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Diciembre 2015
Queridas amigas, ¡Ante todo, FELIZ NAVIDAD! La Navidad no significa lo mismo para todas las personas. A mí me gusta sentir lo que decía una tarjeta que recibí del año pasado: La Navidad es la ternura del pasado, Lo que vale en el día presente Y la esperanza que trae el futuro. Para algunos es solamente un servicio en una iglesia, para otros son árboles adornados con luces de colores y rodeados de paquetes bellamente envueltos. Para otros es representada por el Viejito Pascuero y el intercambio de regalos, que celebran con abrazos y palabras de buenos deseos. Pero muchos, debido al consumismo desmedido, dejan de lado el verdadero sentido, olvidando en algún mall el mensaje de amor, luz y esperanza que trae la Navidad. Es una fiesta tan maravillosa, pero el mensaje que nos trajo a veces se pierde entre los papeles de colores. Pero de todos modos es una linda tradición, llena de amor. Para nosotros los cristianos la Navidad nos recuerda que Dios Padre nos envió un bebé que nació de una joven mujer, en un humilde pesebre. Un bebé anunciado como el Hijo de Dios por un coro de ángeles a unos humildes pastores. Aceptar esto es creer que el don del largamente esperado Mesías – el Cristo – fue regalado por Dios a los hombres.
Fue un regalo Fue un regalo enviado por las manos de Dios, envuelto en una promesa y atado con amor y gracia. fue para mí – lo esperaba con ansiedad con mis manos abiertas Para recibirlo, desenvolverlo, aceptarlo, compartirlo, para guardarlo con mucho amor y muchísima gratitud. El regalo fue el Niño Jesús, entregado por el Padre a la humanidad, prometiendo que llegaría a ser nuestro Salvador por el amor y la gracia de Dios. ¡Fue un regalo! ¡Un regalo para mí!
¡El regalo del Niño Jesús! La Navidad no es una fecha, es un estado de ánimo que afecta a nuestro corazón y nuestra mente. Un humorista comentó que es un tiempo curioso del año, cuando la gente se sienta cerca de un árbol de plástico a comer dulces que alguien colocó en un calcetín. Lo más importante es que la Navidad es una bendición. ¿Lo es para usted?
Algo para recordar en Navidad, y siempre Felices las personas que pueden dar sin recordar y que pueden recibir sin olvidar. *****
“No tengas miedo, María. Dios te ha concedido su favor le dijo el ángel – y quedarás encinta y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Él será un gran hombre, y lo llamarán Hijo del Altísimo. Dios el Señor le dará el trono de su padre David y reinará para siempre. Su reinado no tendrá fin.” (Lucas 1: 30).
Sonría. Un niño le dice a su mamá: “¿Te acuerdas la carta que me ayudaste a escribirle al Viejito Pascuero? Bueno, tienes que ayudarme a escribir otra, porque tenemos que decirle que no me traiga el tren que le pedí, porque ayer encontré en el closet de mi papá una caja con un tren igual al que pedí-“
Cuando los reyes magos llegaron a Belén, entraron a ver al Niño. Uno comentó: “Qué feo este lugar - el techo se llueve, las ventanas no cierran bien y la pared tiene manchas de humedad.” Y otro de los magos le dijo: “¿Y qué esperabas?…tuvieron que quedarse en un lugar de una sola estrella.”
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Meditación – El tiempo es un tirano. En nuestro mundo actual el tiempo se ha convertido en un tirano. Nos dice cuando tenemos que levantarnos para ir a trabajar, cuando debemos acostarnos para descansar. Es un hecho que la vida no puede ser parada, acumulada, hipotecada, retardada. Un autor anónimo escribió: “Tengo solamente un minuto con sesenta segundos… me lo impusieron, no puedo rehusarlo, no lo busqué, no lo elegí, pero sufriré si lo pierdo, si lo desperdicio. Es solamente un minuto, pero encierra una eternidad.” El apóstol Pablo en su epístola a los Gálatas escribió: “Pero cuando se cumplió el plazo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, a fin de que fuéramos adoptados como hijos. Ustedes ya son hijos. Dios ha enviado a nuestros corazones el espíritu de su Hijo, que clama: ‘¡Abba, Padre!’ Así que ya no eres esclavo, sino hijo, y como eres hijo, Dios te ha hecho también heredero” (Gálatas 4:4). En el libro de Eclesiastés leemos: “Todo tiene su tiempo oportuno, hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo…” (3:1). Tal vez a algunos no les parece que fue el tiempo mejor para el nacimiento de Jesús, pero Dios siempre obra justo en el momento oportuno. En Lucas 2:56 leemos: “Y mientras estaban allí (en Belén), se le cumplió el tiempo, así que dio a luz a su hijo primogénito.” Muchos años habían esperado su llegada, pero no esperaban que llegara en esas difíciles circunstancias. Pero Dios decidió hablar a través del llanto de un bebé. Podría haberlo hecho por medio de un trueno o de un relámpago, pero fue con el nacimiento de un bebé. “Porque Dios, que ordenó que la luz resplandeciera en las tinieblas, hizo brillar su luz en nuestro corazón para que conociéramos la gloria de Dios que resplandece en el rostro de Cristo.” (2 Corintios 4:6) Esta Navidad nos encontramos otra vez frente al pesebre, y Dios hablará sin duda al mundo a través de su Hijo en la recordación de su nacimiento.
¿Cuando llega la Navidad? Cuando se disipa una duda y se hace luz en el alma, cuando un pobre puede aliviar su necesidad, cuando brilla en los ojos la alegría de un deber cumplido, cuando nace la paz de una reconciliación, cuando una cálida palabra de aliento derrite el hielo de una desilusión, cuando el sol dé una esperanza alumbra las tinieblas de un fracaso, cuando en un corazón viejo y cansado reviven los entusiasmos de la niñez, ¡La Navidad llega! ¡y cuantas veces en las vidas de otros podemos nosotros hacer que llegue la Navidad!. ¡Bendiciones! ¡UNA FELIZ NAVIDAD!
Mary Salvany Secretaria Corresponsal