Grito de Guerra - Octubre 2020

Page 1

Newsletter Los sueños de un "científico" en formación se acrecentaban junto con las ganas de desarrollarme en el área de la biología molecular, que es la principal encargada del desarrollo de vacunas y exámenes de detección de esta y diversas enfermedades.


1.

2. 3. 4.

5.

En mayo mis padres y hermano se contagiaron de Coronavirus. Las PCR fueron tomadas en mi hospital y analizadas en el laboratorio donde trabajo. Mis compañeros procesaban sus muestras, mientras yo esperaba de espaldas a la máquina. Tuve mucho miedo, caí abatido por horas; sin embargo, Dios fue bueno: pasaron sus 14 días sin ningún problema mayor. Semanas después cesaron a mi papá de su empleo; la obra donde estaba paralizó por la pandemia. Nuevamente mi corazón se angustió. Tiempo después en el hogar donde estaba mi abuelita materna, hubo un brote de COVID-19 y ella se contagió. La última vez que la vi fue en el verano, justo antes del inicio de todo esto. Se recuperó. A inicios de julio la casa donde nací y vivían mis padres y hermano, fue consumida por un voraz incendio. Fue de madrugada y todos dormían; alcanzaron a escapar gracias a que mi hermano aún estaba despierto. El siniestro fue causado por los vecinos en medio de su borrachera y peleas y mi familia lo perdió todo. A los pocos días falleció mi abuela, posiblemente por las secuelas que el virus dejó en su debilitado cuerpo.

¿Cómo sigo creyendo si todo se ve gris y no alcanzó a pasar una ola y llegó otra? Dudé, me enojé, lloré, me pregunté “¿por qué todo junto?” Tuve que aprender con dolor a practicar mi fe: este era el momento de creer en todo lo que he declarado por años y no es porque Dios no me quiera, sino para ver su amor de una forma maravillosa, como nunca antes me di cuenta. Tengo conmigo a mis padres y hermano. El Señor no permitió que me quedara sin ellos y los protegió dos veces. Mi abuelita se fue en paz y justo cuando los recursos comenzaban a escasear, como si estuviera planeado. Mis padres volverán a tener una casa gracias a la ayuda de muchos. Sin esos ángeles realmente hubiera sido imposible, más en este contexto. Hoy todo lo vivido cobra sentido y recuerdo que la fe es estar seguro de que todo lo que suceda -aun cuando no sea lo que yo quiera-, es y será lo mejor para mí. Quizás algún lector se encuentra angustiado ante un futuro incierto o esté sufriendo un dolor indecible al perder a sus amados y es incomprensible el propósito de Dios; sin embargo, me aferro a un cántico que dice: “Si el sol llegara a oscurecer y no brille más, yo igual confío en el Señor que no va a fallar”.


Por la Tte. Cnel. Lidia Bernao

En los últimos días se escucha con mucha frecuencia la palabra “resiliencia” y parece ser la solución o la respuesta a la dramática situación que estamos viviendo. La pandemia mundial ocasionada por el COVID-19 ha transformado la vida de millones de personas en el mundo y de una manera inimaginable desde hace apenas unas semanas o incluso días, de manera veloz tuvimos que cambiar nuestra rutina.

En el mundo, todo se ha visto y todavía se ve afectado, hay desestabilidad económica, de salud, laboral, emocional. Dos expertas periodistas del diario BBC de Londres en un artículo publicado el 03 de mayo 2020, analizan esta situación, centrada en la realidad europea o británica pero fácilmente extrapolable a otras partes del mundo: Zoe Kleinman, periodista de tecnología, dice que el trabajo por WhatsApp y plataformas digitales será la “única forma” en la que podremos trabajar. Emma Simpson. corresponsal de negocios, analizando la situación de las empresas que venden ropas y otros artículos; expresa en su texto, que se vivirá un tiempo de “economía de guerra”, advirtiendo que la crisis del coronavirus aumentará el desempleo y la pobreza en América Latina. Boris Cyrulnick, en su libro “Los Patitos Feos”, habla sobre este concepto definiéndolo como la capacidad de sobre llevar las situaciones difíciles y salir fortalecidos de ellas. Este virus, algo tan diminuto nos puso cabeza abajo, en algunos momentos nos hemos sentido impotentes, indefensos, sin encontrar la salida.


La vivencia de estos días revela tres aspectos importantes de todos nosotros: 1) La vida es corta y somos frágiles: Cuando nacemos y nos vamos desarrollando comenzamos a estudiar, luego trabajar y estamos en la plenitud de nuestra juventud, no nos damos cuenta de esta verdad. El Salmo 39: 4-5 Hazme saber, Jehová, mi fin, Y cuánta sea la medida de mis días; Sepa yo cuán frágil soy. 5 He aquí, diste a mis días término corto, Y mi edad es como nada delante de ti; ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive. Nos damos cuenta de que esto es verdad mientras vamos festejando nuestros cumpleaños, o cuando somos sacudidos por la enfermedad, tal como lo vemos hoy. También las Sagradas Escrituras dice en el Salmo 90: 10 “Los días de nuestra edad son 70, y en los más robustos 80, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan y volamos. Y el verso 12 dice: “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días que traigamos al corazón sabiduría. El Salmo 90 expresa la oración que Moisés eleva a Dios, siendo un hombre adulto analizando su paso por la vida y todo lo que él pasó. Dentro de la realidad, la brevedad y la fragilidad de nuestra vida, hay una verdad maravillosa y es que Dios tiene propósito para todos nosotros. Aún dentro de todas las luchas hay enseñanzas que enriquecerá y fortalecerá nuestro caminar diario. Y su propósito es que seamos mejores al vencer en nuestras batallas. 2) Todos somos iguales: Todos tenemos fortalezas y debilidades, y reaccionamos conforme a ellas, la Palabra de Dios nos dice: Deuteronomio 10:17 NVI - “Porque el Señor tu Dios es Dios de dioses y Señor de señores; él es el gran Dios, poderoso y terrible, que no actúa con parcialidad ni acepta sobornos”


En estos días este virus afectó a mucha gente en todo el mundo y a todos por igual. Todos debemos tomar las mismas medidas sanitarias para cuidarnos. Estimado lector, Dios nos ama a todos por igual, y tal como dice su Palabra, no acepta engaño, para que nos dé a unos u a otros diferentes cuidados. La verdad maravillosa es que Dios también quiere fortalecernos a todos por igual; solo debemos mantenernos confiados y descansados en Él, y aquí, al menos quien escribe, debo confesar que debo luchar para lograrlo. Su Palabra nos dice: en 2da Tesalonicenses 3: “Pero el Señor es fiel, y él los fortalecerá y los protegerá del maligno”. Esta palabrita “pero” aquí significa, que a pesar de todo lo que pueda venir, y aún de nosotros mismos, Dios está de manera igualitaria con todos nosotros. 3) Dios está siempre cerca y tiene un propósito con nuestra vida. Esta es una verdad irrefutable, Dios nos ve constantemente, sus ojos están abiertos a cada momento, y se entristece si estamos en dificultades y se alegra cuando tenemos éxito, porque Él tiene un propósito para ti y para mí en este mundo, no somos producto de una equivocación, hay mucho que debemos hacer. Éxodo 9:16 “Pero yo te he levantado para este mismo propósito, para mostrar mi poder y para que mi nombre sea anunciado en toda la tierra”. Por lo cual este es un tiempo para volvernos a nuestro Dios, haciéndolo con fe confiando que su amor nos cubrirá y nos mantendrá a salvo, y al terminar esta prueba seremos más fuertes, podremos vivir esta vida con una perspectiva diferente. Vivamos el presente sin temor, miremos el futuro de manera confiada, y como dice una parte del poema de Mario Benedetti. Cuando la tormenta pase te pido Dios, apenado, que nos devuelvas mejores, cómo nos habías soñado.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.