TEMA 5 EL TEATRO ESPAÑOL ANTERIOR A LA GUERRA CIVIL: BENAVENTE, VALLE-INCLÁN Y LORCA. El teatro es un género en el que influyen los condicionamientos comerciales; por eso el teatro del primer tercio de siglo, en el que predominaban los locales privados y el público burgués, se reparte en dos frentes bien diferenciados: el teatro que triunfa y el teatro innovador que, salvo excepciones, quedará relegado a la "lectura" minoritaria. 1. Teatro comercial o tendencia conformista: -
Jacinto Benavente, el que mayor éxito obtuvo. Teatro cómico que incluía música (opereta, revista, vodevil), cantos y baile. Hermanos Álvarez Quintero, Muñoz Seca y Carlos Arniches. Teatro en verso con temas fantásticos e históricos y metros modernistas. Marquina, Francisco Villaespesa y los hermanos Machado.
Jacinto Benavente (Madrid 1866 – 1954). Dentro del teatro que triunfa destaca Jacinto Benavente cuyas obras se caracterizan por el conservadurismo, tanto estético como ideológico. Así, criticó los convencionalismos burgueses pero sin traspasar lo admisible y considerado de buen tono. Sustituye la acción por la narración y los momentos álgidos ocurren fuera de la escena. Sus obras se clasifican según el lugar donde se desarrollan: interiores burgueses y ciudadanos, interiores cosmopolitas, interiores provincianos e interiores rurales. De entre su vasta producción teatral destacan Los intereses creados (1907). Señora Ama (1908) y La malquerida (1913). La primera es una obra inspirada en los personajes de la commedia dell’arte, y contrapone, en tono de farsa, materialismo y espiritualismo. Las otras dos siguen el modelo del drama rural, un tipo de teatro ambientado en un medio campesino dominado por la fatalidad. En 1922 obtuvo el Premio Nobel de Literatura. Desde entonces y hasta su muerte, recibió continuos homenajes y distinciones.
2. Teatro innovador: El teatro para estos teóricos de la escena no era tenido en cuenta solo como texto literario sino como hecho teatral en su conjunto por lo que su renovación debía proceder tanto de la innovación de las obras como de la escenografía, la formación de actores, la luminotecnia, la forma del escenario, el decorado y la comprensión del público. Cobra especial importancia el Director de Escena. Se distinguen dos momentos que se diferencian por la actitud de sus protagonistas: la generación del 98, cuyos autores no hicieron nada por conseguir el favor del público, y la generación del 27, cuyos integrantes intentaron, mediante la creación de grupos teatrales (como La Barraca de García Lorca) o las campañas de orientación dramática moderna, llevar el teatro a las masas populares para formar así un nuevo público. 1 EL TEATRO ESPAÑOL ANTERIOR A LA GUERRA CIVIL: BENAVENTE, VALLE-INCLÁN Y LORCA.
TEMA 5 Ramón María del Valle-Inclán (Villanueva de Arosa 1866 – 1936). Entre los autores del 98, el que realmente consiguió renovar la escena española fue Valle-Inclán, cuya dramaturgia está presidida por una insaciable voluntad de renovación técnica, formal y temática. Fue un teatro tan nuevo para su época que permaneció alejado de los escenarios hasta más de cuarenta años después de haberse escrito. El teatro de Valle se divide en cuatro etapas:
Inicios: dramas decadentistas donde aplica el modernismo al drama e incorpora personajes con lenguaje y actitudes realistas a los que trata de forma caricaturesca e irónica. El marqués de Bradomín (1906).
El ciclo mítico, que muestra una Galicia arcaica en la que la existencia humana se rige por fuerzas primarias: la lujuria, la soberbia, la crueldad, el despotismo, el pecado, el sacrilegio, la superstición y la magia. Se incluyen aquí obras como Comedias bárbaras, trilogía compuesta por Águila de blasón (1907), Romance de Lobos (1908) y Cara de Plata (1922) y Divinas palabras.
El ciclo de la farsa, compuesto por obras como La marquesa Rosalinda, donde lo grotesco se presenta unido a lo poético, refinado y hasta cursi.
El ciclo esperpéntico, su máximo logro. Valle-Inclán refiere que el esperpento, tal como lo ve él, tiene sus precedentes en la literatura de Quevedo y en la pintura de Goya. Por tanto, más que un estilo o una técnica teatral, es una forma de crear que tiene las siguientes características: • Constante deformación de la realidad mediante un estilo hiperbólico cuyos rasgos más sobresalientes son la degradación de ambientes (los escenarios dominantes son tabernas, burdeles, interiores míseros, calles inseguras…) y personajes (borrachos, prostitutas, artistas fracasados, bohemios presentados como marionetas sin voluntad, animalizados y cosificados). • Utilización de mitos literarios clásicos, parodiados o deformados. • Presencia de la muerte como personaje fundamental. • Utilización de lo grotesco como forma de expresión. En el lenguaje mezcla el registro culto con el coloquial, con un habla popular con numerosas voces dialectales. • Abuso de los contrastes violentos entre lo doloroso y lo grotesco. Mezcla varios géneros: tragedia, comedia, sátira y teatro de muñecos. • Uso narrativo e impresionista de las acotaciones escénicas. • Utilización de un código doble: aparente tono de burla y caricatura bajo el que subyace otro significado profundo, cargado de crítica e intención satírica que constituye la auténtica lección moral. La obra más destacada de este ciclo, Luces de bohemia, (1920), cuenta la peregrinación nocturna del poeta Max Estrella guiado por su alter ego, don Latino de Híspalis, por diversos lugares madrileños (librerías, tabernas, delegación de policía, cafés, etc.), hasta verle morir en el quicio oscuro de su propia casa. Hay en la obra un aire de protesta contra toda una sociedad, una crítica colectiva: asistimos 2
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TEMA 5 a la burla de la bohemia, a los malos procedimientos de la administración, a los concursos literarios banales; a diálogos sobre la inutilidad de los servicios públicos, los tranvías, las comedias, las lecciones académicas, etc.
Federico García Lorca (Fuente Vaqueros, Granada, 1898 – 1936). Dentro de la Generación del 27 destaca la obra teatral de Federico García Lorca, una de las cumbres de la dramática española moderna. Han intentado los críticos buscar una veta común en la temática lorquiana, estableciendo como idea central de todas sus obras bien el amor imposible o frustrado, bien el conflicto entre el deseo y la realidad, bien el enfrentamiento entre el principio de autoridad y libertad. Cualquiera de estas formulaciones puede ser válida, pues el deseo de realización personal de sus héroes (heroínas, mejor) se muestra siempre bajo el aspecto amoroso, y su libertad está condicionada constantemente por causas sociales. Otro componente básico del teatro de Lorca es el lirismo que impregna todas sus obras teatrales. Sus primeras obras están emparentadas con el Romanticismo y el Simbolismo, y tienen influencia Modernista. El maleficio de la mariposa (1919). Las siguientes forman un conjunto de cuatro farsas, dos para guiñol y dos para personas. En las farsas guiñolescas los muñecos encarnan pasiones humanas simplificadas. Las segundas, entre las que está La zapatera prodigiosa (1929), tratan el tema de la desigualdad de edad en el matrimonio. En una tercera etapa, Lorca, influenciado por el Surrealismo, escribe dos obras que se consideran irrepresentables, son las comedias imposibles (Así que pasen cinco años y El público), y Comedia sin título, en la que se funden las audacias formales con la intención de lograr un drama "social". Pero lo más destacado del teatro de Lorca son sus tragedias: Bodas de sangre, (1932) una tragedia con estructura tradicional en la que fuerzas oscuras e indomables lo dominan y arrasan todo, como si los hombres fuesen meros autómatas; Yerma, (1934), una tragedia en la que el problema de la mujer estéril crece desde dentro, convirtiéndose en una obsesión que la llevará a asesinar a su marido, y La casa de Bernarda Alba, (1936), considerada su mejor obra y en la que se condensan las grandes obsesiones del autor. Inspirada en un suceso real, desarrolla la lucha entre el principio de autoridad, encarnado en Bernarda, quien dicta años de luto para sus hijas por la muerte de su marido, y el principio de libertad, representado por Adela, su hija menor, quien mantiene relaciones ocultas con Pepe el Romano, prometido de su hermana Angustias. La obra transcurre en un ambiente hermético y finaliza en tragedia: Adela se suicida al creer muerto a Pepe después de haberle disparado Bernarda.
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