Apostolado de la Oración. Enero de 2013

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APOSTOLADO DE LA ORACIÓN “Un servicio a la Iglesia desde el Corazón de Cristo.”

ENERO

ORACIÓN, ORACIÓN, ORACIÓN

que Dios los guíe y fortalezca en su Ministerio. La Oración que me ayude a vivir en Gracia de Dios. La Oración para pedir a Dios que abra mis labios para llevar a cuantos me rodean su mensaje de Amor. En fin, la Oración para que Dios me acompañe siempre y en todo momento y circunstancia de mi vida..

LA SANTA MISA, LA ORACIÓN MÁS PERFECTA.

Inicia un nuevo año, un año especial en el que el Papa Benedicto XVI nos convoca a vivir el Año de la Fe. Nosotros, como miembros del Apostolado de la Oración, hagamos un alto en nuestro camino y reflexionemos acerca de nuestro ministerio en esta Asociación. ¿Cuál es la tarea principal en mi apostolado? Justamente esa: LA ORACIÓN. La Oración que nos pide el Sagrado Corazón de Jesús, de DESAGRAVIO, de REPARACIÓN. La Oración para que venga a nosotros Su Reino, el Reino de Dios. La Oración en favor de los más necesitados de la tierra. La Oración por la conversión de los pobres pecadores, empezando por el que lee estas líneas. La Oración por las Almas del Purgatorio, para que alcancen el Eterno Descanso. La Oración, por las intenciones y necesidades del Santo Padre. La Oración, cada mañana, al despertar, Consagrando el día y todo cuanto en él hago. La Oración en favor de todos los Sacerdotes de la tierra, para

La Misa es la experiencia de unidad más completa que hay, porque oramos junto con toda la Iglesia, pero no sólo con la Iglesia en toda la tierra, sino también la Iglesia del Cielo. El acto más importante del día es sin duda la Santa Misa. Asistamos a ella, frecuentemente, tanto como sea posible. Sólo de la Eucaristía brotará la civilización del amor, que transformará el mundo. (Benedicto XVI en el Discurso inaugural de Aparecida)

El mismo Dios no puede hacer una acción más sagrada y más grande que la celebración de una Santa Misa. San Alfonso María de Ligorio

Si supiéramos el valor del Santo Sacrificio de la Misa, qué esfuerzo tan grande haríamos por asistir a ella. Santo Cura de Ars

Sepan, oh cristianos, que la Santa Misa es el acto de religión más sagrado. No pueden hacer otra cosa para glorificar más a Dios, ni para mayor provecho de su alma, que asistir a la Santa Misa devotamente y tan a menudo como sea posible. San Pedro Julián Eymard

VISITAS FRECUENTES A JESUS EN EL SAGRARIO Jesús como Dios Omnipresente, se encuentra en todas partes, pero en Cuerpo y Alma, Sangre y Divinidad, Hombre y Dios, sólo se encuentra en la Sagrada Hostia y en el Cielo. Cuando tomamos tiempo para visitarlo fuera de la celebración de la Misa, Jesús, que está preso solo por nuestro amor en el Sagrario, reducido a Víctima Impetratoria delante del Padre Eterno por la humanidad, recibe una infinita alegría al verse acompañado, amado por nosotros, sus criaturas, sus hijos, sus hermanos. Jesús, que ya padeció de sobra por los hombres, debería gozar del Cielo y sin embargo por puro amor se queda escondido y solo en el Tabernáculo. Figúrate que Jesús está en el Tabernáculo como en el Getsemaní, si sabes de sus amarguras, angustias y dolores, no lo dejarás solo y no te quedarás dormido, sino que estarás con Él, aunque nada le puedas decir, estarás cerca de Él, para que no sufra solo. Cuando consuelas a alguien que sufre y que llora, no estás


hablando constantemente, simplemente te quedas en silencio y le ofreces tu compañía y tu amor. Si no puedes ir al Templo a adorarlo o a estar aunque sea diez minutos con Él, hazlo desde tu casa “Para qué tienes al Santo Ángel? Envía a tu Santo Ángel a adorar a Jesús mientras estás trabajando, estudiando, lavando, cocinando, o sufriendo en la cama de enfermo.

CINCO SUGERENCIAS PRÁCTICAS PARA VIVIR EL AÑO DE LA FE El Año de la Fe (11 de Octubre de 2012 – 24 de Noviembre de 2013) es para redescubrir el brillo, la belleza y la grandeza de nuestra fe católica. El Papa nos recuerda con frecuencia que el cristianismo es sobre todo el seguimiento de una Persona: Jesucristo. Por ello, renovar nuestra fe ha de significar sobre todo crecer en el conocimiento personal de Cristo: un conocimiento íntimo, experiencial, vivo del Señor. Y para ello no hay mejor camino que la oración. El conocimiento de alguien se alcanza principalmente por el trato y el amor se despierta y crece a través del contacto personal. Esto que es verdad en las relaciones interpersonales, vale igualmente para nuestra relación con Jesucristo. Por eso creo que un buen propósito para el Año de la fe es poner medios concretos para crecer en nuestra vida de oración, mejorar nuestra comunicación con Dios. Y lo mismo aplica al desafío de la nueva evangelización. La

nueva evangelización comienza con la oración. Sin haber hecho la experiencia viva del amor de Cristo no es posible compartirla. ¿Cuál fue la acción más eficaz de los primeros cristianos? Dar testimonio de lo que habían visto y oído (cf 1 Jn 1,1). El evangelizador es más creíble si es testigo. Cinco sugerencias concretas: 1. Dedicar todos los días un tiempo para leer y meditar la Palabra de Dios. 2. Participar en la misa con particular atención, fervor e intensidad. La misa es la oración más perfecta y es escuela de oración. Y la vida espiritual consiste en penetrar el Misterio de Cristo y vivirlo juntamente con Él. Para vivir mejor la misa puede ayudar la comprensión de lo que ella es y de cada una de sus partes. El mismo catecismo ofrece una explicación sintética de gran valor acerca del sacramento de la Eucaristía en general (cfr. NN 1322-1419) y de la misa en particular (cfr. NN 13451355). Muchas personas tienen el hábito de hacer media hora o una hora de adoración eucarística semanal. Quienes quieran dar un paso adelante en su vida de oración, podrían considerarlo. Contemplando a Cristo Eucaristía podemos conocerle cada vez mejor. 3. Leer el Catecismo de la Iglesia. Su rico contenido doctrinal constituye excelente materia para la meditación personal y el diálogo con Dios. Al leer cada número del catecismo se puede elevar una oración de acción de gracias a Dios por habernos dado el gran don de la fe el día de nuestro Bautismo

4. Rezar el Credo en familia. El Credo resume nuestra fe en unas pocas líneas. El rezarlo diariamente es una forma de agradecer a Dios el don de la fe, que vale más que la vida. Nuestra fe es el mayor regalo que hemos recibido de Dios. 5. Cada vez que pases frente a una Iglesia, hacer un acto de fe. Es tan sencillo como acordarse de Dios y decirle: Creo que estás allí, te amo. Fuente: www.la-oracion.com Que este Año de la Fe haga cada vez más fuerte la relación con Cristo, pues sólo en Él tenemos la certeza para mirar al futuro y la garantía de un amor auténtico y duradero. La oración es presupuesto indispensable para que nuestro apostolado sea auténtico. La oración es fuente, sustento y meta de todo apostolado; el eje mismo de nuestra vida apostólica. Ella es camino vivificador de la propia vida y acción.

El Corazón de Jesús prolonga su REPARACIÓN a perpetuidad en cada Eucaristía, y en cada Sagrario de la tierra. Reguemos esta tierra reseca por el alejamiento de Dios, Adorando Reparando acercándonos a los Sacramentos, seamos velas encendidas, iluminemos con nuestra vida, que prenda en los corazones y así formaremos una hoguera que ira purificando nuestros pecados y los del mundo entero.


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