UNIDAD IV: GESTIÓN SOSTENIBLE DE RESIDUOS APLICADO A LA MEJORA DE LA EFICIENCIA ENERGÉTICA
ÍNDICE UNIDAD IV: GESTIÓN SOSTENIBLE DE RESIDUOS APLICADO A LA MEJORA DE LA EFICIENCIA ENERGÉTICA ________________________ 1 1. DEFINICION DE RESIDUO. _________________________________ 3 2. CLASIFICACIONES Y TIPOLOGÍA DE RESIDUOS. _________________ 3 3. LOS RESIDUOS. BASES PARA LA GESTIÓN. CANTIDADES PRODUCIDAS Y COMPOSICIÓN. ___________________________________________ 5 4. INTEGRACIÓN DE LA GESTIÓN DE RESIDUOS EN LAS ACTIVIDADES ECONÓMICAS. ____________________________________________ 11 5. LA GESTIÓN SOSTENIBLE DE LOS RESIDUOS. __________________ 12 5.1 PREVENCIÓN. ________________________________________________ 15 5.2 REUTILIZACIÓN. ______________________________________________ 16 5.3 RECICLAJE. __________________________________________________ 17 5.4 VALORIZACIÓN ENERGÉTICA Y VERTIDO CONTROLADO. ______________ 18 6. RECOGIDA Y TRANSPORTE DE R.S.U. ________________________ 18 6.1 RECOGIDA. __________________________________________________ 19 6.2 TRANSPORTE. ________________________________________________ 21 6.3 TRATAMIENTO. _______________________________________________ 21 6.4 GESTIÓN DE LOS RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS EN ESPAÑA. _________ 22
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1. DEFINICION DE RESIDUO. Como consecuencia del aumento que ha experimentado la población a lo largo del último siglo, se ha producido un aumento de los residuos generados y que, por consecuencia, la naturaleza no es capaz de asimilar debido a que se ha superado la capacidad de carga o asimilación que la misma tiene de forma natural. En la actualidad, se ha propagado la costumbre
del “usar y tirar”, debido a diferentes factores como son el anteriormente
citado aumento de la población a nivel mundial, la concentración de la población en núcleos urbanos, el uso de envases y el limitado uso de muchos productos. ¿Qué es un residuo? Según los siguientes actores, sin orden de importancia, la definición de residuo es la siguiente:
-
RAE: es aquella sustancia resultante de la descomposición de cualquier objeto.
-
OCDE
(organismo
para
la
cooperación
y
desarrollo
económico):
materias
generadas en actividades productivas que no han alcanzado un valor económico suficiente.
-
UE (Directiva 75/442): sustancia u objeto del cual el poseedor se desprenda o tenga esa intención.
-
España (Ley de residuos y suelos contaminados 22/2011): cualquier sustancia u objeto que su poseedor deseche o tenga la intención o la obligación de desechar.
2. CLASIFICACIONES Y TIPOLOGÍA DE RESIDUOS. Los residuos se generan en todas las actividades humanas. Estos pueden clasificarse de diversos modos: Según su estado físico, se dividen en: -
Sólidos.
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-
Líquidos.
-
Gaseosos.
Según su procedencia, se dividen en: -
Industriales.
-
Agrícolas.
-
Sanitarios.
-
Residuos sólidos urbanos.
Por su peligrosidad, se clasifican en: -
Residuos tóxicos y peligrosos.
-
Radiactivos.
-
Inertes.
Por último, en cuanto al marco legal, según la anteriormente citada Ley de Residuos 22/2011, se distinguen seis categorías independientes:
-
Residuos domésticos: residuos generados en los hogares como consecuencia de las actividades domésticas. Se consideran también residuos domésticos los similares a los anteriores generados en servicios e industrias.
-
Residuos comerciales: residuos generados por la actividad propia del comercio, al por mayor y al por menor, de los servicios de restauración y bares, de las oficinas y de los mercados, así como del resto del sector servicios.
-
Residuos industriales: residuos resultantes de los procesos de fabricación, de transformación, de utilización, de consumo, de limpieza o de mantenimiento generados por la actividad industrial, excluidas las emisiones a la atmósfera reguladas en la Ley 34/2007, de 15 de noviembre.
-
Residuo peligroso: residuo que presenta una o varias de las características peligrosas enumeradas en el anexo III, y aquél que pueda aprobar el Gobierno de conformidad con lo establecido en la normativa europea o en los convenios
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internacionales de los que España sea parte, así como los recipientes y envases que los hayan contenido.
-
Aceites usados: todos los aceites minerales o sintéticos, industriales o de lubricación, que hayan dejado de ser aptos para el uso originalmente previsto, como los aceites usados de motores de combustión y los aceites de cajas de cambios, los aceites lubricantes, los aceites para turbinas y los aceites hidráulicos.
-
Biorresiduo: residuo biodegradable de jardines y parques, residuos alimenticios y de cocina procedentes de hogares, restaurantes, servicios de restauración colectiva y establecimientos de venta al por menor; así
como, residuos
comparables procedentes de plantas de procesado de alimentos.
3.
LOS
RESIDUOS.
BASES
PARA
LA
GESTIÓN.
CANTIDADES PRODUCIDAS Y COMPOSICIÓN. ¿Es necesaria la gestión de los residuos? Debido al crecimiento económico y demográfico, y al desarrollo de la industria y la tecnología, se ha experimentado un incremento exponencial en la generación de residuos como consecuencias de estas actividades, así como la aparición de nuevos residuos, la gran mayoría de los mismos muy problemáticos para la salud y el medio ambiente. En épocas anteriores, la generación de residuos debido a la actividad del ser humano y la asimilación de los mismos por la naturaleza no suponía un problema, ya que la población era muy inferior a la actual y la cantidad de terreno donde se producía esta asimilación era mucho más grande. Hoy en día, la situación es la opuesta, pero cabe destacar que se ha expandido entre la población una concienciación general sobre los problemas que la generación de estos residuos y su mala gestión provocan al medio ambiente y como consecuencia al ser humano. Esta concienciación desemboca en la necesidad de gestionar los residuos de una manera sostenible, aplicando una estrategia de gestión de los mismos donde se tengan en cuenta tanto factores económicos como ambientales, regulados por una normativa legal y que han sido aceptados por la sociedad. La gestión ambiental de los residuos ha seguido diferentes etapas a lo largo de las últimas cinco décadas. En los años 60 se trataba de una situación inexistente, debido a 5
que se trataba de una problemática novedosa que no había generado grandes problemas hasta la fecha. Es en los años 70 cuando surgen las primeras normas para su regulación, volviéndose más exigentes en la siguiente década, orientándose principalmente hacia el mero cumplimiento legislativo de dichas normas. En los años 90, la gestión medioambiental de los residuos se orienta, además de al cumplimiento de la normativa en la materia, a la prevención de la generación de los mismos, sustituyendo a la anterior concepción de la gestión solo al final de la etapa productiva, convirtiéndose en una variable estratégica de mercado y planificación. Hoy en día, la gestión medioambiental de los residuos se encuentra integrada dentro de la gestión productiva de las organizaciones, desde la materia prima, hasta que el producto fabricado con la misma se convierte en un residuo a tratar, cubriendo todos los procesos productivos dentro de una organización. Esta actividad se centra en el cumplimiento de los programas y estrategias de actuación de la Unión Europea y en el concepto denominado “quien contamina paga”. Este concepto surge en el quinto programa de actuación de la Unión Europea, donde establece una estrategia para la gestión de los residuos basada en la siguiente jerarquía denominada las cuatro “R”:
REDUCIR
REUTILIZAR
RECICLAR
RECUPERAR
Esta jerarquía queda recogida dentro del Artículo 4 de la Directiva 2008/98 y el artículo 8 de la Ley 22/2011 que en siguientes unidades desarrollaremos, de la siguiente manera:
-
Prevención.
-
Preparación para la reutilización.
-
Reciclado.
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-
Otro tipo de valorización, por ejemplo, la valorización energética.
-
Eliminación.
Es así como el concepto de residuo es contemplado desde una nueva óptica desde el punto de vista productivo, pasando de ser considerado como un mero desperdicio sin utilidad alguna, originado en una determinada actividad, a ser considerado como la materia prima para otro tipo de actividad. Este programa contempla una quinta “R” denominada “Reeducar”. Es muy importante que, además de implicar a los agentes económicos, se implique a la sociedad como un factor clave dentro de la gestión medioambiental de los residuos. Esta estrategia europea sobre la gestión de los residuos es adoptada por todos los estados miembros e incluida dentro de la normativa legal de cada estado, afectando así a cualquier agente económico, y como consecuencia, a la generación de los residuos de las actividades que estos realizan. Composición de los residuos. Vamos a distinguir entre residuos urbanos, residuos peligrosos e inertes. Residuos Urbanos: domésticos, comerciales e industriales. Son generados en los domicilios, comercios, oficinas o servicios así como los procedentes de la limpieza de las vías públicas, de zonas verdes, áreas recreativas y playas, los animales domésticos muertos, muebles y enseres de la casa y vehículos abandonados. La distribución de los residuos urbanos queda de la siguiente manera: 1. Restos orgánicos: La materia orgánica de origen doméstico (restos de comida) y la vegetal (césped, ramas, etc.) pueden utilizarse para hacer compost, material utilizable tanto para abono como para la recuperación de suelo erosionado. En peso, son la fracción mayoritaria en el conjunto de los residuos urbanos (60%). 2. Papel y cartón: El Reciclado de papel evita la deforestación y la tala de árboles. Todo el papel y cartón usado son reciclables 100 %, excepto los sometidos a tratamientos
especiales
(plastificados,
los
mezclados
con
aluminio,
los
impregnados con cera, parafina o alquitrán, pegamentos, cintas adhesivas o
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textiles etc.). Para su recogida es importante eliminar cualquier elemento extraño (grapas, cintas adhesivas, plásticos, etc.). El proceso de blanqueo con cloro es muy contaminante. Suponen el 13 % del total. 3. Envases: Cualquier tipo de envase: plástico (botes de suavizante, yogurt, mantequilla, gel...), metal (conservas....), tetrabriks, etc. Ocupan el tercer lugar con un 10%. 4. Vidrio: El reciclado de vidrio reduce la erosión del terreno por la búsqueda y extracción de materia prima, ahorra agua y energía (tanto en la fusión, como en la extracción del mismo), y reduce el volumen de residuos. Se puede reciclar indefinidamente. Para su recogida se requiere eliminar objetos como tapones, alambres, etiquetas, etc. Supone un 3% del total. 5. Metales: Son reciclables los productos que contengan latón (griferías, casquillos de bombillas,...), plomo (material de fontanería, tubos de pasta de dientes,...), cobre (cableado eléctrico, tubos de gas, transformadores,...), hierro (puertas y ventanas), estaño (soldaduras,...) y aluminio (bandejas, ventanas, platos,...). De todos los materiales reciclables, éstos son los únicos que no precisan recogida selectiva siempre que en las plantas de reciclado se disponga de imanes para llevar a cabo la separación. No se debe olvidar que el aluminio, al ser un metal no férreo no es atraído por el imán por lo que debe separarse del resto. Supone un 3% del total. 6. Otros Residuos (11%):
-
Textiles: ropas y vestidos y elementos decorativos del hogar.
-
Madera: Algunos ayuntamientos de nuestra Comunidad tienen servicios de recogida de muebles. También grupos de pequeños recuperadores y recicladores recogen estos materiales y suelen reutilizarlos para ser usados nuevamente. Otra opción es depositarlos en los Puntos Limpios.
-
Escombros: procedentes de pequeñas obras o reparaciones domésticas.
-
Aceites Vegetales:
Los aceites generados
en
el
hogar se deben
eliminar
a través de la materia orgánica (recogiéndolo con papel) o entregándolo en los
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Puntos Limpios. No se deben tirar al desagüe. Se recuperan a través de filtrado y deshidratación. Su reciclado sirve para fabricar jabones, pinturas, etc. Residuos peligrosos. Son aquellos que contienen en su composición una o varias sustancias que les confieren características peligrosas en cantidades o concentraciones tales, que representan un riesgo para la salud humana, los recursos naturales o el medio ambiente. Están incluidos también los recipientes y envases que hayan contenido estas sustancias. Este grupo lo componen los residuos incluidos en los listados de la Orden del Ministerio de Medio Ambiente 304/2002, de 8 de febrero por las que se publican las Operaciones de Valorización y Eliminación de Residuos y la Lista Europea de Residuos, publicado en el BOE el 19 de febrero de 2002. El listado es muy amplio, y dentro de él podemos destacar:
-
Aceites minerales: Son residuos peligrosos y altamente contaminantes por contener metales pesados. Los particulares los deben depositar en un Punto Limpio, y las empresas a un gestor autorizado. Se tratan con un proceso de deshidratación y destilación fraccionada al vacío para obtener los aceites esenciales y fabricar otra vez aceites. Los metales pesados se separan y se utilizan para la construcción de firmes de carretera.
-
Pinturas y Aceites: Este tipo de sustancias que contiene materiales tóxicos (como el cadmio) penetra lentamente en las aguas subterráneas y las contamina, por lo que se aconseja utilizar los menos tóxicos. No debemos tirar a la basura aerosoles, esmaltes,
decapantes,
diluyentes,
aguarrás
sintético,
pulimentos,
tintes
o
protectores para la madera, y no verter por el desagüe gasolina, aceite de motor, ni líquido de frenos.
-
Electrodomésticos:
Son
grandes
y
pequeños
electrodomésticos,
equipos
de
informática y telecomunicaciones, juguetes, equipos deportivos, aparatos médicos (a excepción de los productos implantados y afectados), etc… Estos residuos están aumentando rápidamente al acortarse el plazo de reemplazo por otros nuevos o más avanzados.
-
Medicamentos y material sanitario: Este último se entrega en puntos limpios (termómetros, radiografías, etc.) Las farmacias recogen medicamentos con una 9
finalidad exclusivamente de almacenamiento hasta que SIGRE (Sistema Integrado de
Gestión
y
Recogida
de
Envases),
organismo
vinculado
a
laboratorios
farmacéuticos y al Consejo Nacional de Farmacéuticos, los recoge.
-
Pilas y Baterías: Muchas pilas contienen mercurio y cadmio, metales muy tóxicos y peligrosos para la salud y el medio ambiente.
-
PVC: Según su comportamiento respecto al calor se pueden clasificar en dos grupos: termoplásticos, PVC (con la acción del calor se reblandecen y pueden ser moldeados) y termoestables que no son moldeables y su residuo molido puede aprovecharse como fuente de energía. Con el reciclado de plásticos se reducen residuos, disminuyendo el impacto ambiental o la alteración del paisaje.
-
Tubos Fluorescentes: Son materiales peligrosos por las pequeñas cantidades de mercurio y otros materiales pesados que poseen.
-
Neumáticos: Los particulares los deben depositar en un Punto Limpio. Las empresas deben contactar con un transportista autorizado, que los depositan en los lugares donde se recuperan los materiales y los valorizan. Su reciclado sirve para recauchutados, capas asfálticas de carretera, aislantes de vehículos, tejidos, compuestos de goma y energía eléctrica, entre otros usos.
-
Vehículos Fuera de Circulación: Los propietarios de vehículos están obligados, sin que suponga ningún coste, a entregar los vehículos fuera de uso a un Centro Autorizado de Recepción y Descontaminación, donde se emite el certificado de entrega del vehículo, indispensable para conseguir la baja del coche en tráfico.
-
Residuos Radiactivos: Es el material o producto de desecho que contiene o está muy contaminado por radionucleidos en concentraciones peligrosas para la salud humana y el medio ambiente. No tiene ningún uso y sus radiaciones son muy peligrosas. Se confinan hasta la pérdida de la radiactividad.
-
Residuos Sanitarios: Son los resultantes de la actividad sanitaria, contaminados por sustancias biológicas al haber estado en contacto con pacientes o líquidos biológicos. Están generados por los centros sanitarios, incluidos los envases y los residuos de envases que los contengan o los hayan contenido. También incluyen los residuos de medicamentos con riesgos carcinogénicos.
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Residuos Inertes. Residuos de la construcción y demolición: Son los residuos no peligrosos que no experimentan transformaciones físicas, químicas o biológicas significativas. No son solubles, ni combustibles, ni reaccionan física ni químicamente ni de ninguna otra manera, ni son biodegradables. Son desechos de obras de reforma, reparación, mantenimiento
y
nueva
construcción
de
viviendas
y
otras
edificaciones.
Los particulares los deben depositar en un Punto Limpio, con un máximo de 60 kg/día. Los productores (empresas) deben comunicarlo a la Entidad Local competente y transportarlo a los complejos de tratamiento integral de RCD, donde se obtienen nuevos áridos para la construcción o bien para rellenar canteras.
4. INTEGRACIÓN DE LA GESTIÓN DE RESIDUOS EN LAS ACTIVIDADES ECONÓMICAS. Las medidas económicas, financieras y fiscales en el ámbito de los residuos, tienen como fin prevenir la generación de residuos, la utilización de tecnologías limpias, el reciclado y la reutilización, así como otras formas de valorización de los residuos. Dentro de estas medidas encontramos:
-
Ayudas y subvenciones para mejorar las estructuras de comercialización de residuos y la modificación de procesos productivos.
-
Creación de sistemas de depósito, devolución y retorno de residuos de difícil valorización o eliminación.
Estas medidas se concentran dentro de Sistemas Integrados de Gestión de Residuos, donde los agentes económicos, la administración pública y la sociedad quedan comprometidos para la gestión de los residuos. Este sistema se define como un conjunto de relaciones, procedimientos, mecanismos y actuaciones que, previa autorización y supervisión por las autoridades en cuyo ámbito territorial se implanten, pongan en marcha los agentes económicos interesados acuerdos voluntarios aprobados o autorizados por las administraciones públicas competentes, o 11
mediante convenios de colaboración con éstas, con la finalidad de garantizar la recogida selectiva de los residuos. La gestión de los residuos, comentada en puntos anteriores, debe estar incluida dentro de las actividades económicas de los agentes que han participado en el ciclo de vida de un producto. La ley 22/2011 establece que el sistema de gestión impondrá, basándose en criterios de mayor eficiencia y eficacia en la gestión de los residuos, la incorporación obligatoria de los productores de residuos a dicho sistema en determinadas situaciones. En función de los residuos, existen diferentes metodologías para su gestión:
Residuos domésticos: recogida, transporte y tratamiento a través de los EELL (entidades locales) de hogares, servicios y comercios.
Residuos comerciales no peligrosos y residuos domésticos generados en las industrias:
o
Los productores podrán gestionarlos por sí mismos, acreditando una correcta gestión a los EELL.
o
Acogerse a un sistema público de gestión de residuos, cuando exista, el los términos previstos en la normativa.
Residuos peligrosos: toda empresa que genere residuos peligrosos, deberá de estar inscrita como tal en el Servicio Provincial de Medio Ambiente, y deberán ser gestionados por un gestor autorizado.
5. LA GESTIÓN SOSTENIBLE DE LOS RESIDUOS. En la actualidad, se ha popularizado la denominación de las cuatro "R" para caracterizar a esta gestión ambientalmente correcta, mediante cuatro conceptos clave: Reducción, Reutilización, Reciclaje y Recuperación energética (valorización).
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Realmente, el tratamiento que se les da a los residuos es lo que diferencia un sistema de gestión de los residuos adecuado de otro que no lo es. Así, aquellos que se basan en la eliminación de los residuos sin aprovechamiento alguno, como la
incineración sin
recuperación energética y el vertido, se consideran como no adecuados desde un punto de vista medioambiental, mientras que los demás, constituyen formas
de
obtener
un beneficio de los residuos a la vez que permiten su devolución a los ciclos productivos. De este modo se obtiene un mejor aprovechamiento de los recursos naturales, minimizando el impacto sobre el medio ambiente, al reducir la contaminación que generaban los otros sistemas. La gestión de los residuos trata de contemplar todos los aspectos implicados, dando una respuesta integral que permita una solución del problema desde el punto de vista medioambiental. Así, aunque los aspectos económicos no se ignoren, se tienen en cuenta otras consideraciones que pasan a un primer plano, como la prevención de la contaminación o el aprovechamiento de los recursos. En la actualidad, la gestión de los residuos urbanos en las sociedades avanzadas ha evolucionado para adaptarse a los principios del desarrollo sostenible. De este modo, y centrándonos en la Unión Europea, la legislación comunitaria, a través de la Directiva 91/156/CEE, más conocida como Directiva Marco de Residuos, la cual establece la obligación para los estados miembros de la UE de fomentar el desarrollo de tecnologías limpias, la valorización de los residuos mediante políticas de reutilización y reciclado, así como la utilización de los residuos como fuente de energía. El V Programa de Acción de la Unión Europea, hacia un desarrollo sostenible, establece una estrategia para la gestión de los residuos urbanos basada en la siguiente jerarquía:
-
Prevención (reducción en la producción).
-
Reutilización-reciclado.
-
Valorización energética.
-
Eliminación en vertedero controlado.
Esta jerarquía se ha incorporado a la legislación española a través de la Ley 10/1998, de 21 de abril, derogada por la actual Ley de residuos 22/2011, de Residuos. Por otro lado,
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la Resolución del Consejo de 24 de febrero de 1997, sobre una estrategia comunitaria de gestión de residuos, recoge una serie de consideraciones que se han incorporado a nuestro ordenamiento a través de la Ley 11/1997 de Envases y de la Ley 22/2011 de Residuos:
El problema del crecimiento en el volumen de residuos generados.
Aplicación de una política comunitaria global de gestión integrada de residuos.
Lograr un desarrollo sostenible con un alto nivel de protección del medio ambiente.
Disponer de estadísticas fiables en la planificación.
Todos los agentes económicos deben cargar con su parte específica de responsabilidad en la gestión (desde la concepción del producto a la eliminación del residuo), según el principio de responsabilidad compartida.
Situar la prevención en primer lugar en la jerarquía de actividades de gestión.
Fijar objetivos cuantitativos para reducir la cantidad de residuos e incrementar los niveles de reutilización, reciclado y valorización.
Fomento de la valorización en perjuicio de la eliminación.
Los criterios de valorización tendrán en cuenta los efectos medioambientales y económicos, considerando preferibles la reutilización y valorización de los materiales cuando éstas sean las mejores opciones medioambientales.
Fomento de sistemas de devolución, recogida y valorización.
Fomento de los mercados para los productos reciclados.
Aplicar normas adecuadas de emisión a todas las instalaciones de gestión de residuos y especialmente las plantas de incineración.
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Respecto a las normas comunitarias sobre emisiones a la atmósfera, agua y suelo en todas las instalaciones de gestión de residuos y especialmente las plantas de incineración.
Establecimiento de una red integrada de instalaciones de eliminación de residuos, limitando el vertido a los casos en que se efectúe bajo control.
Cooperación en la lucha contra los traslados ilegales de residuos y contra los delitos ecológicos.
Directiva 91/156/CEE Planificación de la gestión de los residuos a todos los niveles: local, regional, estatal y comunitario.
Uso de las medidas precisas, incluidas las económicas, para lograr los objetivos previstos en materia de residuos.
Adopción de medidas de apoyo a las pequeñas y medianas empresas para incentivar medidas de gestión responsable de residuos.
5.1 PREVENCIÓN. La prevención en la producción de residuos urbanos es la primera de las estrategias contempladas. No forma en sí parte de la gestión porque es un paso previo, pero
se
considerará así porque se relaciona estrechamente con ella. Según el Plan Nacional de Residuos Urbanos, se entiende por prevención y minimización el conjunto de medidas destinadas a conseguir la reducción en la producción de residuos urbanos, así como de la cantidad de sustancias peligrosas y contaminantes presentes en ellos. Para ello es necesario actuar en las siguientes etapas del proceso:
Fabricación: Aquí se puede reducir su peligrosidad, volumen y peso. Es preciso diseñar el producto de manera que se facilite su reutilización y reciclaje.
Transporte: Disminuir en lo posible envases y embalajes innecesarios.
Consumo: Favorecer la reutilización, la menor generación de residuos a través de cambios en los hábitos de consumo y la facilidad de separación.
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Hay que señalar que todas aquellas medidas enfocadas a prolongar la vida útil de los artículos, su facilidad de reparación y su reutilización ayudan a reducir la producción de residuos urbanos. Para conseguir el objetivo de reducir la producción de residuos urbanos, el ya mencionado Plan de Residuos Urbanos establece una serie de medidas:
Acuerdos entre la Administración y los sectores productivos implicados.
Fomento de la recuperación y reutilización en origen a través de planes empresariales de prevención.
Normativas que prioricen la minimización de ciertos residuos peligrosos.
Adopción de sistemas que graven el exceso en la producción de residuos y repercutan el coste de la correcta gestión de los residuos en las tasas de basuras.
Fomento del I+D orientado a mejorar la reciclabilidad de los artículos y disminuir la peligrosidad de los residuos que se generan.
Desarrollo de campañas educativas y formativas orientadas a fomentar la minimización.
5.2 REUTILIZACIÓN. La reutilización está íntimamente relacionada con la prevención en la producción de residuos. La
adopción de medidas se centra principalmente en la reutilización de los
envases, pero hay que hacer algunas consideraciones. Por ejemplo, para ciertos materiales como el vidrio, la reutilización es deseable en términos ecológicos. Aunque hay que tener en cuenta que si los envases han de ser transportados a gran distancia, un radio superior a 200-300 km, el coste ecológico de la reutilización alcanza y supera al del reciclado. Dado que un envase reutilizable ha de ser más robusto y tener más peso, a igualdad de materiales, debe tener en su vida útil un número mínimo de ciclos de consumo. Tradicionalmente, el sector de las bebidas y los alimentos líquidos ha sido el que mayor proporción de reutilización de los envases ha desarrollado. Sin embargo, el sistema que
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se ha venido aplicando durante muchos años ha empezado a desaparecer, debido a los nuevos hábitos de consumo y a la implantación de nuevos sistemas de distribución. Otro ejemplo muy interesante es el de las bolsas de los supermercados. En algunos países europeos como la Alemania, se han establecido tasas sobre las bolsas de supermercado con el fin de penalizar su consumo irresponsable. En nuestro país existen experiencias como la reutilización de los cartuchos de tóner de impresora, que son residuos peligrosos para el medio ambiente, y cuyo rellenado, dado su alto precio, supone un ahorro económico. Por último, hay una modalidad muy importante de reutilización que viene dada por el comercio de artículos de segunda mano o por la actuación de entidades benéficas, iglesias, etc., que recogen, restauran y comercializan o donan, en el caso de las entidades benéficas, una serie de objetos que, estando todavía en buen estado, sus propietarios ya no desean conservar. Tal es el caso de muebles, electrodomésticos, libros, ropa, etc.
5.3 RECICLAJE. Se entiende por reciclaje la transformación de los residuos, dentro de un proceso de producción, para
su fin inicial o para otros fines, incluido el compostaje y la
biometanización, pero no la incineración, con o sin recuperación energética. El reciclaje implica una serie de procesos industriales que, partiendo de unos residuos originarios y sometiéndolos a tratamientos físicos, químicos o
biológicos, dan como resultado la
obtención de una serie de materiales que se introducen nuevamente en el proceso productivo. Una de las características de los residuos domésticos es su gran heterogeneidad, lo que hace que sean muy difíciles de tratar en conjunto. Además, la calidad de los productos reciclados está directamente relacionada con la calidad de la recogida y de la clasificación. Todo ello justifica claramente la necesidad de separar los diferentes materiales que componen los residuos, lo que implica la instauración de políticas de recogida selectiva de los residuos. Ya separados los diversos materiales, han de someterse a los correspondientes procesos de transformación, según la clase de materiales.
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5.4 VALORIZACIÓN ENERGÉTICA Y VERTIDO CONTROLADO. Inevitablemente, en todo el proceso que hemos ido detallando se producen rechazos, término con el que se denominan los materiales que por su naturaleza, estado, etc. no son reciclables. Estos rechazos, si son aprovechables, se pueden valorizar mediante su combustión controlada en plantas
de incineración que utilizan estos residuos como
combustible para producir energía. Finalmente, existe una fracción de rechazos, tampoco valorizable, que termina en el vertedero de
cola. Igualmente ocurre con las escorias fruto de la valorización. Las
cenizas generadas deben terminar en un depósito de seguridad, pues se trata de materiales muy peligrosos. Incluso de los residuos depositados en el vertedero puede obtenerse un rendimiento económico extrayendo y recuperando el biogás producto de la descomposición anaerobia de la materia orgánica y que por su composición, muy rico en metano, puede aprovecharse para generar energía.
6. RECOGIDA Y TRANSPORTE DE R.S.U. Se considera como gestión de los residuos sólidos urbanos al conjunto de operaciones que se realizan con ellos desde que se generan en los hogares y servicios hasta la última fase en su tratamiento. Abarca, pues, tres etapas:
-
Depósito y recogida.
-
Transporte.
-
Tratamiento.
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6.1 RECOGIDA. La recogida de los residuos urbanos consiste en su recolección, para posteriormente efectuar su traslado a las plantas de tratamiento. Básicamente, existen dos tipos fundamentales de recogida:
-
Recogida no selectiva.
-
Recogida selectiva.
En la primera, los residuos se depositan mezclados en los contenedores, sin ningún tipo de separación, siendo la forma habitual hasta hace algunos años. En la recogida selectiva se hace separando los residuos según su clase y depositándolos en los contenedores correspondientes. Así, existen normalmente contenedores para papel, vidrio, envases y materia orgánica. Este sistema requiere un elevado grado de concienciación y colaboración ciudadana para funcionar. Los contenedores pueden estar ubicados en el contexto ciudadano o en áreas diferenciadas (puntos limpios, ecopuntos, etc.). En nuestro país, tras las vacilaciones iniciales se ha adoptado un código de colores unificado para los contenedores. Así lo establece el Plan Nacional de Residuos Urbanos:
-
Contenedor verde para el vidrio.
-
Contenedor azul para el papel y cartón.
-
Contenedor amarillo para los envases.
-
Contenedor gris o marrón para los residuos orgánicos.
En cuanto a su ubicación, se ha
optado por diferentes soluciones adaptándose a las
distintas realidades urbanas. Así, es habitual encontrar contenedores de papel y vidrio distribuidos por manzanas en los cuales es posible depositar los residuos a todas las
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horas del día. Los contenedores de envases en algunas ocasiones se disponen del mismo modo pero en otras se ubican por comunidades de vecinos. Igual ocurre con los contenedores de materia orgánica, con la excepción de que en éstos sólo está autorizado el depósito de los residuos en determinado horario para evitar molestias y malos olores al vecindario y, en el caso de las comunidades de vecinos, han de permanecer en la vía pública por un período de tiempo limitado. Por otra parte, es usual la creación de servicios (puntos limpios, ecopuntos, etc.) en los que habitualmente se efectúa la recogida de los residuos peligrosos generados en los domicilios, como pinturas, disolventes, pilas, radiografías, etc. También se suelen recoger voluminosos (colchones, muebles, etc.) y residuos inertes, como escombros fruto de pequeñas reparaciones domésticas. La recogida en sí es un proceso complicado donde se deben conjugar las necesidades del servicio con la minimización de las molestias que se generan a los ciudadanos. Por lo que respecta a la recogida en sí, existen dos métodos: 1. Recogida por medio de vehículos. 2. Recogida neumática. La más
habitual
es
la
primera. Se realiza por medio de vehículos especialmente
preparados al efecto, camiones dotados de una tolva en la que se compactan los residuos u otros en los que se depositan sin compactar. Se utilizan unos u otros según el tipo de residuos. La compactación es muy adecuada para los residuos orgánicos o los envases pero no se emplea en el caso del vidrio. Estos vehículos se perfeccionan más cada día, con el fin de reducir las molestias que generan las operaciones de recogida. El segundo tipo de recogida exige una cuantiosa inversión inicial en la construcción de las instalaciones que han de ir bajo tierra. Sólo es factible en áreas de nueva urbanización. A cambio, exige un menor desembolso en costes de personal y genera muy pocas molestias a los ciudadanos. Comenzó a utilizarse en los países nórdicos en la década de los 60. Mediante un sistema de conducciones neumáticas subterráneas se conduce la basura hasta las estaciones de transferencia, donde se procede a su traslado a la planta de tratamiento. En nuestro país existen algunas experiencias.
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6.2 TRANSPORTE. En esta etapa se realiza el transporte de los residuos hacia las estaciones de transferencia, plantas de clasificación, reciclado, valorización energética o vertedero. Las estaciones de transferencia son instalaciones en las cuales se descargan y almacenan temporalmente los residuos para poder posteriormente transportarlos a otro lugar para su tratamiento. Una vez allí, se compactan y almacenan y son trasportados en vehículos de mayor capacidad a la planta de tratamiento.
Normalmente los vehículos están
dotados de sistemas de compactado de la basura para optimizar su transporte. De esta forma, se reducen los costes de transporte y se alarga la vida de los vehículos de recogida. En otras ocasiones en que el centro de tratamiento está próximo a los núcleos habitados, los propios vehículos de recogida son los que realizan el transporte a planta. Hay que tener en cuenta la problemática que se asocia con el trasiego diario de camiones camino de la planta de tratamiento. Este traslado tiene un importante impacto sobre las vías de circulación, que deben estar adecuadamente acondicionadas, siendo fuente de molestias para los vecinos: ruidos, malos olores, contaminación, etc.
6.3 TRATAMIENTO. Es la etapa final del proceso y la de mayor importancia. Si los residuos vienen ya separados desde el origen, como es el caso del papel o el vidrio, se dirigen directamente a la planta de reciclado. Si vienen juntos, como es el caso de los envases, hay que separar según su naturaleza. Similar proceso se realiza con la bolsa de restos donde predomina la materia orgánica, pero existen residuos de otra naturaleza debido a errores o a la fracción decreciente de personas que no separan correctamente sus residuos. El proceso de selección se realiza mediante diversos sistemas:
-
Metales férricos: por medio de campos magnéticos.
-
Metales no férricos: triaje manual y por corrientes eléctricas de Foucault.
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Papel y cartón: se seleccionan por triaje manual.
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-
Plásticos duros: por triaje manual.
-
Plástico film: mediante sistemas neumáticos.
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Vidrio de color: por triaje manual.
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Vidrio blanco: igual que el anterior.
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Materia orgánica: es el sobrante de los procesos anteriores.
Hasta la fecha se han hecho algunos intentos para realizar la selección mediante sistemas automatizados de los envases de plástico pero con muy poco éxito. Una vez separados los residuos, hay que realizar su tratamiento. A grandes rasgos, puede consistir en una de estas opciones, que se aplicará según la naturaleza y estado de los residuos, etc. y del modelo de gestión implantado:
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Reciclado.
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Valorización energética.
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Vertido controlado.
6.4 GESTIÓN DE LOS RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS EN ESPAÑA. En nuestro país las corporaciones locales son las competentes en la gestión de los residuos. La ley asigna a los municipios la obligación de realizar la recogida, transporte y, al menos, su eliminación. La gestión de los residuos de envases está regulada por la Ley 11/1997 de Envases. Su aplicación exigía que en el año 2001 se valorizase entre el 50% y el 65% del peso total de los residuos de envases generados y se recicle entre el 25% y el 45% en peso, con un mínimo del 15% de cada material de envasado. Para llevar a cabo estos objetivos la ley establece dos sistemas:
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Sistemas de depósito, devolución y retorno de envases, de carácter obligatorio para envasadores y distribuidores. 22
-
La posibilidad de acogerse a un sistema integrado de gestión de residuos de envases.
En nuestro país operan tres sistemas integrados de gestión:
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ECOEMBES. Trata todos los materiales presentes en los envases.
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ECOVIDRIO. Gestiona sólo el vidrio.
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SIGRE. Gestiona los restos de medicamentos y sus envases.
Los envases adheridos a los dos primeros sistemas llevan el punto verde, que garantiza a los usuarios que van a ser gestionados adecuadamente. Y los del tercero, el símbolo de SIGRE, que tiene idéntica finalidad. Los sistemas integrados de gestión son entidades sin ánimo de lucro que se sostienen gracias a las aportaciones que reciben de las empresas asociadas, para costear los gastos de gestión de los residuos de envases que su actividad pone en el mercado. Las cantidades aportadas vienen dadas en función del número y el tipo de los envases generados. Con este dinero se hace frente a los costes de recogida y clasificación de los residuos, que son recogidos por los servicios municipales o empresas autorizadas. Además, estos sistemas realizan periódicamente campañas de información ciudadana, educativas, etc. con el fin de incentivar la colaboración de los ciudadanos en la separación de los residuos.
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ACTIVIDAD PRÁCTICA: En base a los siguientes residuos:
Televisión.
Aceite de concina.
Cartones de pizza manchados de grasa.
Lata de pintura vacía.
Plástico film de embalar.
Radiografía.
Fluorescente.
Vaso roto.
Rellena la tabla determinando que gestión requiere cada residuo:
GESTIÓN RESIDUO
CONTENEDOR
CONTENEDOR
CONTENEDOR
RECICLADOR/
PUNTO
CONTENEDOR
VERDE
AMARILLO
AZUL
VALORIZADOR
LIMPIO
GRIS
Televisión Aceite de Cocina Cartones de Pizza Manchados de Grasa Lata de pintura vacía. Plastico film de embalar. Radiografía. Fluorescente Vaso Roto
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SOLUCIÓN: GESTIÓN RESIDUO
CONTENEDOR
CONTENEDOR
CONTENEDOR
RECICLADOR/
PUNTO
CONTENEDOR
VERDE
AMARILLO
AZUL
VALORIZADOR
LIMPIO
GRIS
X
X
X
X
Televisión Aceite de Cocina
X
Cartones de Pizza
X
Manchados de Grasa Lata de pintura
X
vacía. Plástico film de embalar.
X
Radiografía.
X
X
Fluorescente
X
X X
Vaso Roto
ACTIVIDAD PRÁCTICA: En base a los siguientes residuos:
Televisión.
Aceite de concina.
Cartones de pizza manchados de grasa.
Lata de pintura vacía.
Plástico film de embalar.
Radiografía.
Fluorescente.
Vaso roto.
Define la gestión sería la más adecuada para cada uno, determinada en la actividad anterior (teniendo en
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cuenta que los residuos son generados en un domicilio). SOLUCIÓN: Televisión: los residuos de los aparatos electrónicos deben ser depositados en el punto limpio o entregados a gestores autorizados. Además, pueden ser devueltos al comprar uno nuevo del mismo tipo al establecimiento donde se realice la compra, encargándose de su gestión. Aceite de Cocina: el aceite vegetal que generamos en nuestras casas se debe depositarse en los puntos limpios o en contenedores que mercados y supermercados habilitan para ello. En caso de no disponer de ninguna de estas opciones podemos tirarlo al contenedor de residuos orgánicos, pero nunca por el desagüe de nuestras casas. Cartones de Pizza Manchados de Grasa: con este residuo se suele cometer un error muy común. Dichos cartones no deben ser tirados al contenedor azul. Se trata de cartón contaminado con aceites que dificultan el proceso de reciclado, por lo que es un residuo que debe tirarse al contenedor de restos orgánicos. La mejor opción es separar la base, generalmente manchada de aceite y restos de comida, y depositarla en el contenedor de residuos de materia orgánica, mientras que la tapa, en caso de no contener ningún resto, depositarla en el contenedor azul. Lata de pintura vacía: las latas fabricadas con hierro y aluminio son completamente reciclables y pueden repetir este proceso sin perder calidad, pudiendo ser usadas nuevamente en la fabricación de productos. Dichos envases, sin ningún resto, deben ser clasificados y separados adecuadamente del resto de residuos y depositarse en el contenedor amarillo. Plástico film de embalar: se trata de un plástico muy utilizado en la actualidad en cocina, para la conservación de alimentos y elaboración de platos. Dichos envases, sin ningún resto orgánico, deben ser clasificados y separados adecuadamente del resto de residuos y depositarse en el contenedor amarillo. Es necesario destacar que no todos los plásticos se reciclan con la misma facilidad ya que existen plásticos con diferentes capacidades de reciclaje. Esto viene indicado en los envases con un número situado en el interior del símbolo de reciclaje, indicando su aptitud para ser reciclado, en una escala del 1 al 7: cuanto más alto sea el número que aparece en medio de las flechas, más difícil es de reciclar.
En el caso del film, el símbolo que encontramos en su envase es el siguiente :
.
Radiografía: las radiografías contienen sales de plata que pueden contaminar si llegan al vertedero o al medio natural sin ningún tipo de gestión. Por ello, si queremos deshacernos de nuestras radiografías, debemos llevarlas al punto limpio o a la farmacia. Fluorescente: debemos depositarlos en los puntos limpios más cercanos o en caso de adquirir uno nuevo, el establecimiento se hará cargo del mismo. Vaso roto: muchos creen que el vidrio y el cristal es lo mismo, pero no. El cristal contiene óxido de plomo, y suele utilizarse para la fabricación de copas, vasos, vajillas, por lo que no puede fundirse en los mismos hornos en los que se funde el vidrio. Por esto, el cristal no debe de depositarse junto al vidrio. Si en nuestra casa se nos rompe un vaso, un plato o similar, debemos juntarlo a los residuos orgánicos. Para cantidades mayores es recomendable depositarlos en puntos limpios.
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