EJERCITO DE SALVACION Territorio Oeste de Sudamérica Avda. España 46 – Teléfono 26957005 – Santiago de Chile (Circulo de la Amistad – www.ejercitodesalvacion.cl)
Febrero 2015 Queridas amigas: En esta parte del mundo, estamos en verano y mucha gente planea y disfruta de un tiempo de vacaciones o de descanso. Es bueno, pero no es necesario viajar largas distancias y contar con mucho dinero para descansar o aquietar nuestro espíritu. Jesús mismo sintió la necesidad de alejarse de la gente y de lo que hacía para entrar en comunión con su Padre. En Marcos 1:35 leemos: “Muy de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó, salió de la casa y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar.” En el mundo ajetreado y bullicioso en que vivimos hoy, no es fácil hallar un lugar solitario y silencioso. Es difícil escapar del ruido del tráfico de vehículos, de música a todo volumen, de voces fuertes – todos hemos oído a personas que caminan por la calle hablando a gritos en sus teléfonos celulares. Pero el tipo de bulla que hace peligrar nuestro bienestar espiritual no es esa bulla que no podemos evitar, sino la bulla que tal vez sin pensarlo invitamos a nuestra vida. Algunos usan el ruido como una forma de disimular su soledad. Algunos lo hacen para sentirse acompañados: voces de la radio, de la televisión por ejemplo. Algunos usan la bulla como una forma de no tener que escuchar la voz de Dios y lo que él quiere decirnos. Aún cuando no podamos salir a veranear, podemos hallar un lugar tranquilo y silencioso, un lugar donde Dios acapare toda nuestra atención. Ojalá que usted y yo podamos decir, como dijo el salmista, “he calmado y aquietado mis ansias… soy como un niño recién amamantado en el regazo de su madre… he puesto mi esperanza en el Señor desde ahora y para siempre” (Salmo l3l:2, 3), que me parece es una hermosa descripción de un momento de tranquilidad y sosiego y descanso. Que el bullicio del mundo no nos impida escuchar la voz de nuestro Señor.
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