Haciendo teología en el camino Comisionada Deise Eliasen
25 de noviembre Día Internacional de la Lucha Contra la Violencia hacia la Mujer
Noviembre 2021
Doctrina 11
Mientras mujeres lloran… yo lucharé
Importancia de los niños para Jesús
Mayor (R) Eduardo Almendras
Mayor Maruilson Souza
Tenienta Claudia Laguna
25 de noviembre día internacional de la lucha contra la violencia hacia la mujer
Haciendo teología en el camino Miedo y coacción, dolor y humillación, pérdida de sí mismo. Estas palabras empiezan a caracterizar las realidades de la vida de millones de mujeres y niñas en todo el mundo. El abuso y la violencia de género no es una aberración ocasional, sino el contexto cotidiano en el que nacen, crecen y se desarrollan las mujeres y tienen que aprender lo que significa ser "mujer".
La violencia de género llega para robar, matar y destruir. Pero Jesús viene a nosotros con la promesa de una vida abundante. Así que aquí hay un desafío urgente y profundo para los cristianos y los salvacionistas que buscan encarnar fielmente a Cristo en el mundo. ¿Cómo vivimos una teología que contrarreste la violencia contra las mujeres? Vivir una teología es dinámico. En su ministerio terrenal, Jesús hizo teología en el camino, en medio de la multitud, con sus compañeros y críticos. Las preguntas, parábolas y enseñanzas surgieron de situaciones y necesidades reales: enfrentamientos con la autoridad, personas rotas que anhelan ser curadas, multitudes hambrientas, mujeres estigmatizadas y niños jugando. Los encuentros con Cristo transformaron las formas de ver y de vivir. Hacer teología contemporánea en respuesta a las complejas realidades de la violencia contra las mujeres debe situarse en medio de esas realidades, atendiendo a las historias y a los retos, y buscando activamente crear un espacio seguro para aquellas que se han sentido silenciadas, ignoradas o juzgadas por el lenguaje y las prácticas teológicas dominantes que han encontrado en las iglesias. Esta no es una "cuestión de mujeres", sino una cuestión de justicia: una preocupación fundamental para todos nosotros -hombres, mujeres y niños- en nuestras vidas y relaciones cotidianas. En colaboración para prevenir la violencia contra las mujeres, más que nunca, es necesario reiterar que los derechos de las mujeres son derechos humanos. Los valores tradicionales o las creencias religiosas no pueden justificar la aceptación de violencia contra las mujeres. Anhelamos un mundo en el que prevalezca la justicia, en el que el género nunca sea un pretexto para la opresión, la restricción o el daño. Esta visión no se hará
realidad en una iglesia o una sociedad en la que cualquier tipo de violencia contra las mujeres se justifique, tolere o normalice. Muchas personas de diferentes denominaciones están reconociendo que las iglesias tienen una responsabilidad y una oportunidad única de contribuir a una respuesta comunitaria más amplia para contrarrestar la violencia contra las mujeres. Para eso los cristianos, individual o colectivamente, están llamados como el cuerpo de Cristo – la iglesia a ofrecer:
Una historia empoderadora para vivir Una comunidad segura y acogedora a la que pertenecer Una promesa de vida abundante.
Por lo tanto, hacer teología no es esperar recibir del general o del jefe territorial, un conjunto de reglas a seguir. Es una conversación crítica continua que implica historia y actualidad, situación y tradición, a partir de la cual tratamos de discernir la Palabra viva y liberadora de Dios, encarnada y representada por la comunidad cristiana. El manantial de la teología viva es la afirmación de que cada persona ha sido creada como igual y preciosa en la imagen de nuestro Dios amoroso. Se trata de formas de hablar y conocer a Dios que potencian y alimentan la plenitud de vida de todos los seres humanos. Cualquier violación de la integridad de la mujer, de su dignidad, de su autonomía, es una violación contra Dios. Vivir una teología que contrarreste la violencia contra las mujeres tendrá el alcance y la capacidad de responder con amor a una serie de necesidades y circunstancias, y ejercer un liderazgo profético para la construcción de una comunidad justa en la iglesia y en el mundo. Reflejará nuestro compromiso de provisión, protección, prevención y participación de la mujer en la vida de la familia y la sociedad, así como de la Iglesia.
Deise Eliasen
Comisionada Presidente Territorial de Ministerios Femeninos
Doctrina 11 Hace un mes atrás terminé de leer por segunda vez el libro llamado “La Divina Comedia” de Dante Alighieri, donde el propio autor comienza un viaje que realiza por el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso.
Lo que más me ha impresionado de este libro, es que el escritor se refiere mucho de las atrocidades y el sufrimiento que significa el llegar al infierno. Aunque este libro no es bíblico, sin embargo, quien lo lee, no podrá quedar ajeno a las enseñanzas bíblicas con respecto al infierno y al cielo. Nuestra décimo primera doctrina salvacionista, está dividida en tres partes: a.
Creemos en la inmortalidad del alma En primer lugar, no debemos olvidar que fuimos creados por Dios. Génesis 1:26 “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza;” y Genesis 2:7 “Entonces Jehová
Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.”
Ahora, tengo la plena certeza de las palabras del Apóstol Pablo cuando declara y afirma en 1a Tesalonicenses 5:23 “… y que el mismo Dios de paz os
santifique por completo; y que todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.”
Así entonces creo que, si Dios nos creó a Su imagen y semejanza yo tengo la responsabilidad de cuidar, guardar, preservar irreprensiblemente mi espíritu, alma y cuerpo; el alma no muere, porque soy creado a Su ‘imagen’, porque Dios es inmortal. b.
Creemos en la resurrección del cuerpo La resurrección de los muertos será el hecho que, al venir Jesús, se levantarán vivos todos los que han muerto. Esto es un hecho glorioso que debe darnos a todos los cristianos un inmenso gozo y gran alegría, porque la Palabra de Dios nos dice en 1Corintios 15:20-21 “Mas ahora Cristo ha
resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos”. No sabemos como serán nuestros cuerpos en la resurrección, pero se habrá producido un cambio en ellos. Creo en estas palabras de Jesús escritas en Juan 11:25, “Le dijo Jesús: Yo
soy la resurrección y la vida, el que cree en mí, aunque esté muerto vivirá”. Aquí en la tierra sufrimos cansancio, persecuciones, dolores, enfermedades y muerte, pero la Biblia una vez más me anima cuando en Apocalipsis 21:4 me dice “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá
muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.” Cristo es el origen de la resurrección de Su pueblo, uno de los beneficios logrados por su propiciación será su resurrección de entre los muertos. “Yo
soy la resurrección y la vida: El que cree en mí, aunque este muerto, vivirá.” Juan 11:25 y Juan 14:19 “Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis.” c.
Creemos en el juicio general al fin del mundo La Biblia nos da a entender que ese día los justos y los malos serán separados y cada uno recibirá su recompensa. Veamos una vez mas lo que nos dice la Biblia en Mateo 25:34 “Entonces el Rey dirá a los de su derecha:
Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo” Esta es la recompensa para los justos.
En el evangelio de Mateo 25:41 nos dice; “Entonces dirá también a los de la
izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.” Pues esta es la recompensa para los malos.
El Señor sabe perfectamente la manera cómo hemos vivido cada uno, entonces sabrá juzgar con justicia. Por lo tanto, estemos preparados, buscando a Dios primeramente cada día. Yo creo en esta doctrina salvacionista. ¡Aleluya!
Eduardo Almendras Mayor (R)
Mientras las mujeres lloran… Yo lucharé Una invitación a los salvacionistas para involucrarse en la lucha contra la violencia hacia las mujeres. Soy padre de cuatro hijas. Por lo tanto, hubo una época que en nuestra casa había cinco mujeres – todas ellas decididas, determinadas y con personalidades fuertes-. De hecho, cuando miro mi historia percibo no faltaron mujeres: algunas corajudas o valientes, otras determinadas, aún otras intelectuales y otras líderes. También tengo cinco nietas y, aunque son pequeñas, ya se puede ver lo tercas que son. En la vida profesional, hoy por hoy, se ha incrementado el liderazgo femenino. Tal vez de ahí viene mi convicción de hacer posible una sociedad diferente, donde hombres y mujeres sean compañeros que se complementen, se respeten, se enriquezcan y, juntos contribuyan a la construcción de un futuro distinto a la sociedad contemporánea donde impera la violencia y el asesinato sistemático de mujeres. La normalización de la violencia contra las mujeres En los últimos cincuenta años ha aumentado la violencia contra la mujer. Según la ONU, cada seis horas una mujer es asesinada en el mundo. En Latinoamérica la situación es peor: una mujer es muerta a cada dos horas y media, generalmente por sus compañeros. Con ese registro, fuera de las zonas de guerra, la región de América Latina es el lugar más peligroso para las mujeres. Aquí predomina una cultura que normaliza el machismo y, consecuentemente, la violencia contra la mujer. Aquí, el hombre es considerado superior y la mujer – su propiedad -, inferior. Para mí, eso es extraño, ya que el continente es de mayoría cristiana y no fue eso que Jesús enseñó. La mujer en la época de Jesús En la cultura judía, expresa en el Antiguo Testamento, existen diversas menciones a profetisas y juezas. Pero tales menciones están en el texto sagrado como excepción, no como regla. Allí el nacimiento de un niño era celebrado con alegría; mientras el nacimiento de una niña era visto como motivo de preocupación. Allí también predominaba entre los hombres un espíritu de superioridad, que los llevaba a orar diariamente: “Bendito eres Tú, Dios Eterno del cielo, Rey del Universo, que no me hiciste mujer” (bendición de la mañana).
La actitud de Jesús hacía las mujeres En Jesús no se encuentra ese tipo de actitud. Al revés, en una cultura donde la mujer era tratada como un bien de cambio y creada por sus padres, únicamente para el casamiento y para las tareas domésticas, los evangelios registran varios encuentros de Él con mujeres (María, madre de Jesús, María Magdalena, María de Betania, Marta, la mujer samaritana, entre otras). Estos encuentros revelan cómo las valoraba, cómo las incluyó como participantes activas del Reino de Dios, y muestran cómo Él rompió con la tradición religiosa que reservaba a las mujeres una condición no coincidente con la justicia del Reino. En verdad, una lectura más atenta de los evangelios nos hará percibir cómo Jesús valoró y trajo dignidad a las mujeres al ponerlas en el centro de la reflexión sobre el Reino de Dios; al tenerlas entre sus seguidores (Lc. 8.1-3); al conversar y discutir asuntos teológicos con ellas (Juan 4.1-15); al curarlas (Mc. 5. 23-34); al aparecer primero a ellas después de la resurrección y enviarlas a evangelizar a los apóstoles (Mt. 28.9-10). Los autores de los evangelios, como su Maestro, igualmente valoran a las mujeres. Por ejemplo, mientras que Mateo dice que cuando Jesús fue arrestado “todos los discípulos – hombres - huyeron” (Mt. 26.56) Juan nos informa que las mujeres estaban con Jesús incluso en el momento de la crucifixión (Jn. 19.25). ¿Qué significó eso en una cultura patriarcal y sexista? Conclusión Es innegable que, a diferencia de los líderes religiosos de Su tiempo, Jesús trató a las mujeres con dignidad y como alguien creada a la imagen y semejanza de Dios. Siendo, por lo tanto, objeto de Su amor, cuidado y perdón. En la época, la actitud de Jesús horrorizó a la opinión pública. Nosotros, como salvacionistas y discípulos de Jesús, en un contexto de creciente violencia y asesinatos, somos llamados a decir que no es normal, ni tolerable cualquier violencia; especialmente contra las mujeres. Somos igualmente llamados a levantar nuestras voces y a usar nuestras influencias en defensa de las mujeres. También somos llamados a luchar por justicia, para que leyes sean elaboradas para prevenir, punir y erradicar ese mal que asola la sociedad. Como dijo William Booth: “Mientras las mujeres lloran, como ahora lo hacen, lucharé”. Y tú, ¿Qué vas a decir? ¿Qué vas a hacer?
Maruilson Souza
Mayor. PhD con Postdoctorado en Psicología. Coordinó tres Simposios Brasileños de Justicia Social (2016, 2018 y 2021). Sirve como profesor de la Escuela de Cadetes en Estados Unidos (California) y como Oficial Directivo del Cuerpo de Redondo Beach.
La importancia de los niños para Jesús El 20 de noviembre se celebra el Día Universal del Niño, y se conmemoran los aniversarios de la adopción de la Declaración Universal de los Derechos del Niño (1959) y la aprobación de la Convención de los Derechos del Niño (1989). El objetivo de esta celebración es recordar al mundo entero la importancia que tienen los niños en nuestra sociedad, que ellos tienen derecho a la salud, a la educación y a la protección; y que los adultos tenemos el deber de trabajar todos los días por su bienestar y desarrollo. Sin embargo, hace más de 2000 años atrás, nuestro Señor Jesucristo ya había dejado en claro la importancia y el propósito que tienen los niños; nos demostró que no hay nada más relevante que servir a las necesidades de los más pequeños, que es nuestro deber cuidar de ellos y darles el lugar que se merecen. En la Biblia podemos leer acerca de la importancia y el propósito que tienen los niños: Son creación de Dios: “Porque Tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste
en el vientre de mi madre” (Salmo 139:13).
Son herencia de Dios: “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa
de estima el fruto del vientre” (Salmo 127:3).
Dios tiene propósitos para los niños aun antes de su nacimiento:
“Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas” (Salmo 139:16).
El reino de Dios es de los niños: “Dejad a los niños venir a mí, y no se
lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios” (Marcos 10:14b).
Son ejemplo de humildad: “Así que, cualquiera que se humille como este
niño, ése es el mayor en el reino de los cielos” (Mateo 18:4).
Recibir a un niño, es como recibir al mismo Señor Jesús: “Y cualquiera
que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe” (Mateo 18:5).
No se debe hacer tropezar a ningún niño: “Y cualquiera que haga tropezar
a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar” (Mateo 18:6).
No debemos menospreciar a los niños: “Mirad que no menospreciéis
a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 18:10).
La alabanza de los niños es un arma espiritual poderosa: “De la boca de los
niños y de los que maman, fundaste la fortaleza, a causa de tus enemigos, para hacer callar al enemigo y al vengativo” (Salmo 8:2).
Un niño puede ser llamado por Dios para que le sirva: Samuel (1 Samuel 3), David (1 Samuel 16:7-13), Josías (2 Crónicas 34:1-4), Jeremías (Jeremías 1:5-7).
El Señor Jesucristo dio un lugar privilegiado a los niños, les dio importancia, y el propósito que Él tiene con ellos, es que puedan conocer el Evangelio, aceptarle como su Salvador Personal, aceptando Su llamado al discipulado y a una vida de servicio, para que ellos puedan ser agentes de cambio en su familia y en la comunidad donde viven. Estimados padres, hermanos en Cristo y Oficiales, los niños no solo son el futuro, también son el presente en nuestras Iglesias y en nuestra sociedad, por lo cual debemos darles el cuidado, el lugar y la importancia que ellos merecen. Somos desafiados, no solo a llegar, con el mensaje del Evangelio a los adultos y jóvenes, sino también a los niños. Querido niño, tú eres muy importante para Jesús, no importa la edad que tengas, recuerda que Él te ama y que tiene grandes propósitos para tu preciosa vida.
Claudia Laguna
Tenienta Oficial Directiva Avanzada Aguas Claras, Bolivia
Semana de la Liga del Hogar
El valor de un corazón puro En consonancia con la campaña Cuerpo Vivo, durante el mes de septiembre todos los cuerpos de nuestro territorio realizaron la campaña de la semana de la Liga del Hogar y queremos compartir con el pueblo Salvacionista un poco de lo que sucedió en esa semana. La División Perú realizó un día de ayuno y oración, talleres motivacionales, y llevaron adelante una actividad llamada “una Liga en mi Casa”, enfocada para alcanzar a nuevas señoras de las comunidades donde viven lígueñas de nuestros Cuerpos. Ellas abrían sus casas para hacer reuniones e invitaban a sus vecinas para participar. También tuvimos un encuentro Divisional de Matrimonios, Reunión Unida de Salvación y Santidad, conversatorio online sobre la Trata de Personas y la Esclavitud moderna. Como resultado de estas actividades, nuevas personas aceptaron a Cristo como su Salvador, un matrimonio fue restaurado por el poder de Dios, una persona que sufre de violencia doméstica obtuvo el valor de buscar ayuda, se vio la necesidad de muchas mujeres buscando apoyo espiritual para sobrellevar las pérdidas físicas que la pandemia ha causado.
En la División Ecuador se realizó un taller de cocina en el cual participaron madres del programa escolar, visitaron un Hospital y repartieron desayunos; participación de las Ligueñas en la Escuela Dominical, entrega de invitaciones preparadas por las ligueñas adjuntando un pequeño regalo. Las Oficialas Locales participaron de un desayuno especial con un tema sobre liderazgo, haciendo un reconocimiento por su trabajo y agradeciendo su compromiso con los
Ministerios Femeninos, tarde familiar con invitación a la comunidad. Alabamos a Dios por los resultados que la División obtuvo para la gloria de Dios, ya que hubo personas nuevas que escucharon de Su Palabra, personas felices por poder participar de las actividades, nuevos convertidos, consagrados que desean seguir conociendo a Dios.
En la División Bolivia también se pudo disfrutar de diferentes actividades, en las que hubo una buena receptividad y participación de nuevas mujeres que tuvieron la oportunidad de escuchar la Palabra de Dios, disfrutando de un concurso de platos típicos, clases de repostería, feria, creación de un coro, taller de prevención de COVID-19, diferentes charlas, ejercicios, limpieza de áreas verdes, visita casa por casa, y una tarde familiar en el campo. También se inauguró la Liga del Hogar Juvenil en la Obra Pionera de Pando y en las tres áreas de la División se realizaron enrolamientos de nuevas socias de la Liga del Hogar adulta y juvenil.
En la semana de la Liga del Hogar de la División Chile, nuevas mujeres llegaron a diferentes Ligas del Hogar, pudiendo ser parte de las diferentes actividades que les permitieron escuchar las buenas nuevas del Señor. Se realizaron estudios bíblicos, reuniones familiares, talleres de cocina, danzaterapia, manualidades, reuniones del grupo Madres que Oran, concurso de antifaces, conversatorio, taller de salud mental, campaña de oración y entrega de Biblias. También se realizaron enrolamientos mostrando el crecimiento de las Ligas, y cabe mencionar que muchas de ellas comenzaron a reunirse de forma presencial e hibrida dándole la oportunidad de reunirse a las mujeres que están en otro lugar.
Alabamos a Dios por cada uno de los resultados obtenidos, por las personas que participaron de las actividades y sobre todo por todas las que tuvieron la oportunidad de escuchar de la Palabra de Dios en esta Semana de la Liga del Hogar. ¡Bendiciones!
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