Cristianos
En Marcha
Una revista de discipulado cristiano del Ejército de Salvación Año 17 No. 1
¡ Él está vivo!
“Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos, primicia de los que durmieron fue hecho” (1 Corintios 15:20, RVR).
Cristianos
EN MARCHA Año 17 Número 1
Testigos
Sin duda alguna, el principal protagonista de la semana de la Pascua es Jesucristo. Él es el poderoso Redentor que fue apresado, torturado, ejecutado y colgado de un tosco madero sobre el monte Calvario. Por Sus propias palabras y las profecías de siglos anteriores, murió por los pecados del mundo, “el Justo por los injustos, para llevarnos a Dios”. Pero a Su alrededor estuvieron muchas personas que en diferentes circunstancias lo vieron, lo escucharon, convivieron con Él, fueron tocados e influenciados por Él. ¿Qué vieron? ¿Qué escucharon? ¿Qué pensaron o de qué manera fueron afectados? ¡Qué generación tan privilegiada y, al mismo tiempo, tan responsable por todo lo que ocurrió durante el ministerio de Jesús! Y, particularmente, en esa semana tan trágica y tan gloriosa como fue la de Su pasión y muerte. A dos mil años (¡dos mil!) de aquellos acontecimientos tan relatados, tan aceptados, como negados o rechazados, la persona del gran Protagonista permanece fulgurante, amado y aceptado con gozo por millares, o rechazado por la indiferencia de otros tantos; sin embargo, aún sigue proclamado y discutido o aceptado. Horas y horas de televisión se exhiben y hablan de Él cada día, ríos de tinta lo relatan en libros y revistas, todo con mayor o menor acierto, pero sin poder evitar el pensar y hablar acerca de Él. Pero lo más maravilloso es la declaración de millones de personas que hoy, en el siglo XXI, todavía afirmamos: ¡Él ha resucitado y vive! ¡Gloria a Dios! Veinte siglos después de Su muerte y resurrección, esta verdad sigue conmoviendo nuestros corazones.
Manuel O. de los Santos
Cristianos en Marcha es preparado por Hispanic Word y publicado por el Departamento de Programa del Ejército de Salvación, Territorio Este de Estados Unidos.
Comisionados Barry C. y E. Sue Swanson Líderes del Territorio
Coronel William Bamford III Secretario en Jefe
Mayor Manuel de los Santos Editor
Brenda Lotz
Directora de producción
Marisol Lalut Diseño gráfico
Nuestro propósito
El propósito de Cristianos en Marcha es proporcionar material cristiano que inspire, informe y desarrolle a los salvacionistas de habla española para que continúen en su tarea de honrar a Dios, salvar almas y servir al prójimo.
Declaración Internacional de Misión
El Ejército de Salvación, movimiento internacional, es una parte evangélica de la Iglesia Cristiana Universal. Su mensaje está basado en la Biblia. Su ministerio es motivado por amor a Dios. Su misión es predicar el Evangelio de Cristo Jesús y tratar de cubrir las necesidades humanas en Su nombre, sin discriminación alguna.
Fotos de thinkstock.com
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Artículos 5 Jehová es mi Pastor (Salmo 23). Estudio bíblico por la Tte. Coronela Marlene Chase. ¡Qué santo privilegio es ser guiados por el mismo camino que Dios recorre! 8 Siervos. Serie de artículos publicados en la revista Salvationist, del Territorio de Gran Bretaña. “El que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor, y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de todos”. 12 Estudios sobre la santidad (Capítulo 8), por Ed Read. “¿Hay algún cristiano que esté libre de pecado o es posible para alguien llegar a estarlo? Es a esta pregunta crucial que va dirigida la doctrina de la santificación”. 19 Secretos para lograr una vida gozosa, por el General Bramwell Tillsley. Un estudio sobre las Bienaventuranzas. 22 En el camino del Señor (Capítulos 33, 34 y 35), por el Tte. Coronel (O.F.) Jorge Nery T. (P). Los tres últimos capítulos de su autobiografía. “Nuestra constante oración es que los jóvenes oficiales y soldados salvacionistas sigan adelante, sin desmayar; que el canto y el trabajo sigan siempre esta consigna”.
Para meditar 2 Testigos
16 Protagonista
7 La confianza de Jesús en Pedro
18 El hijo del trueno
11 El incrédulo
32 Los nuevos discípulos
Hispanic Word 58 Steward Street, Mifflintown PA 17059 hispanic@en-marcha.org
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Jehová es mi Pastor SALMO 23
Estudio escrito por la Tte. Coronela Marlene Chase Publicado en The War Cry Traducción de Mary Salvany
Nuestro asombroso privilegio “Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre” El nombre del Pastor “Justo es Jehová en todos sus caminos”, afirma David en este salmo, “y misericordioso en todas sus obras” (145:17). Y Dios dice de sí mismo: “No hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí” (Isaías 45:21). Este verso delinea la naturaleza de Dios: justo y amante. En estos atributos gemelos vemos la “singularidad” de Dios. Algunos dioses menores han logrado ser justos, por lo menos hasta cierto punto; otros han afirmado ser amorosos. Ninguno ha sido revelado como justo en todas las cosas y amante de todos al mismo tiempo. ¡Qué sacro privilegio es ser guiados por el camino que Dios mismo recorre! Si hemos de cumplir el propósito para el cual fuimos creados, ¡el Pastor deberá guiar nuestros pasos! Sin Su guía estamos condenados a seguir la vía ancha que lleva a la perdición. El ingreso del pecado en el mundo perfecto que Dios había hecho trajo toda clase de decepciones
y falsas direcciones que nos desvían de nuestro propósito. Mas Dios guía por caminos justos, a gran costo para sí mismo. Justicia es Su nombre. No puede dejar de serlo. Fuimos creados “según Dios en la justicia y santidad de la verdad” (Efesios 4:24). Solamente frustración y destrucción pueden venir a la creación que no cumple su destino. Una flor que ha nacido para florecer y reproducirse, pero que es cortada de su fuente de nutrición, se marchita y muere. Pierde todo valor. Los hombres y las mujeres, creados para amar y servir a Dios en justicia, no alcanzan a cumplir su destino si siguen un camino diferente al señalado por su Creador. Dios exige que seamos santos, como Él lo es. El salmista pregunta: “¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su santo lugar?” La respuesta viene a continuación: “El limpio de manos y puro de corazón” (Salmos 24:3–4). Pero estamos conscientes de que CRISTIANOS EN MARCHA 5
es imposible ser santos como Dios lo es. Como el pequeño niño que tenía la intención de mantenerse limpio hasta que su madre viniera a buscarlo, encontramos que nos hemos descuidado, nos hemos ensuciado, estamos ajados, desarreglados y caminamos por una vía sumamente torcida. Pero nuestro Pastor ha hecho una provisión asombrosa mediante la sangre de Jesucristo. Y Él nos guiará por sendas de justicia por amor de Su nombre. La intención del Pastor “¿Cómo limpiará el hombre su camino?”, pregunta el salmista. La respuesta la podemos encontrar en el pronunciamiento que siguió al desafío de Juan el Bautista en cuanto a vivir correctamente: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Cuando Jesús se presentó en los verdes montes de Galilea, el Bautista lo señaló a sus propios discípulos como el que nos mostraría el modo de andar en un mundo torcido. Aun cuando Jesús estuvo rodeado de maldad en cada recodo del camino, se mantuvo firme en la senda de la justicia. En medio del pecado, permaneció puro y veraz. La justicia de Cristo Jesús nos ha sido imputada por Su muerte y resurrección. “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí 6 CRISTIANOS EN MARCHA
mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras” (Tito 2:11–14). El poder que otorga el Pastor ¿Es posible ser personas rectas en un mundo torcido? ¿Qué clase de Dios nos exigiría algo que no podemos cumplir? Él ha probado que lo podemos hacer; por eso continúa dando poder y ayudando a los hombres que eligen servirle y vivir de manera recta en un mundo torcido. El camino recto no siempre está bordeado de verdes pastos y aguas de reposo. Jesús no engañó a Sus seguidores. “Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella. Estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”, les dijo (Mateo 7:13). Mas la Palabra dice que ha hecho provisión para todos. Él puede guardarnos en todos nuestros caminos. No sólo somos llamados a un vivir recto, sino que se nos promete la ayuda del Espíritu Santo día a día. “Como tus días serán tus fuerzas” es lo que Dios prometió (Deuteronomio 33:25). Pablo, escribiéndole a su hijo espiritual Timoteo, afirmó: “Yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día” (2 Timoteo 1:12). ¡Él nos guía por sendas de justicia por amor de Su nombre! Qué bendición estar en esa senda, permanecer en ella, fortalecidos y renovados cada día por Su Espíritu.
La confianza de Jesús en Pedro Manuel O. de los Santos Pedro tal vez sea el personaje más humano de las Escrituras. Digamos que más bien se destaca por sus torpezas que por sus virtudes (¡y nos parecemos tanto a él!). Sin duda que lo que más recordamos de él es su triste acto de negar al Señor durante el juicio en la casa de Anás, el sumo sacerdote. Jesús le anticipó ese momento de debilidad y, al mismo tiempo, conociendo el corazón de Pedro, le anunció su restauración y le delegó la misión de velar por sus compañeros más jóvenes. “Yo he orado por ti, para que no falle tu fe. Y tú, cuando te hayas vuelto a mí, fortalece a tus hermanos” (Lucas 22: 32, NVI). Era como decirle: “Esto es lo que harás, pero todavía seguiré confiando en ti”.
Que no te detengan tus errores y caídas. El arma más utilizada por Satanás es el desaliento; y él procurará mantenernos bajo el peso de nuestras fallas o antiguos pecados. Pedro supo arrepentirse con amargas lágrimas cuando se dio cuenta de su cobardía y su error, por lo que volvió a reunirse con el aterrorizado rebaño de sus camaradas, les infundió ánimo en aquella difícil hora, los puso a trabajar y, cuando Jesús se presentó frente a ellos, se arrojó decididamente a las aguas nadando vigorosamente para llegar más rápido y estar frente a su Señor. Aquel fue el momento de su notable reencuentro y la confirmación de su misión: “Apacienta mis ovejas” (Juan 21:17, NVI).
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Siervos
Serie de artículos publicados en Salvationist, Territorio de Gran Bretaña. Traducción: Mary Salvany
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Un siervo de Cristo Escrito por la Mayora Jane Cowell, Directora de Servicios Sociales Al principio de mi ministerio, una de las mujeres en el Hogar de Acogida, que tenía un historial de alcoholismo, al fin accedió a internarse para un tratamiento de desintoxicación. Yo deseaba apoyarla de alguna manera. Como señal de mi interés mientras estuvo haciéndose el tratamiento, regué diariamente las plantas que ella tenía en unos maceteros en su habitación. Cuando regresó, le conté lo que había hecho. Ella se echó a reír y me dijo que esas plantas eran artificiales. Mi excusa fue que los maceteros eran colgantes y como soy bajita no vi las plantas. Pero el incidente me sirvió de lección por haber hecho notar mi “buena acción”. Fui comisionada como oficiala de la sesión Siervos de Jesús hace años y he aprendido que siempre hay oportunidades para servir. Hace un par de días una señora me detuvo cuando salía de la oficina y me preguntó si podía hablar conmigo unos minutos. Era un día frío, tenía poco tiempo, pero accedí. Al día siguiente, también al salir de la oficina, un hombre que tenía un grave problema quiso contármelo. No era la hora más conveniente, pero nuestra agenda y la de Jesús no son siempre la misma. Jacobo y Juan deben haberse sorprendido al comprobar eso cuando le pidieron a Jesús un asiento especial
en la gloria (ver Marcos 10:35-45). No sabemos si anhelaban estatus o poder, o simplemente deseaban estar más cerca de Jesús. Pero descubrieron que lo que ellos pensaban que constituía grandeza estaba diametralmente alejado de la idea que tenía Jesús: “El que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor, y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de todos”. “Porque ni aun el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos”. “El que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor”. Estas son palabras contradictorias en una cultura de celebridades, en la que el estatus o posición —junto con el dinero y la buena apariencia— resultan importantes y seductores. Son palabras difíciles en una época en que los líderes de regímenes opresivos se aferran hasta el último vestigio de poder en un mundo que está constantemente buscando lo más grande y lo mejor. Son difíciles en momentos cuando la satisfacción del cliente es un constante recordatorio de que todos tenemos cierto derecho de ser complacidos. A menos que haya algún beneficio para nosotros, posiblemente nos sintamos renuentes a escuchar las palabras de Jesús y seguir Su ejemCRISTIANOS EN MARCHA 9
plo. El apóstol Pablo nos habla de un asunto de actitud que es un problema para todos los que desean ser discípulos de Jesús: “La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a que aferrarse; por el contrario, se rebajó voluntariamente tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos... al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!” (Filipenses 2:5–8). No es algo complicado. No se necesitan cursos ni estudios; todo lo que tenemos que hacer es mirar y aprender. Vemos a Jesús que, cuando las multitudes lo rodeaban, se detuvo para mirar a Zaqueo encaramado en un árbol (Lucas 19:1–9). O quien, presionado a tocar y sanar a la hija de Jairo, tomó tiempo para detenerse y hablarle a la mujer que ya había sido sanada cuando ella tocó el borde de Su manto (Marcos 5:21–42). Aquí tenemos a Jesús que, aun cuando necesitaba un tiempo para estar con Sus discípulos, dejó de lado Sus propias necesidades para alimentar a cinco mil personas (Marcos 6:30–44). 10 CRISTIANOS EN MARCHA
Jesús notaba, hacía tiempo, sacrificaba Haríamos bien en imitar Su ejemplo y recordar que la verdadera grandeza no viene a través de la ambición personal, sino al quitarse todo orgullo y tener un corazón humilde, siendo obediente y teniendo un verdadero deseo de servir. Vuelvo a referirme a mis encuentros con esas personas en la calle. ¿Inconvenientes? Sin duda. Pero en ambas ocasiones, pese a mi renuencia inicial de escucharlas, al hacerlo y al dedicarles unos minutos, Jesús estuvo presente en una forma asombrosa ahí mismo, ¡frente a mi propia nariz! Puntos para reflexión • El ministerio de servicio muchas veces interfiere con cualquier deseo que tenemos de recibir un reconocimiento personal. • El ministerio de servicio muchas veces interrumpe nuestras propias prioridades. • El ministerio de servicio me obliga a mirar primero las necesidades de los demás. • ¿He hecho algo para ayudar a alguien durante esta semana?
El incrédulo Manuel O. de los Santos Por lo general somos crueles con Tomás “el Incrédulo”, ya que lo calificamos; como si nosotros nunca hubiésemos tenido alguna duda, ni procurado mayor información para hallar una certeza. Pero debemos admitir que la duda encontró a Tomás en su peor momento. No era el único. Todo el desorientado grupo de discípulos recibió la misma reconvención (Marcos 16:14, NVI), pero a ninguno de ellos se le añadió el mote. Hace ya muchos años participé de un encuentro de pastores organizado por la Asociación Billy Graham en la que ministró un obispo de una comunidad etíope que, según sus tradiciones, proviene de la evangelización
llevada a cabo bajo el ministerio de nuestro Tomás “el Incrédulo”, allá en los albores del cristianismo. ¡Vaya! Algo sucedió entonces con su “incredulidad”. Tengamos en claro que todos somos “hijos de Adán” y, por lo tanto todos y cada uno de nosotros, portamos nuestra mochila de errores, debilidades y pecados. Esta no es una excusa para plantarnos en ella y justificar nuestra inacción respecto a la proclamación. Más bien consideremos que a pesar de ello y aun de nosotros mismos, Dios sigue confiando en nosotros y alentándonos a llevar a cabo la tarea que nos encomendó. ¡Arriba, pues, y en marcha! CRISTIANOS EN MARCHA 11
Estudios sobre la santidad Ed Read
Publicado por el Ejército de Salvación en Canadá con el título: “Studies in Holiness” Traducción por David H. Gruer Impreso en Argentina, 1980
Capítulo VIII ¿Pecan los cristianos? La obra del Ejército de Salvación recién comenzaba en Nimes, sur de Francia, bajo la dirección de la hija mayor de William Booth. Con el transcurso del tiempo, los franceses llegarían a amarla y a llamarla afectuosamente con el nombre de “Marechale” (Mariscala), pero al principio tuvo que enfrentar la hostilidad tanto de santos como de pecadores. El General Coutts nos cuenta la historia: “Cuando se hizo una de sus primeras reuniones, al estilo salvacionista, para testimonio público, varios pastores aprovecharon esa oportunidad para atacar al Ejército de Salvación, particularmente en lo que se refiere a la doctrina de santidad. Sus comentarios críticos fueron aplaudidos por la mayoría de los presentes y alguien de la congregación gritó: 12 CRISTIANOS EN MARCHA
‘Que se levante y testifique aquel que esté sin pecado’. ‘Levántese y testifique, Bisson’, le dijo la Marechale a un nuevo convertido sentado cerca de ella”. Bisson se puso en pie y con palabras sencillas dio testimonio del poder divino que salva y guarda. No podía refutarse el testimonio de esa vida; así como la presencia del hombre paralítico que había sido sanado por los apóstoles, silenció al sanedrín. Pero ¿estaba ese hombre realmente sin pecado? ¿Hay algún cristiano que esté libre de pecado o es posible para alguien llegar a estarlo? Es a esta pregunta crucial que va dirigida la doctrina de la santificación. Notamos en la lección anterior que la Epístola de San Juan aborda el tema de manera sana y equilibra-
da. Primeramente, Juan muestra la insensatez de negar nuestro pecado. Luego, habiendo dicho que somos pecadores tanto en principio como en la práctica, enfatiza fuertemente, el poder de Dios para limpiar (1 Juan 1:7 y 9). ¿Hace un pecado que alguien pierda su posición ante Dios? Este mismo equilibrio se mantiene a través de toda la epístola. Juan insiste en que el creyente no necesita pecar, pero admite la posibilidad de que lo haga. “Estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el Justo” (1 Juan 2:1). Eso debiera proporcionar gran aliento al cristiano que está luchando. Si usted falla, naturalmente es lamentable, pero no necesita perder la esperanza. Mediante arrepentimiento y fe, póngase al lado de su Abogado, y aquel que defendió su causa en primera instancia habrá de interceder nuevamente a su favor. Puede ser perdonado otra vez y puede llegar a tener una vez más la comunión de hijo con su Padre. Así de manera real, Juan reconoce que en ocasiones los creyentes pueden caer en pecado. Y él quiere que sepamos que no está todo perdido porque tal cosa acontezca. Como escribiera A. H. Hilles: “sostener … que el menor pecado repentino de un cristiano fervoroso lo hunde llevándolo al nivel del peor pecado, es una carga demasiado pesada sobre la credulidad, para ser aceptada”. No vaya nadie a suponer que esto se dice para excusar el pecado de cualquier
especie. El mismo Juan escribió: “Todo aquel que permanece en Él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido. Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios” (1 Juan 3:6–9). Y aquí armoniza con lo que ha escrito anteriormente. Nótese que no está sugiriendo que un pecado refuta la profesión de fe. Más bien, se refiere al hábito de pecar, de tal manera que debemos leer: “Todo aquel que continua permaneciendo en él, no continúa pecando; aquel que continúa pecando (practicando el pecado de forma habitual) no le ha visto ni le ha conocido”. A. T. Robertson, erudito del idioma griego, comenta: “No puede pecar” es una traducción errónea. El presente activo indicativo solo puede significar “no puede continuar pecando”. Ha surgido mucha teología errónea a causa de la mala interpretación, en este lugar, de “hamartanein” (pecado). Comprendemos mejor a Juan cuando recordamos que él piensa y escribe haciendo uso de contrastes vividos. No se debe confundir nunca lo que es blanco con lo que es negro. “El hombre que continúa pecando” es el que se ha entregado a una vida de rebelión licenciosa contra Dios. Este hábito de pecar es una evidencia que la persona no está permaneciendo en Cristo (versículo 6), que es del diablo (versículo 8), que no ha nacido de nuevo (versículo 9). Véase entonces el equilibrio del apóstol en su argumento: El que un creyente haya pecado no signifiCRISTIANOS EN MARCHA 13
Testamento, la idea es que no puede conformarse a permanecer en esa condición. Pablo presentó un Cristo benigno y perdonador pero no uno que pudiera aceptar livianamente la maldad. “¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?” pregunta y continúa enfáticamente, “¡En ninguna manera!” (Romanos 6:1–2). Rasputín, el monje ruso, enseñó al respecto una doctrina envilecedora, al decir que aquel que peca mucho debe ser perdonado mucho, de suerte que el que continúa pecando disfruta más de la gracia perdonadora de Dios que un pecador común. El error de Rasputín era chocante, pero todavía tiene sus adherentes, si bien de un tipo más moderado. J. Edewin Orr relata haber escuchado a un hombre decir que si hubiera dos hermanos, uno cristiano y otro inconverso, y ambos cometiesen adulterio, el cristiano sería perdonado automáticamente, mientras que el otro iría a la perdición por dicho motivo. Esto es naturalmente contrario ¿Lo llevará un pecado a compren- a la verdad bíblica. Continuar pecander que hay un problema más pro- do significa perder el favor de Dios. El Espíritu Santo infunde convicfundo? Aunque admitir que un cristiano ción de pecado en forma instantánea pueda caer en pecado es algo re- cuando un cristiano desobedece a pugnante, de acuerdo al Nuevo Dios. El verdadero cristiano se arreca que a consecuencia del mismo es desechado de la familia de Dios. Él puede, y debe, arrepentirse para ser restaurado; y generalmente lo hará. Pero si no lo hace, el pecado que ha tolerado será una invitación a pecar más, acarreando consecuencias desastrosas. Juan Wesley escribió acerca de esta triste retrogradación: • “El cristiano da lugar”, en cierta medida, a la tentación que ahora comienza a agradarle. • El Espíritu Santo se entristece; por lo que usted se debilita en su fe y se enfría su amor hacia Dios. • El Espíritu lo reprende severamente. • Se vuelve de la voz de Dios que le resulta dolorosa, para escuchar la agradable voz del tentador. • El deseo por el pecado comienza y se esparce por su alma, hasta que la fe y el amor desaparecen. En esta circunstancia es capaz de cometer el pecado, debido a que el poder del Señor se ha apartado de él.
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pentirá y buscará humildemente el perdón. Pero en esta experiencia puede llegar a ver que hay un problema profundo dentro de sí mismo, una infección en su propio ser, que es lo que dio —en primer lugar— origen a la transgresión. Habrá de lamentar no solo ese acto de desobediencia sino también la codicia, el orgullo o la lascivia que encuentra en su corazón —tal vez ocultos— desde hace tiempo pero que ahora puede ver en sus malos propósitos. Por ejemplo, el automóvil se lleva al taller porque tiene algo sucio en el carburador. Pero mientras está allí para ser reparado de un problema relativamente sencillo, el mecánico puede encontrar que también necesita un nuevo distribuidor y nuevas bujías. A menudo, cuando un hombre se acerca a Dios en busca de perdón, descubre que necesita más de lo que había pensado o supuesto. A pesar de ser un hombre de Dios, David pecó gravemente, siendo culpable de homicidio y adulterio. Sin embargo, el profeta Natán tuvo el valor de desafiar al rey, enfrentándolo para reprenderlo. Cuando David comprendió su culpabilidad y reconoció: “Pequé contra Jehová”, el profeta inmediatamente le dijo que estaba perdonado: “También Jehová ha redimido tus pecados” (2 Samuel 12:13). Pero eso no fue el final. Esta historia del Antiguo Testamento ilustra la forma en que, referente a los asuntos del Espíritu, una cosa lleva a la otra. Aquel día David comenzó a escribir el Salmo 51, en el que vemos que no sólo hay una súplica por perdón —ya
que había creído lo que Natán le dijo y sabía que Dios le había perdonado—; pero movido por el Espíritu, David reconoció que necesitaba algo más. Había llegado a vislumbrar la impureza de su propio corazón, por lo que exclamó: “Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve… Crea en mí, oh, Dios un corazón limpio, y renueva un espíritu recto en mí” (Salmos 51:7 y 10). Cuando la convicción de una necesidad más profunda se apodera del cristiano, este puede esperar una limpieza más profunda. Perturbado anteriormente por la posibilidad de pecar, comienza ahora a vislumbrar la posibilidad de ser vencedor. Contestando entonces la pregunta de esta lección, llegamos a una conclusión: no se puede esperar un estado de impecabilidad en este mundo, pero hay un estado bendito en el que es posible no pecar, y ese estado es el de la santificación. Cuando el Espíritu de Dios ocupa el alma, podemos contar con que Dios sabrá cuidar lo que le pertenece. Cuestionario • ¿Es posible la santificación? Conteste con un ejemplo de la historia salvacionista. • ¿Por qué es alentador lo que leemos en 1 Juan 2:1? • ¿Cuáles son las alternativas del pecador perdonado: permanencia o recaída? • ¿Cuál es la absurda doctrina de Rasputín al respecto? • ¿Y cuál es la obra del Espíritu Santo? (El ejemplo del rey David.) CRISTIANOS EN MARCHA 15
Protagonista Las mujeres fueron unas de las principales protagonistas del ministerio de Jesús y esencialmente durante los episodios de la resurrección. Así lo relata Mateo: “El ángel dijo a las mujeres: —No tengan miedo; sé que ustedes buscan a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, tal como dijo. Vengan a ver el lugar donde lo pusieron. Luego vayan pronto a decirles a sus discípulos: ‘Él se ha levantado de entre los muertos y va delante de ustedes a Galilea. Allí lo verán.’ Ahora ya lo saben. Así que las mujeres se alejaron a toda prisa del sepulcro, asustadas pero muy alegres, y corrieron a dar la noticia a los discípulos. En eso Jesús les salió al encuentro y las saludó. Ellas se le acercaron, le abrazaron los pies y lo adoraron. —No tengan miedo— les dijo Jesús —vayan a decirles a mis hermanos que se dirijan a Galilea, y allí me verán” (Mateo 28:5–10, NVI)
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El hijo del trueno Si recordamos el carácter impulsivo de Pedro, para ser justos, deberíamos mirar un poco hacia los hermanos Juan y Jacobo. Para comenzar, me llama la atención el curioso apodo con que Jesús los llamó: Boanerges o “los hijos del trueno”. Suena a un temperamento bastante explosivo. Si nos enfocamos en el capítulo 9 de Lucas, podemos observar a los discípulos enzarzados en una áspera discusión sobre los puestos que aspiraban en el reino que Jesús establecería. Juan y Jacobo lo hacían nada menos que al primer y segundo lugar tras Jesús. Siguiendo, Juan muestra su vena sectaria cuando confiesa haber rechazado a un desconocido que predicaba 18 CRISTIANOS EN MARCHA
y echaba fuera demonios en el nombre de Jesús. Poco más adelante, el Evangelio revela un estallido de furia del mismo Juan contra un pueblo de samaritanos que no los querían recibir. No es un retrato muy apacible del joven discípulo. ¿Es este el mismo Juan que escribe en sus epístolas frases tales como “hijitos míos”, “amados” o “este es el mensaje que hemos oído desde el principio: que nos amemos los unos a los otros?” Y muchas otras frases similares en las que el amor, la ternura y el interés por el otro se expresan casi hasta la obsesión. El “hijo del trueno” parece haber hallado su remedio en el resucitado Carpintero de Galilea.
Secretos para lograr una vida gozosa Un estudio sobre las Bienaventuranzas Por el General Bramwell Tillsley Serie de artículos publicados en The War Cry del Territorio de Canadá y Bermuda (Traducción: Mary Salvany)
Bienaventurados los pacificadores Jesús comienza su sermón diciendo: “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mateo 5:9). La Biblia es un libro que trata sobre la paz. Contiene casi 400 referencias a ese tema. Se refiere a Dios el Padre como “Dios de paz” (Romanos 15:33). Jesús es el pacificador de Dios. Sus últimas palabras a sus discípulos fueron: “La paz os doy, mi paz os dejo” (Juan 14:27). El Espíritu Santo es el espíritu de paz: “El fruto del Espíritu es ...paz” (Gálatas 5:22). La fuente de la paz es Dios. El enemigo de la paz es el pecado. La gente está en guerra uno contra otro porque están en guerra consigo mismos. Y están en guerra consigo mismos porque están en guerra con Dios. De acuerdo con Santiago 4:17, los enemigos de Dios son el mundo, la carne y el diablo. Es por eso que primero debemos ser “limpios de corazón” si deseamos llegar a ser pacificadores. El ministro de la paz es el cristiano. En las Bienaventuranzas, la gente que es bienaventurada no es la que ama la paz, sino la que es pacificado-
ra. Usted puede darse cuenta de que algo está mal, pero no hacer nada al respecto para gozar de una “paz barata”. Así, usted puede ser una persona pacífica, sin ser pacificador. Los verdaderos pacificadores no evaden los problemas, los enfrentan. Tal vez es por esto que Jesús dijo: “No penséis que he venido para traer paz (una paz barata), sino espada” (Mateo 10:34). Jesús sabía que su sola presencia dividiría a la gente. La bendición de la paz es la piedad. Dios es el autor o establecedor de las relaciones correctas. Cuando nos involucramos en la pacificación, asumimos parte de la naturaleza de Dios. Un proverbio chino dice: “Cuando hay justicia en el corazón, hay belleza en el carácter. Si hay belleza en el carácter, habrá armonía en el hogar. Si hay armonía en el hogar, habrá orden en la nación. Si hay orden en la nación, habrá paz en el mundo”. CRISTIANOS EN MARCHA 19
Bienaventurados los que padecen persecución Jesús comienza su sermón diciendo: “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 5:10). ¿Persecución o castigo? El Nuevo Testamento habla de lo inevitable que es la persecución. “Todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, padecerán persecución” (2 Timoteo 3:12). Uno de los atributos de Jesús era su absoluta honestidad. Él dejó en claro que no vino para hacernos fácil la vida, sino para hacer grande a la gente. Pero esa grandeza tenía su precio. Nuestras palabras “testigo” y “mártir” vienen de la misma raíz latina martus. En la iglesia primitiva, muchas veces ser 20 CRISTIANOS EN MARCHA
testigo significaba morir por la causa de Cristo. En esta bienaventuranza, la bendición es para los que son perseguidos “por causa de la justicia”. Es importante distinguir entre persecución y castigo. Nosotros somos castigados por los hombres buenos por hacer lo malo. Somos perseguidos por hombres malos por hacer lo bueno. “Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros” (1 Pedro 4:14).
La verdadera persecución “por causa de la justicia” es resultado de que el creyente se atreva a vivir para Cristo cuando la actitud del mundo es lo opuesto. Jesús dijo: “Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán” (Juan 15:20). En las antiguas ciudades de Roma, Filipo y Éfeso, la ética cristiana era ofensiva para muchos paganos. La presencia de los cristianos era un recordatorio constante de cómo debía ser realmente la vida. Sin la gracia de Dios, simplemente reaccionaríamos y resentiríamos la persecución. Pero los cristianos son desafiados a responder con amor, no a vengarse. En efecto, Jesús nos dice que “deberíamos gozarnos y alegrarnos” (Mateo 5:12) al enfrentar persecución. El escritor y teólogo John Stott escribe: “No debemos vengarnos como el inconverso, ni amurrarnos como el niño, ni lamer nuestras heridas con autocompasión, ni sonreír y soportarlo como el estoico. Debemos regocijarnos, pues nuestra gran recompensa está en el cielo”. ¿Por qué nos exhorta Jesús a regocijarnos? Primero, la persecución es una señal de éxito. Nadie persigue a una persona ineficaz. George Bernard Shaw dijo una vez que el mayor elogio que el mundo puede darle a un autor es quemar sus libros. Segundo, la persecución nos da la oportunidad de demostrar lealtad. Si somos perseguidos, pertenecemos a una noble sucesión. A través de la persecución compartimos el sufrimiento de Cristo (ver Filipenses 3:10) y caminamos en la senda de los santos, los profetas y los mártires: “Así persiguieron a los
profetas que fueron antes de vosotros” (Mateo 5:12). Finalmente, a todos los que sufren por la causa de Cristo se les promete “una recompensa en el cielo” (Filipenses 11:12). Si sufrimos con Cristo, también reinaremos con él (ver 2 Timoteo 2:12). El cielo, nuestra recompensa, será estar eternamente en la presencia de Cristo. Ha sido dicho que algunas personas son tan “celestiales” mentalmente que no sirven de mucho terrenalmente. Aun cuando puede haber algo de verdad en esa declaración, hay otro lado de la moneda. El gran teólogo C.S. Lewis escribió: “Si usted lee la historia, verá que los cristianos que hicieron más por el mundo actual son aquellos que pensaban más sobre el mundo venidero”. La recompensa del cielo es la bendita esperanza del creyente. Cuando al gran predicador, Dr. F.B. Meyer, se le informó que no le quedaba mucho tiempo para vivir, escribió lo siguiente a un amigo: “Me he sorprendido al saber que sólo me quedan unos pocos días de vida. Quizá, antes que te llegue esta carta, yo habré entrado al palacio. No te preocupes por escribirme, porque nos veremos al llegar la mañana”. Estaba anticipando el gozo del cielo y la esperanza de que todos los creyentes, un día se encuentren de nuevo allí. A través de todo el Nuevo Testamento fluye la convicción de que aceptar y soportar persecución nos coloca en una relación especial con Cristo. El Señor, aún hoy, necesita testigos; no tanto los que están dispuestos a morir por Él, sino aquellos que están dispuestos a vivir para Él. CRISTIANOS EN MARCHA 21
En el Camino del Señor Capítulos 33, 34, y 35
Tte. Coronel (O.F.) Jorge Nery T. Capítulo 33 Una milla más “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe” (2 Timoteo 4:7). Al iniciarse 1981, mi esposa y yo considerábamos que solo nos faltaban seis meses para jubilarnos, de acuerdo a los reglamentos del Ejército de Salvación, ya que si Dios lo permitía, pronto cumpliría 65 años de vida. Sin embargo, pensábamos sobre los muchos proyectos que aún nos quedaban por terminar. Como a pedir de boca, recibimos una carta por parte de nuestra jefatura, firmada por el Coronel Rubén Nüesch, con fecha 22 de enero, que en uno de los párrafos decía: “Tengo presente que a fines de julio de 1981, al cumplir el Coronel 65 años de edad, les correspondería acogerse a un merecido retiro. Pero, hay dos factores principales que me inducen a solicitarles extender su servicio activo hasta diciembre de 1981”. (sic) Ante ello, pedí la orientación de Dios, mediante la oración y sin vacilar, respondí a aquella misiva aceptando prolongar nuestro servicio, no obstante que yo, por el recargado trabajo realizado en esos años, sufrí una alteración vascular cerebral espasmódica. En eso, llegó a mi mente la experiencia del profeta Isaías, que dijo: “Él da esfuerzo al cansado y multiplica 22 CRISTIANOS EN MARCHA
las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán” (Isaías 40:29–31). Mi mayor deseo era ver concluidas las instalaciones antes de jubilarme, en los centros escolares de Villa Fátima y El Alto de La Paz. De igual manera, la construcción para el complejo de la zona “8 de diciembre”, que comprendía el Hogar Femenino “Betania” y la conclusión de las viviendas para oficiales administrativos. Pese a las dificultades económicas, con la ayuda de Dios, las donaciones locales y de Suecia, logramos concluir y equipar los edificios. Para su inauguración, sólo faltaba la conexión del agua potable. Quien recibió bajo inventario todo eso y se encargó de dirigirlos, fue la Capitana Celia Barra. Como despedida tradicional, pude efectuar el Campamento para niños y jóvenes, gradualmente, en Tarila-Yungas, con la valiosa cooperación de mis valientes jóvenes oficiales de los Cuerpos de la ciudad de La Paz; todo ello aprovechando las vacaciones invernales. Mi heroica compañera de lucha y yo nos arrodillamos para agradecer a Dios por Su cuidado y ayuda, después de leer las Sagradas Escrituras.
Le agradecimos por darnos el privilegio de cumplir con nuestros votos, en ese día tan especial para nosotros, pues en esa fecha —17 de julio de 1939—, habíamos prometido servirle en las filas salvacionistas. Los días y meses transcurrían velozmente cuando recibí las instrucciones del CGT para realizar en la ciudad de La Paz el “Instituto Brengle”, tomando la responsabilidad de preparar y hacer cumplir el programa en la segunda quincena del mes de julio de 1981. Llegaron a La Paz, el Coronel Walter Frade y su señora esposa, procedentes de Alemania, para presidir los cursos y como traductor, el Mayor Hughes, que procedía del Perú. Otros oficiales también llegaron del Perú y del interior del país para participar de ese curso. El programa se realizó con todo éxito, siendo impartida la enseñanza en las
cómodas dependencias del Instituto de la Iglesia Nazarena, ubicada en Aranjuez, La Paz. Para ilustración de algunos lectores, considero conveniente explicar que el “Instituto Brengle” fue instituido por iniciativa de una oficiala salvacionista norteamericana en honor del apóstol inglés de la santidad, el Comisionado Samuel Brengle, que vivió en gracia de Dios y escribió varios libros que se utilizaron como textos en diversos seminario bíblicos. Antes de partir a la presencia del Señor, ella dejó en su testamento una donación pecuniaria como base para la creación y funcionamiento del mencionado instituto a nivel internacional, expresamente para que los oficiales salvacionistas pudieran renovar y profundizar su vida espiritual y compartirla acertadamente con los feligreses. CRISTIANOS EN MARCHA 23
En el mes de noviembre, junto con mi esposa, nos sentimos muy contentos por el avance de nuestros proyectos, aunque no estuviesen realizados en su totalidad, pero sí bien encaminados hacia su culminación con una base sólida para servir a Dios y a la comunidad. Para la última semana de noviembre se preparó un variado programa con motivo de nuestra jubilación. Con ese fin, el Jefe Territorial, Rubén Nüesch, y su señora esposa, llegaron el viernes 26 al Aeropuerto Internacional de El Alto. Desde allí nos dirigimos a la Avanzada Salvacionista Aimara en la comunidad de Lacaya, cuya obra estaba a cargo del Sargento Lanita, mismo que estuvo a cargo de la traducción del castellano al aimara. Esa misma noche regresamos a La Paz, luego de una calurosa reunión de despedida. 24 CRISTIANOS EN MARCHA
El sábado 27 nos avocamos al acto preparado por mis camaradas oficiales a quienes debo toda gratitud. El domingo 28, por la mañana, fuimos recibidos en el Cuerpo de Achachicala. A las 20:00 horas se realizó en el Cuerpo Central la reunión pública por nuestra jubilación. Mi esposa y yo nos sorprendimos aquella noche por la presencia del Canal 7 de Televisión, así como de varias autoridades locales. Se destacaba la presencia de la señora Lya de Vacaflor Flores, en representación de la Junta Nacional de Acción Social de la Presidencia, quien nos entregó la Resolución Administrativa No. 532/81, firmada por la Excelentísima Primera Dama de la Nación, señora Teresa de Torrelio que, entre otros párrafos, decía: “Tte. Coronel Jorge Nery T. y su señora esposa, Doña Rosa Gessi de Nery, en su calidad de
miembros del Ejército de Salvación, han prestado valiosos servicios a la comunidad y en especial a la niñez y juventud del país, SE RESUELVE: 1.- Otorgar a los ciudadanos, Tte. Coronel Jorge Nery T., Comandante Divisional del Ejército de Salvación en Bolivia y a su señora esposa Doña Rosa Gessi de Nery, una mención honrosa como justo reconocimiento a los eminentes servicios prestados al país a lo largo de los 26 años dedicados a la realización de obras, en beneficio de la colectividad en Bolivia”. (sic) Después que varios amigos y pastores evangélicos expresaron sus palabras de reconocimiento, habló el pastor Francisco Mamani, en representación de la Sociedad Bíblica Boliviana, refiriéndose a mi infatigable trabajo, según sus palabras, en difundir la Palabra de Dios en mi calidad
de afiliado activo de la sociedad. Acto seguido, me entregó una Biblia empastada, Versión Popular. La Comisionada, señora de Nüesch, Presidenta de las Organizaciones Femeninas, agradeció a mi señora esposa por su fiel y abnegada labor realizada en la rama femenina en Bolivia, seguidamente, le entregó el certificado de retiro. También me entregó el certificado de retiro, para luego implorar la bendición del Señor, encomendando nuestro futuro al cuidado y protección del Dios Todopoderoso. Los días siguientes viajamos a los Cuerpos de Cochabamba y Santa Cruz para despedirnos de nuestros camaradas y amigos, en otro acto público. Al poco tiempo, viajábamos nuevamente, esta vez, a la República del Perú. CRISTIANOS EN MARCHA 25
Capítulo 34 La segunda milla “Y a cualquiera que te obligue a llevar una carga por una milla, ve con él dos” (Mateo 5:41). Los dos factores a que aludía la carta del Jefe Territorial (transcrita en el primer párrafo del anterior capítulo), para solicitarnos extender nuestro servicio activo por casi un año, eran: primero, tiempo para elegir a mi sucesor y, segundo, suplir después de nuestra jubilación a los entonces mayores Hughes, oficiales de la División en Perú, que viajaban en goce de sus vacaciones misioneras a Europa. Fieles a nuestras normas, como cristianos y salvacionistas, aceptamos la invitación y viajamos en la primera semana de enero de 1982, con destino a Lima, Perú, para recibir la responsabilidad de la administración de la obra salvacionista. Para mí fue una 26 CRISTIANOS EN MARCHA
nueva oportunidad de servir a los hermanos peruanos. Nuestro Dios y el Ejército de Salvación me permitieron, en mis primeros años como Oficial Directivo del Cuerpo, por espacio de veintiocho meses y, posteriormente, servir como auxiliar del Mayor Stanley Bell en la oficina del distrito. Me causó mucha alegría ver que la obra salvacionista se había consolidado jurídicamente, con varias propiedades e inmuebles y nuevos Cuerpos salvacionistas de evangelización y con anexos de obra social en Callao, Lima y Trujillo. En esta última ciudad hay un colegio, con el nombre “Almirante Grau”, que funciona y goza de la simpatía del pueblo. Durante mi visita a los Cuerpos de evangelización, me dio mucho gozo encontrarme con varios camaradas salvacionistas de la guardia
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vieja, que mantuvieron la fe contra viento y marea, fieles y constantes en la causa del Santo Evangelio de Jesucristo. En Lima, los descendientes del Soldado Julio Sánchez estaban firmes luchando en primera línea, en el Cuerpo o en las reuniones al aire libre; varios de sus nietos hoy son oficiales del Ejército de Salvación. En el Cuerpo de Trujillo, los hijos y nietos del Soldado Marino toman parte activa en la obra entre la juventud y la Brigada de Canto. En el Cuerpo de Callao del que en vida fue fiel Sargento Carrillo, sus familiares siguen en los caminos del Señor. ¡ALELUYA! En compañía de nuestros camaradas, los esposos Manuel Pereira y Cupertina Acuña, oficiales locales del Cuerpo de Lima, viajamos para realizar varias visitas. La primera fue al Soldado Gosin y familia, que se encontraba en la comunidad de Villcahuara, firme y fiel en la fe y trabajando, no obstante contar con casi noventa años de edad. Después de tener una breve reunión de oración nos despedimos, gozosos de haber efectuado un momento de comunión espiritual. Regresamos para visitar a los camaradas de la ex Avanzada de Santa María, en el “Cruce” de la Campiña; también visitamos a la ex Oficiala Paulina Figueroa y su familia. Allí realizamos una reunión casera. Al final de esta, a pedido de la Camarada Figueroa, cantamos esta canción: “Con Cristo en la familia un feliz hogar, un feliz hogar, un feliz hogar”. 28 CRISTIANOS EN MARCHA
Retornando a Lima visitamos a los camaradas del ex Cuerpo de Huacho. Allí tuvimos la alegría de compartir momentos emotivos, recordando los tiempos pasados en ese Cuerpo. Nos sentimos emocionados cuando el soldado nos mostró el libro de la historia y la bandera salvacionista, demostrando su fe y esperanza en la reapertura de ese Cuerpo. Oramos para que se cumpliese el deseo de nuestros camaradas que demostraban mantener el espíritu SANGRE Y FUEGO. Después de visitar la totalidad de los Cuerpos y avanzadas salvacionistas me sentí profundamente emocionado y agradecido a Dios, por la semilla santa, sembrada con amor y abnegación de aquellos oficiales de antaño: Brigadier Amadeo Salvany y señora, como oficiales directivos del Cuerpo de Lima y responsables del Distrito de Perú; Capitán José Dex y esposa, pioneros de la obra en Trujillo; Capitán García y señora, oficiales directivos del Cuerpo de Callao; Mayor Edmundo Allemand y señora, como oficiales directivos del Cuerpo de Lima y oficiales del Distrito del Perú. El sacrificio no fue en vano, gracias a Dios. Una pequeñísima anécdota, antes de terminar los recuerdos de mi última visita a Lima, como muestra de la confianza puesta en la protección del Señor: Un domingo por la noche, cuando celebrábamos la última reunión se sintió un fuerte temblor por algunos segundos. Los vecinos y los transeúntes estaban alborotados. Los que estuvimos en la casa de Dios, nos arrodillamos y comenzamos a cantar:
espirituales. Su misión es evangelizar distribuyendo literatura cristiana. Fue una grata sorpresa conocer ese movimiento cristiano que se originó en Alemania durante la SegunPasado el temblor, nos pusimos de da Guerra Mundial, fundado por pie y con tranquilidad continuamos la señorita Basilea Schlink (ex evangelista de la Iglesia Luterana). Tuvicon nuestros cánticos de alabanza. Llegó el día cuando regresaron mos varias reuniones y una de ellas de sus vacaciones los mayores Hug- frente a una fuente de agua, en cuyo hes y nosotros retornamos a La Paz, contorno están inscritos varios textos Bolivia, agradecidos al Señor por el bíblicos. Al finalizar la reunión, los privilegio que nos dio de cumplir la salvacionistas cantamos: “Es Jesús la viva fuente segunda milla. Amén. donde he apagado yo esa sed que consumía Capítulo 35 mi cuitado corazón”. La última milla En el mes de marzo de 1987 recibiRetornamos a Asunción felices, mos carta de invitación del Cuartel Territorial con sede en Buenos Aires, después de haber realizado vanas repara viajar a Asunción del Paraguay, uniones para la extensión del reino a fin de participar en las reuniones de de Dios en Villa Rica y en la colonia Semana Santa; con tal motivo, per- alemana. Al finalizar el mes de mayo, a las manecimos más de un mes allí. También asistimos a reuniones de evange- pocas semanas de nuestro retorno a lización en la Iglesia Bautista de Villa Bolivia, recibimos un llamado teleRica y en la Colonia Alemana. La fónico desde Buenos Aires, solicitánMayora Sheila Martin, Oficiala del donos que viajáramos nuevamente al Distrito del Paraguay, recibió invita- Paraguay para suplir en la obra a la ción del pastor de la Iglesia Bautista Mayora S. Martín que se encontraba y de la “Hermandad Evangélica de hospitalizada para ser operada de la María”. Ese fue el motivo de nues- pierna derecha, a causa de un accitro viaje a Villa Rica. Para efectuar dente. Como siempre, obedientes al dichas reuniones nos acompañó una llamado del deber, decidimos viajar pequeña banda de música del Cuer- en la primera combinación aérea con po de Asunción. Gracias a Dios, las rumbo a Asunción del Paraguay. Esta reuniones en el templo y al aire libre vez, tuvimos el privilegio de permafueron bendecidas con nuevas almas necer tres meses con la responsabilidad de la obra salvacionista, a cargo a los pies de Cristo Jesús. En la colonia alemana está esta- del Hogar de Niños “El Redil” y del blecida la “Hermandad Evangélica Cuerpo de Villa Morra. Durante de María”. Esta hermandad tiene un nuestra estadía, tuve la oportunidad establecimiento precioso para retiros de conocer de cerca a varios camara“Tu mano pon sobre mí, tu mano pon sobre mí; sin ti, Señor, no soy nada, tu mano pon sobre mí”.
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das salvacionistas consagrados desde su infancia, constantes en la fe cristiana y en la lucha contra el mal. Entre ellos, a los esposos, soldados María Eugenia y Jorge Bikov, con ellos visitamos las Avanzadas de Lambaré, la casa del soldado Villagómez y la Avanzada de San Felipe; en esta última hicimos buenas reuniones para niños y adultos. También estuvimos en la campiña de Sapucai, donde el Ejército de Salvación tiene una propiedad para realizar campamentos para los niños del hogar y la juventud del Cuerpo de Villa Morra. La instalación cuenta con una extensión de tres hectáreas de terreno para productos agrícolas, entre ellos, cítricos, con la finalidad de proveer al Hogar de Niños. Nuestra estadía en Asunción nos brindó la oportunidad de contactar varias iglesias evangélicas, misiones y seminarios bíblicos, hospitales y co30 CRISTIANOS EN MARCHA
legios de gran prestigio. Entre ellos, la Colonia Menonita, que cuenta con una excelente obra, no sólo en Asunción, sino también en el Chaco Boreal. Es maravillosa la obra evangélica que realizan entre las tribus de Ayoreos y Chiriguanos. Al ver el crecimiento evangélico en el Paraguay di gracias a Dios, profundamente emocionado por todo lo que vi. También fui entrevistado por dos radioemisoras en Asunción. Al finalizar una de ellas, expresé a todos los excombatientes de la guerra del Chaco, en mi calidad de benemérito, un saludo fraterno y de reconciliación, pidiendo la bendición de Dios para ellos. Invitado por un excombatiente, visité el Cuartel de la Victoria, en la zona de Reducto de Asunción. Allí viven excombatientes, oficiales y de la clase tropa. Compartí con los oficiales, en espíritu de camaradería, hablando acerca del Santo Evangelio
y del poder que Jesucristo tiene para perdonar y dar paz al corazón. Antes de retirarme, dejé en sus manos algunos ejemplares de El Cruzado y tratados de orientación espiritual. Faltando pocas semanas para nuestro retorno a Bolivia, efectuamos una visita a la ciudad de Paraguarí. Allí, en la Iglesia Menonita, presentamos el mensaje del Señor. La congregación estaba dirigida por el hermano Martín Pereira, que valientemente recibió la responsabilidad de ser el sucesor de su suegro, el pastor Juan Torre Ocon. La señora Juana Bogado, viuda de Torre Ocon, fue fiel colaboradora en la Iglesia Menonita de Paraguarí y por ello la consideraban como madre espiritual. Para mí fue una gran satisfacción abrazar y dar ósculo santo a quien tuve oportunidad de conocer en el año 1935, como brazo derecho de su esposo, que se esforzó mucho por evangelizar
a los bolivianos que estábamos en calidad de prisioneros de guerra. Más tarde, regresamos a Bolivia, desde donde fueron escritas estas memorias, que deseamos sirvan de ilustración para las nuevas generaciones salvacionistas. Mi esposa y yo estamos en la última milla en el camino hacia Dios y ahora nuestra constante oración es que los jóvenes oficiales y soldados salvacionistas sigan adelante, sin desmayar. Que el canto y el trabajo sigan siempre esta consigna: “Cuán pendón hermoso, despleguemos hoy la bandera de la cruz, la verdad del Evangelio, el blasón del soldado de Jesús”. CORO: “Adelante, adelante, en pos de nuestro Salvador; nos da gozo y paz, nuestro Rey, ¡adelante con valor!” CRISTIANOS EN MARCHA 31
Los nuevos discípulos “Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra” (Hechos 1:8, NVI).