LAS TAREAS DEL MAESTRO Y LOS DESAFÍOS DE LA EVALUACIÓN DOCENTE Olac Fuentes Molinar Queda por recorrer un largo camino antes de que sea posible establecer el carácter preciso y el efecto más probable que, en las aulas de la escuela mexicana, tengan las reformas constitucionales en materia educativa que han llevado a cabo el gobierno de Enrique Peña Nieto y la mayoría legislativa agrupada en el Pacto por México. Por su carácter, las reformas son formulaciones muy generales que deberán transitar por varios momentos de definición. El primero de ellos será la presentación, discusión y resolución en las propias cámaras de la legislación secundaria. En particular, de las reformas consecuentes a la Ley General de Educación, de la elaboración de una ley o estatuto del servicio profesional docente y de la ley orgánica de la nueva versión del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE). El segundo momento corresponderá a las decisiones técnicas, organizativas y financieras que definan la operación de las reformas en el territorio nacional. En este proceso, los gobiernos de los estados deberán desempeñar un papel central. Por último, habrá que poner en marcha esos medios de operación y designar cuadros técnicos y de dirección suficientemente calificados y confiables para esas tareas. Todo ese proceso se desenvolverá en un escenario político sumamente complejo y conflictivo, con actores cuyas motivaciones, en muchos casos, van más allá de los asuntos incluidos expresamente en las reformas. Existe, a pesar del ambiente enrarecido que se está creando, un espacio abierto para la reflexión compartida y el debate de ideas. Participar de buena fe tal vez ayude a trascender el clima de encono y primacía del prejuicio y la simplificación, que atribuye intenciones ocultas a los otros. Contribuir a ese tipo de debate es la intención de las notas que siguen y que se refieren al tema central de las reformas, es decir, a la regulación del ingreso, la promoción, el reconocimiento y la permanencia en el Servicio Profesional Docente. ¿Cómo miramos a los maestros? En el fondo de toda propuesta para regular el trabajo docente se esconden imágenes, con frecuencia poco conscientes, acerca de qué es ser maestro, qué caracteriza a un buen maestro frente a uno que no lo es, cuál es el alcance de la influencia formativa de los docentes en el desarrollo de los niños y de los adolescentes, y cuáles son los obstáculos y las limitaciones que una sociedad desigual, así como la naturaleza del propio sistema escolar, le imponen a las tareas del maestro. Las visiones más comunes acerca del trabajo escolar suelen estar construidas sobre falsas generalizaciones; algunas son expectativas infundadas y exigencias erróneas, otras son idealizaciones míticas, unas más se fundan en el desdén, la ignorancia o la indiferencia. Las imágenes sobre el maestro se sitúan entre dos extremos un apostolado uniforme y siempre menesteroso, y un ejército de simuladores y holgazanes. Por eso, un primer y gran esfuerzo de quienes intervienen en las decisiones y la formación de las opiniones consiste en clarificar estos prejuicios –empezando por los propios– y partir de visiones mucho más reflexivas respecto de lo que hacen y lo que pueden hacer las maestras y los maestros, ahora y en los muchos Méxicos que conforman nuestro país. La diversidad de los maestros.