LA POESÍA ESPAÑOLA EN LAS TRES DÉCADAS POSTERIORES A LA GUERRA CIVIL. MIGUEL HERNÁNDEZ, BLAS DE OTERO Y GIL DE BIEDMA. Los escritores de posguerra rechazaron mayoritariamente el concepto de arte puro que tanto éxito había obtenido entre los artistas vanguardistas de los años 20 y 30. España había salido de una guerra civil y para los nuevos escritores la literatura no podía ser un mero juego formal sino que debía dar una respuesta a la desoladora realidad que se vivía en el país. Esta imperiosa necesidad hizo que las obras literarias de posguerra estuvieran llenas de contenidos humanos, como la angustia existencial, la denuncia de las injusticias, la solidaridad o la experiencia íntima y personal que un escritor comprometido con su tiempo podía elaborar en el contexto de una dictadura. La poesía posterior a 1936 se desarrolló en un ambiente cultural negativo debido a tres factores fundamentales: • • •
La muerte de los grandes poetas de las generaciones anteriores: Machado y García Lorca. El encarcelamiento de Miguel Hernández y el exilio de Juan Ramón Jiménez y de la mayoría de poetas del 27. La limitación de la libertad de expresión motivada por la censura.
La poesía en los años de guerra e inmediata postguerra: Durante los años de guerra y los de la inmediata posguerra se desarrolló en España una literatura de propaganda ideológica que no se caracterizó, en general, por su calidad. En este contexto destaca Miguel Hernández, cuya obra, iniciada antes de la contienda, alcanzó su madurez en estos años. Miguel Hernández (Orihuela, Alicante, 1910 – 1942). • En su primera etapa, anterior a la guerra, su producción se caracteriza por la búsqueda de un lenguaje poético propio. A esta etapa pertenece Perito en lunas, de influencia gongorina y vanguardista, y El rayo que no cesa, compuesto de sonetos, aunque la mejor composición es la “Elegía a Ramón Sijé”, en tercetos encadenados. • En la segunda (1937 – 1938) su poesía adquiere un tono social y comprometido. A esta etapa pertenece Viento del pueblo. En la métrica, las estrofas clásicas alternan ya con el verso largo, y el lenguaje es sencillo y de tono apasionado. • Sus últimos poemas, escritos en la cárcel, se recogen en el Cancionero y romancero de ausencias. Estas composiciones giran en torno al sentimiento de ausencia (de su mujer, de su hijo, de la libertad…). La nota más característica es la concisión y la sobriedad y