La Tajea
Nº 45
AÑO 12º
REVISTA CULTURAL Ilustre Ayuntamiento de San Miguel de Abona
La indumentaria de los aborígenes canarios Estampas veraniegas en el sur de Tenerife LA TAJEA. Nº 45/2015
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AYUNTAMIENTO DE SAN MIGUEL DE ABONA
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Presentación
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El Centro de Visitantes de Santiago del Teide, un ejemplo de puesta en valor del patrimonio
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Estampas veraniegas en el Sur de Tenerife
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La roseta: lo que fue y lo que es
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Doña Gumersinda Marrero Oliva (1852-1936)
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Trajes tradicionales de la isla de Tenerife. Mujer del Miradero, s. XIX
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Un siglo de cambios
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Ondas Deportivas
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El luto en el medio rural. Tejina-Guía de Isora
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Un paseo por la biblioteca
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El Personaje Josefina Bethencourt García
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El trotamundos
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La indumentaria en los aborígenes Canarios
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Museo de Historia Casa de el Capitán
Edita: Ilustre Ayto. de San Miguel de Abona Ctra. a Los Abrigos, 30 - 38620 web: www.sanmigueldeabona.org E-mail: cultura@sanmigueldeabona.org Dirección y coordinación: Concejalía de Cultura Fotografía: “Tradición de tradiciones” Diseño e impresión: Imprenta Reyes, S.L. Depósito Legal: TF 937/2002
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PRESENTACIÓN
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La moda se convierte en el eje central del número 45 de La Tajea. La moda en su sentido más amplio. Con motivo de las Fiestas Patronales, éste número dedicará la mayor parte de sus páginas, a la vestimenta, a las tradiciones y a la evolución del “vestir” desde el pasado hasta la actualidad, pero siempre, desde el enfoque de nuestra cultura más cercana. Desde el luto y el hábito, pasando por la confección más tradicional, hasta llegar al glamour y el diseño del tiempo presente. La manos de doña Fefa nos relatan el paso del tiempo entre costuras en la sección de El Personaje. Otros artículos como Ondas Deportivas nos hacen un resumen de actualidad de las di-
ferentes disciplinas deportivas del municipio a través de la entrevista del Concejal Julián Martín, así como Octavio Rodríguez nos adentra, una vez más, en uno de nuestras figuras históricas, Dña. Gumersinda Marrero Oliva. Desde la Concejalía de Cultura y Fiestas queremos agradecer la colaboración de todas aquellas personas que por vez primera se suman a este proyecto cultural, todas aquellas que retoman su participación y aquellas otras que a día de hoy siguen formando parte de él en cada nueva edición. La Tajea se renueva y regresa con otra perspectiva. Una perspectiva más integradora, más plural. Espero que la disfruten Samuel De León Páez Concejal de Cultura
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ESTAMPAS VERANIEGAS EN EL SUR DE TENERIFE A los componentes de las peñas Little Rock y Luna Estrella
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as de una sola planta, formando como una tablero de ajedrez, que se extendían desde el salón de la playa hasta el antiguo varadero, donde se mezclaban, ya en barrio de los pescadores, con sus viviendas de piedra seca de lava y barro, cañas y paja; con sus techumbres cubiertas de aparejos de guelderas, nasas y cañas de pesca, y presididas por la casa solariega del principal benefactor del asentamiento. Una plaza de suelo de cemento, precedida de una garita a modo de centinela, la pileta del chorro del agua, con su columna de cemento, rematada en forma triangular y la ermita de San Casiano y la Virgen del Carmen componían el núcleo principal del poblado. Flanqueaba este núcleo una bahía o charco del baño, encerrado en un bajío, que se extendía desde la restinga a la corriente y en que destacaba el denominado “morro Cuba”. Al fondo, el desierto de arenas y salados, la llanura de negra lava, conocida como “el vivo” y el verde oasis de la finca del Pozo que contrastaba con la blancura de las casas. Por uno de los flancos, la población estaba custodiada por un gran edificio, de techo de teja inglesa y madera, semiderruido, conocido como el salón de la playa y por el Porís, puertito del que todavía se conservaba su malecón y sus salones abandonados, y desde donde, después de atravesar un terraplén cercano, se desembocaba en la playa conocida por los lugareños como de los “Enojados”; de allí se podía divisar, a una considerable distancia, la torre del faro de La Rasca con su destellante farola. En el otro extremo, después de atravesar “ punta del viento”, aparecía el horno de la cal y la pequeña ensenada de playa de la Ballena, encajonada en medio de un barranquillo, cubierta de una gruesa capa de arena, a la que no llegaba el mar. Desde allí se oteaba, a lo lejos, la prominente elevación de Montaña Amarilla. Este escenario, en medio de una atmósfera como de tiempo detenido, sólo era turbado por los impresionantes remolinos, que desde Punta Negra se iban elevando como gigantes en la lontananza, al tiempo que se desplazaban saltando de loma en loma ; o por la espesa tolvanera que despedía la destartalada guagua, al irse aproximando al lugar de veraneo, en el que era recibida con toda suerte de vítores y algarabía, especialmente por los más jóvenes, como mensajera y portadora de gentes y mercancías; o quizá por el estruendo que producía la carreta tirada por bueyes, a primeras horas de la tarde, en su recorrido de regreso a la finca del Pozo.
Este era el lugar y este el tiempo: Las Galletas de los años cincuenta, nuestro lugar de veraneo. Un lugar y un tiempo que propiciaban el encuentro entre los jóvenes de esa generación, que compartían su ocio, aparte del baño y la pesca, con diferentes entretenimientos. Entre los juegos y pasatiempos, se encontraban los denominados: “brilé” y “ la soga” que solían practicarse en la playita de La Ballena. Hacia este paraje nos dirigíamos en horas del atardecer, cuando ya Febo declinaba sus rayos solares, y allí permanecíamos hasta sus últimos resplandores.
Playa de Las Galletas, hacia el año 1952. De izquierda a derecha: mi padre Pantaleón, mi hermano Nicanor, el que suscribe, mi tío Rafael Baute, mi tío Antonio Carmona y mi primo Filiberto.
aAtravesábamos los senderos y sorteábamos los escollos hasta llegar al sitio: una barranquera a modo de anfiteatro con prominentes rocas en uno de sus laterales, donde se habían grabado, con letras mayúsculas de color blanco, los nombres de los peñas participantes; y en cuyo cauce, cubierto por una pequeña y granada capa de arena, se practicaba el juego. En el “brilé” nos proveíamos de una pelota y nos dividíamos en dos grupos de cinco o seis, separados por una raya en la arena. El juego consistía en lanzar la pelota de un grupo hacia el otro. Si aquella, al ser lanzada, tocaba a algún miembro del grupo contrario, se pronunciaba la palabra “brilado/a” y, seguidamente, pasaba a formar parte del grupo que había conseguido hacer blanco. El juego terminaba , cuando uno de los grupos quedaba sin miembros, proclamándose ganador aquel que había conseguido más precisión en los lanzamientos y habilidad en saber esquivar los golpes. En lo que se refiere al juego de “la soga”,también dividíamos el campo de juego con una raya y se distribuían los grupos proporcionalmente, proveyéndonos de una gruesa soga. El juego consistía en que los dos grupos, dispuestos en fila y aferrados a la soga, tiraban fuertemente de ella hacia su demarcación; y en el instante en que alguno de los componentes del grupo sobrepasaba la línea fijada , se consideraba que había perdido. Esta diversión era más bien una demostración de fuerza, y el único aliciente que tenía era el momento en que, por el empleo de alguna estrategia, uno de los grupos, en el momento de la mayor expresión de fuerza, repentinamente aflojaba o soltaba al mismo tiempo la cuerda, produciendo la caída en bloque del grupo contrario y, por consiguiente, el regocijo entre todos los componentes. Éste era el lugar y estos algunos entretenimientos de nuestras tardes veraniegas.
Miguel Ángel Hernández González LA TAJEA. Nº 45/2015
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DOÑA GUMERSINDA MARRERO OLIVA (1852-1936)
Maestra de Primera Enseñanza titulada, profesora particular, maestra interina de la precaria escuela pública de niñas de San Miguel y vocal de la Junta Local de Primera Enseñanza
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l presente artículo está dedicado a la segunda mujer nacida en San Miguel de Abona que obtuvo el título de Maestra de Primera Enseñanza1. Doña Gumersinda solo ejerció como maestra interina en la escuela de niñas de su pueblo natal en dos períodos (el primero de tan solo nueve meses y el segundo de tres años y medio), pues no se presentó a oposiciones y estuvo trabajando durante la mayor parte de su vida como maestra particular. A pesar de ello, creemos que merece un lugar en la historia de la enseñanza en esta localidad, pues nos permite conocer las dificultades que sufría la educación pública en el Sur hasta bien avanzado el siglo XX. Además, fue nombrada vocal de la Junta Local de Primera Enseñanza y, como tal, formó parte de la Comisión de exámenes.
Título
de
Maestra
fesora particular
y labor docente como pro-
Nuestra biografiada nació en San Miguel de Abona el 19 de abril de 1852, siendo hija de don José María Marrero Bello, natural del mismo pueblo, y de doña María de la Encarnación Oliva Montesinos, que lo era de Vilaflor. Tres días después fue bautizada en la iglesia del Arcángel San Miguel por el cura párroco don Jerónimo Mora y Hernández; se le puso por nombre “Gumersinda María del Sacramento” y actuó como padrino don José González Chaves. Creció en el seno de una familia de cierto relieve local, pues su padre, don José María Marrero Bello (18051889), fue propietario agrícola y resultó elegido teniente de la compañía de Milicia Nacional de San Miguel de Abona. Tras superar la Enseñanza Primaria, doña Gumersinda cursó los estudios de Magisterio como alumna libre. Como tal, según la carga docente que por entonces tenían los tres cursos de la carrera, debía adquirir un dominio mediano de las técnicas de Lectura y Escritura; unos mínimos conocimientos de Gramática, Aritmética, Geografía e Historia, Dibujo, Pedagogía, Higiene y economía doméstica; y una notable habilidad para las labores del hogar. Además, tenía que presentar una certificación de haber realizado las prácticas con una maestra de escuela pública, durante un período que oscilaba entre seis meses y tres años. De este modo, cuando ya creyó que estaba suficientemente preparada, en el curso 1874-75 se matriculó en la Escuela Normal Superior de La Laguna para sufrir el correspondiente examen de reválida y en junio de 1875 obtuvo el título de Maestra Elemental, cuando contaba 23 años de edad.2
las escuelas públicas solo lo hizo en dos cortas etapas, como ya se ha indicado. En el padrón vecinal de 1882 vivía en San Miguel junto a sus padres; don José María Marrero figuraba como propietario, con 80 años y natural de San Miguel; doña María Oliva, con 70 años y nacida en Vilaflor; y doña Gumersinda Marrero Oliva, con 28 años, natural de San Miguel y aún soltera3. El 8 de octubre de 1883, a los 31 años de edad, contrajo matrimonio en la parroquia de San Miguel con don Manuel Galván González, de 26 años y jornalero, natural de Agaete (Gran Canaria) y vecino de la localidad tinerfeña, hijo de don Esteban Galván y doña Andrea González; los casó y veló el cura propio don Agustín Pérez Camacho y actuaron como testigos don Juan Pulido, don Nicolás García y don Miguel González, de la misma naturaleza y vecindad. En el momento de la boda, doña Gumersinda figuraba dedicada a la “ocupación doméstica”. Don Manuel Galván, que llegó a figurar entre los mayores contribuyentes de San Miguel de Abona, desempeñó algunos cargos públicos, como los de vocal de la Junta Municipal del Censo Electoral, concejal suplente del Ayuntamiento, vocal fundador de la Sociedad Republicana “La Libertad”, vocal del Comité Local de Acción Popular Agraria y fundador de la Agrupación municipal del Partido de Izquierda Republicana.
Vocal
niñas de
AYUNTAMIENTO DE SAN MIGUEL DE ABONA
de
Primera Enseñan-
San Miguel de Abona
Luego continuó dedicada a la docencia particular y, en esa situación, en mayo de 1912 fue nombrada vocal de la Junta Local de Primera Enseñanza de San Miguel de Abona por el gobernador civil, don Antonio Eulate, al ser anulado el nombramiento de los que habían sido designados con anterioridad, a pesar de las críticas del periódico republicano autonomista El Progreso, que acusaba de dicha maniobra al cacique de dicho pueblo: No queremos suponer de la rectitud del señor Eulate –lejos de nosotros semejante ideal–, cuyo amor a la justicia conocemos, que se dejara influir por el consejo de los amigos del cacique sanmigueleño; pero, ello es que el señor Gobernador anuló los nombramientos
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Junta Local
Al quedar vacante la escuela de niñas de San Miguel de Abona, por traslado a Granadilla de Abona de la maestra propietaria doña Isabal Castrillón y Martín, se hizo cargo de ella doña Gumersinda Marrero, en concepto de interina y con un sueldo anual de 412,50 pesetas; acababa de cumplir 42 años de edad y permaneció a su frente del 29 de abril de 1894 al 17 de enero de 1895, en que tuvo que cesar, al tomar posesión de ella en propiedad doña Gregoria Felipe Díaz.4
Durante la mayor parte de su vida, la Sra. Marrero Oliva se dedicó a la enseñanza particular, pues en La primera fue doña Celestina Alfonso Sierra (1846-1904), quien obtuvo en 1862 el título de Maestra de Instrucción Primaria elemental. 2 José Antonio Oramas Luis (1992). La Escuela Normal de La Laguna en el siglo XIX. Págs. 127-129 y 221.
de la
za y maestra interina de la escuela pública de
Archivo Municipal de San Miguel de Abona. Padrones, 1882. Archivo de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias. Libro maestro de las escuelas públicas. 3 4
La vida de doña Gumersinda Marrero transcurrió en San Miguel de Abona, donde ejerció como maestra particular y como interina de la escuela pública de niñas.
ya hechos, designando para vocales de la Junta de primera Enseñanza de la población a que venimos refiriéndonos, a doña Clara Gorrín, doña Gumersinda Marrero y don Miguel Hernández Gómez, que no teniendo hijos que asistan a la escuela no pueden desempeñar el cometido para el cual se les designó, si han de cumplirse los preceptos legales a que tanto amor demuestra el señor Eulate. […]5
El 29 de ese mismo mes de mayo, el alcalde accidental de San Miguel, don Ezequiel Marrero, firmaba un edicto como presidente accidental de la Junta Local de 1ª Enseñanza, con la “Relación de los individuos que forma la Junta en este pueblo, para el próximo bienio, con expresión del concepto con que cada uno interviene”, entre los que figuraba doña Gumersinda Marrero Oliva, como madre de familia6. En virtud de dicho cargo, el 17 de julio de 1912 formó parte de la comisión examinadora, constituida por vocales de dicha Junta, para proceder al examen de fin de curso en la escuela pública de niñas, como informó La Opinión el 22 de dicho mes en un artículo titulado “Desde San Miguel. Exámenes”, en el que se da una idea clara de cual era el estado de dicha escuela, por entonces bastante masificada: “El caciquismo rural”. El Progreso, jueves 16 de mayo de 1912 (pág. 1). 6 “Juntas Locales de 1.ª enseñanza”. Boletín Oficial de la Provincia de Canarias, 5 de junio de 1912 (págs. 6-7). 5
[…] En la Escuela de niñas, dio principio á la dos y treinta, formando la comisión examinadora, además de los señores que formaron la de niños7, la vocal D.ª Gumersinda Marrero Oliva. Constituido el tribunal se dio lectura á la Memoria que presentó la bella é ilustrada profesora, señorita Carmen Hernández Rodríguez. Fué un trabajo acabadísimo, digna producción de quien parece mereció atesorar los ricos dones con que Dios se place adornar determinadas y angelicales criaturas Dichosa ella, que arrancó al público entero, una estruendosa ovación. A la lectura de la memoria siguió el exámen con sujeción á los programas. Doce alumnas merecieron la clasificación de sobresaliente. A éstas le dio la comisión la enhorabuena, y por unanimidad, un voto de gracias á la distinguida profesora, por la demostración tan satisfactoria obtenida con sus discípulas. Fueron presentadas labores muy importantes, mereciendo un sin número de alabanzas uno confeccionado por una niña de cuatro años, en el que aparecían remiendos, zurcidos, etc. No puedo menos que hacer constar el número de alumnas matriculadas en esta Escuela. Es de ciento 7 Estos señores también eran miembros de la Junta local: como presidente, don Ezequiel Marrero Reyes (alcalde), y como vocales, don Luciano Alfonso Mejías (médico), don Norberto Álvarez González (párroco) y don Francisco Gómez y Gómez (secretario del Ayuntamiento).
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doce. Esto supone un trabajo inmenso, para la señorita profesora, tanto, que en su visita, el Sr. Inspector ordenó clases diarias para determinado número por la mañana, y tarde. […]8
El Progreso, titulado “Correspondencias desde San Miguel. Cosas que avergüenzan”; en dicho escrito se ocupaba de varios temas y, tras hablar del mal estado de la escuela de niños, destacaba:
Pero al quedar vacante la titularidad de dicha escuela de niñas de San Miguel, por renuncia de la mencionada maestra interina doña Carmen Hernández Rodríguez, a comienzos de noviembre de ese mismo año 1912 la Junta provincial de Instrucción pública nombró de nuevo para regentarla a doña Gumersinda Marrero9, también en concepto de maestra interina y con un sueldo de 500 pesetas anuales; contaba por entonces 60 años de edad. Tomó posesión de su escuela el 14 de ese mismo mes de noviembre10.
Continúo cumpliendo con el deber de informar a los estimados lectores de El Progreso de lo que por este pueblo ocurra digno de mención. Y a fe que hay veces en que más valiera callar que otra cosa, y si hoy no callo, es porque el asunto de que voy a ocupar me ha llegado ya a un estado de inmoralidad y abandono que avergüenza. Se trata de las Escuelas de Niños y Niñas de este pueblo, aunque en cuanto a lo que a la primera se refiere, poco tengo que añadir a lo mucho dicho ya en estas columnas. Sigue cerrada y sin maestro, que es exactamente lo mismo que si no existiera. La de Niñas se halla abierta, pero de un modo que casi, casi, nos impulsa a decir que valía más que no lo estuviera. El local donde el Sr. Eulate ha exigido a la digna maestra doña Gumersinda Marrero Oliva que dé sus clases, se encuentra en las peores condiciones; allí apenas cabe una sexta parte de las niñas que se hallan matriculadas. Sus dimensiones no exceden de seis metros de largo por cinco de ancho y unos dos y medio de alto. La única puerta con que cuenta tendrá apenas dos metros; un metro la ventana, única también. La letrina, poco menos que en Pekín... Dicen que el Ayuntamiento ofreció (¡!) construir una a unos 40 metros más o menos de distancia del local, teniéndose que atravesar la vía pública para llegar a ella. En fin, como último detalle sépase que el inquilino que deshabitó la casa que nos ocupa, pagaba en concepto de alquiler, dos pesetas al mes. Dígasenos ahora si en ese cuchitril se puede enseñar otra cosa que no sea sordidez y miseria. En cuanto al mobiliario, la maestra no cuenta ni con una mala silla donde sentarse; el material es poco y viejo... Y por no haber, ni agua hay para las niñas. En toda la escuela no se ve ni una mala tinaja. Ahora bien; si se quieren saber, aunque ligeramente sea, algunas de las razones que explican este inconcebible estado de cosas, ahí van unos cuantos antecedentes. El caso es el siguiente: La señora doña Gervasia Díaz Monroy, patrocinada por el reconocido cacique de este pueblo, D. Luciano Alfonso Mejías, solicitó la escuela en ocasión de encontrarse vacante la plaza de maestra. También lo hizo la señora doña Gumersinda Marrero. La Junta Provincial de Primera Enseñanza recibió y examinó la documentación de una y otra, y como quiera que la de doña Gumersinda reuniera mayores ventajas, tuvo a bien otorgar a favor de ésta el nombramiento. Visto que no resultó nombrada la señora que quiso D. Luciano, éste inmediatamente ordena y manda al Alcalde D. Ezequiel Marrero, funcionario que ejecuta pasivamente cuanto quiere su señor, que en manera alguna se diese prisa en buscar casa escuela. Insiste la maestra en pedirla y recurre en varias ocasiones al Sr. Gobernador quejándose de la falta cometida por el Alcalde, quien al fin, con la mayor buena voluntad, se decide a buscar la casa que dejo señalada.
Durante su actividad docente en San Miguel, el 9 de enero de 1913, la Junta Provincial de Instrucción Pública de Canarias requirió a doña Gumersinda mediante una circular, junto a numerosos maestros, ocho de ellos del partido de Granadilla, para que justificasen la cantidad percibida por material para su escuela, pues de lo contrario les amenazaba con detraer dicha cantidad de su siguiente sueldo mensual: No habiendo dado cumplimiento los señores Maestros y Maestras que se expresan a continuación, a la Circular inserta en el Boletín Oficial correspondiente al 23 de Diciembre próximo pasado, por la presente se les recuerda de nuevo y por última vez la obligación ineludible en que están de presentar el presupuesto de la consignación del material diurno y nocturno de sus respectivas escuelas para el corriente año, pues de lo contrario se darán las oportunas órdenes a los señores Habilitados para que reintegren al Tesoro el importe del material que corresponda percibir a aquellos de los Maestros comprendidos en esta Circular y que en el improrrogable plazo de quince días no presenten en esta Junta dicho presupuesto.11
A pesar de las amenazas, los maestros no se dieron mucha prisa en cumplir lo ordenado, pues volvieron a ser requeridos el 21 de febrero inmediato12. No obstante, suponemos que nuestra biografiada terminó atendiendo las exigencias de dicha Junta. Su nombramiento como maestra interina de la escuela de niñas de San Miguel parece que no gustó al Ayuntamiento de dicha localidad, el cual quería poner a otra maestra en su lugar y por ello no le facilitaron un salón-escuela adecuado, de lo que se quejaba un vecino de San Miguel, en un escrito fechado en este pueblo el 3 de febrero de 1913 y publicado el 10 de dicho mes en “Desde San Miguel. Exámenes”. La Opinión, lunes 22 de julio de 1912 (pág. 1). 9 Diario de Tenerife, jueves 7 de noviembre de 1912, pág. 1; La Opinión, viernes 8 de noviembre de 1912, pág. 2; Gaceta de Tenerife, viernes 8 de noviembre de 1912, pág. 2 10 Archivo de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias. Libro maestro de las escuelas públicas. Diario de Tenerife, jueves 7 de noviembre de 1912 (pág. 1); La Opinión, viernes 8 de noviembre de 1912 (pág. 2); Gaceta de Tenerife, viernes 8 de noviembre de 1912 (pág. 2); Diario de Las Palmas, lunes 11 de noviembre de 1912 (pág. 2); La Provincia, martes 12 de noviembre de 1912 (pág. 3). 11 Boletín Oficial de la Provincia de Canarias, 10 de enero de 1913 (pág. 4). 12 Idem, 26 de febrero de 1913 (pág. 7). 8
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¿No es verdad que parece ésto una burla del cacique? Pues así estamos y estaremos hasta que las autoridades se decidan a intervenir en este enojoso asunto.13
El 4 de marzo inmediato, un tal “Pierre” volvía a quejarse en El Progreso de la situación de la escuela de niñas de San Miguel: Por lo visto lleva trazas de ser eterna esta campaña que muy a pesar mío, tengo que emprender quejándome del inexplicable abandono en que se tiene a la Escuela de niñas de este pueblo. Inútiles parecen nuestras lamentaciones e inútil la voz del deber llamando en los oídos de quienes a su cargo tienen el velar por la Enseñanza en Canarias. La maestra continúa dando sus clases en una especie de cueva sórdida a un número tan crecido de alumnas que materialmente realizan sus labores hacinadas en montón. Y menos mal que no es ésta la peor época canicular. Cuando el calor comience a dejarse sentir, qué sentir tendrán las pobres niñas de este pueblo. En igual estado continúa el colegio en lo que se refiere al tan necesario excusado. Las alumnas de esta escuela que fuera bastante para avergonzar a... cualquiera, tienen que ir de casa en casa de los vecinos pidiendo permiso para pasar a los retretes. ¡Qué vergüenza, señor Eulate! Y…, a propósito del señor Eulate. Con su carácter de Gobernador civil, ofició hace ya un buen número de días a la maestra, ordenándole que continuara dando clase en la cueva-escuela, señalada por el Alcalde con tal objeto, hasta que fuera visitado el colegio por el Inspector a fin de ver si efectivamente el local reúne las condiciones que la ley señala. Pero lo cierto es que el señor Inspector no ha venido, y las cosas siguen en igual y lamentable estado. Menos mal que por lo que se refiere a la Escuela de niños, ya está abierta y dando en ella sus clases el antiguo maestro don Miguel Feo Hernández.14
Al año siguiente, nuestra maestra aún continuaba reclamando una casa-escuela decente, demanda que llegó a la Inspección de Primera Enseñanza, la cual ordenó al alcalde de San Miguel que la atendiese, como informó Eco del Magisterio Canario el 30 de octubre de 1914, bajo el título “Casa-Escuela”: “Por la inspección de I.ª enseñanza se ordena al Alcalde de San Miguel facilite casa-escuela a la Maestra de dicho pueblo nuestra distinguida compañera doña Gumersinda Marrero Olive [sic]”. Al día siguiente, La Opinión también se hizo eco de dicha noticia en los mismos términos, aunque eliminando lo de: “nuestra distinguida compañera”.15 Como curiosidad, en enero de 1916 la maestra nacional Marrero Oliva contribuyó con dos pesetas a un número extraordinario del Eco del Magisterio Canario, tal como publicó este periódico el 7 de dicho mes16.
Un vecino. “Correspondencias desde San Miguel. Cosas que avergüenzan”. El Progreso, 10 de febrero de 1913 (pág. 2). 14 Pierre. “Correspondencias. Desde San Miguel”. El Progreso, 4 de marzo de 1913 (pág. 2). 15 “Casa-Escuela”. Eco del Magisterio Canario, 30 de octubre de 1914 (pág. 6); “De Instrucción pública”. La Opinión, 31 de octubre de 1914 (pág. 2). 16 “Sección de noticias. Número extraordinario”. Eco del Magisterio Canario, 7 de enero de 1916 (págs. 8-9). 13
Doña Gumersinda permaneció al frente de la escuela durante tres años y medio, hasta el 21 de junio de 1916, en que se hizo cargo de ella en propiedad doña María Encarnación Torrembó17. Tras cesar como maestra interina, cuando ya contaba 64 años de edad, es muy probable que continuase impartiendo clases particulares en su pueblo natal durante algún tiempo, dado el colapso que sufría la escuela pública de niñas, labor que simultanearía con el cuidado de su casa y su numerosa familia, además de la educación de sus hijos. Lo cierto es que, dada su avanzada edad, ya no quiso optar a la propiedad en el Magisterio nacional, pues no figuraba en la “Relación de las Maestras que por figurar en las listas oficiales con derecho a ingresar por concurso en el Magisterio o por contar con servicios interinos prestados con anterioridad al 17 de Abril último, que asimismo tienen derecho a la propiedad, han solicitado de acuerdo con las convocatorias insertas en el Boletín Oficial de la provincia correspondiente a los días 2 y 21 de Mayo últimos y 8 del actual”, fechada en Santa Cruz de Tenerife a 18 de junio de 191718. A partir de entonces no tenemos constancia de que volviese a regentar ninguna escuela pública, salvo alguna posible sustitución puntual que se le encomendara.
Fallecimiento y descendencia Doña Gumersinda Marrero Oliva falleció en su domicilio de San Miguel de Abona, en la calle Corta, el 8 de marzo de 1936 a las once de la mañana, cuando contaba 82 años de edad; había recibido los Sacramentos de la Penitencia y Extremaunción. Al día siguiente se oficiaron las honras fúnebres en la iglesia del Arcángel San Miguel por el cura encargado don Celso González Tejera y a continuación recibió sepultura en el cementerio de dicha localidad, de lo que fueron testigos don José Bello Feo y don Teófilo Bello Rodríguez. Le sobrevivió su esposo, don Manuel Galván González, con quien había procreado seis hijos: doña María, que casó muy joven con don Eladio González Díaz, con descendencia19; don José y don Manuel, que emigraron a Cuba; doña Andrea (1892-1977), maestra nacional, que casó en 1929 con don Celestino Díaz Bernal, hijo de don Francisco Díaz Monroy y doña Josefa Bernal Torres; don Esteban (?-1934), que murió en Santa Cruz de Tenerife; y don Gumersindo Galván Marrero, que al igual que dos de sus hermanos también emigró a Cuba. Octavio Rodríguez Delgado
Profesor titular de la Universidad de La Laguna
17 Archivo de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias. Libro maestro de las escuelas públicas. 18 Boletín Oficial de la Provincia de Canarias, 25 de junio de 1917 (pág. 8). 19 Fueron sus hijos: don Manuel González Galván (1912-1981), seminarista, sargento de Infantería, tallador del Ayuntamiento de San Miguel y agricultor; y don Eladio González Galván (1915-1997), que casó en La Laguna en 1935 con doña Concepción García Suárez (1903-2001), alcaldesa de Santiago del Teide y maestra nacional en dicha Villa y en Tamaide (San Miguel de Abona).
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Un siglo de cambios
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a moda se ha convertido en un elemento fundamental en la sociedad actual debido a la importancia que para la mayoría de personas tiene la imagen que proyectan a los demás. El término ‘moda’ hace referencia a una costumbre que está en boga durante un periodo de tiempo, generalmente corto, pues se trata de un fenómeno en constante cambio. Al igual que el ciclo de la vida; la moda nace, crece, se reproduce y muere a un ritmo acelerado, influenciada por el contexto político, económico y social en el que se enmarca. El siglo XX es una prueba clara de ello pues, en este periodo, coexistieron diferentes estilos que cambiaron por completo la forma de ver la moda. La primera revolución en este ámbito se desarrolló a comienzos de siglo, con la retirada
del corsé, que servía para estrechar la cintura y realzar el busto y la cadera. De este modo, la figura femenina en forma de ‘S’ quedó supeditada a la belleza natural del cuerpo, sin ningún tipo de ataduras. La vestimenta se caracterizó por el uso de prendas más holgadas; para los hombres las chaquetas sueltas y pantalones estrechos y para las mujeres los vestidos ‘Delphos’, creados por el diseñador español Mariano Fortuny e inspirados en la antigua Grecia. Tras la Primera Guerra Mundial, se producen nuevas modificaciones en la sociedad de la época que permitieron a la mujer gozar de una mayor autonomía. Su inserción en el mundo laboral debido a la presencia del hombre en el campo de batalla supuso la creación de prendas más cómodas y versátiles y el auge de la silueta en forma de tubo, las faldas cortas -del tobillo a la rodilla- y los escotes. Los ‘felices años 20’ trajeron consigo una etapa de bonanza económica y un impulso a la industria de la moda, debilitada a consecuencia de la Gran Guerra. El glamour, la elegancia y la originalidad lo encarnaron las flappers, mujeres jóvenes con un estilo de vida nada convencional que llevaban un atrevido corte de pelo bob, vestidos cortos y plisados con abundante pedrería acompañados de collares, sombreros, diademas, etc. La opulencia terminó con la caída de la bolsa de Nueva York en el año 1929. Este suceso desencadenó una crisis mundial en años posteriores que puso fin a una década de excesos. La diseñadora Coco Chanel destacó por sus confecciones elegantes a la par que prácticas en una etapa donde predominaba el estilo conservador y la figura en triángulo invertido. Los efectos de la Segunda Guerra Mundial causaron estragos en todos los ámbitos, incluso en la moda. Esta tuvo que ajustarse el cinturón mediante el empleo de tejidos más baratos y de menor calidad para elaborar sus prendas, entre las que destacaban las faldas midi o los conjuntos de falda y chaqueta de aire militar. En 1946, Louis Réard popularizo el bikini y, un año más tarde, Christian Dior creó el ‘New Look’, una tendencia que apuesta por la cintura de avispa, las faldas amplias, los tacones de aguja y, como complemento estrella, el sombrero ladeado.
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Los 60 abren un nuevo capítulo de la historia de la moda con una gran explosión de color. El movimiento hippie introduce los pantalones de campana, las faldas largas, las blusas holgadas y los estampados florales. La melena larga también fue la seña de identidad de hombres y mujeres activistas, en busca del amor libre y el pacifismo. Los colores llamativos permanecen también en la década de los 70, cuando los artistas más aclamados del momento se convirtieron en referentes de estilo entre los adolescentes. Dentro de este grupo encontramos a John Travolta y su chaqueta de solapa, los pantalones de pata de elefante de ‘Los Ángeles de Charlie’ o las gafas retro de John Lennon. Los colores claros predominaban en las prendas más demandadas como los pantalones de pana, los vestidos vaporosos y las camisetas desteñidas. Del mismo modo, estrellas como ‘The Ramones’ o ‘Madonna’ promocionaron el estilo punk, derivado del género musical del mismo nombre. El cuero, los flecos, las medias de rejilla, los pantalones pitillo y las chaquetas de hebillas marcaron una generación que perdura en la actualidad. El grunge surgió a finales de los 80 como un estilo musical que pronto se trasladó al universo de la moda. Esta estética irrumpió con fuerza entre la sociedad de los años 90 caracterizada por las prendas amplias, los vaqueros gastados, las camisas de cuadros, los tops bandana, los petos o las zapatillas deportivas.
Marilyn Monroe se convirtió en un icono de la moda de los años 50 con su estilo pin up, que realzaba su enorme atractivo y su figura proporcionada, bautizada como ‘reloj de arena’. Este estilo se caracterizaba por el uso de vestidos entallados o de vuelo, escotes de corazón, faldas de tubo y pantalones de talle alto para potenciar el cuerpo femenino. Los cuadros Vichy, los lunares y el leopardo eran los estampados que llenaban los armarios de las mujeres de la época.
En la actualidad, nos encontramos abrumados por las nuevas tendencias de moda que, en numerosas ocasiones, determinan nuestra forma de vestir cada temporada. La moda se reinventa pero también trae al presente prendas que ya causaron furor en décadas anteriores. Podemos decir que la calle es la mejor pasarela para descubrir las infinitas combinaciones y aprender de ellas, pero sin perder nuestra esencia. Beatriz Amador
Estudiante de Grado en Bellas Artes Raquel Yanes
Estudiante de Grado en Periodismo
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El luto en el medio rural. Tejina-Guía de Isora
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ace más de 30 años, cuando empezamos a interesarnos por la antigua vestimenta del pueblo, nos ayudó mucho nuestra abuela paterna Prudencia Rodríguez, y más tarde su hermana Sinda, que vivió en tres siglos diferentes (1989- 2002). Ambas poseían la sabiduría de los mayores. Ellas nos hablaban de las costumbres y del respeto por el luto durante su juventud y del tiempo que se debía llevar por cada familiar. La mujer debía vestir de luto, por un padre o una madre, durante tres años de negro. Los tres primeros meses se ponían velo, después un pañuelo negro. A los dos años y media empezaban a “aliviar” el luto y podían llevar ropa en blanco y negro o de “medio luto”, generalmente de cuadritos. Por un hijo o el marido, el luto era de por vida. Por abuelos o tíos debían vestir de negro durante un año, y 6 meses de medio luto. Por primos, durante seis meses debían llevar lo que llamaban un “saco” (camisa) negro. También se respetaba el luto por un vecino, llevando delantal y pañuelo de medio luto durante dos meses. Las novias que se casaban durante el luto, lo hacían de negro con un traje bajo y un pequeño velo blanco. No se celebraba ningún tipo de convite, sólo la ceremonia religiosa. Era habitual que se hicieran promesas a la virgen o algún santo, utilizando su hábito, a los que se les rogaba sus favores ante una enfermedad o cuando un ser querido se “embarcaba para América” para que todo le fuera bien; si estabas de hábito y te caía luto podías seguir con el hábito pero usaban por arriba un “tapadito negro” (como un abrigo) que se ponían encima. Los hábitos más usados en esta zona eran los de la Virgen del Carmen, la Virgen de Candelaria y la Virgen de la Luz.
Los habitantes del pueblo solían cantar durante la realización de sus labores, tanto en la casa como en la huerta. Durante la época de luto estaba prohibido. Y, en la época en la que se contaba con radio, tampoco se podía escuchar. El luto en los hombres era diferente, menos estricto. Consistía en una corbata negra y en la chaqueta o “americana” una especie de brazalete de tela negra de unos diez centímetros. Se colocaba a media distancia entre el codo y el hombro. Para el día a día y para trabajar, un botón forrado de tela negra que se ponía en el bolsillo de la camisa. Los tiempos de luto tampoco eran tan rigurosos como en las mujeres. Solían estar alrededor de un año con el botón. Antonia Mª Rodríguez Álvarez Luz Marina Rodríguez Álvarez
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El Personaje Josefa Bethencourt García
osefa Bethencourt García nació el 27 de agosto de 1943 en La Hondura, en el municipio de Arona, en el seno de una numerosa familia de nueve hermanos, de los que viven ocho en la actualidad. Su padre era agricultor, y trabajaba en tierras de su propiedad y también en otras como medianero. Josefa recuerda haber ido en la costa, donde en tiempo de lluvias se plantaban los cereales: cebada y trigo, y se acudía a segar a los terrenos que se arrendaban en las zonas de Cabo Blanco y Las Arenas, terrenos que pertenecían a los hacendados del lugar y que poseían un elevado número de fincas. Sin embargo, la casa familiar era el lugar donde la familia hacía su vida. (…)
A medida que fueron creciendo, Josefa y sus hermanas comenzaron a asistir a clases de corte y confección, primero en Escalona, y luego en Arona. Había tiempo, y fuerza de voluntad, como la misma protagonista recuerda. La madre cosía por la noche, mientras los hijos dormían, los pantalones o las camisas, para el que lo necesitaba. Y la elaboración, cuidadosa y artística, de las rosetas que era una tradición en la familia, llevada a cabo por la abuela, las tías, y la misma madre, se realizaba por las tardes, en una rutina cuidadosa y con las horas destinadas a cada quehacer, las mañanas dedicadas al cuidado de los animales y la huerta, las tardes al ordeño, y mientras la leche se cuajaba, los trabajos manuales: la aguja y el encaje. (…) Josefa recuerda haber estado al cuidado de su hermano menor desde muy pequeña, hasta que un día enfermó del hígado: tenía problemas con la alimentación, y transcurrió mucho tiempo hasta que se conoció el diagnóstico. Cuando iba a la escuela, era la maestra la encargada de darle la medicación. Pero todo, como ella recuerda muy bien, estaba rodeado de cariño, la vida no les resultaba difícil, y el pequeño mundo en que vivían estaba por entonces lleno de anécdotas, de convivencia, de unión y de inventiva. Habían creado un curioso modo de comunicarse, por medio de señales: usando una sábana blanca, y dependiendo del mensaje que se quisiera transmitir, se colocaba en un lugar u otro: “puesta sobre la almendrera, el novio podía saber si estabas en casa, o no”, si se iban a reunir las chicas para hacer una labor”, en tal otro… Iban caminando a donde fuera, cuando había una fiesta. Josefa y los suyos acudían con los vecinos de La Hondura, que era una población muy numerosa. Iban en familia, las madres detrás y la juventud, delante…
En La Escalona, los bailes se celebraban en los salones. Y había competencia entre los dos salones que existían: acudía más gente al que mejores tocadores tuviera, y los hombres habían de pagar para entrar, aunque no las mujeres. Después de cada pieza, los chicos y las chicas que habían bailado juntos, volvían de nuevo a su lugar, no fue hasta años más tarde que se fue introduciendo la costumbre de quedarse hablando unos con otras cuando la música terminaba. Josefa y su marido intentaban esa cercanía para poder hablar entre ellos, así fue creciendo el noviazgo entre ambos: se habían conocido en un baile donde habían sido los padrinos de boda de unos familiares. Ella tenía entonces dieciséis años, y él diecisiete. Se casaron tres años más tarde y la boda se celebró en Arona, por la tarde, y en la casa de La Hondura se preparó el convite en la huerta. Las bodas eran también una ocasión para reunirse todas las familias, mayores y jóvenes. Cada una aportaba la loza de sus casas, a las que se les ponía un número en el reverso, para ser devuelta después. La comida se hacía entre todos, y los cocineros que trabajaban en los bares, familiares también, se afanaban arreglando la carne, se elaboraban dulces, el pan casero… Al pasar los años, Josefa y su marido crearon una familia muy unida, con los cinco hijos que fueron llegando al hogar: José Tomás, “Cheché”, Carmen María, Eligio, María José y Raquel. Josefa no dejó atrás sus sueños de convertirse en costurera, y aunque reconoce que en ese LA TAJEA. Nº 45/2015
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tiempo muchas mujeres se dedicaban sólo a ser amas de casa y a las labores del campo, ella y sus hermanas tenían la inquietud de emprender además otros caminos y en sus propias palabras: “algo había que hacer”. Se prepara para sacar su título en Arona, aunque ya con anterioridad había empezado a aprender de su madre, quien había empezado a coser prácticamente sola, aunque más tarde toma lecciones de una profesora, la misma con la que después comenzarían su aprendizaje la propia Josefa y sus hermanas. Con ellas acude un día a Santa Cruz para examinarse, y obtiene su título de Corte y Confección. Su marido quiere compartir el éxito y obtiene un permiso en el cuartel donde estaba haciendo la milicia, para ir a recogerla. Josefa comienza a impartir clases, y al trasladarse con la familia a Las Galletas, donde el marido había empezado a trabajar, consigue que le cedan una habitación amplia en el Campo de don Virgilio, lugar en el que había una barriada de viviendas para los trabajadores de la finca, y en ese lugar monta un taller al que acudían chicas que trabajaban allí y también de otros campos de los alrededores. Las alumnas aprendían, compraban sus telas y podían confeccionar su propia ropa. Posteriormente se traslada la familia a San Miguel, y mientras construyen la casa en un solar que habían adquirido, residen en el hogar de unos tíos suyos, donde también instala su taller de costura. Al terminar las obras de su propia casa, el taller se traslada de manera definitiva a su propio hogar, desde donde sigue impartiendo sus clases, mientras los hijos crecían y ya asistían a la escuela del pueblo y al mismo tiempo que desarrolla sus labores como profesora, trabaja como modista para las mujeres que allí acudían como clientas suyas. (…) Con el fin de que la familia pudiera contar con los beneficios de un trabajador asalariado, dado que el marido había comenzado a hacerlo como autónomo, deja las clases del taller, y comienza a trabajar como costurera para los establecimientos hoteleros del sur de la isla. (…) Después de un período de desempleo, presenta su currículum como profesora de corte y confección en varios ayuntamientos del sur de la isla, y es seleccionada entre las candidatas para impartir cursos a la población femenina, y los realiza en Arona, La Camella, Cabo Blanco…, es entonces cuando se le ocurre la idea de proponerlos en el Ayuntamiento de San Miguel, y esa propuesta suya es trasladada al Pleno del Consistorio, y aprobada. Esa idea de Josefa constituyó el germen de cursos en otras modalidades que comenzaron a impartirse luego en el municipio a chicas y a chicos con el fin de que tuvieran a su alcance nuevas posibilidades de formación.
desde niña, y en cuya tarea se convirtió en una virtuosa, pero va a la playa a nadar cada día, lee y se entretiene con pasatiempos, al menos, todo lo que sus vista le permite. La casa de su infancia, representa hoy en día una de sus mayores ilusiones, donde se reproducen la alegría y la unión que sus padres les inculcaran, a ella y a sus hermanos y hermanas. La casa ha sido reformada, todos tienen allí su espacio propio que cuidan con esmero y hoy en día es el punto de encuentro de la gran familia en los aniversarios, fiestas de Navidad, Año Nuevo… Como símbolo de esa unión y en honor y recuerdo a los padres, Josefa y sus hermanos erigieron en la entrada a la casa, junto a la carretera, una capillita, en la que se venera al Hermano Pedro de Bethencourt, ascendiente de la familia paterna, a la Virgen de Candelaria y a San Andrés, “porque todos tienen un trocito de viña”… Dentro se encuentran también los retratos de los padres, y en la entrada una pequeña placa con sus nombres y fechas de nacimiento. Allí se reúne la familia cuando celebran las fiestas de los santos, donde siempre pueden verse flores frescas. El tapete del altar está confeccionado con las rosetas que la madre hizo para la colcha de uno de los nietos, que Josefa rescató, desuniendo y formando de nuevo la labor de encaje a la que tan aficionada fuera siempre la familia materna. Heredera de una tradición de grandes roseteras, Josefa tomó el relevo desde muy joven en una saga de mujeres en las que cada generación fue mejorando y puliendo el trabajo de las anteriores, e introduciéndole nuevas formas en arte, delicadeza y creatividad.
Quince años más tarde, se le declara una miastenia, enfermedad que la imposibilita para seguir trabajando. Josefa tiene entonces cincuenta y siete años, pero luchadora como siempre, aprende a nadar para paliar los efectos del mal que la aqueja desde entonces, y por el que ha sufrido una intervención y varias crisis a lo largo de los años, por las que ha tenido que ser hospitalizada.
La familia feliz, así le gusta denominar a Josefa a su numerosa familia, porque siempre han vivido en concordia y armonía, tal y como su padre les enseñara desde la infancia, porque, según sus sencillas y sabias palabras: “Todo se queda aquí. Sin lo único que no se puede vivir es el cariño, y darlo no cuesta nada. ¿Qué cuestan un beso, una ayuda, un abrazo…?”
Por ello ha tenido que abandonar la costura, la elaboración de las rosetas, a las que era tan aficionada
Extracto del libro “Tiempo de Mujeres”, de María Cleofé Linares
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LA INDUMENTARIA EN LOS ABORÍGENES CANARIOS Dolores G. Delgado Miranda (UNED)
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l recurso al ecosistema insular para sostener las necesidades de pervivencia es una práctica habitual en el pueblo canario. El hombre ha seleccionado lo más idóneo para su beneficio, accediendo unas veces de forma directa como materia prima virgen y otras mediante una serie de transformaciones. Los relatos iniciales sobre las Islas Canarias, incluyendo los relatos previos a la etapa conquistadora, nos dan una visión confusa de la indumentaria de los pobladores isleños. Destacamos la crónica de Boccaccio (s. XIV) que recoge el relato de Nicolosso da Recco
Momia envuelta con estera de materia vegetal y pieles Museo Canario)
ción de tejidos con palma y junco, no solo para el vestuario personal sino también para esteras rectangulares (para amortajar a sus muertos), circulares o bolsas de fondo curvo y de fondo plano. En el caso de Gran Canaria, la materia prima de este tejido está constituida por tallos de juncos (Holoschoenus vulgaris), simplemente desecados o también machacados y disociados en fibras. Cada hilo de la urdimbre suele estar formado por un solo tallo íntegro o majado, mientras que la trama siempre consta de dos hilos de fibras torcidas. Su trabajo se efectúa haciendo pasar horizontalmente, cada uno de los cabos de la trama en sentido opuesto al otro, por entre los hilos de la urdimbre dispuesta en vertical, de uno en uno. Las hileras del entramado guardan entre sí una distancia de uno a quince centímetros pudiendo también agruparse en número de dos a seis, sólo en los tejidos longitudinales.
Junco (Holoschoenus vulgaris)
sobre la expedición portuguesa que partió desde Lisboa en dirección a Canarias en 1341 y señala que “observó en alguna de las islas orientales como hombres y mujeres iban casi desnudos, otros se cubrían con pieles de cabras posiblemente por ser de casta superior, estos vestidos estaban tintados de color azafrán y encarnado. Las pieles eran muy suaves y cosidas bastante artificiosamente con hilos de tripa”. En las noticias sobre la isla de Gran Canaria, de las que más informes se tienen, especifica esta misma fuente que “las casadas llevaban delantal para cubrir las partes deshonestas, igual que los hombres, pero que las doncellas iban desnudas”1. Los datos arqueológicos confirman con descubrimientos el hecho de la fabrica1 En este punto coincide el relato de Nicolosso da Recco con lo que dicen algunos cronistas de la conquista, al señalar que unos indígenas llevaban taparrabos cortos hechos de fibra de junco y palma y que otros vestían con pieles de cabra teñidas de amarillo y encarnado.
Recreación de la confección de pieles
Leonardo Torriani2 especifica que la hoja de palma se tejía juntamente con la fibra de junco….“Y hacían faldas que ceñían por encima del talle… Llevaban el busto TORRIANI, L.: Descripción e Historia del Reino de las Islas Canarias (1592). Traducción del Italiano, con introducción y notas de A. Cioranescu. Goya Ed. Santa Cruz de Tenerife, 1959, pp. 107,112-113. 2
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cubierto con pieles blancas de cabra y a manera de capa se cubrían en invierno con una piel con pelo, a cuya pieza llamaban tamarco. Los hombres llevaban cubierta la cabeza con una piel de cabrito, cuyas patas colgaban a modo de adorno, sobre la nuca”. Para la isla de Lanzarote, el mismo Torriani señala para los vestidos que se confeccionaban con dos pieles de cabra u oveja y que iban cosidas a todo lo largo, de forma que una quedara delante y otra detrás. Con hueco para entrar la cabeza y aberturas laterales para sacar los brazos.
estaban confeccionados con pieles. El poeta Viana pormenoriza con su descripción: “tamarco curioso gamuzado de pieles y en los brazos huirmas como mangas y guaycas en las piernas como medias” (canto III, 74). La Industria de la piel para confeccionar vestidos está presente en la obra de Abreu Galindo5, corroborando para las diferentes islas lo anteriormente expuesto y señalando para Tenerife que los “hombres andaban cubiertos con unos tamarcos de piel de cabra u oveja, con pelo hacia dentro en invierno. Las mujeres, debajo de los tamarcos, llevaban unos refajos agamuzados y delicadamente cosidos”. Viera complementa esta noticia diciendo que la especie de camisa bajaba hasta los pies y se llamaba ahico. Añadiremos un pequeño vocabulario extraído principalmente de las obras Viera y Clavijo y Sabin Berthelot, aparte de los señalados hasta este momento, como por ejemplo: guapil (sombrero o bonete), horhuy (cuero o saco de cuero), thuete (saquito de piel), tahuyan o falda femenina este vocablo se atribuye exclusivamente a la Gomera. Fray Alonso de Espinosa6 puntualiza: “Su traje era un vestido hecho de pieles de corderos o de ovejas gamuzadas a manera de camisón sin pliegues ni collar ni mangas, cosidos con correas del mismo cuero con mucha sutileza y primor tanto, que no hay pellejero que tan bien adobe los cuerpos, ni que tan sutil costura haga que casi no se divisa y esto sin tener agujas ni alesnas sino con espina de pescados o púas de palmas o de otros árboles. Este vestido era abrochado por delante o por el lado, para poder sacar los brazos, con correa de lo mismo. Este género de vestido llamaron tamarco y era común a hombres y mujeres; salvo que las mujeres por honestidad traían debajo del tamarco unas como sayas de cuero gamuzado que les cubría los pies, de que tenían mucho cuidado porque era cosa deshonesta a las mujeres descubrir pechos y pies…”
Dibujo de las vestimentas de los antiguos habitantes de Gran Canaria, según L. Torriani3
Torriani señala para la isla de La Gomera que los indígenas cubrían sus partes y se ceñían en torno a la cabeza una tira de piel pintada de color rojo, con jugo que se sabe obtenían de la flor del tajinaste (Echium lineatum Gomerae) la cual las mujeres utilizaban como colorete. Este mismo autor reseña para la isla de El Hierro y la Palma prácticamente sin diferencias, coincide con lo señalado para otras islas: “ropilla de piel a la altura del medio muslo, tanto para hombres como para mujeres, aunque se dice que el vestido lo sujetaban a la cintura con una tira de piel y que en el invierno usaban el tamarco y la falda era denominada tahuyan” en La isla benahorita. Para la isla de Tenerife el argumento más antiguo corresponde a la primera mitad del siglo XV, lo encontramos en Azurara4 (1488) donde detalla que los vestidos Se observa en la obra original el color rojizo en la cara interna de la capa de cuero. 4 Gomes Eannes de Zurara o Azurara: Crónica del descubrimiento y conquista de Guinea (1448). 3
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Mucha es la información que nos aportan los diferentes cronistas, en muchas ocasiones modificadas por concepciones personales-culturales de quien las extrae, pero es cierto que la importancia del material vegetal solo es plausible en Gran Canaria, mientras que en el resto de las islas del archipiélago nos ha quedado mayoritariamente la presencia de la piel.
La indumentaria indígena en Juan Bethencourt Alfonso.
la obra de don
Por devoción nos acercamos a la obra de D. Juan Bethencourt Alfonso y a la recopilación realizada en la edición anotada del profesor Manuel Fariña González7, en ella se hace especial referencia a la indumentaria, 5 Abreu Galindo: Historia de la conquista de las siete islas de Canarias. Libro Segundo o Historia de la conquista de la Isla de Gran Canaria. Capítulo III. De sus casamientos, crianza de hijos, manera de orar, juramentos y vestidos. 6 Fray Alonso de Espinosa: fue un sacerdote dominico e historiador español del siglo XVI. Su obra de referencia titulada “Del origen y milagros de la Santa Imagen de nuestra Señora de Candelaria, que apareció en la Isla de Tenerife con la descripción de esta Isla” es la primera historia de Tenerife, además de ser el segundo libro impreso que trata exclusivamente sobre Canarias. 7 Historia del Pueblo Guanche. Tomo II etnografía y Organización socio-política. Edición anotada por Manuel A. Fariña González. Francisco Lemus Editor. Pag. 176-189
que tal y como hoy sucede en la sociedad, de ella se hacen conjeturas, el uso de prendas o dijes, la forma, color y calidad de los vestidos revelaban la condición social y la jerarquía de los individuos, pues si bien la variedad en los modelos era escasa, las mejores pieles, mejor gamuzadas y su mejor confección eran distintivos.
de largo casi hasta las rodillas, sin diferenciación entre sexos. El ahico, utilizada como prenda de defensa del pudor, que partía de una pretina en la cintura de la que salían, uno por delante y otro por detrás, unas pieles con
En una carta este investigador sanmiguelero comenta que: “Los guanches de Tenerife, con sus punzones de hueso y sus cuentas de arcilla, idénticas a las encontradas en el dolmen de l’Ardeche, a las del Lozere y otros; con sus molinillos de mano, pequeños cuchillos de obsidiana, garrotes más o menos groseros y objetos de cerámica que atestiguan una industria casi naciente; trogloditas en cuevas naturales no modificadas por la mano del hombre y vestidos de pieles más o menos curtidas (...); estos guanches, me parecen los mismos de La Gomera y Hierro...”
Los materiales para confeccionar los vestidos (según Bethencourt) eran, básicamente: – Tabonas para cortar las pieles. – Punzones fabricados de huesos largos de las extremidades de animales como la cabra;o de materia vegetal (leñablanca), utilizadas como leznas para las puntadas de unión, en ocasiones aparecen también de púas de palmera y agujas muy finas de espinas de pescado armadas de barbadas o provistas de ojo. – Como hilván empleaban cuerdas de distintos diámetros de tripa, o correas de pieles adobadas de distintos grosores, tendones de animales, mencionando Jubeal8 también, filamentos de hoja de palmera y fibras de malva, en Tenerife. – Las raederas, raspadores y pulidores de lava porosa se empleaban para suavizar las pieles y despojarlas del pelo. Con tales medios hacían labores de costuras muy finas, ojales a punto de presilla, de las que mostramos algunos ejemplos en fotografías en este artículo. Según este autor, si hacemos un compendio de las prendas principales, estas eran: guapilete, tamarco, ahico, huirmas y xercos. El guapilete, gorra o sombrero, según Bethencourt sobrevivió en la montera tinerfeña de lana usada por el vulgo hasta fines del siglo XVIII, confeccionadas con el pelo hacia afuera, ligeramente cónico con le caía por detrás una cogotera cuadrada o el trapecio, ofreciendo ambos lados unas orejeras que ataban a voluntad como barboquejo o recogían sobre la copa amarrándolas al vértice rematado en un gorullo teñido de color vivo. Por dentro reforzaban la boca de la copa. El tamarco, confeccionado con la materia prima principal que era la piel de oveja o cabra, con pelo o sin él, pero con éste hacia el exterior. Como signo de distinción los menceyes la utilizaban como levita cerrada y larga hasta media pierna, ceñida en ocasiones a la cintura. Mientras que la mayoría del pueblo guanche, no confeccionaban sus modelos con pliegues, ni mangas, 8 Jubeal hace referencia a la figura de Don Juan Bethencourt Alfonso.
Representación gráfica del desarrollo de cosidos de pieles y un ejemplo que se puede observar en la Exposición: “La mujer guanche: la fuerza de lo invisible”, en la Sala de Exposiciones del Museo de la Naturaleza y el Hombre.
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forma trapezoidal, que daban comodidad y libertad de movimientos, tanto para hombres como para mujeres. Las huirmas, tipo de polainas (aparecen también como guaycas) que se elaboraban desde la garganta del pie hasta casi la rodilla, con el pelo hacia afuera. Los xercos, utilizado como calzado protector del pie, una piel más o menos rectangular que se circundaba con correas.
Técnicas utilizadas en el cosido de pieles La necesaria perforación por medio del punzón era seguida del pasado del hilo a través de los agujeros. Estos puntos podían ser en espiga, en cordón, en espiral, destacamos el fino trabajo realizado en el remiendo y zurcidos que se pueden hallar en el estudio de la indumentaria aborigen (“ningún orificio sin cerrar, ni roto sin reparar”)9.
El vestido de las momias Las momias eran envueltas de la cabeza a los pies en un fardo funerario de piel cosida, anudada sobre la cabeza. Los hallazgos del Barranco de Jagua y los enterramientos de Roque Blanco han demostrado que los cadáveres eran convenientemente vestidos con su indumentaria corriente antes de ser envueltos en el sudario. Como ejemplos pondremos en la cueva sepulcral de Montaña Rajada (Cueva del Salitre) entre otras piezas de piel, se descubrieron dos guaycas o polainas, una de ellas estaba confeccionada con una sola piel, doblada por su mitad y con hilván largo en todo su borde. En los casos en los que sorprendía la muerte, el sudario era el mismo vestido que portaba en vida.
Bibliografía: BERTHELOT, S.: Etnografía y Anales de la Conquista de las Islas Cana- | ríías. Goya Ediciones. Santa Cruz de Tenerife, 1978, pp. 24-26. I SERRARAFOLS,E. y CIORANESCU, A.: Le Ca«anen. f Tomo II: 1960, p. 244. i Tomo III: 1965, p. 130. | Fontes Rerum Canaríarum IXX. Instituto de Estudios Canarios - El Museo Ca- | nario. La Laguna - Las Palmas. ^ CARRIAZO, J. de M.: «Crónica de Juan II». Revista de Historia - Tomo I XII, 1946, pp. 1-9. i CASTRO E ALMEIDA, V. de: Les grands Navigateurs et Colons Portugais í du XV-XVI.’ siécles. Chroniques de Gomes Eannes de Azurara. La Conquete de Ceu- | ta. La Decouverte de la Guiñee. Ed. Duchartre. París, 1934, pp. 176-177. | MORALES PADRÓN, F.: Canarias: Crónicas de su Conquista. Transcripción, estudio y notas. Excmo. Ayuntamiento de Las Palmas. El Museo Canario, 1978, pp. 162-163. ABREU GALINDO, J.: Historia de la Conquista de las siete Islas de la Gran Canaria. Edición crítica con introducción y notas de A. Cioranescu. Goya Ed. Santa Cruz de Tenerife, pp. 157,160-161. (13) MORALES PADRÓN, F.: (Opus cit.), p. 315.
Momia femenina guanche del siglo IX d.C. envuelta en un fardo funerario hecho con fragmentos de piel de animales cosidos formando un saco atado por la parte de la cabeza y apoyada en un tablón funerario de madera. 10 Momia femenina guanche del siglo IX d.C. envuelta en un fardo funerario hecho con fragmentos de piel de animales cosidos formando un saco atado por la parte de la cabeza y apoyada en un tablón funerario de madera.10
9 Diego Cuscoy, Luis. Anuario de Estudios Atlánticos Nº 7: “Armas de madera y vestido del aborigen de las Islas Canarias”
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10 En la actualidad, esta momia se encuentra expuesta en el Parque de las ciencias de Granada.
El Centro de visitantes de Santiago del Teide, un ejemplo de puesta en valor del patrimonio
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l Centro de visitantes de Santiago del Teide ha sido creado con la intención de ser un espacio referencial de cómo un municipio da a conocer los principales recursos de su patrimonio natural y cultural. Desde el espectacular paisaje volcánico que lo envuelve hasta los rincones más increíbles a los que nos llevan sus senderos. La vulcanología en Tenerife es uno de los aspectos más importantes en la formación del territorio insular y, sin embargo, está oculta a los visitantes que viajan a la isla, e incluso para los residentes. Acercar el mundo de los volcanes a la sociedad que vive o visita un territorio volcánico es una necesidad y una oportunidad de poder ampliar la oferta turística, cultural y científica de Tenerife. Santiago del Teide es sin duda, un lugar ideal para la instalación de este centro ya que se trata de un pueblo situado en tierra de lavas que se ubica en las cercanías de varios volcanes como el Chinyero y de restos de coladas que en el pasado amenazaron la vida de sus vecinos. El principal objetivo de la puesta en marcha del Centro es dar a conocer los principales valores patrimoniales y turísticos del municipio proporcionando experiencias a los visitantes. La idea general es conseguir transmitir de una forma experiencial la realidad volcánica de la isla y la necesidad
de su puesta en conocimiento para el desarrollo de una vida en pleno contacto con el mundo de los volcanes y el paisaje de Santiago del Teide. El centro afronta este reto con el uso de medios audiovisuales y de nuevas tecnologías para llevar a cabo un modelo expositivo muy innovador, atractivo y sensorial, adaptándose a las nuevas tendencias en el mundo del turismo que presentan a un visitante activo e interesado en conocer los elementos diferenciadores del destino. En el caso de Santiago del Teide, estos aspectos de autenticidad se concentran, sobre todo, en su paisaje volcánico y rural, lo que le hace centrar sus objetivos en ofrecer estos parajes a través del uso de medios tecnológicos atractivos y sensoriales. No sólo da a conocer cómo fue la erupción del Chinyero, sino que se vive y siente como si se hubiese estado allí presente. Esto es fundamental dado que uno de los principales elementos diferenciadores turísticos del municipio es su paisaje volcánico, por lo que provocar este tipo de experiencias es una buena forma de intrigar al visitante. La introducción de la tecnología de pantallas táctiles también permite dar a conocer aspectos más profundos del mundo de los volcanes de una forma atractiva, dinámica y espectacular.
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El centro consta de dos salas: una dedicada a la vulcanología y la erupción del Chinyero; y otra que fomenta el resto de la oferta turística del municipio haciendo especial hincapié en la naturaleza. Mientras la primera sala se centra en contextualizar al visitante dentro del mundo de los volcanes de Tenerife en 1909 para vivir la erupción del volcán Chinyero, la sala de los senderos muestra de una forma muy novedosa la oferta del municipio con recreación de espacios naturales y con audiovisuales que trasladan al visitante a cada uno de estos lugares. Lo que se propone es convertir este espacio en un centro único y diferente en la isla que muestre su oferta turística y cultural basándose en los recursos endógenos del territorio con medios tecnológicos audiovisuales de una forma muy original y atractiva. Siguiendo parámetros de la nueva museología y la tendencia de otros lugares, como Cataluña o Francia, este proyecto lleva asimilado un modelo de desarrollo local para el municipio. La puesta en marcha de este centro abre la puerta a un sinfín de posibilidades en el ámbito de la empleabilidad posibilitando la creación de puestos de trabajo en sectores relacionados con el turismo, la cultura, el deporte, la naturaleza, etc. La existencia de centros de este tipo facilita la creación de empresas de intermediación turística que basen su oferta en las rutas guiadas, especializadas o temáticas. También, la existencia de otros centros visitables en el municipio posibilita el desarrollo de una red de espacios expositivos que contribuyan a dar a conocerlo y generen un circuito que convierta a Santiago del Teide en un destino en sí mismo con capacidad de atraer visitantes de otros municipios durante una jornada completa. Para los guías profesionales, este tipo de centros posibilita su visita y la creación de rutas en su entorno que provocan el consumo en sus establecimientos como en restaurantes, cafeterías, etc. Es habitual que la creación de espacios culturales
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se conviertan en turísticos y repercuta en su entorno en aspectos como la creación de nuevas empresas o empleos directos en las ya existentes. La generación de empresas dedicadas a la venta de souvenirs o la restauración son claros ejemplos de la contribución que suele tener este tipo de centros al desarrollo de los lugares en los que se instalan. Además de las ya mencionadas de intermediación turística, actividades outdoor, etc. También, el dar a conocer estos aspectos del municipio puede desembocar en el aumento del consumo de productos locales. Dado que lo que se potencian son los paisajes rurales de Santiago del Teide, también puede fomentar la venta de estos productos por parte de los agricultores o, por qué no, la incorporación de estas personas a las explicaciones que se produzcan en posibles rutas guiadas por estos espacios, promoviendo la diversificación de las rentas de los agricultores aprovechando sus conocimientos sobre el medio. Lo mismo ocurre con el sector ganadero, artesano, etc., posibilitando la interacción de varios sectores económicos y sociales que enriquezcan la experiencia, así como facilite la diversificación económica del lugar. La puesta en marcha de proyectos que pongan en valor nuestro rico patrimonio natural y cultural es la mejor forma de colaborar en la recuperación, conservación y difusión de nuestro bagaje cultural. La gestión del patrimonio no debe quedarse en la mera observación de los valores que encierran sino que necesita de su acercamiento a la sociedad para conocerlo y que ésta adquiera un compromiso de conservación con todo aquel legado que debe mantener y transmitir a las generaciones futuras. Iván González Gómez
Historiador
La roseta: lo que fue y lo que es
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a roseta es una de las labores artesanas más antiguas y representativas de Canarias. Más que complicado, el trabajo de elaboración de una roseta es laborioso. La actividad rosetera se caracterizó por ser una economía de sustento desde finales del siglo XIX hasta la primera mitad del XX. En los comienzos, era un trabajo realizado para el consumo familiar pero con la implantación de las casas comerciales del Reino Unido, llegó a convertirse, junto con el calado, en una industria a gran escala. Se empleó numerosa mano de obra femenina y se instalaron en las islas casas exportadoras que satisfacían la creciente demanda del mercado europeo. Estas labores se comercializaron en el Reino Unido, Francia, Alemania y Estados Unidos. La roseta llegó a América en los equipajes de los emigrantes canarios y se puede encontrar en países como Paraguay, Venezuela, Argentina, Bolivia, Perú, Cuba, Brasil, México, Puerto Rico y en Estados Unidos (se trabajó en Texas y Luisiana, en esta última, aún se conserva). Estos países la adoptaron como producto nacional. La técnica sigue siendo la misma y pero en algunos lugares han cambiado su nombre; en Paraguay se las denomina ‘ñandutí’; en Venezuela, ‘soles de Maracaibo’; en Puerto Rico, ‘soles de Brasil’, ‘soles de Naranjito’. En los países de habla inglesa se las conoce como ‘Tenerife lace’ y fue practicada durante mucho tiempo por las damas de la alta sociedad como un entretenimiento. La importancia de la roseta fue tal, que llegó hasta Filipinas y otras zonas de Europa. En Croacia hay dos localidades destacas: la isla de Hvar y la región de Eslavonia, (Condado de Brod Posavina). La tradición en ambas zonas reconoce su procedencia de Tenerife, hasta tal punto que, desde Eslavonia han enviado una colección de rosetas, para ser expuestas en El Museo de Artesanía Iberoamérica y la artesana que las envía comenta: “las rosetas vuelvan al lugar que las vio nacer”. Por otra parte, en la isla de Hvar, la técnica de la roseta realizada con hilo de ágave, es considerada, junto con otros tipos de encaje, Patrimonio Inmaterial de la Unesco. (Gran Bretaña, Alemania y Francia) y el norteamericano, que ocupaba el segundo lugar tras Gran Bretaña. El conocimiento y la técnica de la roseta se transmitían de una generación a otra y eso hizo que la producción se concentrara en determinados lugares. Las artesanas que trabajaban fuera de ese ámbito, en muchos casos, aprendieron el oficio en las zonas de mayor producción o mantenían algún tipo de relación con el lugar a través de amigos o familiares. En San Miguel de Abona, el taller de Doña Constanza a mediados del XIX, fue uno de los más importantes de la época. Se daba hilos a las roseteras y se les compraba las ‘docenas’ terminadas para luego unirlas y montarlas en mantelerías y paños. En la actualidad, la producción rosetera se limita a los municipios de Vilaflor, Adeje, Granadilla, La Laguna y La Orotava donde, en la mayoría de los casos, se elabora por un pequeño grupo de artesanas de edad avanzada. Se repiten modelos por la falta de estímulos y buscando solo la rápida rentabilidad, lo que determinará la extinción de la actividad. Los pocos puntos de venta están repletos de los mismos modelos y productos, llegando incluso a ofrecerse productos realizados en China
como propios. El cliente que se decanta por diseños más complicados, exclusivos, no encuentra lo que busca, deja de comprar y la economía de la rosetera se reciente aún más. En Paraguay sigue siendo actividad económica la elaboración de rosetas, en algunos casos en ricos colores. Al estar aplicadas a nuevos productos aúnan de este modo tradición y moda. El trabajo exquisito de elaboración y montaje de rosetas que se realizó antaño en Tenerife queda en el recuerdo como el olor de un buen pan. Ana Delgado Medina
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Trajes tradicionales de la isla de Tenerife. Mujer del Miradero, s. XIX
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a profesión de costurera antaño era muy cotizada, pues las dificultades eran las que eran y, cuando no se encontraba lo que se requería, había que acudir al telar e intentar solucionar el problema deficitario para poder hacer cualquier prenda o traje; más aún cuando muchos de ellos se hacían por encargo. Encargos que, la mayoría de las veces, estaban premiados con exigencia de prontitud, pues se querían para una fecha señalada.
Hoy en día, la profesión quizás ha decaído por la presencia de modistas y otros profesionales de este mundo, pero más cierto es que las costureras son una baza muy importante a la hora de mantener nuestras tradiciones, aunque sólo sea para usarse en determinados momentos del año. En la actualidad, San Miguel de Abona cuenta con muy pocas costureras de trajes tradicionales, por ello nos hemos puesto en contacto con Maribel Toledo Rancel, quien lleva en ese mundo bastante tiempo, habiendo adquirido en su momento la titulación que le acredita su formación como tal. Se le denomina Zona del Miradero a una zona comprendida entre La Guancha e Icod de los Vinos, en la zona norte de la isla. Se trata de una zona agrícola donde predominan frutas, verduras, campos de trigo y una amplia vegetación donde los árboles, pinos, robles y otros, hacen del mismo un lugar privilegiado, desde el cual se puede observar el majestuoso Pico del Teide. Maribel, pretende ilustrar el escrito con algunas fotos, donde el lector pueda entenderlo mejor: El traje de la mujer que aparece en la foto (s. XIX) se compone de las siguientes prendas: blusa, enagua, pololo y toca, los cuales se componen de lino; Falda y el justillo, con tela de telar, y un rosario, mantilla, sombrero, zapatos y medias. La falda está tejida en listas de colores azules, amarillos y rojos. El justillo es de color blanco “roto” enhebrado con cordón rojo hecho a mano. El Rosario de cuentas de colores, del cual cuelga una cruz y un par de reliquias envueltas en seda que se usan como amuletos. La mantilla (opcional) debe ser de color blanco “roto” o amarillo, avivada con cinta azul de terciopelo. El sombrero, de palma o paja de centeno, y de copa cilíndrica, con una cinta alrededor de la base de color azul, rematada con un lazo en la parte frontal. La toca, de color blanco, y debe cubrir hasta los hombros. La blusa de lino con mangas al codo. Zapatos de color marrón, con hebillas, sin tacón, aunque hoy en día se suele utilizar “tacón carrete” y medias blancas. El pololo, prenda de color blanco-roto, con pequeños adornos (vainica y lorza) hechos con la misma tela (lino). Es un traje que como bien dice el nombre, está relacionado con esa franja de medianías del norte de Tenerife. Generalmente era usado por la gente humilde de la zona en sus labores de labranza.
Juan Luis Toledo Rancel
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Por otra parte, destacaba Maribel que en el pasado los colores se obtenían con tintes naturales, como la cochinilla (morado), orchilla (rojo), guarda (amarillo)... Pero transcurrido el tiempo, la
industria es la que manda y en nada se parece a lo que fue. En cuanto al traje tradicional del hombre del Miradero de la misma época (s. XIX) se compone de las siguientes prendas: sombrero, manta canaria, chaqueta, chaleco, camisa, fajín, calzones, calzoncillo, polainas, zapatos y morral.
ciar fácilmente en cualquier romería o baile de magos (que esto se entienda como una opinión muy personal, ya que con el mismo gasto se puede vestir adecuadamente, sin romper con unas tradiciones que tanto están costando mantener). Álvaro Toledo Maribel Toledo Rancel
El sombrero, de fieltro con copa redonda y ala bastante grande. La manta canaria, tradicional adornada con cinta negra de tercio pelo. La chaqueta de lana o telar, de color azul ribeteado en color rojo y botones dorados. El chaleco debe ser listado en sentido vertical, de color malva, rojo, azul y blanco roto, con las solapas triangulares de calor rojo, bolsillos de cartera con adornos en zigzag y ribeteado con cinta de color amarillo. La Camisa de lino, hecha con cuadradillo, semiabierta y adornos hechos de la misma tela. El fajín en negro, amarillo y rojo. Los calzones pueden ser de lana o telar, en azul marino, ribeteados en rojo con “alzapón y jarretera”, y botones dorados. El calzoncillo es de lino y suele sobrepasar los calzones. Las polainas de lana, color crudo, hechas a mano. Los zapatos de color marrón (canelo) y piel virada, pala alta y con hebillas cuadradas. Y finalmente el morral, una prenda que se usa debido a no llevar bolsillos en los pantalones. Puntualizaba Maribel Toledo Rancel que, tanto la chaqueta, como la manta canaria, sólo se utilizan en tiempos de invierno, algo que se puede ver por la zona norte de la isla, no tanto en el resto. En la actualidad se pueden apreciar pequeñas variaciones en la mayoría de los trajes tradicionales, tanto en los de los hombres como en el de las mujeres, más que nada debido a los cambios generacionales, pero sin dañar excesivamente el aspecto del mismo. Excepto algunos trajes hechos por gente no profesional, que más que un traje es un disfraz de carnaval, pues mezclan colores nada adecuados y sin coherencia, rompiendo de lleno con lo originario, algo que se puede apre-
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ONDAS DEPORTIVAS Por Álvaro Toledo
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ara esta edición nº 45, Ondas Deportivas les hace llegar a los lectores de esta humilde revista un pequeño abanico de artículos deportivos, siempre relacionados con el municipio. Los temas a tocar pasan por la lucha canaria, fútbol, atletismo, personajes del deporte y otros.
LUCHA CANARIA: La lucha en el municipio es una actividad que data de tiempos muy lejanos pero, como deporte Federado, desde principios de los años 80. Con el paso de los años esta disciplina ha tenido momentos gloriosos y otros no tanto; pero sí, siempre ha estado en el candelero, es más, me atrevo a creer que lo ha hecho con grandes figuras que han llevado el nombre de San Miguel de Abona por todos los rincones, allá donde el deporte vernáculo ha sido una fiesta. Después de recavar cierta información del Club de Lucha Chimbesque, he podido palpar que, aunque la recién terminada liga no fue todo lo buena que hubiesen querido, tampoco ha sido tan mala, pues un tercer puesto en liga, y quedar eliminados en semifinales en la copa, se puede catalogar como una temporada buena (viendo lo conseguido en la base y teniendo en cuenta que se ha hecho un buen trabajo). En cuanto a la próxima temporada, todo apunta, si no hay alguna sorpresa de última hora, que se saldrá en la Tercera Categoría. Toca esperar y ver acontecimientos.
PERSONAJES DEL DEPORTE: Quien fuera en la anterior legislatura concejal de Deportes, D. Julián Jesús Martín Martín,
hoy en día en la concejalía de Servicios Generales, va a ser quien abra este primer artículo al cual pienso darle continuidad en próximas ediciones, dentro de un apartado llamado “Personajes del Deporte”. Para ello, qué mejor que hacerlo a través de una pequeña entrevista. Y para comenzar, una de esas preguntas que no me gusta hacer, pero entiendo que tratándose del ex concejal del área de deportes, es de obligación: ¿Está satisfecho con el trabajo realizado durante su mandato? Me gustaría haber podido hacer más cosas pero… la situación económica, todos sabemos cuál es, y por eso hubo que adaptarse y salir adelante con las condiciones que teníamos, que no era fácil. ¿Cómo ve usted el deporte municipal en general? En líneas generales bien, existe un amplio abanico de actividades para llegar a todos los vecinos del pueblo. Obviamente, hay que estar abiertos a cualquier propuesta o iniciativa que nos hagan llegar y poder hacerlo más participativo y completo. ¿A qué deportista o Club premiarías? Pienso que a todos, pues están realizando un buen trabajo en el municipio. Más que premiar, se trata de reconocer su trabajo. ¿Algún deportista a quien le debas una felicitación? A todos aquellos que cada día con su esfuerzo, dedicación y devoción por cualquier modalidad, intenten conseguir sus objetivos. ¿Y un perdón o disculpa? Seguramente que sí, los políticos también somos humanos y nos equivocamos. Lo importante es tener autocrítica, saber reconocer y detectar esos errores para tratar de ponerles solución y no repetirlos. Al final, lo importante es hacer un trabajo digno, serio y leal hacia nuestros vecinos. ¿A quién destacarías? De esas personas que sin ser deportista dedican tiempo al deporte tales como delegados, cuidadores de campo, directivos, socios y otros. Destacar, destacar…, los destacaría a todos, sin excepción alguna, son los que contribuyen día a día con su esfuerzo a que esos clubes consigan sus logros deportivos y enaltezcan el nombre de nuestro municipio. Sería injusto nombrar a una persona cuando son tantos los que se lo merecen. A las puertas de una nueva temporada 15/16, ¿Cómo ve el devenir de los clubes del municipio? Bien, todos trabajan para cumplir sus objetivos, pero destacaría la labor de cantera. Es fundamental que los jóvenes tengan oportunidades, pues serán en el futuro quienes representes al municipio en materia deportiva.
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Dejando atrás los tintes políticos nos adentramos en lo personal ¿Cuándo, cómo y dónde, dio sus primeras patadas a un balón? En Alcalá, en el Colegio de la Cumbrita, donde estudié EGB. Desde bien pequeño, rondando los 5 ó 6 añitos comencé a dar mis primeras patadas. ¡Qué tiempos! Como futbolista, ¿en qué equipos jugó? En el Ibarra, Buzanada y en el del barrio, Guargacho. ¿Practicaste otros deportes que no fueran fútbol? Sí, el atletismo. ¿Qué otras labores has desempeñado en el fútbol? Además de jugar, fui presidente del Guargacho y entrenador. ¿Entiende las dificultades económicas a las que se tienen que enfrentar los clubes? Sí, sí, por supuesto que las entiendo. He estado con los clubes, desde dentro y desde fuera “mano con mano” y soy sabedor de las dificultades por las que se pasan para conseguir los recursos económicos suficientes para sufragar los gastos que conlleva un Club. ¿Equipo del municipio? Todos. ¿Nivel arbitral? Normal. ¿Sacaste alguna titulación de entrenador? Sí. Poseo los niveles 1, 2 y 3. ¿Una categoría base por la que te decantes? Es difícil, y más sintiendo el fútbol como lo siento. Desde la base, hasta los regionales lo vivo y lo siento con la misma intensidad. ¿Qué le dirías a un niño que se inicie en un depor te?Que es fundamental para el desarrollo físico y psíquico y más en la infancia, donde hay que compaginar estudios y deportes con la vida diaria, qué no es poco, y que durante su aprendizaje la prioridad es no competir sino divertirse y disfrutar de ello, porque esa es la base para crecer como deportista y persona. ¿Nombre de un jugador del municipio? Cristo Marrero, sin olvidarme de todos aquellos que luchan por ser mejores deportistas. ¿Un entrenador? Renato, mi entrenador en etapa juvenil y regional. ¿Club al que admires por su buen hacer con la base? Uf..., difícil pregunta..., por lo general todos trabajan bien. Sólo echar un vistazo te da la respuesta… Las Zocas, en tercera, dos juveniles en preferente, los cadetes dejan huella. En Kickingball, mejor imposible, y eso sin contar con otros deportes.
¿Una comida? El puchero canario. ¿Peine o cepillo? Cepillo, eso depende de la mata pelo, jijiji. ¿Café, cigarro, puro? Café. ¿Político o política? Todos los que trabajen con honradez. ¿A quién ignoras? A quienes no son humildes. Un aplauso ¿para quien? Para todos los que luchan por “algo” con esfuerzo y sacrificio, haciendo posible que se mantenga vivo un sentimiento, una ilusión. Como ya dije “algo”. ¿Y una colleja? Para quienes van a los recintos deportivos a desahogarse lanzando insultos a diestro y siniestro. ¿Una anécdota dentro de un campo de fútbol? Son incontables, pero una muy simpática. Fue en un partido amistoso en Guargacho, entre las Casadas Arrepentidas y las Solteras Ilusionadas, algo digno de ver, ¡sí señor! Yo hacía de árbitro y ocurre que en mitad del partido una chica de Las Casadas, viendo el eminente peligro de gol por el que corría su portería, se agacha y coge el balón con las manos dentro del área, entregándoselo a la portera, por lo tanto, penalti. Jajajaja… Yo entiendo que en tal situación no sólo hace falta un 4º colegiado sino una cámara para visualizar a posteriori la jugada, dado que tiene una difícil apreciación. Y claro está, que si le añadimos la presión ambiental desde la grada, no quiero ni imaginármelo.
ATLETISMO: Como ya comenté en su día, es una de esas modalidades deportivas que, por los motivos que sean, se ha convertido en un deporte de élite, eso sí, olvidándonos de las competiciones de alto nivel donde el esfuerzo y dedicación marcan las pautas, si es que quieres ser alguien en ese mundo tan sacrificado. Pero si bajamos a la tierra, la práctica de este deporte se convierte en algo cercano, cotidiano, del día a día, donde hasta los médicos de cabecera, farmacéuticos, especialistas en nutrición y un largo etcétera de profesionales, ya te lo sugieren por el bien de la salud, amén que para todo aquel que lo practica termina convirtiéndose en una satisfacción personal.
¿Con qué Sí y NO estás de acuerdo en el fútbol? Estoy de acuerdo con el juego limpio, dentro y fuera del campo. Es fundamental por el bien del deporte y la sociedad. Y el No, por todo lo contrario, es decir, la violencia, agresividad, insultos, etc., desprestigian el deporte. ¿Color? Azul. ¿Un libro? Todos aquellos que hagan alusión al deporte. ¿Una película? Quiero ser como Beckham. ¿Programa televisivo? Informe Semanal. ¿Una flor? La rosa amarilla. LA TAJEA. Nº 45/2015
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En este caso, y por citar a varios de nuestros convecinos, resalto el nombre de Facundo Matías Alonso, Alexis Martín García y Yeray Martín Rancel, entre otros. El primero, zoquero de nacimiento (Facundo Matías Alonso) y curtido en mil batallas deportivas, pues fue miembro de aquel primer infantil del Club Deportivo San Miguel Arcángel en la temporada 74 / 75, componente de la Selección del sur del mismo año, subcampeón de la provincia de Tenerife. Campeones del la única Copa que se jugaba por aquellos tiempos (primer año de fútbol federado en el sur de la isla) y subcampeón de liga, siendo el campeón el Ibarra. Como futbolista jugó en el C.D. San Miguel, Charco del Pino y Las Zocas. Es entrenador de fútbol titulado y entre los logros más importantes destaca el ascenso del Juvenil Las Zocas a Preferente por primera vez en su historia (2004/5) y el Regional a la Tercera División Nacional en la temporada 1999/00, convirtiéndose el Club en uno de los más longevos de la competición. En los últimos tiempos se ha convertido en un veterano atleta, miembro del Club Chimbesque Running, admirado por muchos jóvenes atletas que ven en él un ejemplo a seguir, no sólo por lo que ha conseguido si no por su dedicación, su trabajo, su saber estar…, donde lo más importante se llama participar y disfrutar. Destacar que, recientemente, en la carrera nocturna de El Médano 2015, de 12 kilómetros, obtuvo un 3er puesto en su categoría y 45º en la general. Por otra parte, también cabe citar a los atletas miembros del Club Chimbesque Runners, Alberto Brito Estévez y Dasshen Medina Martín, quienes terminaron en los puestos 23 y 24 de la general, y 32 y 33 en su categoría, lo cual deja bien claro que se están labrando un nombre en este mundillo. En cuanto al sanmiguelero Alexis Martín García, que lo hace por libre y que corre por puro placer, pues es su hobby, ha participado en todas aquellas carreras en las que su tiempo libre se lo permite. Para esta temporada tiene en mente participar en el Cross Bahía del Duque (10 Km-agosto), en el Trail de San Miguel de Abona (septiembre), en la K42 de Anaga (diciembre) y en la Media Maratón de Santa Cruz (noviembre). Hasta el momento ha participado en las siguientes carreras: 3 Medias Maratones de las Galletas (21 Km). Mejor tiempo1:48 minutos. 3 TRAIL SAN MIGUEL DE ABONA (12 Km) 68 de la general y 23 de su categoría (1:33:36) 3 TRAIL NOCTURNO EL MEDANO (12 Km), 123 en la general y 29 en su categoría (1:09:50) 2 CAMPEONATOS DE CANARIAS (10 Km.). Mejor tiempo 45:32 2 Carreras popular LLANO DEL CAMELLO. 1 Carrera nocturna LA LAGUNA: Su lema pasa por disfrutar con lo que hace y su mayor triunfo por llegar a meta y cruzarla de manos de su
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hijo Alejandro. Eso, aunque suene a muy poco, a él le satisface, pues terminar una carrera por muy corta que sea, ya es un triunfo. Yeray Martín Rancel (Aventurextreme), militar de profesión, que se está preparando para participar en la que será su primera participación en la brutal de 66 km. y que unirá, al Ayuntamiento más alto de España, Vilaflor, con una de las zonas mas bellas y turísticas de España, Puerto de la Cruz Yeray, hijo del pueblo y residente en Los Abrigos, 9º en la general y 7º en su categoría, en la reciente carrera nocturna 2015 de El Médano. En la actualidad se prepara a conciencia, con entrenador personal incluido, para intentar terminar el “paseito” que le espera el próximo mes de octubre de Vilaflor de Chasna al Puerto de la Cruz, donde el mero hecho de terminarla sería una victoria para él. Al joven atleta se le ha metido un “bichillo” en la crisma y emperrado está el hombre en unir las Islas Canarias a base de darse un paseo por cada una de ellas, donde las distancias oscilan entre 50 y 70 kilómetros. Pues nada, que veamos los sanmigueleros la hazaña cumplida. El C.D. RELÁMPAGO, único equipo del municipio de KICKINGBALL, ha iniciado la nueva temporada marcando unos muy buenos registros, siendo segundas en la actualidad. Para esta temporada, todo pasa por intentar estar a la altura de la pasada, donde se consiguió hacer una temporada inmejorable. FÚTBOL. En el deporte rey todos los clubes del municipio se han echado andar. Las Zocas, San Miguel, Guargacho y El Roque, además del C.D. Aldea de nueva creación, al que le deseamos lo mejor en esta andadura. Para todos, los mejores deseos en lo deportivo.
Un paseo por la Biblioteca Municipal Sopa de pollo para el alma
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“Si hay luz en el alma, habrá belleza en la persona. Si hay belleza en la persona, habrá armonía en la casa. Si hay armonía en la casa, habrá orden en la nación. Si hay orden en la nación, habrá paz en el mundo” Proverbio chino omos seres humanos y como tales llenos de complejidad. Nadie puede conocernos tan bien como nosotros mismos y sin embargo, creemos más en lo que los demás pueden hacer de nosotros que en lo que somos capaces de conseguir por nuestros propios medios. Aprendemos a imitar ídolos, adoptamos costumbres que pueden hacernos daño pero que son ejemplos de otros y seguimos senderos que nos arrastran lejos de lo que creemos que es la felicidad.
mientos. Empezar por cultivar, ayudar y transmitir. Recibir inspiración, transmitir esperanza y triunfar como ser humano cuando otros triunfen gracias a ellos mismos, esto es la cumbre de una existencia sana, sonriente y feliz.
Dice un dicho “Nadie experimenta con cabeza ajena”, pero no nos alcanza la vida para vivir tantas situaciones distintas que se pueden presentar y sin embargo, vemos lo que a otros sucede y no aprendemos de ello. Por esta razón, Jack Canfield, escritor americano, nos brinda una auténtica compilación de maravillosas historias vividas por tantas otras personas pero que al leerlas sentirás como tuyas, es una sopa con sustancia para tu alma que te va a mostrar muchos aspectos que ya sabes que están muy dentro de ti y que puedes descubrir solamente tomando la decisión de leerlas. Todos somos capaces de lograr lo que queramos, todos tendremos que sentir y superar circunstancias desde las más sencillas a las más duras. Nos cuesta expresar nuestros sentimientos, nos cuesta cambiar, nos es difícil tomar decisiones acertadas y es esto lo que transmitimos a nuestros hijos e hijas. Ahora con estas historias tienes la oportunidad de comenzar, aunque la mayoría de las personas escogerán otro camino. Con un primer paso tuyo puedes crear una cadena que lleve a cada persona cercana a ti, la posibilidad de lograr lo que quiera independientemente de lo que puedan decirle otros o de lo que pueda creer de sí misma. Una historia, un mensaje. Una historia que rompa barreras, un mensaje que libere sentiLA TAJEA. Nº 45/2015
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El trotamundos “Una joya natural”
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oy, nuestro recorrido lo haremos por la isla de La Gomera, una isla circular y pequeña físicamente pero con una gran riqueza natural que la hace tan grande y tan particular en su conjunto dentro del Archipiélago Canario. La conocemos también como la isla colombina, por haber servido de avituallamiento a Cristóbal Colón en su viaje hacia el Nuevo Mundo. Para viajar a este pequeño escondite natural puedes hacerlo en barco o por avión desde otras islas del archipiélago. Nosotros decidimos hacerlo por barco y así llevar el coche que nos permitiera hacer un recorrido tranquilo disfrutando del contraste de sus paisajes. El barco llegó al puerto de San Sebastián de La Gomera, capital de la isla. Su origen se remonta a mediados del siglo XV. En una superficie de 369 km cuadrados y sin un plan previamente establecido, nos aventuramos para iniciar su recorrido. Mapa en mano y con poca información, nuestra mayor ilusión era conocer el Parque Nacional del Garajonay. Comenzamos el ascenso hacia la cumbre y siguiendo por excelentes carreteras, llegamos a Hermigua. Su exuberante vegetación contrasta con el azul del mar y sus extensas siembras de plataneras que junto con su buen clima nos brindaron uno de los espacios más fértiles de La Gomera. Rumbo a nuestro principal destino, supimos que Hermigua cuenta con el mítico bosque de El Cedro y que a su vez tiene la principal corriente de agua del parque. La cabecera del Valle de Hermigua funciona como un embudo con tuberías naturales, lo que ha ayudado a la existencia de la agricultura en las zonas bajas de los barrancos. Así mismo, en el bosque de El Cedro, la laurisilva ha demostrado que puede luchar contra el hombre y contra el tiempo para atraer hacia sí, la mirada del mundo. Al ser una isla circular, nuestro camino siempre nos transportaba hacia la cumbre, recorriendo aproximadamente 12 millones de años de antigüedad con barrancos que hacen de esta isla un lugar verdaderamente sorprendente. Sus años de antigüedad nos llevan al Mirador El Bailadero, donde su vista panorámica nos muestra el interés geológico, paisajístico y cultural que tiene el Monumento Natural de Los Roques. Ojila, el Roque de Las Lajas, de Carmona y más alejado el Roque de Agando destacando sobre el color verde de su espesa vegetación, nos cuentan en su historia que los antiguos gomeros emplearon los roques como santuarios, allí quemaban cabras, ovejas y productos vegetales que ofrecían en sacrificio a su Dios Orahan.
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Con un cambio de sentido, nos desviamos por otra de sus tantas carreteras hacia Vallehermoso, el municipio más extenso de la isla con una gran variedad de paisajes e interesante arquitectura, además de pintorescos caseríos repartidos en sus valles y barrancos. De Vallehermos a Valle Gran Rey, llegamos a uno de los barrancos más impresionantes y hermosos que se hayan mostrado ante nuestra vista. Como parada obligatoria, el Mirador del Palmarejo o de César Manrique (en honor al famoso arquitecto canario que lo diseñó), donde, entre un jardín de plantas autóctonas puedes relajarte, comer en su restaurante e informarte sobre lugares turísticos de la isla, aún por conocer. Bajando hacia el pueblo, paramos en la ermita de San Antonio, ubicada en solitario sobre una pronunciada curva y rodeada de espectaculares terrazas verdes que la hacen resaltar como si no pudiese existir más nada a su alrededor. Esta vista, original, hermosa e inigualable se acompaña de las incontables palmeras que salpican el camino, el pueblo, sus terrazas y sus calles, haciendo de Valle Gran Rey un lugar más curioso y singular. Luego de aprovechar la costa de Valle Gran Rey para comer un rico pescadito, iniciamos la vuelta hacia la cumbre. Esta vez sí, con toda la intención de recrearnos y aprender sobre lo que tanto habíamos esperado, el tan mencionado bosque de laurisilva. Para ello ascendimos hasta el Alto Garajonay, que también podríamos llamar “fábrica de agua”, por ser esta cumbre donde las nieblas hacen su recorrido recogiendo la humedad que forma las gotitas de agua que se escurren y son captadas por toda su vegetación y que, con temperaturas suaves durante todo el año, es esencial para la supervivencia de la laurisilva. El Garajonay es la montaña más alta e importante de la isla, donde encontramos el Parque Nacional de Garajonay, cuyo nombre conmemora la leyenda de Gara y Jonay, leyenda canaria e historia de amor. Con una superficie de 3986 has, con su máxima altura de 1487 m y habiendo sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986, se caracteriza por ser un bosque tupido de diferentes formaciones vegetales y donde viven unas 2000 especies de flora acompañadas de riachuelos que con su ir y venir transmiten un suave sonido de corrientes permanentes de agua, dignas de un tratamiento antiestrés. Como complemento a esta belleza y
tranquilidad, su rica y variada fauna formada por invertebrados, vertebrados, anfibios, reptiles y aves como la paloma turqué y la paloma rabiche entre otras, hacen de esta extensa zona un lugar recreativo con senderos señalizados aptos para quien desee impregnarse de naturaleza y experimentar un resurgir, dispuesto a regresar a la civilización imbuido de paz espiritual. Entre el verde intenso de su vegetación formada por helechos, musgos, hongos y líquenes, encontramos la laurisilva. La laurisilva es un ecosistema único en el mundo, un tipo de bosque subtropical que se destaca en el Parque Nacional con formaciones boscosas, determinadas por especies arbóreas como una selva tupida y envuelta generalmente por un extenso mar de nubes que nos adentra en una misteriosa y mágica naturaleza. Como seres acabados de experimentar una inmensa serenidad y contagiados de una despreocupación total, regresamos a la civilización. Ya con el tiempo sobrante antes de regresar al barco, disfrutamos de un delicioso helado sentados bajo la sombra de un hermoso y milenario árbol de laurel en la Plaza de La Constitución. Además aprovechando los últimos ratos de este
extraordinario paseo, dimos un pequeño recorrido por las tiendas para no desprendernos totalmente de la isla y llevarnos algún souvenir como recuerdo, no estuvo nada mal! A veces no es sencillo escoger un sitio para hacer un viaje y lo más acertado sería preguntarnos cuál es nuestro principal objetivo o deseo. Ya sea para conocer algo más, para deleitarte con la arquitectura y cultura de un lugar determinado, para pasear deportivamente aprendiendo sobre la biodiversidad de una naturaleza reconfortante, una opción o todas juntas, con mucho o con poco tiempo, La Gomera es sin duda un lugar especial donde puedes encontrar esto y mucho más, así como también alcanzar un sentimiento de libertad, sabiendo que aun vives en un mundo con espacios dignos de mostrarte su lado más bonito y esperanzador. Ingerlise Naranjo Álvarez
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MUSEO DE HISTORIA CASA DE EL CAPITÁN - San Miguel de Abona El Museo algo más que un almacén de trastos
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l Museo de Historia Casa de El Capitán alberga colecciones y elementos con Historia, siendo algo más que un almacén de piezas. Bernegales, molinos, arados, raposas, coexisten a menudo en esos espacios destinados a su conservación, custodia e investigación, y que llamamos museo. La reconocida proyección social del museo durante estos 10 años de existencia lo convierte también en almacén de conocimiento, siendo sus colecciones de Historia el testimonio de la diversidad de culturas. Su importante potencial educativo ha de ponerse a disposición de la sociedad con el objetivo de que el mensaje expositivo llegue al mayor número posible de personas, convirtiéndose así en instrumentos de comunicación. El museo se considera un espacio destinado al almacenamiento y conservación de piezas de carácter histórico, donde se han conservado los elementos de la historia de nuestro pueblo, siendo el testimonio de la cultura que nos rodea y un recurso muy importante para transmitir conocimiento a sus visitantes. Puesto que este espacio posee un gran potencial educativo, se hace imprescindible que el mensaje expositivo se ponga a disposición del público general para que éste pueda aprovecharlo con la finalidad de estudio, educación o deleite. El sistema para dar a conocer las colecciones de Historia es variado, si bien uno de los recursos con que cuenta el museo para difundir sus contenidos es la exposición de sus colecciones. ¿Qué objetivos perseguimos exponiendo las colecciones? En primer lugar, utilizar el conocimiento que poseemos sobre la historia que nos rodea para proponer estrategias de conservación y protección del patrimonio histórico; en segundo lugar, intentar que este conocimiento se traslade a toda la población, y por último, acercar la investigación a los ciudadanos para mejorar el conocimiento de la historia. Alcanzar estos propósitos nos permitirá poner en valor las colecciones convirtiéndolas en testimonios de la herencia cultural de nuestro pueblo. La función tradicional del museo se centraba en la muestra de las colecciones, así como en la conservación y la investigación, ahora hemos unido otras que ponen el foco en el público, como la educación, la difusión o la comunicación. En la actualidad, la capacidad educativa del museo
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está fuera de toda duda. Su carácter de servicio a la sociedad se manifiesta en la consecución de diferentes objetivos (reflexión crítica, aprendizaje, disfrute, conocimiento, emoción, etc.) por parte de sus visitantes. Podemos entender el museo como una institución con capacidad para dos actividades principales: coleccionar y enseñar al público a aprender con las colecciones. Las colecciones de Historia son especialmente adecuadas para llevar a cabo esta labor, ya que los ejemplares que se conservan son la base del conocimiento de la cultura rural del pueblo. Sin embargo, el museo no está concebido como institución educativa en sentido estricto, sino más bien como espacio con un carácter ludico-cultural en el que se ha de conjugar el entretenimiento y el aprendizaje. Esto implica que el museo realiza su función de difusión a través de un lenguaje propio (es decir, la exposición de sus colecciones) y empleando sus recursos didácticos que, en principio, son diferentes a los utilizados en los centros escolares (visitas guiadas, publicaciones específicas, audiovisuales, etc.). En general, las exposiciones del Museo de Historia se traducen en recorridos descriptivos donde los conceptos se presentan de forma jerarquizada, desde lo más sencillo a lo más complejo. Sobre los contenidos de las exposiciones se programan y diseñan materiales didácticos con el objetivo de complementar, ampliar o profundizar la propia exposición y, en última instancia, hacer más comprensible el mensaje expositivo Los recursos empleados por el museo se emplean para acercar las colecciones de Historia a su público visitante siendo estas algunas de ellas. Exposiciones permanentes, que son la ‘joya de la corona’ del museo por cuanto tienden a generar un nexo de unión entre el visitante y los ejemplares que se exhiben. • Exposiciones temporales y/o itinerantes, que suponen un reclamo importante para el público que visita el museo. Suelen tener como objetivo el complementar aspectos de las permanentes o profundizar sobre temáticas novedosas o de actualidad.
• Paneles destinados a ampliar la información básica de las exposiciones, singularizando alguna de las piezas por su interés científico, estético, histórico, etc. • Catálogos, en los que se describen las colecciones del museo de manera total o parcial. • Visitas guiadas, es decir, actividades didácticas estructuradas en tiempo y ritmo que se ofertan a todas las tipologías de público y que están dirigidas por el responsable del museo. • Visitas autoguiadas en las que los usuarios utilizan alguno de los recursos que les ofrece el museo como los folletos para hacer un recorrido autónomo por las colecciones. • Talleres, que permiten el desarrollo de actividades informales combinando el aprendizaje con la manipulación de las piezas de las colecciones (o con reproduc-
ciones de las mismas). En ellos el visitante participa de forma activa, lo que supone una alternativa a la mera contemplación de los ejemplares. Por esta razón, los talleres constituyen una de las actividades más demandadas por los escolares. El Museo de Historia Casa de El Capitán, un referente en la historia del sur de Tenerife y concretamente en San Miguel de Abona; el museo, algo más que un almacén de trastos que podemos conocer y disfrutar en una casona construida en el año 1814. Francisco Miguel Donate González Coordinador del Área de Patrimonio Histórico Ayuntamiento de San Miguel de Abona
LA TAJEA. Nº 45/2015
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