#TRANSPIRAR
Por Diego Pollio diego@revistainiciar.com.ar
Ser
salvaje
Después de unas ediciones sin “transpirar” nos propusimos volver a la actividad con una entrevista a Federico Lausi, fundador y director de “Salvaje Eventos”. Fede es el organizador del circuito Salvaje Cross, cuya última edición se correrá en octubre en Canning.
Se te ve muy tranquilo sabiendo que estás a solo días de la Yaboty. Es la calma antes de la tormenta. Estamos saliendo el fin de semana para Misiones. Se nos viene la cuarta edición de esta carrera, con más de 800 corredores inscriptos. Estamos tranquilos porque se trabajó mucho en los meses previos. Cuando uno corre demasiado antes de una carrera es porque está improvisando. Igualmente tenemos por delante una semana de mucho trabajo. Marcar el recorrido de 90 km en la selva es muy complejo. Como organizadores, es un desafío muy grande.
cada nuevo desafío. Tenemos una ultra maratón de selva (Yaboty) y tenemos el opuesto: una ultra maratón de desierto (Fiambalá). No hay en el mundo una organización que se dedique a armar eventos tan contrapuestos. Pasamos de Catamarca, donde no hay un árbol, a Misiones, donde hay una selva. También soy Licenciado en Turismo, casi Licenciado en Administración, diseñador gráfico. También estudié en el Comahue, en Bariloche el profesorado de Educación Física. Hice cursos de esquí alpino en Noruega. Como verás, soy un poco de todo. Y todo esto confluye en Salvaje Eventos.
En las redes sociales uno elige algunas frases para darse a conocer. Nos sorprendió tu presentación en Twitter como “fanático de Racing y del chocolate”. ¿Qué más “es” Fede Lausi? Soy organizador y director de carreras. Me dedico a organizar carreras de aventuras. No de calle. Es una tarea compleja porque buscamos ser originales en
Si. Empecé hace 11 años. Yo era corredor. Y para participar del “Desafío de los Volcanes” se nos ocurrió con un grupo de amigos organizar una carrera para recaudar fondos. Nos salió bastante mal. Aunque vino mucha gente, gastamos fortuna en organizarla. Como no nos alcanzaba, organizamos una fiesta, y nos terminaron robando la recaudación (risas).
Aprendiste todo lo que “no” había que hacer al organizar una carrera. Llegamos muy mal al desafío, sin comida. Un corredor se apiadó y nos convidó un sándwich, porque estábamos famélicos. Era una carrera que costaba más de u$s 1000,00. Terminamos todos peleados (risas). Ahí empezó todo. Vamos un paso más atrás: ¿cómo llegás al running? Deportista fui siempre. Al running llego por frustración como fútbolista. Yo quería ser jugador profesional pero no llegué ni al banco (risas). Me encanta el fútbol, lo juego desde los 4 años. Siempre fui arquero y, modestia aparte, creo que soy mejor que Chiquito Romero (risas). Cuando me di cuenta que no iba a llegar, me dediqué a otros deportes: practico esquí desde los ocho años, siempre hice bicicleta, también kayak. Juntás todo eso y te da el perfil de carrera de aventura. Me cerraba por todos lados: era una buena excusa para viajar y conocer
#TRANSPIRAR El running de aventura tiene algo que es apasionante. Es algo instintivo. Todos tenemos algo dentro que evoca lo salvaje de nuestros antepasados
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lugares exóticos. Me cerraba para entrenar durante todo el año y estar en forma. Conocer gente. Y ahora te vas a la meca de todas las carrera de aventura (la Ultra Trail du Mont Blanc) a hacer promoción de tus carreras. Si. Somos dos empresas de América las que vamos a participar de este evento. Es como el mundial de fútbol para los corredores de aventuras. Voy a estar con los mejores del mundo. Es una gran oportunidad para aprender y para promocionar lo que hacemos nosotros. Participan más de 9000 corredores de todo el mundo. ¿Qué tiempo lleva organizar una carrera de aventura? Por ejemplo, en Fiambalá estuvimos un año organizando todo. Hay momentos más intensos, otros no tanto. Es una carrera muy difícil de organizar porque estás en el medio de la “nada”. Hay muy pocos servicios. El clima es muy áspero. El zonda sopla todos los días (risas). Pero es un lugar magnético. Por algo se corre allí el Dakar. Los que corrieron en el Sahara, nos cuentan que este ámbito no tiene nada que envidiarle. Es un lugar que no se parece a nada de lo que conocemos. Hay que estar allí para comprobarlo. Es un evento con una proyección enorme. Para el año que viene lo estamos organi-
zando como una carrera de tres días. Lo vamos a ir complejizando cada año para que sea más tentadora para los corredores que vienen de afuera. Vale la pena cruzar el mundo para ir a correr a Fiambalá. ¿Para organizar una buena carrera debés ser primero corredor? No. Definitivamente no. Es un error pensar eso. En la Argentina, muchos corredores se han volcado hacia la organización. La gente tomó ese estereotipo. Para ser organizador tenés que tener vocación para prestar servicio. Un buen director técnico no siempre ha sido futbolista. Si fuera así, Maradona sería el mejor director técnico del mundo. Yo conocí a Mark Burnett, organizador de la Eco-Challenge, la mejor carrera de aventura en la historia de la disciplina a mi entender. Mark pesaba 130 kg, nada que ver con el físico de un corredor atlético. La clave está en que te tiene que gustar armar el circo para que la gente disfrute. Yo me paré de este lado desde hace cinco años y lo disfruto muchísimo. Has sido parte de la popularidad que el running ha ganado en este último tiempo. ¿A qué se debe esa masificación que ha tenido la disciplina? El running de aventura tiene algo que es apasionante. Es algo instintivo. Todos tenemos algo dentro que evoca lo salvaje de nuestros antepasados.
Éramos nómades. Cuando te sacás el traje, nos ponemos las zapatillas, vemos el pasto, los árboles, la naturaleza, algo se nos revuelve adentro. Las carreras evocan eso: nos volvemos salvajes. La gente pasa por un charco, se embarra y se siente feliz. Se mezcla también con el placer de viajar. Después volvemos y nos encanta contar lo que hicimos, mostrar las fotos. Ya que mencionaste la palabra salvaje, este es el último año de las Salvaje Cross. ¿Por qué el final del circuito? ¿Qué desafíos trae el 2015 en tu vida profesional? Fueron cinco años organizando la carrera. Es un circuito que a mí me encanta, pero la gente pide otra cosa. Desafíos más grandes como Yaboty y Fiambalá. Y nos queremos posicionar en eso. Honestamente los esfuerzos de organización de las Salvaje Cross son muy grandes y no siempre tengo la energía suficiente para encarar todo. El año que viene planificamos hacer una carrera muy importante de bicicleta en Misiones. Por eso en octubre, en Canning proyecto darle un excelente cierre a este circuito. Lagos de Canning, y Canning en sí, da para hacer de la carrera un show: música, fiesta. Al no estar tan aislada, en medio del campo, como tal vez lo fue la carrera de Azcuénaga, Canning nos permitirá desarrollar un lado más social en el evento. .