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Por qué, Cuándo y Cómo (zafar) ››

QUÉ HACER FRENTE AL FRASQUITO Exámenes de drogas: por qué,

cuándo y cómo (zafar) Felipe Ramírez Mallat

De la piel para adentro empieza mi exclusiva jurisdicción. Elijo yo aquello que puede o no cruzar esa frontera. Soy un estado soberano, y las lindes de mi piel me resultan mucho más sagradas que los confines políticos de cualquier país”. Antonio Escohotado

Arranquemos por lo básico, ningún ente o persona privada puede obligarte, nunca, a hacerte un examen de control de drogas. Sólo el Estado tiene esa facultad. Entonces, si por ejemplo te entran ganas de unirte al Ejército o la Policía, bueno, mala leche, en algún punto deberás pasar a un cuartito donde debas dejar algo de ti. Sangre, orina o pelo. Y tal vez un cacho de alma, pero ése es otro tema.

Ahora, si por alguna razón te ves involucrado en un evento que altere el orden público o que pueda afectar a terceros, como podría ser un choque automovilístico, estamos frente a la otra gran razón por la cual nuevamente el Estado puede aparecer y llevarte al cuartito para ver si alguna sustancia dentro de tu cuerpo haya podido tener alguna influencia en el suceso.

¿Pero qué pasa en el mundo privado, cuando es otra persona o entidad la que pide este tipo de exámenes? ¿Hasta qué punto es legal? Y más allá de eso, si ese límite ya ha sido franqueado y no queda otra, ¿qué hace una persona que se ve entre la espada y la pared de tener que entregar parte de la propia información genética en un punto en que podría revelar sustancias que, de una u otra forma, podrían ponerla en un incómodo predicamento?

¿Cuándo da positivo?

Aunque según el Laboratorio de Análisis Antidoping de la Facultad de Química y Farmacia de la Universidad de Chile pueden detectarse drogas en la saliva, la sangre, el sudor y el pelo, la forma más usual para identificar el consumo de drogas es el análisis de orina, que permite establecer el uso de sustancias en el pasado reciente. El examen de orina no puede señalar si una persona está bajo la influencia de la droga al momento de la muestra, como tampoco la profundidad de su nivel de consumo, pero indica, más o menos, si es o no un consumidor habitual. de respuesta, la explicación más sencilla es generalmente la correcta. Esto, porque la respuesta más obvia para salir negativo en un examen de drogas es, simplemente, no consumir drogas.

Mucho material existe en la Biblioteca Nacional de Medicina del Instituto Nacional de Salud de EEUU, donde los últimos 30 años se ha invertido (¿perdido?) tiempo, recursos y energía en determinar cuánto tiempo la marihuana puede quedarse en el organismo.

Tomemos, por caso, “Patrones de la excreción de metabolitos cannabinoides después de un último uso dentro de usuarios crónicos”, de Ellis, Mann, Judson, Schramm y Tashchian. Acá los muchachos examinaron “los patrones de eliminación urinaria de 86 consumidores crónicos de cannabis después de su último uso a través de dos métodos convencionales”. Bajo estricta abstinencia supervisada, su principal conclusión fue que “los consumidores crónicos de cannabis pueden dar positivo en orina hasta 46 días después de su consumo, pudiendo necesitar hasta 77 para conseguir permanecer 10 días consecutivos por debajo de la línea de corte del

calibrador”. El estudio entregó una media de excreción de 27 días entre todos los sujetos.

En castellano claro, es probable que un consumidor habitual necesite de casi un mes para salir limpio en un examen de orina, un límite que para algunos desafortunados podría incluso estirarse un par de semanas más. Con estos datos concuerdan Berghaus y Krüger, quienes observaron que el cuerpo –entre consumidores asiduos- puede tardar entre cuatro y seis semanas en dejar de registrar metabolitos cannabinoides en la orina tras un último consumo, registrando el caso de un consumidor con diez años de uso intensivo que tardó 77 días en dejar de dar positivo.

Sin embargo, esto varía entre los consumidores ocasionales, donde el cuerpo deja de arrojar metabolitos en la orina entre tres y cinco días siguientes al consumo, habiendo registrado casos

donde incluso en pocas horas ya no se encontró nada.

Instant 2Drug Dip Card, este modelo certificado por la FDA y sin marca de fabricante, como casi todos, está a la venta en internet a sólo $1.25 dólares. Únicamente a mayoristas

“Jefe, no quiero examinarme”

Si bien sólo el Estado está facultado para obligarte a hacerte un examen de drogas, existen casos de empleadores privados que efectúan o pretenden efectuar este tipo de controles entre sus trabajadores.

Según el Dr. Ernesto Eduardo González, en Chile, por ejemplo, las empresas mineras o navieras son algunos de los organismos que realizan pruebas de drogas a sus trabajadores. Citando a la Comisión Nacional para el Control de Estupefacientes (Conace, actual Senda), el argumento es que el consumo de sustancias en estos trabajos son una variable de riesgo entre los trabajadoLa verdad es que ni siquiera los mencionaremos, sería un gasto de tinta. En este punto Ockham parece tener toda la razón y acá la explicación más sencilla es la correcta. De esto dan fe Coleman y Baselt, conductores del estudio “Eficacia de dos productos comerciales para alterar los resultados de un test de orina”, del Instituto de Química Toxicológica de Foster City, California. Los investiga-

LAS RECOMENDACIONES MÁS COMUNES SON TOMAR MUCHA AGUA Y HACER EJERCICIO PARA QUE EL CUERPO VAYA ELIMINANDO LOS METABOLITOS

conclusión de que, si bien los productos probados (varios de los cuales puedes encontrar en tu tienda amiga) provocaron una reducción en la concentración de metabolitos en la orina, “el agua sola fue casi tan eficaz en reducir los niveles como los productos comerciales”, por lo que “los intentos de ocultar el consumo de drogas a través de la dilución con agua pueden jugar un papel importante cuando las concentraciones están en el umbral de detección o cerca de él, para un estudio concreto, como por ejemplo, determinar los niveles de eliminación de drogas”.

res y su actividad, pudiendo poner en peligro a otras personas. “Sin embargo”, escribe González, se hace hincapié “en que éstos deben estar incluidos en una política de prevención de la empresa y haber sido aceptada por los trabajadores como parte de su contrato”.

Si bien técnicamente es posible negarse a un control de este tipo, ya que un empleador no puede obligar a sus trabajadores a hacerlo y en ningún caso está facultado para efectuar controles sin haberlo pactado en el contrato de antemano, por mucho que puedas decir que no, si lo firmaste antes se te puede acusar de incumplimiento de contrato. Pero si no está previamente normado, no te pueden obligar.

Borrando rastros

Ya vimos que si se fuma poco y se debe enfrentar un examen, con una abstinencia de una semana o un poco más –para estar seguros- no habría problemas de detección. Pero si le das mucho al porro, como la gran mayoría de nuestros lectores, y te viene un examen la próxima semana, es otro tema.

Probablemente preguntes por ahí, googlees un poco y te encuentres con ideas tan variadas como disparatadas. Por ejemplo: “No sé”, escribe alguien en un foro de internet, “pero si es meando, una persona limpia mea en un condón, te lo colocas en el gayumbo atadito y en vez de mear lo pinchas. Yo sé de amigos a los que les ha funcionado... chao”.

Dejando los delirios de lado, las recomendaciones más comunes son tomar mucha agua y hacer ejercicio para que el cuerpo vaya eliminando los metabolitos. Se puede encontrar recetas que indiquen comer tal o beber cual, con dietas especiales y terapias para purificar la sangre. Si bien esto está perfecto, y capaz que te sientas mejor aumentando las frutas y verduras en tu dieta, el tema es que los metabolitos se alojan en el tejido graso y es sólo el ejercicio lo que ayuda, bebiendo mucha agua para evitar la deshidratación.

Lo que no es muy recomendable es seguir el consejo de quienes dicen que poniendo unas gotas de limón, agua o vinagre en la muestra, antes de entregarla, se neutralizarán los resultados. Lo que esto provocará será ‘descartar’ los resultados, porque diluirá el nivel de la orina o modificará el PH, y te repetirán la prueba. Encima, bajo sospecha de adulteración.

Lo lindo del capitalismo es que en cuanto encuentra una necesidad genera un producto, lo que para sus defensores es motor del progreso. Y como el miedo cotiza alto, no han faltado los vivarachos que sacaron al mercado una

serie de productos con la promesa de eliminar los rastros del sistema para pasar pruebas sin problemas. dores, que trabajaron con un voluntario testado cuatro veces a la semana y bajo condiciones de control, llegaron a la Conclusión: si te ves en la necesidad de someterte a un examen, no compres pescado. Agua y a correr.

COLOMBIANA

Crónica drogona en el país de la rumba

Emilio Fuentes

Colombia, rica tierra de naturaleza exuberante y rumbas perfectas con perreo incluido. País grande en todas las acepciones de la palabra grande. Todo es una talla mayor allí. Las comidas, las frutas, las curvas femeninas, las montañas, las playas y también las drogas.

Llegué por motivos laborales, ni bien culminé con las obligaciones comencé mi propia aventura en Bogotá, una metrópolis grande y rápida, amable, templada del frescor que regalan los 2 mil 500 metros de altura. Lo primero que quería saber era si toda la fábula que vemos en el televisor y leemos en los periódicos es medianamente cierta. Quería comprobar mis prejuicios. Buena parte de la riqueza que ostentan algunos barrios bogotanos, como la zona T, o zona rosa, el lugar pijo para bailar y comer rico me huele a dinero del narco. Es una presunción, una monomanía pasajera. La pompa me parece demasiada, ni Buenos Aires, ni Europa son tan faustos. Me explican los locatarios que Bogotá no es como la veo, que si quiero ver ese tipo de expresiones debería trasladarme a Medellín, claro que no lo hice. En aquella zona entré a una discoteca señalada como lugar de parceros con pasta dedicados al negocio que puso a Colombia en las primeras páginas de los diarios del mundo desde los ochenta. Pagué la entrada para convertirme en etnólogo. Hay cierto derroche en fraperas heladas de burbujeantes néctares, whiskys caros y tipos luciendo mil dólares sólo en sus zapatos. Las mujeres se sientan voluptuosas y escotadas en los amplios y confortables sofás y el trasero les queda a la altura del coxis como si guardaran una pelota ahí. Las niñas están hechas a nuevecito, de paquete. Labios, cara, tetas, culo, todo plastificado. Parece como en las películas, suficiente jactancia para mí, me voy.

Un conocido colombiano que vive en mi país me puso en contacto con un amigo suyo, bogotano. Él muy bondadoso me proveyó de un hachís hecho con una cripi, una haze local muy gustosa en boca y de colocón medio. La cripi recibe tal mote por la verdosa criptonita de Superman. El chocolate era una delicia, sentí que había llegado a la tierra prometida, mis neuronas sinápticas también gozaron durante varios días y noches. Tenía la suavidad de la plastilina, era un hachís bien hecho, los dedos eran suficientes para quebrarlo, no necesitaba fuego. Conocí a los que lo hacen, son profesionales, tiene una finca lejos de Bogotá, ellos dicen que son los mejores de Colombia, no probé otros chocolates pero sinceramente era una delicia y ellos son cultivadores sibaritas. decir que ella es una persona muy especial en el ambiente y que no tomé cualquier cosa, me advierten que venden porquerías en la calle y no compro drogas entre callejuelas de cualquier manera. Esnifé lo suficiente y la verdad sea dicho, no tengo muchas palabras para describirle excepto que es amable con la nariz y levemente perfumada, tomé una droga muy distinta a la que se vende al sur. No deja a nadie rabioso, la mandíbula permanece en su lugar, uno puede comer, dormir y hacer el amor, no es necesario tomarse media botella de whisky para bajar. Me despabilé de la inmundicia que se toma en el sur del continente. Les expliqué los efectos de la cocaína acá abajo y me aconsejaron con espanto “huevón, están tomando pasta base. No tome más esa mierda parce”.

Abandoné la capital y me fui a Cartagena de Indias, la ciudad mágica de Gabriel García Márquez. Bajé del avión, humedad y calor caribeños me abrazaron como bienvenida. Era de noche, tomé el taxi al hotel que me dejó en Getsemaní, el barrio donde hace siglos que los españoles dejaron vivir a los africanos, cuyos herederos todavía están por allí rebuscando la vida entre turistas.

Salgo a caminar y a las pocas cuadras me dicen “Hola lindo”, mi ego aumentó con esas dos palabras hasta que me avanzó preguntando si quería “foqui foqui”. Mi cara de gringo pelotudamente desorientado le marcó a ella que no estaba entendiendo. Con su mirada lo terminó de aclarar, el foqui foqui era la adaptación local de fuck. Mi ego volvió al lugar de donde nunca debió salir. “No gracias”, digo. La oferta se multiplicó a lo largo de la noche hasta que alguna de ellas me dijo coca. Pensé en la alta calidad del convite bogotano, recordé que no debo comprar drogas en la calle como chiquillo, menos en país ajeno. Seguí caminando como si no me importara la oferta, pero al rato volví por lo mío y lo obtuve. Estaba muy bien aquello, supongo que tuve suerte. Me contaron la historia de un alemán que la policía había prendido con algo de cocaína y 400 dólares, la libertad le costó todo eso y algunos sustos. También me dijeron las locatarias que a veces los que venden en las calles le dicen a la policía que aquel gringo fue su comprador y allá van los corrompibles tras él para hacerse la noche o el día. Todo pasa por la vista de ellos, nada se les escapa, la economía paralela es fundamental para su sostenimiento. Entre las estrellas del Caribe pasan de la mano una chica (dudo que tenga 18 años) y un tipo (lo imagino profesor universitario) que podría ser de Finlandia o Estados Unidos, lo mismo da. Me despide Cartagena todavía con el perico entre mis fosas nasales.

Me voy a Taganga, una linda playa a dos horas de Barranquilla en las faldas de la Sierra Nevada de Santa Marta. Las ofertas me llueven, primero en inglés, trato de explicarles que soy latinoamericano como ellos y consigo que me hablen en español. “Tengo la mejor hierba” me dicen algunos, otros mueven la nariz para darme a entender que tienen coca. Me interesan los primeros. “¿Qué variedades tiene parce?” Pregunto con mi mejor español caribeño y cierta soberbia. La mayoría ni sabe, no me sirven. Por allá uno me habla de la cripi y el punto rojo, un verdadero marimbero para turistas, sabe. Le pregunto si los cogollos, que luego me traería en una bolsa plástica con 10 gramos a un precio de 15 dólares, son de la localidad. En esa Sierra que miro de reojo todo el tiempo se plantaron las variedades que pusieron a Colombia al tope de los mejores cultivadores de cannabis del mundo. Todas las drogas que producen van a Estados Unidos, pero por diversos factores el comercio de cannabis con el hermano mayor del norte ha caído sustancialmente desde las décadas de los ‘70 y los ‘80. Ya no hay más plantaciones en la zona, lamentablemente las fumigaron en repetidos vuelos de la muerte. La que pico entre mis dedos, asegura mi dealer amigo, la cultivan en el Valle del Cauca, generosa zona agrícola de caudaloso río homónimo. El punto rojo que compré en la calle era bueno, tiene un colocón dadivoso. Cuando lo olí me espantó porque tenía el aroma que tantas veces deploré del prensado paraguayo. Pero era solo el olor, el material era de primera. Lindo colocón playero, me la pasé entre palmeras, jugos de frutas, cervezas, arepas y protectores solares. Mi punto rojo a veces lo compartía con algún artesano.

En el hotel donde me alojé no tienen códigos, no los míos. Debajo de una almohada dejé mi porro, no sé por qué lo metí ahí, niño bobo que soy. Cuando volví de la playa la chica que hace la limpieza lo pasó por sus manos y a dónde fue a parar mi punto rojo sólo ella sabe. Voy a la recepción, sé que tengo todo para perder. “Hola, dejé una bolsita debajo de la almohada y no está más. ¿Ustedes saben qué pasó con ella?”. Solicito una explicación que vuelve en forma de pregunta: ¿Una bolsa con qué? “Con porro”, le respondo firme, la cara se le cayó un poco. El recepcionista me dijo que le preguntaría a la empleada. Esperé hasta el día siguiente cundo me da a entender que mejor no seguir con el tema, que es ilegal la marihuana. Lo interpelé, tenía razón pero la venden en todos lados, incluso dentro de aquel hotel había uno de ellos que vendía porro, un austríaco me lo dijo y me convidó con esa cripi que había comprado carísima. Les dije que para mi era un bien y tenía propiedad, era mío. Le pregunté qué hubieran hecho con un sombrero olvidado. “¿Ustedes se lo quedan, lo tiran a la basura?” interrogué. No tuve más respuesta que una cara larga. Les pedí que me hicieran la cuenta, pasé mi tarjeta de debito por la máquina, digité mi pin y me fui con estampa de cliente disgustado a un hostal mucho más lindo.

Esa misma noche viajé, pero con la cabeza. Conseguí unas tripis, las mejores de mi vida, tuve la misma sensación que con la cocaína, al sur nos están timando, nos venden algo que no sabemos qué es y lo llaman ácido, algunos dicen que son anfetas, otros dicen que no puede ser eso. Lo cierto es que nunca me había tomado una tripi así, bailé y viajé como nunca, el tiempo se detenía, las luces brillaban como por primera vez y yo bailaba encantado por toda la belleza del mundo que estaba entre mis manos, me sentía más vivo que nunca.

Los días de vacaciones en Colombia pasaron, ahora escribo todo esto y sólo tengo ganas de volver cuanto antes. Ese país es mágico y no por las drogas, es la gente que lo hizo especial, pero esa es otra nota.

EL ORDEN DE LOS FACTORES

Armonía y optimización

Muchos iniciados en el autocultivo fracasan en sus primeros intentos o a duras penas logran cosechar unos pocos cogollos porque los elementos que componen dicho cultivo no aportan las condiciones mínimas. Es conveniente manejar conocimientos básicos que nos ayudarán a comprender ciertas pautas y evitará muchos quebraderos de cabeza y de bolsillo. Toni13

Conozco personas que por diversos motivos no consiguen abastecer sus propias necesidades de marihuana a pesar de haberse iniciado en el auto-

cultivo y acaban por recurrir de todas formas al mercado negro, ya sea porque disponen de muy poco espacio y hacen sus cultivos con poca potencia, o porque introducen elementos que no son apropiados o están descompensados y, lógicamente, no consiguen una cosecha suficiente teniendo que comprar una parte de la hierba que consumen.

Cada cultivo de interior tiene unas condiciones propias que lo diferencian de otro (aunque sean dos armarios idénticos, por estar ubicados en diferentes lugares), y por esta principal circunstancia hay que dotar a cada espacio con unos u otros elementos, teniendo en cuenta una serie de factores como la humedad, temperatura o ventilación, que con el tiempo dictarán si hemos acertado en dicha elección.

Armonizar el espacio de cultivo y los elementos que lo componen nos ayudará considerablemente a conseguir unos parámetros óptimos y un hábitat propicio, esto nos llevará hasta nuestro objetivo principal: el auto-abastecimiento pleno.

Un factor importantísimo a tener en cuenta para sacar buenos cogollos, y de cierta calidad, es la observación. Simplemente tenemos que observar nuestras plantas y comprobar cuál es nuestro grado de satisfacción. En ocasiones, son pequeñas anomalías las que producen que nuestro armario no funcione como debería y, por consiguiente, no rinda como esperábamos. mente, entramos a la siguiente fase: el aumento de la producción mediante la optimización. Y tiene que ser en este orden y no otro: primero conseguir la

armonía que comentamos; segundo, aplicar técnicas, elementos y cualquier otro factor que pueda aumentar la producción “empleando el mismo espacio de cultivo”, pero aumentando notablemente nuestra cosecha, así como la calidad de la misma.

Últimos avances en la optimización del cultivo de Interior

En los últimos años ha habido un significativo avance en todo lo que se refiere al cultivo de la marihuana: - Algunos tipos de iluminación, como el

UNA VEZ HEMOS CONSEGUIDO QUE EL ENGRANAJE BÁSICO FUNCIONE CORRECTAMENTE, ENTRAMOS A LA SIGUIENTE FASE: EL AUMENTO DE LA PRODUCCIÓN MEDIANTE LA OPTIMIZACIÓN

Vista general del cultivo

Led Orión junto al sodio Led, ofrecían pocas o ninguna garantía a la hora de producir cogollos compactos y sólo se utilizaban en la etapa de crecimiento, pues en floración el rendimiento era muy insuficiente.

Hoy en día, la tecnología led ofrece bombillas que nos permiten cultivar cogollos de calidad y con una dureza más que aceptable, sin que estos queden fofos o aireados. He probado varios sistemas Led (Orión y paneles modulares) que combinados con lámparas de sodio nos pueden ofrecer rendimientos muy satisfactorios. - Los balastros electrónicos dan un mayor rendimiento lumínico y un menor consumo eléctrico, es decir, producen más lúmenes con la misma cantidad de electricidad. - Equipos de ventilación que mueven cualquier tipo de caudal de aire y lo reparten homogéneamente por toda la superficie del cultivo, garantizándonos una correcta aireación. - Para cultivos un poco ruidosos y olorosos que podrían ‘molestar’ a terceros, existen los extractores ultrasilenciosos, conductos insonorizados, filtros, ozonizadores, ionizadores, purificadores, etc., que logran hacer invisible nuestro cultivo a ojos, oídos y narices ajenas. - Abonos, potenciadores, estimuladores y demás productos específicos para el cultivo de cannabis (plaguicidas, fungicidas, etc.) que nos ayudarán a cultivar con altas garantías de éxito, siempre y cuando se usen correctamente y dentro de los parámetros establecidos para cada tipo de cultivo. - Controladores, termostatos, unidades de control inteligente (U.C.I), potenciómetros, riego automático, instrumentos que vigilan y controlan nuestros cultivos haciendo más sencillas las tareas de mantención y ayudándonos además a conseguir unos parámetros perfectos. Mi última adquisición ha sido una U.C.I digital de la marca VDL, que tiene un funcionamiento muy sencillo a la hora de programar y manejar. Además de controlar la iluminación, viene provista de seis tomas de corriente en las cuales podemos conectar otros aparatos periféricos (riego automático, deshumidificador, humidificador, calefacción, etc.). Ello nos facilitará el conseguir un hábitat perfecto para el cultivo del cannabis.

Mi cultivo

Cuando comencé a construir mi cultivo de interior tuve que conformarme con algo básico, pues mi situación económica no permitía más, aunque conseguí tenerlo bien proporcionado en cuanto a sus elementos. Esto gracias a los buenos amigos cultivadores que me asesoraron, los foros cannábicos, libros específicos que hablaban del cannabis y todo lo que rodea este mundo: periódicos, revistas, internet. Era un devorador de información cannábica, todo lo relacionado con cannabis me atraía enormemente. Bastaba que viese algo con una hoja de marihuana en su portada para que mis ojos se clavaran en

ello y sintiera el impulso de averiguar de qué se trataba.

Con el tiempo el armario se quedó pequeño pues mi consumo fue en aumento y no así las cosechas. Decidí entonces comprar un armario de 1,2 x 1,2 x 2 que iría dotando de elementos que me garantizaran un alto rendimiento. Constantemente estoy renovando y combinando dos tipos diferentes de luz: sodio y led, pues estoy seguro de que se pueden obtener excelentes cosechas de esta forma. En el último cultivo que he finalizado, el armario estaba dotado de 600w regulables de sodio y casi 800w de led, también regulables. Como no dispongo de aire acondicionado, la máxima potencia que he podido poner dentro de unos parámetros lógicos ha sido de 400w de sodio y unos 600w de led, y creo que los resultados han sido bastantes buenos, pese a que aún no he aplicado la optimización con CO2.

En el cultivo que acabo de comenzar estoy testeando el ‘punto de saturación lumínica’, y en esta ocasión optimizaré el cultivo con CO2, ya que es un elemento primordial que no debe faltar para averiguar cuál sería la potencia lumínica más eficiente de un espacio en concreto, pues las plantas con bajos índices de Dióxido de Carbono bajan considerablemente su capacidad fotosintética y, por consiguiente, la de producir buenos cogollos. He comenzado con 600w de sodio y 300w de led que, junto al CO2, seguro darán un muy buen rendimiento.

Les mantendré informados. Salud. U.C.I., control y programación total de tu cultivo

”Mi cultivo” de cerca

EL REMEDIO ESTÁ EN CASA

Tinturas de cannabis

En Medical Seeds llevan tiempo experimentando en la elaboración de extracciones con fines medicinales. En este número nos explican cómo hacer tintura de cannabis, una de las formas de extracción más sencillas y antiguas del mundo. Medical Seeds

Una tintura es una maceración, en frío y en alcohol, de una planta medicinal para extraer las sustancias activas que contiene. Normalmente en la prepara-

ción de las tinturas se pone a macerar una parte de la planta o de la mezcla por cada 10 partes de alcohol. Sin duda hay métodos para hacer extracciones medicinales mucho más potentes, pero la tintura es el método más sencillo y conocido para hacer una

extracción por lo que esta receta pertenece a la cultura cannábica desde hace harto tiempo.

Ingredientes

· Restos de cannabis que conserven tricomas · El alcohol donde hacer la extracción · Dos botellas de cuello ancho que cierren bien.

Como materia vegetal usamos hojas cercanas al cogollo y cogollos pequeños con un curado de unos tres meses.

A mayor calidad de la materia vegetal, ojalá restos de plantas bien resinadas, mayor potencia. Pesamos la yerba y calculamos que la dosis es aproximadamente 120 gramos para cada una de las 2 botellas.

También es importante la calidad en el segundo ingrediente fundamental de la tintura, el alcohol donde se realiza la maceración. Un buen licor siempre dará mejor sabor a la tintura que el alcohol etílico, además de no contener ningún excipiente amargo o peligroso. Cuanto mayor sea la graduación alcohólica del licor, con mayor facilidad absorberá los cannabinoides. En este caso se va a elaborar una buena cantidad, por lo que se emplearán dos botellas de brandy de jerez y dos botellas de licor de hierbas. Si no se necesita tanta cantidad, también se puede emplear una sola botella con unos 60 gramos de restos vegetales.

CUANTO MAYOR SEA LA GRADUACIÓN ALCOHÓLICA DEL LICOR, CON MAYOR FACILIDAD ABSORBERÁ LOS CANNABINOIDESETÍLICO

Elaboración

Introducimos la materia vegetal en el recipiente y rellenamos con el brandy. Repetimos la operación con el licor de hierbas. Tapamos y dejamos macerar el contenido durante un mínimo de dos semanas en un lugar oscuro. Durante

este período de tiempo debemos agitar el recipiente al menos una vez al día

para facilitar el paso al líquido de los principios activos de la planta.

Una vez que pasan entre dos y tres semanas se procede a la separación de la materia vegetal del alcohol que ya contiene los cannabinoides. Para ello se filtra con un colador dejando solo el líquido.

COMO ESTAS TINTURAS SON MUY CONCENTRADAS, SE HAN DE USAR EN PEQUEÑAS CANTIDADES E IR AUMENTÁNDOLA HASTA ENCONTRAR LA DOSIS ADECUADA

Conservación y dosificado

Envasamos y etiquetamos los recipientes indicando el contenido y la fecha de envasado. Dada la elevada concentración de principios activos presentes, las tinturas se aplican en gotas. Por tanto es

conveniente prepararlas en pequeñas cantidades, de 100 en 100 mililitros, o de 200 en 200 mililitros, por ejemplo.

Para evitar que se corrompan las tinturas se deben conservar en lugar oscuro, fresco y seco. Conservarlas en frasquitos de cristal opaco bien cerrados de forma que les llegue la menor cantidad de luz posible. Como estas tinturas son muy concentradas, se han de usar en pequeñas cantidades e ir aumentándola hasta encontrar la dosis adecuada.

CBD SKUNKHAZE®

Dutch Passion aumenta su producción

En 2012 Dutch Passion anunció su colaboración con la CBD Crew, con la idea de ofrecer variedades medicinales con niveles similares de THC y CBD. Este nuevo proyecto de crianza ha dado resultados muy satisfactorios y ha probado ser muy popular tanto para cultivadores recreacionales como medicinales. El ratio de CBD:THC es aproximadamente 1:1 y al fumarlo produce una experiencia muy agradable que se considera especialmente útil para los usuarios terapéuticos. El “subidón” es agradable pero no demasiado intenso. Sin duda una buena experiencia, aunque un poco diferente a lo que mucha gente está acostumbrada.

Si bien los volúmenes iniciales de semillas con CBD producido eran suficientes sólo para abastecer las ventas del sitio web de Dutch Passion, un reciente aumento sustancial en la producción nos permite ofrecer la CBD SkunkHaze® con entrega inmediata para todos los distribuidores.

www.dutch-passion.nl

SEEDBOX DE PLAGRON

Juego completo de germinación

Crea el ambiente de germinación ideal en tu casa usando el Seedbox, único de Plagron. El Seedbox es el set de iniciación perfecto. ¡Pruébalo tú mismo y experimenta las ventajas de Seedbox! Contiene una bandeja de cultivo con una tapa transparente, 12 tapones de germinación que aseguran la exactitud de los valores pH y EC y del balance aire/agua y una exclusiva botella de Seedbooster Plagron de 250ml. Sigue las instrucciones del manual en tu propio idioma y tus semillas germinarán y se desarrollarán hasta convertirse en plantas perfectas.

El gran secreto del set es el Seedbooster. Este estimulador contiene una enzima que, a la vez que contrarresta la posibilidad de putrefacción, penetra cuidadosamente la cáscara propiciando la germinación, incluso de semillas viejas, estimulando un crecimiento uniforme a las plantas. ¿Alguna duda? Escríbenos a servicedesk@plagron.com.

SUPER SUSTRATO

La madre tierra

Diseñamos el Super Sustrato especialmente para el cultivo de Cannabis. Lo elaboramos con materiales de campo de primera calidad y origen argentino. Super Sustrato está compuesto de guano de conejo compostado con paja de trigo, humus de lombriz californiana, tierra negra mejorada, perlita, vermiculita, turba, arena oriental y harinas de pescado, hueso y sangre.

Para elaborar el guano compostado no se utilizan agregados químicos de ninguna índole. Para la producción del humus, las lombrices son alimentadas única y exclusivamente con este guano, logrando un producto natural, muy noble, completo y con abundantes nutrientes.

Los tiempos de compostaje son esenciales para que pueda procesarse todo el alimento y el aporte de las harinas es fundamental, sobre todo para el cultivo de exterior en maceta, ya que al ser de disolución lenta continúan liberando nutrientes muy útiles a plantas de floración extensa. La turba equilibra el PH del suelo y aporta carga bacteriana que ayuda a descomponer la materia orgánica. Por último, mejoramos la aireación, el drenaje y la retención de humedad y nutrientes con el agregado de perlita, vermiculita y arena.

www.billygrow.com

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