Revista Hermandad de San Isidro 2021

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Revista oficial de la Hermandad de San Isidro Labrador de Alcázar de San Juan. Año 8. Número 7. Mayo de 2021

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Revista oficial de la Hermandad de San Isidro Labrador de Alcázar de San Juan. Año 8. Número 7. Mayo de 2021

A tí, labrador de tierra Hombre de campo, sencillo, trabajador, de manos curtidas de labrar la tierra; de grandes amaneceres y atardeceres vividos con escarchas y sudores a las espaldas; de miradas al cielo pensando en la cosecha que aguarda. A ti, labrador que disfrutas viendo nacer lo que siembras. A ti, que has visto el cambio generacional de la familia, pero sigues labrando la misma tierra. ¡Cuántas familias de labradores en tiempos pasados salían al campo: hombres, mujeres, niños y niñas a buscarse el sustento! Todo ha evolucionado, se ha adaptado a los tiempos y lo único que no ha variado es el condicionante: hombre, simiente y tierra. El labrador conserva el oficio hoy día actualizado, manteniendo viva la naturaleza tan importante en el ser humano. En otras familias el oficio en el recuerdo va quedando; cómo no mencionar la mía, especialmente a mi padre, labrador toda la vida. Él decía que de este oficio se aprendía todos los días. A ti, labrador, que disfrutas todos los años celebrando la fiesta de tu patrón San Isidro. A ti, labrador, toda mi admiración y respeto por tu entrega y dedicación al cultivo de la tierra.

Adriana Quirós


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Editorial Una inmensa pena nubló nuestras almas, y me refiero a las de los que conformamos esta pequeña empresa, cuando el año pasado, la pandemia que nos asola, sesgó el corazón de Don Julio Romero, anterior presidente de la Hermandad de San Isidro Labrador de Alcázar de San Juan. Ante todo, se murió un amigo, que esperamos que Dios, y este Santo a quien tanto veneraba, lo tengan muy cerca de ellos y pueda ver desde ahí cómo después de estos meses de tristeza, siguiendo sus pasos, intentamos levantarnos y lamernos las heridas, para poder dedicar a San Isidro, los cultos, intenciones y muestras de devoción que se merece. Agradecemos a toda la nueva Junta Directiva, y en especial a su nuevo presidente, Jesús Antonio Vargas, que hayan confiado otra vez en nosotros para poder editar esta Revista, la Revista de la Hermandad de San Isidro, tal y como hemos hecho durante varios años. La portada de esta edición, es la que eligieron Julio Romero y su esposa, aquí mismo, sentados en las sillas que tengo delante de mi mesa, mientras escribo esta Editorial. “Estoy un poco constipado”, me dijo Julio, sin saber que aquellos síntomas leves, le llevarían a un fatídico desenlace… Tanto nosotros, como el nuevo Presidente, hemos querido mantener esa imagen elegida, como muestra de respeto y cariño hacia él. El Saluda que preparó para la publicación del año pasado, que finalmente, no pudo salir a la luz, queda en nuestros archivos. Quizás, en algún momento, nos sintamos con ánimo para compartirla con todos vosotros. Este año, celebraremos San Isidro, sin romería, pero con el recogimiento y la solemnidad religiosa con la que debemos venerarlo. Porque, a pesar de todo, hay que seguir adelante.

Yolanda Gallego Saira Design, S.L.

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Sumario Página 2: A tí, Labrador de tierra Página 3: Editorial Página 4: Sumario Página 5: Saluda de D. Luis Pérez Simón. Padre Franciscano. Página 6: Saluda de Dña. Rosa Melchor Quiralte. Alcaldesa. Página 7: Saluda de D. Jesús Antonio Vargas. Presidente de la Hermandad de San Isidro. Página 8: Programa de Cultos y Actos. Poema a San Isidro Labrador Página 9: Presentación de las Damas de Honor, San Isidro 2021. Página 10: Pregón en Honor a San Isidro Labrador por D. Juan Agenjo Pradillo Página 12: De recuerdos y otros hermosos aromas.

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Saluda D. Luis Pérez Simón Padre Franciscano

Los santos, llamada a la perfección. Todos los años celebramos la fiesta del santo de nuestra devoción, bien por ser patrono de alguna asociación o profesión, o bien porque lo veneramos como protector. A lo largo del Año Cristiano la Liturgia celebra el Misterio de Cristo (su obra salvadora), y el calendario litúrgico recoge las celebraciones de las fiestas de muchos santos en los que se recuerda a los más famosos seguidores de Cristo (la Virgen María, los Apóstoles, los Mártires y todos aquellos otros que imitaron ejemplarmente la vida de Jesucristo y reflejan su santidad). Profesamos la santidad de Dios cuando decimos que “su nombre es Santo”, “sólo Dios es Santo”. Además, llamamos “santo” a todo lo que está vinculado a Dios (personas, lugares, tiempos). Y a Jesucristo lo proclamamos como “el Santo de Dios”. Decimos que los cristianos estamos llamados a ser “perfectos”, a participar de la santidad de Dios, formando un pueblo santo, a asemejarnos más cada vez a Dios, amándolo a él y al prójimo. La santidad es un proceso que abarca la vida entera de la fe, la esperanza y la caridad. En su trascurso se van perfeccionando poco a poco las virtudes de las personas en su imitación de Jesús. Por eso, ahora no es plena nuestra comunión con Dios, y solo cuando Dios se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es (1Jn 3,2). Conseguimos la perfección imitando a Cristo. La santidad no consiste en dejar de ser humanos, sino en hacernos cada vez personas capaces de vivir según el modo de ser de Dios, que es Amor. “Lo que rebaja al hombre es el pecado, que lo impide lograr su propia plenitud” (GS 13). “La santidad suscita un nivel de vida más humano incluso en la sociedad terrena” (LG 40). Dios se hace presente por medio de los santos, que son signos y mediaciones de él. En los santos resplandece la hermosura divina. Son como sus huellas. Sus vidas contrastan con las formas de vivir mundanas. ¡Cuánto reducen y rebajan la dignidad de las personas programas y orientaciones de la vida provenientes de planteamientos agnósticos, increyentes y carentes de fe, que con altivez proclaman su alto nivel ético! No fueron así los comportamientos de los santos, que sí son verdaderos modelos en los que hay un reflejo de Dios, bajo diferentes aspectos, no de forma única. Por eso son muy diferentes los santos. La comunidad cristiana, que se comprende a sí misma como Cuerpo Mítico de Cristo, distinguió desde antiguo entre aquellos miembros por quienes ella rogaba y aquellos otros a quienes se pedía ayuda o intercesión. Los que tienen su vida en Cristo interceden por los demás. La liturgia de la Iglesia ofrece sufragios por los difuntos y se encomienda a cuantos nos han precedido en la señal de la fe. Los santos son modelos de identificación para nosotros por las maravillas que Dios ha obrado en ellos. “El misterio pascual se ha cumplido en ellos” (SC 104). En los santos Dios nos ofrece: el ejemplo de su vida, pues llevaron una vida en Cristo (Gál.2,20), perfecta en su amor a Dios y al prójimo, según el estado de vida propio de cada uno; nos ofrecen la ayuda de su intercesión y la participación en su destino. Cada santo nos muestra y ofrece matices o aspectos diversos en los que se puede vivir el seguimiento de Jesucristo, que quiere nuestra santificación o perfección. Dentro de estas coordenadas, la vida de San Isidro Labrador, patrono del campo español, nacido y muerto en Madrid (c.1080-1130), nos ofrece las características propias del hombre del campo: un agricultor, por cuenta ajena, que vivió las virtudes tradicionales de esas personas del campo, la fe en Dios, cuya primera ocupación – según nos dicen sus hagiógrafos – era la de encomendarse a Dios por la oración antes de ir al corte de cada día; la esperanza, pendiente del cielo, de las lluvias tempranas o tardías, aguardando el fruto del sudor de su frente; la caridad, como amor a Dios y al prójimo, en la generosidad, particularmente para con los necesitados, a los cuales atendía incluso con su propia comida, que no debió ser muy abundante. La liturgia de la misa del santo pone de relieve estos aspectos: el trabajo o laboriosidad, recordándonos la misión que el Creador encomendó al hombre, según el Génesis (1, 1-2. 11-13. 26-28): el hombre, creado por Dios a su imagen y semejanza, recibió de Dios el dominio sobre los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, los reptiles de la tierra. Ésta fue la misión que Dios le encomendó, como culmen de la creación, el dominio sobre todas las cosas, a imagen de Dios, por lo tanto, dominio inteligente y para alabanza del Creador. El quedó constituido, según el Salmo 8, 4-9, poco inferior a los ángeles. Semejante dominio le impone al hombre el “obrar según el plan de Dios”: respetando el uso natural de las cosas creadas. El apóstol Santiago en su Carta (5,7-17) compara la vida del creyente con la del labrador, que aguarda paciente el fruto de la tierra: siembra pacientemente, aguarda la lluvia y la recogida del fruto. La paciencia ha de ser firme, sin desfallecer, pues la venida del Señor está cerca, y retribuirá a cada uno según sus obras. Jesús, en el Evangelio (Jn 15,1-7), nos dice que la vida del creyente ha de ser una relación tan íntima con él como la del sarmiento con la vid. De tal unión depende la salvación del hombre. En cualquier circunstancia de la vida, favorable o contraria, es preciso mantener la amistad con Dios, de modo que en la unión con él se decide la salvación, o en su alejamiento la perdición del hombre: A todo sarmiento mío que no da fruto, lo arranca; y a todo el que da fruto, lo poda para que dé más fruto (2). Yo soy la vid, vosotros, los sarmientos; sin mí no podéis hacer nada (5). Al que no permanece en mí, lo tiran fuera, y se seca, lo recogen y echan al fuego (6). Permaneced en mí y yo en vosotros (4). Esta lección nos da San Isidro Labrador, que hubo de huir del lugar de su nacimiento, como otros muchos cristianos, al ser reconquistado Madrid por los almorávides, yendo a Torrelaguna, donde se casó con María Toribia (Santa María de la Cabeza para la tradición). Tuvo que soportar con paciencia la maledicencia de sus compañeros de trabajo que lo acusaban de rezar mucho y trabajar poco. Su espíritu de oración y de generosidad con los pobres ha quedado como faro de luz brillante para sus devotos, junto con las leyendas, milagros y anécdotas, que forman el deleite para la gente piadosa que se encomienda a su protección. Roguemos para que el Señor, por intercesión del patrono de los agricultores, les conceda el fruto justo de su trabajo.


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Saluda Rosa Melchor Quiralte Alcaldesa de Alcázar de San Juan Llega el 15 de mayo y al igual que ocurrió en 2020, este año tampoco podremos disfrutar de la romería. La situación sanitaria por la pandemia desaconseja su celebración y aunque la situación es mejor que la del año pasado, la prudencia y la responsabilidad, han llevado a tomar la decisión de mantener los actos litúrgicos en la iglesia de San Francisco y suspender la romería que tradicionalmente la hermandad celebra cada año en el cerro. Los últimos meses han sido muy duros para todos por la incertidumbre, los cambios y sobre todo por la pérdida de muchos de los nuestros. Quiero así recordar a Julio Romero, que durante 10 años presidió esta hermandad. Su incansable trabajo y su ilusión por hacer cada año más grande la celebración de San Isidro, consiguió que agricultores y alcazareños tengamos unas fiestas y una romería acorde a la evolución de los tiempos, sin perder la identidad ni la esencia. Coge el relevo Jesús Antonio Vargas Quiralte, a quien deseo lo mejor al frente de la hermandad junto a su junta directiva. El hecho de haber dado el paso adelante ya demuestra las ganas de trabajar en una celebración tan querida por todos los alcazareños. Mi disposición y la de mi gobierno para seguir colaborando en todo lo necesario para continuar mejorando esta fiesta tradicional. La presencia del coronavirus en nuestras vidas, nos ha hecho adaptarnos, reinventar nuestro día a día en la vida cotidiana y también en lo extraordinario. Si bien no podemos hacer muchas de las cosas a las que estábamos acostumbrados, la pandemia nos ha dejado muchas enseñanzas, nos ha dado lecciones de lo que es importante y de lo que es intranscendente. Quiero poner en valor el papel que han desempeñado agricultores y ganaderos desde que comenzó la pandemia. Habéis sido un sector esencial para la sociedad porque durante el confinamiento, no parasteis de trabajar para que los alimentos llegaran desde vuestras explotaciones a todos los hogares. Fuisteis parte de la cadena de abastecimiento para alimentar a la población que estaba confinada en sus casas, para frenar los contagios. Es más, tampoco dudasteis en colaborar con este ayuntamiento en las labores de desinfección de calles, aceras y mobiliario urbano, como medida preventiva para evitar contagios por coronavirus. De forma voluntaria, os subisteis a vuestros tractores para sumaros a los servicios de limpieza y llevar a cabo estas tareas. Un ejemplo de solidaridad y altruismo que no olvidaremos y que todos os agradecemos porque sin duda ayudó a frenar la expansión del coronavirus. La agricultura forma parte de nuestra cultura y de nuestra economía. Con vuestro esfuerzo, trabajo y constancia llegan a todas partes del mundo productos de una extraordinaria calidad. Gracias a vosotras y vosotros, la agricultura es uno de los símbolos de este “lugar de La Mancha”. Felicidades por vuestra disposición, por vuestro trabajo y con motivo de la festividad de vuestro patrón, Viva San Isidro!!!


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Saluda Jesús Antonio Vargas

Presidente de la Hermandad de San Isidro Desde estás páginas quiero aprovechar, en este mi primer año como Presidente de nuestra Hermandad, para enviar un cordial y fraternal saludo a todos, especialmente a aquellos a los que esta pandemia ha castigado con más dureza. No vamos a engañarnos, corren tiempos duros y complicados; nuevamente y al igual que ocurrió el año anterior, no podremos disfrutar de nuestra hermosa y entrañable romería. Afortunadamente, sí gozaremos del Triduo y la Función del día quince de mayo. Me estreno en el cargo, como veis, en unos duros y difíciles momentos. Sé que con vuestro apoyo y con el del resto de la ciudad, saldremos adelante, incluso lo haremos con más ganas y fuerzas que nunca. Muchos de vosotros conocéis mi trayectoria en la hermandad, desde siempre me he sentido en el deber de involucrarme personalmente en el buen desarrollo de las actividades de la misma, por esto a través de mis ocho años de hermano, me he encargado de diferentes cargos, tales como vocal, tesorero y tras el lamentable y doloroso fallecimiento de nuestro anterior presidente Julio Romero, Presidente de la misma.

Me estreno en el cargo, como veis, en unos duros y difíciles momentos.

Provengo como bien conocéis de una familia de muy arraigada tradición agrícola de nuestra localidad, tanto por parte de mi padre, Vicente Vargas “Medina” y María Quiralte “Pitones” por parte de madre. Hoy en día continúo con las raíces de mis antepasados en las labores agrícolas, siendo uno de mis mayores deseos, que en el futuro uno de mis hijos/as continúe con esta trayectoria tan hermosa, como es el mundo de la agricultura. Y por ahora, me resta ponerme a vuestro servicio. Desde estas páginas aprovecho para decir que me pongo por entero a vuestra disposición, a la de la Hermandad, al resto de hermandades y en general a todo el pueblo de Alcázar para todo lo que sea menester. Recibid mi más cordial y cálido abrazo.

¡Viva San Isidro Labrador!


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Programa de cultos y actos MIÉRCOLES, día 12 de Mayo A las 20:00h en la Iglesia de San Francisco. Misa en la Iglesia de los RR.Padres Franciscanos, en honor a San Isidro Labrador. A la intención de la FAMILIA QUIRÓS-CENCERRADO.

JUEVES, día 13 de Mayo A las 20:00h en la Iglesia de San Francisco.

Poema a San Isidro Labrador Viste la aurora cual lienzo, el campo abre su manto,

Misa en la Iglesia de los RR.Padres Franciscanos, en honor a San Isidro Labrador.

los molinos regocijan

A la intención de la FAMILIA VARGAS-PARRAS (En Acción de Gracias)

al mediar el mes de mayo.

VIERNES, día 14 de Mayo

Romeros, pradera y surco,

A las 20:00h en la Iglesia de San Francisco. Misa en la Iglesia de los RR.Padres Franciscanos, en honor a San Isidro Labrador. Intenciones de la Hermandad de San Isidro.

verbena, vino y función, hacen lucir San Isidro gozoso en su procesión.

A CONTINUACIÓN: Presentación de Damas y entrega de bandas y flores.

Patrón de tierra y arados, grana la espiga y acecha, el sueño de labradores SÁBADO 15 de Mayo. FIESTA PRINCIPAL A las 20:00h. FUNCIÓN SOLEMNE en la Iglesia de los RR. Padres Franciscanos, en honor a San Isidro Labrador. Por el difunto y anterior Presidente de la Hermandad, Don Julio Romero. Si la situación epidemiológica lo permite, el día 15 de mayo, festividad de San Isidro, la ermita permanecerá abierta de 10 a 14 H. y de 16 a 18 H. para todos aquellos devotos/as que quieran visitar al Santo.

que laten por sus cosechas.

Herminia Zarco


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Presentación de las Damas de Honor. San Isidro 2021

Rocío Vargas Parras Me llamo Rocío Vargas Parras y soy hija de agricultores. Este año estoy más ilusionada que nunca por poder ser Dama de San Isidro.

Rosita Ruiz Ramos Me llamo Rosita Ruiz Ramos y es para mí un honor y una ilusión ser Dama de Honor de San Isidro, este año.

Leire Moreno Pascual Me llamo Leyre Moreno Pascual y estoy muy ilusionada por ser Dama de Honor de San Isidro 2021.


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Pregón en Honor a San Isidro Labrador Por iniciativa de “SAIRA Design”, y por invitación del Sr. Presidente de la Hermandad de San Isidro Labrador, Jesús Antonio Vargas, tengo el honor de publicar en el Programa de Festejos, y en relación con los mismos, el correspondiente

PREGÓN Agricultores y Ganaderos de Alcázar de San Juan: Es preceptivo agradecer en sumo grado, la invitación que se me ha ofrecido para escribir mi pregón en honor de San Isidro “Labrador”. Gracias de manera especial al Sr. Presidente. Y a todos los que rompéis con el arado acoplado a vuestros tractores, las entrañas de estas anchas y fecundas tierras alcazareñas, alanceadas del sol y oreadas por las brisas de las extensas altiplanicies que con sus lagunas la circundan. Y sus molinos de viento con olor a “Hijosdalguía Cervantina”. A quienes dedicáis con vuestros servicios agrícolas en cuartos y medias hectáreas de terrenos preparados para plantaciones de productos hortícolas. Y vuestros ríos de dulce mosto. Los que pastoreáis vuestros ganados por las dehesas y oteros alfombrados de tomillo y jarales en flor. Los que levantáis altivos los ojos y el alma hacia el cielo pendientes de las ventiscas primaverales acompañadas algún que otro año de tormentas desgarradoras. Los que con el rocío de vuestros sudores y decires castizos vais enriqueciendo a la par de la tierra y la lengua, el cuerpo y el alma de generaciones venideras; los que cada día, al igual que vuestros mayores, camináis desgranando por surcos y linderos, llanos y cerros, besanas y ribazos, el rosario bendito de vuestras creencias religiosas. Vosotros, ganaderos y labradores alcazareños, señores que no vasallos, de la gleba castellana, recordad el gran día de SAN ISIDRO LABRADOR. Fiesta labradora y ganadera a la par, entronizada justamente en la línea florida divisoria del mes de Mayo, “Mes de las Flores”, que al propio tiempo honorifica a vuestra Patrona La Virgen del Rosario. Jornada memorable del quince de Mayo, evocadora de aquella doble faena agrícola realizada en los años romancescos del medievo por glorioso jornalero de Juan de Vargas, que se las ingeniaba para trazar surcos de cielo en la tierra. En este gran día de San Isidro rendid homenaje fervoroso al Hijo de Dios, por el cual han sido dignificados todos los trabajadores del mundo y en cuya diestra están la razón de vuestras cosechas, la paz y prosperidad de vuestras familias, de vuestra ciudad, de nuestra Región y, por ende, de la Patria. Repasad a la vera de San Isidro los blasones y alteza de vuestro linaje.


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Sois agricultores. Sublime profesión la vuestra, que Dios mismo la impuso, como herencia y como ley, a nuestro primer padre en los albores de la Creación. La ejercieron los Patriarcas de los tiempos bíblicos. Jacob pastoreó muchos años el ganado de su tío Labán. Con ella se ennoblecieron Reyes, Emperadores y Profetas de Israel. Samuel conducía los bueyes que trabajaban en sus labrantíos. Gedeón limpiaba el trigo de sus graneros. Eliseo empuñaba el arado que abría surcos en su heredad. Y Nuestro Señor Jesucristo, que de joven ganose el pan con el sudor de su frente, se inspiró en las costumbres y tareas campesinas para componer la urdimbre primorosa de aquellas sus Parábolas y milagros según los Santos

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Evangelios: “El sembrador”, que salió a sembrar su semilla; “los Viñadores” contratados por el padre de familia; “el pastor” que conduce su propio ganado de las majadas al otero y el inmenso trigal abundante de mieses y escaso de agosteros que es su Iglesia... Profesión nobilísima, celebrada por el inteligentísimo Papa Pío XII cuando decía: “Vosotros, más que los demás, vivís en contacto permanente con la naturaleza, dedicados a arrancar de las profundidades de la tierra, bajo el sol del Padre Divino, las abundantes riquezas que allí escondió su mano. Ocupáis, por ello, un alto grado social, ya que formáis con vuestras familias no solamente una comunidad consumidora, sino también y muy principalmente, una comunidad productora”. En esta raigambre tan profunda y por eso tan conforme con la naturaleza de vuestra vida de familia, consiste la fuerza económica en los tiempos críticos, la capacidad de resistencia de que estáis todos dotados, lo mismo que vuestra probada influencia en el desarrollo del derecho y del orden privado y público de todo un pueblo. De ello depende también la imprescindible función a que estáis llamados como fuente y esencia de una vida íntegra, moral y religiosa y como vivero de hombres sanos de alma y cuerpo para todas las profesiones en la Iglesia y el Estado. Siendo esto así, se comprende cuán grande debe ser el cuidado que se ha de dispensar en la Nación a estos elementos esenciales de lo que genuinamente podría llamarse la civilización rural: laboriosidad, sencillez y rectitud de vida, respecto a la autoridad, sobre todo a la paterna, amor a la Patria y fidelidad a aquellas tradiciones que, a lo largo de los siglos, han sido fuente de tantos bienes, prontitud para el socorro mutuo, no solo en el orden o círculo de la propia familia, sino de familia en familia y de casa en casa. Finalmente, aquello sin lo cual todos estos valores no tendrían ninguna consistencia, perderían todo su mérito y resolverían en una desenfrenada avidez de ganancias: su verdadero espíritu religioso”. Y todo esto, en el seno de vuestras asociaciones del Campo, Cooperativas y ASAJA, bajo el signo humilde y altivo a la vez de SAN ISIDRO LABRADOR. Reza pues, labrador alcazareño como rezaron tus padres, cantando, y canta, canta como ellos, rezando.

Ara tranquilo, labriego, y piensa que no tan ciego fue tu destino contigo; que el campo es tu buen amigo y es dulce miel su sosiego y es salud el puro día, y tus viñas son vigor y este ambiente es armonía y esta luz es alegría: SAN ISIDRO QUE ES TU GUIA, reza y canta, labrador.

PREGON de Juan Agenjo Pradillo


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De recuerdos y otros hermosos aromas Cuando viajo hacia atrás en el tiempo, utilizando esa hermosa herramienta que es nuestra memoria, sobre todo cuando me desplazo a los recuerdos concernientes a mi niñez, siempre prevalecen en mi mente los de la vieja casa situada en la calle Cardenal Cisneros, a muy poquitos metros de la vieja y emblemática plaza del Arenal. Hablo sobre todo, de la época de principios de los años setenta, cuando junto a mi familia residía en aquel enorme caserón de vecinos, de oscuros, fríos y gélidos inviernos, veranos de largas e infinitas tardes, con solitarias nubes cargadas de melancolía que se perdían en el vasto horizonte y noches donde el melancólico y lento sonidos de los trenes inundaban las viejas y amplias habitaciones. Una época de privaciones, pues carecimos de las comodidades y confortable mobiliario del que ahora reina en nuestras casas, pero un periodo de la historia de mi vida donde el amor se desbordaba todos y cada uno de aquellos anhelados días. Vivíamos en la segunda planta del enorme caserón, rodeados de patios y corralones empedrados, donde se levantaban viejas cuadras de oscuros rincones y destartaladas jaulas, allí se criaban pollos, conejos y, creo recordar, que hasta una vez un cordero. En dicho segundo piso del edificio, por no haber no había ni agua corriente; recuerdo a mi madre cargando en ambas manos sendos cubos repletos de agua, tanto escaleras arriba, como para posteriormente tirar el agua sucia al alcantarillado, escaleras abajo. Y así, muchas veces al día, en aquellos quehaceres se dejó la espalda y parte de la vida. Cuantas noches de duro y frío invierno, tenías que bajar a hacer las necesidades físicas propias de nuestra condición, al único servicio que existía en todo el edificio y que estaba al final de un largo patio descubierto, iluminado por el resplandor de una gélida luna y el parpadeo de estrellas demasiado lejanas.

Cuantos de vosotros queridos lectores, se identificarán con estos recuerdos que son la espina dorsal de la historia de este pueblo y de otros muchos de nuestra querida y amada Castilla La Mancha. Pueblos rodeados de viñedos, donde gimen con dolores de parto las generosas vides, regalándonos el mosto que posteriormente se transformará en vino en las bodegas, a modo de los antiguos alquimistas; llenando en los meses de septiembre y octubre nuestros pueblos y ciudades con ese característico olor que desprende dicha transformación. ¿Quién puede recordar un otoño de su vida sin haber respirado más de un día este aroma? Volviendo a la vieja casa y al barrio donde se alzaba, yo estudiaba en el colegio de la Santísima Trinidad o “con los frailes” como se les decía de forma más coloquial; lugar que, como supondrán, me quedaba muy cerca del domicilio. Es imposible recorrer en mi memoria esa época y no rememorar esos otoños, salir de clase a las cinco de la tarde junto a mi buen amigo de toda

la vida, Lividio. (Un enorme saludo y un abrazo, querido amigo, como dijo don José Zorrilla: “la amistad es como dos cuerdas del mismo tono, siempre vibrarán ambas aunque solo se toque una”) Como decía, salíamos de clase, recorríamos la calle Trinidad, cruzábamos bajo la sombra de la cruz de los caídos, en la plaza de Santa Quiteria, para finalmente recorrer la vieja plaza de España, con los bellos ecos y sonidos que producían los chorros de agua de su fuente y donde el aroma de las bodegas se mezclaba con los olores que salían por las puertas del mercado de abastos. Finalmente avanzábamos por la calle Morón donde ya reinaba y campaba a sus anchas el aroma del mosto en las cubas, para alcanzar nuestro destino, la biblioteca infantil. Pasaron los años y crecimos, pero lo único que varió de aquella feliz y agradable costumbre fue el destino: de la sala de lectura infantil dimos el salto a la de adultos, en la calle Jesús Romero. Hoy en día, como saben, todo es el mismo edificio y alberga el Conservatorio Profesional de Música.


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No hay ni existe mejor atajo para acceder a los recuerdos que los olores y aromas. Así pues la canela y el incienso siempre me han trasladado a nuestra preciosa Semana Santa, con la vivida procesión de nuestro padre Jesús Nazareno. En la vieja casa apenas amanecía en aquellas mañanas de tímida primavera, cuando mi madre y mi hermana, el Viernes Santo, casi de puntillas para no despertarnos a mi hermano y a mí, cruzaban los todavía fríos pasillos y las largas galerías de la casa, para salir a la calle y dirigirse a la iglesia de la Trinidad, para junto con el resto de penitentes, desfilar durante horas y horas en aquella larga procesión de antaño. Su esfuerzo invertido en el sigilo era desgraciadamente fútil. A las siete de la mañana, el ronco y desgarrador grito de los tambores, rompiendo el amanecer, nos despertaba. Ya sabíamos que esa mañana estábamos solos en la casa, pues para mi padre, como muchos agricultores, saben amargamente que el campo no entiende de fiestas, ni de credos, ni de política, tan solo del duro esfuerzo diario, regando la tierra con el sudor y alguna que otra vez hasta con la propia sangre, para arrancar de las entrañas de los viñedos el dorado fruto. Recuerdo desayunar y vestirnos para salir a la calle Castelar, para ver pasar la procesión a sabiendas de que acompañando a Jesús iban ellas.

Llegaba San Isidro y la fiesta del Santo labrador nos embriagaba con sus aromas y olores.

Unos meses más adelante llegaba el mes de mayo. Cuantos días formábamos los alumnos del colegio en largas filas para dirigirnos al templo, donde durante unos momentos de la mañana cantábamos a la Virgen. Los tonos de voz de aquellos niños, entre los que me incluía, y que conste que no éramos precisamente ángeles, se elevaban entre los claro-oscuros del templo trinitario como queriendo escapar de aquel lugar para dirigirse hasta el mismo cielo. Cuantos compañeros, cuantos recuerdos, cuantos anhelos, cuantas ilusiones, muchas de ellas quizás ya naufragadas en los océanos del tiempo... Llegaba San Isidro y la fiesta del Santo labrador nos embriagaba con sus aromas y olores. Recuerdo disfrutar de la verbena en la plazoleta junto a mis padres, de las actuaciones folclóricas en el escenario y degustar churros con chocolate y si nos portábamos medio bien, hasta podía caer algún helado.


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Revista oficial de la Hermandad de San Isidro Labrador de Alcázar de San Juan. Año 8. Número 7. Mayo de 2021

A la mañana siguiente tocaba subir al cerro con el carro y las mulas, en medio de la romería. Dicho vehículo no era nuestro sino de la familia Castellanos, familia a la que mi padre dedicó muchos años de su vida su trabajo y su sudor; les recuerdo con cariño, pues aquella relación más que laboral, era casi familiar. Tal y como la romería avanzaba a su destino, enseguida se abría paso en medio de la suave y brillante mañana, los sutiles y frescos aromas de la retama, la genista, el romero, el tomillo y otros muchos más. Aromas que conforme transcurría la mañana y esta daba paso, cediendo el testigo, al mediodía, eran remplazados por otros más mundanales. Olores de los chorizos, el tocino, las gachas, las paellas y un largo etcétera, que terminaban por enseñorear el lugar. ¡Qué hermosos recuerdos guardo de aquellas largas y primaverales jornadas festivas!, ¡qué hermosos! Avanzamos en nuestro intemporal viaje a aquellos meses de diciembre y la feliz llegada de las fiestas de la Natividad de nuestro Señor. En la fría casa del Arenal, se levantaba un hermoso árbol de Navidad, que mi madre año tras año adornaba con sumo esmero y cuidado, llenado sus rincones de ilusión, luz y abrasador calor. Recuerdo esas mañanas de gélidas heladas y días de eterna lluvia, mientras esperábamos las fiestas de Navidad. Los aromas y el sabor de las pastas, mantecados y empanadillas de cabello de ángel compradas en la panadería de la “Bienve” en la calle Madrid. Los turrones y polvorones comprados en el economato de Renfe. Y también, y aunque me este feo decirlo, el sabor de unos exquisitos licores de café, de menta y de yema de huevo, que compraba mi madre. Y a pesar de que la buena mujer los escondía a buen recaudo, no pudo evitar que el que suscribe, y a pesar de su tierna edad, llegara más de una vez hasta aquellas botellas y les diera un tiento de vez en cuando, sobre todo al de café. Muchas veces me he preguntado si mi pasión por el oscuro y excitante líquido no vendrá de aquellos tientos a hurtadillas que yo le daba a la botella... La noche de Reyes, la vivíamos mi hermano y yo con la ilusión y el nerviosismo propias de los niños de aquella edad y aunque como he dicho a lo largo de este texto, era un hogar humilde, nunca hubo madrugada del seis de enero que al levantarnos no hubiera bajo la ventana, junto a nuestros zapatos, un precioso juguete que hacia las ilusiones y las alegrías infantiles de aquellos dos niños.

Y así estimados lectores, como en un inacabable ciclo, la vida continuó. Mis padres se marcharon de este mundo demasiado pronto y no hay día que no les eche de menos y no estén en mi memoria y mi recuerdo. A día de hoy vivo en una zona muy cercana a las vías de ferrocarril y cuando por las noches escucho el sonido de los trenes, en medio de las penumbras y la oscuridad de mi dormitorio, tengo la sensación de estar en aquella vieja mansión junto a ellos. Y hasta me parece que su recuerdo vuelve a llenarse de todos aquellos hermosos aromas. Os deseo a todos de corazón que tengáis unas hermosas fiestas de San Isidro. Vidal Román Jiménez


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Saira Design como editores de la Revista de la Hermandad de San Isidro de Alcázar de San Juan, y la Junta Directiva de dicha hermandad, agradecen a todos los colaboradores y mecenas su participación para que de nuevo este año salga a la luz esta publicación.



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