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Tips de organización para la vuelta a la rutina
Vuelta a la rutina
TIPS Y PAUTAS PARA ADQUIRIR CIERTOS HÁBITOS Y ASUMIR TAREAS
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EL REGRESO A LAS AULAS PUEDE SER EL MEJOR MOMENTO PARA ESTABLECER TAREAS Y RESPONSABILIDADES QUE HARÁN MÁS SENCILLO EL DÍA A DÍA
Lejos de verlo como un acontecimiento negativo, el regreso a las clases puede suponer una ocasión ideal para que nuestros hijos interioricen ciertos valores que, sin duda, les serán útiles en el futuro. A veces, hasta el acto aparentemente más superfluo puede generar situaciones desagradables o incluso traumáticas a largo plazo. Para evitarlo, tenemos que poner atención en los detalles y ser siempre conscientes de que nuestro propio comportamiento puede tener un efecto directo en los niños. Por eso, hay que evitar algunos errores, como dejarlos al margen de la programación del curso y de todos los preparativos propios de un día de colegio. Si, en su lugar, hacemos que se impliquen en el proceso, aunque en un primer momento pueda no hacerles mucha gracia, aprenderán a ir asumiendo responsabilidades.
Por otra parte, insistir en las equivocaciones o malas experiencias de otros cursos no es la mejor manera de hacer cambiar a los niños. Si invertimos la estrategia y aplicamos esos contratiempos pasados para plantear retos positivos, además de aumentar su confianza, contribuiremos a que comiencen el curso con más ganas.
Asimismo, hacer comentarios negativos sobre lo que implica la vuelta a la rutina puede desencadenar un estado de infelicidad o frustración en nuestros hijos, motivo suficiente para esforzarnos en evitar cualquier reflexión pesimista delante de ellos. En cambio, mensajes que destaquen aspectos positivos, como las nuevas materias que van a aprender o el reencuentro y posibles experiencias con sus amigos, les aportarán la energía suficiente para enfrentarse a lo que pueda venir.
Con el curso escolar practicamente empezado en la mayoría de comunidades autónomas, ha llegado la hora de volver a coger ritmo e ir adquiriendo determinados hábitos y rutinas, tanto dentro como fuera del hogar, que harán que el día a día sea más llevadero durante los próximos meses.
Seguro que para algunos es sencillo, pero muchos padres ya se estarán enfrentando a esas mañanas de prisas y enfados, desde que los niños se levantan hasta que los dejan en la puerta del cole. ¿Por qué año tras año pasamos por esos momentos de tensión? Una de las razones es que durante el verano la familia ha cambiado algunas rutinas y hábitos y los primeros días les cuesta adaptarse. Pero muchas veces esta situación se repite durante todo el curso. Cuanto antes empecemos a cambiar rutinas, antes disfrutaremos de días más tranquilos.
CÓMO LOGRAR QUE LAS JORNADAS SEAN MÁS LLEVADERAS
● Despertarlos media hora antes.
Todos los padres intentamos que nuestros hijos tengan el máximo descanso posible. Pero si durante el último curso les hemos levantado a la misma hora y siempre hemos llegado tarde, tenemos que adelantarla. No merece la pena ir con prisas si podemos despertarlos media hora antes. Un consejo sencillo que funciona y evitará esas mañanas de prisas y lloros.
● Cambiar el hábito de desayuno.
Otra buena idea es cambiar la hora del desayuno y convertirlo en una prioridad. Esta comida es fundamental para mantener una dieta saludable. “Es parte clave de la alimentación del niño y debe cubrir el 25% de las necesidades calóricas diarias. Uno completo debe
incluir lácteos, cereales y fruta”, señalan desde la AEP. Primero está el desayuno y luego el entretenimiento de la televisión, la tablet o el móvil. Tienen que comer sin ninguna distracción. Seguro que lo hacen mejor si los dispositivos están apagados.
● La mochila por la noche.
Otra regla fundamental es que dejen la mochila preparada por la noche. Puede que se les olvide un cuaderno o un lápiz, pero lo más importante debe estar guardado antes de acostarse para que no suponga una pérdida de tiempo. Tienen que aprender a organizar sus cosas y no meter más de lo necesario. Es importante que no supere nunca el 10-15% del peso corporal del niño. De ser así, es mejor que lleven una de carrito para que no suponga una sobrecarga para su espalda.
● Nada de gritos y enfados.
Tenemos que cambiar el chip y dejar de gritar para que se levanten o vayan más rápido. Ellos esperan estas señales para empezar a moverse y no lo sienten como una obligación. Deben saber que en 60 minutos tienen que estar vestidos, duchados y deben haber desayunado o llegarán tarde al colegio. Si a primera hora de la mañana ya hemos sufrido toda la familia esos nervios y estrés, pasaremos el resto del día agobiados. Mejor comenzar la jornada con tranquilidad y buenas palabras.
● Acostarse antes.
Si todo lo anterior no ha funcionado y seguimos llegando tarde a clase, queda la opción de acostar a nuestros hijos 30 minutos antes. Cada mañana que tarden más de lo necesario, sabrán que por la noche se tendrán que ir a la cama media hora antes. Seguro que al día siguiente intentarán mejorar.
● Apostar por una dieta equilibrada.
En verano cambian los horarios, pero también los hábitos alimenticios. Intenta volver poco a poco a una dieta equilibrada baja en grasas y azúcares y rica en frutas, verduras, pescado o legumbres. Elimina paulatinamente las comidas excesivas, los helados o los dulces.
● Optar por actividades extraescolares.
Son fundamentales durante la infancia y adolescencia, ya que les permite relacionarse fuera del ámbito escolar con otros niños y en otro ambiente. Especialmente a partir de la Educación Primaria ya están preparados para conocer ámbitos nuevos fuera del colegio y de casa. Existen diferentes tipos: deportivas, artísticas o culturales. Cualquiera de estas opciones les harán sentirse orgullosos de sí mismos según vaya superándose y alcanzando sus objetivos, además de ayudarles a tener una mentalidad mucho más abierta y a ser más sociables. También potenciarán su desarrollo intelectual y su capacidad de enfrentarse a diferentes situaciones.En el proceso de cambio de etapa escolar, sobre todo de Educación Infantil a Primaria, puedes notar que tus hijos se vuelven mucho más aventureros, independientes y autónomos.
Una preocupación constante de todo padre es que los hijos hagan sus tareas domésticas sin que haya que estar persiguiéndoles constantemente. En los colegios Montessori, los niños tienen la responsabilidad de cuidar la clase. No tienen tareas asignadas, pero cada niño recoge lo suyo y en general están deseando ayudar a pasar el polvo, cuidar el jardín o limpiar mesas y sillas. Este método llama a las tareas «vida práctica» y las considera tan importantes como la lengua y las matemáticas, ya que este tipo de trabajo incentiva la concentración y la independencia, y redefine las habilidades motoras gruesas y finas. Además, los niños consiguen tener un objetivo, lo que es beneficioso para su autoestima y comportamiento. Contribuir les hace sentirse útiles.
1Barrer Los niños de 2 años pueden barrer con una escoba y recogedor de su tamaño si les enseñas cómo. Si aún no tienen la coordinación suficiente para usar el recogedor, pueden empezar con las hojas del porche o la terraza. Una vez que hayan aprendido a barrer, puedes aprovechar y enseñarles a aspirar.
2Doblar la ropa Las prendas grandes, como las sábanas y los manteles, son complicadas de doblar para una sola persona, por lo que los niños no van a poder con ellas. Sin embargo, clasificar calcetines y doblar ropa interior no les debería suponer ningún problema.
3Poner la mesa Mientras todos los elementos estén a su alcance, hasta los niños más pequeños pueden poner la mesa. Intenta colocar todo lo que necesiten en una estantería baja; les gustará más hacer la tarea si no tienen que pedirte ayuda.
4Recoger la mesa y lavar los platos Una vez hayamos terminado de comer, y dependiendo de la edad, cada uno llevará los platos, vasos y otros elementos que se hayan puesto , de la mesa a la cocina para recogerlos. De a poco, podrán ir enjuagando los platos y poniéndolos en el lavavajillas o lavándolos ellos directamente. Tengamos cuidado con los vasos o copas que puedan romperse fácilmente para no provocar accidentes domésticos. 5Alimentar a los animales A muchos niños les encanta cuidar de los animales. Si tienes mascota en casa, intenta guardar la comida en un tupper con una cuchara y deja que tus niños se encarguen de alimentarla. Si el niño aún es muy pequeño, puede que prefieras poner únicamente la comida del día para que controle la cantidad con facilidad.
6Pasar el rastrillo Para los afortunados que tengan jardín, esta es una actividad que potencia las habilidades motoras gruesas de los niños y les permite usar toda su energía. Solo necesitas un rastrillo de su tamaño para que puedan hacer la tarea con éxito.
7Regar las plantas Enseña a tus hijos cómo comprobar si las plantas necesitan agua mirando y tocando la tierra. Luego, enséñales a poner agua en las raíces con una regadera de su tamaño. Una vez que hayan aprendido, les puedes enseñar a quitar las hojas muertas y a lavar las hojas de las plantas para quitarles el polvo.
8Lavar sus juguetes y juegos de jardín Anima a tus hijos a mantener sus juguetes de jardín limpios y bonitos lavándolos de forma regular. Necesitaréis un cepillo para limpiar, un barreño de agua y un trapo para secar. Si quieres, puedes darles jabón y un delantal para que no se mojen. Lo mejor de esto es que, una vez aprendan y con las herramientas adecuadas, podrán fregar lo que sea.
9Hacerse el almuerzo de media mañana Los niños también pueden preparar su propio tentempié para el recreo, con distintos niveles de independencia. Lo ideal es que comencemos dándoles nosotros los ingredientes y supervisándolos, porque si no corremos el peligro de que se hagan únicamente comidas que les gusten, sin tener en cuenta lo que es nutricionalmente mejor para ellos.
10Sacar punta de lápices y ceras Intenta enseñar a tus
hijos a usar un sacapuntas para mantener sus lápices y ceras de colores a punto para trabajar. Enséñale a vaciar el sacapuntas o a usarlo sobre una papelera para evitar que ensucie.