EJERCITO DE SALVACION Territorio Oeste de Sudamérica Avda. España 46 – Teléfono 26957005 – Santiago de Chile (Circulo de la Amistad – www.ejercitodesalvacion.cl) Mayo 2015 Queridas amigas En muchos países este mes se celebra el Día de la Madre. Aunque para casi todos nosotros nuestra madre siempre es importante, es bueno que exista un día de celebración para que los que tienen mala memoria también recuerden y celebren a la suya. Alguien escribió: “Madre, para mí eres el árbol frondoso de dulces recuerdos, por ti pasaron vientos con sus azotes, tempestades, granizadas, remolinos y oscuridad de las noches, pero tú permaneciste firme, amarrada a tu fe, en la tierra de Dios, en el corazón de la vida, permaneciste firme hasta el fin, orando y velando por mi.” Otro poeta escribió: “Madre, soy un poquito de ti, una parte de tu ser, una migaja de tu ‘yo’. Soy un poco de tus fracasos, y mucho de tu bondad, parte de tus buenos anhelos, migaja de tus dulces fantasías. Una alegre sonrisa en tu silencio, un sendero abierto en tu campo sagrado. Nací de tu esperanza y soy hijo de tus alegrías.” Y el sacerdote Ramón Ángel Jara escribió un homenaje a las madres, del que extraigo unos párrafos, porque es largo: “Hay una mujer que tiene algo de Dios por la inmensidad de su amor y mucho de ángel por la incansable solicitud de sus cuidados. Siendo joven tiene la reflexión de una anciana, y en la vejez trabaja con el vigor de la juventud. Es una mujer que siendo vigorosa, se estremece con el llanto de un niño, y siendo débil se reviste a veces con la bravura de un león.” Así que, este mes, si tenemos la dicha de tener a nuestra madre, celebrémosla. Y si ya se ha ido, recordémosla con amor y gratitud.
En el evangelio de Juan leemos de la ocasión cuando Jesús usó la merienda de un niño de cinco panes y dos peces para alimentar a una multitud inmensa. La Biblia no lo menciona, pero sin duda detrás de esa escena, en las tempranas horas de la mañana, una madre preparó una merienda sencilla para que la llevara su hijo – era para alimentar a un niño, pero sirvió para alimentar a miles. Es imposible saber qué cúmulo de bendiciones saldrán de las manos de una madre amorosa.