LA NARRATIVA RENACENTISTA
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Están de moda como en el resto de Europa, las narraciones idealistas. Tratan de conciliar lo maravilloso con lo verosímil. El propósito de esta combinación de materias era conseguir la que se consideraba función primordial de la literatura: deleitar para instruir. Pretendían evitar la inmoralidad que los humanistas atribuían a la narrativa del siglo XV, especialmente a las novelas de caballerías. Los novelistas del Renacimiento van a adaptar los modelos narrativos de la Antigüedad clásica.
Novela renacentista NOVELAS IDEALISTAS
Libros de caballerías Novela pastoril Novela bizantina o griega Novela morisca
NOVELA REALISTA Novela picaresca
La narrativa de este siglo culminará con la novela de Cervantes, quien cultiva todos los tipos de novelas y los inserta también en El Quijote.
Los libros de caballerías Los humanistas y erasmistas los censuraron porque consideraban peligrosas las historias de ficción y la sensualidad que encerraban.
Libros favoritos de los nobles a finales de la Edad Media (Tirant el Blanco, Amadís de Gaula). Presentan una ficción desorbitada. Magos, elementos maravillosos; constantes batallas en las que el caballero muestra su valentía y lucha por ser digno del amor de su dama.
El espacio y la ambientación de la novela son medievales; se emplea un lenguaje arcaizante. El narrador cuenta las hazañas en tercera persona, pero más como un “narrador cronista” que como un “narrador omnisciente”; finge hacer la crónica de los hechos de un gran caballero, crónica que es el fruto de un hallazgo o de unos papeles encontrados. (Los hechos se presentan como verídicos). Del Amadís de Gaula, de la que debieron de circular diversas versiones ya desde el siglo XIV, sólo conservamos la versión publicada en 1508 por Garci Rodríguez de Montalvo. De ella se escribieron numerosas continuaciones (los "Amadises"), lo mismo que de su serie rival, Palmerín de Oliva.
La novela pastoril
La fuente más importante es la Arcadia, del italiano Sannazzaro, que se asienta sobre la base clásica de los Idilios del poeta helenístico Teócrito (siglo III a.C.) y las Églogas y Bucólicas de Virgilio (siglo I a. C.)
Se interrelaciona el ambiente bucólico con el cortesano lo que permitía aludir a personajes y sucesos reales.
Los personajes son unos pastores idealizados que se comportan y hablan como cortesanos y se caracterizan por su castidad. Los personajes femeninos adquieren una mayor relevancia.
La acción se desarrolla en un campo idealizado donde se padecen de celos, se llora, se cantan hermosas canciones.
La primera novela pastoril que se publicó en España fue Los siete libros de Diana o La Diana de Jorge Montemayor. La historia de «Marcela y Crisóstomo», que se ubica en los capítulos XII, XIII y XIV del Quijote, sirve de base a La Galatea, novela pastoril Crisóstomo se suicida porque Marcela no corresponde a sus requerimientos (y es que Marcela, simplemente no lo quiere) «A que me améis os mueve mi hermosura, y por el amor que me mostráis, decís, y aun queréis, que esté obligada a amaros. Yo conozco, con el natural entendimiento que Dios me ha dado, que todo lo hermoso es amable, mas no alcanzo que, por razón de ser amado, esté obligado, lo que es amado por hermoso, a amar a quien le ama».
La novela bizantina
La fuente clásica es la obra de Heliodoro titulada La Etiópicas o Teágenes y Cariclea. Los amores de Clareo y Florisea, de Núñez de Reinoso, impresa en 1522 es la novela que inaugura el subgénero que no se consolidará hasta principios del siglo XVII El peregrino en su patria (1604), de Lope de Vega y Los trabajos de Persiles y Segismunda (1617) de Cervantes. Describe las fantásticas aventuras de una pareja de enamorados, siempre de alto linaje. Combina el argumento amorosos con viajes, raptos, separaciones forzosas, naufragios. Suele acabar en final feliz, muchas veces con la boda de los protagonistas, que han superado muchas pruebas antes del encuentro definitivo. Valorado por los erasmistas por su visión moralizadora y su exaltación del amor casto.
La novela morisca
Interés por la novella italiana o novela corta. Abidarráez es hecho prisionero en una emboscada cristiana, lo que le impide asistir a una cita con su amada Jarifa. Conmovido por la situación del moro, su captor, Rodrigo de Narváez, le concede la libertad para que pueda verla. Los enamorados regresan para entregarse voluntariamente a Narváez, que vuelve a mostrar su generosidad liberándoles. Evoca la vida de la frontera que separó, en el siglo XV, el reino de Castilla del último reino musulmán. La más célebre es la Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa, relato anónimo que aparece intercalado en La Diana, de Montemayor. El concepto del amor es el de las novelas de caballerías, pero el espacio de la obra es real.