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Manicura medicinal

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Ortega Indica

Ortega Indica

SESIÓN DE MANICURA Expresión estética y médica

El trabajo de manicura requiere tiempo, y según la magnitud y el orden de los cultivos dentro de nuestra vida cotidiana, en interior o después de una gran cosecha de verano, podemos estar manicurando en cualquier época del año. Mamiko

Después de manicurar 72 gr de cogollos de una misma planta, ya seca y prácticamente curada, quedaba sin despalillar aún la punta de la rama principal repleta de hermosos cogollos. Durante todo el trabajo, a medida que se veían los resultados del material con diferentes tamaños, se pudo comprobar que la manicura de esta planta resulta sencilla, aunque requiere paciencia y arte al mismo tiempo: un buen trabajo que haga justicia a la calidad medicinal del producto obtenido.

Cada trabajo de manicura con una nueva planta es un reto diferente. No hay dos manicuras iguales, como no hay dos plantas iguales. Aunque se trate de muestras de la misma variedad cultivadas de la misma forma, pueden darse infinidad de diferencias tanto en el aspecto exterior de la planta como en la calidad intrínseca de la cosecha.

La manicura de plantas cultivadas en jardines destinados a usos médicos es un trabajo agradecido porque el resultado final expresa el valioso elemento orgánico de la calidad.

El primer paso consistió en despalillar el ápice de la planta desde la base, decidiendo hasta qué punto del tallo se retiraban los distintos racimos florales para definir el cogollo apical. A la vez que van cortándose los racimos con una mano, es conveniente sujetarlos con la otra mano para evitar que salgan despedidos y puedan estropearse. De igual forma se trata la fruta exótica para ser exhibida en los puestos del mercado; el tacto es firme y delicado a la vez con el fin de mantener intacta la esencia del producto.

Hojas amarillas

Las hojas de color amarillo suelen ser hojas viejas, secas y quebradizas. Puede parecer que van a desprenderse con facilidad, pero hay casos en los que se encuentran tan unidas al tallo que no es aconsejable tirar de ellas. La misma resistencia que oponen al tirón, junto al hecho inconsciente de intentar aligerar el trabajo, puede dar lugar a fuerza suficiente para acabar con la estructura original de un cogollo perfecto. Las hojas amarillas más superficiales, sin resina -las que se ven en primer plano desde la base del cogollo-, caen sin apenas oponer resistencia, y muchas de ellas están prácticamente sueltas, por lo que se retiran sin dificultad.

El segundo nivel de hojas amarillas empieza a poner a prueba la destreza con las tijeras ya que, debido a su situación dentro de una capa más interna del cogollo, se complica la accesibilidad. Algunas de estas hojas tienen un tono más oscuro y sólo sobresalen del cogollo las puntas de sus foliolos.

La finura de estas puntas nos dan idea del grosor de la hoja y su tamaño. Según nuestro criterio personal, tendremos que elegir si sacar la hoja desde el interior del racimo floral, obteniendo lo que se considera una hoja completa de manicura, o si recortar solamente las puntas sin resina y dejar el resto de la hoja como parte del cogollo.

En la medida que atinemos, así irá mejorando el aspecto exterior del cogollo y la calidad del producto final.

Es un buen momento para detenerse y ver el trabajo realizado desde lejos, retirando por unos momentos la visión de detalle, y tomando perspectiva del cogollo.

Orden y magnitud

La disposición de cada hoja en los cogollos va marcando el paso de la manicura a medida que ésta avanza, desde fuera hacia dentro, de arriba a abajo y de derecha a izquierda.

La tarea de recortar las puntas secas de algunas hojas y cortar, al mismo tiempo, hojitas con resina, hace que la recolección de hojas de manicura se ponga pesada, sobre todo si intentamos separar las hojas de manicura que van a guardarse para su procesado posterior, de las que no tienen resina; los dedos pegajosos se ensucian rápidamente con restos de recorte.

Decidiremos si merece la pena conservar las hojas una por una si podemos hacerlo sin mucho esfuerzo. De lo contrario, se puede realizar un cribado de las hojas acumuladas al final de la sesión de manicura, de manera que puedan seleccionarse con más detenimiento. Hay que tener en cuenta que cualquier exceso de materia vegetal, además de afectar negativamente a la fumada del producto herbal, puede entorpecer o añadir contaminantes innecesarios durante el proceso de separación o extracción de la resina.

Los últimos retoques hacen desaparecer pequeñas imperfecciones pasadas por alto, como restos de hojas mal cortadas o bichitos pegados en pliegues escondidos. Los recortes sutiles aquí y allá redondean el acabado final.

En cierta ocasión la fabulosa manicuradora Honey Rider nos explicó que, al final de cada sesión de manicura, mientras recoge la mesa de trabajo y va desconectando de la tarea, suele cerrar los ojos varias veces para hidratarlos y descansar la vista. “Entonces, como por arte de magia, empiezan a aparecer de la nada infinitas hojas de marihuana, que parpadean con reflejos de colores y van cayendo en la oscuridad como figuras geométricas iluminadas.” Con frecuencia, las hojas de manicura quedan tan impresas en la retina, que su imagen persiste mucho después de terminar la sesión.

Despiece del cogollo apical

Notas de cultivo

Las diferentes técnicas de manicura pueden aplicarse según las características propias de cada material, lográndose un producto final individualizado Variedad: híbrido Sativa. Cultivo: orgánico en tierra, de temporada al aire libre en maceta de 20 litros. Cosecha: mitad de octubre. Enfermedades o plagas: Nada destacable, presencia mínima de orugas sin consecuencias. Tiempo de secado: dos meses de secado y curado en la misma planta.

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