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¿QUÉ NOS DIFERENCIA A LAS MUJERES DE LOS HOMBRES EN TEMAS CANNÁBICOS? Guerra de sexos

La marihuana une aficiones, pasiones, personas, vidas... Es una planta que desde su descubrimiento ha hecho mucho por nosotros. Nos ha hecho sonreír, pensar, llorar e incluso nos ha llegado a curar. Pero detrás de esta divina planta nos encontramos nosotros, sus principales consumidores. Hombres y mujeres le damos al porro desde hace miles de años, y lo hacemos de maneras un tanto diferentes. J.Vega

Seguro que más de una vez habéis fumado un porro en compañía de personas del sexo opuesto. Os liáis un par de eles entre el grupo de amigos y casi siempre hay alguna discusión. Y es que los chicos pegáis unas caladas a los porros que si lo hacemos a dos calos, los vuestros valen doble, y claro eso es trampa. Luego vienen las discusiones por ver quien se ha pinchado el porro. Que si ha sido este, aquel o el otro. Pero la cuestión es que siempre hay alguien a quien le llega la chusta, las babas, los restos que nadie quiere, pero que siempre nos los fumamos, porque no hay que desperdiciar.

Los hombres y las mujeres somos muy diferentes. Y en el mundo cannábico podemos encontrar muchos casos que lo demuestran, por ejemplo; en la moda. A cualquier consumidor le fascinan las hojas y los cogollos de la planta de marihuana. Ese color verde intenso que la caracteriza y esa forma de estrella que la hace tan especial. Y por supuesto, es el estampado ideal para llevar en gorras y camisas. Los hombres siempre suelen ir con camisetas anchas, de colores oscuros, que llevan mensajes atrevidos, sino aparecen tetas o culos, claro.

Las mujeres somos más de apretarnos unos leggins con estampado floral o un top de esos que dejan asomar el ombligo. También somos de llevar nuestra hoja favorita en uno de esos colgantes que acaban escondiéndose entre los pechos y que al final sólo lo ve el afortunado de turno. Lo más gracioso es cuando vemos a la típica que habrá fumado dos porros en su vida y lleva ropa reivindicativa, en plan ¡aquí estoy yo!. Y luego no sabe decirte la diferencia entre una Sativa y una Índica. Las chicas que realmente entendemos y convivimos con esta planta no vamos fardando de ello. O al menos no de manera exagerada. Porque también es de ser un poco imbécil llevar 3 gramos de hierba en la entrepierna e ir luciendo una camiseta llena de cogollos. Sólo faltaría un cartel en la frente que pusiera ‘’regístrame’’.

La pasión del cultivo

Si hay algo que nos une a ambos sexos es la cannabicultura. Porque a pesar de nuestras disconformidades, seamos hombres o mujeres a todos nos gusta tener nuestras plantitas para después poder catarlas y fumarlas. Pero está claro que cada uno cultiva de una manera diferente, y eso se nota. Para elegir las variedades los chicos se fijan sobretodo en que vayan a tener una buena producción y un sabor potente. Las mujeres somos más de buscar plantas bonitas que saquen cogollos de esos con sabor a fruta que te dejan descolocada durante horas.

Pero la forma en la que se planta es lo más característico. La chica utiliza miles de objetos graciosos; que si la regadera, que si el pulverizador de color lila, que si el gorrito de paja, que si macetas con dibujitos, que si carteles con nombres para las plantas... El chico es más de plantar con las manos. A él no le dan asco los bichos ni que se le meta la tierra entre las uñas. A él no le hace falta vestirse para salir al balcón, en fin, que es mucho más cómoda su manera de cultivar.

Pero lo que ellos no saben es que nosotras también entendemos de productos, de materiales, también medimos el pH y utilizamos diferentes abonos y sustratos para sacar el máximo potencial. Nosotras somos cultivadoras y fumadoras, y aunque de maneras diferentes, todos compartimos una misma afición: la marihuana.

Fumando en pareja

Que bonito es ver a dos enamorados compartiendo una misma afición. Cuando me llegan las fotografías de chicas posando en tanga y en el mensaje sale el chico hablando y diciendo ‘’estas son mis chicas’’ pienso... ¡Ole, así se habla, eso es amor!. Fumar en pareja siempre es divertido. Porque es cuando más se notan las diferencias entre hombres y mujeres. Mis favoritas son esas chicas llamadas ‘’fumadoras pasivas’’. Pasan de pillar, pasan de liárselo pero luego se lo fuman todo.

Sí, lo se, hay muchas mujeres torpes, yo misma admito que hasta que no entré en Soft Secrets no aprendí a liarme un porro sin desparramar el 50% de la sustancia. Pero es que cada uno tiene una manera de liar. Los hombres son de ponerse el papel, el cartón y el paquete de tabaco detrás de la oreja. Yo no entiendo como les caben tantas cosas ahí atrás. Las chicas somos más sencillas: todo a la teta izquierda, para que esté más cerca del corazón. Es un bolsillo de lo más cómodo y disimulado. Pero lo que más diferencia a una hembra de un macho en temas cannábicos es sin duda la manera de liarse un porro. Se ve que los chicos tienen un trauma con eso de que siempre les estén presionando con el tamaño de sus miembros viriles. Por eso el porro es largo y con la punta bien gorda. La mujer es más fina, tiene afán de querer que hasta los petas queden bonitos, se esmera en que salga bien finito. Yo al menos me lo hago así, luego me dicen que si eso es muy fino, que si no lleva nada... lo que no saben es que lleva 80% de marihuana y una pizca de tabaco. Así acaban luego de fumados.

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