Una ilusión, un proyecto, una realidad Desde que yo estoy en Cáritas, los diferentes equipos tuvieron la ilusión y el deseo, de tener una sede para Cáritas Interparroquial. Una casa digna para acoger, acompañar, atender y escuchar con paciencia, a través de gestos sencillos, a todas aquellas personas que por cualquier razón puedan necesitar de una ayuda por parte de la Iglesia. Sabemos que las nuevas pobrezas son muchas y variadas, porque así el momento que vivimos nos lo plantea, y nosotros debemos adaptarnos a las circunstancias, ya no es suficiente dar una bolsa de comida, eso está trasnochado y anticuado, tenemos que dar a elegir lo que las familias necesitan. Debemos escuchar a las personas que necesitan un servicio residencial, apoyar a los niños con clases particulares y con actividades lúdicas, escuchar a las personas que tienen alguna adicción e intentar ayudar, a través de Proyecto Hombre, a salir de ella. Los objetivos que tenemos planteados son muy diversos y amplios, para ello necesitábamos unas instalaciones adecuadas. Empezamos hace muchos años con un proyecto de casa, que nunca se llevó a cabo, en otro lugar y con otras características. Pero no desistimos de nuestra idea y es por eso que gracias a Dios, al tesón y la paciencia la vida nos hizo poner los ojos en lo que hoy es Casa Betania. El primer paso fue buscar a nuestros asesores técnicos para ver en qué condiciones se encontraba el edificio, y si merecía la pena
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hacer la adaptación a nuestras necesidades. Ahí tuvimos la ayuda incondicional y generosa de Máximo Caballero. En julio del año 2019, es adquirido el edificio, por una cantidad de doscientos mil euros, he de dar las gracias a Rafael López-Sidro, entonces director de Caritas Diocesana, por creer en mí y apoyar la idea que el equipo había propuesto al Consejo Diocesano. A nombre de Cáritas Diocesana de Jaén es escriturado, pero pagado con fondos de Martos. Con el dinero que los marteños han donado para que sean atendidas las necesidades de los más pobres. A continuación pedimos presupuestos de obra a diferentes empresas y vistas todas nos quedamos con la de Sergio Castillo, con un montante de obra de ciento quince mil euros; el presupuesto se nos iba de las manos, no teníamos tanto dinero, pero había que seguir adelante, hubo que pedir un préstamo a diocesana, y yo aún me pregunto cómo han salido también las cosas, porque está todo pagado, gracias a Dios.
CÁRITAS MARTOS