AntologĂa
“Por la realización plena del hombre”
Latinoamérica Historias de danzón y de arrabal El ropero Cuento “La semana de colores” Sombras Triste canción de amor Discurso “Nuestro mayor miedo” Europa Mujer contra mujer Cocaina baby (Me quedará)
Al amor, al tiempo y a mi madre
Prologo:
No importa donde vivamos o como resulte nuestra vida, las palabras dominan el rumbo de ella, desafĂan a sus aires traviesos y a los preciosos recuerdos los envuelve como regalo. En esta antologĂa recojo los textos que, a mi parecer resultan, de una manera u otra poĂŠticos, llenos de palabras y repletos de significados.
Una delicadeza para el alma.
Latinoamérica Calle 13
Soy un pedazo de tierra que vale la pena Una canasta con frijoles, soy Maradona contra Inglaterra Anotándote dos goles Soy lo que sostiene mi bandera La espina dorsal del planeta, es mi cordillera Soy lo que me enseñó mi padre El que no quiere a su patria, no quiere a su madre Soy América Latina, un pueblo sin piernas, pero que camina ¡Oye!
Soy, soy lo que dejaron Soy toda la sobra de lo que se robaron Un pueblo escondido en la cima Mi piel es de cuero, por eso aguanta cualquier clima Soy una fábrica de humo Mano de obra campesina para tu consumo Frente de frío en el medio del verano El amor en los tiempos del cólera, ¡mi hermano! Soy el sol que nace y el día que muere Con los mejores atardeceres Soy el desarrollo en carne viva Un discurso político sin saliva Las caras más bonitas que he conocido
Soy la fotografía de un desaparecido La sangre dentro de tus venas
Totó La Momposina: Tú no puedes comprar el viento Tú no puedes comprar el sol Tú no puedes comprar la lluvia Tú no puedes comprar el calor María Rita: Tú no puedes comprar las nubes Tú no puedes comprar los colores Tú no puedes comprar mi alegría Tú no puedes comprar mis dolores Totó La Momposina: Tú no puedes comprar el viento Tú no puedes comprar el sol Tú no puedes comprar la lluvia Tú no puedes comprar el calor Susana Bacca: Tú no puedes comprar las nubes Tú no puedes comprar los colores Tú no puedes comprar mi alegría Tú no puedes comprar mis dolores Calle 13 Tengo los lagos, tengo los ríos
Tengo mis dientes pa' cuando me sonrió La nieve que maquilla mis montañas Tengo el sol que me seca y la lluvia que me baña Un desierto embriagado con peyote Un trago de pulque para cantar con los coyotes Todo lo que necesito, tengo a mis pulmones respirando azul clarito La altura que sofoca Soy las muelas de mi boca, mascando coca El otoño con sus hojas desmayadas Los versos escritos bajo la noche estrellada Una viña repleta de uvas Un cañaveral bajo el sol en Cuba Soy el mar Caribe que vigila las casitas Haciendo rituales de agua bendita El viento que peina mi cabello Soy, todos los santos que cuelgan de mi cuello El jugo de mi lucha no es artificial Porque el abono de mi tierra es natural Totó La Momposina: Tú no puedes comprar el viento Tú no puedes comprar el sol Tú no puedes comprar la lluvia Tú no puedes comprar el calor Susana Bacca: Tú no puedes comprar las nubes Tú no puedes comprar los colores Tú no puedes comprar mi alegría Tú no puedes comprar mis dolores Maria Rita:
Não se pode comprar o vento Não se pode comprar o sol Não se pode comprar a chuva Não se pode comprar o calor Não se pode comprar as nuvens Não se pode comprar as cores Não se pode comprar minha'legria Não se pode comprar minhas dores No puedes comprar el sol No puedes comprar la lluvia (Vamos caminando) No riso e no amor (Vamos caminando) No pranto e na dor (Vamos dibujando el camino) No puedes comprar mi vida (Vamos caminando) La tierra no se vende Trabajo bruto, pero con orgullo Aquí se comparte, lo mío es tuyo Este pueblo no se ahoga con marullo Y se derrumba yo lo reconstruyo Tampoco pestañeo cuando te miro Para que te recuerde de mi apellido La operación Cóndor invadiendo mi nido Perdono pero nunca olvido ¡Oye! Vamos caminando Aquí se respira lucha Vamos caminando Yo canto porque se escucha Vamos dibujando el camino (Vozes de um só coração) Vamos caminando Aquí estamos de pie ¡Que viva la América! No puedes comprai
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Compositor: Rene Pérez Joglar “Residente” Nombre: Latinoamérica Tema: Orgullo, coraje, protesta.
Argumento: Enlista cada uno de los aspectos que posee una persona que vive en este continente, reflejando sus cosas buenas y malas. Hace protesta a los extranjeros que solo lo ven como un pedazo de tierra que cuesta dinero. • • • •
Voz: Potente, lírica. Coordenadas: Espacial (ciudad, tierra, cordilleras) Rima: Consonante Figuras literarias: Alegoría, Metonimia, Anáfora (en el estribillo), Epíteto, Personificación.
Estilo y mensaje: Calle 13 canta más que nada el llamado estilo musical, reggaetón, pero, no solo hablan de sexo, drogas y violencia; hacen un llamado a las personas para que despierten y vean el mundo, que se dejen de manipular, que no le tengan miedo a las “autoridades” que ellos son los jefes. Esta canción es tan el estilo de ellos, manejándose por la honestidad en sus rimas que tratan de contar la verdad con alegorías y metáforas. Esta canción refleja lo que se vive en cada pueblo pobre y marginado que por fuera, los extranjeros solo lo ven como una tierra que le puede generar ganancias y mano de obra barata. Pero los latinoamericanos no somos solo eso, la canción lo dice claramente “Soy América latina, un pueblo sin piernas pero que camina”. Es una de mis canciones favoritas de este grupo, al escucharla por primera vez me llego un sentimiento. Tal vez muchos digan que son rimas sin sentido o que solo son revolucionarios caídos y frustrados, pero, a veces, el analizarlas no solo con los oídos sino también con el corazón es lo que hace falta para poder reaccionar, abrir los ojos y ser más consiente.
Historias de danzón y de arrabal Alex Syntek
La lujuria y la alucinación Me hacen perder el control. Cuando el diablo me quiera llevar Y la muerte este rodando cerca, Cuando mi alma tenga que entregar Historias de danzón y arrabal
Hay historias que son de danzón y de arrabal, Hay placeres que embriagan y saben a traición En los tugurios todos los amantes Bailan en la oscuridad. Y en los rincones son las seducciones Una danza de exquisita debilidad. Hay historias de barrios y bailes de salón, Hay pecados que dejan marcado el corazón De rodillas mordiendo los tacones Y en la boca lleva el alcohol.
Condenado por las tentaciones, Cuando ya no tenga a quien amar Historias de danzón y arrabal. Hay pasiones que viven lucen de burdel Hay amores que dejan heridas en la piel En los suburbios todas las parejas Tienen algo de ocultar La lujuria y la alucinación Me hacen perder la razón Cuando el diablo me quiera llevar Y la muerte este rondando cerca Cuando mi alma tenga que entregar Historias de danzón y arrabal. Cuando el diablo me quiera llevar Condenado por la tentaciones, Cuando ya no tengo a quien amar Historia de danzón y arrabal.
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Compositor: Alex Syntek Nombre: Historías de danzón y de arrabal Tema: Bajos mundos, pecado, amor, seducción, vicios.
Argumento: Describe lo que se vive en los barrios rojos, donde abunda los vicios, el “pecado” y la vida de mala muerte. • • • •
Voz: Narrador Coordenadas: Espacio (tugurios, balcones, rincones) Rima: Consonante Figuras literarias: Eufemismo, Prosopopeya, Sinestesia,
Estilo y mensaje: Alex Syntek cambio de estilo en este disco definitivamente, su sonido era tierno y no sobrepasaba al amor y el desamor, pero en esta canción estoy segura que tuvo un momento realmente impactante para haber escrito una canción tan SENSUAL y REAL a la vez, demostrando que puedes llegar a madurar en cuestión estilística y que todavía te amé el público. Esta canción es genial en todos sus aspectos, usando el estilo burlesque en la música mezclando la balada con el pop y con un poco de picardía nunca antes vista en Alex. Una de mis canciones favoritas sin duda desde que salió (y eso que aún era una niña). El sonido me atrapo al primer momento. Este señor si sabe como hacer música (aunque este en un ámbito demasiado comercial).
El Ropero Francisco Gabilondo Soler
a que jugaba con mi mamá.
Toma el llavero abuelita y enséñame tu ropero, Con cosas maravillosas Y tan hermosas que guardas tú Toma el llavero abuelita y enséñame tu ropero, Prometo estarme quieto Y no tocar lo que saques tú Enséñame tu vestido que hace ruidito al caminar, y cuéntame cuando ibas en carretela tu papá. Toma el llavero abuelita Y enséñame tu ropero Con cosas maravillosas Y tan hermosas que guardas tu Toma el llavero abuelita Y enséñame tu ropero Prometo estarme quieto Y no tocar lo que saques tú ¡Ay! Qué bonita espada de mi abuelito es coronel. Deja que me la ponga y entonces dime si así era el Dame la muñequita de grandes ojos color de mar. Deja que le pregunte
Dame ese libro viejo de mil estampas ¡Lo quiero abrir! A los niños en estos tiempos los mismos cuentos les gusta oír.
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Compositor: Francisco Gabilondo Soler Nombre: El ropero Tema: Recuerdos, tiempo.
Argumento: Un niño desea ver una y otra vez las viejas cosas que guarda su abuela en el ropero. • • • •
Voz: Indefinida Coordenadas: Espacial (ropero, carretela) Rima: Consonante Figuras literarias: Sinestesia, Metáfora, Símil.
Estilo y mensaje: No me digan que no recuerdan al gran Cri Cri, ese grillito travieso, pues, el hombre responsable de este personaje es el creador de estas canciones, el respetable señor Francisco Gabilondo Soler. El señor Gabilondo escribía canciones para los niños, trataba de enseñarles algo, el conocer a un personaje o hacerles vivir muchas aventuras dentro de sus canciones, veía la vida de los niños a través de sus propios ojos y se sentía un niño en cuerpo de adulto. En esta canción, me hace decir con certeza que seguía siendo niño de corazón: Un video donde el sale cantando esa canción se le puede ver el sentimiento de recordar, por lo que supongo que era algo que solía hacer con su abuela cuando era niño. Un llamado a recordar con cariño y aprecio lo que nos hizo ser lo que somos ahora.
colores Elena Garro —Don Flor le pegó al Domingo hasta sacarle sangre y el Viernes también salió morado en la golpiza. Después de su confidencia, Candelaria se mordió los labios y siguió golpeando las sábanas sobre las piedras blancas del lavadero. Sus palabras sombrías se separaron del estrépito del agua y de la espuma y se fueron zumbando entre las ramas. La ropa era tan blanca como la mañana. —¿Y luego? —preguntó Tefa. Evita quiso oír el resto de la conversación, pero Rutilio llamó a Tefa y ésta se fue al lavadero. —¿Qué dijiste, Candelaria? —aventuró la niña. —Nada que deban oír tus orejas de mocosa. Durante toda la mañana Candelaria siguió azotando la ropa blanca contra las piedras blancas. Evita no obtuvo ni una palabra más de la boca de la lavandera. En vano la niña esperó un gran rato. La criada no se dignó a mirarla, abstraída en su trabajo y en su canto. —¿Qué día es hoy? —preguntó Eva a la hora de la comida. —Viernes —contestó su padre. —¡Hum! —comentó incrédula. Las semanas no se sucedían en el orden que creía su padre. Podían suceder tres domingos juntos o cuatro lunes seguidos. Podía suceder también lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo; pero era una casualidad. ¡Una verdadera casualidad! Era mucho más probable que del lunes saltáramos bruscamente al viernes y del viernes regresáramos al martes. —Yo quisiera que siempre fuera jueves —pidió Leli. — Yo pediría martes — contestó su hermana. El jueves y el martes eran los mejores días. —Ya van cinco viernes seguidos —dijo Leli haciendo un gesto de desagrado. Su padre la miró. —Es una vergüenza que todavía no sepas los días de la semana. —Sí los sabemos —protestó Evita. Los viernes morados y silenciosos llenaban a la casa de grietas. Ellas veían sus muros rotos y se alejaban con miedo. De una carrera llegaban hasta la alberca y, para no ver el polvo, se tiraban de cabeza al agua. —¡Sálganse, ya se les arrugó la piel por el remojo! Las sacaban del agua y las sentaban a la mesa. Los viernes eran días llenos de sed. Por las noches el ruido de los muros quebrados no las dejaba dormir. —¿Crees que amanezca jueves? Amanecía otra vez viernes. Los muros seguían de pie, sostenidos por el último pedacito de jueves. —Rutilio, ¿qué día es hoy? —Para qué quieren saberlo, si cualquier día es bueno para morir. No era verdad. Había días mejores para morir. Martes era delgadito y transparente. Si morían en martes, verían a través de sus paredes de papel de china los oíros días, los de adelante y los de atrás. Si morían en jueves, se quedarían en un disco dorado dando vueltas como en los "caballitos" y verían desde lejos a todos los días. —Papá, ¿qué día es hoy? —Domingo. — Eso dice el calendario de la guitarrita, pero no es cierto. —Eso dice el calendario porque eso debe decir. Hay un orden, y los días son una parte de ese orden. —¡Hum...! No lo creo — insistió la niña. Su padre se echó a reír. Siempre que se equivocaba se reía, les levantaba el flequillo, les miraba la frente, volvía a reír, y luego bebía un sorbito de café. —El señor no sabe nada —afirmaba Evita. —Vamos ver a don Flor... El rey Felipe II 1 las oyó desde su retrato. —¡Chist! Está oyendo... Lo miraron, colgado en la pared, vestido de negro, oyendo lo que ellas murmuraban, junto a la mesita en donde merendaban las natillas, cerca de las cortinas del balcón. A don Flor nadie lo veía. Las gentes que hablaban con él venían de muy lejos y sólo "cuando tenían penas". Eva y Leli se escapaban de su casa para ir a la colina de
girasoles gigantes. Desde su altura estratégica, sentadas en el suelo, dominaban el patio y el corral de la casa de don Flor. Había tanta luz, que la 1 Felipe II: monarca español, hijo de Carlos V, su reinado que duró de 1556 a 1598 fue uno de los más esplendorosos para el imperio español. casa, el patio y el corral les quedaban al alcance de la mano. Desde la colina, podían ver las ollas, las piedras, las sillas y los ixtles. La casa era redonda y pintada de blanco, parecía un palomar. Por dentro tenía todos los colores, pero eso lo supieron un tiempo después. Don Flor no se vestía de blanco, como los otros hombres, ni llevaba pantalones. Su traje era largo, color bugambilia y parecía una túnica. Llevaba el cabello cortado a la "Bob", igual que las niñas, y en las tardes se sentaba en el patio o en el corredor de su casa a tejer canastas y a platicar con los Días. Desde la colina ellas lo veían tejer los mimbres y los ixtles2 blancos. Todos los días eran de distinto color. A veces la semana estaba incompleta y don Flor platicaba sólo con el Miércoles y el Domingo. A veces estaba cuatro veces seguidas con el Lunes. —¿Qué tanto hablan? ¡Entren, se va a enfriar la cena! El Viernes, asomado a la ventana que daba al corral, llamó a don Flor y al Lunes. Eva y Leli se acordaron que debían volver a su casa. Estaba anocheciendo y de prisa bajaron la colina y entraron al pueblo. — Ya vimos que hace tres días que es lunes —dijo Evita. —¿Fueron a la casa de don Flor? ¡Les va a caer el mal! ¿No saben que no es católico? Se lo voy a decir a sus padres. Candelaria se enojó mucho cuando supo que iban a ver a don Flor. En cambio él no lo sabía, y, tranquilo, se seguía paseando en su corral y tejiendo canastas con sus manos oscuras. Los Días se sentaban en ruedo sobre unos petates. Se veía muy bonito el corro de los Días. La semana junta era como el arco iris y salía sin que lloviera. Una tarde don Flor se acercó al Jueves, que tejía un ixtle blanco y le puso en la punta de la trenza negra una flor naranja de nopal. La flor era del color de su vestido. Eva y Leli se quedaron sentadas en la colina toda la tarde, a pesar del calor que bajaba del cielo y subía de la tierra. No podían dejar de mirar la flor naranja sobre la trenza negra. Los girasoles peludos eran secos, y en lugar de dar sombra aumentaban el calor como si fueran de lana. —¡Lástima que no tengamos trenzas negras! Por la noche su casa iluminada resplandecía como la flor naranja sobre la trenza negra del Jueves. —¡Hoy es jueves! —anunciaron radiantes. Felipe II las miró con disgusto. Les pareció que quería darles una bofetada. —Confunden los días. Están embrujadas... —suspiró Candelaria, acercándoles el cestito de los bizcochos. La criada cruzó los brazos y las miró mucho rato. También ella brillaba negra en la luz naranja del Jueves. Las niñas masticaron ruidosas los "violines" y las "llantas". —Nuestro Señor Jesucristo les va a secar los ojos, por mirar lo que no deben mirar. —Nuestro Señor Jesucristo no nos da miedo. —¿Qué dicen, perversas? ¿Tampoco les da miedo equivocar a los días? No contestaron, siguieron comiendo sus bizcochos. También Nuestro Señor podía equivocarse y haber dicho mal los días. Imposible que lo supiera todo. Después de esa tarde, siguieron muchos jueves redondos y naranjas. Poco a poco el último jueves se volvió rojo y entró otra vez el domingo, sin que Nuestro Señor les hubiera sacado los ojos. Candelaria tampoco las había acusado con sus padres y Felipe II las miraba con enojo y sin palabras. —¿Vamos a ver qué día saca hoy? Se escaparon rumbo a la colina de los girasoles. La colina estaba callada. No había chicharras. La tierra había cerrado sus agujeros y no dejaba salir a las hormigas ni a los pinacates. Un viento rojo hacía bajar a las nubes rojizas hasta tocar las puntas de los girasoles. De las flores llovía un polvo amarillo y don Flor estaba solo, tumbado en el patio de su casa. No había ni un solo
día. Se había acabado la sema- na. Evita y Leli quisieron volver a su casa. Pero la tarde roja giró alrededor de ellas y continuaron sentadas en la tierra ardiente, mirando el patio abandonado de los Días, y a don Flor derribado en el suelo, mirando inmóvil el cielo. Pasó el tiempo y don Flor metido en su traje bugambilia siguió quieto, tirado en el centro del patio de su casa. A fuerza de mirarlo, su traje empezó a volverse enorme y el patio muy chiquito. Tal vez Nuestro Señor Jesucristo le estaba sacando los ojos, por eso sólo veían la mancha cada vez más grande del traje color bugambilia. —Vamos a ver a don Flor, él nos lo dirá. Bajaron la colina y dieron un rodeo hasta llegar frente a la casa que vibraba blanca bajo las nubes rojas. Golpearon a la puerta y esperaron. Al cabo de un rato la puerta se entreabrió y luego se abrió completamente. —¿Qué pena las trae por aquí, niñitas? —les dijo don Flor cuando apareció en la puerta de su casa. Ellas lo miraron, alto, metido en su túnica de pliegues opacos, con las orejas cubiertas por los cabellos negros. —No vemos —Pasen, pasen. Los hizo entrar a un zaguán minúsculo, pintado de color lila. De allí al patio redondo. Las puertas de los cuartos daban a ese patio y estaban todas cerradas. Cada puerta era de color distinto. Las ventanas daban al corral. La casa era igual a un palomar. En el centro del patio en donde debería estar una fuente, don Flor colocó tres sillas, las hizo tomar asiento y las miró pensativo. —¿Con que ustedes son las güeritas? Ellas se dejaron observar en silencio. —Pelo hembra... —agregó don Flor tocándoles el cabello, con sus dedos cargados de anillos. Acercó su silla de un empellón y se inclinó sobre ellas para mirarles los ojos. —Ojo macho — agregó. Las niñas no supieron qué decir, bajaron los ojos y miraron con fijeza las piedras redonditas y grises del suelo. —Hay mucha agua, mucha agua en sus ojos. Don Flor dijo estas palabras con gravedad. Luego guardó un silencio afligido. —Entre ustedes y yo hay toda el agua del mundo. Al decir esto, don Flor se quedó muy triste, puso los ojos en blanco, palmeó varias veces con fuerza, como si fuera a hacer estallar la tarde, tendió las manos hacia delante, con las palmas hacia arriba y se quedó en éxtasis. Al cabo de un rato se inclinó sobre Leli, colocó un dedo entre sus ojos y la miró con fijeza. —Tú te vas a ir del otro lado del agua. Cuando retiró el dedo de la frente de la niña, ésta pensó que le había quedado un agujero. Don Flor sacudió las manos, como si las tuviera mojadas, se volvió a mirar a Eva y colocó otra vez su dedo oscuro sobre la frente pálida de la niña. —Y tú... Guardó silencio, parecía perplejo. Retiró el dedo de la frente de la niña y le cogió una rodilla. —Voy a leer tu rodilla. Se inclinó con presteza sobre la pierna llena de tierra de la colina y así estuvo largo rato. Evita no se movió. —Tú no te vas. Tú te quedas en medio de estos días. —¿Cuáles? —preguntó Eva asustada. —Éstos. Aquí estamos en el centro de los días. Sus palabras se bebieron el agua de la tarde y se produjo un silencio reseco. Las niñas sintieron sed, miraron el patio polvoriento por el que corría un aire caliente. En la casa no había ni una sola planta, ni el menor rastro de hojas. —Ya no hay días... ¿A dónde se fueron? —preguntó Eva. —La Semana se fue a la Feria de Teloloapan. Aquí sólo queda el centro de los días —respondió don Flor mirándolas con sus ojos vidriosos que olían a alcohol. —¿A la feria? —¿No me creen? ¡Vengan! Don Flor se levantó y echó a andar moviendo los pliegues de su túnica color bugambilia. Ellas lo miraron alejarse. De pronto se detuvo, se volvió a mirarlas y las llamó con señas. Las niñas no tuvieron más remedio que obedecer y acercarse al hombre que las esperaba impaciente. Se detuvo frente a una puerta pintada de rojo. —¿Ven? Sobre la pintura roja de la puerta, en caracteres de un rojo más oscuro, alguien había escrito: "Domingo", y con letras más
pequeñas: "Lujuria", y más abajo: "Largueza". El hombre sacó de entre los pliegues de su túnica un manojo de llavecitas negras, escogió una y la introdujo en el candado que cerraba la puerta. Después, de un puntapié, la abrió de par en par. —Pasen. Las niñas entraron acompañadas de don Flor y se quedaron de pie en medio de la habitación. —¿Oyen? — preguntó el hombre con voz extraña. Las niñas lo miraron sorprendidas. En el cuarto de puerta y muros rojos no había nadie, ni se escuchaba ningún ruido. —¿No oyen los chicotazos? —insistió don Flor. Las niñas miraron sus ojos secos y alertas, su cara tendida hasta unos ruidos que ellas no escuchaban. Don Flor parecía complacido, extrañamente complacido. —Oigan. En el cuarto sólo había un olor terrible. No sabían si agradable o desagradable. De uno de los muros rojos colgaban unos collares de conchas negras. —¿Ven? El Domingo no está, se fue a la feria con los otros Días. —No, no está —respondieron las niñas. Don Flor se acercó a tocar las conchas negras, luego se volvió a ellas. —De todas es la más mala: lujuriosa y despilfarrada. No he podido acomodarle la virtud que le atajaría el vicio. El hombre movió la cabeza y dio de vueltas a los anillos que llevaba en los dedos. Volvió a mirarlas con los ojos secos. —Cuando me toca visitarla, me hace sudar sangre, pero yo también se la saco. La dejo rayada a chicotazos... ¿La oyen...? Me está llamando. ¡Óiganla! ¡Óiganla llorar llamándome! Ama el placer y los vicios... Las niñas no oían nada. El cuarto de Domingo les dio miedo. Miraron a don Flor, los ojos se le habían quedado tan secos como las conchas negras de los collares que pendían de la pared. —¡Óiganla...! Óiganla...! Se volvió a mirarlas, estaba sonriente, mostrando los dientes blancos. —Me gusta su piel tendida... se le revienta como a las guayabas... ¡Lástima de mujer! ¡Lástima...! Es carne para el demonio. ¡Lástima de tanta hermosura...! —Ya nos vamos —dijeron las niñas, asustadas. —¿Cómo que se van? Ustedes vinieron a conocer los días y apenas les estoy enseñando la lujuria del Domingo. Don Flor se echó a reír a carcajadas. Se acarició los cabellos negros y luego se quedó triste. —Mal día... Mujer perversa... Ojalá que no me pierda en sus placeres... le tengo miedo. —¡Ojalá que no me pierda en sus placeres...! —repitió preocupado don Flor. Al salir del cuarto del Domingo, cerró la puerta con cuidado.—Cierro bien para que no se me escapen sus quejidos. Esta mujer tiene que hacer penitencia. Ya les dije que me hace sudar sangre, pero que yo también se la saco... Sus palabras cayeron jadeantes sobre las cabezas rubias de las niñas. Andaban cerca de las fauces de un animal desconocido, de aliento tan caliente como la larde. Don Flor se detuvo en la puerta siguiente. La puerta estaba pintada de color de rosa y con un rosa más oscuro había escrito: "Sábado", "Pereza", "Castidad". — ¡Sábado! ¡Pereza! ¡Castidad! —leyó don Flor. Empujó la puerta y entraron a una habitación de muros color de rosa. El suelo de la habitación estaba cubierto de bagazos de caña de azúcar. En la pared había muñequitas de trapo clavadas con alfileres. —Tampoco a Sábado he podido acomodarle la virtud. No sirve para nada. ¡Para nada! Don Flor parecía muy disgustado. Dio de puntapiés a los bagazos de caña y con su mano cargada de anillos acomodó los alfileres que amenazaban caerse de la cabeza de una de las muñecas. —¡Miren este desacato! Tan floja es, que ni para dar un beso sirve. Eva y Leli lo dejaron hablar, sin entender su disgusto. Hubieran querido preguntarle por qué las muñecas eran tan chicas y estaban tan cubiertas de alfileres, pero prefirieron callar. La cara contrariada de don Flor les produjo miedo. —La hago fregar y fregar el piso, pero no entiende. En cuantito me descuido, se pone a mascar caña y a cantar tumbada en el petate. La ocupo a fuerza y sin gusto... No
vale nada. Pero tiene que saber que yo soy el dueño de los Días. Lo único que me gusta es que yo no le gusto... Don Flor se echó a reír. Riéndose, salió del cuarto y cerró la puerta, divertido. Las niñas querían irse. Cada palabra de don Flor olía a alcohol y salía agrandada de su boca. El hombre, sin hacerles caso, las llevó al cuarto de Viernes. Abajo de esta palabra estaban escritas "Orgullo" y "Diligencia". La puerta y los muros eran morados. En las paredes había papalotes de grandes colas brillantes. El cuarto olía a almizcle y a glicerina. —Aquí no hallarán ni una palabra —explicó el hombre y guardó silencio un rato. —Hasta hablar con ella cuesta. ¡Es difícil, muy difícil esta mujer! Ni a chicotazos la bajo de sus alturas. Los castigos que las otras temen a ella se le resbalan sin una palabra. Esta mujer me tiene triste... no la logro, no la logro... Parecía de veras triste. Abstraído, se quedó mirando un montón de canastas blancas, que estaban apiladas en un rincón del cuarto. Movió incrédulo la cabeza. —Ella es la que mejor teje. Don Flor acarició las canastas blancas, olorosas a campo, y se le humedecieron los ojos. —Aunque la ocupe a las buenas o a las malas toda una noche, no le arranco una palabra. ¡En llagas la he dejado! Pero cuando una mujer no quiere, es que no quiere, y en ella se rompe el hombre. Salieron del cuarto de Viernes sin hablar. La tristeza de don Flor cayó sobre las niñas y las siguió por el corredor estrecho. El cuarto que decía Jueves tenia escrito: "Cólera" y "Modestia”. Su puerta y sus paredes eran anaranjadas, como la flor de nopal que don Flor había colocado sobre la trenza de la mujer. El cuarto olía a flores de calabaza y del techo colgaban mazorcas de maíz. —Aquí vive Jueves. Las otras le tiemblan. Yo ya se lo tengo dicho: "Mujer, acabarás en el infierno, convertida en lengua de fuego", pero no se corrige. Cuando la chicoteo, se me viene encima como gato. ¿Creen? Con ella me paso muchas noches y días seguiditos. Da muchos placeres, muchos placeres. ¡Pero nada más a mí! Nunca conoció a otro hombre. Yo la agarré muy tiernita. Don Flor se golpeó el pecho con orgullo. El olor que se desprendió de su túnica les produjo náuseas. Se inclinó y agarró el petate, para agitarlo frente a ellas. —¿Ven? ¿Ven? Las niñas no vieron nada. Los dedos cargados de anillos señalaban el tejido del petate. —¿No ven los placeres? Aquí están dibujados. El cuarto de Miércoles era verde y las palabras escritas en verde más pálido eran: "Envidia"' y "Paciencia". —Tampoco a ésta he podido acomodarle la virtud. ¿La han visto? —Sí —dijeron ellas, que habían visto a Miércoles desde lejos, vestida con su falda y su huipil verde muy tierno y con las trenzas llenas de cintas verdes que colgaban de su nuca. —Si por ella fuera, nada más a ella la visitaría. Por eso rara es la noche que paso con ella. Pero aguanta todo: desprecios, golpes, con tal de que de cuando en cuando le conceda castigar a las otras. Don Flor se echó a reír. Se volvió a verlas con sus ojos brillantes en donde bailaban chispas secas. —¡Es sanguinaria! Su risa les llegó oliendo a alcohol. Ellas lo oían sin entenderlo. — No vayan a creer que no me gusta. ¡Me gusta, me gusta esta mujer! No todos los días. Ya saben que hay días para los días. La deberían de ver cómo se pone cuando le ofrezco los castigos. ¡Es una perra! ¿Han visto las caras de las perras ensartadas? ¡Hasta babea...! El cuarto de Martes era amarillo pálido. En su puerta decía: "Avaricia" y "Abstinencia". —Es tan finita que no me gusta ni tocarla. Es quebradiza, y yo soy garrido. Quiero un cuerpo más a mi manera. De pronto pareció enfurecerse. Clavó los ojos en el suelo, pareció que buscaba algo, se agachó con presteza y levantó una loseta. En el hueco de tierra suelta estaban escondidos unos pendientes de cuentas azules. —Ya le tengo dicho que no esconda nada. La voy a hacer que vomite los pulmones, para que los esconda en este agujero. La violencia de
sus palabras dichas en voz baja hicieron parpadear a los amarillos de las paredes. Don Flor cerró la puerta de un golpe. Sofocado, se recargó un gran rato sobre el muro del corredor para sosegarse. Ellas esperaron atónitas. La habitación de Lunes era azul como su traje. Sobre la puerta también azul, escritas con azules diferentes estaban las palabras: "Gula" y "Humildad". —Ésta, cuando la toco, me lame las manos. ¡La golosa! Don Flor se miró las manos con satisfacción. Luego se las acercó a las niñas, como si esperara que ellas también se las lamieran. Los anillos estaban grasientos y las piedras de colores, opacas. Así se quedó un gran rato, luego se irguió y olfateó como un perro. —¡Huelan! ¡Huelan! —les urgió. Ellas respiraron fuerte, tratando de percibir algún olor, pero no les llegó ninguno. El cuarto de Lunes era el único que no olía a nada. El esfuerzo que hicieron para oler les aumentó las náuseas. Don Flor las miró y se echó a reír a carcajadas. —¿No huelen? Lunes es glotona de manjares y de hombre... Me vuelve muy animal... A veces me da miedo. El hombre, niñitas, peligra junto a la mujer glotona. Las llevó al patio en donde un calor redondo y seco las esperaba. —Bueno, niñitas, ya vieron dónde viven los Días, y cómo son. Ya vieron también quién maneja a la Semana. Y ya vieron que todo está en desorden: los colores, los pecados, las virtudes y los Días. Estamos en el desorden, por eso yo chicoteo a los Días, para castigarlos por sus faltas. Don Flor guardó silencio. En el calor del patio, las niñas vieron que su traje estaba sucio, y que los dedos en donde giraban los anillos estaban impregnados de mugre. El patio olía a agrio y las palabras salían descompuestas de la boca del hombre. Don Flor se inclinó sobre ellas y las miró con sus ojos negros y secos. Adentro de ellos había lagos sangrientos y piedras oscuras. —Díganme, niñitas, ¿cuál es su pena? Las niñas ya habían olvidado sus temores. Veían los ojos de don Flor y olían las corrientes de aromas que salían por las rendijas de las puertas de colores, para juntarse en el centro del patio y formar un remolino de vapores. Nuestro Señor Jesucristo no las había castigado y lo único que querían era volver a su casa, en donde las paredes y el jardín olían a paredes y a jardín. —Las gentes de por aquí me tratan mal, niñitas. Ustedes son las primeras en venir a visitarme. En cambio, las gentes de la ciudad de México vienen hasta acá a buscar consuelo para sus penas. Me llegan acobardados y yo les enseño el desorden de los días y el desorden del hombre. Me vienen a pedir que castigue al día en que van a correr su suerte. Quieren llevar ventaja y entrar con el día cansado. Hay los que van a jugar sus elecciones y yo les castigo el día del voto. También vienen las señoras, a pedir castigo para el día de sus rivales. Todos me dejan mi buen dinero y se van contentos, después de ver cómo les castigo al día que necesitan. Cuando ya lo ven en sangre empiezan a sacar el dinero... Don Flor esperó un rato y se echó a reír. Ellas no supieron qué decir y se empeñaron en mirar el suelo. El hombre se inclinó sobre sus cabezas y preguntó: —¿Y ustedes, niñitas, qué castigo quieren? Las niñas se miraron asustadas, querían irse a su casa y estar cerca de Felipe II y de Candelaria. Don Flor y su casa redonda les daba miedo. —Yo soy el dueño de los Días. Soy el Siglo. Díganme en qué día las ofendieron, y ya verán lo que le hacemos al Día que ustedes me pidan. Las niñas miraron a los ojos de don Flor. —Vuelvan, no importa que haya tanta agua entre ustedes y yo. Lo mismo les haré el favor. ¡Los días son parejos para todos! ¿Quieren que chicoteemos al Jueves? Díganme, ¿cuál es el día que quieren ver en sangre? Ellas volvieron a mirar el suelo. No querían ver los ojos del hombre ni oír sus palabras sombrías. —Díganme, niñitas, ¿cuál es el día que quieren ver en sangre? —don Flor repitió una y otra vez su misma
pregunta. — ¿Cuál es el día que quieren ver en sangre? No cambiaba de voz ni se impacientaba frente a su silencio. —¿Cuál es el día que quieren ver en sangre? Pasó mucho tiempo antes de que pudieran ganar la puerta de salida. No se fijaron si la puerta quedó abierta o cerrada. Lo único que querían era llegar a su casa. Cuando cruzaron el zaguán, delante de la figura asombrada de Rutilio, la voz repitió: —¿Cuál es el día que necesitan ver en sangre? ¿Cuál, niñitas? ¿Cuál? ¿Díganme cuál es el día que necesitan ver en sangre? Se echaron a llorar. Su padre les explicó que los días eran blancos y que la única semana era la Semana Santa: Domingo de Ramos, Lunes Santo, Martes Santo, Miércoles Santo, Jueves Santo, Viernes de Dolores, Sábado de Gloria y Domingo de Resurrección. Pero era difícil olvidar a la semana de colores encerrada en la casa de don Flor. —¿Cuál es el día que necesitan ver en sangre? ¿Cuál? ¿Cuál? —Ya se quedaron como pájaros locos, brincando de la Semana Santa a la Semana de Colores encerrada en la casa de don Flor —les dijo Candelaria al correr el velo del mosquitero, que resultaba ineficaz para protegerlas de la pregunta de don Flor. "¿Cuál es el día que necesitan ver en sangre? ¿Cuál? ¿Cuál?" Por la mañana Candelaria no les llevó el desayuno. Rutilio les sirvió la avena con leche. Las miraba con miedo. Su padre y su madre habían salido a una diligencia. —Para que no las molesten a ustedes —explicó Rutilio. Las niñas lo miraron asustadas. —¿Están seguras de que les habló? —preguntó Rutilio acercándoles el cestito de bizcochos. —¿Quién? —Don Flor. De la mañana blanca, tendida sobre el mantel, surgió la pregunta: "¿Cuál es el día que necesitan ver en sangre? ¿Cuál, niñitas, cuál?" —Sí... nos habló mucho... —se echaron a llorar. —¿Dejaron la puerta abierta? —preguntó Rutilio. —No sé... —respondió Evita. —Sí, sí... —asintió Leli.
—Eso se dice, que fueron ustedes las que dejaron la puerta abierta. Salía tanta pestilencia, que los arrieros, al pasar por allí, la notaron, se metieron hasta el patio y allí lo hallaron tirado en el mero centro. Dicen que fueron las mujeres las que lo mataron, porque la Semana desapareció... ¿Están seguras de que les habló?... Dicen que murió hace varios días...
Pequeñísima biografía de Elena Garro
Elena Garro (1916-1998) fue dramaturga y novelista; también cultivó la poesía, inédita en gran parte, y el periodismo, recientemente publicado en el tercer tomo de su biografía. Además, incursionó en otras disciplinas artísticas como la danza, la actuación y la coreografía. Su obra es fundamental para las letras mexicanas e hispanoamericanas: su narrativa introdujo nuevas maneras de concebir el tiempo dentro del relato, sus piezas teatrales renovaron la dramaturgia; sus historias, tan fantásticas como verosímiles, introdujeron en la literatura la cosmovisión de los pueblos de provincia, del imaginario campesino e indígena en una época en la que estos grupos habían pasado a segundo término; sus personajes son diseñados de tal modo que desde el nombre asoman sus gestos más profundos; su lenguaje poético recrea la atmósfera del campo y la ciudad al tiempo que cuestiona los resultados de la revolución, trae de vuelta el trauma de la conquista o señala las desigualdades sociales. La envergadura de su labor literaria es tal que algunos escritores afirman que, después de sor Juana Inés de la Cruz, es la mejor escritora de México. Recientemente el Fondo de Cultura Económica publicó parte de su obra en tres tomos. Algunos de sus títulos más conocidos y estudiados son Los recuerdos del porvenir (1963), novela ganadora del Premio Xavier Villaurrutia; Un hogar sólido (1958), Andarse por las ramas (1958) y Los pilares de doña Blanca (1958), piezas dramáticas montadas por el grupo Poesía en Voz Alta; y La semana de colores(1964), reunión de cuentos al que pertenece “La culpa es de los tlaxcaltecas”, que se convirtió rápidamente en uno de los clásicos dentro de la cuentista mexicana. Sin embargo, su obra es más extensa y con el paso de los años cobra importancia dentro de los estudios literarios mexicanos y extranjeros. Garro fue una mujer controvertida, contradictoria, en ocasiones frívola, pero ante todo, una genial escritora. Desafortunadamente, sus circunstancias personales, las desavenencias en el ámbito cultural y literario mexicanos, su autoexilio, las carencias económicas casi al final de su vida, sus propios actos y declaraciones le impidieron consagrarse de lleno con su compromiso literario. *Sacada de la Enciclopedia de la Literatura en México.
Personajes: Leli Eva (Evita) Padre Madre Don Flor Candelaria Tefa Rutilio Felipe II (cuadro del personaje) Domingo (rojo) Sábado (rosa) Viernes (morado) Jueves (anaranjado) Miércoles (verde) Martes (amarillo) Lunes (azul) Psicología del personaje: Leli- Inocente, es la hermana menor de Eva. Eva (Evita)- Es incrédula y traviesa, le agrada desobedecer a su padre y cuestionarle. Padre: Hombre de carácter, religioso, estricto y regañón. Madre- Solo se menciona. Candelaria- Mujer religiosa, de mediana edad. Chismosa y supersticiosa. Rutilio: Rodaría por los 70 años, deprimente, con alma de viejo. Tefa- Una criada, supongo que joven. Chismosa parece ser (bien metida en el chisme). Don Flor- Rondaría por los 50 años (como para tener todavía fuerza). Alcohólico y un sádico de hueso colorado. Toma demasiada atención en los defectos de cada uno de los Días tratando arduamente a base de castigos acomodarles “la virtud” que el mismo les otorgó. Se autodenomina el siglo al tener confinados a los Días en su casa (yo creo que la casa es el Año, es redondo y siempre se repite…o tal vez es el mes) Domingo- La representa el color rojo y las palabras: pecado “Lujuria” virtud “Largueza”. Según cuenta Don Flor, es una mujer perdida en la lujuria a la que no le ha podido acomodar la virtud. Sábado- Infiero que es la menor de los Días, la representa el color rosa y las palabras: pecado: “Pereza” virtud “Castidad”. Don Flor menciona que ella tampoco ha adquirido su virtud, siendo muy floja para los quehaceres mientras disfruta sus cañas de azúcar. Sábado odia a Don Flor (cualquiera lo odiaría).
Viernes- El color de su habitación es morado y tiene unos papalotes grandes pegados a la pared. La representan las palabras: pecado “Orgullo” y virtud “Diligencia”. Parece ser que es callada y no le gusta meterse en más problemas. Se mantiene quieta y no dice ninguna palabra al momento de los golpes. Jueves- Supongo que es la mayor de todos los Días, ya que Don Flor menciona que a ella la “agarro muy tiernita”. Es iracunda, se enoja fácilmente, ganándose el miedo de las demás. La representa el color naranja y las palabras: pecado “Cólera” virtud “Modestia”. Es la que tiene una relación más estable con Don Flor y la que más le agrada a este señor. Miércoles- Ha esta mujer la representa el color verde y las palabras: pecado “Envidia” virtud “Paciencia”. Don Flor le menciona a las niñas que a Miércoles recibe las golpizas a cambio de golpear a las otras de vez en cuando; “¡Es sanguinaria!” dice Don Flor. Martes- El cuarto de Martes es amarillo pálido y las palabras escritas en su puerta son: pecado “Avaricia” virtud “Abstinencia”. Es otro de los Días que Don Flor está insatisfecho al no poder acomodarle la virtud. O es precavida para cuando vayan a escapar o realmente es ladrona, escondiendo unos pendientes azules debajo de una loseta. Lunes- El cuarto de Lunes es azul y en su puerta están escritas las palabras: pecado “Gula” virtud “Humildad”. Don Flor menciona que más que su pecado sea el de comer demasiado, se refiere en aquellos momentos; dice textualmente - Está, cuando la toco, me lame las manos. ¡La golosa!- (…) “Lunes es glotona de manjares y de hombre”
Contexto dentro del cuento Religión, violencia, “prostitución”, muerte, inocencia, mágico (brujería). Género Realismo mágico
Situaciones Padre se enoja • ¿Por qué sucede? • Las niñas aun no se aprenden el seguimiento de los días
Eva cuestiona a su padre • ¿Por qué sucede? • Al preguntar que día es
Las niñas deciden ir a ver a Don Flor. • ¿Por qué sucede? • Su padre se rie • Tienen curiosidad que día es hoy.
Hace tres días es Lunes.
¡Al fin es Jueves!
• ¿Por que sucede? • Se enteraron ya que Don Flor hablaba con Lunes. • Candelaria se escandaliza al saber que fueron a verlo.
• ¿Por que sucede? • Las niñas observaron que Don Flor le puso una flor de nopal naranja a Jueves. • Candelaria dice que estan embrujadas por Don Flor.
A preguntarle a Don Flor que día es hoy. • ¿Por que sucede? • La tarde estaba callada y no habia ni un solo Día, solo Don Flor tirado en el centro de su casa mirando al cielo.
Los días no estan. • ¿Por que sucede? • "Se fueron a la Fería" dice Don Flor a las niñas.
Y ustedes niñas ¿Cuál es su pena? • ¿Por que sucede? • Don Flor les dice esto al terminar de conocer la los Días y decirle que el es su dueño, chicoteandolos por sus faltas.
Las niñas se quedan con un trauma • ¿Por que sucede? • Por la insistencia de Don Flor, la horrible idea de torturar a las originarias de su felicidad cada semana y la impresión que le causo tal experiencia.
Don Flor las hace pasar. • ¿Por que sucede? • Ellas llegan a su puerta y tocan.
Don Flor va dandoles un paseo por los cuartos y manias de cada uno de los Días. • ¿Por que sucede? • Las niñas desean irse.
"¿Vamos a ver que dia es hoy? • ¿Por que sucede? • El jueves se volvio rojo llevando al Domingo. • Tanto regaño abruma. • Curiosidad infantil.
Don Flor les dice algo relacionado al agua. • ¿Por que sucede? • Quiere conocerlas mejor... a estas "güeritas". • Buscar un pretexto para presentarles a los Días
Despues de muchos Días, terminan de recorrer el año. • ¿Por que sucede? • Don Flor ya les contó los placeres que paá con cada uno de los Días.
Las niñas desean huir. • Don Flor les da miedo, mientras les sigue diciendo cosas que ellas apenas entienden. • Don Flor les dice que nadio lo visita en el pueblo, solo los de la capital, que piden castigar a un Día por pura superstición, pagandole por el servicio.
Pasan los días y las niñas no olvidan.
Las niñas huyen dejando la puerta abierta. • ¿Por que sucede? • Don Flor les pregunta una y otra vez: ¿Cuál es el Día que quieren ver en sangre?
Se comunica que Don Flor estaba muerto hace varios días. • ¿Por que sucede? • Los Días lo mataron.
Sombras Javier Solís
el pasaje más horrendo de este drama sin final sombras nada más entre tu vida y mi vida sombras nada más entre tu amor y mi amor. Qué breve fue tu presencia en mi hastío qué tibias fueron tus manos, tu voz como luciérnaga llegó tu luz y disipó las sombras de mi rincón.
Quisiera abrir lentamente mis venas Mi sangre toda verterla a tus pies Para poderte demostrar que más no puedo amar y entonces morir después Y sin embargo, sus ojos azules Azul que tienen el cielo y el mar Viven cerrados para mi sin ver que estoy aquí Perdido en mi soledad Sombras nada más acariciando mis manos sombras nada más en el temblor de mi voz pude ser feliz y estoy en vida muriendo y entre lágrimas viviendo
Y yo quede como un duende temblando sin el azul de tus ojos de mar que se han cerrado para mí sin ver que estoy aquí perdido en mi soledad. Sombras nada más acariciando mis manos sombras nada más en el temblor de mi voz pude ser feliz y estoy en vida muriendo y entre lágrimas viviendo el pasaje más horrendo de este drama sin final sombras nada más entre tu vida y mi vida sombras nada más entre tu amor y mi amor.
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Compositor: Francisco Lomuto Nombre: Sombras Tema: Amor, Muerte, Miedo.
Argumento: Un amor incondicional. • • • •
Voz: Lírica Coordenadas: Indefinido Rima: Consonante Figuras literarias: Hipérbole, Comparación.
Estilo y mensaje: Al escuchar la mayoría de las canciones que el gran cantante Javier Solís nos dejó como legado, la mayoría son sufridas, con muerte y tristeza impregnadas en ellas. Sombras, a pesar de que es una canción muy corta, transmite esa sensación de querer amar pero no poder, de tener miedo a que duela de nuevo. Esta canción por su hermosa rima merece este lugar.
Triste canción de amor El Tri
Ella existió solo en un sueño, Él es un poema que el poeta nunca escribió. Y en la eternidad los dos unieron sus almas para darle vida A esta triste canción de amor (X2) Él es como el mar, Ella es como la luna, Y en las noches de luna llena hacen el amor. Y en la eternidad los dos unieron sus almas para darle vida a esta triste canción de amor(X2) Él es como un dios, ella es como una virgen, y los dioses les enseñaron a pecar. Y en la eternidad los dos unieron sus almas para darle vida a esta triste canción de amor(X2). (lalala rarara eternos por el último minuto y medio)
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Compositor: Alex Lora Nombre: Triste canción de amor Tema: Amor, Desconsuelo, Tristeza.
Argumento: • • • •
Voz: Narrador Coordenadas: Espacio (Inmensidad) Rima: Consonante Figuras literarias: Personificación
Estilo y mensaje: Alex Lora maneja el rock, por algo es uno de los precursores en el rock mexicano; un estilo con solos de guitarra y su voz rasposa le agregan algo a sus canciones que nadie sabe pero suelen gustar. Letras con groserías (perdón, palabras altisonantes) que tratan de recrear la vida de cualquiera. Pero esta canción es la excepción, tiene un conjunto de palabras simples pero que forman una hermosa historia de amor que nunca se logró. Ahora el señor está retirado y solo recibe remuneraciones, pero se retiró en el mejor momento y no empezó a hacer música basura como muchos.
“Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados. Nuestro miedo más profundo es que somos poderosos sin límite. Es nuestra luz, no la oscuridad lo que más nos asusta. Nos preguntamos: ¿quién soy yo para ser brillante, precioso, talentoso y fabuloso? En realidad, ¿quién eres tú para no serlo? Eres hijo del universo. El hecho de jugar a ser pequeño no sirve al mundo. No hay nada iluminador en encogerte para que otras personas cerca de ti no se sientan inseguras. Nacemos para hacer manifiesto la gloria del universo que está dentro de nosotros. No solamente algunos de nosotros: Está dentro de todos y cada uno. Y mientras dejamos lucir nuestra propia luz, inconscientemente damos permiso a otras personas para hacer lo mismo. Y al liberarnos de nuestro miedo, nuestra presencia automáticamente libera a los demás. Nelson Mandela
Pequeñísima biografía de Nelson Mandela. Nelson Rolihlahla Mandelanació el 18 de julio de 1918 en Mvezo, un pueblo de 300 habitantes donde se crió junto a sus doce hermanos. Nelson Mandea fue el primer presidente de Sudáfrica elegido democráticamente a través del sufragio universal y recibió más de 250 premios y reconocimientos internacionales. "Madiba", tal como era conocido en su país, finalizó la secundaria, comenzó sus estudios de bachillerato en Artes en el Colegio Universitario de Fort Hare, donde fue elegido como miembro del Consejo de Representantes Estudiantiles pero luego fue expulsado por participar en una huelga estudiantil. Más tarde, Nelson Mandela se trasladó a Johannesburgo, donde en 1941 terminó sus estudios por correspondencia en la Unisa. Luego estudió Derecho en la Universidad de Witwatersrand, donde se graduó, en 1942, como abogado. En 1962, Nelson Mandela fue arrestado y condenado a cadena perpetua por sabotaje, entre otros cargos y estuvo 27 años en la cárcel, la mayoría de los cuales estuvo confinado en la prisión de Robben Island. Luego de su liberación, el 11 de febrero de 1990, Nelson Mandela lideró a su partido en las negociaciones para conseguir una democracia multirracial en Sudáfrica, objetivo que finalmente consiguió en 1994, en las primeras elecciones democráticas por sufragio universal. El dirigente ganó las elecciones y fue presidente desde 1994 hasta 1999, y durante su prolífica carrera recibió más de 250 premios y reconocimientos internacionales, entre los cuales se destaca el Premio Nobel de la Paz, en 1993. En cuanto a su vida familiar, Nelson Mandela se casó tres veces y es padre de seis hijos.
Contexto Histórico. Sudáfrica ha tenido un historial de dominación por la supremacía blanca, ya sea por las colonias holandesas, los londinenses o los estadounidenses por lo que han permanecido aislados y confinados en lugares arrinconados del continente, donde se supone es su tierra por estos “intrusos”. Apartheid fue uno de los proyectos que lanzaron los intrusos para separar a las diferentes razas (después dejándose llevar por el racismo), iniciando en Sudáfrica oficialmente en 1944. Nelson Mandela organizo un movimiento en contra de esto (como ya lo vimos en la biografía) y fue encarcelado por 27 años. Al finalizar su encarcelamiento, Mandela dice este poema como discurso, aceptando así, la presidencia democrática mientras dejaba un gran mensaje en sus conciudadanos. ¿De qué trata el discurso? Es un llamado para nosotros mismos, una reflexión, un aprendizaje que con los años aún no se quita: El miedo y la inseguridad. Recalca al final del discurso (que muchos lo toman por un poema) que el miedo no es necesario, que nosotros somos más que simples personas en este mundo, que estamos hechos para ser felices y mejores con este mundo y nosotros mismos, apoyar los unos a los otros, a brillar con luz propia. ¿Cómo es que Mandela reacciona al decir el discurso? Neutral, Esta muy atento a sus apuntes y parece algo nervioso (se trabó al leer). Después de todo, es su ceremonia presidencial. ¿A quién va dirigido este discurso? A sus conciudadanos, quienes lo apoyaron en la lucha de la desigualdad de los africanos por parte de Apartheid. ¿Qué trascendencia ha tenido este discurso a lo largo de los años? Este discurso, además de ser de los más cortos es uno de los más hermosos y emotivos de la historia, que tiene una enseñanza valiosa para convertirnos en mejores personas y, a la vez, sentirnos bien con nosotros mismos a pesar de las adversidades y las barreras que se nos pongan en frente. ¿Qué frase de esté discurso me ha impactado? La verdad, creo que el discurso entero es impactante, tiene las palabras necesarias para tocarte el corazón directamente y hacerte reflexionar sobre tu propia vida. Las preguntas no dejaban de surgir en mi cabeza cuando leía este discurso en la realización de este análisis. Pero si tengo que decir alguno pues: “Y al liberarnos de nuestro miedo, nuestra presencia automáticamente libera a los demás.” Un verdadero llamado a la paz.
Europa Mónica Naranjo Yo era la diva de aquella nación, Grandes teatros llenaba mi voz Y mi palacio tan hermoso ayer De soledad y mármol fue después.
Yo era la rosa dorada del sol, Lluvia de vino, burbuja de amor Y mi palacio fue la juventud, Cuando cantaba yo, soñabas tú. Tuve la gloria, tuve tu devoción, Y me sentí querida, Mimada por la vida, Ciega de delirante ilusión. Aria de amor Mientras aplauden tras el telón, En el ocaso muere el viejo Dios. Aria de amor Una quimera, una canción, Que la victoria es grande Y Europa grande, ay, ¡¡¡Grande el destino es hoy!!!
La decadencia, la solución final. Entre las mil banderas, cruces y calaveras, Símbolos de quimeras, Te perdí. Aria de amor Mientras aplauden tras el telón, En el ocaso mueres, vieja Europa. Sola, ay, loca y hundida Aber warum ist es so dunkel hiet? Warum diese Dunkelheit? Lo sono disperata Je suis saoule; Je suis saoule d'amour...!!! Oigo las bombas, águilas de terror. Y sueño en la basura Que vuelve tu figura Y me refugio en el alcohol. Aria de amor Una quimera, una canción, Que la derrota es grande Y Europa grande ay, Y grandes al fin tu y yo...
Análisis • Compositor: Mónica Naranjo • Nombre: Europa • Tema: Fama, Fortuna, Decaída, Guerra, Nostalgia. Argumento: Relata la vida de una diva, una mujer que poseía fama, amor por su público y un sueño, pero por la ruin guerra (supongo que la guerra civil de España) • • • •
Voz: Narrador Coordenadas: Espacial (Europa) Rima: Consonante Figuras literarias: Elipsis, Hipérbole.
Estilo y mensaje: Mónica Naranjo es una de las divas del siglo XX, mujer carismática y con una voz impresionante. Suele usar muy bien su voz para dar hincapié a lo que hace, ella utiliza mucho el estilo Drag Queen, que es el travestismo masculino a lo burlesque del teatro (maquillaje exagerado y grandes bailes) suele ser sensual y enigmática. Esta canción refleja la tristeza del personaje al haber perdido lo que más la hacía feliz, que era el cantar. La tristeza sale por cada esquina de las palabras.
Mujer contra mujer Mecano Una opina que - aquello no está bienLa otra opina que - que se le va hacerY lo que opine los demás esta demás
Quien detiene palomas al vuelo volando al ras del suelo Mujer contra mujer No estoy yo por la labor De tirarles la primera piedra Si equivoco la ocasión Y las hallo labio a labio en el salón
No tiene nada de especial Dos mujeres que se dan la mano El matiz viene después Cuando lo hacen por debajo del mantel Luego a solas Sin nada que perder Tras las manos va el resto de la piel Un amor por ocultar Aunque en cueros no hay por donde esconderlo Lo disfrazan por amistad Cuando sale a pasear por la ciudad
Ni siquiera me atrevería a toser Si no gusto ya se lo que hay que hacer, Que de mis piedras ellas hacen su pared Quien detiene palomas al vuelo volando al ras del suelo Mujer contra mujer Una opina que - aquello no está bienLa otra opina que - que se le va hacerY lo que opine los demás esta demás Quien detiene palomas al vuelo volando al ras del suelo Mujer contra mujer (X2)
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Compositor: José María Cano Nombre: Mujer contra mujer Tema: Amor, Homosexualidad, Critica.
Argumento: Se relata la historia sobre el secreto amor entre dos mujeres, que ante la sociedad tratan de simular ser amigas. • • • •
Voz: Narrativa Coordenadas: Espacial (salón) Rima: Consonante Figuras literarias: Aliteración, Interrogación, Eufemismo,
Estilo y mensaje: Mecano busca diferentes sonidos y contar historias en cada una de sus canciones. Está canción lo tomo yo como una crítica hacia la intolerancia hacia el amor entre dos personas del mismo sexo.
Cocaina Baby Bebe
Hay un trozo de luz en esta oscuridad Para prestarme calma El tiempo todo calma La tempestad y la calma (X2) (X2)
Siempre me quedará La voz suave del mar volver a respirar La lluvia que caerá sobre este cuerpo y mojara La flor que crece en mí Y volveré a reír Y cada día, un instante yo volveré a pensar en ti. Voy a decir que me parte mil La esquinita de mis huesos Que han caído los esquemas de mi vida Ahora que todo era perfecto Y algo más que eso me sorbiste el seso Y me desciende el peso De este cuerpecito mío que se ha convertido en rio (X2) Me cuesta abrir los ojos Y lo hago poco a poco no sea que aun te encuentres cerca Me guardo tu recuerdo Como el mejor secreto Que dulce fue tenerte dentro
Análisis • • •
Compositor: Bebe Nombre: Cocaina Baby (Me quedará) Tema:
Argumento: Una mujer que fue dejada por su pareja (o “futura” pareja) y se siente deprimida… pero, ella espera volver a ser feliz. • • • •
Voz: Narrador Coordenadas: Indefinidas Rima: Consonante Figuras literarias: Aliteración, Alegoría, Poliptoton.
Estilo y mensaje: Bebe en sus letras suele usar muchos diminutivos con una música tranquila (depende de cual sea el tema, como la de Malo que habla de violencia domestica). Está canción me comunica que siempre hay una solución a los problemas, aunque tarde tiempo en sanar las heridas.
STATUS DE SEÑORA Lina Zeron
Sola, (2) día a día contemplo la fuerza (9) con que se impone el alba (9) mientras coso tu nombre en las cortinas. (12) Sola, (2) habitante soy de una bella casa (12) donde mi persona es el mejor adorno (12) que de vez en vez de lugar cambias (10) pero nada es mío según las actas. (11) Sola, (2) con mi status de señora bien casada, (13) esposa del brillante ejecutivo (12) que entiendo vive conmigo (9) por las huellas que deja en la cama. (11) Sola, (2) cada noche río a carcajadas (10) con mi sombra de gran dama (8) y contemplo el rostro de la perfecta esposa (13) que desearía por una noche ser tu cortesana. (14)
Tipo de poesía: Lirica Tipo de rima: Asonante Forma: Verso Está formado por: 4 Estrofas 19 versos Cada uno ronda entre los 9 a 14 sílabas Recursos literarios: Figuras retoricas: - 4to verso: Una espera - 7mo verso: Compromiso arreglado Tono: Triste, esperanzador, cansancio, irónico. Sentimientos causados a Mua: Yo no soy esposa, pero puedo entender lo que trataba de transmitir la autora: Una mujer que, me da a pensar, se casó enamorada en un compromiso arreglado al referirse al hombre como “brillante ejecutivo”, o sea, por el bien de una empresa; pero su esposo, no está siquiera para mimarla un poco, solo está ocupado siendo él y alejándose más de ella. Es un poco triste en mi opinión.
UN SUEÑO Manuel Acuña
¿Quieres oír un sueño? (7) Pues anoche (4) vi la noche fugaz de la espesura (12) que al rozar con el broche (7) de un lirio que se alzaba en la pradera (12) grabó sobre el “un beso”, (7) perdiéndose después rauda y ligera (12) de la enramada entre el follaje espeso. (14) Este es mi sueño todo, (7) Y si entenderlo quieres, niña bella, (14) Une tus labios con los míos (9) Y sabrás quien es “el” y quien es “ella” (11)
Tipo de poesía: Narrativa Tipo de rima: Consonante Forma: Verso Está formado por: 2 estrofas 12 versos Consta de 4 a 14 silabas Recursos literarios: Figuras retoricas: Beso.- Noche – “Él”. Broche- “Ella Tono: Pícaro, romántico, desesperado
Sentimientos causados a Mua: Al leerlo por primera vez me causo una vergüenza total, pero de esas que son bonitas, que te conmueven, te enchinan la piel y te sacan a relucir tus pensamientos más cursis. Es un poema que me gustó muchísimo, por la razón de trasmitirme esa picardía y coquetería que resulta muy elegante.
ENTRE IRSE Y QUEDARSE Octavio Paz
Entre irse y quedarse duda el día, (11) enamorado de su transparencia. (11) La tarde circular es de bahía, (11) es su quieto vaivén se mece el mundo. (11) Todo es visible y todo es elusivo, (11) todo está cerca y todo es intocable. (11) Los papeles, el libro, el vaso, el lápiz (11) reposan a la sombra de sus nombres. (12) Latir del tiempo que en mi sien repite (11) la misma terca sílaba de sangre. (11) La luz hace del muro indiferente (11) un espectral teatro de reflejos. (10) En el centro de un ojo me descubro, (12) no me mira, me miró en su mirada. (11) Se disipa al instante. Sin moverse, (11) yo me quedo y me voy: soy una pausa. (11)
Tipo de rima: Asonante. Tipo de poesía: Lirica-narrativa. Forma: Verso. Está formado por: 8 Estrofas 16 versos Consta de entre10 a 12 sílabas
Recursos literarios: TODO el poema Figuras retoricas: Traducción… - 1ra estrofa: Decisión ambigua - 2da estrofa: Tranquilo y lento tiempo - 3ra estrofa: Relacionado - 4ta estrofa: Quietos, sin actitud
- 5ta estrofa: Amanecer - 6ta estrofa: Ilusión - 7ma estrofa: Se va la inspiración y vuelve. Se queda quieta.
Tono: Monótono, aburrido, nostálgico, alejado, fuera de este plano. Sentimientos causados a Mua: Admito que no lo comprendí a la primera leída, pero al releerlo una y otra vez me pareció que llego una imagen a mi imaginación: La Inspiración. Un escritorio, y un hombre consternado sobre que más podría escribir o hacer, sintiendo que algo faltaba y que todo ya estaba ahí. Lo que se fue fugazmente mencionado en la última estrofa es La Inspiración.