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Elegir la luz en interior
from ES 22 04
by SoftSecrets
No hay duda de que la tecnología LED es una buena solución para el cultivo de cannabis.
Las lámparas de plasma son ligeramente más caras, pero pueden emitir una mayor proporción de radiación UV-A y UV-B, que estimula a las plantas a producir más resina y también las protege frente a muchas enfermedades fúngicas. Las lámparas de plasma son muy prácticas como iluminación suplementaria a otros tipos de lámparas HID y también para los módulos LED. Los fans de las lámparas HID suelen destacar el hecho de que emiten calor radiante además de luz, por lo que imitan perfectamente la radiación solar. Tienen razón, puesto que otros tipos de fuentes de luz no producen calor radiante. Además, las lámparas HID están disponibles en muchas variantes con diferentes curvas de espectro lumínico. Con otras tecnologías no es tan fácil imitar al sol, una fuente natural de calor y radiación fotosintética-
mente activa. Pero toda historia tiene dos lados, y la emisión de calor es realmente la razón más importante por la que muchos cultivadores abandonan el cultivo con lámparas HID. ¿Por qué? La eficiencia a la hora de convertir electricidad en luz es mucho menor que la de la segunda tecnología más habitual hoy en día, los sistemas de iluminación LED. De hecho, a menudo sucede con las lámparas HID que la cantidad de calor emitido es mayor de lo que se necesita, especialmente en cultivos puramente de interior sin acceso a luz solar. Esto significa que no sólo se convierte directamente en calor indeseado parte de la energía utilizada por las lámparas, si no que además hay que dedicar más energía a enfriar la zona de cultivo (que se calienta más de lo necesario debido a las lámparas HID).
¿Quien puede beneficiarse de utilizar lámparas HID? Cualquiera que pueda usarlas sin tener que ajustar el clima, es decir, la humedad relativa y la temperatura, del cuarto de cultivo. En regiones con un largo verano y temperaturas que superan habitualmente los 25ºC, siempre resultará más caro enfriar un cuarto de cultivo de interior equipado con lámparas HID que usar tecnología LED. Bajo esas condiciones, los LED siempre serán la opción preferida en cuanto a la eficiencia energética general. Por otro lado, en lugares de veranos cortos y temperaturas bajas, enfriar una
habitación de cultivo puede ser más fácil y el bajo precio de las lámparas HID puede tener sentido por economía. En cualquier caso, sólo a corto plazo, pues la vida media de los módulos LED de buena calidad es mucho más larga que la de las lámparas HID. En ambientes fríos, las HID siempre pueden ser una solución excelente pues si se usan otras tecnologías de iluminación la habitación de cultivo deberá ser calentada por otros medios.
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Las lámparas HPS siguen siendo una gran elección para los cultivadores de cannabis. plantas, -alrededor de 2010,- la gente tenía muchas dudas o expectativas poco realistas sobre lo que podían hacer. Ha pasado mucho tiempo desde entonces, y creo que hoy las luces LED son adecuadas para casi todo el mundo. Esta tecnología está en camino de convertirse en el sistema dominante entre los cultivadores, tal y como lo ha hecho en el sector de la iluminación convencional. Los LED tienen dos ventajas enormes: ahorran alrededor del 30 por ciento de la energía comparados con las lámparas HID, y tienen una vida útil incomparablemente más larga. Mientras que las lámparas HID duran en buen estado entre 10.000 y 20.000 horas, los módulos LED pueden aguantar 50.000 horas, incluso hasta 90.000 horas según el tipo de lámpara. En un típico cuarto de cultivo de interior, las luces permanecen encendidas unas 5.000 horas al año. Además, las luces LED emiten una cantidad de calor significativamente menor y son mucho más asequibles que en el pasado, cuando para reemplazar una lámpara HID por LED había que gastar diez veces más. Siguen produciendo algo de calor en el cuarto de cultivo, ya que incluso los diodos semiconductores se calientan cuando están funcionando, pero muchísimo menos de lo que se calienta una lámpara HID. La temperatura de los LED se debe mantener lo más baja posible para que funcionen bien y con buena eficiencia. La tecnología LED ofrece un espectro muy variable que puede cambiarse durante el cultivo. Para explicarlo de forma sencilla, una vez que el sistema de iluminación está montado con LED de diferentes colores, es posible cambiar el espectro lumínico a lo largo del ciclo de vida de las plantas para, por ejemplo, aumentar la proporción de rojo durante la fase de floración o, al contrario, más azul durante el crecimiento. Hay muchas variaciones disponibles. Hay un número enorme de módulos LED en el mercado, y sus precios varían ampliamente. Una regla básica: los LED de calidad no son baratos. Cuando los fabricantes de LED quieren ahorrar dinero tienen varias opciones. Los fabricantes de chips, tanto OSRAM, como Samsung, Cree o Seoul producen chips de mayor y menor calidad con mayor o menor producción de luz, respectivamente.
La fabricación de semiconductores no permite un control total, por lo que hay diferencias en la producción. Cada fabricante ofrece diferentes niveles de calidad de cada tipo de diodo. Puedes llegar a pagar tres veces más por los diodos de alta calidad que por los de menor calidad. También puedes usar voltajes más altos y obtener más luz con menos diodos pero, en ese caso, la vida útil desciende significativamente y puede ser incluso más baja que con las lámparas HID. Por tanto, pueden presentarte muchas diferencias de calidad en los LED, elige siempre marcas de confianza y a poder ser fabricadas en España, como BioLED o Photosystem.
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Kenzi Riboulet-Zemouli
CALDO DE TRATADO “ANTIDROGA” CON SALSA GUINDILLA
CAMBIO DE PARADIGMA EN LOS TRATADOS DE FISCALIZACIÓN DEL CANNABIS: YA PERMITEN LEGALIZAR
Nos solemos quejar de que la regulación del Cannabis lúdico se encuentra impedida o dificultada por los tratados internacionales de fiscalización de drogas. En realidad, volviendo a la raíz de los tratados, y tomando en cuenta los cambios recientes (salida de la Lista IV del tratado, y legalización en varios países), nos damos cuenta que los tratados hoy en día contemplan la regulación tanto de los usos “médicos” del Cannabis, como de sus usos “no-médicos”, es decir cáñamo y usos lúdicos. Esta realización, sustentada en una interpretación jurídica de los tratados, abre nuevos caminos positivos para la regulación… aunque solo si la sociedad civil y movimientos sociales saben tomar este camino.
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AUTOCULTIVO (CANNABIS O GUINDILLA): UNA ACTIVIDAD NO-MÉDICA, AUNQUE PUEDA SERVIR DE MEDICINA
En el caso del autocultivo, la situación es similar: aunque el uso que la o el paciente haga del Cannabis (o de la guindilla) que se cultiva en casa sea medicinal, el acceso se hizo a través de vías no-médicas. Independientemente del beneficio terapéutico para la persona, la mirada regulatoria considera el acto de cultivar en casa como una actividad para fines no-médicos. Por ello, no se aplican las regulaciones del sector farmacéutico o herbolario al cultivo de guindilla en casa, cual sea el beneficio médico concreto que la o el paciente saque de su uso. Tampoco se tendría que aplicar al Cannabis. Tenemos pues los usos médicos (tanto productos farmacéuticos como productos de medicina herbal y tradicional), y tenemos todo lo demás, los usos no-médicos, que son tan diversos como los de la guindilla, sino más. En concreto, se suelen agrupar los usos no-médicos del Cannabis en dos grupos: cáñamo y lúdico.
En realidad, los usos no-médicos del Cannabis son una galaxia en sí. El cáñamo sirve de mil maneras, y el mal llamado “uso lúdico” también no solo incluye usos recreativos individuales y sociales, sino también usos espirituales, religiosos, etc. Y, cáñamo o lúdico, el hecho de que se
El informe “High Compliance” [1], disponible en www.faaat.net/highcompliance
En diciembre de 2021, después de Uruguay y Canadá, Malta se convirtió en el tercer Estado soberano en legalizar el cannabis para usos entre adultos. Obviamente, destaca el interés en el modelo asociativo, recogido en la ley. Pero hay algo aún más interesante: en su ley de legalización, Malta llama al uso lúdico “uso responsable de Cannabis”, definiéndolo como un “uso para fines otros que los fines médicos y científicos”. En forma corta, en Malta, el “uso lúdico” es “uso no-médico”.
MÉDICO O NO-MÉDICO
Aunque a nivel filosófico y teórico es interesante e importante considerar dónde se ubica la frontera entre medicina y “uso lúdico”, y si tan solo existe tal frontera, a nivel concreto de regulaciones, es un falso debate. Sí, el argumento según el cual “todo uso de cannabis es terapéutico” en alguna medida, tiene sentido. Pero cuando hablamos de regulación del cannabis, este debate no tiene cabida. ¿Por qué? Porque es válido también para otras plantas y sustancias… ¿En qué medida el uso de especies o ciertos alimentos es diferente de una automedicación inconsciente de quien añade curry o guindilla a su comida? El debate también existe más allá del cannabis, no obstante, en lo concreto de la política, la ley, y las regulaciones, lo médico tiene que estar delimitado, y lo que diferencia el uso médico de la guindilla de los otros usos no-médicos, no es el carácter puramente medicinal del efecto que produce el consumo de guindilla sobre el cuerpo, sino las vías de acceso y formas de regulaciones.
Si compro guindilla en el mercado o en el súper, aunque consumir la guindilla pueda tener un efecto terapéutico, no se considerará medicina desde el punto de vista regulatorio. Pero si compro guindilla en un herbolario, tras recomendación médica, o si compro con receta uno de los numerosos productos farmacéuticos que contienen guindilla o sus principios activos… entonces, de hecho, ya es guindilla médica. En políticas públicas, el mero carácter medicinal/terapéutico de un producto no lo hace medicina. Es la vía de acceso que lo hace medicina. Y las vías de acceso se diferencian por la finalidad del uso del producto al cual se accede: si compro guindilla en farmacia o herbolario, será con fines médicos; pero si compro en el mercado, será con fines alimenticios (es decir un fin otro que el fin médico = fin no-médico). También puedo comprar spray de pimienta, fabricado con extracto de guindilla: en este caso será para fin de “autodefensa” o fines de “mantenimiento del órden público” (lo usan los cuerpos de policías)... ambos otros tipos de fines no-médicos.
Tenemos pues: - Los fines médicos, bien cubiertos por regulaciones más o menos estrictas, y vías específicas: para productos farmacéuticos en farmacias, para productos herbales y de medicina tradicional en herbolarios y farmacias.
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- Todo lo demás: los usos no-médicos.
Esto vale para todas las plantas medicinales, incluidas las que estén sometidas a fiscalización. Los tratados internacionales sobre drogas se articulan también alrededor de esta dicotomía médico vs. no-médico.
Entonces, para el Cannabis, es lo mismo. El cannabis medicinal –desde la mirada regulatoria– no es todo aquel uso de cannabis que tenga un beneficio para la salud: el Cannabis medicinal/médico/ terapéutico no es nada más que los productos –herbales o preparados– a los cuales se accede (o se tendría que poder acceder) vía una serie de dispositivos de dispensación lícita (herbolarios, farmacias, centros de atención sanitaria, hospitales, etc.). La Comisión de Derecho Internacional de las Naciones Unidas (CDI) durante su 73ª sesión, Mayo 2022 (Ginebra). La CDI es un referente en la interpretación y evolución del derecho internacional.
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El experto estadounidense de la ONG FAAAT, Michael Krawitz, presentó los hallazgos de High Compliance a los Estados miembros de los tratados, [3] durante la 65ª sesión de la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas (CND). Su intervención traducida al castellano se puede ver en: youtu.be/4JAGQYOSa5I Durante la sesión, también se compartió el informe con todas las delegaciones interesadas.
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Izquierda: El embajador de Bélgica, quien presidió la 65ª CND en 2022. Derecha: La delegada de la federación de Rusia durante la 65ª CND.
Kenzi Riboulet-Zemouli, autor de High Compliance, en la “sala de los Derechos Humanos y de la Alianza de Civilizaciones” de la ONU en Ginebra, la sala dónde se reúne el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, bajo la cúpula del artista Miquel Barceló (la renovación de la sala fue financiada por España).
pueda sacar algún beneficio médico del consumo de cáñamo o del consumo lúdico es un debate de interés, al charlar cuando compartimos unas tapas de cáñamo o una cata… pero no tendría que cristalizar las recomendaciones sociales.
DERECHO INTERNACIONAL DEL CANNABIS
Volviendo a la legalización: Canadá, Malta y Uruguay, igual que España, son Estados soberanos, que ratificaron la Convención Única sobre Estupefacientes de 1961 (o C61), el principal tratado en el derecho internacional sobre el cannabis. Este tratado impone una serie de obligaciones a los Estados, quienes a su turno traducen estas obligaciones en leyes y regulaciones vigentes en su territorio. Así pues, la ley de estupefacientes de 1967 es una respuesta del Estado español a las obligaciones de la C61, que España ratificó el 1ª de marzo de 1966.
TRATADO, PROHIBICIÓN, Y LEGALIZACIÓN
Mientras no se ha discutido mucho en el caso de Uruguay y Malta, y cómo sus leyes de legalización del Cannabis se vinculan con las obligaciones de la C61, sí pasó en Canadá. Ya en 2018, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE; un órgano de tratados encargado de supervisar el cumplimiento de la obligaciones de la C61) declaraba que “la legalización y la regulación del cannabis para fines no-médicos y no-científicos, como se prevé en el proyecto de ley [canadiense], no puede conciliarse con las obligaciones internacionales de Canadá en virtud del artículo 4(c) de la Convención Única de 1961". El artículo 4(c) dice: « Las Partes adoptarán todas las medidas legislativas y administrativas que puedan ser necesarias: .. (c) Sin perjuicio de las disposiciones de la presente Convención, para limitar exclusivamente la producción, la fabricación, la exportación, la importación, la distribución, el comercio, el uso y la posesión de estupefacientes a los fines médicos y científicos » Descifrado el complejo lenguaje del derecho internacional, y sabiendo que “Sin perjuicio de las disposiciones de la presente Convención” se refiere a una serie de artículos que hablan de fines otros que médicos y científicos, lo que el Artículo 4(c) nos dice es: los países han de limitar el uso de drogas a fines médicos, excepto en el caso de los artículos sobre usos no-médicos Si Canadá viola el artículo 4(c), no es meramente por haber legalizado el cannabis no-médico… sino por haberlo hecho fuera del marco que establecen los artículos al respecto. La C61 es un tratado en parte evolutivo. Desde 1961 y durante unas décadas, el uso no-médico tradicional era autorizado en virtud del artículo 49 de la C61. Tras el vencimiento de este Artículo, pasa a ser vigente otro marco legal, pero sobre uso no-médico industrial (ya no tradicional), el Artículo 2(9) de la Convención. Algo también cambió en diciembre de 2020, cuando la ONU votó a favor de la recomendación de la OMS para sacar el Cannabis de la Lista IV, dónde se había listado para expresar la intención prohibicionista de los redactores de la Convención. Al sacarse de la Lista IV, el Cannabis ya cae íntegramente en el marco del Artículo 2(9) de la C61, que exime el Cannabis de la fiscalización internacional autorizando regular los usos no-médicos “industriales” (lo que hace eco a la “industria del cannabis”...no-médico). El artículo 2(9) dice: « Las Partes no estarán obligadas a aplicar las disposiciones de la presente Convención a los estupefacientes que se usan comúnmente en la industria para fines que no sean médicos o científicos, siempre que: a) Por los procedimientos de desnaturalización apropiados o por otros medios, logren impedir que los estupefacientes utilizados puedan prestarse a uso indebido o producir efectos nocivos .. y que sea posible en la práctica recuperar las sustancias nocivas; y b) Incluyan en los datos estadísticos .. que suministren las cifras correspondientes a la cantidad de cada estupefaciente utilizado de esta forma. » El lenguaje de este Artículo es complejo, ambiguo e impreciso en varios puntos, muchas de las palabras utilizadas no se encuentran en otros Artículos de la C61 ni están definidos. Para clarificar lo que dice el Artículo 2(9), tomando en cuenta los criterios de interpretación del derecho internacional consuetudinario aplicable (en particular Ut res magis valeat quam pereat), lo que dice este artículo es: los países no estarán obligadas a aplicar las disposiciones de la C61 a los estupefacientes que se usan comúnmente en la industria para fines no-médicos o no-científicos, siempre que: a) el país usa cualquier método válido (incluyendo, pero no limitado a, desnaturalización) para evitar el uso indebido (uso problemático, dependencia) y reducir los daños, b) el país envía a la JIFE los kilos de cannabis vendidos legalmente cada año en el país.
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LEGALIZAR EL CANNABIS NO-MÉDICO: CANADÁ VS MALTA
En marzo de 2022, el informe “High Compliance” (subtitulado: “Una legalización lex lata para la industria del cannabis no-médico, ¿Cómo regular el cannabis recreativo en cumplimiento de la Convención Única sobre estupefacientes, 1961?”) [1] se publicó, aclarando este régimen jurídico internacional para el cannabis de uso no-médico. High Compliance sostiene que, si Canadá enmarcará su ley dentro de lo que prevé el Artículo 2(9) de la C61, estaría en cumplimiento de sus obligaciones internacionales. Como dijo la JIFE, no es la legalización en sí que causa problemas, sino la legalización “como se prevé en el proyecto de ley”, es decir, fuera del marco del Artículo 2(9) regulando el uso no-médico. Canadá no ha incorporado una política voluntarista de reducción de daños en su ley, ni tampoco contempla enviar a la JIFE la “cantidad de cada estupefaciente utilizado de esta forma”...
Pero, en High Compliance, el análisis va más allá de Canadá, y se comparan todos los textos de ley sobre Cannabis lúdico en el planeta (en el Anexo 1, pp. 129-132). Destaca el hecho de que ninguna ley defina el Cannabis lúdico como “no-médico”... excepto la más reciente, la ley de Malta. A diferencia de Uruguay y Canadá, donde las leyes apenas guardan relación con la C61, Malta sí utilizó un lenguaje muy similar al del artículo 2(9) de la Convención Única. La ley lo hace en su sección preambular, que define el ámbito de aplicación de la ley de legalización maltesa (Proyecto de ley nº 241, artículo 3, p. C 6487): “será función de la Autoridad [sobre el Uso Responsable del Cannabis] regular el
uso del Cannabis con fines que no sean médicos o científicos”. También menciona en la ley el objetivo de “implementar la reducción de daños por el uso del Cannabis" así como “supervisar el uso del Cannabis en Malta, que no sea para fines médicos o científicos"... Este lenguaje es muy similar al del artículo 2(9) y sus apartados (a) y (b). Este lenguaje no se encuentra en el proyecto de ley C-45 de Canadá. En concreto, esto podría significar que Malta es el primer país desde 1961 en legalizar el Cannabis en total cumplimiento del derecho internacional y de sus obligaciones ante la C61. Un importante cambio de paradigme donde, hasta hace poco, se proclamaba la imposibilidad de legalizar sin violar el derecho internacional. Malta y la misma Convención Única piensan diferente. No sólo en Malta sino también en derecho internacional, el “uso lúdico” es “uso no-médico”.
Foto de portada de High Compliance (Foto: CC-BY-SA Maurice Narkozy).
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UN CAMBIO DE PARADIGMA considerando la utilidad de tener lo máximo de posibilidades y vías de acción: cuanto más opciones en la mesa, mejor. Tanto investigadores, gobiernos, y organizaciones internacionales se interesaron por el hallazgo principal de High Compliance: la existencia de una opción más para legalizar el Cannabis sin violar el derecho internacional. Lo nuevo, es que High Compliance sugiere una opción “lex lata” (ley existente): una vía que no requiere re-escritura o enmienda de los textos legales (algo muy largo y complejo) pero que, al contrario, se puede aplicar inmediatamente. Hasta ahora, todas las opciones propuestas eran “lex ferenda” (ley por hacer), es decir que requieren cambios en los textos del derecho
internacional, o una acción unilateral (tipo la salida de los tratados). Con el estado de las relaciones internacionales, negociar con Rusia, China y Filipinas para un cambio de la C61 parece bastante complicado. Salir de la C61 para legalizar también podría dar ideas a otros países, que se mueren de ganas de usarlo como justificación para retirarse de otros tratados internacionales… por ejemplo sobre derechos humanos o medio ambiente… En el mundo en que vivimos, la opción lex lata tiene muchísimas ventajas en términos de estabilidad, pero también para quitar a los países prohibicionistas el monopolio de la legitimidad y legalidad internacionales en cuanto a drogas. También permite re-enfocar la C61 como un tratado que no prohíbe, sino enmarca las regulaciones soberanas de los Estados en un contexto de normas de salud pública (reducción de daños y recopilación de datos estadísticos).
CONTROVERSIA E INVESTIGACIÓN EN COMPARTIMIENTOS ESTANCOS en el mundillo de las políticas de drogas (y con décadas atrayendo la mayoría de la financiación y de los contratos de asesoramiento a gobiernos “progresistas”) emitieron críticas acerbas, epidérmicas, y hasta a veces ad hominem contra el informe y sus hallazgos.
Este grupo de investigadores estudió detenidamente la C61 entre finales del siglo pasado y los años 2010. Su conclusión, seguramente correcta en aquel entonces, era que los tratados y la C61 no dejaban lugar para una legalización del Cannabis. De allí sacaron un objetivo claro: acabar con la C61 para poder legalizar. También empezaron a desarrollar una lista de opciones para tirar adelante la legalización en el contexto de los tratados sobre drogas: todas las opciones siendo “lex ferenda”, necesitando cambios textuales complejos, o acciones unilaterales. Pero la C61 tiene partes evolutivas. Por lo tanto, es normal que un análisis legal hecho en un momento dado llegue a cambiar, a medida que pasa el tiempo. Aquí, pasaron 3 cosas: caducó el Artículo 49, entró en vigor el Artículo 2(9), y el cannabis salió de la Lista IV (son tres elementos evolutivos). Al evolucionar, el rigor académico llama a un re-asesoramiento de los cambios. Es lo que High Compliance quiso proponer al debate. Podría haberse esperado una discusión estratégica o técnica de High Compliance por parte de los proponentes históricos de vías lex ferenda. En su lugar, un espíritu de competición y de exclusión mutua se instaló, entre lo que habían de ser opciones complementarias. La reacción de quienes llevan años trabajando en opciones lex ferenda, fue rechazar los cambios evolutivos y la posibilidad de una nueva vía lex lata que abrían.
Y esto, sin tomar el tiempo de emprender un análisis jurídico propio del Artículo 2(9) y del marco internacional al día de hoy. Mientras High Compliance se basa por completo en los medios de interpretación primarios del derecho internacional, fundamentalmente en el propio texto de la Convención Única: lo que contiene (el Artículo 2(9) que exime los usos no médicos) y lo que no contiene (no hay ninguna mención explícita de la prohibición ni cualquier requisito obligatorio de ilegalización del uso no-médico).
Ninguna de las críticas hacia High Compliance se basó en el texto vinculante para desmontar sus hallazgos. Todos utilizaron medios subsidiarios de interpretación de los tratados, que han de servir para confirmar una interpretación del texto de la ley, no para reemplazarlo. Ninguna crítica de High Compliance supo, en base al texto de la C61, invalidar las conclusiones según cuales el Artículo 2(9) permite una legalización del cannabis. [2] La oposición a la vía lex lata fue, pues, más dogmática que académica, y ciertamente no pragmática. Un cisma se creó entre quienes priorizan “terminar con el tratado” a todo coste, y quienes tienen como objetivo “terminar con la prohibición” independientemente del tratado. Si la C61 ya no se considera un tratado prohibicionista y si contempla hoy mismo la posibilidad de legalizar… entonces, desear el fin de la prohibición ya no equivale a desear el fin del tratado. Si los expertos académicos que guían los movimientos sociales son incapaces de adaptarse a los cambios de tiempo, el movimiento social está en riesgo. La vía que se abre con el Artículo 2(9), que acercaría el cannabis a la guindilla, en un marco legal “normalizado” de regulación por finalidad de uso, es una oportunidad única para los movimientos anti-prohibicionistas de adelantar la legalización, a nivel mundial. ¡Que los movimientos anti-prohibicionistas no se dejen cambiar en “movimientos anti-C61”!
Es más, cuando un modelo como el de Malta presenta a la vez la característica de cumplir con el Artículo 2(9), y de definir “industria del Cannabis” como un modelo económico asociativo local y sin ánimo de lucro… un modelo que sí reduce los daños, y se aleja del modelo económico de las industrias del tabaco o del alcohol… reconsiderar nuestras posiciones y no cerrarse a priori a ninguna opción parece, como mínimo, un paso sensato.
REFERENCIAS
[1] Riboulet-Zemouli, Kenzi (2022a). High Compliance, a lex lata legalization for the non-medical cannabis industry: How to regulate recreational cannabis in accordance with the Single Convention on narcotic drugs, 1961. París y Washington DC: ediciones FAAAT. ISBN: 979-10-97087-23-4 (pdf). Disponible en: www.faaat.net/high-compliance/?lang=es
[2] Respuesta argumentada a las críticas publicadas sobre de High Compliance: Kenzi Riboulet-Zemouli, Kenzi (2022b). “High Compliance .. UN Treaties ‘Reviewing The Reviewers’”, Cannabis Law Journal, June 2022. Disponible en: journal.cannabislaw.report/kenziriboulet-zemouli-high-compliance-untreaties-reviewing-the-reviewers
[3] Erhardt, Elizabeth (2022). “La Convención Única NO es un tratado de prohibición”, Soft Secrets España [online]. softsecrets.com/es-ES/articulo/ la-convencion-unica-no-es-un-tratadode-prohibicion Véase también el vídeo del discurso, consubtítulos, en youtu. be/4JAGQYOSa5I
Fresia Melina Silva Sofrás / frutadefuego@gmail.com
CANNABIS COMO UNA PROMESA PARA EL ABORDAJE DE LA SALUD
MENTAL TRATAMIENTO DE LA ANSIEDAD Y OTROS ENFOQUES INTEGRALES DEL BIENESTAR
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En una revisión del Dr. Mechoulam, se cita que Cannabis era conocida y utilizada con el término “azzalu”, el cual significa “para la depresión del espíritu”.
La planta de Cannabis es reconocida por su amplio espectro de propiedades medicinales, no obstante, cuando se trata de salud mental, las potenciales aplicaciones no están del todo descritas o postuladas. Hay registros históricos pero ambiguos sobre los efectos a nivel mental del consumo de Cannabis, que van desde la experimentación de psicosis hasta la utilización de esta especie para “la depresión del espíritu” bajo el nombre de azzalu. Según la OMS, la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. La salud mental es considerada una parte integral de la salud; es decir, que no hay salud sin salud mental.
Siguiendo esta línea de pensamiento, es correcto pensar en la salud mental como algo más que la ausencia de trastornos o discapacidades mentales, considerándola, así como un estado de bienestar en el que la persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente a su vida y sus hábitos del día a día. Constituye entonces el fundamento del bienestar individual y del funcionamiento eficaz de la comunidad. Durante mucho tiempo, la investigación en Cannabis estuvo destinada a analizar sus aspectos toxicológicos, es decir, que la perspectiva no fue desde los beneficios de la planta, sino desde los posibles riesgos y consecuencias de consumirla. Esta línea de investigación usó como foco la forma de Cannabis utilizada de manera recreacional, la cual se caracteriza por la presencia de altos niveles de THC, el principal cannabinoide de cannabis. Este cannabinoide es psicoactivo, y los efectos provocados dependen en gran medida de la frecuencia, cantidad y tipos de consumo sumado a la predisposición de las personas, esto puede originar entonces, en algunos casos experiencias desagradables. A pesar de algunos efectos secundarios no deseados, los mismos se suprimen tras un periodo sin su utilización.
A pesar de la categoría de “consumo recreacional”, hoy en día está en discusión esa definición teniendo en cuenta que la “recreación” forma parte de la agenda que debería tener cualquier persona para airear el estrés del día y a día y equilibrar su vida. Es decir, que es un pilar clave en la promoción de la salud. Por otra parte, y siguiendo esta línea, hay cuestiones que forman parte de la vida cotidiana, como conseguir dormir o relajarse. Desde un punto de vista más clínico, la literatura sobre cannabis medicinal y salud mental es bastante escasa, mientras que, como se mencionaba antes, los reportes de las desventajas toxicológicas del Cannabis son numerosos, y en muchas oportunidades opacan las oportunidades terapéuticas que podría brindarnos esta planta. Una de las principales conclusiones de este artículo radica en la necesidad de generar más investigaciones dirigidas explícitamente a las ventajas y desventajas de la utilización de Cannabis para el tratamiento de afecciones mentales. No obstante, la bibliografía disponible despliega varias líneas de investigación. Los trastornos por uso de sustancias son la categoría de psicopatología con la literatura relevante más sólida para la utilización terapéutica del Cannabis. Los pacientes informan que el Cannabis puede servir como sustituto tanto de las drogas farmacéuticas como de las recreativas, y que puede preferirse debido a que se percibe que no causa daño, tiene un perfil de efectos secundarios más tolerables y una efectividad relativa. Además, los análisis a nivel de población sugieren que la sustitución del Cannabis puede tener beneficios para la salud pública. La literatura sugiere que el uso de Cannabis medicinal en la sustitución de otras sustancias debería focalizarse en la reducción de daños. Por otra parte, los trastornos de ansiedad son otra área en la que el Cannabis pudiera tener una aplicación terapéutica, no obstante, se requieren investigaciones más exhaustivas al respecto. Los usuarios Cannabis describen efectos ansiolíticos asociados al consumo, y una literatura emergente sugiere potencial para tratar el trastorno afectivo emocional y el trastorno de estrés post traumático. Sin embargo, aún no se ha determinado la eficacia comparativa del Cannabis en relación con otros tratamientos farmacológicos para la ansiedad. Es interesante mencionar que la evidencia preclínica sugiere que el cannabinoide CBD tiene propiedades ansiolíticas, también lo mismo para el cannabinoide CBG, del que ya existen patentes para su futura utilización en enfermedades asociadas a la salud mental. El CBD también puede tener efectos moduladores frente a los efectos adversos del THC. La planta de Cannabis no solo tiene cannabinoides, sino también terpenos, algunos de ellos tienen citadas actividades ansiolíticas. Un estudio que examinó las sustituciones de Cannabis medicinal por otros agentes farmacéuticos encontró que el 71,8 % de los encuestados redujo el uso de medicamentos contra la ansiedad, el 65,2 % redujo el uso de medicamentos para dormir y el 37,6 % redujo el uso de medicamentos antidepresivos con el consumo de Cannabis. Otros potenciales del uso de Cannabis en los trastornos de la alimentación y el sueño. Uno de los considerados efectos adversos del THC es el incremento del apetito, y desde ese punto de vista la línea que separa los efectos adversos de los deseados está comenzando a debatirse.
La salud mental es uno de los campos en los que está tomando importancia el Cannabis como agente terapéutico. Desde el uso popular como relajante, para dormir o estimulador se desprenden investigaciones que caracterizaron algunas propiedades medicinales de ciertos cannabinoides como la actividad ansiolítica del CBD, o el posible tratamiento de los tras-tornos del ánimo con CBG.
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El Cannabis es conocido popular y científicamente por incrementar el apetito. El THC es el metabolito responsable, proponiendo a la planta para el tratamiento de la anorexia y trastornos alimenticios.
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El CBD, entre todas sus interesantes aplicaciones, también se encuentra la actividad ansiolítica. Además desde un punto de vista sinérgico, los terpenos podrían promover la terapia por presentar las mismas actividades.
Con respecto al sueño, el insomnio se ha descrito como una de las principales razones por las que las personas buscan Cannabis medicinal, y aproximadamente 1/4 de los usuarios recreativos han informado que el Cannabis ayuda a la relajación y el sueño. La utilización del Cannabis en algunas condiciones que surgen con frecuencia en la juventud, como el TDAH y el autismo, así como los trastornos de la vejez, incluida la demencia, requieren mayores indagaciones; aunque las experiencias empíricas y los testimonios sobre los beneficios observados son numerosos en varios puntos alrededor del mundo. Por otra parte, es muy importante no olvidarse la intrínseca relación que hay entre las condiciones fisiológicas y la salud mental. Es decir que la utilización de cannabis para el tratamiento de alguna enfermedad (no mental), también está implicando una acción en la relación entre el paciente y esa enfermedad con respecto a su salud mental. La salud mental de un paciente se deteriora mucho por otras afecciones que esté atravesando, esto pone en evidencia cómo se desdibujan los límites entre la salud mental y no mental, evidenciando la necesidad de entender y abordar las terapias desde un punto de vista integral. Una persona que sufre de dolor crónico consigue alivio en el empleo de cannabis, el dolor afecta la calidad de vida y por lo tanto la salud mental. Parece que la planta de cannabis está
dispuesta para un sinfín de aplicaciones. No obstante, es importante saber que gran parte de la respuesta frente al tratamiento está condicionada por las características basales bioquímicas de
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El CBG está siendo motivo de la gestión de patentes, debido a su potencialidad utilización en los trastornos del ánimo, como ansiedad y depresión.
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Otra situación que afecta la salud mental, como el no poder dormir también puede tratarse con Cannabis, el uso popular lo ha demostrado durante años, y las investigaciones están comenzando a aflorar. cada persona. Es decir, frente a un mismo tratamiento no todos reaccionamos de la misma forma. Esto indica que el éxito del abordaje terapéutico de las afecciones mentales con Cannabis no es el mismo paciente a paciente y no es aplicable a todas las personas. Teniendo en cuenta lo desarrollado anteriormente, es visible la necesidad de establecer nuevas líneas de trabajo e investigación que contemplen un abordaje del tratamiento de la salud mental con Cannabis acentuando los beneficios terapéuticos. Es vital reestablecer nuevos conceptos que hacen a la salud mental y por lo tanto a la salud integral. Las crecientes evidencias científicas sobre las actividades farmacológicas de algunos cannabinoides implicados en salud mental está creciendo, y pareciera que la definición de salud a lo largo del tiempo ha ido extendiéndose, incorporando aspectos claves que suman a la calidad de vida de las personas.
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El concepto de salud abarca muchos enfoques. La salud mental integra varios puntos, no solo el tratamiento de enfermedades y afecciones mental sino también los hábitos que suman a nuestra calidad de vida como la recreación.
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La máquina de vapor
CRISTAL VS TERPENOS LEGALES
¿SIRVE EL CÁÑAMO COMERCIAL PARA VAPORIZAR? UNA CATA A LA ANTIGUA USANZA
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Sensitive cbd, cogollos de tamaño mediano y sobre opaco para Gorilla de interior.
Todos sabemos cuál es el problema del CBD, es la parte de la planta que no tiene gracia. Durante muchos años evitamos este cannabinoide hasta el punto de que casi nos quedamos sin él. Ahora, nuestras genéticas favoritas saben a mandarinas o helado, pero ya no te hacen sentir como cuando Shiva fumaba con humanos. Sensitive CBD es una de esas empresas que empezó a vender CBD cuando a nadie le importaba. Una época en la que el cáñamo venía en bolsitas de té, tu cuñado decía que era como la cerveza sin alcohol y te pasabas más tiempo separando semillas que fumando. Afortunadamente, las cosas han cambiado, ahora estos cogollos huelen a barrica de roble y parecen manicurados por un dispensario californiano.
Hoy vamos hacer una cata de flores con el Biovapo, una pajita de cristal made in Spain que tanto sirve para vaporizar a baja temperatura como para quemar tu material. Su sencillez es su virtud, y todo depende de lo loco que te vuelvas con el mechero. La idea es ofrecer una visión para todo tipo de usuario, desde el más medicinal hasta el que se fume todo el sobre de un trompetazo. Nos encontramos con cuatro genéticas, tres de exterior con ratios del 18%, 22% y 24% de CBD y una interior con aspecto más premium que llega hasta un sorprendente 25%. Empezaremos por aquí.
Indoor pesado
Lo primero que busco en una variedad cultivada bajo luz artificial son desequilibrios alimenticios, tonos amargos o matices que me hagan pensar que el cultivador no sabía lo que hacía. En esta Gorilla eso no pasa. A baja temperatura ofrece un sabor sorprendentemente neutro aunque algo cargado, no resulta agrio pero sin duda esta planta no ha pasado hambre. No es fácil obtener semejantes ratios solo con amor y agua. Pero cuando subimos la temperatura esto se pone interesante, es una de esas hierbas que más la disfrutas cuanto más la quemas. Ofrece un humo muy agradable y tanto el sabor como la ceniza no muestran signos de elementos añadidos artificialmente. Como decía estos ratios son difíciles de conseguir y aquí al menos no han optado por el camino fácil. Los efectos son claros, diría que ese 25% es real. Obviamente esto no te va a colocar, pero un buen canuto antes de la jornada laboral hará que tengas menos ganas de asesinar a tu jefe. Flores exteriores con estilo clásico En las tres variedades más naturales el aspecto parece también bastante cuidado aunque no tan limpio como la anterior. Tenemos cogollos de calibre pequeño y
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