2012 05 ES

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ABONOS Y FERTILIZANTES

COMO SUMAR ABONOS PARA SABER QUÉ RECIBEN REALMENTE LAS PLANTAS.

Calculo de nutrientes: La gama de productos para el cultivo de cannabis se ha ampliado de manera exponencial en los últimos años. Cualquier growshop bien surtido cuenta con docenas de productos diseñados para todo tipo de sistemas de cultivo y para complementar a los abonos tradicionales en José T. Gállego las distintas fases del ciclo de vida de la planta.

Tabla 1 Fase del cultivo Dos primeras semanas Crecimiento

N

P

K

Mg

60-100 ppm

30-50 ppm 100-180 ppm

30-50 ppm

Ratio medio N-P-KMg 10 - 5 - 18 - 5

250-350 70-90 ppm 150-250 ppm 50-60 ppm 10 - 3 - 7 - 2 ppm Floración 40-100 70-100 100-200 ppm 30-60 ppm 10 - 12 - 21 - 6 ppm ppm Datos tomados de Marihuana Grower’s Insider’s Guide de Mel Frank, 1993, Red Eye Press

Cuando el cultivador escoge todos los productos de la misma marca puede seguir el plan de cultivo indicado por el fabricante y no debería tener problemas. Sin embargo, cuando se mezclan productos de distintas marcas las cosas se complican. No todos los fabricantes formulan sus productos igual. Por ejemplo, hay estimuladores de floración con composiciones muy diferentes, mientras que algunos sólo llevan fósforo y potasio otros contienen aminoácidos, carbohidratos o enzimas, con o sin fósforo y potasio. Obviamente la cantidad de fósforo y potasio en la solución final será muy distinta según usemos uno u otro producto salvo que compensemos reduciendo o aumentando la cantidad del resto de fertilizantes. Si los aplicamos sin tener en cuenta los nutrientes contenidos en el resto de productos podríamos acabar sobrefertilizando las plantas. En este artículo aprenderemos a calcular la cantidad total de cada nutriente que contiene la solución de riego después de añadir todos los abonos y cómo ajustarla a nuestras necesidades. Los cultivadores de cannabis, especialmente los de interior, suelen estar familiarizados con el concepto de electroconductividad (EC) y saben que la cantidad total de sales en la solución nutriente no debe superar ciertos límites para que no queme las raíces. Aparte de eso, se conoce muy poco sobre qué cantidad concreta de cada elemento reciben las plantas, sin embargo, no es difícil obtener estos datos realizando unos cuantos cálculos bastante simples a partir de la información que se encuentra en la etiqueta de cada abono. Un cultivador que sepa con precisión qué reciben sus plantas está en mucha mejor posición a la hora de perfeccionar su técnica de cultivo y la productividad de sus plantas. En cultivos en tierra, donde el sustrato contiene y almacena una parte de nutrientes, esta información puede ser menos útil pues las plantas siempre pueden recurrir a esas reservas contenidas en el suelo. Sin embargo, en otros tipos de cultivos como los hidropónicos y aeropónicos, donde el sustrato no contiene ningún nutriente o muy pocos, como en el caso de la fibra de coco o los sustratos con base de turba, la práctica totalidad de los nutrientes deben ser aportados por el

cultivador, a ser posible, en el momento preciso en que son necesarios. Cuando se añaden varios productos distintos al agua de riego, cada uno de ellos con una concentración distinta de nutrientes, las cantidades de cada elemento se van sumando y resulta muy útil conocer el valor final de cada uno. De hecho, la única forma de comparar una solución nutriente mezcla de varios productos con otra es calcular que composición final tiene cada una. Sólo así sabremos qué cantidad de cada uno de los minerales reciben las plantas y, lo más importante, que proporción guardan entre ellos.

¿Qué necesitan las plantas? La diversidad de marcas y tipos de abono específicos para el cannabis contrasta con lo poco que se conoce sobre qué cantidad de cada nutriente necesita realmente la marihuana para crecer sana y desarrollar grandes cogollos. Aunque hay estudios sobre las necesidades del cannabis industrial para obtener fibra o semillas, no se ha investigado tanto sobre el cannabis psicoactivo, lógicamente a causa de la prohibición. Pocos autores se han aventurado a publicar necesidades nutritivas concretas para cada fase del ciclo de cultivo, más allá de recomendar abonos ricos en nitrógeno para el crecimiento y aumentar fósforo y potasio durante la floración. Hemos encontrado dos libros en los que se recomiendan cantidades de nutrientes más o menos concretas y publicamos estos datos para mostrar que no hay un consenso claro sobre el tema. Las cifras recomendadas son partes por millón (ppm) de cada mineral en su forma elemental. Hemos calculado el ratio medio de nutrientes recomendado, tomando como referencia un valor 10 para el nitrógeno, para que se vean más claramente las diferencias entre unas y otras recomendaciones. Este ratio refleja la proporción entre los distintos nutrientes pero no debe interpretarse como ppm. La proporción entre los distintos nutrientes es más importante que la cantidad absoluta de cada uno ya que siempre se pueden utilizar dosis mayores o menores que las indicadas por el fabricante para aumentar o reducir la cantidad de nutrientes.

Tabla 2 Fase del N P K Ratio medio N-P-K cultivo Germinación 110-150 70-100 ppm 50-75 ppm 10-6,5-5 hasta dos o ppm tres semanas Crecimiento 200-250 60-80 ppm 150-200 ppm 10-3-8 rápido ppm Prefloración (2 70-100 100-150 ppm 50-75 ppm 10-15-7 semanas ppm antes de cambiar fotoperido) Floración 0-50 ppm 100-150 ppm 50-75 ppm 10-50-25 Datos tomados de Marihuana Grower’s Handbook de Ed Rosenthal, 1984, Quick American Archives

Teniendo en cuenta las diferencias entre estas dos recomendaciones y las que encontramos entre unos y otros fabricantes de abonos para cannabis, parece claro que se pueden lograr buenos resultados con concentraciones y proporciones de nutrientes muy distintas. Hay abonos que se utilizan durante toda la vida de la planta, desde el nacimiento hasta la cosecha, y sólo varía la dosis que se emplea por lo que el ratio de nutrientes se mantiene constante. Por otra parte, hay planes de cultivo que varían la proporción entre los distintos nutrientes hasta cinco o seis veces a lo largo del ciclo de cultivo y, sin embargo, no siempre producen mejores resultados. A lo largo de los años he utilizado muchos tipos y marcas de abonos genéricos o específicos para el cannabis y he llegado a obtener buenos resultados con casi todos, después de un cierto periodo de aprendizaje. Tras observar muchas cosechas y cultivos he llegado a la conclusión de que no hay un único camino correcto para alimentar las plantas. O si lo hay, sólo se muestra claramente una vez que el resto de los factores (temperatura, humedad, frecuencia de riego, iluminación, etc.) están en su valor óptimo. Tampoco debemos olvidar que las plantas, al igual que los animales, son capaces de almacenar nutrientes para utilizarlos en el futuro, lo que explicaría los buenos resultados que se obtienen con abonos tan diferentes.

Las etiquetas de los abonos Los abonos deben, según la ley, indicar en su etiqueta la riqueza de nitrógeno, fósforo y potasio, así como del resto de nutrientes que contengan. La etiqueta de los abonos indica el porcentaje de cada elemento, aunque a menudo no lo

hace en forma pura sino como concentración de una sal de la que ese elemento forma parte. Por ejemplo, el nitrógeno viene reflejado como cantidad total de N elemental, pero la riqueza en fósforo normalmente se expresa en porcentaje de pentóxido de fósforo (P2O5) y el potasio como óxido de potasio (K2O), por lo que hace falta aplicar un factor de conversión para hallar el porcentaje de fósforo y potasio elementales. Si un abono contiene un diez por ciento de P2O5, la cantidad de fósforo elemental será lógicamente menor, pues de los siete átomos que contiene el pentóxido de fósforo, dos son de fósforo y los cinco restantes de oxigeno. De hecho, sólo el 44 por ciento del peso corresponde a fósforo (P). Pero, ¿cómo llegamos a este número? ¿Cómo sabemos que parte de ese diez por ciento de P2O5 es fósforo? Para averiguarlo hay que calcular cuánto pesan las moléculas de pentóxido de fósforo y qué parte de esa masa corresponde a fósforo elemental. A continuación explicamos cómo se realizan estos cálculos pero aquellos que no estén interesados en la teoría y sólo quieran los resultados pueden verlos directamente en la Tabla 4.

Calculo de la masa molecular de una fórmula Aunque parezca una operación muy complicada resulta muy simple calcular la masa molecular de cualquier fórmula. Simplemente hay que sustituir los símbolos de los elementos por su peso atómico y multiplicarlos por los subíndices, que indican el número de átomos de cada elemento. La Tabla 3 muestra la masa atómica de los elementos más comunes en las etiquetas de los abonos.


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