Salesianos San Bartolomé (Málaga, 1894-2019)
CAPÍTULO I EL GRAN ÁRBOL SALESIANO RAÍCES PROFUNDAS “ Todo
árbol bueno da frutos buenos” (Mt 7,17)
Muchos soñadores
A este edén bello y fecundo de mar, de luz y de flores llegan muchos soñadores que desde un sueño profundo llenan de vida Málaga con pasión ilusionada marcando un fértil reguero y el árbol de frutos lleno nos deja historias amadas
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Salesianos San Bartolomé (Málaga, 1894-2019)
ORIGEN Y DESARROLLO
ENRAIZADA EN MÁLAGA
La semilla que Don Bosco plantó se ha convertido en un gran árbol que hoy conocemos como la “Familia Salesiana”. Sus ramas, sus hojas y sus frutos son miles de hombres y mujeres extendidos por los cinco continentes con un estilo reconocible y diferenciado: su dedicación a la juventud de las clases populares, desde diferentes grados de compromiso.
Esta amplia Familia Salesiana, bien enraizada en Málaga, siente en su propia realización la realidad viva de la Palabra de Dios, “Escoge la vida, para que vivas, tú y tu descendencia” (Dt 30,15.19). Y el salmo “uno” a su vez concluye: quien sigue la ley del Señor será “como un árbol plantado junto a corrientes de agua, que da a su tiempo el fruto…” (Sal 1,3.4).
Tres grupos principales forman las ramas troncales de este árbol: la Congregación Salesiana, las Hijas de María Auxiliadora y los Cooperadores; junto con ellos, los Antiguos Alumnos, la Asociación de María Auxiliadora, las Voluntarias de Don Bosco y las Damas Salesianas, así hasta una treintena de grupos más, reconocidos oficialmente por el Rector Mayor de los Salesianos, sucesor de Don Bosco, quien actúa como padre y centro de unidad.
Y 125 años después esta familia del Santo soñador acude continuamente al Señor suplicando como el salmista suplica: “Enséñame tus caminos, Yahveh, para que yo camine en tu verdad” (Sal 86,11). Esta Familia siente que el don supremo es “la capacidad de amar”, que nos hace renunciar a nuestros propios intereses para favorecer el crecimiento y la maduración de los demás. “Aun siendo libre de todos, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más que pueda. Me he hecho todo a todos para salvar a toda costa a algunos” (1Co 9,19.22); esta afirmación de Pablo motiva a las diferentes fuerzas de las ramas de esta Familia extendida por el mundo y pujante en nuestra presencia hoy, y a lo largo de la historia de estos 125 años.
Ciertamente “son todos los que están”, pero “no están todos los que son”. La Familia Salesiana de San Juan Bosco se reconoce como un movimiento de Iglesia cuya amplitud supera los confines y las posibilidades de los grupos con estatuto oficial, dado que congrega a miles de alumnos y alumnas, de jóvenes, de amigos, simpatizantes y bienhechores que, sin pertenecer a ningún grupo de los oficialmente reconocidos, actúan a su lado con un estilo y espíritu muchas veces admirablemente salesiano.
RECORDAR … es saber que posees una herencia ideal y abrazando esa historia volver a amarla más…
Sin pretensión alguna de exclusividad y sin sentirse imprescindible, la Familia Salesiana de San Juan Bosco aporta a la Iglesia y a la sociedad lo mejor que posee: su sintonía con el mundo de los jóvenes y su dedicación preferente a los ambientes populares; todo ello desde la creatividad, la capacidad de amplia convocatoria, la sensibilidad ante los retos de la nueva cultura y su fidelidad a la Iglesia universal.
Dar vida a lo que se ama La Familia Salesiana vive en sus diversas ramas, el plan al que Dios le llama alegre y esperanzada; la Auxiliadora la ampara y su Reina la proclaman. Mantienen viva la llama entre bonanzas y luchas dando vida a lo que aman.
Con vistas al futuro bien adentrado ya el “Tercer Milenio”, la Familia Salesiana es consciente de que el objetivo de su fundador, forjar “honrados ciudadanos y buenos cristianos”, conserva hoy plena vigencia y por ello, se esfuerza en dar respuestas en forma de presencias e iniciativas concretas en las diferentes comunidades autónomas. El árbol de la Familia Salesiana entre nosotros tiene ya raíces centenarias, desde la llegada de los salesianos a este bello rincón de la Costa del Sol.
Hoy quiero abrazarte ¡toda bella historia salesiana! 125 años, mil recuerdos, mil andanzas, Salesianos en Málaga. La aventura suma y sigue y mi corazón te abraza al atardecer y al alba…
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“125 años ABRAZANDO LA VIDA”
Satisfacción de los malagueños
Y va para los primeros salesianos que admirasteis los cielos de Málaga y para toda la Familia de los inicios…
Traemos aquí este estimulante y emotivo reconocimiento que escribe el primer director de la casa al primer sucesor de D. Bosco: “Los malagueños están muy satisfechos porque se ha servido usted a los salesianos, por lo que le dan las gracias” (Carta de Don Epifanio Fumagalli a Don Rua el 7 diciembre 1894. (Cfr, Cien años de presencia salesiana en Málaga 1894-1994, p. 48)
Reflejos al cielo Una luz que trasciende las estrellas marca el camino por el que subisteis y refleja allá en el cielo la belleza del ejemplo de dignidad que aquí nos disteis.
Homenaje a los pioneros
Salesianos y seglares…, Familia Salesiana que entregasteis la vida con gozo y convicción, hicisteis de esta casa lugar donde quien llama encuentra siempre abiertas puertas y corazón.
Queremos continuar con un homenaje a todos los salesianos y Familia Salesiana que, en esta casa, en esta gran familia, dieron los primeros pasos y abrieron la continuidad con claridad en las convicciones: Nuestra identidad.
Son 125 los años de recuerdos en que un día pusisteis afán conmovedor. Reflejo sois seguro y luz en el sendero; seguimos vuestras huellas, manos en el timón.
El artículo 2 de las Constituciones Salesianas recuerda: “Los salesianos de Don Bosco (SDB) formamos una comunidad de bautizados que, dóciles a la voz del Espíritu, nos proponemos realizar, en una forma específica de vida religiosa, el proyecto apostólico del Fundador: Ser en la Iglesia signos y portadores del amor de Dios a los jóvenes, especialmente a los más pobres. En el cumplimiento de esta misión encontramos el camino de nuestra santificación”.
Abrazando muchos sueños en la vida, con los pobres compartisteis vuestra historia; y hoy nos surge una canción agradecida: ¡Qué con Don Bosco disfrutéis ya de la gloria! Vuestra vida fue una inmensa llamarada que aún mantiene el resplandor en nuestros días; y al seguiros con pasión ilusionada nos hacemos portadores de alegría. Sois reflejos que iluminan desde el cielo; sois recuerdo imborrable en estas tierras; os seguimos entregados y sin miedos para tanta juventud que aún nos espera.
En este primer capítulo repasamos efemérides, salpicadas de nostalgia, tocadas de amor de Dios. Y tocados por la gracia quedarán algunos nombres que han forjado el devenir de una historia austera, esforzada y llena del espíritu de Juan Bosco soñador. Bendición para esta tierra. Los primeros salesianos, aún conmovidos por la magia de aquel soñador, fueron consolidando opciones, abriendo esperanzas, viviendo con los pies –mensajeros de paz- muy en la tierra y dejando volar el alma, que no entiende de cansancios ni fronteras. Queda aquí constancia de los primeros. La comunidad de los inicios en San Bartolomé quedó así configurada:
Primera Comunidad Salesiana de la presencia estable en Málaga.
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Salesianos San Bartolomé (Málaga, 1894-2019)
herederos de una historia que ennoblece encarnados para siempre en estos lares.
Director: D. Epifanio Fumagalli Prefecto (ecónomo): D. Antonio Gili Catequista (animador de Pastoral): D. Bernardo Cerri Clérigos: D. Santiago Blanc, D. Antonio Poch y D. Modesto Sandoval Coadjutor: D. Víctor Valenza Novicio: D. Ramón Spá
De un horizonte azul con nubes densas donde la luz de las estrellas se estremece, los hijos de Don Bosco siempre piensan que donde hay corazón el amor vence. En verdad era pequeña y débil la semilla, pero vital como es la sangre en las venas que en su bullir desde dentro ya palpita, y a un horizonte ilusionante lleva.
Una gran Familia… juntos somos más. “La santidad y la grandeza de ánimo de las personas que han protagonizado esta historia, el trabajo impresionante y la escasez de medios, la fidelidad a la misión hasta derramar la sangre, la fe inquebrantable y expansiva en María Auxiliadora, la permanente dedicación y entrega a los más desfavorecidos y la acción misteriosa y eficaz del Espíritu, hacen de la historia centenaria de esta obra algo digno de conocer y contar; ‘esta es la casa más parecida a Valdocco’, escribió Juan Cagliero a D. Bosco” (Cfr, Cien años de presencia salesiana en Málaga 18941994, pp. 527-528)
Con la brisa matutina es ya caricia, y la herencia aún invita a enriquecer, vuestra historia es aquí Buena Noticia y de este empeño no queremos ya volver.
Entre los puntos de un pequeño manifiesto en la primera “Memoria Escolar” del Asilo de San Bartolomé (4 noviembre 1905) quedan recogido lo siguiente: “3º- El objetivo de la Institución ya conocido: acoger a los niños huérfanos y abandonados. También a los pertenecientes a familias de la clase media y obrera. A todos se les proporcionaban, junto con la educación cristiana la subsistencia en el ejercicio de un arte u oficio, o preparación de una carrera” (D. Antonio Josephidis en Cien años de presencia salesiana en Málaga 1894-1994, p 106)
Con esta bella afirmación del centenario, compartida y enriquecida con veinticinco años más de vida generosa en bien de la juventud y clases populares, nos adentramos en el bullir de estas páginas. Y lo hacemos con poesía, porque quizá con ella se expresa mejor la esencia de los sueños… y queremos seguir soñando… Herederos de un sueño
Con los hijos del pueblo
“125 años ABRAZANDO LA VIDA” desde que llegaron a Málaga hasta hoy, en esta historia recreada “sueña el alma con el amor primero” para seguir alimentando “emociones y desvelos”, nos sentimos “herederos de una historia que estremece” … Como entonces, como hoy, “los hijos de Don Bosco siempre piensan que donde hay corazón el amor vence”. Y seguimos caminando porque esta historia es de Dios, sentida con el fuerte palpitar del corazón de Don Bosco “y a un horizonte ilusionante lleva”, como portadores del Amor de Dios a los jóvenes, “y de este empeño no queremos ya volver”.
Del barrio Capuchinos buscándonos llegaban, los hijos de aquel pueblo pidiéndonos el pan; con ellos para siempre nuestras vidas se hermanan, son los necesitados tocados por el mal. Surgen interrogantes del fondo de sus almas que nos hacen conscientes de una gran novedad: quien por el pobre lucha, lucha porque le ama, y aquel que ama bien sabe que tiene que luchar. De amor, afán, deseo, el corazón se llena y los hijos del pueblo con nosotros podrán soñar con imposibles, conquistar las estrellas conseguir la esperanza, vivir con dignidad.
Ilusionados soñando al soñador Hoy sueña el alma con el amor primero desde el día en que llegasteis con tesón, a alimentar emociones y desvelos que os ilusionarán soñando al soñador. Tras las esquinas del siglo que amanece se escuchan claros ecos de cantares,
La casa del milagro que permanece abierta, porque no tiene puertas que la puedan cerrar, es el símbolo vivo y la señal más cierta de que sólo es feliz aquel que sabe dar.
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“125 años ABRAZANDO LA VIDA”
Imágenes de Málaga y del barrio de capuchinos en el siglo XIX. De arriba abajo, y de izquierda a derecha: Aspecto del puerto de Málaga a la llegada de los salesianos , Fuente Olletas., Plaza de Capuchinos
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Salesianos San Bartolomé (Málaga, 1894-2019)
APUNTES HISTÓRICOS
gio Salesiano San Bartolomé. Su primer director fue Don Epifanio Salvatore Fumagalli.
Salesianos en Málaga. Consideramos interesante recopilar aquí algunas notas ordenadas cronológicamente, centrando la historia que ensalzamos y nos motiva de ‘ayer’ a ‘hoy’… aunque a lo largo del texto, como podrás ir viendo, aparecerán diversos momentos y alusiones a lo vivido por diversas generaciones.
Se desarrollaban estudios primarios, alfabetización de jóvenes obreros, clases nocturnas, talleres de alpargatería, tahona, sastrería, imprenta, zapatería fina y tornería. Uno de los acontecimientos que brilla con luz propia, el 30 de junio de 1907, fue cuando el Obispo de Málaga, Mons. Juan Muñoz Herrera, coronaba canónicamente la imagen de María Auxiliadora, la primera de España y la cuarta del mundo.
Corren los años finales del siglo XIX, ciertamente duros para Málaga: regresión económica, miseria, analfabetismo y convulsión social son la tónica reinante.
Tras la guerra civil, los salesianos reemprenden rápidamente la labor de reconstrucción, imprimiendo al Colegio ese espíritu que lo impulsó a renacer de las cenizas. Nuevos pabellones, nueva iglesia, talleres actualizados a las nuevas necesidades educativas y laborales, dieron lugar al actual y moderno Colegio.
Es en este triste marco en el que los salesianos, en marzo de 1897 y presentes en la ciudad desde 1894 en el Oratorio de San Enrique en la Cruz Verde, se hacen cargo de una institución antigua en Málaga, fundada ya en 1871 por el beneficiado de la catedral Don Eduardo Domínguez Ávila (1828-1904) y llamada por aquel entonces “Asilo de San Bartolomé”. Este acontecimiento histórico, muy importante para Málaga y especialmente para el Barrio de Capuchinos, comienza con un nombre propio, como queda dicho, el canónigo Eduardo Domínguez Ávila, del que dejamos la siguiente pequeña reseña: “Nace en Málaga el 21 de marzo de 1838; fue bautizado en San Juan donde, años después, celebraría su primera misa; tras sus estudios de bachillerato y de teología recibe los votos en 1862; ocupa el cargo de secretario en el Seminario y obtiene la cátedra de teología. En 1866 pasa a ser ecónomo del obispado y al año siguiente beneficiado de la Catedral. El 24 de agosto de 1871 abriría la casa escuela de San Bartolomé a la cual dedicó toda su vida hasta que enfermó y donó su casa escuela al obispo de turno para que la dirigiera. En 1877 se dirige a Ciempozuelos para ser atendido por los Hermanos de San Juan de Dios. Muere al poco en Carabanchel Alto (Madrid) el 14 de abril de 1904. Tiene calle en Málaga (la nuestra) y estatua en el centro. Mientras el sacerdote pudo personalmente ocuparse del albergue, recibieron asistencia alimentaria y educativa numerosos niños no sólo del barrio, sino de otros puntos de la ciudad. Pero, habiendo enfermado, tuvo que abandonar su patrocinio”.
D. Eduardo Domínguez Ávila (1838-1904).
Sirva de pequeño homenaje y gratitud a su figura este sencillo recuerdo.
La educación de los muchachos en un ambiente sano e incluyente, la dedicación y promoción de las clases trabajadoras malagueñas y una profunda devoción a María Auxiliadora son las tres constantes de este trabajo que mantiene en la actualidad:
Los nuevos inquilinos pronto le imprimirán su propio estilo educativo y pedagógico convirtiéndolo en el Cole-
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Estudios de Educación Infantil, Educación Primaria, Educación Secundaria Obligatoria, nueva Formación Profesional, Bachillerato, atención a numerosos jóvenes con Necesidades Educativas (Programas de Cualificación Profesional Inicial, Unidades de Apoyo a la Integración), colaboración estrecha con las familias y educación en el tiempo libre a través del Asociacionismo juvenil (Asociación Centro Juvenil Francisco Míguez.)
sianos, que primitivamente se habían establecido en calle Refino y que posteriormente, al hacerse cargo de la gobernación del centro a petición del Obispado y la Beneficencia Municipal, crearon sus populares escuelas, oratorios y templo de María Auxiliadora, estableciéndose en la ciudad el 8 de diciembre del año 1894, día de la Inmaculada. Ello representó la transformación cultural de Capuchinos, pues al disponer de un centro de preparación en los oficios de entonces a los niños, crearon, al mismo tiempo, un activo centro de convivencia que alcanzó con los años enorme popularidad dentro y fuera de sus límites” (Cien años de presencia salesiana en Málaga 1894-1994, p. 8)
Siempre el deporte ha marcado el devenir de la educación en nuestra casa de Málaga, prueba de ello son la Asociación Deportiva Salesiana (ADESA) y la plataforma deportiva de los Antiguos Alumnos. Por otra parte, los grupos de educación en la fe (Movimiento Cristo Vive, Luz Vida, Sal Terrae) muestran una enraizada y sentida devoción a María Auxiliadora en toda Málaga. Antiguas, profundas y sanas raíces en suelo malagueño son las del árbol salesiano, que ha cobijado a su sombra, más que centenaria, a niños y jóvenes malagueños de los tres últimos siglos formando como quería Don Bosco, en su conocido lema: “Buenos cristianos y honrados ciudadanos” en y para nuestra Málaga. Hoy se siguen formando muchos alumnos en todas las etapas educativas no universitarias, los que viven cada día en un ambiente de cercanía, afecto, esfuerzo, alegría, trascendencia y responsabilidad. Desde los tres años empezando por la Educación Infantil hasta terminar con los dieciocho en el Bachillerato o los veinte o más en los Ciclos Formativos de Grado Superior de Formación Profesional, disfrutamos de uno de los centros más apreciados, solicitados y demandados por las familias en el actual panorama educativo en esta ciudad. Y así lo hemos recogido en nuestro PEPS local que la Comunidad Educativa publica en 2017: “Fue entonces cuando se hicieron cargo del establecimiento los Sale-
Solemne coronación de la imagen de María Auxiliadora por el obispo de la diócesis, Monseñor Juan Muñoz Herrera.
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Salesianos San Bartolomé (Málaga, 1894-2019)
COLEGIO SALESIANO ‘SAN BARTOLOMÉ’
Los nuevos inquilinos pronto le imprimirán su propio estilo educativo y pedagógico convirtiéndolo en el Colegio Salesiano San Bartolomé. Su primer director fue Don Epifanio Salvatore Fumagalli. Se desarrollaban estudios primarios, alfabetización de jóvenes obreros, clases nocturnas, talleres de alpargatería, tahona, sastrería, imprenta, zapatería fina, tornería.”
El Colegio Salesiano San Bartolomé está ubicado en una zona de Málaga declarada por el Ayuntamiento de “atención preferente” y, por lo mismo, lugar idóneo para la educación salesiana. “En esta zona de gente trabajadora, existen bolsas de pobreza y marginación aumentadas por la crisis actual económica y de valores. Su nivel socio-económico es medio y medio-bajo. Las dificultades familiares de distinto tipo y los problemas motivacionales no son infrecuentes”.
Tras los avatares de la contienda del 1936, el colegio se rehace y “ya el número de alumnos para el curso 1938-1939 saltó a 253, de ellos, 160 internos, todos huérfanos de guerra, con 25 artesanos en las Escuelas Profesionales” (Cien años de presencia salesiana en Málaga 1894-1994, p.222); las obras se completaron con la puesta a punto del Salón-Teatro. Su inauguración solemne fue el día de Reyes, 6 de enero de 1939” (o.c. p. 223)
“La educación de los muchachos” en un ambiente sano e incluyente, con dedicación y promoción de las clases trabajadoras, enriquecido por una profunda devoción a María Auxiliadora, son las constantes de este trabajo que se mantiene en la actualidad”:
Y aquí dejamos enmarcado el extraordinario trabajo salesiano que se realiza y se consolida desde los orígenes, desde aquel 1894, hasta mediados el siglo XX en estas tierras malacitanas. Son los nombres y períodos de los directores que fueron animando con sus comunidades y que indujeron a su vez, con el dinamismo salesiano que los caracteriza, el progreso de la Familia Salesiana… Es momento de dedicar un “canto a la memoria agradecida”, motivado por su continuo crecimiento… He aquí la sucesión de nombres propios de los primeros tiempos.
Ya desde el inicio, con expresión laudatoria, emotiva y de amplia repercusión se describe la recepción al sucesor de don Bosco, que aseguraba la presencia permanente de la Congregación… “18 de marzo de 1826. Visita del Rector Mayor, beato Felipe Rinaldi a Málaga, que ya había conocido bien como Inspector y Vicario del Rector Mayor (Don Pablo Álbera) que suscitó entusiasmo renovado en la ciudad... En el automóvil oficial del Excmo. Ayuntamiento y acompañado del alcalde, se trasladó a las Escuelas de San Bartolomé, donde le esperaba el pueblo en masa…” (Cfr, Cien años de presencia salesiana en Málaga 1894-1994, p. 157)
D. Epifanio Fumagalli Salvatore
1895-1898
D. Antonio Marcolungo Lancerotto
1898-1901
D. Mauricio Arato Sala
1901-1904
Un beso de D. Bosco
D. Antonio Josephini Francos
1904-1906
D. Bosco estaba soñando y a Málaga mandó un beso; se convirtió en embeleso de niños necesitados. La historia va desgranando desde que fuera acogida, frutos cargados de vida en este campo fecundo, para alegría del mundo, de aquel beso que dio vida…
D. Dionisio Ferro Saborido
1906-1910
D. Manuel Gómez Contioso
1910-1917
D. Gregorio Ferro Saborido
1917-1920
D. José Monserrat Gudmán
1920-1927
D. José María Doblado del Pino
1927-1935
D. Manuel Gómez Contioso
1935-1937
D. Manuel Reverendo Martínez
1937-1943
D. Luis Peña Balboa
1943-1949
“Corren los años finales del siglo XIX, ciertamente duros para Málaga por su regresión económica, miseria, analfabetismo y convulsión social, cuando los salesianos, se hacen cargo del “Asilo de San Bartolomé”: una institución, para niños que necesitan cobijo, alimento y educación, fundada ya en 1871 por el canónigo Don Eduardo Domínguez Ávila (1828-1904).
Durante el directorado de D. Manuel, como consta en las Actas del día 23 de noviembre de 1938 del capítulo de la Casa: “Se inauguran las nuevas obras de reforma y ampliación, efectuados por la Junta Provincial de Beneficencia, con asistencia de todas las Autoridades de Málaga, presididas por el Sr. Gobernador y el Sr. Obispo”. Y el 6
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“125 años ABRAZANDO LA VIDA”
de enero de 1939, se lee: “Se estrena la primera máquina de cine sonoro en el Colegio y 282 butacas, ambos obsequios del Sr. Gobernador García Alted”. Canto a la memoria agradecida Al recordar vuestras míticas jornadas de los días callados de aquel tiempo, aún del siglo XIX en que os llegaban los gritos de los niños indefensos. Agradecidos a esta historia salesiana en vuestros rostros sudorosos y felices, regalando vuestras vidas a Málaga intuimos “don boscos” generosos, libres… Labrasteis los cimientos de este espacio en el atardecer del siglo XIX; la memoria agradecida en este canto tocan el corazón y al amor mueven. Un canto a la memoria agradecida que nos infunde el fuego al que Él nos llama, ofreciendo al recordaros la sonrisa que llevabais prendida en vuestra alma.
Mauricio Arato Sala (1901-1904).
Entre Epifanio y Luis lleváis la nave con tantos compañeros de camino; en este libro tenéis ya vuestra parte con este memorial agradecido.
Grupo de alumnos con el director D. Mauricio Arato Sala, acompañado de D. Dionisio Ferro, D. Miguel Sánchez Venero y otros salesianos.
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Salesianos San Bartolomé (Málaga, 1894-2019)
Don Gregorio Ferro Saborido (1917-1920).
Don Manuel Gómez Contioso (1910-1917 y 1935-1937).
Don José Montserrat Guzmán (1920-1927).
Don José Mª Doblado del Pino (1927-1935).
Don Luis Peña Balboa (1943-1949).
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Taller de zapatería (1921).
Taller de encuadernación (1921).
Taller de mecánica (1921).
Taller de sastrería (1921).
Taller de mecánica (1948).
Taller de carpintería (1948).
Taller de imprenta (1948).
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