28 Aniversario CONAPE

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Expresión de

LIBERTAD Guillermo Sánchez Borbón: Cronista de los años cruentos

Revista Conmemorativa

28 ANIVERSARIO DEL CONAPE

CIRO ORTEGA Guardianes de la verdad

Genios del humor

Mujeres y periodistas Ciudad de Panamá, Noviembre de 2014


Edificio 716, Paseo del Prado, Balboa, Panamรก www.conapevirtual.com directora@conapepanama.org


PRESENTACIÓN

Tiempo de transitar Hay un tiempo para nacer,/ y un tiempo para morir;/un tiempo para plantar,/y un tiempo para cosechar;/ un tiempo para matar,/ y un tiempo para sanar;/un tiempo para destruir,/ y un tiempo para construir;/un tiempo para llorar,/ y un tiempo para reír.

E

l 4 de septiembre pasado se cumplieron 28 años de la fundación del Colegio Nacional de Periodistas (Conape), de Panamá. Nació en un periodo turbulento de nuestra historia. Un año antes habían aparecido restos del cadáver de Hugo Spadafora, signo de descomposición del régimen militar instaurado en 1968. Después de un proceso electoral agitado, recordamos, por primera vez, esa fecha, cumpleaños del Colegio, y nos comprometimos a dejar registro documen‐ tal, que se encuentra en estas páginas, intercalado con textos de reflexión de este momento contemporáneo. Nació de una manera peculiar el Colegio, e incluso, en la agitación de aquel instante, fue integrante de la Cruzada Civilista, que lideró un movimiento que contribuyó, en la acción y en el discurso, a desmontar el régimen.

Rafael Candanedo Colegio Nacional de Periodistas (Conape)

Esta publicación es creada bajo la marca de Salamandra Editores y la dirección editorial de Guillermo Dávila, con el auspicio de organizaciones públicas y privadas que promueven el buen periodismo y la cultura. Desde la tribuna del Colegio, representa un recorte del Panamá contemporáneo, con la documentación de episodios de la organización, sin pretender ser memoria, y reflexiones precisas sobre el devenir de la Nación. Cierra un ciclo esta edición del periodo que he estado, con toda honra, al frente de la organización de los periodistas, y registra ese sentir, abrigado con el respaldo de socios y otros voluntarios, así como de representantes de medios de comunicación social, auspiciadores y otros líderes de este tiempo. Es el nuestro “un tiempo para amar”, no obstante la turbulencia de los mares del quehacer nacional e internacional, del construir y destruir, de la muerte en su espeluznante transitar: me aturde el asesinato masivo de los 43 jóvenes estudiantes normalistas en México. Es “un tiempo para abrazarse,/ y un tiempo para despedirse;/un tiempo para intentar, y un tiempo para desistir; un tiempo para guardar”. Tiempo difícil, rocambolesco y perfecto. Tiempo de transitar.

Revista Conmemorativa por el 28 Aniversario del Colegio Nacional de Periodistas (Conape) Todos los Derechos Reservados. Ningún artículo de esta publicación puede ser reproducido, ni gráfica o digitalmente, sin el permiso expreso del editor. Todas las opiniones y el contenido editorial es propiedad intelectual de sus autores.

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Sumario Presentación Rafael Candanedo

Tiempo de transitar

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Misión y visión CONAPE

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Opinión Yesibel Bethancourt

Reinventarse y ser creativo Artículo Hugo E. Famanía

Cuarto Poder

Artículo Franklin Bósquez D’Giovanni

El “brazo” que engendró cólera

Entrevista Juan Carlos Tapia

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Maestro del Deporte

Entrevista Guillermo Sánchez Borbón

Reportaje Andrés Vega

Días de radio

Cronista de los años cruentos 12

Reportaje Artículo Rafael Candanedo

Voluntad buena

Genios del humor

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Opinión Juan A. Carles Revista Conmemorativa 28 Aniversario del Colegio Nacional de Periodistas (CONAPE) Portada: Guillermo Sánchez Borbón, liberado luego de permanecer preso cinco horas en la Cárcel Modelo, 1986. Agradecimiento: Al diario La Prensa y sus directivos, por su invalorable apoyo al cedernos las fotografías que ilustran esta publicación. A Jorge Mitchel, jefe de la hemeroteca de La Prensa, por su valioso aporte al momento de seleccionar las fotografías.

Guardianes de la libertad de expresión Artículo James Aparicio

Crónica de una invasión

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Opinión Mario Castro Arenas

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Uso correcto del español

Opinión Nivia Rossana Castrellón

Periodismo investigativo y modernización del Estado Artículo Bárbara Bloise

Mujeres y periodistas

Rafael Candanedo Franklin Bósquez D’Giovanni Ciro Ortega Bárbara Bloise Edilia Camargo Raquel (Tita) Méndez

Una vejez, nuevos estigmas

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Colaboradores Guillermo Sánchez Borbón James Aparicio Nivia Rossana Castrellón Juan Carlos Tapia Andrés Vega “Domplín” Delmiro Quiroga

Edición General: Guillermo Dávila T.: 266.3988 C.: 6200.8088 salamandrapty@gmail.com

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Opinión Edilia Camargo

Comité Editorial

Una publicación de

Redes sociales, ilusiones vanas y analfabetismo funcional

Artículo Ciro Ortega

Félix Barrios Benjamín “Benji” Samudio Fernando Peña Morán Juan Abelardo Carles Mario Castro Arenas Yesibel Bethancourt

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Base Estratégica Propuesta del Presidente para la discusión de Junta Directiva Los siguientes planteamientos son fundamentales e indispensables para el diseño del plan estratégico de la organización. Los Valores son un elemento guía para aclarar y facilitar las relaciones en un equipo de trabajo e indican al entorno, la base ética sobre la cual se desarrolla la organización. La Misión indica a los integrantes de la organización el “para qué” existe, de manera que cada uno actúe con ese norte. La Declaración de Visión señala el camino y facilita la elaboración de los objetivos estratégicos y las acciones para lograrlo en el tiempo establecido.

Valores Compromiso Integración Tolerancia Solidaridad Honestidad Veracidad Respeto

Misión Fortalecer integralmente a los periodistas, para que entreguen responsablemente a la sociedad información necesaria que contribuya al desarrollo de la opinión pública en beneficio de la democracia del país.

Visión 2015 “Trabajar para la igualdad de oportunidades de los ciudadanos” Ha logrado la institucionalidad de la organización, con el empoderamiento de la dirección ejecutiva y la creación de unidades correspondientes. Mantiene un programa de capacitación continua para la formación integral de sus integrantes y de su entorno. Fortalece el vínculo estratégico de colaboración con otras organizaciones nacionales y extranjeras.

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Expresión de Libertad

20 de octubre de 2011: Medios de comunicación panameños se unen en defensa de la libertad de expresión en el país, ante los ataques sistemáticos a periodistas y a las propias empresas de comunicación, lanzando la campaña denominada “Basta ya”.

El “brazo” que engendró cólera El Sindicato de Periodistas es el “brazo informativo” de las Fuerzas de Defensa. La anterior frase, que no quise entrecomillar por completo dado que mi memoria no es tan fiel, fue proferida a principios de 1986 por el entonces secretario general del citado gremio, Mario Martínez Puente. Esta declaración, fue detonante para crear el Colegio Nacional de Periodistas (CONAPE), como organización alternativa e independiente. Por Franklin Bósquez D’Giovanni *

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ra público y notorio que el Sindicato de Periodistas de Panamá (SPP) estaba conforma­ do mayoritariamente por personas afectas o simpatizantes con el régimen del momento ―surgido del golpe de Estado de aquel 11 de octubre de 1968―, el gobernante Partido Revolucionario Democrático (PRD) y, de manera principal, con las Fuerzas de De­ fensa de Panamá (FDP), entidad castrense en donde descansaba el verdadero poder político del país. La minoría de miembros del SPP éramos conscientes de la realidad que vivía el periodismo nacional, así como del denominado “cordón umbilical” que unía a la gran masa de integrantes del SPP con el instituto armado. Había una especie de ley no escrita: el apoyo debe ser discreto e inadvertido, no institucional. Mas el comentario de Martínez Puente rompió el hechizo.

Desde que los uniformados se adueñaron de la cosa pública, los “brazos” se convirtieron en moda. Se hablaba de “brazo sindical”, “brazo empresarial”, “brazo estudiantil”, “brazo deportivo”… El “brazo” era, simplemente, un grupo o segmento determinado de la sociedad que apoyaba o se identificaba con los cuarteles. De esta manera, por ese “brazo informativo” me correspondió fungir como agente catalizador de un movimiento espontáneo e inédito que emanó de entre un significativo número de la clase periodística. El objetivo era, de la manera más escueta posible, crear para un grupo de profesionales de la pluma una nueva organización que no nos avergonzara y, mejor aún, que nos produjera una sensación de pertenencia y orgullo.

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Personería Jurídica “...En el año de 1986 Franklin Bósquez D’Giovanni y el suscrito, celebramos un número plural de reuniones en mis oficinas con el objeto de coordinar todo lo concerniente a la constitución del Colegio de Periodistas de Panamá”. En esta carta, el abogado y hoy diputado de la República, Hernán Delgado, informaba así de la obtención de la personería jurídica al presidente del Conape de ése entonces, profesor Alberto Quirós Guardia.

Desde mi cargo como jefe de información en el diario La Prensa empecé a entrevistar ―de manera principal― a colegas periodistas con prestigio y a reconocidos docentes de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de Panamá para que emitie­ ran opiniones sobre la conveniencia o no de impulsar una opción gremial a lo que nos ofrecía el SPP. La respuesta fue unánime: ya era hora de contar con el Conape. Confieso que, al principio, esta serie de entrevistas obedecía a una reacción de cólera e impotencia ante la desfachatada declaración de Martínez Puente. Pero, como sucede con la pequeña bola de nieve que se convierte en avalancha, la idea del Conape empezó a impulsar una fuerza arrolladora e imparable. Alfredo Wilfi Jiménez, famoso por sus caricaturas de Las Garzas, me convenció de que “aterrizara con el proyecto”, que abandonara el palabrerío y me dedicara a concretizar el sueño de muchos. Wilfi, asimismo, me indicó: “tú eres el hombre de la vaina”, frase folcló­ rica para explicar que yo estaba marcado para liderar formalmente el movimiento de reivindicación periodística. Además, I. Roberto Eisenmann, presidente fundador de La Prensa, desde su exilio político en Miami (Florida), me alentó en tal propósito tras manifestar que “esta idea no se puede dejar morir”. Y la idea nunca murió.

“...como sucede con la pequeña bola de nieve que se convierte en avalancha, la idea del Conape empezó a impulsar una fuerza arrolladora e imparable”.

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Alberto Conte (q.e.p.d.), Alberto Quirós Guardia y quien escribe este artículo nos reunimos varias veces ―con toda la clandestinidad que la acción merecía― en la oficina del abogado Hernán Delgado Quintero, quien fue nuestro asesor jurídico y, asimismo, un animador constante para que el esfuerzo se mantu­ viera, a pesar de las presiones de toda índole que provenían desde diversos puntos del régimen, a la sazón encabezado por el general Manuel Antonio Noriega en su calidad de primer comandante de las FDP. Gracias a su perenne inclinación hacia el fortale­ cimiento de las asociaciones profesionales, Delgado Quintero fue la pieza clave para concluir eventual­ mente con los estatutos que regirían a la futura organi­ zación periodística. Cuando los informadores progobierno se enteraron de que todo estaba cocinado para terminar con la exclusividad del SPP como único gremio de periodis­ tas en Panamá, empezaron las embestidas personales ―cuales misiles Tomahawk― desde los diarios oficialistas que se imprimían en la Editora Renovación, S.A. (ERSA) y en varios programas radiales progubernamentales. Me dijeron de todo. Bueno… casi de todo: solo faltó que me acusaran de homosexual o narcotraficante. La entonces jefa de publicidad de La Prensa, Adela Mendoza, era una de las personas más entusiastas con el proyecto Conape. Sin siquiera pedírselo, me dijo que el diario mantenía un canje comercial con el restau­ rante El Dorado, ubicado en vía España, cerca de entre la mueblería Ancón Store y el antiguo edificio del Ifarhu (Instituto para la Formación y Aprovechamiento de los Recursos Humanos). Mendoza me ofreció esta magnífica oportunidad ―el canje― para realizar la primera convocatoria del Conape, entidad en forma­ ción que, en verdad, no contaba con ningún centavo para nada.


Expresión de Libertad 15 de noviembre de 2003: Luis Polo Roa y Marcos Castillo, del Conape, presentan un proyecto de ley para eliminar las llamadas “leyes mordaza” y de desacato, que tanto daño han causado a la libertad de expresión en Panamá. La medida, que se hizo en asocio con el Sindicato de Periodistas de Panamá, encabezada por Jaime Beitía, incluía la despenalización de la calumnia e injuria, situación que mantenía en ese momento en tribunales unos 90 casos en contra de periodistas profesionales, 47 de ellos promovidos por funcionarios públicos. El proyecto, no encontró apoyo en la Asamblea Legislativa.

Y llegó el momento. El jueves 4 de septiembre de 1986 era la fecha para adoptar la decisión trascenden­ tal de fundar ―contra viento y marea― al Conape. Convocados los potenciales miembros para el mediodía, yo fui uno de los primeros en entrar al restaurante El Dorado. En el vestíbulo de este comer­ cio, antes de pasar a la sala principal, había un bar en el que ya se encontraban, tomando tragos, cuatro periodistas reconocidos que, me imagino, fueron enviados por el gobierno para “convencernos” de que el Conape era una malísima idea y que, en adición, ello provocaría una profunda división entre los profesio­ nales de la comunicación masiva. De igual manera, esos cuatro colegas me advirtieron ―ahora sí con un tono enérgico― que el régimen militar no permitiría, bajo ninguna circunstancia, la existencia legal de la nueva asociación, toda vez que el Ministerio de Gobierno y Justicia nunca nos otorgaría la personería jurídica. Mi respuesta fue llana: “Solamente Dios tiene el poder para detenernos. Quienes estamos aquí hemos venido con libertad y por la fuerza de nuestra convicción personal. Y el Conape no necesita de ninguna personería jurídica para existir; un gremio existe porque así lo quieren sus integrantes”. Recuerdo que también invoqué a esos colegas un pensamiento que usaba el general Omar Torrijos Herrera (“No hay mal que dure 100 años ni pueblo que lo resista”) para explicar que, más temprano que tarde, las circunstancias políticas del país cambiarían para mejor. Mi pronóstico se registró en poco más de tres años, pues el ejército de EE.UU. invadió a Panamá el 20 de diciembre de 1989, acción militar que defenestró a la administración norieguista y dio paso al estable­ cimiento de la nueva era democrática. A las 12:30 p.m. en punto del 4 de septiembre de 1986 inició la reunión. Todo marchó fluidamente, salvo las continuas intervenciones de Juan Barrera Salamanca (q.e.p.d.) para torpedear la reunión. Alberto Quirós Guardia me aleccionó desde un principio para que no hablara y que, por presidir la asamblea, solo me dedicara a dirigir el debate; que él se encargaría de refutar todos y cada uno de los planteamientos esgri­ midos por Barrera Salamanca y cualquier otro indivi­ duo con ganas de entorpecer lo inevitable. Y, por espacio de una hora, más o menos, fuimos

testigos de un caluroso intercambio dialéctico entre Quirós Guardia y Barrera Salamanca. Los argumentos del primero eran contundentes y generaban los vítores de los convocados. Al final, Barrera Salamanca se quedó sin gasolina y no tuvo más remedio que sumarse a la masa de periodistas que aprobó, de manera unánime y en medio de una atmósfera efervescente, la declaración de principios que fue leída pausada y magistralmente por la colega Marcela García, quien se desempeñaba ―también provisionalmente― como secretaria de actas. Luego de aprobar abrumadoramente la declaración de principios, los ya colegiados ratificaron al primer comité organizador que se encargaría, de manera primordial, de confeccionar los estatutos y gestionar la personería jurídica, entre otras tareas. Los convocados eligieron a mi persona como presidente; Alberto Conte, vicepresidente; y Marcela García, secretaria. El resto del comité quedó integrado por Hermes Sucre Serrano, Beatriz Valdés, Alberto Quirós Guardia, René Hernández, Cristóbal Sarmiento y Marcelino Rodríguez (quien era estudiante de periodismo para la época). Este servidor también recibió un voto de confianza para contratar los servicios de un profesional del Derecho para llevar a cabo los quehaceres encomenda­ dos por la primera asamblea general del Conape. Como ya lo mencioné, el jurista seleccionado fue Hernán Delgado Quintero, quien jamás cobró un solo centavo por sus servicios profesionales. Trabajé con tesón en favor del Conape desde ese 4 de septiembre de 1986 hasta marzo de 1987, cuando, gracias a una beca del Programa Unipan­Bid, realicé mis estudios de Maestría en Comunicación Masiva en Wichita State University (Kansas, EE.UU.). Luego vendría una etapa muy difícil para lograr el reconocimiento legal del Conape, pero ello deberá ser relatado por otros protagonistas.

“cuatro colegas me advirtieron ―con tono enérgico― que el régimen militar no permitiría, bajo ninguna circunstancia, la existencia legal de la nueva asociación”.

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LOS ESCOLLOS DEL SIGLO XXI Si usted es de los que piensan que, con el paso del tiempo, el periodismo disfrutará de más y mejores condiciones para su expedito desarrollo, se equivoca. La historia demuestra, día tras día, que así como el ejercicio de la acción informativa se reinventa para perfeccionar su producto, también surgen escollos por doquier para obstaculizar esa labor de comunicar de uno a muchos simultáneamente. Durante sus más de 100 años de vida independiente, Panamá ha logrado avances significativos en materia de ejercicio del periodismo y fortalecimiento de la libertad de expresión. Nuestra edad de piedra comuni­ cacional fue vivida durante la interrupción del proceso democrático entre 1968 y 1989, cuando los inquilinos de los cuarteles acabaron con las presidencias civiles e instauraron un régimen castrense que ―para dolor de Montesquieu― dominaba todos los órganos del Estado. Nadie duda que con el inicio de la nueva era democrática en 1990 ―hemos disfrutado de cuatro comicios generales sin que haya habido un solo grito de fraude electoral― Panamá alcanzó estadios envidiables en pro de los periodistas, de los medios de comunicación social y del derecho a la información por parte de los ciudadanos. No obstante, como igualmente sucede con la medicina ―se descubre la cura de una enfermedad, pero de inmediato aparece un nuevo padecimiento más virulento―, el periodismo por nuestros lares jamás dormirá en cama de rosas. A la vista, están una serie de barreras que impiden y hasta desestimulan a la prácti­ ca periodística. He aquí 10 ejemplos:

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1. Descuido de la lengua materna. La pobre educación pública y el incremento de medios audio­ visuales son dos de las varias tesis que se esgrimen para explicar el paupérrimo uso de nuestro idioma Cervantino. Es raro que un periodista tenga, al alcance de su mano, obras indispensables como el Diccionario de la Lengua Española, el Diccionario panhispánico de dudas, la Nueva gramática de la lengua española o la Ortografía de la lengua española. Los “gerundiazos” ―pregunten al periodista y profesor Robert K. Fernández― están a la orden del día; y el “odioso” verbo haber es irrespetado hasta la saciedad. Los men­ sajes orales y escritos, sobre todo estos últimos, requieren de excelentes herramientas lingüísticas para que se cumpla el proceso de comunicación humana. 2. Muerto el rey, viva el rey. Durante el periodo de transición entre el 4 de mayo y el 1 de julio pasados (en adición a los primeros quince días de la nueva administración del presidente Juan Carlos Varela) recogí una muestra aleatoria con más de 150 artículos que aparecieron en páginas editoriales de los medios impresos de Panamá. De manera empírica puedo

precisar que los comentarios atacaban acremente al concluido régimen de Ricardo Martinelli y alababan el triunfo del abanderado del Partido Panameñista. En cuanto a noticias y reportajes no hubo mucha diferencia: todo lo anterior fue malo y lo reciente bueno. Desde ahora lanzo la siguiente hipóte­ sis: esos mismos autores enlodarán a Varela cuando termine su periodo en 2019. Aunque duela decirlo, el gobierno y los medios colectivos de información son como agua y aceite; como aquella lapidaria y popular frase expresada por el administrador de la Autoridad de Turismo de Panamá, Salo Shamah: “Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa”. 3. Políticos en manifestaciones de periodistas. Lo he dicho en diversos auditorios y lo plasmo ahora por escrito: cada vez que acudo a una marcha para apoyar la libertad de expresión y otras reclamaciones, de inmediato doy media vuelta ―y regreso a casa― tan pronto observo a los profesionales de la política mez­ clados entre los comunicadores sociales que luchan legítimamente por sus principios. Los líderes de los diversos gremios periodísticos deben, sin tapujo o remordimiento, solicitar a esas figuras políticas que se retiren para no desnaturalizar las genuinas peticiones de los informadores. Gran parte de esos políticos son doble cara: hoy, en oposición, manifiestan vítores por los periodistas; y mañana, cuando se afincan en el poder público, se quitan las máscaras para mostrar sus verdaderos rostros de perseguidores de todo aquello que huela a libertad de expresión.

2005: Jean Marcel Chery, junto a Luis Polo Roa y Jaime Beitía, del Conape y el Sindicato de Periodistas, se reúnen con el director de la PTJ, Jaime Abad, para ver una demanda que el magistrado Winston Spadafora interpusiera contra Chery y el diario Panamá América.

4. No adjetivar a los medios. No se trata de criticar, por ejemplo, aquellas acciones cuando los medios son catalogados como “conservadores” o “liberales”. Al fin y al cabo, los medios son administrados por humanos y no por máquinas. He observado, durante el último lustro, un movimiento innecesario entre varios medios por endilgarse, unos a otros, calificativos innecesarios: “Periódico opositor”, “radioemisora perredista”, es una pequeña porción de lo planteado en este segmento. Es el pueblo ―los lectores, la audien­ cia― el único juez idóneo para matizar a diarios y noticiarios televisivos y radiales.


Expresión de Libertad

La demanda interpuesta por un magistrado de la Corte a un periodista y su medio de comunicación, movilizó a todo el gremio que salió a las calles reclamando justicia. (Foto: La Prensa).

5. Irrupción del “infotainment”. Este vocablo de ori­ gen anglófono provoca altercados entre gobierno y medios; y entre los mismos medios. Es la fusión de los vocablos en inglés information (información) y enter­ tainment (entretenimiento). Son programas de TV (como Mucha Noche, NexTv) o de radio (Proyecto Criollo, RPC) que presentan noticias en un nuevo for­ mato para que los receptores se nutran de noticias de manera divertida. Guste o no, el “infotainment” ha lle­ gado para quedarse, sobre todo para aquellos que están agotados de percibir noticias con seriedad rigurosa. 6. Salarios y éxodo de profesionales. Desde julio pasado a la fecha, ha sido pública la cantidad de reconocidos periodistas que han renunciado a diversos medios de comunicación para aceptar cargos en entidades gubernamentales. Hasta aquí no hay nada objetable. Pero el tema cobró notoriedad cuando se supo que ganarían cinco o seis veces más que los salarios pagados por los medios. En algún momento este asunto debe ser analizado por el Consejo Nacional de Periodismo, del cual forma parte el Colegio Nacional de Periodistas, porque, como subrayó en una ocasión un destacado comunicador fallecido, “es lamentable reconocer que, por asuntos de sueldos, los mejores periodistas no trabajan en los medios, sino en el gobierno”. 7. Democracia y libertad de expresión. Lo afirmo, lo reafirmo y lo confirmo: es más fácil ejercer la libertad de expresión durante gobiernos autocráticos que en regímenes democráticos. Cuando ejercía el periodismo en La Prensa (1983­1987), ante cualquier acción toma­ da en contra nuestra por el gobierno, se calificaba como una “expresión intolerante de una autoridad que no había sido elegida libremente por el pueblo”, etc., etc. Cuando acudíamos a los tribunales para demandar protección y justicia, generalmente se “cuadraban” con los gobernantes y, entonces, se presentaba la oportu­ nidad para interponer denuncias ante organismos inter­ nacionales. Cada vez que magistrados y jueces daban la espalda a los medios, aparecía en mi memoria la frase de la mente del jurista Fabián Echevers: “En Panamá también sufrimos del terrorismo judicial”. 8. Periodismo vs. Relaciones Públicas. Durante la administración del presidente Martín Torrijos (2004­ 2009) se registró la coincidencia de la derogación de la

ley 67 de 1978, que reglamentaba el ejercicio del periodismo en Panamá, con la aprobación de la ley 21 de 2005, que reglamenta la profesión de Relaciones Públicas. Algunas voces endilgaron al Colegio de Relacionistas Públicos de Panamá (Coreppa) la supuesta “infamia” cometida en contra de los periodis­ tas, quienes quedaron, según se alegó, “sin protección legal alguna”. En verdad, Torrijos impulsó la derogación de la ley porque había llegado a un acuer­ do con la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y las organizaciones internacionales que defienden la libertad de expresión. Hoy se mantiene un grado de desconfianza entre ambos profesionales porque los periodistas aducen ―y es cierto― que para muchos cargos gubernamentales de comunicación social se exige la idoneidad profesional en relaciones públicas; mientras que los publirrelacionistas se sienten descon­ tentos porque ―es verdad― la mayor parte de los puestos directivos de comunicación en la adminis­ tración pública son ocupados por periodistas. 9. Palacio de las Garzas y “press pool”. Antes de emprender viaje a Europa para entrevistarse, en Roma, con el Papa Francisco y en Madrid, con el Rey y el presidente de España, Juan Carlos Varela anunció que implementaría un nuevo método durante sus viajes oficiales al extranjero: un periodista ―que no estu­ viera en planilla estatal― lo acompañaría durante esas giras. Añadió que las invitaciones serían rotativas entre los diversos medios colectivos de información. Para el Viejo Continente, invitó a una presentadora de tele­ visión, quien causó furor entre sus colegas cuando difundió en redes sociales una foto en el aeropuerto mostrando su tiquete de vuelo. La iniciativa de Varela no es mala, pero debe replantearse como sucede con gobiernos más maduros: invitar para cada viaje ―rota­ tivamente― a cuatro reporteros que representen a periódicos, radioemisoras, televisoras y medios exclu­ sivos de internet. Esta es la verdadera naturaleza del “press pool”, periodistas representativos que cubren la agenda presidencial y, luego, comparten la informa­ ción con aquellos colegas que no viajaron. 10. ¿Un periodista presidente? En varias ocasiones me han preguntado sobre cuál sería el escenario en Panamá si un periodista llegase a ocupar la principal silla del Palacio de las Garzas. “¡Que Dios nos coja confesados!”, ha sido mi cruda respuesta. Por referen­ cias directas de amigos comunicadores que viven en otras latitudes, que un periodista se convierta en jefe de Estado no implica necesariamente que florecerá un entorno perfecto para ejercer la libertad de expresión. Los presidentes salvadoreños Mauricio Funes y Elías Antonio Saca, el paraguayo Nicanor Duarte Frutos, el venezolano Rómulo Betancourt, y el boliviano Carlos Mesa son una pequeña muestra para argumentar sóli­ damente que el poder político transforma ―y a veces trastorna― a cualquiera, inclusive a los periodistas.

* Presidente fundador del Conape

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Expresión de Libertad

El cronista de los años cruentos Guillermo Sánchez Borbón fue testigo de los años más cruentos para el periodismo y la libertad de expresión. Como protagonista, estuvo en las “entrañas del monstruo” y logró sobrevivir a una época marcada por el odio y la barbarie. Entrevista de Guillermo Dávila.

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ablar con Guillermo Sánchez Borbón es cono­ cer al hombre que durante años combatió a la dictadura militar a través de sus cáusticos comentarios y reveladoras denuncias en la sección “En pocas palabras”. Pausado, al ritmo que le marcan sus 90 años de edad, manifiesta su lado camaleónico cuan­ do hablamos de poesía y se pronuncia como Tristán Solarte. Y es que ambos, jugaron un papel preponde­ rante en el devenir literario e histórico de Panamá. Asiduo lector, destacado poeta, autodidacta por convicción, radiólogo de profesión, escritor de colum­ nas por definición propia. Don Guillermo nos recibe un mediodía cualquiera en su apartamento cercano a la Calle 50. Pese a ello, el bullicio no habita estas pare­ des, lo que nos permite que la conversación fluya y sea amena. Su trabajo periodístico definió parte de la historia en Panamá. No fue fácil. Le tocaron días difíciles. Enfrentó a Noriega, lo amenazaron de muerte, sufrió el exilio. Pese a ello, se dió maña para aportar a las letras nada menos que cinco libros de poesía y cuatro de novela, habiendo ganado el premio Ricardo Miró en tres oportunidades. Y no paró nunca de escribir. ¿Cómo eran los tiempos en que se desempeñaba como periodista? “Siempre estuve vinculado al periodismo, desde que tenía unos 13 años de edad. Luego vino lo que se llamó el ‘Veranillo Democrático’ que era una suerte de tregua política, que se dio cuando estaban por firmarse los Tratados, así que todos opinaban libremente. Allí fue que Roberto (Eisenmann) aprovecha y funda el diario La Prensa. Al coincidir en muchos grupos de letras pues me dedicaba a escribir poesía y relatos cortos, al cabo de unas semanas, me llamaron para trabajar allí como corrector de pruebas, ya que la gran mayoría de periodistas eran principiantes y cometían muchas fal­ tas ortográficas”. Don Guillermo viste camisilla color crema y pan­ talón gris, vestimenta que ha sido su característica desde siempre. Sus lentes con gruesos vidrios, dejan al descubierto a ese lector cuya visión le dijo hasta aquí hace algunos años, pues hoy ya no ve por un ojo y con el otro le cuesta mucho trabajo apreciar bien las letras. Pese a ello, su memoria se mantiene intacta y aún trae a colasión muchos aspectos interesantes y que son ya parte de la historia del país. “Al cabo de un tiempo el trabajo empezó a incre­ mentarse. Ya no solo me encargaba de corregir lo que escribían, sino que me pasaban todo, hasta lo que no se iba a publicar (en el argot periodístico se les dice las sobras), y que se utilizaban para noticias menores cuando había algún espacio libre. Un buen día, no hubieron sobras, así que me pregunté ‘¿y ahora que

hago?’ Hablé con el director y me respondió: pues inventa. Así fue que escribí una columna, me creé un personaje ficticio, una especie de doctor alemán especializado en mierdología, es decir, que convertía la caca en abono. Lo hice como una broma, pensando que al día siguiente me llamarían la atención, pero no pasó nada”, recuerda sonriente. Don Guillermo escribía de forma ávida pero, para darle “más sazón” a la sección, inventó la historia que contaba con una red de espionaje en Panamá que le permitiía tener acceso a información clasificada de la Guardia Nacional. Había nacido la sección “En pocas palabras”. Ya había publicado ‘El ahogado’ por lo que imagino, sus jefes confiaron en su buen tino “Si, si. Era una sección de opinión política y noticias, pero en poco tiempo solo fue de opinión. Como publi­ caba que tenía informantes dentro de la Guardia Nacional y todo eso, de un momento a otro empezaron a enviarme información de verdad, digamos que de mis propias fuentes, fue increíble”. Conforme la sección tenía más y más lectores, los excesos que empezaban a verse una vez se instauró la dictadura de Manuel Antonio Noriega empezaron a preocuparle. “Yo mismo sufrí persecución. Me calum­ niaron muchas veces, pero nunca lograron debilitarme, ni aún cuando fui preso”, dice. PRESO Y EXILADO La situación se fue poniendo cada vez más peligrosa. Hubieron ataques aislados al periódico que cada vez se hacían más cotidianos. Por otro lado, los medios de comunicación adeptos a los militares comenzaron a atacarlo, tildándolo de todo, hasta de homosexual, sin embargo, las denuncias de “En pocas palabras” siguieron, aumentando la tensión. ¿En qué momento presintió que las cosas iban a complicarse? “La incomodidad que causaba la columna estalló cuan­ do al poco tiempo de haber desaparecido Hugo Spadafora y encontrar su cuerpo decapitado, mencioné la palabra Corozo, un pueblo ubicado entre la frontera y Chiriquí. Allí, cambió todo para mí y, de los ataques por escrito, pasamos a las amenazas de muerte. Creo que la razón fundamental fue que aunque no lo mataron allí, estuvo detenido unas horas en ese pobla­ do, por lo que pensaban que efectivamente tenía infor­ mación muy privilegiada que debían silenciar”. Un periodista que trabajaba para los diarios de la dictadura militar, lo demandó por calumnia. Cuando llegó a la citación judicial, le dijeron que quedaría preso y acto seguido, fue ingresado a una celda.

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Expresión de Libertad

Julio de 1986: El columnista de La Prensa, Guillermo Sánchez Borbón, abandona las instalaciones de la Cárcel Modelo luego de estar cinco horas detenido y pagar una fianza de cinco mil balboas.Días más tarde, se vió obligado a refugiarse en la Embajada de Venezuela para evitar ser arrestado por el gobierno debido al contenido revelador de sus escritos. (Foto: La Prensa).

“Al estar tan fresco en la memoria de la opinión pública la muerte de Spadafora, comenzó a circular la noticia por todo Panamá, se hizo una movilización ciu­ dadana cuyas repercusiones llegaron hasta los Estados Unidos, donde el Senado estaba realizando las audien­ cias para nombrar al nuevo Embajador de ése país en Panamá. Hubo mucha presión y afortunadamente pude salir luego de unas 5 horas que para mi fueron las más amargas de mi vida, además de pagar una fianza de cinco mil balboas”. Poco tiempo después interpusieron otra demanda en su contra. De acuerdo con una ley que existía desde comienzos de la República (cuando éramos parte de Colombia), si uno era acusado por segunda vez de calumnia, iba preso automáticamente cinco años. Siendo don Guillermo hipertenso y con la necesidad de estar en medicación, entendió que si regresaba a prisión no tendría acceso a sus medicamentos y que, literalmente, sería hombre muerto. Así, se vió obligado a salir del país. “Ricardo Arias Calderón, líder de la democracia cris­ tiana, iba al periódico y era muy amigo mío; él me llevó a la Embajada de Venezuela, que en esos tiempos era un régimen democrático. Me presentó al Embajador y viajé a Venezuela por 4 meses, luego del

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cual viajé a los Estados Unidos, pues allí estaba Roberto Eisenmann junto a otros exiliados y querían que fuera para allá. Por cinco años escribí ‘En pocas palabras’ y la mandé desde allá hasta que finalmente pude regresar a Panamá. Esa columna fue mi pasión durante quince años, junto la poesía”, asegura. LAS LETRAS DE TRISTÁN Nunca tuvo un momento especial para escribir o “hallar inspiración”, pues aunque ama el silencio, la convivencia durante tantos años en una sala de redac­ ción, lo acostumbró al escándalo cacofónico de la radio y la televisión a todo volumen. ¿Cuál fue su influencia literaria? “Pablo Neruda. Después me interesaron mucho los clásicos, era un asiduo lector, y tenía muy buena memoria, escribía citas y frases memorables en las columnas y los demás se maravillaban de eso”. La crítica objetiva forma parte de su esencia. Por ello opina que los jóvenes que inician en la profesión nece­ sitan desarrollar una cultura general y tomar con desconfianza lo que le digan funcionarios y políticos. Leer, leer mucho, sobre todo a consagrados latinoame­ ricanos como Gabriel García Márquez, excelente mo­ delo no solo de escritor, sino también de periodista.


¿Y periodistas panameños, a quiénes recomendaría? “Es indudable que Rogelio Sinán hizo muy buenas cosas en su época y Carlos Francisco Chang Marín siempre utiliza un lenguaje sencillo y directo”. Su larga experiencia profesional, le indica que los periodistas panameños deben ser más críticos. Aunque se esfuerzan por mantenernos informados, manifiesta que deben dejar de ser tan esquemáticos. No transcribir, sino investigar. El mayor problema a su modo de ver es el desconocimiento del lenguaje; siendo el español un idioma tan rico, deberían manejarlo mejor. ¿Algunos consejos adicionales? “Lo que digo siempre, dominar el idioma, enriquecer el vocabulario mediante la lectura. Por ningún motivo se le debe seguir el juego a los políticos de turno. Sobre todo, no tener miedo. A veces veo a alguien que hace un reportaje periodístico y no usan puntos ni comas, no hacen pausas. Yo le recomendaría a todos los periodistas, que aprendan a escribir bien, ese es su deber, su oficio; ellos se ganan la vida escribiendo así que, que escriban cada día mejor”. PREGUNTAS Y RESPUESTAS ¿Cuando mencionen a Guillermo Sánchez Borbón, cómo le gustaría que lo definieran? “Como alguien que hizo lo posible por ayudar a que Panamá recobrara la democracia”. ¿Se siente realizado completamente como persona, como ser humano? “Tengo 90 años de edad, ya está bueno”. ¿Es una persona cercana a Dios? “Sí, sobre todo ahora que estoy cada día más cerca de él”. (ríe). ¿En su opinión ha habido algún presidente o político, caracterizado por su honestidad? “Guillermo Endara. La democracia en Panamá empezó con él. Fue un hombre admirable al que algún día se le hará justicia porque fue un gran presidente. Yo fui muy duro con él en ocasiones, siento que se me pasó la mano con él, sin embargo, nunca perdió su jovialidad conmigo, me llamaba ‘tocayo’ cada vez que llamaba por teléfono al diario o nos cruzábamos en algún evento”. El sol se ha ido ocultando tras la ventana del aparta­ mento con vista a la calle. Don Guillermo no ha dejado de responder desde que nos sentamos. En la sala, cuadros de columnas suyas y fotografías con directivos de La Prensa, se confunden con una caricatura enmarcada que aún no se ha colgado en la pared. Nos despedimos del periodista, al igual que del poeta. Ambos, serán recordados siempre como baluartes y narradores de numerosas historias que enseñarán a esta y las generaciones futuras la historia completa que lo tocó vivir a Panamá.

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6 de junio de 1987: El segundo al mando de las Fuerzas de Defensa, coronel Roberto Díaz Herrera, pasado a retiro por pugnas en la cúpula militar, hace declaraciones públicas acusando al general Manuel Antonio Noriega de fraude electoral, asesinato político y de complicidad en la muerte del general Omar Torrijos, lo que generó fuertes protestas entre la población y la creación del movimiento Cruzada Nacional Civilista. Aparecen dando la mano el fotógrafo Luis Jiménez junto a José Quintero de León, del diario La Prensa; Rafael Candanedo, corresponsal de Acan­Efe, Raymundo López, corresponsal de Prensa Latina, Norma Núñez Montoto y la esposa de Díaz Herrera. (Foto: La Prensa).

Voluntad BUENA Una organización de periodistas que cumple 28 años en este sobresaltado 2014. Nació el Colegio Nacional de Periodistas (CONAPE) en medio de un periodo de turbulencias en nuestro natal Panamá y en el mundo. El asesinato del médico Hugo Spadafora Franco, las declaraciones bombásticas del coronel Roberto Díaz Herrera, la asfixia económica y el cierre de los bancos, el “hurto” de las elecciones presidenciales a Guillermo Endara y la invasión en Navidad de 1989. Por Rafael Candanedo *

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l arresto del mandamás Tony Noriega, la Revolución Rumana y el fin de Nicolae Ceaușescu; el derribo del Muro de Berlín, la desintegración de la Unión Soviética, y la popula­ rización de internet. No puedo dejar de pensar en la política, en esos acontecimientos mundiales y nacionales, y en Norberto Bobbio. Pensador brillante,

italiano, escudriñó en diversos ámbitos de la vida contemporánea. Entender esta época requiere de una metodología diferente de abordaje. Las reglas viejas no son suficientes para desentrañar esta vorágine de aconte­ cimientos e incertidumbres.


Atesoro su consigna y la comparto: “La inteligencia con la que se descifraba la realidad del mundo pre­1989 ya no sirve. La inteligencia nos traiciona si nos empecinamos en leer el presente como pasado. El nuevo paradigma consiste en la audacia de abandonar lo viejo y apostar por lo nuevo”. Nacido en Turín, Bobbio vivió todo el siglo XX, como nuestro Rogelio Sinán, y transitó en 2004, cuando estaba por completar su centenario. “He aprendido que el amor es más fuerte que la muerte”, declaraba cuando era muy anciano, al recordar a su amada Valeria, que se le había adelantado en el viaje eterno: “Fue un amor purísimo, muy delicado, muy dulce…”. Con Valeria, he comprendido qué es la muerte y qué es el amor. Ella, afirmaba, está en mi pecho y sigue amándome. El maestro Bobbio reescribe el precepto del Cantar de los Cantares, que reza: “Fuerte como la muerte es el amor”. Mi editor está contrariado. ¿Qué tiene que ver Bobbio con los 28 años de un Colegio de Periodistas? “Muchísimo, Guillermo”, le sustento. Esta es una de las épocas más complejas de la humanidad y además aún está en construcción. En Europa se le denomina mundialización; en nuestro continente, globalización. RYSZARD KAPUŚCIŃSKI, AL BAILE La ternura y lucidez de Bobbio las asocio con el maestro Ryszard Kapuściński, reportero del siglo y polaco universal, quien expresaba, poco antes de la hora de la verdad, que solo puede ser periodista gente bondadosa, y que debe ahuyentarse a los cínicos. ¿Pero qué periodista? Es un oficio –y profesión­ en vías de extinción. Con la incursión sobrecogedora de las tecnologías de la información, cualquier persona puede hacer periodismo, y esa situación produce tal fascinación que hay legiones de ciudadanos envalentonados y certeros con el nuevo artilugio. La amplitud de las redes sociales lo ejemplifica. “Estamos asistiendo a una doble revolución, de índole tecnológica y económica. Quizás estamos experimentando, en este momento, lo que podría denominarse una segunda revolución capitalista”, explica el director de Le Monde Diplomatique, Ignacio Ramonet. Esta revolución implica muchas transformaciones y modifica el mundo de la comunicación y, en particular, en la medida en que da lugar a una entronización del mercado y a la mundialización de la economía, apostilla.

Foto 1: En 1983, cuando se preparaban las elecciones de 1984, el entonces Coronel Manuel Antonio Noriega convence al General Rubén Darío Paredes de acogerse a su jubilación, recibir el apoyo del Estado y el Ejército para así aspirar a la Presidencia de la República. Paredes finalmente es traicionado; Noriega toma control absoluto de la Guardia Nacional y deja grabada para la historia su lapidaria frase: “Buen salto, Rubén”. Foto 2: Sonriente Alejandro Moncada Luna, censor de medios de comunicación entre 1983 y 1988, organismo de la dictadura responsable del cierre masivo de los medios escritos. (Fotos: La Prensa).

1989: La caída del Muro de Berlín Este muro dividió Berlín en dos partes durante 28 años, separando a familias y amigos. La caída del muro fue motivada por la apertura de fronteras entre Austria y Hungría en mayo de 1989, ya que cada vez más alemanes viajaban a Hungría para pedir asilo en las distintas emba­ jadas de la República Federal Alemana. Este hecho, motivó enormes manifestaciones que llevaron a que, el 9 de noviembre de 1989 el gobierno de la RDA afirmara que el paso hacia el oeste estaba permitido. Ese mismo día, miles de personas se agolparon en los puntos de control para cruzar al otro lado y nadie pudo detenerlos, de forma que se produjo un éxodo masivo. Al día siguiente, se abrieron las primeras brechas en el muro y comenzó la cuenta atrás para el final de sus días.

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La “Rosa” de Hubble: A estas alturas, ya pocas dudas quedan, el Telescopio Espacial Hubble es el instrumento científico más popular de todos los tiempos. Su leyenda comenzó en la mañana del 25 de abril de 1990, cuando fue liberado de la bodega de carga del transbor­ dador espacial Discovery. Sin embargo, lo más impresionante, lo que lo ha hecho verdadera­ mente famoso, y científicamente invalorable, han sido sus épicos viajes por el universo. Este prodigio de la óptica y la electrónica ha clava­ do su ojo en planetas, lunas, asteroides, y cometas del Sistema Solar. Ha barrido buena parte de la Vía Láctea, explorando a fondo cúmulos estelares y grandes nebulosas donde continuamente se forjan nuevos soles. Y hasta se ha animado al vértigo de los abismos cos­ mológicos, escrutando galaxias relativamente cercanas, o decididamente perdidos en los confines del universo observable. Ahora, a modo de celebración, la NASA acaba de publicar una nueva postal del Hubble. Una imagen tan maravillosa como reveladora, porque nos muestra, como nunca antes, a un singular dúo de galaxias que los astrónomos conocían vagamente. Y que llamaban, simple­ mente, Arp 273. Son dos lejanísimas islas de estrellas en plena danza y coqueteo gravitato­ rio que han bautizado como “La Rosa”.

Medios convencionales y periodistas profesionales son amenazados por el terremoto grado aterrador con maremoto del reportero ciudadano. Oh My News, periódico digital consentido de los coreanos, reunió a 40 mil reporteros ciudadanos, informantes y comen­ taristas sobre asuntos tan sencillos como sus gustos culinarios, las ondulaciones de las carreteras de allá, hasta posiciones humoradas de los protagonistas de las películas. Unas decenas de periodistas profesionales eran editores de esos textos, y se encargaban de verificar aquellas denuncias y apuestas compromete­ doras, por ejemplo de materias de corrupción, que no es patrimonio exclusivo de la tierra de Justo Arosemena. Ya el proyecto colapsó.

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Una década en el siglo XX y otra en el XXI, en el límite se finiquita la colonia en nuestro patio, con la retirada sin guerra del Comando Sur y la transferencia de Estados Unidos a Panamá, sin ignominia y sin bala, del Canal interoceánico. Ni podemos creer que quien encabece la fiesta sea la viuda de un caudillo que ostenta la Presidencia panameña. Los avionazos contra el símbolo capitalista y esta­ dounidense, en Nueva York, transforman el mundo, que intensifica la confrontación, e inaugura nuevas guerras en Oriente, que se suman al sanguinario, cróni­ co, aburrido y desgastante conflicto árabe­israelí.

MUCHAS NUECES Qué mundo tan zarandeado, desde donde se mire. Muchas nueces informativas desde hace tres décadas: fue deshecho el Muro de Berlín, como pastel en fiesta infantil quedó la poderosa Unión Soviética ―inaugu­ radora de los viajes espaciales―, y en tierra panameña, cuando ni éramos aún 3 millones, el Ejército más poderoso ensayó su nueva estrategia guerrera. Fueron muchos nuestros difuntos, pero es una incógnita la cantidad. La Iglesia calculó 500 y pocos. Un amigo mío, odontólogo, y político calcula que no fueron más de 600 las víctimas mortales panameñas.

Como si no tuviéramos sobreabundancia de informa­ ción, como si las bibliotecas no tuvieran tanta activi­ dad, desde hace 24 años, el megatelescopio Hubble nos bombardea con sus imágenes del espacio, y, aunque es finito, se nos ocurre que es infinito con la cantidad de material sobre planetas, nebulosas, estrellas y galaxias que componen el Universo. Es tanta la información que quedamos en la nebulosa. Como si juguetearan, dos galaxias llamadas Arp 273 (Space Telescope Science Institute) son vistas mientras interactúan. Una tiene un disco que se distorsiona en forma de rosa por la atracción de gravitación de la galaxia compañera que se encuentra debajo de ella.

La sed de justicia y libertad es común a los seres humanos, no importa en qué continente se encuentren. La revueltas árabes. Si bien son revolucionarias, las protestas defenestratorias de Tunez, Libia y Egipto, y sus consecuencias para la bolita del mundo, no deben sorprendernos.

LEVANTAMIENTOS INDÍGENAS Construimos una gigantesca obra de esta época en Latinoamérica: la creación de una nueva esclusa, que posibilitará que megabarcos puedan cruzar la vía acuática de 80 kilómetros, incluso con su cerro de agua, de 26 metros, el Lago Gatún.


El sector construcción, el crecimiento económico y el dinamismo empresarial impresionan, en una nación humillada y ocupada por la invasión de 1989. Con una inaudita y veloz capacidad de recuperación. Con un crecimiento económico que ha llegado a dos dígitos por año, aunque con modorra abona a la deuda social. Mucha inequidad por acá. Los levantamientos indígenas de Changuinola y San Félix, a la par, ofrecen nuevas avenidas para la reinvención de la república y la atención para superar, de manera real, los bolsones de pobreza, cartón postal de las zonas rurales. La inclusión, además, de la visión indígena, sobre todo en sus conocimientos ambien­ tales y comunitarios, para frenar el ímpetu predador causante del calentamiento global y la situación crítica del país y del conjunto del planeta. ALDEA GLOBAL Existe una brecha digital. Quédese dentro, pues, de otra manera, estará fuera de una caminata universal. En Corea del Sur más del 83 por ciento de la población participa del mundo virtual, mientras que en Panamá aceleramos el paso, y el 43 por ciento de sus habitantes transitan esta senda (ese porcentaje es el promedio latinoamericano). El 35 por ciento de la población mundial, de 7.017.000 millones, usa internet. El mundo virtual, con sus redes sociales, blogs, webs y sus periódicos en internet, está obligando, cada minuto, a pensar el periodismo y el trabajo de los periodistas. Es la aldea global, que pronosticó hace 40 años el filósofo Marshall McLuhan. Es la interconectividad humana en acción. La Torre de Babel bíblica. Todo nuestro estilo de vida se está transformando y los terrícolas somos más cercanos unos con otros. Es un mundo interrelacionado. En estas aguas ha nave­ gado, desde distintas ópticas y periodos, la organización, enfocándose en el bienestar de los periodistas, la defensa de la libertad de expresión y el derecho de la información, para mejorar las condiciones de vida de la población. La historia del ser humano se desarrolla en un péndulo, como si estuvieran en juego la libertad y la opresión; la riqueza y la pobreza; el poder y la subordinación; el bien y el mal. "Toda la historia del hombre, desde sus orígenes, sea el que sea el ritmo del tiempo, está atravesada por la voluntad de poder, sólo moderada, pero no completamente vencida, por la voluntad buena”, pensaba Bobbio. “Una vez Hegel definió la historia como un inmenso matadero. Y matadero ha sido. No veo ninguna razón para que no siga siendo un matadero. Termina una guerra, comien­ za otra”, agregaba. Ejemplos sobran, y la comunicación periodística mitiga este cotejo del filósofo italiano, y contribuye a virar la mesa de este sino pavoroso. * Filólogo y periodista

Fotos 1 y 2: El “Viernes Negro” ocurrió el 10 de julio de 1987, cuando el régimen militar al mando del General Manuel Antonio Noriega, reprimió con extrema dureza la Gran Cruzada Blanca, convocada por la Cruzada Civilista Nacional que pedía el fin de la dictadura en el país. (Fotos: La Prensa). Foto 3: Guillermo “Billy” Ford, es golpeado brutalmente por un batallonero cuando una turba interceptó la caravana que hacia campaña política junto a Guillermo Endara y Ricardo Arias Calderón.

2014: Los retos del Canal de Panamá Desde su apertura en 1914, el Canal de Panamá conecta el mundo, acortando distancias, tiempo y costos de transporte entre los centros de producción y consumo. Hoy, es sinóni­ mo de conectividad como lo reflejan las 144 rutas maríti­ mas que cruzan la vía, llegando a 1,700 puertos en 160 paí­ ses. La llegada del último embarque de cuatro compuertas para las nuevas esclusas de la vía interoceánica, completa las 16 compuertas que serán utilizadas en las nuevas esclusas de la vía acuática. Estas compuertas serán ubicadas en la cámara que conectará las esclusas con el Océano Pacífico. La altura promedio de las compuertas es compara­ ble al tamaño de la torre de Panamá Viejo, de unos 30 met­ ros. La fabricación de las compuertas para el Tercer Juego de Esclusas del Canal de Panamá inició en octubre del 2011 y operarán con un sistema redundante de compuertas de tipo rodante, con ocho unidades en cada complejo.

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“Resistencia Civil”, fue el periódico clandestino que Octavio Cogley, Bosco Ricardo Vallarino y Ciro Ortega distribuyeron durante la época de la dictadura, arriesgando sus vidas con la firme de convicción de entregarla si fuese necesario con tal de instaurar la democracia. (Foto La Prensa).

Guardianes de la VERDAD Ejercer el periodismo clandestino durante la época de la dictadura militar (1987‐1989), fue motivado por profesionales que ejercían su labor periodística en Telemetro Reporta (Canal 13). En efecto, hubo una reunión rápida, más bien improvisada, en un cuarto que servía para merendar; allí tres periodistas (Octavio Cogley, Bosco Vallarino y Ciro Ortega) acuerdan crear un semanario clandestino: se decide darle el nombre de “Resistencia Civil”; para publicarlo hacen aportes de sus propios recursos económicos, así como de familiares y amigos. Esta, es la historia detrás de sus protagonistas. Por Ciro Ortega *

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ien se destaca en la obra Resistencia Civil: “Sí, la férrea censura militar, la persecución contra un número plural de valientes periodis­ tas del diario La Prensa, así como los extremos frente a las limitaciones impuestas y que involucran el desconocimiento total de la libertad de expresión y de difusión del pensamiento, fue lo que dio nacimiento a este periodismo clandestino. No hay por qué arrepen­ tirse, la población está ávida de información coherente y honesta” (John Siroco, pág. 35).

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La misión fundamental: redactar informaciones, opiniones sobre la crisis militar, glosas, pero se recomienda que los aportes se firmen con un seudóni­ mo. El trabajo se hacia todas las noches en la casa de un “civilista” voluntario y se extendía hasta entrada la madrugada. Al día siguiente, el sueño era insoportable, pero como la cobertura en la televisión era de bajo nivel porque los militares amenazaban con cerrar al medio de comunicación que sacaba las noticias de protestas, pues algunos periodistas aprovechaban esa


coyuntura para dormir bajo la sombra de un árbol frondoso, tras el apoyo de los camarógrafos que conducían el automóvil de trabajo y podían ubicarse en puntos estratégicos. “Las fuentes son abundantes, sin embargo, nada confiables, porque, en su mayoría, están cegados de odio contra los militares; los periodistas tienen mucho cuidado de no caer en el sensacionalismo barato; si bien, existe en el semanario clandestino un espacio denominado rayos y centellas, donde cápsulas informativas dan cabida a ese género noticioso” (Siroco, pág. 67). Para la época la persecución de los militares era impecable, con arrestos y torturas, con denuncias de casos de violaciones para hombres y mujeres por igual, de manera que los que ejercían el periodismo clandestino tenían algo en común: miedo. Como sea, se suman más periodistas (Antonio Díaz q.e.p.d, Ariel Rosas, Juan Pritziolas) que redoblaron esfuerzos. Además, la tecnología nos favorece con una computadora, propiedad de una empresa “civilista”, donde un periodista

lleva los escritos en la noche, con el apoyo de una dama que levantaba los textos y diseñaba. Para publicar el semanario clandesti­ no “Resistencia Civil”, los periodistas llevan el dinero al “Negro” (apodo de la persona dueño de la Imprenta). La entrega del efectivo se hacía en el restaurante Niko´s Café, a un costado de la vía España; además, siempre llevan billetes grandes (para que el dinero no se vea en abundancia) y ocultos en una pequeña bolsa. Se hablaba poco, todo al grano; el Negro avisaría la entrega para unos cinco mil ejemplares, pues los militares continuamente penetran las Imprentas para dar con los culpables. A golpe de la una de la mañana era el riesgo, buscar la carga en un automóvil propiedad de uno de los periodistas. Todo se hacía muy rápido, cargando los bultos a puro hombro en la Imprenta (ubicada en Vista Hermosa) para llevarlos al automóvil, de allí a sus casas y los colocan debajo de la cama. Al día siguiente entregaban la carga a un grupo de voluntarios que, acto seguido, la envían a unos canillitas que adversaban al régimen militar.

Fotos 1, 2 y 3: El periodo comprendido entre 1983 y 1989 se caracterizó por la persecusión despiadada a medios de comunicación, los cuales fueron arbitrariamente cerrados para evitar que informaran a Panamá y el mundo lo que ocurría. (Fotos: La Prensa).

1988, Ciudad de Panamá: Estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Panamá, salen a las calles a reclamar el respeto por la libertad de expresión. (Foto: La Prensa).

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15 de diciembre de 1989: Con la prensa silenciada y la población exigiendo justicia, la Asamblea Nacional otorga poderes al general Manuel Antonio Noriega designándolo como Jefe de Gobierno, mientras declaraba a Panamá en estado de guerra contra los EE.UU., en aquel entonces bajo la presidencia de George H. W. Bush. Cuatro días más tarde, alrededor de las 11:30 p.m., comenzó el bombardeo simultáneamente a objetivos militares en el país, dando inicio la invasión militar estadounidense en territorio panameño. Bush anunció que sus fuerzas tenían como objetivo capturar a Noriega y proteger “los intereses norteamericanos” en aquel país. La movilización militar tomó aproximadamente dos semanas y se calculan entre 3.000 y 5.000 bajas, en su mayoría civiles de las áreas más pobres. El nombre de la operación fue “Causa Justa” (Just Cause). En la casa de Noriega había 8.2 millones de dólares en bolsas del Banco Nacional de Panamá junto a su cartera, pasaporte y tarjetas de crédito, según René de la Cova ―agente de la DEA―. (Foto: La Prensa).

El periodismo clandestino es peligroso, se requiere de estricto secreto, todos los involucrados corren un gran riesgo: “En medio de esa vorágine, un canillita que reparte el semanario es arrestado, le advierten que la próxima vez lo matarán; ignorantes de quienes y como se hace el semanario que él mismo distribuye, culpa de todo al PDC”. (Siroco, pág. 75). Paulatinamente el cerco policial se achica, dos de los periodistas que apoyan la misión clandestina salen del país por presión de los militares; posteriormente agentes del G­2 arrestan a uno de los diagramadores del semanario clandestino, su nombre Manuel: afortunadamente la acción se produce en la empresa “civilista” donde trabaja y por ser muy joven, unos 21 años de edad, los militares no lo torturan y le restan importancia. Mientras eso acontece los periodistas clandestinos deciden refugiarse en casas de familiares o amigos. A todo esto, el dueño de la Imprenta es amenazado, su vida de por medio, y decide no dar más espacio para la publicación del semanario clandestino. No quedaba de otra, sin lugar donde efectuar la impresión y la persecución inmisericorde de la policía, los pocos periodistas que quedaban deciden clausurar

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“Resistencia Civil”, sin que su último número, ya armado, pueda salir a la circulación. Todo cambió, los periodistas del semanario clandes­ tino que fueron bloqueados por los militares, deciden hacer lo que pueden con lo que tienen: hacen llamadas telefónicas internacionales diarias en la Radio La Voz de los Estados Unidos de América, así como en radio Impacto en Costa Rica, y con el apoyo de camaró­ grafos locales se hacen filmaciones logrados en el teatro de los acontecimientos y muchos videos que impactaron al mundo eran producto de profesionales panameños. Los aplausos se lo llevaban otros, pero eso no importaba. Claro está, en el periodismo clandestino no hay héroes, solo seres humanos comunes y corrientes que ansiaban ejercer su profesión en un país democrático. Fue la pura desesperación de ver tanta injusticia lo que llevó a esos periodistas a ese escenario. Algunos de ellos pensaron en irse a la montaña para hacer la guerrilla, pero eso no llegó a más, solo queda esa parte de la historia donde se luchó por el libre ejercicio del periodismo. * Periodista, ex presidente del Conape



Expresión de Libertad

Los días previos a la invasión de Panamá estuvieron marcados por disturbios en calles y avenidas. En este punto, fueron los periodistas quienes una vez más, jugaron un papel importante revelando la verdad de los hechos. (Foto: La Prensa).

Crónica de una

INVASIÓN

“We are going to kick Noriega´s ass” (le vamos a patear el culo a Noriega), dijo el oficial del ejército norteamericano en arreos de combate, a un grupo de periodistas, todos corresponsales de prensa extranjera que viajábamos en un Sunny blanco, alquilado desde las Esclusas de Miraflores hacia el centro capitalino. Por James Aparicio *

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3 de octubre de 1989: el inicio del fin del régimen militar En la mañana del 3 de octubre de 1989, el mayor Moisés Giroldi lideró un intento de golpe contra el comandante de las Fuerzas de Defensa de Panamá, general Manuel Antonio Noriega. El plan no funcionó, y para el final del día siguiente Giroldi y 10 oficiales más habían sido ejecutados en la llamada “masacre de Albrook”. El intento de golpe y sus consecuencias fueron los últimos eventos significativos antes de la invasión estadounidense y, veinticinco años después, continúan persiguiendo a la sociedad panameña. Noriega (al centro) junto a oficiales adeptos y medios de comunicación, anunciando que la intentona golpista había fracasado. (Foto: La Prensa).

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loy Aguilar (1), corresponsal jefe de The Associated Press (AP) para México y Centro­ américa; Lissette Carrasco (2), corresponsal de EFE; Julio Olvera (3), corresponsal de la agencia mexicana de noticias (Notimex) y mi persona como corresponsal de la Agence France Presse (AFP) y periodista de La Estrella de Panamá, fuimos sorpren­ didos por la operación militar Just Cause del ejército de Estados Unidos a Panamá. Horas antes de la operación militar estadounidense, para derrocar al general Manuel Antonio Noriega, el país estaba en tensión. El general Marc Cisneros, jefe del Comando Sur del Ejército de Estados Unidos, estacionado en Panamá con siete mil hombres, amenazó con intervenir militarmente si no eran entregados los soldados de las Fuerzas de Defensa de Panamá (FDP) que habían asesinado a un soldado que cruzó sin detenerse y tras romper un control militar, por el Cuartel Central del ejército panameño, en el corregimiento de El Chorrillo. Ese día, como a las 10 de la noche, tomábamos unos tragos, el miércoles 19 de diciembre de 1989, cená­ bamos frijoles picantes con arroz y mucho pan. Eran tiempos de celebrar entre amigos y para especular sobre el futuro de Noriega, quien había sobrevivido a un golpe militar el 3 de octubre de 1989. En la televisión los mensajes presagiaban la tragedia. En Canal 2, en manos de los militares, corrían los cintillos de los “Batallones de la Dignidad”, la milicia civil paramilitar dirigida por el entonces director del Instituto para la Formación de los Recursos Humanos (IFARHU), Benjamín Colamarco Patiño. Una hora antes ya habíamos recorrido la Base de Howard, hoy sede de la Agencia Panamá Pacífico.

Para llegar al corregimiento de Veracruz, hasta el año de 1990, se debía cruzar por las instalaciones militares estadounidenses y en la víspera del ataque, en la base aérea norteamericana, no había postas en las entradas, ni soldados en las calles y todo estaba callado, tan inusual que ya nos daba sospecha. Los Batallones de la Dignidad eran entrenados por las propias FDP, en técnicas de guerra de guerrilla y arma principal era un fusil de asalto de fabricación taiwanesa T­65. Las claves Chácara, Ardilla, Cutarra y Soberanía eran homólogas a las claves de seguridad del ejército de Estados Unidos en Panamá: Alfa, Bravo, Charlie y Delta que se emitieron en el Southern Command News, el Canal 8, que transmitía las noticias de la tropa militar norteamericana en el Canal. En el cielo panameño volaba desde hacía una semana un avión de comunicaciones (Airborne Warning and Control System o AWACS) cuyo propósito fue intervenir e interferir en las comunica­ ciones del ejército al antes, durante y después de la intervención militar Causa Justa. Cuando una docena de soldados norteamericanos, armados hasta los dientes, nos detuvo y obligó a lanzarnos al suelo, frente a la Base Aérea de Albrook, hoy Aeropuerto Marcos A. Gelabert, confirmamos que la operación militar contra el General Noriega estaba en marcha y el asunto era muy serio. Tras identificarnos y sin poder viajar hacia nuestros oficinas y tras ser advertidos (“si pasan de aquí se mueren”), comenzamos a informar para AP, AFP, EFE y Notimex sobre la operación militar estadounidense Just Cause, desde tres cabinas públicas instaladas en Diablo, en las antiguas áreas revertidas.

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La crisis política panameña se agravaba, aunado a una situación financiera crítica producto del embargo económico norteamericano. El Consejo de Gabinete responsabiliza a EE.UU. por la situación política y económica del país; se aglutinan los “Batallones de la Dignidad”, milicias populares compuestas por 6 mil hombres, provenientes de sectores obreros, populares y civiles. La situación política colapsa en las elecciones de mayo de 1989, surge la confrontación y la polarización política del país, en la que la oposición termina alegando fraude electoral y violencia represiva, mientras que el gobierno alega intervención extranjera, anulando los resultados electorales. La gente salió a las calles y la represión policial, fue implacable. (Foto: La Prensa).

El Sunny blanco fue nuestra guarida, mientras nos desplazábamos de Albrook a Diablo, contando los tanques, camiones de diez ruedas repletos de soldados, helicópteros, vehículos artillados y decenas Humvee o HMMWV. Todos los sentimientos de temor, preocupación y deseos de informar al mundo como corresponsables de prensa extranjera nos invadieron y creo que por las circunstancias propias de esos días fuimos los primeros en informar al mundo: “comenzó la invasión de Estados Unidos a Panamá”. Dos radios portátiles nos permitían escuchar los llamados a la resistencia desde la Radio Nacional, entonces la voz oficial del Estado y a través de una emisora clandestina cuya voz era el periodista y exalcalde, Bosco Ricardo Vallarino.

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En la emisora clandestina, que operaba en la sede del Ejército Sur de los Estados Unidos de América en Clayton (hoy Ciudad del Saber), en medio de los bombazos de la fuerza aérea norteamericana en el aeropuerto de Tocumen, Panamá Viejo, el cuartel central en El Chorrillo, Río Hato y varios cuarteles en la provincia de Colón, tomaron posesión como presidente Guillermo Endara Gallimany y como vicepresidentes Ricardo Arias Calderón y Guillermo Ford Boyd. Endara había ganado las elecciones de mayo de ese año, pero los militares las habían anulado. El tiempo pasó rápido esa madrugada. No había comunicación celular, pero ese día logramos armar una red de testigos en El Chorrillo, Santa Ana y el resto de la capital para ir monitoreando la guerra.


Al día siguiente, sin poder salir de Diablo por los combates y tiroteos, fuimos sorprendidos por un contingente de soldados estadounidenses que ocupó la comunidad. No fuimos arrestados, pero sí interrogados hasta probar que éramos periodistas en medio del conflicto. Todos los civiles menores de 12 años fueron arrestados. Los soldados y un oficial de alto rango iban de casa en casa y se los llevaban con nombre y apellido previamente identificado. Nunca nos dimos cuenta de las proporciones de los acontecimientos, de los peligros a los que nos expusimos. Sólo queríamos informar hacia el exterior sin dejar fuera ningún detalle. Eloy falleció en el 2009 y a Lissete la vi hace siete años en un viaje a Zacatecas en México, ya como vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores. En agosto pasado me dijo que estaba en Panamá y las obligaciones no nos hicieron coincidir. Mi amigo Julio Olvera está en México. Tras la caída del General Noriega se fue a Perú y una semana en la nación andina, un atentado de un grupo terrorista lo sorprendió y le dio lata y noticias. Ese día hicimos lo que sabíamos, decirle al mundo que la era de Noriega llegaba a su fin, en medio de las bombas, las balas trazadoras que salían de los helicópteros Black Hawk y Apache que hacían añicos a un ejército diezmado por las divisiones, las protestas callejeras que habían estallado en 1987, un férreo bloqueo económico de Estados Unidos y una débil resistencia civil.

(1) Eloy Aguilar, periodista norteamericano nacido en el Valle de Río Grande en la frontera entre Texas y México, murió en el año 2009 a los 72 años de edad. Jubilado de AP era director de la agencia de noticias del diario El Universal. (2) Lissete Carrasco, quien estuvo casada con Eloy Aguilar hasta su muerte, es Secretaria de Prensa de la Embajada de Panamá en México, en la actualidad. (3) Julio Olvera es jefe del departamento de prensa de la secretaría del trabajo y previsión social de México, en la actualidad. * James Aparicio es director de los diarios Hora Cero y Metro Libre y editor del diario digital Enmayuscula

Fotos 1 y 2: Vista aérea y desde el piso del barrio de El Chorrillo, donde se encontraba el Cuartel Central de las Fuerzas de Defensa panameñas. Durante el bombardeo, el fuego se propagó rápidamente entre las viejas casas, algunas de madera, causando muerte y pánico entre la población civil. Foto 3: Manuel Antonio Noriega se entrega finalmente.

Vientos de democracia Con el fin de no dejar en acefalía al país, en la medianoche del 20 de diciembre, en la base militar de Fort Clayton tomaron posesión como presidente y vicepresidentes, Guiller­ mo Endara Gallimany, Ricardo Arias Calde­ rón y Guillermo Ford Boyd. Al día siguiente, fueron investidos por la Asamblea Legisla­ tiva según mandato constitucional. Como se expresó en el documento “Estatuto de Retor­ no inmediato a la plenitud del orden Cons­ titucional” expedido por el nuevo gobierno, la toma de posesión en una base militar norteamericana “se inspiró única y exclu­ sivamente, con el propósito que, ante el vacío de poder que habría de surgir como secuela de la mencionada acción militar, el pueblo panameño no careciera en esta hora crucial, de representantes legítimos que ejercieran inmediatamente su vocería y defendieran sus intereses con valentía y patriotismo”.

Pero no fue sino hasta el 27 de diciembre, cuando el Tribunal Electoral revocó la anulación de las elecciones celebradas el 7 de mayo. Recién entonces proclamó el triunfo oficial de la ADO Civilista.

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OPINIÓN

Periodismo investigativo y modernización del Estado Nivia Rossana Castrellón

L

os panameños asociamos a Teodoro Roosevelt con la famosa frase “I took Panama”, que hace referencia a cómo influyó en la decisión de que el país se convirtiera en la ruta escogida para construir la vía interoceánica, de la que, por supuesto, parte la concepción del Panamá independiente, ante una Colombia poca cooperadora en aprobar en su Senado, el Tratado Herrán­Hay. Poco se sabe en el país de su importante contribución a la formación de la opinión ciudadana, para promover la modernización del Estado norteamericano, a través del periodismo investigativo. En la era de los grandes magnates norteamericanos como los Rockefeller, los Vanderbilt y los Morgan, aún un hombre que naciera en cuna de oro como lo fue Roosevelt, consideraba que se rebasaban los límites de la ética empresarial, cuando se provocaba que sus competidores quebraran al no tener acceso a un medio de transporte para su mercancía, como fue el famoso caso de los pequeños productores de petróleo versus Rockefeller, quien en asocio con los dueños de ferro­ carriles, imposibilitaban que transportaran su producto de manera rentable, trayendo como terrible consecuen­ cia que debían vender sus industrias, a Rockefeller. Había nacido la era del monopolio. Teodoro Roosevelt entendió de inmediato el peligro tras estas prácticas comerciales poco éticas y se dio a la tarea de formar opinión pública contando entre sus más importantes aliados un grupo de periodistas que inician en los albores del siglo XX, el periodismo investigativo. En particular, Ida Tarbell, quien en ese tiempo contribuía a la revista Mc Clure, es paradig­ mática en su época pues se le considera la creadora de una nueva forma de periodismo. Tarbell se dedicó a investigar las prácticas monopolísticas de la Standard Oil Company. Analizando miles de documentos y entrevistando a ejecutivos de la empresa, empleados,

competidores y oficiales del gobierno, pudo exponer prácticas que lesionaban no solamente a quienes se desempeñaban en el mismo campo de actividad productiva, sino al consumidor, quien tenía que pagar más como resultado de estas actividades. Teodoro Roosevelt se acerca al mundo del periodis­ mo con el propósito de coadyuvar a la formación de opinión pública, brindando a la ciudadanía informa­ ción que les ayudara a entender por qué ciertas prácticas eran inaceptables, particularmente en un mundo profundamente influido por la teoría económi­ ca del laissez faire. Su relación con estos periodistas trasciende los cánones de la época. Los convierte en amigos, asesores y una suerte de “kitchen cabinet” o caja de resonancia de sus propuestas y estrategias. Es así como inicia sus grandes batallas en contra de los monopolios en el transporte ferroviario y, por supuesto, su guerra con la Standard Oil Company, a través del Sherman Antitrust Law. Para Roosevelt, tratándose de un tema complejo y en contravía de las reglas de economía de mercado en boga entonces, había que fomentar un sentimiento público de repudio ante prácticas que afectaban el poder adquisitivo ciudadano y ponían en peligro la libre competencia. Las investigaciones de Ida Tarbell en lo referente a la industria petrolera así como las de periodistas como Lincoln Steffens y Ray Tannard Baker, fueron instrumentales en la modernización de las instituciones públicas norteamericanas y un excelente medio para hacer docencia colectiva en un país que requería de un despertar para transformar su institucionalidad. El periodismo investigativo serio y comprometido con una agenda enfocada a promover políticas públicas, tiene su génesis en la contribución de Ida Tarbell, reconocida como la madre del periodis­ mo investigativo en EE.UU.

“... Roosevelt entendió de inmediato el peligro tras estas prácticas comerciales poco éticas y se dio a la tarea de formar opinión pública contando entre sus más importantes aliados un grupo de periodistas que inician en los albores del siglo XX, el periodismo investigativo”.

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Expresión de Libertad Durante las protestas por las reformas al Código Penal del 2011, se pudo apreciar toda la fuerza beligerante de las mujeres periodistas. (Foto: La Prensa).

Mujeres y PERIODISTAS A inicios de los años 80 las mujeres empezaron a conquistar con éxito diversos campos laborales. En el caso del periodismo, visto desde sus orígenes como una carrera exclusiva de hombres, el advenimiento de tiempos modernos desde hace unas pocas décadas, ha generado que la presencia femenina en las redacciones haya ido en constante aumento, demostrando cada vez con mayor prestancia en sus labores calidad y mucho profesionalismo. Por Bárbara Bloise.

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SIN LUCHAS, NO HAY VICTORIAS: El papel de las mujeres periodistas en la defensa de los derechos individuales y profesionales siempre ha sido directo y beligerante, como apreciamos en esta fotografía donde son ellas quienes encabezan la marcha, en aquel entonces, buscando una reinvindicación a la libertad de expresión, luego que el diario La Prensa, junto a otros más, fueran cerrados por el gobierno dictatorial que tenía como líder al general Manuel Antonio Noriega. (Foto: La Prensa).

F

ui presidenta del Colegio Nacional de Periodistas en diferentes periodos (1992­1994­ 2000­2002). Eran épocas muy difíciles de la transición de la democracia (1992) donde había que revalorar el periodismo y enfocarlo nuevamente en poder establecer cual eran nuestros intereses como gremio, luchar por el tema del profesionalismo, elevar la condición del periodista, pues en ese momento acababámos de salir de una confrontación interinstitu­ cional maquinada por el pasado gobierno militar y que retrasó el avance del periodismo porque hubo una división gremial. Esa fue la primera tarea que nos encomendamos en el Conape: caracterizarnos por la unidad del gremio, estableciendo una agenda en común con el Sindicato de Periodistas de Panamá (SPP), quienes nos cedieron una de sus sedes para que tuviéramos un local provi­ sional que nos diera presencia institucional. Eso facilitó mucho el trabajo que tuvimos que realizar

durante este tiempo, pues logramos establecer también el debate nacional sobre la profesionalización del periodismo y la ley que regulaba la profesión, en tiempos en que los gobiernos estaban decididos a no apoyar la parte de profesionalización que para nosotros era la única manera de obtener la independencia. Fueron tiempos muy difíciles, de mucha confrontación, pero fue bueno porque logramos darle institucionalidad al Colegio Nacional de Periodistas logrando la inscripción de más de 500 miembros a nivel nacional, hicimos encuentros con colegas en toda la República, a manera de preámbulo para lo que fue la formación los Capítulos en el interior, creamos y conseguimos con la UNESCO que se nos diera un fondo para hacer un diplomado UNESCO ­ CONAPE que fue muy interesante porque logramos a formar a colegas en diferentes áreas del saber, además de eso nuestro vínculo con el gobierno de Guillermo Endara Gallimany fue muy de mucho respeto.

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Expresión de Libertad

Las colegas Bárbara Bloise y Carmen Elida Contreras, junto al presidente Endara, durante una reunión donde se solicitó la revisión de los casos de calumnia e injuria. (Foto: La Prensa).

Nuestra época nuestra se caracterizó porque convo­ camos a todas las instituciones, a todas las instancias del gobierno y el órgano judicial, ejecutivo y legislati­ vo, logrando consensos y acuerdos que ubicaron al Conape en su mejor momento. No había actividad que organizáramos que no contará con la asistencia y pres­ encia de las personalidades más destacadas de todos los sectores de Panamá, siempre dejando en claro que todos podían contar con el Colegio en la medida que la agenda estuviese basada en la ética y los valores. Nunca aceptamos que se metieran con el gremio o que afectaran a uno de los colegas. El Colegio fue muy combativo y estuvo en todo momento al pie del cañón, porque en democracia las

presiones eran menos directas, sin embargo, éramos concientes que en una democracia hay que respetar mucho la libertad de expresión. Ese proceso lo viví como presidenta durante los gobiernos del presidente Guillermo Endara, del presidente Ernesto Pérez Balladares y de Mireya Moscoso; me tocaron tres presidentes y eso fue una experiencia de verdad intere­ sante, lo otro es que logramos el reconocimiento y el establecimiento de los premios de prensa pues en ese momento no había un reconocimiento como tal. Después luego eso lo retomaría todo el gremio. pero nosotros fuimos los iniciadores de lo que fueron los premios de prensa, el Certamen Nacional de Periodismo, hicimos dos o tres versiones de ese premio así como la celebración del Día del Periodista con todos los gremios, logrando la unidad entre el Sindicato y el Colegio. Ese ha sido mi humilde aporte, caractericé cada uno de mis periodos por la unidad, la coherencia de un solo uso a favor de los periodistas, la lucha por el mejo­ ramientos de las condiciones laborales y el solicitarle a los gobiernos de turno el respeto mutuo, la revisión objetiva y veraz de cada caso de calumnia e injuria, entre otros. Fue uno de los periodos más productivos en cuanto al adecentamiento del gremio y de las insti­ tuciones, lo que permitió que los medios de comuni­ cación pudieran posesionarse como reales represen­ tantes de la verdad sincera y objetiva.

“La Dama de la prensa” Ha ejercido el periodismo por 30 años en la radio, la tele­ visión, la prensa escrita y en medios electrónicos. Egresada de Periodismo en la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de Panamá (1990). Desde el año 2000 es cate­ drática de la Universidad Latina de Panamá. Posee una Maestría en Publicidad y Mercadeo con énfasis en creatividad.(2004) Egresada de la Maestría en Perio­ dismo Investigativo y Digital. Mayor índice académico de la Promoción de Graduandos de la Universidad Latina de Panamá (2009). Estudiante de la Maestría en Docencia Superior de la Universidad Latina de Panamá (2010). Directora de Comunicación Estratégica de la Universidad Tecnológica de Panamá.

Arriba: El profesor Santamaría Llamas, dialogando con la estudiante del último año, Bárbara Bloise. Abajo: Entrega de reconocimientos a ex presidentes del CONAPE: Franklin Bósquez, Ciro Ortega, Luis Alberto Díaz y Bárbara Bloise.

Ganadora del Premio Nacional de Prensa UNICEF cate­ goría Televisión (1994) y Joven sobresaliente en la categoría Liderazgo y logros académicos por la Cámara Junior de Panamá. Co autora del libro Mujer, Prensa y Poesía.

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Miembro de la Junta Nacional de Escrutinio en el 2004 para escoger el Presidente de la República de Panamá por el Tribunal Electoral. Primera suplente del Secretario. Ha sido Presidenta del Colegio Nacional de Periodistas. (1992­ 1994­2000­2002). Presidenta de la Asociación Panameña de Prensa Turística, Miembro de la Asociación Panameña de Prensa Turística, el Sindicato de Periodistas de Panamá y el Grupo Experimental de Cine Universitario (1984­1990). Ocupó el cargo de Directora de Comunicación del Ministerio de la Presidencia (2007­2009), de la Secretaria Nacional de la Discapacidad (2006) y la Universidad de Panamá (1994­2000). Directora de Noticias de SERTV.

(2004­2005), FETV (1995­2000) y directora del periódico La Universidad (2000­2004). Periodista de Telemetro Panamá (1990­1997), KW Continente (1982­ 1984) y el periódico Campus(1983­1990). Miembro del Grupo Experimental de Cine Universitario. (1982­ 1990).


OPINIÓN

Reinventarse y ser creativo Yesibel Bethancourt *

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ale de la universidad con el diploma bajo el brazo, lleno de ilusiones y dispuesto a aplicar en todos los medios porque la idea es adquirir experiencia. Con el pasar de los años, ejerce en la prensa escrita, radial y hasta la televi­ siva; incluso, llega a estar al frente de jefaturas o direcciones de comunicación. Hasta que un buen día se pregunta: ¿por qué no dedicar toda mi energía y entusiasmo para darle forma a un plan de vida? Es así como finalmente decide hacer, lo que sabe hacer y convertirse en emprendedor. Ahora bien, ¿cuáles son esos senderos tortuosos que debe evitar? Sin pretender ser erudita en el tema del emprendimiento, sino más bien sobre la base de experiencias personales les presento estas líneas. El primer paso ¡Sí que es el más difícil! Atreverse, pues en su cabeza automáticamente surge un conflicto entre dejar lo estable por algo incipiente. Hace falta llenarse de valor para decirle adiós a ese ingreso fijo mensual y aventurarse a buscar el primer cliente. Es probable que le abrume tan solo oír sobre patente, impresoras fiscales y declaración de renta. Por cier­ to, a través de Panamá Emprende en cuestión de minutos se puede obtener un Aviso de Operación. Sin alocarse Un consejo sano es medir bien sus pasos, es decir, inclínese por un negocio que no implique una inver­ sión inicial alta o cuyo retorno demore en ver. En palabras llanas, no vaya corriendo a alquilar un local en el Centro Comercial o Parque Empresarial más lujoso. ¿Qué tal si en lugar de una página web opta por anunciarse en Facebook?

Creación de redes Por ejemplo, si lo suyo es redactar y tiene amigos traductores, correctores de estilo y fotógrafos lo ideal sería desarrollar alianzas estratégicas que le permitan atender las demandas formando redes con ellos. Eso sí, a rodearse de los mejores; de gente como usted: profesional, responsable, entusiasta y comprometida. Tocando puertas Esto es de a poquito. Primero, dos o tres clientes bien atendidos quienes serán su mejor referencia. La publicidad de boca a boca no cuesta nada, pero sí que es efectiva. Otro elemento importante es rodearse de gente positiva. Ni siquiera escuche a ese yo interior que le dice no puede. A cuánta gente le dijeron “no podrás” y al final lograron descollar; desde Michael Jordan hasta Walt Disney…Que si hay personas que le desinformarán, que querrán robarle su idea, pues sí. Bien reza el refrán “hay de todo en la viña del Señor”. Lo interesante es que cada experiencia nos sirva y sacar de lo que parece malo un aprendizaje. A meterle ganas y actualizarse constantemente, ya que lo único que cae del cielo es la lluvia. Y la próxima vez que requiera una redactora de artículos para su revista, una Maestra de Ceremonia, alguien que le dé cobertura a su evento y escriba una nota de prensa o una voz para su reportaje, piense primero en YB Comunicaciones.

* Periodista y directora de YB Comunicaciones

“...un buen día se pregunta: ¿por qué no dedicar toda mi energía y entusiasmo para darle forma a un plan de vida”.

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Expresión de Libertad

7 de octubre de 2011: Periodistas protestan en las escalinatas de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), contra la opinión del entonces procurador suplente de la Nación, Giuseppe Bonissi, contra un fallo que condena a Justino González y Sabrina Bacal, de TVN Canal 2 a la inhabilitación del ejercicio de la comunicación social por un año. (Foto: La Prensa).

Cuarto PODER Junto a la iglesia católica, el periodismo es una de las organizaciones con mayor índice de credibilidad en Panamá. Y es el periodis‐ mo televisivo uno de los medios más directos y con mayor poder en el público, dada su disponibilidad y libre acceso. No en vano, muchas de las grandes campañas en la lucha por la libertad de expresión, se han robustecido gracias al apoyo de esta llamada “pantalla chica” que, con el paso del tiempo, se ha agrandado ante la injusticia, llevando siempre un mensaje claro y revelador. Por Hugo Enrique Famanía.

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Hugo Enrique Famanía, experimentado periodista, ha pasado mil y una experiencias con personalidades y políticos, en su incesante búsqueda de la verdad.


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odos tenemos una verdad que contar y debemos darle la oportunidad a todos de opinar sobre la verdad del otro. No hay una verdad por encima de ninguna otra y el hecho de que como ciudadanos tengamos la oportunidad de expresarnos y compartir ideas al respecto, resume lo que es la libertad de expre­ sión. Todos tenemos derecho a ella y sin ella la demo­ cracia sería una simple caricatura. La piedra angular de la democracia es pues la libertad de expresión. A lo largo de mis 26 años de ejercicio profesional he tenido el privilegio de contar con jefes de posturas viriles, de ideas muy claras y verticalmente democrá­ ticos, de aquellos que te dicen “oye, me están llaman­ do por ti”, pero solo te lo cuentan para que sepas por dónde va el asunto, nunca para decirte baja el tono o, el presidente está molesto. Solo te lo dicen para que tengas la información, al final la decisión es de uno, cada uno ejerce el periodismo que quiere practicar. Sin embargo, toda regla a la practica tiene su excep­ ción... me ha tocado trabajar en empresas, donde me dijeron “no toques a este, no te metas con aquel”. Sin mencionar sus nombres, solo debo agregar que obvia­ mente de esas empresas me he retirado: Donde laboro actualmente, me siento en completa libertad ejerciendo el periodismo, que fue para lo que me contrataron y es lo que ejerzo con total independencia. Por ello, considero que la tensión entre el periodis­ mo y el poder es una circunstancia natural y normal. Si no existiese tal situación, entonces estaríamos hacien­ do relaciones públicas; el periodista tiene que tener

claro cuál es su papel. Hace unos días ­por citar un ejemplo­, hubo un funcionario que utilizo términos poco propios con respecto a nuestro trabajo, por lo que algunos compañeros me decían no lo entrevistes más. Nada más ajeno a la ética del periodista: si solo entrevistamos a la gente que nos cae bien, estaríamos dejando de ser objetivos. Nuestro deber como periodista es, como funcionario público que es, seguir entrevistándolo y no perder la objetividad al momento de hacerlo. El papel que nos toca jugar dentro de la sociedad, es el de informar y orientar, así de sencillo. No es confrontar o pelear con nadie pues, a pesar de que no estemos de acuerdo con alguien, tenemos que darle la oportunidad de que diga su verdad. El hecho de que el profesional o el profesionalismo en un momento dado esté por encima del ser o de las emociones humanas, es algo que te da la templanza derivada por el tipo de vida que tienes y también los años de ejercicio, la respon­ sabilidad con la que estas llamado a trabajar. Tener la conciencia clara es el papel que jugamos. Un periodista no es el gobernante, o sea no gober­ namos desde un medio de comunicación, podemos orientar, pero las directrices de Estado las da el presidente de la República; si orientamos, es para que la sociedad tome sus decisiones. Yo quisiera que hubiésemos elegido diputados diferentes, pero el pueblo decide y eso es democracia. Por eso debe estar bien claro en cuál es nuestro papel para no perder el equilibrio en el intento, porque si lo perdemos, dejamos de ser periodistas.

Televisión “a la panameña” Aunque la mayoría reconoce el inicio de la televisión comercial en Panamá como el 14 de marzo de 1960, con la inauguración de RPC Televisión, dos años antes había dado inicio la señal de SCN (Southern Command Network) en Canal 8, para la Zona del Canal y dos meses antes de eso, los hermanos Arias habían lanzado una señal de prueba.

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on programaciones en vivo, uno de los primeros programas de RPC fue “En el parque”, escrito por Tony Fergo y con un elen­ co conformado por Néstor de Icaza, Zelideth Rosales, Dalila Aguilar, Ramón García de Paredes, Rafael Chatroux y Aurelio Paredes. Otro espacio se llamaría “Luneta reservada”, dirigido por Aurelio Paredes. Pero la magia de esta caja maravillosa tenía que llevar algo más que risas y diversión. Así, nacieron los noticieros que, al comienzo, eran locales y tocaban aspectos más que nada sociales (reuniones de orga­ nizaciones y bailes sociales), por lo que tendrían que pasar dos años para que la fuerza de la competencia le inyectara dinámica a los programas informativos.

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Cuando fue inaugurada Televisora Nacional, Canal 2, el 23 de abril de 1962, Mario Velásquez, quien había trabajado en RPC, fue nombrado director de noticias y subgerente del nuevo canal, dándole experiencia al periodismo televisivo, que contaba con un locutor en cámaras, y luego imágenes en rollos de película de 16 milímetros. Las informaciones internacionales, llegaban a la sala de redacción por los teletipos. Entre 1963 y 1964 llegaron los primeros equipos de video tape, utilizados en el estudio, pues su diseño no era para trabajo de calle; instalar los equipos fuera de los estudios resultaba altamente costoso y complicado, ya que eran cassetes enormes de dos pulgadas de ancho que se transportaban en carretillas.

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Expresión de Libertad

No pasaría mucho tiempo para que en 1963 se hiciera la primera telenovela nacional: “La esquina del infier­ no”, con la participación Anita Villaláz, Blanquita Amaro, Mireya Uribe, Antonio Bernal y Armando Roblán.

de la semana”, fue un espacio de 15 minutos dedicado al acontecer político. Velásquez trasladó consigo su programa “Foro de opinión pública” a Televisora Nacional en 1962 y allí se mantuvo por seis años en el aire hasta el golpe militar de 1968.

Ambos canales (RPC y TVN), tenían orquestas de planta con músicos que acompañaban a los más importantes artistas de la época, en shows que se presentaban y que lanzaron a la fama, entre otros, a Silvia De Grass, Armando Roblán, Rolando Barral y Blanquita Amaro.

La llegada de información a través de satélites se concretó en 1969 con la llegada del hombre a la luna. Para tan magno evento, se hizo un pool internacional para la transmisión, donde todos los países de Centroamérica se unieron. En ese entonces Panamá era el único país del área que contaba con una estación satelital terrena. La señal se recibió acá vía satélite desde Houston y Cabo Cañaveral, se transmitió para los canales 4 y 2 y se distribuyó a los países vecinos a través de cables coaxiales. Luego vendrían las transmisiones boxísticas y los Miss Universo.

Los anuncios comerciales, también se hacían en vivo, por lo que si uno se equivocaba, era inevitable y, si se equivocaba mucho, no volvían a llamarlo. Algunos recuerdan la cantidad de cigarrillos que durante un tiempo tuvo que fumar Harry Iglesias para los comerciales promocionales de Chesterfield. En el área de noticias las filmaciones en formato de cine se mantendrían por algunos años, pues los equipos eran más fáciles de transportar. La prueba de fuego fue durante los eventos ocurridos el 9 de enero de 1964, donde todas las imágenes recogidas durante las jornadas de protesta y posteriores disturbios fueron filmaciones en cine. El primer programa de opinión fue de RPC y se llamó “Ante la prensa”. El primer programa de debates tam­ bién fue de RPC y se llamó “Foro de opinión pública” y su moderador era Mario Velásquez. “El comentario

Con la implementación del sistema de video tape (cintas más livianas en cassettes de ¾ de pulgada), más series extranjeras y telenovelas llegan a las pantallas de televisión, pero aún se mantenían algunos memorables espacios en vivo. Entre ellos, “El dos busca uno”, uno de los favoritos de Televisora Nacional Canal 2, y “Sábados con Martínez Blanco”, programa familiar que incluía entrevistas y juegos. El color llegó a las pantallas panameñas a mediados de los setenta sentando una gran diferencia tanto en la programación local como extranjera, cambiando para siempre la forma de ver televisión en Panamá y el mundo.

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Foto 1 (Pág. 35): Los hermanos Carlos y Fernando Eleta Almarán durante la inauguración de la señal de RPC Televisión. Foto 2: “Sábados con Martínez Blanco”, se convirtió en todo un ícono de la TV nacional. Foto 3: Los actores panameños Aurelio Paredes, mejor conocido como “Ponche Crema” y Zelideth Rosales. Foto 4: Néstor De Icaza “Juan Carrete” y su carnal el “Negrito Kilroy”.

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Expresión de Libertad

El más grande: Roberto “Mano de Piedra” Durán, se transformó de un arrollador titular peso ligero a un ducho campeón peso mediano. En el camino ganó muchísimas peleas, perdió unas cuantas y se enfrentó a todos, sin miedo alguno.

Entre el deporte y el comentario Juan Carlos Tapia ha estado ligado al deporte desde que era pequeño. Su padre, juez de boxeo. siempre lo llevaba para que le cargara la maleta. Hoy, es no solo uno de los más renombrados comentaristas de box en América Latina, sino el referente obligado de honestidad y transparencia, líder de opinión sobre temas de política y el devenir cotidiano del país. Por ello, quisimos saber un poco más de su trayectoria profesional de casi 40 años, así como lo que significa para él la libertad de expresión. Entrevista de Guillermo Dávila.

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¿

Cómo nació su pasión por el boxeo? “Mi padre era el timekeeper oficial de la comisión del boxeo, él era el que llevaba el tiem­ po. Empecé mi primer trabajo cargándole la maleta y así me hice fan del boxeo antes de cumplir la mayoría de edad, o sea a los 20 años, en esos tiempos se cumplía la mayoría de edad a los 21. Entonces, tengo conocimientos del boxeo desde que tenía los 7 años”. ¿Ha tenido a algún comentarista deportivo como ejemplo a seguir? “Siempre traté de sacar lo mejor de cada uno de los comentaristas deportivos que me antecedieron. Puedes ver en mis narraciones expresiones de Chelo González, de Arquímedes Fernández, de Tommy Cupas. Por ejemplo, las “piernas de trapo”, la gente piensa que es mío y no señor, es de Chelo González, quien murió hace muchos años; el “depósito de los comestibles” es de Arquímedes Fernández; “es un bulto”, de Tommy Cupas. Yo los agrupé y le metí otra salsa quizás más contemporánea, por ejemplo “ganarle a este boxeador es más difícil que ponerle calzoncillo a un pulpo”. Entonces, son cosas que en un deporte tan rudo, tan serio como el boxeo, relajan. Mi hijo Juan Carlos, tam­ bién utiliza mucho este tipo de cosas propias de él, por ejemplo “está recibiendo más guantes que tinaco de hospital”; son estos folklorismos donde cada uno le imprime su propia personalidad. Lo peor que puedes hacer es tratar de imitar a alguien. Es mejor coger lo bueno de lo que se dice y hacerlo a tu propio estilo”. ¿El periodismo deportivo en Panamá ha ido a la par de los cambios en el mundo? “Yo diría que el periodismo deportivo es el que más avance ha tenido de todos. Hoy en día nosotros hace­ mos una transmisión de fútbol, de béisbol o de boxeo

igual como la hace el mejor país del mundo. Hemos tenido que ir avanzando y haciendo las cosas profesionalmente. Aquí en Panamá ves un partido de béisbol narrado desde el lugar, como un partido de futbol con la misma señal, porque la señal que reciben los grandes países, Panamá la recibe”. ¿Considera que su trabajo ha aportado al enrique­ cimiento del periodismo en general? “Cuando la gente me encuentra, lo que menos me pre­ gunta ya es sobre boxeo. Me preguntan, ¿qué opinas tu del caso Moncada Luna?, o del caso que esté de moda en ese momento políticamente. Pero si, considero que he contribuído a la profesión, y te voy a dar dos ejem­ plos contundentes: Panamá es el país número 1 de los que menos fuman en América Latina y es también el número 1 de los países que usan más el cinturón de seguridad. Esas fueron dos campañas organizadas por mi persona y mi programa”. ¿En algún momento separará Lo mejor del boxeo del segmento político? “El programa nació así, es único en el mundo, no existe un programa que la primera parte sea política y la segunda boxeo, ya eso es parte de la cultura del panameño. Si yo me retiro de los comentarios políti­ cos, sería solamente programa de boxeo y ya lo hemos institucionalizado de la forma en que lo ves y le gusta a la gente. Me seguirán mis hijos y si Dios nos favorece, después mis nietos. Ahora tengo un nieto de 28 años que está trabajando conmigo. Así que Panamá es un país boxístico, mientras exista el interés por el boxeo, vamos a seguir con uno de los programas que ha sido catalogado como el más antiguo del mundo y, según muchos, el mejor programa de boxeo del mundo”.

CÍRCULO DE PERIODISTAS DEPORTIVOS: En 1970, el periodista Hernán Botello, presidió el círculo de periodistas deportivos (CPDP). La foto recoge el acto de toma de posesión, en la que se aprecia a la directiva. De izq. a der.: Toñito de Sedas, José Tomás “Chamongo” Domínguez, Euclides Corro, Basilio Martínez, Hernán Botello, Tommy Cupas, Alfredo Franceshi y Enzo Espino. TRÍO DE ASES: El licenciado Arturo L. “Chelo” González, Arquímedes (Fat) Fernández y Diógenes Rafael (Johnny) Tapia fueron periodistas meritorios y de larga trayectoria. “Chelo” González fue jefe de las planas deportivas de los diarios Crítica y La Nación, excelente jugador de baloncesto, narrador deportivo y alto ejecutivo de la Caja de Seguro Social. Arquímedes “Fat” Fernández fue director del diario La Hora, columnista y narrador deportivo. Fue el único que describió un juego de béisbol sin pronunciar una pa­ labra en inglés durante la octava serie del Caribe en un partido entre Cuba y Venezuela. “Palele” Tapia fue jefe de la página deportiva de El Matutino y estuvo en varios perió­ dicos de la localidad. Fue jefe de Relaciones Públicas del Hipódromo Presidente Remón. LOS MEJORES EN DEPORTES: Arturo L. González, junto a Francisco (Papi) Méndez, quien se dedicó al periodismo especializado en boxeo. Fue corresponsal de varias revistas de Colombia, México y Ecuador. Fue cronista también en la radio y asistió a varias funciones en el extranjero. Se le homenajeó varias veces. Finalmente el profesor “Macumé” Argote fue el ingeniero del Hipódromo Presidente Remón y Director del colegio Artes y Oficios Melchor Lasso de la Vega. Fue Jefe de la sección deportiva del diario La Hora y columnista de seis periódicos.

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Expresión de Libertad

¿Cuál ha sido para usted el mejor comentarista deportivo? “No me considero un comentarista deportivo, en todo caso soy comentarista boxístico, la especialidad es lo que hace la excelencia, no creo en los todólogos. Tú eres bueno para beisbol, bueno para el futbol, etc. Acá hay muy buenos y cada uno en su especialidad. Pero en boxeo, para mí el gran maestro fue Arquimedes “Fat” Fernández. No quiere decir que los demás no sean buenos, pero él era único. Un día hizo una apuesta: narrar un partido de béisbol sin usar una sola palabra en inglés; imagínate no iba a usar “out”, no iba a usar “fly”, no iba a usar “strike” y lo narró sin un solo anglicismo, ése era el gran maestro Arquimedes Fernández. No quiero dejar de reconocer a Tommy Cupas, a Chelo González, a los Samudio, a muchos. Daniel Alonso para mí es el mejor comentarista de boxeo, que probablemente ha tenido Panamá, en toda la historia, porque Arquimedes era completo, narraba boxeo, béisbol, etc, pero Daniel es un especializado en boxeo”. Con la larga trayectoria que tiene, y ahora como comentarista político ¿qué es para Juan Carlos Tapia la libertad de expresión? “Es la capacidad, el privilegio o derecho que tenemos todos los humanos de expresar lo que sentimos, siempre que esa expresión esté marcada en el respeto y las reglas de esencia. Durante toda mi carrera, me pasó

Leyendas del deporte De Adán Gordón hasta Mariano Rivera, el deporte panameño ha dejado su huella en el mundo. Son Figuras que con sus actuaciones de alguna u otra man­ era han ubicado a Panamá en la cúspide deportiva internacional. El país de apenas 75 mil 517 kilómetros cuadrados de extensión territorial y que de acuerdo con el censo de población de 2010 cuenta con cerca de 3.5 millones de habitantes, tiene sus leyendas que le han dado una fama envidiable. Esa categoría de leyenda tra­ sciende más allá de hablar del Canal, el sector financiero o el turismo. Durante las últimas cuatro décadas los nombres no hay quien lo logre; han sido el punto de referencia para hablar de la historia exitosa del deporte panameño. Laffit Pincay (Hípica).­ Fue un atleta que vino de menos a más. Una gran figura que logra irse a Estados Unidos y rompe los récords de los jinetes americano. Roberto Durán (Boxeo).­ Fue un monstruo, se enfrentó a los mejores de su época. Rod Carew (Béisbol).­ De la etnia negra, habiendo naci­ do en un tren, llegó a las Grandes Ligas para ganar siete títulos de bateo.

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Personajes: Laffit Pincay Jr. (Foto), Roberto Durán, Rod Carew (Foto), figuras del deporte panameño que han estampado su huella en el firmamento mundial.

un solo caso donde fue cercenada mi libertad de expresión: fue hace años en RPC Televisión. Critiqué a un Ministro de Trabajo sobre unos contratos o problemas sindicales y el gerente encargado en ese momento sintió que eso le podía traer repercusiones a la televisora y paró el programa, lo interrumpió y lo adelantó hasta la parte del boxeo (como todos saben mi programa es pregrabado). Eso motivó que terminara con ellos. A la semana siguiente estaba en Canal 2 pero, lo que son las cosas, posteriormente Canal 4 y Canal 13 se unen en una gran empresa formando Corporación Medcom y Nicolás González Revilla me llamó. Ahora, tengo un contrato donde soy absoluta­ mente responsable de lo que digo y hay una cláusula donde yo indemnizo al Canal de causar algún proble­ ma con alguno de mis comentarios”. ¿Se ha arrepentido de algún comentario que haya hecho? “Considero que me he equivocado en algunas oca­ siones pero no, no me arrepiento, he cometido errores en ciertos comentarios y he tenido el valor de pedir disculpas. Los días jueves trato de buscar los temas que el público y la ciudadanía quiere que comente o aclare, porque también el comunicador social debe ser un docente. Entonces trato de prepararme; creo que el tiempo que más dedico de los comentarios es a mi preparación y buscar las cosas para saber que estoy diciendo lo correcto”.


Oriundo de Puerto Caimito, La Chorrera, Panamá (1969) jugó 18 temporadas en las Grandes Ligas de Béisbol (MLB) para los Yankees de Nueva York. Apodado “Switch off” (Apaga y vámonos), Mariano Rivera fue un lanzador de relevo en la mayor parte de su carrera, y desde 1997, fue el “cerrador” de los Yankees. El domingo 22 de septiembre de 2013 se retiró. Ha sido12 veces All­Star y obtuvo cinco Series Mundiales, siendo campeón en juegos salvados en 1999­2001­2004 y en juegos terminados en 2004. Es el mejor cerrador de todos los tiempos.

¿Considera que en Panamá hay un periodismo libre, o se confunde la libertad con el libertinaje? “En todos los países se tiende a confundir la libertad con el libertinaje. Panamá es un país de absoluta liber­ tad de expresión, lo he dicho miles de veces, sino no pudiera estar comentando lo que comento. En otros países, a los tres días amanezco muerto. En Panamá hay esa libertad de opinión y de expresión, por eso digo, siempre que sea enmarcado en el respeto, en la imparcialidad, porque si hay un error que cometemos ­y fíjate que me incluyo­, es que a veces queremos juzgar más que opinar o más que señalar, queremos juzgar. Yo creo que el pueblo puede juzgar por si mismo y especialmente si son políticos, porque es el pueblo quien puede decir si los engañaron o no, pero un periodista no debe hacerlo, el periodista debe denunciar y/o censurar, pero no condenar”.

¿Cómo le gustaría que lo recuerden? “Como un buen padre. Y segundo, como una persona que en su paso dejó algo positivo en la vida. Tomé una decisión hace varios años de alejarme del boxeo paulatinamente mientras mi equipo, mi hijo Juan Carlos, mi yerno Oscar y Daniel Alonso pudieran consolidarse como el mejor grupo de comentaristas de boxeo, y lo han logrado; la prueba está en que cuando las peleas no las transmitimos nosotros y las tienen que escuchar en locuciones de otros comentaristas, la gente extraña el conocimiento que tienen, porque no es la bonita voz, es el conocimiento lo que te hace orientar al televidente. Ahora en enero, cumpliendo los 40 años en televisión, he decidido que me voy del boxeo y me dedico a los comentarios políticos y que Dios me siga dando la inteligencia para saber y decir ‘Sabes que? Hasta aquí llegué, ya no más’”.

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“El Cañonero de Domplín”: Andrés Vega y su equipo de trabajo con el que llega de lunes a viernes por KW Continente.

Días de RADIO En 1933 cuatro jóvenes iniciaron en un vetusto edificio la primera emisión de Radio Experimental. Con el paso del tiempo, la radiodifusión fue destacando cada vez más, a través de grandes profesionales que supieron dejar su marca indeleble tras los micrófonos. Andrés Vega “Domplín”, es uno de sus más fieles representantes, con 43 años dedicados a alegrar cada mañana de sus miles de seguidores. Su historia, al igual que la de la radio, es única.

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Fernando Jolly, Félix Álvarez; Emérito Núñez y Enrique Paniza con Pantaleón Henríquez Bernal, Jorge Carrasco y Víctor Martínez Blanco, quienes eran parte del Comité Organizador por los 25 años de la primera radio panameña.


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n el año 1931, buscaron al técnico Fernando Jolly para que instalara unos transmisores de la Tropical Radio que tenía sus oficinas al lado de donde antes quedaba la antigua estación de ferrocarril en la Plaza 5 de Mayo. Como en esos tiempos los únicos que tenían emisoras en Panamá eran los norteamericanos y que las mismas operaban en la Zona del Canal, creyeron que los panameños no tenían noción sobre el particular, y le ordenaron que abrieran las cajas y sacaran su contenido. Cual no sería la sorpresa del gerente de la Tropical Radio que entonces era subsidiaria de la United Fruit Company, cuando se enteró que el transmisor de medio kilo estaba armado. Al indagar se pudo percatar que Jolly era quien lo había armado con varios ayudantes. Allí nació la idea de instalar la primera emisora panameña. De allí en adelante se pusieron a trabajar juntos Fernando Jolly, Félix Álvarez, Emérito Núñez y Enrique Paniza en la idea de fundar la primera emiso­ ra de radio netamente panameña. Primero recelosos, hicieron varias consultas a Jaime Jácome padre, quien entonces era uno de los gerentes de la United Fruit Company, y éste les hizo saber que él no creía que había ningún inconveniente, ya que no había ley que lo prohibiera, pero que iba a hacer las consultas al doctor Harmodio Arias M., asesor legal de la compañía. Luego de una opinión del doctor Arias, los pioneros de la radio panameña pusieron manos a la obra, y en el año de 1933 salieron por primera vez al aire. ENAMORADO DE LA RADIO A los 27 años, Andrés Vega no tenía experiencia en radio y trabajaba como gerente de mercadeo y ventas de la Compañía Internacional de Ventas, posición que le permitía asistir a eventos y actividades sociales. Fue 1

así que en 1970 su amigo Erich Rodríguez Auerbach lo invita a la inauguración de una radioemisora (Radio La Exitosa) que tenía como principal atracción a Néstor de Icaza, el famoso “Juan Carrete”. Inmediatamente nació una amistad entre ambos, así como la curiosidad del joven Andrés por los micrófonos, por lo que acudía regularmente al programa radial. “Llegué un día hablando como chombo y él (Juan Carrete), me preguntó si podía leer noticias así y le dije que sí”, recuerda Vega. “Comenzamos a buscar un nombre que tuviera afinidad con el personaje. Salieron varios nombres, pero al final nos decidimos por Domplín, que es una masa de harina con picadillo”. RADIO TEMBLEQUE “Mi afán y el de mis compañeros no era hacernos ricos con la radio comercial, sino que nuestro país tuviera sus propias emisoras radiales”, manifestó en su oportu­ nidad don Fernando Jolly, y fue así que 1933, a pesar de las protestas del gobierno norteamericano, fundaron en Panamá la primera emisora que se llamó Radio Experimental, que entonces estaba ubicada en la calle que llevaba el nombre de Calle Balboa y ahora se conoce como Calle Veraguas. Dicha emisora fue inaugurada por el entonces presidente de la República don Florencio Harmodio Arosemena (q.e.p.d.). La emisora fundada por los cuatro visionarios, llevaba las siglas que les había asignado el entonces Inspector Técnico de Radiocomunicaciones, Richard Decker Prescott, y se hizo en forma experimental. Como estaba ubicada en una casa construída a base de madera y sus instalaciones no eran fijas, cuando se pisaba muy fuerte, los resortes y alambres del transmisor se movían, y de allí que el público en general la bautizó con el nombre de Radio Tembleque.

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Foto 1: Radio Experimental estaba en una casa construída a base de madera con endebles instalaciones que, al pisar muy fuerte, hacía que los resortes y alambres del transmisor se movíeran, de allí que la rebautizaran como Radio Tembleque. Foto 2: No es hasta 1956 que nace Radio Programas Continental, nombre que, al ser demasiado largo se acorta a RPC. Foto 3: Con “El Cañonero de Domplín”, Andrés Vega se convirtió en el comentarista radial más escuchado en Panamá por casi tres décadas.

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Estos fueron los primeros en la radio: • Emisora panameña: Radio Experimental Tembleque, HPJ5. • Sistema de difusión: Servicio público de Radio (La Voz de Panamá). • Emisora con licencia oficial: Radio Miramar. • Emisora del interior: La Voz del Interior, Aguadulce, provincia de Coclé. • Emisora más antigua del interior: Radio Provincias. • Locutor más antiguo: Manolo Castillo. • Técnicos de radio: Fernando Jolly, Enrique Paniza, Félix Alvarez y Emérito Núñez. • Cantadera que se transmitió por radio: Antonio Díaz y Rodrigo Rodríguez por HOQ.

NACE “EL CAÑONERO” Para 1972 la fama y popularidad de Juan Carrete era tal que se anima a ingresar a política, lo que propicia que vaya a Radio Musical, mientras que Domplín se quedó en La Exitosa, sin saber que ése mismo año, crearía uno de los programas radiales más oídos y sintoniza­ dos de la historia radial en Panamá, llamado inicial­ mente “El General de 72” para luego transformarse en “El Cañonero de Domplín”, espacio que tenía noticias, comentarios políticos y humor. El programa arrancó con él y Rony Sierra, un actor que había destacado en el teatro, las radionovelas y la grabación de cuñas comerciales. También participó durante algunas semanas don Víctor Martínez Blanco. A los ocho meses de iniciado el programa, un joven docente llegó al programa con un comunicado de la Asociación de Maestros y Profesores, esperanzado de que “Domplín” lo anunciaría al aire, pero el destino ya había tomado una decisión. “Le pregunté quién había redactado el comunicado, y me dijo que él. Me lo llevé a desayunar y le pedí que se incorporara al programa”, nos cuenta Andrés Vega. Ese joven ­que trabajaba como profesor en tres turnos y en tres escuelas distintas­ se llamaba José Zamora y, al poco tiempo de incorporarse a la radio, renunció a su trabajo para dedicarse de lleno al programa. El equipo de “El Cañonero” estaba comple­ to; eran el trío preferido de comentaristas que informa­ ban y alegraban las mañanas en Panamá.

• Narrador del viaje a la luna: Ramón Levy, por La Voz de América. • Programa típico panameño: Sancocho Panameño en La Voz del Pueblo. • Animador típico en emisoras: Leonidas Retally. • Transmisión de desfile patriótico: Gonzalo Tuñón Díaz. • Emisora deportiva: Onda Popular. • Cuadro escénico: Radio Teatro Estrella de Panamá. • Programa radial infantil: Tía Licha por Radio Independiente. • Programa de aficionados: Cazando Estrellas por Víctor Julio en la Voz de Panamá. • Sorteo de la Lotería Nacional: Víctor Julio por la Voz de Panamá.

“La idea era hablar como un chombo que quiere utilizar palabras sofisticadas y las enreda, hasta que el profesor (Pepe Zamora) las explicaba de forma didác­ tica para enseñarle a la gente con humor y sin burlarse de nadie”, explica. CIERRE E IRONÍA DEL DESTINO Una vez salió al aire la primera emisora panameña, el gobierno de los Estados Unidos alzó su voz de protes­ ta contra la misma ante los personeros del gobierno de Panamá, y éstos sin ninguna dilación, por intermedio del ministro de Gobierno y Justicia de esa época, doc­ tor Galileo Solís, procedieron a cerrar la misma, ya que los norteamericanos se autoproclamaban los dueños de las frecuencias radiales. Pero los pioneros de la radio panameña siguieron operando su emisora en forma clandestina, cosa que provocó que la policía, entonces bajo el mando de Aurelio Guardia, los cerrara a la fuerza, cosa que causó una ola de protestas de parte de la ciudadanía en general, ya que consideraban que la medida tomada por el gobierno nacional era arbitraria.

Como ironía del destino, la emisora que enviara a clausurar el ministro Solís, estando cerrada prestó un gran servicio cuando por esos tiempos, el doctor Solís viajó en avioneta y la misma arborizó por los lados de la provincia de Darién. Como no se sabía de su paradero, los pioneros de la radio dieron por sus ondas herzianas la voz de alarma con el fin de que se localizara al funcionario.

“La radio era el medio de comunicación por excelencia en ésa época, no había lugar donde alguien no lo tuviese. Esa era una gran ventaja, sumado a que la televisión por ese entonces aún estaba en pañales”.

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Su programa, es parte ya de la historia de la radiodifusión en Panamá. Aunque son otros tiempos, donde la TV y los reallitys dominan los ratings, sin embargo, Domplín ha sabido mantenerse al frente capturando la sintonía de numerosos radioescuchas.

BUENAS Y MALAS ÉPOCAS Catapultado como el programa más sintonizado en todo Panamá desde que se emitió por Radio La Exitosa, para 1983 Andrés Vega ya estaba listo para dar el gran salto: su propia radioemisora. Fue en Radio BB Stereo (Calle 17 y Avenida Cuba) que siguió su época de oro hasta el 20 diciembre de 1989, cuando se pro­ duce la invasión estadounidense… después de eso, nada fue igual. “Fue una experiencia muy dolorosa, en lo personal y lo económico. Nos quemaron todos los transmisores y nos desbarataron la emisora”, recuerda. El segundo golpe fue la muerte de Pepe Zamora en un accidente de tránsito el 11 de junio de 1999. Cuatro años después, un infarto se llevaba a Rony Sierra. Habiendo logrado un escaño como legislador de la República, sin embargo, la salud de Andrés Vega comenzó a deteriorarse, por lo que tuvo que fue sometido a numerosas intervenciones quirúrgicas que lo mantuvieron entre la vida y la muerte. Para el inicio del nuevo siglo el elenco ya no era el mismo, al igual que los niveles de sintonía, lo que, unido a sus quebrantos de salud (fue operado de la columna y tuvo un broncoespasmo que lo mantuvo 23 días en coma). Por recomendaciones médicas, se ve obligado a vender la emisora, sin embargo, en el 2007, después de dos años de estar fuera del aire, Andrés Vega y su Cañonero volvieron, está vez a través de las ondas radiales de KW Continente.

Don Andrés nos comenta que el programa cumplirá 43 años de emitirse en el 2015. Fue durante 28 dorados años que sus chistes, los poemas y canciones de Pepe Zamora y el hablar acendrado de Rony Sierra al comentar las noticias, hicieron de “El Cañonero de Domplín”, el programa número uno de los panameños, caracterizado por su lenguaje popular y ése formato irreverente que lo hacía distinto a los demás, buscando simplemente mantener informada a la ciudadanía y hacerlos reir. “Soy un clásico de Azuero, mi abuela es herrerana y mi abuelo es santeño pero yo nací aquí en Panamá. Mi segundo apellido es Cedeño, pero más que todo me crié en la capital. ¿Un consejo? Hay que rescatar el periodismo informativo, el que dice la verdad comple­ ta y no a medias. Hoy en día los que están haciendo dinero en la radio son los DJs de reggae, ellos son los que mantienen la radio prendida. Si usted va a radios noticiosas como KW Continente, ve que hay progra­ mas de media hora porque no hay un mercado que respalde esa clase de periodismo”. Frases como “Santa María, líbrame de todo mal”; o el estribillo aquel de “el bochinche, el bochinche, Y se formó el bochinche, Por chismosa te van a matar”, aún transitan como un susurro en el set radial donde Andrés Vega se mantiene aún como el Capitán de esta fragata llena de comentarios, opiniones y mucho humor. Por que quién podría negarlo: hay Cañonero para rato.

RPC Radio, pionera de la radiodifusión El 5 de agosto de 1949 nació RPC Radio para ser parte de la historia. Ese día surgió un medio que serviría para mantener informados a los oyentes y cubrir toda una gama de eventos que van desde lo social y político, hasta lo más minucioso de lo deportivo y el entretenimiento.

Uno de sus pioneros y siempre recordado personaje en el inicio de la emisora fue el escritor cubano Alberto Arbezú. Dos años después de su nacimiento, RPC Radio vivía momentos de éxitos y gloria con sus radio novelas como “El Derecho de Nacer”.

Fue en 1949 cuando los hermanos Fernando y Carlos Eleta compran la emisora Radio Continental. En poco tiempo pasó a ser Radio Programas Continental, luego el Circuito RPC y hoy día RPC Radio. Siempre con las mismas siglas: RPC. Aquellos años iniciales fueron de aprendizaje. De trabajo extra, de buena voluntad inter­ nacional con apoyo de expertos de México y Cuba que gracias a su granito de arena, aportaron al crecimiento y solidez de la empresa radiodifusora.

Su cuadro escénico era de primera. Por allí pasaron también grandes periodistas y luego maestros de generaciones de comunicadores. Lo de ayer, fueron tiempos de gloria, esfuerzo y superación. RPC Radio ha sido líder en su ramo. Ha evolucionado de la mano del tiempo y esa ha sido su mayor virtud. Los tiempos modernos caminaron a su lado y hoy día sigue siendo aquella emisora nacida para liderar.

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Genios

del

H

R O UM

Ellos son los responsables de que cada mañana estemos a punto de morir... pero de la risa con sus ocurrencias. Ése apunte fino, ése enfoque agudo que hace que la política sea vista de otra forma, con personajes y glosas de contenido social, que los convierte en verdaderos maestros de la caricatura.

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Foto página 46: Delmiro Quiroga, además incursiona en la televisión, a través del programa humorístico “La Cáscara”. Foto: Félix, Benji y Peña Morán, alegran con su color y buen humor las páginas de los diarios La Estrella, Metro Libre y El Siglo. Juntos, están buscando una ley que honre anualmente y proteja legalmente a los caricaturistas.

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n los últimos años, nombres como el de Peña Morán, Joaquín, Wilfi, Rac, Lowi, Benji, Félix, Delmiro, Vic, Hilde o Jason Post han hecho de las caricaturas una referencia de la opinión pública a través de periódicos, revistas y la televisión. Todos ellos se consideran herederos del talento de Eudoro “Lolo” Silvera, dibujante que perteneció a la primera generación plástica del período republicano, famoso por las caricaturas que aparecían en La Hora, con enfoque crítico, mordaz e irónico hacia los protag­ onistas de la vida sociopolítica. En memoria de este artista panameño, están luchando por que se apruebe una ley para que todos los 7 de mayo (natalicio de Silvera), sea reconocido como el Día del Caricaturista. Pero veamos un poco más de cerca a cuatro de estos Genios del Humor. Delmiro Quiroga, inició dibujando en su época escolar. Allí uno de sus amigos habló con su papá que trabajaba en un diario y en menos de lo que pensaba, era caricaturista en el diario Ya, contribuyó con el sem­ anario de caricaturas El Camaleón y con una revista llamada Cáscara News, que le dió la oportunidad de trabajar luego en su versión televisiva en el que labora actualmente. Sus caricaturas se publican desde hace muchos años en el diario El Siglo. “Es una profesión que requiere más habilidad mental que talento artístico pues un caricaturista debe ser ante todo una persona con humor, ideales y que busque siempre el bien común”, nos dice. Félix Barrios (Félix), acaba de cumplir los 50 años de edad y dibuja profesionalmente desde hace 34 años, 31 de los cuales ha hecho en La Estrella de Panamá. “Tuvimos una época donde hacer una caricatura te podía hasta costar la vida”, recuerda. Hoy en día la

gente no va al trabajo sin ver el espacio de las carica­ turas en las diferentes televisoras. Fue demandado por la ex alcaldesa Mayín Correa por una caricatura que no le gustó (medio millón de dólares) pero fue más un problema político con el medio así que quedó allí. “La gente ha aprendido a ver las caricaturas como parte de la opinión pública, de la crítica, de la realidad, los muchachos hoy en día para comprender la caricatura ven las noticias, porque dicen ‘si no sabemos qué pasó, no podemos comprender las caricaturas’. Ese entusias­ mo es lo que nosotros queremos que siga creciendo”. Benjamin Samudio, o simplemente Benji, tiene 42 años de edad, 22 de los cuales ha dedicado a dibujar caricaturas. Empezó en el semanario El Camaleón. Para él, la presión de los políticos es algo que viene con el trabajo, como le ocurrió con Ana Mae Díaz de Endara, entonces primera dama. Actualmente trabaja en Metro Libre, y por lo gene­ral le gusta dibujar en las mañanas. Sin embargo, basta que salga una noticia de última hora y prácticamente su mente se conecta con la realidad y sale la creatividad. Fernando Peña Morán comenzó a trabajar carica­ turas en medios de comunicación en 1981 y ya tiene 34 de estar trabajando en medios, como Crítica, El Siglo, El Camaleón y actualmente La Estrella Panamá. Ha dictado charlas y clases en universidades y facultades de arquitectura para gente de diseño gráfico. “Me he dedicado a la caricatura que es un trabajo que me gusta porque lo disfruto. Como dato curioso, en todas sus caricaturas, desde 1982 aparece junto a su firma un ratón (aunque no tiene nombre oficial todos lo conocen como Peñín) que es un ícono para darle mayor desar­ rollo a la explicación de la caricatura, además de orien­ tarlo a la caricatura social criticando la basura, la situación de los autobuses, el chance casado,etc.

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Expresión de Libertad

DANDO PLOMO Las caricaturas de Joaquín, Peña Morán, Vic, Delmiro, Hilde, Rac, Félix y Benji, Wilfi, Lowi o Jason Post, reflejan ‐medio en broma, medio en serio‐, el sentir del panameño frente al acontecer nacional.

“El humor es una herramienta de poder. Nos proporciona una perspectiva diferente sobre nuestros problemas y una actitud de desapego y de control. Si eres capaz de reírte de algo, ¡ya le has ganado la partida!” Bill Cosby

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“La Ăşnica manera de sembrar la felicidad es compartirla con alguien. A fin de cuentas, todo es un chisteâ€?. Charles Chaplin

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OPINIÓN

Juan Abelardo Carles

Redes sociales, ilusiones vanas y analfabetismo funcional

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l dramaturgo y periodista panameño Winnie Sittón publicó en su muro de Facebook lo siguiente: “cada vez que un periodista panameño dice ‘estamos aquí en lo que es’, muere un duende en algún rincón de Nueva Zelanda”. Poco después, otra colega que atiende su muro bajo el pseudónimo de Dolores Flores, se valió de una conversación en la que pregunta­ ba a un joven colega al que corregía, porque no había cuestionado sobre esto o lo otro a su entrevistado. La respuesta sirvió para reflexionar sobre las ingratitudes de ser editora. “A mí me pagan por escribir, no por pensar”, dijo el atrevido subalterno. Para nosotros, los comunicadores sociales, una de las ventajas de las redes sociales es que permiten, como ninguna herramienta antes, seguir la agenda informativa y la opinión pública, no sólo del lector en general, sino de nuestros propios colegas. Para mí, estas dos reflexiones, una cómica y la otra desalentada, me sirven para repasar la falta de cultura general que muestran tantos de nuestros relevos generacionales. ¿A qué se debe esto, si los planes de estudio no han bajado sus expectativas académicas y, en general, somos nosotros mismos quienes estamos educan­ do a los nuevos profesionales? No lo sé con certeza, pero las redes sociales pueden darnos pistas de formas inesperadas. Ya hace varios meses lleva circulando un reto a través de Facebook, que invita a cada nominado a listar los 10 libros que más han influido en su vida y por qué. Como tengo a colegas de varias edades entre mis contactos, tuve oportunidad de

censar qué tipo de obras editoriales y advertí que, a más joven el lector, más obras del género llamado de “autoayuda” había en su lista. A mayor edad, más obras de literatura formal y propiamente dicha. Pareciera ser, excepciones guardadas, que los aspirantes a comunicadores sociales del patio no les interesa leer las contun­ dentes imágenes narrativas de Gabriel García Márquez, la rítmica y sonora prosa de William Ospina o el desgarrador alegato nacionalista presente en el trabajo de Joaquín Beleño, por nombrar algunos. En cambio, les seducen panfle­ tos que ofrecen camino para alcanzar metas más prosaicas, simples y mundanas, como por ejemplo, la actitud mental necesaria para comprarse un carro nuevo. Dichos escritos no dicen nada nuevo y, obviamente, no muestran riqueza etimológica, agilidad y creatividad literarias. Quien crea que, leyéndolos, edifica su intelecto es un iluso, más aún, si quiere contar y escribir sobre los temas que nos aquejan como sociedad. Pero lo creen, al parecer, y mientras sea así, seguiremos escuchan­ do en nuestros medios masivos sonsonetes como “estamos aquí en lo que es”, “la pertinaz lluvia”, “el tranque descomunal” o el “vital líquido”. Y ya que estamos en la moda de los posteos en redes sociales, me gustaría cerrar este desahogo desvariado con algo que publicó la poeta y también comunicadora nacional Consuelo Tomás: “Una imagen vale una imagen. Mil palabras valen mil palabras. Que no te engañen los apólogos del facilismo. Las palabras con las que pensamos (y hablamos, agregaría yo), las aprendemos leyendo”.

“Cada vez que un periodista panameño dice ‘estamos aquí en lo que es’, muere un duende en algún rincón de Nueva Zelanda”.

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OPINIÓN

Mario Castro Arenas

Uso correcto del español

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uando la reina Isabel de Castilla preguntó qué utilidad tenía la edición de la primera gramáti­ ca de Antonio de Nebrija, Fray Hernando de Talavera, su confesor, le dijo que el castellano sería la lengua que se hablaría hasta en los dominios amer­ icanos. Más de quinientos años después, la lengua castellana es hablada por más personas en América que en España, donde el catalán, gallego, vascuence, disputan la primacía lingüística del castellano, y lo consideran como un instrumento de la dominación cultural de Castilla. Los canales de televisión de Galicia usan la lengua galaica, los de Cataluña emplean el catalán y los vascos su lengua nacional. La fragmentación lingüística regional pone en duda la supremacía del castellano, mientras que en América Latina la lengua franca es el castellano. Jorge Luis Borges ridiculizó al lingüista e historiador Américo Castro por criticar la jerga argentina cuando en España coexisten jergas andaluces, catalanas, gallegas, a profusión, en un ensayo publicado en su libro “Otras inquisiciones”. Los directivos de la Real Academia de la Lengua Española y las academias latinoame­ ricanas no debaten, como sino existiera, el plurilingüismo de España, preocupados únicamente por la pureza del castellano el lenguaje maltratado en chats y en las diversas formas de las redes sociales. Entre las personalidades que llegaron a Castilla del Oro –denominación del siglo XVI de lo que fue Panamá– estuvo el cronista español Gonzalo Fernán­ dez de Oviedo, primer escritor que narró los aconte­ cimientos que presenció en esta tierra, tales como la rivalidad mortal entre Pedrarias Dávila y Vasco Nú­ ñez de Balboa, que desembocó en el degollamiento del primer español que divisó el Océano Pacífico. La Real Academia Española editó hace trescien­ tos años su primer diccionario, llamado Diccionario

de Autoridades, en el que presentó como modelos de buen lenguaje a los más calificados escritores del Siglo de Oro, entre ellos el peruano Inca Garcilaso de la Vega. Desde entonces la Academia española ha publicado más de veinte ediciones de diccionarios de la lengua en las que ha aumentado un catálogo impresionante de modismos americanos, acepciones, enmiendas, se han corregido etimologías, se ha oficializado la incorporación de palabras modernas del inglés, francés, italiano. Pero es América Latina la zona que más vocablos ha aportado a los diccionarios, enriqueciendo el conocimiento de alimentos, papa, maíz, tomate, tamales; fenómenos metereológicos como huracán, ropa como poncho, sarape; utensilios como hamaca, huaco, etc. La Academia Panameña de la Lengua logró la aceptación de varios panameñis­ mos, cuando fungía como director Baltazar Isaza Calderón. Entre los más ilustres académicos panameños estuvieron Rodrigo Miró, Ricardo J. Alfaro, Jeptha Duncan, Narciso Garay, Gil Blas Tejeira y otras personalidades literarias y políticas. La defensa de la pureza de la lengua española no frena el aumento del caudal linguistico con más de veinte mil palabras. En la décimo novena edición del diccionario se publicó un suplemento con nuevos vocablos, enmiendas de etimologías o ampliación de nuevo vocabulario como consecuencia del uso de los hablantes. Una palabra pintoresca aceptada es “acantinflado” derivación del estilo confuso del lenguaje del popular actor mexicano Cantinflas. La nueva edición del diccionario de la academia aprueba nuevas palabras derivadas de la tecnología, así como acepciones de palabras que poseen signficiados múltiples y aún opuestos. El castellano que se habla en América Latina se ha convertido en el bastión de la proyección de la lengua que se formó en Castilla, absorbiendo el aragonés y el leonés.

“La corrección gramatical consiste en el uso apropiado de las formas verbales en concordancia con el sujeto, que es el factor dominante en la estructura sintáctica”.

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Políticos, abogados, periodistas, personas comunes y corrientes acostumbran usar “hubieron” y no “hubo”, forma verbal correcta. Se incurre también en tautologías de adverbios, tales como “mas sin embar­ go”, cuando bastaría uno de los dos adverbios. Los reporteros de televisión provocan escalofríos cuando improvisan comentarios. Con motivo del procesamien­ to del separado magistrado Alejandro Moncada Luna algunos reporteros torturaron el lenguaje jurídico, expresando que no consultaron especialistas en Derecho Procesal. No es obligatorio el conocimiento de reglas procesales, pero debieron consultar con especialistas porque las confusiones se transmiten a la opinión pública. Escribe Alex Grijelmo en el libro ‘El estilo del periodista’: “ Nunca he visto a un periodista que escriba con talento… y con faltas de ortografía”. Alguna razón habrá para que quienes se expresan más brillantemente, quienes se muestran rigurosos en sus datos y en sus fuentes, sean también quienes más cuidan la gramática y la sintaxis. Y no me refiero a la necesidad de adquirir unos conocimientos teóricos, filológicos, lexicográficos… que muchos consideran aburridos. Hablo del genio del idioma, del armazón interno que tiene nuestra lengua y que nos atrapa con la suavidad y la fuerza de un panda gigante”. Una regla sencilla es escribir y hablar con claridad, propiedad y corrección. La claridad de una sintaxis transparente es requisito básico para que nos entiendan los lectores y los oyentes de radio y televisión. La corrección gramatical consiste en el uso apropiado de las formas verbales en concordancia con el sujeto, que es el factor dominante en la estructura sintáctica. Si una frase dice por ejemplo: “El 80 por ciento de los diputados de la bancada chavista no cumplen las órdenes del presidente Maduro” lo correcto es usar el

singular no cumple porque el sujeto 80 por ciento decide el verbo y no el plural no cumplen por el número de diputados. Por otro lado, la propiedad consiste en el empleo del léxico del tema desarrollado periodísticamente. No es admisible que los cronistas deportivos escriban con el vocabulario político y que los reporteros que tratan asuntos políticos no escriban sobre tabla de posiciones, ranking o goleada. Asimismo debiera evitarse escribir frases largas porque enredan la sintaxis y confunden al público lector u oyente. Pete Wellington, jefe de redacción del Toronto Star aconsejó al joven redactor Ernest Hemingway utilizar verbos de acción para describir situaciones dinámicas y evitar el uso de lugares comunes. Los reporteros policiales suelen repetir clichés como “un lamentable accidente de tránsito”, posponiendo descripciones del aconte­ cimiento en función del escenario físico donde se produjo el hecho. No es lo mismo describir un choque de vehículos en la Calle 50 que al borde de un precipicio en la carretera del Puente Centenario. No hemos revisado todavía la última edición del diccionario de la lengua española de la Real Academia. En las dudas sobre el siginficado de una palabra debemos tener a la mano los diccionarios de sinóni­ mos. Hay palabras que tienen múltiples acepciones en el lenguaje coloquial americano, como berraco, berraquera, vaina y muchas más. Algunas expresiones son inocentes, como pendejo, en el área lingüística del Caribe. Pero cuidémonos de llamar pendejo o pendeja a un sudamericano o sudamericana, ya sea en privado, ya sea en público. Las fascinaciones de la lengua son tentadoras. Pensemos dos veces de escribir ciertos vocablos sin tener en cuenta lo que significan en cada país.

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OPINIÓN

Una vejez, nuevos estigmas Edilia Camargo l 1 de Octubre, día Internacional del Adulto Mayor, fue presentado en Panamá el Indice Global de Envejecimiento 2014. HelpAge Internaconal, ONG fundada en 1984 en Londres, con fines no lucrativos, y su Programa Regional para América Latina y el Caribe, lleva la autoría del estudio. Me tocó presentar la “tarjeta país” de Panamá. Joost Martens, por la Oficina Regional de HAI presentarìa el marco global. El Informe recoge datos desagregados sobre envejecimiento en 96 países. Diversas fuentes fueron consultadas, tanto a nivel multilateral: Banco Mundial, Organización Mundial de la Salud, Organización Internacional del Trabajo, como en datos obtenidos en censos nacionales y de vivienda en algunos de los países escrutados.

E

tiempos.Y en algo coincido con ella. Señala que “la vejez ha sido concebida muchas veces desde la perspectiva de la muerte, esto equivale a mirar por un telescopio desde el lado equivocado”. Se equivocan quienes piensan que los viejos (adultos mayores) o la etapa de la vejez de la vida, tiene el privilegio de la muerte, como quien dice: solo los viejos deben morir y por favor... ¡ salven a los niños (as) a los (as) adoles­ centes! En el caso de las niñas y adolescentes es claro el interés: ellas serán las futuras madres, podrán seguir dándole hijos (as) a los hombres y satisfacer sus poderes de seducción. Mientras que las mujeres mayores de 60 y más ya no pueden hacerlo, ni se prestan para el jueguito del “sexinteligentismo”. Entonces, ¡Déjenlas morir!

En Panamá, el último Censo Poblacional contabilizó más de 378mil personas, hombres y mujeres, mayores de 60 años (definición del adulto mayor) Es decir, un aproximado de 10% de la población total. Se calcula que esta población seguirá creciendo, mientras que aquella entre 0 a 15 irá disminuyendo (es el llamado “bono demográfico”, técnicamente hablando) a tal punto que para 2050, encontraremos dos líneas parale­ las entre estos dos grupos erarios. “Hasta el año 2050 –apenas una generación del presente– habrá dos mil millones de personas de más de 60 años, casi tantas como niños menores de 15 años, comparado con los 868 millones actuales. Treinta y tres países tendrán, cada uno, más de 10 millones de personas mayores de 60 años, y tres (China, India, EEUU) tendrán más de 100 millones cada uno.

Ampliando este desafio, me inspiré en una cita tomada a la Dra. Carmenza Spadafora (Ver Ataque a la malaria desde tres flancos. La Prensa 20 de septiembre de 2014) Aseguraba haber visto en los cultivos que están estudiando que “los parásitos de malaria cuando se sienten que se les acaba la comida, que no hay sufi­ ciente sangre para invadir, espontáneamente comien­ zan a morir.. Queremos buscar cómo se están comuni­ cando para darse esa señal de muerte, en un futuro podríamos utilizarla contra ellos de forma terapéutica”.

Sin embargo, cuesta comprender que ante una tal perspectiva y dureza de las cifras, estemos como en aquel famoso cuento del lobo, anunciando: “viene el lobo, viene el lobo”. Sabemos el desenlace. Julia Tavares Alvarez, quien fuera por largos años Embajadora de República Dominicana ante las Naciones Unidas, enfatiza una arista del problema. Me refiero al Capítulo I de su obra Discurso para todos los

Todos los adultos mayores del mundo deberíamos lanzar un grito de alarma para decir: NOS NEGAMOS a poner los muertos (sobre todo las mujeres). No somos nosotros (as) los (as) que hemos decidido morir, ni hemos lanzado nosotros (as) la señal de muerte en este atormentado siglo XXI que nos ha tocado en herencia. Nos negamos a ser condenados (as) a morir por haber tenido la audacia y el desparpajo de luchar para salir de las filas de la pobreza y de la mendicidad, de los subsidios estatales, de la mediocridad de una vida a medias, salir de la sombra en donde se nos ha querido encerrar, por inútiles, improductivos (as) discapacitados (as), miserables, dignos (as) de lástima y de cuidados... como si fuéramos niños (as), bioló­ gicamente, otra vez!

“La vejez ha sido concebida muchas veces desde la perspectiva de la muerte, esto equivale a mirar por un telescopio desde el lado equivocado”.

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