9 minute read

Historia del cultivo de interior

El cuidado y cultivo de plantas en interior es una actividad que el hombre ha venido realizando desde la antigüedad, mucho antes de que existiera la electricidad. En el siglo IV a. de C. ya era habitual la decoración de los patios de los palacios con plantas de interior. Mamiko

Según datos históricos, el origen del cultivo de plantas en maceta surgió en Grecia, extendiéndose desde allí por todo el Mediterráneo. Las plantas se introducían en contenedores de arcilla y se colocaban a cubierto para protegerlas de las inclemencias del tiempo. En muchos casos, se trataba

de cultivar especies exóticas provenientes de lugares lejanos, donde la climatología podía ser muy diferente, por lo que necesitaban cuidados específicos que aseguraran su supervivencia en el jardín. Los viajeros hicieron un gran trabajo en la dispersión de semillas y plantas por todo el mundo, recogiendo variedades de un lugar y llevándolas a otros como moneda de cambio.

En las ruinas de Roma, se han encontrado pruebas que demuestran que ya se cultivaban plantas en interior. De hecho, construyeron invernaderos para poder obtener cosechas fuera de temporada. Utilizaban para su construcción un mineral fósil muy importante en aquella época llamado lapis specularis. Esta piedra fósil era idónea para la construcción de ven-

tanales debido a que posee la cualidad de ser traslúcida, por lo que dejaba pasar la luz del sol y el calor al interior. A pesar de tener que ser extraída de pozos profundos del subsuelo, donde se forman bloques compactos, el “espejuelo” podía cortarse con facilidad en capas finas. Esto hacía posible la construcción de grandes planchas, que luego eran ensambladas en marcos de madera o, incluso, de cerámica. Los romanos acoplaban placas yesísticas cristalinas de gran tamaño y resistencia según la superficie que tuvieran que cubrir. De esta manera, pudieron destinarlas a construcciones específicas para el cultivo de plantas, donde podían recibir la luz solar sin ser expuestas a temperaturas extremas. La calidad de la piedra mostraba gran entereza a la intemperie, ya sea frente al calor o al frío.

Este mineral podía encontrarse en otras zonas mediterráneas, como Chipre o Sicilia, pero la piedra de calidad más traslúcida se encontraba en la Península Ibérica, en las minas de Segóbriga, un importante yacimiento romano situado en Saelices, municipio de Cuenca.

Otros casos de cultivo de plantas en interior en Europa son, por ejemplo, los jardines medicinales que cultivaban los monjes para curar a los enfermos. Hoy en día, esa práctica se está recuperando gracias a los avances y la información sobre las técnicas de cultivo en interior y la autosuficiencia; cada vez hay más aficionados que se animan a montar un jardín en casa para usos médicos.

Más adelante, cuando la tecnología del vidrio permitió fabricar grandes superficies de cristal transparente, surgieron las orangeries, que son una especie de arcadas de piedra bajo las cuales se plantaban cítricos para protegerlos del frío del invierno en los países norte europeos, sirvieron de inspiración para la construcción de los invernaderos modernos.

Las nuevas tecnologías aplicadas al campo de la construcción de invernaderos han evolucionado muchísimo desde entonces. Actualmente, la mayoría de estructuras garantizan posibilidades interesantes y una alta eficiencia en el cultivo de plantas en interior. Gracias, entre otras cosas, a estructuras más altas y grandes, donde la capacidad de almacenar aire es mayor, se favorece la vida de diversos insectos beneficiosos para las plantas y sus generaciones. Sin embargo el verdadero cambio que revolucionó el cultivo de plantas en interior llegó cuando se sustituyó la luz solar por la luz artificial.

Las lámparas fluorescentes son cada vez más eficientes

Cultivo con luz artificial

Para llevar a cabo cultivos de plantas en interior, tanto en armarios de cultivo como en invernaderos, es necesario tener conocimientos previos básicos de jardinería y electricidad. Tener éxito en la creación de un jardín de interior depende de muchos factores diferentes pero, sobre todo, de la planificación del espacio dedicado al cultivo. Los cuidados básicos requeridos para el buen desarrollo de las plantas y las responsabilidades que se adquieren una

vez que el proyecto está en marcha son factores que hay que tener muy claros, antes de empezar la acción.

El cannabis es una planta anual. En el cultivo de temporada en exterior, la luz del sol se encarga de proporcionar a las plantas las horas de luz y la intensidad que necesitan para pasar del crecimiento a la floración de manera natural. Sin embargo, en interior, el cultivo tiene un poco más de trabajo, ya que hay que suministrar a las plantas los elementos necesarios para que sobreviva y recorra todo su ciclo vital hasta la cosecha.

La principal ventaja de cultivar en interior con luz artificial es que se puede cultivar durante todo el año, de noche y de día. El ambiente está controlado para proporcionar la temperatura adecuada y cubrir las demás necesidades básicas de las plantas. La tierra se consigue gracias a los con-

tenedores y el sustrato. El aire fresco y el viento, con extractores y ventiladores respectivamente; los cambios de estación mediante temporizadores, y la luz, con lámparas especiales que sustituyen al Sol.

Los primeros datos que se conocen acerca del cultivo de plantas de cannabis en interior provienen de los Estados Unidos en los años 70, donde se empezaron a utilizar lámparas fluorescentes, ya que eran las lámparas más accesibles que podían encontrarse en el mercado y funcionaban. Estas luces, con buena eficiencia energética, tienen un rendimiento luminoso bajo, esto provoca que aunque la planta pueda realizar la fotosíntesis de manera efectiva, la densidad de los cogollos en floración se ve afectada negativamente. En los últimos años, este tipo de lámparas representan un campo en constante evolución. Actualmente, las nuevas lámparas y tubos de luz fluorescente producen más luz y suponen un menor consumo de vatios respecto a los anteriores. Principalmente, estas luces son utilizadas por los cultivadores para el mantenimiento de plantas madre, el crecimiento de esquejes en interior y otros casos relacionados con el crecimiento vegetativo, gracias al espectro de luz que emiten, ya que éste resulta adecuado para un buen desarrollo de las raíces de las plantas.

En 1960, aparecieron las primeras bombillas de halogenuro metálico para uso industrial y, una vez que se fabricaron para uso doméstico, se convirtieron en la fuente de luz artificial blanca más eficiente a la que podían acceder los cultivadores de interior. Sin embargo, el principal obstáculo para el desarrollo de los cultivos de cannabis en interior era la falta de información existente en el momento. Los entusiastas podían conseguir semillas colombianas, tailandesas o de cualquier otro lugar exótico, pero no había información acerca de su cultivo para conseguir buenas cosechas , menos aún para cultivar en interior.

El primer libro que mostró fotos de plantas de marihuana y otras plantas creciendo bajo fluorescentes y las pri-

meras lámparas de halogenuro metálico fue How to grow the Finest Marijuana Indoor, de Murphy Stevens, en al año 1977. Pero aún quedaba mucho por investigar acerca de las necesidades lumínicas y las técnicas de cultivo para hacer crecer el cannabis en interior.

En 1983, Jorge Cervantes publicó su primer libro sobre el cultivo de cannabis en interior, Indoor Marijuana Horticulture, después de viajar por todo el noroeste de California visitando y comprobando la calidad de las cosechas obtenidas con esta forma de cultivo. Por primera vez, se reunía información sobre conceptos de jardinería cannábica y electricidad en un mismo libro. Con esta edición en blanco y negro, cuya portada muestra una planta de marihuana dentro de una bombilla -como en posteriores ediciones-, empezó a conocerse, extenderse y popularizarse el cultivo de plantas de cannabis en interior por todo el mundo.

La característica luz de color amarillo anaranjado que producen las bombillas de alta presión de sodio sigue dominando los cuartos de cultivo después de tres décadas

Alta intensidad

Las luces de descarga de alta intensidad son las lámparas que se utilizan en los cultivos de interior como sustitutas de la luz natural, ya que superan a todos los demás tipos de luces en la proporción de lúme-

A cubierto, bajo enormes láminas de lapis specularis, se cultivaban las plantas de interior en Roma. Foto: Asociación Lapis Specularis

Híbrido Indica especialmente adaptado al cultivo en interior

nes por vatio, el balance de su espectro y el brillo que proporcionan. Las primeras lámparas de descarga de alta intensidad que aparecieron en el mercado fueron las de vapor de mercurio, pero debido a su ineficiencia eléctrica y un espectro de luz pobre, no son aptas para el cultivo de plantas de marihuana. Las bombillas de halogenuro metálico se desarrollaron en los años 70, y aunque tienen un espectro de luz similar a la solar y pueden utilizarse para cultivar plantas de cannabis, tienen la desventaja de generar mucho calor y tener una corta vida útil.

Las luces de sodio de alta presión son las fuentes de iluminación más eficientes utilizadas en horticultura , especialmente en el cultivo de cannabis en interior. Según pruebas realizadas por cultivadores, el volumen y peso de los cogollos, es decir, el rendimiento de la cosecha, aumenta con el uso de estas lámparas. Proporcionan gran cantidad de lúmenes por vatio y tienen una larga vida útil, en torno a las 24.000 horas. La bombilla de alta presión de sodio de 600 vatios es considerada la más eficiente del mercado.

La tecnología de luz LED es la de desarrollo más reciente, aunque ya lleva más de una década probándose en cultivos de plantas en interior. Los buenos resultados obtenidos en estos últimos años avalan las ventajas de este sistema de iluminación, como son la reducción en el consumo energético, las bajas emisiones de calor y el no necesitar instalación previa, ni balastros, ni reflectores. Además, tienen una vida útil muy larga con un mantenimiento mínimo y no contienen materiales nocivos para la salud.

This article is from: