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¡Hablemos! Ministerio Católico con Prisioneros

®

Un servicio de Paulist Evangelization Ministries

3031 Fourth Street, NE

• Washington, DC 20017

Vol. 20, No. 2 – abril/mayo/junio 2013

¡Tenemos un Papa! P

apa Francisco es nuestro nuevo papa, elegido por el Colegio de Cardenales el 13 de marzo. Es el primer papa de las Américas, el primero en tomar el nombre de Francisco, y el primer jesuita. Tras el anuncio, las campanas sonaron y una sensación de alegría se elevó en la multitud reunida en la Plaza de San Pedro en Roma. La primera bendición del Papa Francisco fue vista por millones en todo el mundo vía televisión y todo tipo de medios de comunicación electrónicos.

Tres primicias. Antes de su elección como papa, Francisco era conocido como el cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, Argentina. Es el primer papa de las Américas, el primer papa no europeo en 1282 años. Es el primero en tomar el nombre de Francisco, en honor de san Francisco de Asís, el santo conocido por su amor a los pobres y por su sencillez de vida. Y es el primer jesuita elegido papa,

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: ¡Que las bendiciones de la Pascua te traigan renovada esperanza y alegría! Esta temporada de la nueva vida continúa durante 50 días hasta Pentecostés. Abre tu corazón a las bendiciones que Dios tiene preparadas para ti. Espéralas. En este Año de la fe, que ellas nos fortalezcan en el camino diario de la fe.

Alegrémonos todos también por la elección del Papa Francisco. Este es otro nuevo comienzo que Dios va a usar en los caminos que Él escoja. Pongamos al Papa Francisco en nuestras oraciones.

Padre Frank DeSiano, CSP Presidente Paulist Evangelization Ministries

representante de una orden de sacerdotes que han servido a la Iglesia en todo el mundo como misioneros, maestros y dirigentes-servidores durante casi 475 años.

El Papa Francisco se convirtió en el papa 266o, sucesor del Papa Benedicto XVI, quien anunció su renuncia el 11 de febrero para comenzarla el 28 de febrero. El amado Benedicto citó su edad como el motivo de su renuncia. A los 85, sentía que ya no tenía la energía necesaria para ser el jefe de los 1,2 mil millones de católicos de todo el mundo. Fue el primer papa en 600 años que renuncia.

Un viaje de amor. En la homilía de la primera misa que celebró como papa, Francisco habló de estar en un viaje de amor, que andemos siempre en la pre-

Rezar la misa, Parte I

sencia y la luz del Señor para construir su Iglesia, y siempre profesemos nuestra fe en Jesucristo crucificado.

Esta invitación a los seguidores de Jesús para proclamar la Buena Nueva de Jesucristo, mientras avanzamos en nuestra senda personal refleja su propio caminar en la vida. La sencillez personal de la vida del Papa Francisco y su preocupación por los pobres y vulnerables son vistos como una indicación de que llamará a todos en la Iglesia a abrir sus corazones a las necesidades de los pobres y los que sufren, en imitación de Jesús y el ejemplo de San Francisco de Asís. Y por eso nos regocijamos con la Iglesia: Habemus Papam. Tenemos un Papa.

La misa es nuestra gran oración

¿P

Susan Timoney

or qué vas a misa? Creo que si hiciéramos esta pregunta a varias personas, cada respuesta sería diferente. “Para adorar a Dios”. “Porque eso es lo que hacen los católicos”. “Para reponer fuerzas con las que enfrentarnos a la siguiente semana”. “Para escuchar la Palabra de Dios”. “Para recibir a Jesús”. Estas son algunas de las respuestas más típicas. Todas están bien y apuntan hacia el motivo por el cual llamamos la misa “fuente y cima” de nuestra fe” (Catecismo de la Iglesia Católica, 1324). La liturgia es una forma de oración. Nos reunimos para rezar y para aprender a rezar. Es el tipo de oración que esperamos que nos cambie. Esperamos que nos ayude a ser cada vez más como Jesús y a mirar el mundo a través de los ojos de Dios.

Los católicos tenemos cinco formas de oración. En cada liturgia rezamos estas cinco formas. Una manera de rezar la misa es llegar preparados para practicar estas cinco formas y salir con el propósito de hacerlo también a lo largo de la semana: bendición y adoración, petición, intercesión, acción de gracias, y alabanza. Oración de acción de gracias. “Acción de gracias” es otro nombre para la Eucaristía porque la misa es la acción de dar gracias a Dios por todas Sus buenas obras, especialmente por el poder de salvación de Su amor por haber mandado a su Hijo, Jesús, para salvarnos mediante su pasión, muerte y resurrección. Cada vez que vamos a misa debemos estar preparado para dar gracias a Dios por las continúa en la pág. 2


Calendario litúrgico abril de 2013 7 Segundo Domingo de Pascua (Domingo de la Misericordia Divina) 8 La Anunciación del Señor 11 San Estanislao, obispo y mártir 14 Tercer Domingo de Pascua 21 Cuarto Domingo de Pascua 25 San Marcos, evangelista 28 Quinto Domingo de Pascua 29 Sta. Catalina de Siena, virgen y doctora

mayo de 2013

1 2 3 5 9

12 14 19 26 31

San José, obrero San Atanasio, obispo y doctor San Felipe y Santiago, apóstoles Sexto Domingo de Pascua La Ascensión del Señor (en muchos lugares se celebra el 12 de mayo) Séptimo Domingo de Pascua (o La Ascensión del Señor si no se celebra el 9 de mayo) San Matías, apóstol Pentecostés La Santísima Trinidad La Visitación de la Virgen María

junio de 2013 1 San Justino, mártir 2 El Cuerpo y la Sangre de Cristo (Corpus Christi) 3 San Carlos Luanga y compañeros, mártires 5 San Bonifacio, obispo y mártir 7 El Sagrado Corazón de Jesús 8 El Inmaculado Corazón de María 9 10º Domingo del Tiempo Ordinario 11 San Bernabé, apóstol 13 San Antonio de Padua, presbítero y doctor 16 11º Domingo del Tiempo Ordinario 21 San Luis Gonzaga, religioso 23 12º Domingo del Tiempo Ordinario 24 La Natividad de Juan Bautista 28 San Ireneo, obispo y mártir 29 San Pedro y San Pablo, apóstoles 30 13º Domingo del Tiempo Ordinario

Presidente de PEM: R. Frank DeSiano, CSP Editor: Sr. Anthony Bosnick Editora de gráficas: Sra. Joann Sullivan Traductora: Marina A. Herrera, Ph.D. Arte: Sr. Ron Reaves

Visítenos en www.pemdc.org

©Paulist Evangelization Ministries Las citas bíblicas han sido tomadas de la versión Dios Habla Hoy. © 1979. Se usa con permiso.

Cambio de dirección: Por favor ayúdenos a mantener nuestras listas al día. Envíenos cualquier cambio en el nombre o dirección a: Paulist Prison Ministries; 3031 Fourth Street, NE; Washington, DC 20017; o a: info@pemdc.org. Gracias por su ayuda.

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Rezar la misa La misa es nuestra gran oración bendiciones que hemos recibidos a lo largo de la semana, sean grandes o pequeñas. Vamos con el deseo de no olvidarnos nunca de dar gracias por haber sido salvados. La misericordia de Dios está a nuestra disposición, si nos abrimos para recibirla.

Oración de bendición y adoración. Empezamos a dar gracias a Dios recordando que ¡Dios es Dios! Debemos adoración a Dios porque todas las cosas buenas vienen de Él, cuando vivimos a su manera. En el primer mandamiento, Dios nos pide que le le adoremos y sirvamos. Podemos poner en práctica esta oración antes de misa mientras nos preparamos en silencio para rezar.

El primer acto de la misa es la oración de bendición. El sacerdote nos llama a la presencia de Dios y hacemos la señal de la cruz en señal de que aceptamos la bendición de Dios. Al final de la misa recibimos otra bendición para que seamos una bendición para los demás. Antes de dejar la misa pregúntate a ti mismo cómo puedes ser una bendición durante los próximos días. ¿Con quiénes puedes compartir una bendición? Oración de alabanza. Esta oración se parece mucho a la de bendición y adoración. ¿Cuál es la diferencia? En una conversación que Santa Catalina de Siena tuvo con Dios, Él dijo: “recuerda que tú eres la que no es y yo Soy el que soy” (El Diálogo). ¡Alabada sea la oración que reconoce que Dios es Dios y que merece alabanza! Hay un momento de la misa en el que practicamos esta forma de oración. El salmo después de la primera lectura es una forma de alabanza. Reconoce una pequeña parte de las cosas buenas que Dios ha hecho por nosotros. Otra oración es la del principio de la consagración de la

(viene de la pág. 1)

Eucaristía. Después de que el sacerdote ha recibido el pan y el vino, su oración alaba y da gracias a Dios: “Santo eres en verdad, Padre, y con razón te alaban todas tus criaturas…”. Esto nos enseña que todas nuestras oraciones deberían comenzar alabando a Dios. Es tan fácil perderse en pedirle cosas a Dios o lamentarse, lo cual es una forma de oración pero no siempre una forma de alabanza. Las mejores oraciones comienzan alabando a Dios.

Oración de petición. ¡A todos se nos da muy bien esta oración! Sabemos cómo pedir cosas a Dios para nosotros: ser curados, perdonados, salvados de nosotros mismo, para que se haga justicia. Estas son oraciones de petición. Durante la misa, el Padre Nuestro nos enseña cómo rezar una oración de petición y la forma de ordenar nuestra oración. Primero pedimos que “Venga a nosotros Tu reino. Hágase Tu voluntad”. Queremos ver nuestro mundo y nuestra parte del mundo a través del lente del Reino. Esto nos ayuda a pensar mejor en qué y cómo deberíamos pedir. El Padre Nuestro nos hace reflexionar sobre lo que queremos pedir a Dios y comprobar si nuestras peticiones están en sintonía con la idea que Dios tiene sobre qué es mejor para Su Pueblo y para mí.

Oración de intercesión. Esta oración también es fácil. Le pedimos a Dios cosas buenas para otros. Esta oración nos enseña a rezar como lo hacía Jesús. En misa, hay una Intercesión General que sigue al Credo y eleva a Dios todas nuestras oraciones por los demás. Al igual que el Padre Nuestro, siguen un orden que nos enseña cómo ofrecer oraciones de intercesión. Rezamos primero por la Iglesia y sus dirigentes. continúa en la pág. 4

Papas y prisioneros En años recientes los papas han visitado a prisioneros para rezar con ellos y por ellos. De estas visitas, tal vez la que ha tenido más resonancia fue la que hizo Juan Pablo II a Mehmet Alí Agca en 1983; Agca había herido seriamente al pontífice en 1981 en la Plaza de San Pedro en un intento por asesinarlo. Juan Pablo lo perdonó directamente por ese crimen. Al salir de la prisión, el Papa expresó: “Hablé con él como si fuera mi hermano, un hermano a quien he perdonado y quien tiene toda mi confianza. Lo que hablamos queda como un secreto entre ambos”. Años atrás, en 1964, Pablo VI les dejó un mensaje a los prisioneros de la cárcel Regina Coeli (Reina del Cielo), en Roma, para que mantuvieran la esperanza y no desfallecieran. Cuando Pablo VI falleció, en 1978, un exprisionero a quien él había visitado en la cárcel, desfiló ante el féretro del Papa y dijo: “El Papa fue a visitarnos en la prisión y estoy aquí para devolverle esa visita”.

abril/mayo/junio 2013


Intenciones del Papa Francisco para abril, mayo, junio

abril General. La liturgia, fuente de vida. Que la celebración pública y orante de la fe sea fuente de vida para los creyentes. Misionera. La Iglesia en misión. Que las Iglesias locales de los territorios de misión sean signos e instrumentos de esperanza y de resurrección. mayo General. Administración de la justicia. Que quienes administran la justicia actúen siempre con integridad y recta conciencia.

Misionera. Los seminarios. Que los seminarios, especialmente los que se encuentran en Iglesias de misión, formen pastores según el Corazón de Cristo, dedicados por entero al anuncio del Evangelio. junio General. Diálogo y respeto. Que prevalezca entre los pueblos una cultura de diálogo, escucha y respeto mutuo. Misionera. Nueva evangelización. Que allí donde más se nota la influencia de la secularización, las comunidades cristianas puedan promover con eficacia una nueva evangelización.

El Papa Francisco nos invita a unirnos a él en oración por estas intenciones.

Hablemos sobre religión. 4ª parte

Popurri papal Cuchy: Adivina en qué está interesada ahora mi compañera de celda. Yo: ¿“Entrenamiento de Primavera”?

Cuchy: Cerca. ¡El Papa! Quien, por cierto, según ella, ¡no está en la Biblia! Bueno, yo le contesté, en primer lugar, que las canciones que cantan en su iglesia tampoco están en la Biblia. Así que, y entonces, ¿qué hacemos? Muchísimas cosas buenas no se mencionan en la Biblia. La Biblia tampoco dice que ella puede colgarse una cruz al cuello. Yo: Hey, hey. Sé amable, Cuchy. ¡Paciencia!

Cuchy: OK. Pero, ¡es que ella me está matando, diácono! Yo: En realidad, el Papa sí está en la Biblia. Cuchy: Deke, hasta yo sé que el “papa” no figura en la Biblia.

Yo: Correcto. La palabra “papa” no está en el libro sagrado, pero el cargo de Papa sí se halla en el Nuevo Testamento. Cuchy: Entonces es como el caso de la “Trinidad”, ¿eh? La palabra no está, pero el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo están allí.

Yo: Exacto. Jesús le puso a Simón el nombre de “Pedro” o Roca, sobre la cual Él edificaría su iglesia (Mateo 16,18). Y, le entregó las llaves, o sea, autoridad para abrir y cerrar, del Reino de Dios (Mateo 16,19). También lo encargó de fortalecer a sus hermanos en la fe (Lucas 22,32) y de apacentar a sus ovejas (Juan 21,17). Pedro abrió y presidio el primer concilio de la Iglesia, que tuvo lugar en Jerusalén en el año 49 (Hechos 15,7-11). Jesús también le otorgó al apóstol Pedro autoridad para interpretar la Escritura, tomar una decisión doctrinal y exponer un decreto disciplinario (Hechos 2,14-41)! Cuchy: ¡Un comienzo explosivo! Parece lo que ahora llamamos “descripción de trabajo”, pero, ¿cómo sabemos que no fue para aplicarlo a todos los dirigentes sino solo a Pedro?

Yo: Bueno, en primer lugar, solamente se lo dijo a Pedro. Y segundo, sabemos que los escritores del Evangelio y Pablo reconocieron a Pedro como cabeza porque en los Evangelios su nombre figura siempre de primero en las listas de Los Doce, y casi siempre era el portavoz del grupo. Cuchy: Recuerdo que Pablo menciona a Cefas en sus escritos (Gálatas 2,14).

abril/mayo/junio 2013

Yo: ¡Bien!, ¡¿sabes que ese es el nombre de

por el diácono Dennis Dolan

“Pedro” en arameo?! ¡Precioso!, sí, y no ves a Pablo argumentando con ningún otro miembro del grupo de Los Doce, ¿o sí? Cuchy: ¡Cierto!, Pablo encara a Pedro porque ¡este es quien “conduce el autobus”, por decirlo así (Gálatas 2,11)! Yo: ¡Chica lista! De todas maneras, Pedro estaba a cargo y todo el mundo lo sabía.

Cuchy: ¿Y qué del siguiente?, a este, ¿quién lo hizo papa?

Yo: Te refieres a San Lino (del 67 al 76). Bueno, siempre se necesita un dirigente, una cabeza, ¿verdad? Cuando el jefe de la policía o el alcalde se retiran o mueren, la comunidad nombra a otro enseguida, ¿por qué?, porque necesita a alguien que continúe haciendo ese trabajo.

Cuchy: Sí, pero Jesús no especificó que nombraran a otro, entonces, ¿cómo sabes que la Iglesia tiene el derecho de hacerlo?

Yo: ¿Te refieres a la Iglesia que anuló en su primer concilio toda la Ley Mosaica (Hechos 15)? Si tenemos autoridad para tomar una decisión de esa magnitud, pienso que también la tenemos para decidir cosas menores como es la de darle continuidad a una posición de liderazgo que la instituyó el mismo Jesús. Como “Cuerpo de Cristo” en la tierra, la Iglesia posee pleno poder para llevar a cabo la misión que Jesús le encomendó. Además, ¿qué sentido tiene disponer de ese cargo si no es bastante importante como para mantenerlo ocupado? Cuchy: OK. Así que Pedro es el primer papa. Era el “primero y estaba a cargo” y todo el mundo en el Nuevo Testamento lo sabía.

Yo: Por supuesto que lo sabían. Los cristianos eligieron papas ¡incluso antes de que el Nuevo Testamento se completara! Cuchy: Y así ha sido hasta hoy día, “el ritmo sigue” y aquí estamos, eligiendo un sucesor de Pedro, ¡exactamente como los primeros cristianos eligieron a Lino!

Yo: Sí. Y esta es la 265a vez que lo hacemos. ¿Alguna otra pregunta papal?

Cuchy: Seguro que las habrá, pero por hoy ya es suficiente, ¡he tenido demasiado papa!

Yo: Algo no suena bien en eso, pero no puedo identificar lo que es. El diácono Dennis Dolan es capellán en el Centro Correccional York, en Niantic, Connecticut y es miembro del Equipo de Servicio de la Misión Diaconal de la Diócesis de Norwich.

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Vivir la vida buena. Cuarta parte

Rezar la misa

La justicia es ser sinceros y verdaderos

La misa es nuestra gran oración (viene de la pág. 2)

P

Llamamos Iglesia a nuestra familia, y por eso tiene sentido empezar con los jefes de nuestra familia. Pedimos por las necesidades de nuestro mundo y de nuestra parroquia, por aquellos que están enfermos y por los que han muerto.

rácticamente todos queremos vivir una vida buena, ser felices. Es parte de lo que somos por naturaleza. Lo difícil es encontrar lo que nos hace felices. Todos sabemos que muchas de las cosas que pensamos nos harán felices finalmente nos dejan vacíos y con deseos de más. Como hemos dicho en partes anteriores de esta serie, hay un camino que proviene de tiempos inmemoriales que nos conduce a lo que nos hará feliz. Ha demostrado ser cierto a lo largo de la historia y se ha expresado en la Biblia, en la filosofía griega cientos de años antes de Cristo y hasta nuestros días. La felicidad y la vida nueva se logran abrazando las virtudes morales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza.

La justicia: ser sinceros y verdaderos antes Dios y el prójimo. La justicia nos ayuda a vivir bien con Dios y el prójimo. Esto cumple el gran mandamiento de amar a Dios y al prójimo. “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y, ama a tu prójimo como a ti mismo” (Lucas 10,27). El amor tiene implicaciones prácticas. Si decimos que amamos a Dios y al prójimo, ¡tenemos que ser justos y verdaderos para con ellos! Tenemos que comportarnos con amor y en la verdad (vea 1 Juan 2,5-6).

Un lugar básico desde donde empezar aquí es los Diez Mandamientos (vea Éxodo 20,2-17 y Deuteronomio 5,6-21). Jesús vino a darle cumplimiento a esta ley, y por ello leemos su enseñanza sobre eso en muchas partes del Nuevo Testamento (demasiadas para dar citas individuales aquí).

Las virtudes morales

• La prudencia nos ayuda a decidir en cada situación cuál acción es la mejor para nosotros y a decidirnos a hacerla. ¡A veces tal vez nos pida “amor estricto”! • La justicia es la virtud que nos conduce a ser sinceros y verdaderos ante Dios y el prójimo y darles lo que les corresponde. • La fortaleza de ánimo (también llamada valor o valentía) nos ayuda a superar el temor o la indiferencia y a hacer lo correcto en cualquier situación. • La templanza nos ayuda a ser moderados con los placeres corporales de modo que no bebamos ni comamos demasiado, ni demasiado poco.

Ser justos con Dios. ¡La justicia hacia Dios se denomina religión! No es nada muy complicado. Si queremos ser justos con Dios, la mejor manera de lograrlo es practicando la religión de manera sincera y verdadera. No se juega con esto. Las enseñanzas de la religión nos guían en cómo hacerlo. Por tanto, una buena manera de crecer en ser justo con Dios es practicar nuestra fe, aprender más acerca de ella, leer y meditar con la Sagrada Escritura. Cuando lo hacemos, crecemos en el conocimiento del amor de Dios y su presencia en nuestra vida. Esto hace que practicar la ley pase de ser una pesadez a una alegría. Es parte de nuestro peregrinar de toda la vida con el Señor. Podemos comenzar en cualquier momento de nuestra vida, ¡y el mejor momento es ahora! Esto no significa que no será difícil, pero si perseveramos descubriremos el don del gozo que conlleva.

Ser justos con el prójimo. Esto significar dar a nuestro prójimo, en el hogar, la familia, la comunidad, la prisión, lo que les corresponde. Entonces no lo engañamos. No le robamos ni le mentimos. No le arremetimos si estamos enojados. No distorsionamos la verdad. No es demasiado complicado, pero exige un gran esfuerzo. Es algo que también podemos continuar aumentando durante toda la vida. Muchas veces, nuestra personalidad necesita una transformación. Todas las personas se enfrentan con eso, y es parte de nuestra senda de la vida. Mira cada día como un momento para llevar adelante esta transformación. Todos fallamos y atacamos a nuestro prójimo, a veces fuertemente y otras en forma leve. Arrepiéntete de tus fallas; regocíjate en tus éxitos. Pero persevera y sigue avanzando. Recuerda. Cuando eliges avanzar, recuerda esto. En primer lugar, examina cada día tu vida para ver esas veces en las que no actúas de manera justa con Dios y el prójimo. Los Diez Mandamientos pueden guiarte. En segundo lugar, busca el consejo de un sacerdote o un cristiano de confianza para que te ayude, en especial cuando te acosan preguntas sobre algunas situaciones. Reflexiona cuidadosamente, sabiendo lo que tienes en tu corazón. Tercero, actúa según lo que ves. Cuarto, revisa tus acciones para ver si el resultado parece ser sensato. En todo esto, no te inmovilices quedándote de manos cruzadas.

Todos sentimos la tentación de mantener a Jesús a cierta distancia en nuestra vida. Es una manera de quedarnos en lo seguro. Pero Jesús dijo: “Sígueme” (Mateo 9,9). Al seguirlo, estarás bien adentrado en el camino hacia la felicidad y la vida buena. ~ Anthony Bosnick

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A veces puede parecer imposible acordarse de rezar por un grupo tan grande –¡por todo el mundo de hecho! Para no desanimarte puedes pensar sobre las lecturas del día y cómo nos conducen hasta la oración. ¿Hablan sobre la justicia? Podemos rezar por la justicia. ¿Hablan de curación? Tal vez ése podría ser nuestro tema. Una manera de rezar en la Iglesia es complementar con tus propias oraciones las intercesiones de la misa. También tú puedes pedir por la Iglesia y sus líderes, por nuestro país, por tu comunidad y siempre por las personas cercanas a ti que más necesiten de oración. Como católicos, también creemos que podemos rezar por quienes han muerto y viven con el Señor, y ellos también pueden orar por nosotros. ¡Ese es un gran don! Después de morir nunca seremos olvidados por nuestra familia de la iglesia.

La oración nos invita a comulgar. Del mismo modo en que recibir a Jesús en la Eucaristía nos une a él de la forma más íntima posible, cada vez que rezamos estamos en comunión –cerca de Dios Padre, Jesús Hijo y el Espíritu Santo. Fortalecemos el pacto de amor que los vincula a nosotros, y a nosotros con ellos. Esta unión es la verdadera fuente de nuestras fuerzas. Esta comunidad de Padre, Hijo y Espíritu Santo es nuestra familia original y la familia de la que nunca podrán separarnos –a menos que dejemos de rezar. La liturgia es la reunión familiar.

Dra. Susan Timoney es secretaria asistente para el ministerio parroquial y asuntos sociales en la Archidiócesis de Washington. Escribe a menudo sobre temas espirituales y realiza retiros para laicos.

Recen por nuestros benefactores ¡Hablemos! y la versión

en inglés Let’s Talk! son financiados por donativos. Se envían gratis a los capellanes de prisiones para que los distribuyan a los prisioneros en nombre de Paulist Prison Ministries. Recen por nuestros benefactores. Para apoyar este ministerio pueden enviar su donativo a la dirección en la página 2 de este boletín.

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