezanos 10-06-2010 Literatura consultada para texto y fotos 1. 2. 3. 4. 5.

http://www.mendikat.net/. http://es.wikipedia.org/. http://www.diariovasco.com/. http://www.itelazpi.net/. http://www.foroxerbar.com/

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GR 99, etapa 4: Polientes Orbaneja del Castillo En esta etapa del Camino Natural del Ebro se acompaña al río en su salida de Cantabria, en sus pasos finales por Valderredible para entrar en los angostos desfiladeros formados por los Cañones del Ebro. Valderredible es un valle de increíble belleza, que en su conjunto podría considerarse una de las zonas más hermosas de Cantabria, ya que aquí se encuentran los verdes, grises y azules de la zona cantábrica y el amarillo, rojo y ocre de la tierra castellana. Todo ello creado por el Ebro, artista insuperable, que da frescor y riqueza a esta tierra creando este paisaje fuerte, viril y hasta melancólico de eternos atardeceres. Sus deliciosos pueblos decorados con bosques abiertos, torres con cigüeñas, y álamos, chopos y robles jalonando todos los caminos. Además de esto, Valderredible es una zona cargada de historia con sus muestras romanas y románicas, sus castros militares, sus habitáculos trogloditas, etc. Además posee la arquitectura eclesial más antigua de España. No en vano, ya antes de la invasión árabe, durante la evangelización de Cantabria se habían formado cenobios, que construyeron sus moradas y ermitas rupestres. Posteriormente fue la única zona de la península que no invadieron los musulmanes, por lo que estas reliquias no fueron destruidas y a partir del comienzo de la reconquista se expandió el románico, que en este valle tiene una magnífica colección de singularidades. Así todo, este valle sigue siendo la zona más desconocida y olvidada de Cantabria, que todo el mundo debe visitar para admirar sus peculiares características paisajísticas y arquitectónicas. Datos de la Marcha Desniveles: Subida acumulada: 250 m. Bajada acumulada: 246 m.

1000

Orbaneja del Castillo

Polientes

Altitud (m)

1100

Villaescusa de Ebro

1300

Villota de Elines

Arenillas de Ebro

1400 1200

Distancia estimada: 18,3 km, con las siguientes distancias parciales: Polientes a Arenillas de Ebro, 4,1 km; a Villota de Elines, 1,5 km; a San Martín de Elines, 2,5 km; a Villaescusa de Ebro, 3,5 km; a Orbaneja del Castillo, 6,7 km.

San Martín de Elines

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Distancia (km)

Duración previsible: 5 a 6 h. Dificultad: Muy fácil al transitar por buenos caminos sin grandes desniveles. Recorrido Se sale desde la plaza de Polientes hacia Ruerrero (E), hasta llegar junto al último bar del pueblo (restaurante Sanpatiel), donde se tomará la calleja que sale a mano derecha. Se llegará a la zona recreativa de la Requejada y se pasará el puente de Rocamundo. Tras cruzarlo se entra en una pista (la primera a la izquierda) que discurre entre campos y quejigos y finaliza en una granja con colmenas, a los pies de la vertiente SO de La Mata de Arenillas (777 m). A partir de aquí la pista se 1


convierte en sendero, que va rodeando este monte a la vez que acompaña al Ebro en este meandro. En la parte final de la curva, a la otra parte del río y cuando la vegetación lo permita se verá la localidad de Ruijas. Poco después se llega a Arenillas de Ebro (708 m), con el único interés arquitectónico es su iglesia románica de Santa María, románica del siglo XIII avanzado con varias añadiduras. Conserva la espadaña con escalera exterior apoyada al muro. Tiene una sola nave y capilla cuadrada con arco apuntado sin columnas. Canecillos en los muros y ventana de medio punto, sin columnas y bordes en el vano, con decoración envolvente. La cubierta de la nave es de madera, siendo de bóveda la del ábside.

Al llegar junto a este templo se tomará la carretera (izquierda, NE), que después de dejar tres pistas alquitranadas a la izquierda se llegará a Villota de Elines (757 m), que ofrece una buena arquitectura

Iglesia de Arenillas de Ebro.

popular de montaña, con viviendas y edificios auxiliares de piedra y balconadas solaneras. La iglesia de Nuestra Señora de la Concepción es un edificio sin interés artístico, pero en su interior pueden verse tres importantes esculturas traídas desde la diócesis de Burgos cuando se trató de reponer la imaginería destruida durante la guerra civil. Esta localidad se sitúa justo a los pies de los amenazantes farallones de Peña Camesía (1.158 m), lo que ha producido el dicho: "A los de Villota, si cae la Peña, les escocota". Antiguamente, este pueblo era uno de los que proveían abañadores (seleccionadores de simiente sometiéndola a un cribado especial) para Castilla.

Justo a la salida del pueblo se dejará la carretera para tomar una pista a la derecha, que comienza casi en la misma dirección. Enseguida, se llega a una curva a la derecha, donde se dejará este camino para tomar otra pista menos marcada a la derecha y 900 m después entrar en otra más marcada (que también viene de Villota, pero sube mucho más). 600 m más adelante se saldrá de la pista para tomar un sendero (izquierda) que enseguida entra en San Martín de Elines (720 m, junto a la colegiata) por las casas altas del Barrio de Arriba. Se bajará hasta la plaza, junto a la que se erige la colegiata románica de San Martín de Elines. Este templo es uno de los más destacadas del románico en Cantabria, formando, con Santillana y Castañeda, las mejores edificaciones en prestancia y tamaño. Tuvo una indudable importancia y gran influencia como centro monasterial en el valle de Valderredible. Se alza en un punto desde que claramente domina toda la vega. Posiblemente la primera fábrica del monasterio se levantase a finales del siglo IX, con motivo de la corriente repobladora que alcanzó a esta región, dirigida por Fernando y Gotina, fundadores de San Miguel de Escalada. Los restos mozárabes de San Martín perviven aún en forma de dos arcos de herradura, incluidos en el muro del claustro que da al cementerio, así como dos ventanitas de aspillera con decoración de plantas y sogueado y arco también ultra-semicircular que, en el mismo muro, se perciben desde el claustro. Esta iglesia mozárabe parece que se arruinó en 1102, según datos que copia Berganza en su “Historia del Monasterio de Cardeña”. Se estima que en ese momento se empezó la románica que hoy se contempla, puesto que el núcleo principal del monumento parece de la primera mitad del siglo XII.

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Se trata de una iglesia de una sola nave, con una alta linterna cuadrangular y un ábside y presbiterio de la misma altura que la nave. La masa cuadrada de la linterna, el tejado a cuatro aguas y la torre circular añadida a su muro sur, le dan una gran personalidad dentro del conjunto románico de Cantabria. Llama la atención la gran diversidad de figuras que presentan los numerosos canecillos de la cornisa. El ábside, semicircular, está dividido en tres zonas verticales por columnas exentas formadas por varios tambores que apoyan sobre basa normal. La linterna se alza entre los muros del presbiterio y los de la nave y, aunque maciza, se eleva fuertemente casi tomando el aspecto de una robusta torre medieval. Tiene un solo óculo redondo y doblado en el muro este, sobre el tejado del ábside. La puerta de entrada a la iglesia se halla en el lienzo O, dentro del claustro. Es muy sencilla, abocinada y de medio punto con dos arquivoltas de baquetones y guardapolvos de media caña, simplicidad que presenta gran contraste con la riqueza escultórica y decorativa del resto de San Martín. En el interior, el ábside, en semicírculo, lleva una destacada decoración con dos arquerías superpuestas y ciegas, salvo los tres vanos que en la superior dejan las tres ventanas abocinadas. La arquería inferior, de medio punto, se apoya en historiados y bellos capiteles que coronan las grandes pilastras circulares sobre las que se apoyan los altos arcos que sostienen la bóveda de la linterna. Son extremadamente originales en su decoración con escenas tales como Daniel entre los leones, Sansón “desquijarrando” un león, la Adoración de los Magos, la Degollación de los Inocentes, etc. El claustro es un rectángulo irregular, con jardín interior, cuya techumbre se soporta por columnas exentas, tal vez del siglo XVI. Contiene sepulcros románicos, con inscripciones, entre ellos los de varios abades del monasterio, destacando el que Dos aspectos de la Colegiata de San Martín de Elines. Decoración se supone corresponde a del ábside. Sarcófago gótico. Detalle de los capiteles de Daniel alguno de los Manrique, entre los leones y la Adoración de los Magos. compatronos de la iglesia. También se puede ver otro gótico, muy llamativo por la riqueza de sus relieves del siglo XIII. En el lomo de su tapa aparece una larga espada e inscripción del año 1231. Aparece la concha del peregrino a Santiago, lo que hace pensar que pudiera tratarse de algún infante o noble que de camino a Compostela pasó por el monasterio, dónde encontró la muerte.

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De este monasterio salió el famoso “Libro de miseria de omne”, que puede fecharse a finales del siglo XIV, realizado por algún fraile del convento, tratando de glosar en verso el libro “De contemptu mundi” del papa Inocencio III, y que hoy está en la Biblioteca Menéndez Pelayo. Para visitar la colegiata hay que preguntar por el párroco o en la casa de enfrente.

Se baja por la carretera hasta las primeras casas del Barrio de Abajo (690 m), donde se tomará un camino (izquierda) que se acerca a la margen derecha del Ebro. Durante esta suave bajada, si se mira atrás, se podrá contemplar San Martín de Elines y su colegiata bajo el farallón del Páramo de La Lora. A la izquierda, algo lejos al otro lado del río se ve Arroyuelos (que posee una hermosa ermita rupestre). Al llegar a la altura del puente, no se cruzará y se seguirá de frente por la pista que sigue junto al Ebro. Se deja el pueblo pasando junto al lavadero y al frente las paredes de las loras colindantes se van cerrando, indicio del comienzo del Cañón del Ebro, en el que pronto se entrará. Enseguida se entra en un cajigal, con algún ejemplar de haya. Al salir del bosque entre los lindes de los prados y oculta por la vegetación se ven las ruinas de la antigua iglesia románica. Enseguida se entra en el caserío de Villaescusa de Ebro (685 m), con su puente, que la une a la carreta general.

Central del Tobazo. Vista del comienzo del Cañón del Ebro desde las cascadas del Tobazo (en primer término). Abajo se ve la casa de la central eléctrica.

El lugar se divide en dos barrios próximos comunicados por un camino asfaltado sobre la orilla derecha del Ebro. Su iglesia es de factura sencilla y popular, pero su arquitectura es de las más interesantes e inalteradas de Valderredible. En el segundo barrio, se continúa hasta el final del caserío entre campos y muros, adentrándose en una zona de quejigos, hayas y chopos, donde el Ebro se estrecha entre los roquedos. Tras vadear un arroyo por un puente de hormigón se alcanza la central eléctrica de El Tobazo (680 m), donde muere la pista. La estación eléctrica del Tobazo (680 m), que se construyó en 1920 para aprovechar el caudal de esta boca principal. Hasta no hace mucho tiempo el uso de pequeñas centrales eléctricas para la producción de luz e, incluso, el almacenamiento de agua era fundamental en la vida de estos valles. Así, la Electra del Tobazo surtía del líquido elemento y de luz a varias localidades del municipio de Valderredible. La construcción de nuevas y más importantes obras hidráulicas, en la segunda mitad del siglo pasado, supuso el fin de esa actividad. Actualmente el edificio es propiedad privada. Antes, tras cruzar el puente, arranca un camino a la derecha marcado en una piedra (ajeno al GR 99) que accede a la preciosa cascada de El Tobazo. Sube por un campo a la base de la cascada y de allí a la parte superior. El agua aflora unos 130 m por encima del Ebro entre las calizas del Cretácico Superior que forman el Páramo de La Lora. Esta cueva del Tobazo (810 m), que tiene una longitud de 4,3 km, es la única insurgencia kárstica que mana sobre piedra toba en Cantabria. Por debajo de ella, cuando el régimen de lluvias es abundante, se forma una

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hermosa cascada. En esta surgencia se represaban las aguas que antaño producían energía en la central junto al Ebro. En este afloramiento kárstico de toba, la erosión ha horadado grutas naturales, que en la Alta Edad Media (siglos VIII al X) la mano del hombre utilizó para construir un conjunto eremítico. De las tres cuevas, sólo la central tiene carácter litúrgico, con hornacina rematada en arco de medio punto, cruz latina en su fondo y comunicación con las otras. En la entrada se conserva un reborde tallado, que correspondería a tumbas. La estancia a la que da paso es rectangular. Desde esta altura se aprecian Villaescusa, Valderredible y las formaciones rocosas y bosques que acercan a Orbaneja del Castillo.

Vista de Villaescusa de Ebro. Una de las entradas a las cuevas. Planta del conjunto eremítico del Tobazo.

Se deja la central a la izquierda para continuar por la Rivera Doñomiz, junto a la margen derecha del Ebro (camino viejo a Orbaneja), atravesando un paisaje en el que se combinan robles, vegetación ribereña y roquedos delimitadores del río. Tras sortear el torrente Vertiente de Cabeza de Pedro se continúa hacia el límite entre Cantabria y Castilla y León, por un tramo de espesa vegetación, con matas de acebos, robles y un pequeño humedal, cercano a un pinar de repoblación, con una rica avifauna protegida. Al finalizar del segundo meandro, un camino de herradura que baja del Páramo de la Lora se une a la senda que se sigue. A la derecha se yerguen majestuosas las caprichosas formaciones rocosas de El Castillo, que otorgan apellido a Orbaneja (720 m). La vegetación es menos tupida y el paisaje más abierto, teniendo a la vista la localidad, a cuyo caserío se llega tras salvar un puente que accede a la carretera. Orbaneja del Castillo es el primer enclave burgalés del Ebro tras dejar la demarcación cántabra. A sus pies la carretera se riza como una viruta, mientras la hoz se hace más angosta y sobrecogedora. Frente al pueblo, el terreno se remonta en el pliegue del Castillo, casi vertical, ornado en lo alto por extrañas figuras. En Orbaneja las piedras juegan a esculpir atrevidas cabezas, delicados besos, arcos perfectos. El pueblo se recorre pronto, y durante el invierno viven en él muy pocas personas. La protagonista indiscutible de la estructura urbana es la cascada, que nace en el mismo centro de la localidad. Sus cristalinas aguas brotan en la base de la Cueva del Agua, caverna que se abre en el cantil rocoso que preside el pueblo. Este caudal de agua divide el caserío en dos partes: Villa y Puebla, condicionando por completo la vida de sus gentes.

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Por esta cueva, que forma parte del interesante complejo kárstico de Orbaneja, tienen su salida natural las aguas subterráneas provenientes de un enorme acuífero situado en el subsuelo del páramo de Bricia. El caudal de esta surgencia, de carácter permanente a lo largo del año, aumenta considerablemente en época de fuertes lluvias y deshielo, de tal manera que el recorrido de las aguas saltando desde los distintos niveles de terraza de toba, formados y recrecidos gracias a ellas, es un espectáculo único e indescriptible, sobre todo en primavera.

Orbaneja del Castillo, el entorno: Detalle del caserío; Situación en el cañón; Vista aérea con El Castillo en primer plano; Dos detalles de las churriguerescas figuras de El Castillo. En la actualidad, la cueva se visita con un guía y se puede caminar un buen trecho dentro de la misma. A pesar de que esta parte está seca, se puede escuchar cómo el ruido del agua cercana retumba en las paredes. Antiguamente este caudal sirvió para mover las piedras de unos cinco molinos harineros distribuidos a la vera de la cueva, de los que todavía hoy se conservan restos. Sus aguas se precipitan unos 20 metros hacia el Ebro deshaciéndose en espuma sobre una poza de aguas cristalinas.

Orbaneja del Castillo y el agua: La surgencia; Vista del caudal en sus primeros pasos (foto central); El discurrir del agua entre las casas (dos fotos); Apoteosis del agua en la Cascada final. 6


En este singular paraje se encuentra uno de los conjuntos de arquitectura popular mejor conservados y con mayor encanto de toda Castilla y León. Las casas son de evidente traza montañesa, como no podía ser de otro modo dada la proximidad geográfica de Cantabria. Las edificaciones no son de mucha altura, pero su aspecto exterior se estiliza con las elegantes solanas de madera que se asoman a las viejas y estrechas calles del pueblo. Tan apiñadas están las casas, que parece que los balcones estuvieran suspendidos en el aire. El pueblo, en permanente cuesta, se ha edificado sobre unas cuantas terrazas estrechas de piedra toba. La abundancia de este material, singulariza la propia arquitectura popular, al ser utilizado profusamente en la edificación. Mientras el primer cuerpo de los edificios está construido en mampostería caliza, buscando un mejor aislamiento de la humedad, los pisos superiores presentan un aspecto más uniforme y cuidado debido a la utilización de la piedra toba, en forma de sillares. La porosidad y ligereza de esta piedra, junto a su facilidad para ser trabajada, la convierten en un material muy apropiado tanto para la construcción de muros como para el relleno de entramados de madera.

Orbaneja del Castillo: Detalles de su caserío, rodeado de farallones por doquier. Dentro del núcleo, el espacio de mayor amplitud corresponde a la boca de la Cueva del Agua, por lo que, desde sus orígenes, el manantial ha ocupado en Orbaneja un lugar central y protagonista. Sobre un espigón rocoso, al pie de la fuente, se sitúa una casa fuerte que pudo pertenecer a los marqueses de Aguilar. Otros edificios singulares son la Casa de los Canes y la Casa de los Pobres. La primera recibe este nombre por haber reutilizado canecillos románicos en su decoración. La Casa de los Pobres, antiguo hospital en el siglo XVI, cuenta con soportal de madera y un elegante entramado de piedra toba. En cuanto a su organización interna, es uno de los ejemplos más primitivos de la comarca. Consta de una planta baja con cuadras y la superior con un amplio espacio de cocina sin campana, recocina y estancias de habitación. Desde la parte alta del pueblo, frente al apiñado caserío, la margen derecha del río aparece coronada por un descomunal conjunto de estructuras calcáreas naturales que, desde la lejanía, asemejan ruinas. Es uno de los ejemplos más espectaculares de modelado kárstico dentro del cañón. El relieve resultante evoca formas fantásticas, que asemejan ruinas, camellos y retazos de un castillo inexistente, que la imaginación de las gentes ha perpetuado en el topónimo del pueblo.

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En Orbaneja del Castillo convivieron durante siglos mozárabes, cristianos y judíos. De la presencia de estos últimos y su famosa aljama tan sólo queda el recuerdo en algunos nombres de calles. Este lugar fue elegido por los Caballeros Templarios para levantar el Convento y Hospital de San Albín, encargado de ofrecer albergue y protección a los peregrinos del Camino de Santiago. Se trataba de una ruta alternativa al denominado camino francés, que pasaba por San Martín de Elines y Santa María de Cervatos. Asimismo, los Reyes Católicos concedieron a esta distinguida aldea el título de Villa, por lo que sus habitantes quedaron exentos del pago de impuestos.

Javier Tezanos 17-06-2010 Literatura consultada para texto y fotos 1. GR-99 El Camino del Ebro en Cantabria (folleto editado por el Ministerio de Medio Ambiente). 2. http://www.caminosnaturales.com/ebro/. 3. http://www.cantabriajoven.com/valderredible/.

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GR 99 etapa 6: Pesquera de Ebro - Manzanedo En la etapa anterior se transitaba por angostos cañones que el Ebro ha formado con su erosión, ayudado por los fenómenos climatológicos. Sin embargo, este recorrido va a mostrar otros valles algo más abiertos, aunque con preciosos pasos por las hoces que el río ha abierto para dar curso a sus aguas. En resumen, desde Pesquera de Ebro, la senda se dirige hacia el estrechamiento de Las Calzadas, que da paso al valle de Zamanzas. Un puente medieval de nueve ojos vadea el río a su paso por Villanueva-Rampalay y más adelante se vuelve a cruzar por la pasarela por la que se accede a Tubilleja. Al salir de esta población se encuentra el paraje de los Molinos del Canto, que destaca por su valor paisajístico y, después de pasar el Paso de Sotillo, se llega así a la tradicional localidad de Tudanca, que también resalta por sus bosques de ribera, por un camino de herradura que conduce al desfiladero de Los Tornos, donde el GR 99 tiene que subir al portillo del Oso para franquearlo, bajando, a continuación, al valle de Manzanedo para alcanzar Cidad de Ebro y acabar en Manzanedo. Datos de la Marcha Desniveles: Subida acumulada: 225 m. Bajada acumulada: 265 m.

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Altitud (m)

Distancia estimada: 18,5 km, con las siguientes distancias parciales: Pesquera de Ebro al Estrecho de Las Calzadas, 3,8 km; a VillanuevaRampalay, 2,3 km; a Tubilleja, 2,3 km; a Tudanca, 1,8 km; al Portillo del Oso, 1,7 km; a Cidad de Ebro, 3,1 km; a Manzanedo, 3,5 km.

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Distancia (km)

Duración previsible: 5 h. Dificultad: Muy fácil al transitar por caminos sin grandes desniveles Recorrido Pesquera de Ebro tiene su singular emplazamiento en una zona en la que el Cañón del Ebro se ensancha y sus escarpadas paredes moderan su carácter inaccesible. El inesperado y bien conservado conjunto urbano de esta localidad burgalesa se encuentra lleno de palacios y casonas blasonadas de los siglos XVI, XVII y XVIII, que sugieren un evocador y noble pasado. Aunque el primer documento que habla de Pesquera de Ebro está fechado en el año 941, el paraje estaría habitado desde la época, siglo IX, con la repoblación del rey cántabro Alfonso III. Según su mismo nombre indica, surgió como lugar de pesca y de desarrollo a la vera de un estratégico puente sobre el Ebro. La estructura urbana de Pesquera de Ebro responde al tipo de caserío semidisperso vertebrado alrededor de un camino principal, que en la actualidad se ha convertido en carretera. Su época más gloriosa coincide con los siglos XVI Y XVII, cuando sus habitantes eran en su mayoría hidalgos. De ese período ha llegado hasta nuestros días un llamativo conjunto de palacios y 1


casonas blasonadas, con escudos de los Escalada, Giles, Mazuelo y Gallo, que convierte a Pesquera de Ebro en uno de los pueblos con mayor densidad de escudos nobiliarios de toda la provincia burgalesa. Uno de éstos, situado en una casona de la calle de Abajo, presenta una curiosa inscripción que reza lo siguiente: “Iesus Maria. Esta es casa de placer i la gente de alegría. Abe María. Año 1712”. Las casas señoriales han sido levantadas con una magnífica sillería caliza, sus puertas están reforzadas por arcos semi-almohadillados de medio punto y la mayoría de las ventanas presentan recercas. En las fachadas principales campean los grandes escudos de los que fueron sus propietarios. El más ilustre de ellos fue, como atestiguan los nobles tenantes de su blasón, el capitán de los tercios de Nápoles Juan de Escalada. En Pesquera de Ebro también son notables las muestras de arquitectura popular, con las típicas solanas montañesas y algunas chimeneas encestadas, y el elegante puente medieval sobre el Ebro. La iglesia de San Sebastián posee retablos de interés y un bonito crucero, en el atrio de la iglesia.

Pesquera de Ebro: Vistas de su puente medieval (en la segunda con la ermita de San Antonio). Curioso escudo nobiliario en el que reza la curiosa inscripción, “Iesus Maria. Esta es casa de placer i la gente de alegría. Abe María. Año 1712”. Calle del pueblo y crucero en el atrio de la iglesia.

Desde el aparcamiento (660 m) se atraviesa Pesquera de Ebro (650 m) por la carretera hasta llegar al Puente Medieval sobre el Ebro (637 m). Nada más pasar éste se encuentra la ermita barroca de San Antonio (637 m). Dejando ésta a la derecha, se sigue una senda paralela al Ebro, ajustada entre muros de campos (derecha) y monte bajo. Tras una pequeña subida inicial (653 m) se baja hasta llegar a la misma margen derecha del río. Después de caminar 2,4 km a la vera del río, entre quejigos se llega al estrecho de Las Calzadas, donde el camino desemboca en la carretera. Después de pasar esa angostura se entra en el Valle de Zamanzas, dando vista a la localidad de Colina y su iglesia románica. En el momento en que la carretera da una curva a la derecha (sin entrar en el caserío), se continuará por una pista (izquierda, O-NO) entre cultivos y quejigos hasta encontrar otra que viniendo desde QuintanillaColina (queda a la derecha) continúa de frente hasta llegar a un antiguo vial asfaltado (bajo la actual carretera). Se tomará el ramal de la izquierda (O), para cruzar el puente medieval de Villanueva-Rampalay, de nueve ojos con un gran arco ojival central y bien conservado. Nada más pasar el puente se gira a la derecha hacia la carretera, donde se irá a la izquierda (NO) y entrar en 2


el casco urbano de esta localidad (624 m), en el que se pueden admirar buenos elementos de arquitectura tradicional y su iglesia parroquial de San Miguel, recientemente restaurada.

Villanueva-Rampalay: Puente Medieval, Casa rural y torre de la Iglesia.

Nada más pasar la última casa a la derecha se tomará la carretera de la derecha, que va a Robredo de Zamanzas, se pasará un puente sobre un regato y al llegar a la siguiente curva a la izquierda se dejará la carretera para seguir un camino que continúa paralelo al río. Más adelante (1,7 km) se encuentra un pista, que desde Robredo de Zamanzas baja a Tubilleja, al llegar a ella se irá a la derecha para cruzar una pasarela de cemento (bastante deteriorada y obstruida por las ramas que bajan las crecidas del río), llegar a la carretera (seguir a la izquierda) y entrar en Tubilleja (627 m). En esta localidad cabe destacar su Iglesia Parroquial del XVI y la arquitectura tradicional con casas de piedra en las que se pueden ver: solaneras, blasones y una ventana gótica.

Tubilleja: Vista general, Iglesia, calle del pueblo, Ermita de San Roque, uno de los Molinos del Canto y farallones de Valdemer.

Siguiendo por la carretera enseguida se pasa por el paraje de los Molinos del Canto en el que hay un molino a cada lado del río. Más adelante carretera y río se constriñen en el Paso de Sotillo, una puerta que el Ebro ha horadado en Sierra Albuera. De frente se ven los impresionantes murallones de Valdemer. Nada más pasar el estrecho, la carretera se separa del río y en ese espacio se encuentra un prado, después del cual sale un camino a la izquierda, que se tomará, para no pisar tanto asfalto, llegando enseguida a Tudanca (620 m).

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Hasta hace unos años sólo se accedía por un camino o por la sierra de Tudanca, pero hoy llega una carretera asfaltada. Esto ha producido que sea una de las aldeas burgalesas que mejor conserva su arquitectura popular. En algunas de sus casas todavía se pueden ver paredes hechas de un entrelazado de ramas y adobe. En la parte de arriba se ve alguna casa que aún conserva restos de la hornera en la que cada vecino cocía su pan y un dujo encima de la puerta de entrada de la casa. La Iglesia de la Asunción es un edificio renacentista de una nave con capilla, con pilastrones o columnas cuadradas y arcos de piedra. Tiene una espadaña o campanario de una sola pared de dos cuerpos. En un lateral se ve un antiguo reloj de sol, bastante bien conservado.

Tudanca: Reflejada en el Ebro, Iglesia y calle del pueblo

Desde el núcleo se continúa por el camino de herradura que sigue la margen derecha del Ebro. Río y camino dan un amplio giro a la derecha y otro a la izquierda a la vez que se van encajonando en la sierra de Tudanca, hasta alcanzar el desfiladero de los Tornos. En este momento, el terreno se hace más abrupto, por lo que el camino sube y baja varias veces para abordar un fuerte repecho en zigzag, hacia la derecha, y encaramarse al Portillo del Oso (684 m), desde el que se tienen unas vistas magníficas de la parte que se ha recorrido de este cañón. Continuando el camino se comienza una bajada entre carrascas que da paso al Valle de Manzanedo. Al salir del bosque a la zona de prados, el sendero baja hacia la margen del río (se deja el camino principal que sigue de frente). Después de una fuerte curva a la izquierda comienza otra a la derecha y se vuelve a la pista principal, que se va separando del margen del río, a la vez que sube ligeramente. Enseguida se llega a Cidad de Ebro (615 m), a la altura de la ermita románica de la Virgen Blanca, que consta de una nave con ábside semicircular románico con canes bastos en la cornisa y una reducida sacristía. La espadaña y el pórtico están en el lateral de la nave, con pies derechos de madera que protegen un arco de medio punto. Es el monumento más antiguo del pueblo. La historia de su construcción se remonta al siglo XIII según consta en la columna lateral de la izquierda, más próxima al ábside. La imagen de la Virgen que da el título al templo es barroca (siglos XVII-XVIII). Dentro del caserío de Cidad de Ebro se pueden contemplar varias casonas de piedra y blasones, así como su iglesia de San Román, que tiene una nave rectangular a la que se adosan la sacristía y la capilla. La espadaña está a los pies y a ésta se accede por una escalera de caracol de madera. Los contrafuertes que tiene la iglesia en los muros y los arranques que han quedado de los arcos hacen pensar que, anteriormente a la reedificación, la iglesia estuviera abovedada confirmando su pasado como pequeño monasterio. También vienen a confirmarlo las numerosas losas dentro de la iglesia, que pudieron dar lugar a enterramientos en la misma. En un extremo del pórtico se puede ver también un viejo reloj solar. 4


Cidad de Ebro: Ermita de La Virgen Blanca, Iglesia y crucero en la plaza. En una plaza se encuentra un crucero barroco de piedra con columnas sobre base circular y capitel muy sencillo soportando una cruz barroca. Data de 1697. Desde aquí se baja al puente medieval de pilastrones, que no hay que cruzar. Junto a él hay una zona de baño bajo una chopera y el nuevo bar.

Se sigue por el camino que sale a la derecha, junto al cauce del Ebro, para recorrer el gran meandro que forma en esta zona, por el lugar denominado La Vega. Al finalizar esta gran curva se llega a la carretera de Cidad a Manzanedo, pero sólo se transitará por ella unos pocos metros, para tomar otro camino (izquierda) que entre árboles discurre por la margen derecha del río. Pronto se llega al remodelado puente de Manzanedillo (pequeña agrupación de casas que queda a la derecha). Tras cruzarlo y dar una curva a la izquierda, se dejará la carretera para tomar un camino (izquierda) por un callejo entre árboles. Unos 200 m después se tomará un camino a la derecha que viene de frente y enseguida se llega a Manzanedo (620 m, en la parte baja y 630 m, junto a la Iglesia). En Manzanedo cabe destacar la iglesia de Santa Marina, mezcla el estilo románico con cisterciense popular y barroco. Tiene dos naves, una con ábside semicircular contrafuertes prismáticos, ventana con una arquivolta y escasa decoración. La espadaña está a los pies de la nave. Bajo ella el pórtico con pies derechos de madera y una Manzanedo: Iglesia y casa antigua. portada con tres arquivoltas apuntadas con escasa decoración. Tiene canecillos toscos en el alero. El elemento más notable es el ábside, con presbiterio y capilla absidal semicircular, de piedra sillería y cubierta abovedada. Se accede a él a través de un elegante arco triunfal. Sorprenden las esbeltas arcadas que ornamentan su cuerpo inferior, aunque algunas están ocultas por el retablo y otras han sido destruidas para dar acceso a la sacristía. Camino de la iglesia podemos ver antiguas casas nobles y otras muy bien cuidadas.

Arturo López San Juan y Javier Tezanos 10-03-2011 Literatura consultada para texto y fotos 1. http://cidaddeebro.es/. 2. http://ebro.caminosnaturales.com/. 3. http://www.panoramio.com/. 5


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GR 99 Etapa 8: Puente Arenas - Trespaderne Esta etapa recorre el valle de Valdivieso, que se sitúa entre la sierra de la Tesla, el alto de la Mazorra, el Ebro y las parameras calcáreas de La Lora. En esta Merindad el Ebro discurre entre los estrechos de los Hocinos y la Horadada, dibujando un paisaje de prados y arboledas bajo las formaciones de los Cárcavos de Quecedo. En esta zona destacan lugares de interés natural, como los desfiladeros del Arroyo de Valdivielso, los Cuchillos de Panizares (afilados monolitos por encima de esta población). Otro punto de gran interés ecológico es el embalse de Cereceda, principal reserva de agua del valle de Valdivielso. Está situado en una zona donde Ebro forma una larga, profunda y angosta garganta, en cuyas laderas de cortados rocosos surge una densa y variada vegetación, conformada por quejigos, hayas y tejos, así como una buena nómina de aves rapaces. También es un lugar de gran interés medioambiental, al ser el hábitat permanente de la nutria, el martín pescador y la garza, entre otras especies. Después de dejar el pantano se sube por la sierra de la Tesla, que se atraviesa aprovechando la pequeña garganta de Tartalés de los Montes para luego volver al río en el desfiladero de la Horadada, parte del Espacio Natural de los Montes Obarenes. En la confluencia de los ríos Nela y Ebro se encaja el núcleo de Trespaderne, meta de la jornada. En todo el camino se pueden contemplar magníficas muestras del arte románico. La historia comenta que en el siglo IX los eremitas ya ocuparon cuevas y abrigos. Sin embargo, fueron los monjes de San Pedro de Tejada los que crearon parroquias y controlaron comunidades de aldea. Durante la incorporación de esta Merindad a Castilla, el siglo XIII, el monasterio de San Salvador de Oña extendió su brazo sobre Valdivielso.

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10 12 14 16 18 20 22 24 26 28 Distancia (km)

Duración previsible: 7 h. Dificultad: Es fácil de andar, pero es una larga distancia.

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Tartalés de Cilla

500

Collado de La Muñeca

600 Tartalés de los Montes

Altitud (m)

Distancia estimada: 28,6 km, con las siguientes distancias parciales: Puente Arenas a Población de Valdivielso, 5,3 km; a Panizares, 7,9 km; a Hoz de Valdivielso, 3,0 km; a Tartalés de los Montes, 1,7 km; al Collado de La Muñeca, 4,3 km; a Tartalés de Cilla, 3,0 km; a Trespaderne, 3,4 km.

Trespaderne

1100

Hoz de Valdivielso

Puente Arenas

1200

Población de Valdivielso

Desniveles: Subida acumulada: 674 m. Bajada acumulada: 694 m.

Panizares

Datos de la Marcha


Recorrido La etapa comienza en Puente Arenas (570 m), población emplazada en la margen izquierda del Ebro, en las laderas de la sierra de la Tesla, a él se accede tras cruzar el puente que da nombre al pueblo. Este puente es el más antiguo del valle, data del siglo XVI, aunque fue reformado en 1885, está construido en sillería y tiene cinco arcos principales y otros dos para tiempos de crecidas. Éste fue un lugar clave, ya que era el único puente existente en el valle y se utilizaba durante la Edad Media para el transporte y el comercio entre los puertos del Cantábrico y el interior de la península. Su nombre es debido a los bancos de arena que el río producía en esa zona. Puente Arenas se extiende paralela al río, formando dos barrios, uno junto al puente y otro junto a la iglesia de Santa María, que es una de las más grandes del valle, el edificio original data del siglo XII y de él aún se conserva su portada románica, el resto del edificio es una mezcla de estilos góticos y renacentistas. Tiene dos capillas laterales, la de la derecha, construida en el siglo XVII, en la que se muestran las armas de sus fundadores Salazar y Mata, y la de la izquierda, construida un siglo después y dedicada a los Dolores de María Santísima.

Puente Arenas: El río Ebro a su paso por la localidad. El Puente. "La casa grande" de los Yedra. Palacio del Obispo don Pedro Fernández de Temiño. Ermita románica de San Pedro de Tejada. En torno a la iglesia, se levantan varias casonas y palacios, que exhiben gran número de escudos e inscripciones. Destacan entre otras "la casa grande" de los Yedra, del siglo XVII o el Palacio del Obispo don Pedro Fernández de Temiño. La ermita románica del siglo XI y XII de San Pedro de Tejada (Bien de Interés Cultural) es el elemento más destacable del valle de Valdivielso. Asentada sobre uno de los primeros monasterios medievales de la comarca y cabeza de la Escuela de Tejada, destaca por su portada con arquivoltas, baquetones, sogueados, ajedrezado jaqués, tejaroz y pantocrátor. Bajo él, un friso presenta los doce apóstoles, la Última Cena y la lucha de un hombre y un león. En su interior luce un coro mudéjar policromado. Una leyenda cuenta que, durante una epidemia de peste, el último monje preparó su fosa y esperó la muerte tendido en ella.

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Se parte de una pequeña plaza junto al puente sobre el Ebro se sube a la ermita de San Pedro de Tejada, que se encuentra 700 m después de salir del pueblo. Desde aquí se toma el camino que entre árboles desciende hacia el SE. Poco después se encontrarán dos cruces, en los que se seguirá de frente (por ambos caminos, hacia la izquierda se sube a la Sierra de La Tesla). Más adelante desemboca en una pista donde se irá a la derecha hasta la carretera, por la que hay que seguir (SE) cerca de 200 m, para salir por otra pista a la derecha, que transita junto al margen izquierdo del río Ebro, por un terreno prácticamente llano hasta llegar a Población de Valdivielso. En este punto la pista llega hasta la carretera, para atravesar el arroyo de San Pedro por el puente de la misma y volver a la orilla del río. El camino continúa por un merendero junto al Ebro y llega a la carretera (BU-V-5314), justo cuando ésta pasa por el puente de las Ventillas. Se atraviesa la carretera y se sigue de frente, entre el río (derecha) y plantíos de frutales. Después de rebasar una tierra se encuentra una pista que accede perpendicularmente hacia el N (izquierda). Se toma este nuevo camino que sube a la zona de Los Molares. Al encontrar otro pequeño camino a la derecha se sigue por él (E-SE) hasta dar a una pista donde se va a la izquierda y al llegar a otra más ancha se irá a la derecha. En una bifurcación se toma el ramal de la derecha (S), que baja de nuevo a la margen izquierda del Ebro, por donde se sigue hasta llegar a un nuevo puente, que se cruzará pasando a la margen derecha y continuar (izquierda, S y SE) por un pequeño camino entre árboles.

Embalse de Cereceda. Panizares a vista de pájaro. Iglesia de San Cosme y San Damián.

Desde este punto el Ebro se ensancha, dado que es el comienzo (cola) del Embalse de Cereceda. Se llega al manantial de la Calentura, donde se cruza un puente sobre el arroyo. A partir de aquí el camino discurre por la ladera NE del Monte Sagrero, cuyo culmen es el Alto de las Solanas (877 m), que es bastante accidentado. Debido a esto el camino avanza en continuas subidas y bajadas. Se pasa por la cueva de Fuente Sagredo o Sagrero (surgencia en la que se ha explorado un sifón de 75 m, que finaliza en un derrumbe de bloques desde donde mana el agua) y tras atravesar otro pinar se accede a la carretera BU-V-5314. En este punto se baja al puente de Panizares, por el que se cruza el embalse de Cereceda. Se deja enseguida la carretera (en una pronunciada curva a la izquierda) para tomar una pista (derecha) que sube directamente a Panizares (665 m) por la vaguada. En este camino se pueden admirar los Cuchillos de Panizares, al N, en la vertiente de la sierra de La Tesla, concretamente en la cima de la Coronilla (1.162 m), que se halla salpicada de unos curiosos monolitos rocosos muy afilados, que forman una de las estampas más típicas del lugar. En Panizares se puede contemplar la Iglesia románica de San Cosme y San Damián. Desde la parte baja del pueblo parte la pista que conduce hacia Hoz de Valdivielso. Tras atravesar la carretera que también va a este pueblo, enseguida se llega a un cruce de pistas donde se tomará la que queda de frente por la derecha. El recorrido continúa entre quejigos, bojes y pinos junto a 3


una valla que hay que atravesar para descender a Hoz. En medio del bosque se encuentra una pista que se atravesará para seguir de frente (NO) bajando hasta Hoz de Valdivielso (610 m). En esta población se pueden contemplar la (siglos XV y XVI), el Palacio de los Ruiz de Valdivielso (siglo XVI). Se trata de un magnífico edificio de sillería de estilo herreriano, con dos torres de tres pisos y amplios salones. En la parte alta del pueblo se encuentran los restos de la ermita románica de Santa María de las Eras, del siglo XI.

Vistas de Hoz de Valdivielso: En la primera la iglesia de San Cornelio y San Cipriano y en la segunda Palacio herreriano de los Ruiz de Valdivielso. Ábside de la ermita de la Virgen de las Eras.

Se cruza el pueblo por la calle Real hasta llegar a las ruinas de la ermita de Santa María, donde se dará un gran giro a la izquierda para salir a la carretera (derecha, N-NE) que sube a Tartalés de los Montes (740 m), remontando el arroyo de su mismo nombre por un angosto barranco. En esta localidad cabe destacar la iglesia parroquial de San Miguel, románica del siglo XII.

Barranco de Tartalés. Cascada de Tartalés, en la hoz de subida a Tartalés de los Montes. Vista aérea de Tartalés de los Montes.

Desde este pueblo parte una pista forestal (SE) que sube siguiendo el barranco de Borcos. El Camino Natural del Ebro avanza entre campos de pasto rodeados de pinos y quejigos y, tras superar una finca en la Laguna y dejar de lado varios caminos a ambos lados, se alcanza el corral de Pedraco, donde unos enormes peñascos cierran un redil para ganado. Se cruza un arroyo y el camino continúa su paulatino ascenso entre pinos al collado de la Muñeca (943 m), divisoria entre Tartalés de los Montes y Tartalés de Cilla. Desde este punto se contempla al N el mojón de las Siete Cruces (1.163 m) y el alto de la Tesla (1.170 m). A partir de aquí el sendero penetra en el Parque Natural Montes Obarenes-San Zadornil. Desde el collado, el recorrido baja paralelo a la margen izquierda del arroyo de las Torcas hasta llegar a la citada localidad de Tartalés de Cilla (620 m). A la entrada del pueblo, se encuentra un afloramiento de areniscas (al N del camino), donde se excavó entre los siglos VII y VIII la cueva o eremitorio de San Pedro. La iglesia parroquial de San Martín data del s. XII. 4


Tras cruzar el caserío, por la calle de la iglesia, la pista se convierteo en senda (E), hasta bajar a la carretera N-629, encajada en el desfiladero de la Horadada. En este tramo habrá que dejar una senda a la izquierda, otra a la derecha y dos más a la izquierda. Tras pasar junto al canal de Cereceda/Trespaderne se llega al asfalto.

Tartalés de Cilla: Eremitorio de San Pedro en. Ábside de la iglesia de San Martín.

El desfiladero de la Horadada, que forma parte del Espacio Natural de los Montes Obarenes, tiene una longitud de 12 km, con sus paredes calizas, donde tienen su hábitat, rapaces, jabalíes, corzos, zorros, buitres leonados y gavilanes, entre bosques de encinas y pinos resineros.

Carretera adelante se pasa bajo el puente del ferrocarril Santander-Mediterráneo, se deja a la derecha el puente de Valdecastro (enlace con la etapa 9.1), sobre el río Ebro, para entrar en el polígono industrial, atravesar el puente medieval, sobre el río Nela, y alcanzar las calles de Trespaderne (550 m). En Trespaderne destacan la ermita de la Virgen de Encinillas, la casona del Priorato, el palacio de los Medina Rosales de Cadiñanos, la iglesia parroquial de San Vicente y el puente medieval. Fuera del lugar, sobre un mogote, se alza el castillo de Tedeja, sobre las paredes del desfiladero de la Horadada. Desde este conjunto defensivo de los siglos IX y X, se obtienen magníficas panorámicas. A su vez en la carretera, antes de entrar en Trespaderne, se encuentra el eremitorio de los Portugueses, de los siglos VII al X.

Javier Tezanos 25-02-2010 Literatura consultada para texto y fotos 1. Topoguía del Camino Natural del Ebro GR 99. 2. http://80.255.113.191/informacion.php?activos=informacion&id=11 (página de Caminos Naturales del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino)

Puente de Valdecastro sobre el río Ebro. Trespaderne: Plaza del Ayuntamiento; Puente románico de sobre el río Nela. 5


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Orbaneja del Castillo – Pesquera de Ebro Muy pocas zonas en España pueden presumir de la belleza y calidad ecológica del paisaje generado por el río Ebro en su discurrir por Burgos, justo nada más dejar Cantabria. Uno de los enclaves más valiosos es el tramo de cañones y páramos ubicados entre Orbaneja y Pesquera. Aunque el camino de la marcha que se describe aquí coincide en parte con la etapa 5 del GR 99, en realidad se trata de la mitad del PR-BU 2 “Cañones del Ebro”, que después de describir este periplo sube a los páramos para pasar por Turzo y volver a Orbaneja. El recorrido completo es de casi 27 km, pero el tramo que se detalla es algo menor de 17 km. El camino que se va a recorrer discurre todo el tiempo por el fondo de la primera parte de los cañones del Ebro. En este trayecto se podrán ver los fenómenos erosivos, tanto del puro desgaste físico por el discurrir del agua, como del químico de disolución de los componentes de las rocas, llamado proceso kárstico. El lugar especialmente apropiado para observar estos procesos es el entorno de Orbaneja del Castillo, por la magnificencia de las figuras que se han formado en lo alto del promontorio de El Castillo. Por introducir ciertos criterios generales, puede señalarse que con el nombre de karst se conoce a una forma de relieve originado por meteorización química de las rocas calizas. Su nombre tiene su origen en la región del Karst o Carso, en el noreste de Italia y el oeste de Eslovenia y Croacia. En rocas calizas, un karst se produce por disolución del carbonato cálcico debido a la acción de aguas ácidas. El agua se acidifica cuando se enriquece en dióxido de carbono, algo que sucede, por ejemplo, cuando atraviesa un suelo. Las aguas superficiales y subterráneas van disolviendo la roca y creando una buena y potente red de cuevas, galerías y surgencias (endokarst o karst interno) o de dolinas, poljés, simas, lapiaces y cañones (exokarst o karst externo), por citar las formaciones más conocidas. Las sales minerales disueltas en el agua pueden volver a cristalizar y, en el caso del carbonato cálcico, se forma la piedra toba. El goteo de dicha agua desde el techo de una cueva o gruta hasta el suelo lleva a cabo la formación de espeleotemas, como por ejemplo las estalactitas (formaciones que cuelgan del techo), estalagmitas (formadas por los residuos que caen al suelo y que se elevan por acumulación), columnas (cuando estas formaciones siguen creciendo y terminan por unirse) o las geodas (cuando se estancan en una cavidad). Datos de la Marcha Desniveles: Subida acumulada: 183 m. Bajada acumulada: 213 m.

1000 900 800 700

Pesquera de Ebro

100

Central Eléctrica

200

Ermita de Nª Sª del Ebro

300

Desembocadura del Rudrón

400

Escalada

500

Quintanilla Escalada

600 Orbaneja del Castillo

Altitud (m)

Distancia estimada: 16,3 km, con las siguientes distancias parciales: Orbaneja del Castillo a Escalada, 5,3 km; a Quintanilla Escalada, 1,4 km; a la desembocadura del Rudrón, 3,5 km; a la Ermita de Nª Sª del Ebro, 1,3 km; a la Central Eléctrica, 0,7 km; a Pesquera de Ebro, 4,1 km.

0 0

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9 10 11 12 13 14 15 16 17

Distancia (km)

Duración previsible: 5 h. 1


Dificultad: Muy fácil al transitar por buenos caminos prácticamente llanos. Recorrido Desde el aparcamiento de la carretera (cercano a la entrada a Orbaneja por las escaleras de las cascadas) se va al S (dirección a Valderredible) y antes de llegar al acceso S se tomará un camino, señalizado con una tablilla amarilla que indica la dirección a Escalada. Descendiendo por este sendero se llega a un puente peatonal, por el que se cruza el Río Ebro. Una vez en la margen derecha del río se irá a la izquierda (N). Durante la primera parte del recorrido se observarán ambas marcas del GR (blancas y rojas) y del PR (blancas y amarillas), sin embargo, en este recorrido se seguirá estas últimas durante todo el camino.

Comienzo del camino en Orbaneja. Pasarela sobre el Ebro. Camino mientras se rodea el meandro del Castillo.

Desde esta margen del río se tiene una singular vista del pueblo de Orbaneja con los cortados del cañón coronándola. La senda discurre entre la extensa vegetación de ribera. Durante los 2 primeros km se estará rodeando El Castillo, que es la prominencia que el Ebro ha formado dentro del gran meandro que forma en Orbaneja, por lo que se podrán contemplar (siempre que la tupida vegetación lo permita), con otra perspectiva, las magníficas filigranas que la erosión ha formado en lo alto. Después de este estrecho tramo del cañón, éste se va ampliando y en algunos puntos se ven campos que se intercalan con el bosque, lo que permiten una mejor visión de las paredes de los farallones. Poco después de 5 km de caminata se llega al puente (663 m) que da acceso a Escalada (izquierda), pero no se cruzará y se seguirá frente, siguiendo las marcas, por la vega de Escalada, en la que se pasará junto a varias huertas, que se dejan a la derecha. El lugar de Escalada está protegido por los imponentes farallones rocosos de Aidal y Espeluca. Destaca su iglesia románica de Santa María la Mayor, obra del siglo XII que presenta una bella portada de doce jambas y arquivoltas labradas, el palacio fortificado de los Gallo del XVII y su entramado urbano montañés.

Enseguida se alcanzan las primeras casas de QuintanillaEscalada, donde el camino de tierra pasa a ser calle de hormigón. Quintanilla cuenta con la ermita de Nuestra Señora del Ebro, donde el primer sábado de junio se celebra una popular romería.

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Quintanilla-Escalada.


Al alcanzar la carretera N-623, se subirá a ella, para continuar a la izquierda y cruzar el puente sobre el Ebro. Justo al acabar el puente, a la derecha, sale una pista forestal (una tablilla indica Pesquera de Ebro), que baja de nuevo a nivel del río, para inmediatamente volver a subir suavemente. Unos metros más adelante se verá (derecha) un acueducto metálico que cruza el Ebro. Se trata del canal de la central eléctrica que cambia al margen izquierdo del río. La pista corre en paralelo al canal durante unos cientos de metros, lo cruza por encima, sigue otro tanto por el lado izquierdo hasta que finalmente el canal se introduce por un túnel de 500 m en la pared del cañón. Este punto es el más estrecho del “istmo” que une a la “península” de Calderarrota con la Lora de Turzo. Este accidente geográfico es un gran meandro formado por la excavación del Ebro a su paso por Valdelateja, en cuya parte S desemboca el río Rudrón.

Canal de la Central Eléctrica del Porvenir: Acueducto sobre el Ebro; Paralela a la pista; Entrada al túnel que atraviesa el “istmo” de la “Península de Calderarrota”.

Se sigue avanzando por la pista, con suaves descensos y subidas, a la vez que se rodea esta “península”. A la derecha se encuentra el Ebro que no se puede ver debido a la variada vegetación de su margen. A la izquierda se pueden admirar las paredes rocosas del cañón con sus singulares oquedades y variadas fisonomías. La pista gira hacia a la izquierda, para comenzar a dar la vuelta del meandro. De frente (S-SO), al otro lado del Ebro, se encuentra Valdelateja, aunque desde esta posición es imposible divisarlo. Elevando la vista es fácil contemplar ejemplares de buitre leonado, de la gran colonia que puebla el cañón. También se pueden ver carteles informativos sobre la prohibición de escalar las paredes del farallón en época de nidificación. Más adelante se pasa junto a la desembocadura del río Rudrón, que evacúa sus aguas por la rivera opuesta del Ebro. Casi a continuación, el camino da una cerrada curva a la izquierda y sin mucho tardar se llega a la Ermita de Nuestra Señora del Ebro, con la Casa del Ermitaño, que está enclavada en un paraje de singular belleza. Por lo general está cerrada, pero en su puerta, una pequeña portilla permite ver su interior. Llama la atención que tan recóndito templo este aludido en un documento fechado en 1244. Entre las compraventas hechas por el monasterio de las huelgas hay una pactada entre la Abadesa y el Obispo de Burgos. El edificio actual no parece conservar restos arquitectónicos de estilo románico o gótico, que serian los correspondientes a la fecha de la mención aludida. Aunque esta ermita fue independiente durante cierto tiempo, se unió con el monasterio o Abadía de San Martín de Escalada. A lo largo de los siglos XVIII y XIX al abandonarse las obligaciones anejas, el cuidado de la ermita fue pasando a la parroquia y feligresía. La entrada del edificio esta vigilada por un vetusto olmo con un grosor de 5,5 m, a ras del suelo, y una altura de unos 12 m hasta el primer cogollo y otros 12 hasta la cumbre. El templo tiene 3


unas dimensiones aproximadas de 20u4 m, a cuya superficie hay que añadir la sacristía. Hacia la mitad de la nave arrancan como dos pequeños brazos queriendo hacer una cruz.

Ermita de Nuestra Señora del Ebro, con la Casa del Ermitaño. Detalle de su portada y los farallones del Cañón del Ebro. Interior de la ermita. La parte de la sacristía, presbiterio y primera parte de la nave del pueblo cercana al altar parecen haberse edificado en el siglo XVII. Tiene arcos de medio punto y bóvedas con nervios sin adornos. Tanto la cúpula, próxima a la entrada, que es una imitación de la de San Lorenzo de Burgos, como la espadaña, pudieran ser del siglo XVIII. Encima de la puerta se lee: “Esta obra se hizo el año 1786”. Es posible que la primitiva bóveda se hundiese y que se restaurase en 1815, por el letrero que consta debajo de la misma. El templo tuvo ermitaño. En 1904 se quemó la casa adosada a la ermita, donde vivía éste, que se reparó rápidamente por suscripción popular.

Retornando a la pista, se asciende por un trecho y enseguida se llegará junto a un puente-pasarela, que cruza el Ebro (derecha). Por él seguirían el GR 99 y también un PR de Valdelateja, por lo que también se ven las marcas blancas y amarillas. Sin embargo, se seguirá de frente, por las marcas del PR-BU 2. Siguiendo por la pista se pasa junto a unas naves abandonadas (izquierda) e inmediatamente se llega a la Central Eléctrica del Porvenir, a la izquierda se suele ver una pequeña cascada que forma un rebosadero del canal de la Central. En la Central Eléctrica, popularmente conocida como “Casa de Máquinas”, los generadores se mueven por el agua del canal, que se ha visto a lo largo del camino. La construyó la empresa “El Porvenir de Burgos” en 1907, para el suministro de la ciudad de Burgos, en 1946 pasó a propiedad de la Electra de Burgos y después a Iberduero en la década de los setenta, que es quien la explota actualmente.

Aspectos del Cañón del Ebro en el trayecto Valdelateja - Pesquera de Ebro.

Se sigue por detrás del edificio de la central y justo nada más pasar por el tubo de abastecimiento de agua se termina la pista, que se convierte en un camino que se adentra por la tupida vegetación. 4


Se podrán apreciar gran variedad de especies vegetales: Robles, acebos, chopos, avellanos, aulagas, brezos, arces, majuelos, endrinos, hiedras, helechos, rosales silvestres, jazmines y tapizando los troncos de los árboles multitud de líquenes, que dan muestra de la gran humedad del paraje. La pared del cañón aquí se aproxima mucho al margen del río, por lo que la senda discurre a un metro escaso del margen de éste (en épocas de crecida el paso puede verse seriamente dificultado). Alzando la vista en un punto se puede ver un mirador en forma de balcón que asoma de la parte alta de la pared (está construido en madera y al cual se accede desde la carretera que va a Pesquera). Más adelante se entra en una chopera, en la que la senda está mejor definida. 3,3 km después de dejar la central el camino tuerce a la izquierda, para subir ligeramente y discurrir entre los campos de Pesquera, llegando a esta localidad junto a la Iglesia (652 m), en la que destaca un Crucero medieval y el gran tronco de un roble muerto. Pesquera de Ebro tiene su singular emplazamiento en una zona en la que el Cañón del Ebro se ensancha y sus escarpadas paredes moderan su carácter inaccesible. El inesperado y bien conservado conjunto urbano de esta localidad burgalesa se encuentra lleno de palacios y casonas blasonadas de los siglos XVI, XVII y XVIII, que sugieren un evocador y noble pasado. Aunque el primer documento que habla de Pesquera de Ebro está fechado en el año 941, el paraje estaría habitado desde el siglo IX, con la repoblación del rey cántabro Alfonso III. Según su mismo nombre indica, surgió como lugar de pesca y de desarrollo a la vera de un estratégico puente sobre el Ebro.

Pesquera de Ebro: Vistas de su puente medieval (en la segunda con la ermita de San Antonio). Curioso escudo nobiliario en el que reza la curiosa inscripción, “Iesus Maria. Esta es casa de placer i la gente de alegría. Abe María. Año 1712”. Calle del pueblo y crucero en el atrio de la iglesia.

La estructura urbana de Pesquera de Ebro responde al tipo de caserío semidisperso vertebrado alrededor de un camino principal, que en la actualidad se ha convertido en carretera. Su época más gloriosa coincide con los siglos XVI Y XVII, cuando sus habitantes eran en su mayoría hidalgos. De ese período ha llegado hasta nuestros días un llamativo conjunto de palacios y casonas blasonadas, con escudos de los Escalada, Giles, Mazuelo y Gallo, que convierte a Pesquera de Ebro en uno de los pueblos con mayor densidad de escudos nobiliarios de toda la 5


provincia burgalesa. Uno de éstos, situado en una casona de la calle de Abajo, presenta una curiosa inscripción que reza lo siguiente: “Iesus Maria. Esta es casa de placer i la gente de alegría. Abe María. Año 1712”. Las casas señoriales han sido levantadas con una magnífica sillería caliza, sus puertas están reforzadas por arcos semi-almohadillados de medio punto y la mayoría de las ventanas presentan recercas. En las fachadas principales campean los grandes escudos de los que fueron sus propietarios. El más ilustre de ellos fue, como atestiguan los nobles tenantes de su blasón, el capitán de los tercios de Nápoles Juan de Escalada. En Pesquera de Ebro también son notables las muestras de arquitectura popular, con las típicas solanas montañesas y algunas chimeneas encestadas, y el elegante puente medieval sobre el Ebro. La iglesia de San Sebastián posee retablos de interés y un bonito crucero, en el atrio de la iglesia.

Javier Tezanos 13-05-2010 Literatura consultada para texto y fotos 1. 2. 3. 4.

http://ebro.caminosnaturales.com/. http://trotamontes.org/marcorioebro.htm. http://www.rutasytracks.com/rutas/. http://quintanilla-esca.webcindario.com/historiaebro.htm.

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